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Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
1
Partido Comunista
Mexicano
TRAYECTORIA Y
PERSPECTIVAS
Arnoldo Martnez Verdugo
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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Contenido
PCM. TRAYECTORIA Y PERSPECTIVAS......................................... 3
I. ALGUNOS RASGOS DE LA EXPERIENCIA HISTORICA DEL
PCM ......................................................................................................... 9
1. PARTICULARIDADES DE LA FORMACION DE PCM ........ 10
2. EL PCM DE 1919 A 1940 ............................................................ 12
3. LA CRISIS DEL PARTIDO ........................................................ 27
4. EL PARTIDO DEL XIII AL XIV CONGRESO ......................... 38
5. ALGUNAS CONCLUSIONES ................................................... 50
II. PROBLEMAS DE UNA ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA
ACTUAL ............................................................................................... 56
ACERCA DEL CARCTER DE LA PROXIMA REVOLUCION . 56
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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PCM. TRAYECTORIA Y PERSPECTIVAS
Con motivo de la publicacin del proyecto de Tesis sobre los
problemas del desarrollo del Partido Comunista Mexicano se desenvuelve
en el ultimo periodo una de las discusiones mas importantes en las filas del
Partido y la juventud comunista. El debate ha rebasado los temas que se
contienen en el proyecto y ha puesto ha discusin las cuestiones principales
de nuestra lnea tctica y programtica.
Por su importancia y por el momento en que se realiza, la actual
discusin debe ser considerada ya como un antecedente directo del XVI
congreso del partido, que este pleno del comit central debe comenzar a
preparar.
La idea de promover una discusin general entorno a los problemas del
desarrollo del partido en su mas amplia acepcin, surgi de la necesidad,
planteada hace tiempo en el Comit Central, de estudiar las cuestiones
organizativas. Preparndonos para su examen, en el Presidium llegamos a la
conclusin de que era preciso abordar los problemas de organizacin no en
el sentido tradicional, sino a travs del estudio de cuestiones ms generales,
las cuales han determinado que nuestro partido no haya logrado ejercer
todava una influencia poltica decisiva, tanto en extensin como en
profundidad, sobre los sectores fundamentales de la clase obrera y de todos
los trabajadores.
Se trata de examinar las causas profundas, determinantes de la
debilidad orgnica y poltica del partido, tanto a lo que se refiere a su
situacin actual, como desde el punto de vista histrico, es decir, estudiando
el curso de su trayectoria de 50 aos.
El proyecto de Tesis no pretenda abordar en extenso las cuestiones del
programa del parido, de la estrategia y tctica polticas de este, sino solo el
papel que han desempeado los aciertos y errores en la formulacin de su
programa y su lnea tctica, en la situacin orgnica, la estructura, el
funcionamiento y la capacidad de accin, pues los problemas de
organizacin no se pueden examinar aislndolos de la poltica del partido.
Trata de formar la conciencia entre los militantes comunistas de que,
para avanzar en la formulacin de sus posiciones programticas, estratgicas
y tcticas, deben crearse en el interior del partido las condiciones necesarias
para una elaboracin propia, independiente y responsable de los problemas
fundamentales que tiene hoy la lucha revolucionaria en nuestro pas. Superar
en definitiva una serie de concepciones y practicas relativas a la funcin del
partido, a su papel y lugar en la lucha revolucionaria de Mxico y en el
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movimiento comunista internacional, contribuye a la creacin de las
condiciones mas favorables para desarrollar los aspectos programticos y
polticos de la actividad del partido.
En el curso de la discusin iniciada en el partido y en la JC con motivo
de la publicacin del proyecto de Tesis se han presentado no solo una serie
de crticas al trabajo de la direccin nacional de ambos organismos, a los
mtodos de direccin y de elaboracin de la poltica, sino que se han
planteado posiciones discrepantes en cuanto a aspectos importantes de la
tctica que se aplica actualmente y el programa del partido por el XIV
congreso y corregido por el XV. En particular se han puesto ha discusin los
problemas relativos al carcter de la prxima revolucin y del partido, al
lugar que ocupan actualmente las distintas formas de lucha, a la lnea de los
comunistas en su trabajo de masas, y se han abordado otros de no menor
importancia.
Se puede decir, por eso, que nuestro partido marcha hacia una discusin
para examinar a fondo los principales problemas de la lucha revolucionaria
actual, las tareas del movimiento obrero y de todas las fuerzas
revolucionarias. De esta discusin estn necesitados el partido y todos
aquellos que, como el, aspiran a la transformacin revolucionaria de la
sociedad mexicana. En el proyecto de Tesis elaborado por el Presidium
decimos: slo una intensa vida poltica interna, que se caracterice por una discusin viva y libre de todos los problemas del movimiento revolucionario,
puede asegurar la firme unidad de accin de todos los comunistas y la
atraccin de las filas del partido de los luchadores mas avanzados de la clase
obrera, de los campesinos, de la juventud y la intelectualidad. La experiencia de nuestra larga vida partidaria nos ensea que cuando
las decisiones se adoptan sin que participen de la manera mas amplia las
organizaciones y los militantes del partido, se corre el riesgo de caer en el
subjetivismo y en la improvisacin, y que la unidad partidaria se convierta
en algo formal, en consciente e inoperante para la actividad practica,
antagnica a la concepcin marxista-leninista de esa unidad, la cual se
levanta sobre bases estrictamente voluntarias y conscientes, como
corresponde a un partido revolucionario que se integra por la coincidencia de
objetivos y de principios.
Una verdadera discusin entre comunistas supone la aparicin de
puntos de vista distintos y hasta encontrados. No puede ser de otra manera.
Nuestra organizacin sufri grandes daos cuando los puntos de vista
opuestos a los de la direccin fueron reprimidos o cuando se ha impedido el
indispensable debate de las ideas para encontrar la verdad y expresar con
acierto los puntos de vista de una colectividad activa y militante, como debe
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ser la de los comunistas. Cualquiera que vea con objetividad nuestra Tesis
tendr que reconocer que en ella se expresa una clara orientacin tendente a
renovar y hacer efectiva la democracia interna del partido. Y una de las
determinaciones de la democracia interna es la libertad de discusin,
indispensable para asegurar la participacin de todos en la elaboracin de la
lnea y el programa del partido.
Falsean la realidad de las cosas aquellos que piensan que debido a que
hoy se expresan entre nosotros puntos de vista distintos, criticas abiertas a la
labor de los rganos dirigentes y concepciones divergentes en torno a
problemas tan importantes como el carcter de la revolucin, nuestro partido
atraviesa por una crisis. En realidad lo que esa opinin revela es una idea
falsa del carcter del partido, una reminiscencia de pasadas pocas en que
predominaban entre nosotros falsas y antileninistas ideas de Stalin al
respecto. Estaramos en crisis si pretendiramos implantar en el partido el
monopolitismo ciego y la unanimidad forzada que no son sino los signos del
aplastamiento de la iniciativa, la labor creadora la experiencia propia de cada
militante. Estaramos en crisis, por otra parte, si una incorrecta conduccin
de esta u otras discusiones nos llevaran a la divisin del partido, fuera este
paralizado por luchas fraccionales o una poltica oportunista le extrajera su
naturaleza revolucionaria. No estamos en ninguno de estos casos.
Al contrario, nuestro partido ha iniciado una discusin que tendr
resultados saludables, que lo fortalecer y lo har mas capaz para cumplir
con las tareas del momento.
Esto no quiere decir que no tengamos que hacer algunas observaciones
crticas sobre la discusin del curso. Las tenemos y consideramos que al fin
de que este produzca benficos resultados, debemos exponerlas ahora.
La primera se refiere a que algunos camaradas del partido y de la JC,
cuando la discusin solo ha comenzado y los puntos de vista vertidos estn
en proceso de estudio, convierten ya sus opiniones en posiciones
irreductibles, lo que significa que no las exponen para que sean debatidas y
examinadas, sino como posiciones definitivas. Si todos comenzamos a
seguir este mtodo, la discusin carecer de todo contenido cientfico real y
se transformara en lucha de posiciones.
En el curso de la discusin se han hecho criticas a una lnea que no es la
del partido, deformando la que fue aprobada por el XV congreso y los
plenos posteriores del comit central. La deformacin consiste en atribuir al
partido posiciones ya superadas y eliminadas. Se confunden, as,
mezclndolos elementos anteriores de la lnea del partido con su posicin
actual. Se toman, por ejemplo, algunos aspectos del programa aprobado por
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el XVI congreso, como si se mantuvieran vigentes. Es claro que estos
mtodos de discusin deben ser rechazados.
Tambin es posible advertir que en el curso de la discusin se revelan
ciertos sntomas de desmoralizacin y desorientacin que desembocan
directamente en posiciones liquidadoras del partido y la JC. El agobio que
producen las dificultades para la accin de las fuerzas revolucionarias, la
constante represin sobre las acciones estudiantiles desde 1968, aunados a
las deficiencias del trabajo del direccin del partido y de la JC, lleva a
algunos camaradas a perder confianza en la militancia en el partido y a
buscar soluciones que se apartan de la lucha difcil por crear un instrumento
propio, de clase, basado en el marxismo- leninismo. Comienzan a pensar en
soluciones aparentemente fciles pero liquidadoras, tales como la de formar
un partido amplio, en el cual militen, junto a los comunistas, los catlicos progresistas, los demcratas de distintas tendencias y algunos grupos
hostiles al partido. Se confunden aqu los objetivos tcticos orientados a
impulsas formas nuevas de alianza y colaboracin con los sectores
avanzados que surgen a la lucha, con la necesidad de desarrollar un partido
proletario de clase, libre de vicios dogmticos que ha padecido, capaz de
convertirse en una fuerza de atraccin para la clase obrera, la juventud y la
intelectualidad revolucionarias.
Por ultimo, entre los factores que a nuestro juicio obstruyen la
discusin se encuentra el manifiesto descuido de numerosos camaradas y
organismos en relacin con los requerimientos bsicos del marxismo para
abordar los problemas. Desde que el socialismo se convirti en ciencia debe
ser tratado como tal, acostumbraba decir Lenin; pero ocurre que en el curso
del debate con frecuencia se abandonan elementales principios
metodolgicos para tratar problemas tan importantes como el carcter de la
revolucin, el trazo de la tctica, las formas de lucha, etc. Esto no poda
menos que conducir a errores ya superados por el partido, y a sustituir la
rigurosidad marxista por el estado de nimo. Grave responsabilidad cabe en
ello a la direccin del partido que no ha sabido educar a los cuadros
comunistas en la utilizacin del mtodo marxista, y no ha difundido bastante
en los ltimos aos los fundamentos de su lnea y los elementos cientficos
que se hallan en la base de sus conclusiones.
Podramos mencionar aun otros elementos que distorsionan la discusin
actual, tales como la concepcin mtica del partido y de la obrera, el artificial
aislamiento entre el partido y la clase, etc., que impiden comprender las
tareas revolucionarias concretas de ambos, derivadas de la realidad. Ms
estas cuestiones aun habremos de discutirlas ampliamente, ya que forman
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parte de nuestra lucha contra loa formas dogmticas que traban el desarrollo
del partido y de la lucha revolucionaria en general.
Pero por muchos errores que se hubieran cometido en el curso de la
discusin, es necesario subrayar ahora, al hacer un balance inicial de ella,
que su desarrollo esta presidio por una honesta y profunda preocupacin ante
los problemas que obstaculizan la conversin de nuestro partido en el
instrumento capaz de dirigir a la clase y a las fuerzas revolucionarias hacia la
transformacin social del pas.
El echo de que en esta discusin estn presentes problemas no previstos,
por lo menos en la forma en que se han planteado, debe llamar
poderosamente nuestra atencin sobre la impaciencia que en torno a la
definicin de esas cuestiones existe en nuestro partido, en la juventud
comunista y en las fuerzas que se han incorporado a la lucha en el pasado
reciente. Por ello este pleno debe tomar las medidas necesarias para que esas
inquietudes encuentren eco inmediato en la direccin del partido, y esta
impulse su discusin por los causes partidarios.
En cuanto a los problemas programticos, la definicin del carcter de
la prxima revolucin, etc., es preciso recordar que el XV congreso acord
introducir al programa una serie de modificaciones y decidi discutir otras
en una reunin especial. El pleno del CC de octubre de 1969 decidi que,
ante la proximidad de XVI Congreso, no era preciso convocar a convocar
una conferencia para discutir exclusivamente las modificaciones al programa.
Es mas ventajoso abrir la discusin sobre las cuestiones en el partido
ampliamente, para que el debate culmine en el congreso el comit central
debe preparar de inmediato las propuestas de modificacin del programa y
su fundamentacin, para hacerlas publicas e iniciar su examen por el parido,
poniendo la mayor atencin en que el debate se conduzca de la misma
manera libre y democrtica, y como se han discutido las Tesis.
Para todos nosotros es explicable que el partido haya gran inquietud
acerca de la lnea de los comunistas en el movimiento de masas: esta
constituye parte medular de la poltica nuestra, y las experiencias derivadas
del movimiento estudiantil-popular de 1968, han hecho obligatorio re-
examinarla con espritu autocritico.
El Presidium ha resuelto proponer al comit central que en el periodo
preparatorio del XVI congreso se realice una discusin sobre el tema Diez
aos de lucha de masas, es decir del lapso que va de las luchas obreras de
1958-1959 al movimiento estudiantil y popular de 1968. Este es uno de los
periodos mas importantes de la historia moderna de Mxico en lo que se
refiere a la accin de las masas, abarca un conjunto de acciones de la clase
obrera, de los campesinos y de amplios sectores de las capas medias.
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Un estudio detenido de la dinmica del movimiento de masas en
nuestro pas permitir al partido generalizar y sintetizar una riqusima
experiencia y elaborar mejor si orientacin en el trabajo de masas;
comprender de manera mas profunda la importancia que en este periodo
tiene la lucha poltica por la direccin real del movimiento general de masas,
cuestin que evidentemente no ha sido asimilada a fondo por el partido, lo
cual trae por consecuencia que cada fracaso en esa gran tarea produzca
desaliento, confusin y, en no pocas ocasiones, dispersin.
El partido y la juventud han intervenido en todos los movimientos
desde estos ltimos 10 aos; en unos con mayor intensidad y fuerza que en
otros. Por ello se ase absolutamente imprescindible, y podramos asegurar
que nos encontramos en retraso, hacer el examen autocritico de la lnea
aplicada por los comunistas. Hacia ese fin esta apuntada esta discusin.
Un debate de tal carcter enriquecer sin duda alguna nuestra estrategia
y nuestra tctica en el movimiento de masas y contribuir a la elaboracin de
una lnea basada en la experiencia concreta. Ser tambin un aporte al XVI
congreso, que facilitara a este el concentrar sus esfuerzos en el examen de
los problemas fundamentales de la estrategia y la tctica del partido actual.
Dentro de la preparacin del XVI congreso que este pleno debe
emprender, el Presidium propone desde ahora, iniciar la elaboracin de los
documentos de discusin sobre el problema de estrategia y tctica del
partido. Junto con las Tesis, las propuestas para modificar el Programa del
Partido y los resultados de la discusin sobre Diez aos de lucha de masas,
los documentos a que nos referimos cubrirn todos los aspectos de la
actividad de los comunistas. Y sern temas vivos que permitan a los
militantes del partido realizar una discusin sana, libre y responsable de los
problemas actuales del partido y del movimiento revolucionario general,
capaz de unir a todos los comunistas en torno a una lnea colectivamente
elaborada y aprobada.
Discutir el problema, expresar y or opiniones distintas, conocer el criterio de la mayora de los marxistas organizados,, estampar este criterio en
una resolucin y cumplir honestamente esa resolucin deca ya en su tiempo V. I. Lenin -, es lo que se llama unidad en todas partes del mundo y
por toda la gente sensata. A este tipo de unidad es al que aspira nuestro partido en el curso de la presente discusin, y en el de todo el amplio, vital
debate que preceder al XVI congreso.
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I. ALGUNOS RASGOS DE LA EXPERIENCIA HISTORICA DEL PCM
La preocupacin por encontrar las causas profundas de la debilidad del
movimiento obrero revolucionario y el particular de l partid comunista es
una de las caractersticas principales del estado de animo reinante entre
todos los militantes del movimiento comunista en nuestro pas. Esta
preocupacin se extiende a todas las personas y agrupaciones que buscan
una salida demcrata y revolucionaria a la situacin actual, que la enfocan
como debilidad o crisis de la izquierda.
Esa inquietud se desarrolla a partir de la derrota del movimiento
estudiantil y popular de 1969 y de la desorganizacin y el desaliento que
trajeron consigo los brbaros actos represivos desencadenados por la
burguesa. Situacin similar se formo durante los aos de la luche interna de
1957 a 1960, coincidente con el ascenso del movimiento obrero y las
grandes jornada, protagonizadas principalmente por los ferrocarrileros
durante 1958 y 1959, que permitieron con la represin de marzo de 1959.
Perecido ambiente se creo dentro del partido y en el movimiento
democrtico general durante los aos 1939-40, cuando hacan el balance de
la actuacin del partido durante el gobierno de Crdenas.
No se trata, pues, de una situacin nueva, surgida de improviso. En
realidad no ha estado latente durante los ltimos 30 aos de historia del
movimiento obrero, democrtico y antiimperialista de nuestro pas.
Tanto en 1940 como en 1957-1960, el partido realizo exmenes
autocrticos de su labor e intento corregir los errores, las insuficiencias y las
desviaciones que en esos momentos aparecan ante los ajos de la mayora de
los militantes como causante de los reveses sufridos por el partido y el
movimiento obrero sin embargo, no cesaron de operar entonces las causas se
determinaban la debilidad de las fuerzas partidarias del socialismo y del
movimiento democrtico y antiimperialista. Incluso en el periodo de 1940 a
1960, a partir del congreso Extraordinario que intento superar la crisis, se
aceler el debilitamiento de las filas del Partido y de la influencia comunista
sobre las masas obreras y campesinas.
Hay que concluir en que se trata de un fenmeno histrico, y debe ser
enfocado de ese modo, no como fenmeno temporal o accidenta, defecto de
los exmenes autocrticos que nuestro Partido realizaron en el pasado. No
ver el fenmeno en su conjunto, no abordarlo en todas sus dimensiones, no
llegar a las races, es lo que ha impedido atacar las causas bsicas y abrir el
cause verdadero a la superacin histrica de la debilidad poltica, terica y
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organizativa del movimiento obrero revolucionario del pas, que es la
debilidad del Partido Comunista.
Para localizar efectivamente las causas ms generales y profundas de la
debilidad del PCM y del movimiento obrero, necesitamos remitir a la
historia de nuestra organizacin. Al hacerlo, somos conscientes de que este
examen podr ser utilizado por aquellos que en alguna ocasin llamamos
grupos parsitos porque vegetan sobre el cuerpo vivo del partido, lo mismo
por lo que lo agentes de la burguesa que vive a cuenta de la lucha contra los
comunistas en tanto que partido mexicano o movimiento internacional. Pero
no hay grado de comparacin entre los beneficios que este examen
autocrtico traer al movimiento revolucionario, y las ganancias que saquen
de el los parsitos y enemigos de clase.
La historia del Partido Comunista Mexicano como la de cualquier otro
partido marxista- leninista esta ligada estrechamente a la del movimiento
comunista internacional, del cual hemos sido y somos parte integrante.
El haberse mantenido desde el da de su fundacin estrechamente unido
al movimiento internacional de la clase obrera, participando de sus victorias
y sufriendo tambin las consecuencias de sus derrotas, errores y
desviaciones, no ha sido un defecto sino un merito de nuestro partido.
1. PARTICULARIDADES DE LA FORMACION DE PCM
El Partido Comunista Mexicano se fundo hace ya 50 aos, ms o
menos por el tiempo en que se crearon la mayora de los partidos marxistas-
leninistas de los pases capitalistas desarrollados. Pero ha diferencia de estos,
el PCM fue el primer partido de la clase obrera que se organizaba en el pas,
no el resultado de la escisin de un partido socialdemcrata existente con
anterioridad, como en los pases de Europa. El Congreso Socialista de 1919,
cuya mayora se oriento por la creacin de un Partido Comunista, no era
culminacin del deslinde en el ceno de un partido obrero entre las posiciones
revolucionarias y las oportunistas, ni constituirla en foro en que el partido
obrero revolucionario disputaba la direccin de la clase a los lideres
amarrillos. Todos los intentos que se hicieron desde el siglo pasado para
organizar un partido socialista, terminaron en el fracaso, por no existir
entonces condiciones para la actividad de un partido propio de la clase
obrera.
A quienes acostumbran remitirse a la historia del Partido para
denigrarlo no les dice nada la circunstancia de que mientras los partidos
comunistas de Europa surgan en el antecedente de los viejos partidos
socialistas creados en tiempos de la II Internacional y algunos de ellos en
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vida de Marx y Engels, la clase obrera mexicana no contaba con un parecido
antecedente de experiencia terica, poltica y organizativa.
Esta es una ventaja y al mismo tiempo una limitacin. Ventaja porque
el PCM no naca del seno de un partido socialdemcrata, que se hubiera
corrompido en el ultimo periodo de la II Internacional, aunque a fines de la
segunda dcada del siglo tambin se creaban ya, en el plano sindical y
poltico, las corrientes reformistas encabezadas por Luis N. Morones. Y una
limitacin, en cuanto que la clase obrera no haba recibido la propaganda del
marxismo que los partidos socialistas realizaban. En realidad los obreros
mexicanos empezaron a conocer el marxismo por primera vez en el periodo
de la I Internacional, en vida de Marx y Engels, a travs de las
organizaciones y los peridicos que dirigan Francisco Villanueva y Juan de
Mata Rivera. Pero fueron destruidas durante la segunda presidencia de
Porfirio Daz y no llegaron a materializar en un partido obrero.
De este modo, una primera particularidad de la formacin de nuestro
partido reside en que no surg del seno de un partido socialdemcrata; fue el
primer partido estable que organizo la clase obrera mexicana. La otra,
derivada de la anterior, reside en que su creacin no fue precedida de una
extensa difusin de la teora del marxismo. Estas dos particularidades
explican que el periodo de formacin del partido se extendiera por espacio
de 10-15 aos, de 1919 a 1935, aproximadamente.
Pero la fundacin del PCM a finales de 1919 obedeca a necesidades
objetivas y era la expresin de un determinado grado de madurez alcanzado
por la clase obrera mexicana: haban comenzado a surgir en distintas
regiones del pas grupos y crculos marxistas, como los creados en
Guanajuato por Nicols Cano, en Veracruz Por Manuel Daz Ramrez, en
Michoacn por Soria y en la Ciudad de Mxico por Jos Allen, que diriga el
Grupo de Jvenes Socialistas Rojos y editaba el peridico El Soviet desde 1918; grupos y partidos que agrupaban obreros bajo principio
burgueses o pequeo burgueses, se crearon en ese tiempo; corrientes y hasta
organizaciones obreras completas entraba en profunda contradiccin con la
burguesa. Todo ello demostraba que las condiciones objetivas de la
formacin del partido obrero revolucionario estaban dadas.
La actividad del movimiento obrero se una al descontento de las masas
campesinas, que vean como despus de haberse instalado en el poder, la
burguesa incumpla los ofrecimientos hechos en el curso de la revolucin.
A los ojos de grandes masas la salida se hallaba en el ejemplo de los
obreros y campesinos rusos, que resolvan al modo revolucionario las tareas
que aqu la burguesa abordaba del modo ms limitadamente reformista. La
gran revolucin socialista de Octubre y la creacin de la Internacional
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Comunista fueron factores poderosos que impulsaron a la parte mas
avanzada de la clase obrera a constituirse en partido poltico.
En el Congreso Socialista de septiembre estuvieron presentadas todas
las corrientes que existan en el movimiento obrero mexicano: los
anarquistas, los reformistas y los comunistas. La lucha de tendencias dentro
del Congreso Socialista demostr que los problemas fundamentales que
entonces exigan solucin fueron correctamente resueltos por la mayora de
los delegados. Ellos eran el de la actitud ante la II y III Internacionales, ante
la revolucin socialista de Octubre y ante la necesidad de agruparse en
partido propio. El congreso realizo el primer deslinde de importancia
histrica al condenar el oportunismo de la II Internacional y decidir su
adhesin a la Internacional Comunista, proclamar su simpata hacia los
principios de la revolucin de Octubre y resolver constituirse en Partido
Comunista, acuerdo que se llevo a la prctica en noviembre de 1919.
Ante otros problemas, como la renuncia a participar en elecciones, el
Congreso Socialista adopto decisiones equivocadas. Era indudablemente una
reminiscencia anarquista y una reaccin ante los mtodos de la II
Internacional, que haba desprestigiado la participacin de los obreros en los
parlamentos burgueses.
2. EL PCM DE 1919 A 1940
Comenz entonces una lucha muy compleja en la que se reflejaba la va
nacional peculiar a travs de la cual los comunistas desarrollaban el proceso
de fusin de las ideas comunistas con el movimiento obrero espontneo: el
combate abierto por la direccin del proletariado frente a la burguesa y la
pequea burguesa. Este combate -que toma las formas ms distintas y
complicadas, desde los esfuerzos por la organizacin sindical y la propia
conformacin del partido hasta la lucha armada-, contribuye un rango
esencial de la historia del PCM.
Durante los 2 aos que siguieron a su fundacin, la vida del PCM fue
muy precaria: el ncleo del partido quedo prcticamente disuelto a
consecuencia de la represin organizada por Obregn en mayo de 1921, y
fue solo hasta el II Congreso, en abril de 1923, que se integra una direccin
estable.
A partir de entonces la lucha del partido se mantiene sin ninguna
interrupcin. En marzo de 1924 aparece su primer periodo estable, El
machete, que llevo por primera vez a grandes masas de la clase obrera y de
los campesinos las ideas del marxismo-leninismo, los principios de la
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Internacional Comunista del primer estado de obreros y campesinos del
mundo. A partir de entonces jams dejo de existir en nuestro pas una prensa
comunista que, pase sus debilidades, denunciaba la poltica de la burguesa e
iba formulando una poltica propia de la clase obrera.
En este periodo de su vida, el partido logro la derrota del anarquismo
como corriente poltica en la clase obrera, hasta lograr su virtual
desaparicin. Los grupos anarquistas fueron la fuerza predominante en el
proletariado desde principios de siglo hasta calumniar la revolucin de 1910-
1917, y salvo las actividades que transcurrieron bajo la direccin de Ricardo
Flores Magn y sus mas cercanos compaeros, demostraron su oportunismo,
principalmente al actuar al travs de la casa del Obrero Mundial que pacto con la burguesa el combate a los campesinos revolucionarios-, y al realizar
una lucha sin principios contra los primeros ncleos comunistas. Los restos
contemporneos de aquellos grupos han demostrado ms de una vez que ya
no integran ninguna corriente obrera, sino burguesa. Es falso, en
consecuencia, que el narco-sindicalismo haya materializado en Mxico la
lucha por la independencia de la clase obrera frente a la burguesa.
El partido introdujo entonces en la prctica del movimiento obrero y
revolucionario del carcter internacional de la lucha del proletariado y
combati la ideologa del nacionalismo que la burguesa y los reformistas
llevaban a las filas de los obreros. Fue la presencia de los comunistas en la
arena poltica, sus campaas de solidaridad con la Rusia Sovitica, la
creacin de la liga Antiimperialista De las Ameritas y otras organizaciones,
las campaas de solidaridad de Sacco y Vanzetti, con las victimas de la
represin y los perseguidos de otras pases; la ayuda constante a la lucha de
Sandino en Nicaragua, el movimiento obrero cubano y de otros pases, lo
que despert el espritu de solidaridad y la conciencia internacionalista de
los sectores mas avanzados de la clase obrera y de nuestro pueblo.
Junto a la accin frente al anarquismo, nuestro Partido se entrego,
desde sus primeros aos, a combatir al reformismo naciente lucha contra la influencia burguesa-, representado en los aos 20 por la CROM y el Partido
Laborista. Hasta 1929 los comunistas trabajaron en la base de los sindicatos
de la CROM y de la CGT, esta ltima, dirigida por los anarco-sindicalistas.
Ya para entonces, el PCM haba logrado integrar una corriente sindical
propia, que se opona tanto al anarquismo como al reformismo, y marchaba
hacia su agrupacin independiente para la mejor defensa de los intereses
obreros y de los principios de un sindicalismo clasista. Fue as como surgi,
en febrero de 1929 la Confederacin Sindical Unitaria de Mxico, que
dirigieron los camaradas Valentn Campa y David Alfaro Siqueiros.
Condena da a la ilegalidad al poco tiempo de creada, la CSUM cubri una
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importante etapa de la educacin y organizacin sindical de los obreros; y a
aunque el periodo de 5 aos de la represin callista se redujeron
considerablemente sus efectivos, su lucha persistente condujo a que, al salir
de la legalidad en 1935, fuera uno de los polos de atraccin principales del
resurgimiento de la accin organizada del proletariado y una de las
corrientes mas importantes que determinaron el proceso unitario de 1936.
El PCM fue el primer partido marxista-leninista de Amrica Latina que
se planteo el problema de la organizacin del movimiento campesino por la
clase obrera, y el primero en formular un programa agrario revolucionario.
Los comunistas crearon las primeras formas prcticas de alianza obrero-
campesina, y los campesinos pudieron intervenir en la lucha poltica contra
el callismo como uno de los destacamentos revolucionarios principales.
El partido de esforzaba as por satisfacer uno de los requerimientos
leninistas de su formacin y desarrollo: establecer la direccin poltica del
proletariado sobre los campesinos, esencia de la alianza obrero-campesina.
En las condiciones de un pas como Mxico, en el que una de las
circunstancias histricas propias ha sido la existencia de un movimiento
campesino revolucionario cuya parte mas avanzada y decisiva ha sido el semi-proletariado del campo-, sin que haya surgido un partido campesino, el
cumplimiento de ese requisito se desenvolvi por medio de la actividad
directa de los comunistas hacia el movimiento campesino, y no en el
contacto y alianza con sus representantes polticos. Al mismo tiempo que
ello abra grandes posibilidades revolucionarias al partido, creo una
situacin en el seno de este, que habra de influir en su futuro desarrollo, en
el en el que cualquier debilitamiento del ncleo obrero y de la ideologa
proletaria conducira inevitablemente a desviaciones Campesinitas, y al predominio de posiciones de derecha o de izquierda, segn fuera el ambiente
general que rodera al movimiento campesino.
Bajo la direccin del partido de comenzaron a organizar en 1924 los
primeros ncleos campesinos, las ligas de Comunidades Agrarias, que
dieron base a la creacin de la primera organizacin campesina
independiente y revolucionaria en 1926, la Liga Nacional Campesina. La
burguesa procedi a destruirla por la violencia en mayo de 1929. Sus
dirigentes principales como J. Guadalupe Rodrguez en Durango, Hiplito
Landero en Veracruz y otros, fueron asesinados.
De esa labor organizadora y de la defensa, no poca veces heroica, de
los intereses campesinos por los comunistas, parte la influencia de nuestro
partido conquisto entre las masas campesinas revolucionarias, influencia que
sufre altibajos, pero que se mantiene como una de las conquistas ms
importantes del proletariado revolucionario.
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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Los ncleos de cuadros estables de dirigentes comunistas se forman
durante este periodo. En diciembre de 1929, despus del Pleno de julio que
hizo el balance del amino recorrido por el partido en sus 0 aos de existencia,
asume la Secretaria General el camarada Hernn Laborde, que hasta
entonces trabajaba en el Bur Poltico y la compaa electoral del Bloque
Obrero y Campesino. El partido va adquiriendo importancia nacional y su
influencia se extiende a otros ncleos de la poblacin, como la
intelectualidad y los estudiantes.
La idea del partido la necesidad del partido revolucionario de la clase
obrera, de su separacin de la burguesa, arraigo entonces entre los
trabajadores mas avanzados. En esto desempearon un papel importante los
primeros dirigentes como el camarada Jos Allen, que encabezo la direccin
desde su fundacin hasta 1921, el camarada Manuel Daz Ramrez, que fue
secretario general hasta 1925, e incluso Rafael Carrillo, que despus se paso
a las filas del lombardismo y que dirigi al partido de 1925 1929. Cabe
mencionar ante estos dirigentes a Julio Antonio Mella, el lder cubano que
milito en nuestras filas de 196 a 1929.
Pero el partido no comprendi entonces la importancia de la teora para
el movimiento revolucionario de la clase obrera y no supo estudiar las
condiciones concretas de un pas como Mxico desde el ngulo de los
principios del marxismo-leninismo. A consecuencia de ello, los problemas
de la definicin del carcter de la sociedad mexicana y del tipo de revolucin
que se planteaba entonces se enfocaban siguiendo los esquemas que la
Internacional Comunista elaboraba para todo el mundo o para grandes
regiones. En este sentido los comunistas pasaron por alto y la orientacin de la IC en aquel periodo ayudaba a ello-, las indicaciones que Lenin hacia
en 1919 subrayo la necesidad de tomar en cuenta rigurosamente la diversidad de condiciones en que estn que luchar y actuar los distintos
partidos para el trazo de su lnea poltica y su programa (ver condiciones de ingreso a la IC, p. 17).
Fueron trasladadas mecnicamente a las condiciones de Mxico las
errneas conclusiones del VI congreso de la IC, que caracterizo a los pases
de Amrica latina como semi-coloniales y semi-feudales, contradiciendo a la
concepcin leninista, segn la cual la mayora de los pases latinoamericanos
se ubicaban en un grupo intermedio, como pases en que los movimientos
nacionales haban pasado ya en la poca de las guerras de independencia y
se mantenan como pases independientes polticamente, pero sujetos a la
dependencia econmica y financiera de las potencias imperialistas.
De 1919 a 1929 el partido llamaba ala revolucin sovitica, a la
conquista de los soviets, como forma estatal de la revolucin, tal como lo
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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planteaba la Internacional Comunista para todos los pases. El traslado de la
consigna de los soviets, forma concreta de la dictadura del proletariado que
haba triunfado en Rusia, se explica a mi parecer como universales. Esto se
puede comprobar no solo con el triunfo de la revolucin rusa, sino
posteriormente, tonel triunfo de la revolucin china y de la revolucin
cubana. Toda gran revolucin ejerce profunda influencia entre las masas y
las lleva a tratar de limitar incluso sus rasgos especficos.
La consigna de los soviets en todo el mundo es, como se sabe, una idea
de Lenin. Pero Lenin no la vea como un simple traslado de la experiencia
rusa, sino de manera mas profunda; para Lenin se trataba de la esencia y no
del nombre. La idea de los soviets implicaba que la vanguardia debera
apoyarse en una amplia organizacin de las masas sin partido o en el cual
participaban representantes de otros paridos. Los soviets cumplan el papel
de rganos legislativos y ejecutivos en representacin de la inmensa mayora
del pueblo trabajador; eran la expresin de la alianza de la clase obrera con
los campesinos y las amplias masas. Pero esta concepcin no se comprendi
cabalmente y la consigna de revolucin sovitica se tomaba como sinnimo
de revolucin socialista, lo que indudablemente no corresponda a las
condiciones de aquel tiempo.
Poco despus, hasta llegar al VII congreso de la IC la consigna de los
soviets se cambio por la de revolucin obrera y campesina, que expresaba
una idea ms profunda y adecuada a las condiciones de Amrica Latina. Se
trataba de una forma transitoria de poder, algo parecido a la dictadura
democrtico-revolucionaria del proletariado y los campesinos, como poder
anterior a la dictadura del proletariado. Sin embargo, tanto la IC como una
serie de partidos, entre ellos el nuestro, identificaban esta consigna con la de
revolucin socialista; se la vea como sinnimo de dictadura del proletariado.
En condiciones en que la revolucin socialista no haba madurado, esta
consigna no ayudaba a agrupar las fuerzas reales capaces de intervenir en la
revolucin que maduraba efectivamente. Por eso el partido se encontr
desarmado cuando se planteo la necesidad de dar una salida revolucionaria a
la crisis en que el pas se vio envuelto en los aos de 1929 1933, donde se
conjugaban los efectos de la crisis econmica mundial con el desprestigio de
la dictadura callista y una profunda crisis agraria.
En julio de 1929 se realiza uno de los plenos del comita central que
tuvieron influencia en la vida del partido.
Se viva el momento de viraje reaccionario del callismo, cuando el
partido y las organizaciones de masas que le eran afines como la CSUM y la
Liga Nacional Campesina haban sido aclaradas ilegales y en el pas se
desplegaba una feroz persecucin anticomunista. El gobierno de Portes Gil
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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haba roto las relaciones diplomticas con la Unin Sovitica utilizando
como pretexto las manifestaciones de solidaridad que se realizaron en todo
el mundo frente a las embajadas mexicanas en protesta por el asesinato de J.
Guadalupe Rodrguez y otros dirigentes campesinos.
Bajo la influencia de las conclusiones del VI Congreso de la IC
realizado meses antes, y de la lnea izquierdista planteada por Stalin, el
pleno adopto una serie de conclusiones de carcter sectario con las que se
oriento la actividad del partido durante el periodo de la ilegalidad de 1929 a
1934.
Stalin planteo entonces su errnea tesis de que los partidos comunistas
deberan dirigir al golpe principal contra la democracia pequeo burguesa;
consideraba que la socialdemocracia era el apoyo principal de la burguesa.
La lnea del frente nico obrero, planteada por Lenin en el VI Congreso de la
IC, fue dejada de lado. En Mxico un error de ese carcter tenia gran
importancia, por cuanto en la estructura de clase del pas tenia un peso
enorme la pequea burguesa, especialmente en el campo, donde las clases
no proletarias constituan (y constituyen) una potente fuerza revolucionaria.
Estas tesis se trasladaron a Mxico en un periodo en que el papel y la
importancia de las capas medias crecan, y cuando comenzaban a destacarse
un grupo de demcratas revolucionarios, que recoga las aspiraciones de los
campesinos y de las capas medias urbanas y entraba en contradiccin con la
dictadura callista.
Siguiendo las ideas del IV Congreso de la IC, la direccin del partido
no solo no se propona la unidad de accin con los representantes de la
pequen burguesa radicalizada, sino consideraba que estos fueran los
enemigos mas peligrosos. As por ejemplo, llamaba a concentrar la lucha
contra el Partido Socialista de las izquierdas, que diriga el coronel
Adalberto Tejada, uno de los hombres mas radicales de su tiempo, que
presento su candidatura a la Presidencia de la Republica contra el entonces
candidato del PNR, Lzaro Crdenas.
Por otra parte se encontraba incapacitado para enfrentar los problemas
polticos que se derivan de las luchas en el seno del partido gobernante, y
revelando incomprensin del estado de animo que invada a importantes
sectores en el seno de aquel y de sus formas de expresin, caracterizo al plan
sexenal de Crdenas como plan sexenal fascista. No poda entenderse en nuestros das esta conducta del Partido, de no
tomarse en cuenta las condiciones en que se desarrollaba el movimiento
revolucionario mundial. La IC se haba formado como un partido
internacional, y pertenecer a ella era, en las condiciones de su creacin, la
nica forma de militar en el movimiento comunista. Por otra parte, el
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desarrollo del comunismo como fuerza internacional no tena otra va
posible: era esta la manera singular de impulsar la transformacin del
movimiento obrero en partidos independientes del reformismo y del
nacionalismo burgueses.
Pero precisamente en los aosa que nos referimos, un aspecto de las
normas de la III Internacional el de la obligatoriedad de la lnea general-, se haba desarrollada unilateralmente, en tanto que el otro el de la comprensin e interpretacin de las peculiaridades nacionales-, de echo se
haban abandonado despus de la muerte de Lenin. Y ello estorbaba al
desarrollo de los cuadros nacionales y a la formularon de una lnea
comprensible para las masas. En el caso concreto de Mxico, dificultaba
extraordinariamente la elaboracin independiente de la poltica apropiada a
las condiciones del pas y tenda perpetuar la debilidad terica del Partido,
ya de por si grave.
Ambos elementos la debilidad terica y las tendencias entonces predominantes en la IC-, condujeron al partido a plegarse a un esquema
internacional que no se ajustaba a las condiciones del pas. El problema del
tipo de transformaciones que haban madurado en la sociedad, es decir, del
carcter de la revolucin, no fue resuelto acertadamente.
En el perodo de la crisis econmica mundial de 1929-1933 se puso de
relieve tambin la existencia de una concepcin superficial, que no es propia
de esa poca, sino que se traslada a otros periodos de la actividad del Partido,
acerca de la clase obrera mexicana. En los materiales del Partido se hablaba
de la clase obrera de aquel tiempo como si se tratara de la clase obrera
europea o de un pas capitalista desarrollado. Pero la clase obrera de
entonces, su ncleo industrial, el que se tomaba en cuenta en los materiales
del Partido, era un destacamento muy reducido, y muy inmaduro todava.
Hacia 1928 el nmero de obreros industriales no llegaba a 200,000. E n
cambio tenan una gran potencialidad los obreros agrcolas, las capas
explotadas no-proletarias de la cuidad, hacas las cuales no se orientaba la
actividad del Partido de una manera consciente, sino espontnea. Se actuaba
entre los campesinos, pero la lnea de revolucin socialista no poda
canalizarlos, hacia un movimiento poltico de envergadura nacional con
reivindicaciones propias.
Al no establecer una firme alianza con las capas trabajadoras no
proletarias por la ausencia de un programa concreto de transformaciones
revolucionarias, un programa que diera respuesta a las necesidades reales, la
burguesa pudo canalizar la ola revolucionaria mediante una serie de
reformas y atraerse alas masas descontentas.
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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Todo esto repercuti negativamente en las relaciones entre el partido y
la clase obrera, entre el Partido y las masas trabajadoras no-proletarias.
Desde el punto de vista de organizacin, el Partido se mantuvo en este
periodo como un gripo pequeo, que solo llego a superar el millar de
militantes. Hasta 1926, se organizaba a base de las llamas locales, que eran la agrupacin de los comunistas de la localidad determinada. El sistema
celular se comenz a aplicar hasta despus del IV Congreso, el Partido
contaba con 191 miembros organizados en 10 ciudades. Ya para 1927
contaba con 600 miembros y ms de 50 clulas de empresa. Para el periodo
del pleno de julio de 1929, a entrar a la ilegalidad, el Partido haba elevado,
junto a su influencia de masas, el nmero de sus militantes: contaba con
1,500 miembros, de los cuales el 70% era de obreros, el 27% de campesinos
y el 3% de intelectuales y empleados. Era evidente el proceso ascendente
que el Partido haba seguido desde su fundacin en 1919 hasta el periodo de
la ilegalidad que se inicia en 1929, en la extensin de su influencia entre la
clase obrera y en el crecimiento de sus filas.
Las luchas internas en l Partido se haban resuelto en base al
mantenimiento de su unidad y las divergencias de opinin no se traducan en
rompimientos. El pleno de julio de 1929 expulso al grupo trotskista que se
haba ido formando bajo la direccin de Diego Rivera y al lder campesino
rsulo Galvn, por su conducta oportunista ante la represin del callismo.
Desde entonces comenz a actuar en Mxico en trotskismo como
agrupamiento poltico.
Hoy los trotskistas y sus reivindicadores se remiten con frecuencia a los
50 aos de existencia del PCM; pero no ay gran diferencia entre la edad del
trotskismo y la de nuestro partido; ya en 1927 comenzaron a conformar su
fraccin y en 1929 entonces mas de 40 aos; Trotski traslado a Mxico su
cuartel general y despleg contra los comunistas mexicanos una campaa
columnista sistemtica. Y que ha quedado del trotskismo? Cul es su
aporte al movimiento obrero y revolucionario del pas? Dnde estn los
cuadros del trotskismo en el movimiento obrero, campesino y popular? A
excepcin de sus reducidos grupos estudiantiles, e incluso a pesar de ellos, el
trotskismo sigue siendo lo que siempre fue: un minsculo gripo anti-partido,
escisionista y antisovietico, incapaz de desempear cualquier influencia
positiva en el movimiento revolucionario.
Pese a sus errores sectarios, el Partido, sin embargo contino
desarrollando su influencia en los aos de la ilegalidad y la crisis econmica
(1929 a 1934). Era determinante en ello su persistente labor entre la clase
obrera y los campesinos, que intervenan con importantes acciones como en
ningn otro periodo de la historia de Mxico. En junio de 1930 el gobierno
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masacra una manifestacin de campesinos y obreros agrcolas en Matamoros,
Coah., contra la poltica de Ortiz Rubio y en demanda de tierras. 20
militantes comunistas. Del 25 de febrero al 20 de marzo de 1931 en los
principales centros obreros del pas se realizan grandes manifestaciones de
sin-trabajo, convocadas por la Confederacin Sindical Unitaria, como
reaccin contra el paro y la desocupacin. Entre 1931 y 1932, por ejemplo,
fueron reajustados 12,000 obreros ferrocarrileros.
En 1932, el 26 de febrero, fecha que la CSUM proclama como da Da de lucha contra la desocupacin, una columna de sin-trabajo marcha de Pueblo la ciudad de Mxico, a ella se unen numerosos obreros de la capital.
En la manifestacin de Monterrey participan 7,000 obrero y ms de 2,000 en
Jalapa.
El primero de mayo, la manifestacin adquiere un carcter
extraordinariamente masivo. En el DF desfilan cerca de 150,000
trabajadores, 16,000 de ellos bajo las banderas de la CSUM.
Las acciones campesinas se desarrollan sobre todo a partir de 1932.
Con las armas en la mano, grupos numerosos de campesinos invaden las
propiedades de los terratenientes en los Estados de Guanajuato, Michoacn y
Jalisco. En las plantaciones arroceras de Michoacn, ms de 2,000 peones
declaran la huelga.
Durante 1934 y 1935 el movimiento huelgustico llego a su punto
culminante: segn datos oficiales, en 1934 se realizaron 202 huelgas, es
decir, 18 veces mas que en 1933; para 1935abarcaba la mayor parte de la
ramas industriales, el numero de huelgas se elevo a 642 y el de huelguistas a
145,212.
La lucha en el seno de la clase dominante se agudiza a medida que se
desenvuelve el movimiento de masas, y en junio de 1935 estalla la crisis
poltica con motivo de las declaraciones de Calles exigiendo el
aplastamiento de las huelgas. El movimiento obrero pasa a ala ofensiva y se
crea el Comit Nacional de la Defensa Proletaria, que se une a la gran mayora de la clase obrera de pases. El partido comienza a recuperar su
derecho a la actuacin libre y sus dirigentes actan abiertamente. El da de la
apertura del local del Comit Central, bandas armadas lo ocupan, en un
intento por impedir la accin legal de los comunistas.
Bajo la presin del movimiento de masas, pero respondiendo tambin a
las exigencias de la burguesa media y el pequeo capital efectuados por la
crisis, el gobiernos de Crdena procede a cambiar la orientacin de la
burguesa gobernante en relacin a la reforma agraria y da a esta fuerte
impulso, establece un clima de respeto a las libertades democrticas, y mas
tarde realiza las nacionalizaciones de los ferrocarriles y la industria petrolera,
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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atendiendo al estado de animo en que se expresa su nacionalismo burgus
renovado. En estas medidas gubernativas esta presente tambin, sin duda, el
objetivo de frenar el movimiento de masas o, en todo caso, de canalizarlo.
Pero el movimiento obrero y campesino no se paraliza. Prosigue su
ofensiva y defiende las posiciones conquistadas. Ante el riesgo de que el
movimiento de masas caiga bajo la direccin de los cardenistas, el partido
lanza en los primeros meses del gobierno de Crdenas sus conocidas
consignas de Ni con Crdenas ni con Calles y un poco despus Con Crdenas no, con las masas cardenistas si, consignas cuyo contenido era la defensa del carcter independiente del movimiento obrero y campesino
revolucionario, y que expresaban una combativa tradicin proletaria en
defensa de la independencia de la clase.
Estas consignas, que ponan de manifiesto la sensibilidad de los
dirigentes comunistas ante el peligro real de que los reformistas tomaran en
sus manos el control de las masas, fueron calificadas despus, bajo el influjo
de las conclusiones del VII Congreso de la IC realizando en julio y agosto de
1935, como expresiones de una orientacin sectaria, y as se consideraron
durante mucho tiempo en los documentos partidarios.
El VII Congreso de la IC significo un viraje en las concepciones
sectarias que haban impregnado la lnea de sus congresos V y VI. Elaboro,
como el sabido, la tctica de frente popular antifascista y de frente popular
antiimperialista, que tuvieron enorme significacin para enfrentar y combatir
en todo el mundo el peligro del fascismo y de la guerra. Se trataba de una
tctica para unir fuerzas dismbolas en primer lugar las del movimiento obrero- para enfrentar el riesgo que significaba el asalto el fascismo al poder
y las pretensiones revanchistas y chovinistas del sector mas reaccionario y
agresivo del capital financiero internacional. Pretenda establecer
condiciones para la conquista de la direccin del estado por un bloque de
fuerzas capaz de conducir a los pueblos por un camino de transformaciones
sociales que abrieran paso hacia el socialismo, pero que en lo inmediato lo
cerraran al fascismo. El valor de esta tctica de corte leninista se probo de
sus xitos en diferentes pases y en las bases que puso para la derrota del
fascismo en la guerra destacada por este.
Para Mxico el viraje tctico se expreso en la conocida carta de la
delegacin mexicana al VII Congreso de la IC, que formulaba un programa
y una tctica adecuados a la situacin concreta que viva el pas. Los errores
cometidos en su aplicacin contra los cuales ya se prevena en el documento-, y las deformaciones que le restaron eficacia no son atribuibles
al principio que inspiraba la lnea.
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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Como sucede en todo viraje, se tendi entonces a juzgar la poltica del
partido desde una nueva posicin unilateral, y lo que era defensa necesaria
de la independencia de clase del movimiento obrero y de las posiciones
conquistadas por el partido, comenz a ser considerado expresin de
sectarismo.
Ello conduca a romper con una de las ms ricas experiencias de los
comunistas mexicanos en la construccin del partido revolucionario; la
defensa de la independencia de clase del proletariado frente a la burguesa y
la pequea burguesa. Este rasgo esencial de la actividad del Partido, que
haba permitido la formacin de una corriente revolucionaria en el
movimiento obrero tras la cual comenzaban a marchar las fuerzas
principales de este, fue situado dentro de las concepciones sectarias. Tal
caracterizacin pona las bases de la incapacidad para defender la
independencia de la clase obrera e impeda que a su vez esta pudiera atraer a
las fuerzas de la base que aspiraban a transformaciones cada vez mas
profundas y dirigirles contra la burguesa en cuanto esta volviera las
espaldas al proceso de reformas.
La lucha del partido en defensa de sus posiciones frente a los intentos
de los reformistas por someter al movimiento obrero y campesino a su
control, se expreso muy claramente en el problema de la unidad sindical.
Con base en las organizaciones afiliadas a l comit de defensa proletaria se
realizo en febrero de 1936 el Congreso de Unificacin Proletaria donde se
constituyo la Confederacin de Trabajadores de Mxico (CTM). La CTM
surga como una organizacin clsica. Se funda en una sola organizacin las
fuerzas dirigidas por el PCM, que estaban representadas por la CSUM, las
que actuaban bajo la direccin de Lombardo Toledano y Fidel Velsquez,
que se haban escindido de CROM en octubre de 1933, agrupadas en torno a
la confederacin general de obreros y campesinos (CGOCM), y una serie de
sindicatos independientes, como los de electricistas, ferrocarrileros mineros
y otros.
El grupo Lombardo-Fidel Velsquez intentaba por todos los medios
frenar la creciente influencia que adquiran los comunistas en las filas de los
sindicatos de la CTM y recurra para ello a todo tipo de maniobras. Desde la
fundacin de la CTM se despleg una lucha interna en su seno, caracterizada
por el intento lombardista de imponer a los sindicatos, contra la voluntad de
la base, representantes de su corriente oportunista, que utilizaban los puestos
para la politiquera burguesa, medrar con la cuota y apaciguar a los
trabajadores. Se presentaron conflictos como lo son los suscitados en la
Federacin Regional de la Comarca Lagunera, de la Federacin de Nuevo
Len y la de Oaxaca. En las dos primeras federaciones, los trabajadores
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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apoyaban a dirigentes comunistas como Dionisio Encina y Tomas Cuerva,
pero Blzquez, apoyado por Lombardo trataba de imponer a elementos
corrompidos de su corriente, agentes de los gobiernos locales.
Esta situacin hizo crisis en abril de 1937, a un ao de constituida la
CTM, cuando se reuna el IV Congreso Nacional de la central. Debido a las
maniobras puestas en juego por el grupo lombardista, la CTM se escindi.
Los sindicatos dirigidos por el Partido y por lideres independientes como los
que encabezaban e Sindicato Mexicano de Electricistas, abandonaron el
consejo.
Las estadsticas publicadas en la prensa de entonces muestran
claramente que el grupo de sindicatos y federaciones que haban abandona
do el IV Consejo representaba la parte mas importante de la clase obrera
organizada, que con Lombardo y Velsquez se haban quedado los sectores
mas atrasados del proletariado.
En las condiciones del movimiento obrero mexicano, la unidad tenia
que pasar a travs de la lucha por la democracia interna y la independencia
de los sindicatos, tenia que servir al desarrollo del propio movimiento y al
despliegue de su potencialidad y no al sometimiento a los intereses de la
burguesa.
La situacin fue resulta por la intervencin de Earl Browder, entonces
Secretario General del Comit Ejecutivo de la Internacional Comunista, a
cuya ayuda apelo Lombardo Toledano.
No se trataba, naturalmente, de la persona de Browder, sino de que este
actuaba en nombre del Comit Ejecutivo de la IC. Utilizando esta posicin,
Browder presiono a los dirigentes del partido para que reintegraran los
sindicatos al seno de la CTM sin ninguna condicin, e impulso la lnea
llamada de Unidad a toda costa, que aprob el pleno de julio de 1937, a pesar de la resistencia de numerosos cuadros sindicales del Partido.
A partir de ese momento la influencia del PCM en el movimiento
sindical comenz a descender: los comunistas fueron desalojados, uno tras
otro, de los puestos de direccin donde los haban colocado las propias
masas, sin que estas comprendieran la actitud de los comunistas. Aos mas
tarde seria utilizada contra la direccin del Partido de entonces, y en
particular contra los camaradas Lamborde y Campa, la adopcin de la lnea
de unidad a toda costa, cuando en realidad les haba sido impuesta. Sin embargo, se contino aplicando despus del Congreso Extraordinario, no
obstante su condenacin formal.
Esta era una lnea de capitulacin elaborada en aras de mantener la
alianza con la burguesa. A su influjo el Partido se fue deslizando a una
posicin en la que se renunciaba a defender posiciones propias y se hacan
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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cada ve mayores concesiones en aras de una unidad que no serva al
desarrollo de las fuerzas propias de la clase obrera. De este modo, en junio
de 1939el Comit Central resolvi suprimir las fracciones comunistas en
algunos sindicatos. Creemos que las fracciones son un obstculo para la unificacin completa de los trabajadores de la enseanza? Pues suprimamos
las fracciones, dijo el camarada Lamborde en su Informe al Pleno. Antes, en enero de 1939, el VII Congreso haba aprobado una
orientacin que tenia como centro la tesis de que el PRM era el Frente Popular en las condiciones peculiares de Mxico y de que toda la labor de masas deba centrarse en la atencin al PRM y no al Partido Comunista.
Llevado por esa orientacin, el Congreso resolvi mantenerse al margen del
problema fundamental que se deca en ese momento: el de la sucesin
presidencial. Con ello se dejo manos libres a los altos crculos del PRM y el
gobierno, que acabaron imponiendo la candidatura derechista de Manuel
vila Camacho. Ante este problema se puso nuevamente de relieve el dao
de una concepcin de la unidad en la que se dejaban de lado los intereses de
clase y que se mantuvo por el Partido durante largos aos.
Todo se supeditaba al objeto de mantener la unidad con las fuerzas
principales de la burguesa gobernante, en aras de la derrota de la reaccin. Posteriormente, ya en el curso de la segunda guerra mundial esta lnea se
expresaba en la consigna de unidad nacional, concebida como supeditacin del inters de clase del movimiento obrero a los llamados
intereses nacionales o a los fines de la lucha contra el fascismo. En las condiciones de la situacin poltica de 1939, cuando se desidia el
futuro inmediato del movimiento revolucionario, democrtico y
antiimperialista del pas, cuando ante las masas estaba planteo el dilema de
si el pas marchara hacia la coronacin de las tareas democrticas y
antiimperialistas, hacia un autentico ascenso del movimiento revolucionario,
o se entregara el poder a los sectores derechistas de la burguesa en esas
condiciones la concepcin abstracta, sin sentido de clase y conciliador de la
unidad, causo los mayores daos al partido.
Frente ala candidatura derechista de vila Camacho haba surgido de
los crculos de izquierda mas consecuentes, la candidatura del general
Francisco J. Mgica el hombre que representaba en el gabinete de Crdenas
la corriente mas avanzad, la mas ligada al movimiento obrero, la que
trabajaba en alianza mas estrecha con el partido comunista. En torno de
Mgica se haban unido los autnticos representantes de la democracia
revolucionaria, entre ellos Narciso Bassol. Pero no era eso lo ms importante:
el movimiento obrero y campesino, grandes masas de la pequea burguesa
se pronunciaban por un gobierno que se colocara ms a ala izquierda que el
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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de Crdenas. Por otra parte, las fuerzas de la burguesa agrupadas en torno
de vila Camacho se planteaban claramente detener el curso a la izquierda y
reorientar la poltica del pas en beneficio de sus exclusivos intereses, con la
bandera de que se haba entrado a la etapa constructiva de la revolucin. El argumento de los conciliadores, que se converta en un espantajo era
el peligro de la reaccin, el fantasma de la divisin de las fuerzas revolucionarias. En realidad, pocos meses antes, en mayo de 1938, al ser aplastada la rebelin cedillista, las fuerzas reaccionarias de la burguesa y los
terratenientes haban recibido un rudo golpe y existan las condiciones para
rechazar una nueva ofensiva reaccionaria. En 1939, estas fuerzas se
concentraron en torno de la candidatura de vila Camacho con la idea clara
de inclinar en su favor la balanza del poder sin recurrir a la guerra civil.
Se presenta aqu uno de esos casos de la historia en los que Marx,
Engels y Lenin haban dicho que era preferible una derrota en la lucha, ya
que de ese modo, el movimiento revolucionario hubiera mantenido sus
banderas, sus propias fuerzas no resultaban superiores a las de la burguesa.
Pero la lnea de unidad a toda costa condujo a una derrota sin lucha, a lo que el mismo Carderas llamo muchos aos despus el entronizamiento de la
contrarrevolucin pacifica. Fue entonces cuando se produjo la desmoralizacin en el movimiento
obrero y campesino, la disgregacin de las fuerzas de izquierda; cuando se
inicio el periodo del despliegue y descenso del movimiento revolucionario y
la crisis prolongada del Partido Comunista.
A fines de 1939 llega a Mxico una delegacin de la Internacional
Comunista, encabezada por el camarada Victorio Codovilla y en noviembre
el Comit Central resuelve convocar un Congreso Extraordinario del Partido.
Para entonces se haban trasladado plenamente a la IC las
deformaciones introducidas por Stalin en el PCUS en cuanto a los mtodos
para decidir los problemas conflictivos en el seno del Partido y de la
sociedad sovitica. Se viva el periodo de las represiones masivas contra los
antiguos cuadros bolcheviques, que se hicieron extensivas a las direcciones
de algunos partidos comunistas, como en los casos de Polonia y Yugoslavia.
Por otra parte, la complejidad de los problemas nacionales haba
aumentado extraordinariamente; estos no podan ser abordados con un
conocimiento superficial de las cosas ni con esquemas prefabricados, sino
slo por medio de una aplicacin flexible y multilateral del mtodo marxista,
cuyas exigencias no eran seriamente observadas en aquellos tiempos en la
organizacin internacional.
En estas condiciones, la delegacin de la IC no poda contribuir a la
realizacin de un examen objetivo de la labor del Partido en los ltimos
Arnoldo Martnez Verdugo Partido Comunista Mexicano
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cinco aos, ni en la realizacin de una autocrtica a fondo de los errores
cometidos por la direccin a partir de 1937. No era capaz de dar eficaz
ayuda a la elaboracin de una lnea acertada para el periodo que se iniciaba,
de descenso del movimiento revolucionario y de consolidacin de las
posiciones econmicas y polticas de la burguesa.
El objeto principal de la delegacin, segn lo demostr su actuacin,
consista en depurar al Partido y principalmente en eliminar a los camarada H ornan Laborde y Valentn Campa de los puestos dirigentes y de
la filas del partido. Solo as se explica que antes de iniciar la discusin en el
partido se instalara un Comisin Depuradora, cuya labor fue una de las
expresiones ms burdas de los mtodos de arbitrariedad sobre miembros y
organizaciones del partido. La comisin expulso con base en acusaciones
superficiales y sin que mediara una previa investigacin, a muchos
militantes y disolvi organizaciones enteras que agrupaban a miles de
comunistas.
De este modo, en lugar de que el partido corrigiera los errores reales
que haba cometido su direccin en los tres ltimos aos, se sentaron las
condiciones para la disgregacin del partido y su posterior escisin.
Los materiales preparatorios del Congreso sealaban acertadamente
algunos de los errores cometidos por el Partido en este periodo. En principal
consista en no abre comprendido en todos sus aspectos la idea leninista de
la hegemona del proletariado en el movimiento democrtico y
antiimperialista que se haba desarrollado, y consecuentemente en no haber
sabido defender la independencia de clase y la autonoma poltica de la clase
obrera cuando las circunstancias histricas haban abierto la coyuntura de la
accin conjunta de la clase obrera con las capas radicalizadas en la pequea
burguesa y con algunos sectores de la burguesa democrtica.
Pero los materiales del Congreso Extraordinario no ayudaba a corregir
de raz esta desviacin y a hacer que el partido y la clase obrera
enriquecieran su ideologa con base en la experiencia de sus errores, por que
no adoptaron una actitud consecuente y revelaron la presencia de las mismas
desviaciones que se queran corregir en lo autores del material preparatorio y
del informe al Congreso Extraordinario. As, por ejemplo, se deca que El Partido de la Revolucin Mexicana reuna y rene las condiciones para
transformarse en una verdadera organizacin de Frente Popular, teniendo en
cuenta que en su seno existen las organizaciones sindicales pero a condicin de democratizarse y transformarse en un organismo de Frente
Popular desde arriba hasta abajo. Y en seguida se planteaba que el Partido deba y debe luchar por ingresar en el PRM.
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Cometimos dijo en su titulo autocrtico de marzo de 1940el camarada Hernn Lamborde- el error de subrayar el valor de la unidad en si
misma olvidando su contenido. Atenuamos las diferencias de clase entre las
fuerzas de la revolucin democrtica. Lanzamos la consigna de apoyar a
todo el gobierno de Crdenas, olvidando la critica a sus inconsecuencias y sobre todo a los representantes de las tendencias de capitulacin ante el
enemigo. Y exageramos el contenido revolucionario de la poltica de
Crdenas, dejndonos arrastras por la demagogia de los elementos pequeo
burgueses del gobierno, hasta afirmar que la introduccin del trabajo
colectivo en la tierras ejidales, el foment de las cooperativas y las
administraciones obreras constituyen anticipos de una etapa mas avanzada del movimiento revolucionario y bases para facilitar y acelerar en el
momento oportuno la transformacin de la Revolucin Mexicana hacia el
socialismo (La voz de Mxico, 3 de marzo de 1940). Las viejas debilidades de la formacin terica del Partido volvan a
causarle profundos daos en momentos decisivos para el desarrollo de la
lucha revolucionaria. Pero en la condiciones de 1939 y 1940 la experiencia
de los errores, que es uno de los elementos de la formacin de los cuadros de
la clase obrera que no se educan en escuelas ni en crculos, sino en el proceso de la lucha-, no fue posible asimilarla y convertirla en patrimonio
del movimiento. Fueron expulsados los dirigentes principales, Lamborde y
Campa, cuyo nombre estaba ligado a la etapa ms importante de la
transformacin del Partido, que haban cometido errores, pero que eran
hombres fieles a la causa de la clase obrera y al marxismo-leninismo, como
lo demostr toda su conducta poltica posterior.
3. LA CRISIS DEL PARTIDO
El partido entro en una crisis prolongada, que parte propiamente de
1937, con la adopcin de la lnea de unidad a toda costa. Esta crisis coincidi con el descenso del movimiento obrero y campesino,
prolongndose hasta loa aos de 1957-59, cuando comienza un periodo de
reanimacin. Se sucedieron entonces una serie de luchas internas, que
terminaban en escisiones (las de 1943 y 1948, por ejemplo), hasta que en
1950 se materializo la divisin formal del Partido, al constituirse el partido
Obrero Campesino Mexicano.
Durante los aos de la crisis se entronizaron en el partido los mtodos
burocrticos de solucin a los problemas internos.
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Las divergencias que aparecan en el curso del trabajo entre cuadros
dirigentes y simples militantes, se solventaban mediante prcticas
administrativas y no a travs de la discusin y el examen de las diferencias
por todos los comunistas.
Estos mtodos a la larga crearon la imagen de un partido en el que no
era posible conjugar la iniciativa del luchador revolucionario que pone en
juego su propia experiencia y sus conocimientos en un ambiente de
discusin libre de las ideas, con la disciplina de la accin, como corresponde
a una organizacin que existe para la lucha poltica.
En este periodo se produjo un acontecimiento de especial importancia
en el movimiento comunista internacional: en 1943, en el apogeo de la
guerra antifascista, por acuerdo de su Comit Ejecutivo, fue disuelta la
Internacional Comunista. La resolucin del Presidium de la IC del 15 de
mayo de 1943 estableca que ya mucho antes de la guerra era cada vez mas patente que a medida que se complicaba la situacin de cada pas, tanto
interior como internacionalmente, la solucin de los problemas del
movimiento obrero de cada pas por cualquier centro internacional
encontrara dificultades insuperables. La profunda diversidad de los caminos
histricos del desarrollo de los diferentes pases del mundo, el carcter
distinto e incluso contradictorio de sus regmenes sociales, la diferencia de
nivel y ritmo de su desarrollo social y poltico y, finalmente, la diversidad
del grado de conciencia y de organizacin de los obreros, impusieron
tambin tareas diferentes a la clase obrera de los distintos pases. La disolucin de la IC no significaba rompimiento de vnculos entre los
distintos destacamentos del movimiento comunista internacional, aunque no
se establecieran en la resolucin las formas nuevas que deba adquirir la
relacin entre los partidos comunistas. El movimiento comunista haba
llegado a una etapa de su desarrollo que exiga un tipo nuevo de relaciones,
basado no en la relacin del movimiento desde un centro, sino en el
intercambio de experiencias y puntos de vista y en la coordinacin
voluntaria de acciones colectivas contra el enemigo comn. No se trataba de
romper los vnculos internacionales que nacen el carcter mismo de la clase
obrera y de su situacin en el mundo, sino de enfocarlos de manera nueva.
En la bsqueda de estas nuevas formas, el movimiento comunista
experimento, al fin de la II guerra mundial, la creacin del bur de
Informacin de 9 partidos comunistas y obreros, que acabo disolvindose
unos aos despus de fundado, en 1956. Esta nueva experiencia demostr
que el tipo de relaciones entre los PC corresponde a la poca actual, no poda
ser el de constituir organizaciones internacionales que en una u otra forma
pretendieran dirigir al movimiento en su conjunto o a una parte de l.
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La Internacional Comunista desempeo un papel esencialmente
positivo. Contribuyo a aglutinar a los elementos comunistas y a formas los
partidos, a difundir la experiencia de la Revolucin Socialista de Octubre y
del partido bolchevique; contribuyo decisivamente al conocimiento de la
herencia terica de Lenin y a la coordinacin de las acciones entre los
distintos partidos comunistas de las ms apartadas regiones. Fue la
continuadora de las mejores tradiciones internacionalistas forjadas por las
primeras organizaciones comunistas que Marx y Engels fundaron.
La III Internacional contribuyo enormemente a la denuncia y
desenmascaramiento del oportunismo al que haban llegado los viejos
partidos socialistas europeos, lo cual educo a los sectores ms resueltos y
combativos del movimiento obrero en la lucha por el poder y por el
socialismo. Defender entonces al primer Estado de obreros y campesinos del
asedio burgus no era poca cosa y vala la pena empear todas las fuerzas
para mantener la primera gran victoria del proletariado internacional: era
decisivo probar la posibilidad real del proletariado de triunfar y mantenerse
en el poder.
Al mismo tiempo, la IC cometi errores innegables, que no
contribuyeron al despliegue del movimiento comunista. Entre ellos, y
basndonos en la experiencia propia de nuestro partido, podemos sealar los
mtodos de excesiva centralizacin, que estorbaban la elaboracin de la
estrategia revolucionaria de cada Partido y la bsqueda de sus propias vas
de impulso al movimiento revolucionario. En algunos partidos, la
elaboracin de las tareas nacionales y de las formas de organizacin
adecuadas al movimiento obrero era frenada por la difusin de esquemas
generales que difcilmente correspondan a las realidades de cada pas.
Causaron daos igualmente, las formas de intromisin en lo asuntos internos
de algunos partidos comunistas, incluso despus de que si VII Congreso,
celebrado en 1935, planteo al Comit Ejecutivo que al abordar todos los
problemas del movimiento obrero se basase en las condiciones y particularidades concretas de cada pas, evitando como regla general
inmiscuirse directamente en los asuntos orgnicos internos de los partidos
comunistas. Hoy esta de moda, entre algunos crculos de la izquierda no comunista,
la lucha contra la III Internacional y la deformacin de su papel histrico.
Pero solo gente irresponsable o de espritu nacionalista, puede negar la
necesidad histrica y el papel que las internacionales del proletariado
desempearon en su hora. La lucha de la clase obrera desde que todos los
pases quedaron envueltos en una sola economa mundial, tiene el doble
carcter de internacional y nacional y exige la coordinacin de las acciones a
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nivel internacional, as como la actuacin en los marcos de su propio estado,
de acuerdo con las peculiaridades nacionales.
La restauracin de una poltica internacionalista de los destacamentos
de vanguardia del proletariado que haba sido sustituida por el chovinismo de los lideres de la II Internacional-, la necesidad de crear partidos de nuevo
tipo en cada pas rompiendo con el oportunismo de la socialdemocracia y de
formar una Internacional distinta, revolucionaria, capaz de enfrentar las
urgencias que se derivaban del auge de loa aos siguientes a la guerra y al
surgimiento del primer Estado proletario, eran las tareas que resolva la
creacin y existencia de la internacional Comunista.
La burguesa y los oportunistas de todos los pases teman a la
Internacional Comunista porque representaba una poderosa fuerza
revolucionaria que combata a la reaccin internacional y al imperialismo y
apoyaba al movimiento obrero y revolucionario de cada pas en sus acciones.
Los errores y equivocaciones que en determinados periodos cometi la IC,
como puede cometerlos cualquier organizacin revolucionaria, no
disminuyen su papel histrico y no tienen por qu ser ocultados; forman
parte del proceso de formacin y desarrollo del movimiento internacional de
la clase obrera.
La disolucin de la IC corresponda a los intereses del movimiento
obrero en su conjunto y a la situacin mundial que se haba creado en el
momento que el Presidium adopto el trascendental acuerdo.
Sin embargo, la reaccin del Bur de Informacin de los PC y Obreros
en septiembre de 1947, cuatro aos despus de la disolucin de la IC,
revelaba que la idea de dirigir el movimiento comunista desde un centro
segua persistiendo entre algunos partidos comunistas. Lo errneo de esta
orientacin se relevo claramente cuando el 28 de junio de 1948 el Bur de
Informacin adopto la conocida resolucin que condenaba al Partido
Comunista de Yugoslava y lo arrojaba de las filas del movimiento. Por
cuanto nosotros, como todos los dems partidos comunistas, aprobamos esa
resolucin, cometimos entonces un serio error, del cual no se extrajeron las
conclusiones correspondientes. De haberlo echo, despus de que el XX
Congreso del PCUS, en 1956, revelara lo errneo de la condenacin del
Partido de yugoslava quiz se habran evitado errores semejantes en el
periodo posterior.
La resolucin sobre Yugoslava causo daos al partido y al pueblo de
ese pas; sin embargo, el dao lo sufri todo el movimiento comunista
internacional, imbuido entonces por las errneas concepciones de Stalin
sobre las relaciones entre los partidos comunistas y las formas y mtodos de
la edificacin del socialismo en distintos pases. En la revolucin del bur de
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Informacin se acusa q los dirigentes del PCY de mantener una actitud
antisovitica, de apartarse de las posiciones proletarias y de la teora
marxista de la luchan de clases, de mantener una posicin nacionalista;
finalmente, se llamaba a las fuerzas sanas del PCY a cambiar a los dirigentes y promover una nueva direccin. Con posterioridad, en una nueva
resolucin, titulada EL PCY en manos de asesinos y espas se acusaba a Tito y a los dems dirigentes del PCY de fascistas y agentes a sueldo a los
servicios de espionaje del imperialismo y se llamaba a su derrocamiento.
Nuestro partido no puso en duda estas afirmaciones, difundi los materiales
del Bur de Informacin y los suyos propios, contra la direccin del PCY.
La resolucin de noviembre de 1949 sobre Yugoslavia contena este prrafo:
El Bur de Informacin de los partidos comunistas y obreros considera que la lu8cha contra la camarilla de Tito, pandilla de espas y asesinos a
asueldo, en un deber internacional de todos los partidos comunistas y
obreros. (La Voz de Mxico. Num. 692, 28 de enero de 1950). La base de la condena a los diligentes del PCY es la misma que sirvi
de motivo en 1968 a la intervencin de las tropas de 5 pases miembros del
pacto de Varsovia en Checoslovaquia y a la eliminacin de la direccin del
PCCh encabezada por Alexander Dubcek, esto es, el intento de edificar el
socialismo tomando en cuenta las particularidades nacionales, y el ejercicio
de la independencia y la soberana del Estado y del Partido en la formulacin
de su poltica nacional e internacional.
Nuestro partido abandono la actitud hacia Yugoslavia hasta el pleno de
diciembre de 195, despus de que el XX Congreso del PCUS haba revelado
lo errneo de la posicin de Stalin con relacin al PCY. Pero esto no poda
menos de haber causado graves lesiones al prestigio del movimiento
comunista y a las relaciones del Parido con las masas,
Desde la disolucin de la Internacional Comunista quedo planteada la
necesidad de elaborar n8uevas formas de unidad del movimiento comunista
mundial que sobre la base de las experiencias de la IC, de sus errores y
aciertos, de sus conquista, permitieran elevar la accin internacional de la
clase obrera a un nivel cualitativamente superior, sin la creacin de centro
alguno de direccin. Una de esas formas son las conferencias internacionales
y regionales de los partidos comunistas, los encuentros bilaterales y otras
formas de intercambio de experiencias. Estas solo pueden tener xito si se
presentan rigurosamente las normas y principio de relacin entre los PC,
basadas en el respeto a la independencia y la soberana de cada Partido y en
la medida en que se abandone la tendencia a la formacin de uno o varios
centros de direccin y todo intento de imponer a los partidos una forma de
actuar a menudo regida por el inters del Estado de uno o varios partidos en
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el poder- , lo que perturba con mucha frecuenta las relaciones nter
partidarias y crea conflictos extraordinariamente agudos.
Las reformas de crdenas, la coyuntura econmica favorable provocada
por la entra de los Estados Unidos en la segunda guerra mundial y la poltica
de contencin de las huelgas que proclamo la direccin lombardista de la
CTM y apoyo el PCM durante la II Guerra, crearon las condiciones para el
fortalecimiento de la burguesa mexicana y para la aplicacin por el
gobierno de algunas medidas sociales, como el rgimen de seguridad social,
que incidan en el estado d animo de los obreros.
Estas condiciones y la ilusin en el carcter progresista de la burguesa
gobernante, as como la inmadurez terica de la direccin del partido y de
este en conjunto, hicieron posible que penetrara en el partido la lnea
propugnada por Earl Browder en el partido comunista de los Estados unidos.
Sobre la base de los acuerdos concentrados por la coalicin antihitleriana
formada por la unin Sovitica, Estados Unidos e Inglaterra, Browder
deformaba el carcter del imperialismo norteamericano y proclamaba unas
relaciones idlicas, de colaboracin pacifica entre los regmenes capitalista y
socialista en el mundo de postguerra. El revisionismo browderiano