Retícula es un término que puede
emplearse en diferentes contextos. En su sentido más amplio, puede definirse como una estructura bidimensional que permite organizar ciertos elementos o contenidos.
La retícula como
herramienta para el diseño
surgió en la antigüedad. Los pintores, los escultores y los arquitectos tomaban como base el llamado número áureo para mantener las
proporciones y la armonía. De esta forma, apelando
a líneas perpendiculares y paralelas, trazaban una retícula que guiaba el desarrollo posterior de la obra
En la actualidad las retículas se emplean en el diseño gráfico y el diseño web para estructurar los contenidos.
Más allá de que constituyen un soporte para la creación, por lo general no se toman como un límite
preciso, o sea que pueden ser trascendidas por el artista.
En el ámbito del diseño, el uso de una retícula es
muy necesario para establecer las bases de una obra antes de comenzar con los detalles.
Se trata de un concepto muy amplio y versátil, el aspecto de la
retícula puede ser también muy variado: dependiendo de las necesidades y características de cada caso, puede tratarse de un gran rectángulo dividido en “celdas”, o de varios cuadrados de diferentes tamaños distribuidos a lo largo del espacio de trabajo, etcétera.