Date post: | 24-Mar-2016 |
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El Tecolotl
Legado de una
cultura
Un legado artístico Por Juan de la Calle Ruíz
Querido lector, como usted sabrá esas revistas en las que yo también trabajo hablan sobre los
pueblos mágicos de México y las diferentes maravillas que nuestros antepasados nos dejaron como
legado pero, ¿Qué sabe usted del legado artístico de los aztecas?, bueno pues ahí viene mi parte.
Dicen por ahí, que el pueblo azteca era un pueblo que tenía muy buenos escultores pues estos tenían
la capacidad de realizar esculturas de todos los tamaños en las que plasmaban temas religiosos o de
la naturaleza.
Nuestros antepasados eran tan duchos en el ámbito de las esculturas que podían captar la esencia de
lo que querían representar y lo plasmaban en sus obras con todos los detalles. En sus esculturas más
grandes solían representar a dioses y reyes y en las más pequeñas representaban animales y objetos
comunes.
Los aztecas siempre utilizaron como instrumentos las piedras y la madera y algunas veces hasta
decoraban las esculturas con pinturas de colores o incrustaciones de piedras preciosas. En cuanto a
la orfebrería, debido a sus grandes conocimientos sobre la física, los aztecas emplearon varias
técnicas como fundir el oro con la plata y viceversa. Normalmente el metal se combinaba con
piedras preciosas como la turquesa, la amatista, el jade o el cristal de roca o con conchas.
¿Y usted, querido lector, cree que esto era lo único que manufacturaban?, pues déjeme decirle que
esta en un gravísimo error pues además elaboraban todo tipo de figuras y adornos para su cuerpo
como pulseras, collares, aretes, etc.
Otro aspecto importante en el arte fue la pintura. La pintura en el pueblo azteca apareció ligada a la
arquitectura. El color en la pintura tenía un papel fundamental pues se trataba de un color plano, sin
matices ni sombras y, posiblemente con connotaciones simbólicas. Otra de las muchas cosas que los
aztecas hacían eran los adornos con plumas los cuales tuvieron gran importancia en América
Central. Las plumas más preciadas eran las del quetzal (de color verde), las del tlauquecholli (rojas)
y las de xiuhtototl (azul turquesa). Con estas plumas realizaban tapices y adornaban mantas,
máscaras de rituales, escudos o trajes de guerreros.
Si con todo esto no le parece suficiente querido lector temo decirle que va a tener que ir a la
biblioteca más cercana a su hogar e investigar más, pues estos son los aspectos más importantes del
arte azteca.
Educando una civilización Por Juan de la Calle Ruíz
¿Cómo era la educación en las civilizaciones?, ¿Qué les enseñaban en las escuelas?, todos alguna
vez nos hemos preguntado algo así y el propósito de este artículo es poder resolver cada una de las
dudas que nuestros lectores presentan.
Los aztecas tenían como propósito en la educación el formar la personalidad del individuo. Les
enseñaban un oficio y les inculcaban el amor por este al igual que un gran sentido y respeto por la
familia y del grupo humano. Una de las características principales de la educación azteca es que era
activa e integral.
Los dos principios fundamentales eran el autocontrol por medio de una serie de privaciones y que
todo el aprendizaje tenía una razón de ser. Este aprendizaje emergía de enfrentar con tolerancia su
vida cotidiana o que el futuro no los sorprendiera con desgracias. La fe los mantenía con fuerza para
expresar sus anhelos de amor o destrucción. Los padres y maestros aztecas partían de una base, la
cuál partía de que para poder formar la personalidad del alumno era indispensable que este tuviera
seguridad y certidumbre, por ello, a través del cariño y la protección lograban que los alumnos
fueron más seguros y confiados de si mismos.
A veces las costumbres de nuestros antepasados nos dejan boquiabiertos pues eran un poco salvajes
pero nunca dejaron que la educación se viera afectada por estas. Es por eso que otro aspecto de
suma importancia en la educación era la congruencia. Los padres y maestros tenían muy claro que
debían ser modelos del alumno para que este aprendiera a través de la imitación. Para estimular a
los alumnos, los padres y maestros hacían las tareas o quehaceres con gusto para que los alumnos
experimentaran cierto goce en ellos.
Y aprovechando que ya estamos tan entrados en el tema quisiera hablar un poco de su proceso y
metodologías didácticas.
El método de enseñanza se basaba en el consejo, el convencimiento y la persuasión (cosa que
estando en el 2010 no me suena tan conocida cuando hablamos de las escuelas…). El aprendizaje
de los alumnos aztecas iniciaba por la vía del consejo, los cuales eran altamente efectivos pues los
aztecas pensaban que si la expresión física, la palabra y el pensamiento no tenían congruencia,
entonces no se hablaba con la verdad.
Los colegios más importantes eran el Calmecac, Tepochcalli y Cuicacalli. A estos acudían los
jóvenes aztecas que soñaban con ser guerreros y buenos en las ciencias.
Si bien buen lector, usted se dará cuenta de cómo en aquellas épocas la educación trataba del arte
del convencimiento y lamentablemente en nuestras épocas ese arte se ha ido perdiendo poco a poco.
Ojalá nuestros profesores y rectores pudieran retomar estas costumbres y hacer de la educación algo
mucho más ameno.
Por Juan de la Calle Ruiz
Por medio de investigaciones se ha
demostrado que la lengua madre de los
aztecas siempre fue el náhuatl, incluso desde
antes de que los españoles llegaran. Estos al
llegar, creyeron que esta lengua era
originaria del país sin saber que ésta
pertenece a una amplísima familia que se
extiende desde el desierto del Utah hasta El
Salvador.
Al parecer esta lengua tenía gran flexibilidad
pues permitía expresar en un solo vocablo lo
que en otras lenguas sólo puede expresarse
con oraciones completas. Su sonido es
agradable el oído pues es muy armonioso y
es considerada como la lengua de la gente
que habla y se explica con claridad.
Al llegar Cortés, se hablaba un náhuatl de
gobierno y servía a muchas tribus para el
trato común. En todas las culturas había
algunas diferencias de pronunciación e
incluso se presentaban variaciones en la
forma de construir las oraciones.
Una de las personas que estudió el idioma de
esa época fue Fray Bernardino Sahagún. El
ayudó a que distinguiéramos el náhuatl
clásico (que se conoce por los escritos y
documentos del s. XVI) y del náhuatl que se
habla hoy en día (se nota una fuerte
influencia del castellano).
Gracias a la herencia que nos dejaron
nuestras civilizaciones, actualmente esta
lengua es hablada por cerca de medio millón
de indígenas en México, Hidalgo, Morelos,
Guerrero entre otros.
Muchas de las palabras que hoy utilizamos
provienen del náhuatl. Es la prueba
fehaciente de que no importa que los
españoles hayan llegado a conquistarnos no
pudieron acabar con nuestros dialectos ni las
culturas que estos representan.
Un cosmos sin mucha visión
Por Juan de la Calle
Al hablar del cosmos pensamos en el 2012, la
Apocalipsis, el fin del mundo pero, ¿No creen
que tenemos que tocar un poco más a fondo
el tema?, bueno pues les contaré como fue
que llegamos a todo esto.
Los aztecas adoptaron las creencias de los
mayas y para ellos el creador supremo era el
Dios Ometecuhlti junto a su esposa
Omecihuatl. Esta pareja en otras versiones se
reducía a una sola divinidad llamada
Ometeotl que aparece como un Dios del
fuego y como el Dios supremo del panteón
azteca. Este Dios dio a luz a los cuatro dioses
que crearían cada uno de los soles.
Según nos cuenta la mitología azteca, antes
de nuestro sol (que es el quinto) existieron
otros cuatro soles y por lo tanto para los
aztecas vivíamos en la quinta creación o la
quinta era.
Esta leyenda señalaba que cada uno de los
dioses creadores luchaba ser supremo
empleando cada uno una fuerza cósmica:
tierra, fuego, aire y agua. Mientras estas
fuerzas se mantuvieran en equilibrio el
mundo estaría en orden y podía existir la era
de un sol, el problema era cuando venía un
desequilibrio cósmico pues ese sol, la Tierra y
los seres que habitaran en esta perecerían.
El primero de estos cinco soles fue creado
por Tezcatlipoca, Dios de la Tierra. Su
creación fue algo imperfecta pues los
humanos aparecieron en forma de gigantes y
solo se formó medio sol. El segundo sol fue
creado por Quetzalcóatl, Dios del viento.
Tláloc, Dios de la lluvia creó el tercer sol y
Chalchiuhtlique, Diosa del agua azteca fue la
encargada de crear el cuarto sol.
Todas las creaciones anteriores habían sido
destruidas por algún tipo de catástrofe y los
dioses se dieron cuenta de que la existencia
del quinto sol solamente sería posible
sacrificando a otro Dios. Después de un largo
rato para pensar que harían, la decisión
recayó en Nanahuatzin y Teucciztecatl.
Nanahuatzin lleno de coraje y valentía, fue el
primero en sacrificarse seguido de
Teucciztecatl.
Nanahuatzin se transformó en un sol
resplandeciente que ninguno de los dioses
podía mirar directamente mientras que su
compañero se convirtió en la luna.
Nanahuatzin tuvo un enfrentamiento con
uno de los 1,600 dioses restantes al cuál
derrotó y gracias a esto todas las demás
divinidades decidieron sacrificarse para
alimentar a este quinto sol y Nanahuatzin se
alzó desde el este. Huitzilopochtli lucho
contra las tinieblas para poder expulsarlas
del mundo y esta lucha dio origen a las
estrellas.
Después de una larga meditación me he
percatado de que los aztecas se veían como
el pueblo elegido para poder mantener vivo
al sol con vida pues creían que sin su ayuda
este quinto sol moriría y no volvería a salir.
Los aztecas nos dejaron con algunos miedos,
dudas sobre el final de nuestra era pero lo
único que podemos determinar es que ni
ellos mismos tenían mucha idea de cuál sería el final de esta quinta era.
“El calendario más importante”
El calendario azteca es muy importante y muy interesante, nos habla del porqué los meses y de los días y porqué son llamados así, verás que tienen mucha semejanza con el nuestro. Los nombres y las fechas de los meses están asociados a los astros, a las etapas claves para la actividad productiva agrícola, pesquera, cinegética o silvícola y a acontecimientos sociales e históricos que son inmortalizados. Como se puede observar los meses mayas tenían cada uno una relación con un dios: Mes I= Atalcahuallo Mes II= Tlacaxipehualitzi Mes III= Tozoztontli Mes IV= Hueytozoztli Mes V= Toxcatl Mes VI= Etzalculiztli Mes VII= Tecuilhuitontli Mes VIII= Hueytecuilhutli Mes IX= Tlaxochimaco Mes X= Xocotlhuetzin Mes XI= Ochpanitztli Mes XII= Teotelco Mes XIII= Tepeilhuitl Mes XIV= Quecholli Mes XV= Panquetzalitzli Mes XVI= Atemotzli Mes XVII= Tititl Mes XVIII= Izcalli En la piedra del sol: El disco central: En el está la representación de Tonatiúh, el Sol, con todos los atuendos propios de su importancia. En los cuatro rectángulos que lo rodean, se representa la leyenda de los cuatro soles. - Primer anillo. Lo forman veinte partes iguales con figuras que representan los días del mes azteca.
- Segundo anillo. Está formado por 8 segmentos divididos por figuras en forma de V que simbolizan los rayos de luz solar. - Tercer anillo. Está dividido en dos bandas anudadas de papel amatl. La parte superior, la más pequeña, contiene la fecha de terminación del calendario, un ornamento de hierbas y flores y la cola de dos serpientes. En la parte inferior aparecen los cuerpos de dos serpientes de fuego con escamas, Xiuhcoatl, formada por trece segmentos iguales cada una y el signo Tlachinolli, planta que semeja a una serpiente, con diez círculos pequeños y un doble marco. En la parte inferior de este anillo, se observan las cabezas de las dos serpientes sobrepuestas, de cuyas fauces salen los rostros de Quetzalcoatl, personificado como Tonatiúh, el Sol, y de Tezcatlipoca, Señor de la Noche. Cada serpiente tiene patas con garras y un penacho con siete círculos cortados por mitad, que simbolizan la Constelación de las Pléyades.
- Cuarto anillo. En él se representan las estrellas sobre el cielo nocturno. Contiene ciento cincuenta y ocho círculos pequeños que rematan en las bandas de papel amatl. La cuenta de los días comienza con caimán y continúa en sentido contrario al de las manecillas del reloj. Los días van acompañados de un número consecutivo del uno al trece. De esta forma, no se repite la misma figura con el mismo número en un período de 260 días. El año civil azteca, Xiuhpohualli. Se compone de dieciocho meses, de veinte días cada uno y cinco días de inactividad llamados nemontemi. En total, suman 365 días. El Xiuhpohualli inicia el 2 de febrero y
los nemontemi son los últimos días de enero y el primero de febrero. Cada cuatro años, se agrega un día nemontemi, que equivale al año bisiesto y
cada 130 años se suprime un día nemontemi. De esta forma se obtiene una aproximación al año solar trópico más exacta que la que proporciona el calendario gregoriano en uso.
Los aztecas tenían la capital de su gran
imperio, llamado Tenochtitlàn, en el
emplazamiento del D.F. en la actualidad. Su
planteamiento de urbanización, estaba
basado en un trazo simétrico que estaba
dividido en cuatro sectores llamados
campans, y estaba construida sobre islotes
en el lago de Texcoco.
Alrededor de la isla se cultivaban cosas para
que la población y el trabajo fueran
creciendo, ellos usaban chinampas, que eran
lechos de plantas a largos y elevados puestos
sobre el no muy profundo lago.
Creo que es toda una lástima que la Ciudad
de México cubra esta gran ciudad y que
nuestros conocimientos estén limitados, me
parece muy impresionante que ellos con no
todos los recursos con los que contamos hoy
en día, pudieran construir tantas cosas y tan
impresionantes, me parece que su ingenio y
creatividad era muy grande y nada limitada,
aunque también tenían que ver cómo
ingeniárselas.
Los mexicas establecieron México-
Tenochtitlan en el centro del Valle de
México, expandiendo su control hacia
ciudades-estado ubicadas en los actuales
estados de México, Veracruz, Puebla,
Oaxaca, Guerrero, la costa de Chiapas,
Estado de Hidalgo, y parte de Guatemala. El
territorio que se conquistó no fue de un
monótono clima, sino que abarcó climas tan
variados como el clima polar de alta
montaña hasta los climas cálidos. Hubo una
gran variedad de ecosistemas desde bosques
de coníferas, mixtos, caducifolios hasta los
ecosistemas cálidos como lo son las selvas
tropicales, desiertos rocosos, selva
caducifolia, manglares, bosque tropical,
entre otros ecosistemas.
Así que podemos decir que la arquitectura
azteca solo se conoce por los restos que han
sobrevivido a las destrucciones efectuadas
durante la conquista española. Las
edificaciones más características son los
templos, de estructura piramidal como el
Cholula. La escultura era naturalista como
“cabeza del caballero águila”, o simbólica,
como la “Coatlicue” y la “Piedra del sol”.
Fueron también hábiles artesanos: la
orfebrería, los tejidos y los mosaicos de
pluma, la talla de piedras y la pintura de
códices fueron algunos de los principales
artes menores.
Tenochtitlàn fue una gran
idea, y una idea muy
centrada, la pirámide está a
50 metros de altura, las
casitas estaban hechas de
madera y magra, con techos
de cañas y los palacios y
lugares importantes, hechos
de piedras.
Por: Juan De La Calle Ruiz
El imperio azteca era comúnmente llamado
el Estado mexica, y ésta fue la formación
política mexica derivada del proceso de
expansión territorial del dominio económico
de la ciudad-estado México-Tenochtitlan.
Algo muy importante y a mi parecer extraño,
era que los aztecas no imponían su lengua y
costumbres a los lugares que llegaban a
conquistar.
Me es interesante que el modo en que los
mexicas impusieron su dominio sobre otros
pueblos haya sido diverso, y no ajustándose
a una estructura imperial tradicional como
en las monarquías europeas.
El gran fin del régimen de dominio
internacional de los mexicas y sus aliados en
Mesoamérica concluyó con la Conquista
española de México-Tenochtitlan.
La base de la sociedad era un grupo de
familias organizadas en clanes llamadas
calpullis. Cada clan tenía su propia
autonomía, podían ser sus tierras, sus dioses,
sus templos y una gran administración. Eran
dirigidos por un jefe elegido por el consejo
de ancianos, y enviaban un delegado al
consejo supremo de tenochtitlán. Este
consejo elegía cuatro jefes militares, los que
a su vez elegían al jefe de hombres, como se
designaba al emperador azteca. De éste
modo, éste no era un cargo hereditario ni
otorgado por poder divino, sino elegido
democráticamente. A la llegada de los
españoles gobernaba el poderoso
Moctezuma.
Los calpullis eran la base de la organización
Azteca. El calpulli era propietario de las
tierras de linaje, las que se distribuían,
Parece ser que eran muy
poderosos y con gran
coraje, ya que tenían su
dominio económico sobre
varios pueblos,
especialmente y
comprobado en el centro de
México, y en algunas zonas
de Oaxaca.
anualmente, entre las diversas familias de
acuerdo a los miembros que la componían.
Los macehuales o gente común eran aquellos
que no habían logrado distinguirse en
ninguna acción. Trabajaban las tierras de sus
respectivos calpullis, educando a sus hijos de
acuerdo a estrictas instrucciones, hasta que
estuviesen en edad de ingresar a la escuela
de calpulli. Algunos eran muy pobres y se
vendían como esclavos a los pillis.
Se sometía también a esclavitud a los
criminales, delincuentes y mujeres de mala
vida. Claro que la mayor parte de los esclavos
provenía de las mujeres y niños capturados
durante la conquista.
Religión en el mundo
Las religión azteca es muy interesante, según
los aztecas el mundo fue creado y destruido
cuatro veces, para luego ser creado por los
dioses por quinta vez. Creen que el dios
Quetzalcóatl creó a los hombres y a las
plantas que los alimentan.
Para ellos la única forma de perdurar tras la
muerte es alcanzar la fama, aunque la fama
desaparece cuando mueren los que
recuerdan al difunto. Tenían varios dioses
entre ellos estaba: Coatlicue: dios de la
tierra. Huitzilopochtli: dios de la guerra.
Ipalnemoani: utilizado en la poesía, como la
fuerza suprema. Xochipilli: dios de las flores,
del amor, de la fertilidad y de las relaciones
sexuales ilícitas. Xochiquétzal: diosa
protectora de la prostitución. Tlazoltéotl:
diosa del placer, la voluptuosidad, la
fertilidad y la fecundidad.
Cada fenómeno atmosférico también era
asociado a un dios: Tlaloc: lluvias,
Quetzalcóatl: vientos. También hacían cosas
muy importantes como analizar la frecuencia
de los eclipses de sol y luna y conocieron la
existencia de los cometas.
Todo esto les permitió crear su complejo
calendario azteca. El sacrificio era algo de
excesiva importancia, decían que los dioses
destruyeron los otros soles (o universos)
porque los otros habitantes no les dieron las
gracias a los doses en la manera que
merecieron. Por eso, el sacrificio era una
parte central de la sociedad mesoamericana
porque si no les dieran bastantes sacrificios a
los dioses, ellos podrían destruir el universo
en el que vivían.
Las ofrendas más frecuentes eran flores,
comida, animales, sangre humana y vida
humana.