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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez
Necios y Hombres Sabios, 1ª Parte
Escritura: Mateo 2:1-3
Código: 2183
John MacArthur
En esta noche regresamos al libro de Mateo y les pido que tomen su Biblia y pasen conmigo
al segundo capítulo de Mateo; Mateo, capítulo 2. Y estamos viendo, comenzamos nuestro
pequeño estudio la semana pasada, de la historia bíblica de la visita de los hombres sabios al
nacimiento de Jesucristo en Belén. Y pasamos mucho tiempo la última vez presentándoles a
los hombres sabios y quiénes eran y algo acerca de ellos con cierto detalle. Y no quiero tomar
tiempo para repasar todo eso. Permítame simplemente decirle que en esencia vimos que
estos hombres eran establecedores de reyes persas, que estaban viniendo debido a que eran
conscientes del nacimiento del Rey que esperaban, que sin duda alguna vez habían oído de
personas como Daniel y otros de los israelitas, quienes habían vivido en su tierra desde el
tiempo de la cautividad babilónica.
Y estos establecedores de reyes persas esperaban con mucho gusto ver a un rey porque no
tenían a ningún rey. El rey en ese entonces había sido derrocado y querían a un gran
monarca para que llegara al trono en el este, para que pudieran presentar una amenaza
contra el gran Imperio Romano del occidente. Entonces, sus sentimientos eran tanto políticos
como espirituales; y vimos que llegaron a la ciudad e inmediatamente fueron confrontados con
una persona muy interesante llamada Herodes. Y vamos a hablar más de él en esta noche.
Pero compartí con ustedes que la razón por la que Mateo incluye este segmento en particular
del nacimiento de Jesucristo es porque Mateo presenta a Cristo como el Rey. Y qué podría
ser más apropiado en una presentación de Cristo como Rey que tener a algunas personas de
las que establecían reyes para que vinieran a coronarlo como Rey. Y no sólo establecían
reyes, sino que establecían reyes gentiles.
Y vimos cómo casi de manera paradójica fue que el pueblo judío, que debería haber estado
esperando a su Mesías, ni siquiera se molestó con el nacimiento de Cristo mientras que los
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gentiles, quienes en ese entonces eran pueblo fuera de los Pactos de Dios, buscaron conocer
al Rey. Entonces, Él era un Rey, cuando vimos la presentación de Mateo debido a Su linaje
de David. Y vimos eso. Y aquí vemos que Él es un Rey debido al hecho de que había gente
en el mundo que establecía a los reyes de manera oficial y lo reconocían como tal. Podría
decir que en el capítulo 1, Mateo dice: “Jesús merece honor,” y en el capítulo 2, Él lo recibe. Y
de hecho, Él aquí inclusive estaba siendo reconocido como Rey de Reyes y Señor de Señores
en un sentido por parte de estas personas que establecían reyes que eran persas.
Este es un refuerzo de la realidad de que Cristo es Rey, de Su derecho a reinar. Y como le
dije la última vez, no puedo evitar sino detenerme y pensar en el hecho de que el verdadero
Rey no fue conocido en Jerusalén, Su propia ciudad. En Su propia residencia real, el lugar de
todos los lugares en donde Él debería haber sido reconocido como Rey, no lo fue. Ellos no lo
buscaron. No les importó quién era Él. Ni siquiera se molestaron por venir a Belén para verlo.
Sino que más bien fueron algunos extranjeros de una tierra distante que estaban buscando
adorarlo. Y además, fuera de la gente común, los líderes y los gobernantes y los teólogos y
los sacerdotes de Israel que fueron totalmente indiferentes, estaba Herodes, lleno de
amargura y odio y envidia y celos.
Entonces, aquí, desde el principio mismo del Evangelio de Mateo vemos cómo va a ser.
Habrá personas que serán indiferentes. Habrá personas que serán antagonistas y habrá
personas que adorarán. Y veremos más de estos tres grupos conforme avanzamos.
Entonces, los magos representan las primicias de las naciones gentiles y nos muestran,
realmente, que Dios siempre los ha tenido en Su corazón. Ahora, observemos los versículos 1
al 12; y estaremos viéndolos de manera específica conforme entramos al texto -la última vez,
únicamente hablamos de la introducción. Pero conforme entramos al texto, quiero que vea
cinco actos en este increíble drama que se desarrolló en el capítulo 2. Cinco actos separados.
Y simplemente lo vamos a titular con una palabra para recordarlos. La llegada, acto uno.
Número dos, la agitación. Número tres, la actuación. Número cuatro, la adoración y número
cinco, la evasión. Ahora, ese no es un bosquejo muy brillante. Sino que son algunos ganchos
para colgar sus pensamientos.
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Veamos en primer lugar los versículos 1 y 2. La llegada. “Cuando Jesús nació en Belén de
Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos.” Y recordará que
realmente le dije que eso no se traduce y es una referencia a cierta línea de sacerdocio que
se recibía por herencia, una tribu de personas que originalmente, aparentemente vinieron de
los medos; pero a lo largo de los años, habían llegado a ocupar un lugar de gran prominencia
los reinos de Persia, en el reino de los medos y en el reino babilónico también. Y entonces, se
volvió sinónimo en muchas maneras con ser un hombre sabio. Ser un mago era tener un lugar
de un hombre sabio en la sociedad. Entonces, vinieron estos magos del este a Jerusalén
diciendo “¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque Su estrella hemos visto en
el oriente y venimos a adorarle.”
Ahora, obviamente tenemos la llegada aquí. Poco después del nacimiento de Jesús, los
magos llegan a Jerusalén. Ahora, hay dos cosas que debemos señalar al principio del
versículo 1. Primero, la frase “en Belén de Judea.” Ahora, Belén es un pequeño lugar
tranquilo, aproximadamente está a unos ocho o más kilómetros al sur de Jerusalén. En el
pasado, se llamó Efrata; y así es designada por el profeta Miqueas en el Antiguo Testamento.
Ahora, el nombre Belén es interesante. Significa “casa de pan.” Beth es casa, lehem es pan.
Casa de pan es un nombre apropiado para el lugar en donde el mismo Pan de la vida nació.
Ahora, esta pequeña aldea se encuentra en un lugar fértil en el campo y era muy productivo.
De hecho, le puedo dar a usted una descripción breve que podría ayudarlo a visualizarla.
Estuve ahí un par de veces y haré lo mejor que pueda.
Jerusalén como usted sabe, se encuentra en una planicie. Probablemente unos 2000 pies
sobre el valle que está abajo. Y está ahí en la parte de arriba de un monte alto. Y un poco al
sur. Lo que es interesante acerca del lugar donde Belén se ubica es que en un extremo está
un risco más alto y por otro lado, hay un risco más alto. Es casi así como un asiento, es como
una cuna y Belén está en el medio.
El área, en gran parte, está constituida por roca caliza gris. De hecho, es lo único que ve,
porque hay una norma ahí en la actualidad en Jerusalén, en esa área, que usted no puede
construir ningún edificio menos de que lo construye a partir de la piedra de Jerusalén.
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Entonces, los edificios simplemente se levantan del piso y se ven exactamente como se ve el
piso. Y es una especie de roca caliza gris y se ve como una pequeña ciudad. Es como un
anfiteatro, es impresionante.
La pequeña ciudad de Belén ha tenido una historia muy interesante. Se remonta hasta el libro
de Génesis, usted descubrirá que en Belén, Jacob sepultó a Raquel y estableció ahí un pilar o
una especie de memorial en su tumba. Inclusive, cuando usted toma un taxi Mercedes-Benz a
Belén, algún hombre le va a apuntar y decir ‘esa es la tumba de Raquel’, a un lado del
camino.
También descubrimos que cuando Rut se casó con Booz, en el libro de Rut, ella vivió en la
ciudad de Belén. Y desde Belén, Rut podía ver claramente al otro lado del valle del Jordán. Y
eso es verdad. Usted puede estar en ese lugar y puede ver al otro lado del valle del Jordán,
ver al otro lado del mar Muerto y ver a los montes de Moab al otro lado. Y Rut era una
moabita. Viviendo en Belén, ella podría haberse puesto de pie y ver su propia ciudad natal.
Pero sobre todo, la ciudad del Belén fue el hogar y la ciudad del gran rey de Israel conocido
como David. Y eso es lo que es característico acerca de Belén. Eso es lo que más sobresale
de Belén. Siempre será la ciudad de David. En 1 Samuel 16 y en 1 Samuel 17 y en 1 Samuel
20 encontramos indicadores de que ésta fue la ciudad de David. De hecho, en 2 Samuel 23,
cuando David era un fugitivo que estaba huyendo, él clama y dice que anhela el agua del
pozo de Belén. Esa era su ciudad natal.
En días postreros, más adelante, Roboam, después de que se partió el reino en la época de
Salomón, Roboam fortificó a la ciudad. Pero de manera única, está ahí; y muchas cosas
suceden en la historia, pero de manera única, sobresale por ser la ciudad de David. Y
realmente fue ahí -y esto es importante- realmente fue ahí, en ese pequeño lugar, en esa
pequeña villa, realmente no es una ciudad. Fue en esa pequeña villa que el pueblo de Dios
había esperado durante mucho tiempo que naciera su Mesías. Y había motivo para ello, y la
razón es que la profecía del Antiguo Testamento así lo indicaba. Ellos esperaban que el hijo
mayor de David saliera de la ciudad de David. Ellos esperaban que el Mesías naciera allí y
cuando nació ahí, ellos no se molestaron por reconocerlo.
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Ahora, un poco más de Belém para ayudarle a tener un retrato visual de la villa. Las casas de
Belén están construidas ahí por todas las colinas. De hecho, es muy difícil encontrar un lugar
plano a menos de que usted suba ahí donde está la plaza junto la Iglesia de la Natividad. Pero
parece siempre que son muchas colinas que suben y bajan y las casas están construidas por
todas estas colinas.
Y con mucha frecuencia, cuando se construía una casa en la colina, ahí abajo de eso, debido
a que la piedra caliza no era muy dura y debido a que había algunos hoyos naturales en el
monte, la gente simplemente construía una cueva hueca que usaban como establo. Y es muy
probable que en una cueva como esa haya nacido nuestro Señor Jesús. Inclusive hoy, la
Iglesia Católica cree que ha encontrado la cueva correcta. Claro, ellos siempre encuentran un
lugar donde poder construir una iglesia, en todos lados excepto por la mitad del mar de
Galilea. Ellos no han podido construir ahí donde Jesús caminó sobre el agua, pero en
cualquier lugar donde Jesús puso Su pie, ellos han colocado una Iglesia.
Y está cueva en particular que ellos creen que han encontrado al costado de un monte, ahí
arriba de eso han construido una Iglesia. Entonces, usted entra a la Iglesia y baja por las
escaleras y hasta abajo encuentra una pequeña cueva y tiene que agachar su cabeza y
también sus hombros para que en cierta manera pueda adentrarse a esta pequeña cueva y
ese es el lugar donde ellos dicen que Jesús nació.
Ahora, por cierto, esto no es algo nuevo. Esto se remonta al emperador Adrián. Cuando él
primero reconoció que los cristianos pensaban que esta cueva era el lugar sagrado, entonces
él pensó que la profanaría muy bien. Entonces, él construyó ahí una estatua a Adonis, un Dios
falso. Y llegó Constantino en el siglo cuarto y destruyó el templo a Adonis y allí construyó una
iglesia. Y esto ha continuado así, y se piensa que ahí es el lugar.
Entonces, es una pequeña villa que está construida en un montón de colinas en donde las
casas realmente tenían debajo de ellas un pequeño establo, un establo hecho de un lugar
hueco ahí en el monte.
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Ahora, esto es Belén de Judea. No es significativo. Quizás sea apropiado. Cuando uno piensa
acerca de Belén, uno quizás piensa en una cosa y es el nacimiento de Jesucristo. Y quizás
ese es el modo en que Dios quería que fuera y por eso Él escogió un lugar muy oscuro y sin
embargo, un lugar lo suficientemente cerca de Jerusalén como para que hubiera llamado la
atención de la población entera cuando el Rey naciera. Si ellos hubieran sido sensibles a
Dios, ellos habrían podido identificar esto como Él lo habría querido.
Ahora, notará que no hay duda alguna de que algo de tiempo ha pasado. Entre el capítulo 2 y
el versículo 1, cuando los hombres sabios llegan y el nacimiento de Cristo, hay un período de
tiempo que pasa. Y señalé esto la última vez y no voy a entrar en esto a gran detalle, pero me
parece que han pasado varios meses, por lo menos un par de meses. Hay un buen período
de meses, Jesús nació en algún momento cerca del fin de año y Herodes murió en algún
punto cerca del principio del año siguiente. Sabemos que murió, o por lo menos creemos que
él murió en algún punto cerca del fin de marzo o el principio de abril, en un eclipse lunar en el
año 4 a. C. No podría haber sido más de 4, 5 o 6 meses después, al menos en mi juicio,
después del nacimiento de Cristo.
Y también notarán esto: nos dice ahí en el versículo 11: “y al entrar en la casa, vieron al niño
con Su madre, y postrándose, lo adoraron.” Cristo ya no está en el pesebre. Ya no está en
establo. Él está en Su casa. Y le dije a usted la última vez que probablemente habían estado
en el templo para la purificación. Cuando una dama judía tenía un bebé, pasaba cierto período
de tiempo, ella tenía que ir purificarse y ofrecer un sacrificio. Y le dije que ellos ofrecieron lo
que ofrecía un pobre.
Y había pasado algo de tiempo después del nacimiento de Cristo. Sin duda alguna, habrían
llevado los regalos que los hombres sabios les habían traído. Ellos habrían comprado un
sacrificio más grande si hubieran tenido el dinero. Y entonces, me parece que todavía no
habían recibido los regalos de los magos, los cuales habrían usado en ese sacrificio, lo cual
significa que la purificación sucedió antes de eso, por lo cual nos coloca en un período de por
lo menos 40 días antes de que los hombres sabios llegaran allí. Entonces, el niño ha crecido
por lo menos un poco, quizás tiene unos pocos meses de edad.
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Ahora, aquí también hay algo interesante y sólo le estoy dando información para preparar el
contexto. Notará que dice “en los días del rey Herodes.” Ahora, podemos pasar literalmente
horas discutiendo esta persona y todo su trasfondo, de dónde vino; pero realmente no es algo
clave para nuestro punto. Permítame simplemente darle suficiente historia como para que
entienda lo que aquí está pasando.
Este hombre realmente no fue estrictamente un judío. Él era un edomita. Él era un edomita o
idumeo, es lo mismo, que vino de un área al este y al sur un poco de Jerusalén. Él se había
puesto a disposición de los romanos. Ahora, recuerde esto. Los romanos entraron y se
apoderaron de esa área y la gente que era inteligente en cierta manera se ponía a los pies de
los romanos, ¿no es cierto? La gente que quería obtener algo, simplemente buscaba caerle
bien a los romanos y este hombre fue uno de este tipo de personas. Durante las guerras
civiles en Palestina y durante el tiempo en el que Roma estaba tratando de establecerse a sí
misma antes del nacimiento de Cristo, Herodes jugó juegos con Roma y en cierta manera,
buscó busco caerles bien y confiaron en él. Él obtuvo su favor.
Y una vez que Roma finalmente había conquistado la tierra de Judea, ellos establecieron un
Procurador. Un Procurador era como un gobernador, algo así como un gobernante oficial de
ese pequeño país. Y su nombre era Antípater. Antípater. Y él era un edomita. Él era un
edomita y Herodes era su hijo. Cuando ellos querían a un gobernante, ellos encontraron a
este hombre Antípater y Herodes era su hijo. Pero Herodes se había esforzado tanto por
caerle bien a los romanos, que ellos establecieron a Herodes como el tetrarca de Galilea.
En otras palabras, ellos necesitaban un hombre que se encargara de Jerusalén y Judea y
alguien más que en cierta manera controlara el área rural. En cierta manera, era una posición
inferior en importancia, pero obstante, era una posición de honor entre los romanos. Entonces,
establecieron a Antípater en Jerusalén y Judea. Y también a Herodes en Galilea. Y entonces,
en el año 47 a. C., eso es antes del nacimiento de Cristo, Herodes fue hecho tetrarca de
Galilea.
Ahora, siete años después, en el año 40 a. C., esa área de los medo persas, los partos, de la
que hemos estado hablando de donde vinieron los magos, comenzó una guerra civil. Y ellos
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cruzaron y atacaron el área de Palestina y Siria y demás. Y Herodes se subió rápidamente a
un barco a Roma. Y se fue. Y él podía ver el escrito en la pared y se fue a Roma y les dijo lo
que estaba sucediendo. El este estaba comenzando a molestar esa pequeña área que era así
como un colchón. Y entonces, Herodes huyó a Roma. Y él es el hijo de Antípater.
Y llega a Roma y comienza a hablarle al Senado romano y realmente busca caerle bien al
Senado romano y los convence de que él es pro romano, pero que también viene de esa parte
del mundo y sabe cómo manejar las situaciones por ahí, etc., etc., etcétera. Él quiere
autoridad absoluta. Entonces, alrededor del año 40 a. C., el Senado romano hizo de Herodes
el rey de los judíos. Ahora recuerde eso. Ellos hicieron de Herodes el rey de los judíos y le
dijeron ‘llévate un ejército’. Y le dieron un ejército. Le dieron algunas tropas y le dijeron ‘ve ahí
y levanta tu propio reino por allá y tú haz lo que quieras’.
Bueno, le tomó tres años hacer eso. Le tomó tres años y finalmente, adquirió el poder que
tenía el título. Y finalmente, en el año 37 a. C. él ganó y se volvió el rey de los judíos. Y ese es
un título que mantuvo hasta que murió. Siempre trató de mantener el título de rey de los
judíos.
Ahora, ve usted ahí la pregunta que los magos hicieron el versículo 2 diciendo “¿dónde está el
rey de los judíos que han nacido?” Bueno, eso fue suficiente como para llenar de pánico a
Herodes. Digo, él había buscado esto como un político desesperado. Él había viajado hasta
Roma y había jugado su juego ante el Senado romano para caerle bien. Había obtenido el
derecho de ser rey de los judíos, tomó a un ejército y luchó durante tres años para ganarse el
derecho que es convertir eso en una realidad. Y entonces se había aferrado a eso; y ahora de
pronto, vienen un montón de hacedores de reyes de Persia, entran por la ciudad preguntando
por todos lados quién es el rey de los judíos que ha nacido y Herodes tiene miedo.
Ahora, algo del shock del miedo de toda esta escena se indica de nuevo en el versículo 1,
cuando dice: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del
oriente a Jerusalén unos magos.” No sólo vinieron magos, pero ¿puede usted creer que
vinieron magos? Si ustedes Herodes, estamos en problemas o lo que sea. Es inesperado. Es
asombroso. Lo deja boquiabierto. Impresionante. Vinieron magos del este preguntando dónde
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está el rey de los judíos que ha nacido.
Ahora, francamente, no debería haber sido tan sorprendente realmente. Si esa persona judías
hubieran analizado cuidadosamente el Antiguo Testamento, sin duda alguna, ellos habrían
llegado a ver que había una buena indicación de que el tiempo era el correcto. Los
historiadores nos reiteran que en ese entonces en el mundo, ahora escuche esto, me parece
fascinante que en ese entonces, en el mundo, había un tipo extraño de expectativa de que iba
a llegar un rey. La gente en el este tenía esta expectativa. Y eso es en parte por lo que los
magos vinieron. La gente en muchos lugares esperaba la llegada del rey. Ese era el medio
ambiente del día, de la época.
Inclusive los historiadores romanos reconocieron esto. Por ejemplo, Suetonio escribió: “se
había esparcido por todo el Oriente una creencia antigua y firme de que ya era apropiado el
momento para que hombres vinieran de Judea a gobernar el mundo. Ese es Suetonio. Y
Suetonio habría escrito más adelante, particularmente acerca de los días de Vespasiano. Y
Vespasiano conquistó Israel en el año 70 d. C. Entonces, quizás Suetonio escribió poco
después de eso. Pero él miró atrás y dijo que era un día en el que había una expectativa de
que hombres vinieran de Judea a gobernar el mundo. Ellos estaban viendo a ese lugar.
Tácito, el famoso historiador romano, habla de la misma creencia. Y cito: “Había una
persuasión firme,” dice Tácito en sus historias, “que en este mismo momento el este iba a
llegar a ser poderoso y gobernantes vendrían de Judea para adquirir un imperio universal.”
Así dice Tácito. Los judíos - de acuerdo con Josefo en su volumen Guerras de los Judíos -
dice Josefo lo siguiente, que alrededor de ese entonces, lo judíos creían que uno de su país
se convertiría en gobernador de la tierra poblada.
Poco tiempo después, encontramos a Tiridates rey de Armenia, visitando a Nerón en Roma
con sus hombres sabios junto con él, de acuerdo con Suetonio. Y encontramos a los magos
en Atenas sacrificando a la memoria de Platón. Y al mismo tiempo en el que Jesús nació,
encontramos a Augusto, el emperador romano, siendo reconocido como el salvador del
mundo. Y encontramos al poeta romano Virgilio escribiendo acerca de la época dorada que
acababa de comenzar. Como puede ver, los romanos estaban esperando una época dorada.
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El este venía al oeste con sus hombres sabios. Había un sentimiento tremendo de que en
algún momento, de algún lugar, vendría un gran salvador del mundo, un gran líder, un gran
gobernante.
Ahora, no sé de dónde vino la expectativa. El tiempo estaba listo. Y vinieron hombres sabios o
magos del este a Jerusalén. Quizás ellos reconocían lo que Pablo les dijo a los gálatas, que
en la plenitud del tiempo Dios envió a Su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo la ley. Había un
sentido en el cual el tiempo era propicio y algunas personas podrían sentirlo.
Y estos magos, basaron su información en Daniel y otra información que habían recibido de
los judíos que estaban viviendo en su tierra desde la cautividad. Y en base a su propio sentido
de fe en el Dios verdadero y en base a su propia expectativa de que Dios cumpliría Su palabra
y en base a lo que ellos vieron en el cielo, que es llamado una estrella aquí, ellos vinieron a
Jerusalén.
La gente siempre pregunta cuántos eran. No lo sabemos, como les he dicho; tampoco
sabemos cuáles son sus nombres. Es especulación pura. Pero tenían un motivo por el cual
venir. Observe el versículo 2. Diciendo, y aparentemente la construcción griega aquí dice que
estaban diciendo todo esto por todos lados. Ellos continuamente estaban diciendo. “¿Dónde
está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque Su estrella hemos visto en el oriente y
venimos a adorarle.” Ellos seguían preguntando “¿Dónde está el rey de los judíos que ha
nacido?”
Todo el mundo se debió haber sorprendido cada vez que oían la pregunta de los magos. Algo
así como que la gente hubiera respondido: ‘¿Eh?’ Ellos deben haber asumido que estas
personas habrían sabido eso. Digo, después de todo, eran Los judíos y ciertamente ellos
habrían sabido cuándo Su rey había nacido y dónde había nacido.
Pero hay dos cosas que me impactan en este versículo conforme lo leo y quiero responder
esas preguntas, porque son dos cosas que me impactan. Pregunta número uno: ¿cuál fue la
naturaleza de la estrella? “Hemos visto Su estrella en el oriente y venimos a adorarle.” ¿Cuál
era la naturaleza de la estrella? Leí un poco esta semana y la semana anterior para tratar de
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entender cuál era la estrella. No van a creer las sugerencias.
En primer lugar, algunos dicen que era una estrella genuina, real, bonafide. Algunos dicen que
era Júpiter, porque Júpiter es llamado el “rey de los planetas.” Algunos dicen -y esta es la
teoría de Kepler- que era la conjunción de Júpiter y Saturno en la señal del pez. Y algunos
dicen que simplemente era un cometa errante. Algunos dicen que era un meteorito. Y algunos
dicen que era la estrella del destino en el corazón de la humanidad.
Esas realmente son teorías bastante ridículas. Les voy a decir lo que yo creo. Vean Lucas 2:9;
y quizás, esto le va a ayudar a responder una pregunta que usted quizás tuvo desde que era
pequeño. Y si todavía es un pequeño, todavía la tiene. Lucas 2:9. Aquí hay una buena clave.
Aquí no estamos en el incidente de los hombres sabios, sino en el de los pastores. Y fueron
los primeros que llegaron y eran de Israel. Y ellos, en cierta manera, son un retrato del
remanente.
“En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose
para cuidar sus rebaños. Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor
los envolvió en su luz, y se llenaron de temor.” Ahora, ¿cuál era el brillo en el cielo cuando los
pastores lo vieron? ¿Qué era? Era la gloria del Señor. Y si usted regresa al Antiguo
Testamento y estudia el concepto de la gloria de Dios, descubrirá que la gloria de Dios se
manifiesta como luz, ¿no es cierto? Una, y otra, y otra vez en el Antiguo Testamento, la gloria
de Dios se manifiesta como luz. Cuando Dios irradia Su presencia, Él la transforma en una luz
inefable.
Cuando la gloria de Dios apareció de día, era como una nube de luz. Cuando aparecía en la
noche, era como un pilar de fuego. Cuando la gloria de Dios descendió en el tabernáculo, era
luz. Cuando Moisés ascendió al monte dijo: “Muéstrame Tu gloria,” Dios lo escondió en una
roca y Dios mostró Su gloria manifiesta como luz y había tanta luz que afectó su rostro y
cuando descendió del monte y le habló al pueblo, su rostro resplandecía.
La gloria de Dios es luz refulgente y cuando Jesús reveló quién era y reveló Su gloria en el
monte de la transfiguración, Él hizo a un lado Su carne y ellos vieron Su ¿qué? Su gloria como
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luz transparente. Y cuando Jesús venga la segunda vez del cielo, Él va a venir en luz
refulgente. Y Apocalipsis dice: “Dios va a apagar las luces del cielo. Las estrellas van a caer.
Todos los soles, las lunes, todos se vuelve totalmente oscuro, el cielo se enrolla como un
pergamino. Y cuando esté totalmente oscuro, y cuando venga Cristo, es revelado como luz
refulgente y la gente clama porque las rocas y los montes caigan sobre ellos para esconderlos
de la faz de Su gloria.
Ahora, todo eso para recordarle que la gloria de Dios se manifiesta en las Escrituras como luz,
como luz. Él le dijo a Moisés que no podía ver Su rostro y vivir. Porque sería consumido en
ella. Sería como estar a 10 pies del Sol, sólo que sería un millón de millones de soles. Y creo
que esa era la gloria del Señor que brilló esa noche, cuando la gloria de Dios estaba
descendiendo a la Tierra. Fue la gloria de Dios descendiendo a la Tierra, viniendo en forma de
hombre. Yo creo que esa gloria de Dios en lo que los hombres sabios vieron.
Ahora, permítame darle algo más de apoyo en esto porque creo que es algo interesante,
rastrear en este pensamiento. La palabra clave en el Antiguo Testamento, la palabra hebrea
para estrella es la palabra kokab. No que eso sea importante, sino que es un punto de
contacto con el hebreo. Pero tiene un significado básico; y su significado básico es “brillar o
tener algo refulgente.” Ahora, algunas veces la palabra kokab es usada para usar hablar de
una estrella regular. Algunas veces es usada para hablar de un ángel. Algunas veces es
usada para hablar de hombres. Entonces, no necesariamente siempre significa una estrella
real. Puede significar cualquier cosa que está como algo refulgente, algo que brilla. Cualquier
cosa que brilla de una manera increíble.
De hecho, en Números 24:17, una escritura muy interesante. Dice, y esto es una profecía
mesiánica: “lo veré, pero no ahora. Lo contemplaré, pero no cerca.” Ahora escuche “y vendrá
una kokab de Jacob y un cetro se levantará de Israel.” Eso es Números 24:17. Esta es una
profecía mesiánica. Vendrá alguien brillante. Alguien refulgente. Vendrá una estrella. Y
escuchen, yo creo que la profecía es esta: que ningún otro, nadie más que la gloria de Dios
encarnada es la estrella, es el que brilla.
Vea, por un momento, Mateo, capítulo 24. Mateo 24:4. Bueno, vayamos al versículo 30.
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“Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, se oscurecerá el sol y no brillará
más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos. La señal del
Hijo del Hombre aparecerá en el cielo.” La señal. En otras palabras, siempre que el Hijo del
Hombre está a punto de aparecer, va a haber una señal apuntando a Él. ¿Sabe usted para
que es una señal? Las señal es para dirigirlo a algo que debe ver. Usted está manejando por
el camino y la señal dice Roscoe Boulevard a tres cuartos de milla. La señal no es Roscoe
Boulevard, sino que está ahí para dirigirlo a Roscoe Boulevard. Tienen una función. Su
propósito es señalarle algo y el Hijo del Hombre tiene una señal.
La señal del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo. Oh, es interesante. La señal está en el
cielo. ¿Y cuál es? “La señal del Hijo del HOMBRE aparecerá en el cielo… verán al Hijo del
Hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.” Ahora, aquí está Su kokab.
Su luz refulgente. Y aunque la palabra kokab, la palabra hebrea, no es utilizada en el Nuevo
Testamento, es la misma idea. Yo creo que esta señal del Hijo del Hombre no es nada más y
nada menos que la gloria Shekhiná de Dios mismo. Dios revelándose a sí mismo en luz
gloriosa inefable. De hecho, inclusive nos dice, creo que es en Apocalipsis 1:16 que el Hijo
brilla, el Hijo de Dios brilla, como si fuera el sol en su fuerza.
De alguna manera, escuche esto, Jesucristo está conectado con esta gloria refulgente de
Dios. Y es Su señal en los cielos. Él es un Espíritu. Él es un ser espiritual. Él también en un
sentido es un ser físico en el cuerpo glorificado que Él tiene a partir de Su resurrección. Pero
hay una señal que va con Él y es gloria refulgente y un día en el monte, Él se la mostró a los
discípulos. Y un día, cuando Él regrese, la señal de Su venida, la señal del Hijo del Hombre en
el cielo estará ahí, gloria refulgente en el cielo.
Bueno, ¿sabe usted lo que yo pienso? Yo creo que la misma señal estuvo ahí la primera vez
que vino. Simplemente, creo que era la señal del Hijo del Hombre en el cielo. La señal del Hijo
del Hombre en el cielo no es una estrella. No es un cuerpo astral. No es una conjunción de
planetas. No son los pensamientos del destino humano que están ahí en la mente mística de
alguien. La señal del Hijo del Hombre no es nada más ni nada menos que la gloria de Dios
Shekhiná revelada en luz refulgente, gloriosa en los cielos.
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Y añadiría este pensamiento. El versículo 2 dice: “hemos visto su astēr.” Su refulgencia, la
palabra astēr incidentalmente es la palabra que se traduce aquí estrella, pero es usada de
otras cosas diferentes de estrellas. Entonces, Él tiene Su propia y de nuevo, significa una
refulgencia o un brillo. Hemos visto Su kokab o Su astēr, Su gloria. El hecho mismo de que
sea Su estrella significa algo muy especial.
Ha aparecido. Una palabra interesante. Su estrella hemos visto en el oriente. Su estrella, dice
el versículo 7. Herodes dice: “quiero saber cuándo apareció la estrella. Y la palabra phainō en
el griego significa aquello que se enciende. ¿Cuándo fue el momento en el que eso se
encendió? La misma palabra -es un pensamiento interesante- la misma palabra utilizada con
relámpago. El relámpago es una forma de astēr. Algunas veces es traducida como estrella en
el cielo, algunas veces es traducida como relámpago. Algunas veces es como el brillo de algo
y aquí es el brillo. No podemos ir más allá de ello. No podemos hacerlo que signifique una
verdadera estrella.
Y aquí hay un sentido en el que Herodes dice “¿cuándo es que esto que empezó a brillar se
prendió?” Y aún eso es en cierta manera una pista de que fue algo que nunca antes había
existido y empezó a existir sólo porque Jesús venía. Y entonces, yo creo que esta fue Su
astēr, la señal del Hijo del Hombre en los cielos. Estuvo ahí en Su primera venida y amados,
estará ahí en Su segunda venida. Es Su señal. Es Su estrella. No algún tipo de cuerpo
celeste.
La pseudo ciencia de la astrología nunca había podido predecir al Señor. No estaban viendo
todas sus ideas y diciendo ‘bueno, ahí está el viejo Saturno y quien sea haciendo algo. Eso
significa que va a nacer.’ No, no. Lo que vieron fue algo que nunca antes habían visto y
sabían que tenía que ser algo único y lo conectaron con lo que decía el Antiguo Testamento y
lo que Daniel les había dicho. Ninguna investigación astronómica les dio la dirección. Dios se
reveló a sí mismo.
No fue diferente de la columna de fuego en el Antiguo Testamento. Y usted recordará la
columna de fuego y la nube en el Antiguo Testamento que estaba ahí encima del lugar
santísimo. Bueno, esto nos dice que fuera lo que fuera la estrella, ahí estuvo y estuvo sobre la
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casa en donde nació. Ahora, ¿me puede usted explicar cómo una estrella literal podía hacer
eso? No puede. Porque no es ninguna otra cosa que la señal del Hijo del Hombre. Usted dice
‘bueno, si era una gloria tan magnífica, refulgente de la señal de Cristo en los cielos, ¿cómo
es posible que los hombres sabios estuvieron ahí en Persia y nadie más lo vio?
Bueno, esa es una buena pregunta. Y esa es la segunda pregunta que yo hice. ¿Cómo puede
ser Dios tan selectivo? Bueno, usted sabe, eso no es nada nuevo para Dios. Él puede hacer
que todo el mundo en el mundo esté ciego a algo si Él así lo quiere. En Éxodo, capítulo 14
encontré un buen paralelo, Éxodo 14:19 dice: “El ángel de Dios, quien iba delante del
campamento de Israel, se quitó e iba atrás de ellos.” Ahora, ellos estaban atravesando el Mar
Rojo y entonces, los ángeles estaban guiándolos al Mar Rojo. Y una vez que llegan al mar
Rojo, Él va atrás de ellos. Usted pregunta si era para empujar. No, le voy a decir para qué iba
atrás.
La columna de nube, aquí está la gloria de Dios, la columna la de nube se quitó de delante de
su rostro y se puso atrás de ellos. Ahora, detrás de los israelitas usted tiene ahí la columna de
nube, la gloria de Dios. Y tiene al ángel del Señor. ¿Quién es el ángel del Señor? Jesucristo.
“Y estuvo en medio del campamento de los egipcios y del campamento de Israel y era una
nube y oscuridad para ellos, pero les dio luz de noche a estos de tal manera que no se
acercaron el uno al otro toda la noche.”
¿Sabe lo que sucedió? Israel vio la luz y faraón y su ejército vieron ¿qué? Oscuridad. Y aquí
es lo mismo. Hay algo acerca de Dios revelando lo que Él quiere revelar a aquellos a quien se
los quiere revelar y eso es todo lo que puedo decir acerca de esto. ¿Cómo es que la
relacionaron con el nacimiento de Cristo? No sé. Realmente no sé, fuera de que Dios hizo que
fuera obvio que ellos lo supieran, que ellos lo supieran.
Ahora, ¿quiere saber algo que es fascinante? Esto podría conmoverlo un poco, podría afectar
su historia de navidad el próximo año. Pero, ¿sabe que en ningún lugar de la Biblia dice que
siguieron a la estrella de Belén desde Persia? No. No dice que los llevó a Jerusalén. No dice
que fue a ningún lugar en absoluto. Hemos visto su estrella en ¿dónde? En el oriente. Ellos
vieron la estrella en el este y no necesitaba decirles adónde tenían que ir, en dónde el Mesías
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judío estaría. Ellos sabían que la ciudad real era Jerusalén. Ellos sabían que allí todos los
reyes judíos reinaban. Ellos sabían exactamente dónde ir. No necesitaban que una estrella los
guiara.
Y cuando vino Su gloria y Dios lo hizo tan evidente y obvio como Él siempre lo hace cuando Él
lo revela y cuando quiere revelar a quien Él quiere revelar, ellos ni siquiera hicieron la
pregunta. Ellos se subieron a sus caballos y se fueron. Y llegaron al lugar correcto. Y Mateo
no nos da todos los detalles de cómo es que ellos prepararon al caballo de Persia, cuántos
kilómetros y cómo fue y todo lo que comieron, porque esa no es la historia de esas personas,
sino de Jesucristo. Y tienen un lugar sólo en lo que a Cristo tiene que ver. Entonces, los
detalles no están ahí.
Pero me parece increíble cómo Dios hace las cosas cuando Él quiere que Sus cosas sean
hechas. Les dio a estos magos, estos gentiles que temían a Dios, allá desde Persia, estos
establecedores de reyes, Su señal; y ellos sabían que era Su señal y ellos sabían que debían
ir a Jerusalén. Y el énfasis de Mateo es tan hermoso. Él dice en el versículo 2: “diciendo
porque Su astēr hemos visto en el oriente y hemos venido a adorarle.” Ellos sabían que Él
debía ser adorado. Venían a adorarle. Ellos sabían que no había otro digno como este, y
tenían razón.
Aquí tienen ustedes a paganos que no tenían nada que los guiara sino las indicaciones de las
profecías del Antiguo Testamento, nada que los guiara sino su propia ciencia mezclada con
sus supersticiones simpáticas. Sin embargo, son verdaderos buscadores de Dios. Y cuando la
señal vino, con toda su falta de información, ellos se embarcaron de manera entusiasta en un
viaje para buscar a un rey que habían esperado por mucho tiempo. Pero la jerarquía judía,
con el Pentateuco en su mano, estudiándolo diariamente, con las profecías en su mano,
leyéndolas diariamente, gobernados por un hombre amargado y malo llamado Herodes,
estuvieron satisfechos con ser totalmente indiferentes a lo que estaba sucediendo a 8 km de
distancia. Y aquí vemos de nuevo la actitud constante de Mateo de condenación hacia los
oficiales del judaísmo y su sensibilidad constante de que Dios está abriendo la Iglesia, le está
abriendo el Evangelio a los gentiles.
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Escuche, siempre hay en algún lugar corazones hambrientos anhelando a un Salvador divino
y dispuestos a seguir inclusive una señal débil que pueda llevarlos a Sus pies. Y siempre es
fabuloso cuando usted encuentra a alguien así. Siempre existen esos corazones que buscan.
Me acuerdo cuando estaba en un avión en una ocasión y quería estudiar porque tenía un
manuscrito que tenía que entregar y tenía que entregarlo a la casa de publicación. Entonces
yo, de modo quizás algo simpático, oré de manera silenciosa “Señor, por favor, que ningún
incrédulo se siente cerca de mí, para que no tenga que darle testimonio todo el tiempo desde
el St. Louis a Los Ángeles, porque tengo que terminar.”
Y claro, tuvimos que detenernos y me metí en el avión equivocado o el avión no estaba
funcionando bien y tuvimos que cambiar de aviones. Todas las cosas estaban mal. Y nos
subimos a otro avión. Y vino un hombre y se sentó a mi lado. Yo estaba estudiando y
estudiando; y él estaba dormido y só yo no lo quería despertarlo. Yo me moví un poco y él se
despertó. Y yo pensé ‘Oh’. Y entonces, él me preguntó si era un maestro. ‘Tienes esos
papeles y demás.’ Yo le contesté que sí, que era un maestro en cierto modo. Y él me preguntó
qué enseñaba. Yo le contesté que enseñaba la Biblia. Y él dijo: “¿enseñas la Biblia? ¡Oh,
escucha! Esto es fabuloso. ¿Tú podrías decirme cómo puedo tener una relación personal con
Jesucristo?” Es la verdad. Y entonces, empecé a hablarle.
Se supone que no debes comenzar ahí. Se supone que debes ser escéptico. Se supone que
al menos debe tener una hora de apologética antes de que entremos en eso. Pero en algún
punto ahí, volando sobre el Gran Cañón, él recibió a Cristo. Más tarde, lo bauticé y me dijo
que después de eso, él venía a Los Ángeles a trabajar para alguien. Le pregunté para quién.
Y él me dijo para quién era, para uno de nuestros ancianos. Fue interesante.
Siempre hay corazones preparados y aquí había algunos que vinieron a Jerusalén. Entonces,
veamos la llegada. En segundo lugar, y esto es realmente interesante, la llegada es la escena
uno. Y rápidamente llega la escena dos, la agitación. La agitación. Herodes es totalmente lo
opuesto de estas personas. Versículo 3: “Oyendo esto, el rey Herodes se turbó.” Oyendo esto,
esto es que estos hombres habían llegado “Herodes se turbó y toda Jerusalén con él.”
Ahora Herodes sabía muy bien que él estaba sentado ahí en un polvorín. En primer lugar, él
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sabía que la gente de la ciudad no lo quería y no querían el gobierno romano y querían su
propia independencia y autonomía. Y él sabía que ellos tenían aspiraciones de derrocarlo y
derrocar a Roma. Y él también sabía que si los persas se involucraban y formaban esta
enorme confederación que involucraba a este llamado el ‘rey de los judíos’, realmente estaría
en problemas. Su ejército estaba fuera del país temporalmente. Él sabía que el imperio
oriental presentaba una amenaza constante para Roma y el conflicto siempre estaba ahí
hirviendo y él sabía que su trabajo estaba en la cuerda floja y su vida estaba en la cuerda
floja, aunque tenía 70 años de edad, por lo menos para este entonces. Él todavía quería
aferrarse a todo lo que tenía.
Entonces, se turbó. Él estaba en pánico. Es una palabra que significa realmente estar agitado
y enojado. De hecho, no sé si existe una palabra más fuerte que esa en referencia a este
pensamiento. Una buena comparación de referencia sería en Mateo 14:26, cuando se usa la
misma palabra y dice lo siguiente: “Cuando los discípulos vieron a Jesús caminando sobre el
mar, fueron agitados.” Se turbaron. Es la misma palabra. Digo, esto realmente es algo
anormal. Esto es algo molesto, estaban en un estado de pánico.
Ahora, él está agitado y él tenía razón para estarlo. Después de todo, era el rey de los judíos y
en su propia mente él había peleado mucho por llegar ahí y mantenerlo. Y ahora, de pronto,
llegaba alguien que va a quitarle el trono y aquí están los hombres que establecen a los reyes
para asegurarse de que lo tenga. Hombre, esto es algo serio. Este tipo de rumor, él podía
imaginarse. Este tipo de rumor ahora está por toda la ciudad. Hay un nuevo rey. Hay un nuevo
rey de los judíos. Hay un nuevo rey de los judíos. ¿Oíste que los persas están aquí? Los que
establecen reyes están aquí. Hay un nuevo rey de los judíos.
Y él puede imaginarse toda la conmoción de libertad, se puede imaginar las manifestaciones
de libertad de los fanáticos entre los zelotes y los fanáticos y hombre, está temblando. Y él se
da cuenta de que tiene que tomar pasos radicales; y en su mente depravada putrefacta
comienza a pensar en un plan. Bueno, él francamente se excedió, porque a partir del registro
de Mateo no parece que la población de Jerusalén estaba impresionada con las preguntas de
los magos. Usted no ve aquí a una masa de personas que está llegando a Belén. No parecían
entender lo que estaba pasando. No parece haber ningún tipo de agitación.
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Me parece tan difícil creer, que es asombroso. Digo, aquí están estas personas famosas de
Persia que establecían reyes haciendo una pregunta como ésta y usted podría haberse
imaginado que el pueblo hubiera venido en multitudes. Pero es parte de la que manera en la
que será, porque la Biblia simplemente dice: “A los Suyos vino, y los Suyos no le recibieron.”
Él estuvo en el mundo y el mundo no le conoció. Y es verdad. Cuando todas las
circunstancias normales habrían dictado mucho interés, pero no hubo nada. Nada.
No hubo una especie de mentalidad de que ‘vamos a vencer, vamos a levantarnos en armas’
que se fomentaba en Jerusalén. No había un nuevo rey que buscara derrocar a Herodes. Y
creo que hay una razón para esto: básicamente la razón es que temían más a Herodes que
confiaban en Dios. Temían más a Herodes de lo que confiaban en Dios. De lo que confiaban
en la Palabra de Dios. Realmente temían lo que Él haría. Y observen lo que dice. Dice que él
se turbó y toda Jerusalén con él. ¿Por qué se turbaron? Porque le temían tanto. Y tenían
mucho por qué temer. Ellos habían aprendido mucho tiempo antes, a través de la triste
experiencia, que no había límites para la ira y venganza de este maníaco. Digo, realmente un
loco. Y ellos pensaron ‘hombre, estos hombres hicieron enojar a Herodes y aquí estaremos en
un baño de sangre.’ Ellos temían.
Ahora, permítame hablar de Herodes por un momento. Él cometió algunas atrocidades que
son difíciles de describir. Pero en primer lugar, permítame hablar de las cosas positivas. Él era
un hombre muy capaz y normalmente las personas diabólicas que llegan a este nivel tienen
alguna capacidad. Mientras que fue un gobernante joven en Galilea, él tuvo grandes victorias
sobre las guerrillas. Siempre existieron estas guerrillas de montaña, estos soldados. Él solía
derrotar a estas pequeñas bandas de guerrilleros en Galilea, él trajo paz verdadera allí. Era
muy eficiente al recolectar impuestos para Roma, entonces Roma lo quería. Él era capaz de
poner las cosas en orden y un diplomático muy sutil.
La historia nos dice que él era un líder muy decisivo y determinante en la batalla y él podía
cambiar el curso de una batalla de la derrota a la victoria. Él fue el único gobernante en la
historia de Palestina que inclusive tuvo éxito en mantener la paz y traer orden. En tiempos de
dificultad, él le dio a la gente de regreso su dinero de impuestos para que pudieran tener lo
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suficiente. En el año 25 a. C., hubo un hambre tremenda y él derritió las placas de oro en el
palacio y les dio el dinero a los pobres. Él era un hombre sutil y era un hombre inteligente y
hacia lo que podía para que el pueblo lo quisiera.
Él fue un gran arquitecto. Un gran constructor. Él construyó un teatro en Jerusalén. Construyó
un anfiteatro y construyó un hipódromo. Un lugar donde corrían carreras. Y también construyó
un palacio magnífico para sí mismo y comenzó en el año 19 a. C. la construcción del templo.
El gran templo herodiano. Y él murió mucho antes de que lo concluyeran. Y claro, fue
totalmente demolido en el año 70 d. C. cuando Tito Vespasiano y su ejército romano vinieron
y conquistaron a Jerusalén.
Él restauró a Samaria de su situación depravada. Él construyó la ciudad de Cesárea, como
una magnífica ciudad de puerto. Él mejoró y renovó ciudades como Beirut, Antioquía,
Damasco, Tiro, Sidón, Rodas e inclusive hizo contribuciones a los edificios en Atenas. Él
construyó una fortaleza en Masada, la cual fue una feroz fortaleza inexpugnable. Él tuvo un
gran programa de beneficios sociales y cuando el pueblo tenía problemas en encontrar ropa,
él importó ropa para ellos. Entonces, él hizo cosas para quedar bien con el pueblo, porque era
un político inteligente.
Pero él también fue cruel, diabólico y maniático. Todos los historiadores están de acuerdo con
esto. Y esta es la primera línea de todo artículo que leí acerca de Herodes. Herodes era
increíblemente celoso y él sospechaba de todo el mundo. Él se sentía amenazado por todo el
mundo y todas las cosas y entonces, pasó tu vida entera tramando el asesinando de las
personas. Él estaba tramando asesinatos constantemente. Él no quería a asmoneos, quien
era una familia de personas y entonces, tramó asesinarlos a todos ellos. Ellos eran los
descendientes de los macabeos; y usted recordará que los macabeos eran un grupo de
personas judías que había peleado por la libertad en contra de los griegos y cuando llegaron
los romanos, él temía que los parientes de los macabeos hicieran lo mismo en contra de él. Y
entonces, él simplemente prefirió matarlos a todos para que ninguno de ellos tuviera
esperanza alguna de llegar a hacer eso.
Él tuvo diez esposas y doce hijos. Y su esposa más conocida fue una en señora llamada
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Mariamna. No porque fuera importante, sino para que usted sepa, quizás en algún momento
puede ver la historia. Mariamna tenía un hermano. Su hermano se llamaba Aristóbulo y
Aristóbulo era el sumo sacerdote cuando él estaba en el poder, cuando Herodes estaba en el
poder. Y él tenía tanto miedo de Aristóbulo que decidió asesinarlo. Él es el hermano de su
esposa.
Entonces, en un día cuando hacía mucho calor, dijo que iban a tener una fiesta en Jericó.
Jericó era como Palm Springs. Usted va ahí a Jericó, al monte de Jericó, un lugar turístico,
hermosas palmeras, había agua agradable, buen sol. Era un lugar fabuloso. Entonces, en un
día caliente, él lo invito para nadar en el río Jordán, cerca de Jericó. Y la familia motivó el
joven para que se metiera el agua. Y cuando lo hizo, claro, tenía otros hombres que lo
esperaban pretendiendo jugar con él y se metieron al agua. Y mientras que ellos pretendían
jugar con Aristóbulo, lo mantuvieron ahí abajo del agua hasta que lo ahogaron y murió.
Realmente, nunca nadie supo lo que pasó y entonces Herodes proveyó un funeral magnífico;
y fue al funeral y lloró todo el tiempo. Inclusive él mató a su propia esposa, Mariamna. Él
también mató a la madre de ella porque no quería que lo molestara, Alejandra. Él tuvo dos
hijos que no le caían bien y entonces, mató a los dos porque temía de que ellos quisieran
quitarle el trono.
Cinco días antes de su muerte, él ordenó que su tercer hijo fuera ejecutado. Él tenía un
hambre de poder, sospecha, un deseo maníaco de vengarse que esclavizó al hombre todos
los días de su vida. Fue un hombre cruel, sediento de sangre, un tirano controlado por el
pánico. Y fue conocido como un asesino. La culminación de esta caracterización tuvo que ser
esto. Cuando él iba a morir. Digo, él sabía que iba a morir en una cuestión de días y entonces,
se retiró a Jericó. Y él dio órdenes de que se hiciera una colecta de los ciudadanos más
distinguidos de Jerusalén, que los trajeran a todos, los arrestaran e inventaran cargos contra
ellos, los encarcelaran. Todos los ciudadanos judíos más distinguidos de la ciudad y dijo: “En
el momento que muera, mátenlos a todos.” Y le preguntaron por qué. Y él dijo “porque nadie
llorará cuando yo muera. Y quiero que cuando yo muera, lloren en esta ciudad.”
Ahora, cuando estos magos llegan a la ciudad preguntando dónde está el rey de los judíos
que ha nacido, en la Biblia dice que se turbó. Él se turbó. Esto era lo que le turbaba más que
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nada, una amenaza a su poder. Y realmente, estaba agitado. Y esto me parece tan
interesante, el contraste entre la paz en los corazones de los magos y el pánico en el corazón
de Herodes. Y quizás esto es porque eran hombres sabios. Y había necios, y Herodes fue un
necio.
El doctor Gaeblein dice, y cito: “La gran ciudad con sus magníficas instituciones religiosas, su
maravilloso templo herodiano, todavía en el proceso de ser construido, su sacerdocio
aristocrático y sus instituciones benevolentes no tuvo conocimiento del Rey. No deseaban que
el Rey viniera. Ellos estaban satisfechos consigo mismos. Esto apunta a la historia entera del
rechazo del Rey. El Señor del cielo. No hubo lugar para Él en la posada, y tampoco hubo
lugar para Él entre los Suyos. No lo recibieron. Y Herodes, el rey, estaba turbado y toda
Jerusalén con él. Él temía por su trono el cual no era de él; y Jerusalén sabía que el temor de
Herodes significaba rebelión. Baño de sangre y sufrimiento.” Fin de la cita. De cierto, tiene
razón.
Lo que él está diciendo es que la razón por la que todo el mundo estaba enojado era porque
sabía qué tipo de hombre era Herodes y temían lo que sucedería. Y permítame decirle algo:
tenían el derecho de temer porque no fue sino una cuestión de días hasta que Herodes
mandó a sus soldados a matar a todo bebé en la tierra que tuviera menos de dos años de
edad, para asegurarse de matar a este rey potencial. Y esta es la razón por la que Jerusalén
se turbó. Esto es emocionante, ¿no es cierto? Oremos.
Padre Nuestro, estamos emocionados cuando vemos la Palabra de Dios abierta a nuestro
entendimiento. Y nuestro gozo viene porque anhelamos tan profundamente comprender Tu
Palabra. Y hay cierto sentido de emoción que viene con ese entendimiento. Pero nosotros
confesamos, Padre, que no hay una emoción en absoluto, que no hay gozo en absoluto
cuando nos damos cuenta de todo lo que esto significó. Miramos atrás y vemos a un hombre
como Herodes que ahora arde en el infierno eterno. Miramos hacia atrás y vemos a los
principales sacerdotes y a los escribas, a los ancianos del pueblo, ahora perdidos para
siempre y reconocemos que cuando el Rey vino, ellos no lo quisieron. Ellos no lo conocieron.
Ellos no se preocuparon por investigar. Y aún cuando 30 años más tarde llegó a Su ciudad y
anunció quién era, ellos no lo querían.
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Padre, sabemos que es un poco diferente el día de hoy. Ahora, muchas personas dicen ser
cristianas, pero estoy seguro de que no todas lo son. Y estoy seguro de que hay muchos que
lo rechazan de una manera tan abierta y desafiante como lo rechazaron en esos días. No hay
gozo en un hombre como Herodes. Padre, en lo único que puedo pensar es lo que él pudo
haber sido. Si tan sólo hubiera sabido que en lugar de reinar por un tiempo en la tierra él pudo
haber reinado para siempre contigo. Si tan sólo él hubiera sabido que en lugar de tener que
vengarse constantemente, él podría haber confiado en Ti y Tú habrías sido su vengador, si
alguien le hubiera hecho algo malo. En su búsqueda de paz, si él tan sólo hubiera sabido que
Tú eres el Príncipe de Paz.
Sólo podemos imaginar el tormento de un alma así en el infierno, con todo lo que debió haber
recordado acerca del asesinato y la matanza. Y no hay gozo en eso. Entonces Padre,
tenemos emociones encontradas en nuestros pensamientos en esta noche. Agradecidos por
entender mejor Tu Palabra y sin embargo, al mismo tiempo, tristes cuando nos damos cuenta
de lo que realmente dice. Y sin embargo, Padre, no podemos evitar el sentir una afinidad
profunda con algunos hombres con quienes sin duda alguna pasaremos la eternidad, aquellos
que la Biblia llama magos. Un remanente desde lejos que creyó, que se convirtió en Tu
pueblo. Gracias por ello, Padre. Ayúdanos a enfocarnos en el hecho de que toda la
humanidad está dividida en esas dos áreas: aquellos que rechazan y aquellos que creen.
Ayúdanos a reconocer que ése es el factor determinante de que divide el destino.
Y simplemente oro en esta noche Señor que nadie salga de este lugar que no sea creyente.
Que nadie salga de este lugar para tomar su lugar con Herodes o con los escribas y fariseos
indiferentes. Que todos nos alineemos con emoción y gusto y bendición adorándote a Ti,
postrados a los pies de Aquel que murió y resucitó para que nosotros viviéramos. Nuestro
Señor Jesucristo, en cuyo nombre oramos. Amén.
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