Recursos hídricos y cambio climático: el caso del río Besòs. Aproximación socioeconómica
Autores: Amelia Díaz, Javier Martín-Vide, Belén Noguera, Antonio Alarcón, Miquel Salgot Persona de contacto: Amelia Díaz ([email protected]) Departamento: Economía Universidad: Universidad de Barcelona Área Temática: Economía del Agua Resumen:
Como consecuencia del cambio climático (CC) se espera un cambio en el patrón de lluvias en el Mediterráneo, especialmente en los regímenes de precipitación aunque no siempre en términos de cantidad total anual. Algunos estudios anuncian más tormentas capaces de suministrar cantidades importantes de agua en periodos cortos. Si bien ésta es una característica habitual de las áreas húmedas y subhúmedas del Mediterráneo, parece que la intensidad de lluvia aumentará en combinación con periodos prolongados de sequía. Este estudio se centra en la influencia del cambio de los patrones de precipitación en la cuenca del río Besòs en el área metropolitana de Barcelona. Desde 1980 se construyeron en la cuenca depuradoras de aguas residuales y la calidad del agua del río mejoró notablemente. A finales de los 90 se hicieron diversas actuaciones de mejora y en 1999 se inició la recuperación del tramo final. El proyecto tuvo éxito social y continuó con dos fases adicionales. Hay que evaluar desde un punto de vista económico y social los resultados de la modificación del río, considerando que el CC y sus consecuencias pueden tener influencia en el proyecto a medio plazo. Es necesario analizar diversas normas y regulaciones y su aplicación al área considerada, con un análisis coste-beneficio para conocer la valoración social del proyecto y las medidas para hacer frente al CC. Se analizarán a) la mejora en la calidad de vida (salud, calidad del agua, actividades recreativas, turismo, etc.) de los residentes y de otros agentes implicados; b) el medio ambiente (calidad del agua, infraestructuras verdes, flora y fauna, incidencia sobre el agua de mar en la desembocadura); y c) el incremento del precio de las viviendas. Como base para el análisis se utilizan los escenarios de CC definidos por los paneles y organizaciones internacionales y aplicados a las características del ámbito local estudiado.
Palabras Clave: cambio climático, análisis económico y financiero, recursos hídricos, áreas costeras, río Besòs.
Clasificación JEL: Q25; H7
1
1. Introducción
El Besòs es un río mediterráneo cuyas márgenes, desde un pasado bucólico (Figura 1) a
finales del siglo XIX, se han transformado en un entorno fuertemente urbanizado, con
caudales reducidos, vinculados a las condiciones climáticas, por lo que es actualmente
un ecosistema frágil y vulnerable.
Figura 1. “Un recodo del río Besòs” (Ramón Martí i Alsina, 1880-1890). Museo de
Montserrat
A mediados de la década de los 60 la cuenca del Besòs, sobre todo en su tramo inferior,
inició una fuerte transformación debido a las consecuencias de la fuerte presión
antrópica de la época. El uso abusivo de los recursos hídricos, los numerosos vertidos al
río, la sobreexplotación de los acuíferos, la alteración de las riberas debido al
crecimiento urbano, la explotación de sus áridos y, por último, su canalización
comportaron la degradación de este ámbito fluvial.
Figura 2. Cauce del rio Besòs a su paso por Santa Coloma de Gramenet. Años 80.
Barcelona Regional
2
En los últimos quince años, y frente a la presión ciudadana, todos los estamentos de las
administraciones implicadas iniciaron programas y actuaciones que supusieron un gran
esfuerzo encaminado a recuperar la cuenca del río. En este sentido, la implantación de
un plan de saneamiento de la Generalitat de Catalunya y el trabajo de gestión y control
del Consorci per a la Defensa de la Conca del Riu Besòs favorecieron este objetivo.
El compromiso decidido de los municipios de Barcelona, Santa Coloma de Gramenet,
Montcada i Reixac y Sant Adrià del Besòs fue mucho más allá, y con el proyecto de
“Recuperación Medioambiental del Tramo Final del Río Besòs”, cofinanciado por la
Unión Europea, se apostó no sólo por la recuperación ambiental de un ámbito fluvial
muy degradado, sino además por devolver a los ciudadanos de una zona excesivamente
urbanizada la posibilidad de disfrutar de un espacio de ocio.
2. El río Besòs
El Besòs es uno de los dos ríos que configuran el Área Metropolitana de Barcelona
(AMB). Su cuenca hidrográfica de 1.039 km2 soporta una población de casi un millón
de habitantes, con un elevado consumo de agua que principalmente se destina a uso
industrial y urbano, ya que la agricultura, sobre todo en su tramo inferior, ha ido
perdiendo importancia hasta casi desaparecer. Esta presión industrial y urbana
3
determinó principalmente el estado de degradación en que se encontraba el tramo final
del cauce.
La cuenca es deficitaria en cuanto a agua, por lo cual, desde hace años, han sido
necesarios trasvases de otras cuencas para paliar el importante déficit hídrico de una
gran parte de la zona. Esto supone que en periodos secos la práctica totalidad del agua
que circula ha sido trasvasada de otra cuenca para ser utilizada antes de verterla al
Besòs. Por ese motivo la calidad del agua circulante y del acuífero depende en un grado
elevado de los procesos de depuración.
Por lo que respecta al agua subterránea, el Besòs está asociado a un acuífero que puede
contener más agua que el sistema en superficie, por lo menos antes de que el río se
recuperara. Hay que recordar que en numerosas ocasiones en ríos sobreexplotados se ha
perdido la conexión directa entre el río y el acuífero subyacente.
No obstante, en el caso del río Besòs el flujo del agua ha sido modificado por causas
diversas, como el aporte de agua de la cuenca del río Ter –como ya se ha indicado- e
incluso de agua de mar desalinizada. Se considera que la conexión río/acuífero se ha
recuperado, lo que queda probado por el aumento del nivel de agua en numerosas
infraestructuras subterráneas. Esto obliga a continuos bombeos o produce la
inutilización de plantas de aparcamientos subterráneos, con la consiguiente repercusión
económica.
Por lo que respecta a las aguas residuales (mezcla de urbanas e industriales con agua de
lluvia ocasional), en 2016 ya están construidas todas las depuradoras (EDAR) que
vierten directamente a la cuenca, con alguna pequeña instalación de regeneración y
reutilización de agua.
Otro de los problemas, en este caso de origen natural, de la cuenca del Besòs es su
marcado carácter torrencial, típicamente mediterráneo, como consecuencia de la
dimensión y del bajo tiempo de concentración de la cuenca. El río Besòs tiene un
régimen hidrológico muy irregular, con caudales muy variables y con avenidas
ordinarias frecuentes. Una peculiar característica de las crecidas en el tramo bajo del río
4
es el corto periodo de éstas (de horas), y sobre todo la punta de la crecida, que puede
llegar, en algunos casos, a centenares de veces el caudal promedio del río. El caudal
máximo medio diario más alto es de 145 m3/s. Es decir, el río pasa de estar
prácticamente seco a llevar un caudal elevado en menos de una hora, en función de las
inclemencias meteorológicas.
De este modo se puede indicar que el caudal medio aproximado habitual es de 3,9 m3/s
con grandes fluctuaciones (entre 1,5 m3/s y 4,5 m3/s) ya que se trata de una cuenca
pequeña y sin ningún tipo de regulación y considerando que una parte importante de ese
caudal, cuando no todo, procede de las depuradoras de agua residual de la cuenca. Por
otro lado, las avenidas toman una enorme importancia como, por ejemplo, la de octubre
de 1994, que sobrepasó los 1400 m3/s.
A principios del siglo XX, en el tramo final del río las llanuras de inundación
presentaban en algunos puntos unos 500 m de ancho. La gradual urbanización del
entorno del cauce, y por lo tanto su reducción, hicieron disminuir la capacidad
hidráulica del río.
Después de las importantes inundaciones del 25 de septiembre de 1962, en las que se
registraron caudales próximos a los 2.300 m3/s y que fueron responsables de cuantiosas
pérdidas materiales y de vidas humanas, se decidió encauzar el río, usando distintas
tipologías, en un tramo final de 18 km, desde la localidad de Montmeló hasta el mar
(Figura 3).
5
En los últimos 9 km del tramo bajo del río Besòs se construyó un lecho canalizado de
unos 130 metros de ancho con muros de hormigón de casi 4 m de altura, que a la larga
incrementaron todavía más la marginalidad del cauce.
3. Proyecto de Recuperación Medioambiental del cauce del Río Besòs
La situación de degradación medioambiental que sufría el tramo final del río y sus
efectos negativos para la población ribereña determinaron un acuerdo institucional,
firmado el 23 de noviembre de 1995, entre los ayuntamientos de Barcelona, Santa
Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs y Montcada i Reixac. En dicho acuerdo los
Ayuntamientos decidieron considerar como único proyecto unitario de actuación y
remodelación el tramo final del cauce del río Besòs y su ámbito de influencia, en donde
se debería desarrollar un conjunto de proyectos e intervenciones.
Una de estas intervenciones fue la “Recuperació mediambiental del tram final de la
llera del riu Besòs”, propuesta global elaborada por Barcelona Regional, Agència
Metropolitana de Desenvolupament Urbanístic i d’Infrastructures; que comprendía los
últimos 9 km de río desde el puente de Montcada i Reixac hasta la desembocadura,
planteándose soluciones diferentes según los distintos tramos fluviales.
Este proyecto se elaboró en tres fases. La primera abarca un tramo desde el puente de
Montcada i Reixac hasta el puente del Molinet (municipio de Sta. Coloma de
6
Gramenet), y fue concluida en abril del 2000, suponiendo la creación del Parc Fluvial
del Besòs. Posteriormente se realizaron las obras de la segunda fase, de casi 3 km, que
llegan al ámbito de la desembocadura.
El presupuesto total de las tres fases superó los 37,5 millones de euros. Las obras fueron
subvencionadas en parte por la Unión Europea (85%), dentro del marco de los Fondos
de Cohesión (tramo local), y el resto por las administraciones locales implicadas. Se
consideró una cuarta fase de estudios y seguimiento.
En el año 2002 se iniciaron las obras de retirada de las torres y línea eléctrica de alta
tensión que transcurrían dentro del propio cauce (Figura 3). Las obras finalizaron en
2006, con el completo soterramiento de la línea de 220kV por la galería que transcurre
paralela al río.
Figura 3. Retirada de una torre eléctrica del cauce del Besòs. Fuente: Ajuntament de
Santa Coloma de Gramenet
Los objetivos generales de este proyecto de recuperación del tramo final fueron:
Mejorar la calidad ambiental y paisajística del cauce.
Mejorar el afluente de la depuradora de Montcada i Reixac mediante la
implantación, en el cauce del río, de un tratamiento terciario basado en la
generación de zonas húmedas.
7
Garantizar la capacidad hidráulica del río.
Recuperar y naturalizar el tramo final de la desembocadura.
Aprovechar, para el ocio, determinados ámbitos del río.
El Parque Fluvial del Besòs ha marcado no tan sólo un cambio radical en todo su
ámbito fluvial, sino que ha supuesto un modelo de restauración y recuperación de
espacios fluviales fuertemente urbanizados y alterados.
3.1. Descripción de la primera fase: el Parque Fluvial
La primera fase comprende una longitud de 6,2 km, desde la confluencia del río Ripoll
con el Besòs, en el término municipal de Montcada i Reixac, hasta el puente del
Molinet, en el término municipal de Barcelona – Sta. Coloma de Gramenet. El
tratamiento en todo este ámbito ha sido diferente según las características del cauce.
En un primer tramo de unos 3 km (Figura 5), con un entorno menos urbanizado, se
implantaron, en los márgenes laterales del cauce, zonas húmedas para el tratamiento de
las aguas residuales procedentes de la EDAR de Montcada (con tratamiento biológico
de lodos activados). Este tratamiento terciario se realiza mediante un sistema de flujo
subterráneo, es decir, el agua residual circula por las 60 parcelas de zonas húmedas
construidas en las zonas radiculares de las plantas y un substrato de grava, donde los
microorganismos existentes llevan a cabo la depuración del agua mediante procesos
físicos y bioquímicos (Figura 4).
Figura 4. Detalle de las zonas húmedas construidas (Wetlands) en el cauce del río.
Barcelona Regional
8
La creación de estas zonas húmedas ha permitido restaurar el ecosistema fluvial,
desaparecido en este tramo de río, lo que ha hecho también posible la recuperación
ambiental y paisajística del cauce. De este modo se reintrodujeron especies en las zonas
húmedas como el carrizo (Phragmites australis), la enea (Typha angustifolia) o el lirio
de agua (Iris pseudacorus).
En paralelo, para propiciar una mejor recuperación ambiental del cauce, se propuso la
meandrificación del canal central, favoreciendo así la creación de mayor diversidad de
hábitats fluviales.
La naturalización ha sido un éxito, ya que en los últimos años se han hallado hasta 144
especies de aves vinculadas al cauce del río en este tramo e incluso han nidificado en
este ámbito especies como el chorlitejo chico (Charadrius dubius) o el carricero común
(Acrocephalus scirpaceus).
En un tramo intermedio (Figura 5), de transición entre la zona más naturalizada y la más
urbanizada, el canal de aguas bajas retorna a una posición central. En la margen derecha
se han construido celdas de tratamiento terciario, mientras que en la margen izquierda se
ubica el inicio de la zona accesible para los ciudadanos.
Figura 5. Mapa de las diferentes fases de ejecución de la construcción del Parque
Fluvial del Besòs
9
A la altura de Can Zam se inicia el tramo más urbano. El diseño de este ámbito
responde a una tipología de parque, generándose en ambos márgenes zonas de prado
fluvial accesible a los ciudadanos desde los paseos de ribera. Esto se consigue mediante
accesos con rampas y escaleras que facilitan la entrada al Parque. También se
construyeron en el cauce dos viales laterales colindantes con los muros de canalización
para el uso de peatones y como carril bici. La superficie total de las zonas accesibles es
de unas 15 ha.
Para garantizar la máxima frecuentación a lo largo de todo el año en este Parque Fluvial,
el canal central incrementa su sección y por lo tanto su capacidad1 permitiendo de este
modo una menor inundabilidad de las zonas de prado y, por lo tanto, un mejor
aprovechamiento del Parque, disminuyendo a su vez los costes de mantenimiento.
1 De hecho el canal central pasa de 20 metros a casi 50 de ancho y multiplica por 9 su capacidad (de 20 m3/s a 180 m3/s).
10
Para posibilitar este incremento del canal central, creando una imagen paisajística de
lámina de agua pero a la vez manteniendo las condiciones hidráulicas, se instalaron
cinco presas hinchables, conectadas mediante un sistema de automatización. En
situaciones de poco caudal, el agua fluye sobre las presas, mientras que en casos de
avenida, las presas se deshinchan automáticamente aumentando la sección de desguace.
Para mejorar la capacidad hidráulica del encauzamiento, y después de haber realizado
un modelo físico a escala reducida, se recrecieron los muros laterales de hormigón. Esto
permitía disponer de un resguardo suficiente para la avenida de un periodo de retorno de
mil años y con un caudal de diseño de 2.538 m3/s, de acuerdo con los criterios de la
Agència Catalana de l’Aigua (ACA)
Debido al carácter mediterráneo ya indicado del río, se dotó al Parque fluvial de un
sistema de control y alerta para poder evacuar a los usuarios con suficiente antelación
frente a las avenidas, instalándose el Sistema de Alerta Hidrológica del Besòs
(SAHBE). Éste se basa en la captación en toda la cuenca hidrográfica de todo tipo de
datos (niveles de agua en la cuenca, pluviometría, etc.), en la recepción de datos
meteorológicos adicionales y en la aplicación de un macromodelo hidrológico–
hidráulico en tiempo real que simula el comportamiento de la cuenca, realizando
previsiones de la evolución de las diferentes variables, y en especial del nivel del río en
el ámbito del Parque Fluvial.
En función de los resultados del macromodelo de simulación, el SAHBE tiene la
capacidad funcional de establecer unos estados de alerta que se transmiten a los usuarios
mediante diversos dispositivos (altavoces, paneles informativos, etc.) y a las
administraciones implicadas, así como a las fuerzas del orden público. En su momento
se estableció un Plan de Emergencia en el que se recogen las actuaciones necesarias
para la evacuación en caso de inundación.
Debido a la idiosincrasia de este Parque Fluvial se aprobó un Plan de Usos en el que se
recogían aquellas actividades que se pueden realizar en la zona accesible del Parque.
Los usos permitidos son todos aquellos que no impliquen actividades colectivas, el
paseo a pie, en bicicleta, o a caballo, simplemente disfrutando del espacio abierto.
11
Para mejorar la conexión entre el río y el tejido urbano, se reordenó la fachada fluvial de
Santa Coloma de Gramenet con la construcción de un paseo de ribera.
3.2. Fase II: Parque Fluvial
La Segunda Fase (Figura 5) permitió acabar de recuperar los últimos 3 km de río, donde
destaca, sobre todo, el ámbito de la desembocadura.
Este proyecto constructivo presenta dos sectores bien diferenciados. Un primer tramo
desde el actual Parque Fluvial del Besòs (pont del Molinet) hasta el puente del
ferrocarril en Sant Adrià del Besòs, donde se mantendrá una topología similar a la del
actual Parque Fluvial, y un segundo en la desembocadura, que corresponde a la Fase III
(Figura 4).
Su finalidad es crear un gran espacio verde para el ocio urbano de las poblaciones
limítrofes, fuertemente necesitadas de espacios de esta naturaleza. Al igual que en el
Parque Fluvial se crearon accesos con rampas y escaleras para los ciudadanos de ambos
márgenes del río.
En esta segunda fase se implantaron 11 ha de prado fluvial y se crearon 2,5 km de
carril-bici en cada margen. De este modo al finalizar esta fase se generó un continuo de
más de 5 km de Parque Fluvial desde Can Zam, en Sta. Coloma de Gramenet, hasta el
puente del ferrocarril en St. Adrià de Besòs. Del mismo modo se instalaron 6 presas
hinchables similares a las de la primera fase.
Para garantizar en todo momento la seguridad de los ciudadanos que utilizan el Parque,
se amplió el Sistema de Alerta Hidrológica a la nueva zona.
3.3. Fase III. Desembocadura
El tramo de la desembocadura, fuertemente degradado, debido tanto al encauzamiento
existente como a la presencia de infraestructuras energéticas en ambos márgenes,
representó un reto diferente. Se consideró necesario recuperar este espacio, debido a su
valor estratégico como zona de reposo para las aves migratorias y por sus peculiares
características litorales. Este tramo no es teóricamente accesible al público y, por tanto,
la recuperación se encaminó hacia la renaturalización de la desembocadura (Figura 6).
12
Figura 6. Desembocadura del río Besòs en el Mediterráneo. Consorci del Besòs (2015)
Para establecer las bases de esta naturalización se propuso la implantación de masas
arbustivas de especies adaptadas a vivir en condiciones de fuerte salinidad y sequía, así
como la creación de prados salinos. A su vez se propuso establecer la formación de
barras de arena en la zona de confluencia con el mar.
Se definió un ensanchamiento del canal central en la zona final de la desembocadura. Se
planteó un tratamiento paisajístico mediante taludes suaves de escollera soterrada. De
este modo se quiso garantizar la protección de los márgenes, dejando ciertos grados de
libertad para que el propio río pueda modelar con la dinámica fluvial (crecidas
incluidas) brazos anastomosados, islas con vegetación y barras de arena.
Por otro lado, la naturalización es fundamental, ya que este último tramo de río está
situado estratégicamente en una de las grandes rutas migratorias de aves que siguen la
línea de la costa catalana. En la actualidad, a pesar de su estado de dejadez, es ya un
sitio de parada para muchas aves en ruta. Mediante la implantación de las masas
arbustivas y la formación de playas, el proyecto ha de garantizar y potenciar que el
entorno de la desembocadura continúe siendo un lugar de refugio y reposo para las aves.
13
3.4. Fase IV: Estudios y pruebas ambientales.
Para la ejecución y explotación de este proyecto de recuperación del cauce del tramo
final del río Besòs y la constatación de su éxito, fue necesario estudiar con detalle
diversos aspectos ambientales.
El objetivo principal del proyecto fue la utilización máxima de los elementos existentes
en el río y la recuperación de todo el ciclo del agua de la zona, con el aprovechamiento
de las aguas subterráneas; en este sentido se intentó el aprovechamiento de la grava
existente en el cauce como substrato para las zonas húmedas, lo que no fue posible por
sus características, y se tuvo que recurrir al aporte de gravas externas al río, previamente
clasificadas y limpiadas.
Por otra parte, el hecho de proyectar elementos naturales en un entorno tan peculiar
como el cauce de un río de características mediterráneas comportó la ejecución de
estudios, pruebas experimentales y la realización de un modelo reducido.
En este sentido, uno de los primeros estudios que se abordaron fue la caracterización de
los materiales del río y la evaluación de su posible contaminación. Este estudio se
realizó en colaboración con la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona.
Para el estudio se emplearon diversas metodologías, desde la observación directa a
sondeos, analíticas de diversas muestras, métodos indirectos de prospección geofísica
(SEVs y georadar). Se obtuvo una visión de conjunto de los materiales analizados al
disponer de registros continuos complementados con datos puntuales que permitían una
visión más detallada de las zonas con muestras localizadas.
Los resultados del estudio demostraron en general la ausencia de materiales
contaminantes y sólo en determinadas zonas aparecían materiales de relleno de origen
antrópico, de carácter inerte y que en su mayoría eran residuos de construcción,
plásticos, trapos,… El resto de material del cauce correspondía mayoritariamente a
materiales del mismo río (áridos rechazados o vertidos de nuevo al cauce).
Otros estudios importantes realizados fueron una prueba piloto experimental del
tratamiento terciario y la construcción de un modelo a escala reducida (maqueta a escala
14
con circulación real de agua) del tramo 3 del río (entre la EDAR de Montcada i Reixac
y el azud de ATLL). Posteriormente también se construyó un modelo reducido de
detalle para el último tramo entre el puente del ferrocarril y el mar.
En el primer caso, las pruebas permitieron escoger el mejor tipo de substrato para las
zonas húmedas, garantizando no solo el crecimiento óptimo de la vegetación, sino
además una cierta conductividad hidráulica que debía permitir la circulación del agua
aparte de proporcionarle la depuración adecuada. Además se llevaron a cabo las
analíticas pertinentes para evaluar el rendimiento de depuración. La planta piloto se
emplazó en el recinto de la EDAR de Montcada i Reixac y se llevó a cabo con la
colaboración de la Unitat d’Edafologia de la Facultat de Farmàcia, Universitat de
Barcelona.
El modelo reducido, construido por el Departament d’Enginyeria Hidràulica, Marítima
i Ambiental de la Universitat Politècnica de Catalunya en colaboración con el CEDEX
(Centro Experimental de Obras Públicas, Madrid) en terrenos de la Escola d’Enginyers
de Camins Canals i Ports de Barcelona, permitió, en primer lugar, estudiar el
comportamiento del carrizo (Phragmites australis) en caso de avenida y, en segundo, la
capacidad de desagüe del cauce en las nuevas condiciones ambientales, en comparación
con la situación anterior a las obras, así como los efectos de la erosión y la aportación de
sedimentos del río. El segundo modelo reducido se realizó en la Escuela de Ingeniería
de la Universidad de Ciudad Real, para ver con detalle el efecto pantalla que produce
ante las crecidas el puente del ferrocarril, construido anteriormente al encauzamiento del
río.
Otro de los aspectos que se estudió fue la relación del río con sus acuíferos. Un primer
estudio determinó que el nuevo modelo del río (con las zonas húmedas) no afectaba los
niveles freáticos. En una segunda parte se contempló la posibilidad de emplear las aguas
subterráneas de la zona para el riego del parque fluvial y para el incremento del caudal
del río en épocas de estiaje.
En este río se había perdido durante muchos años la conexión habitual entre el cauce
superficial y el acuífero subyacente. No obstante, esta afirmación debe matizarse por el
15
hecho de que una cierta desindustrialización de la zona y su transformación económica
a una oferta de servicios, conjuntamente con el fin casi total de las prácticas agrícolas,
hicieron que disminuyera la presión sobre el acuífero desde los años 60. Como
consecuencia, comenzaron a aparecer problemas en las zonas edificadas y en las
estaciones del ferrocarril metropolitano debidos a la subida del nivel freático como
consecuencia del abandono de las explotaciones de agua subterránea. En los años 1990
se estaba bombeando agua del acuífero –más de 1,5 Hm3/año– a la red de alcantarillado
para bajar los niveles del freático y que las construcciones no quedasen afectadas. Por
poner un ejemplo, el parking público de la Plaça de la Vila en St. Adrià de Besòs
mantenía toda la planta inferior inundada por estos problemas. Los análisis disponibles
mostraron que la calidad del agua obtenida era excelente para el riego.
4. El río en 2015
La recuperación del tramo final del río Besòs ha permitido que se establezca un
conector ecológico entre la fachada litoral colindante a la desembocadura y los espacios
naturales adyacentes de las Serraladas (sierras) de Marina y Collserola.
El Parque Fluvial del Besòs, hoy en día, ya es una realidad. Sin duda ha marcado no tan
sólo un cambio radical en todo el ámbito fluvial y su entorno, sino que ha supuesto un
modelo de restauración y recuperación de espacios fluviales fuertemente urbanizados y
alterados. La Diputación de Barcelona es la administración que mantiene y gestiona el
Parque Fluvial, en nombre de los municipios promotores del proyecto. El Parque
Fluvial dispone de planes de usos, mantenimiento y de emergencia y seguridad que
conforman su normativa vigente. Actualmente (2015) más de un millón de usuarios
visitan cada año el parque.
Años después de la puesta en marcha del Parque Fluvial del Besòs es evidente su éxito
en términos de recuperación de la biodiversidad perdida (Figuras 7 y 8). Actualmente se
han descrito, a nivel de fauna vertebrada, 7 especies de peces (principalmente, la anguila
Anguila anguila, la gambusia o pez mosquito Gambusia affinis, la carpa Cyprinus
carpio y el mújol Mugil cephalus); la presencia de hasta 4 especies de anfibios,
fundamentalmente la rana verde Rana perezi; unas 8 especies de reptiles: culebra verde
16
Malpolon monspessulanus, la culebra de escalera Rhinechis scalaris, la culebra viperina
Natrix maura, el lución Anguis fragilis, la lagartija Podarcis hispanica, el dragón
común Tarentola mauritanica o la tortuga de torrente Mauremys leprosa).
Figura 7. Tortuga de torrente (Mauremys leprosa). Xavier Larruy
Pero el grupo mayoritario y del que se ha hecho un seguimiento continuo durante los
últimos 15 años es el de las aves. En el Parque se han podido detectar más de 200
especies, de las que unas 15 crían en el propio Parque, como el chorlitejo chico
(Charadrius dubius) o el carricero común (Acrocephalus scirpaceus).
Figura 8. Martín Pescador (Alcedo atthis) en una campaña de anillamiento de aves.
Consorci del Besòs
17
Respecto a los mamíferos, su presencia es fundamentalmente como micromamíferos,
pero cabe destacar la presencia en el río del turón (Mustela sp), que, junto al jabalí (Sus
scrofa) o el conejo de bosque (Oryctolagus cuniculus), ponen de manifiesto la función
de corredor biológico de la parte más natural del Parque Fluvial.
5. Impactos socioeconómicos y su análisis
En general, los espacios urbanos se encuentran rodeados de naturaleza. En el tramo final
del Besòs la situación fue la inversa, la naturaleza se encuentra rodeada de ciudad. Esta
situación diferencial exige una especial atención al tratamiento de los valores ecológicos
de este ámbito, ya que por las especiales condiciones de su recuperación la mejora de la
biodiversidad y la conectividad es un tema prioritario.
Especial atención merece la infraestructura verde, una red de espacios de funcionalidad
diversa que contribuye a la mejora ecológica, social y ambiental de este territorio,
planificada de forma estratégica, diseñada y gestionada adecuadamente puede facilitar
la prestación de una alta gama de servicios ecosistémicos.
En todo este ámbito hay más de 900 ha de tejido industrial castigado. Algunos de los
barrios del Besòs son de los más necesitados en temas socioeconómicos. Es necesario
potenciar la actividad productiva a partir de nuevos usos, incorporando a este tejido
18
calidad, equipamientos,… así como realizar proyectos para desarrollar políticas activas
de ocupación.
El Parque Fluvial del Besòs ha representado un punto de inflexión en la recuperación y
transformación del tramo final de la cuenca del Besòs. En este tiempo no sólo se ha
conseguido una importante mejora ambiental y paisajística, sino que además se ha
hecho patente un éxito social sin precedentes. Miles de ciudadanos lo visitan cada año
siendo un entorno donde se pasea, se observa la naturaleza, se monta en bicicleta o se
practica todo tipo de deportes y actividades lúdicas.
La consolidación de este espacio fluvial hace necesaria una reflexión conjunta de todas
las administraciones. Es preciso evaluar las nuevas posibilidades como espacio público
que se pueden desarrollar en el Parque Fluvial. Hay que intentar corregir algunos
problemas actuales, como la necesidad de favorecer la frecuentación del margen
derecho, menor que el izquierdo por el problema de la accesibilidad.
En otro orden de cosas, las actividades de ocio colectivo e individual han cambiado.
Dos personas se encuentran en el Parque y generan nuevas actividades asociativas,
culturales y deportivas. Era impensable, cuando se concibió el proyecto de recuperación
medioambiental, que casi 20 años más tarde en el parque Fluvial tuvieran cabida y
arraigaran determinadas prácticas deportivas y del tiempo libre.
Se abren nuevas posibilidades de usos. Es necesario aprovechar las zonas bajo los
puentes para generar núcleos de actividades diversas. Por ejemplo, hay que mejorar la
relación del Parque con la ciudad y utilizar los muros del encauzamiento como espacio
de sensibilización.
En definitiva, el Parque Fluvial también es un importante equipamiento cultural y
científico. Su capacidad sensibilizadora hace que este espacio público sea la
infraestructura idónea para desarrollar actividades relacionadas con la naturaleza y
enlazar con los equipamientos culturales de toda la zona.
La recuperación del río ha sido el primer paso, ahora hay que continuar trabajando para
la consolidación de este espacio fluvial, lo que requiere una reflexión conjunta de todas
19
las administraciones para evaluar las nuevas posibilidades como espacio público que se
pueden desarrollar en el mismo y mejorar su relación con la ciudad.
Todo ello en la línea de generar sinergias para favorecer la cohesión del territorio Besòs
lo que sin duda, permitirá avanzar en la respuesta a los diferentes retos sociales y
económicos, de las infraestructuras, de la calidad ambiental y, en definitiva a favorecer
que los barrios ribereños sean más saludables.
Desde el punto de vista del análisis económico sería imprescindible realizar un análisis
coste-beneficio del proyecto tomando en consideración todos aquellos aspectos tanto
positivos (beneficios) como negativos (costes) del proyecto. En este sentido, aparte de
todos los costes derivados de las diferentes fases antes mencionadas, tales como
construcción y mantenimiento de las infraestructuras, personal, amortizaciones, etc.,
sería imprescindible valorar también los costes y beneficios sociales y ambientales a
partir de las diferentes técnicas de valoración existentes, tales como la valoración de
mercado cuando sea posible o bien medidas tales como la valoración contingente en
aquellos casos en los que sea necesario conocer la valoración que los diferentes
colectivos afectados realizan de las mejoras o de los inconvenientes derivados del
proyecto; los precios hedónicos en aquellos casos en los que se quiera analizar el
incremento en el valor de las viviendas o locales de la zona afectada como consecuencia
de las mejoras derivadas del proyecto; o el coste del viaje para conocer la valoración
que los distintos usuarios del parque otorgan al disfrute de sus instalaciones.
Los principales impactos sociales, ambientales derivados del proyecto, que deberían ser
valorados en términos económicos e incorporados por tanto a una valoración social del
proyecto, podrían resumirse en los siguientes:
1) El papel de corredor ecológico entre diversos ecosistemas de la zona.
2) Mejora de la calidad del agua del río Besòs.
3) Mejora de su nivel de biodiversidad, presencia de diversas especies animales
nuevas en la cuenca.
20
4) Mejora de los indicadores de sostenibilidad en relación a consumos de agua y
metros cuadrados de superficie verde por habitante.
5) Mejora de la imagen con el consiguiente incremento de valoración económica de
la zona.
6) Aumento de la calidad visual del espacio y un incremento perceptible de la
presencia de especies de aves.
7) Uso del parque para actividades recreativas, deportivas y lúdicas, tanto
organizadas como no organizadas.
8) La mejora de las comunicaciones de todo tipo entre ambos lados del río.
9) La creación de un modelo de restauración.
10) La aplicación de zonas húmedas en el cauce del rio, como método de tratamiento
avanzado de aguas residuales para recuperación ambiental.
11) Su uso como base para estudios ecológicos y sociales. De hecho, el parque está
relacionado con diversas iniciativas de educación ambiental, ya que se han ido
realizando talleres y actividades de conocimiento del parque. Por otro lado, el
parque es visitado regularmente por estudiantes universitarios y además algunas
asignaturas ambientales incorporan el conocimiento del Parque Fluvial del
Besòs como una experiencia de gestión sostenible del territorio a considerar.
5.1. Adaptación al cambio climático
La valoración económica de las medidas de adaptación al CC es un elemento clave en
todo proceso de adaptación y también está sujeta a una serie de consideraciones. Dicha
valoración de los costes y los beneficios de las medidas puede hacerse a través de dos
tipos de análisis: el financiero y el económico, si bien las diferencias entre ambos son
notables.
Entre las diferencias más importantes cabe señalar el tratamiento de los efectos externos
(positivos o negativos), así como los efectos de la adaptación sobre el bienestar de la
21
comunidad. Las implicaciones que los dos tipos de análisis tienen en el proceso de
adaptación al CC aparecen reflejadas en la Figura 9.
Figura 9. Análisis económico y financiero en el proceso de adaptación al CC (West y
Brereton, 2013)
Desde el punto de vista económico, valorar los costes y los beneficios de la adaptación
al CC implica idealmente valorar “todos” los costes y beneficios que puedan producirse.
Ahora bien, como ya se ha mencionado anteriormente, la valoración de los costes y los
beneficios no es tarea sencilla, ya que implica valorar no solamente los efectos directos
y tangibles sino también los intangibles, es decir, elementos tales como afectaciones al
medioambiente, ecosistemas, bienestar, etc.
22
En todo caso, a pesar de las posibles dificultades de la estimación, dejar de valorar los
intangibles sería un grave error, ya que se estaría dejando fuera del análisis una parte
importante de los impactos del CC y en muchos casos precisamente aquellos que
pueden afectar más directamente a la población. Por otro lado, dejarlos fuera del análisis
también implicaría un sesgo importante en la valoración, ya que medidas que fueran
viables desde el punto de vista financiero podrían no serlo si el análisis incorpora la
valoración económica, es decir la inclusión de todos los costes y beneficios.
6. Referencias
West, J.; Brereton, D. (2103): Climate change adaptation in industry and business: A
framework for best practice in financial risk assessment, governance and
disclosure. National Climate Change Adaptation Research Facility. Gold
Coast, 144 pp.