Procesos de renovación urbana en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires. San Telmo y La Boca María Carla Rodríguez y Adriana Redondo1 Introducción La multiplicidad de imágenes posibles de la ciudad de Buenos Aires probablemente
puedan reducirse a dos que resultan paradigmáticas: la del puente transbordador de
1912, que sirve de marco al Riachuelo sobre una de cuyas márgenes se levantan
multicolores viviendas de chapa acanalada y la de una feria de antigüedades en una
plaza con carteles fileteados... La Boca y San Telmo... Dos barrios contiguos del sur
de la ciudad, ligados fuertemente a su primera fundación y al asentamiento de los
inmigrantes que encontraron en la actividad portuaria el vínculo con sus países de
origen.
¿Por qué estudiar la zona sur de la ciudad de Buenos Aires?
Desde hace aproximadamente una década, la zona sur de la ciudad aparece presente
regularmente en el discurso de los actores políticos que, a partir de la creciente
diferenciación en cuanto al acceso a bienes sociales, su heterogeneidad y
fundamentalmente por su identificación como potenciales enclaves turísticos
privilegiados para la inversión privada, establecen una línea demarcatoria entre el
Norte y el Sur y hacen objeto de declamación de sus políticas a ésta última. Ello va
acompañado de la concreción de obras públicas como las defensas costeras en el
Riachuelo, como parte de un conjunto de transformaciones mayores que incluyen
intervenciones a lo largo de toda la extensión de la ribera de la ciudad.
1Las autoras son investigadoras del Area de Estudios Urbanos del Instituto Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Los datos que se presentan surgen de los proyectos de investigación: 1Las autoras son investigadoras del Area de Estudios Urbanos del Instituto Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Los datos que se presentan surgen de los proyectos de investigación: “Proyecto de Subsidio UBACYT para Investigadores Jóvenes/ 2000 “Tramas de organizaciones sociales y gobierno local: identidades y relaciones en el contexto de procesos de renovacion urbana”, dirigido por María Carla Rodríguez y “Procesos de renovación urbana: el caso de La Boca”, dirigido por la Dra. Hilda Herzer en el marco del Programa de Subsidios a la investigación UBACyT, programación 1998-
En esta ponencia, consideramos dos de los barrios más céntricos de la zona sur: San
Telmo y La Boca, que presentan orígenes diferenciados y puntos de partida disímiles
para los respectivos procesos de renovación.
La mirada sobre estos barrios, desde la perspectiva de la renovación, nos permite
identificar, por un lado, en La Boca, algunos elementos que delimitan los inicios de un
posible proceso de renovación que podría conducir a la sustitución de un sector social
del barrio por otro de mayores ingresos (estas condiciones iniciales se ligan a la
modificación en el valor del suelo, la rehabilitación arquitectónica de algunos
inmuebles, la intensificación de la intervención del gobierno de la ciudad en el área
turística, desplazamientos individuales y crecimiento en el barrio del área de servicios).
En San Telmo, el inicio del proceso puede rastrearse desde algunas décadas atrás y
se vincula con su inclusión en un encuadre normativo de preservación patrimonial, se
ha plasmado en la progresiva rehabilitación de un área del barrio-su corazón histórico
y turístico- que incluye aspectos infraestructurales (como iluminación y calzadas), la
habilitación y extensión de circuitos turísticos peatonales, la progresiva expansión de
usos ligados a la "city"2, desde el sur del barrio, desplazamientos a escala acotada y
que, hasta el momento- no ha supuesto tampoco desplazamientos masivos de un
sector social.
En este sentido, la comparación de los procesos nos acerca a las consideraciones
establecidas por otros autores (Beauregard:1990), donde se destaca que el concepto
de gentrification comprende una variedad de condiciones iniciales, participantes,
productos y procesos que, específicamente, tendrían que ligarse con la producción de
una teoría más general del cambio barrial. Lejos de existir una dinámica simple y única
2000. Dirección postal: Uriburu 950, piso 6, of. 16. (1122) Capital Federal, Argentina. [email protected] ; [email protected] 2 Centro administrativo y financiero de la ciudad.
de transformación - la gentrification- pueden rastrearse una diversidad de procesos
que están por detrás del análisis de distintos casos. Aún los procesos de reinversión-
en el plano económico-, involucran algo más complejo que el mejoramiento (o
revitalización) y la automática sustitución de un sector social por otro... ¿cómo
denominaremos a procesos de renovación urbana que se prolongan a lo largo de
décadas y donde la gentrification no se produce de manera concluyente?
En esta ponencia nos planteamos hacer un interjuego en el análisis de estos dos
barrios, identificando en ambos casos la relación entre procesos o fuerzas
estructurales que intervienen y las dinámicas particulares a nivel barrial. Para ello,
intentaremos dar respuesta a ciertos interrogantes: ¿Cuáles son los puntos de partida
de estos procesos? ¿cuáles son las semejanzas y disimilitudes de la renovación en
cada caso? ¿Son procesos que avanzan paralelamente o encuentran puntos de
confluencia? ¿cómo incorpora el gobierno de la ciudad a estos barrios en su política
hacia la zona Sur? ¿existen percepciones diferenciadas entre miembros de
organizaciones sociales locales (la comunidad) respecto a los procesos que se están
desarrollando en cada caso?
Contexto: transformaciones en la zona sur de la ciudad.
Debido al tamaño de su población, Buenos Aires metropolitana puede ser considerada
entre las veinte primeras mayores ciudades del mundo. A pesar de que ocupa menos
del 1% del territorio total del país, alrededor de un tercio de la población argentina
reside en la ciudad y su área metropolitana. Como David Keeling declara en su
detallado estudio “Cuando uno toma en cuenta que Argentina tiene una extensión
continental de 2,8 millones de kilómetros cuadrados, Buenos Aires representa una
espeluznante concentración de humanidad en una ciudad”. (Keeling 1996:2). La
superficie de la ciudad de Buenos Aires propiamente dicha, se calcula en 200
kilómetros cuadrados que albergan a 3 millones de residentes, mientras que el área
suburbana cuenta con 3.700 kilómetros cuadrados, divididos en 25 municipios con una
población total de 8 millones de personas.
Fundada por los españoles en el siglo XVI, mucho antes de la creación del estado
argentino, Buenos Aires se desarrolló como centro comercial y administrativo, debido a
su ubicación sobre la costa del Río de la Plata, que la vuelve un puerto natural. En
1880, después de la constitución del “estado-nación”, la ciudad fue designada capital
de Argentina y declarada un “Distrito Federal”, administrado directamente por el
gobierno nacional. Este status se mantiene hasta el año 1996, en que se tansforma en
ciudad autónoma, al sancionarse su propia constitución.
En la década del ´90, en el contexto de liberalización de la economía y despliegue de
las tendencias de globalización, Buenos Aires experimenta una transformación
significativa de su paisaje urbano a través de la urbanización de su ribera, del norte al
sur y, fundamentalmente, de la ampliación de su área central mediante la
incorporación de suelo urbano - a través del desarrollo y modificación funcional de
áreas e infraestructura urbanas decaídas o subutilizadas- que será destinado a nuevos
usos comerciales, de servicios y habitacionales que, al menos en esta fase inicial,
involucran a sectores de altos ingresos, tanto por el desarrollo de las obras, como por
los usos que les son asignados. Otros emprendimientos como el florecimiento de
shopping centers ubicados en viejos mercados restaurados y la construcción de un
sistema de autopistas que facilita la comunicación entre la “city” y los barrios
suburbanos, generando ostensibles mejoras en las comunicaciones, son expresiones
de las tendencias de inversión en los primeros ´90.
La acción gubernamental, de nivel nacional y local, acompaña este proceso: en el
caso del Gobierno Nacional, con la puesta en disposición, a muy bajos costos, de
tierras fiscales nacionales para su valorización a través de la creación de la
Corporación Puerto Madero a comienzos de los ´90. En el caso del Gobierno de la
Ciudad mediante la inversión en obras de infraestructura- fundamentalmente la
realización de las obras de defensa costera en el barrio de La Boca y otras
inversiones que, para el año 1999 se traducían en que “cada 100 $ de las arcas
públicas que se invierten en el norte, 130$ se aplican al Sur”, expresando la consigna
gubernamental de “incorporar el sur al norte".
De este modo, los gobiernos nacionales y municipales juegan un papel relevante
como gestores de las condiciones necesarias, aunque no suficientes, para el
surgimiento de transformaciones económicas, sociales y ambientales en áreas
degradadas de la ciudad, reforzando la centralidad de la ciudad respecto al área
metropolitana. Por último, las modificaciones del Código de Edificaciones y otras
como las del Código de Planeamiento Urbano, el Plan Urbano Ambiental y la reciente
creación de la Corporación del Sur, continúan este proceso.
El barrio San Telmo
Localización e historia de un distrito histórico
San Telmo es el barrio de la zona sur más próximo a los centros político y
administrativo nacional y de la ciudad, ubicado a 700 metros de la Plaza de Mayo, y a
unos 1000 de la "city", el centro financiero. Tiene, por ello, una localización
excepcional en la ciudad.
Situado en una de las zonas más altas de la ciudad, cuenta con buenos soportes de
servicios e infraestructura urbana y su estado de conservación -aún presentando
lugares con deterioro- es muy superior a otros barrios linderos del sur.
Es un barrio pequeño (70 manzanas y el Parque Lezama), cargado de simbolismo
histórico. Es el barrio mítico de la fundación de la ciudad. Durante los siglos XVIII y
XIX, hasta la fiebre amarilla de 1875, en él habitaron sucesivas generaciones de
familias patricias de la sociedad porteña (y nacional en conformación). Tiene una
fuerte carga simbólica, arraigada en la "fundación" y que se sustenta en diversos
"hitos": la resistencia a las invasiones inglesas de 1805-1807 (que se desplegó allí, en
la calle "Defensa"), los rastros del proceso independentista (allí está la casa de la
familia de "French", uno de los próceres de la Revolución de Mayo), entre otros.
Como consecuencia de la epidemia de fiebre amarilla, la población del barrio comenzó
a modificarse, a partir del momento en que estos sectores se trasladan a otra zona de
la ciudad (Recoleta), en un proceso que dura varias décadas (IPU:1991). Los grandes
caserones quedan deshabitados y serán progresivamente reutilizados como edificios
de alquiler de piezas, los primeros conventillos, que luego se complementarán con
otros construidos especialmente para ese fin, conforme el avance de las inmigraciones
europeas masivas, que son parte de la política de consolidación del estado argentino y
del modelo agroexportador de inserción en el mercado mundial. San Telmo adquiere
un carácter híbrido....influenciado por la experiencia cosmopolita que transforma el
paisaje urbano: la desaparición del zanjón (entubamiento de los terceros) y la
aparición de los tranvías, acercan al barrio a las nuevas costumbres y hábitos de la
incipiente "city porteña". San Telmo, queda atrapado entre dos mundos disímiles que
son parte de este nuevo desarrollo del país: el puerto y las fábricas, por el sur (La
Boca, Barracas, el espacio del "trabajo", de las fábricas, depósitos, ferrocarriles y el
Puerto que acompañan la imagen de "progreso ilimitado" del primer cuarto de siglo XX
y, por el norte, los ministerios y oficinas de la city. De este modo, la cercanía al centro
y la políglota muchedumbre que habitaba sus pensiones y conventillos- las nuevas
formas del hábitat popular del momento- le dieron al barrio su ambiguo carácter entre
aldeano y cosmopolita .
Este carácter "histórico" sustenta la existencia de una normativa especial: distrito
histórico.3
Durante el gobierno militar (1976-1982) el intendente, Brigadier O. Cacciatore dictó
una "Ordenanza de Preservación" del distrito U24 (OM 34.956 del 25 de julio de 1979).
El área estaba compuesta por 144 manzanas que abarcaba íntegramente el barrio de
San Telmo. La normativa fue elaborada por una comisión técnica permanente formada
por representantes del Museo de la Ciudad y el Consejo de Planificación Urbana. Se
refería a medidas sobre aspectos físico edilicios y de usos del suelo4. Desde el Museo
de la Ciudad se desarrollaba asesoramiento técnico sobre los proyectos de obras de
particulares, supervisión de las mismas, realización de eventos lúdicos y festivos y
promoción de determinadas actividades, como la organización de los anticuarios que,
desde fines de los 60 se instalan en el barrio a iniciativa del Director del Museo. Sin
embargo, no se contaba con partidas presupuestarias especificas para impulsar la
actividad de la Comisión y desarrollar las implicaciones que tradujeran la normativa en
intervenciones más significativas.
Algunos sectores interesados (inmobiliarios) señalaban estas medidas como altamente
restrictivas a la actividad constructiva y no visualizaban la rehabilitación como negocio
3 Aunque se trata de un centro histórico particular, reinventado en el proceso. Con una fuerte carga mítica y simbólica, dado que, tal como señala Enrique Hardoy, comparando distintos procesos de ciudades latinoamericanas... "Los centros históricos de las ciudades que tuvieron una temprana urbanización, como los de Buenos Aires, Santiago de Chile y Río de Janeiro, están irremediablemente perdidos. Subsiste el trazado de las calles originales, modificados por los planes y proyectos de avenidas y plazas diseñados en las primeras décadas del siglo XX para incorporar una imagen modernizante para la época y subsisten las dimensiones de algunas plazas centrales. Pero el marco arquitectónico de las plazas se ha perdido y hasta los antiguos y expresivos nombres de las calles han sido reemplazados por los apellidos de personajes modernos. Subsisten ejemplos de iglesias y de algunos edificios en un marco arquitectónico-urbanístico mutilado." 4 Como el destino de usos recreativos a los remanentes de ensanches de avenidas, dad la escasez de espacio público recreativo en el área, el establecimiento de desgravaciones impositivas y de premios a las mejores rehabilitaciones, la derogación de otros ensanches de calles, para conservar la traza del barrio; la limitación de algunos usos incompatibles con el residencial, la prohibición de construcciones imitiativas, etc..
inmobiliario. La Sociedad Central de Arquitectos, por su parte, disentía con el destino
de uso residencial de la U24, porque ello implicaba la expansión del área
administrativa hacia el norte, contaminando el carácter residencial de aquel sector.
Finalmente, en 1982, el área se redujo a 74 manzanas. (En 1979 los terrenos baldíos
en la zona desafectada eran 31, en 1988 habían alcanzado la cifra de 106 mientras
que en la zona que continuaba bajo afectación, se mantenían estables). Al mismo
tiempo, comienza una incipiente y paulatina instalación en la zona de pequeños
talleres, anticuarios, museos, algunos restaurantes, que van generando una cambio de
imagen en el barrio. (Lourés: 1991) Estas actividades, aunque muy lentamente, se irán
consolidando en forma progresiva a lo largo de las siguientes décadas, en áreas bien
delimitadas del barrio que van acentuando su diferenciación interna (Plaza Dorrego,
Balcarce, Defensa).
Aunque la aplicación de la normativa no tuvo mayor desarrollo, sí se fue generando un
amplio debate a lo largo de estas décadas en torno a la cuestión del centro histórico y
del valor patrimonial, que habrían ido confiriendo una fuerte sensibilidad en torno a
toda acción de transformación en el barrio.
La definición de esta normativa y el papel activo del Museo de la Ciudad, plantean un
elemento, una primer condición para desarrollar un proceso de renovación que, sin
embargo, no prospera sino a un ritmo muy lento.
Un barrio socialmente heterogéneo
Mientras tanto, desde la década del 70 y hasta 1991, San Telmo fue reforzando sus
características de barrio socialmente heterogéneo. Por un lado, experimenta un
proceso de pérdida de su población: entre 1970 y 1980 del 15,7% (de 36.200 a 30.500
habitantes) y entre 1980 y 1991 del 7,9% (pasando a 28.100 habitantes). Pero en la
última década, la disminución de la tendencia, coincide con un cierto rejuvenecimiento
de una estructura de edades del barrio: el grupo entre 15 y 29 años se incrementa del
19% al 22%.
Buena parte de estos jóvenes recién llegados, probablemente integrará la población
ocupante de edificios -fenómeno emergente en esa década y muy desarrollado en el
barrio- así como la de residentes de hoteles pensión. ¿De donde venía esta población
joven? Pareciera que de otros barrios de la ciudad, dado que curiosamente, la
población de San Telmo, para ese período, mostraba un arraigo residencial mayor que
otras zonas de la ciudad: el porcentaje de residentes nacidos en la propia Capital era
superior al de otros barrios y la proporción de nacidos en Capital se incrementa, en
ese período 80-91, del 45,9 al 53,1%.5
En este particular contexto de decrecimiento de la población con ingreso de un nuevo
grupo social, otros indicadores acompañan esta caracterización de su heterogeneidad
social. Para 1991, todos los estratos sociales aparecían representados en el barrio,
aunque con una orientación marcada hacia los sectores medio bajos (con un
predominio de empleados y trabajadores especializados que integraban el 53,7% de la
PEA). El nivel educativo de la población y el tipo de empleo, reforzaban esta imagen.
Su tasa de actividad, se ubicaba claramente por encima de la media de la ciudad,
aunque los niveles de desempleo entre mujeres y hombres jóvenes eran
particularmente elevados (10,7% las mujeres entre 14 y 29 años y 6,4% los varones
del mismo rango de edad, contra una media del 4,5% de desocupación para el total).
Todo ello, se ve acompañado por una notable presencia de población jubilada y
pensionada. (20,9% de la población total).
Al mismo tiempo, la población de San Telmo, se empleaba crecientemente en el sector
servicios:se verificaba un aumento de aquellos ligados al cuentapropismo (del 13,2%
al 19% de la PEA para el período) y una disminución del empleo en el sector público.
(Lourés: 1991)
Cambios en el paisaje urbano barrial y acciones de gobierno.
En esa década, San Telmo sufrió un cambio en su espacio urbanístico, que se
manifiesta elocuente en el plano de la vivienda. Va perdiendo rápidamente su carácter
residencial (más de 1000 viviendas en 11 años, la mayor parte en departamentos) que
son sustituidas por otros usos (ligados a la terciarización: oficinas y playas de
estacionamiento). Al mismo tiempo se incorporan y expanden en el barrio formas
habitacionales precarias: fundamentalmente los hoteles pensión y las casas tomadas.
De este modo, si bien se reduce en un 7% la población residente en viviendas en
régimen de propiedad (del 61 al 53% de la población), aumentan un 6% los ocupantes
precarios (del 3% al 9,2% de la población). La precariedad habitacional, para 1991 se
estimaba que afectaba a un 23,5% del total de la población del barrio (entre los
ocupantes y aproximadamente 8000 personas habitando los hoteles pensión).
A comienzos de los ´90, la gestión municipal intentó dar un sesgo participativo a la
definición de algunas de sus políticas en el ámbito del planeamiento, (se desarrolló un
"Congreso Urbanístico en San Telmo" en el que participó un amplio espectro de
actores sociales locales, desde los agentes inmobiliarios, hasta las familias ocupantes
de edificios organizadas). En este marco, se aprobó una nueva normativa (la APH6)
5 Con base en los datos de Lourés 1991. 6 En dicha normativa se define a las Areas de Protección Histórica (APH) como “ áreas, espacios o conjuntos urbanos que por sus valores históricos, arquitectónicos o ambientales constituyen ámbitos singulares, claramente identificables como referentes de nuestra cultura”. En el caso del área de San Telmo, “ésta abarca ámbitos urbanos de alto significado patrimonial , ya que comprende parte del antiguo casco histórico, como así también el tradicional eje cívico-institucional de la ciudad, ahora articulados por la Plaza de Mayo, la que forma parte indisoluble de los mismos.”
por la cual se redujeron los límites del distrito histórico y se flexibilizaron aún más los
criterios: por ejemplo se procedió a la catalogación de los inmuebles comprendidos en
tres niveles diferenciados de protección) (Rodríguez; Procúpez: 2001)
Este proceso, ocurría en forma simultánea con el desarrollo del mega-emprendimiento
lindero de la Corporación Puerto Madero, impulsada por el Gobierno Nacional.
En ese momento, desde el gobierno municipal, se implementaron otras acciones
acotadas en el barrio: algunas dirigidas a los sectores en condiciones de vulnerabilidad
habitacional: los ocupantes de edificios (se efectúa con fondos de la cooperación
internacional el reciclaje de la Manzana de San Francisco -conjunto de viviendas en
alquiler, destinado a familias de bajos ingresos, ex ocupantes del predio de propiedad
del Banco de la Ciudad- y se da lugar al avance del proceso de gestión de otra
intervención de vivienda social destinada a familias ocupantes del barrio- la
rehabilitación autogestionaria del Ex PADELAI por parte de una cooperativa de
vivienda, acción que queda inconclusa. El edificio no se recicla, el proceso de
organización se frustra y siguen llegando familias ocupantes que densifican el
inmueble con el correr de la década. Otras acciones se dirigen al remozamiento del
equipamiento turístico cultural (como la rehabilitación de la Manzana de las Luces) y
otras se destinan al mejoramiento de la calidad del espacio público barrial, para lo cual
se implementa el Programa San Telmo Monserrat).
De este modo, en esta gestión municipal, a comienzos de los 90, puede rastrearse lo
que pareciera otro puntapié significativo (acompañando una decisión del gobierno
nacional y en un momento de auge macroeconómico), para favorecer un proceso de
renovación urbana en el barrio.
En los siguientes años (hasta 1995) avanza muy lentamente un proceso de
rehabilitación física, que en parte, profundiza las diferencias entre distintos sectores
en el interior del barrio. El mismo se sustenta en el desarrollo de ciertas operaciones
inmobiliarias- como la producción de algunos conjuntos de lofts por agentes
inmobiliarios que toman la intervención del reciclaje, la rehabilitación de algunas
casonas unifamiliares por familias particulares y la recuperación de algunos edificios
para el emplazamiento de algunas empresas; como natural expansión del centro
administrativo de la ciudad-, así como una progresiva expansión de los servicios
turísticos en áreas bien focalizadas- densificación de esos servicios en el entorno de
Plaza Dorrego y eje Balcarce. Sobre el nuevo milenio, se concretan algunas
microintervenciones del gobierno local como el reempedrado y embellecimiento de
calles de esa parte de San Telmo- ligada al potencial turístico, la colocación de faroles
y bancos de época, la articulación de los circuitos Plaza Dorrego-Parque Lezama a
través de la expansión del tramo peatonalizado de la Calle Defensa los días domingos.
Pero estos cambios van ocurriendo sin que se haya producido un proceso de
sustitución masiva o expulsión del sector social de bajos ingresos.
San Telmo hoy
En la actualidad, continúa en San Telmo la existencia de un importante stock de
inmuebles en estado de deterioro, -aunque no con la precariedad de La Boca-.
Muchos de ellos son destinados al uso de hoteles pensión y otros, son inmuebles de
propiedad pública, buena parte de los mismos, ocupados.
En efecto, se verifica una importante presencia de sectores de bajos ingresos, que hoy
pueden pagar poco. En San Telmo se destacan particularmente los residentes de
hoteles pensión subsidiados por el gobierno de la ciudad - hay más de 20 hoteles en el
barrio en este programa que crece meteóricamente sobre fines de los 90, del mismo
modo que a comienzos de los ´80 habían crecido las casas ocupadas-. También es
probable que las condiciones del resto de los inquilinos y ocupantes de edificios se
hayan deteriorado. Mientras tanto, una pieza de hotel en el "libre mercado" del barrio,
se cotiza en $250 a $ 300, en promedio, lo que constituye un valor crecientemente
dificultoso de pagar por parte de sus inquilinos.
Las casas tomadas, en buena parte de propiedad pública, y que como señalamos
fueron ocupadas mayormente a comienzos de la década del ´80, constituyen otra
categoría de la vulnerabilidad habitacional en el barrio. El gobierno de la ciudad, no
tiene políticas específicas hacia las mismas. Sólo un inmueble de 15 familias se
encuentra involucrado en un proceso de regularización dominial. Lo cierto es que en
los últimos años, numerosas casas fueron desalojadas, en lo que pareciera un
proceso en dosis homeopáticas, de bajo perfil, en algunos inmuebles de propiedad
tanto pública como privada (San Juan al 200, Cochabamba y Defensa; Chacabuco al
900, Independencia y Tacuarí, Perú al 700).
También existe, en el barrio, un sector de pequeños propietarios jubilados, antiguos
vecinos del barrio que podrían contarse entre los vulnerables.
En lo que se liga al valor del suelo, de acuerdo a la percepción de los dirigentes de
organizaciones sociales barriales, éste creció aceleradamente en la década 1990-
2000. La recesión actual podría estar frenando dicho proceso, pero la tendencia sería
de marcado ascenso.7 Sin embargo, aún con muchos carteles en venta, hoy ya no se
constata el desarrollo de conjuntos tipo loft que fueron más distintivos de mediados de
la década de los ´90.
7 En la actualidad el valor del suelo en viejas casonas ubicadas por fuera del circuito turístico, hacia la zona céntrica, oscila en torno a $250 el m2, el doble que en La Boca.
Las políticas actuales de gobierno
La gestión actual ha integrado el Programa San Telmo Monserrat a la órbita de la
Secretaría de Cultura (anteriormente era parte de Planeamiento). Esta redefinición
quizás sirve para comprender la orientación turístico cultural que busca reforzarse. El
Centro de Gestión y Participación (CGP), instalado fuera del barrio, pareciera no tener
mayor ingerencia en las medidas urbanísticas. Tampoco queda San Telmo integrado
bajo la esfera de competencia de la Corporación del Sur como una zona prioritaria de
intervención.
En paralelo, la gestión actual ha implementado una línea de créditos para promover el
establecimiento de jóvenes profesionales y sus familias en el área, a través del Banco
Ciudad.
Mientras tanto, en relación con los sectores de menores ingresos, la Comisión
Municipal de la Vivienda, cuyo rol es definido como el de “generar programas y
operatorias que den solución a la necesidad de vivienda de aquellos sectores sociales
que por su escasa capacidad económica quedan excluidos de las ofertas del
mercado”8 no tiene operatorias en el barrio, con excepción de un proceso de
regularización dominial, impulsado por una cooperativa de 15 familias, que lleva 6
años de proceso de gestión y aún no se ha completado9.
Mientras, la Secretaría de Promoción Social intenta en el barrio desarmar el programa
de emergencia en los hoteles. También ha intentado llevar adelante una operatoria
para desalojar a los habitantes del Ex PADELAI y relocalizarlos a través de la
8 En Revista “Habitar”, Buenos Aires, Año 1 Nº1, enero-marzo 2001, p.8.
asignación de préstamos individuales (sin destino específico y probablemente fuera
del barrio). Por lo tanto, existe una alta sensación de inestabilidad en estas dos
situaciones, pero al mismo tiempo, una cierta dificultad de capacidad de articulación
política para concretar esos objetivos, que generan acciones defensivas y cierto nivel
de movilización por parte de la población afectada y otros actores... una situación que
puede prolongarse por años... como una amenaza siempre indefinida de posibilidad de
desplazamiento.
Tampoco hay políticas desde la Dirección de Administración de Bienes para las casas
ocupadas de propiedad municipal. De este modo, la no definición de políticas
habitacionales explícitas hacia los grupos de bajos ingresos y hacia el patrimonio
público son características de las distintas gestiones locales, que se prolongan por
décadas.
Percepciones de dirigentes de organizaciones sociales: ¿el fin del barrio?
Los dirigentes de organizaciones sociales de San Telmo tienen una percepción muy
agudizada del proceso de transformaciones barriales y las tendencias en curso.
Cualquier innovación se percibe como un paso más en el proceso de renovación, del
cual los sectores de más bajos ingresos no son parte. Esta percepción, en San Telmo,
a muchos los lleva a afirmar que se están desplegando poderosas tendencias de
expulsión de los sectores de menores ingresos, incluso más allá de lo efectivamente
verificable. Quizás esto se liga con la antigüedad del proceso, con la existencia de
una normativa de preservación que se ha ido restringiendo (a lo que se suma la
escasa capacidad de control de su organismos de aplicación), lo que ha permitido el
despliegue de mayores inversiones por fuera de la misma, así como con el contenido
9 En relación a su política crediticia, “actualmente hay 25.000 personas inscriptas en el registro de la Comisión Municipal de la Vivienda pidiendo facilidades crediticias.Durante el primer trimestre del año 2001 se aprobaron 200 créditos municipales por 5 millones de pesos” (Clarín, 20/4/01)
de las microintervenciones de gobierno de los últimos años como, en particular, el
intento de desocupación del Ex-PADELAI (un "hito" simbólico y material en tanto
obstáculo al proceso de expansión de inversiones en torno a la Plaza Dorrego y del
potencial mejoramiento de las condiciones edilicias del entorno inmediato).
Rescatamos a continuación las percepciones de algunos dirigentes barriales a partir
de su discurso en torno a la renovación y el futuro del barrio:
Militante de Encuentro por la Memoria (derechos humanos) "....Ahora
obviamente, hay proyecto de revalorización inmobiliaria muy fuerte en esta
zona; por eso yo creo que lo del PADELAI es una trampa en realidad. Van
a sacar a la gente del PADELAI y no va a quedar casa tomada en pie,
porque si se va el PADELAI se van todos. Y con los hoteles pasará lo
mismo. No sé a cuanto tiempo se habrá proyectado este tema... este curro
del ‘Conglomerado del sur’, no sé cómo se llama esta sociedad que crearon
el último día de funcionamiento del Consejo Deliberante, pero yo creo que
es un proyecto a 15 años, será una cosa así para toda esta zona. Barracas
no tanto porque ha crecido mucho, pero San Telmo y La Boca que sea una
zona... Otro Barrio Norte."
Director del Periódico Barrial. "... a los anticuarios, la asociación de
comerciantes de acá, el barrio les importa un bledo y lo único que les
interesa es que cuando venga un turista no vea basura y no vea algún
pibe pidiendo una moneda...y no vea la pobreza de acá ni nada de eso.
Eso es el objetivo de ellos. Y quieren avanzar. Si vos te ponés a fijar
Puerto Madero está acá al lado. Entonces, de alguna manera este barrio
corre el riesgo de que si esta gente sigue teniendo peso San Telmo sea
una especie de continuación de Puerto Madero. Ojalá que no, yo me
quedo con el barrio así como es. .... Pero lo que a mi me gustaría es que
se desarrollen más ámbitos públicos. Y cuando digo ámbitos públicos me
refiero a que cuando haya un espacio, un predio o algo así, sea un
ámbito colectivo, un ámbito de un conjunto y que no se sigan destinando
comercialmente. O sea, menos galerías a lo mejor y más espacios
públicos....
Director Escuelita de Football. "Estamos en una situación difícil ahora.
Estamos en un barrio del que el gobierno sólo ve la manzana de gobierno
y la zona de Caminito y esto convive con situaciones de marginalidad.
Eso es el barrio, sigue siendo barrio, aunque estamos camino de ver
cómo esto desaparece, estamos viendo los últimos manotazos del barrio.
Esto pasó también en Bahía, en Brasil, en el Casco Histórico en el que
vivía gente que era muy marginal... y bueno, sacaron a todos los negros
de ahí y lo pusieron todo bonito para el turismo, muy bonito, muy lindo,
pero todo lo que tenía que ver con el país, con el pueblo, con la ciudad,
desapareció.Vamos camino de la desaparición del barrio. ...El futuro de
barrio, a nivel social, puede estar en Barracas o Parque Patricios, en
menor medida en la Boca porque también están echando a la gente de
menos recursos, pero en Barracas y Parque Patricios es como si
estuvieras veinte años atrás... Acá lamentablemente, no está perdido del
todo, pero vamos camino de perderlo....
Sin embargo, estos dirigentes no se visualizan como protagonistas que puedan incidir
en el proceso, y tampoco consideran que las familias de menores ingresos forman
parte de un problema habitacional que requiera políticas, recursos y abordajes que
contemplen la naturaleza multidimensional del hábitat o estrategias ciertas de
integración, en las cuales ellos pudieran o debieran asumir algún tipo de papel.
Tampoco se visualizan como actores protagonistas del cambio barrial. La excepción la
constituye una organización social de cooperativas de vivienda de sectores de bajos
ingresos que actúa en el barrio, pero cuya propuesta carece de suficiente sustento en
otras organizaciones sociales locales. En este sentido, la existencia de un mapa
altamente fragmentado en el ámbito de las organizaciones ligadas a los sectores de
menores ingresos del barrio, concurre como otro elemento que explica las imágenes
negativas sobre el futuro barrial de los sectores de menores ingresos.
No obstante ello, la perspectiva de uno de los actores económicos recurrentemente
mencionado en las imágenes discursivas sobre el futuro, aparece bien diferenciada:
Presidente Asociación de Comerciantes: "...los cambios que se
hicieron acá volvieron a retroceder un poco al barrio en algunos aspectos,
digamos, la calle, los faroles, el iluminado, qué se yo, hay mas seguridad,
muchísima más seguridad, se sacaron la gente del PADELAI, que eso lo
hizo este gobierno, los demás nadie quiso poner el gancho para
sacarlos... muchas veces no se entiende que hay muchas cosas
insignificantes que producirían rendimiento, un rédito turístico gigantesco,
pero a veces cuesta mucho, cuesta porque hay todo tipo de intereses
creados, lamentablemente, y nadie piensa en generar..."
El futuro, para este último, es una trama abierta en disputa...
Luego de dos años de inexistencia de cualquier ámbito de articulación entre las
organizaciones sociales barriales (que han existido en forma fluctuante desde los 80 y
en algunos momentos de la década del 90), aproximadamente unas 30 acudieron en
2001 a una convocatoria del Foro del Tercer Sector. La filantropía empresarial
selecciona el barrio de San Telmo como un posible lugar de intervención, convocando
a las organizaciones barriales a definir proyectos para alcanzar la posible consecución
de recursos aportados por empresas locales o una línea de financiación del Banco
Mundial. No obstante, esta iniciativa se encuentra en una fase incipiente de diseño de
proyecto, sin quedar clara aún la decisión empresarial de sustanciar los recursos.
Ocurrirá un hecho novedoso: la reunión conjunta de empresarios (algunos con sede en
el barrio) y estas organizaciones sociales en pos de la infancia y la juventud
vulnerables del barrio...
El barrio La Boca
Caracterización e historia de un barrio obrero que pierde su rol .
La Boca es un barrio de óptima localización dentro de la zona sur de la ciudad,
ubicado aproximadamente a 10 minutos del centro de la ciudad (contiguo a los de San
Telmo y Barracas) y muy bien conectado, a su vez, con el área sur del Gran Buenos
Aires (Avellaneda, Quilmes, etc) de unas 330 ha. de superficie.
Presenta un entorno barrial con niveles significativos de degradación ambiental, dados
su carácter ribereño (el Riachuelo se encuentra contaminado y genera malos olores);
por ser un barrio bajo - tradicionalmente inundable-; por contener amplias zonas de
depósitos -actualmente receptores de mercaderías de importación- y un significativo
nivel de tráfico pesado (que genera efectos perjudiciales, como vibraciones, en un
parque habitacional antiguo y muy deteriorado), a lo que se suma un serio problema
estructural que es el mantener el sistema de red de desagües pluviales y cloacales
original de la ciudad.
Desde los primeros tiempos de la fundación de Buenos Aires, la boca del Riachuelo
fue su puerto natural. La tierra que hoy ocupa el barrio era un valle pantanoso e
inundable en sus orillas. La proximidad con el Riachuelo generaba una actividad
portuaria legal, así como otra de contrabando de esclavos y mercaderías. Estas se
almacenaban en barracas que eran alquiladas como depósitos o saladeros y
curtiembres, a principios del siglo XIX.
Su urbanización se consolida durante el primer período de metropolización de la
ciudad (1860-1914) y se convierte en un primer anillo que rodeaba el casco central de
la ciudad.
Históricamente, la Boca se formó como barrio obrero de inmigrantes europeos que al
asimilarse se fueron mudando a otras zonas de la ciudad. Se caracteriza por sus
viviendas en chapa, madera y colores prototípica de la inmigración genovesa. La Boca
tuvo así un carácter claramente definido, como parte del "mundo del trabajo" que se
desarrolla en la zona sur de la ciudad, durante el primer cuarto del siglo XX. El 27%
de sus 60.000 habitantes en 1904 reside en los 331 conventillos del barrio.
El marcado crecimiento poblacional encuentra su punto de inflexión a partir del año
1947, en el que experimenta el comienzo de un proceso de vaciamiento, traducido en
la pérdida del 40% de su población hasta 1991 (de 76.000 a 46.000 habitantes), a lo
que se suma un proceso de degradación, particularmente agudizado a partir de la
década del 70, con la desactivación del puerto del Riachuelo y el progresivo cierre de
gran parte de las industrias de la zona (navieras, textiles y de producción de alimentos),
tendencias que se mantienen en los ´80.10
En este contexto de pérdida de roles productivos y funcionales, despoblamiento y
deterioro socioeconómico, el gobierno de la ciudad, en los ´90, abre a partir del inicio
de las obras de defensa costera sobre el Riachuelo para evitar las recurrentes
inundaciones por sudestada, la posibilidad de desarrollo del proceso de renovación del
10 Estos procesos de despoblamiento han ocurrido en gran parte de los barrios de las ciudades donde luego se inician procesos de renovación urbana, como lo muestran David Ley (1996) y Neil Smith (1996).
barrio de La Boca, habitado en buena medida por sectores de bajos ingresos, pero de
óptima localización urbana por su proximidad al centro de la ciudad.
El carácter "histórico" de este barrio pareciera vincularse más con rasgos culturales-
como la vida asociativa y política propia de su pasado obrero de comienzos de siglo- y
con la existencia de un patrimonio arquitectónico distintivo, aunque muy deteriorado y
de mayor precariedad constructiva que el de su vecino barrio de San Telmo. Las
polícromas casas de chapa y madera contribuyen a otorgar un carácter peculiar al
barrio, brindándole una estética particular que genera lazos identificatorios con una
fuerte impronta entre sus habitantes, pero muchos de dichos inmuebles se encuentran
altamente degradados, dado que llevan décadas y décadas en total estado de
abandono y la refacción no parece haber sido un criterio económico pertinente para
los propietarios de los conventillos en alquiler.
Acciones del gobierno local, ¿un puntapié a la renovación?
En este sentido, La Boca no tuvo normativa especial de preservación, hasta la actual
gestión de gobierno, que definió como tal un área circunscripta a la zona de Caminito y
la ribera inmediata, (Vuelta de Rocha) que se presenta como la de mayor potencial
turístico del barrio. En los proyectos para el año 2001 de la Corporación del Sur11 se
justifica su intervención en el barrio caracterizándolo de la siguiente manera: “La Boca
expresa en su organización barrial la mezcla de culturas y de integración social. Es un
lugar de producción y de intercambio fluvial, conserva aún barracas, depósitos y
antiguos barcos que dan testimonio de ello. Su particular arquitectura, el colorido de su
paisaje urbano y su potencial para la consolidación de un distrito recreativo, cultural y
11 La Corporación Buenos Aires Sur Sociedad el Estado es un consorcio del Estado, aprobado por la Legislatura porteña en septiembre de 2000, a la que la ciudad le cede todos los inmuebles de dominio privado que pertenezcan a la comuna, para que los concesione, venda o alquile para mejorar la infraestructura y el equipamiento urbano de la xona Sur de la ciudad.
museístico, posicionan a La Boca como uno de los circuitos turísticos de la ciudad más
atractivos.”
La construcción de defensas costeras sobre el Riachuelo en el barrio de la Boca, junto
a la parquización del área, desarrolladas con base en inversión pública, 12 constituye
otra de las etapas de urbanización de la ribera y tienen como objetivo manifiesto
mitigar las consecuencias de las inundaciones recurrentes por sudestadas, así como
contribuir a la recuperación del entorno barrial. Asimismo con su puesta en
funcionamiento, contribuye a dar una solución, aunque no definitiva a la seria
problemática causada por la coexistencia de la red de conductos pluviales con
cloacales, que tal como se describe en el Diagnóstico físico-territorial de la Zona Sur
(2000:21): “causa la contaminación de la ribera, al mismo tiempo que, con
inundaciones, el sistema hace función inversa y libera la mezcla de líquidos cloacales
y pluviales en la vía pública”. Las obras se iniciaron en el año 1994 durante la gestión
del intendente Bouer y concluyeron en 1998.
En este contexto, el gobierno de la ciudad, abre la posibilidad de desarrollo de la
renovación del barrio, generando condiciones propicias para la atracción del capital
privado y las inversiones en emprendimientos orientados a las áreas comercial y de
servicios, asociados al perfil de “área de interés turístico y valorización patrimonial”
que se le asigna.13
Para ello, el gobierno ejecuta algunos programas concretos en el área (Buenos Aires y
el río14, Area Sur y obras de saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo). Al mismo
12 Se trata de 100 millones de dólares, provenientes de un préstamo otorgado al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hasta el año 2000. 13 En este sentido, la percepción desde otras áreas de gobierno ligadas al patrimonio es que "la Secretaría de Turismo no articula acciones con otros órganos y toma básicamente el recurso patrimonial simplemente como un recurso económico... el interés básico de ellos es un multiplicador económico....ese multiplicador económico sin inversión propia municipal lo que hace es adecuar el espacio público y la inversión municipal para el usufructo de terceros privados". 14 El programa Buenos Aires y el Río tiene por objetivo la “disposición de nuevas y mejores áreas recreativas a escala urbana y metropolitana”. (Diagnóstico físico-territorial, GCBA, abril 2000).
tiempo, se verifica la radicación de ciertos grupos de mayor poder adquisitivo que
inician su anclaje en el barrio adquiriendo, a bajo costo, antiguos galpones, astilleros y
viviendas para su reciclaje y uso posterior, ligados a actividades comerciales y de
servicios propias de un polo turístico-cultural en el centro de la ciudad, en la
mencionada zona de Caminito y su entorno inmediato15.
Desde 1996, a partir de situaciones de desalojo de familias residentes en
inquilinatos16, se inicia un proceso de movilización con el fin de evitar su expulsión u
obtener respuesta del gobierno. A partir de un proceso, inicialmente unitario, van
surgiendo nuevas organizaciones sociales barriales, que abordan la problemática
habitacional. En una primer etapa, este proceso está vinculado a sectores de la Iglesia
que juegan un papel relevante en su desarrollo...luego se va constituyen un mapa
fragmentado, donde cada grupo tiene una escala relativamente acotada de acción.
La Comisión Municipal de la Vivienda, como respuesta al inicio de ese proceso,
implementa algunas acciones puntuales en materia habitacional. El proceso
desarrollado es así descripto: “La ciudad comenzó a trabajar con la Boca en el año
1991, en lo que se llamó el Recup, Recup-Boca. Este era un proyecto global para
todo el barrio y después quedó limitado al reciclado de algunos conventillos que la
ciudad compró17. La ciudad compró 21 y recicló 4 que se hicieron en el año 1994 y
después se tiraron abajo de esos 21, 4 conventillos también. Después del Recup, que
termina en el año ’96, todo lo que eran las acciones del Recup pasaron a la CMV. Ahí
la CMV hace un censo en 1997 solamente sobre los edificios que quedaban en poder
15 Caminito era anteriormente una atracción turística, pero en los últimos años se intenta potenciar ese rol, particularmente como atractivo al turismo internacional. Como señala el presidente de la Asoc. de Comerciantes de San Telmo: "Vos si viajás, en cualquier parte del mundo donde agarrés un libro de turismo que hable de Bs. As. Vas a a ver dos fotos: vas a ver las mesas y las sillas de la gente tomando ahí o Caminito. Esas dos fotos las vas a encontrar siempre, la Plaza (Dorrego) y Caminito." 16 Al menos una parte del stock de edificios tipo conventillo del barrio corresponde a formas de propiedad concentrada en algunas pocas familias. Estos bienes han sido parte de prologados juicios de sucesión que los colocaban en una situación de "congelamiento" respecto de su destino. En 1996, concluye, por ejemplo, el juicio sucesorio conocido como "Catalina la Grande". El incremento de cédulas de desalojo que da lugar al proceso de movilización señalado, coincide en el tiempo con este hecho. 17 Estos conventillos fueron adquiridos por la Municipalidad a comienzos de los ´80. La compra formaba parte de un ambicioso proyecto de renovación barrial el Recup Boca que, aunque funcionó casi una década (contaba con recursos de la cooperación internacional) no pudo desarrollar ampliamente sus propuestas, en parte, por no contar con recursos públicos para ello.
del Gobierno de la Ciudad, que en ese momento eran los 4 reciclados y creo que 15
más, porque 2 los habían demolido porque se caían, de los 21. Y hace una operatoria
que se llama Operatoria de Reconstrucción de Conventillos, que es la última que está
en vigencia, que está dedicada a todas las familias que estaban censadas en el año
’97 que eran alrededor de 200 que vivían en edificios de la Ciudad. De éstos se
hicieron 3 edificios y uno que se está haciendo ahora que es el cuarto, que se
construyeron todos de cero.”18
La ejecución de obras nuevas programadas en cuatro inquilinatos de los 21 de su
propiedad y la relocalización de algunas familias que residían en predios afectados a
la reconversión del espigón Plus Ultra como espacio público, acompañan en forma
explícita los programas de renovación. La implementación de las operatorias 525/97 y
282/98 que permiten la compra directa de inquilinatos por grupos de familias
organizados mancomunadamente, en tanto, constituye una respuesta al proceso de
movilización social iniciado en el barrio.
En términos generales, las definiciones de política habitacional del Gobierno, son
independientes de las características de las familias de bajos ingresos y, no configuran
una línea de intervención relevante dentro del conjunto de los planes de renovación.
Mientras tanto, la propuesta planteada para La Boca en el Proyecto de la Corporación
del Sur es la de: “Fomentar la construcción de viviendas de alta densidad en los
grandes corredores y ejes urbanos19 (Almte. Brown, Pedro de Mendoza, Olavarría) y
de media densidad en las calles y avenidas barriales; preservar los edificios
existentes con valor patrimonial y prepararlos para nuevos usos; completar el tejido
general preservando el carácter del barrio y fomentar la recuperación y rehabilitación
18 Entrevista al Arq. Sorin, titular de la Comisión Municipal de la Vivienda, realizadas por la Lic. Marcela Imori y Alexia Sánchez, miembros del Area de Estudios Urbanos del IGG de la Facultad de Ciencias Sociales.
de las viviendas degradadas de carácter popular, en particular los conventillos;
disponer un adecuado sistema de espacios públicos para la participación del habitante
barrial en las diferentes actividades del sector (circuito turístico, mercado artesanal,
exposiciones artísticas, espectáculos callejeros, visitas guiadas y gestión de
programas); acondicionar el equipamiento y el mobiliario urbano para dichas
actividades (museos, sedes de artistas y artesanos, etc.)”.
La lectura de estas medidas permite identificar un especial énfasis en la modificación
de los usos barriales y la incentivación de un determinado perfil del barrio. Esta última
sería una de las dimensiones que permiten identificar el proceso de renovación. Tal
como se señala en un estudio del Brookings Institution Center (2000), ella constituye
uno de los elementos centrales de un proceso de gentrificación, junto al
desplazamiento de sectores sociales y la reestructuración económica del área .
Características de una población y un barrio empobrecidos
La Boca constituye una de las áreas donde se concentran los mayores niveles de
pobreza de la ciudad de Buenos Aires. Esto se traduce no sólo en las dificultades de
un gran número de sus habitantes para acceder a un ingreso mínimo sino en resolver
sus necesidades de alimentación, salud, educación y vivienda. Es así que en relación
a esta última dimensión, datos actualizados a 1999 del gobierno de la ciudad marcan
que el 50% de la población del área vive en condiciones críticas de habitabilidad, lo
que significa deterioro de la vivienda sumado a niveles críticos de hacinamiento. Tanto
19 Los edificios de departamentos que se enuncian y que ya se han construido en el barrio, han sido cubiertos en su mayoría por habitantes de otros barrios de la ciudad, con lo cual el problema de crisis habitacional del barrio queda intacto.
en La Boca como en San Telmo habitan los “nuevos pobres” y aquellos migrantes del
interior del país y de países limítrofes, que acuciados por las crisis de las economías
regionales buscan mejores condiciones de vida en la metrópoli y sufren en ella
“situaciones de penuria habitacional de extrema gravedad”, tal como la definen
documentos de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad (2000). El hacinamiento
crítico (más de 3 personas por cuarto) alcanza en La Boca valores próximos al 30%.
Relevamientos de 199920 señalan que la población de La Boca asciende a 39.670
habitantes, lo que representa una disminución en la población barrial en un 13%
respecto a los datos censales de 1991. Esta importante pérdida poblacional se debe
fundamentalmente a la disminución de las fuentes de trabajo.
En relación a los niveles educativos, La Boca comparte con los otros barrios de la
zona Sur, las mayores desigualdades respecto a otros barrios de la ciudad. “Cuando
analizamos la relación entre docente y cantidad de alumnos, así como la cantidad de
matriculados por unidad educativa, la Zona Sur reúne las condiciones más
desfavorables en términos de equipamiento educativo de la ciudad.”21 Lo mismo
ocurre con los niveles de escolarización, tanto en los niveles inicial y medio, con
brechas de casi un 30% entre los valores de barrios del Norte de la ciudad y los de
aquellos que bordean el Riachuelo. Cabe señalar que La Boca no cuenta con ningún
establecimiento educativo público de nivel medio en horario diurno.22
Los fuertes déficits en cuanto a una política de construcción de escuelas en el sector
público, inciden seriamente en La Boca, con un serio deterioro en el estado de
conservación de sus edificios. Dada la crisis económica, se ha producido también una
transferencia de alumnos del sector privado al público, agravando la situación.
20 En: Revista Habitar, Buenos Aires, Año 1 Nº2, abril-junio 2001, p.6 21 En: Secretaría de Medio Ambiente y desarrollo Regional. (2000) Diagnóstico físico-territorial, serie Diagnósticos participativos.
En cuanto al área de salud, una altísima porporción de los habitantes de La Boca,
dependen del Hospital Argerich, institución de alta complejidad cabacera del sistema
hospitalario público de la ciudad, que en un contexto de aguda escasez de insumos, y
una creciente sobredemanda, genera una posibilidad recortada de prestación de
servicios a los sectores de menores ingresos de la población .
La precariedad habitacional constituye entonces un elemento demarcatorio de los
sectores populares que residen en el barrio. En estos últimos años, a las ya
situaciones de déficit evidenciadas por los inquilinatos, que representan un 60% de las
viviendas del barrio y las casas ocupadas, se suma la rápida y alta densificación de
una villa que se encuentra asentada en unas pocas manzanas de sus márgenes.
Un barrio que se valoriza diferencialmente
En lo que respecta a la evolución del valor del suelo un avance del estudio del precio
de los inmuebles en La Boca indica la presencia de 3 mercados afectados
diferencialmente por el proceso de renovación : viviendas, comercios y galpones.
(Herzer et al: 2000). Numerosas inmobiliarias locales participan de este proceso, sin
constatarse la presencia de agentes desarrolladores.
En el caso de los galpones, donde se mantiene una dinámica histórica, asociada
ahora a la concentración de empresas de transporte, depósitos y algunas areneras, el
valor del m2 se triplicó por la desaparición de las condiciones de inundabilidad. En el
22 Existen establecimeintos nocturnos que responden a las necesidades de capacitación de la población obrera del barrio, al momento de su creación en la primera mitad del siglo XX.
sector comercial, antiguas áreas languidecen mientras Caminito-Vuelta de Rocha
funciona casi como un enclave comercial asociado al turismo que se valoriza.
Por último, en la vivienda, se percibe un lento y persistente proceso de valorización,
más acentuado entre 1991y 1996 (59%), cuando comienzan a hacerse visibles las
obras de defensa costera y se produce un auge temporal del crédito hipotecario. A
partir de 1999, su precio, en conjunto, aumenta sólo un 10 %. Actualmente, la
persistencia de la prolongada recesión modifica completamente las condiciones del
proceso, en un coyuntura de estancamiento de orden nacional. No obstante, los
valores actuales resultan bajos dentro del mercado de vivienda de la ciudad de
Buenos Aires, cuya media ronda los u$s 1.000 por m2 .
Por último, el precio de los inmuebles de inquilinato no ha sufrido grandes
variaciones23; no obstante, se indica que sus propietarios constituyen un grupo
concentrado que espera una valorización del suelo. Como negocio de alquiler de
piezas, los inquilinatos parecen estar en crisis por la disminución de los alquileres y los
problemas de cobro, dado el deterioro de las condiciones socio-ocupacionales de sus
habitantes.
Dirigentes de organizaciones sociales que no perciben riesgos
La Boca, se encuentra en los inicios de un proceso de renovación. Buena parte de las
organizaciones sociales que trabajan con los sectores de menores ingresos, no
perciben la evolución de la dinámica barrial como un tema de la agenda de riesgo de
esos sectores. Por el contrario, la sobrevivencia cotidiana ocupa toda su atención.
23 El precio de mercado de un inquilinato que cuenta con cerca de 10 unidades de alquiler, oscila entre u$s 60.000 y u$ s 80.000; menos de lo que puede costar un departamento de 4 ambientes.
Sólo entre organizaciones tradicionales se debate el sentido de la renovación, pero sin
tomar en cuenta o enunciar posiciones explícitas sobre sus efectos en la población
más vulnerable. Dicho sentido se centra en la relación entre las obras de renovación y
la intervención sobre el patrimonio cultural, que representa, en definitiva, la medida en
que dichas intervenciones afectan la configuración de elementos que sostienen la
identidad barrial.
Los referentes patrimoniales poseen una eficacia simbólica que depende de muchos
factores, entre ellos, “la contextualización de los símbolos en prácticas y discursos y el
nivel de consenso de que gocen referentes y significados” (Prats; 1998). Estos
símbolos condensan en sí, basándose en su valor histórico o creativo como condición
de legitimación, creencias y/o concepciones que se expresan en narrativas diversas
sobre la identidad local que los líderes de las organizaciones vecinales validan en su
discurso.
Es así que la percepción sobre las obras de renovación encuentra a los líderes de las
asociaciones históricas del barrio (algunas centenarias) enrolados en dos vertientes: la
de aquellos más ligados al gobierno local y para los que cualquier intervención es
importante para el barrio dado que es valorada acríticamente como un elemento de
progreso y la de aquellos, que asumen una postura crítica, oponiéndose
puntualmente24 a las diversas medidas que el gobierno local está instrumentando en
relación al patrimonio arquitectónico, dado que sostienen que es sólo una propuesta
“escenográfica” orientada hacia la atracción de los turistas, que no es fiel a la
iconografía histórica del barrio.
24 Entre ellas, a través de presentaciones legales, a la intención del cercado con rejas del Pasaje Caminito dado que su creador, el pintor Benito Quinquela Martín, lo había concebido como un paseo abierto, también a la colocación de marquesinas publicitarias que generan un alto nivel de contaminación visual y no respetan las normas de área patrimonial y a la creación de un plaza seca al final de Caminito, abrumada por la artificialidad de colores y que dio lugar a la destrucción de una garita (puesto) ferroviario que databa de 1866, entre otras .
La disputa en torno a los nuevos usos y la nueva fisonomía de los viejos lugares se
convierte así en una abierta polémica entre dirigentes barriales de amplia trayectoria,
dada a través de los medios de difusión locales y que alinea a buena parte de los
vecinos y organizaciones menores que participan en una “Coordinadora de entidades
intermedias” por un lado y en el “Cabildo abierto por el espíritu de La Boca” por el otro.
En este último caso, la renovación es percibida como asociada al crecimiento de la
degradación del barrio “causada intencionalmente para vender todo por nada” y que
genera un éxodo de vecinos históricos del barrio, en busca de mejores condiciones de
habitabilidad, hacia otros barrios de la ciudad. Tampoco se la reconoce como un
beneficio para el comercio barrial que no se ve favorecido por la renovación, ya que
los propietarios de los nuevos emprendimientos no son boquenses y no reclutan en su
gran mayoría, gente del barrio como empleados. La problemática social es evaluada
como “muy grave” por estos dirigentes, pero no se liga su vulnerabilidad al proyecto de
renovación y el potencial desalojo de los habitantes de menores ingresos.
En el caso de los dirigentes de la Coordinadora de entidades intermedias, entienden
que la pobreza naturalmente irá desapareciendo en la medida que el barrio progrese:
”Caminito debe progresar para el progreso de sus habitantes. Y lo otro, el conventillo,
el inquilinato lentamente, va ir mejorándose en función de ese mejoramiento que
tengamos los boquenses”25. Confluye también una mirada de cierta penalización de la
pobreza en relación al futuro del barrio: “… a la Boca le faltan años todavía para
despegar como barrio, sobre todo por el tipo de gente que vive en este momento”26...
Estas percepciones opuestas confluyen en la aprobación de las obras realizadas para
evitar las inundaciones, dado que resuelven un gravísimo problema barrial y en esto
coinciden también otras organizaciones pequeñas, que quedan fuera del
25 Entrevista a la directora de la publicación “La Boca rumbo al siglo XXI” (8/00) 26 ídem entrevista anterior.
enfrentamiento mencionado. De todos modos, no asumen que las modificaciones que
generan en el entorno barrial las nuevas obras, junto a la parquización del área
constituyan un valor desencadenante de progreso gradual. Así señalan: “El beneficio
(de las obras): la zona no se inunda. Después hay que ponerle mucho más. Esto no se
soluciona con eso. Este es el comienzo, la condición necesaria, pero no suficiente”.27
También se destacan en la trama organizacional del barrio, como ya se señalara, un
importante número de comedores que brindan asistencia cotidiana fundamentalmente
a niños y ancianos. Dichas organizaciones que se encuentran enclavadas fuera del
estricto perímetro del área donde la renovación presenta mayor visibilidad, están
ligadas a la problemática social del barrio a partir de dar una respuesta a las
necesidades de subsistencia de gran cantidad de familias excluidas de las
posibilidades de empleo o con ingresos mínimos. Los dirigentes de dichas
organizaciones no asumen una posición valorativa de las obras de renovación. En
general, con la directa afirmación “son para los turistas”, cierran la posibilidad de
cualquier debate o análisis. La problemática de la subsistencia de aquellos a los que
asisten, sumada a la propia capacidad de permanencia del comedor, dados los
recortes de los subsidios oficiales y los crecientes pedidos de admisión en un marco
de estrechas posibilidades de ampliación del servicio, conforman el eje de todo su
accionar. El futuro del barrio no está ligado a la renovación, sino que se construye en
las posibilidades de mantener el día a día.
Es posible concluir que no existe entre las organizaciones relevadas una visión
unívoca de las modificaciones que la gentrificación implica para el entorno barrial, en
caso de que éste continúe su avance. Esto, dado que el proceso, a pesar de estar
desarrollándose con fuerza en su faceta de reestructuración económica de un sector
restringido del barrio, acompañado de nuevos usos del espacio público por actores
27 Entrevista a J.C.K.
privados, resulta aún poco manifiesto en relación al movimiento del mercado
inmobiliario que es fragmentado y subyacente y se plantea sin notorios procesos de
desalojos masivos, que brindarían una visión mucho más manifiesta de las
consecuencias de la renovación para los sectores de menores ingresos. Es por eso,
que salvo en una organización de base territorial específicamente ligada al problema
de la vivienda –la Mutual de Desalojados de La Boca- no aparecen voces que exijan
acciones de sustentabilidad para la población barrial en su conjunto.
Análisis y conclusiones: dos procesos diferenciados.
Tal como señala L. Lees (1994) los procesos de renovación y específicamente los de
gentrificación son de carácter contextual. Dicho contexto se expresa a nivel barrial, de
la ciudad y de la región o país. Los estudios comparativos nos permiten abordar el
significado del contexto en cada caso y las variaciones locales. ¿Cuáles son las
fuerzas que motorizan la renovación? ¿Cuál es la dinámica del proceso de renovación
y sus elementos visibles en cada caso?
Analizaremos, a partir de algunos ejes planteados, las particularidades de los procesos
que siguen cada uno de los barrios objeto de nuestro estudio, a los fines de dar una
primer intento de repuesta a los interrogantes planteados.
Dos orígenes diferenciados: un barrio híbrido y un barrio obrero
Los barrios tienen un proceso diferenciado de origen y evolución histórica. San Telmo
es "barrio fundacional", posee marcas históricas que se remontan más allá del siglo
XIX, ligadas a la presencia de sectores de altos ingresos. Con el desarrollo del modelo
agroexportador, asume una carácter ambiguo: "bisagra" entre el "centro" de una
Buenos Aires que se vuelve metrópolis y el "sur", mundo obrero de la inmigración
masiva, que sustenta el progreso a través de un desarrollo industrial incipiente y la
vida del puerto. Este, barrio obrero y mundo del trabajo, es precisamente el origen
que otorga un carácter distintivo al barrio de La Boca, en ese momento histórico.
Dos medioambientes diferenciados.
El barrio de La Boca presenta un cuadro medioambiental mucho más deteriorado: si
bien la zona ya no es inundable, persisten los efectos de la contaminación del
Riachuelo (mal olor), de la contaminación sonora y por emanación de gases, daños
sobre edificios y calles producida por la circulación del tráfico pesado (desplazado de
las avenidas a calles que atraviesan el interior del barrio), así como de la existencia de
depósitos y abarrotes ligados a la actividad de importación. A ello se suma un estado
extendido de deterioro edilicio, con extendida presencia de edificios irrecuperables o
en estado ruinoso, agudizada en determinadas áreas del barrio-como el entorno de
Plaza Solís, el barrio "chino", la abandonada calle Necochea). San Telmo, por el
contrario, cuenta con muy superiores condiciones ambientales, sólo perturbadas por
ciertos "focos de deterioro" (como el Ex-PADELAI, que resalta por su localización "en"
el corazón turístico; la excesiva expansión de playas de estacionamiento en dirección
hacia la "city" y quizás, la fragmentación impuesta por la presencia de la Avda. Paseo
Colón y la Autopista AU1 que contribuyen a segmentar el barrio). El estado general del
patrimonio edilicio es muy superior, las construcciones antiguas son de mayor calidad
que las de La Boca y cuenta con algunos edificios de significativo valor patrimonial
(como la Iglesia de San Pedro Telmo).
Dos modos de segmentación socioespacial a escala barrial.
En este proceso, San Telmo parece segmentarse entre las tendencias de expansión
del área central (que van determinando los usos de oficinas, localización de algunas
sedes de empresas, playas de estacionamiento; la presencia de numerosos locales
sindicales, institucionales y de servicios educativos universitarios) y los usos
comerciales y de servicios más ligados al turismo (que recortan el entorno de Plaza
Dorrego, los ejes de Defensa y Balcarce y se expanden sobre la primera en la
pretensión de unificar al circuito, hacia el sur con Parque Lezama.... un recorrido que
conduce hacia La Boca....Entre esos usos que se expanden, se localizan los otros
usos residenciales de una población socialmente muy heterogénea (algunas casonas
recicladas de sectores medios y medio altos; edificios de departamentos, lofts y PH de
sectores medios, hoteles pensión y casas tomadas habitadas por de sectores de bajos
ingresos....)
En La Boca, también pareciera verificarse una segmentación, pero de carácter
diferenciado, que abarca un circuito turístico cultural muy circunscripto, la presencia
extendida del uso de depósitos, el cerrado hábitat de "Catalinas Sur" (un amplio
conjunto de viviendas y servicios habitado por sectores medios de la década del ´60) y
los nuevos edificios en altura en los terrenos de casa Amarilla (para los mismos
sectores destinatarios) y una mucho más extendida presencia de sectores de bajos
ingresos en los omnipresentes inquilinatos y viejas casas en alto estado de deterioro,
así como a través de la expansión de nuevas "villas" altamente precarias y
densificadas sobre la zona ribereña, pero en el bajo autopista, que se presentan como
la contracara del "Caminito", aún no reconocida en los mapas oficiales.
Heterogeneidad social muy pronunciada versus presencia mayoritaria de sectores de
bajos ingresos.
San Telmo presenta mayor heterogeneidad social, altamente entremezclada y
atravesada por la presencia del "centro" en el barrio, mientras en La Boca, parecieran
constituirse espacios de una más acentuada segmentación intra-barrial: entre el
"implante" turístico y la dinámica del resto del barrio. El área que queda por fuera de la
limitada zona renovada, comparte más homogéneamente las características de un
hábitat popular marcado por la vulnerabilidad. Sus habitantes no se apropian de los
posibles beneficios de la renovación, de la que se encuentran socialmente (si no
físicamente) muy distantes.28
En cuanto a la precariedad habitacional, a pesar de que ambos barrios comparten las
modalidad extendida de ocupación de edificios, dada por los inmuebles deteriorados
existentes de carácter público y/o privado, existe una clara diferenciación en San
Telmo, en cuanto a la fuerte incidencia de los sectores de menores ingresos habitando
en hoteles, ya que ésta ha constituido una modalidad de intervención específica del
gobierno de la ciudad en el área. En los últimos meses, las críticas en cuanto a la real
eficacia de estas medidas para resolver el problema social de la vivienda en la ciudad,
está generando desalojos, y a pesar de algunas acciones puntuales de la Comisión
Municipal de la Vivienda en cuanto a la construcción de vivienda de interés social, no
cubre la gran brecha existente entre las propuestas y las necesidades existentes.
Acciones de gobiernos dos tiempos y marcas diferenciadas de los procesos de
renovación.
A diferencia de La Boca, San Telmo cuenta con una normativa de protección histórica
que lleva prácticamente tres décadas de existencia y -a pesar de las reducciones
28 Un funcionario de la CMV plantea así las diferencias: La Boca es más homogéneo como barrio, ¿no? Todos ‘viven y padecen’ lo que es La Boca, en condiciones más o menos parecidas. San Telmo es un cambalache, o sea: tenés la gente de casa tomadas; los hoteles; los conservadores que quieren arrasar con todo lo que sea casas tomadas, hoteles. Tenés de todo. El que la juega de progresista pero tampoco quiere saber nada con la gente de las casas tomadas. ... La gente no quiere a la gente pobre al lado, esa es la realidad. Si lo pueden tirar abajo al PADELAI mejor, si es con la gente adentro, mejor. ¿Por qué? Porque a los que viven alrededor se les valoriza la propiedad y están todos chochos porque se va la gente para allá. (Daniel Suárez)
progresivas y las limitaciones para su efectiva implementación- tiene un peso y abarca
buena parte del barrio. En La Boca, la normativa es territorialmente muy acotada y
nueva en el tiempo.
Las marcas iniciales que pueden dar cuenta de un proceso de renovación se remontan
a la década del ´70, con la presencia de actores locales -como el Museo de al Ciudad-
llevando adelante un debate en torno a la preservación, operando en
microintervenciones barriales como el impulso a la feria de los anticuarios (un tipo de
comercio especializado, ligado al carácter histórico y turístico) y la promoción de
organizaciones sociales que acompañen el proceso (asociaciones de anticuarios y de
comerciantes), pero en un contexto de ausencia de inversión pública y resistencia de
los agentes inmobiliarios locales. A comienzos de la década del ´90, la intervención
pública del gobierno nacional en Puerto Madero -en el contexto más amplio de
transformación de la Ribera-, la modificación y flexibilización de la normativa APH, la
catalogación del patrimonio histórico arquitectónico, la creación de un programa
especial , etc. parecen dar un nuevo impulso al proceso de renovación. Sin embargo,
el cambio de gestiones locales (en el marco de la transformación política de las
instituciones de gobierno de la ciudad, que se vuelve autónoma), en parte parecen
interrumpir o no dar continuidad a este proceso. A mediados de los ´90 -en un contexto
de apertura del crédito inmobiliario- se verifica un cierto accionar de agentes
inmobiliarios en torno a la rehabilitación, mientras otros particulares adquieren viejas
casonas. Este proceso luego parece interrumpirse, siguiendo la dinámica económica
general, más que contando con definiciones específicas de políticas Algo semejante
ocurre con la radicación de algunas sedes empresarias que expanden el carácter
centríco-administrativo, por el sur del barrio. La dinámica ligada a los usos turísticos,
mientras tanto, sigue una progresiva expansión que pareciera ser redinamizada desde
la actual gestión y reforzada desde el Programa San Telmo Monserrat que, sin
embargo, nunca contó con recursos muy significativos para su accionar. Se verifica,
por lo tanto, un proceso de transformaciones a lo largo de varias décadas que tiende a
renovar al barrio, el cual cuenta, aún, con una fuerte presencia de sectores de bajos
ingresos integrados a su dinámica. Una parte de los mismos llegaron - como
ocupantes- en la década del ´80 y nuevos grupos sobre finales de los ´90 en el marco
de la expansión del programa de emergencia en hoteles del gobierno de la ciudad. El
proceso permanece inconcluso y, si bien se han verificado situaciones de desalojos...
las mismas no han adquirido un carácter masivo. Al mismo tiempo, también llegan
nuevos habitantes de bajos ingresos.
En La Boca, las marcas iniciales del proceso de renovación son más recientes, se
remontan a mediados de la década del ´90 - con la realización de las obras para
impedir las inundaciones y algunas microintervenciones de transformación barrial, por
el momento muy circunscriptas territorialmente, pero con opciones de expansión.
A nivel local ciertos actores, como el Director del Centro de Gestión y Participación
(CGP) y una red de organizaciones tradicionales, sienten como propio y acompañan
este proceso. Una diferencia significativa es que, al contrario de lo que ocurre en San
Telmo, el Gobierno de la Ciudad ha definido acciones explícitas en materia
habitacional para los habitantes del barrio. Sin embargo, sus alcances son acotados y,
en algunos casos- como la construcción de conjuntos habitacionales con cocheras y
portería para ex habitantes de conventillos de propiedad municipal, quizás de efectos
contradictorios, dado que dicha configuración se contrapone a los que constituían los
usos y dinámicas del espacio colectivo.
Fomento de actividades turístico culturales
La Secretaría de Turismo, por su parte, parece colocar el énfasis en los efectos de
recuperación económica de la actividad sin que sea claro en qué medida ello puede
contribuir a mejorar las condiciones de la población de más bajos ingresos. En San
Telmo, la existencia de un comercio especializado de mercancías de cierto valor, el de
los anticuarios, no es una actividad que traslade significativamente su impacto al
barrio. En La Boca, no existe una actividad especializada de estas características; los
feriantes, por su parte, provienen de todos los barrios de la ciudad.
La Secretaría busca también la integración entre los circuitos turístico-culturales de
estos barrios, que son -en algunos aspectos- diferenciados: San Telmo cuenta con
ateliers de reconocidos pintores que son visitados en sus lugares de trabajo, La Boca,
con la extendida presencia de pintores callejeros; San Telmo tiene sitios históricos y
museos ligados a manifestaciones y resignificaciones de la "alta cultura"; la Boca,
cuenta con museos y manifestaciones culturales ligadas con su pasado obrero y con
un nuevo implante de manifestaciones artísticas de contenido no local (PROA).
Aunque estas características podrían comenzar a hibridarse...Por otra parte, como
manifestación de la cultura popular, ambos barrios cuentan con murgas (más
extendidas y numerosas en La Boca), que suelen entrar en conflicto en la época de
ensayos y carnavales con los comerciantes y agentes más ligados a las actividades
turísticas, que intentan desplazar las actividades de las primeras a sitios donde no
perturben o invadan sus propias actividades.
La Corporación del Sur
En el mismo sentido, las acciones previstas por la Corporación del Sur se centran en
el corrimiento de la barrera de “prestigio” (indicador de la frontera con el Centro y Norte
de la ciudad) hacia el Sur. Concretamente se plantea: “Utilizar parte de los inmuebles
de dominio privado de la Ciudad de Buenos Aires para generar proyectos de calidad
constructiva y habitacional que permitan desplazar hacia la zona sur la “barrera de
prestigio”. Para lograr este objetivo, se promoverá en el sur “la inversión privada en
desarrollos residenciales para población con distintas capacidades económicas, junto
a una política activa de hábitat social (créditos preferenciales, subsidios, vivienda en
alquiler, etc.).” Las posibilidades de créditos están destinadas fundamentalmente a
jóvenes profesionales, con lo cual se está claramente orientando la atracción de
sectores de ingresos medios y altos hacia la zona y no el afincamiento de aquellos de
mayor vulnerabilidad habitacional que allí residen.
Valor del suelo.
En términos del valor del suelo, La Boca (U$S 550-600 el m2 construido), a diferencia
de San Telmo (U$S 700-800 el m2 construido), presenta valores inmobiliarios
sensiblemente inferiores a la media de la ciudad (U$S 1000). En este sentido,
presenta condiciones más ventajosas para la potencial realización de ganancias
extraordinarias. No obstante, la actual recesión, obstaculiza ese proceso.
Los potenciales perdedores...
Mientras tanto, ambos barrios se caracterizan por una fuerte presencia de sectores de
bajos ingresos. Sin embargo en San Telmo esta presencia se da en un contexto de
una heterogeneidad social mucho más acentuada que en La Boca. También son
distintas las modalidades más expandidas del hábitat popular. En La Boca, la forma
más distintitiva son los inquilinatos, donde gran parte de las familias alquila bajo
arreglos informales (sin contrato) y, una parte de los mismos han devenido en
ocupaciones a lo largo del tiempo (por situaciones de cesación de pagos); como una
novedad, se presenta la presencia de las "villas" que se han densificado notablemente
y, en parte, expandido, en la zona del bajo autopista. En San Telmo, mientras tanto,
las formas distintivas del hábitat de estos sectores son las "casas ocupadas" (muchas
de propiedad pública) y los hoteles pensión.
Esta formas, puede inferirse, plantean diferencias sea en los modos de habitar, las
trayectorias habitacionales y las características y expectativas de estos sectores, así
como desde el punto de vista de la propiedad de los inmuebles y las posibles
estrategias de sus propietarios hacia los mismos .
Los hoteles pensión de San Telmo han sido, hasta el momento, excelentes negocios
para sus propietarios (en parte reforzados por los recursos públicos que actualmente
allí se invierten). Los inquilinatos de La Boca quizás estarían dejando de ser un
negocio tan redituable. Las casas tomadas en San Telmo, por su parte, atienden a la
particularidad de ser, en parte, de propiedad pública y sin destino explícito de política
mientras que en la Boca los conventillos de propiedad pública son parte de operatorias
que enmarcan su destino.
Percepciones diferenciadas de dirigentes sociales barriales
Los dirigentes de las diversas organizaciones de San Telmo perciben claramente la
contraposición entre las obras de rehabilitación arquitectónica y de mejoramiento del
entorno barrial circunscriptas al circuito turístico y la ausencia de obras en el resto del
barrio, cuyo deterioro avanza significativamente. Las acciones de renovación en
relación al futuro del barrio han adquirido una mayor visibilidad que en La Boca y
también, están definidos claramente quiénes las impulsan y además asocian a dicho
proceso, la necesaria expulsión de los sectores de menores ingresos que habitan el
barrio, tanto de las casas tomadas como de los hoteles, a cuyos residentes se los
vincula directamente con los problemas de inseguridad barrial.
A diferencia de la percepción de estos dirigentes (centrados básicamente en torno a la
Asociación de Comerciantes), son claros quienes miran críticamente el proceso y
exigen una efectiva intervención del gobierno de la ciudad en las áreas que quedan
por fuera del circuito turístico, y que requieren inversiones públicas diversas (veredas,
saneamiento, iluminación, etc.) que hacen a la vida cotidiana de las familias residentes
en el barrio.
En La Boca, en relación a las organizaciones sociales y su vinculación con el proceso
de renovación, aparece un mayor dinamismo sostenido por la Fundación Museo
Histórico de La Boca y las organizaciones que ella convoca (37 entidades), en sus
planteos y propuestas por el mantenimiento de la identidad barrial, la preservación del
patrimonio histórico barrial, el patrimonio intangible, un proyecto global para el barrio
que contemple la problemática social (abarcativa de las situaciones de desempleo y
pobreza) y ambiental. Sus acciones incluyen presentaciones legales, activa
participación en la difusión de los problemas barriales e intervención en diversos
ámbitos de discusión. Puede sintetizarse su accionar con el objetivo planteado29 de
“debatir y organizar un proyecto común a los efectos de concientizar a las autoridades
sobre las verdaderas prioridades del lugar, ..., destacando la necesidad de una
intervención artesanal para sanear su infraestructura preservando su patrimonio
heredado implementando un apoyo financier verdadero para todos los habitantes de
La Boca, pensando en el futuro real de la gente”... La perspectiva de estas entidades
en las que la mirada sobre la renovación se centra en los habitantes del barrio,
posiblemente sea una de las que sostengan una posible resistencia, a medida que el
proceso de gentrificación se manifieste más decididamente.
Futuro con final abierto...
Hemos intentado en este trabajo bucear en las diversas manifestaciones que asumen
los proceso de renovación urbana en dos barrios de una ciudad como Buenos Aires.
En ellos, el peso de lo histórico asume un gran valor dado por los movimientos tanto
desde la esfera política, como del área de la inversión económica y el mercado
inmobiliario en torno al patrimonio arquitectónico de cada área y las acciones de
rehabilitación en ellas planteadas.
Las manifestaciones de este patrimonio constituyen, además, el atractivo de los
centros históricos, que convoca no sólo a turistas sino también a sectores de ingresos
medios y altos que encuentran en ellos un paisaje urbano particular, y que a partir del
reciclaje de antiguos inmuebles, la ampliación del sector servicios, de las propuestas
culturales, generan, instalándose en el área, formas de apropiación del espacio
diferenciadas, distantes de aquellas de los habitantes tradicionales del barrio.
Los procesos de transformación barrial: renovación, rehabilitación y posibles
gentrificación que hemos analizado, se encuentran avanzando lentamente. El contexto
macroeconómico actual y su decisiva influencia sobre la posibilidad de implementación
de políticas de carácter social, afecta seriamente las condiciones de reproducción
social de la población, y se convierte en un factor decisivo para la aceleración de
procesos de creciente exclusión social. En ese marco, los desplazamientos sociales
de sectores pauperizados hacia otras áreas más paupérrimas, aún constituirían un
movimiento que pareciera estar dándose en La Boca. mientras individualmente, van
habilitándose residencias y depósitos con emprendimientos artísticos, museísticos. En
San Telmo, por su parte, la percepción de riesgo de desalojo masivo de grupos de
29 Extraído de las Conclusiones del “Primer Cabildo abierto por el espíritu de La Boca” , marzo de 1998.
bajos ingresos se encuentra agudizada, a partir de algunas acciones de gobierno, sin
que se haya aún plasmado en el barrio.
¿Serán las áreas renovadas soporte material, social, cultural y político del desarrollo
sustentable de la ciudad, en un marco de convivencia de diversos sectores sociales?
El avance o detención de este proceso, creemos, estará fuertemente ligado a las
acciones del gobierno de la ciudad hacia el área Sur que, finalmente, serán las que
desequilibrarán la balanza a favor del capital privado o de los habitantes más
vulnerables de los barrios.
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