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Revolución agraria y semifeudalidad Isidro Serrano Centro de Investigación Popular Editorial La Chispa
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  • Revolucin agraria y semifeudalidad

    Isidro Serrano Centro de Investigacin Popular

    Editorial La Chispa

  • Primera edicin: 1991 Editorial La Chispa Derechos reservados Impreso y hecho en Mxico

  • ndice Introduccin....................................................................................... 1

    I. El camino campesino y el camino terrateniente .................................... 2

    II. El camino campesino y la revolucin socialista .................................... 5

    III. El feudalismo y la colonia................................................................ 7

    IV. De pas colonial y feudal a pas semicolonial y semifeudal .................. 12

    V. La reforma agraria: instrumento de dominacin de la gran burguesa ................................................................................ 15

    VI. Reformismo, "obrerismo" y el colapso poltico del PCM ...................... 17

    VII. La "revolucin verde" y el capitalismo burocrtico en el agro............. 20

    VIII. Capitalismo burocrtico y semifeudalidad ...................................... 22

    IX. El sistema de peonaje................................................................... 25

    X. La explotacin directa de la economa campesina............................... 28

    XI. El caciquismo: mandams de la semifeudalidad................................ 32

    XII. El imperialismo, el capital comprador y el estado en el agro .............. 34

    XIII. Las clases en el agro .................................................................. 39

    XIV. Las falsas ilusiones de la modernizacin ........................................ 42

    XV. El programa revolucionario ........................................................... 44

    Apndice A: Gua de investigacin rural................................................ 49

    Apndice B: Cuestionario general ........................................................ 56

    Referencias bibliogrficas ................................................................... 65

  • Revolucin Agraria y Semifeudalidad 1

    Introduccin

    En tiempos normales el campo y los campesinos son el lado escondido, casi olvidado de la sociedad mexicana. La sociedad oficial es citadina, urbana y sobre todo capitalina, chilanga. Los campesinos buscando refugio del hambre que acecha al campo se mueven en las sombras de la sociedad citadina como albailes, paracaidistas, vendedores ambulantes, limosneros, proletarios del salario mnimo. Salen por unos instantes de las sombras para lograr la annima fama de ser "el problema de la inmigracin ilegal a Estados Unidos." El gobierno, preocupado por la "paz social," les promete "justicia" a cada rato. Pero en el campo son casi invisibles.

    Irrumpen de vez en cuando en la ciudad en alguna que otra manifestacin. A veces breves y vagas notas periodsticas mencionan la masacre de otra media docena de campesinos el asesinato de slo uno casi no se considera "noticia." Por lo dems se presta la atencin ms bien a como exprimirle ms produccin, ms exportaciones y ms divisas al campo.

    Con todo y as, en los puntos crticos de la vida del pas, de ese mundo casi "invisible," de ese gran olvido, de esos "humildes" campesinos han surgido legiones feroces y ardientes que arrastraron a la gran fogata revolucionaria al pas entero, mientras la sociedad oficial tambaleaba entre el asombro y el pavor. Nos dicen que sa ya es cosa del pasado: ya Mxico no es un pas agrcola; ya se distribuy gran parte de la tierra; ya todo es capitalista (o de "economa mixta"); ya los campesinos no son sino un sector ms que puede suministrarle o bien de acarreados al PRI o bien de votos a la oposicin.

    Los que piensan as se equivocan. Son innumerables los indicios de que el pas se acerca de nuevo a un punto nodal. Los de abajo saldrn otra vez de las sombras y entre sus filas de nuevo se escuchar el amargo grito del campo. Si los revolucionarios saben actuar acertadamente, ese grito ser el heraldo de una nueva tormenta revolucionaria y los campesinos, estrechamente unidos con sus hermanos proletarios de la ciudad, hallarn por fin su propia voz en la meloda de la guerra popular.

  • Revolucin Agraria y Semifeudalidad 2

    I. El camino campesino y el camino terrateniente

    La opresin del campesinado en Mxico tiene sus races histricas en la sociedad feudal y colonial que nos impuso Espaa. Existen dos caminos para superar el feudalismo en el agro: el camino terrateniente y el camino campesino. El camino terrateniente es el camino conservador de la lenta transformacin de los terratenientes feudales en capitalistas. El camino campesino es el camino revolucionario de superar el feudalismo por medio de confiscar sin compensacin la tierra de los terratenientes y dividirla entre los campesinos.1

    El camino seguido en Mxico ha sido esencialmente el camino terrateniente, el camino de la transformacin paulatina de los terratenientes feudales en capitalistas, a pesar de la llamada reforma agraria. La reforma ayud a acelerar la transformacin de terratenientes feudales en capitalistas agrcolas por medio de quitarles sus tierras marginales. En contadas ocasiones a los campesinos les otorg hasta tierras buenas para contener y frenar su lucha revolucionaria. Pero no cabe duda de que la transformacin de terratenientes feudales en burgueses ha sido el camino principal a la expansin de las relaciones capitalistas en el agro. La economa campesina, en cambio, ha sido cercada, restringida y subordinada a cada paso.

    El camino terrateniente es el camino conservador, contrarrevolucionario, y corresponde plenamente al mantenimiento del carcter semicolonial del pas, a su dominacin por el imperialismo, el norteamericano principalmente. La gran burguesa que ha surgido de este camino en el agro es una burguesa burocrtico-compradora, dependiente y subordinada al imperialismo. El capitalismo impulsado por el capital imperialista y su socio menor mexicano es un capitalismo burocrtico en el sentido que Mao le daba al trmino: un capitalismo que, tanto en la forma estatal como en la forma privada de capital, est completamente supeditado al imperialismo y estrechamente ligado a las relaciones semifeudales. Este capitalismo burocrtico es el "capitalismo monopolista estatal, comprador y feudal" que surge en los pases coloniales o semicoloniales y semifeudales bajo la dominacin imperialista.2

    Si bien el camino terrateniente y la expansin del capital imperialista y burocrtico-comprador en un pas semicolonial como el nuestro tienden a largo plazo hacia la eliminacin de las relaciones feudales, en el mediano plazo las transforman slo en parte, las refuncionalizan a las necesidades del gran capital y las reproducen parcialmente. Por eso persiste la semifeudalidad en el agro mexicano y, como veremos, juega todava un papel importante en la operacin del sistema en su conjunto. Aun donde las relaciones feudales son transformadas en relaciones capitalistas, la transformacin por el camino terrateniente es siempre contrarrevolucionaria en el sentido poltico, es decir, siempre reproduce la subordinacin y opresin de los trabajadores rurales, aunque sea en una forma ms capitalista.

    Cul es el camino que hoy se enfrenta con el camino terrateniente? El auge de lucha de los aos setenta demostr sin lugar a dudas que la oposicin principal en el agro es la lucha campesina, principalmente la lucha por la

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    tierra.3 Demostr que a pesar de la considerable expansin de las relaciones capitalistas por la va terrateniente en la posguerra, el camino campesino sigue siendo la alternativa inmediata que brota de los hechos concretos de la lucha de clases en el campo.

    El camino campesino en su expresin ms radical es el camino revolucionario que destruye la feudalidad, no por medio de la paulatina transformacin de terratenientes feudales en burgueses, sino por medio de la expropiacin completa de la clase terrateniente, la distribucin de toda la tierra entre los campesinos y la consiguiente eliminacin de la opresin y explotacin de los campesinos por parte de los terratenientes. Hoy da, con el considerable aburguesamiento de los terratenientes y la cada vez mayor presencia del capital imperialista en el complejo agroindustrial, la lucha campesina no slo tiene un profundo sentido antifeudal sino que tambin se enfrenta directamente con el gran capital imperialista y burocrtico-comprador. Ello crea una base objetiva an ms firme para forjar la alianza obrero-campesina bajo direccin proletaria.

    En los hechos, la contienda principal en el campo es la batalla entre la continuacin del camino terrateniente bajo el mando del gran capital subordinado al imperialismo y atado a la semifeudalidad y el camino campesino que logra su ms profunda expresin en la lucha por acabar con la dominacin del imperialismo, el capitalismo burocrtico y la semifeudalidad en el campo y sustituirla por la economa campesina. Quienquiera que se oponga o desprecie a esa lucha campesina, quienquiera que menosprecie el potencial revolucionario de los campesinos no es un verdadero revolucionario; a fin de cuentas ni siquiera es un demcrata consecuente. Tal es el caso con los llamados "obreristas" que por muchos rodeos que le den al asunto concluyen que los centenares de miles de campesinos que se han levantado en lucha por la tierra en las ltimas dcadas se equivocaron y que deben abandonar "la ficcin populista segn la cual es necesario impulsar el reparto de tierras para fortalecer la pequea economa campesina."4 No se dieron cuenta de la lucha verdaderamente "proletaria"....la lucha por sindicatos de jornaleros! Es increble, pero hasta lo dicen sin ruborizarse.

    Por supuesto que no tiene nada de malo en s mismo que unos jornaleros traten de organizarse un sindicato. Lo que tiene mucho de malo y de revi-sionismo es que unos dizques "marxistas" les digan a los campesinos que la lucha ms importante y "proletaria" es la lucha por sindicatos de jornaleros. Para el proletariado revolucionario, la lucha sindical ni siquiera es la lucha ms importante o "proletaria" para los proletarios urbanos ese punto de vista, nos ensea Lenin, es el economicismo y sirve los intereses polticos de la burguesa. Tanto peor proponrsela a los campesinos donde slo puede encubrir el menosprecio y hasta la oposicin a la corriente principal que ha adoptado la lucha, sobre todo de los campesinos pobres (y jornaleros), en los perodos de su ms radical auge: la lucha por la tierra. El mtodo, la actitud hacia el campesinado y el punto de vista poltico que se manifiestan aqu tienen mucho en comn con los de una tendencia "obrerista" anterior: los mencheviques en la revolucin rusa.5

    Tambin la lucha por la tierra, como cualquier otra lucha, puede prestarse

  • Revolucin Agraria y Semifeudalidad 4

    a fines meramente reformistas y la Secretara de la Reforma Agraria existe para asegurar que as sea. La historia demuestra que la obtencin de la tierra sin la lucha armada por el Poder poltico a fin de cuentas slo reproduce la supeditacin de las masas al sistema reaccionario. La tarea de los comunistas revolucionarios no queda en el apoyo pasivo a la lucha campesina espontnea sino en fomentar el impulso hacia la forma ms alta de la lucha de clases: la guerra popular.

    No consideraremos en este ensayo las muy importantes cuestiones de estrategia militar, pero no es posible enfocar correctamente la cuestin agraria o cualquier otro interrogante de la revolucin al margen de la sencilla conclusin del materialismo histrico de que la verdadera transformacin revolucionaria ocurre slo por la va armada. La victoria revolucionaria es impensable sin el levantamiento de los oprimidos del campo en un pas como el nuestro donde ms o menos la mitad de la gente se encuentra en poblaciones menores de 15 mil habitantes6 y esto sin incluir a los millones provenientes del campo que se encuentran en calidad de inmigrantes temporales en Estados Unidos o trabajadores migratorios en las ciudades de Mxico.

    La participacin revolucionaria de los campesinos en la historia del pas siempre se ha expresado en forma armada y ese impulso revolucionario an no est agotado. Existe de hecho una guerra en el campo: segn los informes fragmentarios disponibles un campesino es asesinado cada tercer da en el curso de la lucha por la tierra, contra los caciques y en otras luchas campesinas.7 El problema estriba en que esa guerra es muy desigual, a pesar de brotes ocasionales de resistencia armada espontneos por parte de los campesinos. Para los campesinos revolucionarios la ltima solucin siempre ha sido y sigue siendo la de contestar la violencia reaccionaria con la violencia revolucionaria de las masas.

    Por todas estas razones, a pesar de las grandes diferencias entre el Mxico actual y China antes de la liberacin, el reto que plante Mao sigue siendo una lnea divisoria para nosotros: los campesinos "se levantarn como una tempestad, un huracn, con una fuerza tan impetuosa y violenta que nada, por poderoso que sea, los podr contener. Rompern todas las trabas y se lanzarn por el camino de la liberacin...Todos los partidos y camaradas revolucionarios sern sometidos a prueba ante los campesinos y tendrn que decidir a qu lado colocarse. Ponerse al frente de ellos y dirigirlos? Quedarse a su zaga gesticulando y criticndolos? Salirles al paso y combatirlos? Cada [uno] es libre de optar entre estas tres alternativas, slo que los acontecimientos le obligarn a elegir rpidamente.8

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    II. El camino campesino y la revolucin socialista

    Hemos dicho que quienquiera que se oponga de hecho a la lucha campesina no es un revolucionario, ni siquiera es un demcrata consecuente. Considerando el asunto desde otra perspectiva, en la revolucin agraria el proletariado consciente de clase debe considerar como aliados no slo a los (verdaderos) socialistas sino a toda persona democrtica que apoye la lucha sobre todo la lucha revolucionaria de los campesinos. La lucha inmediata no es una lucha directamente socialista sino una lucha entre el camino terrateniente y el camino campesino. Este camino campesino en su expresin ms consecuente conduce a una revolucin agraria que reparta toda la tierra entre los campesinos, confisque el capital imperialista y burocrtico-comprador y haga posible el libre desarrollo de la economa campesina. Es una revolucin democrtica.

    Las fuerzas democrticas incluso los "campesinistas" que no ven ms all del "libre desarrollo" de la economa campesina y propagan varias ideas y teoras errneas pueden ser aliados polticos en la medida de que apoyen e impulsen esa revolucin agraria y la revolucin nacional de la que sa forma parte. Donde los comunistas revolucionarios se distinguen de sus aliados democrticos en la revolucin agraria es en entender que dejado a su curso espontneo el "libre desarrollo de la economa campesina" segn las leyes del mercado es a fin de cuentas tambin un desarrollo capitalista: un desarrollo ms abierto y democrtico que el desarrollo propiciado por el camino terrateniente, pero de todos modos un desarrollo capitalista.

    No por eso dejan los comunistas de ponerse en la vanguardia de esa revolucin agraria, porque es la transformacin ms revolucionaria posible en las condiciones actuales y porque esa revolucin abre el camino no slo a un posible desarrollo capitalista sino tambin a la posibilidad de la participacin ms amplia y profunda de los campesinos en una subsiguiente transformacin socialista del campo y de la sociedad entera. Para que se realice esta ltima posibilidad, los comunistas no pueden dejarse llevar por los cuentos populistas de la naturaleza inherentemente "anticapitalista" o "socialista" de la lucha campesina, de lo "nocivo" que es la direccin del proletariado y su partido marxista-leninista-maosta y cosas por el estilo.

    A los campesinos debemos hablarles sin pelos en la lengua: la primera fase de la revolucin agraria significar un gran golpe al sistema dominante y todos deben unirse y luchar por ella. No obstante, al quedarse con la tierra y los medios para hacerla producir, a los campesinos les abrirn dos caminos: 1) el desarrollo segn las leyes del mercado que inevitablemente conduce a la polarizacin de clases en el seno del campesinado y la explotacin de la inmensa mayora por una nueva burguesa que slo podra aliarse con el imperialismo y reimponer la opresin semicolonial del pas; o, 2) el camino socialista que pasa por la colectivizacin voluntaria en el campo como parte integral de la transformacin socialista de la sociedad entera.

    La colectivizacin socialista representa una segunda gran revolucin en el campo que enfrenta enemigos reales que quieren tomar el camino capitalista.

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    La colectivizacin socialista es la nica salvacin para la gran mayora de los campesinos, la nica manera de evitar que se le someta de nuevo a la explotacin. Por eso "los campesinos pobres y los campesinos medios inferiores...sienten entusiasmo por seguir el camino socialista."9 La meta final del proletariado revolucionario no es el intento utpico e imposible de eternizar la economa campesina sino la liberacin definitiva de toda la humanidad: el comunismo, la sociedad sin clases, en el mundo entero.

    Para preparar la transicin a la revolucin socialista tanto en la revolucin agraria como en la revolucin democrtica nacional, es imprescindible la direccin del proletariado revolucionario y su partido marxista-leninista-maosta. No hace falta otra revolucin democrtica del viejo tipo, es decir, dirigida por la burguesa, como la revolucin de 1910 que al fin de cuentas no fue capaz de resolver los grandes problemas que todava afligen al pas. Hace falta la revolucin de nueva democracia dirigida por el proletariado y su partido que aplaste al imperialismo, el capitalismo burocrtico y la semifeudalidad, establezca la dictadura democrtica popular e inicie la revolucin socialista.

    En resumen, la poltica de los comunistas revolucionarios en la revolucin agraria se rige por dos principios fundamentales. Primero, que la revolucin agraria en su etapa actual corresponde necesariamente al camino campesino, que los campesinos representan la principal fuerza revolucionaria y que los comunistas deben encabezar su lucha sobre todo su lucha armada contra el imperialismo, el capitalismo burocrtico y la semifeudalidad. Segundo, que esta primera fase de la revolucin agraria puede allanar el camino o bien a un nuevo desarrollo capitalista, aunque sea bajo el letrero del libre desarrollo de la economa campesina, o bien a la transformacin socialista, y sta ltima es siempre la perspectiva estratgica del proletariado revolucionario y su aliado ms importante, los campesinos pobres.

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    III. El feudalismo y la colonia

    Tanto el camino terrateniente como el camino campesino son maneras de superar el feudalismo en el campo. Pero, qu es el feudalismo?

    La esencia del feudalismo estriba en el latifundismo y la servidumbre, es decir, la propiedad feudal de la tierra y las dems relaciones de produccin y explotacin que le corresponden. Bajo el feudalismo el control de la tierra constituye la clave que hace posible la explotacin: la apropiacin por parte de la clase explotadora (los terratenientes) del excedente que produce la clase explotada (los campesinos). En contraste, bajo el capitalismo la tierra es slo una entre muchas fuerzas de produccin y es el control de capital, no solamente de la tierra, lo que hace posible la explotacin.

    La clase terrateniente feudal suele adjudicarles parcelas a los campesinos en las que stos producen su sustento como condicin de su explotacin por parte de los terratenientes, ya sea en forma de la renta de la tierra, el peonaje, u otras formas. Ya que de esta manera los campesinos se encuentran de hecho en posesin de tierra y de productos de la misma, la explotacin siempre implica la existencia de lo que Marx llamaba "la coaccin extraeconmica": la coercin abierta o disfrazada para arrancarles el excedente, o sea, la servidumbre en su sentido ms amplio.

    As que en el feudalismo el productor directo (el campesino) est ligado a la tierra; el capitalismo, en cambio, presupone que el productor directo (el obrero asalariado) est completamente separado de la tierra o cualesquier otros medios de subsistencia. En el feudalismo el campesino produce su propio sustento; en el capitalismo el obrero tiene que comprar su sustento con su salario. La explotacin feudal requiere en mayor o menor grado la coaccin extraeconmica la servidumbre mientras para el obrero asalariado del capitalismo, basta con la coaccin econmica: "si no trabajas no comes." El trabajador capitalista es libre en un doble sentido, nos dice Marx: "libre" de medios de produccin con que producir su propio sustento y libre de cualquier presin o requerimiento para trabajar que no sea la simple necesidad de ganarse la vida.10

    Tanto Marx11 como Lenin12 sealan que la forma ms bsica y simple de la explotacin feudal consiste en que el campesino trabaja parte del tiempo sin pago en la tierra del terrateniente para producir el excedente. Esta configuracin bsica se encuentra en la historia de Mxico en la forma especfica de la encomienda, la primera forma colonial para la explotacin del trabajo indgena. El encomendero reciba de la Corona el derecho al trabajo (adems del tributo en productos) de los indios de su encomienda sin otorgarles compensacin alguna. Por supuesto que este sistema feudal de trabajos forzosos se basaba en la ms cruel coaccin y violencia contra los indios y contribuy en buena medida al genocidio perpetrado en su contra.

    La forma bsica de la explotacin feudal se transforma y modifica por dos vertientes principales, sin rebasar por completo el marco del sistema feudal. Por el lado de la explotacin de la parcela campesina la evolucin de la renta

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    de la tierra (a que Marx prestaba atencin particular) pasa de la forma bsica ya descrita de la renta pagada en trabajo a la renta en productos (o aparcera)* y la renta en dinero. La renta feudal, aun en el caso de la renta en dinero que suele ser una forma transicional, es la forma tpica de la explotacin, de la apropiacin del excedente, y como tal abarca todo o casi todo el excedente. Se distingue as de la renta capitalista de la tierra que es pagada en dinero y representa slo una fraccin sustrada de la forma tpica de la explotacin capitalista: la ganancia realizada de la explotacin del trabajo asalariado.13

    La "prestacin personal" feudal (o el "pago en trabajo") de los campesinos su trabajo no pagado en las tierras del terrateniente tambin experimenta una evolucin.14 A partir del trabajo sin pago en las tierras del terrateniente como obligacin feudal para el uso de la parcela por parte del campesino o sea, la misma forma bsica ya descrita, considerada desde su otro aspecto se pasa al trabajo en las tierras del terrateniente con alguna remuneracin en productos y al trabajo remunerado parcialmente con dinero. Esta "prestacin personal" feudal parcialmente remunerada con dinero se distingue del trabajo asalariado capitalista por la subsistencia que el trabajador deriva de su produccin parcelaria o recibe en especie adems del salario en dinero, y por la existencia de varias formas de servidumbre, de formas no libres de trabajo. Adems de estas formas bsicas de la explotacin feudal la renta de la tierra y la prestacin personal existen otras numerosas formas especficas de la explotacin de los campesinos por parte de la clase terrateniente en cualquier sociedad feudal dada.

    En Mxico se dio, durante la Colonia, un proceso de desarrollo y transformacin de las relaciones feudales. Surgi el repartimiento que se distingua de la encomienda en dos aspectos fundamentales. Primero, el suministro del trabajo indgena ya corra a cuenta de autoridades coloniales

    * Marx hace una distincin entre la "renta en productos" en que el campesino trabaja la

    tierra con sus propios animales e implementos (que es una forma netamente feudal porque todo el excedente corresponde a la renta de la tierra) y la "aparcera" en que el terrateniente, adems de la tierra, pone animales de tiro, implementos, etc. En este ltimo caso la renta encubre adems de la renta de la tierra, una recompensa por los instrumentos de produccin avanzados por el terrateniente y Marx le considera una forma de transicin hacia el capitalismo; sera pues semifeudal. En Mxico tpicamente se ha usado el trmino "aparcera" para referirse a ambas formas y por razones de simplicidad seguiremos esa usanza aqu. Por otra parte, la mayor proliferacin de la forma de aparcera (en el sentido estricto de Marx) relativa a la renta en productos en la segunda mitad del siglo XIX s reflejaba los inicios de la transicin hacia el capitalismo. Sin embargo, la existencia de la aparcera en sentido estricto en una poca muy anterior a aqulla se deba principalmente al hecho de que fueron los espaoles quienes introdujeron aqu los animales de tiro. Esta particularidad del desarrollo del feudalismo en Mxico tambin determin que el uso por parte de los campesinos de sus propios animales de tiro en su "prestacin personal," es decir, su trabajo sin pago en las tierras del terrateniente, nunca cobrara mucha importancia en la Nueva Espaa, al contrario del caso de Rusia que se reflejaba en el nfasis que Lenin le da en su anlisis de la transicin al capitalismo all.

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    que repartan a los indios entre los terratenientes particulares, en un intento por parte de la Corona de frenar la creacin en la Nueva Espaa de feudos independientes que socavaran su dominio. Segundo, los indios reciban (en teora, por lo menos) un pago nominal en dinero, con el objeto de mitigar el carcter puramente coercitivo del sistema laboral y detener la rpida extincin de los indios (y por lo tanto de la fuente de trabajo explotado). El pago en dinero era puramente nominal. No compensaba el trabajo de los indios cuyo sustento segua procediendo esencialmente de su propia produccin (de la cual, adems, tenan todava que pagar tributo), ni eliminaba la necesidad de la coaccin ni el carcter forzoso del trabajo. Por estas razones debe considerarse como una forma feudal de explotacin.

    Finalmente apareci la hacienda, que sera la forma tpica de las relaciones feudales y semifeudales en Mxico hasta bien entrado el siglo veinte. Las dos formas bsicas de las relaciones de produccin caractersticas de las haciendas eran la renta de la tierra (principalmente la aparcera) y la prestacin personal en la forma del peonaje, aunque la clase terrateniente feudal tambin explotaba a los campesinos en otras formas que no analizaremos en detalle aqu, como la usura, el acaparamiento comercial, el tributo, los diezmos, los impuestos, etc. (Y cabe mencionar que la sociedad colonial no era puramente feudal pues tambin exista la esclavitud.)

    En el rgimen de mediana o aparcera en las tierras de la hacienda el mediero o aparcero tena que entregar una parte de su cosecha (generalmente ms o menos la mitad) a la hacienda y en muchos casos el aparcero y/o sus familiares tambin tenan que trabajar un tiempo sin pago para la hacienda. La forma es claramente de carcter feudal y tena una gran importancia en el sistema de la hacienda, que muchas veces se pasa por alto en los intentos de caracterizar como "capitalista" a la hacienda.

    El peonaje asuma dos formas: los peones acasillados y los peones tem-porales. Los acasillados vivan y trabajaban permanentemente en la hacienda y reciban en cambio una parcela (pejugal), una racin de maz y otros bsicos y un salario. Es decir, se trata de la prestacin personal compensada con el usufructo de la tierra, productos y dinero. Como en el caso del repartimiento, a pesar del salario, se trata de una forma bsicamente feudal, en primer lugar porque el pen sigue ligado a la tierra y la mayor parte de su subsistencia y compensacin corresponde a su produccin parcelaria y el pago en especie. Hasta el supuesto salario era tpicamente ms bien una forma de contabilidad interna de pagos en especie por parte de la hacienda, ya que al pen se le descontaba la mayor parte de su pequeo salario por provisiones obtenidas en la tienda de raya de la hacienda.15 El pen acasillado tampoco era un trabajador libre, sino tpicamente atado a la hacienda por el mecanismo del endeudamiento cuando los otros trminos de su trato no fueran suficientes para mantener una fuerza laboral permanente.

    Los peones temporales que vivan cerca de la hacienda o venan de fuera y se hospedaban temporalmente en la hacienda a veces reciban parcelas o les pagaban un salario, muchas veces con una racin de maz. El carcter feudal de la explotacin de los peones temporales yaca por una parte en que su sustento provena principalmente de su propia produccin en su pueblo

  • Revolucin Agraria y Semifeudalidad 10

    (suplementada con el pago en especie cuando lo reciban) y por lo tanto la hacienda les poda pagar un salario que ni empezaba a cubrir su sustento (como es, al contrario, el caso "normal" en el sistema capitalista) y que en su mayor parte nunca vean en dinero sino que desapareca en las cuentas de la tienda de raya y el pago de sus deudas.

    Aunque el lazo de los peones temporales con la hacienda no era tan estrecho como el de los acasillados, su trabajo tampoco era libre. Los indios de los pueblos "naturalmente se resistan a alquilarse temporalmente en las haciendas porque hacerlo significaba abandonar sus cultivos, sin recibir adems ninguna de las ventajas de los peones acasillados. As que cuando en estos casos los anticipos y las promesas no surtan efecto, los hacendados optaban por sobornar a los caciques de los pueblos para obtener los indios necesarios, y en ltima instancia recurran a la violencia." "[El] sistema de deudas tambin fue utilizado para `sonsacar' o atraer a los indios de la hacienda. El procedimiento de enganchar a los indios por medio de anticipos de gneros o dinero a cuenta del jornal, o de pagar las deudas por concepto de tributos y obvenciones que deban a la real hacienda o a la Iglesia era muy comn."16 Todas estas formas son formas `atadas,' no libres de trabajo, formas de servidumbre y eran por lo tanto esencialmente feudales.

    Estas relaciones de produccin feudales requeran de todo un sistema de coaccin extraeconmica que, adems de los aspectos ya mencionados, inclua las fuerzas armadas y crceles particulares que los hacendados utilizaban para imponer su propia ley. El sistema de coaccin sola abarcar tambin a los pueblos indios ya sea por intervencin directa, ya sea a travs de los caciques de aquellos das. Finalmente, las autoridades gubernamentales y sus fuerzas armadas reforzaban el sistema donde el poder del hacendado solo no bastaba, y la legislacin lleg incluso a reconocer la adscripcin del pen a la hacienda, precisando que con la venta de la hacienda los peones pasasen a serlo del comprador.17

    Las relaciones de produccin feudales que definan el carcter feudal de la sociedad correspondan, como en las sociedades feudales en general, a fuerzas de produccin relativamente rudimentarias y a la pequea economa agrcola y artesanal. Aun donde la explotacin agraria proceda en una escala mayor, por ejemplo en las plantaciones, era una explotacin extensiva que lograba una escala mayor no por medio de la revolucionarizacin de las fuerzas de produccin sino esencialmente por medio de la repeticin y agregacin en un sitio de las tcnicas productivas caractersticas de la pequea economa. Es ms, la produccin se repeta incesantemente sobre la misma base tcnica y el cambio tecnolgico era notoriamente lento. Por el contrario, bajo el capitalismo, "la burguesa no puede existir sino a condicin de revolucionar incesantemente los instrumentos de produccin..."18 Si bien el capital empieza con las fuerzas de produccin heredadas del feudalismo, "Slo la gran industria aporta, con la maquinaria, la base constante de la agricultura capitalista."19

    Finalmente, el carcter feudal de las relaciones de produccin determinaba que predominara en la economa la produccin para el uso,20 ya que los campesinos solan producir directamente la mayor parte de su propio sustento y una parte del producto excedente o bien quedaba en la hacienda para el

  • Revolucin Agraria y Semifeudalidad 11

    consumo del hacendado y sus huestes o bien se destinaba al consumo directo de las autoridades civiles y religiosas a travs del tributo y los diezmos en especie.

    Sin embargo, una parte del producto excedente tpicamente se destinaba al mercado incluso al mercado mundial a diferencia de las sociedades feudales de Europa, Japn, China, etc., que existan antes del surgimiento del capitalismo y el mercado mundial. Una parte de los frutos de la explotacin feudal y colonial en la Nueva Espaa pasaba por Espaa, que todava se encontraba en un estadio tardo del feudalismo, para quedarse en manos de los capitalistas de Inglaterra, contribuyendo as a la llamada "acumulacin originaria" del capital. Este hecho ha confundido a algunos estudiosos como Frank, quien asevera que la produccin de la Colonia se orientaba al mercado y por lo tanto "Iberoamrica [fue] capitalista no slo desde la cuna sino desde su concepcin."21

    El error metodolgico bsico de situar la diferencia esencial entre el feudalismo y el capitalismo en la esfera de la circulacin (produccin para el uso vs. produccin para el mercado) en vez de proceder a partir de las relaciones de produccin, como un marxista, ha sido ampliamente criticado, incluso por el mismo Marx.22 Por otra parte, como ya se ha dicho, la mayor parte de la produccin en la economa s era para el uso y aunque la produccin para el uso naturalmente tiende a predominar bajo el feudalismo, una parte mayor o menor del excedente tpicamente se destina al mercado, y tal fue el caso hasta en el "clsico" feudalismo europeo.23 El lazo con el mercado mundial por cierto era un factor importante que moldeaba el carcter particular de la sociedad feudal y colonial en Mxico, pero no contradice el carcter esencialmente feudal de las relaciones de produccin y por lo tanto de la sociedad.

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    IV. De pas colonial y feudal a pas semicolonial y semifeudal

    Durante la colonia los campesinos indios protagonizaron una cantidad de heroicas guerras y levantamientos contra sus explotadores espaoles y criollos. La Guerra de la Independencia no result una limitada contienda entre espaoles y criollos como en algunos otros pases latinoamericanos, sino que entr en ella la gran masa de campesinos oprimidos quienes la convirtieron en una autntica guerra revolucionaria. Los lderes del movimiento seguan la ideologa burguesa (como era natural en aquel entonces) y aunque tenan ideas muy vagas y limitadas en torno a la reforma del agro, no cabe duda de que los campesinos entraron en la contienda motivados por su odio hacia los explotadores feudales y su sed de la tierra.

    Esta guerra revolucionaria fue aplastada un detalle que no se menciona en los discursos oficiales del 16 de septiembre y la Independencia fue consumada por fuerzas feudales que reaccionaban contra la nueva constitucin liberal espaola de Cdiz. Por eso, a pesar de algunas reformas como la abolicin de la esclavitud y del tributo de los indios, el sistema feudal sigui bsicamente intacto hasta bien entrado el siglo XIX.

    La invasin yanqui de 1846-1848 y el robo de la mitad del territorio nacional anunciaron el comienzo de la penetracin cada vez mayor de Mxico por el capital de Estados Unidos y otros pases que un poco despus empezaron el proceso de transicin a la etapa imperialista del capitalismo. El capitalismo en Mxico se desarroll principalmente debido al impacto de la expansin del capital extranjero que dominaba el comercio y se posesion directamente de buena parte de la minera, el petrleo, el procesamiento de algunos productos agrcolas, la construccin de los ferrocarriles, etc. El capitalismo que surgi en Mxico nunca ha sido un capitalismo independiente, basado en un mercado nacional integrado sino un capitalismo subordinado y dependiente del imperialismo que baila al ritmo de las demandas e impulsos del capital imperialista y de los centros internacionales de acumulacin ubicados en los pases imperialistas.

    Estos sucesos intensificaron la lucha de clases dentro de Mxico. Cobraron fuerza los liberales, representantes de la burguesa en ciernes. Soaban con un capitalismo independiente como el del vecino del norte, pero la burguesa y su ideologa de liberalismo ya no pudieron alcanzar la liberacin del pueblo mexicano. Los liberales encabezaron la guerra justa contra el conato francs de colonizar al pas y asestaron un golpe duro a uno de los baluartes principales del orden feudal: la Iglesia. Sin embargo, el pueblo que luch bajo el mando de los liberales fundamentalmente campesinos e indgenas vio defraudadas sus esperanzas por las limitaciones del liberalismo burgus, aun en las primeras fases de la transicin al sistema mundial del imperialismo.

    En nombre del libre comercio los liberales dieron la bienvenida al capital extranjero que redujo a Mxico al nivel de una semicolonia del imperialismo estadounidense. En nombre de mercados libres arrojaron al mercado no slo

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    los bienes de la Iglesia sino las tierras de los indios, acelerando enormemente as el proceso del despojo de los campesinos por parte de los hacendados.

    La concomitante expansin de la produccin agrcola para el mercado, tanto nacional como internacional, no borr el sistema feudal. En algunas zonas limitadas del norte influenciadas por la cercana de Estados Unidos se experiment una transicin hacia relaciones algo ms capitalistas que seran la cuna de los agricultores y otros elementos aburguesados de la llamada "dinasta de Sonora" que capitaneara el ejrcito revolucionario burgus. Sin embargo, en la inmensa mayora del territorio nacional el avance del mercado y del capitalismo subordinado al imperialismo intensific el latifundismo y la servidumbre en el campo. (Y aunque extranjeros adquirieron muchas tierras, por lo general se adaptaron a los sistemas de explotacin feudales en la produccin agrcola).

    Las haciendas tragaron las tierras de los campesinos. Slo una pequea minora de los despojados encontr empleo en el pequeo y dependiente sector capitalista. Un nmero mayor vagaba buscando desesperadamente cualquier sustento. Muchos quedaron atados a las haciendas como aparceros o peones. La opresin y la servidumbre crecieron tanto para los residentes permanentes de las haciendas como para los trabajadores temporales. En el caso extremo, en Yucatn, la produccin de henequn para vender a la compaa norteamericana Internacional Harvester Corporation conllev la intensificacin de la servidumbre en tal grado que se convirti en una forma ligeramente disfrazada de esclavitud en que la compraventa de los peones tomaba la forma de la supuesta compraventa de sus deudas entre los hacendados.24

    Todas estas tendencias que conformaban una sociedad semicolonial y semifeudal maduraron en el Porfiriato. El limitado modo de produccin capitalista plenamente dominado por el imperialismo se articulaba con el modo de produccin predominantemente feudal en el campo. El poder poltico representaba una alianza de los imperialistas, la burguesa compradora y la clase terrateniente feudal.

    Las profundas contradicciones de aquella sociedad estallaron en la Revolucin de 1910. Sobre los escombros de la dictadura porfirista dos ejrcitos opuestos disputaron el futuro del pas: los Constitucionalistas una alianza de elementos disidentes de la clase dominante porfirista con representantes de la naciente burguesa nacional y los ejrcitos campesinos de Zapata y Villa. Esta vez los campesinos rehusaron someterse dcilmente a la traicin burguesa. Trazaron, en el Plan de Ayala, el programa ms claro hasta aquel entonces del camino campesino y combatieron valientes contra las fuerzas de Carranza y Obregn. Sin embargo, no pudieron establecer y consolidar el poder poltico a nivel nacional.

    El ejrcito constitucionalista burgus libr y gan una guerra contra-rrevolucionaria contra los ejrcitos campesinos de Villa y Zapata. La burguesa estableci su dictadura con la Constitucin de 1917 y pronto se convirti en una nueva burguesa burocrtica dependiente del imperialismo estadounidense. Se ha repetido muchas veces este fenmeno en la poca imperialista. En las colonias y semicolonias fuerzas burguesas provenientes de

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    la burguesa nacional y de la pequea burguesa, al verse restringidas en sus aspiraciones por los imperialistas y una determinada camarilla ttere, pueden llegar no slo a participar sino a dirigir la revolucin democrtica. Sin embargo, su perspectiva de establecer un capitalismo independiente no es posible en la poca imperialista. No son capaces ni siquiera de cumplir las tareas de la revolucin democrtica y al tomar el poder se convierten rpidamente en una nueva fraccin de la gran burguesa reaccionaria dependiente del imperialismo.

    El nuevo Estado bsicamente elimin el poder poltico a nivel nacional de la clase terrateniente porfirista. Sin embargo, el pas segua siendo semicolonial y semifeudal ya que a pesar del reconocimiento de algunas de las tomas de tierras por parte de los campesinos en la revolucin, la hacienda todava predominaba en el campo aunque muchas veces caudillos revolucionarios tomaron el lugar de los hacendados porfiristas.

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    V. La reforma agraria: instrumento de dominacin de la gran burguesa

    Uno de los grandes mitos que contribuy a la destruccin del movimiento revolucionario durante ms de una generacin y an ejerce una influencia nociva incluso entre los maostas es la idea de que la reforma agraria, particularmente durante la administracin de Lzaro Crdenas, fue progresista, revolucionaria o hasta socialista. Tonteras! Cuando Crdenas accedi a la presidencia ya haca mucho que el Estado "revolucionario" representaba la dictadura de la gran burguesa reaccionaria dependiente del imperialismo estadounidense. La contienda entre diversas fracciones de la clase dominante que se expres en el conflicto entre Crdenas y Calles no constituy ninguna revolucin, ningn cambio en el carcter bsico clasista del Estado. Crdenas, quien haba alcanzado el rango de general en el ejrcito constitucionalista por sus hazaas contra las fuerzas campesinas de Zapata y Villa y en la guerra genocida contra los Yaquis, actu en la presidencia como un representante de la burguesa burocrtica.

    La reforma agraria cardenista fue parte de la poltica de esta gran bur-guesa surgida de la revolucin para mantener y consolidar su Poder en un perodo muy difcil el perodo de mayor crisis econmica y poltica desde la revolucin misma. Como dijo el propio Crdenas: "La distribucin de la tierra es indispensable para desarrollar la economa del pas y adems lo est exigiendo la situacin violenta que priva en el campo entre hacendados y campesinos."25

    Ante el desmoronamiento de la economa en la Gran Depresin, la reforma agraria intent impulsar la produccin agrcola por medio de una aceleracin de la va terrateniente: el aburguesamiento acelerado de los terratenientes por medio de quitarles sus tierras marginales donde practicaban la forma de explotacin feudal ms ligada a la produccin en pequea escala: la aparcera. Al verse desposedas de la renta de esas tierras y del trabajo gratuito de los aparceros, tendran que basarse en la explotacin de las mejores tierras del casco de la hacienda por medio del peonaje, la forma de explotacin feudal que ms corresponde a la produccin en mayor escala y que ms se asemeja al trabajo asalariado capitalista. Es ms, la dotacin de tierras aunque fueran marginales a los campesinos tendera a hacer necesario un aumento en el pago salarial en dinero para atraer a peones suficientes, dando as un aspecto ms capitalista a la relacin con los peones, favoreciendo la inversin en medios de produccin que economizaran trabajo y ayudando en la creacin de un clima propicio a una transicin de los mtodos extensivos de produccin asociados con el sistema feudal hacia los mtodos intensivos caractersticos del capitalismo.

    La reforma agraria fue producto tambin de crticas consideraciones pol-ticas. La inconformidad y la lucha en el campo (as como en la ciudad) iban en aumento, muchos campesinos conservaban armas adquiridas durante la Revolucin o en batallas subsecuentes, la mayora de las organizaciones campesinas permanecan fuera del control oficial y el Partido Comunista

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    Mexicano (PCM) tena influencia significativa y creciente entre los campesinos revolucionarios.

    La reforma agraria cardenista fue una maniobra exitosa de la burguesa burocrtica para detener el movimiento campesino revolucionario y someter al campesinado organizado a los dictados del Estado. El anzuelo fue la entrega de una parte de la tierra a los campesinos incluso, donde la lucha campesina era particularmente amenazadora, en ocasiones se les entregaban mejores tierras. Este ltimo es el nico elemento que representa cierta modificacin de la va terrateniente, un aspecto, si se quiere, del camino campesino. Sin embargo, este elemento fue absolutamente secundario, tuvo el propsito de lograr la sumisin poltica de los campesinos y la economa campesina ms prspera que surgi en esas tierras mejores fue cercada y restringida desde el principio. La prueba de esto se desprende de la respuesta obvia a la pregunta, de qu clase surgi principalmente la burguesa agropecuaria actual: de los terratenientes o los campesinos?

    La entrega de una parte de la tierra conform en lo econmico el patrn bsico de la distribucin de tierra que constituye el marco del actual sistema de explotacin en el campo. En lo poltico fue la base de la corporativizacin del movimiento campesino, su sometimiento completo al partido oficial de la clase dominante. Este proceso sumamente reaccionario se consum bajo el mando de Crdenas con la formacin de la CNC. Con esa gran derrota del movimiento campesino revolucionario el mismo Crdenas fren el paso de las reformas, iniciando un proceso de "contrarreforma" que sera continuado y profundizado por el sucesor que l mismo nombr.26

    Aunque estas reformas despertaran la oposicin de varios terratenientes feudales, no contradijeron los intereses fundamentales del imperialismo ni de la gran burguesa dependiente del imperialismo ni de muchos terratenientes que lograron convertirse en el corazn de una nueva burguesa agraria en la posguerra. Tan es as que la reforma agraria mexicana sirvi de modelo para las reformas agrarias impulsadas directamente por el imperialismo estadounidense en otras partes de Amrica Latina durante la Alianza para el Progreso.27

    La reforma agraria intenta sofocar la lucha por la tierra al canalizarla hacia trmites burocrticos sin fin. Entrega una parte de la tierra a una minora al precio de la subordinacin completa al Estado reaccionario. Suscita un sinnmero de conflictos entre el pueblo con la poltica consciente de "entregar" el mismo terreno a varias comunidades. Erige al Estado semicolonial en el terrateniente de hecho de la mayor parte de la tierra en manos de campesinos. La reforma agraria del rgimen es y siempre ha sido una poltica con fines sumamente reaccionarios.

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    VI. Reformismo, "obrerismo" y el colapso poltico del PCM

    Esta estrategia de la burguesa burocrtica para cooptar y someter al movimiento revolucionario no hubiera tenido tanto xito sin la capitulacin del Partido Comunista. En la dcada despus de la revolucin el PCM emergi como la principal organizacin revolucionaria en el pas. Era el partido comunista del proletariado en aquel entonces y por lo menos en un principio buscaba un cambio revolucionario y logr representar una amenaza suficientemente seria para el rgimen para que fuera proscrito durante el Maximato.

    Sin embargo, nunca formul una lnea y un programa correctos para la revolucin en Mxico. Frente al reformismo cardenista el partido sufri un colapso poltico completo, llegando al extremo de la lnea de "unidad a toda costa" con el cardenismo. De ah en adelante el supuesto "marxismo-leninismo" de la dirigencia del partido no representara ms que una apologa de la capitulacin a la burguesa mexicana y, luego, con la restauracin del capitalismo en Rusia en 1956, la capitulacin al socialimperialismo. A qu se debi ese colapso que sumergi a la izquierda en el ms vil oportunismo hasta el despertar de tentativas antirrevisionistas en los aos 60?

    El PCM naufrag sobre muchos de los mismos escollos que la revolucin china naveg con xito y la lnea del PCM a veces manifestaba semejanzas esenciales con las lneas errneas que Mao tuvo que combatir en China. Uno de los grandes problemas en los pases oprimidos es cmo lidiar con la burguesa, especialmente cuando sta asume posturas "nacionalistas" o "revolucionarias." Mao demostr que la gran burguesa la burguesa burocrtico-compradora siempre es un enemigo estratgico de la revolucin mientras la burguesa media (la burguesa "nacional") puede a veces ser un aliado vacilante, pero el proletariado y su partido siempre deben luchar por dirigir el movimiento revolucionario y nunca deben seguir a la cola de la burguesa.

    La revolucin china nos leg una rica experiencia en la aplicacin correcta de estos principios.28 El PCM nos leg una "rica" experiencia negativa: coquete con varias formas de "apoyo crtico" a los gobiernos posrevolucionarios hasta un breve viraje durante el Maximato cuando, si bien se opuso al gobierno, tambin tach de "reaccionaria" hasta a la pequea burguesa (idea por dems bastante confusa, ya que sola caracterizar al gobierno como pequeoburgus). Acab en el abrazo fatal del gobierno de Crdenas.

    El proletariado revolucionario, insista Mao, slo puede mantener su independencia y enfrentarse con xito al imperialismo, la gran burguesa y el feudalismo si se apoya profundamente en el potencial revolucionario del campesinado el campesino pobre principalmente como su aliado principal. En un pas donde la aplastante mayora de la poblacin eran campesinos y a pesar de tener importante influencia entre muchos campesinos revolucionarios,

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    el PCM (como era el caso tambin con las lneas errneas en China) menospreciaba el potencial revolucionario de los campesinos, se criticaba su composicin campesina y le daba prioridad al trabajo urbano en nombre de "los obreros." Si el "obrerismo" todava se presenta en nuestro pas como el marxismo "ortodoxo" es debido en buena medida a este primer "obrerismo" del PCM.

    Aunque el PCM dirigi unas breves experiencias de lucha armada campesina, fueron o bien en apoyo al gobierno contra intentos golpistas o bien limitadas a la autodefensa en luchas parciales por la tierra, etc. Nunca elaboraron una correcta estrategia para la lucha armada por el Poder lo que corresponda plenamente al menosprecio por el potencial revolucionario de los campesinos, que slo puede desplegarse plenamente en la guerra popular, y la tendencia dominante de seguidismo a la burguesa "revolucionaria" en el Poder.

    Finalmente, el PCM acept una concepcin bastante mecanicista sobre el capitalismo y el feudalismo en los pases coloniales y semicoloniales una concepcin que tena influencia en la Comintern. La expres Otto Kuusinen durante el VI Congreso de la Internacional en una polmica contra formulaciones oportunistas: arguy en esencia que el imperialismo procura impedir el desarrollo industrial y mantener las relaciones feudales en las naciones oprimidas.29 Mao abogaba por una concepcin bastante ms dialctica del problema. Si bien reconoci "la colusin del imperialismo con las fuerzas feudales chinas para impedir el desarrollo del capitalismo chino..." not tambin la operacin de una tendencia contraria: "las potencias imperialistas...han acelerado la desintegracin de la sociedad feudal china y el crecimiento de elementos de capitalismo..."30

    De la concepcin errnea de que el imperialismo no puede industrializar el pas ni cambiar el feudalismo no hay gran trecho por andar para llegar a la conclusin de que cualquiera que proponga reformas semejantes es "antiimperialista" y "progresista"... un tal Lzaro Crdenas, por ejemplo. La crtica revolucionaria del imperialismo en los pases oprimidos no es que haga eternas las relaciones feudales e imposibilite el desarrollo capitalista sino que el desarrollo impulsado por el imperialismo es siempre un desarrollo dependiente, semicolonial, distorsionado y desequilibrado que se basa en la opresin y explotacin de las masas, aunque sea en una forma ms capitalista. En realidad, la expansin del capital imperialista y el capitalismo burocrtico en los pases oprimidos suele llegar a un punto en que se ve obstaculizada por las relaciones feudales en el campo u otras estructuras "atrasadas" y la burguesa o el imperialismo mismo impulsan varias reformas, tanto por razones polticas como econmicas.

    En tales situaciones y ante el reformismo de la gran burguesa en general, cul debe ser la actitud de los comunistas revolucionarios? Alabar de "progresistas" semejantes reformas y "modernizaciones"? reformas que intentan cuando mucho un paso ms sobre el camino terrateniente, un paso ms en la "modernizacin" semicolonial, que lo prometen todo pero slo aseguran la subordinacin de los oprimidos a la gran burguesa y sus amos imperialistas. O denunciarlas? y basarse, no en una alianza con la gran

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    burguesa reformista, sino en la lucha independiente y revolucionaria de los explotados que alcanza su mxima expresin en la guerra popular dirigida por el partido proletario.**

    ** Este problema es siempre actual y la fe de buena parte de la "izquierda" en la gran burguesa reformista renace eternamente de nuevo. Poco despus de orquestar como secretario de Gobernacin la masacre de Tlatelolco, Echeverra despert las mezquinas esperanzas de esta gente con su proyecto de colectivizacin del campo. Apenas enterrado este proyecto, el Sistema Alimentario Mexicano de Lpez Portillo que supuestamente iba a lograr la "autosuficiencia" revivi la fe de esta gente que se revent de alabanzas al gobierno por la muy "progresista" nacionalizacin de la banca. Si esta gente se desanim un poco con la relativa falta de populismo oficial en los aos ochenta, bast la aparicin del Hijo de Dios que en este caso se llama Cuauhtmoc Crdenas y masculla algunas par-bolas vagas sobre la democracia, suspensin de pagos y reforma agraria para que todos se arrodillaran a venerar a este politiquero de la gran burguesa dependiente del imperialismo.

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    VII. La "revolucin verde" y el capitalismo burocrtico en el agro

    En la posguerra el pas experiment un rpido desarrollo del capitalismo burocrtico (o burocrtico-comprador, que es lo mismo), es decir, un capitalismo tanto del Estado como de la "iniciativa privada" que est supeditado al imperialismo y todava ligado a la semifeudalidad. Mxico lleg a ser un pas semicolonial y semifeudal con un desarrollo importante de capitalismo burocrtico-comprador.

    Este proceso de transformacin tuvo dos vertientes principales: la industrializacin va la sustitucin de importaciones, patrocinada por el capital imperialista, y la conformacin de un sector capitalista en el agro. La reforma agraria de los treinta propici la disipacin de la hacienda como la estructura dominante en el campo y asent el patrn bsico de la tenencia de la tierra en que la transformacin subsiguiente ocurrira. Sin embargo, el impulso principal y directo al mayor desarrollo del capitalismo burocrtico en el agro fue la "revolucin verde." Y la revolucin verde fue un proyecto del imperialismo estadounidense.

    La Oficina de Estudios Especiales, que dirigira las innovaciones tcnicas de la revolucin verde, naci en 1943, formalmente un organismo semiautnomo de la Secretara de Agricultura, pero en realidad una criatura del bien conocido instrumento de la poltica imperialista yanqui, la Fundacin Rockefeller. La Fundacin puso al jefe de la Oficina, proporcion la mayor parte del presupuesto y contrat a todo el personal cientfico. Segn el informe de la Fundacin, la iniciativa naci por sugerencias del embajador estadounidense en Mxico, Josephus Daniels, quien logr que el vicepresidente Henry Wallace la apoyara en representacin de la administracin Roosevelt.31

    La Oficina desarroll las "semillas mejoradas" y especific todo un paquete de insumos riego, maquinaria, fertilizantes, insecticidas, etc. necesarios para alcanzar los superiores rendimientos previstos. El desarrollo tecnolgico no es algo poltica y socialmente "neutral." El programa se bas desde el principio en el supuesto de las condiciones que podra otorgar la gran agricultura capitalista. Las propuestas de varios cientficos mexicanos de orientar el programa hacia las condiciones y necesidades de la agricultura campesina fueron rechazadas.32 En los aos 50 y sobre todo a partir de los 60 la Fundacin Rockefeller empez a propagar esta estrategia de "revolucin verde," probada en Mxico, a otros pases del bloque occidental. Ha desempeado un papel en ese esfuerzo el Centro Internacional de Mejoramiento de Maz y Trigo (CIMMYT) con sede en Mxico y presupuesto suministrado principalmente por la Fundacin Ford, la Rockefeller, la Agency for International Development (Agencia para el Desarrollo Internacional), el Banco Mundial, etc.33

    En Mxico la promocin de este paquete tcnico fue acompaada por una batera de medidas gubernamentales para promover la gran agricultura capitalista: grandes inversiones en riego, carreteras y apoyos a la

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    comercializacin y otros grandes subsidios otorgados a los grandes productores a travs de la estructura de precios de garanta, la poltica crediticia, etc.34 Estas iniciativas fueron financiadas en medida significativa por el capital imperialista a travs de prstamos de la banca internacional y varios organismos para el "desarrollo." Por otra parte la inversin extranjera directa cobr fuerza en la conformacin de un complejo agroindustrial que provee insumos y procesa el producto de la agricultura comercial.

    El resultado fue una transformacin en el carcter de buena parte de la gran agricultura en el pas. Por ejemplo, en el trigo, cultivo clave de los primeros esfuerzos de la revolucin verde, en 1944 slo en Sonora se cultivaba en condiciones algo ms capitalistas, reflejadas en cierta mecanizacin de su cultivo. En las dems regiones del pas las tcnicas primitivas caractersticas de la agricultura feudal el arado de madera tirado por bueyes o mulas eran la regla general.35

    Se inici un cambio importante. De 1940 a 1960 el valor de la maquinaria agrcola en el pas se multiplic casi 8 veces en pesos constantes.36 En 1950 el consumo nacional de nitrgeno, fsforo y potasio en fertilizantes todava ascenda a slo 11,700 toneladas pero para 1970 alcanz la cifra de 554,400 toneladas.37 Cambios semejantes se registraron en otros renglones de insumos ligados a la agricultura moderna.

    Estos cambios en los medios de produccin corresponden a la conformacin de un sector de la gran agricultura en que ya no predominan las relaciones directamente feudales y semifeudales caractersticas de la vieja hacienda sino las relaciones de un capitalismo burocrtico que, sin embargo, sigue estrechamente ligado a las relaciones semifeudales en el agro en su conjunto.

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    VIII. Capitalismo burocrtico y semifeudalidad

    Este nuevo sector que es predominantemente capitalista en sus relaciones internas es, por una parte, sumamente dependiente del capital imperialista y de los mltiples apoyos y subsidios del Estado semicolonial. Por otra parte, ha subordinado, parcialmente transformado e integrado a su funcionamiento las relaciones feudales en el agro entero. Las relaciones feudales han sido modificadas en mayor o menor grado por su subordinacin ms directa al gran capital. Por eso hablamos de relaciones semifeudales y la semifeudalidad.

    En el agro, las relaciones netamente capitalistas en que el salario es la fuente nica de sustento del trabajador y su familia y no media ninguna forma de coaccin extraeconmica se encuentran en una nfima minora de los casos. La mayora de los moradores del campo sigue ligada a la economa campesina que padece la opresin semifeudal; una parte de la gran agricultura todava manifiesta importantes rasgos semifeudales; y hasta esa parte de la gran agricultura que es predominantemente capitalista en sus relaciones internas depende del complemento al salario que proviene de la economa campesina y de la semifeudalidad en el campo en general como el fundamento esencial de la superexplotacin de la aplastante mayora de sus trabajadores los jornaleros. Por eso podemos afirmar que a pesar de la conformacin de un sector ms o menos capitalista en sus relaciones internas, el sistema de explotacin en el agro sigue siendo predominantemente semifeudal.

    El corazn de la semifeudalidad actual se encuentra en la persistencia del latifundismo, en el hecho de que la subordinacin de la economa campesina sigue siendo una base esencial de la explotacin realizada por la gran propiedad agrcola y, por lo tanto, sigue vigente la servidumbre, la coaccin ejercida contra los oprimidos del campo, aunque sea en forma modificada.

    El latifundismo persiste en el sistema de tenencia de la tierra latifundio/ minifundio, que se encuentra en muchos pases de Amrica Latina y otras partes y que en Mxico se expresa principalmente en la forma del sistema de tenencia gran propiedad/ejido (o comunidad agraria). En la mayora de los casos las mejores tierras el "casco" de la vieja hacienda y tambin nuevas tierras de riego siguen en el poder de los terratenientes, o bien en la forma de su propiedad directa, el arrendamiento de las tierras campesinas, el control de stas a travs de contratos, el despojo abierto, etc.

    Lo que ha cambiado es que la produccin en estas tierras ha asumido pautas ms o menos capitalistas decimos "ms o menos" porque formas abiertamente semifeudales como la aparcera, el sistema de enganche y endeudamiento, el trabajo gratuito, etc. todava se practican en varios grados en una parte de estas tierras de la gran propiedad y la produccin extensiva que todava no alcanza la tpica dinmica capitalista persiste sobre todo en grandes extensiones de tierra dedicadas a la ganadera. Con el desarrollo de la produccin capitalista los terratenientes se han aburguesado y se han integrado ms a la burguesa a nivel nacional y algunos capitalistas de otras ramas tambin han entrado en la produccin agropecuaria.

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    El sistema de explotacin todava descansa en la dominacin y explotacin de la economa campesina como su base esencial en dos formas: el sistema de peonaje y la explotacin directa de la produccin campesina. El papel esencial de la produccin campesina es obvio en el caso de la explotacin directa de la economa campesina por medio de la aparcera, la usura, el comercio, etc. En el sistema de peonaje aunque la forma de explotacin de los jornaleros es una forma capitalista el trabajo asalariado (mezclado muchas veces con formas abiertamente semifeudales que trataremos a continuacin) el sistema presupone que el jornalero complementa su salario con la produccin campesina porque el salario es insuficiente para el sustento y reproduccin del jornalero. En otros trminos, el complemento que proporciona la economa campesina hace posible la superexplotacin absoluta del jornalero un pago debajo del mnimo de sobrevivencia fsica del jornalero y su familia.

    Por eso la aplastante mayora de los jornaleros sigue ligada a la economa campesina. O bien tienen un pedacito de tierra propia, o tienen acceso a la tierra a travs de familiares, la aparcera, etc., o se dedican a actividades ligadas a la economa campesina como la artesana o el pequeo comercio.38 La minora de los jornaleros que no tiene este complemento a su jornal los "golondrina" lleva una existencia sumamente precaria en que se ven casi imposibilitados a tener una familia e hijos, es decir, de reproducir su fuerza de trabajo.

    Tanto este sistema de peonaje como la explotacin directa de la economa campesina mantienen una esencial raz semifeudal. Hemos dicho que el capitalismo y el trabajo asalariado capitalista "puros" consisten en la separacin por completo del productor directo el obrero de la tierra o cualquier otro medio con el que pudiera producir su subsistencia. En consecuencia, todo su sustento le es proporcionado en la forma del salario en dinero. Este, por lo general, an no es el caso para los jornaleros agrcolas.

    El feudalismo se caracteriza, por el contrario, por la ligazn del productor directo el campesino con la tierra, de la que l mismo produce directamente la mayor parte de su subsistencia, proporcionando por otra parte un excedente al terrateniente ya sea en forma de trabajo ("la prestacin personal," "el pago en trabajo"), productos (la aparcera) o la renta en dinero. O, como deca Lenin, el feudalismo consista en que "la tierra estaba dividida entre los grandes propietarios territoriales, los terratenientes feudales, y en que stos adjudicaban tierra a los campesinos para explotarlos; de modo que la tierra ha sido algo as como salario en especie; daba al campesino los productos necesarios a fin de que pudiera producir plus producto para el terrateniente; la tierra constitua el fondo que haca posible que los campesinos cargasen con tributos a favor del terrateniente."40

    Por eso Lenin consideraba, por ejemplo, las parcelas que los terratenientes alemanes daban a sus trabajadores asalariados como "una directa supervivencia" del feudalismo en el capitalismo, porque "Como sistema econmico, la servidumbre se diferencia del capitalismo precisamente en que el primero entrega tierra al trabajador en tanto que el segundo separa al trabajador de la tierra, en que el primero da al trabajador en especie los medios de subsistencia (o lo obliga a producirlos en su `nadiel' [parcela]) y el

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    segundo paga al trabajador en dinero, con el cual ste compra los medios de subsistencia."41

    Asimismo, el sistema de explotacin en el agro mexicano todava adjudica tierra (generalmente tierras marginales) a los campesinos como una condicin indispensable de su explotacin, ya sea directamente o a travs del peonaje, y este hecho constituye el meollo de la semifeudalidad en el campo. En la forma principal les adjudica tierra el Estado, como terrateniente de hecho, a travs del sistema ejidal y en los intereses de la clase explotadora en conjunto. La supervivencia del latifundismo bajo el rgimen del capitalismo burocrtico que hemos dibujado inevitablemente va acompaado por la servidumbre: el trabajo gratuito; formas de trabajo "atadas," no libres; la dependencia personal que conllevan la aparcera, la usura, etc.; el caciquismo; la falta de libertad en general en fin, la coaccin extraeconmica.

    Hay quienes aprecian la enorme importancia de la dialctica entre la gran agricultura y la economa campesina pero mantienen que esta relacin ya es completamente capitalista pues a diferencia de la hacienda que encerraba la parcela de subsistencia del campesino, esa parcela ya se encuentra fuera, formalmente independiente de las grandes entidades de produccin.42 Este punto de vista confunde una forma particular con el contenido esencial de la relacin. El repartimiento, por ejemplo, mandaba a trabajos forzosos a campesinos indios que vivan y se reproducan en pueblos y tierras formalmente independientes y no por eso dejaba de ser un sistema laboral feudal. Y la hacienda misma no absorbi la gran mayora de las parcelas campesinas sino hasta el Porfiriato.

    El sistema de explotacin de la hacienda feudal se basaba en la dialctica entre la parcela de subsistencia dentro o fuera de la hacienda y el plustrabajo, el plusproducto arrancado por el hacendado a travs del peonaje y la aparcera en las tierras de la hacienda. Al cabo de ms de un siglo de transformacin por la va terrateniente, la dialctica entre la gran propiedad y la parcela campesina todava es el fundamento esencial del sistema de explotacin. A este fundamento que conserva su esencia feudal se suman varias formas particulares abiertamente semifeudales que refuerzan esa dialctica. En los extremos se encuentran una gran agricultura avanzada aparentemente capitalista y una agricultura campesina atrasada todava envuelta en mltiples formas de opresin semifeudal. Entre las dos existen varios casos intermedios: la gran propiedad que conserva formas abiertamente semifeudales, la economa campesina en zonas ms prsperas que padece formas de explotacin algo ms "modernas" y capitalistas.

    No se trata de fragmentos desconectados o de economas distintas. Se trata de dos polos de un solo sistema, de una relacin necesaria. De las zonas campesinas fluyen los peones que trabajan por menos de una miseria en la agricultura capitalista y la plusvala extrada a la economa campesina por la usura, la aparcera, el intermediarismo acaba por aumentar la rentabilidad del gran capital. As se repite la dialctica de la explotacin: entre la gran agricultura y la campesina, entre riego y temporal, entre llano y sierra, entre norte y sur la dialctica de un capitalismo burocrtico que no puede prescindir todava de la semifeudalidad.

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    IX. El sistema de peonaje

    Esta dialctica se manifiesta claramente en el sistema de peonaje, que es el sistema de explotacin ms importante en el campo actual. La forma el trabajo asalariado es nominalmente capitalista pero preserva, como hemos explicado, una esencial raz semifeudal en la necesaria aportacin de la economa campesina a la sobrevivencia del jornalero. El jornalero es superexplotado y la superexplotacin es absoluta, es decir, el salario no alcanza ni para una mnima sobrevivencia fsica.

    Todas las formas de opresin y explotacin semifeudales que pesan sobre los campesinos contribuyen a mantener y reproducir esta superexplotacin. Persisten varias formas de atar directamente al trabajo que trataremos a continuacin, pero tambin el caciquismo, las formas de explotacin directa de la economa campesina, etc., que pueden quedar fuera de la inmediata relacin salarial refuerzan una situacin en que el jornalero se encuentra en desventaja completa frente al patrn. La opresin nacional de los indios tambin es de gran importancia en este respecto. No es casual que la masa ms grande de peones se origine precisamente en las zonas atrasadas, de mayor opresin semifeudal y que son con frecuencia indgenas. En fin, la semifeudalidad es garante de la superexplotacin del trabajo asalariado del jornalero.

    Es ms, los peones del campo suministran de mano de obra sumamente barata a otros sectores, trabajando por ejemplo en nmeros importantes de albailes en la construccin,43 y constituyen un gran ejrcito laboral de reserva para la economa entera. Tanto ms es as por la ruina progresiva de la economa campesina que expulsa a un nmero cada vez mayor de campesinos que huyen del hambre en el campo. Este proceso crea una sobreoferta de trabajo relativa a las necesidades de la industrializacin dependiente, ejerce una presin a la baja sobre los salarios urbanos y sirve as para reforzar la superexplotacin del proletariado urbano. Se ve el grado de superexplotacin por ejemplo en un estudio que indic que aun despus de compensar las diferencias en el costo de la vida, los trabajadores agrcolas ganan 7 veces ms en Estados Unidos que en Mxico y en la industria los obreros ganan 11.5 veces ms.44

    La superexplotacin no es ningn resto del atraso del pasado que ser superado por la "modernidad." Es una necesidad del propio portador de la dizque "modernidad": el capital imperialista. La dominacin imperialista de pases oprimidos como Mxico sirve a la necesidad del capital imperialista de recoger superganancias a travs de la superexplotacin, contrarrestando en parte as la tendencia decreciente de la cuota de ganancia. El sistema de peonaje en el campo y la opresin de los campesinos en general apuntalan a la superexplotacin del trabajo asalariado en la economa entera. Finalmente, de esta masa de trabajo superexplotado van millones muchos de ellos campesinos al otro lado donde, si bien se les paga mejor, constituyen de todas maneras una seccin de trabajadores superexplotados en el contexto de la economa domstica de Estados Unidos.

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    Persisten en el sistema de peonaje en el campo varias formas de "atar" directamente al trabajo. Incluyen en algunos casos extremos hasta formas heredadas intactas del Porfiriato, sobre todo en partes del sur como Chiapas, donde persisten en algunos lugares no slo los peones acasillados sino hasta el "derecho de la pernada" en que el terrateniente tiene el "derecho" de ser el primero en acostarse con las campesinas que acaban de casarse.45 Formas similares a la del pen acasillado que consisten en que el dueo dota de tierra (y ganado) a sus trabajadores y que tienen un pleno significado semifeudal an estn ampliamente difundidas en la ganadera.46

    Otra relacin semifeudal de importancia son las varias formas de trabajo gratuito. En muchos casos estas formas, tales como el tequio o la faena, tienen su origen en tradiciones indgenas, aunque tambin existen en comunidades mestizas. En algunas instancias puede que se trate solamente de ayuda mutua entre los campesinos, como en el sistema de la mano vuelta. (Aunque este y otros sistemas deben ser analizados ms a fondo en la prctica.) Sin embargo, en muchos casos estas instituciones son usadas con fines de explotacin, como por ejemplo en la Sierra Norte de Puebla donde los indios tienen que limpiar sin pago alguno la ciudad habitada por los mestizos.47 Asimismo caciques que se han hecho contratistas de construccin de obras pblicas se han aprovechado de las faenas.48 Aun cuando los trabajos no pagados supuestamente benefician a una comunidad india, de todas maneras se prescinde as del salario que se pagara en otras circunstancias al trabajador quien se ve obligado por diversas presiones a realizar este trabajo gratuito. Si bien las tradiciones autctonas de trabajo colectivo tal vez podran, bajo un distinto sistema social, fortalecer las luchas por una organizacin colectiva y eventualmente socialista de la produccin, bajo el actual sistema estas formas suelen prestarse al engao de la "preservacin de lo indgena" como psimo disfraz de la preservacin de la explotacin semifeudal de los indios.

    Se encuentran en el campo muchas otras manifestaciones del trabajo gratuito: hasta en las zonas ms capitalistas de Sonora existen jornaleros que tienen que trabajar sin pago para contar con un pedacito de tierra donde erigirse una choza. (Es ms, hasta en su trabajo "pagado": "la institucin de pagar a los trabajadores sin tierras con un papel escrito est muy difundida en todas las zonas de agricultura comercial de Sonora y los tenderos descuentan hasta el 50% del valor de un vale por el hecho de aceptarlo.")49 El trabajo gratuito en general existe por la condicin oprimida de los que lo realizan y por la coaccin ejercida para que trabajen sin pago alguno y representa una relacin semifeudal.

    Los sistemas de enganche son de mucha importancia. En el caf del Soconusco en Chiapas, el sistema persiste en una forma que no ha cambiado mucho en todo un siglo: "los indgenas de los Altos todava deben prestar trabajo por dos meses para pagar sus deudas contradas con los enganchadores y para tener derecho al pasaje de regreso...generaciones enteras han sucumbido en esos campos cafetaleros desde que son capturados en sus comunidades a travs de diversos mtodos, pagando dos pesos de impuesto por cabeza hombre a los municipios para ser acarreados hasta los campos como ganado, con vigilancia para que no escapen, recibiendo por el camino malos tratos de los enganchadores y caporales, los cuales les

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    adelantan vveres y ropa usada para endeudarlos y comprometerlos a trabajar en el corte de caf." Hasta persiste el uso de crceles privadas en estos latifundios.50

    Un sistema igualmente brbaro se encuentra en Puebla. Los "sacagentes" que operan en la sierra de Puebla para los grandes terratenientes de la costa de Veracruz "pagan por anticipo a los indgenas una suma superior a la que estipula el contrato para as endeudarlos y obligarlos a regresar al trabajo durante la temporada siguiente. Cuando algn indgena, despus de haber recibido su adelanto no se presenta el da de la salida para la costa, es encarcelado hasta el siguiente viaje en las crceles particulares que tienen estos `sacagentes' en el patio de sus casas."51

    Se podra aducir muchos otros ejemplos y aunque no todos llegan a estos extremos, los sistemas de enganche estn muy difundidos en el campo actual.52 Hay que insistir en que cualquier presin para trabajar que no sea la simple necesidad por parte del jornalero de ganarse un salario, cualquier castigo que le impida dejar de trabajar cuando le da la gana constituyen formas de trabajo atadas, no libres en el sentido capitalista: constituyen relaciones semifeudales que todava traban el trabajo asalariado que en s mismo es la tpica forma de explotacin capitalista. El que los individuos que emplean estas formas puedan actuar como capitalistas "puros" en otros respectos maximizando sus ganancias, invirtiendo su dinero en empresas ntidamente capitalistas, etc. no niega el corte semifeudal de estos sistemas de enganche.

    La preservacin parcial de relaciones semifeudales en las relaciones laborales sirve para deprimir el salario an ms y asegurar un suministro constante y adecuado de mano de obra que slo se podra lograr en un mercado de trabajo libre con salarios ms altos. No es de sorprenderse que estos sistemas de enganche sean ms fuertes y estrictos en aquellas regiones y en aquellos cultivos donde el capital todava no ha revolucionarizado mucho el proceso de produccin agrcola y la mano de obra no especializada en grandes cantidades sigue siendo el "insumo" bsico necesario. Estos sistemas laborales retrasan a su vez la innovacin tcnica.

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    X. La explotacin directa de la economa campesina

    Si bien el sistema de peonaje parece ser la forma de explotacin de mayor importancia para el gran capital, la explotacin directa de la produccin campesina tambin alimenta a explotadores grandes y pequeos y complementa al sistema de peonaje. En esta explotacin directa de la pequea produccin las formas semifeudales y las formas ms capitalistas ya se han confundido tanto que muchas veces resulta difcil diferenciar completamente unas de otras. No obstante, cabe aclarar que la pequea produccin campesina y su explotacin aunque sea con los mtodos ms capitalistas que se quiera todava constituyen en todo caso una forma de transicin a la economa plenamente capitalista, como nos explica Marx.53

    La aparcera es una forma claramente semifeudal. No importa que los censos oficiales nieguen su existencia casi por completo. Un montn de estudios de caso y la experiencia diaria de millones de campesinos demuestran que la aparcera todava tiene una amplia difusin en grandes zonas del campo. Para citar slo un ejemplo, una investigacin de un municipio en la Montaa de Guerrero descubri que mientras el censo registr un solo caso de aparcera, en realidad la mitad de las parcelas era trabajada bajo el rgimen de aparcera.54

    Se encuentran casos de terratenientes semifeudales como algunos en Puebla que "dan sus tierras a medias y viven tranquilamente de sus rentas."55 Tambin existen situaciones, como en el caso de los ganaderos lecheros en los Altos de Jalisco, en que se combina la aparcera semifeudal que les suministra de maz para forraje con una produccin lechera que en varios casos empieza a mecanizarse y tiene un cariz ms capitalista.56 Hay muchos otros ejemplos de la aparcera como forma de explotacin de los campesinos por parte de los terratenientes.57

    La aparcera tambin est muy difundida entre los campesinos mismos. Algunos "campesinistas" han negado que la aparcera practicada entre los campesinos sea una forma de explotacin, como tampoco lo es, segn ellos, el trabajo asalariado. Aunque puedan darse algunos casos aislados en que la relacin de trabajo asalariado tal vez se use para un intercambio completamente igual entre campesinos medios que se emplean mutuamente, est claro que en la aplastante mayora de los casos la relacin de trabajo asalariado se da entre campesinos pobres que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo, que por lo general no pueden ni soar con emplear a otros, y campesinos acomodados que los contratan y que no se ven obligados a irse de jornaleros ellos mismos. Aunque parte de la plusvala realizada tpicamente es arrancada por comerciantes, el Estado, etc., los campesinos ricos son tales precisamente por percibir importantes ingresos de la explotacin, incluyendo, por supuesto, la explotacin de sus jornaleros. Por otra parte, el que los campesinos ricos dependan de la explotacin no quiere decir que sean el enemigo. En realidad son una fuerza intermedia en la lucha de clases en el campo.

    La aparcera, como la renta de la tierra en general, tambin es una forma

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    de explotacin. Si uno recibe un ingreso por el mero hecho de poseer tierra, sin trabajar, cmo podra ser otra cosa? Sin embargo, el significado econmico y social de la aparcera entre los campesinos vara mucho segn el caso concreto. En el caso en que un campesino acomodado le da en aparcera (o "a medias") la tierra (poniendo, adems, por lo general todo o parte de las semillas, fertilizantes, instrumentos de trabajo, etc.) a un campesino pobre para aprovecharse del trabajo de ste, la renta suele abarcar casi todo el plusproducto (y a veces una parte del trabajo necesario) producido por el aparcero. En este caso, igual que si se tratara de un terrateniente mayor, la aparcera es una forma semifeudal de explotacin al aparcero. Este caso bsico se encuentra en extensas zonas campesinas, particularmente las ms pobres. (Cabe recordar aqu que la renta en dinero tambin es una forma de explotacin semifeudal siempre y cuando no sea una simple deduccin de la ganancia como en la frmula de la renta capitalista sino que abarque bsicamente toda la plusvala, como suele ser el caso cuando terratenientes o campesinos ricos alquilan tierra a campesinos ms pobres.)

    La aparcera tiene distinto significado en el caso en que un campesino ms pobre, por carecer de dinero o medios de produccin para poder producir, le da en aparcera su tierra a un campesino acomodado, el cual suele poner los medios necesarios para la produccin. En este caso la renta de la tierra suele abarcar slo una fraccin del plusproducto producido, o sea, la tpica frmula de la renta capitalista. Aunque la aparcera en s es una forma semifeudal, en este caso encubre un contenido ms bien capitalista: el mayor acceso a la tierra a travs del alquiler por parte de un productor en vas de convertirse en productor capitalista o que ya lo ha logrado. Por lo general la renta que percibe el campesino ms pobre no representa aqu una participacin en la explotacin del trabajo del aparcero acomodado sino en la explotacin de los jornaleros que ste emplea. Esta forma suele encontrarse particularmente en aquellas zonas de economa campesina ms prspera donde, sin embargo, no se ha desarrollado la produccin para el mercado lo suficiente como para generalizar la renta en dinero. Finalmente, en la realidad se encuentran diversas y variadas formas de aparcera que pueden representar situaciones intermedias entre los dos casos que hemos aducido aqu para fines de ilustracin.

    La usura y el intermediarismo tradicional son formas precapitalistas de capital. "El capital usurario nos explica Marx como forma caracterstica del capital a inters corresponde a la fase de predominio de la pequea produccin, a la fase de los campesinos que trabajan para s mismos y de los pequeos maestros artesanos."58 Corresponde a una situacin donde "el capital no impera directamente sobre el trabajo..."59 A diferencia del inters moderno, capitalista, que por regla general absorbe slo una fraccin de la plusvala producida en la empresa capitalista, la usura suele absorber todo o casi todo el excedente producido en la pequea explotacin campesina.60

    Asimismo, "el comercio e incluso el capital comercial son anteriores al rgimen de produccin capitalista."61 "El desarrollo independiente y predominante del capital como capital comercial equivale a la no sumisin de la produccin al capital y, por lo tanto, al desarrollo del capital a base de una forma social de produccin ajena a l e independiente de l. El desarrollo independiente del capital comercial se halla, pues, en razn inversa al

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    desarrollo econmico general de la sociedad."62 El intermediarismo tradicional se basa no en el desarrollo capitalista de la produccin sino en la falta o debilidad de ese desarrollo y somete la produccin a la explotacin comercial. El capital comercial moderno "acta simplemente como agente del capital industrial"63 mientras el intermediarismo tradicional explota a la pequea produccin: "Mientras el capital comercial sirve de vehculo al cambio de productos de comunidades poco desarrolladas, la ganancia comercial no slo aparece como engao y estafa, sino que se deriva en gran parte de estas fuentes..."64

    Si bien estas formas existen en todas las sociedades precapitalistas donde se hayan desarrollado el dinero y la circulacin simple de mercancas, por el desarrollo histrico concreto en nuestra sociedad la usura y el intermediarismo tradicional constituyen formas especficamente semifeudales. Todava persisten en la actualidad como formas de gran importancia en la explotacin de amplias zonas campesinas, si bien se funden a veces con formas ms "modernas" de explotacin y de vez en cuando resulta difcil distinguir completamente entre la explotacin arraigada en el monopolio creado por el aislamiento y el atraso del desarrollo y la explotacin arraigada en el monopolio creado por la concentracin de capital en su forma "moderna" el capital monopolista.

    Warman nos brinda una vvida descripcin de la operacin de la usura y su fuerte interrelacin con el intermediarismo tradicional:

    "La usura tradicional opera sobre el conocimiento directo y personal de las gentes que slo puede darse en medios sociales reducidos. En ellos el deudor no tiene escape. Paga con absoluta seguridad. Si no lo hace, en algunos rumbos pierde no solamente el honor sino hasta la vida; en otros nada ms pierde todo lo que tiene, o con suerte, slo pierde la oportunidad de recibir ms prstamos y entonces es muy difcil sobrevivir." El inters es generalmente del 100% o ms la descripcin data de los aos 70, antes de las tasas altas de inflacin por un perodo de unos cuantos meses hasta que se levante la cosecha. "La forma ms generalizada del prstamo usurario es la `compra al tiempo', que consiste en comprar por anticipado la futura cosecha del solicitante a la mitad del precio rural corriente en tiempos de cosecha...

    "Generalmente los prestamistas son comerciantes locales de la variedad que negocian de todo...Muchos son propietarios de tierras. Algunos se convierten en caciques o se cobijan a su sombra...

    "Este crdito tiene por objeto el consumo de subsistencia, o sea, la compra de artculos que vende el prestamista en su papel de comerciante a precios generalmente ms altos que los del mercado nacional...El pago de la deudas en cosechas convierte al prestamista en acaparador...

    "Si [el campesino] crea un excedente, ste lo captura el usurero; si no lo crea tiene que aumentar la deuda y vender su fuerza de trabajo como pen, artesano o lo que sea, para pagar...Ms de las tres cuartas partes de los campesinos tradicionales del pas estn ligados a la usura."65

    Como se ve, la usura y el intermediarismo tradicional inevitablemente involucran la dependencia personal y la coaccin extraeconmica contra los campesinos para forzar el pago de las deudas o tambin para prevenir que

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    desarrollen sus propios canales de comercializacin. Es decir, imp