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Redalyc.Reseña de 'Antiguos contactos. Relaciones de ... · Estudios de Asia y África, vol. XLI,...

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Estudios de Asia y África ISSN: 0185-0164 [email protected] El Colegio de México, A.C. México Castañeda Reyes, José Carlos Reseña de "Antiguos contactos. Relaciones de intercambio entre Egipto y sus periferias" de Alicia Daneri Rodrigo y Marcelo Campagno (ed.) Estudios de Asia y África, vol. XLI, núm. 2, 2006, pp. 338-345 El Colegio de México, A.C. Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58641208 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
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Estudios de Asia y África

ISSN: 0185-0164

[email protected]

El Colegio de México, A.C.

México

Castañeda Reyes, José Carlos

Reseña de "Antiguos contactos. Relaciones de intercambio entre Egipto y sus periferias" de Alicia

Daneri Rodrigo y Marcelo Campagno (ed.)

Estudios de Asia y África, vol. XLI, núm. 2, 2006, pp. 338-345

El Colegio de México, A.C.

Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58641208

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No nos queda más que felicitar a Guillermo Dañino por estauna nueva traducción y desear que continúe su labor que per-mite al lector hispanohablante conocer la obra de grandes clá-sicos de la poesía china.

TATIANA SVÁKHINA

El Colegio de México

Alicia Daneri Rodrigo y Marcelo Campagno (ed.), Anti-guos contactos. Relaciones de intercambio entre Egipto y susperiferias, Buenos Aires, Instituto de Historia Antigua Orien-tal, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires,2004, 160 p.

Este libro es una obra colectiva de la escuela de egiptólogos ar-gentinos del Instituto de Historia Oriental de la Universidadde Buenos Aires. Sustentados en una bibliografía pertinente yactualizada, los siete ensayos que la componen giran en tornoa una propuesta teórico-metodológica y de la temática que anun-cia su título: las relaciones de intercambio entre Egipto y otrasáreas del mundo antiguo. En el primer estudio (“Antiguos con-tactos entre centros y periferias. Un estudio introductorio”),Marcelo Campagno presenta la propuesta fundamental que guíalos otros seis trabajos de la obra: la aplicación de los conceptosde “centro-periferia”, que a decir de M. Rowlands:

…los centros fueron definidos como aquellas áreas que contro-laban habilidades tecnológicas más desarrolladas y los procesosde producción, formas de organización del trabajo y un fuerteaparato ideológico de estado para defender sus intereses [mien-tras] se decía que las periferias carecían de estos atributos y ha-bían sido modificadas para atender las demandas externas dematerias primas (apud, p. 11).

El concepto ha sido adaptado para su aplicación en el estu-dio de las sociedades precapitalistas, y se ha convertido en unaherramienta teórica útil.

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Debe entenderse que aquí no nos encontramos de ningu-na manera frente a lo que W. Roces llamó alguna vez el “viciodel modernismo”1 para el estudio de la historia antigua, a lamanera de Jacques Pirenne, por ejemplo, quien en algunas desus obras utilizaba con demasiada liberalidad conceptos y ca-tegorías como “feudalismo”, “capitalismo”, “burguesía”, entreotros, aplicándolos a la sociedad egipcia;2 por el contrario, esuna forma correcta, tanto metodológica como teóricamenteusada para explicar y no tan sólo describir los acontecimientoshistórico-culturales de la antigüedad protohistórica, en el casoespecífico del Egipto antiguo. En cambio, se acerca a las pro-puestas metodológicas de G. de Ste. Croix, quien critica demanera clara y precisa a los investigadores que renuncian “ex-plícita o implícitamente, a todo deseo de realizar un cuadroorgánico de una sociedad histórica, iluminado por toda la pers-pectiva de la que hoy día podemos disponer, y deliberadamen-te se limitan a reproducir de la manera más fiel posible algúnrasgo en particular o algún aspecto de dicha sociedad, estricta-mente en sus términos originales”.

1 Véase Wenceslao Roces, Algunas consideraciones sobre el vicio del modernismoen la historia antigua, 2a ed., México, UNAM, 1987, 17 p. (Seminario de ProblemasCientíficos y Filosóficos. Cuadernos, 5), passim.

2 Véase su obra Historia del antiguo Egipto, 6 v., Barcelona, Océano, 1989, ilus.,map., plan., passim. Ello no quiere decir que los aportes de Pirenne no hayan sidoimportantes para la egiptología. Su idea en torno del dinamismo de la sociedad egipciaantigua es fundamental para entender mejor la historia egipcia: resaltar que la sociedaddel Egipto antiguo no fue inmutable a lo largo del tiempo, ni fue tampoco un entepasivo y eterno, organizado de manera mecánica y sin que pudiera presentar en suinterior tensiones y conflictos sociales producto de su desarrollo propio y particular,y no sólo como consecuencia de invasiones externas que así afectaban la “maquinariaperfecta” de esta sociedad. Al respecto escribe Pirenne (ibid., vol. I, pp. 10-11): “En elcurso de mis trabajos me he dado cuenta de que la evolución de la civilización es tanrápida en la más lejana antigüedad como en los restantes periodos de la historia; quelos pueblos del antiguo Egipto, de los que nos separan milenios, han conocido proble-mas sociales, económicos, políticos y jurídicos, del mismo orden de los que se hanplanteado en épocas más próximas a la nuestra.” Esta frase debe entenderse como unacrítica a la visión de una sociedad egipcia inmóvil y siempre “igual a sí misma” comodecíamos antes. Sin embargo, Pirenne cae a su vez en ciertas interpretaciones quecritican autores como J. Yoyotte o C. Cardoso (véanse las opiniones de este último alrespecto en “Las comunnautés villageoises dans l’Egypte ancienne”, Dialogues d’histoireancienne, París, núm. 12, 1986, pp. 9-31, especialmente pp. 10-12 y 14). De todos mo-dos, el considerar al Egipto faraónico como un mundo en el que a veces “nada ocurre”salvo una sucesión de nombres de reyes de las dinastías y en el que el pueblo no inter-vino en su historia más que como productor, es una falsa imagen criticada por Pirenne

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Con ello, se dejan de lado un sinnúmero de detalles quedeben ser interpretados y explicados de manera significativa,y no sólo como partes de una mera descripción de los aconte-cimientos.3

Ste. Croix ejemplifica su critica con el trabajo de F. Mi-llar, The Emperor in the Roman world (1977), en donde Millarseñala que había “evitado con todo rigor la lectura de obrassociológicas acerca de la realeza y demás asuntos con ella rela-cionados, o estudios sobre instituciones monárquicas que nosean la griega y la romana”.

Además, Millar considera que el verdadero objetivo delhistoriador es “subordinarse a los documentos y al mundo con-ceptual de una sociedad del pasado”. Así, el investigador debeevitar contaminarse con los estudios de sociología general, porejemplo, pues cualquier sistema social es necesario analizarloprimordialmente “según los modelos específicos de acción reco-gidos por sus miembros”, y es necesario “basar nuestros con-ceptos única y exclusivamente en […] las actitudes y expectati-vas expresadas en las fuentes antiguas que nos proporcionenuestra documentación”.4

Ste. Croix señala los peligros de subordinar al historiador deesta manera acrítica a “la evidencia” documental (que por lodemás siempre sufre el proceso de selección del investigador)para simplemente reproducirla, lo cual tiene por consecuenciauna visión superficial que poco o nada explica sobre el pasadode una sociedad. Además, pretender basarse tan sólo en lo queexpresan pura y simplemente las fuentes, sin interpretarlas parano “contaminarlas” con los aportes de otras ciencias sociales,lleva a conclusiones tendenciosas y hasta falsas, y en otros ca-sos, imposibles, ya que si no existen testimonios sobre ciertossectores sociales o aquellos son muy escasos, ¿qué hacer en-tonces?5

en su obra; al menos ésa parece su opinión. Por otro lado, la crítica de Cardoso contraaspectos de la visión de Pirenne (la evolución cíclica de la historia del país, el empleode conceptos desfasados en el tiempo, etc.) nos parece muy válida.

3 G. de Ste. Croix, La lucha de clases en el mundo griego antiguo, trad. por T. deLozoya, Barcelona, Crítica, 1988, 851 p. (Crítica. Arqueología), p. 102.

4 Ibid., p. 103.5 Ibid., p. 582.

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Por otra parte, la escuela historiográfica francesa contem-poránea o “de los Annales” ha señalado y probado con diver-sos estudios la utilidad de la aplicación del método de la histo-ria-problema, que consiste en partir de un problema actual, de“La fuerza de sugerencia que ejerce sobre el espíritu de los his-toriadores […] el conocimiento […] de los hechos contempo-ráneos” para cuestionar a través de ellos la experiencia histó-rica. Así, conocer el presente por el pasado y el pasado por elpresente (M. Bloch) se convierte en un recurso perfectamenteválido de conocimiento, y el investigador no debe dudar si elpasado le sirve para comprender el presente o a la inversa; loque importa es que tal confrontación le permita producir “uncierto saber”. Ello no quiere decir, como ejemplifica Burguiére,que la penuria monetaria de la alta Edad Media o la inflación delsiglo XVI sean precedentes o prefiguraciones de la depresióniniciada en 1929. Pero “el hecho de estudiar estos fenómenos apartir de un marco de análisis extraído de la experiencia contem-poránea permite comprender mejor los mecanismos de cam-bio, y sobre todo admitir la variabilidad de los modos de articu-lación del universo económico y del universo social”.6

Desde luego, al aplicar estas ideas debe evitarse caer en“excesos”, que a veces suelen responder a ciertas posiciones omotivaciones no precisamente ligadas con la investigación his-tórica.

Al considerar esta perspectiva, el libro que reseñamos pre-senta así un notable interés, y sin duda contribuye a un me-jor conocimiento de la temática del intercambio en el mundoprotohistórico influido por los egipcios, y permite continuarllenando el hueco —que hasta hace algún tiempo el notableegiptólogo Jac J. Janssen consideraba “virtualmente inexisten-te 7— de la historia económica del Egipto antiguo. En los últi-mos años se han hecho aportes muy importantes al respecto,

6 A. Burguiére, “Histoire d’une histoire: la naissance des Annales”, Annales.Économies-sociétés-civilisations, París, año 34, núm. 6, noviembre-diciembre de 1979,pp. 1355-1356. Sobre la comprensión “reversible” de la historia humana, cf. MarcBloch, Introducción a la historia, 8a reimpr., trad. por P. González Casanova y M.Aub, México, Fondo de Cultura Económica, 1978, 159 p. (Breviarios, 64), pp. 34-41.

7 “Prolegomena to the study of Egypt’s economic history during the NewKingdom”, Studien zur Altägyptischen Kultur, Hamburgo, núm. III, 1975, p. 128.

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y en este libro se incorporan algunos de ellos, en una labor dereflexión crítica sobre el contenido de tal bibliografía para pre-sentar sus propias reflexiones en español, al alcance de los in-teresados en esta materia en los países donde no se dominan lasreglas fundamentales de la egiptología: alemán, inglés y fran-cés. El hilo conductor de la mayoría de los trabajos es el estu-dio del testimonio histórico contrastado con las referenciasarqueológicas; quizá se pudo haber recurrido también a lostestimonios artísticos. En efecto, a lo largo del Imperio Nuevosobre todo, se encuentran diversas representaciones plásticasque hacen referencia a los contactos de intercambio de diver-sos artículos entre los egipcios y los pueblos exteriores al valledel Nilo. Así se ve en la imagen de la tumba de Ken-Amón enTebas, del Imperio Nuevo, donde mujeres intercambian susproductos con marineros sirios (figura 1). También las muje-res nubias acudían regularmente a las fortalezas establecidaspor los egipcios para intercambiar sus productos, como se veen un documento de la dinastía XII.8 En las imágenes plásticas escomún observar a las mujeres nubias cargando a sus hijos yenseres diversos (figura 2). Es ésta una vertiente de gran inte-rés que refuerza los testimonios citados por los autores de laobra que reseñamos.

De esta manera, Alicia Daneri discute las vías de tránsito yde intercambio entre Egipto y las regiones meridionales delinterior africano, sobre todo Nubia y el llamado “país del Punt”(¿Sudán oriental?) de bienes tales como resinas, especies e in-cienso. Concluye que Egipto contribuyó al desarrollo políticodel interior africano, ya que favoreció “el surgimiento de or-ganizaciones políticas centralizadas, preestatales y estatales”(p. 33). En el siguiente estudio, Marcelo Campagno analiza lasrelaciones y las concepciones que de las regiones periféricas alvalle del Nilo (Palestina, Nubia) tuvieron los propios egipcios.De ahí que la dicotomía “maat”-“isfet”, orden cósmico contracaos, se manifestase también ideológicamente en las relacionesde intercambio y en las concepciones egipcias que derivaron deellas. Por su parte, Roxana Flamini se enfoca al Reino Mediopara analizar las características del intercambio entre Egipto y

8 Carta traducida por Wente y Meltzer, op. cit., pp. 70-71.

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FIGURA 1. Mujeres intercambian sus productos con marinerossirios. Tumba de Ken-Amón en Tebas, Imperio Nuevo.

Fuente: B. Kemp, El antiguo Egipto. Anatomía de una civilización, Barcelona, Crítica,1992, 451 p., ilus., map., plan. (Serie Mayor), figura 86.

sus regiones periféricas durante esta etapa en la que Egiptorecuperará la centralización política en torno de la figura delfaraón, para entonces —luego del intermedio hickso— lanzar-se a la conquista de su imperio asiático y africano. Así, la autorarevisa las relaciones entre Egipto y Siria-Palestina y Nubia,fundamentalmente; relaciones de carácter “imperialista” eco-nómico más que de establecimiento de un imperio territorialen la zona. Celeste Crespo se ocupa luego de las relaciones,siempre conflictivas, de Egipto con las poblaciones libias du-

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rante el Tercer Periodo Intermedio (dinastías XXI a XXV), épo-ca de debilitamiento y de problemas internos en Egipto, situa-ción que aprovechan los libios para participar activamente enlos circuitos de intercambio del periodo e incluso para accedera la realeza y al control de áreas independientes del dominioegipcio. Los dos últimos trabajos se orientan a revisar aspectosde las relaciones de Egipto con el Negev y con Palestina. El deJuan Manuel Tebes estudia tal interrelación a través del sitiode Tel Masos en el valle de Beersheba, en el Negev, importan-te productor de cobre hacia los siglos XII y XI a. n. e. De hechoen este artículo son muy pocas las referencias a los contactoscon Egipto, siendo un texto más bien ligado a la arqueologíade las regiones periféricas al propio Egipto. En cambio, el artí-culo de Emmanuel Pfoh procura más que nada discutir la

FIGURA 2. Mujeres nubias y niños. Tebas. Tumba de Haremhabnúm. 78. Época de Tutmosis IV. Imperio Nuevo.

Fuente: N. de Garis Davies y A. Gardiner, Ancient Egyptian paintings: Paintings, 2 v.,Chicago, University of Chicago Press, 1936, ilus. (Special Publication of the OrientalInstitute), I, pl. XXXIX.

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historicidad del rey Salomón, para lo que retoma las tesis deIsrael Finkelstein y Neil Silberman.9 Es el trabajo menos liga-do a la temática del libro, y su mérito mayor parece ser el dedifundir las propuestas de los arqueólogos israelíes en nuestromedio. Empero, no olvida discutir las posibles relaciones deEgipto y los hebreos, como las muestran los hallazgos arqueo-lógicos, en la época del que ahora se considera un monarca de“historicidad incierta” (p. 156) por decir lo menos. Finkelsteiny Silberman10 creen en la existencia histórica de David y Sa-lomón, pero es lo único seguro en su entorno: lo demás esleyenda. “Realidad teológica indiscutible”, lo llama Pfoh.

En suma, una obra que permite conocer el estado actualde la investigación en las áreas que los autores estudian y unejemplo de la necesidad de contrastar la información arqueo-lógica e histórica con un marco teórico, lo que permite llegara explicaciones más claras de la historia y de ciertos aspectosde la economía del Egipto antiguo.

JOSÉ CARLOS CASTAÑEDA REYES

Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa

Nicholas B. Dirks, Castes of Mind: Colonialism and the Makingof Modern India (Princeton, Princeton University Press, 2001),372 + xvi.

Castes of Mind es un elegante ensayo sobre la interpretación deuna idea, la idea de casta. Nicholas Dirks traza las vías de lacasta desde sus configuraciones fluidas, plurales, políticas ycontingentes, en la India precolonial, a través de los reportesdiscrecionales hechos por los administradores, misioneros yeruditos bajo el régimen colonial temprano. El autor delinealos caminos de la casta desde su transformación en una catego-

9 The Bible Unearthed. Archaeology’s new vision of ancient Israel and the origin ofits sacred texts, Nueva York, The Free Press, 2001, XI + 385 p., ilus., map., plan.(Religion-History-Archaeology).

10 Ibid., pp. 131, 143, 145.


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