Retos de la gestión ambiental en los Andes y la Amazonía
Annette Salis
En es te número de la Revista Andina. se vi ene abordando un tema de suma actualidad. No só lo por el hecho ele es tar en boga se inse rta en tocios los di sc ursos, sino por su indiscuti ble trascendencia, particularmente en países en desarroll o y en regiones como los Andes y la Amazonía.
l. Ecología: nuevo paradigma del Norte versus "ecologismo de los pobres"
Si bien la eco logía susc ita consenso en el Norte, como una nueva preocupación por la mantención ele la ca lid ad el e vicia e n un contexto ele ab und a ncia mat e rial (pos tm ate ri ali smo). como la emergencia ele un nuevo paradigma que surge en reacc ión frente a la modernidad o como un proyecto político que responde a la crisis ele un estilo de desarrollo, en e l Sur, la gesti ón del medio ambiente implica las condiciones mismas ele subsistencia ele la poblaci ón.
En efecto. los recursos naturales representan e l sustento económico ele gran parte de la poblac ión y las presiones a las cuales se ven sometidos atentan directamente a esta base producti va, generando así el círculo vicioso de la sobreexplotación ele los recursos y su relac ión con la pobrc1.a. Por otro lado, los problemas ambientales re lativos a la sati sfacc ión de necesidades bás icas (agua potable , saneam iento bás ico. etc.) , y las fuentes de contami naci<í n que rebasan la capac idad de absorc ión del med io, afec tan directamente a las condiciones ele vici a y ele sa lud de la población . Por Jo tanto, como Jo sos ti ene J. Martínez-Alier, la eco logía no es só lo un luj o del Norte , sino que ex iste efec ti vamente un "ecologismo ele los pobres" ele larga traycc turia.
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2. Lo local y lo global
Como proceso de producción y reproducción del medio andino y amazó nico , la gest ión ambiental abarca prácticas ancestrales de comunidades andinas y amazónicas , las males has ta hace poco tenían só lo implicanc ias locales o reg io nales. El di sc urso eco lóg ico incursi ona recientemente como una preocupación generalizada, en la medida que con el es til o de producción dominante, se está llegando a una ruptura de c iertos eq uilibri os básicos entre las presiones humanas y la capac idad de producc ión en mater ia prima así como de absorc ión de contaminantes del medio, fe nómenos acentuados por la presión demográfi ca, la industrializació n y los procesos de urbani zac ión entre otros.
Estos problemas abarcan dimensiones que interrelac ionan prácticas loca les con impac tos globales, hasta implicar las regulaciones ele reproducc ión de la biosfera: cambios climáticos, capa de ozono, reducc ión de la biodiversidad, perspec tivas de agotamiento de ciertos recursos no renovab les, etc. Como fu e demostrado en las últimas cumbres mundiales sobre el medio ambiente, la di scusión desemboca en un a cierta polarización Norte/Sur en torno a las causas mayores del deteri oro del med io am biente: se sue le dar mayor peso a la relación entre pobreza y degradación ambiental , versus mayor contami nac ión por parte de las industri as y los patrones de consumo de los países desarroll ados.
Según J. Martínez-Alie r, surgen conflictos eco lóg icos distributivos re lac ionados al acceso desigual a los recursos naturales así como a la di stribución de las cargas de contaminac ión. El concepto de espacio ambiental representa así e l espac io vi rtual necesario para absorber las contaminaciones generadas por un país. Los países del Norte habría n de esta manera contraído una deuda eco lóg ica frente a los países del Sur 1, por lo que la jus ti cia ambiental debería reivindicarles tanto a nivel intra como intergenerac ional.
En este contexto, como lo menciona A. Camino, e l mecani smo de conversión de deuda condonada surge como una es trateg ia alternati va para contrarrestar los impac tos ambientales no deseabl es que indujeron los compromisos del pago de la deuda fin anc iera. y se const ituye en una atractiva opc ión para financiar y promover un aprovechamiento sustentab le de los recursos natural es renovables , cuyo éx ito depende entre otros de la capacidad de gestión del organismo encargado.
3. ¿Existe una ciencia de lo ambiental?
La cuestión ambiental relaciona procesos sociales , naturales y tecno lóg icos , enfrentándose con una gran complejidad. Al señalar esto, no se preconiza el surgimien to de un a c ie nci a ambiental, más bien un a articul aci ó n e ntre diferentes disciplin as y la internali zac ión de los problemas ambientales dentro de sus paradigmas, que permita entender los desajustes entre lo natural y lo social 2.
En los años 90 ·, los Estados Unidos producían casi un cuarto de las emisiones en CO,. y el resto de los países desarrollados un 20%. -
2 Enrique Leff, "A mbien te y articul ació n de c iencias". en Los pmblemfü del co11oci111ien10 r la ¡,enpectiva wnbienral del desarrollo . Siglo XX I. 1986. México .
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Intervienen básicamente la ecología como "estudio de las condiciones de existencia de los seres vivos y las interacciones de distintas índoles que existen entre estos seres vivos y su medio" \ así como la economía4 .
La economía de los recursos naturales describe los principios bajo los cuales se realiza la extracción de recursos que se transforman en bienes económicos. mientras que la economía del medio ambiente describe las modalidades bajo las cuales se pueden mitigar los impactos ele estas actividades sobre el entorno. Estas ciencias se enfrentan a nuevas dimensiones ele los problemas ambientales: multidimensionalidad (necesidad de una aproximación sistémica, análisis multicriterial). irreversibilidad de ciertos procesos (cambios climáticos, extinción ele especies) , equidad intra e intergeneracional (distribución y acceso a los recursos, uso de recursos no renovables), e incertidumbre (incertidumbre científica en cuanto a los impactos de las contaminaciones, los futuros cambios tecnológicos , o las preferencias ele las futuras generaciones)5.
En este contexto, la economía ecológica insiste en el carácter inconmensurable de muchas cxtcrnaliclades, las cuales no se pueden valorar sino, como lo propone J. MartínezAlier, evaluar la manera como son percibidas socialmente y pueden conllevar movimientos sociales (como expresión social de factores externos no internalizados). E. Leff subraya sin embargo las limitaciones de la categoría de distribución ecológica que "no es un concepto que oriente la construcción de una nueva racionalidad productiva y social fundada en la diversidad cultural y los potenciales ecológicos. que elimine desde la base las causas de la insustentabilidad y la inequidad' ', cuando más bien habría que plantear que el ambiente no sea tratado como una externaliclacl , sino como el "potencial ele una nueva racionalidad productiva".
4. Gestión ambiental: campos y actores
La gestión hace referencia a todos los procedimientos que acompañan una acción (antes , durante , después) , mientras que el medio ambiente alude a las interacciones entre natural eza (en su gran mayoría intervenida por el hombre) y sociedad. La gestión ambiental consiste en aportar soluciones a problemas ambientales , es decir disfuncionamientos o irracionalidades en la relación naturale za/sociedad (lo que se esquematiza a veces en su dimensión de oferta y demanda ambiental). Se convierte en un instrumento de ayuda a las decisiones cotidianas y estratégicas de tipo socioeconómico, y se plasma a menudo en resolver conflictos entre beneficiarios actuales y futuros de ciertos bienes ambientales.
Abordamos la gestión ambiental con el desarrollo, en la medida que no se puede pretender ajustarse en e l Sur a políticas estrictamente de conservación, quedando tantas
3 Dajoz R .. Précis d 'écologie. Dunocl, París, 1974. 4 Eco logía y economía comparte n la mi sma raíz. e timológ ica: oikos o casa. la economía (oikos-110111os)
rnntabiliza los bi enes utili zados e intercambiados por e l hombre (crematística), mientras que la ecolog ía (oikos -logos) se re fi e re al di sc urso sobre este patrimonio .
5 S . Faucheux , J.F. Noel. Eco110111ie des rcssources 1w111relles el de 1 ·e11viro1111e111e111, Armancl Colin. París. 1995 .
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necesidades básicas todavía insati sfechas. Por e llo, nos situamos dentro de l paradi gma de l Desarrollo sustentable, e l cual tiene consenso en cuanto a sus princ ipales obje ti vos ele crec imiento económico, equidad (económica, social, ambiental) y sustentahilidad ambiental (sat isfacer las neces idades del hombre en e l presente sin comprometer sus neces idades futu ras ni rebasar la capac idad ele absorci ón de l medio ), no obstante abarca estrateg ias totalmente vari adas y a veces opuestas referidas a cómo lograr este objeti vo.
Dentro ele los múltiples campos abordados por la gesti ón ambiental, citaremos: aspec tos normati vos, la explotac ión y conservac ión de los recursos naturales reali zada en las ac ti vidades primarias, e l ordenamiento territori al, la gestión ele áreas protegidas, la gesti ón ambienta l urbana (ordenamiento urbano, optim izac ión de los sistemas de transportes , saneamiento bás ico, etc.), la incorporación ele normas ambientales en los procesos ele producc ión y/o descontaminac ión empresariales, las evaluaciones ele impac to ambiental, etc.
El marco legal internacional y nac ional esboza los límites de ciertas orientaciones en e l uso de los recursos, sin embargo, en general , o no refl eja la rea lidad para la cual supuestamente está diseñado, o no se di spone de los medios necesari os para asegurar su aplicac ión. La gestión ambiental irrumpe en las estrateg ias empresari ales, no sólo para enfrentar pres iones soci ales favorables a la preservac ión de l medio ambiente, sino para convert ir estos nuevos desafíos en potenciales vías comerciales que abran nuevos mercados . Las evaluac iones de impacto ambiental que deberían imponerse como instrumentos de ay uda a la decisión para predec ir y valorar los riesgos ambientales ele di stintas alternati vas de proyectos y proponer medidas de mitigac ión, se limitan todavía a menudo a formalidades y recomendac iones sin compromi sos de aplicación.
Como se desprende de lo anterior, los ac tores involucrados en la gesti ón ambiental son múltiples: Estados, municipios, empresari os, agricultores , consumidores, entre otros.
Los actores permanentes de la gesti ón ambiental, que a través de la utili zac ión de los recursos naturales , históricamente han expl otado y reproducido el medio ambiente, moldeando e l paisaje agrario actual, son sin duda los agri cultores6. S in embargo, la mayoría de los minifundistas andinos y amazónicos que se encuentran a penas en el umbral de la reproducc ión, no tienen mayor opc ión que la de sobreexplotar los rec ursos naturales en una estrategia extracti vista y de subsistencia de corto plazo. No se podrá di señar propues tas de rehabilitación o potenciación del medio ambiente al margen de estos actores y ele sus rac ionalidades producti vas y soc iales7.
Por otro lado, si bien existe una tendenc ia generali zada a reconocer que las comunidades de base y los municipios son los ac tores más apropiados para diseñar e implantar acc iones acordes con la realidad eco lógica, y soc ioeconómica local, carecen todav ía de los medios suficientes para enfrentar estos retos en buenas condiciones .
6 En países de l Norte , se reconoce específi camente esta func ión a los agricultores, lo que se plasma en subs idios otorgados en zonas marginales para que sigan conservando el paisaje .
7 Inc lu so es ampliame nte reconocida la necesidad de imp licar directamente a la poblac ión aledaña a .íreas protegidas para garantizar el éx ito de su gestión.
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5. Particularidades andinas y amazónicas
Las carac te rísti cas peculiares de los medios andinos y am azó 111 cos (diversidad eco lógica y cultural , fragilidad, baja productividad, margi nalidad) así como ciertas func i¡rnes amhiental es de importancia reg iona l y mundial que se les atribuye (reserva de ag ua potahle y de ecos istemas , "pulmón del mundo" ) convierten la gesti ón ambiental en es tas reg iones en un verdadero re to.
Las regiones andinas y amazónicas se caracte ri zan por una excepc ion al variedad eco lóg ica, que se traduce en una amp li a diversidad biológica, una gran complejidad de sistemas de producción y variados patrones cultural es . Los sistemas de alta montaña y de se lva tropica l se carac teri zan ambos por su gran fragilidad y sens ibilidad a las prác ti cas productivas , y por altos riesgos climáticos. E n las zonas a ltas, tanto por e l c rec imiento demográfico como por la integración a l mercado y la introducc ión de nuevos patrones tecno lóg icos, o por la ausenc ia de alternativas productivas a la agropecuaria, sigue aumentando la presión sohre los recursos nat ural es, que genera un nivel crít ico de erosión edá fi ca, genética e incluso cultural.
La ceja de se lva y la selva conforman polos de atracción para la población serrana empobrec ida, y se les sigue cons iderando como una válvul a de escape a las tensiones del med io rural. Como lo menc iona A. Brack, contras ta la amplitud y complejidad de la oferta ambienta l de la Amazonía con su mal uso ac tual: la ampliación de la frontera agrícola sigue fomentando e l despil fa rro de recursos (agricultura de baja productividad y ganadería de suhsis tencia asoc iada a fuertes procesos de degradac ión de fertilidad de los sue los . saqueo forestal en un contexto de inseguridad de te nenci a, ex tracción minera informal y extremadamente contaminante), mie ntras que la seguridad a lime ntaria se ve comprometida por profundos procesos de urbani zac ión y transculturac ión. M . Dourojeanni subraya s in embargo como, a pesar de que exis ta la oferta técn ica para recuperar las áreas intervenidas y enfrentar la pobreza s in ampliar la frontera agríco la vigente , estas medidas sin embargo no se implantaron has ta la fecha por la discriminación (vial, económica , política) a la cual está sometida es ta reg ión , limitación estruc tural que sólo pod rá ser superada a través de una mayor autonomía política.
6. Tecnología, territorio y cultura
Los proyectos de desarrollo han mos trado frecue ntemente sus limitac iones po r desconocim ien to de la realidad sobre la cual pretenden influir (potencia les productivos, prácticas y rac ionalidades de los actores de desarrollo, fuerzas del mercado) y por falta de una oferta tecnológ ica apropiada a la diversidad de los medios andinos y amazónicos. A la megadiversidad del territori o andino y amazónico, correspondi ó un a diversidad tecnológica (hidráulica , herramientas, espec ies domesticadas) que supieron inventariar y va lori zar los re inos panandinos8. Los patrones tecnológ icos propulsados en las últimas déca-
8 B. Manicorena. Recursos ntllumles. 1ecnologíu _1· desurrollo. Cuzco, Centro Baitolorné lle Las Casas. 1993.
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das, han sido generalmente calcados sobre propuestas elaboradas en laboratorios occidentales , con una lógica de maximización de la productividad, muy lejana a las preocupaciones y visión holística de la mayoría de los productores andinos y amazónicos, mini fundistas que tratan de optimizar la utilización de diversos recursos escasos dentro de sistemas integrados y complejos. Alrededor del debate sobre tecnología y desarrollo, se enfrentan generalmente dos concepciones, cuya intransigencia es un tanto improductiva: pureza cultural de los andinistas, frente al elogio de la modernidad .
Existe una dicotomía entre los procesos de innovación tecnológica que se dan cotidianamente en el campo y los avances de las investigaciones agrarias. Si bien se llevaron a cabo intentos para reorientar las investigaciones hacia las realidades locales (análisis de sistemas, experiencias de investigación-desarrollo) son todavía marginales y no siempre han logrado sobrepasar el nivel de diagnóstico hacia propuestas tangibles y reproducibles. Se nota una deficiencia en profesionales capaces de dominar los mecanismos fundamentales de los procesos biológicos y socioeconómicos que rigen la producción agrosilvopastoril, para poder transportar e integrar conocimientos pragmáticos y científicos a las realidades geográficas, culturales y económicas andinas y amazónicas , así como rescatar el conocimiento y la visión holística del hombre andino sobre su medio.
Se presenta más adelante un ejemplo exitoso de articulación entre los conocimientos de los campesinos andinos sobre el comportamiento de especies nativas, con avances de fisiología vegetal, y con una tecnología tradicional ajena: el arte de los bonsais desarrollado hace siglos en Asia. La investigación aplicada llevada a cabo por el lng. Chávez permitió ensayar en comunidades del Sur andino , en base a observaciones realizadas en bonsais y el rescate de conocimientos de plantas nativas por los comuneros, prácticas muy prometedoras de reproducción asexual y sexual, las cuales abren perspectivas de extensión de prácticas agroforestales eficientes, sencillas y de bajo costo.
Con este número de la Revista Andina, que se inscribe dentro de un nuevo paradigma que considera al medio andino y amazónico no como una limitación en la aplicación de modelos ajenos, sino como un potencial de desarrollo, esperarnos haber contribuido al debate actual en torno a la gestión ambiental en estas regiones.
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Annette Satis Centro Bartolomé de Las Casas
Apartado 477, Cuzco, Perú [email protected]
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