Con un inusitado carácter de actualidad afirma Freud que habría en los psicoanalistas una férrea resistencia, que se expresa en la ambición de obtener a través de su
instrumento, un logro convincente para los demás. Es decir un acomodar el dispositivo y sus resultados a las mismas
resistencias que lo atacan.En las transferencias recíprocas encuentra la imposibilidad de la asepsia extrema y por el contrario en ese jugarse el ser
del analista halla el instrumento para “operar”. Toda analogía le resultará insuficiente para ejemplificar el método por el que sólo logrará recomendaciones, dada la
materia humana y las subjetividades puestas en juego. Toda la tendencia actual es hacia la prontitud de contactos,
rápidas miradas, y ejecuciones expeditivas. ¡Qué poco queda entonces para el encuentro íntimo con los otros y consigo mismo! El hombre es empujado a la vorágine y responde
con demandas acordes de aceleración.Los tratamientos no escapan a esta exigencia que como vemos pueden articularse a la tradición que enmarca la
cura médica. Al deber del médico. Freud tiene presente la cita de Esculapio, cuando se hallaba separando su método
de la medicina, recibiendo el rechazo de sus colegas y atreviéndose a lo inédito.
La lucha contra el fantasma del furor curandis, el fantasma de la urgencia y del ganar prestigio gracias a éxitos terapéuticos, así como el tener que renunciar a la
universalización del método, a la pregunta por la etiología, a la comodidad de incluir a cada sujeto en un cuadro
psicopatológico, a aceptar el tiempo del análisis diverso al tiempo cronológico, fueron obstáculos cuya consideración le
permitió avanzar en su teoría.
Carlos Isod
Ni rápido, ni seguro
alberto losChI
El Proceso Analítico. Resistencias en
análisis - Narcisismo - Reelaboración
MarIo CóCCaro
Psicoanálisis y el arte de curar
héCtor Cothros
Tuto, cito, jucunde
stella M. onetto
La resistencia y lo resistido
6666
publicación psicoanalítica
agosto de 2017
precio del ejemplar $ 100
año 21
TuTo, ciTo, jucuNdETuTo, ciTo, jucuNdE
“La cura analítica se aleja del ideal de una terapia rápida, segura y agradable.”Sigmund Freud
Con un inusitado carácter de actualidad afirma Freud que habría en los psicoanalistas una férrea resistencia, que se expresa en la ambición de obtener a través de su
instrumento, un logro convincente para los demás. Es decir un acomodar el dispositivo y sus resultados a las mismas
resistencias que lo atacan.En las transferencias recíprocas encuentra la imposibilidad de la asepsia extrema y por el contrario en ese jugarse el ser
del analista halla el instrumento para “operar”. Toda analogía le resultará insuficiente para ejemplificar el método por el que sólo logrará recomendaciones, dada la
materia humana y las subjetividades puestas en juego. Toda la tendencia actual es hacia la prontitud de contactos,
rápidas miradas, y ejecuciones expeditivas. ¡Qué poco queda entonces para el encuentro íntimo con los otros y consigo mismo! El hombre es empujado a la vorágine y responde
con demandas acordes de aceleración.Los tratamientos no escapan a esta exigencia que como vemos pueden articularse a la tradición que enmarca la
cura médica. Al deber del médico. Freud tiene presente la cita de Esculapio, cuando se hallaba separando su método
de la medicina, recibiendo el rechazo de sus colegas y atreviéndose a lo inédito.
La lucha contra el fantasma del furor curandis, el fantasma de la urgencia y del ganar prestigio gracias a éxitos terapéuticos, así como el tener que renunciar a la
universalización del método, a la pregunta por la etiología, a la comodidad de incluir a cada sujeto en un cuadro
psicopatológico, a aceptar el tiempo del análisis diverso al tiempo cronológico, fueron obstáculos cuya consideración le
permitió avanzar en su teoría.
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“La Peste de Tebas” se distribuye en dos versiones idén-ticas, en soporte papel (revista impresa) o digital (archivo PDF).
Cada número está dedicado a un tema del psicoanálisis so-bre el cual escriben los miembros del comité editor y presti-giosos psicoanalistas invitados, y se presenta en una mesa redonda —abierta a todos nuestros lectores— en la que se debaten sus contenidos.
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66 Editorial 3
Carlos Isod
Ni rápido, ni seguro 5
Alberto Loschi
El Proceso Analítico.
Resistencias en análisis - Narcisismo - Reelaboración 11
Mario Cóccaro
Psicoanálisis y el arte de curar 18
Héctor Cothros
Tuto, cito, jucunde 23
Stella M. Onetto
La resistencia y lo resistido 28
Nº 66 SUMARIO
Conflicto psíquico
Tema del próximo número
Las responsabilidades que pudieranderivarse de los artículos firmadoscorren por cuenta de sus autores.La reproducción total o parcial de unartículo está permitida con la autorizaciónescrita de la Dirección de La Peste ymencionando la fuente. Registro Nacionalde la Propiedad Intelectual en trámite.
PUBLICACIÓN PSICOANALÍTICA CUATRIMESTRAL
Editorial La Peste
Virrey Loreto 1520 - 1º “B”
(1426) Ciudad de Buenos Aires
Tel / fax: 4831-0354
e-mail: [email protected]
Editores
Mario Cóccaro
Liliana Denicola
Carlos Isod
Alberto Loschi
Adriana Sorrentini
Coordinación General
Adriana Sorrentini
Diseño Gráfico
Trineo (colaboración)
Ilustración de tapa
S/T de Ricardo Laham
Sumario
Peste de Tebas 66 galera 3.indd 1 8/3/17 3:13 PM
Indice de los números publicados
1- La Crisis del Psicoanálisis Setiembre 1996
2- Los Analistas y el Dinero Diciembre 1996
3- La Pesadilla Marzo 1997
4- …de la Sexualidad Junio 1997
5- …la Persona del Analista Setiembre 1997
6- …Azar y Destino Diciembre 1997
7- El Padecer Actual Marzo 1998
8- Trauma Junio 1998
9- Hipocondría Setiembre 1998
10- Las Intervenciones Psicoanalíticas Diciembre 1998
11- Los Celos Marzo 1999
12- Oedipus Tyrannos Junio 1999
13- Violencia y Actuación Octubre 1999
14- Poder Enero de 2000
15- Humor Abril de 2000
16- Dolor y sufrimiento Junio de 2000
17- Religión Setiembre de 2000
18- Yo Diciembre de 2000
19- Yo (segunda parte) Marzo de 2001
20- Aburrimiento Junio de 2001
21- Objeto Setiembre de 2001
22- Objeto (segunda parte) Diciembre de 2001
23- Angustia Marzo de 2002
24- Fidias Cesio Junio de 2002
25- Complejo de castración Diciembre de 2002
26- Sentimiento de culpa Marzo de 2003
27- Los Sueños Junio de 2003
28- Pornografía Diciembre de 2003
29- Crueldad Marzo de 2004
30- La sombra del objeto Junio de 2004
31- Encuadre psicoanalítico Diciembre de 2004
32- Necesidad y deseo Marzo de 2005
33- El muerto Agosto de 2005
34- Conciencia-Realidad-Fantasía Diciembre de 2005
35- Olvido Marzo de 2006
36- Psicoanálisis Setiembre de 2006
37- Más allá del principio de placer Marzo de 2007
38- Lo demoníaco Julio de 2007
39- Locura Diciembre de 2007
40- Magia-Sugestión-Transferencia Abril de 2008
41- Jugar Agosto de 2008
42- Metáfora Diciembre de 2008
43- Masoquismo Abril de 2009
44- La voz Julio de 2009
45- Tragedia Diciembre de 2009
46- El Padre Marzo de 2010
47- Silencio Agosto de 2010
48- Amor de transferencia Diciembre de 2010
49- Cuerpo Abril de 2011
50- Psicoanálisis Setiembre de 2011
51- Adicciones Abril de 2012
52- Narcisismo Agosto de 2012
53- Repetición Dicembre de 2012
54- Leyendo a Fidias Cesio Abril de 2013
55- Reacción Terapéutica Negativa Agosto de 2013
56- Clínica, primera parte: Psiconeurosis Diciembre de 2013
57- Clínica, segunda parte: Neurosis actual Abril de 2014
58- Elaborar - Reelaborar Agosto de 2014
59- El Doble Diciembre de 2014
60- Los sueños de Freud Abril de 2015
61- Súperyo Agosto de 2015
62- Sublimación Diciembre de 2015
63- Afectos Abril de 2016
64- 20 años de La Peste de Tebas Septiembre de 2016
65- Perversión Abril de 2017
66- "Tuto, cito, jucunde" Agosto de 2017
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3 EDITORIAL El pSIcOAnálISIS SIn cOncESIOnES
E D I T O R I A L
EL psIcOAnáLIsIs sIn cOncEsIOnEs
Asclepiades officium ese medici dicit, ut tuto, ut celeriter, ut jucunde curet
(Eusculapio dice que es deber del médico curar en forma segura, rápida y agradable)
Aulo Aurelio Celso,de Medicina, III, 4:1
Esta cita es mencionada por Freud en el comienzo de sus desarrollos teóricos. No es la única vez que remite a un modelo
médico ya que en otras ocasiones ha comparado al psicoanalista con la labor del cirujano.
En relación a esta analogía reflexiona:“Sin duda, es más benigno no tocar lugares en-
fermos si por esa vía uno no sabe otra cosa que deparar dolor. Pero, como es bien sabido, el ciru-jano no se abstiene de investigar y trabajar sobre el foco enfermo cuando se propone una interven-ción destinada a procurar curación duradera. Na-die piensa en reprocharle las inevitables molestias de la investigación ni los fenómenos reactivos de la operación cuando esta alcanza su propósito y el enfermo, mediante un temporario empeoramien-to de su estado, gana su definitiva eliminación. Parecida es la situación en el caso del psicoaná-lisis. (…) el trabajo psicoanalítico, como sustituto mejor de la infructuosa represión, se pone direc-tamente al servicio de las aspiraciones culturales supremas y más valiosas.”
Y con un inusitado carácter de actualidad afirma que habría en los psicoanalistas una férrea resisten-cia, que se expresa en la ambición de obtener a tra-vés de su instrumento, un logro convincente para los demás. Es decir un acomodar el dispositivo y sus resultados a las mismas resistencias que lo atacan.
Entre los consejos al analista en cuanto al co-bro de honorarios enfatiza como posición, aquella que elige un monto apropiado al tratamiento y que se abstiene de optar por un camino fácil, que con un abaratamiento, seduzca al paciente.
Asimila la utilidad del encuadre para un análi-sis, al marco adecuado en que deberá realizarse la intervención quirúrgica , siendo este un factor importante para su éxito. Y por otra parte Freud afirma que la técnica que propone coincide con su personalidad médica, con lo que introduce la variable individual en la elección del método.
Consciente de la necesidad de des-idealización y de búsqueda de verdad en un tratamiento psi-coanalítico, elige la figura del cirujano como tér-mino de comparación. Un personaje a quien se atribuye el dominio sobre la vida y la muerte. A él la cultura le otorga principio de autoridad, ele-mento de camuflaje para la condición humana del médico (susceptible de fallas) y base para la su-gestión, núcleo del fenómeno de la transferencia.
En las transferencias recíprocas encuentra la imposibilidad de la asepsia extrema y por el con-trario en ese jugarse el ser del analista halla el instrumento para “operar” “El trabajo psicoana-lítico ofrece analogías con el análisis químico, pero también con la intervención del cirujano o del ortopedista, o con el influjo del educador”. “Al igual que en el análisis químico –reflexiona Freud– en la vida anímica enfrentamos aspira-ciones sometidas a una compulsión de unificar y reunir. Sí conseguimos descomponer un síntoma, librar de cierta trama a una moción pulsional, ella no permanecerá aislada: enseguida se insertará en una nueva.”
Pero toda analogía le resultará insuficiente para ejemplificar el método por el que sólo logrará recomendaciones, dada la materia humana y las subjetividades puestas en juego. El único método
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agosto de 2017 Nº 664
posible y efectivo, dado el material de que se tra-ta, será el análisis de cada uno de los integrantes protagonistas del encuentro.
La cita freudiana y la controversia que instala con el método cuyo invento está en curso, tienen vigencia para los enunciados de nuestra práctica actual, inmersa en ideales similares que configu-ran resistencias: la urgencia, la evitación del dolor y la demanda por seguridad en el camino em-prendido. Ciertamente son aspiraciones huma-nas, pero si se constituyen en el marco obligado en que se desarrolle nuestra práctica, sólo respon-derán a la resistencia promovida por el narcisismo tanto del analista como del analizado.
El psicoanálisis no hace la apología del dolor si no que al remover las heridas y al renunciar a los maquillajes que creamos durante la vida, ine-vitablemente conlleva dolor y nos sumerge en lo ominoso. La saga de Edipo deja de ser un simple relato cuando Freud introduce el cuarto elemento en juego, la muerte.
Podemos decir que nuestra época se focaliza en la aceleración, en la evitación del dolor y en la búsqueda de lo placentero, requerimientos por otra parte que son esencialmente humanos y que hacen a un vivir agradable. ¿Qué diríamos si un cirujano resigna su práctica a estas demandas?
Toda la tendencia actual es hacia la prontitud de contactos, rápidas miradas, y ejecuciones ex-peditivas. ¡Qué poco queda entonces para el en-cuentro íntimo con los otros y consigo mismo! El hombre es empujado a la vorágine y responde con demandas acordes de aceleración.
Los tratamientos no escapan a esta exigencia que como vemos pueden articularse a la tradición que enmarca la cura médica. Al deber del médico. Freud tiene presente la cita de Esculapio, cuando se hallaba separando su método de la medicina, recibiendo el rechazo de sus colegas y atreviéndo-se a lo inédito. Todo ello con un alto costo ya que la enfermedad lo acompañó durante su creación. Se observa a través de las cartas a Fliess y otros discípulos, cómo se debatía entre la consideración meramente orgánica y un enfoque de la neurosis.
Fliess, que lo acompaña en sus descubrimientos lo ayuda en sus angustias de muerte. Tanto Jones como Schur, su médico personal, reconocen que estos malestares respondían a la neurosis.
Para incluir el cuarto elemento, la muerte, tuvo que atravesar “los espíritus del Averno”. En esta
travesía se convierte en héroe de la tragedia más allá de la simple creación, al tener que luchar con-tra sus propias resistencias, contra ideales de la época y contra su propio origen como médico.
La lucha contra el fantasma del furor curandis, el fantasma de la urgencia y del ganar prestigio gracias a éxitos terapéuticos, así como el tener que renunciar a la universalización del método, a la pregunta por la etiología, a la comodidad de in-cluir a cada sujeto en un cuadro psicopatológico, a aceptar el tiempo del análisis diverso al tiempo cronológico, fueron obstáculos cuya considera-ción le permitió avanzar en su teoría.
Si bien Freud preconizaba como importante en el tratamiento la palabra bondadosa del analis-ta, alentaba sin embargo el decir sin tapujos, sin concesiones a la resistencia El psicoanálisis si bien implica cierto dolor en su renuncia narcisista, no constituye una apología del sufrimiento. Cuando ello ocurre se esconde tras él la astuta resistencia que hace del sufrimiento una satisfacción para los requerimientos de la moral.
Por otra parte es difícil pensar un psicoanálisis en las coordenadas del instante, de la inmedia-tez, fantasmas que se imponen tanto al analista como al paciente y que como podemos ver ya a Freud lo inquietaba. Pero orientado por la bús-queda de la verdad continuó con sus investiga-ciones aun cuando sometía su cuerpo, a veces inexplicablemente, al saber médico. La lucha era desigual.
Tanto el saber filosófico como el saber médico, pueden obstaculizar y hacer trastabillar la posi-ción analítica cuando se convierten en sistemas de creencias, en saberes que obturan la verdad.
La formación ininterrumpida y el análisis (y re-análisis) del analista es condición para elu-dir las estratagemas de las resistencias, siempre actuales. En este sentido el análisis es infinito aunque cada análisis conlleve la dimensión de la finitud.
Al convertir al psicoanálisis en una mercancía pierde éste su valor intrínseco para pasar a adqui-rir valor de mercado y para ello deberá conceder ser rápido, agradable y placentero, y como conse-cuencia más rápidamente desechable.
Liliana Denicolapor los editores de La Peste de Tebas
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“La Peste de Tebas” se distribuye en dos versiones idén-ticas, en soporte papel (revista impresa) o digital (archivo PDF).
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Con un inusitado carácter de actualidad afirma Freud que habría en los psicoanalistas una férrea resistencia, que se expresa en la ambición de obtener a través de su
instrumento, un logro convincente para los demás. Es decir un acomodar el dispositivo y sus resultados a las mismas
resistencias que lo atacan.En las transferencias recíprocas encuentra la imposibilidad de la asepsia extrema y por el contrario en ese jugarse el ser
del analista halla el instrumento para “operar”. Toda analogía le resultará insuficiente para ejemplificar el método por el que sólo logrará recomendaciones, dada la
materia humana y las subjetividades puestas en juego. Toda la tendencia actual es hacia la prontitud de contactos,
rápidas miradas, y ejecuciones expeditivas. ¡Qué poco queda entonces para el encuentro íntimo con los otros y consigo mismo! El hombre es empujado a la vorágine y responde
con demandas acordes de aceleración.Los tratamientos no escapan a esta exigencia que como vemos pueden articularse a la tradición que enmarca la
cura médica. Al deber del médico. Freud tiene presente la cita de Esculapio, cuando se hallaba separando su método
de la medicina, recibiendo el rechazo de sus colegas y atreviéndose a lo inédito.
La lucha contra el fantasma del furor curandis, el fantasma de la urgencia y del ganar prestigio gracias a éxitos terapéuticos, así como el tener que renunciar a la
universalización del método, a la pregunta por la etiología, a la comodidad de incluir a cada sujeto en un cuadro
psicopatológico, a aceptar el tiempo del análisis diverso al tiempo cronológico, fueron obstáculos cuya consideración le
permitió avanzar en su teoría.
Carlos Isod
Ni rápido, ni seguro
alberto losChI
El Proceso Analítico. Resistencias en
análisis - Narcisismo - Reelaboración
MarIo CóCCaro
Psicoanálisis y el arte de curar
héCtor Cothros
Tuto, cito, jucunde
stella M. onetto
La resistencia y lo resistido
6666
publicación psicoanalítica
agosto de 2017
precio del ejemplar $ 100
año 21
TuTo, ciTo, jucuNdETuTo, ciTo, jucuNdE
“La cura analítica se aleja del ideal de una terapia rápida, segura y agradable.”Sigmund Freud
Con un inusitado carácter de actualidad afirma Freud que habría en los psicoanalistas una férrea resistencia, que se expresa en la ambición de obtener a través de su
instrumento, un logro convincente para los demás. Es decir un acomodar el dispositivo y sus resultados a las mismas
resistencias que lo atacan.En las transferencias recíprocas encuentra la imposibilidad de la asepsia extrema y por el contrario en ese jugarse el ser
del analista halla el instrumento para “operar”. Toda analogía le resultará insuficiente para ejemplificar el método por el que sólo logrará recomendaciones, dada la
materia humana y las subjetividades puestas en juego. Toda la tendencia actual es hacia la prontitud de contactos,
rápidas miradas, y ejecuciones expeditivas. ¡Qué poco queda entonces para el encuentro íntimo con los otros y consigo mismo! El hombre es empujado a la vorágine y responde
con demandas acordes de aceleración.Los tratamientos no escapan a esta exigencia que como vemos pueden articularse a la tradición que enmarca la
cura médica. Al deber del médico. Freud tiene presente la cita de Esculapio, cuando se hallaba separando su método
de la medicina, recibiendo el rechazo de sus colegas y atreviéndose a lo inédito.
La lucha contra el fantasma del furor curandis, el fantasma de la urgencia y del ganar prestigio gracias a éxitos terapéuticos, así como el tener que renunciar a la
universalización del método, a la pregunta por la etiología, a la comodidad de incluir a cada sujeto en un cuadro
psicopatológico, a aceptar el tiempo del análisis diverso al tiempo cronológico, fueron obstáculos cuya consideración le
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