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Boletn informativo de la Editorial Universitaria
Ao III, No. 24 Octubre de 2014
Universidad Nacional Autnoma de Honduras
Ciudad Universitaria, Edificio Juan Ramn Molina
Tel. (504) 2232-4772 / 2232-2109 ext. 208
Correo: [email protected]
editorialUNAH @editorialUNAH
Diseo grfico: Rony Amaya Hernndez
Mercadeo y publicidad: Tania Arbiz
Apoyo logstico: Alejandra Vallejo, Maryori Chavarra
Director: Rubn Daro Paz
Edicin: Suny del Carmen Arra
Nstor Ulloa
Octubre es un mes crucial para Latinoamrica.
Hablar de descubrimientos y conquistas ya nopuede seguir evocando festividades. En pleno siglo XXIms que una necesidad resulta una exigencia reivindicar
nuestra verdadera identidad, la que nunca se descubri,porque siempre estuvo ah y hoy ms que nunca debe
reconocerse como un patrimonio cultural de todaAmrica. El Da de la Resistencia Indgena Latinoame-ricana como verdaderamente, por unanimidad, de-bera llamarse la conmemoracin del 12 de octubre
nos permite entender que esa diversidad cultural que lahistoria ha querido arrebatarnos, en medio de mltiplesfactores tiempo, mestizaje, globalizacinan perviveen nuestras venas abiertas.
Adems de recordar la invasin espaola o el alba del des-cubrimiento como la llam el poeta Antonio Jos Rivas, a
quien est dedicado este boletn, octubre nos permiti feste-jar los 57 aos de autonoma universitaria de nuestra Univer-sidad Nacional Autnoma de Honduras, una conquista y logrodel movimiento estudiantil hondureo, que hoy ms que nuncadebe mantenerse unido.
Pero ahora podemos girar nuestra vista nuevamente hacia lapoesa, y como se dijo arriba, hacerle memoria a uno de los
grandes, a uno de los que realmente puede ostentar el ttulode genio de las letras, de maestro de generaciones, de
poeta.
Para este nmero, Pgina al vientopresentauna breve semblanza biogrfica de AntonioJos Rivas; un estudio indito del doctor
Arturo Alvarado, en el que se analizan losaspectos neobarrocos presentes en la poesade Rivas; una entrevista que public la revista
Presenteen 1965, en la cual el poeta hablasobre la publicacin de Mitad de mi silen-
cio, su pera prima; y, finalmente, unamuestra potica que resume la calidadliteraria del autor.
Antonio Jos Rivasen el lugar de la palabra
En este nmero:
Los responsos del tiempo / 2
Antonio Jos Rivas, poeta neobarroco/Arturo
Alvarado/ 3
Dilogo con Antonio Jos Rivas/ Entrevista/ 7
Poemas / 8
Pintura: Mario Castil
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Los responsos del tiempo1924 fue un ao de crisis para el pas.Honduras vivira su segunda y, proba-blemente, ms sangrienta guerra civil
en la historia. Bombardeos, tomas yalzamientos en diferentes zonas trae-ran centenares de muertos, pobreza,gravsimos daos materiales y, poste-riormente, un nuevo levantamientoarmado. El pas quedara inmerso enuna terrible miseria. Sin embargo, enmedio de ese oscuro contexto, la vidahara su parte trayendo consigo figurascomo Norma Oviedo de Milla, HernnCrcamo Tercero y Antonio Jos Rivas
Aguiluz, quien nacera all en la ciudadde Comayagua, un 4 de septiembre.
Hijo de Anselmo Rivas e Ins Aguiluz,fue en su juventud cuando el interspor las letras comenz a desarrollarse,una vocacin que ya traa en el interiorde su sangre al ser bisnieto del tambinpoeta Teodoro Aguiluz.
Realiz estudios superiores de Derecho
en Honduras y Nicaragua, pero como elintelectual polifactico que fue, se des-empe en mltiples reas: entre 1950y 1960, fue redactor en los diarios ElCronistade Nicaragua y de Honduras,y Excelsiorde Len, Nicaragua. Poste-riormente, a su regreso a Comayagua,fue profesor de Matemtica y Fsica enel Instituto La Inmaculada y, duranteun tiempo, de la ctedra de Espaol enla Universidad Nacional Autnoma deHonduras; se sabe que tambin ocupcargos pblicos con el gobierno. Perosu oficio y su arte fue siempre la pala-bra.
Rivas fue un poeta del silencio, la be-lleza y el rigor. Y son precisamenteestos elementos los que haran que su
produccin literaria no fueraprolfica: en vida public al-gunos poemas en revistas y
peridicos, hasta 1964, cuando Mitadde mi silenciohizo su entrada para ocu-par un lugar dentro de las obras ms
trascendentales en la historia de la poe-sa nacional de hoy y siempre. Tuvie-ron que pasar ms de tres dcadas para
volver a maravillarnos con la poesa deAntonio Jos Rivas: El agua de la vspe-ra fue publicado en 1996 y El interiorde la sangreen 2002, dos obras que, ensu condicin individual, tambin hanpasado a ser referentes. En general, laproduccin literaria de Rivas profun-diza en la condicin humana, tocando
temas universales como el tiempo yla muerte, los lazos de la sangre, el si-lencio y la memoria, y un amor que seextiende desde el ser a la patria. Todoello con un lenguaje literario tocadocon maestra y cuya factura se descubrenicamente en los maestros.
El poeta Rivas saludando al ministro de Cultura, Dr. Arturo Rendn a finales de los ochenta. Observa Livio
Ramrez. Foto: Coleccin Livio Ramrez.
A Antonio Jos Rivas se leconsidera, unnimemente,
como uno de los nombres
fundacionales de la poesa
hondurea contempornea.
() Dentro de la potica de
Rivas, poesa no equivale
a metfora sino a sangre
derramada. Escribir, pues,como salida a las ms
profundas pulsiones del
espritu.
Helen Umaa
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Yo, pjaro sucesivo,ro de aguas habladas,si es querer estar triste,quiero slo un instanteescaparme del eco de mis cinco sentidos.
Y, solamente desde all y en ese esta-do, al poema se le podr mirar, en vezde leer (que remite a palabra) y no or
(que tambin remite a palabra). La poe-sa, vista as, se aparta totalmente de lapoesa tradicional, construida a base de
vivencias particulares. Gracias a esto,el poema ser mirado, no con los dosojos, sino como un ojo absoluto. Enton-ces, el poema no ser un poema cual-quiera sino el gran poema.
En este detalle podemos notar otro as-pecto barroco en la poesa de Antonio
Jos Rivas: la bsqueda de lo nico, dela singularidad.
Sustentar el valor del silencio sobre es-tas premisas, puede explicar su presen-cia en todo el primer poemario. Comoquiera que sea, constituye un lenguajey no en balde este poema es el primero
del libro. Pero debemos se-alar que ese estado no pue-
de ser permanente: el poeta, despus deslo un instante debe volver al eco desus cinco sentidos.
La alternancia entre silencio y palabraobedece, igualmente, a una bsquedade novedad, que tambin es propia de lapoesa barroca y es el rasgo ms defini-dor. Podemos hablar no solamente de al-
ternancia sino de una interrelacin per-fectamente dialctica. El poeta lo afirma:
Hablar es desde herir de claridadesel sonido,hasta llenar de esperasel silencio.
Otro rasgo propio del Barroco es labsqueda de diversidad, que en el poe-ta Rivas va desde la suntuosidad me-
tafrica de Rquiem del pez o Co-queta hasta el lenguaje transparentede Esta casa que digo o el lenguajecifrado de Interior con figura. Peroesta diversidad es presentada a me-nudo en forma de unidad (como en lapoesa barroca).
Vamos a dar un ejemplo, en el que encon-tramos el silencio dentro de la palabra:
Ni el alma por tan oscuraperegrina del misterio,ni el agua por tan desnuda,han de golpearte el silencio
El valor de taumaturgia que Gngora concede a la palabra se presenta eRivas en el empleo de metforas prodigiosas y de otras figuras literarias: n
tenemos ms que recordar un poemcomo La palabra. Pero, igualmente, silencio tiene igual valor, aunque aquel poeta es ms elptico, lo cual nos parece perfectamente explicable: el slencio es memoria y profeca.
Es bien cierto que la palabra pone poeta en contacto con el mundo exterior: Palabra: rsgame el velo /que maparta de las cosas, pero no es meno
cierto que el ser est constituido pouna mitad de palabra y por otra mitade silencio. Y, justamente, este ltimelemento obliga a la palabra a expresalos sentimientos:
la mitad de mi silencioes la razn de mis rimas.
Otro rasgo muy importante del Barroco es la relacin entre la pgina y
Cartulas de las primeras ediciones de Mitad de mi silencio (1974), El agua de lavspera(1996) y El interior de la sangre(2002).
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lienzo, detalle que puede encontrarseen la poesa de Antonio Jos Rivas, porejemplo en Interior con figura. Peroqueremos referirnos brevemente alpoema El silencio, en el que el poetase presenta muy hbil en el manejo delpincel. l se sirve de elementos lbilescomo: Luz de puntillas, delgadez del
aire, polen virginal de la caricia, su piel,niez del alba. Volvemos a relacionar elsilencio con la palabra (hablar): Todose dijo ya para su boca. El resultado esque el vaco provocado por la ausenciade palabra da origen al eco, que se con-
vierte en otro lenguaje:
Y es as: tan cercano y tan distante,tan inmenso y tan puroque se escucha a s mismo
El silencio guarda muy estrecha rela-cin con la soledad, estado presente enbuena parte de la poesa de AntonioJos Rivas, que tiene su propio lenguajecon el que se comunica con el silencio:La soledad lo enamor por seas
El silencio llega a adquirir formas con-cretas que, segn el caso, tiene conse-cuencias dolorosas o agradables en elpoeta:
Escribo desde el mapa llorado de silencio. Si alguna vezse entreabre su rosa de silencio,la casa se expande,se ensancha como un xtasis.
En esta pluralidad de visiones sobre elsilencio, debemos considerar la equiva-lencia entre silencio y muerte, a juzgarel paralelismo que encontramos en los
versos siguientes del poema Auto ele-ga del hombre que se qued solo:
...desde el mapa llorado de silenciovertical en la sombra de mi espacio dor-mido
ya desde el fondo de la muertevertical en la sombra de mi espacio dor-mido.
El silencio guarda, tambin, relacincon el olvido y con la nada, a la que elpoeta dedica dos sonetos en El agua dela vspera. En el soneto El olvido, elsilencio aparece rodeado de verbos yelementos que remiten a tenuidad:
Un sueo alfombratu paso en el que arrulla la na-cienteclaridad del silencio.
Esta esttica del silencio tienesus incidencias en la arqui-tectura de la mayor parte delos sonetos de Mitad de misilencio, en los cuales la mate-ria, construida con elementoslbiles, se va diluyendo hastaque desaparece al final del soneto.Podemos citar: Comayagua, A lacatedral de Comayagua, Rquiem delpez. Escojamos los dos tercetos deCoqueta:
Dulce en la tarde. Tanta en/la sonrisa
que ya slo el lucero se/divisa:
primera comunin de mi/soneto.
Toda su mvil latitud de espuma.se acerca al corazn, pero se esfumacuando le abre la llama su secreto.
Otro elemento barroco en la obra dpoeta Rivas, que guarda relacin cola bsqueda de novedad es el asombroAsombro no solamente observable e
las metforas extraordinarias o en lofinales de los sonetos, sino tambin ela desproporcin y lo inslito, como eel soneto La Atlntida:
Una gruta en el mar. Un continentede furias contenido. De extraviadaslenguas, que flotan o hndese en nadadasuperficies de fondo o agua: frente
derramada del mundo, en la crecientede pnicos y sombras y llamadasde plenes de olvido. De miradasmirndose mirar, antiguamente.
La alternancia entre silencio
y palabra obedece, igual-
mente, a una bsqueda de
novedad, que tambin es
propia de la poesa barroca y
es el rasgo ms definidor. Po-
demos hablar no solamente
de alternancia sino de una
interrelacin perfectamente
dialctica.
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La misma palabra asombro aparececonsignada en el soneto Ser, en el cualel poeta expone su visin de la existen-cia:
Monosilbico rubor amargoque me lleva en el csmico letargocomo a una cruz herida en el asombro!
En el mundo barroco nada es fijo, nadaes esttico, todo vive de cambio, todoest sujeto a movimiento. No es extra-o, pues, encontrar ambivalencias en lapoesa de Antonio Jos Rivas como esel caso de la alternancia de palabras, si-lencio y lgrimas y, tambin, el empleodel oxmoron y de la paradoja. Estaltima, figura tpicamente barroca seencuentra diseminada a lo largo, sobretodo, de El agua de la vspera, del quecitaremos unos pocos ejemplos escogi-dos al azar:
No es lo mismo vivir que no estar muerto.Y que, an ataday desnuda a la voz, calla lo mismo.
lo que al tiempo de dar vive si matay al tiempo de matar me da la vida.
de algo vive la muerte en lo que vivola mudanzaes quedarme en lo fijo.
Esta figura aparece en los sonetos enlos que se plantean problemas de laexistencia. Y ya que estamos hablandode esta figura barroca, aprovechamospara referirnos al rasgo conceptista enla poesa de Rivas, sobre todo en sus so-netos de El agua de la vspera.En estossonetos no se puede desligar la materia
verbal de los planteamientos intelectua-les, tales como: La memoria, Espe-ranza, El olvido, Oblacin, el primersoneto de Los responsos del tiempo,La libertad, los dos sonetos de Elogio
de la nada y Alguien pre-gunta por el hermetismo. Enestos poemas es evidente lasutileza, que exige del lector
una concentracin fuerte, muy lejos delfacilismo comn. Solamente citaremosun ejemplo extrado de Los responsosdel tiempo:
que si ya es el ayer dando al futurola muerte de este instante, me figuroque es la hora de morir sobrevivida;
o de matar: la vida, en este lance;la vida con la vida, en un romance;o, en este oficio, el tiempo con la vida.
Una de las caractersticas del Barrocoes la de cuestionar las ideas establecidasy dadas por irrebatibles. Recordemosque Bartolom Leonardo de Argensolaecha abajo algunas ideas de su tiempo:
Porque ese cielo azul que todos vemos,no es cielo ni es azul, lstima grande queno sea verdad tanta belleza.
Antonio Jos Rivas controvierte la po-sicin del hombre del siglo XX:
El hombre de este siglo, irreverentemenos usted, pastor de la blancura
propone como meta la aventuracuando es la va el prximo accidente.
El cuestionamiento, que tambin apa-rece en Tertulia literaria, lo encontra-mos ya en Sueo de agua, en el cual seitera el verbo creer:
El hombre es como el sueo de la muerte:cree que vive.
Tanto en la poesa barroca como en ladel poeta Rivas, lo nico cierto es la ac-cin del tiempo que pasa, definida me-
jor en la frase: y la certeza convertidaen llanto.Una posicin tal tiene comoconsecuencia una poesa alejada deincidentes y de ancdotas, una poesaque trasciende el momento en que fueescrita. Con esta idea de trascendenciadebemos relacionar la capacidad deimaginacin y la audacia del vuelo po-tico deMitad de mi silencio yEl agua dela vspera,cuyos poemas se alejan de lotrivial y de lo cotidiano.
La preocupacin por eltema de la existencia y por
los problemas del ser im-
plica la ausencia de viven-
cias puramente persona-
les en la poesa de Antonio
Jos Rivas, tanto en Mitad
de mi silenciocomo en
El agua de la vspera. Y ladesesperacin de sentido
conduce al poeta a buscar
una afirmacin en la sin-
gularidad de la imagina-
cin y a reflexiones sobre
la creacin artstica
Barrocas son tambin las transferenciaque se manifiestan en la poesa de Antonio Jos Rivas, por ejemplo, el hechde que el silencio puede escucharse a mismo (El silencio). Lo mismo sucede con los peces en el aireo conpalomoscurecida, en Rquiem del pez o ela coqueta que se convierte en espej
acumuladoo en el pez, que es estaturnavegadao en el pez del pez,la rosa dla rosa: lo mismo sucede con la palabrque aun atada a la voz,calla lo mismo.
El procedimiento de degradacin, taampliamente utilizado por Quevedose manifiesta, aunque pocas veces en lpoesa de Rivas, en la forma de sarcasmo, en Tertulia literaria y en Ante uretrato o en El hombre del siglo XXnicamente nos queda referirnos a lalgrimas que aparecen en los dos librode Antonio Jos Rivas, tan frecuentes en la poesa barroca, a tal grado dconstituir una verdadera retrica allpero tan llenas de sinceridad en el poeta de Comayagua.
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Se trata de un poeta emi-nentemente intelectual,
de los que no envan
descargas elctricas al
corazn ni humores a
los ojos. Pero de los que
pueden hacer crisparse
el vello con sus adqui-siciones intelectivas y,
sobre todo, estticas.
Andrs Morris
En Antonio Jos Rivas
notamos una evolucin
del poeta cultor de la for-
ma y enamorado sem-
piterno de la imagen,
hacia el poeta sobrio,
penetrante, exacto y
preciso al bucear en los
laberintos de lo cons-
ciente y de lo que no es.
Vctor Cceres Lara
Dilogo con Antonio Jos Rivas *
A menudo se afirma que la
esencia de la lrica actual consiste
en esa sensacin de oscuridadque emana del hermetismo de
su estructura. De qu modo
interpreta esa idea y cmo la ha
utilizado usted?
AJR: En realidad, nunca he sido par-tidario del hermetismo absoluto y ge-neral, sencillamente porque la oscuri-dad no siempre hechiza y porque helogrado palpar la necesidad actual de
que la poesa sea menos incomunica-tiva. Yo uso con frecuencia esos mate-riales poticos y no porque los persigadeliberadamente, sino porque el her-metismo, la oscuridad, a veces nacenvoluntariamente, por as decirlo, de lasmetforas de algunos de mis poemas.
Antonio Jos Rivas escribe verso
blanco, pero tambin ha elegido
con notoria preferencia los
moldes clsicos del soneto.
AJR:Esa notoria preferencia es vlidahace aproximadamente dos aos y estoen manera alguna significa que yo hayarenunciado a escribir ese tipo de com-posicin potica, sino que al presentedicha preferencia est compartida porel verso blanco. Debo manifestar quecomenc escribiendo sonetos porquelos he considerado como una escue-la de rigor y disciplina para el que se
inicia en las faenas poticas y ademspertenece al patrimonio de nuestralengua.
Qu calificativos considera
adecuados para su obra
primigenia, el libro que editara
el Teatro Universitario de
Honduras?
AJR: Esa pregunta se la transcribo
a los amigos que tengan la bondad ypaciencia de leerMitad de mi silencio,para que los calificativos provengande ellos. Por el momento slo puedomanifestarle que la obra comprende eltrabajo de muchos aos, careciendo,por ende, de unidad, tanto temtica yestilstica.
Qu concepto le merecen los
poetas que actualmente estn
publicando en Honduras?
AJR: En trminos generales, el mejorde los conceptos. Particularmente, hayunos cuatro o cinco de ellos que estnescribiendo verdadera poesa en for-mas renovadas, es decir, evolucionadas.
Qu piensa usted de lo que se
ha dado en llamar poesa social
y poesa no social?
AJR:Para m toda poesa es social, polas dos razones fundamentales siguientes: en primer trmino, es un fenmeno que se produce en el seno de las sociedades humanas, y en el segundo, lpoesa se escribe para que sea leda polos dems y esto, inevitablemente, creun vnculo que no puede por menos sede carcter social. Ahora bien, si entendemos la expresin como la entiendealgunos apreciables amigos mos, n
me disgusta leerla, siempre y cuando contenido social vaya de la mano cola poesa. Por otra parte, el hermetismabsoluto de que hablaba al principio desta entrevista puede llegar a converta los poemas no slo en poesa no social, sino que hasta insociable.
* Entrevista realizada por la revista Presentepara su nmero de abril, 1965, con motivo de la publicacin deMitad de mi silencio.
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Antonio Jos Rivas Dibujo a
plumilla, Dagoberto Posadas. Foto:
Coleccin Jos Gonzlez.
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Autoelega del hombreque se qued solo
I
Llano del tiempo firme.Una piedra. Una cruz.
Escribo desde el mapa llorado de silencio
vertical en la sombra de mi espacio dormido...Una herida en la tarde.
Yo me vine en la piel de una cariciadesmoronada. En un suspiro.
Dejando el ala curva de mi sangrepara el vuelo del polvo
y de los rboles.Yo me vine una tarde...
Y hoy sustento otra sombra,la vista helada
y el corazn quebrndose en mi nombre.Aqu todo es igual:
crecen signos hermanosy universos sencillos.
El color de la raza:un pormenor de copia
ya archivado.La vanidad no llora,pero tampoco re.
El orgullo es un gallo
sin canto y sin motivo.La estatura se acuesta,por humilde,en la sombra.
La esperanza es sencilla:ojo inmvil helando los contornos del tiempo.
El recuerdo: no tanto.El filsofo sabe por su espejo
que es difano testigo de lo que no se sabe.Y el poeta se suicida en sus alondras
para que al menos sobreviva el ala.
II
Aqu la tierra crece sobre el cuerpode un modo natural y sin reservas.
All la tierra muere bajo el airey al lado de la sangre
y de la lgrima...
All muere la tierradesde la tierra grande de la patria
hasta la humilde tierrapara beber las lgrimas.
Para tender al nioque an implora su almohada.
Para sembrar el vuelo,la sombra de los rboles.
(Aqu la sombra crece por instinto)y hasta para querer falta la tierra,
que es carne y savia y nombre de la patria.Pero esta tierra es ma.Ni rosas ni plegarias.
Yo me conformo con que en el silenciole hagan dulce la vida
en lo que puedana mi madre,
a mi cercana sangre,
a la gente de amiga claridad,y al pobre perro
que alargando su olfato entre la sombraan espera los viernes mi retorno.
III
Aqu la tierra crece sobre el cuerpode un modo natural y dulcemente.
Ya no pesan las flores ni las lluvias.Ya no pesan los das ni los astroscados sobre el viento.
Ya no pesa la luz ni su conjunto.Ya no pesan las piedras,
ni los pastos, ni el salto del conejo,ni el ala sbita de los murcilagos,ni la cristiana piel de los corderos.
No pesan ni el dolorni todo el aire,
ni la noche, ni el sol,ni la alborada,
ni el sonido, ni el pez, ni la memoria,ni el olvido, ni el mar...
Slo, tan slo pesa, compaera,slo pesa una herida
irremediable:la herida que me abriste en el costado,
compaera del alma, lo recuerdas? 9
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IV
Por ti en esta elega,por ti,
ya desde el fondo de la muertevertical en la sombra de mi espacio dormido:
escribo con mis huesos.El silencio
inefable deidad,luz de puntillas.
De sorprender la delgadez del airey el polen original de la caricia
se alimenta su piel.Lleva en sus labios la niez del alba
desde que un dala soledad lo enamor por seas.
Todo se dijo ya para su boca.Y es as: tan cercano y tan distante
tan inmenso y tan puroque se escucha a s mismo...
Esta casa que digo
He construido una casa,piedra a piedra, alma a alma,
en el centro de una isla,cerca, cerca del cielo.
Sus murosblancos muros
son losuficientemente altos
para mirar la altura de los rboles,el amor de las aves.
La plomada le cae al amor en el pecho.
La luzpor todas partes se asoma,ve, vigila,
porque en la casa que digo,todo, todo,
hasta el barro y la cal es transparente.
Esta casa es un cuerpo,un ser edificado
de pura humanidad:alza, estrecha sus muros
para salvarmeslo.
Con un nombre imborrablellamo a la puerta,
a veces,y all,
de lo profundo,siempre responde el alma.
Pinto nubes ligerasy pesadas columnas.
Las palomas revuelandejndome su nombre
en las manos de un nio.
Las palabras,por suaves,
las repite el silencio.
Esta casa es un nido.
El viento que la azotale resiste el tormento,
y, fuera,le da al mundo
su cuerpo sonoro;
si alguna vezse entreabre su rosa de silencio,la casa se expande,
se ensancha como un xtasis.
Crece,crece la casa:
para colmarla,entonces, es necesario un nio.
Siempre,bajo el invierno,
esta casa es ms vieja;se regresa en los siglos
y se aroma de la lquida luzde los recuerdos.
Se encierra en el inviernoy se envuelve en la manta secreta de la niebla;
pero, ay, yo no entiendo,en todas las estaciones habita el otoo.10
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Un susurro de calle ha pintado de abejas
las paredes.Cuelgan los cortinajescomo vagos recuerdos.
Excavo en la cariciay encuentro manos tibias
rozndome la frente,dulces labios diciendo frases definitivas,
y un no s qude un besoy una voz
que se busca los labiosen la pena.
Y si excavo en la rocaduro sueo grisceo
descubro aves desnudas,minerales callados,
flechas, piedras de punta,una concha marina:
ptrea luz en el pechode un mar sepultado;
peces huidosy absurdos
del miedo de la tierra.
La oscura reflexin de la caverna;
cielos hechosde lvidas palomas desterradas,
de pjaros sin nombre;
formas hipnotizadasde gneas rosas
de piedra;
arroyuelos agrestescon secuestros de luna,
como quien,por debajo del alma,
se asomara a los astros;
marsupiales errantescon un monstruo en el pecho,
y un rubor prematurode dioses en reposo;y las sonrisas seas
siempre bajo la tierraabrindole,discretas,
la mansin a los rboles;y un terrcola humilde,
de residuales algasy races nocturnas
humilde pero hondo
como un dolor de sigloscolgado de los rboles.
Un poco ms abajo,ms abajo,el olvido,
disuelto en la memoria de los mareso en el vasto diluvio
del recuerdo.
Yo me busqu las manos,ya entonces descarnadas,
y las tena encimade una diosa dormida.
Un letrero de luz:es un nombre adorado.
De tanto decir siempre el mismo nombrehe aprendido a morar
en mi secreto.
Cuando pienso en la muerte imborrable,el aire se llena de altas
voces antiguasy se vuelve reciente
la amarilla osamentade las vigas.
El dolor tiene un cuerpoperdido en los rincones.
El espejo del fondoque, a diario,duro, duro,
golpame en el rostro,es la forma de luz de la conciencia.
La casa est construidasobre la antigua lmparaque mira en la ventana. 11
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La casa de los sueos!
A veces entro en ellapara asomarme al mundo.
Lectura para el que nuncale ha cantado a un hijo
I
T has nacido en un sitio verdadero,lejos del mar
y cerca del olvido;en un lugar
donde an la patria lloraaunque nadie lo diga;
en un planeta sudoroso
y tristeque aun discute su origen
y su cargaalrededor de un parque de ceniza;
en un pas de rigurosa piedradonde vivir es tan slo una pena
tocada de azul convaleciente,de un silencio que escucha
y nos devuelveel asiduo rumor de las estrellas;
en un pas de portentosa niebla,de habitantes extraos,incongruentes,
que aun encienden hogueras en las vsperasy que se santiguan
con las manos sucias,que le venden las cruces a los muertos
y aun le niegan las floresa los vivos.
T has llegado a la luz de cuerpo enteroy eres un hijo mo:
testimoniode que naciste solo
en una aldeacon las manos sedientas de roco
Llegaste a tiempo de sumar las horascon los naufragios(y la luz a ciegas)
llegaste a tiempo de mirar el rostrofatal del siglo veinte,
y esperarlos navos cargados de despojos,
de sangre y luto y alguienque dijo la verdad
y busca un sitio ms para sus huesos.T ya has cruzado la cercana niebla,
la sombra ms adicta a la medalla,la costra gemebunda de los das
llorndole el recuerdo a las estatuasy a los ros ms lentos
su camino.
T has llenado de amortodo el paisaje,
me debes slo el corazn,tan slo;
y has de inclinar la frenteante la vida
pero todas las tardes,por si acaso,
por si acaso hay un lirio profanado.
II
Por fin me has dado un paso en la blancura,
y eso ya es levantarse de maanasobre la tierra oscuray acosada
sobre tu dulce infanciasostenida
slo en la flor seguray en mi mano.
Por fin me has dado un paso en la sonrisa:aguas sin barcos,
soledades sin fro;y dice tu mam que ya caminas,
y dice tu mam que ya eres hombrede dar un beso y consagrar el vino; y qu quieres que yo
hagasi andan locos,
si andan locos de dichalos caminos...