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PROGRAMA RADIO WEB ED 35 – Ingrid OdgersDIFUSIÓN INTERNACIONAL DE ESCRITORESPOESÍA ACTUALMartes, 3 de noviembre de 2009.-
LILA DIAZ - CHILE
(de Léxico fuego)
MECÁNICA
Nada hay en su arte
nada en el sable
o la mano abierta del guerrero
nada nuevo en la derrota
sólo mecánica del golpe
perfecto trazo del dibujo.
EL ORIGEN
El grito al cielo al centro es una luz
un canto de océanos al cuerpo
En el espesor
la marea se detiene
Ciegos los ojos en esa luz
Y el grito es ahora el océano
Despierto
En el cuerpo que al centro es una luz.
1
LILA DIAZ - CHILE
(del libro inédito Mansiones de Guerra)
Mano armada
A una mujer se le humedecen las manos
y camina en círculos las calles de Chile,
lleva un arma envuelta en pañales
un no nato
que disemina esporas y balas.
La mujer metralleta destella
la pólvora de sus mejillas,
cada latido de sus venas
es un nuevo mantra,
un zumbido que cae a gotas
un segundo antes de la emboscada.
A una mujer se le humedecen las manos
y tiembla el gatillo en el cielo que la acompaña.
(de libro sin titulo)
LILA DIAZ - CHILE
Mesera de cócteles
La mesera lleva una cruz colgada al cuello
la mesera oriental tiene una cruz de oro y una falda pequeña
2
derrama los vasos mientras camina, se ríe.
No, no soy católica y mete el dedo entre la cruz y la cadena
como quien estira un chicle entre los dedos.
No, no soy católica, es solo un accesorio.
LILA DIAZ - CHILE
(Inédito)
Santuario
La Virgen levanta sus manos
y abruma el perfume
en el manto de su presencia.
Extiende los brazos,
dispara
con alcance perfecto
los misiles de sus dedos.
El blanco inmaculado delata
no hay flores mustias en agua santa.
En su jardín el decorado espanta.
Perfectas vírgenes de yeso
alertas al grito
moran el campo de batalla.
Una plegaria abre sus ojos
inmutables en la espera,
en el refugio de puño y destello
santuario eterno
de naturaleza muerta.
3
CARMEN GARCIA - CHILE
Yo me pregunto quién es el que habla por las noches
con la sombra de quién habla el pájaro que tirita en mi cabeza
a quién conoce el silencio
hacia dónde vuela el corazón que llevo entre las manos
Tengo una cruz en la mitad del rostro
un abismo celeste que mira diminuto
la ciudad oscura donde ya nadie habita
En poco tiempo, todo estará cubierto de agua
las casas, los niños dormidos, el vientre de las mujeres,
las rosas enterradas
En pocas horas, abriremos un camino que nos conduce hacia nada
ahí dejaremos crecer la barba de los abuelos
tomaremos el té con los muertos de la familia
en ninguna parte hablaremos con dios el idioma de la lluvia
su dialecto que cruje abandonado
y veremos a las niñas pasear descalzas
con los pies rotos
con las muñecas quebradas
desenterrando el corazón de los pájaros.
CARMEN GARCIA - CHILE
Alguien creyó que el metal de los huesos era blanco
el esqueleto reconoce a los antepasados
repite sus nombres con una estela de vidrio
y sus nombres dejan un brillo que alguien sigue con la mirada
Si hubiese que desenterrar sus dedos para ver hacia donde indican
lo haríamos con las rodillas y la boca
4
a pesar de la lluvia
a pesar de la nada
plantaríamos semillas en los ojos de los muertos
para que el mito sea de los otros.
CARMEN GARCIA - CHILE
Mis hermanos se limaron las uñas con las piedras
descosieron su sangre
y su sangre fue veneno blanco en la boca del sin miedo
Ya nadie camina por los jardines de crin
Nadie lleva la copa colgando de una oreja
Ninguno entiende la calma en medio de la noche
Mis hermanos se rompieron los dedos con las piedras
en homenaje a alguno que tejió una mantilla para los insomnes
y dejó la tierra cubierta de hilo negro
Entendiendo que dormir es un homenaje a los ciegos.
EUGENIA BRITO -CHILE
(De Vía Pública)
Abandonada de ti
te llevo en mi
5
como la antigua Venus
su belleza en los brazos rotos
sabiendo que al final de mi
me esperas tú
para cortármelos.
I
Ayer te llamé
y mi propia sombra
respondió en el teléfono.
II
Adiós te dije dulcemente
y la calle creció creció
como la noche.
III
Tu cuerpo lucha en la pared.
Mi cuarto
no puede dejarte ir
sin herirme.
IV
Fantasma trasnochado del amanecer
Cantando tu propio tango
6
De pie llorando
Ante el balcón de una mujer
También fantasma.
EUGENIA BRITO -CHILE
(de Filiaciones)
Tierra sangrante bajo la tierra seca
lápida y fuente de lo que soy
exhorto
Bebo en la sangre del agujereado
También para mí el boquete:
toda la tierra me abro por este boquete que se me mete
dentro
hasta donde no más vence su espesor
ciego lecho de sombras
pabellón de ventanas todas alzan mi cruz
hasta donde no más despertarás nunca
besé tu oscura piel
con goce con horror rasgué tu cuerpo
y fui tu vuelo.
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EUGENIA BRITO -CHILE
Vibra en su cuerpo cada hebra de plata
Cuando se abre
su última fuente
Estampa en que su cuerpo flota sobre estas sucias aguas
Se reconoce síntoma
Se sabe vana
Ha arrojado su vida por ser imagen
Los transeúntes que apenas la conocen
conectan su paso a sus cabellos
entonces la araña que ensombrece su viaje sin descanso
los hace oír sus velo-violines enmarañados:
sus mensajes
que pesan más que la memoria
más que la pasión
pesan en verdad como el dolor de toda gran pasión
es una cavidad donde un amor sin fondo
se reconoce para siempre
solo.
“Me llenó el lenguaje de su centro. Me expiró su pasado.
Dancé sobre la fuente: todo mi goce fue inmaterial.”
.
.
.
.
8
EUGENIA BRITO -CHILE
.
¿Y si mi pelo fuera de seda
para los alambrados;
si mi pelo fuera esta música
que ellos me dicen: te oigo?
¿O si fuera yo no más la que me escucho
cuando hablan,
yo no más frente al cielo material
tocada como el río por sus sucias cunetas,
la esteparia,
la cubierta de flores,
sin brazos que llenar,
la derramada?
¿Será por eso que tiemblan de náusea las baldosas
cuando se recogen al amanecer
pues saben que ellas siempre
osamenta fueron de otra vieja piedra
“Como circulantes, ávidos de placer, los lechos negros
derramaron la labia de su fuente. Y yo expandí la urbe
de mi boca cautiva en su mensaje”.
.
.
.
.
9
.
.
Del ruido al eco, del eco al alarido
del alarido la resaca hundida
y es una procesión de olas la que anida
para su invocación la roja llamarada.
Su dotación herida viste a los transeúntes
Qué pronto llegan a este rumor las estepas
Su nocturno lamento
llama a las estaciones traicionadas
Y el sonido del tiempo crece espacios
por donde se mueven sordamente
las rumorosas aguas
de esta tierra
hasta rebotar otra vez
en mi garganta
que relata sin piedad
el sueño inmóvil
“Oh sudor de esta habla anegando en su espejo la turbia marejada.
Su marca inexplotable aún rastrea mis sueños”.
10
EUGENIA BRITO -CHILE
(de Emplazamientos)
América duerme enteramente recostada en mi lengua.
.
.
.
.
Apagada apagada
pego una letra azul sobre
...................tu rostro
mojo tus labios ....... hablo
...................No
.................. me dices
yo no he juntado aún la primera sílaba.
Mi primer cuerpo se abrió al deseo
El segundo a su falta
...................Ahora, yo miro silenciosa la herida en que
...................esos dos cuerpos me dejaron
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Ninguno de los dos ha cicatrizado
pero conozco la operación de la sutura.
..................El primer cuerpo es falla
..................y el segundo su trama.
.................Opero sobre la redención de la falla
................de la falla
Los viejos hilvanes claman:
.................es un relato incierto
El equipaje antiguo de mi nombre
como los restos de un antiguo naufragio
que aún suelo recordar.
El verdadero texto está en el oleaje turbio
del mar
y la memoria se empeña en alejarlo
como la estela que dejar ciertos barcos
dividiendo las aguas con su huella
como si sostuviera esa línea tan tenue el secreto
de un rostro
que quisiera aparecer
y revelarse
desnudo
alzado en plenitud por las arenas
Esa cara desnuda
………………………… y su columna
………………………… de milenarios huesos sin duda
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………………………… invertebrados
………………………… aún sostiene el paisaje
………………………… sin poder borrar la tersura del duelo
Pero desde su marcha,
………………………… tras el cuerpo borroso
………………………… mi nombre legítimo
Acude como un golpe a mi mejilla izquierda.
Era distinto a mi antiguo nombre que desclavó mis huesos
a una historia porosa
Yo lo perdí y ahora,
estoy de pie junto a su olorde templo viejo y civilizado.
EUGENIA BRITO -CHILE
(De Dónde Vas)
No quise permanecer en esta tierra ingrávida.
No quise la hostilidad de sus habitantes.
No quise arar más la vida entre los páramos
Ni escuchar este viento.
Primera María, terror que obtura el espejo del habla.
María, la primera, pasión de su verdugo, el ensayo del crimen
Sobre la patria indemne.
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Primera María: eco, suburbio de los ecos.
¿consideraste tu propia épica del tamaño de un hueso
Para partir y legar tu diván milimetrado en el asombro del tiempo?
Legar la imagen suntuosa de tan opaco sino
Legar la noche y la expresión gravosa
Legar la cara.
Legar la noche y su pantomima.
Legar el olor y su llamada al tacto.
Su condición precaria
Irreverente al discurso
Tácita.
EUGENIA BRITO -CHILE
(de Extraña Permanencia)
EL ALTILLO
No saben cómo se encuentra en el altillo removiendo en la antigua pintura
anquilosada. Hasta que la blancura devuelve su aguada y se vuelve amplia,
voluminosa, pudiendo proyectar sobre ella la parquedad de la coloración
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andina. Entonces, la piedra devuelve su sacralidad a los legos y la hora se
dobla.
Cómo se sale de la letra? ¿Hacia qué parajes?
Si ella retiene todas las coyunturas y se arma justamente con la fuerza de la
retención, hasta expulsar las amarras en sobresaltos y envistiendo desnudas
bocacalles.
Piensan los actores.
¿Cómo se sale? ¿Por dónde?
Dicen
Armando esa pregunta como un disco que se lanza por fuera y por dentro del
vocabulario, tal vez establezcamos la otra ruta inversa y múltiple.
Aclaran
La que se plantea desde la fase lunar hasta el repliegue de una convulsión y su
internación inmediata.
Qué estadios comparecen
inquieren
Ninguno queda como excepción, pues si dejáramos uno afuera, el otro portal
se abriría inmediatamente.
Adela entra a la habitación vestida de blanco, a la espera de que la luz llegue
hasta sus zapatos dorándolos.
Zapatos de Magritte, incluso hasta los incrédulos mirarían su pié desnudo, el
amanecer también despierta la vocación a la carne.
Sobre el vestido singular, la piel de los devotos de los tiempos antiguos, cerca
del muro, las fotos dispersas eluden cualquier interpretación.
Ella entra a la habitación, la piel sellada. Es la ejecutante que deja todo atrás
haciendo fluir los órganos y su continuo movimiento. La vibración de la madera
es un sonido vital, para esos inermes que, a puerta cerrada, como después de
una cirugía en la que se explora el cuerpo, remueven los órganos, bajando el
pulso, y las arterias se atropellan la repartición de la sangre.
Esperan.
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Están en esa sala para planificar una práctica ceremonial. Portan en su nombre
genital una reseña histórica. Hay que ver a Adela desprenderse de su olor, que
atrae a todos y los hace predicar errantes tópicos.
Ella requiere de toda atención, inserta en materiales humanos como son la
curiosidad, la inquietud, cualquier exploración la deja desprovista de luz,
inclinada a la noche y al irreprimible sello del deseo.
Por lo tanto la hora para las actuaciones la piensan con rigor.
Examinada con un instrumental exiguo: una pluma de cincel muy fino, un lápiz
con tinta negra, un archivo. Muchas láminas de distinta textura.
Aunque no se haya acordado previamente, hay jerarquías entre los actores.
Esto se refleja en la calidad del papel que se les otorga, siempre tan
cambiante.
Es breve el espacio concedido a su desplazamiento.
Son ellos el montaje; ella, el único soporte.
MIREYA ZUÑIAGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Desperté temblando entera
La transpiración estaba helada
Llovían sobre mi espalda
Orines de caballo
Cuando sueño contigo
Me traspasa la muerte una vez más
En cortejo de fúnebres alucinaciones:
Vaca abierta
Entonces dejo de pensar en ti y lloro
Me limpio la cara con la sal de mis ojos
Y cuando me lame el otro
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Estoy amarga…
Desperté temblando entera
Como tantos otros amaneceres
Abismales.
Origen del fuego
Comenzamos a comernos
La tierra con amor
Y de tanto hablar
En forma de crepúsculo
Me siento más montaña que otros días
Comenzamos a bebernos
Los ríos y los mares
Y de tanto trasnochar
En forma de aurora
Me siento más valle
Así comiendo y bebiendo
El universo
Pasó
Y nos perdimos enlutados
En la lava
De algún trueno.
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MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Abre el portón de tu alma
Mira:
De algún susurro nace una ventana
Mi amor inconmensurable
Cabe en un grano de mostaza
Oigo el jazz de los muertos
Canción vieja sin palabras
Dormías en el fondo de mis ojos
Allá:
Esquinas de mi estómago.
En la secreta casa de la noche
(De Poemas del País de Nunca Jamás.)
Jorge Teillier
En la secreta casa de la noche
Rumores escasos
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Sollozos cruzando piedras
Lisas húmedas olvidadas
El cantar del hocico del tren oxidado
Se pierde con gran pavura
Un potro busca y busca la sombra de la jaca
Que sube la colina tomada de la cola de un cometa
Entonces regreso al sosiego de la casa de la noche
La secreta casa de la noche.
MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Casa patronal
El jorobado había preñado a la perra
Pobre perra hembra de hombre
Destinada a parir deformidad
Se estremecía y rezaba:
Ave María Purísima:
Virgencita que venga sano el huacho
Pasaron entre vómitos
Rezos lágrimas
Los meses necesarios:
Nació muerto el angelito
Venía con la espalda perfecta.
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MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Dicho en voz alta
- Eres una mierda!
El eco subió a la montaña
Pasando por el valle
Dejó flores fallecidas
Una triste fumarola
Póstumo perfume
Cadáveres de golondrinas
Cadáveres de pichones
Restos de nomeolvides
Cayó la mano sobre la hierba
Sobre la arena un brazo desmembrado
Ausencia de lágrimas
Se curvó la espalda
Espalda rota
Se le pudrió la garganta al canario
Canario mudo
Agonizó el águila sobre las nubes
Águila ciega
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Todo se rompió
Vaca vacía
- Cállate!
MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Sentado ausente
Nauseabunda grisura la del viejo
Tristura en su frente y en sus labios
Abandono
Nadie cercano solo lejura
Sentado ausente y gris
En la mecedora de la salitrera
Viento arena
Ripio duna
Un ave oscura
Gira gira
Mas el viejo se mece
Y espanta los deseos
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Permanece el hambre
Permanece.
MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Hay un día feliz
“El musgo en la húmedas manos de las piedras”
Nicanor Parra
En las húmedas manos de las piedras
En el jardín fantasmal
De mi infancia lejura
Allá
En esos montes azules
Cerros de ripio y sal
Crecían las añaguas y las walchas
Melodía traviesa del mar de mis ensueños
Donde bailaban los delfines
Y las medusas brillaban en la arena
Recorría huellas de cangrejos
Me perdía en cuevas de piratas
Ojo tuerto
Allá
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El musgo.
Por los ojos de la jaca
Y cuando en un abrazo le dijo: “Me voy”
pensó que estaba dormida
Ojos de salamandra
ojos de sapo tuerto
ojos de perro que quiso ser caballo
ojos de mula triste
de niña que vomita
de vaca agonizante
Ojos de prisionero
de cantante de moda y otros cantos
Que se tragan a la noche
a la virtud
a la muerte
Ojos que han estado en la vera
(que se han saciado de plasma)
nadando por monte ardiente
(que se han vestido de llamas)
trepando por tierras arcillosas y oscuras
(que se han chupado un limón)
un pasado y calaveras
(que se han perdido en las venas de animal momificado)
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Batracios y reptiles
por los ojos de la jaca
van al jardín de la luna
(Lagartija sin sol
aflicción precipitada)
Ronda de mezquinos enanos y gigantes oscuros.
MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Lloró.
-¡Cómo aman tus ojos!
Recuperó la vista la tortuga
y los cegados tiraron las muletas
Hasta la escarcha abriga
se despertó la abeja
se secó la cloaca
y el asesino ha huido
y gira como trompo
por los tiempos transitados
del infierno
Huyen los gusanos
a parasitar los sepultados
dejando las carnes tiernas intactas
sin alfileres
ya no hay escupideras ni hospitales
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Si eclosiona la rana
y estaba cristalizada de nieve
si aulla la rama
y era sorda la uva y el pez
si murmuran las palomas de marfil
y hacen ronda
Girasoles sonoros espían mi ventana
hilos de plata van por mis dedos crecidos
trenzas de añañucas reposan en mi espalda
parpadeo de jazmines mis herbosas enaguas
-¡Cómo aman tus ojos!
-¡Cómo besan los tuyos!
MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Divagares
II
Frente a mí tantas lenguas
que entender no podía
¿La oveja y el ovejo?
¿No era lagarto y lagartija?
¿La abeja y el abejo?
¿No era perro y perra perra y perro vagando
por los infinitos atajos estelares?
¿Deben las letras del abecedario desfilar
siempre tan neuróticamente ordenadas
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comenzando por la a?
Mi abecedario ya no tiene a
¿Será por eso entonces que no puedo escribir padre
madre hija casa patria?
Debo encontrar la a?
¿Estará debajo de una piedra?
-¡Piedro!
¿Estará acechándome en la huella?
-¡Huello!
Voz doy sol soy
¿Hace falta la a?
Mar sal cal pan
MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Y mirada lapislázuli
I
Procesión de hormigas ciegas
Van al funeral de la niña
De pelo estambre amarillo
Y mirada lapislázuli
Fue de pronto un grito sordo
26
La fiebre coneja preñada
Parió grados y estertores
Y ya no sirvieron de nada
Las hierbas ni los emplastos
Las recetas de alto vuelo
Ni las manos de profetas
Sobre la almohada mojada
II
Murió la niña
De pelo estambre amarillo
Y mirada lapislázuli
Ciegas las hormigas todas
Cuencas hocicos rieles
Trenes cuencas hocicos
Acompañaron el duelo
El cortejo y las tristes campanadas
Que se oyeron a lo lejos
Al cubrir la tierra húmeda
La huesera de la amada.
27
MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Tu puerta
Al final del camino me esperaba tu puerta
Por eso seguía a pesar del agobio
A pesar del color de las golondrinas muertas
Seguía tu sombra, tu huella
Tu abandono pesaba en mi espalda
Adoptaba el ardor de infiernos temidos
¿Estaría abierta?
¿Te habrías encerrado con martillos y clavos?
Tardaba tanto para divisarla
Y el aire me faltaba
De pronto
Ya llego, ya llego a tu puerta
Ya llego a tu sombra, ya llego a tu huella
Lloro
El umbral está tapiado y cubierto de hierbas.
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Desván
Grito perdido en la penumbra
descanso de la aurora
tren desvelado
llamas de rocío ardiendo
fantasma suelto
mar
noche enronquecida
por amapolas agrias
lúgubre espanto
graznidos
trenzas
relinchos
caracol hambriento
pezuña de pie herido
cajones
rodillas mordidas
por siniestros gavilanes
vientre escamoso
senderos de caballos sin cabeza
pena
tripas de muertos en garajes
intestinos temidos
ombligos gigantescos
dientes de invierno y vómitos
ojeras moribundas
perforadas violetas
aullidos de novia mutilada.
29
MIREYA ZUÑIGA-ANTOFAGASTA – CHILE
Ruge el mar
Ruge
Ruge entrañable hermano
En tu líquido amniótico
Caballos y arenques
Cuántos naufragios
Una pierna sola flota
Un gorro de marinero borracho
Gira gira gira
Ruge
Ruge entrañable amigo
En tus aguas verdosas
Crecen morsas y sardinas
En la superficie restos de gaviotas
Un buche de pelícano
Palma de pingüino oblicuo
Mira mira mira
Ruge
Ruge entrañable esposo
Olas encrespadas de celo del cielo
Olas crepusculares cuando me abrazas
Cuando me pierdo en tus entrañas saladas
La espuma me llena la boca
Como un póstumo beso
Lloro lloro lloro.
30
ROXANA MIRANDA -OSORNO -CHILE
(DeTentaciones de Eva)
Pareja
Un caballo vuela al sur en medio de la guerra.
Un caballo sin alas montado en una nube,
me llama a la puerta de mis sueños
donde soy una potra más rubia que el sol.
Indomable como un pensamiento,
relincho mis ilusiones con olor a hierbas,
perfumo el viento de mi sudor.
Despierto.
El caballo se cae del cielo
y me deja preñada.
ROXANA MIRANDA -OSORNO -CHILE
Yo, Pecadora
Confieso,
que maté a una flor por la espalda
y le disparé a la cigüeña.
Confieso
que me comí todas las manzanas
y que suspiro tres veces
al encenderse la luna.
Que le mentí a la inocencia
31
y golpeé a la ternura.
Confieso que he deseado a mis prójimos
y que tengo pensamientos impuros
con un santito.
Confieso que me vendí por dinero.
Que no soy yo
y que he pecado de pensamiento,
palabra y omisión
y confieso, que no me arrepiento.
ROXANA MIRANDA -OSORNO -CHILE
(De Seducción de los venenos)
Se cumple la profecía
y derramo la tinta por los ojos.
Escribo sin aliento
distrayéndome
en las vacas que atraviesan este puente,
en donde ya no se oyen mugidos,
sino gritos,
de una lanza clavada en la costilla
que señala con sangre
las muertes
que seguirme.
Escribo masacrándome,
mostrando,
abriendo llagas en que llorar
y golpear en tantos pechos.
Plegaria en los murmullos.
32
Escribo con velas en los ojos.
ROXANA MIRANDA -OSORNO -CHILE
(De Invocación al Shumpall, inédito)
Me dejo peinar en el ensueño
mal de ojo es esto
Pasmo de corazón
dice mi orina
Agua de carmelitas
untadas a la lengua
Punza la pena de los abandonados
Mal de ojo es esto
Falta tu líquido
mezclado con mi orina
Mixtura de humores
mi mal
Mal de ojos es
que me arranques los cabellos
tras las sábanas.
…………………………………….
Repito este mi rezo
por si vienes.
33
Aquí, frente a las olas
me arrodillo.
Invoco tus cabellos
anudados por la sal.
Espero a que aparezcas
en la tercera ola niño-pez.
Que me trague el mar.
Que me lleven desnuda por la espuma.
Y allí, donde entre piedra venga arena.
Espero me ilumines en la tercera ola.
Ya sabes que son tres los arco iris
derramados en el aire.
Ya sabes que me duermo entre las rocas
esperando a que aparezcas.
Repito este mi rezo
hasta que vengas.
Envuelto en esas algas que te crecen
desde el sueño a la tristeza.
34
YENY DIAZ -LOS ANGELES - CHILE
Animitas (de Exhumaciones)
A la orilla de la carretera hago de’o pa’ que me lleven al cielo.
El infierno de polvo le espera
prisión del paso
malva seca en invierno cruz de madera
y una guirnalda tricolor
Artemio Segundo Jara Pardo, 25 años,arrastrado por camión. Desesperado
por contar la noticia, se casaría
con Josefina en septiembre,
ella plantó unas violetitas en el borde,
los enamorados le hacen mandas.
Cuando hacía el amor con ella
algo de plumas llenaba mi boca
era comer belleza
alcanzar toda la sal de la tierra
incrustarme en las estrellitas de sus cejas
Qué oscuro se ha poní’o mi corazón
Las violetas de mi borde se han secado
como yo en este pedazo de recuerdo
mi lengua roja larga
cuchillo de carne trata de alcanzar
35
Él tiene una enfermedad redonda dentro
sangra tan madura y ciega
tal enfermedad podrida entera
humana que le quiebra ojos y muelas
delgado y traslúcido es el amor de los vivos
Quédate mudo Artemio como todos.
Calla tu corazón.
Antenor Casio Sánchez Quintero, 46 añoslo pillaron colgado del cerezo junto
al camino de las Dianas. Se dice
que sus deudas
con el cielo eran infinitas
y su mujer Toda Vitalia huyó hacia el norte
con su hermano Cleofe de la Cruz.
¡Ay cuando los agarre señor!, les machacaré uno por uno los dedos,
la lengua les cantara desgracia
y sus soplos serán masticados por sabandijas.
La Toda era la más bonita del fundo
la muy quebrada hija negra de su madre.
¡Oigan mi rabia! ¡oigan
a lo lejos los animales de los hombres!
36
Dicen que las mujeres infieles nunca pasan por el camino de las Dianas
porque sienten que las tiran de las piernas. Antenor
está negro y amargo.
Los callados (de Exhumaciones)
"Y yo vine desde tan lejos pa’ puro perder mi gente"
Manuel Cruces
Eché mi suerte a correr entre la sangre de los vacunos
y a mi muerte cayeron sus cabezas
la semilla del asesinado comieron los animales
secáronse la tierra y gran manto que cubría el cuerpo
…calladita calladita que ya no vuelven más…
Difuntas estas cruces bajo el cerro
mi familia mi familia me enterró creyendo que sería piñón
floreció la maleza negra del ataúd
y la savia muerta manchó las manos de mis hijas blancas
Mis hijas mis hijas mi fruta
tienen ahora la manda del luto en sus caritas
que dios me perdone
que dios me perdone
por no que querer partir a sus terrenos
Teñido en la cocina y en estos
cuatro palos que son la mesa,
37
la cama de mi velorio,
desojado me voy con mi cara traspasada
traigo viento cenizo sobre esta casa
cerrarse la puerta para dios mandé
y ensuciarse los caminos para la virgen
no vuelvo Inés
que no me vuelvo
He dejado a mis crías sin leche
la promesa
¡qué me han hecho!
¡qué me han hecho!
este indio come tierra y sin raíz planta del aire es
Un muerto ni cien no merecen ver crecer
la tierra sin sentirla ni el pecho de su mujer solitario
penando salgo con una estaca atravesada en el espinazo
los vacunos negros rojos cayeron en el barro
sabían que corría por ahí la desgracia
La miseria de estar muerto podrá partirme
los ojos estos ojos oscuros
centro de la herida cortada la lengua filosa
de esta tierra para mis hijos
nuestra casa hecha golpe
montaña que abrió el rostro
al antiguo le cierra los ojos hoy a este indio
Mi padre se enrosca entre los cerros
montecitos de oro suyos
cruzó la montaña cordón de piedra
abandonar la tierra empezar de nuevo
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para que su cría sea machacada hasta el cansancio
Un dios reventado se olvidó de nosotros
la promesa que me hizo el árbol
el viento la llevo lejos por el río
como a otros
yo rezo por ti para verte
¡No levantes el poncho mujer!
no lo levantes que arrastrándole
iré dejando camino pa’ que me busque uste’
allá donde está oscuro
nunca veremos el sol mujer
nunca más veremos el sol
yo estoy solo ahora
Mis pies Inés mis pies de indio
andan fríos en este calabozo
esperaré a que vuelvas
levanta la huerta por mi
que mis manos andan sin sentirlas
sin sentirlas Inés
Un dios plomo nos mira el aleteo desesperado
ave María pájara pulcra vela por mis hijas que voy
con la cara a culatazos
no puedo esconderme me llevaron
La ausencia desforma el destino de cualquiera
los grillos perdieron el aire
mis hijas han cogido las naranjas más amargas
ese árbol debió ser cortado
cuando perdió su dulzura
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Tengo rajado el pecho
mi alma se quedó abierta en el entierro
en el río se perdió mi sangre
y la ropa quedó sucia tan sucias
junto a las palmas del matador
Una estela madurita me llevo al oeste
me hundo en el mar
con los ahogados.
Yo nunca vi este pueblo y
desde el cerro creí que eran plumas blancas
y al enterrar esta carne
nos sembramos junto a ella
Estos vacunos negros saben de la sangre
y soy polvo por la pena de dejarte
diles que no me maten
diles que no me maten
porque mancharan el porvenir
En la frente de un árbol
está escrito el perdón
y en el vientre limpio de mis nietas
Quedamos quietos después del ruido
y el cuerpo de mi hija
fue arrastrado sin compasión
cierro los ojos
Tengo pena
tengo miedo
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no encuentro perdón
debiste arrancar pa’ la frontera mi señor
han roto el porvenir
No se rece más en esta casa o les sacaré la lengua a todos
no volverá
no se siente por el norte
la tierra se nos secó
y los árboles viajaron hacia el mar
allá va su dueño
arrastrando el poncho
remendado de nosotros
Nos quedamos solas tengo miedo
el hambre me quiebra la esperanza
llórale a dios pa’ que nos deje tranquilos
llórale pa’ que se olvide de nosotros
Eché mi suerte a correr entre la sangre de los vacunos Inés
y a mi muerte cayeron sus cabezas
me sembraron creyendo que sería piñón
y dios nos dio la espalda
y mi lengua se arrolló en mi boca
y sólo fui un montón de huesos y ceniza
Esto es la nada llena de ojos de carne y de piedras
y la lengua entonces señor será
y la tierra entonces señor será más negra que negra
inquieta he visto señor
la última vez que estuvimos juntos
perdí mis sueños mi quijada y tu cruz
He dejado la semilla exhumada
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a mis nietas vivas las crías blancas
a mis nietas el perdón
montecito de oro suyo soy
rezo ahora en lo oscuro para ellas
y por los no nacidos
y arrancados
y siempre por los no nacidos
y los arrancados
Inés ya no vuelvo
ya no vuelvo
Domingo Solocea
Me he ido pudriendo tan callado
creciendo la larva dura
dentro del corazón
y la boca nunca fue tan dolora como
el despertar en lo oscurito
pudriéndome hasta el comienzo
Cea olvidado este nombre y su tristeza
de nacimiento en el seno de la gata
aquí
abajo
he de tragarme mi dolor
nunca entendí la quebrada ni el amor del agua
de mi Rosa
que se fue tan temprano con
lo enfermo que tiene el hombre
en esta tierra del infierno…
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I lesos (de Exhumaciones)Restos
Qué bestia ha roto la constelación justa de las montañas
y tiró tu carne a las ciudades
qué bestia atacó la atadura de los pájaros, animas, y ríos y tierra
quien cortó la estela de tu órgano más delgado
y voló tus cristalinos de un golpe sangroso
Qué gitano por el mundo te arrojó
y te escupió tan lejos como pudo
desterrando tu corazón de plumas
siendo la flor del aire el castigo de la pureza
cerros paridos por niños
y andar haciendo pactos con los cóndores
nos trajo purita sangre
Qué bestia devoró el pacto de las lenguas intactas
y quebró el agua de los esqueletos solos…
hueso quebrado de la montaña, pájaro sin vuelo
qué rumor de púas estranguló tu paso caluroso
y marcó tus ojos tan morenos de vergüenza?
qué Cristo que virgen te arrancó el espíritu
de las aguas y piedras y pumas de la sangre hirviente?
¿Qué Cristo qué virgen te arrancó el espíritu?
La chaycana
Hay una espesura en la distancia de la distancia del cielo
y mi reina en su hoja más pálida esqueleto
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baja sus ojos largos a mí su habitante resignado
y mi reina chaycán señora monte
trae sus aires dentro de mis viseras
y la distancia de la distancia se abren al cielo
mis párpados para recibirla ligero
¡Ay! hoja mi chaycana vuela
hoja mi chaycán
abrazo el cielo para ella y la amamanto
de oro como manda mi señora
y la enjuago de piedras colorientas
y de vientos que no se ven por estos desiertos
mi espesura y mi reina
con su vuelo amargo su vuelo
hoja mi chaycana sube
hoja mi chaycana va
hoja mi chaycana monte
hoja mi chaycana vuelva.
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