Date post: | 24-Mar-2016 |
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He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia,
Para librar sus almas de la muerte,
Y para darles vida en tiempo de hambre.
Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado.
Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
Según esperamos en ti.
Salmo 33 : 18 - 22
Los sueños o anhelos que llevamos dentro de nuestra alma, no son sola-
mente motivadores o generadores de nuestras acciones, también sirven
para definir quienes somos .
Parece que estos debemos regularlos o encauzarlos con criterios defini-
dos, y no sólo dejarlos abarcar cuanto espacio puedan.
Piense el lector que aunque estamos en nuestro derecho de trazarnos me-
tas y propósitos, de igual forma tenemos deberes. Como el de respetar al
prójimo, el de colaborar no dañando propósitos de la comunidad, sino por
el contrario produciendo beneficio para ella.
Todo esto me lleva a reflexionar, que al fin y al cabo, nuestros sueños y an-
helos, están ahí, dentro de nosotros, para no solo proveernos la satisfac-
ción de haberlos conquistado, sino una mas grande, que es la de saber
que estos han sido de beneficio honesto a los demás.
V. Piedra
“...en el evangelio la justi-
cia de Dios se revela por fe
y para fe, como está escri-
to: Mas el justo por la fe
vivirá..”
Romanos 1 : 17
“...por cuanto todos pecaron, y es-
tán destituidos de la gloria de
Dios, siendo justificados gratuita-
mente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús …”
Romanos 3 : 23 - 24
“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal,
de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado
como instrumentos de iniquidad, sino presentaos
vosotros mismos a Dios como vivos de entre los
muertos, y vuestros miembros a Dios como instru-
mentos de justicia. “
Romanos 6: 12 - 13
“Ahora, pues, ninguna conde-
nación hay para los que están
en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu.”
Romanos 8 :1
“Porque según el hombre interior, me deleito en
la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miem-
bros, que se rebela contra la ley de mi mente, y
que me lleva cautivo a la ley del pecado que es-
tá en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién
me librará de este cuerpo de muerte? “
Romanos 7 : 22 - 24
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al
Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Y cuando cenaban, co-
mo el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús
que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó
de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a
lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pe-
dro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo compren-
des ahora; mas lo entenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no
te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la
cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros
limpios estáis, aunque no todos. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.
Jesús toma su decisión de lavar los pies
a sus discípulos, justamente después
de confirmar dos cosas:
Que su hora había llegado, y
Que el Padre le había dado todas
las cosas en sus manos.
Ante todo, el maestro de galilea, de-
bía de dejar muy en claro la naturaleza
de todas sus enseñanzas, y es justa-
mente bajo la confirmación de que
muy pronto todo dominio, gobierno y
potestad le iban a ser entregados, que
se quitó su manto y tomando una toa-
lla se la ciñó, luego de poner agua en
un lebrillo, comenzó a lavar los pies de
los discípulos.
Si hay algo que Jesús vino a esclarecer
es que la vida de sus hijos no iba a es-
tar regida por ritos, sacrificios o prácti-
cas religiosas, sino por principios.
Es por eso que debemos de abrir nues-
tra mente para admitir que el lavar los
pies literalmente, no significa para
nosotros lo que significaba a la gente
del primer siglo.
Lavar los pies a otra persona, significa-
ba :
Que uno era un esclavo (alguien
sin nombre, sin derechos ni privi-
legios, un paria)
Culturalmente, no el hecho en sí,
sino como este era percibido por
la sociedad, además de ser degra-
dante y ofensivo, era una imposi-
ción. Por esa razón Pedro se alteró
y resistió en primer termino que el
Señor le lavase sus pies.
El apóstol tenia muy claro quien tenia
la autoridad, quien merecía el respeto
y por sobre todo a quien el había se-
guido obedientemente. ¿Cómo iba a
auto exaltarse sobre su Maestro?
¿Cómo iba a menospreciar a aquel que
tenia autoridad para sanar, reprender
demonios y perdonar pecados? De
ninguna manera.
Jesús le aclara a Pedro, esto es algo
mas de lo que sus sentidos humanos
perciben, hay algo mas, una enseñan-
za, un principio escondido.
Yo como Señor he lavado vuestros pies
para dar el ejemplo, para que ustedes
no tengan miramientos en ejecutar
este principio en sus vidas. Yo estoy
pronto a partir, y ustedes recibirán
autoridad, verán mi mano engrande-
cerse en medio de ustedes, y no deben
olvidar que yo no los he llamado para
que actúen como los gobernantes de
esta tierra,
“Sabéis que los gobernantes de las
naciones se enseñorean de ellas, y los
que son grandes ejercen sobre ellas
potestad. Mas entre vosotros no será
así, sino que el que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro
servidor” - Mateo 20: 25-26 -
“En la cátedra de Moisés se sientan los
escribas y los fariseos. Así que, todo lo
que os digan que guardéis, guardadlo
y hacedlo; mas no hagáis conforme a
sus obras, porque dicen, y no ha-
cen. Porque atan cargas pesadas y
difíciles de llevar, y las ponen sobre los
hombros de los hombres; pero ellos ni
con un dedo quieren moverlas. Antes,
hacen todas sus obras para ser vistos
por los hombres. Pues ensanchan sus
filacterias, y extienden los flecos de
sus mantos; y aman los primeros
asientos en las cenas, y las primeras
sillas en las sinagogas, y las salutacio-
nes en las plazas, y que los hombres
los llamen: Rabí, Rabí. Pero vosotros
no queráis que os llamen Rabí; porque
uno es vuestro Maestro, el Cristo, y
todos vosotros sois hermanos. Y no
llaméis padre vuestro a nadie en la
tierra; porque uno es vuestro Padre, el
que está en los cielos. Ni seáis llama-
dos maestros; porque uno es vuestro
Maestro, el Cristo. El que es el mayor
de vosotros, sea vuestro sier-
vo. Porque el que se enaltece será
humillado, y el que se humilla será
enaltecido.” Mateo 23: 2 - 12
Este camino que yo (Jesús) abro, es
uno nuevo, en el que no hay rangos,
señores, jerarquías, maestros ni jefes.
En este camino “todos vosotros sois
hermanos” y no importa en que medi-
da mi gloria se manifieste por el Espíri-
tu Santo, dando a este palabra de Sa-
biduría, a otro dones de sanidad, o
cualquier tipo de oraciones contesta-
das, todos deben de someterse unos a
otros, respetándose unos a otros, con-
siderándose unos a otros, ayudándose
unos a otros, sirviéndose unos a otros,
porque el Único Señor soy YO, el Único
que hace milagros soy YO, y el Único
que salva soy YO; y si yo que soy el
Único que merezco la gloria y la honra,
les he dado ejemplo de servicio, de
igualdad, de respeto, de sumisión:
¿Cuál creen ustedes es el principio que
deben de seguir como comunidad?
En estos tiempos cualquiera puede
practicar el lavar los pies a los demás,
sin estar practicando lo que realmente
Jesús mandó:
“El que es el mayor de vosotros, sea
vuestro siervo. Porque el que se enal-
tece será humillado, y el que se humi-
lla será enaltecido.”
Muchos erróneamente enseñan que
hay que empezar desde abajo, para
luego ir subiendo en mando y jerar-
quía, eso es algo que tanto el mundo
secular como el religioso practican y
que Jesús calificó como contrario a su
doctrina. La enseñanza bíblica es que
cualquiera que quiera ser el mayor, lo
que debe ser es el siervo y punto. En
otras palabras en la Iglesia de Jesucris-
to no hay lugar para los grandes, los
jefes, los caudillos, los lideres ni nada
que se le parezca, ya que todos somos
iguales, y nos debemos todos por igual
respeto, sujeción y servicio.
Todo esto lo que nos enseña es que
mas que practicar un rito, todos debe-
mos ser siervos, dispuestos a vivir una
vida en ese nivel con respecto de los
demás, y no buscar ser grandes.
El principio del lavamiento de pies, se
lleva a la practica en cada vida que ha
comprendido que debe vivir en humil-
dad y sencillez, en completa armonía
con su prójimo, sin acosar a nadie ba-
sado en una falsa jerarquía, o una mal
concebida autoridad.
“Mas vosotros sois linaje escogido,
real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis
las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable”
1 de Pedro 2:9
Usted pues escoja, practica el rito o
vive el principio. —
Cuando Jesús vio todo aquel gentío, subió al monte y se sentó. Se le
acercaron sus discípulos, y él se puso a enseñarles, diciendo:
Felices los de espíritu sencillo, porque suyo es el reino de los cielos.
Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará.
Felices los humildes, porque Dios les dará en herencia la tierra.
Felices los que desean de todo corazón que se cumpla la voluntad de
Dios, porque Dios atenderá su deseo.
Felices los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos.
Felices los que tienen limpia la conciencia, porque ellos verán a Dios.
Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hi-
jos suyos.
Felices los que sufren persecución por cumplir la voluntad de Dios,
porque suyo es el reino de los cielos.
Felices ustedes cuando los insulten y los persigan, y cuando digan fal-
samente de ustedes toda clase de infamias por ser mis discípulos.
¡Alégrense y estén contentos, porque en el cielo tienen una gran re-
compensa! ¡Así también fueron perseguidos los profetas que vivieron
antes que ustedes!
Mateo 5: 1 - 12
La mucha letra mata, el enten-
dimiento y por ende es necesa-
rio la iluminación bíblica a tra-
vés de la intervención Divina por
medio de el Espíritu Santo en el
sano estudio de las Sagradas
Escrituras.
El tema de la Unicidad de Dios
no solo es interesante, además
ha llegado a ser controversial
debido a que hay diferentes
puntos de vista o creencias en
cuanto a la naturaleza de Dios.
Por un lado están los que sostie-
nen que Dios es tres y por otro
los que creen que Dios es uno.
Con respecto de estas diferen-
cias y la invariable dependencia
que tenemos de las Escrituras
para llegar a un acuerdo, aflo-
ran varias preguntas que, de
paso podemos decir, se contes-
tan solas.
¿Menciona la Biblia la doctrina
de la trinidad?
¿ Dice la Biblia que Dios es tres?
¿Establecen en alguna parte las
Escrituras que Dios es tres dife-
rentes personas?
La respuesta a todas y cada uno
de estas preguntas es un rotun-
do no.
Para los que se escudan en el
verso de 1 de Juan 5:7, les tengo
que decir que ese verso es espu-
rio, o sea ha sido insertado en el
texto, no por el autor, ( o mejor
dicho no es inspirado ) y por en-
de queda descartado, es justa-
mente un profesante de la fe
trinitaria Scofield, quien en sus
anotaciones ( Biblia de Scofield)
da fe de dicho fraude.
Ahora, seguimos con las pregun-
tas:
¿Dice la Biblia que Dios es uno?
note que decir que Dios es uno y
que hay un solo Dios son dos
cosas muy distintas -
¿Cuantos se le dijo a Israel que
era Dios uno o tres?
Bueno la Biblia dice que Dios es
uno tanto en el Antiguo Testa-
mento como en el Nuevo.
Deuteronomio 6:4,
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios,
Jehová uno es.
Gálatas 3:20;
Y el mediador no lo es de uno
solo; pero Dios es uno.
Santiago 2:19;
Tú crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios
creen, y tiemblan.
Romanos 3:30.
Porque Dios es uno, y él justifi-
cará por la fe a los de la circunci-
sión, y por medio de la fe a los
de la incircuncisión.
Claro está estos son solo unos
pocos pasajes en los que Dios
mismo defiende ser no sola-
mente único sino UNO.
La pregunta que aflora es :
¿Por qué si en las Escrituras no
diceN en ninguna parte que Dios
es tres, hay gente que insiste en
dividirlo haciéndolo un dios
trino? Tal vez contestar esta
pregunta no sea importante,
mas aun no debemos dejar pa-
sar esta sin sopesar el testimo-
nio bíblico.
El Dios manifestado a los pa-
triarcas de Israel, a Israel y a la
Iglesia, es único en su género,
no comparte su gloria con nadie
y no es una composición de va-
rios dioses, sino que es solo un
Dios indivisible.
Decir que Jesucristo es un Dios,
y que el Padre es otro Dios, y
que el Espíritu Santo es otro
Dios, no está descrito ni mucho
menos respaldado en las Escri-
turas.
El hecho de que a alguien se le
ocurra darle un "apodo" o quie-
ra relacionar con una persona
histórica en específico a aque-
llos que no aceptamos una doc-
trina que no es ni enseñada ni
sugerida en las Escrituras, no le
da la razón como para defender
la doctrina de un inexistente
dios trino.
La Biblia nos dice en Números
23:19 que Dios no es hombre, ni
hijo de Hombre, también nos
dice en 1 de Timoteo 3: 16 que
Dios se manifestó en carne, no
dice la tercera parte de Dios,
mas bien dice (Colosenses 2: 9)
que en Jesús estaba toda la ple-
nitud de la Deidad, redunda pa-
ra enfatizar ( 2 Corintios 5: 19)
que todo el Dios estaba en Cris-
to reconciliando al mundo consi-
go mismo.
En Isaías 9:6 se da el testimonio
de Jesús que su nombre es :
Dios Fuerte y Padre Eterno,
e igualmente al referirse a Jesús
en Isaías 7:14 y Mateo 1:23 se
da testimonio y se llamará su
nombre Emmanuel que signifi-
ca : Dios con nosotros.
Quien duda que Jesús es la ima-
gen del Dios invisible debe leer
Colosenses 1:15 :
Él es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación.
Quien duda que Jesús es el Se-
ñor debe leer Romanos 10:9
“...que si confesares con tu boca
que Jesús es el Señor, y creyeres
en tu corazón que Dios le levan-
tó de los muertos, serás salvo..”
Quien duda que el Señor es el
Espíritu debe de leer 2 Corintios
3:17
“Porque el Señor es el Espíritu; y
donde está el Espíritu del Señor,
allí hay libertad. “
Quien duda que solo hay un Se-
ñor, un Dios y Padre de todos
debe leer Efesios 4: 5 - 6
un Señor, una fe, un bautis-
mo, un Dios y Padre de todos, el
¿Por qué si en las Escrituras no dice en
ninguna parte que Dios es tres, hay gen-
te que insiste en dividirlo
haciéndolo un dios trino?
cual es sobre todos, y por todos,
y en todos.
Quien duda que Jesús es el Dios
verdadero debe leer 1 de Juan
5:20:
Pero sabemos que el Hijo de
Dios ha venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al
que es verdadero; y estamos en
el verdadero, en su Hijo Jesu-
cristo. Éste es el verdadero Dios,
y la vida eterna.
Tito 2:13 :
aguardando la esperanza biena-
venturada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo,
Quien duda que Jesús y el Pa-
dre son la misma cosa obvia-
mente no ha leído Juan 10:30
"Yo y el Padre uno somos" note
que Jesús se puso primero en la
comparación.
Cuando Felipe le pidió a Jesús
que le mostrara al Padre, ¿Que
le dijo Jesús?
Tanto tiempo que estoy con vo-
sotros y¿ no me has conocido?
El que me ha visto a mi ha visto
al Padre. Juan 14:9
¿Por qué? Porque son el mis-
mo. Resumen, mientras unos se
duermen en argumentos dudo-
sos tratando de explicar algo
que ellos mismos reconocen no
pueden explicar, las Escrituras
sencillamente dan testimonio
claro una y otra vez que solo
hay un Dios, que ese Dios es
uno; que se ha manifestado en
un velo de carne, revelándonos
su nombre de salvación, bajo el
cual todos ( de los que están en
el cielo, en la tierra y debajo de
la tierra. )sin excepción doblarán
rodilla .
Sin duda alguna Jesucristo es la
manifestación en carne de el
Único Dios Verdadero.
Isaías 42: 1– 9
He aquí mi siervo, yo le sosten-
dré; mi escogido, en quien mi
alma tiene contentamiento; he
puesto sobre él mi Espíritu; él
traerá justicia a las naciones. No
gritará, ni alzará su voz, ni la ha-
rá oír en las calles. No quebrará
la caña cascada, ni apagará el
pábilo que humeare; por medio
de la verdad traerá justicia. No
se cansará ni desmayará, hasta
que establezca en la tierra justi-
cia; y las costas esperarán su
ley.
Así dice Jehová Dios, Creador
de los cielos, y el que los des-
pliega; el que extiende la tierra y
sus productos; el que da aliento
al pueblo que mora sobre ella, y
espíritu a los que por ella an-
dan: Yo Jehová te he llamado
en justicia, y te sostendré por la
mano; te guardaré y te pondré
por pacto al pueblo, por luz de
las naciones, para que abras los
ojos de los ciegos, para que sa-
ques de la cárcel a los presos, y
de casas de prisión a los que
moran en tinieblas. Yo Jehová;
éste es mi nombre; y a otro no
daré mi gloria, ni mi alabanza a
esculturas. He aquí se cumplie-
ron las cosas primeras, y yo
anuncio cosas nuevas; antes que
salgan a luz, yo os las haré noto-
rias.
Isaías 43 : 10 - 11
Vosotros sois mis testigos, dice
Jehová, y mi siervo que yo esco-
gí, para que me conozcáis y
creáis, y entendáis que yo mis-
mo soy;
antes de mí no fue formado
dios, ni lo será después de
mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí
no hay quien salve.
Mateo 1 : 21 - 23
Y dará a luz un hijo, y llamarás
su nombre JESÚS, porque él sal-
vará a su pueblo de sus peca-
dos. Todo esto aconteció para
que se cumpliese lo dicho por el
Señor por medio del profeta,
cuando dijo: He aquí, una virgen
concebirá y dará a luz un hijo, Y
llamarás su nombre Emanuel,
que traducido es: Dios con noso-
tros.
“...de quienes son los patriarcas,
y de los cuales, según la carne,
vino Cristo, el cual es Dios sobre
todas las cosas, bendito por los
siglos. Amén.
Romanos 9:5