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Sistema del derecho_romano_actual_-_tomo_iv

Date post: 15-Nov-2014
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Derecho Romano Tomo IV
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  • 1. SISTEMA DEL .DERECHO ROMANO ACTUAL. POR M. F. C. DE SAVIGNY TRADUClDO DEL ALEMAN POR MCH . GUENOUX DOCTOR EN DERECHO, vertido al castellano por JACINTO MESA y MANUEL "POLEY, Plofesolesde ilmcbo Romano en la In1ilucion Lible de Enseanza. y precedido de Uf) prlogo de D. MANUEL DURAN Y BAS. CATEDRTICO DE DERECHO EN LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA_ TOMO IV MADRID. F. GNGORA y COMPAA, EDITORES. PIIC'l'la del Sol, mim.. 13. 1879.

2. ES PROPUmAD DE LOS EDITORES. Imlrent dc. los EditQt"C3. Auclta de Sa n ncrnat'do, u.m. , ... 3. CAPITULO IV. VIOLACIONDE LOS DERECHOS. CCIV .-Intl'oduccion. He considerado hasta aqu los derechos en s mismos como condiciones necesarias para la vida social de los s- res libres ( 52). El rden el estado normal del derecho, rden creado y mantenido por la libertad, resulta de la con- formidad de los actos con sus reglas respectivas. Mas pOI' lo mismo que la libertad constituye la esencia, debemos ad- mitir la posibilidad de actos libres contrarios este rden, es decir , violaciones del derecho que turban su estado normal. Esta posibilidad de violacion del derecho exije una serie de instituciones nuevas, todas las cuales pueden compren- derse bajo la designacion general de garantas contra esta violacion, y son las siguientes: 1." La jurisdiccion como parte integrante del derecho pblico. 2.' La pena como contenido del derecho criminal. :l: Las formas destiuadas al restablecimiento del estado nOI'mal d"l del'ccho, cuyas formas constituyen el cont" nido del der'r'cho unproccdimientos. Todas estas instituciones, fundadas inmediatumcnt, ,'11 la Ilceesidud de r'eJlI'imi!' la violacion del dcrceho, 'jlwd:lll 4. -8-, ftl,' r:t. lh' la pl'C$ntn indagacioll (n)j I:~ rl) .~xi ~tnn ::tlguna!-; tlll'ilS qw'" a tl'U IIC;UI igualmente de la v l o h.tCIOIl y qun c au- '" de su ear'ctcr deben ocuparnos en cste pUllto, Cuando ,~.al11i llaI110S un cl01'echo bajo la relacion espr,ci,' de su vio- lacion nos aparece en un estado nuevo, el estado de defensa; y as I~ ,'iol:lcion, de iguullnanCI'a que las insiitueio.nes es- tahl,'(;idas paea combatil'la, reobran sob r,~ el cOllterlldo y la escncia dd derecho mismo, Ahora bien, al conjunto de mo- dificaeiones en el derecho operadas pOI' aquclla causa, lo designo con el nombr'e de der echo de acciones, , Estos cambios ofrecen en cada accion un car[~ctel' par- ticulal'; pero todos ti,' nen una base comun, sin la cual es- tas manifestaciones particulal'0s no seran i,llteligibles; de aqu se ded~lce naturalmente la elistincion ele un derecho de accion general y ele un der'echo de accion especial. As, por ejemplo, la hupotecaria actio, es la forma especial que re- viste el del'echo de prenda por consecuencia de una viola- don, y se halla sometida ,~ una prescripcion enteramente particula!'; mas para comprender esta materia I'special es preciso estudiar nt~s la naturaleza general de la accion y de la prescripcion de las acciones, Por otra parte, lo que yo llamo del'echo especial de las accioaes no puede ser estudia- do en su conjunto, separndolo de cada una d las institu- dones que se refiere, La exposicion del derecho general de las acciones es el objeto del presente captulo, Se ha considerado frecuentemente el der'ccho de accion como un rden jurdico de ignal naturaleza que el derecho de familia, la propiedad, etc,; me remito sobre este punto 10 que ya he dicho ( 59) refu tando semejante doctt'ina, El derecho de accion enlra mas bien en la categora de los des- senvolvimientos y metamrfosis que experimentan los de- rechos por s mismos subsistentes; y de esta manera ofrece Igual carcter que el origen y disolucion de aquellos dere- (~) Va~e tomo 1, l.-Al hacer esta distincion no pretendo cn ma- nCI a .alguna que sea absoluta, ni que tenga limites tanrigurosamente de- ~~rmlllados, qu.c no se puedan franquear. Entre el pI'occdiruiento yel tr recho de aCCiones, de que acabo de ocupu'mc, existe tal enlace que, al bla~ar ~I a,utor de una de otra de estas matcriaq, ",'be ucdal' asu ar- 1 tilOelestablecer los (mltes del aSlInto ,le la mallera ms favorablo aexpos[{;Jon ue suside IS. 5. -(J- eitos rue no afectan esta condidon s ino que son fases d (! la existencia de verdaderos derechos. Las modificaciones jurldicas que nos ocupan se divid011 en dos clases. Las unas resultan del solo hecho de la viola- d on y wmprenden las acciones y excepciones con sus ulte- riores desenvolvimientos. Las oas resultan de los actos que forman parte del debate judicial destinado repl"imir la violacion. Entre estos actos, los ms fecundos en influen- cias son la litiscontestatio y el juicio. . La primera clase es el objeto de la mayor parte del pre- sente volmen, y la segLl1da el del siguiente CCV. Accion (a) . Todo derecho tom., por consecuencia de su violacion, UII determinado aspecto que voy explicar. Considerando en conjullto nuestros derechos, resulta que UIlOS existen en re- lacion con todos los hombres y otros solamente se 0jer- citan respecto de individuos determinados ( 58), cuyo lti- mo carcter presentan desde luego las obligaciones. Pero la violadon de nuestros derechos no es concebible sino por el hecho de una persona determinada, hecllO Cjue establece en- tre nosotros y esta persolla una relacioll de derecho espe- cial y nueva, cuyo contenido es la repal'acion de la viola- cion. En su consecuencia, esta reclamaciol1 ejerCitada COI1- 1m una determinada persona y respecto de un de(ermillado objeto tambien, ofrece el carctel>de una obligacion ( 56); de manera que el que ha sufl"ido la violacion y el Cjue la ha cometido, el demandante y demandado, ~e encuentran en (a) V?y - p(~lI at ur'. () Gayo, IV, l7, lO:), 103, 107, 12. -tn- Ad~m ;'l~ oh'os mltcllOS t(,:'.l.o;-.; do U lpiann y dn P~ullo S lI- ponen eOllocida C...;;ta di visioll d0 las ncci ol10S y la aplicall d(~ di versa m n llCT:t (e). Podra Cl'Cel'SC Cpl O lllP. he tomado un tr'n bajo s Uflcrnno en fijal' la lIatllr:11ez,t de esta dvision qllc lIadie 1", puesto en doda; pe l~o 110, i nsistido sobre est0 punt.o, pOl'que un a lltol' rnOd8I'110 ha atacado la teora, atribuyndole gnl,n cr- 1'01' de dialctica (el) . ConlI'a la opinion oldinaria, que es tamhicn la roia, sostiene este autor la doctrina siguiente. En su origen las esprcsiones in ren~, in pc"sonan~ aeNo de- signaban dos rdenes de ideas muy diferentes: in "em de- sigilaba una sola accion (la que se fundaba rtancia de ser compl 'to, si- no 1:1 de que n,ns luce por primera vez: compl'ende' la 111tllL'alc7,u ueC3t~ caractel' p'l'tJClllar r lB l'cvistcn varias ac(~ione.3. (f) Gayo, 111. ~ 12:3, IV, 44. P,lUlo, V, D, 1, L. 30, de rch. aeli. j udo (~r~n , S), " ') ~I to ,Ylu i. n )'0, IV. ~Jt , P1l'11uC h spo !~sif} do rU f' habla. SI !llcn ton 1' (' lnrt'lln~n te 11 11l c~n[~.'! mnaho, c r ,l C:)ITIO si mplc nWtlll1i,hll. Neo b.mPI~ h'n ~ .St~m n11 ~p n~ IO n IS e.r:gitur.) ~ i n S~l' UII l}1fI~j l"l;cI(,".'1 estl :~llf) ~l,'tf) tnn H"l lgu:ll fll1 y rC.'wltldo.3. GJyo la llallll tamh:cll Sl)(J,isj .') JW(l~/I(,(lu:irtl is . tr) 1~~lrn, ~"mr:r-kllng-('.n, p. ..1O,}- tiO. y Pl'in~ip'hnente p. .11")'). . (h.) RI ~f'.mp.J~nl~ r,:l.~'):'ir- nlr'ncion:l ('11 el Digc, to (n'1l' f). c..;l1mclwintl t lf'.rlr: por (';X(';lll ~IV(, ohJcto 11IU C!F:ip.lunZl hist''icl. ]) tl ...... 111rl:{ ('H ('1111' - r'nC"!l!o :Ir lll ti .'n :; t,....n:ll' i (tIC es te C1S0 deJu SO l' t r'.ltad l) lIt, ot!':t m:l!H~I'.1 1j 11 la actifJ elepeculio y 11 (tf]lto nfp;{uis se exclu yen mtuamente. Si se tl'aL1 e un aclo licito la acUo llr- pecft[if) ('s la n ir:a admisible: si se tI'ala , 1, de admin. (X:X Yr. 7): ~am in aliis furibus,,> rel.. L. 5, 3, si (luis Cll m (Ir, 7), L. l. C. de conu. furt. (IV, 8): Pr mt01' pro'inci::e sei"!n.; fUl'ti qu it1clTI ar.tio:le sin fJltlos qunsrltr! in sfJll wm lencri, conu'lclionis ver 0 nUITIoru m fu tim SuIHtl':.tC'.lrH'u1I1 el(1fJUrJl}t~in IJsse, ae tum dcmum, si ah un') salisflcl lllfl nH~l'il, ':cl~/"o' li.IJ(~rrvi .illl'o P'ol l"l'l'n s'.mlentam curabit. Si no tl!'il'- s !lllrH aflu m.is ([110 LiS p.hh!'.I'3 in .'oliLl ltm. Jl'lLh'i:l r e/','I'ir.;;l'!la.,:, un .Ic ,'e(:I!t) cl0. clC!l"!Cinll en (:tH.nto;i la 1) '~I1 ' : pCI'() la all icioll ,In ....in.'l/t{o ... qllo.... (I 'tl~ y 1fJ':' ll')(.!l v'l el (;OrttJ"lSto hu lJ ioH m'l)'ca,lo u ~ la r:f)/I,rlirt.if) j'lt rt :l( 32. - ~G- .'j.' rdta,'sn ;:, elecciondnl demandante, cOlltra todo" 108 cm- I;Jiec~; pcru desde el momento en que uno de ellos satisface lo rue constitu ye puede constituir la pena, quedalllos de- ",,1s libres de su obligacion (e), Y, en ('fecto, limit':lIldose el dN'echo del demandante hacerse indemnizar',/'s obvio quc- la inuemnizacion no puede ser pagada ms que una vez. e) EII cuanto la tmsmision de las acciones penales contc'a los herederos del demandante, existen diferentes re- g-lclS pam ambas clases de acciones. Las bilatel'a les no se ejercitan nunca contra los herede- ros; en otros trminos, nadie puede reclamar- 10 que se le d(>i)e titulo de pena contra los heredel'os de su deudor (d). Sin embargo, hay que hacor dos advertencias. Si la accion' n" mix ta, puede reclamarse 'contra los herederos del delio- c lle nt~ la porcion debida ttulo de ndemnizacioll, pero slo itasta dnde alcance el beneficio que les hubiese procurado- d delito (el; tal es la regla general para todas las obligacio- ncs fundadas en un delito (f). Si la accion se ha ejercitado ponen fuera de toda duda el pensamiento del jurisconsulto. OtI'O tanto pueue decirse, y con mayor razan, de la injuria. puesto que el acto de- cada uno de Los indiviJuos que intervinieron en el delito constituye por si una injuria. L. 34 de injur. (XLVI!, 10). A as acciones de esta especie 83 refiere la L. 5, pI'. de nox. acL. (JX, 4): ne allero convento alter libe Tabitur. Vease ms adelante, 234. (e) L. 1, 4, de eo per quem faetum (I!, 10). L. 14, 15, L. 15, quod metus (IV. 2). L. 1, 10, L. 3, 4, de ]is qui cffLld. (IX, 3), L, 17, pI'. de dolo (IV, 3). Vase 232, YRibbentrop, vonCorreal obligationen, prra- lbs 14, 15. (d) Gayo, IV, 112, 1, J. de perpet. (IV, 12). L.l , pI'. de privo(lel. (XLVII. 1), L. 5, 4. si quis eum (11,7), L. 3, 1, de R. .J. (L. 17), L. 22 de op. llovi Ilune. (XXXIX, 1), L. 5, 5, 13, de cffusis (IX, 3), L. 8, de popul. aot. (XLVII, 23). (e) L. 4, 2, de iucendio (XLVII, O).- La L. 5. pI'. de e.lunm. (111, 6) par.eee que no est enteramente U8 acuerdo con Bsta regla, puesto que se- 1l.lcJante accion que, en principio, tiene por objeto una pcna, puede ejer- el,tarse contra los hereLleros; rn~s la actio in s.,nJJZw/1., n ica de que en dicha ley se trata no tiene realmente carcter penal solo. una vez que 'luena exelu 'da por el ejercicio de la eondietio L. 5, 1, eoc!. ((J L . 38, de R..J. (L. 17), L. 5, pI'. ne calumn. (m, fil.-Est a regla se' opllCl .gualmeute alos erimenes. L. 20, de aceus. (XI,VIII, 2), L. 12. de L. Corno de fah.s (XLVIII, IO).- Por lo dems, ste no es ms que un medIO secundario de impedir que en ciertos casos no aumenten los bie--- lles del culpable, por consecuencia de su delito. Cna vez. cons('O'uido ~.,..;;te fin. poP medio de cualquiera otra accion ejerci tada contra los llere- fl'lros, se vuelve al mismo principio dc que las acciones penales no pI'O- /l:uen. contra los 11el'cderos. As se' explican la L. 3, 27, vi hOIl. l'apt. (XL- 11, R) Y la L. 1, 23, de tutelre(XXVU, 3). 33. - 37- .'Contra el delincuente mismo, y fst() muer0. despnes de la. li- lis contcstatio, dicha accion reviste entucos ()I carcter de, contrato y pI'ocede con todas sus consecuencias contra los herederos (g) . El principio sentado respecto la cuanta de la indemni- zacion de que responden los herederos en la mi:Etce actio- nes, se aplica tambien las accionss penales unilaterales. Se e.iercitan contr'a el heredero en los lmites del beneficio -que les pr-ocul'a el acto de su causante (h) . Aqu, como en el caso precedente, la litis colltestatio hace ilimitada su obliga- con (nota g). Respecto la importancia real y valor prctico de estas disposiciones especiales hay que reconocer que 'Ias accio- nes noxales no existen para nosotros, y que las reglas to- -cantes los casos en que hay ms de u~ indivduo res. ponsable slo ofrecen un inters secundario. M~ rece n, por el contrario, un detenido exmen las que restrIugen la tras- mision de la accion contra los herederos. Consideradas las (g) 1, J. de perpe. (IV, f 2),L. un. , C. ex delictis (IV, f7), L. 26 de O. et. A. (XLIV, 7), L. f 39, pr ode R. J. (L. f1J.- En v irtud de la L. 33 d, O. et A. podra Cl'cerse que, aun sin litis contesf,atio, una vez intentaua la acciou plSa alos h ,rederos; pero este texto se aplica al caso en que el difunto ha retaruldo intencionalmente la litis-contestatio, como sucede en el caso do la L, 10. 2 si quis c.ut. (11,11). Vase Glck, t. VI, p. 196. (h) L. 35, pro de O. et A. (XLIV. 7), L. 44, de R. J. (L. 17). L. f de en 'per quem f'lCtUIl1 (l!, iD), L. 16, 2, L. 19 1[uo,t motu? (IV, 2), L. 17, 1, T. 26, de dolo (IV, 3), L. 9, 8, L. 10, de re.h. acn. .Iud. (XLlI, 5), L. f. 48, L. 2, L. 3, pI'. de vi (XLllJ, f6),.L. un. , C. ex dolietis (IV. f7). Es te principio admitido por la mayor parte de los atitores ha sido comb.1tido 'n p~rte en lln~ obra moderna, Franke, Beitrage p. 28-41. Segun F'ranke las Simples acciones p.ra la repl racion de daos, que yo llamo al"!eio- nes penales unilaterales, no tienen r pstr iccion al plslr SlIS herederos sino cuando se trat 1 de acciones pretorianas: pues cuando son ci viles sn ejercitan sin restriccion contra los herederos: pero slo hay una accioll deesta especie que es la condictio furti l;a. Esta distincjon que el antOJO nojustifica por ninguna razon satisfactor ia (p. 3) sucumbe ante la prue- ba de que la cf)ulictif) (u,r(iva no era una aecion res ult:nlp. de un delitn (apndice XIV, nm. XVII, XVlll), adornas de que querla d.strll ida por la actio L. Aquilice. La manera artificial de e.stimar el dai'lo la hizo consi- ft~t::ar sin duda como accion penal bilateral. Mas si fuera funda,lo el prin-- C!PlO qu ~ F,l'anke asienta, el que ha sufr'ido el perju ~io podra ejercitar Sm restrICCIones su accion contra los h ~rcdel'03, renunciando la pena y ('~on~e~t::ind ose con 10'3 (LioS intereses calcularlos en la poca dp.l delilo. pOSlclon que (-'-s la mi.c;ma que la que Franke atribu,ve al demandante ell d caso fIn la (:nnd iclin (/U"tiva; y sin emb~rA'o . no pucdp reclamal' oontl':t los h!r cdcf'OSsino la parte con que se encuentran enri(lllCcidos. Va:~it' K '>(9...., - ""', {J. 34. - ~8 - :w,'ioncs pCllalcs bilatcl'ales bajo un plnto de vista ms etc- yado, llOS apa r ece ll C0 1TI O csc~llcialnlcnt8 di versas de las ar;- ci!)!lcs penales unilaterales. Si un criminal condenado lwisioll muertc, perecc ntcs dD lIabel' slll't'iclo la pcna, 110 pellsar' nadie quc dcba sta scr aplicada S u heredero, pues el derccllo criminal slo ataca al hombre natural, al illdi viduo ( 04), Yno al POS('CclOI'de un conjunto de bienes, niCa cualidacl en que sucede el hereclero, El caso de una m ulta impuesta en provecho del fisco no ofrece ninguna di- f(!reneia esencial, por'qu(, si bien gr'ava sobre los bienes, no son "stos mils que el instr'umento de la pena, cuya natura- leza, corno tal, no difiere de los otros modos de pena m:'>.s arriba mencionados, Por ltimo, la multa privada del dere- cho romano tampoco difiere eS0ncialmcnte de la que se im- pone en provecho del fi.sco, pues el Estado es el que autori- za la parte lesionada pal'a reclama r y conserVar la multa , En todos estos casos la esencia de la pena pet'manece siendo la misma; s u 'Objeto inmediato es un mal dirigido contra el culpable (i), cualquiera Cjue sea, por otra parte, la naturale- za de este mal. As, cuando se extiende (l otra persona dis- tinta del culpable, s u heredct'o, por ejemplo, que ninguna participacion ha tenido en el delito, se contradice la verda- dera naturaleza de la p3na, Por tanto, la regla de derecho romano que declara las penas propiamente dichas no tras- misibles los herederos (nota d), se encuentra plenament; .iLlstificada, Otra cosa m uy distinta acontece con la indcmnizacion, porque constituye una obligacion idntica pOI' su naturaleza las obligaciones fu ndadas sobre los contratos, de modo que desde su orgen es inseparable de los bienes y nada tiene de comun con la individualidad la sensibilidad del agente quien se aplique la pena , Segun la naturaleza de' esta relacion debera pasar sin restriccion alguna :'>. los he- rederos, de igual modo que las obligaciones contractuales; y si se queran establecer difen-ncias entt'e estas dos espe- d es de obligaciones, el pago de la indemnizacion debera ser exigido con mucho m(lS rigor que la ejecucion de los. (i) ~ste fin i~rnedato se admite por touo el mundo, cualquiera que s~a la d!v~rg~ncu~ de opiniones sobre el fin ulterior, l'opal'acion uel IDal ( 9, 6t IlltImldaClOD, prevencion reforma moral del culpable. 35. - 3D- eontratos. As, el (ue los Romanos no impusieran l~ t,/'!- rederos sino COlI grandes restricciones el pago de la indem- nizacion, "iolando as el derecho de la parte le!:;ionada (le), se debe, sin duda alguna, que han confundido dos cosas esencialmente diversas, saber: la indemnizacion y la pe- na. El hecllO de semejante cOhfusion se desprende clara- mente de las incertidumbres de la fraseologa, ms arriba seDaladas, y su causa puede atribuirse varias circuns- tancias, entre las cuales cabe colocar la semejanza apa- rente, pero engailosa, entre la indemnizacion y la pena, puesto que mbas disminuyen los bienes del culpable; as como el hecho de (fue la indemnizacion y la pena aparecen tan mezclados en las acciones penales que es difcil distin- guidos (1). POI' ltimo, pudieron no apercibirse de la injusti- cia de esta doctrina, porque no se aplicaba al C880 ms fre- cuente y ms grave que es el del robo. En este caso la indemnizacion no se reclamaba por medio de una accion fund ada en un delito, sino por la condictio, la cual, por su naturaleza, se ejercita, sin restriccion alguna, contr'a los herederos. lI aqul, ahora, cual ha sido, con el trascurso del tiempo, .;] destino sufrido por la regla de derecho, tan poco equitati- (h) ,La, injusticia es evidente, por f'jemplo, cuando se trata de UII hombr~ 1'1CO que comete I?or espr'itu de venganza el delito UP- incendio y muere antes de la deuucclOll de la querella. En este caso no cncontran- uose su~c.redero enriquecido por tal hecho, no est sometido la acUo L. A q~tltre! L. 23, 8: ad L. Aqllil. (IX, 2). Lo mismo acontece eu::tndo alguno engaa otro pe]' pura malicia y le ocasiona un O'l'an dao ~ in 8a- Cal' de ello provecho alguno. 1:) (l) ,Esta cOllfusion resulta en diferentes grados en las acciones prnales ([ue aun hoy nos aparecen c(mo mio.:I(E, como por ~jemplo, en la acUo vi b01'lo1"wn "O;tontn2 ,donde la distincion es f:ieil, y en la actio J quilice donde ofrece mayor dIficultad, pJ'obahlementc la confuson dicha era ma- yor en rl antiguo (] erecho. As ('s (]UC la f'urti actio era una a('(';on mix- fa en la cual el doble cwi. propiedad, como el derecho de prenda, la enfitusis, el d('- .recho de superficie el derecllO de sucesion, nuestro ad- versario 110 posee, pero ha abandonado ff'audulentamel1t(~ la posesion en perjuicio nuestro (dolo desiit possiderc), bien nos ha engaitado con una posesion aparente (liti se o- tulit) debe soportar, como si fuera poseedor verdadero, la accion y todas sus consecuencias. La accion cntttccs reYis- te precisamente la naturaleza de una accion penal uniat(~ ral fundada en una obligatio ex delicia (a), y slo se ejercita (p) Esta cuestion se encuentra pr,rfectamente trataOda en Rfihmer. jus eceL Prot., Lib. 5, T. 17. 132, i:-n, yen Franke, Heilriige, p. 44, ,-)7. ~Ller ad Leysser, t. VI, p. 176 refiere el testimonio de muchos pI";ic- tICOS. (a) l~a prueba de que la accian se cOIlYiel'te en personal es flll' ('/1 'aso de IlIsotvencia el demandante no goza de pl'ivilegio alg uno sohr"(' :1 se distingue si tienen el carcter de acciones in l'em in personam, ni, en cuanto las ltimas, si res ultan de los actos jurdicos de los delitos. El contraste de las strieti jUl'is !J bonce jidei actio/lcs se refiere, pues, nicamente las acciones civiles in personam que resultan de actos jurdicos. Realmente aquel nombre no corresponde ninguna otra; pero el carcter prctico qu" las distingue, pues las unas son rigurosas y las otras li - bres, existe en todas las acciones, en d sentid0 de que SOl! libres la mayor parte, de ellas y solamente algunas rigu- rosas. Por lo dems, refirindose enteramente el contraste la cualidad y los poderes del judex, slo tena signif'lcaci011. y esto por s mimso se entiende, para los oNlinariajlulicia, pues en los extraordinaria no figLlra nillgun juez al lado del magistrado. SCCXIX. Division de Las accones. Stl'icti juris (col1dictio- lIes), bOl1rejidei. Las acciones civiles y personales que resultan dI) los actos jurdicos pueden considerarse como el pUllto centr'al del sistema de las acciones: ellas se aplicall exclllsiva- mente las ms precisas expresi01ws V,cllcas que, LlJlca- mente por analoga, se atribuyen las drms. Las acciones civiles que resultan dA los cOlltratos tienen por base el siguiente pensamiento. Una '0Z org-anizacln ('1 derecho, la prilnera, la ms in1pcriosa n('c(~sJnd qU8 ti(~ IH~ (ue satisfacer, es la de proteger la propiedad y los der'Acllo,,; que el se refieren. La coaccion que es.ta pr'()(cccioll 1I(,ea atcneion sohrn los act0g jur!dieos de que antel>iormen(e he dicho hallar'se protegidos por la buena f S'>l>!a peligroso atener'se esta protoccion, prJl'que poul'ian encontrarse hombres que no la tuvieran CIl (n) Apndice XIV, nm,IV-VIlI, (b) Ap,'ndice XIV, nm,IX, X, 74. - 78- ""('lIta; y aUllqllc la misma p6rdida de la confianza les OCI1- ~iollaJ'ja , para en adclanic, UIl per'juicio supcr'ior al benefi- , pero que tambien conci- ])"n que pueuen I"ngaarse, se Jlonen de acuerdo para elegir un rbitro imparcial, prometiendo someterse su decision. Esto es tan conforme con los usos de las gentes honradas {JIIB nadie podria opon?rse, sin infundir sospechas respecto slllealtad, aSi, en semejantes cir'cullstancas, todos estan obligados prestars~ Gste compromiso. El rbitro, de esta manera nombmdo por el consentimi l~nto de ambas p:trtes, no ha de aplicar, como el jupz verdadero, el derecho riguroso, sino que se limita determinar lo quc, en el caso dado, hario. por s mismo y sin coaccion alguna un hom- bre honr'ado (e). La iuea gencl'al, que bajo su forma abstracta acabo de ,~x]loner, r2viste entre los romanos la forma concreta de ~jue voy ocuparme ( 218). Todo derecho riguroso seme- jante al derecllO de propiedad puede f'jercitarse por medio de una strictijuris actio, ordinariamente llamada condictio; la cual se decide ante un judex tomado de la lista del al- bnm. Los del'ccllOS de cualquiera otra naturaleza engendran tilla bOI1!Rfidei actio que se instruye ante uno muchos r- hitros, elegido.s por las partes. El judex no hace mas que relmplazar al pretor y d2be atenerse estrictamente sus instrucciones. El arbiter, encargado de interpretar los usos seguidos por las gentes honradas, juzga con ms libertad, (o) Apndice XII', n.m. ~: I . 75. -79 - y tambicn el pretor se contenta con indicarle la marcha qUr! ha de segnir. Esta difer encia entre los poder es deljdex y los del ar- -bile,. r esulta de la misma difer encia de su posicion respecto las partes y r especto al m agistrado; todo lo cual descan- osa en la diferencia fundamental que existe entre ambas cla- ses de actos juridicos. Sera, pues, un error p8nsar que esta distincion se haba establecido con el objeto de fayorecer al demandante en una en otra clase de acciones, cada una de las cuales tenia par a l sus ventaj as y sus inconvenien- t es, que no deben sel' consider ados en manera alguna como fin de la institucion (d). Existan tres clases de condiciones distintas por sus fr - mulas y por algunas reglas prcticas importantes. L a pri- mera clase y la principal se compona de la cer cOI1c1ictio llamada tambien si certwn petetur, y Cena por objeto una suma determinada de dinero (~ i paret centum dari oporte- I'e). El litigante de buena f estaba pl'Otcgido cOlltra la dc,s- lealtad de su adversario por una sponsio y una I'estitutio (erUce parUs. La segunda clase tena por objeto la tmsml- sion de la pl'Opieelad ele una cosa indeterm inada, elistint:t qut} el dinero, (si paret homine Slichun elari opor tp-["c). Por ltimo, la tercera clase se aplicaba todas las prcsta- dones que no eran l as dos precedentes y Crn.11 siempre ill- determinadas, causa por la.cual se la designaba COIl el nombre de incol'U cOl/dico, cuya frmula era la S igl ic llt,~: ([uidquid dad fiel'i oportet (e). . No existen semejant.es distinciones respecto eJe las aclo- l/es bOl1cefidei. Todas tenian por objeto oht,~ nc r In (Jlle en el caso dado un hombre discreto y ele buena f(, hllhicr[le.iCCIl- tado vol untariament.e. La generalidad ele esle nll se expre- saba por la frmula, quidquid dal"i nel"i oportet ex.folle Ij()- l/a (f) . ;.; CCXX. Di-isioll de las acciones. Sll'iclijuris (r.O dictioll es) , bOllce fido; . (Co ntilluadoJl.) Los autorcs modernos tienen sobro ()stu eli ~l illei {J1l ti" al,- (d) Ar"n,li," XIII. ntim. !I, 111. IV. (,,) Ap'~ tl( l ice X IV, num. X XX II-XL. ") AI,;nd icc XIII , lltim. X.IV. 76. - so- (~ io lws ideas que es preciso abandonar, unas por " "Iera- n,,'nte falsas y otras pOI' injustificadas. COllsidol'o enter'amente falsa la opi"ion que estima la" slrirlijllris actiol/es como una clase de acciollc~ c~p"cial lllentc favorecidas, de igual manera que la letra de cambio se encuentra hoy p,'otegida por vas de derecho me,,, rigu- I'Osas y mas I'apidez que los demas contr'atos. Las str'ictiju- ris actioncs eran por el contra;io, acciones verdaderas, ac- dones propiamente dichas. Las bOllce./l.dei eran accionps de otra especie, mnos apegadas al r'igor del derecho; y si se cuisierahacer aqu una aplicacion de la idea de regla y de excepcion, podra decirse que las cOlldictiolleseran la r egla" y las bOJ!ce fidei actiollesla excepcion (a), Considero como no justificada la opinion que atribuye un sentido cronolgico , los principios y las instituciones cuya genealogia he' expuesto. Vista en su conj unto ofrece- ra esta doctl'ina l os siguientes r esultados, Al principio, y acaso durante un largo periodo de tiempo, no hul)O otras acciones personales que las condictiones de 'la pl'imera y de la segunda clase ( 219), destinadas trasmitir la pro- piedad de una suma de dinero de una cosa determinada, Ms tarde, se intl'Odujer'on las inccl'ti cndicliones aplicables " las cosas indetermilladas de diferentes gneros, Vinieron por ltimo, l as bOllce fidei aCliones, que tenian analoga con l as condictiones ltimas, peri que permitan obr ar con m s libertad y tenian en su objeto mayor indeterminfcion, No se cit.a testimonio alguno para probar l a realidad de este desenvol vimiento histrico, que se apoya nicam ente ('n la induccion natural de que ha debido pasarse progresi- 'amente del rigor la libertad, de la detel'minacion la in- determinacion. Por punto general, es muy peligroso aplicar una indigacion histrica sem ej antes abstracciones, Fal- tan igualmente testimollios dil'ectos para combatir como para comprabar este desenvolvimiento histrico; pero im- plica esta teora en el comienzo de la vida jurdica, un esta- do de cosas dom asiado imperfecto, para que el espritu prctico de l os romano' hubiera podido contenlarse con l, .Y adems que se encuentra en contradiccion con los r esul- tados que presentan val'ios hechos bien comprobados de la , (al Apnuice XIIl.. nnm, XIlI, 77. -- 81 _. histol'ia d' los pl"imer Og tiempos. Estamos, pu e~, ,tllf.oliw.- .Ios pamabandonar esta hipte~ i s eomo f'n t~ram e n te faltB de justificacion, y tambien com o illverosimil todas lu- ces (b). H aqu, PO)' el contrario, otra explicacion histr'ica no >;olamenteprobable, sino tambien cierta. El " istem a d" l a~ tl'es clases de c ondictiones con sus d ifere n t,~ s frmulas, completado por la;: bonce jidei actiol1Ps, h a tenido una for- m acion sim ultnea y no sucesiva; asi, desde el pl'ncipio del procedimiento formulario, las condictio/les cr'eadas imi- tacion de las antiguas actio/l.cs legis I'xistipl'OIl tales como Ins encontrDm os en las fuentl's dl'l dprecho. En el tr-ascur so df'l tiempo, el principio que servia de base . la bOl1r.eji- dci ac/io ohtuvo la preem illencia, y YAm os unn t.el ldp.ncia m arcad a im'primir' las cOrldictiollcs el car'tct" r m"s li- hre de las ae!iones bOllce ,fid pi, tendencia que favol'C'ci el pretol' de va r ias m anel'as. A ps(, efpcto, se f'mplrn ban me- dios y vas de derecho fundadas en la lIatur-nlp.za m i.~llla dn las con dictiones, con lo cual se sati.~facia una Iwcf'sidarl pl'ctica, pl'ofun damcnt" sentida, sin "iolar la analogia CII l a forma (e) . Esta tendencia pareceh aberse manir"staclo muy pl'onto; al mnos e"istia ya en U0mpo de Cicfl l'on, Gomo lo prueba su pl'euileccion por las bonet' .firlei achol/es con.side- radas bajo el punto d e " ista m Ol'al e 218, e). Sin emhargo, d pl'imiti yo sistemn de acciones subsisti t.'ln lal'lm tiAmpo como la anti glla organizacion j udicia l , .1' ,,1 f'rnpleo el, l!~, 30, J, de aet. (IV, Ii), Vlse apAndico XIII. nli,,, "'" JI , .H_ 79. 8',- "- 'b:,aL, vd :;ulval, vel ex lloxali causa SCl'vum dedal., CO!1flelll- Tlari del/cat. Sed isLe actiones tam ill I'cm, quam in pcrso- 1H111 inv',runtur (aqui se enumor'an d.iver .50S ej emplos). IJI !lis enim aclioilibus et similibus pcrmittitul' judici ex b 0 1l1) el re quo, secundum cujusque r ei de qua ilctum est natu- ram, restimare, qucmarlmodum aetori satffii:/'i opor/cat.>! A prim er'a vista par'ecea no SRI' estas acciones otra (:O"':t 'l llOlas bonreJlilci aetio;ws, del'inidas poco lit3S, puesto qne el poder' atribLtiJo al juez se presenLa como signo car acL'rh- tico de las unas y de las otras, .cmo cr oer', sin embargo. que se haya l')[leo'lucido bajo oteo nombn~ b m isma cl as,~ .de accionos, Sill SJltatar' la ide:ltidad entl'lJ unas y otras'! Hace tambien complQtamelte iltadmisible esta idea, la cir- cunsLancia d ' Cju', los ej emplos aqu citados difi:ll'Cll esclI- cialme,nte de los que COIl tanta m iil llciosida:l se ;>num"rall, r)specto de las bo IlIx.fidei actioJlrs. Hall cl'eido mucho" l'esoll'cr 1" dificultad, dicie:luo qllr 1" divisotl g~ n cr'al d.) las acciones tena tees mil'm!J['Qs: strif'/ ,j llris, bo'/(z,fldei, w'oitrarim. P" l',), en prim er' lugal', Irll}i ,),~,' sido mucho ms sencillo colocar' en el S 23 las acci o ll ~~." W'- bitral'ice como tercer miembro al Iado de los otl'O~ dos; y ell segunJo lugae, 110 p::>Jra aparecs!" el contraste se lalad01~1l tl',~ los dos (Illimos m iembl'o3, P,().,to qlle (,miJos tic:!!,n pOI' cal'ctel' com 1In el pD:lS!' coIlcceliJ o nJ juez. Q1IccLlI'" CDrn pl"- (amentz refutada esta opinion clt:J.lldJ m"s adelant,., pI'u"'l/:' qu'" muchas bOillXJ !idei aetiones eran al mismo tjC'll1pOar/i- tral'ilXJ; ele donde reslta que e,stas dos caiincado:w:> 10 S:11 1 en manera al gunaexc' usil'as la una de la otm . . En realiJaJ, 110 existe nillguna d~pe ndencia entre la;; ar- !),trarice {clio; es, .Y el co ntmste e las stricti .i!lris ,1' IIO ; lfr .nde.," Esta 8xIH'esion designa Ull car'cter p~cul i:."T de ci~dao..: aCCIOnes,ntl: las cuales algunas son boru:e flf.!.i y ol.r'- o d . S,ltIS"u,Cl ni d ~mantlant". SI ni emalldau" se eOlllllr- Toa (:011 (Isla in lliC:1r;io,) pr'Yia , ~.;c sob l'; ~s ::o e n la. d!rnallda. en ~ I ~aso (~()l l t.a l() s:: pr-oc~ J (~ al juido. Ln. pa l't!] ,.sI'Twin l d 0, (~sta ('X piir:acioll, ( sto c...;,;, 1~1. n.d vertol t(:ia pI'{~ r i[t , S4! (! I C' II"' II - t,'a (~Xp!esU!.la. CJI el lp.xlo de! las j11 ti t" doll 's P{)J' Ins pn h 111";') '" 80. - 81- inlpr'!~~a~ ~n caract(~l'es lat.ino,o:.; (1)). Ln.~ consid(~rncinnes si- l_!'I1i('nl,".;;; (xdal'rcp, c-(tn mrjor el a:;lItlto ('11 s u IllIidnd. Esta illstitllcion nos aparece desde llI CgO, eoma noa. ten- 1atin, de cOll"iliacion prescrita al arllitcr, y dr'SPII()S como 11Il:' ~imple rOl'ma de procedimiento; siendo :'llwifllcra vista illCOl1lpl'Cllsible la razon de haber tenido tanta impor-tallcia e0!l10 para dar' lugar la forn1ucion ele una clase especial dI' aeciones. Mas esta importancia se e"plica por la particu- laridad d~l antiguo procedimiento, de que p) juez no poda lI11rlCa condenar n1S que al pago dp, unA. suma de dillPro .(r; 215, r). Asi por una extravagancia asaz in,justa, un dE'- r;1:111dadoC8p'ichoso poda forzal' su adversario recibir IIlla suma de 'dinero, en lug,)' del objeto que se litigaba (e).' Pill'" prevenir- este dcploralJle resultado, pi arbite/' deba j)j'()'ocal' ante todo, la restitucion volunta";a del objeto. Si hubiese sido necesario confiar en la buena volun tad ' Pll la condesccdoncia del demandado, la illStitucioll apare- "" 1';'>' desarmada en el caso mas importante, sflher: en,.,1 de lll1a mala ,e ob"3tinada. Pero como el dcmandaao que n..guarda:se al juicio experin1entaba un ,daflo n1as cOllsi- (h~l~able que si se som eta las previas illclicn,ciones d>:l (ll'- (Iitel', esta amenaza era r,ierlamentc, un medio indirecto de ,~oacei on muy eficaz (el). El perjuicio consistia, fl'ecuente- (b) Estejudicis w'bitratns, llwnciomulo ms mnos chranwntc ~n "'lif on.t for- mula l{fel':u: por C iC"' I'Oll ( 20:;), eJ, b s paLthras, ncrtue is f'ulLd!H Q. Caluln r!".::it~t ll('t ll!. fOl'mm p1r tc up. la intf>.ll,tio. Gl.vo, IV, 4;, ;11 ('i tal' un." .d(>l1o~tt {m'mula in ju.s COllcf!pla (21J. l ), colo:.;a l IS pal l hl' 1"; N. 11 . (rllsl rest!tu at) en la r:onclf! mllatio. Con moti vo de ulla dJ)f)."U f'ol'mltlo. .n ( aclwn, clmiSITiO Gayo coloca en la intell t io las p:llahras: Si paZ't't... :.JI(HllI l'... rcd dita:n 11011 C5.:)e. I~u almente, P II la Jl,~en~io un 1111 t 'tl I ; " qlt(j~l nP,IIHC(t/t.'{rt ap:u'p.cen c.;b s p:1 1ahl':u: ne4U1~ 0 ..1. rc.:; al'll itl'O judi,i! J'f'Htltu0tu r. l.. 14, 11 C[uou mctus ([r. 2). . 82. i; C;CXXlI. Dioisiall - RH - de las acciolles. (Continuacion). A ,'bitrarice acUoiles. tCuales SOIl las acciones arbitra/'ir}! cuyo carcter acabo de 'deflnir1 Sin temor de equivocarse., puede dar'se ,t est't pl'cglJnta una respursta general, que sel'et confirmada cm seguida pOI' di versas aplicaciones casos particulares. La r~gla general es la siguente: todas las acciones arbi- tr arice eran acciones libres cuya naturaleza particular las haca susceptibles de recibir la modiflcacion pl'ecp.dentemr ll- te et. ' l (et') I L. 2,ad exhibo (X, 4), L. 22, 246, pro de V. S. (L. 11), L. 3, B. (e 1). (x lllb. (XLIlI, 5). (a) Ap"nulee XIV ntim. 20 -..(~) Asi la ('stipulacion fem' meam mihi 1'('stUui era v:ilid1 (1 " R?, p I', ~ ~ ',de V" O, (X L, V, 1): por el contr'al'io la cstipnlac:orn rell'l 111(',11:[ 11]1111 tiw't eI'a nula. Apndice XIV, 5, i. 84. - KH- I;wljll!' ('j }ll'o pida!'i o qlW l'C'ivillliica II nal:l)s:t la. }I 0SfjH flll - It'i'ioI"IlH'III0.. Si l! 0.rnbaJ'g-o, no S i0.lTlprC ti p-lI": ~s to blg;lI'. As ,, "g-al,u'io 'a!'a!Ol'nwla, r especto la cual existe alg un ti~xto '1'11' la determina de una manera distinta la que ntes h" ('x - pucsto. Pero la r ealidad de la que h e ell:plicado no es cllliln- sa, porque sirve de regla par a la admision del ;usjwanul " ,n i:l /tem (g), y, adems, el lazo de de pe nd~ nci a que exist,'. entI'e este jlll'am ento y la arbitraria frmula es tambien i,,- cuestionable (h). S CCXXIIl. Dioisio //' de las acciones. AI'bitrarice actioflcs. (Continllacion). Despues de lubel' asentado la regla que determina la apli cacion ele una G./' bitl'al'a formula, rs tame enU!Tlnl"ar- l as eliv"rsas acciones las cualAs se tla cxpl'esamellle est,~ nombre en las fuentes del cler"cho. El texto de las I nstitnciones ya citado e nI) ofreer. lll.~ siguicnt0s ej emplos, muchos de los cualcs ~e cncllnntr;lll cont1l'maclos en el Digesto. I n rcm : la Publicia.na, S 0 ["';'11l1 '" . fluasi SCf'viana (a) . In personal11: quou.mctu s cau sa (), do- li (e) , de eo quod certo loco (d) , ad exhiuendul11 (roJ. Totla" estas acciones son l))'etorianas. Con arreglo 01.1'0;0; testimonios, pou.c mo.~ aiiadir [, est" lista de las acciones arbill'ariw: 1. L a re vindicatio, es decir ; la pctitoria formula (f) '1"(' poda 1weferir el demandantf), e ll vez ,le ohrar lel' s/o /l8io- {te/n. Es extrailo, ciertarn811te, que ll O se c il (~ conl0 cjenlpln (1) Es admitido el jnramento en b s accionrs ~l('posi ti I"ommorhti. 10- eHI, tule13, dotis. dcLi, melns, inleI'tl. rle yi. L, 3 de in lit.jtll', (XII. :1). 2, eommo,1. (XII, 63, L. 4H. 1. loe. (XI X. 2). L. 7, 1"'. ole ad mi/L. (X X'1 7) . L. ?5, l. sol. malr. (XXIV. 3). L. l~. pI'. de 01010 (1", :3) L. n. r~. uo"" VI ( VIII, 4.) No se admite el jur.lnlcntr) (>1 1 ar>t io r:rot i 'eJJrliti . L. 4 C. deact. ~mt. (IV, 4a). L. i n. de ppric. ( X-.V[! [, ti), ni 0 ft la actio depositi cllt..ar'a. L. 5, pI'. depos. (X VI. 3) . (h) V. 2:2 L, r.. Si la prc::Llcinn del vend,-.,lnr p.'a II n1 J P.~ t i tll(, () 1l W'I '- rlauera y propiamente llicln. se tendria contr.l (I d jnr;101l?uto i , litem , ('~)J). arl'l;'~ lo a. la uecisiolJ formal de la L. (j8. de R. V. t t2~. '-'); p/~ "1I CIE'l'tarnf'otc no s~ tenia este derClCho (nota .ti). (a) V. L.1 0, ~, L. 21, 3, de pign. (XX,!) . (/,) L.14. 4, 11 , 'luo,1meltos (1'1,2). (''1 L. lB, p". 1. de dol, (IV. :3). ' (rl) L.:2 pi. L. :t t1.. de eo fJu o/1ePl'tn locn (', lIJ , '1). (r) V. 2'!I, r, 222, h.- L. 3. S, 2. ", tal" s corno la hcrcdituti8 pelitio y "1ft actio e,'c stipuJa tu, susti tuicJ.a pOt~ l .}a antigua r ei u::corire actio (apndic,., Xl, nClffi. IX , XII). Paso al ex:im en de la situacion actual del demcho. Esta distinciou deb" tener l'esp8cto il l, en todos los casos, ulla apliccion mucho m ilS r'estr'ingida, puesto que muchas de las matcrias qne formaban su objeto no existen actual- m ente. La e:rpesilutio haba caido en desuso lar'~o tiempo antes de Ju.stiniano, y hoy no I','conocem os la estipulacion eomo base de las sf>ietijul'is aetiones, De aqui resultar'" qU c- hililill lit ('0 11 ('] 1I!'IlI}ln; aqu .ll.l.S qlle .:'~lllnl l ,Ln l ~ l ll0, parr.CiFlII dl~ dir( Inlll.(~ 11:ll.lIl'al~za I'tH'I'OIl drtslheadas el! 1I 1In. sola (. id''JlIi"" n 1l0S npaf'ccc C0l110 la alhmaeiOll d(; un in- dh-dIlU, y ('.sta ar'macioll pueue se!' vl~ l~lI:tt.l0. l'a falsa, fl'(m- t:~ la ;tccion se presenta la defensa, prod l1cii:lIdosc 1.111 COll- tJ',, ~!e qll{~ ('s susceptible de ulterior de.~ell'o l vi llli "lltO . Esta relacion conserva ol'dinar iamente su simplicidaJ, y lo frecllente es que el demandante y oemallJuJosost..." ~a ll caJa lino su posicion durante todo el CUI'SO del ]ll'ocedimicn- lo. Existe, sin embargo, un pequeflo nmero de casos ex- cepcionales en que cada una de las pades J'eulle mbas cua- lidades, de manera que, obr ando uno como dem andalltc, pueda ser condenado como demandado. Estas acciones se llaman duplices actiones, clllpliciajllclicia, y euandose trala de interdictos, cluplicia inteT'clicta (a); vem os tambicn 1I11a vez sel'nombl'adas mix lre actiones (b) . H aqui los casos di!- signados nominalmente como tales en las fue.lltes del dere- cho. PI'imeramente las acciones llamadas de pi1l'ticioll: com- muoi dividwlclv, familire heT'ciscLUIt/ce, finiwn T'egw/(lo- rum (e). En segundo l ugar, los dos intcl'dieta I'CtiIlCIlllb inadmisihle, L (?) ApndIce Xlll, num oV1. InucV?JlIl icnlollJ('ntc cl ~ l.) ,') accic ,n0s pl'i~ Ol'l a na~ . algunas acciones c vill'~ tC'lIan t~1Tllbi('1l ulla fo r m ula in /iu:- l,!,m.coucepta; pel'o esta~ accioIlC's pCl'trnC'can l la (: Ia~w tl, por conSiguil'ntr, tl'1Ila el jUl'I j)odel'('.;; l(J;i~ :L1n p1io.-; , (;a;ante los ltims siglos, no han evitado psta con[usion de lenguaje. Deb",ffios, pues, con mayol' mo- tivo, buscar al mnos un punto fijo eu una expresiou ',clli- (,a, cuyo sentido est determinado hist['camente. :; CCXXVII. Excepcioncs.-Su conte/lido.-Sus cspcci~s. Si ~ndo el contenido de las excepciones un domcho indc'- I","uiente del demandado, y por tanto, de idl;ntica IlfLtul',deza fjlH'~ (~I (:()llt(~llido d~ las acciones , son aqullas SII ;"W(~pt.ii>lt' ....; SAVIGNY,-TOMO IV. 110. - 111 - di' 1, 1.-.: IlJi:-;IIlO:--; belnl. ju,'(' prre'o ;'irJ W)Jl, clf]ln,1a ~. irl f'S~ /1(>, ' f' "{:" }I- ttQl~e~'l" .. L:l~ ('x.ccp~ it)IW3 ~e eit 1 e3 r~c :e mH imp'Htant(' .; ";' 111 l,l (l~lt j la 11fl(;t e.)(;f!})f W ; la.; 111 f.lt'lum excc ')tioncf) t~nLln t.u lIlJi('ll i~1 m Ismo uhjeto (notl. b). J: I 0.1.) V.; 21:1. ~ L). :'0" t. I. 22. (' 1 (layo, JI', t I!;, ! 17, pr" 1-;;, J, de exc, (IV, !3), (h) V,.nota e, El n, (le ex/?, (IV, 11), dice exp'c.:ulllonl0. qu(' lo Qll(' ~r'(~r.r.d;. t II'nr: ('2C:ll',lctnl: de ej('!ll pi?: Hmr! exempli caU:H 1'~lI1 1 i;; .' :~ u fIi- :.cL )) ~ I hllhlc:,c preceu luo el r r:;;U'HCIl gCllc I'J.l (noh e) , 11') S .~ hll~n~.i . JII(:U I'I' It!I) 011 n lngulI Cl'rOl' SObl~l' c.ste pali t o, P OI' In lI (~Jn j -:. l ( ,~ (~j.~m;)1 ' 1 . 112. .- lIf; - La '('lacioll dn L1S dil'nl'nlltes (~sp(~cins d (~ oxc~pf~ioTl(~s . 1;1:--; dirt~['4'ntl~s dase,o.,;; de acciones ha. sido descollociLla r['(~ ell. 'lIt(~ln~llt.o C'1l Jos ti clnpos lnodcl'lIos; voy fnCscmt.al' un ('u:ldl'o de toLlas las cOl'nlJinnciollcs }Jo~ilJlcs c eSt.a rcla- t'il)il, cun el nn de cxelarceel' el asullto. A 1I1fl aceion civil se opone una exccpcion eivil lwcto- d :l IHl; , unH. accion pret.oriana, una exccpcion pl'ctol'iilllU ciyil. Estas divel'sas COlnbinlciones no solarnclltn SOl! po- ."illks, sino (jue en realidad se enc uentran en las aplicacio- 11:'''''siguientes que son incoutestablcs. L Accion civil y excepcion civiL COIIfll.fOl'rtUs P.)Jr".(>lifio prfi!scl'ipUo tip.nc todava otr'a sil!nifica- (; I(JlI mu y d l fpl'CI(,.: b de 1"wescri.f!rimt d,. la.S;:.rII' una ex(':'>p~IOll pnl'amento ntl iv id ti 1, (:flrlO h !', f:f;f,/.!in tlfJh . l i{(d.,.. .~~'~ . : tuml'la n ('1 S0l1t iJ I lh dila'oria d C:;ig-n:l un !!Ii 'I n 111'11 ~II' llua dJY!slon. Una S[Jla ,'el'. (L. ti, f.. dp. CXC., VIIl. :s i) C'1I(';(l!l!I' II If,'''' 114. - IIH - (lr'l'llctum (1). ':11 d al ltigllo 1l'oc0.d irni f',n to la (~ n eacn. d ~ las " T( ' pr 'il)[I t"~S tl ilalorias ('I'a Tntl y distinta, sng-11I1 qlle :"-;f! r~rp, J'b ll 110 al cO lllt~ ll i do de la i n{cofio lu isma. Si flor cj f!mlllo ...:(' i[1 "()CaIHl la exc:(~ptio pacti in (lien~ y el .iu e z la lY~eonor,i('s;~ rlllHlada, debia pl'Onuneifll' la ab~oluc i o n co m]Jl f!ta dC! la de- mallda y el adi to quedaba pel'dido pam sicmlH" !. Asi pues, t;mll ldo el demandante er a pr udente, I'Riiraba pl'O'isiollal- 1l1t'lIt< su aceoll y no la dejaba llevar all te un ju{ex (u). Otl'a cosa sucedia COII las '~xcepcio n es dilatod as que no St, refl' I'iall al contenido de la.il/lentio, por ejemplo, la CJ'ccflti/J .f'0ri jJr~i ,dicialis.'A unque el juez las I'ecollocicse fu nda- das no deba rcchazar para siempl'e la demallda, sino abs- tenel'se de pron unciar la cOlidena, de m ancr'a que la accion no quedaba irrevocn.blemellh p~l'dida (o). Estn.di~tindol l no existe en rl del'ccllo j ustinianeQ y todas las exct'pcio",'" dilatorias no tienen m s que In. segunda consecuencia, la mllos peligrosa, lJC1j1ctua e,Te. rn el sf'ntido de cax'J'J-".cion i"l71presc1'illh1Jlf'; dchf'l'a, puc,:,;. la excepcron presr:l'iptible llamarse tf'mpol'rtlis, y estari;ll1 jllstitiriulas rstas f'XpI'CSiones tcnieas por la analoga de la aelio ]1f'J'r:et l/a y lempfJ- ]'alis; sin embargo, no se han hecho usuales callsa tie la rareza d I) l:Is excepciones 1 resrr iptibks. (t) Gayo, IV, 120-125, L. 2, 4. L, 3, de exr, (XLIV, 1), ~ R, 10. .J. tI0- {-~XC. (IV, 13). Segun las rrglas procesales, las rxeepcionrs d ilator ias de- ban presentarse ante el pr etor . Si se pr(,$rntab:l11 por pl'imrra YCZ ante cl iude:)) se las tenia en cuen ta: s{lo q U' no sr 1l)11Iah:m entr'tncf'S f':rr:e71- liO}1(~,? sino trau.slationes traJlslalhfl) constUlltlO}/PS, El texto lJ1 ~ esplicito ti este respecto es CiCel'OIl, de invenL, n,10, 20. Con al'l'f'~ lo otros textos m( nos prrdsos pudiera Cl'c('l'se (f ue la f>[CC('J!(if) llilatn- r ia er a llamatla t ra1islalin, De invenL 1,8, ad Herr1l1m.. J, 12, Ir, 12, Forlunatiam" y Sulp. 'ictor, 9 en CapelTonnel', R lielol'es anl., p, 63, 284. . (u) Gayo, IV, 123, V, Zimmern, g~. Atendiendo la p:enel'.alidad de las frasf's de Gayo pudiera e l fel'se fJ lll:, lo m ismo stlcrua con toda::; las (''Xrppe:i('llr!':i dilatorias, y efectiyamellte la J'e{!la se aplie:'!, tOllos ~!)S ejemplos que cita ; per o en el caso de la f o}';, ]'1-rcV'}']J/io, SI el ma.rl.~ t ratas f'r a reconocido incompetente, no hahiendo r ecibido cntnccs el j lldpx ninp'ull poder r f'al, cal'ceia de facultades para condenar y paril ab- solvel'. y el rrf'cho por tan to, no se habla consumadfl , puesto que no hahla sido llevado inj1ldiciwn , En el caso de la exc~plio p r cpjltdieia lis, deh('['a tlifcr irse el juicio, de modo q ue, por el momento, no habla 0011- .lpnacion ni absolucion, (v) Veasp Pl tlescnvol vi mlento de f'.ste C~~O PIl la nota H. La tlifCI'('u- ('a ~n t ~p amhas esprcipR de f'xccpciol1cs tl ilatOl'ias purdr' l~xp l'('saI'S~ d~ la s ' ~ ul /'ntc ma nera: p.n la una sr:> aplica y PI} la otm 111 d 1ll:llulato de "la fJ'Tnuu ; si non ran~t al)slJlrf>. EII la ulla y ('lila otra, por l't (,()litl'a~It " d malldato de l::t f()l'mula: :'ti l'(tl'p{ (;(}Jlrl('?nU{f. (,I'a il-!"uallllt'nt rxh:1c'h, y por esta eausa convcllia ambas el nOllllH'c de CJJccjJtio. As i. pUl' OJulU' 115. - tI!) - Distingurnse, todava, lasjJcl'solla! y las r ci cohmrclltr..~ r :rccpliollcs, segun que l a pxclopcion pU0.d~ ser- invocada ex- cJu sivnm{ntc por el titular primitivo del derecho p')!" sus J'epl':'scntantcs y causa habientes, tales como un hCrP-dcl'o, UIl adquirentp, ctc. (lO). Las r ei cohrel'clltcs, como las ms Ilumerosas, deben ser consideradas corno la regla, y lus jJCl'so/!w CO!r;FI'Cldcs como los casos exc'epcionalp " (.:e). Una distincion sen10junte, pero mucho ms ["Pslringida, xpr'i~ ~clldum ('~t:,. lIon in rem: si in fa 'e dolo mato (ar:llfm p.st. L . 2, f id . La r'c::;t/'iec:ion I':xpresad:l ('11 p texto abrm~a ~nt(nces j los sucesores. . (z) L. 4, 11, de doli exc. (XLIV. 4). (aa) I.. ~, 1, de exc. rei vendo (XXI , 3). 116. - 120- nte en la teora del concurso. H aqu la lista, pero advirtiendo que no aseguro se encuentr'e completa. 1) Cuando s'' hace una venta bajo la lcx commiss01'ia y ,,[ adquirente no paga en el dia fijado, puede el vendedor re- clamar el pl'ccio P Il virtud de la actio 'cnditi, la cosa mis- ma en virtud del contrato accesol'io; pero si intenta una dc estas acciones, no puede ej?rcital' la ott'fl (h), La accion que protc'ge est.os dos derechos, C~ siempre la actio venddi, y, sin cmbal';o, difieren pOI' su contenido y nn se ~) SI)llldl~ e~ el unico elemento de verdad rt>htiva que deh~ 1~conOC" I.';~ rn la Opl~lO~ de los que pres "ntan el aband ono como el fundam('nt!) di! a ~rC$~npc lon. Vase t. IJI. p. n lj. La iOlleterminlcion tic estas tJ j v cl.sa~ ap'lIcaclones de h prescripcion y la incertidumbre en que el demanlh do ~ Is rno pllf;de encontrarse respp.cto la du racion de la l'f'lacion de thT('- e J{), prmclpl lmente, si no es ms que heredero del II('uJr,r ol'jgin'l1'io. i1:l ee~ (Iue la pregcripcion pueJa s,'r invocada en nonc.UJ'r'(~n~ a con (! u.t1 - qUICI' otro medio uc defensa, l1n la ncgacion ab30luta J :' la deuda. 172. - ' /7U ,'cuno Hila fll'(l~lIl1eion Ol'uill:l['ia, y pOI'tallLo el clr'rr' / . . . ' . .". la llr nll! l' 11(} pn d e t l'L(.U' dJ S tl in llll .stl';-u la pe'unoa cOlltral'ia ' . I I /' " . I l ' t d I ' comop:)(' u.le1np o, l ~~ "J1 1l ~ 1HJ. 0 a a .I~II. ~men o e d(~ lnalH.laJo. ji' c:;l.ret"'' eSJ:J(~Ii.l.l uCla pl'CSel'lpCIOIl de la s aceioncs ..1 t . . t ' t j Y 811 11 Hl!Or' v e ll HJ;. C0l1S1S e pr'cc l s aln i ~ 1l e ell ( eJ'ar c ~, ,", ', S "e .; . .. . . .....~ tnP I I~ 1'11 la lIl.leCI!,Ho. " supuesta la e:d 'lIclOlI Je la deuda la " , . J I " . , ll- 1;II11st'lIc,a ) qu ~ 110 laga mas que suplir la prueba ve "ific!uc po,' si '''1- nla relmquatur... 173. l- ~ - 11- es el que aparece como una pena, Sr'ml'j ulite enc;l(J(,n:- miento de ideas se encuentra cl aramente ex pl'c~ado cn l a", fuclltes con motivo de la usucapon, y es aIJu pcrfecta ml'n- te aplic.able, puesto que en mbos casos las r azones SOlI idnticas (hj, Si la pre:w neglig entire es m s bien que moti- '0 positivo de la prescripcion de las aceion,'s, una r espues- ta una objeeion posible, tiene este motivo una gran in- fluencia sobre las aplicaciones particulal'es de la institucion, )lup.s h~mos d~ ver que tratndose de l> ;estion~ s librarse del perjuicio que 1" oC:lsiona la prescrip- con, Por lo d~ms , I'S evident" qu" el ar gllml'nto ex pllesto ,)S principalm ~nte pemntol'io para las largas pl'Pseripeiol1l's, por ejemplo, las de treinta ailOs, y que tiene m'~ llos fu,orza I'especlo de las acciones pl'etorianas anuales y I'CS p~cto dI' la usucapion anual dpl antiguo derpcho, Existe, adems, un m otivo para la pr,'scripcion d del deuuor. 176. _ . 1:;0- di~z afio" dl~ la fecha di"' la pllblicacion d;, la 10.y, Esta dispo_ sieioll tl'ansltorla fll n at11I':l lm ~ l1 tr. omitida C11 ~I cdl"o' . . . . . I f " JUS- tinianeo. Lns acc lOn~s pr:.a.J LlC. IC I:l es 1'0. 'rf-mtes al estado df- las pCI'sonas Ofl'('C"1l alg ulla dilicu!tad p OI' no hab' rsl) com~ pr" lldido ell la flIlUt11raC10n de las dlvc'rsas clases de acc' _ 'd l . . () 10..nes som'tl as a llueva preSCl'lpClOn e ; poro la dispoSi_ can fi nal de la ley las abraza l'ealment , en su generali- dad en. Admi tida esta l ey en el Cdigo Ti-'odo~ i ano ru tambien intr?ducida en Oeci.dRnte. Valentiniano III asegul' su ej e- CUClon por dISPOS1C101W.S especial es dondi' se condenan prin cipalmente las mterpretactOnes r estrICtivas (g). Viene enseguida una ley d~1 emperador Anastasia, pu- blicada en 491, la cual establec" como ltimo complemento una prescripcion de cuarf'nta ailos para todas las acciones que no estaban som etidas todavia ninguna pl'cscrip- cion (h). El ver dad tacio n es ar - bitrarias, y por las expresiones del qU3 S3 Sil'VP., p:ll'cce COll- denar estas restl'iccion 3S (l); d~ m anera qne podra refcrir-' se estos casos el nuevo suplemento de los cual'enta ailos. Pero entnces no se compl'endera como el Emperadol', al pI'Ololl gal' el tiempo de la prcscl'ipcion, viene confirm a;: int~rpretaciones q Ll~l mismo consider'a como (wrneas. SI en realid::td las acciones prejudiciales de que tintes he ha- blado I~O estaban contenidas en la l (~y deTcoclosio habl'iall sido excl uidas p::Jr interpl'~tacion os J)::Jstrl'iol'.s, deba refe- rirse p,strtS rtcciones la ley de A nastasio, como i'fecti ya men- te parecel: indcarlo deltas palabras (m). Esta sel'rt tam - bien la nica dsposicion de l a ley de Anastasia aplicable al derecho el ~ JlIstiniano. Por lo dems, lt ubiera sido mucho mej ol' insertar este texto en el Cdigo, dond~ slo puede dar -orgp.n dudtl.s. D )SPUCS de hab01'Se expresado "n tr'minos goncmlrs y 'lbsollltOS, Anastasio mismo tuvo cuidado eh h"col' vaga .r OSCUI'a su ley, declrtl'ando pn constituciolles lKlstcri oJ'.s qlW hflbla sido aplicada Aquivocadamrnte dos ncciones (Iur' son imprescriptibl es, L [t pl'im?f'[t es la aecion de Llna ciu- dad co,ltra las p' rsonas que iutcntaban slIstrnel'.se su.s obligaciones como miembl'Os de la cU I'ia (11); la s!>gTlncla es la acciOll del fisco p"rn el pag'o d,' los impuesto.s (o). Justiniano, por ltimo, en una ele sllsconstitllr.ion~s san- cion la obs '~ r'anc ia general d~ la pl'.;sr;r ipcion tl'DintCllaria, del mismo Justiniano, como S~ demuestra comp:l.r:iucl,)I. Este ult l r~o texto se refiere a la yez lJ. l1sucap:on y ti la prcscripcioll ,le: lits aCClOnos. . (e) .r.. 7,. -t, C. de prreser. , X XX (VUL 39): ..,in omH i hll~ cOlltJ'ae- t,hus: ,111 911 1 1)l~S sub al lC{ua conditione vd sub (lie", p:1Cta pnnlllltur', post f~IIHlltHIIIIS ~x,' ~lIrn , vc~." cl ici, .. laPSUlI1, pr;Y'scI'iptiollC'S XXX , ,,(' XL. ~nrl(J I'Um .. , Inlllurrl acclpiunt. )) 180. - 184- t 'i~ )11 111) pll t'cJC~ ('jnl'GiI i:l1's(!, La ma.yol' pa r'te df! las dificul_ l;ldt ~.'" slH'g iJas I~Jl esta materia, se d '~" :n habel'se aprecia- do cquivoeaUillTIClltn la natllral ~z.a .d '~ (~sta violacioo1 y si ~:~ IOg'm,en '.l'm::Jnizal' tolu.s las OpIrIIO!WS r ruiliJas l';ollI'cest" pUll to, selllejante ull ificacion es illdudable que pondr'la tr'~ millo ellas contl'ovCl'sias r eferentes al punto de partida d', 1... IJI'eser'ipcioll. Si S ,) subordina el prillcipio de ('sta al hecho de la viola- don que la accion es llama1a' combatir, este comie'lZO tieno una naturaleza pur'amente obj~ti va, por l o cual, impor- ta floCO (Iue el titular' tenga,) no de l conocimiento. Estn. eil'cuflstancia es indiferente an para la,,; presc ripcion ~s cortas COi! utile tempus, salYo, sin embargo, algunos casos exc; pciollal es en que so. tiene en cuenta el conocimiento qll" cl titular tellga de l a accion (). Desde el tlempo de los glosadores sc trat de extendcI' nsta regla, doctrina que llOy toda,-a encuelltr'a partidarios. As, se pl'ctel1de que la prescripciO!l comience ntes que lu accion haya nacido, si d ~p~ndia del titular qu" la accion naciel'a, !'cgla que se formula del siglliontc modo : tolies prLcscribitur aetioni llundum natoo, quoties nati.vitas est in potestate cl'edito!'is (e) . Se ve!' m s ad ,Iante cuCd fu el mo- tivo de la ill l'encioll de esta !'egla; pe!'o puedo d"sde luego dcmostr'al' Sll fals',dad (J). Para tajas las obligaciones con- diciollalcs sin excepcion, l a pl'escripcion no comienza has(. que l a condicion s ~ cumple (n ota el, y sin embargo, lHljo condiciones verdaderas cuyo cumplimiento depo,nde llica- mente de l a vol untad del titular (g), r especto las cuales, si se sigui,ra la r~;la antedicha, l a pl'escripcion deberia co- m enzar ntes de que la eondicion se cumpli ose. De igual modo la accion dotal comienza despues de la disolucion dd matrimonio (h), y sin embargo, puesto que poda depender de l a voluntad de la mujer el disolverlo mS pronto, cuando la conducta de su m arido le daba motivo para la separa- (d) Vase l. n, apndice VII, mim, XXV, XXVI, Y 1, n, ~ 190. (e) Unter.holzner, n, p. 319: KinJ, Qurest. for., t. 111, C. 35. .. (f) Thon, p. 2'0. rechaza esta r egla deSlUeS de un del ,ntdo examen. (g) Vase t. 1I, 117. ' ( 1") (h) L. 7, 4, C. de prlescr., XXX (VII, 39), L. 30, C. de j . doto V, ~. Vage nota b. 181. - 185 - con (i), ascl'to que aparece todava ms da~o en ~,I ant?U 11 lJf'(~:; cr Ipe,on ti ene aqUl un Clfactel' delerlTI 'n Idn, Aue ru 'L~ . s i b'('1I 0:; 1',u'o que ~e luhle d~ "prt's~ri p'.!ion CO :l m~)t ! vo d ~ C3 t s a "~eOll ''.; , 1t (':111--;:1 elJ!lsl.-; lc !'n lJur:~. dicha pre.:!lcl'ipcion se enCllentrl t';l" i S:Clllpl' ~ ao ;()]'h":!1 por" b uSlleap lon de la servidumbre ) por la ex tiueioJl 1'(~"ill lt.Ultu Ih.! HO uso. 182. - 186- dir.adnll 110 pueda com(~nzar contl'a el locatario, el Como- d"l" ~io. el aCl'eedol' det:nt~dor de u na prenda (l), porque, 1 1I"I It'ndos~ cJI,r{Ollar I.L rel'IIlil. Conti"ne, no obstante, un elemento verdade_ rO cst.,t ascr'cion elTnea, sabf!r, que la pr'escripcion no. comienza en tanto 'lue las r ' feridas personas posean en IlOmbl''' del propietario, puesto que de este modo reconocen S il dnrecho de cualquier manera (). E! pl'ineipio es iligacioncs quc aqullas implican, por lo cual, si difiere su 'eclamacion, este hecho constituye un principio de negligencia, cuyo resultado defi- nitivo es la prditl.a de la accion por vil'tLIU de la pr'escrip- cion (8). 3) En el mismo caso se encLlcntmn la mayor parte )(, las obligaciones fundadas en los contratos; esto es, toda las que no ofrecen las complicaciones de que he de OCLlJlar- me IlIs adelante. Eran stas entre los Romanos todas la" acciones que resultaban de la cxtipulacion simple, y que no estaban limitadas por ninguna condicion ni pOl' ninglln pla- (q) TIlon, p. 36, presenta como caricter particular de las aCCiOJllk{ nacid a~ d~ un delito, la circunstancia de que el punto de p:trti la de la prescr pClOn se refiera . una viobcion del derpcho; pero se equivoca grandemementr, porque confunde la viobcion del derecho cont~nidJ. en en C;1 d ~ljto m:sp"JO, con la falta de pago. La pl'iIncra cil'Clll;st.mcia ('3 es- peclal .a los dellt,os; pero la segund. es comun las tiernas obligacioJlf's. y pre~lsamente esta es la que deLcrrnina el punto de partida de la prc3- crlpclOn. (r~ No en el momento de la accptacion de la tutclaquc, por lodcm;is. ~ntlene la base de .la obligacion, delf'rminando, en su cnnsrcurncia, la ~~oca en la c~lal com 'enza la hipoteca tcita; tampoco en el morn?ntn de . a.eto p~rtl(;n~ar, como, por ejem plo, cuando un tutnr, uurantl'! su ",1- ~1n1 8tra(,lOn, dlst.rac una suma Uf:'. Jiner'o, La ohl;" lCiPII fJl'(I I)!tnwll k ul(.'ha y po " . ! " : : I - ' - T' ti '(' r con~lf-rt~ !0iltf' 1 C:y~t?: t~d::l(l>, l'(lm:f'nz ~t al fin uc la tulda. " ..,' d . tU,teb:e..c~x :' ~I, 3): ..1'1.'31 l:IJ ILt tulda si to tutcl1. a~i non pnt....- .(,) BllI cllarrli . (,] undzuge J p.l"; Rcclll."":is sLf'nl::; d('l' H. !JJ (,1' P 111.1 nub 11 P'('tf'nd '". l. . .. ~ . ' '. . . l ' . :'" ,e ,('(1 111 OC,I( dlll~lltC qtlC e.":i te p..-; un (.'al'~"t('I' (':,;Pt' ",d tlt~ I)S CUJ,sl-{tyntratos, y (IlIr. }JI'(JI)laml'nt(~ lthlanllo, .':)L'J'i IJI'I'e," 'I) "Itl"IJ 'l "; ulla n('ga I va. . . ..., , . , 184. - 188- Zd; (~!ltl t.: JJn~ ot r'os, COlno Cllll'(-) los l'OlUanaS, todas las ac- cione....; {'IIlJJaJns el l 10s contl'at.os qua tenguu por obj~t unu Pl'ts t'l.ciOl l nica, CW.ULUO el acreedor no tiene obligacion qu~ I'IIII'plil' Ila cumpliJo laque le cO[,I'~Spon ,la; tales son, POI' c~.ieIllJllo, las aceioll :~S Je los comeI'Clatltes y de los obreros para l'l~elamal' el pago de las mercancas que han entrega~ do de las obms verificadas. En toios estos casos, en efec- (1), el ,wf'ceJol' debe contar con el pago inmediato, y hay (~r iJ:jnL; Il c~6'lig ~ ll cia por su parte en no intentar su accion cuando el deudor no satisfac2 voluntariamente, Pretende." que en sem '.iante circunstancia probase el demando des- pues de treillta ailOS que se haba requerid" al pago y nc- ';'0te3t eam rem quam vendl- dit. Las p lhbras nondum esl actio, no deben t omarse al pi de la letra; es preciso sobr ~entender: cum efrectu. . '(el) Vangerow, 1, p. 170, 171, Kierulff, 1, p. 193, 197, ensean la mIS' ma doctrina. . (e) Hlblo del prstamo sin inters, por,!ue el prstamo con inters, por cons~cllencia de Lls prestaciones peridicas que con l se relaCionan, 'Cotra en la t ~rcera clase de oblig:tciones. . . (f) Respecto al pree1rio, al' 1 se adop'e el antiguo punto de Vlst. de los R Offi l 0 0 .;;, esto es, un inter,licto fun:Lldo en un delIto.. o~.l. el pU,nto de V1Sta moderno, que lo asimila un contrato, la praSCl'pClOrl c~m.le n~ za siempre en h mis ml poca. En efecto, considerado blJO e~ te ultimo asp"cto, p-l pre1ario tiene la nlturale7.1 de un comodlto: y bl.J0 el I?unto de v ista de lo,~ antiguos Romanos, el abuso de confl an7.:1, que constituye el delito, no comien" hasta que el propietlrio reclama la cosa y01 de- tentallar rehusa uevalverla. 187. 191 - d 'It' d 1 Iub"ar 1 alg'ullas cOllsidcraeionrsza; los os U Imos al ,~ particulares. Comenzando por el prstamo s in inters, pongamos ()l caso de su forma ms s imple, sab~[', 'cuando es comple- tament? ind')terminado Yno se ha convenido nada respecto la restitucion. Entnccs, con arreglo la natuT'aleza del contrato, no debe contar el acreedol' con una devolucion in- rr.ediata, pues, po~ su expreso consentimiento, el pr,stata- rio posee el dinel'o por un tieml)') indet'rminado. No exis- tiendo esta natural eSpCT'aIlZa, no existe accion que la pro- teja, y, p8l' consiguiente, tampoco comienzo posible de pl'cscl'ipcion. ,Podra encontrarse aqu la negligencia qLW la prescripcion su pone~ Nadie sostendr' que el pl'stamo en si constituye una negligencia. A lo m'lS podril tachars3 al acreedor de negligente por dejar- subsistir el prstamo muy largo tiempo sin reclamal's u l"stitucion procllrarsn un nuevo ttulo; p~ro este d?talle dcbel'fl s,r l'rgulado pOI' una lry positiva, pues de otro modo, no e:'( i st~ poca deter- minada en la cual cOlnience la n ,:gl ig~ncia, basq de la prcs- -cripcion. Estepl'inci pio aparece con todaclariuad compal'an- do este caso con los mencionados pn el prrafo preceden- te. Cuando lIll mercader un fabl'icante presentan una cuenta, pueden no e:'(igir su inmediato pago, y lo ms fl'c- cuente es que as suceda; mas sta PS una conrJe:,c0nd ' ncia extrai'a la relacion de del'echo, y pr"cisamcnte por esto exige una atencon luayor par'a ql(~ no d:'jene'0 ~n negli- gencia. Por el contrario, el prestatario pos"e el diner'o, no por la condascendencia del prestam ista, sino 811 Viltud de la esencia misma del contrato. En Aste caso, pues, la prescrip- con no comi ~nza en el momento que fu(, cntregado pI di- nero, porque en este momento no wdsta la violacilll, ni er'a posible accioo alguna. Por otro lado, no se pClda sin injus- ticia e:'(igir una negativa del deudo!'. La l'ecln mflcon do] acreedor es bastante, aunqlW el deudor no niogue; y la cau- sa de que la prescI'ipcion comience t.n el mon'IPllto de la I'C- clamaeion consiste en que desde entnces pi (hudor no po- sce ya el dinero con el conspntmiento del aCI'eedol'. COIl aparenci,l de fundamento se ha o!,ursto ('q" doc('llla el siguiente texto del derecho !'OrnallO (11). Silll - -_._-- . - '--- . _- (g) L. 94, 1, de solut. (~LVI J). 188. 1!J2 - 'wtem ConIl1IlHl,~S lI11mO,~ cl'edam a Ht SolV'lm , .J < , ConJ estult pro parle mua I/aseelnl' el actio, et lib01atio. njo cst~ se~ltido, se dice que la accion comienza en el momcnto el. l pi st"mo y no en el momento de la reclama_ CIOIl. Sin embargo:. las p.alabl>as dAl texto se explican por las que le prcceden. SI ha s ido hecho un prstamo un pa'>o eon I'! dlllCI'? de otr~, s, es cs e n ci alm ~ nte diversa la POSi;iO:1 d ~ I denHIl J,do, La falta de pagD ue una d~uda no imlll.k.t fl"Y';il ~ n tenl :Llt~ ni nguna inteaciJJl culpable; provie- Ile unaS V ,)C~S d :: c:).1 ,li' .~llcia rJal presumiJa con el aCf'c 'Lloi', otl'as veces de la cal'encia de di liBr o disponible en fj lli.:~ S~ cnc tl :~nt l~a. el dcu J.c>r, sin qus p)r esto sea insolvente; OIf'S ',~ces de apalia olvilo, En estDs difer'entes casos no hay, en t'.poca alguna, m ala f ni pecado, Por el cOlltra- rio, cuando sa trata de una l'eclamacion de posesion, el de- tentaJol' 110 pucJc ignorar su injust.icia, ni las circunstan- cias acc iJe 'l ta l ~s pueJen impcJirle la l'estitucion, La ausen- cia de culpaiJilida.l es tan l'ara en este ltimo caso como fl'es pl'obablement fueron esb hlparentes, sin preocuparse po!' averiguar si su regla era igualmente aplica- hle otros casos de distinta especie. Encontr'amos aqul una eonfirmacion nueva de una obser'acion que he tenido oca- .~ion de r epetil' fl'ecuentem ent.e, saber , que las reglas abs- t.ractas de los antiguos jur isconsultos deben ser acogidas con extrema desconfianza (j) . Obligados abandonar enteramente, pesar de su apa- (e) Aqu[ se aplica el solut",n non repetere, de modo que la nat"ra lis obligalio conl'mja subsistiendo. L.28, L. 60 pI'. de cond. indeb. (XII, 6). Confirmase lo dIcho por una circunsLlncia en que no se fija o!'di ual':amente la atencion: me refiero la forma en que aplrecen enumera- rlas las diversas excepciones en el titul() de Lls instituciones, de ex('ep~ l ioni bus (IV, 13). Los 1 Y 4, hablan de la exc. metu" dol, pacti, juris jarandi. y respeclo de cada uno de ellos se h, tenido cuidado de obser- var que se deriYu del jus gentium, (iniqu~tm est condemnari). Respecto de la. exc. rejudicatm. por el contrario, el 5 no reproduce esta ob3er vacion, si no que dice simplflmente: debes -p3l' exc. r. j. a.dju,vare. ,Po,r lo' dems, estl cuestion ha sido siempre muy controv.>rtlda, Y 1"1 UltlI~O antor que 11 ha Iratado, Pfordten, en el Archiv., t. XXIV, p. !O8 Y Slo (18H ) se deolara contra mi op'nion. . (d) L. 8, 1, ratam rem (XLVI, 8): quia naturale debllum m~net.. I~n_ este raso el dererho de prenda princip:llmente cont!nUl SUbslSdendo (~~50, v). Vse Keller, Litis cont~st,lt io, 158. . .. (e). L. 5, 1, de conil, indo (XIT, h): ...Sin aut;m evlde~s calumma dt~teg tur, el translctio imperfecta est, (et) repetl,ttO clabtaJ. L. 7, L. 8, de 'ond. ab turp. (XII, 5). . (f) Vase t. 1 14 P 18 41 '1 11 apndice VIII, numero VIII p. ;j9U y 400. ' , . , , ., . ' 241. ,", ' - 245- rente autenticidad, la regla que acabo de expner, vamos . sentar otra que estimo realmente fundada. Naturalis obli- oatio es, en general, la obligacion fundada en el jus gen- tiwn (O); debemos, pues, por va de consecuencia, admitir que las excepciones basadas nicamente en el jus eivile 'de los romanos dejan subsistir la naturalis obligatio, y que las excepciones que se derivan del jus gentium entrailan la ex- tincion de la naturalis obligatio. . FOl'mulada as, la distincion se encuentra efectivamente confirmada, casi sin excepcion, por aplicaciones particula- res incontestables. Las excepciones que siguen, fLll1dadas nicamAl1l3 en el derecho positivo, dejan subsistir la naturalis obligatio; de modo que, hecho el pago por error, no es admisible la COlt- dictio indebiti (solutum non repelitUl'). Se. Macedoniani (nota b). Rei judicatre (nota e). Como represalias contra un jus iniquum (hi. Por consecuencia del henejlcium competenlice (i). Por consecuencia de la consumacion del procedimiento (nota d). Por el contrario, las excepciones siguientes, fundadas en p.ljus genlium, no dejan subsistir ninguna naturalis obli- galio, as es que en estos casos las sumas pagadas por error se sujetan repetcion. Exc. pactl (le). Dol (not.a e). Jurisjurandi(1). La nica desviacion de este principio se encuentra en la exceptio Se. VeUejani que tiene un origen enteramente posi- tivo y sin embargo, destruye l::t naturalis obligatio (nota b). Pero aqul, para asegurar las muj er'~s una protoccion eficaz se sacr'ificaba la analoga del del'echo, inteneion que resulta claramellte de los trminos mismos del senado COI1- (g) L. 84, , de R. J. (L. 17): Is natura debet, qu. m jure eniumtg dar~ op"lrt ,t, cujus ftdem secll ti surr'IU S. (h) L. 3. 7, quo .l qui .,qup. juri.:i: Superesse enim naturalera cau- sam qu:-e inhb~ t re pt i tion~m. UJ 1,. 8,9, de oon 1. indeb. (XII, 6). (It) L. ~ 4 , ti, de Solut. (XLVI, 3). L. 32, , L. 40. 2, De conu. in-I. (XII, fijo (1) L. 4:J, de coud. indo (XII, 6). 242. - 24G - "ulto (m). Esta exc~pcion aislada, hccha voluntal'iament con UII fin especial, 110 introduce, pues, duda alguna ~o~:e. la verdad de la regla. .Ulla vez fijado este principio, la temporalis exceptio no. ofrece ya dificultad alguna. Pertenece al derecho positivo no al.ius gentium, y por tanto, debe dejar subsistir la nat!- ralis obligatio. La analoga con la antigua cOllsumacion del procedimiento (nota d) confirma directamente esta doctrina. Hubiel'a sido, en e:ecto, contrariar arbitraI'amente la natu- raleza de las cosas asignar resultados prcticos direrentes dos instituciones que tienen entre si ta n gran afinidad (n). Algunas consideraciones generales justifican lambien a unque ms lejanamente, la doctl'na que aqul defl~ndo res~ pecto los erectos de la prescri pcion. Todos reconocen que la naturaJis obligatio originaria es.. absolutamente imprescriptible ( 248). Lurgo seria por de- ms injusto colocar al acreedor, cuya accion hubie'se pres- crito, en una posicion ms desravomble queel acreedor que no hubiera tenido nunca acciono El nico medio de evitar esta inconsecuencia consiste en hacer sobrevivir la natura- lis obligatio la prescripcion cumplida (o). Adems, la prescripcion de las acciones in rem no des- poja enteramente al titular del derecho, sino que nicamen- te le priva de la proteccion de la accion, dt'jndole esperan- zas, la verdad muy eventuales inciertas: nada ms jus- t.o, pues, que colocar en la misma posicion al acreedor cuya accion personal haya prescrito. . Estas consideraciones sirven tambien para mostrar que los adversarios dan la deduccion de sus principios un ri- gor exaj ' rado.Evidentemente, es preciso reconocer coneJlos que la prescripcion tiene por objeto hacer inatacable la SI- tuacion que ha sub~istido durante un cierto espacio de tiem- po; pero basta para eIJo que estorbe la causa ms peligrosa . (m) L. 2, f, ad Se. Vello (XVI, 1). Despues de haber negado la ac; elon en lrs mismos trminos 'Iue el Se. Maeedoniano ( 248,. m) se aafit especialmente: (cum eas... ejus generis obligationiLus obstrmgl 1tOf' wquum. (n) Fl'aneke, p. 74,78, ha hecho resaltar la importancia de esta ..,- logia. (o) Goschen, 154, emplea este argumento. 243. - 247- de turbacion de dicho estado, saber, el derecho de acciono Asi como para las naturales obligationes originari..s y para las acciones in rem queda siempre un grmen eventual de discusion, an deslJOes de trascurrido un largo espacio de tiempo, puedpn las obligaciol1fs civiles, sin contr'ariar el objeto de la prescripcion, permanecer en una situacion se- mejante. Tratan mis adversarios de dejar sentado, de una artifi- cial manera, el efecto ms poderoso de la prescripcion, fun- dndose en un texto de U1piano (p). Sbese que la actio doli, causa de entrailar la infamia del condellado, slo se ad- mite cuando el demandante carece de otm medio mnos ri- guroso para obtener satisfaccion. Esta accion, por tanto, es excluida por cualquiera otra accion excepcion que conduz- ca al mismo fin. Asi, contra la pstipulacion r "'sullante ele un fraude no se da desde IU0go la doli actio, puesto qe la doli excl'ptio protej ~ suficiontem ' nt" al engailado contra la ac- cion qlle pudiera illtental' el autor del fmude ('1). y si, en- contr-ndose protegido por otra accion; la deja pe rec~r, StO le rehusa la doli actio, causa de que por su propia culpa se encuPI1tI'a sin proteccion (r ). Slo conserva la doli actio -cuando proviene del fraude de su adversario el cumplimien- (p) L. i . 4. 6. de dolo (IV, 3.). Heimbach, p, 440,442. Se citan tam- bien t"-n apoyo de una y otra opinion un gran nmero de textos, pero qu('" en real idad, no prueban nada y los cualf's se conr.ede poca impor- tancia: no digo ahora nada de ellos con el fin de no distrael' 1:1 atenclOll de los puntos principalps r ue SO~_: la L. 19, pr" de neg. gestis (I H, 5), la L. 24. de ID. c. dIJO. (XXXI V. 6) (que ciertamente no t iell ~ fpl:t;ion al- guna con la prpsrripcion de las acciollPS ), y las L. 5, 6, C. d~ excepto (X VIlT, 36). Hablar ms adelante ( 255). ron motivo de la prescrip- cion dt?: las ex('('pcionf's. de {'stos dos Lilt'mos textos y de la importante ley 5. 6. de doU exc. (XLIV. 4), que Gu)"e!. p. 7K Y sig., considera equ!vo ~a damelltE', como df'cision en f.lvor de su opinion. (q) L. l . 4. de dolo (1 V. 3): ... si interd ictuIYI si l. 'fuo qu:s cxperi- ri , vel excPfJtin. qua. S~ t lteri 1Jossil, cessare l10c edictum .o Sin duda se tuvo aquf en cuenta la doli pxc~fJtio: p"l'O tambien muchas otras excep- ciones que pu~d e n pT'estar el m ismo servicio, y an con m:s facilidad, cuanrl,) no hac"n nel frau de. As . por pjl"mplo. la mujer rile frandul"'ntamcnte lla sido movila garant i,mI' otra perso- no.. no tipne necf'sidad dp la actia ni ele la e.rcerltio doli. pU0.Stu (fue in- d:"penfli(>nt~menle de tnd:t prue}n. la exc. Se. Y >!lpjani la rn ntl"~m sufl- CIPll t'lllc>ntc>. L 1S P.YC. Sc. JfacpcZnn.ian.i. L. Ci lCir~ L. P (f.!to!ir.e, l'd j udicalfl?, eff!. p l1f~ilpn ofl'f'cel' un resultldo semejante. (1') L. L 6. d ~ d (lll) , (IV. :1); ... et si ala actio tem pm'c fi nita si to haw~ cOlllwterc non debel'e: si bi imllUtatllro CO, (lui ag0.J'c supt'I.';Llil. ~ 244. " - 248- lo fin In pl'nsr.l'ipr.ioll C5 245, i),por'~LLe entnc~s debe impu_ tal' la pi)J'dida de la aCCWJl e.-;te lra ude y 110 su negligen_ cia (s). DicllO lo anterIOr, VlCII; la al'gum "ntaclOn de los ad- versarios de mi doctrllIa. SI a la (tCClOn prescrita sobrevi_ niere una naluralis obligatio, In cual motiva siempre una excepcion (1), el perjudicado por el frauJe se encontraria protc'gido por esta excepcion, y pOI' consiguiente, no se le conced"ra la doli acUo; luego, una vez que se le concede esta accion, resulta evidente que la prescl'ipcion no deja subsistir dicha excepcion, ni la naturali8 obligatio. Esta argumentacioIl descansa en la confusion ms com- pleta de ideas. Cuando el pl'dor rehusa la doli actio por concurso de una excepcion, entiende una excepcion real- mente eficaz qua se tueri possi, como son las excepciones arriba mencionadas (nota q). Las excepciones que pueden ser eventualmente invocadas como resultado de una natu- rali8 obligatio no tienen este carcter. As, pues, cuando un acreedor ha dejado cumplir' la prcscrijJcion, consecuehcia de manejos frallrlu].~ntos de su deudor, aunque como pre- tendo, contine subsistiendo la naturali8 obligaUo, no po- dra rehusarle el pretor la doli acUo, bajo pretexto de una compensacion eventual, de Ull pago ~ue su deudor pudie- ra hacerl~ por error, y sin derecho entnces a la cOtldicUo indebiti. El pr'ctor deba, en sem"jantes circunstancias, con- ceder la dol actio, por mas qLle la obligatio naturaUs so- breviviere a la prescripcion cumplida. CCL.-ExUncion del derecho de accion.-III. Pre8crip- cion.-Su8 eject08. (Continuacion.) Hasta el presente, slo he expuesto algunas considera- . (8) L. l, 6, d,,dolo (IV, 3). Inmed'abmente despues de las palabras Cltadas en la nota r: nisi in hoc quoqne dolus malus admlssus Slt, ut tempus exirel. . . . (t) Esto es verdad en el sentido de que alguna~ consecuc~c,.s pOSllt- vas de,la naturalis obligaNo, como la compensaclop, por ~JemploJ dan lugar a excPpclO les. La atirmacion r~ferida no se dee expreslmente d~ la naturalis obligatio en goneral Si .IO de la nu.da pactio~lo cual, exph- C~ ya el ~'ntido ver(bd~ro de la ~e.gla, porque pactio .6 l?actum ~f'S'~~ na f'specl 1): ,,,F.ngamus nullam crediti ncrni~eacto nem esse, qua 1iJl'te caUS,t ceci....erat. SupSf'nlldo nunca, En este plinto se aplicl, y con mayor razon aun, todo lo q ll ~ 11(': dicho contra He;mbarh (nota h). (m) L. 1. r.. de ann. except. (VII. 4n). ; .,i "j .:10":I (. j . ! I..1.; '. I j! . 250. - 254- SerYiallo, nisi solutllrn vel satl:~ factunl sil; porconsiguientl' 1" aceioll hipotecal'ia d"be s ubsistir' en ta llto quo el acreed~; no haya s ido pagado 6 no haya COl1SCIltido la prdida de la. accioll. Y como, drspucs de prescrita la aCcion no se puede hacer valer ninguna de estas dos circunstancias, con arre- glo la htra dc est~ edicto, s ubs ist , la accion hipotecaria, aunque no baya deuda ni an natw'aUs obligatio. H aqu c6mo se contesta este argu mqnto. Evidente- mente hay casos en que S8 reCl.lrre est.a inte rpretacion un poco s til. Pero siempre que se invoca de este m odo la le- tra del derecho civil es con el fin de proteger una cequitas evidei1te. En semeja ntes ci'cunstancias s~ pueden emplear' medios jurdicDs extraordinarios, como pOr ejemplo, la res- titucion; y pa ra di sp ~ n sarse de recurrir tal expediente, los a ntiguos jurisconsultos dan cntnces al edicto dicha in- tcrprctacion stil, de la ellal se s irvcl1 para evitar los efec- tos de la confusion (o); en el caGO del Se. Veliejanum (P); y por ltimo, e:1 el del acreed")r qU 3 asegu!'aio con una pren- da, es instituiJo herei~ro pOI' su dmior, v~ro con la obli- gacion de rcstit.Llir la sucesion entera ttulo de fileicomi- so. En rigor, la c1eu:1a y el derecho de prenda qllCda n extin- guidos por confusion, pero indudablemente contra lo que dispo ne la t:eluitas, porque en la intencion de la ley sobl'e los fUeicomisos, no debe, en sem?jante caso, soportar el heredero tolas las consecuencias de su institucion. La letra del edido sir ve, p ues, pa ra m antener la accion hipotecaria; (o) L. 3J, 1, de exe. rei jtd. (XLIV, 2): ...In proposita autem C1.l::p.stione magis me movet, nUffi1u"d p:gnoris jus eX3tin ~tl1m Sl t dO~ l nio adqu isito: n3que enim potest pignus perseverare domino co~st:tu. to cred-tore. A ctin tam'3n pignoraticia competit: ve1"~vm e~t e.t~Hn, et pignori dxtum, el sa~isfactum non e::;se...~f AflU fE1u~ta:~ slgfiltica que seri3. contrario la natnrlleza que un acr~edor hipotecario. despues .da haber adrruiriJo un derecho nU3VO, la pr:1pi dad. se en ~(lfl~eaS~ det.eno- "is condictionis.res p3cto del acreedor hipotecario post9f wr, perdIendo las ventajas 1e h pl'inridld. . ' . ' (p) L. 13, 1, ad Se. Vello (XVI, 1): 'Je p;gnoribl1s pr'orls ered.tor... non est creditori w'Va actione O~Ug: cum qUlsi SerVlanl, c;rure et hypo- thp,c1ria vocatur, in his utitis s~ t. quia lJ!'J1' ,pn est , ca ~!);'Iusse dq.p,Un.o- ribus, nec sollt~am esse pecuniam. Gn ln lo una mUJAr se.oblu5a por otro e3 protegidl por la exc. Se. Vellejani; pero el acreeJor tIene ~}ontra. el antiguo deu lor un. ao(io restituloria (1,.1, 2, L. 8, 11, l., 13, eod.) E1t~ peour n artificial dice nue3tro tJxto, no e3 neceS lrlO para la. a.ccioo hip11cl ri 1, p'Jr{[ue i aplic leian parcill del edicto e3 bastanto; de otro modo no seri.! raltusada la re3titucioll. 251. - 255- pero expresamente se declar'a tambien. la persistencia de la. naluralis obligatio, puesto que sin obligacion principal no puede ex.istir el derecho de prenda (q). Si comparamos ahora este caso con el de la prescripcioll cump,iJa, notaremos que es de muy diferente naturaleza. Nuestros adversarios pretenden que la prescripcion extingue tambien la naluralis obligatio, lo cual signilka que esta extincion no solamente atiende al intprs general, sino que -se encuentra conforme con eljus gentium y la IEquitas. Pero, entaces, ,por qu invocar la let!'a del edicto contra la rea- lizaciun completa de esta cequitas, pl'incipio enteramente admisible, cuando se trata de eludir una sutileza del dere- cho civil? Hubiera sido ms natural en este caso dejar libre la Recion de la cequitas y no impedir de manera alguna la extincion com leta.de la deuda y del derecho de prenda. Si, pues, nuestl'os adversarios no han logrado el xito que se proponlan, es preciso volver al principio antoriormellte sen tado : la duracion de la accion hipotecaria, despues de cumplida la prescl'il'cion , prueba incontestablemente la subsistencia de la naturalis obligatio. Pa~o , ahora, al exmen de los textos pal"!icularcs relati- vos nuestra cuestion; observando, de antemano, que nin- guno de ellos nos sumiuistra una pl'ueba tan concluyente y decisiva CQmo la relacion general queacabo de desellvolver. Un rescripto del emperador Gr)l'diano se ellcuell...a as concebilQ (1'): Intelligere debes, vincula pignol'is durare personali actione submota. (q) L. 59, pr.; ad Se. Treb. (XXXV, i ): ...et hie Sel"vinna aetio tonc- bit: Ver~m est enim, non esse solu'am pp.cuniam... rg itur non tantt1m retentio. sed etiam petilio pignor"s nomine competit. , el snlat mn non repetptur. Remanet ergo nropter pignu,.' nalurulis o')l (r(1(j.'>'> Con arreglo las palabras rwoptp. r pignu3. no debe'h cr(>el'SP que UIl1 deulla sin h po t ~ea dejri s!'h3tstir ninguna iUI,'- tl,l'alis obliga/in, ,', que es ta aceion tuviel'l otro eff'cto qu ~ el man tenimiento ue la h j pnt e~a. La cx- tineion d ~ la obLiglcion en vrluo. de la confusi,m ll. es~~III.':;l PO el r igol- dp.l tl erechn civ il y. por consiguip.nte. nI') t ic n ~ in[lllencia alguna s,')h' : la pa rt~ natUl'al de la ohlig:lcion. Bchel (nota n) ha bU :;C ldo pn p.:;t.e t ~xto el p~inc ' pal argumento en apo.vo de su opi nion. F,'ankf". p. Rij-I07. ha expl ~ca do satisflC'toriampnte este te-xt(); y n 11 p. 11;:3 olBerva. con ra- zon, que las p:labras del edicto (n:si solutuml se ellcontl'abln induda- blempnte inst"rtadls en 11 intentio de h accion h;pot'~ca l'i l . Es ta aplica- ei"n literal t:ell ~ as! una relacion practica con la conJur:ta trazaua al arbiler que debla dpcidir sobre el contenido de la inlentio, (r) L. 2, C. de luitione (VIII, 31). 252. - 256- No dudo que (~ste texto se rcllera prillcipalmellte fi la Ill'escl'ipeion de las acciones (s); mas puede ['eferi['se igual.- m,'llte la pl'esc";peion del procedimiento consumacion d" la accion, ~n vista de 10 cual no podemos invoca,lo como 111111 pl'Ueba cierta en apoyo de nuestra doctrina. Existe to- davia un motivo ms g['av" y es que el principio no es lite- ralmente vel'dadero. A cUo submota designa la simple ex- tincion del derecho de "-ccion, por consecuencia de una ex- cepcion. ASi, pues, cuando una estipulacion se destr'uye por un simple pacto, hay acUo submota; pero vincula pigrlOris non dW'ant (nota f). En su consecuencia, con arreglo una fras(;ologia de que hay vfirios ejemplOS, el rescripto quiere decir nicamente: el derecho de prenda puede subsistir f1 pesar de la actio submota (t), tambien: la acUo subrnota no tiene siempre por consecuencia necesaria la ext.incion del derecho de prenda (u). Paulo dice qlle cuando un esclavo dado en prenda es muer'lo por un individuo, el acreedor, independientemente del propietario, puede ehl'cilar la accion aq uiliana, si la muerte del esclavo compromete sus interses, es decir, en los dos casos siguientes: cuando el deudor es insolvente, bien, quol litem tempore amisit(o) . Aqul se reconoce ex- presamente que la prescripcion de la accion no dest1'llye el derecho de prenda. Pero este texto no es decisi4'o, porque se ignora si Paulo se re1'eria la p'escripcion de la accion la antigua pl'escripcion del prcedimiento; creo, sin em- bargo, que esta decision es igualmente aplicable uno y otro caso ( 240, d). Pompollio refiere el sig uiente caso. Diez dias nttos del cumplimhnto de la prescripcion de una accion nacida de un crdito, se obliga un menor respecto al deudor, y despues se hace restituir contra este acto. El acreedor debe volVfl!' en- (s) En este smtido se emplea efectivamente la frase submove"e ac tionem, L. 21. de evict. (Vm. 45). Vase Averanio, Il, 12, 20. (/) As!. durare, esti tomado por durare posse. . (u) Creo que los dos p. rt'dos atribuyen este texto una lmporhn- cia exager ad:l . 0 0ne10 (not: k ) cr ee insostenible su opmlOn, SI no 93corrl~ ge de un mouo violcnt0, 'lLon durare, en vez de durare. Tampoco.se explica est. t '.xto, eomplf:imlolo con la L. t. eod. Vase CuyaclO, Obser., V, 1'~, Ysobre este texto en general, Franke, p. 7880. (v) L. 30, 1, ad L. Aquil. (JX, 2), 253. - 257- tnces completamente la misma posicioll en (Jue nles se encontraba. De modo que, en primer lugar, debe tener to- tlavia diez dias para ejercitar su accion; en segundo lu- gar, la prenda constituida por el primer deudor se convier- en vlida, y vlida para siempre (x ). CCL!. Extincion del derecho de acciono I I I. Prescripcion . Sus eJectos. (Continuacion). II. Cauciono Presnanse aqu las mismas dos cuestiones que respec- to del derecho de prenda ( 250): validez de la caucior: sumi- nistrada depues de la prescl"pcion de la accion que resulta de la deuda; duracion de la caucion prestada ntes del cumplimiento de la prescripcion, y pudiendose remontar la caucion dicha al orgen de la deLlda principal. En este lu- gar, la segunda cLlestion es la ms importante. Segun la doctrina que he adoptado, debo admitir en mbos ca.sos la validez de la .:aucioll; mis adversarios deben sostener la opinion contraria. La indeterminacion ya seilalada ( 250) de la frase tem- po/'e"liberari, es el principal obstculo la solllcion de nues- tra cuestion, por'qLle ningullo de los textos que pueden ale- garse nos da ningun resultado cierto. La siguiente decision de Paulo es la ms importante; se refiere al primer caso, esto es, al de la caueion suministra- da despues del cumplimiento de la prescripcion (a): Si quis, postquam tempore transacto liberatus est, fidejl.lssorcm de- derit, fidejussor non tenetur: quoniam erToris l"ideju%in nulla es!. (x ) L. 50, de minoro (IV, 4) ...ldeonte; pero como esta pall bl'a tiene efectivamente dos acepcio.lcs, puede auop- tarsa una oll'l s"gun los 0.1303. (q ) L. :l8, ~ 4, de . xc, (XLIV, 1). (h) L. 33, 4, de solut. (X LVI, 3). E,ta hy no se re"",'ea 11 Pl'o,cl'i p J ('dur:l inso j w c. no pudiell.J. l, p 1' tInto. flu' lu'{ar a (1 r Jstitll :ion. rn i~ nt l' l '; (f UO se aplicah. el tC1n')u," C:.J I ~U I u,I(,n d 11 p re3 ~r i pc o ; l dp,1 p r'o':~ l intiell t() y la ley Fur ia. V. t , !I! , 1 ~ 1 , L. 2 1, Q, mall,l. (X VII, 1) L. 1; " 00 lidej. (XLVr, 1). L. 7l, ~ t, rl ~ 3'11. (X L VI, 3). Esto.:; t['e" tex to; 1I1bl111 do un fid~j.us.'Jnr tem.1Jo'p. lilJe'atus y no se les pue d ~ ex.c 'pCiOIFiI' arui sill() rehn:;nd01os lll;be-' cion tlel u~ u 101' pl~ i n'!i pl , p 'lr (!f)lI i } : u p,n ~ i a ,1 ; la pre3'!ripcion de II accion: pel'o vJ.rias p 1 Ibl':H ue e3 t')3 t,x V)) 110 con- cuenl ll1 cCJn e3t l hip()!.e,::;; no se le3 pup,tle apl;Cll' .i 11 IJI'c::i ~'r i pr:i (j n de la accion COlltl'l el r1.ldOr,p'h sto ((ue en tiemp1 de tH a:lti :lI )i j ul'i ,colJ- sultos e~ t a~cio n el'.l impl'c :lcl'ipt;ble. -ntigUlTli l"lntc sa plic .Jb III s in d'l ~ :l P,.sto,s tcx tO.3 .i ta ley Furia, uehintl Jse s u oscuridau a la., intel'po- Ja(I()IH'S. (i) L. 1, ti 7. de pecocunst. (Xlf, 5): Dehtum autcm 'el nalura ::;u(- Jj (d .>,' 256. - 260- desde ILlego, la prescripcion (le). Para que el COflstU,j,/ . 1 . d' t" um~('a Vrrf>j c>h Gesetzhll'h. H79, !J99 (p.x:lincioJl, dA lo:; r]precllOs). fu) C(ldia-o civil, art. 12:14: Las (lh li.uacirnes SP r>::fiWuOn , ." pOI' la nrf's"-ipcion. Art. 2210: La pl'cscripcion es un r:nedio de adquirir (. de lil!/'a. nf' .... ., (v) Hallbolu, Sachsischcs Pr'ivatrcch, 270, 260. - 264- ,"udol' una pl'escripcion particular diferente de todas las otras. CCLIJ. E x tillcioll del derecho de acciono In. Presc/'ipcioll. Excepciones. Existen casos fxcepcionales en que la prescripcion delas acciones, unas veces cesa por completo, y otr'as veces se encuentra sometida diferentes reglas que las expuestas precedentemente. I. Suspension de la prescripcion. Puede presentarse des- de su origen durante el cur.30 de la prescripcion. En el primer caso, la prescripcion comienza ms tarde, en el se- gundo, la prescripcion s ~ interrumpe durante todo el tiempo que subsiste la causa de la suspension y contina despues, como si no hubiera habido tal interrupcion. Importa, pues, distinguir bien la suspension de la inter- rupcion que destruye completamente la pr3scripcion co- menzada, sin que pneda nunca continuarse ( 242-243). H aqu los casos de suspension. A. Cuando el titular del derecho es poseedor de un pecu- lium adventitium es impbero menol', con la excepcion, para este ltimo, de la prescripcion de treinta Mos (a). B. Tratndose de pr%cripciones de un aOo de mnos de un ailO, cuando la accion no puede ser ejercitada, por consecuencia de un impedimento accidental (b). C. En ci ' rtos casos especiales en que una regla de dere- cho impide la accion sin destruir el derecho, que es lo que nuestros jurisconsultos expresan por el axioma, agere non valenti non currit proescriptio (e). Los casos d) esta especie son: la reivindieacion de los materiales d3 construccion, mintras forman parte del edificio (ti); la d ~ uda cuya perse- eucion se suspende por un moratorium (e); las acciones re- (a) Vaset.!l. apndice VIIl, nm. XXVII, XXVII/. (b) A eausa del utile tempus. V. t. III, 189,190. (e) Esta regla no es mA, que la consecuencia de la condicion fu"d.'- mental exigida pll'a el comienzo de la prescripcon: actio nata. V. 60s- ehen, p. 439. (d) 20, J. derer. divo(Ir, 1l, L. 7, 10, de aqu. I'dl'. domo(XL 1, 1). (~) L. g, in f. C., qui bonis (VII, 71). 261. - 265- sultantes de una sucesion, durante la formacion del inven- tario y durante el plazo concedido para deliberar (f). 11. Relaciones de derecho impr'escriptibles en si mismas. Toda prescripcion tiene por objeto nicamente fijar una si- tnacon actual, como si fuora enteramente legtima, por ejemplo, una posesion, la abstencion del pago de una deu- da etc. (g). Se supone posible la legitimidad de esta situa- ciol! inmutable, y frecuentemente no es dudosa esta posibi- lidad. Sin embargo, existen casos en que, por falta de la posibilidad dicha, se declara inadmisible la prescripcioll de la acciono Tales son, bajo un cierto aspecto, las acciones de parti- con. Contra la actio communi dioidufldo familice ercis- cundce no hay prescripcion, CLlyO efecto seria dejar la pro- piedad comun perptuamente indivisa; contra 1:0. actio finium regundorum tampoco hay prcscripcion que impida la fija- cion de lmites falsos inciertos. Puede ser invocada, sin embargo, cuando en virtud de estas acciones se reclama una suma de dinero titulo de saldo de indemnizad on, cuando se pide una porcion de terreno que exceda de la parte del demandado, pero que ste haya poseido durante treinta ailos (hj. De igual manera, cuando al interdicto utipossidetis opone el demandado, no una servidumbre sino una simple usur- pacon de la propiedad, continuada durante Ir'cinta allOs, esta situacion ilegtima no pueue ser protegida por la pres- cripcion (iJ. IlI. Existen diversas acciones sometidas prescripcio- nes particulares; pero sta" encontrarn ms apropiado lu- gar en la parte especial del tratado. Voy solamente enumera!' aqu las acciones respecto las cuales no existe ninguna prescrpcion, observando, sin (f) L. 22, 11, C. de j. delib. (VI, 30). (g) L. 4. C. de pr",scr., Xx.x. (V!l, 39): sed a ll ~a p :}J' a'n ~ n "l,t:; unl enlt;'l?Jl"l. ~; ()I) ,-', mis t ")1'd.), ven~o 1'ecobl'a.r la p'lsesion de h COS l. Pll1jenJ..J t. :;' pr ':'.;;~ Ih " lI lo'IIIN'.') d /: x Tit;o adjuJic.1to (IV, 4 ~ ) . V. Heffter, 0).301''" 'm G ljum. C0111m. IV. r OeDnI 11 se op:m e que se J igl tlmbien Quidr uid d lre f.lcerc oportet ex jide bon~e, condemnft.to. Ya Juliano design1ln est. accion como bona Ildei. L. 24, pI'. comm. divo(X. 3). Los testimonios Ilix imlls. Exi s t ~ oh'a e iT'(m HS LlII ~ ia 110 IH ;IWS tll~e l ::;tva. f,a a (~ci ll)l (~() n t l';1 el ~ L1 i ?'(' In i ",.' lJir:i.r ltd a/IL d /:fl it, so


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