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Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable Spanish

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Adquisición de habilidades para una vida saludable Organización Panamericana de la Salud Publicación Científica y Técnica No. 579 Por una juventud sin tabaco
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Page 1: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

Adquisición de

habilidades para una

vida saludable

Organización Panamericana de la Salud

Organización Panamericana de la Salud Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud525 Twenty-third Street, N.W.Washington, D.C. 20037 E.U.A.

www.paho.org

ISBN 92 75 31579 5

Publicación Científica y Técnica No. 579

Por unajuventud sintabaco

De continuar las tendencias actuales, en el año 2030 mori-

rán 10 millones de personas en todo el mundo por causas

relacionadas con el uso de tabaco. La mitad de ellas vivirá

en las naciones en desarrollo. Con el aumento del consumo

de tabaco en la Región, la situación no es nada alentadora.

Y, sin embargo, esas muertes pueden prevenirse.

La experiencia nos ha enseñado que el mejor método de

control del uso de tabaco es disuadir a la gente de comen-

zar a fumar. Ello reviste fundamental importancia entre los

adolescentes porque más y más jóvenes —especialmente

mujeres— están comenzando a usar tabaco a edades cada

vez más tempranas. Los programas de prevención del taba-

quismo que se basan en la adquisición de habilidades para

la vida tienen una eficacia comprobada: al brindar a los

jóvenes los instrumentos para resistir las presiones

impuestas por la sociedad y los medios de comunicación

que fomentan el uso de tabaco, se han convertido en una

de las armas más poderosas del arsenal para la lucha

contra el tabaco.

Los profesionales de salud, planificadores de programas,

educadores y autoridades normativas encontrarán aquí un

provechoso panorama general de la situación del tabaco en

la Región, así como pautas para planificar y elaborar

programas de prevención del uso de sustancias por medio

de adquisición de habilidades para una vida saludable, que

se adapten a las necesidades regionales.

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Por unajuventudsin tabaco

Publicación Científica y Técnica No. 579

2001

Organización Panamericana de la SaludOficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud525 Twenty-third Street, N.W.Washington, D.C. 20037, E.U.A.

Adquisición de

habilidades para una

vida saludable

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Se publicó también en inglés (2000) con el título:Tobacco-free youth: A “life skills” primer

ISBN 92 75 11579 6

Catalogación por la Biblioteca de la OPS

Organización Panamericana de la SaludPor una juventud sin tabaco: adquisición de habilidades para una vida saludable.—

Washington, D.C.: OPS, © 2001.viii, 64 p.—(Publicación Científica y Técnica No. 579)

ISBN 92 75 31579 5

I. Título II. (Serie)1. TABAQUISMO — en adolescentes2. TABAQUISMO — prevención3. TRASTORNO POR USO DE TABACO — epidemiología4. PROMOCIÓN DE LA SALUD5. AMÉRICA LATINA

NLM WM290 Es

La Organización Panamericana de la Salud dará consideración muy favorable a las soli-citudes de autorización para reproducir o traducir, íntegramente o en parte, alguna de suspublicaciones. Las solicitudes y las peticiones de información deberán dirigirse al Progra-ma de Publicaciones, Organización Panamericana de la Salud, Washington, D.C., EstadosUnidos de América, que tendrá sumo gusto en proporcionar la información más recientesobre cambios introducidos en la obra, planes de reedición, y reimpresiones y traduccio-nes ya disponibles.

© Organización Panamericana de la Salud, 2001

Las publicaciones de la Organización Panamericana de la Salud están acogidas a la pro-tección prevista por las disposiciones sobre reproducción de originales del Protocolo 2 dela Convención Universal sobre Derecho de Autor. Reservados todos los derechos.

Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presen-tados los datos que contiene no implican, por parte de la Secretaría de la OrganizaciónPanamericana de la Salud, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios,ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto del trazado de sus fronteras o límites.

La mención de determinadas sociedades mercantiles o de nombres comerciales de cier-tos productos no implica que la Organización Panamericana de la Salud los apruebe orecomiende con preferencia a otros análogos. Salvo error u omisión, las denominacionesde productos patentados llevan en las publicaciones de la OPS letra inicial mayúscula.

La publicación de Por una juventud sin tabaco: adquisición de habilidades para una

vida saludable se realizó mediante una generosa contribución del Gobierno de España.

Texto preparado por Karen Welch, ex consultora del Programa de Prevención y Con-

trol de la Farmacodependencia, con la asesoría técnica de los doctores Enrique Madri-

gal, ex Asesor Regional del Programa de Prevención y Control de la Farmacodepen-

dencia, Paola Morello, ex consultora del Programa de Prevención y Control de la

Farmacodependencia, y María Teresa Cerqueira, Directora de la División de Promoción

y Protección de la Salud, quien también revisó el documento.

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PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . iiv

INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . vii

PARTE I

Uso de sustancias y adicción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3La dependencia que mata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4El uso de tabaco en América Latina . . . . . . . . . . . . . . 6Actividades de control del uso de tabaco . . . . . . . . . . 9Prácticas de la industria tabacalera en las Américas . . 11

Los jóvenes: ¿una generación en peligro? . . . . . . . . . . . . 15¿Adicción por voluntad propia? . . . . . . . . . . . . . . . . . 15Factores psicosociales determinantes

del tabaquismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17Poblaciones objetivo sin protección . . . . . . . . . . . . . . 19La juventud latinoamericana expuesta a riesgo . . . . . 20

Adopción de medidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23Vigilancia del uso de tabaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23Políticas integrales de control . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24Programación de actividades de prevención . . . . . . . 25Programas escolares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

PARTE II

Adquisición de habilidades para una vida saludable . . . . 35Antecedentes de los programas de adquisición

de habilidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36La iniciativa de la OMS de habilidades para

una vida saludable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37Programas de adquisición de habilidades

para una vida saludable en América Latina y el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

Adopción del enfoque de adquisición de habilidades

para una vida saludable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39Movilización de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39Planificación de programas de adquisición de

habilidades para una vida saludable . . . . . . . . . . . . 40

Contenido

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iv

Evaluación de necesidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40Establecimiento de metas y objetivos . . . . . . . . . . . 41Formulación de las estrategias del programa . . . . . 42Diseño de módulos de capacitación . . . . . . . . . . . . 43Elaboración de materiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44

Evaluación de programas de adquisición de habilidades para una vida saludable . . . . . . . . . . . . 46

“Trazando el camino”: la experiencia de Costa Rica . . . . 49Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49Proceso de planificación y ejecución . . . . . . . . . . . . . 50Formación de maestros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51Evaluación del proyecto “Trazando el camino” . . . . . 51

Evaluación del proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51Evaluación de los resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

BIBLIOGRAFÍA Y LECTURAS RECOMENDADAS . . . . . . . . . 57

APÉNDICE A . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

APÉNDICE B . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62

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De continuar las tendencias actuales, 10 millones de personas morirán porcausas relacionadas con el uso de tabaco en todo el mundo en el año 2030;de ellas, la mitad vivirá en las naciones en desarrollo. Hoy en día, en laRegión de las Américas el tabaco causa más defunciones que el sida, elabuso de alcohol y drogas, los accidentes de tránsito y la violencia, en con-junto. No obstante, las defunciones por el uso de tabaco son totalmenteprevenibles.

Por desgracia, el consumo de tabaco aumenta en la Región y acarrea ungran número de muertes por cáncer de pulmón y enfermedades cardiovas-culares y respiratorias crónicas. Más y más jóvenes —especialmente mu-jeres— comienzan a experimentar con el tabaco a edades cada vez mástempranas. En resumen, más y más jóvenes se convierten en adictos a lanicotina. Asimismo, a pesar de cualquier ganancia económica tangible quepueda derivarse del tabaco, los hechos nos dicen que su consumo tiene unefecto negativo neto en las economías de los países productores. Cualquieringreso por la venta o las exportaciones de tabaco se neutraliza con crecespor el mayor gasto en atención de salud para tratar a las personas con cán-cer, enfisema y un sinnúmero de otros problemas de salud causados por eltabaco. De hecho, según estimaciones conservadoras del Banco Mundial,la pérdida neta que causa el tabaco a la economía mundial se aproxima alos US$ 200.000 millones al año. Es posible que los verdaderos costos seanexcesivamente más altos por la subestimación de los costos de atención desalud, el deterioro de la calidad de la vida, la pérdida de personas a cargodel cuidado de las familias y otros factores.

Alarmados por esta situación, los Cuerpos Directivos de la OrganizaciónPanamericana de la Salud (OPS) exhortaron a proteger a los niños y ado-lescentes mediante la reglamentación de la propaganda del tabaco, la apli-cación de leyes y reglamentos destinados a eliminar la venta de productosdel tabaco a menores de edad y el establecimiento de programas de preven-ción eficaces. Desde entonces, la OPS participa activamente en la batallacontra el tabaco.

Ya sabemos por los especialistas y por experiencia, que el mejor métodode control del uso de tabaco es disuadir a la gente de que comience a fumar,pero la competencia es reñida. Las compañías tabacaleras invierten grandessumas de dinero en comercialización y propaganda para convencer a lagente de que debe fumar. Los programas de prevención basados en la

Prefacio

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vi

adquisición de habilidades para una vida saludable dan a los jóvenes los ins-trumentos necesarios para resistir las presiones impuestas por la sociedad ylos medios de comunicación que fomentan el uso de tabaco; por eso, sonuna de las armas más eficaces de nuestro arsenal para la lucha contra el ta-baquismo. Las pautas que presentamos en esta publicación constituyen unaposibilidad más entre las diversas formas de equilibrar las fuerzas del campode actuación en la lucha contra el tabaco.

George A. O. AlleyneDirector

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Con el fin de detener la creciente ola de consumo de tabaco en las Améri-cas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) patrocina varias acti-vidades, entre ellas la investigación sobre la legislación y las políticas decontrol del tabaco en toda la Región, la coordinación y adopción de medi-das de control del uso de tabaco en los países, y la aplicación de un instru-mento de acopio de datos para estudiar el uso de tabaco y las actitudes ycreencias al respecto. El apoyo de la Organización a la metodología deadquisición de habilidades para una vida saludable —un instrumento de prevención basado en pruebas—, da cabida a una particular promesa dereducir el uso de tabaco, alcohol y otras drogas entre los jóvenes de laRegión. Además de promover programas escolares piloto en la Región, la OPS también editará una serie de publicaciones sobre esa metodologíadestinadas a una amplia gama de autoridades decisorias y proveedores deservicios sociales y de salud. Este libro es el primero de la serie.

En la primera parte se detalla el alcance del problema del tabaquismo yse toma como punto de enfoque a la juventud de los países en desarrollo dela Región de las Américas. Se examinan las cuestiones regionales de preven-ción de enfermedades causadas por el tabaco y se describen los elementoseficaces de varios métodos de prevención del uso de sustancias. En la segun-da parte se presentan aspectos teóricos y prácticos sobre el método basadoen el enfoque de adquisición de habilidades para la vida con el fin de pre-venir el uso de tabaco y otras sustancias. Esta sección incluye pautas para laplanificación y creación de programas escolares de prevención del uso desustancias mediante la adquisición de habilidades para una vida saludable,adaptados a las necesidades de los países en desarrollo de la Región.

Los profesionales de salud, planificadores de programas, educadores yautoridades normativas del sector público encontrarán aquí un análisis delas tendencias del uso de sustancias en las Américas y la respuesta del sec-tor de la salud pública, así como cifras sobre el creciente número de vícti-mas del uso de tabaco y de la exposición a esa sustancia, que actualmentees el asesino número uno en el mundo entre todas las enfermedades mor-tales relacionadas con los modos de vida.

Introducción

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La adicción y las enfermedades afinescausan estragos cada vez mayores en lasalud y el bienestar de la población delmundo entero. Las tendencias mundia-les reflejan un aumento general del usode drogas ilícitas y adictivas y de alco-hol. Todavía más inquietante es el au-mento del uso de drogas entre los secto-res más jóvenes de la población. Segúnla Administración de Servicios Relacio-nados con el Consumo de SustanciasQuímicas y Salud Mental de los Esta-dos Unidos de América (US SubstanceAbuse and Mental Health ServicesAdministration -SAMHSA-, 1999), eluso de drogas ha aumentado en formagradual pero constante, sobre todo de-bido al mayor consumo entre los jóve-nes de 12 a 13 años. La OrganizaciónMundial de la Salud (OMS) informasobre una tendencia similar entre losjóvenes de todo el mundo y destaca laedad cada vez más baja de iniciación enuso de drogas y la mayor disponibilidadde drogas ilícitas (World Health Orga-nization -WHO-, 1996).

Tanto en los países industrializadoscomo en desarrollo, el uso de sustanciasinhalantes y alucinógenas ha aumenta-do mucho entre los jóvenes de 12 a 17años, en particular entre los niños de lacalle, los jóvenes indígenas y otros ado-lescentes marginados. Entre otras sus-tancias cuyo uso va en aumento cabecitar a la heroína, los opiáceos, la cocaí-na y el alcohol (WHO, 1996).

Por mucho tiempo se ha sabido quela nicotina, una potente sustancia adic-

tiva, sirve de droga de “entrada” queconduce al uso y abuso de otras sustan-cias adictivas como el alcohol y los estu-pefacientes. Por ejemplo, en los EstadosUnidos, los datos de encuestas de ho-gares recolectados en 1997 revelan quela tasa de uso de drogas ilícitas entre los jóvenes que fumaban y consumíanalcohol aumentó de 32,5% en 1996 a42,8% en 1997 (SAMHSA, 1999). Dehecho, un análisis más detallado mues-tra que el único aumento del uso dedrogas durante ese período ocurrióentre fumadores adolescentes y consu-midores de alcohol (figura 1).

3

Alto co

nsumo

de al

cohol

Uso de

marihu

ana/h

achís

Uso de

otras

droga

s ilícit

as

Fumadores habitualesNo fumadores

20

15

10

5

0

Porc

enta

je

Figura 1. Comparación del uso de sustancias según el consumo

de tabaco, ajustado por edad, Estados Unidos, 1997.

Uso de sustancias y adicción

Fuente: SAMHSA.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

El tabaco es peligroso para la saludno solo porque su uso lleva con frecuen-cia a iniciar el consumo de otras drogasmás fuertes sino, lo que es más impor-tante, porque el producto en sí pone enpeligro la salud humana y su uso provo-ca adicción a la nicotina, las enferme-dades relacionadas con el tabaquismo yla muerte prematura de la mitad de losfumadores adultos. Como señaló laOMS en el informe titulado The World

Health Report 1999—Making a Differ-ence (WHO, 1999), “la probabilidadconjunta de intentar fumar, convertirseen adicto y morir prematuramente esmayor que para cualquier otra adicción(como al alcohol, caso en el cual la posi-bilidad de adicción es mucho menor)”.Además, los especialistas consideran quela dependencia causada por los produc-tos elaborados con nicotina (por ejem-plo, cigarrillos, cigarros, pipas y tabacosin humo) es mayor que la ocasionadapor la heroína o la cocaína (WHO,1999). Los estudios realizados por losCentros para el Control y la Prevenciónde Enfermedades de los Estados Unidos(CDC) revelan que alrededor de 70%de los fumadores desean abandonar elhábito, pero menos de 3% puede hacer-lo y mantenerse sin fumar a largo plazo(US Centers for Disease Control andPrevention -CDC-, 1999 August).

LA DEPENDENCIA

QUE MATA

Han transcurrido más de 35 años desdeque el Director General de Salud Públi-

ca de los Estados Unidos (Surgeon Gen-eral) publicó el primer informe sobrelos efectos nocivos del cigarrillo para lasalud humana. En ese informe pionero,el Director General documentó que elhábito de fumar cigarrillos causa bron-quitis crónica, cáncer de pulmón y cán-cer de la laringe en los hombres (USDepartament of Health, Education,and Welfare -DHEW-, 1964).

En estudios ulteriores se ha docu-mentado la relación que existe entre eluso de tabaco y más de 30 enfermeda-des adicionales, tales como la enferme-dad cardiovascular, la enfermedad ce-rebrovascular, la enfermedad pulmonarobstructiva crónica, cáncer de la boca,el esófago, la garganta, la vejiga urina-ria, el cuello uterino y el páncreas, y, enlos niños expuestos al tabaquismo de lamadre, peso bajo al nacer y síndromede muerte súbita del lactante.

La exposición al humo ambientaldel tabaco también se ha vinculado a lamuerte y la enfermedad. Un informereciente de la OMS (WHO, 1999)sobre el humo ambiental del tabaco yla salud infantil revela una relaciónentre esa exposición y las manifestacio-nes de neumonía, bronquitis, tos, sibi-lancia, empeoramiento del asma einfecciones del oído medio en losniños. Además, el humo ambiental deltabaco se asocia con un riesgo mayorde cáncer de pulmón —y causa cercade 3.000 defunciones al año en losEstados Unidos únicamente— y tam-bién aumenta el riesgo de cardiopatía(CDC, 1999).

El tabaco causa 3,5 millones dedefunciones anuales y es la causa prin-cipal de muertes previsibles en todo elmundo. A pesar de los peligros del usode tabaco, la gente sigue fumando y elnúmero anual de defunciones sigueaumentando. De hecho, la OMS esti-ma que hay 1.100 millones de fuma-dores en el mundo y 800 millones deellos viven en los países en desarrollo(WHO, 1999) (figura 2). Si esa ten-dencia no cambia, el uso de tabaco cau-sará 10 millones de defunciones anualesen el año 2030, 70% de las cuales se

En 1997, los fumadores de cigarrillos de 12 a 17 años

de edad tenían posibilidades 12 veces mayores de

usar drogas adictivas e ilícitas, y 23 veces mayores

de convertirse en grandes bebedores, en compara-

ción con los no fumadores.

(Administración de Servicios Relacionados con el Consumo de Sustancias Químicas y Salud

Mental de los Estados Unidos de América)

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presentarán en los países en desarrollo(WHO, 1998 April).

La prevención de esas defuncionesreviste importancia crítica y constituyeuna prioridad para los profesionales desalud pública de todo el mundo.

Cuanto más tiempo consuma tabacouna persona, mayores serán los riesgospara la salud. La tasa de mortalidad delos fumadores es tres veces mayor que laobservada en los no fumadores en todoslos grupos de edad, desde el comienzode la edad adulta. Las personas que sevuelven adictas a la nicotina en la ado-lescencia —casi 60% de los jóvenes quecomienzan a fumar— tienen 50% deposibilidades de morir por causa deltabaco al convertirse en fumadoresadultos, con una pérdida cercana a 22años de esperanza normal de vida (USDepartment of Health and HumanServices -DHHS-, 1994).

Hoy en día, más de 20% de lasdefunciones en los Estados Unidosguardan relación con el uso de tabacoiniciado varios decenios antes, cuandola prevalencia del consumo en adultosera superior a 45%. Desde entonces, eluso de tabaco por adultos ha disminui-

do a cerca de 25% y se ha estabilizadohasta cierto punto en el último decenio.Sin embargo, la prevalencia del uso detabaco entre adolescentes, a pesar de ha-berse reducido en el decenio de 1980,aumentó en el de 1990. En 1997, latasa de tabaquismo en adultos jóvenesde 18 a 25 años se situó en 40,6%, cifraque representa un aumento en compa-ración con 34,6% tres años antes(SAMHSA, 1999).

Desde 1990, los CDC han realizadoencuestas sobre el tabaquismo de losadolescentes en las escuelas de los Esta-dos Unidos con el Sistema de Vigilan-cia de Comportamientos de Riesgo delos Jóvenes (Youth Risk Behavior Sur-veillance System). Los datos de 1997muestran que 70% de los estudiantesencuestados habían fumado por lomenos una vez, 36% habían fumadoun cigarrillo en los 30 días anteriores ala encuesta y 44,5% informaron quehabían usado alguna forma de tabaco(cigarrillos, tabaco sin humo o cigarros)en el mes precedente (CDC, 1999).

Los costos del uso de tabaco —entérminos humanos y económicos—causarán cada vez más estragos en las

5

USO DE SUSTANCIAS Y ADICCIÓN

De los 1.100 millones de fuma-dores en el mundo, 800 millonesviven en los países en desarrollo.Si las tasas de tabaquismo siguenaumentando, 7 millones de perso-nas de los países en desarrollomorirán por causas relacionadascon el tabaco en el año 2030.

Hombres Mujeres

50

45

40

35

30

25

20

15

10

5

0

Países en desarrollo Países desarrollados

Figura 2. Estimaciones de la OMS sobre la preva-lencia del tabaquismo en los países en desarrollo

y desarrollados, por sexo, mayo de 1999.

Fuente: WHO, 1999.

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naciones de todo el mundo a medidaque aumente el número de nuevosfumadores. En términos de costos eco-nómicos, los gastos por concepto deatención médica para tratar las enfer-medades relacionadas con el uso de

tabaco en los Estados Unidos se hanestimado entre US$ 50.000 y $73.000millones anuales (CDC, 1999). LaOMS ha descrito la epidemia de taba-quismo como “una cuantiosa pérdidade los recursos financieros del mundo”y “una grave amenaza para el desarrollosostenible y equitativo” (WHO, 1998aJune).

EL USO DE TABACO EN

AMÉRICA LATINA

Desde el punto de vista histórico, laspoblaciones indígenas de las Américashan usado tabaco en sus prácticas decuración, ceremoniales y rituales. En laprimera parte del siglo XX, se comenzóa consumir cada vez más tabaco al in-tensificarse la popularidad del cigarrillodespués de la Primera Guerra Mundial(DHHS, 1992). En los dos últimosdecenios, varios factores han comenza-do a influir en el aumento del uso detabaco en América Latina. El potencialdel mercado de tabaco se ha ampliadocon los cambios demográficos, queincluyen una reducción de las tasas denatalidad y mortalidad con el creci-miento demográfico subsiguiente; unamayor urbanización; mayor acceso aeducación, seguido de un mayor índicede empleo y más poder adquisitivo, yuna mayor proporción de mujeres queintegran la fuerza laboral.

El hecho de que el tabaco se cultiveen la Región también puede haber ace-lerado la tendencia al tabaquismo. Enmuchos países productores de tabaco(por ejemplo, la Argentina, Brasil,Cuba, Honduras y México) y fabrican-tes de cigarrillos (por ejemplo, el Brasil,Colombia y Venezuela), el tabaco y susproductos se traducen en elevadosingresos por concepto de exportación(WHO, 1997a). Es probable que losgrupos de población vulnerables alatractivo del tabaco —como el de losadolescentes— estén más expuestos altabaco si forman parte de la fuerzalaboral dedicada a su producción yfabricación. Esa exposición diariapuede cimentar la idea de que el uso detabaco está generalizado y es socialmen-te aceptable.

En los países en desarrollo de laRegión de las Américas, el tabaco causaunas 135.000 defunciones preveniblescada año (WHO, 1997a). Solo enMéxico, se estima que 1 de cada 4defunciones guarda relación con el usode tabaco (México, Instituto Nacionalde Enfermedades Respiratorias, 1997)(cuadros 1 y 2).

A diferencia de los Estados Unidos yel Canadá, la mayoría de los países deAmérica Latina y el Caribe carecen desistemas de vigilancia normalizadaespecíficos para observar de modo siste-mático la prevalencia del tabaquismo olos estragos que causa a la salud y albienestar humanos. Los datos de pre-valencia más recientes disponibles enlas Américas fueron presentados pormedio de la iniciativa “Tabaco o Salud”lanzada por la OMS a mediados deldecenio de 1990 (WHO, 1997a).

6

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

Cuadro 1. Defunciones causadaspor el tabaco en la Región de lasAméricas, 1996.

Estados Unidos de América 500.000América Latina 100.000Caribe de habla inglesa 35.000Canadá 35.000

Total 670.000

Fuente: WHO, 1997a.

En América Latina y el Caribe, el tabaco causa

135.000 defunciones prevenibles al año, un costo

humano muy elevado para compensar cualquier

ganancia financiera de la producción de tabaco.

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El análisis de esos datos, importantespero limitados, revela que el consumode cigarrillos per cápita por personasmayores de 15 años alcanzó un prome-dio anual de 1.300 unidades a comien-zos del decenio de 1990. Los países debajo consumo, como Guatemala y elPerú, declararon que su consumo anualper cápita era de solamente 350 cigarri-llos y los países de consumo elevado,como Cuba y Venezuela, declararon quesu consumo anual per cápita se acercabaa los 2.000 cigarrillos.

Según los cálculos de la OMS, 40%de los hombres y 21% de las mujeresfuman en los países en desarrollo de la Región de las Américas (WHO,1998b); sin embargo, esa cifra ocultauna variación considerable entre lospaíses y grupos de población. Porejemplo, los datos revelan que dos decada tres hombres fuman en la Repú-blica Dominicana y que hasta 25% delas mujeres fuman en el Brasil, Chile,Cuba y el Uruguay (WHO, 1997a)(figura 3).

7

USO DE SUSTANCIAS Y ADICCIÓN

Fumadores habituales Prevalencia durante toda la vida

80

64

48

32

16

0

Mujeres de 11.° gradoHombres de 11.° grado

Mujeres de 8.° gradoHombres de 8.° grado

Figura 3. Porcentaje de fumadores habituales y prevalenciadel tabaquismo durante toda la vida de 3.635 estudiantes,

por grado de escolaridad y sexo, Argentina, 1997.

Fuente: Morello, 1997.

Cuadro 2. Porcentaje de la población (> 12 años)que consume tabaco, por país.

Al menos En el En eluna vez año anterior mes anterior

Bolivia (1992) 46,8 34,1 24,9

Canadá (1994) 54,5 27,0 …

Chile (1996) 70,2 47,5 40,4

Colombia (1996) 38,8 25,9 22,2

Costa Rica (1995) 35,2 18,3 17,5

Estados Unidos (1994) 73,3 31,7 28,6

México (1993) 45,4 … 25,1

Paraguay (1991) … … 24,3

Perú (1997) 62,1 42,0 31,7

Venezuela (1996) 31,8 25,7 24,4

Fuente: OPS, 1998.

El cultivo de tabaco en las Améri-cas también puede haber ayudadoa intensificar el aumento del usode tabaco en América Latina y elCaribe. Los adolescentes que tra-bajan en la producción de tabacoestán expuestos diariamente a eseproducto, lo que puede cimentar laidea de que el uso de tabaco estágeneralizado y goza de aceptaciónsocial.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

Una encuesta realizada por la OPSen 1992 mostró que en las zonas urba-nas de la mayoría de los países más de-sarrollados de América Latina, los jóve-nes —especialmente las mujeres—estaban comenzando a fumar más tem-prano que sus predecesores. Por ejem-plo, se ha notificado que el tabaquismode las mujeres adolescentes es casi igualal de los varones de ese grupo en laArgentina, Chile y Cuba (figura 4).

No obstante, la diferencia en la pre-valencia de tabaquismo entre las perso-nas de uno y otro sexo es más acentua-da en otros países. Por ejemplo, seinforma que en Honduras, en 1995menos de 10% de las niñas de edadescolar fumaban, en comparación conmás de 35% de los varones de la mismaedad (Honduras, Instituto Hondureñopara la Prevención del Alcoholismo,Drogadicción y Farmacodependencia -IHPADFA-, 1996) (figura 5). En Boli-via, la diferencia en la prevalencia detabaquismo entre los géneros fue tanmarcada en las zonas urbanas (43% defumadores frente a 18% de fumadoras)

como en las rurales (44% frente a 17%)(Centro Latinoamericano de Investiga-ción Científica, 1998).

Aunque la edad notificada de inicia-ción del tabaquismo varía en la Región,en la actualidad parece estar disminu-yendo. Así, según las mediciones deuna encuesta nacional hecha en Cuba,más de 35% de los fumadores adultosentrevistados en 1995 comenzaron afumar antes de los 14 años (Cuba.Ministerio de Salud Pública -MINSAP-,1995). Una encuesta de estudiantes rea-lizada en el Uruguay en los años ochen-ta reveló que la edad promedio de ini-ciación del tabaquismo era de 15 a 16años (Ruocco et al., 1989).

En parte como resultado de uncomienzo más temprano del tabaquis-mo, el número de fumadores jóvenesadictos a la nicotina sigue aumentandoen la adolescencia y la edad adulta(figura 6). En Cuba, casi la mitad de losfumadores adolescentes de 17 a 19 añosde edad indicaron que habían tratadode abandonar el hábito por lo menosuna vez (Cuba, MINSAP, 1995).

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Hombres Mujeres

Figura 4. Porcentaje de jóvenes de 12 a 18años que fumaron en el mes precedente,

por sexo, Chile, 1994–1996.

Fuente: Chile, Consejo Nacional de Control de Estupefacientes(CONACE), 1996.

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15–16 años 17–19 años

Figura 6. Prevalencia deltabaquismo en jóvenes de 15 a16 y de 17 a 19 años de edad,

por sexo, Cuba, 1995.

Fuente: MINSAP, 1995.

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enta

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0

ACTIVIDADES DE

CONTROL DEL USO

DE TABACO

Los logros en materia de control del usode tabaco varían de un país a otro en laRegión de las Américas: los EstadosUnidos y el Canadá han avanzadomucho en la reglamentación del tabaco,pero otros países han progresado menosen la reducción de su uso. Eso se obser-vó a finales del decenio de 1980, cuan-do el uso de tabaco en América Latinatuvo solo una modesta reducción(11%), en tanto que en el Canadá y losEstados Unidos disminuyó 35 y 28%,respectivamente (Organización Pan-americana de la Salud -OPS-, 1992).

Varios factores económicos y políti-cos parecen causar la disparidad entrelas actividades de control del uso detabaco en los países industrializados deAmérica del Norte y las naciones endesarrollo de la Región. Estos últimospaíses pueden ver disminuida su capaci-dad de lograr un mejor control deltabaco por el hecho de que variosdependen mucho de los ingresos gene-rados por la producción de tabaco o lafabricación de sus productos derivados.

La relativa falta de medidas naciona-les de reglamentación en algunos paísesde la Región puede estar relacionadacon el cuestionable poder de la indus-tria tabacalera para estimular la econo-mía y ser fuente de empleos e impues-tos. Tanto el tabaco como el alcohol son “drogas legalizadas” que aportan,mediante políticas impositivas, uningreso muy necesario para los paísescarentes de recursos. Con el fin demantener ese ingreso, las instanciasnormativas suelen dejar de imponerrestricciones a la promoción y al consu-mo de cigarrillos. En el mejor de loscasos, la legislación contra el tabaco amenudo es mínima y raras veces se hacecumplir.

Aunque las pérdidas económicas pro-venientes del tabaco son asombrosas, nose ha difundido esa información con cla-ridad. La OMS señala que casi todos losanálisis de los efectos económicos deltabaco revelan que una disminución dela producción no se traduciría en unmenor índice de empleo ni en menorproducción económica general (WHO,1999b April). Afirma además que “lospresuntos beneficios económicos deltabaco son ilusorios y engañosos” cuan-do no se toman en consideración todos

9

USO DE SUSTANCIAS Y ADICCIÓN 9

Fuente: IHADFA, 1996.

Figura 5. Porcentaje de niños enedad escolar que declararon

haber fumado alguna vez, porsexo, Honduras, 1995.

Las actividades de control del usode tabaco varían de un país a otroy comprenden desde las cam-pañas de prevención hasta lasrestricciones de la publicidad y lalegislación. Este aviso en un edifi-cio de Costa Rica es un intento porhacer cumplir una ley que prohíbefumar.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

los costos relacionados con el producto.Por desgracia, las pérdidas económicasocasionadas por esas drogas raras vecesse miden y tampoco se incorporan comofactores en la ecuación correspondiente.

Los beneficios económicos aparentesdel tabaco también pueden ser parte dela razón por cual son tan pocos losgobiernos de los países en desarrollo delas Américas que han iniciado campa-ñas integrales de control o prevenciónde su uso. Las organizaciones no guber-namentales han asumido gran parte dela responsabilidad de liderar actividadesde control del tabaquismo como, porejemplo, el Día Mundial sin Tabaco olos programas de abandono del hábitode fumar y de prevención del abuso desustancias.

A pesar de la falta de progreso en elcontrol del tabaco en comparación conlos países vecinos industrializados, variospaíses en desarrollo de la Región hanlogrado avances significativos. Por ejem-plo, se han introducido algunas restric-

ciones sobre la publicidad del productoen Chile, Colombia, Costa Rica, Méxicoy Panamá, y se ha prohibido fumar en lamayoría de los vuelos comerciales en la Región (WHO, 1999).

El Comité Latinoamericano Coordi-nador del Control del Tabaquismo(CLACCTA), fundado en 1985, ha tra-bajado activamente por motivar a lospaíses de la Región para que adoptenpolíticas de control del tabaco. Además,en 1995 se creó el Comité Interinstitu-cional para el Control del Tabaquismoen América Latina, que incluye la repre-sentación de los Centros para el Controly la Prevención de Enfermedades, laSociedad contra el Cáncer, el InstitutoNacional del Cáncer (todos de los Esta-dos Unidos), el CLACCTA, la UniónInternacional de Lucha contra el Cán-cer, el Ministerio de Salud del Canadá yla Organización Panamericana de laSalud. La función principal del Comitées prestar apoyo financiero y técnico alos programas nacionales participantes

PROGRAMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DEL

TABAQUISMO EN LA REGIÓN

Según el informe de la Reunión Regional sobre el Tabaquismocelebrada en Rio de Janeiro en agosto de 1998, el estado de losprogramas de prevención y control del tabaquismo en las Améri-cas puede describirse de la manera siguiente:

• Casi todos los países de la Región tienen una infraestructurabásica gubernamental o no gubernamental para la prevencióny el control del tabaquismo.

• Los servicios de apoyo para abandonar el hábito de fumar sue-len estar dirigidos por organizaciones eclesiásticas y comuni-tarias. Es raro el financiamiento por parte del Estado.

• En estos sistemas se emplea un enfoque multidisciplinario parala vigilancia del tabaquismo.

• En las actividades de control no se han empleado mucho losprogramas de educación escolar, aunque los estudios de eva-luación indican que pueden ser eficaces.

• En casi todos los países se realizan actividades de informaciónpública, pero se desconoce su eficacia y efecto en el compor-tamiento relacionado con el uso de tabaco.

Research for International Tobacco Control, 1998.

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USO DE SUSTANCIAS Y ADICCIÓN

que reduzcan la oferta y la demanda detabaco. En 1995, el Comité Interinsti-tucional estableció las siguientes cincometas para los países participantes:

• aumentar en 10% el número de exfumadores en un período de cincoaños,

• reducir en 10% la incidencia de usode tabaco entre los jóvenes de 12 a16 años en un plazo de cinco años,

• aumentar en dos años la edad en laque se permite el consumo de taba-co en un plazo de cinco años, y

• reducir en 5% las tasas de mortali-dad por enfermedades no transmi-sibles causadas por el tabaco en unplazo de 10 años.

El compromiso de apoyo en materiade política y la asistencia de las organiza-ciones privadas y gubernamentales revis-ten fundamental importancia para al-canzar esas metas, a pesar de la oposiciónorganizada de la industria tabacalera.

PRÁCTICAS DE LA

INDUSTRIA TABACALERA

EN LAS AMÉRICAS

A medida que se hace más estricto elcontrol del uso de tabaco en los paísesindustrializados, las compañías tabaca-leras multinacionales han aumentadoestratégicamente su penetración en lospaíses de la Región carentes de recursos,donde pueden dirigir sus actividadeshacia mercados potencialmente lucrati-vos, vulnerables al atractivo del tabaco,como los constituidos por los adoles-centes y las mujeres.

Por lo general, esos grupos no estánsuficientemente protegidos por regla-mentos que limiten la promoción deltabaco o el acceso a ese producto. Lacomercialización y propaganda de laindustria que se enfoca en esos grupossiguen realizándose sin ninguna oposi-ción en la mayoría de los casos. Laindustria tabacalera en los países en

EL CASO DE MÉXICO

En su obra Addicted to Profit: Big Tobacco’s Expanding GlobalSearch (1998), Ross Hammond describe el ascenso de las“grandes compañías tabacaleras” (a saber, Philip Morris y BritishAmerican Tobacco) en México a raíz de la apertura de sus merca-dos a la inversión extranjera. En julio de 1997, los dos gigantes dela industria pagaron un total de US$ 2.100 millones por dos fábri-cas de cigarrillos de México.

El informe explica que México tiene particular atractivo para losproductores multinacionales de cigarrillos por el bajo costo de lamano de obra, la calidad de la hoja de tabaco, la población joveny las pocas restricciones al tabaco. Los críticos de la industriacreen que una de las principales metas de la compra de empresases establecer una plataforma en ese país desde la cual se puedanproducir cigarrillos a bajo costo para exportar a otros países endesarrollo.

Aparentemente, sin embargo, el potencial de desarrollar elmercado mexicano (que ocupa el 15.° lugar entre los mayoresmercados mundiales de cigarrillos) no ha pasado desapercibido.Las subsidiarias extranjeras han elevado el gasto en comercia-lización y afinado su estrategia publicitaria para indicar que suproducto se ciñe a los deseos de los consumidores mexicanos enlo que respecta a prestigio internacional, fantasía y rebelión.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

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desarrollo —cuyos recursos financierosa menudo son superiores a los de losgobiernos nacionales— ha organizadoun poderoso grupo de presión en prodel uso de tabaco. Como resultado deuna dinámica estrategia de promocióndel tabaco destinada a aumentar el con-sumo en la Región, ha logrado impedirque se promulgue legislación de controldel tabaco en países como la Argentinay el Uruguay (Weissman, 1998 [citadoen Hammond, 1998]).

La promoción de productos deriva-dos del tabaco entraña no solamentepresión contra la imposición de controldel tabaco, sino también una enormeinversión en campañas de publicidad ycomercialización que, de hecho, minanel efecto de cualquier política nacionalvigente que trate de reglamentar el pro-ducto. La publicidad es un elementomuy importante de la estrategia de laindustria tabacalera y se usa en todo elmundo para mantener la demanda detabaco. En 1996, la Comisión Federalde Comercio de los Estados Unidosestimó que los gastos anuales de promo-ción de la industria tabacalera en el paísse acercaban a US$ 5.000 millones.

Dicha industria ha alegado tradicio-nalmente que su enorme inversión encampañas de publicidad y comercializa-ción no se destina a aumentar el consu-mo sino a proteger su participación enel mercado, a mantener la lealtad de losfumadores a una determinada marca y apromover el consumo de cigarrillos conbajo contenido de alquitrán y nicotina.Sin embargo, como muy pocos fuma-dores cambian de marca de productos,este enorme esfuerzo y gasto apenasparecen justificarse.

El empleo de la publicidad como ins-trumento estratégico para aumentar eluso de tabaco está generalizado en lospaíses en desarrollo de la Región, dondelas extensas actividades de publicidad ypromoción del tabaco se han vueltocomunes. Los productos distribuidoscon fines de promoción, como relojes,

encendedores, exhibiciones y cartelesatractivos, han llegado a los pueblos ypuestos de venta más aislados. Asimis-mo, el hecho de que la mayoría de losdeportes televisados (como las carrerasautomovilísticas y los partidos de fút-bol) y varias actividades culturaleshayan sido patrocinados por la indus-tria tabacalera por decenios, hace quelas ligas deportivas dependan muchodel dinero que proviene del tabaco.

Además de promover el uso de pro-ductos potencialmente mortales, lascompañías tabacaleras también se valende campañas de publicidad para tratarde proyectar la imagen pública de unaindustria preocupada por la salud de losadolescentes. Esas campañas compren-den a menudo la creación de alianzas entre los fabricantes de tabaco o los mi-noristas y los Ministerios de Salud yEducación, las organizaciones de controldel tabaco o la Oficina de la PrimeraDama de un determinado país. Comoresultado de esas alianzas, las organiza-ciones gubernamentales, universitarias osin fines de lucro que se han unido a laindustria tabacalera tienen luego pocopoder para reducir el consumo de taba-co por medio de estrategias orientadascontra la industria. Por desgracia, esasalianzas son demasiado comunes en lospaíses en desarrollo de la Región.

Los países industrializados comenza-ron a reconocer recientemente las con-secuencias del enfoque de la industriatabacalera en los países en desarrollosobre la carga mundial de morbilidad yestán empezando a ayudar a esos paísesa promover medidas nacionales y localesde control del tabaco. Asimismo, algu-nos países en desarrollo como Guatema-la, Nicaragua y Venezuela, han seguidoel ejemplo de los Estados Unidos y estánempezando a asignar responsabilidad alas compañías tabacaleras multinaciona-les y exigir indemnización por los costosde la atención de salud derivados de lamuerte y la enfermedad causadas por eltabaco.

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USO DE SUSTANCIAS Y ADICCIÓN

PRÁCTICAS DE LA INDUSTRIA TABACALERA

Comercialización

Los cigarrillos se pueden promover intensamente con imágenesmuy favorables que fomentan la idea de que el tabaquismo esaceptable, aun saludable, o que el comportamiento arriesgado es atractivo. Además, se ha permitido que las compañías taba-caleras tengan con frecuencia un comportamiento muy engañosoque tranquiliza a los fumadores y los mantiene en el mercado deltabaco. Esas compañías, a menudo sin ninguna restricción de losgobiernos, manipulan la dependencia de los fumadores justifican-do la continuación del hábito y comercializando alternativas paraimpedir su abandono.

Relaciones públicas

Ya sea directamente o por medio de grupos financiados “deprimera línea”, las compañías tabacaleras a menudo atacan laspruebas científicas sobre los efectos del tabaquismo. La industriatambién adopta la postura de que fumar no es tan perjudicial comootras actividades, o de que “todo” es nocivo. Esas estrategias derelaciones públicas suelen estar tan alejadas de la realidad científi-ca que no surtirían efecto para la mayoría de los productos de con-sumo. Pero el tabaco, por la dependencia que crea, no es comootros productos. Por lo general, los fumadores están profunda-mente motivados a buscar formas de justificar la continuación delhábito y mientras otros podrían reconocer que esas estrategias sonun intento por engañar a los consumidores, los fumadores puedenconsiderarlas como un rayo de esperanza en su empeño por justi-ficar la continuación del hábito, con lo que evitan la dificultad detratar de abandonarlo.

Empaque y rotulación

Los cigarrillos se venden en envases atractivos y se ofrecen enpequeñas cantidades, en cajetillas con un número suficiente paraun día. Si se exige incluir mensajes sobre el peligro para la salud enel envase y la propaganda, las compañías tabacaleras frecuente-mente logran que sean lo más pequeños y discretos posible y rarasveces se actualizan, con lo que minan profundamente el efecto delas advertencias.

Productos

La falta de normas sanitarias para los productos significa que loscigarrillos pueden fabricarse como sistemas de distribución denicotina de gran eficacia. Es posible manipular la concentración de nicotina con facilidad y dar a los cigarrillos un mejor sabor conla mezcla de la hoja de tabaco y el uso de aditivos.

OPS, 1999.

Aunque son un requisito legal, lasadvertencias de peligro para lasalud impresas en las cajetillas decigarrillos a menudo son discretaso difíciles de leer. Nótese el con-traste entre la claridad y precisiónde la marca en la parte frontal dela cajetilla y la advertencia casiilegible en la parte lateral.

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Tanto en los países en desarrollo comoen los industrializados, los jóvenes en-frentan actualmente muchas posibili-dades atractivas de elección y muchosdesafíos. Están expuestos, y a menudoson vulnerables, a mensajes sumamentepersuasivos, en continuo crecimiento, através de los medios de comunicación.Esos mensajes suelen competir con losvalores tradicionales de la familia y pue-den ejercer más influencia en la elec-ción del modo de vida. Todo ese diluviode información y cambios constantesde modas son muy convincentes y pue-den ser abrumadores para los jóvenesque están tratando de tomar decisiones.

En la mayoría de las sociedades, lafamilia y la escuela siguen siendo losprincipales medios de apoyo emocio-nal, necesario para el desarrollo saluda-ble de los jóvenes. Pero la presión psico-social causada por el rápido cambiocultural y los mensajes conflictivos pue-den llevar a los jóvenes a distanciarse delas influencias que tradicionalmente losprotegían. Los especialistas han formu-lado la teoría de que el uso de esosmecanismos tradicionales para transmi-tir los valores y habilidades para unavida saludable quizás ya no puedenequilibrar adecuadamente el poder deotras influencias, a menudo negativas, a las que están expuestos los jóvenes(WHO, 1997b).

Es importante crear oportunidadespara que los jóvenes puedan adquirir

los conocimientos teóricos y prácticosnecesarios para desenmarañar esa ava-lancha de información y las exigenciascrecientes que encuentran a medidaque se acercan a la edad adulta. Con elfin de mantener a los jóvenes libres deltabaco y de las drogas, también se debehacer participar a quienes puedaninfluir en su desarrollo, a saber: la fami-lia, los profesionales de los medios decomunicación, los educadores, losorientadores y los propios adolescentes.

¿ADICCIÓN POR

VOLUNTAD PROPIA?

Los informes de la OMS indican quetres de cada cinco jóvenes que pruebanel tabaco se volverán fumadores cotidia-nos adictos a la nicotina al llegar a laedad adulta, que la mitad de ellos ten-drá una muerte prematura (WHO,1998 April) y que la mayoría sufrirá sin

necesidad como resultado de esa adic-ción. Por desgracia, los jóvenes queoptan por fumar y usar otros productos

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Los jóvenes: ¿una generación en peligro?

Tres de cada cinco jóvenes que prueban el tabaco se

volverán fumadores adictos al llegar a la edad adul-

ta, y la mitad de ellos morirá prematuramente.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

derivados del tabaco quizá no entien-dan la naturaleza de la adicción ni veanlas consecuencias a largo plazo de sucomportamiento. Lo que comienzacomo un ensayo se convierte a menudoen una dependencia permanente del ta-baco para satisfacer las ansias de consu-mir nicotina.

Además, la investigación ha demos-trado que los jóvenes que optan por nofumar antes de los 20 años posible-mente no comenzarán a hacerlo cuan-do sean adultos (WHO, 1998b). Esosignifica que, en efecto, la prevencióndel comienzo del tabaquismo a tem-prana edad reduce el hábito en todaslas edades.

A pesar de la disminución de la pre-valencia general del tabaquismo duran-te 30 años, cada día muchos jóvenescomienzan a fumar y se convierten enadictos. Es obvio entonces que la pre-vención del tabaquismo entre los jó-venes reviste importancia primordialpara acabar con la epidemia de uso de tabaco. En 1994, el informe sobre eltabaquismo y la salud, presentado porel Director General de Salud Públicade los Estados Unidos, se concentrópor primera vez en los jóvenes.

Las seis principales conclusionesderivadas de ese informe se puedenresumir de la manera siguiente:

• Entre 75 y 90% de los fumadoresadultos comenzaron a fumar antesde cumplir 18 años, lo que signifi-ca que la adolescencia es una etapadecisiva para la prevención del usode tabaco y de las defunciones poresa causa (DHHS, 1994). Si bienla edad de iniciación del tabaquis-mo está aumentando ligeramenteen los Estados Unidos, el aumentoes sumamente gradual y se aproxi-

ma a un mes por año (SAMHSA,1999) (cuadro 3).

• La promoción del consumo de ta-baco en los medios de comunica-ción está vinculada a un mayorconsumo de sus productos entre losjóvenes (DHHS, 1994). Ha habidoun continuo cambio de dirección,desde la propaganda hacia la pro-moción, debido sobre todo a laprohibición de los anuncios decigarrillos en la radio y la televisión.

• Un número creciente de fumado-res adolescentes ya son adictos a lanicotina y declaran que tienen sín-tomas de privación cuando tratande dejar de fumar. Una vez que seconvierten en fumadores cotidia-nos, es muy difícil que abandonenel hábito para siempre (WHO,1998b; DHHS, 1994).

• El hábito de fumar cigarrillos amenudo lleva al uso de otras dro-gas más fuertes y se asocia condeterminados problemas de saludde los adolescentes, especialmentelas infecciones respiratorias. Dis-tintos estudios demuestran que losfumadores adolescentes tienenmenor capacidad pulmonar y con-traen un mayor número de enfer-medades respiratorias que sus paresno fumadores (Woolcock, 1984).

• Los esfuerzos conjuntos, especial-mente los que facilitan a los adoles-centes la adquisición de las habili-dades necesarias para rechazar eltabaco, pueden reducir eficazmen-te la iniciación del tabaquismo(DHHS, 1994).

• Se han identificado varios factoresde riesgo que amplían la posibili-dad de que los jóvenes usen tabaco.

Cuadro 3. Edad promedio de iniciación del uso de tabaco por adoles-centes de 12 a 17 años, Estados Unidos de América.

1988 1990 1991 1992 1993 1994 1995 2000(año básico)

Cigarrillos 11,6 11,5 11,5 11,7 11,7 12,2 12,3 12,6

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LOS JÓVENES: ¿UNA GENERACIÓN EN PELIGRO?

FACTORES

PSICOSOCIALES

DETERMINANTES

DEL TABAQUISMO

Durante varios decenios, los científicossociales han tratado de entender porqué algunos adolescentes prueban fu-mar y otros no. La investigación actualsobre la etiología del tabaquismo se haconcentrado principalmente en la iden-tificación de los factores psicosocialesde predicción del comienzo del taba-quismo. Los investigadores han señala-do varias esferas de factores de predic-ción, incluso variables de vinculaciónsocial, variables de aprendizaje social yvariables intrapersonales, tales comofuerza de voluntad para rechazar eltabaco, conocimientos, actitudes eintenciones. En un metanálisis de casi30 estudios que contenían datos pros-pectivos sobre el comienzo del uso detabaco, se halló que el comienzo delhábito de fumar está determinado porun conjunto de factores sociales y per-sonales (Conrad, Flay y Hill, 1992):

• tener padres o amigos íntimos quefuman,

• poseer poca autoestima,

• rendir mal en la escuela o haberabandonado los estudios,

• tener actitudes positivas con res-pecto al uso de tabaco,

• comprometerse con otras actitudesde riesgo,

• carecer de la fuerza de voluntadnecesaria para rechazar el tabaco, y

• sentirse nervioso o deprimido.

El problema radica en que, a pesar deque los investigadores reconocen lamayoría de los factores determinantesque contribuyen al uso experimental de sustancias, todavía no saben cómo in-teractúan. En el transcurso de los años,varias teorías se han enfocado en diver-sos factores determinantes, con repercu-siones para las estrategias de prevención.

Según las teorías cognoscitivo afecti-vas, las raíces del uso experimental de

sustancias se encuentran en la actitud ylas creencias de los adolescentes con res-pecto a esas sustancias. La teoría delcomportamiento planificado plantea latesis de que la fuerza de voluntad tieneun efecto directo en las intenciones y el comportamiento (Ajzen y Fishbein,1980). La fuerza de voluntad para re-chazar el tabaco representa la creenciade los adolescentes en su capacidad pararesistir la presión social que los lleva acomenzar a usar sustancias. Según eseenfoque, la prevención depende de men-sajes persuasivos que:

• aumenten las expectativas de losadolescentes con respecto a las con-secuencias adversas del uso experi-mental de sustancias y reduzca lasexpectativas relacionadas con losposibles beneficios,

• destaquen los costos más que losbeneficios,

• pongan en tela de juicio la formaen que los adolescentes perciben lanaturaleza normativa del uso desustancias, y

• ofrezcan información teórica y des-taquen habilidades que fomentandirectamente la fuerza de voluntadpara rechazar el tabaco.

Las teorías de aprendizaje social supo-nen que el uso experimental de sustan-cias tiene su origen en las actitudes ycomportamientos sobre el uso de deter-minadas sustancias que exhiben las per-sonas que sirven de modelo a los ado-lescentes, especialmente la familia y losamigos íntimos. Esta teoría implica quela clave de la prevención está en desta-car menos los roles modelo del uso desustancias y realzar más los roles mode-lo de abstención. Otra clave de la pre-vención está en enseñar y cimentar lafuerza de voluntad necesaria para recha-zar el tabaco (Bandura, 1989).

Las teorías del compromiso convencio-nal y el apego social (Elliott, Hawkins yWeis, 1985) se basan en las teorías so-ciológicas clásicas de control social queafirman que los impulsos de desviación,que son presuntamente compartidospor todas las personas, a menudo están

17

Es improbable que los jóvenesque no han comenzado a fumar alcumplir los 20 años lo hagan en laedad adulta. Obviamente, la pre-vención del comienzo del taba-quismo a temprana edad reduceel hábito de fumar en todas lasedades.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

controlados por vínculos estrechos conla sociedad convencional, la familia y laescuela. Cuando los adolescentes tienenvínculos débiles con la sociedad con-vencional, creen que tienen poco queperder si se apegan a compañeros des-viados de una vida saludable. Esas teo-rías implican que la prevención del usode sustancias exige que se cultiven lashabilidades de comunicación interper-sonal y académica entre los niños,mucho antes de que se formen una ideasobre sustancias específicas en la adoles-cencia y de que se involucren con com-pañeros que usan sustancias.

Varias teorías tratan de explicar eluso de sustancias por la existencia decaracterísticas intrapersonales, como elestrés, la poca autoestima o las dificul-tades emocionales, pero los estudioslongitudinales indican que esas caracte-rísticas intrapersonales son factoresdeficientes para predecir el uso de sus-tancias.

La teoría del comportamiento proble-mático (Jessor y Jessor, 1987) suponeque la susceptibilidad para el compor-tamiento problemático es el resultadode la interacción de la persona con elmedio ambiente y trata de incorporarlas otras teorías. Sostiene que los ado-lescentes están expuestos al riesgo deluso de sustancias si no están apegados asus padres y reciben más influencia delos compañeros que de aquellos. Tam-bién indica que los adolescentes pro-pensos a tener un tipo de comporta-miento problemático también estánpropensos a otros tipos de comporta-miento problemático. Puesto que el usode tabaco suele comenzar en la adoles-cencia y guarda relación con otrospatrones de comportamiento arriesga-do, entender la forma de pensar de losadolescentes que asumen riesgos es unpaso importante para determinar cómose debe prevenir el uso de tabaco y deotras sustancias. Los adolescentes queasumen riesgos a menudo desean inde-pendencia y autonomía, quieren asumirel papel de los adultos, asignan impor-tancia al grupo de pares al tomar deci-siones, necesitan obrar de conformidad

con las reglas de ese grupo y se sienten“invulnerables”.

El modelo de la esfera de influencia deHuba y Bentler, un modelo más inte-grado, es un intento por catalogar lamayoría de las causas del uso de sustan-cias. Comprende más de 50 categoríasde causas potenciales clasificadas en cua-tro esferas de influencia:

• influencias biológicas: influenciasgenéticas, reacción fisiológica adiversas sustancias y estado generalde salud;

• influencias intrapersonales: creen-cias, valores personales, búsquedade sensaciones, impulsividad, socia-bilidad, extroversión, ansiedad ypoca autoestima;

• influencias interpersonales: carac-terísticas de las personas que estánen estrecho contacto con el adoles-cente, e

• influencias socioculturales: mediosde comunicación, disponibilidad delmercado, sanciones sociales.

La importancia que los adolescentesotorgan a la rebeldía y a la búsqueda desensaciones, y el reconocimiento de queel uso de sustancias guarda relación conla facilidad de acceso a las mismas, sonimportantes características de esta teo-ría que incorpora el concepto de lanecesidad de agregar medidas legales alas actividades de prevención.

Así como ciertas condiciones o cua-lidades están relacionadas con unaumento del riesgo de uso de sustan-cias, algunas características específicasestán vinculadas con la disminución delconsumo. Esos factores de proteccióncomprenden desde características decomportamiento, como la capacidad deevitar el daño y de hacer frente a situa-ciones difíciles, hasta experiencias yacontecimientos positivos.

Los factores de riesgo y de protec-ción que pueden modificarse son varia-bles más apropiadas para enfocar losprogramas de prevención. Los factoresmás sensibles al cambio comprenden lasactitudes (por ejemplo, una idea desfa-

La industria tabacalera ha concen-trado la mayoría de sus campañaspublicitarias en los jóvenes. Al pre-sentar el tabaquismo como algoatractivo y alimentar el deseo de losjóvenes de sentirse adultos y libres,los comerciantes del tabaco losatraen y los mantienen atrapados.

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LOS JÓVENES: ¿UNA GENERACIÓN EN PELIGRO?

vorable del uso de tabaco), las creenciasy las aptitudes conductuales (Pandina,1996). La investigación ha demostradoque, en general, cuanto mayor sea elnúmero de factores de riesgo encontra-dos, mayor será el número de factoresde protección necesarios para contra-rrestar el riesgo (OPS, 1998).

Sin embargo, ni los factores de ries-go ni las condiciones que confierenprotección siguen un patrón coherentey previsible: son dinámicos y afectan acada persona de forma diferente. Lamayoría de esos factores o característi-cas interactúan constantemente con lasinfluencias ambientales, razón por lacual se afectan y modifican mutuamen-te. Por ejemplo, las características in-dividuales guardan relación con condi-ciones sociales y ambientales como lapublicidad, los comportamientos fami-liares y las normas sociales percibidas y,como consecuencia, aumentan o dismi-nuyen las probabilidades individualesde usar sustancias.

POBLACIONES

OBJETIVO SIN

PROTECCIÓN

Los documentos de la industria tabaca-lera que se hicieron públicos reciente-mente, revelan la forma en que laindustria ha dirigido sus campañas depromoción del tabaco hacia los adoles-centes. En el intento de mantener altala demanda de productos, se toma a losconsumidores adolescentes como obje-tivo para reemplazar el gran número deconsumidores adultos que mueren cadaaño por enfermedades relacionadas conel tabaco. Por ejemplo, en un docu-mento interno redactado en 1981, Phi-lip Morris declaró que “. . . el adoles-cente de hoy es el posible cliente regularde mañana y [que] la gran mayoría delos fumadores empiezan a fumar en laadolescencia, cuando todavía no hancumplido los 20 años . . .”. Los patro-nes de tabaquismo de los adolescentesrevisten particular importancia para

Philip Morris (documento citado en laCampaña por una Niñez sin Tabaco,1998). R. J. Reynolds trató de atraer ala clientela joven de Philip Morris consu propia campaña para el cigarrilloCamel. En un memorando redactadoen 1975 se recomienda

“la expansión nacional de la campa-ña publicitaria ‘Meet the Turk’ ,1 deéxito comprobado, y la nueva mezclade cigarrillo del tipo Marlboro comoun paso más para alcanzar nuestroobjetivo de comercialización: am-pliar nuestra participación en el mer-cado de adultos jóvenes. Para asegu-rarse del aumento de la demanda decigarrillos Camel Filter a largo plazo,la nueva marca debe aumentar suparticipación en el mercado consti-tuido por el grupo de 14 a 24 años de edad que ahora tiene un nuevoconjunto de valores más liberales yrepresenta el comercio de cigarrillosde mañana” (Multinational Monitor,julio/agosto de 1998).

Varios estudios muestran que losadolescentes son particularmente vul-nerables —según algunas afirmaciones,tres veces más sensibles que los adultos(Pollay et al., 1975)— a la propagandade cigarrillos. En los Estados Unidos,eso se manifiesta por la lealtad de losjóvenes a las tres marcas más anuncia-das: Camel, Marlboro y Newport. LosCentros para el Control y la Prevenciónde Enfermedades de los Estados Unidosinforman que esas son las marcas predi-lectas de cerca de 90% de los adolescen-tes fumadores del país, en contraste conlas preferencias de solo alrededor de untercio de los fumadores adultos (CDC,1994 August).

La industria tabacalera ha realizadosofisticados estudios de comercializa-ción para identificar los factores psico-lógicos y de desarrollo que hacen que elgrupo más vulnerable a la iniciación delconsumo de tabaco sea el de los “fuma-dores jóvenes de reemplazo”, principal-

19

1Campaña destinada al grupo de 14 a 24 años, rea-lizada en los Estados Unidos por R. J. Reynoldsentre 1974 y 1980.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

mente por su deseo de sentirse “ma-yores”, libres e independientes, perotambién para “encajar” en la sociedad.Como resultado de la propaganda de laindustria, los fumadores adolescentes amenudo ven el cigarrillo como el ele-mento esencial que necesitan para tenerpopularidad y “atractivo sexual”.

Al manejar esos factores con habili-dad, los vendedores de tabaco han po-dido representar el tabaquismo de unaforma que atrae a los jóvenes y los man-tiene adictos. De hecho, la mayoría delos avisos de propaganda de tabacomuestran jóvenes activos y sanos deambos sexos divirtiéndose mientrasfuman en alguna situación social. Losmensajes de comercialización del tabacopromueven mitos como los siguientes:

• el tabaquismo es un “rito de pasa-je” al mundo de los adultos;

• la gente popular y exitosa fuma;

• los cigarrillos ayudan a relajarsecuando se está en un grupo;

• los cigarrillos son saludables y sim-bolizan libertad, y

• todo el mundo fuma.

LA JUVENTUD LATINO-

AMERICANA EXPUESTA

A RIESGO

Muchas de las condiciones de vida queexperimentan los jóvenes de los paísesen desarrollo de las Américas intensifi-can su riesgo de enfermar e impiden quese reviertan las tendencias de tabaquis-mo en los adolescentes de la Región.

La reglamentación del tabaco enla Región tiende a ser débil y, cuandoexiste, a menudo no se hace cumplir.Las compañías tabacaleras multinacio-nales y sus subsidiarias en la Regióngozan de relativa libertad para anunciary promover el uso de tabaco entre losjóvenes y sus esfuerzos son sofisticadosy ubicuos. Patrocinan actividades po-pulares para los jóvenes, como eventos

culturales y deportivos en la escuelasecundaria. A veces, la industria cumplecon una reglamentación solo hasta queencuentra la próxima escapatoria legal.Por ejemplo, no es raro ver que los avi-sos de propaganda del tabaco pasen dela cartelera a la camiseta.

Los mensajes contra el tabaco amenudo se difunden pobremente. Laextendida ignorancia del público engeneral sobre los verdaderos peligrosdel tabaco sirve para proteger la acepta-ción social del tabaquismo. Aun losprofesionales de la salud de muchoslugares carecen de suficientes conoci-mientos y capacitación sobre los riesgosdel consumo de tabaco para la salud.Esto trae aparejada una pérdida deoportunidades para fomentar la pre-vención entre los jóvenes y el abandonodel hábito en los pacientes que yadependen del tabaco.

Los mensajes contra el tabaco sesuelen preparar mal. Algunos de losllamados mensajes de prevención deluso de tabaco que se difunden en laRegión dejan hábilmente de lado lasactitudes de los adolescentes que valo-ran la rebeldía, la disposición a correrriesgos y el afán de comportarse comoadultos. Cuando esos supuestos inten-tos por reducir el tabaquismo transmi-ten mensajes que hacen hincapié en laautoridad y la edad, a menudo alientana los jóvenes a declarar su independen-cia y comenzar a fumar o seguir hacién-dolo (Coe, 1999).

Los jóvenes constituyen una granparte de la población general. En lospaíses en desarrollo de la Región, losjóvenes representan entre un tercio y lamitad de la población económicamenteactiva (Burt, 1996; OAS, 1990). Casitodos los jóvenes viven en zonas urba-nas y, según algunos cáculos, 80% delos jóvenes vivirían en esas zonas en elaño 2000. Allí pueden experimentar laerosión del apoyo familiar y social, pre-carias condiciones de vivienda y sanea-miento, y un índice elevado de violen-cia (OPS, Noviembre 1998; BancoMundial y OPS, 1998). Esa clase de

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LOS JÓVENES: ¿UNA GENERACIÓN EN PELIGRO?

tensiones puede aumentar el grado deansiedad, lo que constituye un impor-tante factor de riesgo de uso de sustan-cias entre los jóvenes.

La población joven de AméricaLatina trabaja a veces en empleosrelacionados con el tabaco. Aunqueno es una costumbre generalizada, losniños y adolescentes de muchos paísesde la Región trabajan en el cultivo deltabaco en las zonas rurales y están alservicio de las compañías tabacalerasmediante la distribución de muestrasgratis de productos y, en algunas zonasurbanas, la venta de cigarrillos.

En algunos países de la Región, loscigarrillos son relativamente baratosy fáciles de comprar. Por ejemplo, lacompra de una cajetilla de cigarrillos enla Argentina tomaría solamente ochominutos de mano de obra con el salariomínimo, en comparación con 22 minu-

tos en el Canadá y 23 minutos en elReino Unido (WHO, 1997a).

El acopio regional de datos sobreel consumo de tabaco entre los jóve-nes y las características demográficasgenerales de esa población, es espo-rádico y no basta para aquilatar laverdadera magnitud del problema.También se necesitan investigacionesnacionales que permitan analizar la si-tuación del uso de tabaco entre los jóve-nes de determinadas zonas, con el finde dirigir los programas de prevenciónapropiados a quienes están más expues-tos al riesgo. La falta de informaciónfidedigna que explique la dimensióndel problema del tabaco —incluso “lascausas, consecuencias y costos del usode tabaco”—, puede contribuir a larenuencia de las autoridades normati-vas locales a apoyar las medidas de con-trol del tabaco (WHO, 1999).

Casi todos los anuncios de tabacomuestran a jóvenes activos y sa-nos que se divierten. Si las res-tricciones a la propaganda deltabaco prohíben los anuncios enlas carreteras, los mensajes sobreel tabaco a menudo pasan de loscarteles a las camisetas o a otrosproductos comerciales.

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Para las autoridades normativas y losprofesionales de la salud en ejercicio, elmodelo de salud pública puede servirde marco para establecer servicios inte-grales de salud y planificar actividades.El enfoque de la salud pública parareducir la enfermedad (por ejemplo, lamuerte o la discapacidad causadas porel tabaquismo) entraña actuar en lastres esferas del problema.

La clave para reducir el uso de taba-co en las Américas —y el aumento dela tasa de mortalidad por esa causa—,está en establecer medidas estratégicaspara disminuir el consumo (huésped),reducir la potencia del tabaco (agente)y reducir la accesibilidad y aceptabili-dad del uso de tabaco (medio ambien-te) en los niveles nacional y regional.

Las estrategias de control del tabacopueden ponerse en práctica mediante lavigilancia, las iniciativas de políticas,las actividades de información públi-ca, las intervenciones en materia deprevención o, idealmente, un conjuntode todas esas actividades.

VIGILANCIA DEL USO

DE TABACO

En reconocimiento de la importancia yla necesidad de mejorar la vigilancia deluso de tabaco, en 1990 la Asamblea

Mundial de la Salud pidió a la OMSque vigilara la magnitud del problemadel tabaquismo y el uso de tabacoalrededor del mundo. La OMS recolec-tó luego las estadísticas nacionales

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Adopción de medidas

El huésped El agente

El medio ambiente

MUESTRA DE UN PLAN

NACIONAL DE ACCIÓN

PARA EL CONTROL

INTEGRAL DEL TABACO

Promoción de la salud

• Días sin tabaco.• Presión en los medios de

comunicación.• Programas escolares.• Iniciativas comunitarias.• Patrocinio de actividades cul-

turales y deportivas.

Protección de la salud

• Actividades legislativas.• Medidas fiscales.

Creación de la capacidad

necesaria

• Formación de profesionalesde salud y educación.

• Alianzas entre organizacionespúblicas y privadas de salud.

• Colaboración intersectorial(por ejemplo, entre los sec-tores de salud, educación,formación de los jóvenes yderechos del niño).

Vigilancia y evaluación

• Programas y políticas.• Vigilancia del uso de tabaco.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

disponibles, publicadas más tarde conel título Tobacco or Health: global statusreport (WHO, 1997a). En la publi-cación se señalan importantes indi-cadores para vigilar el uso de tabaco. Seindican las siguientes categorías comocampos fundamentales para la encuestaen cada país o región:

• la situación sociodemográfica,

• la producción de tabaco y la situa-ción de la industria tabacalera,

• el consumo de tabaco,

• la prevalencia del tabaquismo endiferentes grupos de población:por ejemplo, adultos, jóvenes ymujeres embarazadas,

• las tasas de morbilidad y mortali-dad relacionadas con el tabaquis-mo, y

• la legislación vigente sobre el usode tabaco y su aplicación.

El problema del tabaquismo es unode los mayores desafíos para la medicinapreventiva en la Región. La falta de losdatos nacionales específicos necesariospara diseñar proyectos ha sido un obs-táculo para superar ese desafío. En gene-ral, los datos básicos desagregados y sis-tematizados sobre el consumo de tabacoen muchos países de la Región no estándisponibles de modo rutinario. Los da-tos específicos de cada país se puedentransformar en instrumentos eficaces depolítica, defensa de intereses y promo-ción de la salud. Según la Unión Inter-nacional contra el Cáncer (InternationalUnion Against Cancer -IUAC-, 1990),se necesita este tipo de datos para:

• influenciar a las autoridades nor-mativas y decisorias,

• conseguir aliados para el controldel tabaco entre los profesionalesde salud, los educadores y el públi-co en general,

• seleccionar o diseñar interven-ciones apropiadas, y

• vigilar el progreso hacia la reduc-ción del uso de tabaco.

POLÍTICAS INTEGRALES

DE CONTROL

Aunque las políticas de control del ta-baco están ganando terreno en todo elmundo, algunos países han adelantadomás que otros. A partir de 1977, Fin-landia prohibió fumar en lugares públi-cos. En 1988, el Canadá prohibió lapropaganda de productos del tabaco.En fecha más reciente, los EstadosUnidos e Inglaterra comenzaron arestringir la promoción, la venta y elconsumo de tabaco. Por ejemplo, elgobierno británico presentó hace pocoun proyecto de ley destinado a prohibirla mayor parte de la propaganda deltabaco y se propone abolir su promo-ción —incluso el patrocinio de eventosdeportivos como el de la FórmulaUno— en el año 2006 (UK, Secretaryof State for Health, 1998; Hibbs,1999). Bélgica, Noruega, Portugal yTailandia también han adoptado medi-das de prevención que incluyen la pro-hibición de la propaganda del tabaco, elcontrol del consumo en recintos cerra-dos, el aumento de los impuestos a loscigarrillos y la realización de campañasnacionales de prevención y abandonodel hábito de fumar (WHO, 1998b).

Esas actividades provienen de exi-tosas campañas de presión e informa-ción pública que han permitido infor-mar debidamente a las autoridadesnormativas de las graves consecuenciaspara la salud y los enormes costoseconómicos que acarrea el uso de taba-co y la exposición al mismo.

La lucha contra el tabaco por mediode iniciativas legislativas es un elemen-to importante de los planes de acciónnacionales. Sin embargo, el verdaderoefecto de la legislación varía y debeevaluarse mejor para orientar la acciónen materia de establecimiento de políti-cas, y su ejecución y cumplimiento. Porejemplo, aunque la legislación que afec-ta al diseño o a la fabricación de ciga-rrillos debería tener, en teoría, un efec-to más inmediato y poderoso sobre eluso de tabaco, esas iniciativas no se han

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ADOPCIÓN DE MEDIDAS

evaluado ni promovido. En contraste,las autoridades normativas favoreceráncon más frecuencia la legislación queinfluye en la propaganda y compra detabaco. Ese tipo de esfuerzos legislativospuede lograr un posible efecto, pero alargo plazo. La factibilidad de poner enpráctica y hacer cumplir distintos tiposde legislación también debe tenerse encuenta en la evaluación de las opcionesen materia de política (figura 7).

Entre 1970 y 1986, la Junta de Sus-tancias Tóxicas (Toxic Substances Board)de Nueva Zelandia realizó un estudiosobre la relación entre la reglamen-tación de las políticas de promoción deluso de tabaco y las tendencias del con-sumo en 39 países. La Junta determinóque, en general, cuanto mayores seanlas restricciones para promover el taba-co, mayor será la reducción mediaanual del uso del producto (Roemer,1995).

PROGRAMACIÓN

DE ACTIVIDADES

DE PREVENCIÓN

En pocas palabras, la prevención surteefecto. No solo surte efecto para reducirla enfermedad y la muerte sino que, en

el caso del tabaco, sirve para disminuirlos astronómicos costos económicospor la pérdida de productividad y laatención de la salud. La OMS estimaque las actividades efectivas de preven-ción del uso de tabaco cuestan entreUS$ 20 y 40 por año de vida ganado enun país en desarrollo (abril de 1999).Pero este costo es minúsculo en com-paración con los $18.000 anuales quese consideran necesarios para tratar auna víctima de cáncer de pulmón.

Los especialistas de todo el mundoestán de acuerdo en que la reducción efi-caz de la mortalidad y la discapacidadcausadas por el uso de tabaco exigeestrategias que incorporen actividadesde prevención, como la defensa depolíticas, la promoción de la salud y lascampañas de información pública, juntocon programas de abandono del hábitode fumar para adultos y adolescentes.

En lo que respecta a la dependenciadel tabaco, la prevención secundaria amenudo aborda la detección temprana yla atención primaria de las personasdependientes del tabaco, incluso conenfoques educativos y de compor-tamiento para lograr el abandono delhábito. Por otra parte, la prevención ter-ciaria se dedica a tratar y rehabilitar a laspersonas que sufren una enfermedadmás avanzada relacionada con el tabaco,

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Efic

acia

Tiempo

Figura 7. Efecto a largo plazo de las actividades legislativas enfocadassobre varios aspectos de la manufactura y el consumo de tabaco.

Manufactura

Diseño

Consumo

Compra

Venta

Propaganda

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

como enfisema, enfermedad cardiovas-cular y cáncer de pulmón y de laringe.

Es indispensable realizar actividadesde prevención primaria bien enfocadaspara evitar el sufrimiento y las muertesprematuras por causa del tabaco pro-nosticados para 250 millones de niñosy adolescentes de la población actual(WHO, 1999b April). Al poner en lamira a los jóvenes por medio de progra-mas de prevención del uso de tabaco, sepuede evitar la dependencia perma-nente de la nicotina que causa un sin-número de enfermedades y, a la larga, lamuerte prematura.

Para incorporar elementos que ayu-den a enfocar los programas dirigidosde prevención, es necesario examinar elenorme cuerpo de documentación quelos describe. Los científicos conductis-tas Dusenbury y Falco (1995) lo hi-cieron en su revisión de programas deprevención del uso de drogas dirigidosa los jóvenes que se realizaron entre1989 y 1994. Además, encuestaron aun grupo de 15 especialistas de esecampo. La investigación señaló las si-guientes características esenciales de losprogramas de prevención eficaces:

• los métodos se basan en la teoríadel comportamiento (teoría delaprendizaje social),

• la información es concreta y orien-tada hacia el presente,

• los programas se realizan en lasescuelas,

• se emplean métodos de educaciónnormativa y enseñanza interactiva,

• los maestros han recibido la forma-ción debida,

• los programas comprenden 10 se-siones como mínimo, además de

las sesiones de seguimiento o re-fuerzo en los años subsiguientes,

• los programas son culturalmenteapropiados (es decir, adaptados a la cultura de la población desti-nataria), y

• se evalúa la eficacia de los progra-mas.

También es importante examinar losprogramas eficaces desarrollados endeterminados lugares o marcos cultu-rales. Una estrategia fundamental paraenfocar mejor los programas de preven-ción primaria consiste en diseñarloscuidadosamente para que atiendan lasnecesidades singulares de los jóvenesque viven en medios específicos. Losprogramas de prevención que tienenuna influencia definitiva en el cambiofavorable del comportamiento de losjóvenes (por ejemplo, con respecto a ladecisión de fumar), deben abordar nosolamente los factores individuales sinotambién el contexto social del patrónde comportamiento escogido como ob-jetivo de cambio (International UnionAgainst Cancer -IUAC-, 1990). Unmarco conceptual acertado incorpora el mayor número posible de canalessociales de influencia.

PROGRAMAS

ESCOLARES

Casi 90% de los fumadores comienzana usar tabaco antes de cumplir los 18años y los jóvenes empiezan a probarcigarrillos alrededor de los 13 años deedad, en promedio. Como resultado,las actividades de prevención del uso detabaco lógicamente surten más efectocuando se concentran en los niños y losjóvenes. En realidad, la mayoría de esosprogramas de prevención se dirigen alos niños de edad escolar y esto hace delas escuelas un sitio ideal para ponerlosen práctica.

De los 6.000 millones de habitantesdel mundo, 1.000 millones estánmatriculados en las escuelas. En lospaíses en desarrollo, 80% de los jóvenes

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Las estrategias más eficaces para reducir la muerte

y la discapacidad causadas por el tabaco vinculan

las actividades de prevención del tabaquismo a los

programas para dejar de fumar.

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ADOPCIÓN DE MEDIDAS

están matriculados en las escuelas y60% de ellos terminan por lo menoscuatro años de estudios (WHO,1998b). La escuela es un lugar de espe-cial importancia para la ejecución decampañas de prevención, puesto quepermite llegar a muchos, muchosjóvenes en una etapa crítica de su desa-rrollo. Sin embargo, siempre se debetener presente que los jóvenes másexpuestos al riesgo del uso de sustanciasquizá ya no estén en la escuela y hayanabandonado por completo el sistema de educación formal y de serviciossociales. Por lo tanto, se debe explorarlos programas de prevención dirigidos alos jóvenes que están fuera de la escuela,realizados en sitios no formales.

Además de llegar a la mayoría de losniños y adolescentes, las escuelas ofre-cen canales eficaces para cubrir a otrossegmentos de la población (por ejem-

plo, el personal escolar, las familias y los miembros de la comunidad). Comoresultado, el sistema de educación for-mal puede ser un importante vehículopara la difusión de información sobresalud pública.

Aunque hay consenso con respecto aque las escuelas son el lugar ideal pararealizar actividades de prevención deluso de sustancias, los especialistas nosiempre están de acuerdo sobre cuál esel mejor año de estudios para iniciaruna campaña de esa naturaleza. Algu-nos programas se han concentrado enlos primeros años de la escuela pri-maria; otros, en los niños de quinto,sexto y séptimo grados, es decir, en losestudiantes que ya han llegado a unnivel de madurez intelectual suficiente-mente alto como para asimilar conoci-mientos de fundamental importancia.Además, los niños de esos grados supe-

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ACTIVIDADES DE INFORMACIÓN PÚBLICA

Es preciso formular y poner en práctica políticas que aseguren quese va a decir la verdad sobre el tabaco a los fumadores de hechoy en potencia. Eso entraña tres pasos clave:1. Protección de los niños. Los niños son incapaces de tomar deci-

siones con pleno conocimiento de causa sobre el uso de taba-co y deben protegerse de la dependencia del tabaco. Los men-sajes que digan que “fumar es para adultos” pueden ser uno delos mejores incentivos para que los niños comiencen a fumar;quizá no sea ninguna coincidencia que las compañías taba-caleras respalden esas campañas. Para reducir las ventas detabaco a los niños, debe haber mensajes coherentes querestrinjan la venta de productos de tabaco al determinar cuán-do, dónde, cómo y a quién está permitido.

2. Suministro de información detallada al público. Las decisionestomadas con pleno conocimiento de causa exigen informaciónmás detallada sobre las enfermedades causadas por el uso detabaco, el mayor riesgo a consecuencia de esas enfermedadesy el pronóstico. El público también debe saber cuáles son losbeneficios y los métodos de abandono del hábito de fumar, ydónde y cómo obtener ayuda al respecto.

3. Protección del público contra la información errónea. Hay queprevenir cualquier esfuerzo de la industria tabacalera porengañar a los consumidores, y reconocer y rectificar las prácti-cas engañosas de épocas pasadas.

OPS, 1999.

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

riores están más próximos a la edad enla que existe el peligro de comenzar aprobar sustancias.

La Región de las Américas se enor-gullece de tener una de las tasas dematrícula escolar más altas del mundo yesa situación proporciona una ampliainfraestructura para los programas depromoción de la salud y prevención dela enfermedad (Banco Mundial y OPS,1998). En los países en desarrollo de laRegión hay cinco veces más maestrosque trabajadores de salud y esos maes-tros, en su mayoría, tienen contactoregular y prolongado con los estudian-tes. Asimismo, los maestros han seña-lado que el tabaco, el alcohol y otrasdrogas son grandes barreras para elaprendizaje. Esto puede facilitar la

aceptación por parte de los distritosescolares para utilizar tiempo de clasepara poner en práctica programas deprevención del uso de sustancias.

Los resultados preliminares de unreciente análisis de las intervencionesde salud en el medio escolar (WorldBank y PAHO, 1999) indican que hayuna mayor colaboración entre los sec-tores de salud y educación en los paísesen desarrollo de la Región, particular-mente en Colombia, el Ecuador y ElSalvador. Esos resultados significan quelos gobiernos locales consideran que losprogramas escolares de prevención deluso de sustancias revisten cada vez másimportancia. Un estrecho vínculo entreesos sectores ha llevado a la expansiónde programas de prevención enfocados

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28

FamiliaConocimientos

Medios decomunicación

La personaEscuela

ParesActitudes

Creencias

Comportamiento

★ Oportunidades de intervención

Marco conceptual

LA REALIZACIÓN DE CAMPAÑAS DE PREVENCIÓN

EN LAS ESCUELAS PUEDE:

• Reducir el costo de los programas al usar la infraestructura existente.

• Agilizar la evaluación a corto y largo plazos.• Facilitar la orientación y la experimentación.• Utilizar maestros expertos y competentes.• Mejorar la credibilidad ante los padres y los vínculos con la

comunidad.• Llevar a una vida más sana y productiva en la edad adulta.

Botvin y Tortu, 1988; OMS, 1998b; Banco Mundial/OPS, febrero de 1999.

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ADOPCIÓN DE MEDIDAS

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en el uso de sustancias, la violenciaescolar, los accidentes y las enfer-medades de transmisión sexual. Eseanálisis también sugiere que hay unanecesidad, tanto real como percibida,de tener más proyectos de salud escolarbasados en habilidades (y no en enfer-medades específicas) y de buscar asis-tencia, particularmente para la forma-ción de maestros y el desarrollo deprogramas.

Los programas escolares de preven-ción del uso de sustancias pueden sergenerales, destinados a todos los estu-diantes, independientemente del riesgoal que estén expuestos; selectivos, con-centrados en los adolescentes con fac-tores de predicción de patrones decomportamiento de alto riesgo; oespecíficos, concentrados en los jóvenesque muestran señales tempranas de par-ticipación en un patrón de compor-tamiento de alto riesgo (US Institute ofMedicine, 1980). Desde el punto devista histórico, los programas escolaresde prevención del uso de sustancias se

han agrupado en cuatro categorías ge-nerales (Botvin T et al., 1989).

En los años sesenta, las estrategias de prevención se basaban en la teoríaracional empírica de que un mayorconocimiento de las consecuencias des-favorables de determinados patrones decomportamiento (por ejemplo, el usode sustancias) conduciría a tomar unadecisión racional para evitar esa clase decomportamiento. En esas estrategias sesupuso que los fumadores adolescentescarecían de información sobre los efec-tos adversos del tabaquismo. En losprogramas de prevención se buscómejorar el nivel de conocimientos delos estudiantes por medio de libros,videocintas, folletos y carteles. Sin embargo, la evaluación de esos progra-mas demostró que no surtían efectopara reducir las tasas de tabaquismo(Thompson y Goodstadt, 1978). Aun-que la información actualizada y bienenfocada sobre los efectos del abuso desustancias es fundamental para prevenirsu uso, no basta tener programas que

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El Instituto Nacional del Cáncer, Estados Unidos, ha determina-do que los siguientes elementos son indispensables para los pro-gramas escolares de prevención del uso de sustancias:• Se deben realizar sesiones por lo menos cinco veces al año con

los niños de 6.° y 8.° grados.• Conviene recalcar los factores sociales relacionados con la ini-

ciación del hábito de fumar, las consecuencias del tabaquismoa corto plazo y la fuerza de voluntad para rechazar el tabaco.

• El programa debe integrarse al currículo escolar.• Se debe introducir el programa durante el período de transición

de la escuela primaria a la secundaria (es decir, alrededor del 7.°grado).

• Debe haber participación interactiva de los estudiantes en elprograma.

• Hay que fomentar la participación de los padres.• Se debe preparar debidamente a los maestros.• Es preciso adaptar el programa a la cultura de la población

destinataria.

CDC, febrero de 1994.

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ofrecen solamente información. Además,hay razones para creer que ese métodopuede llegar a despertar la curiosidad delos jóvenes que asumen riesgos y resultaren el aumento de la experimentación consustancias (Kaminer, 1994).

Otro método popular empleado enlos años sesenta y comienzos de lossetenta se basó en la educación afectiva,concentrada en ampliar la comprensióny aceptación de sí mismo por medio de actividades destinadas a esclarecer losvalores y tomar decisiones de una formaresponsable, mejorar las relaciones in-terpersonales mediante el fomento deuna comunicación eficaz, la orientaciónpor los pares y la autoafirmación, y au-mentar la capacidad de los estudiantespara satisfacer sus necesidades básicaspor medio de las instituciones socialesexistentes. La evaluación de esas estrate-gias no ha mostrado ningún efecto en elcomportamiento.

A partir del decenio de 1970, losprogramas de prevención comenzaron autilizar todo el cuerpo de evidencias dela literatura social que reconocía que losfactores sociales desempeñaban unafunción importante en la iniciación delconsumo de sustancias. La “inocu-lación psicológica” se destinó a sensibi-lizar a los estudiantes con respecto a lasdiversas presiones sociales que encon-trarían para animarlos a fumar, de ma-nera que estuvieran psicológicamentepreparados (inoculados) para resistiresas influencias (Evans, 1976). Almismo tiempo, se comenzó a hacer máshincapié en la enseñanza de “habili-dades para resistir las drogas” o “habi-lidades para rechazar las drogas”. Seenseñó a los estudiantes a reconocer,evitar o responder a situaciones de altoriesgo de la manera más efectiva posibley también a reconocer la presión de losmedios de comunicación para que usensustancias. Este enfoque considera quela enseñanza de habilidades básicas ygenerales para una vida saludable es unaforma holística de promover la for-mación de los jóvenes. Los defensoresdel desarrollo social promueven, conbuenos resultados, la participación en

el aprendizaje cooperativo en la escuelaelemental, para no tener que recurrir apatrones de comportamiento agresivo ode otra clase que cause problemas. Esegrupo ha identificado un conjunto defactores de riesgo de algunos problemas(como el abuso de sustancias, la delin-cuencia, el embarazo de adolescentes yel fracaso escolar) y otro conjunto defactores de protección (como apego a lafamilia, la escuela y los compañeros, ypatrones o normas de comportamientoclaros) que reducen el riesgo que tieneuna persona de sufrir problemas mástarde, al amortiguar los efectos de laexposición a los factores de riesgo(Hawkins, Catalano et al., 1999). Otrocomponente del método de prevencióndel uso de sustancias basado en la in-fluencia social acaba con el mito de quela mayoría de la gente fuma, brindandodatos adecuados y fomentando la par-ticipación de los estudiantes en progra-mas de prevención. Muchos de esosprogramas de prevención basados en elmodelo de influencia social incluyen elempleo de los líderes del grupo de com-pañeros porque tienen una credibilidadmayor entre los jóvenes.

Por último, el enfoque que realza lacompetencia utiliza la enseñanza dehabilidades personales y sociales engeneral, en combinación con compo-nentes seleccionados del modelo deinfluencia social. El “programa escolarde adquisición de habilidades para unavida saludable” es el enfoque de preven-ción del abuso de drogas más exten-samente empleado para mejorar lacompetencia (Botvin GJ, 1979). Elfundamento teórico de ese enfoque sebasa en la teoría del aprendizaje social(Bandura, 1969) y en la teoría del com-portamiento problemático (Jessor y Jes-sor, 1977), que proponen que el mediosocial y los factores intrapersonales inci-den en la vulnerabilidad al uso desustancias.

El enfoque de la influencia socialestá diseñado para impartir informa-ción y enseñar normas y habilidadespara rechazar ciertas opciones, con unaconcentración en problemas específi-

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

Los maestros han determinadoque el uso de tabaco, junto con elabuso de alcohol y otras drogas,representa una enorme barrerapara el aprendizaje. Eso debefacilitar la aceptación de progra-mas de prevención del tabaquis-mo en los distritos escolares.

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ADOPCIÓN DE MEDIDAS

cos. Los enfoques para mejorar la com-petencia, como “la adquisición parahabilidades para una vida saludable”,subrayan la aplicación de habilidadesgenerales en situaciones directamenterelacionadas con el uso de sustancias;por ejemplo, las habilidades generalesde afirmación personal en situacionesdonde hay presiones de los com-pañeros.

Las investigaciones sobre las causasdel abuso de drogas y el desarrollo delos adolescentes indican que el comien-zo de la adolescencia es un momentocrítico para comenzar a probar tabaco,alcohol y drogas ilícitas. Por esa razón,la mayoría de los programas escolares

de prevención del uso de drogas se rea-lizan con estudiantes de séptimo grado.Sin embargo, se ha llegado a un acuer-do general de que por lo menos algunosde los factores de riesgo pueden origi-narse en la primera infancia, lo queofrece una prueba a favor de la ini-ciación de intervenciones a una edadmás temprana. Los programas destina-dos a corregir el comportamiento agre-sivo e indisciplinado en el aula y elrendimiento académico deficiente delos niños de primero y segundo gradohan demostrado ser eficaces parareducir la incidencia de la iniciación deltabaquismo en estudiantes del sexomasculino (Kellam y Anthony, 1998).

La Región de las Américas tieneuna de las mayores tasas dematrícula escolar del mundo, loque se traduce en una extensainfraestructura disponible pararealizar programas de promociónde la salud y prevención de lasenfermedades.

Page 36: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

Como los programas de prevenciónanteriores, los programas de “adquisi-ción de habilidades para la vida” queestán en marcha actualmente tambiénse basan en la teoría de aprendizajesocial. Esta teoría promueve las oportu-nidades para procesar y estructurar lasexperiencias vitales adquiridas, aplicar-las y aprovecharlas en forma activa(Bandura, 1997 [citado en Botvin,1986]). El método se construye alrede-dor de la creación de oportunidadespara que los jóvenes adquieran habili-dades. tales como el conocimiento delos medios de comunicación o la capa-cidad de juicio crítico, que les permitanevitar ser manipulados por influenciasexternas.

Se trata de que los jóvenes puedanreconocer las fuerzas coercitivas de laspresiones sociales como las de las cam-pañas bien organizadas de propagandade tabaco que promueven ciertospatrones de comportamiento que sesabe que son perjudiciales para la salud.El enfoque de adquisición de habilida-des para la vida intenta ayudar a losjóvenes a recuperar el control sobre sucomportamiento y, al mismo tiempo,

tomar decisiones con conocimiento decausa para adquirir patrones de com-portamiento y valores positivos; porejemplo, decidir no fumar. Entre lashabilidades que generalmente se ense-ñan en esos programas se incluyen elautoconocimiento, el control del estrés,la confianza en sí mismo y la capacidadde negociación.

Los currículos basados en esa teoríarecalcan el aprendizaje basado en laexperiencia y las oportunidades depracticar las nuevas habilidades adqui-ridas durante la instrucción. Las activi-dades del programa hacen participaractivamente a los jóvenes por medio detrabajo en grupos pequeños, facilita-ción a cargo de los pares, técnicas dedramatización, juegos, disertaciones yotras actividades interactivas.

Aparte de los beneficios reales de lashabilidades para una vida saludablerecién adquiridas, este currículo tam-bién mejora la relación de los estudian-tes con los maestros, el rendimientoacadémico y las tasas de asistencia a laescuela, a la vez que reduce los proble-mas de conducta en el aula (WHO,1998 April). Para los fines de esta expo-

35

Adquisición de habilidadespara una vida saludable

UNICEF (1997) reconoce varios niveles de habilidades para unavida saludable:• Habilidades psicológicas y sociales básicas (configuradas por

una profunda influencia de los valores culturales y sociales).• Habilidades relacionadas específicamente con una situación

(tales como negociación, afirmación personal y resolución deconflictos).

• Habilidades aplicadas a la vida (tales como cuestionar los rolesde género o rechazar las drogas).

Page 37: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

36

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

sición, lo más importante es señalar quese ha demostrado que el enfoque deadquisición de habilidades para unavida saludable empleado en la preven-ción del uso de sustancias ha reducidola iniciación del tabaquismo entre 25 y 87% en períodos de seguimiento de uno a seis años (Botvin, Renick yBaker, 1983; Botvin y Eng, 1982; Bot-vin GJ, Baker, Dusenbury, Botvin EMy Díaz, 1995).

ANTECEDENTES DE

LOS PROGRAMAS

DE ADQUISICIÓN DE

HABILIDADES

A partir de 1979, el Dr. Gilbert Botvin,conocido especialista en ciencias de laconducta y profesor de psiquiatría,publicó un programa escolar muy efi-caz de adquisición de habilidades parala vida destinado a los jóvenes de sépti-mo a noveno grados. En la capacitaciónse emplean estrategias que enseñan a losestudiantes a tener fuerza de voluntadpara rechazar las drogas que les ofrecen

por medio de mejores habilidades deafirmación personal, toma de decisio-nes y juicio crítico. Las oportunidadesde aprender y practicar esas habilidades“para resolver problemas específicos”son solamente un aspecto de un progra-ma de instrucción más amplio queenseña habilidades para la vida de natu-raleza más general.

La intención de Botvin al establecereste programa fue crear una sola estra-

tegia de prevención que pudiera enfo-carse efectivamente en varios patronesde comportamiento relacionados con eluso de sustancias (Botvin GJ, Baker,Renick, Filazolla y Botvin EM, 1984).Su marco conceptual se basa en parteen el modelo de comportamiento pro-blemático de Jessor (1977 [citado enBotvin GJ et al., 1984]), que reconoceque la interacción de los factores socia-les y personales facilita el uso de distin-tas sustancias, incluso el tabaco. Botvinconceptualizó el tabaquismo como uncomportamiento socialmente aprendi-do, que es el resultado de una interac-ción muy compleja de factores socialesy personales (Botvin GJ et al., 1984).

Por medio de módulos interactivos,su programa ofrece a los estudiantesoportunidades de “aprender socialmen-te” habilidades para resistir la presiónde los compañeros y los medios decomunicación con respecto al uso desustancias como el tabaco. Las habilida-des aprendidas en el programa refuer-zan en los estudiantes factores de pro-tección tales como la confianza en símismos, la autoestima, la autonomía yel autocontrol (Botvin GJ et al., 1995).

Los materiales del programa inclu-yen un manual para el maestro, unaguía para el estudiante y un audiocase-te de relajación. Los estudiantes traba-jan activamente en el proceso educativopor medio de varias técnicas basadas enla experiencia, como grupos de debate ydisertaciones ante los compañeros.

El método de Botvin para la adqui-sición de habilidades para la vida se hapuesto en práctica en diferentes escue-las, incluso en escuelas urbanas al servi-cio de una población predominante-mente hispana de la ciudad de NuevaYork. La intervención se ha adaptadopara centrarse en varios grupos depoblación objetivo, que comprendendesde estudiantes de escuelas públicashasta jóvenes expuestos a alto riesgoque están arrestados en centros juveni-les de detención. El programa tambiénse ha probado con diferentes facilitado-res (maestros, estudiantes de más edad e“investigadores”) y ha mostrado impre-

36

Algunos estudios indican que la enseñanza y el apren-

dizaje de estas habilidades como un grupo genérico

de “habilidades para la vida” son más eficaces para

prevenir un comportamiento perjudicial que la

enseñanza de habilidades como soluciones aisladas

de problemas específicos, por ejemplo, el embarazo

en la adolescencia o el abuso de sustancias.

Page 38: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

37

ADQUISICIÓN DE HABILIDADES PARA UNA VIDA SALUDABLE

sionantes resultados en cada sitio y concada clase de facilitador, particularmen-te con los facilitadores integrantes delgrupo de pares (Botvin GJ et al., 1995).

LA INICIATIVA DE LA

OMS DE HABILIDADES

PARA UNA VIDA

SALUDABLE

La Organización Mundial de la Saludpromueve los programas escolares deenseñanza de habilidades para la vidapara que los jóvenes adquieran la capa-cidad de elegir modos de vida saluda-bles y un óptimo bienestar físico, socialy psicológico. Según la cultura, se hacehincapié en diferentes habilidades espe-cíficas. La OMS estima que las siguien-tes habilidades para la vida son indis-pensables (Mantilla, 1993):

La capacidad de tomar decisionesayuda a los estudiantes a evaluar susposibilidades y a considerar cuidado-samente las diferentes consecuenciasde sus elecciones.

La capacidad de resolver problemasayuda a los estudiantes a buscar solu-ciones constructivas a sus problemas.Esta habilidad puede reducir muchola ansiedad.

La capacidad de pensar en formacreativa es indispensable para tomardecisiones y resolver problemas. Permi-te que los estudiantes exploren todaslas alternativas posibles y sus conse-cuencias. Ayuda a los estudiantes a vermás allá de su experiencia personal.

La capacidad de pensar en formacrítica ayuda a los estudiantes a anali-zar objetivamente la información dis-ponible junto con sus propias expe-riencias. Esa capacidad permite quelos estudiantes reconozcan los factoresque influyen en su comportamiento,como los valores sociales, la influenciade los compañeros y la influencia delos medios de comunicación masiva.

La capacidad de comunicarse coneficacia ayuda a los estudiantes acomunicar a los otros, verbalmente ode otra forma, sus sentimientos, nece-sidades e ideas.

La capacidad de establecer y mante-ner relaciones interpersonales ayudaa los estudiantes a interactuar demodo positivo con las personas conquienes se encuentran a diario, espe-cialmente con los familiares.

El autoconocimiento es la capacidadque tienen los estudiantes de saberquiénes son, qué quieren o no quiereny qué les complace o disgusta. Tam-bién les ayuda a reconocer las situacio-nes estresantes.

La capacidad de experimentarempatía es la habilidad de una perso-na para imaginar cómo es la vida deotra persona en una situación muydiferente de la primera. Ayuda a losestudiantes a entender y aceptar ladiversidad y mejora las relacionesinterpersonales.

La capacidad de controlar las emo-ciones permite que los estudiantesreconozcan sus emociones y la formaen que influyen en su comportamien-to. Es de particular importanciaaprender a manejar las emocionesdifíciles como la violencia y la ira, quepueden tener consecuencias desfavo-rables para la salud.

La capacidad de manejar la tensióny el estrés es la mera habilidad de losestudiantes de reconocer las circuns-tancias de la vida que les causan estrés.

Con la Iniciativa Mundial de SaludEscolar y la campaña de las Escuelas Pro-motoras de la Salud, la OMS ha apoya-do las actividades de adquisición dehabilidades para la vida por medio detalleres, elaboración de materiales y con-sulta con organismos gubernamentales yno gubernamentales interesados en esteenfoque sobre la salud y el desarrollo delos jóvenes (WHO, 1995 y 1998b).

Page 39: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

38

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

PROGRAMAS DE

ADQUISICIÓN DE

HABILIDADES PARA

UNA VIDA SALUDABLE

EN AMÉRICA LATINA

Y EL CARIBE

Los programas escolares de adquisiciónde habilidades para una vida saludablese han realizado en varios países de laRegión, incluso Brasil, Chile, Colom-bia, Costa Rica, México, Perú, Uru-guay, Venezuela y los países del Caribe(Banco Mundial y OPS, 1998).

En el Caribe, la Comunidad delCaribe (CARICOM) ejecuta un pro-yecto de educación para la salud y lavida familiar destinado a introducir elcurrículo de adquisición de habilidadespara la vida en todos los jardines deinfantes y las escuelas primarias y

secundarias en los países del Caribeque participan (UNICEF, 1997). Elcurrículo correspondiente aborda va-rias temas de salud (WHO e Interna-tional Children’s Institute, documentoinédito). El proyecto de CARICOM espromovido por diversos organismos delas Naciones Unidas, la Universidad de las Indias Occidentales y los minis-terios nacionales de educación y desalud.

En 1996, en Costa Rica, la Red Lati-noamericana de Escuelas Promotorasde la Salud adoptó la educación para laadquisición de habilidades para unavida saludable como una de sus priori-dades para mejorar la educación sanita-ria en el marco de las reformas delprograma escolar. Un taller sobre edu-cación en adquisición de habilidadespara una vida saludable realizado en esaépoca recibió excelentes comentarios.En 1998, la Red reforzó el compromisocontraído dos años antes y ofreció otrotaller en México para sus participantes.Los materiales del taller incluyeron latraducción de los documentos de laOMS sobre habilidades para la vida.

También en Colombia, los Ministe-rios de Salud y de Educación, con elapoyo activo de la OPS y de otros orga-nismos, prepararon un programa esco-lar de adquisición de habilidades parauna vida saludable como un modo deresponder a las elevadas tasas de mor-talidad y morbilidad causadas por ho-micidios y violencia. Ese programa in-cluye materiales didácticos y otrasactividades para 4.° a 9.° grados (Bravo,Gálvez y Martínez, 1998). Hasta lafecha, el programa citado presta servi-cios a unas 85 escuelas promotoras de lasalud de las zonas urbanas más pobresde 20 ciudades colombianas, con unaparticipación total de cerca de 15.000estudiantes (WHO, 1998 April; BancoMundial y OPS, 1998).

En situaciones como éstas, en lasque ya se ha comenzado a emplear lametodología de adquisición de habili-dades para una vida saludable y lainfraestructura es adecuada para laexpansión del programa, la prevencióndel uso de tabaco o de otras sustanciaspodría incorporarse fácilmente al pro-grama de adquisición de habilidadespara la vida.

38

Los programas de adquisición de habilidades para

una vida saludable no solamente evitan el tabaquis-

mo de los adolescentes sino que tienen el valor

agregado de mejorar las relaciones de los estudian-

tes con los maestros, el rendimiento académico y

las tasas de asistencia a la escuela.

Page 40: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

Para que el enfoque de adquisición dehabilidades para una vida saludablepueda ser incorporado a las actividadesde prevención que forman parte de losprogramas nacionales de educación ode salud, debe haber suficiente volun-tad política para apoyar la iniciativa anivel del país. Los profesionales desalud pública, los educadores y los pro-veedores de servicios sociales están enuna posición singular para defender laadopción de una intervención tanimportante.

MOVILIZACIÓN

DE APOYO

Con el fin de que las intervencionesbasadas en la adquisición de habilida-des para una vida saludable tengan unlugar dentro del currículo escolar, lasautoridades decisorias deben apreciar lacapacidad de la metodología para pro-mover el desarrollo psicosocial de losestudiantes y mejorar el bienestar gene-ral. Las instancias normativas debenentender que al usar el enfoque deadquisición de habilidades para la vidase puede abordar simultáneamente unsinnúmero de problemas que amena-zan la salud y el bienestar de los jóvenes(por ejemplo, conflictos, violencia,tabaquismo y depresión). Este enfoquetambién permite prevenir el uso de sus-tancias al enseñar a los estudiantes lashabilidades para resolver conflictos,

controlar el estrés, tomar decisiones yrechazar las drogas. Al generar el com-promiso político necesario para estimu-lar la adopción de la metodología deadquisición de habilidades para unavida saludable, es preciso dejar en clarola conexión que existe entre esas habili-dades y un mejor estado de salud,madurez e inteligencia emocional. Ade-más, es preciso discutir la eficacia enfunción de los costos y los beneficioseconómicos de ese enfoque.

También se puede conseguir apoyopolítico si se conecta el programa esco-lar de adquisición de habilidades parauna vida saludable con una campaña oprioridad nacional más amplia, como lacampaña nacional de control del tabacoo una iniciativa de desarrollo de losjóvenes de toda una ciudad. La integra-ción a otras iniciativas existentes, juntocon el apoyo de alianzas intersectoriales,puede ayudar a asegurar una comuni-dad más amplia de participantes, mayoratención del público y sostenibilidaddel programa. Al buscar campañasapropiadas y elegir aliados, al traspasarlos límites de los sectores de la salud y laeducación —es decir, de los defensorestradicionales de la prevención del usode sustancias— y vincularse con otrasiniciativas de bienestar social y defensade los derechos del niño, se puede ase-gurar una mayor base de apoyo para lainiciativa de adquisición de habilidadespara una vida saludable.

Obviamente, el sector de saludpuede desempeñar una importante

39

Adopción del enfoque deadquisición de habilidadespara una vida saludable

Page 41: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

función en la defensa de la adopción dela metodología de adquisición de habi-lidades para la vida.

PLANIFICACIÓN

DE PROGRAMAS

DE ADQUISICIÓN DE

HABILIDADES PARA

UNA VIDA SALUDABLE

Un enfoque que asegure la activa parti-cipación de tantos interesados comosea posible puede contribuir al éxito alargo plazo de los programas de pre-vención. Los interesados son personasu organizaciones que podrían benefi-ciarse de su participación en los pro-gramas o de sus resultados provecho-sos. Los interesados en un programaescolar de prevención del uso de sus-tancias pueden ser los jóvenes, lospadres de familia, los maestros, y losadministradores y profesionales de ser-vicios sociales y de salud.

Los interesados que participen en elproceso de planificación deben ayudara definir el problema (sobre todo en loreferente a las “necesidades percibidas”)y hacer comentarios sobre las activida-des planeadas. Además, la participaciónactiva de los maestros y otros profesio-nales puede suministrar la informaciónnecesaria para que los planificadorespuedan diseñar actividades de capacita-ción apropiadas. La participación tem-prana y activa de los interesados no sóloafianza su conexión con el proyecto yasegura un mayor grado de apoyo y compromiso, sino que también haceque los elementos de los programassean más realistas e importantes para lasexperiencias de los participantes duran-te el resto de sus vidas.

Evaluación de necesidades

El primer paso para diseñar un progra-ma de prevención consiste en determi-nar la gravedad del problema con lamayor precisión posible. Esta evalua-

ción del problema, llamada a menudoevaluación de necesidades o análisis desituación, tiene por fin describir especí-ficamente en términos demográficoscuál es el problema, quién se ve afecta-do y por qué.

Aunque los datos en la Región sonescasos, es importante que los planifica-dores del programa examinen todos losdatos secundarios disponibles, inclusola literatura sobre investigación y pro-gramas, que ayude a describir la natura-leza del problema del tabaco. Además,puede ser necesario recolectar datos pri-marios. Este conjunto de informaciónpuede proporcionar la base para deter-minar las tendencias del uso de tabacoy las creencias o clases de actitud rela-cionadas con el mismo.

En una situación ideal, este diagnós-tico debería incluir una descripción detodos los recursos necesarios para resol-ver el problema: recursos financieros yhumanos (por ejemplo, las personasque participan y el personal) y recursosmateriales (por ejemplo, instalaciones,materiales, equipo y suministros). En elanálisis se deben considerar los méto-dos particulares de cada país para di-fundir nuevas ideas, pautas de compor-tamiento y tendencias (IUAC, 1990).

La evaluación de necesidades es uninstrumento útil para señalar las lagu-nas que existen en los servicios y recur-sos, así como las posibles barreras paraatender las necesidades. Asimismo, esaevaluación puede proporcionar a lasautoridades normativas las pruebas par-ticulares que se necesitan en cada paíspara facilitar los cambios de política y laasignación de recursos.

Después de describir la magnituddel problema (es decir, el mayor uso detabaco por los adolescentes), se puedeformular la hipótesis del programa(por ejemplo, “si los adolescentestuvieran las habilidades necesarias pararesistir la influencia social de fumar, sereduciría la prevalencia del tabaquismoen ese grupo”). A continuación, el pro-ceso de evaluación de necesidades debedeterminar el grupo destinatario y lazona de influencia objeto de atencióndel programa.

40

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

Page 42: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

El grupo destinatario y la zona deinfluencia deben indicarse con la mayorprecisión posible. Con el fin de concen-trar la intervención en la reducción delriesgo entre las personas más vulnera-bles, los planificadores deben examinarlos patrones de las características indivi-duales o las condiciones sociales queacarrean el mayor riesgo para los jóve-nes. Las posibles características delpúblico destinatario y de la zona deinfluencia comprenden las siguientes:

• grupo de edad —por ejemplo, preadolescentes o adolescentesmayores—;

• género;

• condiciones socioeconómicas —porejemplo, grado de instrucción, clasesocial, factores económicos—;

• origen étnico —por ejemplo, idio-ma y contexto cultural—;

• grupos especiales de población —por ejemplo, adolescentes emba-razadas o jóvenes sin hogar—;

• zona geográfica —por ejemplo,zonas urbanas, rurales o desfavore-cidas—, y

• lugar —por ejemplo, escuelaspúblicas, escuelas privadas o escue-las al servicio de poblaciones dealto riesgo—.

Este análisis no solamente deberíadefinir quién está más expuesto a riesgoen la zona de influencia, sino tambiénseñalar cuáles de los elementos de ries-go a los que están expuestos esos jóve-nes se pueden modificar. En los últimosaños, el conocimiento de la etiologíadel abuso de sustancias —incluido eluso de tabaco—, ha demostrado que nohay un solo factor que determine elconsumo; obviamente, el uso de tabacodepende de múltiples factores. Estohace más complejo el diseño de los pro-gramas de prevención, ya que se debenabordar varios factores de riesgo modi-ficables al mismo tiempo. La interrela-ción de los factores de protección tam-bién debe evaluarse con cuidado.

Establecimiento de metas

y objetivos

El paso siguiente en el proceso de plani-ficación es la formulación de las metas yobjetivos del programa. Las metas delprograma describen en términos gene-rales los resultados esperados de las acti-vidades, y lo orientan. Por otra parte, losobjetivos describen en términos especí-ficos y mensurables lo que el programaespera lograr, guían el proyecto y ofre-cen indicadores y marcos cronológicosútiles para determinar el adelanto haciael logro de las metas del programa.

Al prestar cuidadosa atención al es-tablecimiento de los objetivos del pro-grama se ayudará a asegurar el éxito dela intervención para la adquisición dehabilidades para una vida saludable. Losobjetivos son los instrumentos funda-mentales que emplearán los superviso-res del programa (en los niveles nacio-nal y regional) y los facilitadores delproyecto (maestros y orientadores en elsalón de clase) para medir el progreso.

Según algunos planificadores desalud (Kettner et al., 1990), los objeti-vos bien redactados tienen varios ele-mentos característicos. El primero esclaridad: es preciso eliminar la jerga o laterminología confusa; cuanto más fácilde entender sean los objetivos, mayores

41

ADOPCIÓN DEL ENFOQUE DE ADQUISICIÓN DE HABILIDADES PARA UNA VIDA SALUDABLE

Fuentes de datos para calculary evaluar las actividades:• encuestas o cuestionarios,• entrevistas,• observación,• grupos focales o foros

comunitarios,• publicaciones médicas y de

programas,• estadísticas vitales,• historias clínicas e informes

escolares, y• exámenes físicos.

Page 43: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

serán sus posibilidades de ser emplea-dos por el personal del programa. Losobjetivos también deben ser mensura-bles y especificar qué resultados se espe-ran y cómo se medirán (por ejemplo,prueba ex post, observación o cuestiona-rio). Deben establecerse por un tiempolimitado, con plazos específicos para ellogro y la medición de los resultados.Además, deben señalar claramentequién es responsable por el logro y lamedición de las actividades escogidas.Por último, es importante que seanrealistas.

La definición del alcance, la secuen-cia y la duración del programa radicaen fijar la fecha de iniciación del pro-

grama (es decir, en qué grado), cuálesson los temas generales que se aborda-rán, cuál debe ser la secuencia de lassesiones del programa (por ejemplo,cuándo se deben programar las sesionesde refuerzo) y durante cuánto tiempo serealizará la intervención (véase en elApéndice B la evaluación de los resul-tados de las diferentes modalidadesempleadas en el método de adquisiciónde habilidades para la vida establecidopor Botvin).

Es importante tener en cuenta cómose incorpora el programa de prevenciónen los programas escolares generales quese están ejecutando. Cuanto mejor inte-grado esté el programa a las iniciativasprogramáticas vigentes, más posibilida-des habrá de que la intervención seaapoyada y se mantenga a largo plazo.

En esta etapa del proceso, se debetomar la decisión de diseñar un progra-ma de adquisición de habilidades parauna vida saludable o de adaptar uno queya existe. Para los programadores queopten por adaptar un programa dispo-nible, la OMS ha publicado variosmateriales básicos que incluyen mues-tras de programas de adquisición dehabilidades para la vida y estudios decasos de países que han creado y adop-tado esos programas (OMS, 1997b). LaOMS recomienda ponderar cuidadosa-mente los costos y el tiempo invertidosen adaptar programas en comparacióncon el tiempo dedicado a crearlos, te-niendo presente cuánto ofrece cada unopara lograr una intervención apropiadaen su aspecto cultural y lingüístico.

Formulación de las

estrategias del programa

Ya sea que se trate de diseñar o de adap-tar las estrategias del programa, la inter-acción es la característica fundamentalde las actividades de adquisición dehabilidades para una vida saludable.Entre los ejemplos de actividades didác-ticas interactivas cabe citar la represen-tación, el debate, la dramatización, lainstrucción en parejas o en grupos

42

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

Para tener éxito verdadero, elprograma de adquisición de habi-lidades para una vida saludabledebe definir claramente su públi-co destinatario e incluir carac-terísticas determinantes como laedad, el sexo, las condicionessocioeconómicas y la etnia.

Page 44: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

pequeños, y las actividades de aprendi-zaje cooperativo (por ejemplo, proyec-tos realizados en equipo).

Las habilidades para una vida salu-dable se enseñan con un enfoque inte-ractivo de resolución de problemas queordena las actividades mediante unaserie de pasos. Primero, los estudiantesseñalan el problema; luego expresan es-pontáneamente todas las posibles solu-ciones. Acto seguido, analizan las ven-tajas e inconvenientes de cada solucióny llegan a un acuerdo sobre la mejorsolución. A continuación, los estudian-tes hacen planes para poner en prácticalas soluciones seleccionadas. A partir deesas habilidades fundamentales de re-solución de problemas y negociación,pueden adquirir habilidades más espe-cíficas, como la de hacer frente a la pre-sión de los compañeros o a la influenciade los medios de comunicación.

Diseño de módulos

de capacitación

La capacitación eficaz reviste esencialimportancia para realizar una interven-ción a cabalidad. En el programa esco-

lar de adquisición de habilidades parauna vida saludable se deben abordar lasnecesidades y los recursos de asistencia

técnica en términos de la orientacióndel programa, la capacitación inicialpara adquirir esas habilidades, el apoyoy la motivación permanentes, y la eva-luación del programa. Ya sea que el ins-tructor escogido para esa intervenciónsea un maestro, un orientador escolar oun facilitador del grupo de compañe-ros, se deben crear oportunidades paraque los facilitadores del programa inte-ractúen con los dirigentes estudiantilesdurante las fases de capacitación yorientación (IUAC, 1990).

Para la evaluación de la capacitación,los planes deben considerar cuidadosa-mente el estilo y los métodos tradicio-nales de enseñanza empleados en losestablecimientos regionales y locales.En algunos países de la Región, donde

43

ADOPCIÓN DEL ENFOQUE DE ADQUISICIÓN DE HABILIDADES PARA UNA VIDA SALUDABLE

Puesto que la amplia evaluación del proyecto de adquisición dehabilidades para una vida saludable ideado por Botvin ha dadoresultados impresionantes, este marco puede ser un excelentemodelo para los planificadores de programas. En el diseño delprograma se incorporan las siguientes metas principales:• promover la capacidad de los estudiantes para resistir la presión

social de fumar;• disminuir la vulnerabilidad de los estudiantes a la presión indi-

recta de la sociedad para que usen tabaco y otras drogas, creando un mayor sentido de autoestima, “dominio de sí mis-mos” y confianza en sí mismos;

• ayudar a los estudiantes a controlar la ansiedad producida porciertas situaciones sociales;

• ampliar los conocimientos de las consecuencias inmediatas deluso de tabaco y alcohol, y

• promover la manifestación de actitudes y creencias negativassobre el uso de tabaco y alcohol.

Botvin, 1979.

Los objetivos del programa de “adquisición de habi-

lidades para una vida saludable” deben fijar plazos

específicos para lograr resultados mensurables.

Page 45: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

se prefieren los métodos didácticos o elaprendizaje “maquinal” o de memoria,los métodos interactivos y aparente-mente no formales que caracterizan laenseñanza para la adquisición de habili-dades para una vida saludable pueden

ser completamente nuevos para losmaestros y orientadores. En ese caso,esos métodos innovadores pueden pare-cer una amenaza para el status quo y losprogramadores deben planificar tenien-do en cuenta esa situación.

La capacitación de los facilitadoresdebe realizarse utilizando métodos basa-dos en la experiencia que, según se hadescubierto, son muy importantes parael éxito de los programas de prevención.El programa de capacitación debe ofre-cer suficiente asistencia para que losfacilitadores adquieran la pericia necesa-ria en la aplicación de métodos que pue-den parecerles poco convencionales uopuestos a los tradicionales. La capacita-ción participatoria o basada en la expe-riencia valoriza los conocimientos prác-ticos y el discernimiento de las personasadiestradas, y crea amplias oportuni-dades de compartir información y prac-ticar nuevas habilidades. Las oportuni-dades de practicar las actividades delprograma pueden servir de instrumentopara adquirir habilidades y, a la vez, paracimentar la confianza en uno mismo.

Los módulos de capacitación debenincluir actividades que permitan que elpersonal que participa logre una acaba-da comprensión del marco teórico yconceptual en que se basa la adquisi-ción de habilidades para una vida salu-dable: los facilitadores necesitan com-prender para que su compromiso con elprograma sea mayor. El dominio subsi-guiente de los métodos del programa yla confianza en sus principios son deci-sivos para que la intervención se consi-dere lograda en su totalidad.

Además de ampliar la competenciade los facilitadores en el uso de esosmétodos didácticos y de la teoría de laadquisición de habilidades para unavida saludable, es posible que la mayo-ría necesite conocer mejor los hechos y temas relativos al uso de sustanciasentre los jóvenes. Para servir como re-curso para sus estudiantes, los facilita-dores deben demostrar una buena com-prensión de los hechos. La capacitaciónen ese campo también ampliará su con-fianza con los estudiantes y su compro-miso de reducir el uso de sustancias.

También se debe dar particular aten-ción a la creación de la capacidad quenecesita el programa para realizar acti-vidades de evaluación de las interven-ciones. Los planificadores deben explo-rar una amplia gama de posibilidadespara abordar este tipo de desarrollo dela capacidad. Por ejemplo, puede serque haya una plantilla básica de evalua-dores capacitados en el ámbito nacio-nal, ya sea adjunta a los ministerios desalud o de educación, a las universida-des o a las organizaciones no guberna-mentales. Si se decide adiestrar facilita-dores locales para realizar actividades deevaluación, es preciso tener especialcuidado en modernizar y simplificar lasactividades de manera que los facilita-dores no se sientan sobrecargados conesas exigencias adicionales.

Elaboración de materiales

La elaboración de materiales para elprograma puede convertirse con fre-cuencia en un aspecto del diseño que

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POR UNA JUVENTUD SIN TABACO44

La adquisición de habilidadespara una vida saludable dependede la interacción: representaciónde papeles, debates, dramatiza-ciones e instrucción en parejas ogrupos pequeños. Los facilita-dores de esas actividades puedenser maestros, orientadores esco-lares o compañeros.

Page 46: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

exige el uso intensivo de recursos debi-do a la cantidad de tiempo, dinero ycompetencia técnica que se necesitanpara elaborar productos de alta calidady eficacia. Los programadores debenexplorar opciones que faciliten el dise-ño de materiales de una forma más efi-caz en función del costo, tales como lassiguientes:

• Conseguir el apoyo de las universi-dades o instituciones de investiga-ción que busquen oportunidadesde capacitación y publicación parasus estudiantes posgraduados oinvestigadores asociados.

• Adaptar los materiales que ya sehan sometido a prueba con grupossimilares al público destinatario, enla medida de lo posible.

Aunque el volumen y la variedad delos materiales de capacitación diferiránsegún las necesidades y los recursoslocales, en muchos programas de pre-vención del uso de sustancias pormedio de adquisición de habilidadespara una vida saludable se ha observadoque se necesitan los siguientes tipos demateriales:

• guías de capacitación que inclu-yan materiales para ejercicios desimulación;

• manual para los instructores coninformación básica, estrategias reco-mendadas y guías de discusión paracada sesión;

• cuadernos de trabajo para los estu-diantes;

• ayudas visuales (videocintas, carte-les y audiocasetes), y

• materiales de evaluación (por ejem-plo, encuestas, guías para entrevis-tas y listas de verificación).

Parte de la experiencia de trabajocon los padres de familia en Colombiaha mostrado que podrían necesitarsecuadernos de trabajo para ellos (Bravo,Gálvez y Martínez, 1998). También seha adquirido cierta experiencia al traba-jar con facilitadores que forman partedel grupo de pares y quizá se necesitentambién guías de capacitación parajóvenes.

Los organizadores de los programastambién pueden optar por elaborar oadaptar material de promoción que,tanto las escuelas como los funcionariosregionales, utilizan para informar a losmedios de comunicación y a la comu-nidad en general sobre sus actividadesde prevención del uso de sustanciasmediante la adquisición de habilidadespara una vida saludable. Esta estrategia

45

ADOPCIÓN DEL ENFOQUE DE ADQUISICIÓN DE HABILIDADES PARA UNA VIDA SALUDABLE 45

El programa de capacitación de facilitadores puede incluir lossiguientes elementos:• fundamentos que justifiquen poner en práctica el método de

adquisición de habilidades para una vida saludable en lasescuelas;

• asignación de autoridad decisoria y de recursos a un coordi-nador de capacitación encargado de planificar, administrar ycoordinar las actividades de capacitación;

• creación de un grupo de capacitación de capacitadores pararealizar el adiestramiento inicial;

• seguimiento regular o capacitación en servicio para abordar lasinquietudes de los facilitadores y proporcionar informaciónactualizada sobre el uso de tabaco y los adelantos hacia ellogro de las metas del programa, y

• evaluación de las actividades de capacitación para determinarel grado de habilidad y de confianza de los participantes.

Adaptado de OMS, junio de 1998.

Page 47: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

educaría al público, conseguiría su apo-yo para las actividades del programa ydaría a conocer el progreso alcanzadoen la reducción del uso de tabaco.

Antes de pasar de la etapa de planifi-cación a la de ejecución, los organiza-dores de los programas deben indicarclaramente las responsabilidades de losinteresados, el personal y las institucio-nes asociadas para llevar a cabo una ges-tión eficaz. El logro de consenso sobre laasignación de responsabilidades es parti-cularmente importante para el éxito deprogramas nacionales de envergaduraen los que participan actores de una ga-ma variada de sectores y organizaciones.

EVALUACIÓN

DE PROGRAMAS DE

ADQUISICIÓN DE

HABILIDADES PARA

UNA VIDA SALUDABLE

Las intervenciones basadas en la adqui-sición de habilidades para la vida y des-tinadas a prevenir el uso de sustanciasdeben evaluarse para asegurar tanto sueficacia y su óptimo funcionamientocomo el efecto general del programa.Los objetivos de la evaluación deben sercuantificables, claros y explícitos, eincorporar datos básicos que describantanto la población destinataria como

los parámetros del problema que fueronidentificados durante la planificacióndel programa escolar. La finalidad de laevaluación es medir el funcionamientoy los resultados del programa en rela-ción con los objetivos establecidos.

La evaluación se debe iniciar alcomienzo de la ejecución del programamediante pruebas piloto de los materia-les recién adoptados. Eso permite deter-minar cómo funciona el programa yqué elementos surten más efecto. Estetipo de evaluación, llamado a menudoevaluación formativa o de proceso, sedebe repetir periódicamente para deter-minar hasta qué punto se están reali-zando las actividades planeadas. Elloofrece una oportunidad de “afinar” lasoperaciones y actividades del programa.También evalúa la aceptación del pro-grama, tanto por parte de los instructo-res como de los estudiantes, y permitedeterminar su grado de participaciónen las actividades planeadas.

La evaluación de los resultados es otrotipo de evaluación del programa quemide sus logros y también puedeincluir una evaluación del efecto gene-ral de la intervención.

Entre los indicadores relacionadoscon el uso de sustancias que podríanevaluarse antes y después de la interven-ción cabe citar los siguientes:

• uso de tabaco,

• edad al comenzar a fumar,

• niveles de cotinina (un metabolitode la nicotina) o de monóxido decarbono,

• intención de fumar, y

• tasas de abandono del hábito.

Otros indicadores “secundarios” des-criben el nivel de conocimientos de losestudiantes sobre los efectos negativosdel tabaquismo, la percepción de laaceptación social del uso de tabaco —olas normas pertinentes— y la concienciacon respecto a la propaganda y la pro-moción del tabaco (es decir, la capacidadde entender cómo difunden la informa-ción los medios de comunicación). Laevaluación debe incluir una secciónabierta donde se puedan describir otrosindicadores de éxito, quizá imprevistos,como la participación de los padres defamilia y la comunidad, la reacción delos medios de comunicación, los cam-bios en la autoestima o la confianza de

46

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO46

Los programas de prevención que no incorporan la

evaluación o que no obran de acuerdo con los ha-

llazgos de la evaluación pueden funcionar sin efi-

ciencia ni eficacia, concentrarse en el grupo erró-

neo, transmitir mensajes confusos o desperdiciar

recursos escasos.

Page 48: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

los participantes, los materiales contra eluso de tabaco o de instrucción a loscompañeros que produjeron los estu-diantes, y la iniciación de programassuplementarios en la comunidad consi-derada en sentido más amplio.

Asimismo, es importante incluirinformación demográfica en los instru-mentos de evaluación empleados. Senecesita este tipo de datos para deter-minar si la intervención es igualmenteeficaz para toda clase de participantes(DHHS, 1993).

El instrumento de evaluación idealincorpora un diseño experimental en elque se comparan grupos de casos y tes-tigos. Los datos descriptivos de ambosgrupos se acopian por medio de unaencuesta previamente probada paraevaluar y comparar la prevalencia deltabaquismo, la edad de iniciación delhábito y los conocimientos, actitudes yprácticas relacionados con el uso detabaco. Sin embargo, el uso de contro-les quizá no sea factible y podría darlugar a cuestionamientos éticos sobre lainequidad en el acceso a los servicios.

También hay limitaciones en cuanto aldiseño de la encuesta (es decir, es impo-sible asegurar la exactitud de la infor-mación autonotificada y es difícil con-trolar la integridad de las respuestas), yel alto nivel de competencia necesariopara diseñar ese instrumento quepodría hacer que su costo fuera prohi-bitivo. No obstante, se dispone de ins-trumentos previamente probados quese pueden adaptar y cuyo uso debefomentarse.

También se pueden acopiar datosprimarios por medio de entrevistas, ob-servaciones o exámenes físicos, como lamedición de las concentraciones de co-tinina de los estudiantes participantes.Los planificadores de programas debenevaluar la precisión, el costo y el tiem-po asociado con cada opción con el finde escoger el mejor método de evalua-ción. Los planificadores deben conside-rar el uso de los instrumentos validadosexistentes y disponibles o asociarse coninstituciones de investigación u otrasorganizaciones con experiencia prácticaen métodos de evaluación.

47

ADOPCIÓN DEL ENFOQUE DE ADQUISICIÓN DE HABILIDADES PARA UNA VIDA SALUDABLE

Las evaluaciones de programas suelen incluir los siguientespasos:1. hacer preguntas sobre el proyecto y determinar los resultados

que deben medirse;2. establecer el marco conceptual o “modelo lógico”;3. establecer normas (o indicadores) de eficacia;4. determinar el grado de medición o el tipo de evaluación nece-

sarios;5. seleccionar o diseñar instrumentos de evaluación;6. seleccionar participantes y realizar ensayos piloto del instru-

mento de prueba y de las series correspondientes;7. revisar los instrumentos, y8. acopiar y analizar datos.

Fink, 1993; DHHS, 1993.

Page 49: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

La experiencia del proyecto “Trazandoel camino” realizado en Costa Rica,ofrece un excelente ejemplo de un pro-grama escolar de adquisición de habili-dades para una vida saludable, cultural-mente apropiado, destinado a prevenirel uso de alcohol y de tabaco entre losjóvenes.

ANTECEDENTES

Las encuestas de demografía realizadasen Costa Rica a mediados del deceniode 1990 revelaron que el consumo dedrogas era uno de los problemas que lapoblación consideraba más graves. En1995, el Instituto de Alcoholismo yFarmacodependencia (IAFA) examinóel uso de sustancias por la poblaciónescolar de adolescentes y determinóque durante el año anterior 51% de losestudiantes habían consumido alcohol,15% habían fumado y menos de 1%habían usado sustancias ilícitas. Si bienel consumo en el momento de laencuesta era mínimo en el séptimogrado, la edad de iniciación del uso desustancias se acercó a 13 años, en pro-medio (Madrigal, Sandi y Ávila, 1998).

Puesto que el Centro Nacional dePrevención de Drogas (CENADRO)ya había asignado prioridad a los pro-gramas orientados hacia los adolescen-

tes, el Ministerio de Educación y elIAFA se unieron al CENADRO parabuscar una solución al problema deluso de sustancias. Comenzaron porexaminar las publicaciones de distintosprogramas de prevención e identifica-ron los clasificados con los mejoresresultados en la evaluación. Se escogiócomo modelo el enfoque del programade adquisición de habilidades para lavida ideado por Botvin y sus colegas enNueva York, por haber demostradoexcelentes resultados a corto y largoplazos. Además, varias escuelas habíanrecibido antes algún adiestramientosobre el método basado en la iniciativade habilidades para la vida promovidopor la OMS. Sin embargo, en ningunode los casos se había abordado la pre-vención específica del uso de tabacopor medio del programa escolar deadquisición de habilidades para unavida saludable.

El personal de las tres institucionesasociadas supervisó la elaboración delproyecto “Trazando el camino”, unapropuesta para ejecutar un programanacional de prevención del uso de sus-tancias basado en la enseñanza de habi-lidades para una vida saludable. El pro-grama se adaptó a partir del manual decapacitación de Botvin sobre ese tema eincluye casi todos los componentes delprograma. Se hizo todo lo posible poradaptarlo a la realidad de Costa Rica.

49

Trazando el camino”:la experiencia de Costa Rica

Page 50: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

El programa escolar de prevención“Trazando el camino” tiene cinco com-ponentes principales:

1. Un componente cognoscitivo desti-nado a proporcionar informaciónsobre las consecuencias a cortoplazo del tabaquismo, las tasas deprevalencia, la aceptabilidad socialdel tabaquismo en el momento derealizar el programa y la naturalezaadictiva del hábito de fumar;

2. Un componente de toma de deci-siones destinado a facilitar el juiciocrítico y la adopción independien-te de decisiones;

3. Un componente de manejo delestrés que ayuda a los estudiantes aadquirir aptitudes para enfrentaracertadamente las situaciones deansiedad y la presión de los pares;

4. Un componente de comunicacióndestinado a enseñar las habilidadessociales y de afirmación personal,mediante técnicas específicas parano dejarse influir por personas queincitan a fumar;

5. Un componente de cambio de com-portamiento autodirigido cuyo fines facilitar la autosuperación, laautoestima y un sentido de controlpersonal.

La iniciativa también promueve larealización de actividades orientadashacia el abandono del hábito de fumaren las escuelas. Ese componente seagregó para abordar las necesidades delos adolescentes que ya son fumadoresadictos. Se ha demostrado que el aban-

dono del hábito de fumar reducemucho el riesgo de enfermedades cau-sadas por el tabaco y puede prevenirmuchas defunciones prematuras. Ade-más, varios estudios indicaron quemenos de 3% de las personas que de-sean dejar de fumar logran hacerlo ymantienen el abandono del hábito sinayuda (Hughes, Gulliver, Fenwick etal., 1992).

En la iniciativa, basada en la políticavigente sobre escuelas sin tabaco, tam-bién se reconoce la necesidad de mante-ner esos locales como ambientes libresde humo de tabaco. El cumplimientode las reglas de no fumar en los localesescolares reduce la aceptabilidad socialdel tabaquismo y es absolutamentenecesaria para la plena ejecución de unprograma escolar de prevención del usode tabaco.

PROCESO

DE PLANIFICACIÓN

Y EJECUCIÓN

Los planificadores decidieron concen-trar su iniciativa nacional en los estu-diantes de séptimo grado de las escuelaspúblicas y privadas. Sin embargo, seprepararon materiales para ampliar elprograma con el fin de llegar también alos estudiantes de 8.° y 9.° grados.

La primera fase del proyecto com-prendió: 1) lograr consenso sobre loscriterios para establecer el programa; 2)preparar los materiales: videocintas yaudiocasetes, cuadernos de trabajo paralos estudiantes, guías para los maestrosy rotafolios (véase en el Apéndice A unadescripción de los materiales), y 3) pla-nificar la evaluación del programa.

La segunda fase consistió en el ensa-yo piloto del programa y de la metodo-logía en 13 escuelas públicas y privadas.Varios especialistas del IAFA, el CENA-DRO y el Ministerio de Educaciónayudaron a monitorear los programaspiloto y a finalizar el programa.

Durante la tercera fase se planifica-ron y ejecutaron las actividades de for-

50

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

El proyecto “Trazando el camino” se destina a

proveer a los estudiantes de la fuerza de voluntad

necesaria para rechazar el tabaco, con el fin de pre-

venir el uso de sustancias, demorar la edad en que

comienzan a usarse y reducir el número de jóvenes

usuarios de sustancias similares al tabaco.

Page 51: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

mación de maestros en el ámbito nacio-nal. La capacitación se hizo por etapas:primero, el IAFA, el CENADRO y elMinisterio de Educación organizaronun taller de orientación para los aseso-res técnicos y supervisores regionales. Acontinuación, ellos dirigieron la capaci-tación y orientación de los instructoresescolares.

Durante esa etapa, el personal delprograma nacional también realizó unaencuesta básica aleatoria en todo el país.Para determinar los conocimientos, cre-encias, actitudes y comportamientos delos estudiantes con respecto al tabaquis-mo, una muestra de 2.600 estudiantescompletó un extenso formulario deencuesta con preguntas sobre la familia,el medio social y las características per-sonales. Los resultados de la encuesta seusaron para obtener estadísticas básicase información para perfeccionar losobjetivos del programa.

La cuarta fase marcó la ejecución delprograma en todo el país, que comenzóen 1999 al iniciarse el año escolar. En laactualidad, la intervención “Trazando elcamino” se ha llevado a cabo en más de95% de las escuelas secundarias públicasde todo el país. Esas escuelas ejecutan elprograma una vez por semana durante lahora destinada a “orientación” que, an-tes de la intervención, no tenía ningúncomponente curricular estructurado.

FORMACIÓN

DE MAESTROS

La formación de maestros incluyó, enprimer lugar, la capacitación de los ase-

sores regionales que trabajan para elMinisterio de Educación y se encargande supervisar las escuelas por región.

Su capacitación comprendió untaller de una semana patrocinado por elMinisterio de Educación, el CENA-DRO y el IAFA, con apoyo de la OPS.El taller, de naturaleza muy interactiva,permitió que los asesores regionalespracticaran sus nuevas habilidades. Ensegundo lugar, los asesores regionalesadiestraron a los orientadores escolaresde su región, también con metodologíainteractiva. A su vez, los orientadoresadiestraron a los maestros guía en suspropias escuelas. La duración del adies-tramiento de los maestros guía depen-dió del tiempo asignado por el directorde cada escuela para fines de capaci-tación. En la mayoría de los casos serealizó un taller de dos días. Los maes-tros guía de las escuelas privadas fueronadiestrados por personal del IAFA.

EVALUACIÓN DEL

PROYECTO “TRAZANDO

EL CAMINO”

Evaluación del proceso

Los organizadores del proyecto “Tra-zando el camino” diseñaron instrumen-tos de evaluación para determinar losdiferentes campos de interés.

Capacitación. Se llevaron registrosde todos los maestros participantes enlas sesiones de capacitación.

Poco después de terminadas lassesiones de capacitación, los superviso-

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“TRAZANDO EL CAMINO”: LA EXPERIENCIA DE COSTA RICA

Muestra de niños de 7.° grado en Costa Rica

Muestra de niños de 8.° grado en Costa Rica

Marzo de 1999 Año lectivo Noviembre de 1999

O1 X O2

O2

Diseño del proyecto

Grupo experimental

Grupo testigo

El uso de materiales variados decomunicación, como videocintas yaudiocasetes, cuadernos de tra-bajo para los estudiantes, guíaspara los maestros y rotafolios, fueindispensable para el éxito de“Trazando el camino”.

Page 52: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

res regionales y escolares y los maestrosde cada escuela llenaron un formulariode encuesta preparado por personal delMinisterio de Educación. Esa encuestatuvo por fin determinar la idoneidad dela capacitación, incluso la duración, elcontenido y la acogida. Durante el mesde agosto, el CENADRO distribuyó unformulario de encuesta a una muestrade escuelas para evaluar la ejecución delprograma. En la encuesta se preguntótambién si el adiestramiento había sidoadecuado. El IAFA realizará una en-cuesta al final del año lectivo en la quese preguntará si las sesiones de adiestra-miento fueron adecuadas y si los maes-tros cumplieron con lo indicado en lasmismas.

Ejecución. Durante el año escolar, elpersonal del Ministerio de Educaciónenvió formularios de encuestas periódi-cas a las escuelas para vigilar la ejecucióndel programa. Se ha hecho lo posiblepor comunicarse con los supervisoresregionales y determinar si algún obs-táculo administrativo impidió la plenaejecución del proyecto.

Se ha entrado en contacto con losmaestros de escuela para confirmar elgrado de ejecución del programa en elsalón de clase (por ejemplo, el númerode horas dedicadas a cada asignatura yel uso de todos los materiales).

Independientemente del Ministeriode Educación, el CENADRO realizóuna encuesta en una muestra de escue-las para determinar el cumplimientocon la ejecución del programa. Laencuesta incluyó preguntas sobre la dis-ponibilidad y el uso adecuado de mate-riales, y el número de horas dedicadas alprograma. Se hizo una pregunta abiertapara identificar cualquier obstáculo queimpida una ejecución adecuada.

Aceptación. Las encuestas delCENADRO y el Ministerio de Educa-ción incluyeron preguntas sobre la re-cepción de la iniciativa. Por ejemplo, enel formulario de encuesta se preguntó siel programa escolar se había adaptadobien a la cultura local. Otras preguntasfueron las siguientes: ¿los facilitadoresdisfrutaron de la dirección del progra-

ma?; ¿los estudiantes disfrutaron delprograma?; ¿los estudiantes se adapta-ron bien a la metodología participato-ria?; ¿los padres de los estudiantes acep-taron la ejecución de un programa deesa naturaleza?

Evaluación de los

resultados

Se empleó una muestra de 2.600 estu-diantes, que llenaron un formulario deencuesta básica al comienzo del año lec-tivo y otro al final del mismo. Al prin-cipio del año lectivo, se hizo una revi-sión del instrumento empleado que serepitió al finalizar el primer año delprograma. Ese instrumento tiene porfin determinar los cambios en los cono-cimientos, actitudes, creencias y com-portamientos de los estudiantes y medirla reducción del uso de tabaco y deotras sustancias en la población engeneral. En la actualidad, se realiza elacopio y análisis de todos los datos deevaluación en forma agregada, puestoque las medidas básicas empleadas parafines de comparación se recolectaron deesa manera. Se ha recomendado que, siel programa continúa, en el futuro seregistren los datos individualmente.También es importante señalar que enlos años subsiguientes se evaluará laposibilidad de reducir la edad en la cualcomienza el tabaquismo.

También se entrevistó a una muestrade facilitadores locales antes delcomienzo del año lectivo con el fin detener información básica sobre el con-sumo de tabaco y otras sustancias porparte de los maestros. No es sorpren-dente que muchos facilitadores sehayan negado a llenar el formulario deencuesta. Sin embargo, el plan consisteen hacer preguntas similares a la mismamuestra al final del programa. Se haformulado la hipótesis de que puedehaber una cierta relación entre la acti-tud del facilitador con respecto al usode sustancias y los cambios de actitudde sus estudiantes.

52

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

Page 53: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

El formulario de encuesta llenadopor los propios estudiantes intentó res-ponder a las siguientes preguntas:

• ¿Los estudiantes demostraron lashabilidades recién adquiridas comoresultado del programa?

• ¿Esas habilidades hicieron que dis-minuyera el uso de sustancias?

• ¿Hay un cambio en los conoci-mientos de los estudiantes?

• ¿Cambiaron las actitudes y lascreencias de los estudiantes?

• ¿Se redujo el número de estudian-tes que intentan usar sustancias?

• ¿Aumentó el número de estudian-tes que desean dejar de fumar?

• ¿Se produjeron otros cambios?

• ¿Mejoraron las relaciones entre losmaestros y los estudiantes o entreestos últimos?

• ¿Se vio afectada la tasa de desercióno de rendimiento académico?

Una encuesta que se proyecta reali-zar a comienzos del año 2001 permitirádeterminar si los cambios de comporta-miento persisten después de finalizar elprograma.

En general, los resultados preliminaresde la evaluación del proceso del proyectorevelan un alto grado de aceptación delprograma por los participantes y facili-tadores. También se han descubiertociertos obstáculos o limitaciones señala-dos por los facilitadores del programa,tales como los siguientes:

• Algunos facilitadores no tuvierontiempo suficiente.

• Se necesitó más de una sesión portema para desarrollar el programa.

• Algunos facilitadores sintieron queno entendían bien los antecedentesdel problema del uso de sustanciasy, por tanto, no podían recibir nicontestar debidamente las pregun-tas de los estudiantes ni eran unbuen recurso sobre el tema.

• No fue posible emplear continua-mente los materiales en videocintasy audiocasetes porque a menudo secarecía del equipo necesario.

• Algunas escuelas no recibierontodos los materiales necesarios parala plena ejecución del programa.

• Para algunos facilitadores fue difí-cil usar métodos participativos enclases de 35 estudiantes o más.

• En algunos casos, los estudiantesestaban siempre ausentes durantela hora de “orientación” empleadapara las sesiones de “Trazando elcamino”.

• En muchos casos, no se informó alos padres con respecto al programa.

Otros elementos también podríaninhibir la ejecución plena del progra-ma. Primero, parece haber cierta inco-herencia en el desempeño de los facili-tadores del proyecto encargados de laejecución local. Eso no es raro; eninvestigaciones anteriores se ha demos-trado que algunos programas escolaresde prevención similares no siempre sonejecutados de manera uniforme por losmaestros participantes (Botvin G et al.,1995). Además, la evaluación del pro-ceso reveló que era preciso modificar laprueba preliminar porque era demasia-do larga y a menudo los estudiantes nopodían terminarla. Por último, algunasescuelas se quejaron de una participa-ción baja por la falta de motivación delos estudiantes que creen que el abusode sustancias no es un problema.

Una razón de la incoherencia de laejecución podría guardar relación conla selección de facilitadores. Se ha for-mulado la hipótesis de que los facilita-dores con conocimientos de humani-dades o de salud pueden tener másmotivación que los maestros de cienciaso matemáticas. Por desgracia, la selec-ción de facilitadores para el proyecto“Trazando el camino” no se basa enantecedentes pedagógicos, ni siquieraen el interés de los maestros; los maes-tros seleccionados como facilitadores

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“TRAZANDO EL CAMINO”: LA EXPERIENCIA DE COSTA RICA

Page 54: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

son sencillamente quienes necesitanagregar una hora de instrucción a suprograma de enseñanza para completaruna semana laboral de 40 horas.

El análisis preliminar indica que laejecución podría uniformarse más al for-talecer la capacitación constante y elapoyo brindado a los facilitadores regio-nales y locales. En ese sentido, quizáconvenga revisar el manual del instruc-tor para incluir más información básicasobre el problema del uso de sustancias,de manera que los facilitadores sientanmás confianza con respecto al tema.

También hay que volver a considerarla utilidad del uso de videocintas oaudiocasetes para transmitir informa-ción sobre el programa. Muchas escue-las carentes de recursos sencillamenteno tienen el equipo necesario para usaresas ayudas audiovisuales. Es precisorevisar las sesiones que requieren el usode un audiocasete para asegurar unamejor ejecución. Un uso más prácticode los recursos del programa podría seraumentar el tamaño y la cantidad de loscarteles empleados en grandes salonesde clase.

La ejecución también podría fortale-cerse enseñando al personal de las tresinstituciones asociadas a observar pe-riódicamente la capacitación y la ejecu-ción en la esfera local y a evaluar la adherencia al protocolo de los pro-gramas. Una consultoría permanenteprovista por el personal nacional delproyecto también podría remediar elproblema apoyando mejor a los maes-tros cuando encuentren barreras para laejecución de los programas, como losde la baja participación estudiantil.

El análisis de los resultados de la eva-luación también indica que la credibili-dad del programa debe fortalecerse antelos estudiantes, facilitadores y padres defamilia. Con el fin de contrarrestar elescaso grado de motivación o participa-

ción, es importante reforzar las activida-des de “Trazando el camino” como partede una campaña nacional para reducir elabuso de sustancias entre los jóvenes.Los esfuerzos en materia de publicidaddeben ser encabezados por las tres insti-tuciones que dirigen el programa. Unamejor promoción y comunicación delos resultados del programa conducirá auna mayor aceptación y a la plena parti-cipación de todos los interesados.

Si bien las asociaciones ofrecen unaexcelente combinación de recursos, compe-tencia y apoyo amplio a los programas deprevención, es importante reconocer lasdificultades inherentes a la administra-ción compartida de tales programasentre las instituciones colaboradoras. ElIAFA, el CENADRO y el personal delMinisterio de Educación que trabaja en “Trazando el camino” han logradomucho mediante esa colaboración ysiguen adoptando estrategias paramejorar la ejecución de los programas.Por ejemplo, puesto que el personalencargado de establecer el programarepresenta a tres instituciones distintas,se determinó que cada institución debíaocuparse de un componente separadode la evaluación del proceso. Además,varios representantes de las institucio-nes han observado que las reunionesregulares donde se comparten los resul-tados de la evaluación y otra informa-ción son de esencial importancia paraevitar la duplicación de esfuerzos.

Un análisis más amplio de las eva-luaciones presentes y futuras del pro-grama “Trazando el camino” propor-cionará orientación para su continuoperfeccionamiento. Se espera que esteprograma de prevención del uso detabaco basado en la adquisición dehabilidades para una vida saludable seconvierta en un componente perma-nente del programa nacional de educa-ción en Costa Rica.

54

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO54

Page 55: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

Evaluación de la capacitación

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LECCIONES APRENDIDAS PARA

MEJORAR LA EJECUCIÓN

• Las escuelas necesitan estar listas para incorporar los nuevosprogramas con facilidad.

• Los directores y maestros deben estar convencidos de que eluso de sustancias es un tema importante.

• Los maestros deben ofrecerse como voluntarios para enseñar elprograma.

• Los maestros deben recibir adiestramiento adecuado y sufi-ciente.

• Los maestros deben seleccionarse por su compromiso y sensi-bilidad.

• Todos los maestros de la escuela deben estar al tanto del pro-grama.

• Debe haber una buena relación entre el Ministerio de Salud y elde Educación.

• La ejecución debe ser progresiva.

Marzo de 1999 Agosto de 1999 Noviembre de 1999

Proceso de evaluación

Ministerio de Educación

IAFA

CENADRO

Vigilancia de la ejecución cada dos meses enlos niveles regional y escolar

Examen preliminar de estudiantes ymaestros

Examen final de estu-diantes y maestros

Evaluación de laejecución

Evaluación de lacapacitación de losmaestros

“TRAZANDO EL CAMINO”: LA EXPERIENCIA DE COSTA RICA

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60

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

Page 60: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

Paquete didáctico

• una videocinta y un audiocasete introductorios de 8 minutos de duración,

• un cuaderno de trabajo para el estudiante,

• una guía para el maestro y

• rotafolios para el salón de clase.

Cuaderno de trabajo para el estudiante

El cuaderno de trabajo contiene actividades organizadas por sesión:

Sesión No. 1: Análisis de las expectativas de los estudiantes

Sesión No. 2: Comparación de las experiencias vividas en la escuela primaria ysecundaria

Sesión No. 3: Identificación de características favorables y desfavorables

Sesión No. 4: Estudio de casos sobre toma de decisiones

Sesión No. 5: Análisis de las prácticas de toma de decisiones

Sesión No. 6: Influencia de la publicidad

Sesión No. 7: Manejo del estrés

Sesión No. 8: Caracterización de los miembros de la familia

Sesión No. 9: Encuesta de opinión sobre el tabaquismo

Sesión No. 10: Consecuencias monetarias del consumo de cigarrillos

Sesión No. 11: Derechos de los no fumadores

Sesión No. 12: Mitos relacionados con el alcohol

Sesión No. 13: Revisión de habilidades

Sesión No. 14: Declaración de creencias

Sesión No. 15: Elaboración de un programa de prevención

Guía para el instructor

La guía para el instructor contiene una carta de respaldo del Presidente de CostaRica, una breve explicación de la base teórica del programa, los resultados espe-rados y las estrategias para realizar las actividades de cada sesión.

61

Apéndice A:

Materiales empleados en el Programa

Trazando el camino” en Costa Rica“

Page 61: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

62

POR UNA JUVENTUD SIN TABACO

62

Botvin, Eng y

Williams, (1980)

Nueva York,

2 escuelas

suburbanas

de clase media

281 estudiantes de 8.°,

9.° y 10.° grados;

121 en el grupo someti-

do a intervención y

160 en el grupo testigo

A O1 X O2

C O1 O2

Sin medida

objetiva

X: 10 sesiones (una vez por

semana)

“proyecto de autosuperación”

Servicios de un especalista

externo

Tabaco

Botvin y Eng,

(1982)

Nueva York,

2 escuelas subur-

banas de clases

media y alta,

>90% de estu-

diantes blancos

426 estudiantes de 7.°

grado;

357 terminaron la

intervención

A O1 X O2 O3

B O1 O2 O3

0m 3m 1 año

Muestras de saliva

X: 12 sesiones (una vez por

semana)

A cargo de parejas del grupo

de pares que tuvieron 4 horas

de adiestramiento y 1 hora de

información por semana.

Tabaco

Botvin GJ et al.,

(1983)

Nueva York,

7 escuelas subur-

banas de clases

media y alta,

91% de estu-

diantes blancos

902 estudiantes de 7.°

grado

A O1 X O2 O3

B O1 X O2 O3

D O1 X O2 b O3

C O1 O2 O3

0m 4m 16m

Muestras de saliva

X: 15 sesiones

b: 8 sesiones de refuerzo

Ejecución por maestros

A: 1 sesión por semana

B: Cursillo intensivo =

Sesiones diarias durante un mes

D: Cursillo más 8 semanas de

sesiones de refuerzo

C: grupo testigo = ninguna

intervención

Tabaco

Botvin T,

Dusenbury,

Baker, James-

Ortiz y Kerner

(1989)

Nueva York,

8 escuelas

urbanas,

>70% de estu-

diantes hispanos

471 estudiantes de 7.°

grado

2A: O X O (156)

2B: O X O (99)

4C: O O

3,5m

Muestras del aliento

15 sesiones

A ejecución máxima

B: ejecución mínima por mae-

stros

Tabaco

Fuente Lugar No. de estudiantes Diseño Contenido

Reducción de 58% de la

incidencia; mayores

conocimientos

Al cabo de 1 año: reduc-

ción de 25% del número

de no fumadores en el

grupo experimental

A: tasa de iniciación 4%,

C: tasa de iniciación 16%

Reducción general de

75% de la incidencia;

mayores conocimientos

Al año de seguimiento

El cursillo intensivo redu-

jo 50% las posibilidades

de comenzar a fumar el

primer año y 55% el

segundo

Se redujo 87% la posibili-

dad de comenzar a fumar

en el 2° año con

sesiones de refuerzo

El nivel de ejecución está

relacionado con la efica-

cia de la intervención; los

maestros del grupo de

sesiones de ejecución

máxima eran más

jóvenes y menos exper-

tos y declararon que se

sentían mejor preparados

que los maestros del

grupo de sesiones de

ejecución mínima

Resultados

Apéndice B:

Adquisición de habilidades para una vida saludable

Resumen de algunos resultados de la evaluación

Page 62: Por una juventud sin tobaco: Adquisicion de habilidades para vida saludable   Spanish

63

APÉNDICES

Botvin, G.,

Baker, Filazolla y

Botvin, E. (1990)

Nueva York,

10 escuelas

suburbanas

de clase media,

80% de estu-

diantes blancos

Año 1: 1311 de 7.°

grado

Año 2: 1185 de 8.°

grado

Año 3 (seguimiento de

1 año): 998 ó 76% de la

muestra inicial

A O1 X O2 O3

B O1 X O2 b O3

D O1 X O2 O3

E O1 X O2 b O3

C O1 O2 O3

4m 1 año

Muestras de saliva

X: 20 sesiones en 7.° grado

b: 10 sesiones en 8.° grado

A: ejecución por estudiantes

mayores (4 h de capacitación);

sin sesiones de refuerzo

B: ejecución por estudiantes

mayores (4 h de capacitación)

con sesiones de refuerzo en

8.° grado

D: ejecución por maestros (un

día de capacitación); sin

sesiones de refuerzo

E: ejecución por maestros (un

día de capacitación) con

sesiones de refuerzo

C: grupo testigo = ninguna

intervención

Tabaco, alcohol, marihuana

Botvin GJ et al.,

(1995)

Nueva York,

56 escuelas

públicas de clase

media, casi

todos estu-

diantes blancos

5.954 de 7.° grado en

1985

Seguimiento de seis

años: 3.597 estudiantes

en 1991 (60% de la

muestra original)

A O1 X1 X2 X3 O2

B O1 X1 X2 X3 O2

C O1 O2

Muestras con CO en el

aliento

X1: 15 sesiones en 7.° grado

X2: 10 sesiones en 8.° grado

X3: 5 sesiones en 9.° grado

Ejecución por maestros

A: los maestros asistieron a

un taller de un día; se les

hizo comentarios sobre la

ejecución

B: se adiestró a los maestros

con una videocinta de 2 horas

(no se les hizo comentarios)

Tabaco, alcohol, marihuana

Al año de seguimiento:

Sesiones dirigidas por

pares

el tabaquismo semanal

se redujo 79% y el diario

82%; el uso de marihua-

na disminuyó 69%

Sesiones dirigidas por

maestros

el tabaquismo semanal

se redujo 44% y el diario

50% entre las mujeres

Seguimiento a largo

plazo:

En el grupo de interven-

ción, el tabaquismo men-

sual se redujo 15% y el

semanal 27%. Ese grupo

registró también una

reducción de 25% en el

uso intenso de tabaco

(≥ 1 cajetilla diaria) y de

66% en el uso de múlti-

ples sustancias

Fuente Lugar No. de estudiantes Díseño Contenido Resultados

Apéndice B, cont.:

Adquisición de habilidades para una vida saludable

Resumen de algunos resultados de la evaluación


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