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Revista Mus-A nº6. Revista de las Instituciones del Patrimonio Cultural Andaluz

Date post: 10-Apr-2018
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    mus-A 6

    EDITORIAL 5

    MEDITANDO EL MUSEORECUERDOS DE IBERIA 6JUAN ESLAVA GALN

    ENTREVISTAENTREVISTA A ROLANGROENENBOMM, COMISARIODE LA EXPOSICIN.STANLEY BROUWN CUENTASUS PASOS COMO HECHOARTSTICO 8MARTA CARRASCO

    36 43 63 84

    DOSSIER TEMTICO: EL MUSEO Y LOS NIOS

    REFLEXIONESLA HISTORIA INTERMINABLE: UNA VISIN CRTICA SOBRE LA GESTINDE AUDIENCIAS INFANTILES EN LOS MUSEOS 11ELENA POL Y MIKEL ASENSIO

    MOTIVOS DE LA VISITA Y ORIENTACIN DE LA OFERTA DE LOS MUSEOS 21COLETTE DUFRESNETASS

    EDUCACIN EN EL MUSEO 26JUAN LUIS RAV PRIETO

    MUSEOS DE LOS NIOS

    LOS MUSEOS DE LOS NIOS. EL MUSEO ANIMA 32MNICA ZAVALA

    BROOKLYN CHILDRENS MUSEUM. EL PRIMERO EN SU GNERO,UN PROYECTO INNOVADOR PARA EL FUTURO 36CAROL ENSEKI

    ZOOM KINDERMUSEUM: UN MUSEO PARA JUGAR CON TODOS LOS SENTIDOS.UN MUSEO PARA TODOS EN EL CENTRO DE VIENA 43CLAUDIA HAAS

    PROGRAMAS EDUCATIVOS

    EL DEPARTAMENTO DE EDUCACIN DEL MUSEO PICASSO MLAGAY LOS ESCOLARES. UN EJEMPLO DE LA VISITA INTERACTIVA DEL INSTITUTODE EDUCACIN SECUNDARIA, MIGUEL ROMERO ESTEO 51MACARENA VENTOSA

    DEJAD QUE LOS NIOS SE ACERQUEN AL MUSEO. LOS PROGRAMASDIDCTICOS EN EL MUSEO DE BELLAS ARTES DE CRDOBA:UNA NOVEDAD CONSOLIDADA 58JOS NGEL PALOMARES SAMPER

    VERANOS EDUCATIVOS EN EL MUSEO NACIONALDE CIENCIAS NATURALES DE MADRID 63M DOLORES RAMREZ MITTELBRUNN

    LA NOCHE DEL MUSEO. UNA INOLVIDABLE AVENTURAEN EL MUSEO NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES 68PILAR LPEZ GARCAGALLO

    ACTIVIDADES PARA NIOS Y FAMILIAS EN EL MUSEO NACIONAL DEL PRADO.EL REA DE EDUCACIN (20032005) 70ESTER DE FRUTOS GONZLEZ

    EL MUSEO THYSSENBORNEMISZA Y SU COMPROMISO CON LA EDUCACIN 74ANA MORENO Y RUFINO FERRERAS

    Y EL TEATRO EN EL MUSEO, QU APORTA? PROGRAMADE ACTIVIDADES DEL TEATRO DE LA LUNAEN EL MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFA 79EULALIA DOMINGO LVARO

    LOS NIOS, PBLICO PREFERENTE PARA LA CASA ENCENDIDA 84JOS GUIRAO CABRERA

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    694 102 130 132

    MUSEOLGICA. MUSEOS Y CENTROS DE ARTE

    LA CASAMUSEO DE ALFONSO ARIZA MORENOEN LA RAMBLA (CRDOBA):PROLFICA Y ABSTRACTA BONDAD 88JOS R. PEDRAZA SERRANO

    MUSEOLGICA. COLECCIONISMO

    LA PLAZA MAYOR DE CIJA EN 1836:LA VISIN ROMNTICADEL PINTOR ADRIEN DAUZATS 94M DEL VALME MUOZ RUBIO Y GERARDO GARCA LEN

    PERSONAJES

    CARLOS CERDN Y LOS ORGENES DE LA SECCINDE ARQUEOLOGA DEL MUSEO DE HUELVA 102ENRIQUE CARLOS MARTN RODRGUEZ Y EDUARDO PRADOS PREZ

    INTERVENCIONES

    EL SALVAMENTO DEL PATRIMONIOHISTRICOARTSTICO Y BIBLIOGRFICO

    DURANTE LA GUERRA 109GONZALO SANTONJA

    SINGULARES

    INTERROGANTES Y CURIOSIDADES EN TORNOAL DENOMINADO TRPTICO DEL GRAN CAPITN 112RICARDO TENORIO VERA

    PROYECTOS Y EXPOSICIONES

    CDIZ Y TRAFALGAR. LA CIUDAD ILUSTRADA DE 1805.MUSEO DE CDIZ 116FERNANDO AMORES CARREDANO

    MARIO FUENTES: MEDIO SIGLODE FOTOGRAFA ETNOGRFICA 122ESTHER FERNNDEZ DE PAZ Y JUAN AGUDO TORRICO

    JOS DE RIBERA BAJO EL SIGNO DE CARAVAGGIO(16131633). EXPOSICIN EN EL MUSEODE BELLAS ARTES DE SEVILLA 126IGNACIO HERMOSO

    AFAL 1956/1963. EL GRUPO FOTOGRFICO 130NOTA DE REDACCIN DEL CENTRO ANDALUZ DE ARTE CONTEMPORNEO

    ACTIVIDADES Y NOTICIAS

    JUGUETES NUEVOS PARA EL MUSEO DE ARTES YCOSTUMBRES POPULARES DE SEVILLA. LA CONSEJERADE CULTURA ADQUIERE UNA COLECCIN DE JUGUETES 132MONTSERRAT BARRAGN

    UNA NAVIDAD ESPECIAL 136

    GUIOMAR ROMERO GARCA DE PAREDES

    PORTAL DE MUSEOS Y CONJUNTOS ARQUEOLGICOSY MONUMENTALES DE ANDALUCA 138NOTA DE REDACCIN

    AYUDAS A LA CREACIN ARTSTICACONTEMPORNEA, 2005 139NOTA DE REDACCIN

    LA ELECCIN DE UN PROYECTO:EL CONCURSO PBLICO DE IDEAS PARALA CONSTRUCCIN DEL ESPACIO DE CREACIN ARTSTICACONTEMPORNEA EN CRDOBA 141NOTA DE REDACCIN

    INICIARTE. INICIATIVA DE APOYO A LA CREACINY LA DIFUSIN DEL ARTE CONTEMPORNEO 144NOTA DE REDACCIN

    PROGRAMA DE EXPOSICIONES Y ACTIVIDADESDE LOS MUSEOS DE ANDALUCA 146

    DIRECTORIO 148

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    FE DE ERRATASmusA 4

    LAS TAREAS DE HRCULES:PICASSO REGRESA A MLAGAAlfredo TajnLas imgenes del Museo Picasso Mlaga que ilustranlas pginas 61, 62 y 65 aparecen sin citar la autora.Por lo tanto, en los pies de foto debera leerse:Pablo F. DazFierros, fotgrafo

    musAREVISTA DE LOS MUSEOS DE ANDALUCAPUBLICACIN CUATRIMESTRAL (CON EXCEPCIONES)N 6ABRIL 2006

    EDITAConsejera de Cultura. Junta de AndalucaDireccin General de Museos

    CONSEJO DE REDACCIN

    PRESIDENCIA

    Pablo Surez MartnDirector General de Museos

    SECRETARA

    Mara Soledad Gil de los ReyesJefa del Servicio de Museos

    COORDINACIN EDITORIAL

    Carmina DavidJonesFrancisco Jos Romero RomeroVictoria Usero Piernas

    CONSEJO DE REDACCIN

    Bosco Gallardo Quirs, Pedro SnchezBlanco, Dolores Baena Alcntara, Luz PrezIriarte, Beatriz Sanjan Ballano

    FOTO PORTADA

    Martn Garca

    TRADUCCIONES

    Morote Traducciones, s.l.

    DISEO Y MAQUETACIN

    Manigua

    IMPRESIN

    Tecnographic

    DISTRIBUCIN

    AturemCEDEPA s.l.ISSN: 16957229Depsito Legal: SE16942002Distribucin nacional e internacional: 3.000 u.

    Para envo de colaboraciones o informacin,remita su nombre y apellidos, direccin, cdigopostal y ciudad a:Revista mus-ADireccin General de MuseosConsejera de CulturaLeves 17, 41004 [email protected]/cultura/museos

    musA permite la reproduccin parcial o total desus artculos siempre que se cite su procedencia.

    Los artculos firmados son colaboraciones cedidasa la revista y musA no se responsabiliza ni seidentifica, necesariamente, con las ideas que enellos se expresan.

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    CON EL NMERO 6 de nuestra revistaentramos en su cuarto ao de vida. Como todos nuestros lectores saben, han sidolos aos de lanzamiento y del principio de la consolidacin, de dificultades y de lasprimeras satisfacciones, de bsqueda de una voz propia y de definicin de un modeloque ha encontrado eco entre los profesionales y el pblico.Para abrir este cuarto ao hemos decidido emprender una completa renovacin delconcepto visual de musA.Hemos contado con la colaboracin de unos grandesprofesionales que han reflexionado sobre nuestra imagen, sobre nuestros objetivos ycontenidos y sobre las tendencias visuales actuales, dando como resultado un nuevodiseo para musA, de cuya concepcin estamos satisfechos y orgullosos.Desde que el pblico se ha convertido en el principal referente del museo modernose est produciendo la incorporacin de nuevos colectivos de visitantes que obligan aestas instituciones a un proceso de permanente redefinicin. Entre estos colectivos,quizs uno de los ms deseados, uno de los objetivos prioritarios, es el de los nios,destinatarios principales de la accin cultural de muchos centros y eje conceptual de unnmero creciente de museos.El museo y los nioses el tema principal de este nmero de musA,que se afronta atravs del dossier ms extenso realizado hasta la fecha. Como ha sucedido en anterioresediciones de nuestra revista, ste es uno de los temas de mayor actualidad en el mundode los museos y, visto su gran inters, as como los diferentes enfoques desde los quese poda abordar, hemos credo acertado sacrificar algunas de nuestras seccioneshabituales para ofrecer ms espacio a los nios.El dossier se abre con una brillante visin crtica de la gestin de audiencias infantiles,a cargo de Elena Pol y de Mikel Asensio, que es el primer artculo de la primera delas tres subsecciones en que se estructura el dossier: reflexiones, los museos de losnios y programas educativos en los museos; las tres principales vas de anlisis de larelacin entre los nios y el museo. A travs del dossier se podrn descubrir nuevasinstituciones y experiencias, como la del Museo Picasso de Mlaga, as como conocer laevolucin de otras pioneras, como el Brooklyn Childrens Museum.Con respecto a nuestras secciones habituales, invitamos a nuestros lectores a disfrutar

    de los Recuerdos de Iberia,de Juan Eslava Galn, la propuesta literaria de estenmero; la entrevista a Rolan Groenenbomm; las secciones de Museos y Centros deArte, Coleccionismo, Personajes, Intervenciones y Singulares; y, como ya es norma, lasnumerosas reseas de exposiciones, proyectos, actividades y noticias, entre las quedestaca la presentacin de Iniciarte, la Iniciativa de apoyo a la creacin y la difusin delarte contemporneo.Como siempre, finalizamos agradeciendo la fidelidad y el cario de nuestros lectores.Y, por supuesto, dando las gracias, una vez ms, a todos nuestros colaboradores, quegenerosamente participan en la construccin de musA.

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    ALGUNAS VECES ME HAN PREGUNTADOpor qu un novelista se interesa tanto porla arqueologa. Entonces se asombrancuando les digo que mi tesis doctoral verssobre un tema arqueolgico, los castillosbajomedievales del reino de Jan.En mis novelas hay mucha arqueologay mucha reconstruccin de los tiemposantiguos, del mismo modo que en laarqueologa hay mucha novela, en el msnoble sentido de la expresin. Al fin y al cabo

    el arquelogo reconstruye, como hace elnovelista, un pasado probable a partir de slovestigios materiales y de esas conjeturasnace una interpretacin del pasado siempreprovisional y aproximativa puesto que nuevoshallazgos arqueolgicos pueden modificarla.Mis primeros pasos en la arqueologa los dide la mano del Museo de Jan siendo yo unmozalbete, cuando el museo todava estabainstalado provisionalmente en los bajos delPalacio de la Diputacin. Cada tarde, cuandosala de mis clases de Bachillerato, medejaba caer por el museo en busca de trabajovoluntario, simplemente por el placer deestar en contacto con las venerables piezas.

    En julio de 1967, el nuevo director delMuseo Arqueolgico de Jan, don JuanGonzlez Navarrete, organiz una campaaarqueolgica para excavar una villa romanarecientemente descubierta cerca de la aldeade Hornos de Peal, a pocos kilmetros dePeal de Becerro. Es aqulla una de las zonasarqueolgicas ms ricas de la provincia.Media docena de estudiantes asistimos ala excavacin. El equipo se puso manosa la obra despus de pernoctar, comopenados, en el calabozo municipal de Peal,amablemente cedido por el seor alcaldepara suplir la falta de tiendas de campaa

    que, por un disculpable fallo de organizacin,no se haban recibido.Tras las pesadas tareas de limpieza yremocin de tierras de labor, los nivelesarqueolgicamente significativos sloofrecieron testimonio de una pequea villaque, a juzgar por las escasas monedashalladas en el rincn de uno de susaposentos, y por la gruesa capa de cenizasque atestiguaba un devastador incendio,habra sido saqueada y destruida hacia la

    mitad del siglo IV.La excavacin constituy, por lo tanto, unfracaso o al menos eso nos pareci a losentusiastas arquelogos aficionados queesperbamos encontrar una nueva Troya.Como compensacin, las complementariastareas de prospeccin y reconocimiento dela zona dieron excelentes resultados. A unoskilmetros de distancia examinamos ungran socavn, nico vestigio de una cmarasepulcral semejante a la de Toya que hacaunos veinte aos haba sido descubierta ydestruida por el propietario de la finca paraaprovechar los sillares. Adems alcanzamosnoticias de otra cmara sepulcral semejante

    que haba corrido la misma azarosa suertea principios de siglo en una parcela vecina.Espoleados por tan estimulantes resultadosproseguimos las pesquisas dentro del pueblode Hornos de Peal. A la puerta de muchascasas haba grandes sillares que servande poyo a los aldeanos cuando se sentabana tomar el fresco por las noches, con elsudoroso botijo a la vera. Algunas de estaspiedras presentaban la caracterstica ranurapara la grapa de plomo que las una a lapiedra vecina, lo que es indicio inequvocode un uso arquitectnico. Conseguimosexaminar la cara oculta de algunas

    piedras y congran sorpresa

    descubrimos queesconda el bello labrado

    de un fragmento de friso. Aquellossillares procedan de un edificio de gran fustey riqueza. Pero los propietarios de las piezasno quisieron desprenderse de ellas.Ms suerte hubo en el rescate de un cancelvisigodo en forma de yugo, con prolongacinpara parteluz, que hoy figura en una de las

    salas del Museo de Jan. Esta pieza habasido descubierta y publicada veinte aos atrspor Concepcin Fernndez Chicarro, entoncesdirectora del Museo de Sevilla. Con el dibujode la citada arqueloga, tres botellas de vinode Valdepeas, mucha conversacin y un pocode paciencia conseguimos que el propietariode la pieza accediera a mostrrnosla eincluso, en un rasgo de generosidad ms queencomiable, la donara al museo sin mirarpor su seguridad personal ni atender a que elespontneo gesto le iba a acarrear problemascon la tarasca de su seora. Estaba la piezaempotrada en el brocal de un pozo, dentrode una corraliza a las afueras del pueblo.

    En el entusiasmo etlicoarqueolgico delevento, el labriego insisti en mostrarmeel lugar donde su padre o su abuelo habanhallado ciertas monedas de Carlos III. Nosencaminamos a un pago cercano dondeel arroyo de Toya serpenteaba, escuetode aguas, en el fondo de un barrancoescalonado por bancales agrcolas. Lo queme llam la atencin fue la inslita existenciade un acueducto que, por las trazas, prometaser romano. Era una modesta construccinque presentaba tres ojos en su primer nivel ycuatro en el superior.

    Ventana geminada procedente deHornos, Peal de Becerro, siglos

    VIVII. Museo de Jan.RECUERDOS DE

    IBERIAJUAN ESLAVA GALN Escritor

    6 MUSA MEDITANDO EL MUSEO

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    Cmara Sepulcral Ibrica de Toya,Peal de Becerro, siglo IV a.C.

    CADA TARDE, CUANDO SALA DEMIS CLASES DE BACHILLERATO, MEDEJABA CAER POR EL MUSEO ENBUSCA DE TRABAJO VOLUNTARIO,SIMPLEMENTE POR EL PLACERDE ESTAR EN CONTACTO CON LASVENERABLES PIEZAS.

    EN MIS NOVELAS HAY MUCHAARQUEOLOGA Y MUCHARECONSTRUCCIN DE LOS TIEMPOSANTIGUOS, DEL MISMO MODO QUE ENLA ARQUEOLOGA HAY MUCHA NOVELA,EN EL MS NOBLE SENTIDO DE LAEXPRESIN.

    Y eso de ah cmo se llama?Esa es la alcantarilla nueva, quesirve para llevar el agua por encimadel barranco, porque, sabe ust,por arriba va un canalillo de agua,como una acequia. Esa es una obrade los antiguos, de antes de miabuelo. Por ah arriba, cosa de cienmetros o as, haba otra alcantarillaigual, pero ms grande, que esa yano la he visto yo, pero mi abuelo quela conoci me habl de ella.Era ms grande que esta.

    Y qu se hizo de ella?Esa la tiraron para aprovechar lapiedra, porque el canalillo que ibapor encima no serva.

    Estupendo.

    Comuniqu mi hallazgo a GonzlezNavarrete y lo acompa a laalcantarilla nueva. Se trataba,en efecto, de un acueductoromano fechable, como la villaque estbamos excavando, enuna poca tarda del ImperioRomano, cuando ya las tcnicas deconstruccin van olvidndose. Ellose manifestaba especialmente enel hecho de que una pilastra de lahilera superior estribaba sobre unode los arcos inferiores y no sobre lacorrespondiente pilastra.El acueducto de Hornos de Pealsirvi de ilustracin para lafelicitacin navidea del Museode Jan de aquel ao. Despus esposible que cayera en olvido.

    Que yo sepa no se ha estudiado nipublicado todava. Hace un par deaos aprovech un viaje a la cmarasepulcral de Toya y me acerqu avisitarlo. All sigue impertrrito,desafiando al tiempo y llevandosobre s la tarea del canalillode agua que riega los bancalesvecinos. Esperemos que tengams suerte que su desaparecidohermano mayor y que nadie lo trepepara aprovechar sus mampuestos.

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    8 MUSA ENTREVISTA

    EL CENTRO ANDALUZ DE ARTEcontemporneo present, desde el pasadoquince de diciembre y hasta el tres demarzo, una exposicin del artista conceptualStanley Brouwn. La muestra era unaretrospectiva de la obra de este creador quepertenece a la misma generacin que DanielBuren o Michael Asher. En ella se desarrolla

    su obra, basada en la accin del movimientoy en la medida de distancias. El artistaholands Stanley Brouwn no permite que lefotografen y tampoco deja que se grabenimgenes de sus obras o se difundan atravs de Internet. La nica manera deconocer su trabajo es acercarse al museoque exhiba alguna de sus muestras.La exposicin que se present en el CAAC, ypor primera vez en Andaluca, est producidapor el Van Abbemuseum de Eindhoven y sucomisario es Rolan Groenenbomm, quientrabaja con Stanley Brouwn desde hacequince aos.

    Stanley Brouwn es un artista conceptual.Desde hace cuarenta y cinco aos deciditrabajar con las medidas, con algo muycotidiano y que toda la gente conoce. Brouwncontrasta esas medidas que usamos hoyda con medidas antiguas, como el piede Castilla, que era la medida usadaen Andaluca antes del sistema mtrico

    decimal porque quiere que esas medidasse puedan utilizar de nuevo en la vida diaria,en la relacin con lo que se expone y elmundo real. Tambin en sus trabajos utilizasus propias medidas, como el pie, el codo y elpaso, que no siempre es el mismo.En la exposicin del CAAC, Brouwn no selimit a exponer su obra. Para l todo lo quese exhibe es una obra en s. No piensa endibujo, en escultura ni en pintura, piensa ensu obra como un material, un objeto para servisto, y por ello ha diseado las vitrinas de laexposicin, las banderolas, la misma invitacin.Todo debe ser una obra de Brouwn.

    Segn Groenenboom, lo importante paraeste artista es que la gente vea su obra comoun material para trabajar, para reflexionarentre lo que est contemplando y su realidad.Los textos que se ofrecen son pistas para quese pueda experimentar sobre la propia obrapor parte del espectador, de esta forma, elpblico pasa a ser protagonista de la obra.

    Una de las caractersticas ms especiales deeste artista es su invisibilidad. Adems de nopermitir que su obra se fotografe, tampocofacilita fotos personales o currculo vitae.Stanley Brouwn es una persona, pero tambinpuede ser otro cualquiera. Quiere que la genteconecte con su obra, no con l, porque el texto,el material y el visitante son quienes conformansu obra. A m este aspecto de invisibilidad megusta, porque de esta forma no tienes que

    justificar el objeto del arte.Para el comisario de esta muestra, la obrareal de Brouwn es conceptual, y para surealizacin ni siquiera utiliza materiales

    Antonio vendiendo cuatro piesde Castilla de cordel verde.Foto: Manuel Montilla.

    EL ARTISTA HOLANDS STANLEYBROUWN NO PERMITE QUE LEFOTOGRAFEN Y TAMPOCO DEJA QUE SEGRABEN IMGENES DE SUS OBRAS OSE DIFUNDAN A TRAVS DE INTERNET.LA NICA MANERA DE CONOCER SUTRABAJO ES ACERCARSE AL MUSEO QUEEXHIBA ALGUNA DE SUS MUESTRAS.

    ENTREVISTA A ROLAN GROENENBOMM, COMISARIO DE LA EXPOSICIN

    STANLEYBROUWNCUENTA SUS PASOS COMO

    HECHO ARTSTICOMARTA CARRASCO Centro Andaluz de Arte Contemporneo

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    caros. Construye sus vitrinas con lasmedidas obtenidas de su propio cuerpo.Esta simplificacin de la obra la hace muchoms exportable y facilita poder trabajar enun mximo de pases y lugares diferentes,porque al final se convierte en una accincotidiana. Todos, de una forma u otra,usamos las medidas de forma constante; lo

    que hace Brouwn es ponerlo de manifiesto yhacer que reflexiones sobre ello.Durante el proyecto realizado en Sevilla,Brouwn ha llevado a cabo una experienciasingular a travs de un clsico comerciofamiliar de la ciudad, una conocida ferretera.Brouwn se dirigi al propietario parasolicitarle si los materiales que se vendenactualmente por metro, podran vendersepor el pie de Castilla (27,86 centmetros), elsistema de medidas que haba en Andalucaanterior al metro. El propietario de laferretera acept la idea y record a Brouwnque su abuelo meda en pie de Castilla y que

    su padre utilizaba, adems, otras medidascomo libras o fanegas. Ahora, uno puede ira esa ferretera y adquirir un pie de Castillade cordel o de cadena... y as tiene, de algunaforma, una obra de Brouwn. En Sevilla, laexposicin se ha hecho en esa medida, enBarcelona se eligi otra y en Eindhovenuna diferente. En cada ciudad, la que

    tradicionalmente hubiera existido.Para Brouwn, el lugar de exposicin de lamuestra en Andaluca, el Centro Andaluzde Arte Contemporneo, ha tenido, segnel comisario de la misma, un significadoespecial. El hecho de que el CAAC estsituado en un edificio histrico como laCartuja de Santa Mara de las Cuevas eselocuente, porque estos lugares se hanconstruido en siglos pasados, en los que seutilizaba otro tipo de medidas, y son estosmismos volmenes del edificio los queestn poniendo de manifiesto una respuestahistrica y actual a su obra.

    Caminar es crear, segn el vocabularioartstico de Brouwn, quien desde los aossetenta cuenta cada paso que da en la vida,l va a una ciudad, un museo, un lugar y noes un artista que pasee para contar sino quecuenta sus pasos como hecho artstico.Rolan Groenenboom califica como especialla situacin de Brouwn en el mundo del arte.

    Su creacin est absolutamente abierta alas interpretaciones y a diferentes lecturas.No es una cuestin de esttica, sino de que,a travs de las medidas, se pueda entender yhablar sobre las relaciones de las personas,incluso desde el punto de vista poltico ehistrico.

    Pie de Castilla, cordel y cadena.Foto: Manuel Montilla.

    Fachada de la ferreteraSan Pablo de Sevilla.Foto: Manuel Montilla.

    DURANTE EL PROYECTO REALIZADOEN SEVILLA, BROUWN HA LLEVADO ACABO UNA EXPERIENCIA SINGULARA TRAVS DE UN CLSICO COMERCIOFAMILIAR DE LA CIUDAD, UNACONOCIDA FERRETERA.

    El creador no permite la difusinen imgenes de sus piezas.Su objetivo es que el material, elespacio y el pblico conformen lapropia obra.

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    EL PBLICO INFANTIL SUPONE UNO DE LOSsegmentos ms importantes de las audiencias reales en la mayor parte de los museos de nuestropas. Sin embargo, la oferta actual y los servicios que ofrecen esos mismos museos a sus

    visitantes ms bajitos es a menudo marginal, cuando no prcticamente inexistente. Cuandolos museos se plantean la gestin del centro, la captacin de recursos, la programacin deexposiciones temporales, la disposicin de los espacios expositivos o tantos otros aspectos

    de la gestin musestica global, la reflexin sobre los tiernos infantes pocas veces va msall de considerarlos un problema de orden pblico.La oferta real de los museos a estos segmentos de pblico, en caso de existir, es clsica ytradicional. En nuestro entorno, es difcil encontrar un museo que tenga una oferta moderna;la mayora de los programas giran en torno a visitas guiadas, talleres y fichas didcticas.Todos estos tipos de formatos se vienen utilizando en museos desde hace al menos 50aos. Un hecho ms. No conocemos ningn museo por estos lares que mantenga unapoltica continuada interna o externa de evaluacin o control de calidad de la oferta de estos

    programas infantiles (por si alguien se quiere consolar, tampoco del resto de programas, yen contadsimas ocasiones de otros aspectos de la gestin musestica), siendo los referentesy los patrones de calidad totalmente groseros, como el nmero de participantes, o merasopiniones ms o menos interesadas.Por si este panorama les parece poco inquietante, la formacin de los profesionales que

    trabajan en los departamentos donde se gestionan este tipo de audiencias suele ser muypoco especializada en cuanto a la formacin inicial y con frecuencia errtica en cuanto a laformacin permanente. Algo a lo que la ltima tendencia de externalizacin de servicios noest contribuyendo a mejorar.

    LA HISTORIA INTERMINABLE:UNA VISIN CRTICA SOBRE LA GESTIN DE

    AUDIENCIASINFANTILESEN LOS MUSEOSELENA POL Y MIKEL ASENSIO

    El cinismo es un arma cargada de pasado(1).

    MUSA DOSSIER EL MUSEO Y LOS NIOS REFLEXIONES

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    Ms de uno puede pensar que este punto de partida en vez de una foto es ms un daguerrotipo pasadode cidos. Es posible. En los ms de 20 aos que llevamos dedicados a la educacin en museos ypatrimonio, hemos podido observar un cambio profundo, especialmente en las formas y en las poses.Hoy en da casi nadie se atreve a decir aquello de vienen manadas de nios, que deberan ver loscuadros mediante proyeccin de diapositivas / se han invertido los trminos: cuando se habla de unmuseo abierto debe entenderse abierto a la investigacin (Daz Padrn, conservador jefe del Museodel Prado). Los pblicos infantiles no son solamente polticamente correctos sino que se sospecha quepueden llegar a ser econmicamente deseables, tanto en sus vertientes escolares ms clsicas, como enlas vertientes ms modernas de programas de familias o de turismo educativo.

    Sin embargo, hay varios peros importantes a este aparente desarrollo. El primero es la persistencia deuna mentalidad en la que los nios son vistos como un problema para la seguridad y la conservacin delas colecciones, tanto como para la imagen y la tranquilidad de las salas. Es de esperar que las nuevasgeneraciones de conservadores ayuden a cambiar esta mentalidad aunque vistas en general las nuevasgeneraciones, y ms las de los conservadores, a algunos nos entre la duda cabal sobre la posibilidadde algn cambio. La persistencia de estas mentalidades tradicionalistas se manifiesta igualmenteen las discusiones por la consecucin de espacios en los que se puedan desarrollar programas. Lainadecuacin de los espacios para hacer algo ms que una visita contemplativa es una lacra que dificultael cambio real en los planteamientos musesticos. El excesivo peso, an hoy, del espacio expositivo yde los espacios de administracin y de colecciones, frente a los espacios de servicios sigue siendo unode los problemas ms graves a la hora de hacer una oferta moderna. En todos los departamentos deeducacin estamos acostumbrados a la habilitacin de carpas en los patios y jardines, a la utilizacin delos espacios de acogida o cualquier hueco en las escaleras. La sorpresa para bien es cuando las carpas

    estn llenas. No olvidemos que los estudios de pblico nos ensean hace ya muchos aos que, en elmanejo de las expectativas de visita, cuentan tanto los servicios como las colecciones.Quedan an un par de losas ms para que los nios puedan considerar los museos un territorioamable. El primero es la inadecuacin de los mensajes expositivos. Es realmente difcil encontrarun contenido que a los nios no les fascine (desde las orcas a los diamantes, de las estrellas a laplanta del cacahuete, desde las momias a los fetiches, desde las armas y batallas a los detalles decorte, desde los misterios de la perspectiva a los de los colores). Por si la curiosidad infinita fuerapoco, es difcil encontrar alguien ms interesado por el coleccionismo que un nio, que es capaz dellevar en el bolsillo 32 piedras y contarte de cada una, y a su manera, una historia para cada formay color, para cada procedencia y para cada uso y funcin. Cmo es posible entonces que casisiempre nos confiesen en nuestros estudios que los museos son aburridos? Sin duda, la insistencia enlgicas taxonmicas del siglo XIX no ayuda mucho. Los museos tienen por delante el reto crucial dedesarrollar narrativas que, a la vez que ponen en valor la cultura material, transmitan a los visitantes

    unos conocimientos y unos valores que les sean atractivos.La ltima limitacin que vamos a comentar es una autocrtica que, todos los que nos dedicamos a laeducacin en los museos, deberamos asumir. La oferta de programas es an no solamente escasa (locual puede tener teraputicamente la ventaja de trasladar la responsabilidad a la direccin o a los otrosdepartamentos), sino que adems suele ser antigua, plana y montona, a ms de no controlar su calidad.Para muestra un botn. Recientemente, un alumno nos confesaba tras una visita que la exposicinles haba gustado sobre todo por los instrumentos y los mapas, pero que nos les haban dejado irsolos y que el gua les repeta lo mismo que pona en los paneles y que cuando le hicieron preguntasno saba responder. Este comentario nos llam an ms la atencin porque provena de un museo quese caracteriza aparentemente por una oferta educativa bastante cuidada, con medios y con personalconcienciado y comprometido.

    EL PBLICO INFANTIL SUPONEUNO DE LOS SEGMENTOS MSIMPORTANTES DE LAS AUDIENCIASREALES EN LA MAYOR PARTE DELOS MUSEOS DE NUESTRO PAS.SIN EMBARGO, LA OFERTA ACTUALY LOS SERVICIOS QUE OFRECENESOS MISMOS MUSEOS A SUSVISITANTES MS BAJITOS ES A

    MENUDO MARGINAL, CUANDO NOPRCTICAMENTE INEXISTENTE.

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    Como puede verse, stos son algunos de los muchos esfuerzos que an habra que realizar para quelos museos y el patrimonio sean ese espacio agradable y atractivo que debera ser para los nios (y paralos adultos, y para los mayores). Una labor en la que todos tenemos un papel, como hemos indicado: losprofesionales y los responsables polticos e institucionales, los mediadores y agentes sociales, y tambinlos padres y los profesores que no siempre muestran las actitudes y los esfuerzos adecuados.Bien, est claro que ste es el mensaje correcto que recogen las directivas europeas sobre el patrimonio.Sin embargo, alguien descentrado podra preguntar: pero merece la pena, realmente los nios merecenese esfuerzo, lo disfrutan, se enteran de algo?

    LA VIDA A RAS DEL POLVO Y LAS MIRADAS ALTAS (2)Si hay algo que nos ha enseado la psicologa evolutiva durante casi 100 aos es que un nio no es comoun adulto con las habilidades menos desarrolladas. Un nio es algo muy distinto, con su coherenciainterna, con sus caractersticas y sus necesidades, con su estructura y su organicidad propias.Una de las concepciones ms extendidas sobre la infancia es que los adultos pensemos que los nios notienen opinin sobre las cosas o los sucesos, o que las que tienen son simples y superficiales. Tambin estmuy extendido que los nios son fciles de engaar, ms cuanto ms pequeos, o al menos de distraer(con la leche templada y en cada cancin). Pero, a qu edad es capaz un nio de darse cuenta de loque le gusta y de lo que no? Pues muy pronto, ms pronto de lo que imaginamos. La valoracin esttica yemocional es muy temprana. Los nios saben perfectamente lo que les gusta y lo que no y por qu.Recientemente, un evaluador pregunt a una nia de apenas tres aos, cul era el montaje que ms lehaba gustado de toda una exposicin. La nia contest sin vacilar, la mano del len (un manipulativoque mostraba el funcionamiento de las uas retrctiles de los felinos, delante de un hermoso diorama dedos leonas de la sabana cazando un bfalo). A sus tres aos, la nia no slo era capaz de responder, eratambin capaz de darse cuenta de que se daba cuenta, de entender la situacin de valoracin, ademsde saber analizar, por ejemplo, en qu aspectos le haba gustado ms o menos esta exposicin que la dedinosaurios, vista una semana antes en otro museo de Historia Natural (Mammals es una exposicin dela Smithsonian Institution en Washington y Dinosaurs es del Museum of Natural History de Nueva York).En la evaluacin de un programa de educacin en el escenario de las ciudades histricas financiado porla Fundacin la Caixa, nios de apenas trece y catorce aos eran una fuente inagotable de propuestas:Lo que necesita esta ciudad (Cuenca) son museos, pero no museos aburridos sino divertidos, un museopara los pasos de Semana Santa y un planetario, con telescopios para mirar, y que tengan cafeteray cine. Uno de los responsables municipales de una de las ciudades donde se aplic el programareconoca ruborialborozado que los nios haban manejado en sus propuestas el mismo nivel dedocumentacin, anlisis y opiniones que los que ellos haban utilizado para las propuestas del plan

    de urbanismo (sin micrfonos reconoca incluso que algunas de las soluciones iban algo ms all quelas propuestas por el grupo de expertos, siempre autocensurados por las restricciones de lo poltica yeconmicamente correcto y viable).La evaluacin de los programas suele ser un buen caudal de pruebas de cmo los miembros menores delas familias, o los alumnos de un grupo escolar, tienen ideas muy claras sobre la eficacia y la atractividado atrapabilidad de las propuestas de los programas pblicos o educativos.Como ya adelantamos, los estudios de pblico en nuestro pas son recientes y escasos, an ms conpblico infantil, lo cual es una constante tambin allende nuestras fronteras. Muy pocas institucionesmantienen este tipo de estudios en el tiempo de manera que puedan tener una estimacin real de laevolucin de sus audiencias en base a los cambios en las polticas musesticas desarrolladas. Portanto, el conocimiento que tenemos de los perfiles de pblico infantil, de sus niveles de conocimientos,motivaciones, opiniones, actitudes, lo que les atrae o detestan, es ms fruto de nuestra mejor

    LOS MUSEOS TIENEN POR DELANTEEL RETO CRUCIAL DE DESARROLLARNARRATIVAS QUE, A LA VEZ QUE PONENEN VALOR LA CULTURA MATERIAL,TRANSMITAN A LOS VISITANTES UNOSCONOCIMIENTOS Y UNOS VALORES QUELES SEAN ATRACTIVOS.Manipulativo garra

    de len (uasretrctiles) Exposicin

    MammalsMuseo de

    Historia Natural de laSmithsonian Institution(Washington D.C.).

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    intencionada fantasa que de resultados reales. En general se tienen datos muy globales de las visitasescolares y una estimacin muy burda del resto de audiencias infantiles, excepcin hecha de programaspuntuales de los que s se tiene documentacin (aunque raramente tambin evaluaciones).Otro problema importante del conocimiento real de las opiniones de los nios es que su participacinen las instituciones culturales suele estar cortocircuitada por mediadores, padres, maestros,animadores, dinamizadores, etc.No obstante, el hecho de que los nios constituyan el grupo ms numeroso de visitantes en todos losmuseos del mundo, debera hacernos reflexionar sobre la importancia de estudiarlos con ms detalle.Sabemos adems que esta tendencia no tiene visos de cambiar sino de ir a ms; las familias, y las

    sociedades avanzadas en nuestro entorno cultural, cada vez invierten ms en atencin a la infancia y enms recursos, tanto humanos como materiales, lo cual redundar en una oferta cada vez mayor y dems entidad para este tipo de pblicos, a nivel de programas pblicos y educativos o a nivel de ofertas enmerchandising, restauracin u otro tipo de servicios.En el caso de la infancia hay que tener en cuenta que tanto en el anlisis de estas necesidades, como enel resto de los anlisis de las necesidades de audiencias, hay que hacer un anlisis tambin funcionaly no solamente estructural (ver Asensio & Pol, 2003). Por ejemplo, las expectativas, demandas onecesidades del pblico infantil son diferentes en el plano escolar que en el familiar, aunque en amboscasos estemos hablando de visitantes de la misma edad.

    PULSIONES ARISTOTLICAS PARA QUIEN LES QUIERE Y PARA QUIEN NO LES QUIERE (3)Cuando les hemos pedido su opinin a los visitantes ms pequeos nos hemos encontrado converdaderos seguidores de la Academia. Los nios (como una mayora de los adultos) han mostrado

    sistemticamente su fascinacin por los contenidos y las colecciones. La idea de que los nios sloquieren algo divertido y que no les interesan los contenidos, los objetos o las obras de las colecciones essimplemente falsa, es una construccin fatua ms de los supuestos expertos que pretenden reducir loscontenidos cientficos a un conjunto de saberes encriptados que garanticen la exclusividad y el elitismode su accesibilidad para su propio deleite y disfrute.En una evaluacin realizada recientemente sobre miles de nios de la Comunidad de Madrid a propsitode los museos y exposiciones de ciencias, encontramos que el primer argumento de eleccin era, paralos nios, los contenidos y los tipos de colecciones que se recogan en el museo o en la exposicin. Noel tipo de programa, no las actividades de taller (muchas veces denostadas por simplistas), sino lasinformaciones que haban comprendido, los objetos que haban visto y entendido en su contexto o lascolecciones de especmenes que les haban fascinado.Curiosamente, nuestra sorpresa fue mayscula, porque no es as en sus propios profesores. En contra delo que todo el mundo piensa, los profesores no eligen las actividades en funcin de los contenidos o de su

    adecuacin a los curricula, sino (psmense) de las facilidades de servicios que les ofrece la institucin,como la existencia de guas que se hagan cargo de los escolares, aparcamientos para los autobuses,cafeteras y comedores, horarios, cercana al centro o a las conexiones, etc.Los nios, sin embargo, son profundamente respetuosos con los contenidos, son capaces de recordarlargos aos despus lo que aprendieron en un museo, si es que realmente la oferta ha producido unahuella significativa en su conocimiento. El problema expresamente expuesto por muchos de ellos (igualtambin que muchos adultos) es que muchos museos y exposiciones les hacen sentirse como idiotas,como ignorantes, porque en general los mensajes expositivos estn compuestos de manera erudita ycognitivamente poco accesible.

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    Exposicin La Manchade Don Quijote: Realidadde una fantasa:manipulativos delvestidor y de las parejasde personajes.

    Exposicin La Manchade Don Quijote: Realidadde una fantasa:reade interpretacin con elespacio para expresarsu opinin al fondo.

    EL HECHO DE QUE LOS NIOSCONSTITUYAN EL GRUPO MSNUMEROSO DE VISITANTES ENTODOS LOS MUSEOS DEL MUNDO,DEBERA HACERNOS REFLEXIONARSOBRE LA IMPORTANCIA DEESTUDIARLOS CON MS DETALLE.

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    EL TEST DEL QUIJOTE: PORQUE ES TAN CLARA, QUE NO HAY COSA QUE DIFICULTAR EN ELLA,LOS NIOS LA MANOSEAN (FOLIO 12R, CAP. III, 1 PARTE)La mirada que no cesa de conmemoraciones quijotescas varias que ha invadido estas cansadastierras ha sido un excelente test del inters que despiertan en el pblico determinados planteamientosexpositivos a propsito del mismo tpico central. Algunas de estas exposiciones quijonianas han sidomuy visitadas y otras muy poco. Unas han sido aplaudidas y criticadas por unos, y otras lo han sido porotros en casi todas las direcciones posibles. Nuestro equipo se enfrent al reto nada desdeable dedisear una de estas exposiciones, con el objetivo explcito de ser comunicativa y contactar con sectoresinfantiles y adultos que habitualmente no se acercan a este tipo de manifestaciones culturales ni decontenidos. La Mancha de Don Quijote: Realidad de una fantasa, intentaba transmitir aspectos de la vidacotidiana de la poca y los cambios y pervivencias en el territorio manchego actual, a partir de una seriede propuestas expositivas con una gran carga de manipulativos, interactivos, dioramas y recreacionesescenogrficas, algo inusual en este tipo de exposiciones en nuestro pas, que trataban de involucrar alpersonaje en la historia y en los contenidos propuestos, a travs de numerosos objetos y reproduccionesde la vida cotidiana. En los estudios previos realizados vimos que numerosos contenidos atraan a losnios y a los adultos. Escogimos algunos de ellos en relacin con los aspectos relevantes de la poca:Ropas y Ropajes, Caminos y Caadas, Ventas y Posadas, Fiestas y Holganzas, Sierras y Llanos, Viandas yManjares y Msicas y Bailes (ver Asensio, Gonzlez, Pol & Rodrguez, 2005).Por ejemplo, en el captulo de indumentaria se pretenda transmitir la importancia de la aparienciacomo factor econmico y social de la poca, desde aspectos como la moda del negro que imponeFelipe II, que no era un signo de austeridad como a menudo se interpreta, sino todo lo contrario; el tintenegro intenso era el ms difcil de conseguir y era muy costoso (el llamado negro pluma de cuervo,

    frente al tradicional negro ala de mosca). O cmo el propio Cervantes utiliza la indumentaria desde elprincipio de la obra para describir y explicar, por ejemplo, por qu la gente se rea del famoso hidalgo(llevaba la armadura de su bisabuelo, totalmente pasada de moda) o el propio nombre de quijote(la pieza de dicha armadura que cubre la pernera que ya no llevaban las modernas). Adems, tresmontajes manipulativos incidan en varios aspectos, por ejemplo, los nios se podan probar distintasreproducciones de prendas de la poca: golillas, chapines, verdugados, etc.; podan realizar dos motivosutilizados en la confeccin (trenzados y cordones); o bien podan personalizar los retratos de cuatrotipos de personajes distintos poniendo su cara, delante de los espejos. Un audiovisual, dos escenografasque contextualizaban a los objetos el taller de un sastre y un estrado completaban el captulo,junto a otro manipulativo dedicado a las fibras donde se poda tocar el cuero, el lino, la lana y la seda,siguiendo el proceso desde las materias primas al tejido; y, por ltimo, un conjunto de paneles sucesivosdonde los visitantes podan desnudar castamente a un hombre y una mujer para ver las capas de ropa.Como puede verse fcilmente, un montaje que huye explcitamente de una exposicin eruditamente

    descriptivista de la indumentaria.Se instaba a los visitantes a dejar sus opiniones. Pues bien, ms de la mitad de todos los comentarios sedebieron a nios y adolescentes. Si ya de por s una exposicin que interesa a los adolescentes es un logroen s mismo, la sorpresa fue que los comentarios expresaban que los chicos haban vuelto en ms de unaocasin a la muestra o mostraban sus deseos de volver, de recomendarla, y expresaban explcitamentesu deseo de que se hagan ms exposiciones como sta. Las dimensiones que valoraban, adems delo relacionado con la originalidad y la creatividad, se referan al esfuerzo realizado y el trabajo invertidopara conseguir una exposicin cercana y comprensible, participativa y activa, con contenidos accesibles einteresantes, en la que se puede aprender disfrutando y de una manera divertida (un 85% de respuestas seexpresaban en estas direcciones). Los nios ms pequeos se expresaban en una direccin similar, valorandoan ms los manipulativos y los interactivos. Los adultos tambin valoraban sobre todo estos aspectos deaccesibilidad a los mensajes expositivos, junto a otros temas especficos relacionados con algunos contenidos.

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    Resultados relativamente similares fueron encontrados con nios de edades entre doce y diecisis aos,en otro de los programas educativos sobre el patrimonio diseado hace unos aos (ver la evaluacin delprograma sobre ciudades histricas de la Fundaci la Caixa, Pol, 2001; Pol & Asensio, 2001), en dondelos alumnos tambin valoraban, por encima de todo, los contenidos adquiridos y la posibilidad de haberaprendido desarrollando sus propios proyectos.Pero incluso con nios mucho ms pequeos, el diseo cuidadoso de exposiciones o programas pblicosy educativos tiene un efecto directo en la motivacin y el aprendizaje de los jvenes visitantes, aunque loscontenidos sean considerados como difcilmente accesibles. As ocurri, por ejemplo, en la evaluacinde uno de los programas que desarrollamos hace aos en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa,

    en un programa dedicado a los ms pequeos donde el secreto consista en hacer una seleccin decontenidos relativos al arte contemporneo que realmente fueran asequibles a los nios de tres y cuatroaos. O la manera actual de plantear en ese mismo centro los talleres para nios y los programas paraadolescentes y familias.Entindase que los resultados de los estudios a los que aludimos nos permiten conocer mejor a losvisitantes de museos y exposiciones, y de patrimonio en general, lo que permitir a los museos serms capaces a la hora de captar visitantes, fidelizarlos, aumentar la calidad de la experiencia en elmuseo, etc. Y no nos engaemos, nuestros jvenes visitantes no demandan parques de atracciones.Y cada estudio de pblico nos indica que lo que ms les atrae son los contenidos especficos de laexposicin que orientan de manera fundamental sus expectativas, su motivacin inicial y el set parael aprendizaje.

    EL TEST DEL QUIJOTE II: LAS MUJERES, LOS NIOS Y LOS ECLESISTICOS, COMO NO PUEDEN

    DEFENDERSE, AUNQUE SEAN OFENDIDOS, NO PUEDEN SER AFRENTADOS(FOLIO 122R, CAP. XXXII, 1 PARTE)La exposicin comentada anteriormente tambin demostr un segundo aspecto complementario. Sibien los visitantes plantean como primera dimensin de satisfaccin los contenidos y su accesibilidad, laprofusin de programas y la disposicin de espacios de interpretacin hacen que esta primera eleccinse fortalezca y aumente la satisfaccin. Dicho para que se entienda, en una visita al Museo Geominerolo que ms gusta siempre es la coleccin de minerales, pero si la actividad o programa desarrollado hatenido xito, la coleccin gusta ms.Este efecto, conocido hace tiempo en el mundo de los museos, se basa en que la experiencia subjetivaes holista. Los humanos, mayores y pequeos, no podemos diseccionar nuestra experiencia de modoque realicemos una anlisis dimensional independiente de los diferentes aspectos que han compuestonuestra visita. As, si el gua ha sido antiptico, si llegamos tarde al 3D, o si no hay rea de descanso,nuestra valoracin experiencial afectiva con los contenidos ser de menor calidad. As, si el primer

    test del quijote nos demostraba que la satisfaccin era directamente proporcional a la comprensin, elsegundo test del quijote nos demostr que la satisfaccin es inversamente proporcional a las dificultadesencontradas en la experiencia global.As lo hemos podido comprobar por defecto y por exceso en multitud de evaluaciones en estos aos, porejemplo respectivamente, en la ya citada evaluacin de la Red de Museos de Ciencia de la Comunidadde Madrid, o en las sucesivas evaluaciones realizadas en el Museu Martim de Barcelona. Este efecto deexperiencia holista aparece claramente ligado a la pericia. Algo que caracteriza a las personas expertases que s son capaces de separar analticamente unas dimensiones de otras en su experiencia expositiva.Y los nios no son expertos, ms bien son novatos genricos. Pero, de todos modos, no convieneolvidar que en los museos y las instituciones relacionadas con el patrimonio, los expertos (incluyendolos interesados) suponen actualmente menos de un 1% de los visitantes, porcentaje que va a seguirdisminuyendo a medida que se vaya an ms materializando la democratizacin de la cultura.

    PERO, A QU EDAD ES CAPAZ UN NIO DEDARSE CUENTA DE LO QUE LE GUSTA Y DE LOQUE NO? PUES MUY PRONTO, MS PRONTODE LO QUE IMAGINAMOS. LA VALORACINESTTICA Y EMOCIONAL ES MUY TEMPRANA.LOS NIOS SABEN PERFECTAMENTE LO QUELES GUSTA Y LO QUE NO Y POR QU.

    Museo Centro de Arte Reina Sofa:programa para educacin infantilMir y el surrealismo.

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    Este efecto tiene una implicacin directa a la hora de disear las acciones a desarrollar por parte de losmuseos: todos los aspectos a disear son importantes y no solamente los relativos a los contenidos y lascolecciones, sino tambin el tratamiento de los mensajes, la organizacin y sintaxis de las actividades,su secuenciacin, su accesibilidad, la variabilidad de los recursos comunicativos, as como todos losservicios relacionados.Por esta razn es an ms nefasta la tradicional acogida que se proporciona a los infantes en la mayorparte de las instituciones musesticas donde se les acoge con una retahla de no hagas, no toques ,

    que no puede provocar ms que una reaccin negativa. Por el contrario, soluciones museolgicas comolas reas de interpretacin, introducidas en exposiciones como la comentada del Quijote o las diseadasen otros museos y exposiciones, permiten una experiencia amable y participativa que provoca unarelacin intrnsecamente amable y cercana con los contenidos y la cultura material.

    LOS MUSEOS Y LOS NIOS, COMO LA POESA, SON UN ARMA CARGADA DE FUTUROLos nios no quieren exclusivamente parques temticos. Como muchos profesionales hemos destacadorecientemente, los museos deben alejarse de las estrategias de popularizacin al precio de prdidade rigor patrimonial y de planteamientos que defienden el divertimento per se y propuestas ldicasdescontextualizadas (o tomadas por los pelos) de los contenidos del museo. Y la razn no es un purismopatrimonial sino simplemente que los estudios y evaluaciones desarrollados con poblaciones infantilesdemuestran, como hemos comentado, que los nios y los jvenes valoran muy positivamente la culturamaterial y adems son capaces de valorar la esencia de la experiencia con la cultura material por encima

    de la atractividad de los recursos utilizados en el lenguaje cinematogrfico o en los parques de atracciones.Complementariamente, y con la misma potencia, hay que reivindicar que hay que mejorar la accesibilidadde las colecciones para todos los tipos de pblicos y especialmente para aquellos menos instruidos, querespeten las necesidades especiales y diferenciadas de los distintos segmentos a fidelizar.El tercer mandamiento es que este rigor patrimonial accesible no debe basarse en propuestassuperficiales y banales sino que, muy al contrario, debe explorar contenidos y actividades en profundidadque son demandadas por todos los tipos de pblicos. Incluso los infantes detestan los planteamientossuperficiales donde no se trasmiten contenidos sustanciales. Contenidos que pueden ser fcilmentedetectados, si se tiene la sensibilidad, con unas labores mnimas de evaluacin previa y formativa.Obviamente el truco es que estos contenidos sustantivos no son los tradicionalmente contemplados porlos expertos que suelen perderse en academicismos endogmicos, sino en aspectos relacionados con laaplicabilidad y la contextualizacin del conocimiento.En este sentido, cada vez son ms los museos que incorporan propuestas novedosas y atractivas tanto enlos montajes como en el desarrollo de programas que, lejos de restar valor a la coleccin, contribuyen asu puesta en valor y le proporcionan un valor aadido. Propuestas que pueden resultar tambin atractivasa los visitantes expertos.Y si no lo vemos claro preguntemos a los nios, al fin y al cabo, como confesaba SaintExupry, laspersonas mayores nunca comprenden nada por s solas y es cansado para los nios tener que darlessiempre y siempre explicaciones.

    LOS NIOS SON PROFUNDAMENTERESPETUOSOS CON LOS CONTENIDOS,SON CAPACES DE RECORDARLARGOS AOS DESPUS LO QUEAPRENDIERON EN UN MUSEO, SIES QUE REALMENTE LA OFERTAHA PRODUCIDO UNA HUELLASIGNIFICATIVA EN SU CONOCIMIENTO.

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    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

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    Asensio, M. & Pol, E. (2002) Memoria deEvaluacin de la Red de Museos y Centrosde Divulgacin Cientfica de la Comunidadde Madrid (Museo Nacional de CienciasNaturales; Museo Nacional Geolgicoy Minero; Museo Nacional de Ciencia yTecnologa; Real Jardn Botnico; MuseoNaval; Museo del Ferrocarril; Planetario;Museo de las Telecomunicaciones).Madrid: Direccin General de Investigacinde la Comunidad de Madrid.

    Asensio, M. & Pol, E. (2003) Los cambiosrecientes en la consideracin de losEstudios de Pblico: la evaluacin delMuseu dHistria de la Ciutat de Barcelona.En:Actas del II Congreso de Musealizacinde Yacimientos Arqueolgicos. Barcelona:

    Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB)pp. 310322.

    Asensio, M., Pol, E. & Garca, S. (1999)Memoria de Evaluacin del programaVivir en las Ciudades Histricas dela Fundacin la Caixa. Memoria deinvestigacin no publicada. Madrid:Universidad Autnoma de Madrid.

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    Asensio, M., Pol, E. & Snchez, J. (2001)Memoria de Evaluacin del programaVivir en las Ciudades Histricas de la

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    Bada, J. (1987) Das de guerra en elMuseo del Prado.ABC de las artes, 11087, pp. 2223.

    Pol, E. (2001) Vivir en las ciudadeshistricas: un programa actitudinal.IBER Didctica de las Ciencias Sociales,Geografa e Historia, 27, 4965.

    Pol, E. & Asensio, M. (2001) As es sias os parece: un crisol de pareceressobre el programa Vivir en las CiudadesHistricas. IBER Didctica de las Ciencias

    Sociales, Geografa e Historia, 27, 6787.Pol, E. & Asensio (2006) Memoria devaloracin de la exposicin La Manchade don Quijote: Realidad de una fantasa(informe interno).

    NOTAS

    1. La poesa es un arma cargada de futuro es unpoema de Gabriel Celaya.

    2. La vida ran de pols i las mirades altes, sedatbia de neu i llot frecs a les galtes es un verso dela cancin Infants de Juan Manuel Serrat.

    3.Para quien me quiere, para quien no mequiere, es un corrido callejero de Pedro Guerra.

    Museu Martim de Barcelona:maleta de La pesca. Materialde prstamo. Forma parte de losprogramas educativos del museo.

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    Visitas y actividadeseducativas en los museos.

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    En colaboracin con S. ARRAULT, M. BARIL, K. BNARD, S. BERNARDIN, A. BRECY, Y. CHEHATA, S. COIFFIER, S. DE

    BARBERAC, A. DELAPLACE, B. DELAPORTE, A. DESCLAUX, C. DUPUIS, R. JILLIOT, A. JONCHERY, N. LAMOUCHE, L. LE

    BARS, L. MARKUS, A.L. MAYER, M. MUSSARD, L. PAILLARD, C. PIETTRE, C. PILVEN, V. PLANQUES, E. RABASSE, C. REY

    JOUVIN, D. SEGUIN, E. SERON, N. STEFFEN Escuela del Louvre

    SI LOS MUSEOS TOMASEN AL PIE DE LA LETRAestas afirmaciones, slo ofreceran a las familias actividades esencialmente ldicas y centradas enlos nios. Haran bien? Es posible que se estuvieran equivocando, como mnimo, en dos factores. Enprimer lugar, se convertiran en centros de ocio, de modo que perderan su especificidad, y entraranen competencia directamente con otros espacios que, debido a sus mayores recursos econmicos,a su atractiva decoracin y a la libertad de movimiento que permiten a los nios, ofrecen actividadesque resultan mucho ms divertidas que las de los museos. Adems, no tendran en cuenta que las

    expectativas de los padres dejan de ser uniformes cuando les interrogamos en otro contexto de la visita, yno slo antes o despus de la misma; por ejemplo, cuando les entrevistamos al finalizar una actividad (1)realizada con sus hijos o cuando les observamos durante su visita.De hecho, una serie de 15 investigaciones, realizadas conjuntamente por los museos y la Universidadde Montreal, demostr que para los padres el trmino placer significa cosas muy distintas, desde elplacer de jugar hasta el de descubrir o comprender. Adems, se comprob que una serie de factores muydiversos influyen tanto en sus expectativas como en los tipos de visita que prefieren.Examinaremos estos factores, ya que conocerlos, en primer lugar, nos har ver los distintos motivos quellevan a los padres a optar por un tipo determinado de visita as como las dificultades que encuentran a lahora de elegir; y, en segundo lugar, ayudar a elaborar propuestas sobre la orientacin que debe seguirla oferta de museos para las familias.

    MOTIVOSDE LA VISITAY ORIENTACIN DELA OFERTA DELOS MUSEOS

    Se dice que los padres van al museo por sus hijos (Jonchery, prxima publicacin),y se insiste estn satisfechos si sus hijos lo han pasado bien(Jilliot, 1998).

    C. DUFRESNETASS Universidad de Montreal

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    FACTORES QUE INFLUYEN EN EL TIPO DE VISITA ELEGIDO POR LOS PADRESLas investigaciones llevadas a cabo en la regin de Montreal (2) han permitido identificar siete factoresque influyen en la decisin de los padres: la unin familiar, la edad de los nios, el nmero de hijos y losaos que separan al menor del mayor, el contexto de la visita, la situacin personal de los padres y porltimo, su actitud ante la educacin de sus hijos.

    LA UNIN FAMILIAR

    La unin familiar hace referencia al grado de proximidad que mantienen los miembros de la familia entres. Depende, por un lado, de la disposicin de cada persona para interactuar con sus familiares o paraexplorar el mundo exterior y, por el otro, de la serie de experiencias familiares que han tenido xito y lasque han fracasado. Adems, determina el placer de estar juntos y la decisin de relacionarse. Segn suinfluencia, los padres optarn por una visita con un alto grado de interaccin con sus hijos, o por unavisita para adultos que favorezca el descubrimiento del universo de la exposicin, a no ser que un factorcomo una familia numerosa o hijos de edades diferentes les impida elegir libremente.De este modo, las familias presentan diferentes grados de unin; padres que nunca han tenido libertadpara elegir prefieren programas que combinan del mejor modo posible interaccin y exploracinindividual. Para satisfacer este amplio abanico de necesidades, el museo debe ofrecer diversosprogramas de visitas. En la regin de Montreal, hemos identificado tres grandes tipos de oferta. Enprimer lugar, una visita en la que la familia interacta casi constantemente: los padres intentan ayudara sus hijos (3) a disfrutar de la oferta del museo desde el punto de vista intelectual, ya sea la exposicino las actividades paralelas, motivndolos o, incluso, supervisando su actividad si es necesario. Ensegundo lugar, una visita en la que se alternan momentos en los que los nios realizan actividades solos

    y momentos durante los cuales se unen a sus padres y descubren la exposicin juntos. En tercer lugar,una visita en la que padres e hijos se separan nada ms llegar al museo: los primeros recorren una ovarias exposiciones, los segundos participan en un programa dirigido por un animador.La decisin familiar es importante, ya que si los padres hacen la visita solos disponen de ms tiempopara profundizar en lo que les interesa (4), pero se pierden ciertos aspectos. De hecho, los nios tienen lacapacidad de llamar la atencin de los adultos sobre cosas que stos normalmente pasaran por alto. Encuanto a los nios, sus posibilidades de aprender se reducen si se separan de sus padres porque as noobtienen las explicaciones que slo un adulto puede facilitar.Para disminuir la frustracin de los padres que hubieran preferido realizar la visita sin sus hijos, algunosinformes de investigacin de Montreal sugieren desarrollar medios que favorezcan la observacin de losnios y que ofrezcan a los adultos la posibilidad de profundizar el sentido de los descubrimientos queinician los nios.

    LA EDAD DE LOS NIOSLa edad de los nios es un factor importante, ya que cada franja de edad parece provocar determinadoscomportamientos en los padres. Cuando los nios tienen de tres a cinco aos, el adulto se poneliteralmente a su servicio, les gua, les frena (por no decir que les controla); llama su atencin sobre loque les parece importante y les da mltiples muestras de afecto. Cuando los nios tienen de 6 a 8 aos,el adulto tiende a planificar la visita con ellos. Se presta a leer, incluso cuando stos son capaces dedescifrar lo que est escrito, les ayuda a entender lo que ven y les anima destacando sus xitos y susnuevos aprendizajes.De este modo, si estn acompaados por nios de tres a ocho aos, los padres no tienen eleccin,deben interactuar con ellos casi constantemente. Para reducir la frustracin de los que, por voluntadpropia, quisieran aumentar sus conocimientos descubriendo la exposicin, algunos museos de Montrealhan considerado la opcin de ofrecer dos tipos de informacin: a) un resumen de las ideas principales

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    desarrolladas en la exposicin; b) breves explicaciones redactadas en un lenguaje que los nios puedanentender, para que los padres no tengan que traducir los textos que leen y ofrecerles unos instantes delibertad adicional.Cuando los nios se acercan a los diez aos, la situacin cambia. Los nios ya no necesitan tanto asus padres, y los adultos tienen ms tiempo para s mismos. Si el museo no les ofrece algo que hacer,caen en la pasividad, el aburrimiento, y corren el riesgo de transmitir a los nios la sensacin deque, para los adultos, los museos son lugares que carecen de inters. Por este motivo el museo debeayudar a estos padres a aprender a disfrutar de una exposicin de manera que obtengan un mayorprovecho de la visita. Y esta propuesta implica que, durante la visita familiar, el museo debe ocuparse

    tanto de los padres como de los nios.EL NMERO DE HIJOS Y LA DIFERENCIA DE EDAD

    El nmero de hijos y la diferencia de edad entre ellos casi siempre suelen estar relacionados y, enprincipio, cuanto mayor es el nmero de hijos, sus caractersticas fsicas e intelectuales influyen msa la hora de que los padres se decidan a realizar una visita separados de sus hijos. Sin embargo, estoocurre slo a medias, ya que, a menudo, los padres (al menos los padres canadienses) se repartenla tarea, de manera que cada uno de ellos termina por responsabilizarse nicamente de varios hijos.Desgraciadamente, debido a la dificultad que supone estudiarlas, poseemos muy poca informacin sobreeste tipo de familias.Sin embargo, algunos museos con los que hemos colaborado han intentado facilitar la tarea de lospadres confiando la responsabilidad de las actividades breves a los hijos mayores. De esta forma, la visitade una familia numerosa no supone necesariamente una carga excepcional para los padres.

    EL CONTEXTO DE LA VISITA

    Durante una investigacin reciente realizada en uno de los museos de Historia (5) que colaboran connosotros, hemos podido observar que la actitud de los padres vara en funcin de si estn de viaje, esdecir, si son turistas, o no. Si estn de viaje, un alto porcentaje prefiere que el museo ofrezca a sus hijostareas que los mantengan ocupados, as ellos estn libres para disfrutar de las exposiciones. En casocontrario, la mayora prefiere interactuar activamente con sus hijos.A partir de estos datos, se puede formular la siguiente hiptesis: cuando el tema de la exposicin esnuevo para los padres y despierta su curiosidad, la mayora querra librarse de los nios para hacerla visita, mientras que, cuando el tema es conocido, la mayora prefiere dedicarse a sus hijos. Por elmomento, se trata de una pista que se debe analizar mediante estudios sistemticos.

    SITUACIONES PARTICULARES EN LAS QUE SE ENCUENTRAN AL MENOS UNO DE LOS PROGENITORES

    Una mujer que ha dado a luz recientemente o un hombre que viaja con frecuencia tienen, al menostemporalmente, expectativas distintas de las habituales. Por ejemplo, la mujer que viene al museo con unbeb, normalmente lo hace para salir de casa y pensar en algo que no sea su beb. Sin embargo, confrecuencia, no desea dejar a su beb, ni siquiera en la guardera del museo, a pesar de que quiera tomarseun respiro y prestar toda su atencin a lo que se le ofrece. Le gustara realizar una visita o participar en unprograma, con el beb siempre a su lado, mientras que no moleste a los dems visitantes, e interrumpir lavisita o actividad para retirarse con l a un lugar en el que pueda atenderlo tranquilamente.En algunos casos esto supone la creacin de programas concretos o al menos la adaptacin deprogramas existentes, un ajuste de los horarios de visita del museo y el acondicionamiento de localesadecuados para dispensar cuidados a un beb.En cuanto al progenitor que viaja mucho, como est frecuentemente en contacto con nuevasexperiencias y, como sucede en el museo, con el aprendizaje a partir de stas, pero sobre todo porque

    LA EDAD DE LOS NIOS ES UN FACTORIMPORTANTE, YA QUE CADA FRANJA DEEDAD PARECE PROVOCAR DETERMINADOSCOMPORTAMIENTOS EN LOS PADRES. CUANDOLOS NIOS TIENEN DE TRES A CINCO AOS,EL ADULTO SE PONE LITERALMENTE A SUSERVICIO, LES GUA, LES FRENA (POR NO DECIRQUE LES CONTROLA); LLAMA SU ATENCINSOBRE LO QUE LES PARECE IMPORTANTE Y LES

    DA MLTIPLES MUESTRAS DE AFECTO.

    Visitas y actividades educativasen los museos.

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    echa de menos a sus hijos, prefiere una visita durante la cual el contacto con sus hijos sea continuo yse produzcan intercambios profundos.Para favorecer a estos padres, uno de los informes de investigacin sugiere concienciar al progenitorsobre su forma de aprender cuando, en el extranjero, se encuentre ante un fenmeno nuevo y ensear asus hijos su modo de proceder.

    ACTITUD DE LOS PADRES ANTE LA EDUCACIN DE SUS HIJOS

    Algunos padres tienden a descargar en el colegio la preocupacin de instruir a sus hijos y pensar quees conveniente dejar que stos descubran el mundo por s mismos. Otros hacen lo contrario y utilizantodas las opciones posibles para estimular intelectualmente a sus hijos y hacerlos reflexionar. Hemoscomprobado que los primeros tienden a dejar que sus hijos se las apaen solos en una exposicin, arealizar la visita por su cuenta e incluso a entablar conversacin con otros adultos. Por el contrario, lossegundos, preocupados por fomentar el aprendizaje de sus hijos, llegarn incluso a olvidar sus propiosintereses para ocuparse de ellos.Este segundo tipo de padres rechaza las actividades de contenido meramente ldico y se muestra abiertoa todo lo que pueda contribuir al desarrollo de sus hijos. Hemos observado que solicitan actividades conun alto contenido educativo, pero que resulten divertidas, que estn estrechamente relacionadas con eltema de la exposicin, adaptadas a la edad de sus hijos, que sean lo suficientemente largas como paraasegurar un buen acercamiento a los fenmenos que se puedan descubrir o un dominio adecuado de losconocimientos que se deben adquirir; pero, al mismo tiempo, lo suficientemente breves como para quelos nios puedan terminarlas. Tambin prefieren actividades que presenten una progresin real, de modoque se renueve el inters de los nios y se multiplique su aprendizaje. En definitiva, quieren que el museo

    les informe de los objetivos de cada actividad, para as poder ayudar a los nios a alcanzarlos. Teniendo encuenta que pueden ser unos colaboradores ideales para el museo, ste debe satisfacer sus expectativas.Son estos seis factores los nicos que influyen en la decisin de los padres para visitar el museo por sucuenta o interactuando activamente con sus hijos? Seguramente no. Sin embargo, el anlisis realizadomuestra los diferentes motivos que influyen en la decisin de los padres y las dificultades para definir loque prefieren si no estn realizando la visita en el momento en que se les pregunta.

    ORIENTACIN SOBRE LA OFERTA DE MUSEOS PARA LA FAMILIA: ALGUNAS PROPUESTASEl anlisis de los factores que motivan la eleccin de los padres tambin ha permitido subrayar determinadosprincipios que deberan orientar la oferta destinada a la familia y que retomamos a continuacin: Pensar tanto en los padres como en los nios en cuanto a sus expectativas, necesidades y preferencias. Ofrecer programas de visitas variados que permitan alternar un alto grado de interaccin con los niosy la visita autnoma de los adultos. Difundir al mximo estos programas para que los padres estn

    informados cuando entren en el museo. Siempre que sea posible, sobre todo cuando se trata de programas destinados a padres con niospequeos: a) intentar que los adultos tengan ms libertad, por ejemplo, ofreciendo informacin redactadaen un lenguaje que los nios puedan comprender; b) intentar satisfacer la necesidad de los padresde descubrir el contenido de la exposicin mediante la presentacin de un resumen o proponiendoactividades que pueda dirigir un hermano mayor. En los casos en que los padres prefieran un alto grado de interaccin con sus hijos a lo largo de la visita ola exposicin, desarrollar formas de aumentar el disfrute y aprendizaje de ambos, por ejemplo, estimulandola observacin en los nios y la capacidad de los padres para profundizar en lo que les llama la atencin. Si los padres prefieren interactuar durante actividades realizadas con sus hijos: a) disear actividadesque resulten divertidas, pero que contribuyan en gran medida al desarrollo psicolgico del nio,permitiendo la adquisicin de conocimientos o habilidades; b) comunicar con claridad los objetivos de

    LOS NIOS TIENEN LA CAPACIDADDE LLAMAR LA ATENCIN DE LOSADULTOS SOBRE COSAS QUE STOSNORMALMENTE PASARAN PORALTO. EN CUANTO A LOS NIOS, SUSPOSIBILIDADES DE APRENDER SEREDUCEN SI SE SEPARAN DE SUSPADRES PORQUE AS NO OBTIENEN LASEXPLICACIONES QUE SLO UN ADULTOPUEDE FACILITAR.

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    estas actividades a los padres para que ayuden a los nios a alcanzarlos; c) prestar atencin a la duracinde las actividades: deben ser lo suficientemente largas para que puedan adquirir los conocimientosprevistos, pero lo bastante breves para no cansar o aburrir a los nios; d) preparar el contenido de lasactividades de manera progresiva para renovar el inters de los nios; e) asegurar un paralelismo entreesta progresin y la del tema de la exposicin de manera que padres e hijos no tengan la impresinde haberse perdido totalmente la visita y facilitar que, si lo desean, puedan alternar la visita con larealizacin de actividades. Cuando los padres se ven obligados a permanecer pasivos, conviene ofrecerles la posibilidad dedescubrir modos de visitar la exposicin de manera positiva y satisfactoria con adultos e inclusoindividualmente.

    En definitiva, si como turistas quieren aprovechar la exposicin, convendra contar con un monitoranimador para que realice la visita con los nios o les permita realizar las actividades.

    PERSPECTIVASLa investigacin sobre la familia en el museo no ha hecho ms que empezar. Los proyectos de Montrealsealan la importancia de seguir estudiando los temas que hemos tratado en este artculo y seguirinvestigando sobre nuevos factores como las diferencias de orientacin de ambos progenitores, lasformas de tratarlas y las consecuencias en su propia visita y en la de toda la familia; los momentos enque la familia se separa, qu hacen en ese caso y las consecuencias de esa situacin para ellos mismoscuando estn juntos; la relacin entre padres y monitoresanimadores, tanto cuando a stos se lesconfan los nios durante toda la visita, como cuando ofrecen explicacin en un punto concreto de laexposicin o cuando pasean y responden cuando se les pregunta.La necesidad de investigar sobre la familia es tan imperiosa y el tema tan complejo, que sera interesante

    que varios museos o varios investigadores se pusieran de acuerdo para realizar la investigacin demanera conjunta, y evitar la duplicidad de datos.

    NOTAS

    1. Llamamos actividad a una tarea o conjunto detareas que un museo propone a un nio para quelas realice solo o en grupo, con o sin ayuda de suspadres. Cuando una tarea es compleja, la actividadsuele denominarse con frecuencia programaeducativo.Los museos de Montreal denominan a lasactividades referidas en este texto actividadesautnomas a aquellas que pueden llevarse acabo sin la intervencin de un animador, pero conorientaciones y materiales facilitados por el museo.

    2. Se trata de una serie de proyectos propuestos pormuseos de Montreal y realizados por estudiantesde la Escuela del Louvre inscritos de maneratemporal en la Licenciatura en Museologa en laUniversidad de Montreal (gracias a los acuerdosderivados de la Conferencia de Rectores y Directoresde las Universidades de Quebec) y dirigidos por unprofesor de este programa: C. DufresneTass. Losmuseos que han participado e n estos proyectosson: el Museo David M. Stewart, el Museo McCordde Historia Canadiense, el Biodomo de Montreal,el Centro de Ciencias de Montreal y el Insectariumde Montreal.

    3. Estas afirmaciones son igualmente vlidascuando uno solo de los padres acompaa a unnico hijo.

    4. Esta observacin fue realizada por otrosinvestigadores, entre los que se encuentra McManus(1994).

    5. Todava no hemos podido retomarla en otro tipode museo.

    Visitas y actividades educativasen los museos. Foto: Martn Garca.

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    Taller de Arte Contemporneo.Sevilla.

    LOS GABINETES NO PUEDENPERDER EL TREN DE LASNUEVAS TECNOLOGAS, PEROTAMPOCO PODEMOS RENUNCIARA USAR EL VIEJO AXIOMA DEENSEAR DELEITANDO QUE ES,AL FIN Y AL CABO, LA FINALIDADLTIMA DEL MUSEO.

    EDUCACINEN EL MUSEOJUAN LUIS RAV PRIETO Gabinete Pedaggico de Bellas Artes. Sevilla

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    2727MUSA DOSSIER EL MUSEO Y LOS NIOS REFLEXIONES

    LA FUNCIN EDUCATIVA EST PRESENTE ENla gnesis misma del museo y viene a ser la justificacin ltima de su propia existencia (1).Contradictoriamente, mientras que la conservacin e investigacin se consolidaron a lo largo delsiglo XIX y del XX, y tomaron cuerpo en unas profesiones determinadas, la profesionalizacin de lasactividades educativas en los museos ha sido un proceso muy dilatado en el tiempo, todava sin concluirsatisfactoriamente, aunque en teora sean estimadas como esenciales (2). Del mismo modo, tampocoest solucionada la necesaria vinculacin del museo con las instituciones educativas.Hasta los aos 70 del siglo XX no se generalizaron en Espaa unos departamentos educativos, aunquede carcter incipiente, con personal adscrito de diferentes formas, muchas veces surgidos desde elexterior del propio museo. Era tambin el momento del inicio de las nuevas museografas, que intentabanextrapolar al campo del museo las innovaciones, sobre todo formales, de la presentacin de los objetos (3).En 1986, con la creacin de los Gabinetes Pedaggicos de Andaluca (4), pareca haberse encontradola solucin ideal para regularizar la educacin en el museo al poner a trabajar unidas a las dosadministraciones implicadas, Cultura y Educacin, y al seleccionar, mediante concurso, un personalfuncionario con experiencia docente y patrimonial que coordinase y dirigiese a un equipo encargado deprogramar las actividades educativas y de difusin del museo, y del patrimonio provincial. Se imitabael modelo educativopatrimonial de los museos pedaggicos alemanes, proponiendo que los gabinetes

    se convirtieran en una institucin puente entre el patrimonio y la escuela, al coordinar los diferentesdepartamentos de los museos y el resto de actividades patrimonioeducativas provinciales.Sin embargo, no ocurri exactamente as. Ni se dotaron del personal previsto y necesario los GabinetesProvinciales, ni tampoco los Departamentos Didcticos de las distintas instituciones. Al principio, se tratde paliar esta necesidad con personal temporal aportado por diferentes planes de empleo juvenil. Al cabode dos aos, los gabinetes quedaron reducidos exclusivamente, en la mayora de los casos, a uno, dos o,excepcionalmente, tres funcionarios por provincia y a un escaso personal administrativo de apoyo.A pesar de todo, los gabinetes han realizado numerosas actividades educativas y de difusin en losmuseos, paliando, en su caso, la ausencia de los citados departamentos educativos o complementandoa las respectivas reas de conservacin y de investigacin de cada museo. Entendieron que su trabajoen el museo enriqueca la labor de ambas instituciones y creaba modelos de interpretacin patrimonial.Buscaban, sobre todo, la eficacia educativa y dar apoyo al profesorado. Estos primeros frutos se puedensintetizar en cuatro bloques bsicos: asesoramiento directo a los profesores, visitas con alumnos,

    materiales didcticos dirigidos a ambos colectivos y cursos de formacin para el profesorado (5). Comoel servicio se ofreca desde una institucin pblica abierta a todos, y no exclusivamente docente, losgabinetes deban quedar al margen de los debates coyunturales de la reforma educativa y lograr eficaciay pragmatismo. A la hora de disear los materiales didcticos, se fueron decantando por utilizar unmodelo metodolgico abierto y flexible que permitiera ser utilizado tanto por los alumnos y profesoresque ensayaban los principios de la reforma como los que an no lo hacan.Buena parte de estos materiales se basa en la vista descubrimiento, ir enseando a mirar loselementos ms significativos para contrarrestar el efecto endmico del cansancio de los museos. Lamayora se ha inspirado en la gua de observacin preguntas con respuestas breves a elegir que nonecesiten conocimientos previos y puedan ser respondidas slo por la experiencia y la observacindirecta y propia. La estructura de estos materiales se compone generalmente de un cuaderno delprofesor y un cuaderno del alumno.

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    EL CUADERNO DEL PROFESORSe inicia con una introduccin que justifica la eleccin del museo y de la estrategia a seguir. Incluyeadems unas orientaciones de carcter general que presentan la metodologa de la visita y establecen laconexin con la programacin escolar y el momento adecuado para la visita. Aporta unas normas de uso,sugerencias de estrategias, paradas y jerarqua de temas. Igualmente, incluye un dossier informativo:sntesis cientfica, puesta al da sobre los contenidos y seleccin de textos y anexos con sugerencias paraactividades complementarias, y una bibliografa bsica, accesible y comentada.

    EL CUADERNO DEL ALUMNOSe ha ido definiendo como una gua de interpretacin del museo a partir de una seleccin significativa depiezas. Para que funcione este cuaderno debe estar planificado en tres fases: antes, durante y despusde la visita.

    LA PRIMERA FASE, DE PREPARACINSe centrara en el trabajo en el aula, con actividades de motivacincontextualizacin, procurandoprovocar cuestiones que no tengan respuesta directa en los libros de texto y puedan ser halladas en losobjetos que van a visitar.

    LA SEGUNDA FASETendra lugar en el museo. El objetivo central sera aprender a mirar, a ejercitarse en la observacin de

    datos significativos que nos revele los objetos y permita situarlos en el contexto. No slo consistira enaprender a distinguir sus estructuras y formas fsicas, sino en ver para qu fueron creados. Las fichasy cuadernos didcticos que se han elaborado con un carcter abierto, como un abanico de posiblesestrategias, han demostrado ser muy tiles.

    LA TERCERA FASEEstara dedicada a actividades de refuerzo que podran ser diseadas en forma de juegos, para que el recuerdodel museo permanezca en la esfera de lo agradable. Tambin se podran disear actividades destinadas apromover actitudes de valoracin, respeto y conservacin del patrimonio. Igualmente, sera el momento para lasntesis de los trabajos individuales, de los debates en grupo y de la reflexin y sntesis comn.

    LOS GABINETES HAN REALIZADONUMEROSAS ACTIVIDADESEDUCATIVAS Y DE DIFUSINEN LOS MUSEOS, PALIANDO,EN SU CASO, LA AUSENCIA DELOS CITADOS DEPARTAMENTOSEDUCATIVOS O COMPLEMENTANDOA LAS RESPECTIVAS REAS DECONSERVACIN Y DE INVESTIGACIN

    DE CADA MUSEO.

    Taller de Patrimonio. Granada.

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    En resumen, estos materiales se basan enunos sencillos principios: a) que el profesor,por su conocimiento del nivel de la clase y porser el gestor natural del currculo, es tambinel mejor instrumento de intermediacin entreel patrimonio y el alumno; b) que la visitase inserte dentro del currculo escolar, nocomo una excepcin, o slo una actividadextraescolar, sino formando parte del proceso

    de aprendizaje; c) que la visita se produzca enel momento ms adecuado de la programacinescolar y con un material apropiado alobjeto y al alumno; d) que la visita tienda a ladistensin, que el alumno goce visualmentede los objetos originales, o al menos sienta

    saciada su curiosidad, hoy demasiado vapuleada por los medios de masas y por Internet (6).Las diferentes circunstancias provinciales han generado una relacin muy variada entre los gabinetesy los museos; unas veces la ubicacin dentro del propio edificio del museo ha favorecido una actuacincomplementaria, como en los casos de Huelva y Jan; en otras, una afinidad funcional ha promovido eldiseo conjunto de las estrategias educativas ante las visitas masivas de escolares, como en los casos de losMuseos Arqueolgico y de Bellas Artes de Sevilla; en otros, el cierre de determinados museos ha impulsadoal gabinete a trabajar para recuperar las funciones que aqullos ejercan en la sociedad, impulsando

    asociaciones y creando un verdadero museo virtual, caso del Museo de Mlaga. La situacin del Museo deAlmera, cerrado durante tantos aos, ha enfocado la actuacin del gabinete hacia una comprensin de laarquitectura de la ciudad patrimonial, de la modernidad y de la arquitectura contempornea. En Crdoba,independientemente de la creacin del material didctico adecuado para los diferentes museos, se haninstitucionalizado las jornadas de Museo y Escuela en torno a la celebracin del Da Internacional delMuseo. De esa colaboracin son una muestra importante las 14 ediciones que se han ido sucediendo. Janha afrontado las dificultades que presentan la educacin y la interpretacin del arte contemporneo de formaejemplar. Mlaga atendi muy pronto tambin las necesidades educativas complejas de un museo de artesy costumbres populares: el Mesn de la Victoria. Prcticamente todas las tipologas de museos andaluceshan tenido en algn momento la atencin del gabinete correspondiente (7).Entre las labores de educacin no formal o de difusin del patrimonio de los museos dirigidas al pblicogeneral, los gabinetes han participado en la institucionalizacin del Da Internacional de los Museosdesde el inicio de su labor, colaborando en todo lo necesario con las respectivas direcciones cuando an

    la Consejera de Cultura no dispona de unos medios especficos para tal celebracin. Durante ms deuna dcada, los gabinetes han colaborado en las visitas guiadas al pblico, en la realizacin de tallerescreativos con nios, en hacer salir el museo a la calle. En la actualidad, la propia Direccin Generalde Museos coordina estas fechas sealadas de la programacin de los museos, pero es evidente queseguimos estando en disposicin de colaborar dentro de nuestras posibilidades.Igualmente, para dinamizar la difusin de los contenidos de los museos, hemos colaborado en laformacin de los monitores voluntarios, tanto de las asociaciones de los amigos de los mismos, comode los voluntarios surgidos de diferentes aulas de la experiencia, que son en muchos casos los nicosvehculos de comunicacin personalizada que existen en algunos de nuestros museos.Segn el decreto de creacin de los gabinetes, stos tendran entre sus funciones elaborar exposicionesdidcticas y colaborar en la mejora de la accesibilidad didctica de exposiciones generales. Han colaborado

    ES IMPRESCINDIBLE POTENCIAR EL APOYO ALPROFESORQUE HEROICAMENTE, CON TODO EN SUCONTRA, SE ATREVE A LLEVAR A LOS ALUMNOS ALMUSEO Y DECIDE HACER DE LA VISITA PARTE DE SUTRABAJO COTIDIANO: APROXIMAR AL ALUMNO ALA CULTURA CON MAYSCULAS Y HACER EFECTIVAUNA DE LAS RAZONES BSICAS DE LA EXISTENCIA

    DE LOS MUSEOS.

    Actividad en la sala del Museo. Jan.

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    en el programa educativo de exposiciones estelares como las de Pedrode Mena, Velzquez, Zurbarn, Picasso Primera Mirada, Alonso Cano,etc., pero sin intervenir en el programa previo de diseo de la propiaexposicin. Puntualmente, algunos de los coordinadores de los gabineteshan participado en el diseo museolgico y en la museografa concreta dealgunas salas de varios museos regionales y locales. Probablemente, stasea el rea menos desarrollada y conocida de nuestra actividad. Recordemosel trabajo de Luis Alberto Lpez Palomo en el Museo de Cabra o en elmodlico Museo de cija. Adems, la colaboracin de los gabinetes de Jan,

    Crdoba, Cdiz y Sevilla permiti mejorar la difusin, no slo escolar, de laexposicin La va Augusta en la Btica. Igualmente, en este campo hayexcepciones relevantes como la intervencin de uno de los coordinadores delgabinete de Sevilla en la musealizacin del Monasterio de San Isidoro delCampo (8), donde se integraron los trabajos de investigacin, publicacionescientficas, puesta en valor, museografa, sistemas de difusin, guas

    dirigidas al pblico general y materiales didcticos de todos los niveles.Tras 20 aos de experiencia es necesario hacer una reflexin sobre la situacin actual en la que los museoshan dejado de ser el nico referente patrimonial en el territorio. Hoy compiten tambin con los atractivosmuseos cientficotcnicos, los centros de interpretacin, los museos de sitio, los parques naturales, e inclusocon los parques temticos. Igualmente, estn emergiendo los nuevos centros de arte contemporneo, que nohan terminado de despegar en nuestra regin. Hacindose eco de las ltimas tendencias pedaggicas, hanpromovido la interactividad y fomentado el aspecto ldico de la educacin, aligerando los contenidos, dando el

    mismo valor a la copia que al original.En relacin con esta tendencia, que no es nueva, parece que en los crculos cientficotcnicos de la nuevamuseologa se advierte un rechazo generalizado a hablar de educacin clara y llanamente, como si estanoble y esencial tarea estuviese contaminada de malas prcticas, de autoritarismo, de incompetencia o deincapacidad para tratar bien los excelsos contenidos del templo de las musas (9). Hoy se prefiere hablar deinterpretacin o de difusin, ocio, recreacin y turismo cultural, para caracterizar lo que sigue siendo enesencia educacin no reglada, encarnada en una museografa y en una accin cultural determinada. Y en unintento de reforzar y ampliar el imprescindible goce o deleite que surge de la propia definicin del museo, sepuede llegar a relegar el objeto original, pobre y fragmentario a veces, con una museografa escenogrficaque puede acabar por anular la imprescindible relacin del hombre con su patrimonio.Paralelamente, los cambios en la Educacin reglada han tendido a una mayor atencin hacia elaprendizaje instrumental y al campo de las actitudes, con una descarga de los contenidos conceptualesde los currculos, utilizando siempre una metodologa ms activa que imite el proceso de aprendizaje

    natural. De este planteamiento slo han llegado a generalizarse la rebaja de los contenidos y laconcepcin de la educacin como entretenimiento, ms que como va de conocimiento. En esto coincidenla nueva Pedagoga y la actual Museologa. Pero todava quedan muchas preguntas por contestar.Cmo atraer ms y mejor al alumnado? Devaluando los contenidos, integrando las tcnicas decomunicacin audiovisual de que disponen estas nuevas instituciones, haciendo edificios espectaculares,reconstruyendo con escenografas atractivas los contextos histricos. Probablemente habr que asumiren parte estas tendencias, pero no es la nica solucin. Hay que seguir insistiendo en los programaseducativos dentro y fuera del museo. Mientras que un pas como el nuestro, con una de las concentracionesms importantes de patrimonio, haya relegado la Historia del Arte y el Patri


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