Date post: | 27-Sep-2018 |
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RESEÑAS
sionando el Río de la Plata. Su colatambién sacudía fuego antibergamineano. No se limitó a las diatribas ideológicas. Con malicia fina y obsesiva .con sabiduría pollcrc ética aguzada enel ataque contra casi todos los miembros de su prop ia generación primero yluego contra la sigu iente. atacó desdetodos los ángulos . Bergamín..que se sabía de memoria los rencores juanramonianos. que había tratado de pasarlospor alto a la hora de preparar en Méx icola antología de Séneca de poesía española. explicó con buen humor que esta ba pagando por haber sido el último desu grupo en romper con J. R. J. Claroque en su momento también Bergamínhabía dicho lo suyo : "El poeta caracol. .. Doña 'Mírame y no me toques'- 'no la toques ya más'- 'noli metangere' de la babosería . : "
Mientras miriadas de escolares desfilaba con sus tún icas blancas y suscorbatas azules por la suite del hotelante el espectro de Platero y Zenobiaagradecía con caramelos. J. R. J.. drástica drosera, agitaba sus pétalos encan tadores y por lo bajo segregaba sustan-
mas a él escudados en una revista denombre lucreciano. sobre el peligro quesobrevendría con Bergamín. Para suanarquismo anafórico representaba undoble horror al decirse " comunista hasta la muerte" . con lo cual daba entrada.para la hora de su salida. al otro GranEnemigo : Dios.
Pronto Bergamín llegó. vio y dividió.Católico de izqu ierda. empezó por eludir limpiamente a un sector de católicospreconciliares svent la lettre : invitado adar una conferencia y presentado porSarah Bollo. que sedefinía como poetisamística . Bergamín agradeció dirigiéndosea Sarah 8ella. Elhalago anagramático-muy infundado- cortó los lazos indeseables y ella se ret iró aun solitario puesto de combate. desde donde ledirigió.enadelante , sus ineficaces venenos orales.
Bergamín. en ese tiempo . tampocoadmit ía ser cercado por otras ortodoxias. Muy pronto hubo dos bandos : susamigos y los demás. Para éstos huboepigramas privados que ellos. intuitivos. retribuyeron con ataques públicos.Juan Ramón Jiménez. Halley de unasola visita . llegó por unos días convul-
José Bergamfn
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Ana María Zubieta
Alegorizando la conclus ión podría decirse que es correcta la af irmación deque " el naufragio no pertenece al mar .es un problema del barco" (p. 100 ) por que es el barco (el hombre) quien tieneque resistir. Pero tamb ién es un proble ma del mar (del poder ): porq ue en unmar calmo es difícil Que naufrague unbarco.
La muerte de Jo sé Herqarnin me resucita -y ese mov imiento contradictorioparece promovido por su espíri tu barro quísimo y amant e de los opuestos- losbuenos años 50 montevideanos. En1947. Bergam ín llegó desde Venezuelaa dar unas conferencias Montevideo .en la que aún vivía y pintaba Jo aquínTorres Garcia y Felisberto Hernández yOnetti escrib ían su obra mejor. en laque Carlos Vaz Ferrerra era decano dela Facultad de Human idades y Ciencias.en la que Joaqu ín Luis Romero dabasus cursos regul ares en dicha institución y Borges venía a menudo a darconferencias (la pr imera vez que lo vifue. prec isamente. en casa de Berga·mín). en la que Fernando Pereda perseguía su poesía sin engaño. precisa ycautelosa . no debió resultarle del todoinhósp ita . Se fue y volv ió con sus hijos .para vivir allí varios años en paz.
¿En paz? No era Bergamín hombrede paz. si por ello entendemos ser acomodaticio y guardarse sus verdades .Esto se vio ya antes de que llegara .León Felipe le había precedido en supaso por Montevideo con una rápida visita destinada a fum igar a curas y afranquistas. con violencia que se queríaescandalosa. que resultaba teatral. destinada a alguna señora ingenua tras puesta entre un público Que ya sabía alo que iba. En privado. con aire más verdadero de abuelo adventicio. advirtió aun grupo de jóvenes que nos acerca-
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cias letales. Poéticamente no me cabían dudas. Creía y sigo creyendo quela España de este siglo no ha dado poeta mayor que Juan Ramón Jiménez yque su última lección poética siguesiendo inagotable. Pero la generosidadmagistral de Bergamín me había ganado. Hubiera sido perfidia no intentar siquiera la inútil defensa. El tímido alegato me valió el absurdo de que J. R. J .me enviara desde Buenos Aires unacarta más explícita y. además. la copiade una carta para Bergamín.
Aquellas sucesivas escaramuzas nospermitieron salir de nuestra subdesarrollada inocencia: la literatura no era elamable jardín que suponíamos sino elcampo en que se seguía librando unabatalla. Casi todos habíamos tomadopartido contra el franquismo sin haberentendido que del lado republicano había.valga la exageración. casi tantas po
siciones como españoles. Pero Bergamín -que en esa definición que escandalizaba a León Felipe. con juego muysuyo. anulaba dentro del segundo tér-
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mino limitante su contundente inicio- .no era en modo alguno. por ese entonces. un obseso ideológico que mira elmundo por el ojo de una cerradura cuyaúnica llave posee. Más bien. sus sutilesexigencias nos encaminaban. a mil leguas de las literaturas " comprometidas" . a la lectura de Nerval y de Nodier .de Hoffmann y de Chamisso. de LaMotte-Fouqué y de Merimée. de Dantey de Leopardi. Hablé antes de su generosidad como maestro: llevaba su método de convencimiento -donde se lopermitía. dentro de las fronteras de la literatura- a regalar aquellos libros quequería que leyéramos. Si eran inconseguibles nos prestaba los suyos prop ios.Así leí. por ejemplo. Libertad bajo pala bra. de Octavio Paz. en el ejemplar quele estaba dedicado.
Un día. tras tanto acá y allá yendo yviniendo. como decía su adm iradoFrancisco de Aldana. Bergamín resolvió el grave problema que llevaba adentro y que no ocultaba a sus estud iantes.regresando a España. Tuvo que volver
a salir. esta vez hacia París. Desde unaaudición permanente en la R. T. F. molestaba al franquismo todo lo que podía. A la hora de la muerte de Ortega yGasset -el " vampiro escolást ico". según lo llamaba Neruda -. dentro de España. se esperaba el juicio de Bergamín. El gobierno español. todavía nomitridat izado. resolvió cortar por lopoco sano y. aprovechando los conflictos de Francia en Argelia . que la obl igaban a contemporizar con sus vecinos.exigió el cierre de la audición. Malraux ylos pintores amigos franceses del escritor español lo compensaron con elegancia organ izando en su honor y auxilio un remate de obras . Pasado el t iem po. Bergamín podría instalarse definitivamente . hasta su muerte. en España.volver a seguir su travesía cerca de esarealidad de la que tanto se nutría suamor galdosiano. recuperar a su patriaque era. a través de diversas máscaras.uno de sus grandes temas. seguir sumilicia contra lo que se le oponía y quizás contra sí mismo : no en balde recoge la cita de San Agustín: " mi uno sondos y yo estoy en los dos por entero".
Pero quiero limitarme a lo que signi ficaron sus siete años montevideanospara alumnos o amigos: tuvimos lasuerte de que llegara. di ferente. a ofrecernos las máximas virtudes de unmaestro: su respeto por la libertad ajena. su arte de aguzar las sensibilidades.su opt imismo . En un país fundamentalmente laico y con arraigada herenciacomt eana. su pensamiento laberínticoy espiritualista fue un revulsivo saluda ble. En un país nuevo . que por virtud deun escaso nacional ismo jamás lo hizosentirse extranjero. Bergamín. lectortraspasado de la mejor poesía españolay traspasador de superficies. pudo retribuirnos con un esplénd ido don: la conciencia de que nos pertenecía no sólo elpasado clásico españo l inmediato. sinotambién el derecho a la comunión conun vasto sistema que no tenía por quélimitarse a nuestra lengua. a nuestrotiempo . a un terr itorio y sus problemasrestringidos.
De esta enseñanza suya que nosconvenció de la necesidad de integrarlo mejor cultural podríamos desprenderla pregunta que al maest ro podrían hacerle sus oyentes de estas tierras: ¿nopasó por ellas sin ver otra cosa que laobsesiva imagen de su España? En unode sus escritos tempranos. retomado
en una anto log ía reciente. A l fin y sI esbo. en el que intuición y humor se unende manera inolvidable. Ide as liebres("Ideas liebres son las ideas qu e cor reny. por cons iguiente . las que nadie t iene") decía : "La propiedad intelectualno es un dominio. es una cuali dad: cualidad de pensar que no es otra cosa quesentir: que sentir que se siente: ver. oiry entender. en definit iva" . ¿Sint ió. endefin it iva . y entend ió Bergamín lo mu cho que vio y oyó en su accidentado auxil io? ¿Este retórico silencio barr oco enque ha querido mor ir . vuelto de espaldas a buena parte de España. no signif ica que por mucho sentir no entend ió lahistoria últim a española que espeja eldesvío de una trág ica parte de la historia recien te latinoamericana?
Ida Vitale
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ACERCADE RI NCO NES
Hay hombres cuya vocación es explora rvastos y complejos terr ito rios : cuandoestos hombres piensan. el informe razonado de sus aventuras se titula Críti ca de la razón pura o El capital. En otroshombres. en cambio. la pasión de bus car está dad a más bien por cier to dejarse ir : a este fervor de vagabundo debela lengua castellana su trad ició n reflex iva más pene tran te . el ensayo latinoa mericano. Cuat ro de las reglas que defi nen esta trad ici ón son :
(a) el pensa miento se va des plegando a partir de ejemplos; no impor ta queel ejemplo sea un rostro. un verso . unarevolución o un paisaje. lo que se exigees que se ronde en torno a ejemplos
part iculares. precisos;(b] el est i lo con que se escr ibe debe
ser no sólo elegante sino también lite rariamente agudo;
(c) el discurso no se vuelve nun caespecializado. técnico. no se dirige a
Este breve pero agudo tex to formará parl e de unlibro de homena je a Ramón Xirau que publi cará la
UNAM .
RESEÑAS
una comunidad de profesiona les. sino .en gene ral. a un públ ico ;
(d) este apelar directamente a unpúblico t iene el carácter de una intervención inmediata: un yo busca. en algún sent ido . cambia r la vida de ot ro yo.
Aunque el énfasis y cierta turbiagrand ilocuencia suelen tentar al ensayista lat inoamericano. de Darío a Borges y de Martí a Paz. sus páginas estánllenas de lo que me gustaría llamar " inteligencia concreta" . La agrupac ión delos nombres no fue casual. ma rca. sibien no una exclusión . sí un acento. Lahospitalaria obra de Ramón Xirau forma parte de la primera línea de esta tra dición: incluso más to davía que en Darío o en Borges. la po lít ica está casi ausente en Xirau . Hablé de una ob ra hospitalar ia: en esta expresión la palabracrucial es el adjet ivo . En efecto. Xirauconstruye sus tex tos como rec intos-aireados. frescos- donde se acoge nlas voces más dispares: el míst ico escu cha al agnósti co y el poeta. al lóg ico .
Los gran des ensayistas lat inoamericanos son al mis mo tiempo. nuestrosgrandes escr itores. Xirau ha querido en-
§!
Claude Lévi ~Octavio Paz
Roman Jakobson
riquecer el género con su entrenamien to de profesor de filosofía; algunos pa sajes de Platón. dos poemas tal vezatroces -uno de Aristóteles y otro deHegel-. ciertas páginas de Nietzsche yde Heidegger (al menos es lo que yosospecho) le han enseñado a descubrirextraños lugares: la voz todavía arqu menta pero como queriendo olv idar sudiscipl ina para ponerse a cantar. Creono equivocarme si aconse jo leer los libros de Xirau como una imprescind ibleguía por esos rincones donde el razonamiento. más que convencer. alude. sugiere. menciona. provoca.
Carlos Pereda
AranRaymond Aron murió en París el pasado 17de octubre. la Re vista de la Universidad de .Mé xico lamenta profundamente su deceso.y en su próximo número rendirá un pequeñohomenaje a quien fue una de las voces másinteligentes. lúcidas y valerosas de la segunda mitad de nuestro siglo.