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Turismo
El arco de Baltzarra
Viernes 30 de diciembre de 2011
Fernando J. Pérez
La excursión hasta este capricho natural desde Apellaniz permite visitar las cimas de San Kristobal y San Justi
La antigua entrada a una cueva da nombre a la Peña del Arco. ::
Casimiro Añibarro
España. Los rasos de Arboro, en el extremo
norte de los Montes de Izki y en el corazón del
Parque Natural del mismo nombre, se encuentra
delimitada por las cumbres de San Kristobal, al
este, y San Justi, al oeste. Esta meseta hace que
unir ambas cotas sea poco más que un paseo,
extensible hasta la Peña del Arco, modesta cima
también conocida con el nombre de Baltzarra y
popularizada sin embargo por el ojo natural que
se esconde entre las hayas. En realidad, el arco es lo que queda de una antigua cueva cuya roca
caliza ha sufrido los efectos de la erosión.
Los accesos más sencillos a Arboro son el remoto Arlucea, desde el oeste, y Apellaniz, por el
este, en el más accesible valle de Arraia. Desde este último pueblo hay que dirigirse hacia el el
oeste y dejar atrás las casas siguiendo las balizas de la senda El Cartero. El agradable camino
remonta entre castaños el barranco de Karrantan hasta la vieja presa y la fuente del mismo
nombre (0h.12'). Continuamos por la barrancada, que se encajona entre los montes San Kristobal
e Ipurtika y ofrece la peñas de Atxartea, donde existe una pequeña escuela de escalada.
Un último repecho nos sitúa en el collado de El
Raso (0h.26'). Aquí tenemos dos opciones.
Siempre en componente oeste, podemos
continuar por la senda El Cartero (dcha), que
discurre por lo alto de los rasos, o seguir la de
Txarabitana (izd) que los atraviesa por su parte
más baja, pasando cerca de la cueva y el
barranco de Las Señoritas, caracterizado por sus
curiosas formaciones rocosas. Como el objetivo
es enlazar las cumbres, elegimos la primera
opción, que llanea hasta el desvío a San Kristobal (dcha) y alcanza su cumbre (0h.50') tras una
breve paseo por el altiplano.
De vuelta al cruce, continuamos de frente (O), pegados al borde del precipicio. Más adelante,
abandonamos la senda El Cartero para coger el enlace a la senda Txarabitana. El camino
desemboca en la pistaque lleva a Arlucea y que debemos abandonar justo cuando empieza a
descender para seguir el cordal (dcha) hastalos buzones de San Justi, cuya cumbre apenas se
destaca en la planicie (1h.35').
De vuelta a la pista, descendemos en dirección a Arlucea hasta un poste de señales que nos marca
la dirección a la Peña del Arco (SE). La senda, a tramos fácil de perder entre el monte bajo, acaba
desembocando en un espléndido hayedo en el que descubrimos el arco natural que le da nombre
(2h.00').
Iniciamos ya el retorno a Apellaniz, que realizaremos por la senda Txarabitana. Para ello
desandamos nuestros pasos hasta el último poste de señales y, por camino balizado, descendemos
hacia el paraje que da nombre a la senda. El agradable paseo no ofrece problemas y nos permitirá
pasar muy cerca, e incluso visitar, la cueva Las Señoritas, según la leyenda morada de dos
mujeres enfermas de peste que sobrevivieron gracias a la caridad de los vecinos, que les llevaban
comida.
El sendero continúa hasta el collado de El Raso y, ya por terreno conocido, desciende el barranco
de Karrantan antes de llegar a Apellaniz (3h.20').
HITOS
San Kristobal: 1.057 m. UTM: 30T X.541566 Y.4731536 Puntuable para los Cien Montes.
San Justi: 1.028 m. UTM: 30T X.539189 Y.4730294 Puntuable para los Cien Montes.
Peña del Arco: 998 m. UTM: 30T X.539813 Y.4729922
Desnivel y horario: 385 m. (acum.) 3h.20' (2h.00' a Peña del Arco).
Dificultad: Fácil. La excursión discurre siempre por caminos o sendas balizados.
Cómo llegar. Desde Vitoria, seguir la A-132 por Azazeta hasta Vírgala Mayor, donde está el
desvío a Apellaniz (A-4122).
Cartografía. Mapa nº 9 (Izki) del Gob. Vasco, 1:25.000. Mapa-guía de Izki, 1:35.000 (Nondik).
Arqueología
Las bestias que velaron las cavernas vascas
Viernes 30 de diciembre de 2011
Araitz Garmendia
Arkeologi Museoa expone huesos de animales que han convivido con humanos desde hace milenios
España. al abrigo de las cuevas de Bizkaia se han conservado durante milenios vestigios del
pasado más remoto. Restos que, hoy recuperados, revelan los pasos de la evolución animal y
humana. Cambios y transformaciones que el Arkeologi Museoa refleja a través de restos óseos de
animales hasta el próximo 29 de abril, en la exposición Caminando entre las bestias.
Mediante el estudio de los huesos de fieras que han convivido con los humanos durante miles de
años (y que han sobrevivido en cavernas de nuestro territorio) se conoce su desarrollo y
transformación. Así, desde los grandes herbívoros como elefantes, rinocerontes y bisontes, hasta
depredadores como los osos cavernarios, leopardos y leones inundan la sala de exposiciones
temporales del Museo Arqueológico bilbaino. "Casi el 90% de los restos de la muestra han sido
recogidos en territorio vizcaino", subraya Pedro Castaños, comisario de esta exposición.
Tras llevarse a cabo el pasado año una muestra temporal sobre cerámica, el director del museo,
Iñaki García Camino, pensó que sería interesante realizar una sobre fauna. Es así como empezó a
gestarse un proyecto que ha dado como resultado una muestra que alberga, entre otras piezas, un
cráneo de un oso de las cavernas procedente de la cueva de Askondo y recuperado hace más de
medio siglo o una pelvis íntegra de rinoceronte. "Se trata de una exposición que ofrece una buena
oportunidad para divulgar conocimientos sobre lo que trabajamos durante décadas y que sólo
exponemos en trabajos y publicaciones especializadas. Esta muestra pretende divulgar esos
conocimientos a todo tipo de público", aclara Castaños. De este modo se da a conocer a los
visitantes tanto la información paleontológica del territorio como la arqueozoológica, es decir, los
animales, tanto salvajes como domesticados, relacionados con los yacimientos arqueológicos.
Domesticación.
Hace 8.000 años comenzaron a domesticarse los animales. Los huesos y los dientes son el tipo de
restos faunísticos que con mayor frecuencia aparecen en los yacimientos. Los arqueólogos
pueden determinar la domesticación según criterios morfológicos, como la reducción del tamaño
de sus huesos o la creciente concentración de los dientes. "No se cambian las formas, excepto
algunos detalles", concreta el comisario. "Pero esta disminución no ocurre de la misma forma en
todas las especies. En algunos animales como la vaca el descenso es muy notable, pero en otras
especies como los caballos, jabalíes, cerdos, la oveja o la cabra domestica, la disminución es muy
pequeña", aclara Castaños. "En cuanto a las primeras especies domésticas vascas, la mayoría,
como la oveja, la cabra y la vaca, empiezan a aparecer en La Rioja Alavesa hace 6.000 o 7.000
años", aclara el arqueólogo.
Para esta exposición el comisario
declara que se han llevado a cabo
algunos trabajos de restauración,
puesto que algunas piezas llevaban
más de 60 años en los museos.
"Antes tampoco se restauraban las
piezas como ahora. Por ello, por
parte del propio museo, ha habido
algunos trabajos de restauración
aunque la mayoría están como se
trajeron de la excavación. En el
yacimiento se somete a los objetos
a un proceso de lavado, secado y
siglado. En el caso de los huesos
no hace falta mucha restauración pero unos pocos, aproximadamente media docena, han sido
tratados para esta muestra", relata el comisario que recuerda además la riqueza arqueológica de la
cornisa cantábrica. "Euskadi tiene muchos y muy buenos yacimientos, ya que en toda la cornisa
cantábrica hay muchas cuevas que los habitantes de entonces usaron como lugar de habitación".
Manipulación genética.
La siguiente etapa de la exposición se acerca a la
aparición de las distintas castas vascas de animales.
"Una raza autóctona siempre tiene un objetivo de
explotación. Es una manipulación genética que
hacemos los humanos para transformar a los animales
a favor de nuestros intereses, buscando un provecho
concreto", explica Castaños. "A partir de la
domesticación comienzan a surgir las razas autóctonas". En este sentido el arqueólogo pone como
ejemplo dos razas de perro en vascas: el pastor vasco y el Villano de las Encartaciones. Desde
que el hombre se transformó en agricultor y ganadero ha utilizado perros para el pastoreo. De
hecho, algunos restos de huesos encontrados en cuevas del periodo Neolítico demuestran que
hace 12.000 años los ganaderos ya empleaban perros para esta actividad. El Villano de las Foto:
Encartaciones surgió cuando los ganaderos de esta zona seleccionaron determinados cruces de
alano con el objetivo de lograr un perro de presa más ligero que el alano, rápido, de presa potente
y capacitado para seguir a las reses por el monte. "Ambas razas se han diseñado por una
necesidad", apostilla el comisario. A los perros se suman otros linajes como la oveja latxa, la
carranzana, el pottoka y, sobre todo, las vacas pirenaica, monchina y Betizu, que también están
presentes en la exposición.
Junto a estos restos la exposición muestra las distintas estrategias empleadas para aprovechar los
animales, bien como alimento, como animales de tiro y de trabajo, o como materia prima para
elaborar instrumentos como arpones, cuchillos, objetos de adorno o espátulas. Todo en una
exposición que ofrece un recorrido por el pasado prehistórico vasco, una oportunidad para
"caminar" entre las bestias del ayer más remoto.
Libros
Una publicación científica en inglés divulga los hallazgos de Cova
Eirós
Viernes 30 de diciembre de 2011
Redacción
Las fructíferas investigaciones arqueológicas realizadas durante los últimos años en la Cova Eirós de Triacastela han sido recogidas en una publicación científica editada en inglés y coordinada por el catedrático de Prehistoria Ramón Fábregas y el investigador Arturo de Lombera.
De Lombera, Iglesias y Fábregas presentaron el libro en el consistorio de Triacastela (Foto: Vila)
España. Las fructíferas investigaciones
arqueológicas realizadas durante los últimos
años en la Cova Eirós de Triacastela han sido
recogidas en una publicación científica editada
en inglés y coordinada por el catedrático de
Prehistoria Ramón Fábregas y el investigador
Arturo de Lombera.
El libro, que se comercializa a través de internet,
recopila también los trabajos sobre el paleolítico en la depresión de Monforte y los hallazgos en
la cueva de Valdavara (Becerreá) realizados por el Grupo de Estudos para a Prehistoria do
Noroeste de la Universidade de Santiago de Compostela.
La obra ‘To the West of the Spanish Cantabria. The Palaeolithic settlement of Galicia’ analiza la
vida en la montaña lucense en la Edad del Hielo con las contribuciones de los especialistas que
participaron el pasado verano en un curso de la USC en Triacastela.
En la casa consistorial de este municipio se presentó ayer la publicación, con la asistencia de los
dos coordinadores y la alcaldesa, Olga Iglesias. Según explicaron los autores, el libro pretende
difundir entre la comunidad científica internacional los hallazgos arqueológicos en las comarcas
orientales de Galicia y cubrir un vacío existente hasta la fecha. «Carecíase practicamente de obras
de referencia sobre esta rexión, clave á hora de comprender a evolución paleoambiental do
noroeste peninsular e sobre todo da súa relación co poboamento paleolítico da cornixa
cantábrica», señalaron.
Buque insignia
Para los arqueólogos, Cova Eirós es el «buque insignia» de las investigaciones en esta zona. Las
campañas de excavaciones acometidas desde el año 2008 permitieron destapar ya «preto de 7.000
pezas».
Pero su interés va más allá, ya que permite estudiar los modos de vida de dos especies de
homínidos, el Neandertal y el Homo Sapiens. También ofrece datos sobre los cambios climáticos
y revela información sobre la dieta de sus primitivos moradores a través de los restos de fauna
encontrados.
Entre los importantes hallazgos figuran el colgante más antiguo de Galicia (un diente de zorro
perforado de 26.000 años de antigüedad) y una azagaya decorada, dos objetos que dan cuenta
«doutro tipo de preocupacións, como a arte e a estética», apunta Fábregas.
A mayores, se abre otra línea de investigación centrada en la genética a través del análisis de
restos óseos humanos encontrados en zonas como Valdavara y Chan do Lindeiro. También Cova
Eirós hizo su aportación en esta materia, ya que décadas atrás, además de descubrirse en el
interior de la cueva restos de osos cavernarios, apareció un hueso humano.
Las miradas también están puestas en una pequeña hoguera descubierta en Cova Eirós que, de
confirmarse, «sería das máis antigas da Península», avanzó De Lombera. Habrá que esperar, no
obstante, a la confirmación científica de este aspecto, para la cual ya se enviaron muestras que
comenzarán a ser analizadas en el año que ahora comienza.
Exposición
La alcaldesa de Tricastela hizo hincapié en la relevancia de estos descubrimientos, ofreció el
apoyo del Concello para continuar con los trabajos de investigación y apostó de nuevo por la
creación de un museo para dar a conocer todo este potencial.
En su opinión, el valor de los hallazgos justifica la creación de esta infraestructura que, además,
se ubicaría en un municipio con importante peso del Camino de Santiago, por lo que sería muy
visitada y contribuiría a reactivar la economía de Triacastela, indicó.
De la misma opinión son los arqueólogos. «Creo que sería moi útil crear un museo ou algún tipo
de exposición permanente porque a cultura non só atrae xente e recursos, senón que tamén fai que
a xente se sinta orgullosa do seu», afirmó Fábregas. Tanto él como Arturo de Lombera
confirmaron que su objetivo es también publicar un monográfico sobre Cova Eirós, que podría
ver la luz en el plazo aproximado de dos años.
FUTURO
Las investigaciones continuarán al menos tres años
Las investigaciones en Cova Eirós se prolongarán al menos durante tres años más al renovarse la
financiación al proyecto sobre el Paleolítico. Ramón Fábregas se felicitó por este hecho dado que,
según dijo, la investigación arqueológica en Galicia adolece muchas veces de una continuidad en
el tiempo.
100.000 años
Los distintos útiles descubiertos hasta el momento tienen una antigüedad que ronda los 100.000
años, aunque los arqueólogos confían en poder documentar ocupaciones mucho más antiguas
dado que queda superficie por excavar.
Estos trabajos de los especialistas se centran en la entrada al yacimiento, donde se estima que se
concentra la mayor cantidad de restos de ocupación humana.
Biología
Gambas diminutas en el lago secreto
Viernes 30 de diciembre de 2011
Miguel Ángel Ruíz
Descubren en la Sima de la Higuera (Pliego) la presencia de batinelas, un crustáceo que nunca se había detectado en cuevas del Levante
Foto: Lago interior de la Sima de la Higuera. En el círculo, las
batinelas. :: FERM
España. Tantos años tan tranquilas, anónimas y
ajenas al ajetreado mundo de la superficie,
ciegas y transparentes en su silenciosa
oscuridad, desarrollando sus ciclos biológicos en
su limpísima piscina climatizada a 20 grados...
¡y vienen unos científicos y las descubren! Pero
que estén tranquilas las batinelas: los
espeleólogos vienen en son de paz a la Sima de
la Higuera (Pliego), una de las cuevas más bellas e interesantes geológicamente de España, que se
abrió hace un año a las visitas especializadas.
La memoria de estos primeros doce meses de actividad científica en la Sima de la Higuera fue
presentada el jueves en el Ayuntamiento de Pliego con un dato que llamó la atención por encima
de las estadísticas de visitas: el descubrimiento de las batinelas, unos crustáceos diminutos -poco
más de un milímetro de largo- que son «parientes de las gambas y desconocidos tanto para el
gran público como para la mayoría de los investigadores», según destaca el informe de la doctora
Ana Isabel Camacho, del Museo de Ciencias Naturales de Madrid (CSIC).
Las batinelas viajaron al laboratorio del CSIC en unas muestras de agua recogidas el 27 de mayo,
y que revelaron la presencia de una población «con abundantes ejemplares, tanto machos como
hembras y formas juveniles, en las orillas del lago subterráneo». Estos pequeñísimos crustáceos
han sido hallados por primera vez en una cueva del Levante español, destaca en su informe Ana
Isabel Camacho. «Este descubrimiento añade valor a esta singular sima, ya que se trata de rarezas
animales que merece la pena estudiar a fondo y preservar para las generaciones futuras. En
concreto, la especie encontrada en la Sima de la Higuera es pariente cercana de otra encontrada
en cuevas de Mallorca, lo que tiene implicaciones científicas importantes desde el punto de vista
biogeográfico. También hay que destacar que las aguas de la Sima de la Higuera tienen una
temperatura media anual que ronda los 18-20º, lo cual las distingue de la mayor parte de las
aguas subterráneas de España, que suelen ser bastante más frías», destaca la investigadora del
CSIC.
La Federación de Espeleología, el Ayuntamiento de Pliego y la Comunidad Autónoma han
puesto en marcha un proyecto para convertir la Sima de la Higuera en polo de atracción
científica, para que la mayor cavidad de la Región pueda ser visitada y estudiada sin degradarla.
Se autoriza la presencia de un máximo de diez espeleólogos federados al día, y las visitas se
gestionan a través de la web oficial de la cueva.
Dr. Juan Antonio Montaño Hirose
Apartado Postal 25
55741 Tecámac de Felipe Villarreal, Estado de México
México "Dentro de veinte años, estarás más arrepentido por las cosas que dejaste de hacer que por las que hiciste. Así que olvídate de los límites. Navega lejos del puerto seguro. Aprovecha el viento en tus velas. Explora. Sueña. Descubre". --Mark Twain Publicado el 30 de diciembre de 2011 en el foro internacional Iztaxochitla de espeleología en español. Para suscribirte, envía un mensaje en blanco (sin asunto ni texto) a: [email protected]