Date post: | 04-Jan-2016 |
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CAPÍTULO 1
EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA
Para un adolescente, el automóvil es un símbolo de estatus, de libertad de movimientos y de aventura. Para un mecánico, puede parecer una criatura enferma que necesita una cura. Para un conductor atascado en medio del tráfico, puede parecer una prisión de paredes acolchadas. Para el trabajador de una cadena de montaje, es posible que no sea más que un conjunto parcialmente terminado de piezas sueltas y un puesto de trabajo. Para el ladrón de bancos o para el corredor de carreras de coches es un caballo mecánico modernizado. En la vida de cada una de estas personas -y su ejemplo podría multiplicarse indefinidamente- la combinación de metal, caucho y plástico que llamamos automóvil desempeña un importante papel, cuyo carácter va desde la utilidad práctica más absoluta hasta el romanticismo de un descapotable en una autopista iluminada por la luna.
Para un economista, el automóvil puede servir de punto de partida para ilustrar casi cualquier parte de la economía. Examinando este objeto tan familiar desde la perspectiva del análisis económico, podemos aprender mucho sobre el modo de pensar de la ciencia económica.
El automóvil: una breve historia
Tras cerca de cien años produciendo automóviles, resulta difícil imaginarse la época en la que no existían. Pero como ocurre con cualquier otro producto nuevo, el automóvil tuvo que comenzar con una idea. Naturalmente, las ideas no bastan por sí solas. Han de traducirse en productos comerciables y producirse a precios asequibles y el proceso de producción ha de financiarse. Antes de que los inversores presten ayuda financiera, hay que convencerlos de que la idea propuesta no sólo es viable, sino también de que probablemente es lo suficientemente rentable como para que les compense asumir los riesgos de la inversión.
No fue un solo descubrimiento el que llevó a desarrollar el automóvil; la idea de un carruaje motorizado se le ocurrió a muchos en Estados Unidos, Alemania, Francia y Gran Bretaña a finales del siglo XIX.
Los problemas técnicos que habían de resolverse eran fáciles de formular, aunque difíciles de abordar. Por ejemplo, a diferencia de la locomotora de vapor, el carruaje sin caballos no podía llevar el combustible en otro vagón, por lo que era fundamental desarrollar un motor de combustión interna poderoso, pero relativamente ligero. ·
20 INTRODUCCIÓN
Preguntas clave
1. 2.
¿Qué es la economía? ¿Cuáles son las cuestiones básicas que aborda? En las economías occidentales, ¿cuáles son los respectivos papeles que desempeñan el Estado y el sector privado o de «mercado»?
3. 4. 5.
¿Qué son los mercados y cuáles son los principales que integran la economía? ¿Por qué se dice que la economía es una ciencia? ¿Por qué los economistas discrepan tan a menudo sobre si la economía es una ciencia?
)~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Si el lector visita un museo de coches antiguos, observará que los problemas técnicos se resolvieron de modo independiente y de distintas formas. A finales del siglo XIX y principios del xx, los alrededores de Detroit estaban llenos de innovadores dedicados a desarrollar sus distintos automóviles: Ransom E. Olds, los hermanos Dodge y Henry Ford, que fue quien finalmente tuvo más éxito de todos. El ambiente debió de ser muy parecido al que ha reinado en los últimos veinticinco años en Silicon Valley (el área californiana situada entre San Francisco y San José), centro del desarrollo de las nuevas tecnologías informáticas: un ambiente de entusiasmo y de avances e hitos importantes. Los distintos innovadores del automóvil pudieron servirse de las ideas que «flotaban en el aire». También contaron con la ayuda de empresas especializadas que habían desarrollado toda una variedad de nuevas tecnologías y habilidades inusuales en esa época, como, por ejemplo, las nuevas aleaciones que permitían construir motores más ligeros y las nuevas técnicas de acabado mecánico que permitían conseguir una mayor potencia, precisión y durabilidad. Los innovadores pudieron servirse de las nuevas tecnologías para complementar sus propias ideas.
Es a Henry Ford a quien se le atribuye, por lo general, el mérito de haberse dado cuenta del valor que podía encerrar un vehículo que pudiera fabricarse a un precio razonable. Antes de que apareciera él, los automóviles eran bienes de lujo, a los que
sólo podían acceder los ricos. Ford vio el beneficio que podía reportar la creación de un transporte barato. Aun después de introducir el modelo T en 1909 al precio aparentemente de ganga de 900 dólares, en 1914 lo rebajó a la mitad, 440 dólares, y en 1916 volvió a rebajar casi un quinto, fijándolo en 360 dólares. El público respondió: las ventas aumentaron súbitamente, pasando de 58.000 en 1909 a 730.000 en 1916. Se había confirmado la predicción de Ford de que existía un gran mercado para los automóviles baratos.
El éxito de Ford no se debió simplemente a que bajó el precio de sus automóviles. También diseñó un sistema para producirlos de un modo menos caro. Su principal innovación fue la cadena de montaje, que permitía producir en serie; ésta fue la clave que explica el hecho de que los precios de sus automóviles fueran más bajos. Ford consiguió, además, los recursos financieros necesarios para contratar y formar trabajadores que pudieran producir los automóviles. Tras todos sus demás éxitos se encuentra la creación de la organización -la Ford Motor Company- en el seno de la cual tenía lugar la producción, la financiación y la comercialización.
El riesgo del proyecto era grande. ¿Conseguiría Ford desarrollar su automóvil? ¿Le tomaría otro la delantera? ¿Sería el precio de los automóviles lo suficientemente bajo como para que los pudiera comprar mucha gente? Si tenía éxito, ¿copiarían los imitadores su invento y produ-
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 21
cirían tantos automóviles que no pudiera ganar ningún dinero?
Quienes invirtieron en el proyecto de Ford tuvieron en cuenta estos riesgos cuando consideraron la posibilidad de suministrarle o no los recursos que necesitaba. Tal corno evolucionaron los acontecimientos, los inversores deberían haber previsto -pero probablemente no lo hicieron- un problema más. Ford formó una sociedad colectiva para desarrollar su primer automóvil. Él iba a poner principalmente las ideas y el trabajo, mientras que sus socios iban a aportar el dinero. Pero la sociedad colectiva quebró antes de que se iniciara la producción y los críticos de Ford afirmaron que se debía a que dedicaba todo su tiempo y energía a pensar en sus próximas ideas en lugar de ponerse a
· fabricar de una vez los automóviles. Basándose en sus ideas más desarrolla
das, Ford convenció entonces a otros inversores de que lo financiaran. La experiencia anterior tal vez debiera haberles provocado un cierto recelo, pero siguieron adelante. De nuevo, fracasó la sociedad y, de nuevo, pareció que Ford estaba dedicándose a desarrollar nuevas ideas.
Por fin, en su tercera sociedad, consiguió producir automóviles. ¿Fueron tratados injustamente los dos primeros grupos de socios? Ford podría muy bien haber argumentado que él entró en las dos sociedades de buena fe, pero que no fue capaz de llevar a cabo la hazaña de producir automóviles hasta la tercera ocasión. Podría haber dicho, además, que el éxito de esa empresa era atribuible a sus ideas y a sus esfuerzos más que al dinero aportado por sus socios. Al margen de lo que ocurriera realmente en el caso particular de Ford, este tipo general de problema -uno o más socios piensa que ha aportado proporcionalmente más de lo que indica su participación en los beneficios o uno o más socios trata de «engañar» a otros incumpliendo lo que éstos consideran que
son sus obligaciones- se repite una y otra vez.
El éxito de Ford se debió tanto a su capacidad para ingeniar métodos innovado~ res que dieran incentivos y organizar la producción corno a su habilidad para resolver los problemas técnicos. Y lo demostró con su original política laboral. En lugar de tratar de mantener bajos los salarios de los trabajadores, ofrecía más del doble del salario vigente y pagaba a sus trabajadores la magnífica suma de 5 dólares al día. Sin embargo, a cambio, Ford les hacía trabajar mucho; la cadena de montaje que inventó le permitió obligar a sus obreros a trabajar a un ritmo rápido y persistente. La cantidad producida por trabajador aumentó enormemente. Aún así, era evidente que los elevados salarios constituían una gran compensación por el esfuerzo adicional. De hecho, poco faltó para que estallaran disturbios al clamar los obreros por los puestos de trabajo que se ofrecían. Ford había redescubierto una vieja verdad: pagando a los trabajadores más de lo que pueden ganar en cualquier otro lugar, era posible conseguir una mano de obra que trabaje con mayor ahínco, sea más leal y tenga unos niveles de interrupción del trabajo y absentismo más bajos. En algunos casos, los empresarios consiguen una mayor productividad pagando unos salarios más altos.
El éxito de Ford en la utilización de incentivos para compensar a sus trabajadores por su mayor productividad le permitió vender sus automóviles a un precio más bajo que el de sus rivales. Estos precios más bajos y el mayor volumen de ventas concomitante le permitieron aprovechar al máximo las ventajas de las técnicas de producción en serie que había desarrollado. Sin embargo, hubo un momento en el que los planes de Ford estuvieron a punto de desbaratarse cuando un abogado inventor llamado George Baldwin Selden alegó que Ford había usurpado su patente.
1
22 INTRODUCCIÓN
Los gobiernos conceden patentes a los inventores para que éstos puedan recoger los frutos de sus innovaciones. Se conceden generalmente por inventos específicos, como un nuevo tipo de sistema de frenado o un nuevo mecanismo de transmisión. Una patente concede al inventor el derecho exclusivo a producir su invento durante un período limitado, contribuyendo así a garantizar que podrá ganar algún dinero por los inventos que tengan éxito. Como consecuencia de las patentes, los precios de estos productos pueden ser más altos, ya que nadie más puede hacer esos mismos productos, pero se supone que los beneficios que reporta a la sociedad el fomento de la innovación compensan con creces las pérdidas que experimentan los consumidores por tener que pagar unos precios temporalmente más altos.
Para conseguir una patente es preciso satisfacer determinados criterios. Por ejemplo, la idea de la cadena de montaje de Ford es un invento que no podía patentarse, por "lo que fue imitado por otros fabricantes de automóviles. Uno de los criterios para conceder una patente (y juzgar si alguna otra persona está usurpándola) es el de la «novedad». Generalmente, las ideas no pueden patentarse; sólo las innovaciones específicas. Selden había solicitado patentar un carruaje sin caballos y autopropulsado, y lo había conseguido. Pidió que los demás fabricantes de automóviles le pagaran un royalty, que es una cuota que se abona por el derecho a utilizar una innovación patentada, y creó, al mismo tiempo, una asociación que garantizaría que los precios de los automóviles serían altos.
Ford recusó la patente en los tribunales alegando que el concepto de «carruaje sin caballos y autopropulsado» que Selden de~ claraba haber patentado era demasiado vago para ser patentable. Ford ganó y se convirtió en un héroe nacional. Ofreciendo automóviles a las masas por un precio razonablemente bajo, ganó millones de dóla-
res y mejoró el bienestar de muchos millones de americanos, permitiéndoles ir donde quisieran de un modo más fácil, barato y rápido.
EL RENACIMIENTO DE LA INDUSTRIA
A,MERICANADELAUTOMÓVIL
Actualmente, la gente, cuando se refiere a las nuevas tecnologías, no piensa en los automóviles, sino en los ordenadores y en la ingeniería genética. La historia del automóvil ha dejado de ser un símbolo de los avances tecnológicos más recientes. El cambio de la suerte de la industria automovilística americana en las dos últimas décadas es un reflejo de la redefinición del sector.
En el otoño de 1903, había más de cien fabricantes de automóviles, de los cuales veintisiete representaban más del 70 % del total de ventas de la industria. Sin embargo, ·a principios de los años sesenta, sólo tres empresas eran responsables del 88 % de las ventas de automóviles americanos. Muchos de los fabricantes existentes a comienzos de siglo habían quebrado o habían abandonado en busca de activídades más rentables; el resto se había unido para constituir algunas de las empresas dominantes o había sido absorbido por ellas. En la década de 1960, salvo una o dos excepciones, los fabricantes de automóviles de otros países no podían fabricar coches de la calidad y el precio que muchos americanos querían comprar. Al desaparecer el acicate de la competencia que enfrentara a muchas empresas entre sí, los precios de los automóviles americanos eran relativamente altos y la tasa de innovación de la industria relativamente baja.
Los problemas más graves que tenía la industria automovilística en los años sesenta se referían a la calidad del medio ambiente y a la seguridad de los automóviles. Comenzó a admitirse que el automóvil
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 23
estaba contribuyendo significativamente a la contaminación del aire. El Estado reguló a través de la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección del Medio Ambiente) el tipo de humos que podía expulsar un automóvil, lo que llevó a introducir modificaciones en los diseños. Por lo que se refiere a la seguridad, las empresas respondieron inmediatamente a las exigencias colocando cinturones. No obstante, se negaron a poner bolsas de aire que se inflaran automáticamente en caso de colisión.
Este panorama relativamente favorable cambió espectacularmente en 1973. Ese año, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) -formada principalmente por países de Oriente Medioaunó sus fuerzas para reducir la oferta de petróleo, provocar una escasez y elevar así su precio. De hecho, la OPEP interrumpió todas las exportaciones de petróleo durante unas tensas semanas a finales de 1973. Su poder sorprendió a muchos, incluida la industria americana del automóvil. Entonces los automóviles americanos tendían a ser más grandes y pesados que los japoneses o europeos. Esta tendencia tenía una fácil explicación: las rentas eran más altas en Estados Unidos, lo que significaba que los americanos podían permitirse automóviles
Mil~s.de 2 .500 automo.viles 111 Canadá
111 Japón 2.000
111 Alemania
1.500
1.000
500
o 1965 1970
mayores y la gasolina que engullían. Además, en Japón y Europa los impuestos sobre la gasolina eran muy altos, lo que animaba a los consumidores a comprar automóviles más pequeños y más eficientes desde el punto de vista del ahorro de combustible.
La industria americana del automóvil esperaba que el gusto americano pot los automóviles grandes y devoradores de gasolina no variara, por lo que no estaba preparada para la crisis de los precios del petróleo que provocó la medida de la OPEP. Pero otros países, sobre todo Japón, estaban preparados para sacar provecho de la situación con automóviles más pequeños, más baratos y más eficientes desde el punto de vista del consumo de gasolina. Las importaciones de automóviles en su conjunto casi se duplicaron en los años setenta, pasando de un 15· % del total de automóviles vendidos en Estados Unidos en 1970 a un 27 % en 1980, y se mantuvieron en ese elevado nivel tanto durante toda la década de 1980 como en lo que va de la presente. La figura 1.1 representa las importaciones de automóviles nuevos procedentes de Canadá, Japón y Alemania, correspondientes al período 1965-1990. Ésta muestra de inmediato que las importaciones de automóviles japoneses aumentaron
1975 1980 1985 1990
Fm. 1.1. Importaciones americanas de automóviles de Canadá, Japón y Alemania. Las importaciones procedentes de Canadá y Alemania aumentaron a finales de los años sesenta. En los setenta, sin embargo, experimentaron un enorme incremento las procedentes de Japón, y los fabricantes japoneses consiguieron una enorme cuota de mercado de la que aún disfrutan hoy. Fuente: Ward's Automotive Reports (1991). ·
24 INTRODUCCIÓN
vertiginosamente, tanto en términos absolutos como en comparación con otros países. Para un economista, un cambio tan repentino de una tendencia puede ser el desencadenante de una investigación más a fondo de las causas.
Era evidente que las empresas japonesas estaban ofreciendo lo que querían los consumidores americanos, pero la explosión de las importaciones produjo un efecto devastador en la industria americana del automóvil. Los beneficios cayeron y muchos trabajadores fueron despedidos. Mientras que Henry Ford creía que pagando a los trabajadores unos salarios más altos podía conseguirse una mano de obra más productiva, en los años setenta el elevado precio de los automóviles americanos se atribuyó, en gran medida, a los elevados salários que estaban pagándose en la industria automovilística. El nivel de productividad de los trabajadores no justificaba esos salarios.
CHRYSLER: EL ESTADO ACUDE EN SU AUXILIO
A finales de los años setenta, una empresa, Chrysler, se encontraba al borde de la quiebra. Los bancos se negaron a prestarle dinero, temiendo que no pudiera devolverlo. La empresa no tenía liquidez para devolver los créditos que vencían, por lo que pidió ayuda al Estado. En el debate resultante sobre si el Estado debía hacer algo para salvar a Chrysler, los partidarios de la concesión de un aval (que supondría salvarse de la ruina financiera) pintaron un panorama de trabajadores parados -haee tiempo que se considera que una de las responsabilidades del Estado es mantener el pleno empleo- y fábricas vacías, despilfarradas.
Sus detractores señalaron que los trabajadores y demás recursos podían reasignarse, pues, al fin y al cabo, los trabajadores, las máquinas y los edificios de una empre-
sa en quiebra no desaparecen sino que son arrendados o vendidos a nuevas empresas gestionadas por otros directivos. Sostenían que la reasignación era oportuna porque la quiebra demostraba que la dirección de Chrysler no había sido capaz de gestionar bien sus recursos.
Los papeles políticos tradicionales se invirtieron a veces en el debate. Algunos conservadores que eran partidarios desde hacía tiempo de que el Estado tuviera una función limitada, que habían criticado las «limosnas» que éste daba a los pobres y a los necesitados, fundándose en que esas prestaciones sociales hacían perder a aquéllos confianza en sí mismos, se mostraron partidarios de dar esta ayuda a Chrysler. Algunos liberales que creían que el gasto público ayudaba a resolver muchos otros problemas sociales se convirtieron de repente en defensores del libre comercio, argumentando que la concesión de una subvención federal a Chrysler reduciría los incentivos de otras empresas para gestionar bien sus activos.
Finalmente, el Estado avaló algunos nuevos créditos solicitados por Chrysler. Lo que significaba el aval era que si Chrysler no devolvía los créditos, lo haría el Estado con dinero procedente de los impuestos. Gracias a este aval, Chrysler pudo conseguir préstamos de inversores y bancos privados a un tipo de interés relativamente bajo. Así pues, el dinero que recibió lo obtuvo, al menos en parte, a expensas de otras empresas que estaban solicitando créditos en ese momento, por lo que en realidad se desviaron recursos hacia Chrysler. La empresa pudo devolver los préstamos sin quebrar y recuperarse. La historia del éxito posterior, del que Lee !acocea, presidente de Chrysler, se atribuyó el mérito, se ha contado ya muchas veces.
En realidad, el Estado tenía poderosos incentivos para intervenir y ayudar a Chrysler. No sólo le preocupaba perder una de las tres mayores empresas de la in-
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 25
dustria del automóvil sino que corría el riesgo de perder mucho dinero como consecuencia de un programa de seguro que habí¡¡ establecido varios años antes para pagar una pensión a los trabajadores. Este programa garantizaba a los trabajadores una pensión aunque quebrara la empresa. Si Chrysler hubiera quebrado, el Estado tendría que haber pagado a sus trabajadores cientas de millones de dólares en pensiones.
El Estado también terminó obteniendo mucho dinero al salir fiador de Chrysler, pues a cambio de avalar los préstamos, insistió en que se le diera una participación en la propiedad de la empresa. Con el éxito posterior, esta participación adquirió un gran valor. Como cabía esperar, Chrysler pidió al Estado que renunciara a lo que parecía (retrospectivamente) un pago excesivo por nada más que una promesa, una garantía por la que el Estado nunca había tenido que pagar nada. Éste se negó y se quedó con el dinero.
PROTECCIÓN CONTRA LA COMPETENCIA
EXTRANJERA
General Motors y Ford también tuvieron, aunque en menor medida, los mismos problemas que Chrysler. Pero a principios de los años ochenta, las tres empresas de automóviles comenzaron a recuperarse de las dificultades de los setenta por varias razones. Los sindicatos redujeron espectacularmente sus demandas salariales. Se desarrollaron automóviles más pequeños y más eficientes desde el punto de vista del consumo de combustible. Y, mientras ocurrían todos estos cambios, el Estado intervino de nuevo, en esta ocasión para ayudar a proteger a la industria de la competencia extranjera. De nuevo, volvieron a preocupar las suspensiones de empleo que estaban registrándose en la industria nacional del automóvil: en Michigan, importante Estado
productor de automóviles, el paro había alcanzado en 1980 la cifra de 12,6 % (mientras que la tasa total de paro de Estados Unidos era de un 7,1 %). Pero en lugar de imponer un arancel (un impuesto) sobre las importaciones de automóviles, el gobierno americano negoció con el japonés para restringir las exportaciones japonesas de automóviles. Aunque se dijo que las restricciones eran voluntarias, en realidad se negociaron bajo presiones. Si los japoneses no hubieran tomado la medida «voluntaria» de limitar las exportaciones, el Congreso habría aprobado probablemente una ley que los hubiera obligado a tomarla involuntariamente.
En cualquier caso, la reducción de la oferta de automóviles japoneses elevó no sólo las ventas de automóviles americanos, sino también los precios tanto de los automóviles japoneses como de los americanos. La industria americana fue subvencionada no sólo por los contribuyentes en general, sino también por quienes compraron automóviles, a través de los precios más altos que pagaron. Ni siquiera los fabricantes de automóviles japoneses tuvieron mucho de que quejarse, ya que también salieron beneficiados de la subida de los precios. De hecho, si un grupo de fabricantes americanos se hubiera reunido y hubiera acordado reducir su producción, se habría considerado que esto era una violación de las leyes antimonopolio de Estados Unidos, cuyo objetivo era velar por la competencia. Pero en este caso el propio gobierno americano fomentó la reducción de la competencia.
Los japoneses respondieron también de otro modo a estas restricciones. Decidieron soslayar las limitaciones de sus exportaciones fabricando automóviles en Estados Unidos. Esta respuesta supuso una irónica inversión de la pauta. En las primeras décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, las empresas americanas habían instalado fábricas en todo el mundo, de-
26 INTRODUCCIÓN
CUADRO l. l. Quién fabrica los automóviles en Estados Unidos
Producción nacional (Estados Unidos y Canadá) General Motors Ford Chrysler Pequeños fabricantesª
1960 1990
3.141.157 1.880.389
795.096
Total producido en Estados Unidos por empresas de propiedad americana Total producido en Estados Unidos por empresas de propiedad extranjerah Producción total de automóviles en Estados Unidos
2.869.799 1.749.308
921.337 528.517
6.068.955 o
6.068.955 498.785
6.567.740
o 5.816.642 1.080.246 6.896.888 2.404.416 9.301.304
Más importaciones Compras totales de automóviles en Estados Unidos
ª En 1960, los pequeños fabricantes eran American Motors, Studebaker y Packard; en 1990, ninguna de estas empresas seguía siendo independiente.
b Comprende Honda, Nissan, Toyota, Mazda, Mitsubishi y Subaru-Isuzu. Fuente: Ward's Automotive Yearbook (1961, 1991).
mostrando que los conocimientos técnicos y la capacidad de gestión americanos podían producir bienes mejores y más baratos. Ahora los japoneses estaban entrando en Estados Unidos dando lecciones de tecnología y de gestión. El cuadro 1.1, que muestra quiénes producían los automóviles que compraron los consumidores americanos tanto en 1960 como en 1990, es un poderoso testimonio de la creciente importancia que cobraron en ese período las importaciones y de los automóviles extranjeros producidos en Estados Unidos.
A los economistas suele gustarles traducir los números en gráficos y cifras. La figura 1.2 resume, en parte, la información del cuadro l. l. El panel A muestra la proporción de la producción total de Estados Unidos que representaban General Motors, Ford, Chrysler y «otras» empresas en 1960 y en 1990. Mientras que en 1960 las demás empresas eran todas de propiedad americana, en 1990 eran todas de propiedad extranjera. La figura muestra que la producción está muy concentrada. Así, por ejemplo, GM, que representa algo menos del 50 % de la producción total, tiene algo menos de la mitad de la tarta. El panel B representa gráficamente el significativo aumento que experimentó durante el período
en cuestión la proporción correspondiente a las importaciones.
A finales de los años ochenta, aunque la industria automovilística americana no había recuperado la posición dominante que ocupaba unos veinticinco años antes, mostraba crecientes signos de vitalidad, reflejados no sólo en sus elevados niveles de beneficios, sino también en los nuevos diseños e innovaciones. Pero la recesión de 1991 trajo consigo unos niveles de pérdidas sin precedentes. Sólo GM perdió cerca de 4.500 millones de dólares ese año, cifra récord para cualquier empresa.
La figura 1.3 muestra la historia de la producción americana de automóviles. Los altibajos de la curva reflejan el auge, la caída y la recuperación de la industria a los que nos hemos referido antes. Se representa la producción de automóviles en relación con los principales acontecimientos que afectaron a la economía en su conjunto. En el eje de abscisas se muestran los años y en el de ordenadas el número de automóviles vendidos. Basta echar un vistazo a la figura para darse cuenta de que la producción anual de automóviles ha disminuido considerablemente desde el máximo registrado en la década de 1960. Las mejoras en las técnicas de producción en serie pro-
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 27
1960 1990
A
1960 1990
B
Fm. 1.2. Reparto del mercado de automóviles de Estados Unidos. Esta tarta representa algunos de los cambios que ha sufrido el mercado de automóviles de Estados Unidos en las últimas décadas. Los gráficos del panel A muestran que la producción ha continuado estando concentrada. En 1960, las «otras» empresas eran pequeñas empresas americanas, como Studebaker y American Motors; en 1990, eran empresas de propiedad extranjera, como Honda. Los gráficos del panel B muestran el espectacular aumento que han experimentado las importaciones. Fuente: Ward's Automotive Reports (1960, 1991).
Millones de automóviles producidos
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
º'--~-C:.L_1'll.Z:;;_jL_~-1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990
Fm. 1.3. Producción anual de automóviles de Estados Unidos, desde 1900 hasta la actualidad. La evolución de la producción de automóviles de Estados Unidos refleja los acontecimientos ocurridos en su economía y en el mundo durante el siglo xx, al tiempo que se ha visto influida por ellos. Fuente: Ward's Automotive Reports (varios años).
28 INTRODUCCIÓN
vocaron el auge de las ventas de automóviles que se registró a comienzos de siglo. Durante la Gran Depresión de los años treinta, éstas disminuyeron acusadamente, y durante la Segunda Guerra Mundial la producción de automóviles para uso civil se detuvo por completo. A continuación, aumentó vertiginosamente durante la expansión de la posguerra de los años cincuenta y sesenta. En los setenta, las enormes subidas del precio de la gasolina contribuyeron a desencadenar dos recesiones mundiales, reduciendo las ventas de automóviles, antes de que la economía de Estados Unidos volviera a mostrar una pauta de crecimiento continuo a mediados de la década de 1980, que permitió que se detuviera, al menos, el descenso de las ventas de automóviles. La competencia extranjera causó otra disminución de la producción de automóviles americanos a finales de la década, que se vio exacerbada por la recesión de 1991.
¿Qué es la economía?
Aunque este breve relato ilustra numerosas facetas de la economía, procede definir ahora nuestra disciplina. La economía estudia el modo en que eligen los individuos, las empresas, el Estado y otras entidades de nuestra sociedad y en que esas elecciones determinan la manera en que se utilizan los recursos que ésta tiene. El término escasez ocupa un lugar destacado en economía: las elecciones son importantes porque los recursos son escasos. Imaginemos el caso de una persona inmensamente rica que puede comprar todo lo que quiere. Cabe pensar que la escasez no figura en su vocabulario, hasta que se considera que el tiempo es un recurso y que debe decidir a qué caro juguete va a dedicarlo cada día. Teniendo en cuenta el tiempo, pues, la escasez es un hecho cierto en la vida de todo el mundo.
Para producir un solo bien, como un automóvil, es preciso tomar miles de decisiones. Como una economía se compone no sólo de automóviles, sino también de millones de productos, es una maravilla que funcione, y mucho más que funcione tan bien como lo hace la mayor parte del tiempo. Esta maravilla es especialmente evidente si se examinan los casos en los que las cosas no funcionan tan bien: la Gran Depresión que afectó a Estados U nidos en los años treinta, en la cual el 25 % de la población trabajadora no encontraba trabajo; los países de la antigua Unión Soviética, en los que sencillamente a menudo no hay bienes de consumo ordinarios, como zanahorias o papel higiénico o botas; las economías menos desarrolladas de muchos países de África, Asia y Sudamérica, en las cuales los niveles de vida siguen siendo persistentemente bajos o incluso han disminuido en algunos lugares.
El hecho de que haya que elegir se aplica tanto a la economía en su conjunto como a cada persona. Los individuos, las economías domésticas, las empresas y el Estado toman de alguna manera decisiones que determinan conjuntamente cómo se utilizan los recursos limitados de la economía, entre los cuales se encuentran la tierra, el trabajo, las máquinas, el petróleo y otros recursos naturales. ¿Cómo es que la tierra que se utilizó en un momento para la producción agraria puede utilizarse en otro para instalar una fábrica de automóviles? ¿Cómo es que en sólo dos décadas se transfirieron recursos de la producción de carruajes de caballos a la fabricación de carrocerías de automóvil y se reemplazaron los herreros por mecánicos de automóviles? ¿De qué manera las decisiones de miles de consumidores, trabajadores, inversores, directivos y autoridades determinan conjuntamente la utilización de los recursos escasos de que dispone la sociedad? Los economistas reducen estas cuestiones a cuatro preguntas básicas que se
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 29
refieren al modo en que funcionan las economías:
1. ¿Qué se produce y en qué cantidad? El consumo ha experimentado grandes cambios en los últimos cincuenta años. Por ejemplo, en Estados Unidos el gasto en asistencia sanitaria sólo representaba en 1950 un 3,5 % del consumo personal total. En 1990, más de uno de cada ocho dólares se gastaba en este concepto. En 1950, más de uno de cada cuatro dólares se gastaba en alimentos. A finales de los años ochenta, solamente uno de cada seis. En los últimos veinte años, los consumidores han sustituido los automóviles devoradores de gasolina por otros más eficientes desde el punto de vista del consumo de combustible. ¿A qué puede deberse ese tipo de cambios? La economía parece vomitar nuevos productos, como magnetoscopios, y nuevos servicios como cajeros automáticos. ¿A qué se debe este proceso de innovación? El nivel global de producción también varía de un año a otro y va acompañado a menudo de grandes variaciones de los niveles de empleo y de paro. ¿Cómo pueden explicar los economistas estos cambios?
En Estados Unidos, la interacción privada de las empresas y los consumidores explica en gran medida qué se produce y en qué cantidades, aunque también desempeña un papel importante el Estado. Los precios son fundamentales en la determinación de los bienes que se producen. Cuando sube el precio de un bien, las empresas tienen incentivos para producir una cantidad mayor de ese bien, para aumentar sus beneficios. Una cuestión esencial que interesa a los economistas es, pues, por qué unos bienes son más caros que otros y por qué sube o baja su precio.
2. ¿Cómo se producen estos bienes? Las cosas pueden hacerse generalmente de muchas maneras. Los textiles pueden ha-
cerse con telares manuales. Las máquinas modernas permiten a un número menor de trabajadores producir una cantidad mayor de tela. La maquinaria muy moderna puede estar muy informatizada y permitir a un trabajador el control de muchas más máquinas· que antes. Las máquinas mejores generalmente cuestan más, pero exigen menos mano de obra. ¿Qué técnica se utilizará? ¿La tecnología avanzada o la intensiva en trabajo? Henry Ford introdujo un nuevo sistema para fabricar automóviles, la cadena de montaje. Últimamente, los fabricantes de automóviles han comenzado a utilizar robots. ¿Qué determina el ritmo de cambio de la tecnología?
En las economías de los países occidentales, las empresas responden a la pregunta sobre el modo en que se producen los bienes, de nuevo con la ayuda del Estado, cuyas reglamentaciones y leyes afectan a todo, desde la organización global de las empresas hasta la manera en que se relacionan éstas con sus trabajadores y con sus clientes.
3. ¿Para quién se producen estos bienes? Una vez producidos los bienes, surge la cuestión de la distribución. ¿Quién consume los bienes que se producen en una sociedad? En los países occidentales, las personas que tienen una renta más alta pueden consumir más bienes. Pero esa respuesta nos lleva únicamente un paso más atrás: ¿qué determina las diferencias de renta y de salarios? ¿Qué papel desempeñan la suerte, la educación, la herencia, los ahorros, la experiencia y el tesón? Es difícil responder a estas preguntas, De momento, basta decir que aunque, una vez más, las rentas son determinadas principalmente por la interacción privada de las empresas y las economías domésticas, el Estado también desempeña un importante papel, con impuestos y programas que redistribuyen la renta.
La figura 1.4 muestra la remuneración
30 INTRODUCCIÓN
Cociente entre la renta de cada grupo y la media
de la economía (%)
Media (100)
Trabajadores Carniceros Bomberos Programadores Pilotos Médicos no cualificados informáticos de líneas
aéreas
Fm. 1.4. ¿Quién se lleva a casa lo que produce Estados Unidos? Este gráfico mide los ingresos de algunas profesiones en relación con los salarios del trabajador medio. Los bomberos ganan un 25 % más que el trabajador medio, mientras que los médicos ganan el séxtuplo.
relativa de algunas ocupaciones. A juzgar por la renta, en Estados Unidos la proporción de la producción de la economía que recibe cada médico es el quíntuplo de la que recibe un bombero y el séptuplo de la que recibe un carnicero.
4. ¿Quién toma las decisiones económicas y por medio de qué procedimiento? En una economía basada en un sistema de planificación central, como era la Unión Soviética, el Estado asume la responsabilidad de casi todos los aspectos de la actividad económica. Responde tanto a las tres primeras preguntas como a la cuarta. Un organismo central de planificación· económica indica a través de una burocracia qué se producirá, con qué método y quién lo consumirá.
En el otro extremo del espectro se encuentran las economías que determinan el qué, el cómo y el para quién, basándose principalmente en el libre intercambio de los productores y sus clientes. Se dice que los países occidentales, que se encuentran cerca de este último extremo, tienen una economía mixta, es decir, las decisiones son tomadas por el sector público (por el gobierno) y por el sector privado. Los productores hacen, dentro de ciertos límites, lo que quieren; utilizan el método de pro-
ducción que les parece oportuno; y la producción colectiva se distribuye entre los consumidores de acuerdo con su renta. Cuando los economistas examinan una economía, quieren saber hasta qué punto las decisiones económicas son tomadas por el Estado y hasta qué punto son tomadas por los particulares. En los países occidentales, aunque se permite a los ciudadanos tomar sus propias decisiones sobre el tipo de automóvil que van a comprar, el Estado interviene de muchas formas: por ejemplo, toma medidas que afectan a las importaciones de determinados productos, que limitan la cantidad de contaminantes que puede emitir un automóvil y que fomentan el ahorro de gasolina y la seguridad.
También cabe preguntarse si los consumidores toman las decisiones económicas en beneficio propio o en beneficio de un patrono, por ejemplo, de una empresa o de un organismo público. Esta distinción es importante. Cábe esperar que las personas que actúan en representación propia tonien decisiones que les beneficien. Sin embargo, cuando actúan en nombre de organizaciones, puede existir un conflicto de intereses. Los observadores suelen referirse a las sociedades anónimas y a los Estados como si se tratara de una única persona. Los economistas señalan que las organizaciones se
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 31
componen, por definición, de una multitud de personas y que sus ·intereses no tienen por qué coincidir entre sí, ni, si vamos a eso, con los de la propia organización. Éste no es sino un ejemplo del hecho de que las organizaciones plantean algunos problemas específicos al análisis de la elección.
A los economistas les interesa saber no sólo cómo responde la economía a los cuatro interrogantes básicos, sino también con qué grado de satisfacción, como lo demuestra su interés por el modo en que se toman las decisiones. Se preguntan si la economía es eficiente, si podría producir una mayor cantidad de algunos bienes sin producir una menor de otros, y si sería posible mejorar el bienestar de algunas personas sin empeorar el de otras.
Los mercados y el Estado en la economía mixta
El hecho de que en los países occidentales las decisiones sean tomadas principalmente por el sector privado refleja la creencia de los economistas de que ello es conveniente y necesario para la eficiencia económica; sin embargo, los economistas también creen que son deseables algunos tipos de intervención del Estado. Hallar el equilibrio adecuado entre el sector público de la economía y el privado es una de las cuestiones fundamentales del análisis económico.
Los MERCADOS
Cuando los economistas son partidarios de que las decisiones sean tomadas principalmente por el sector privado, suelen decir que las decisiones económicas deben dejarse «al mercado». El concepto moderno de mercado es una extensión del mercadillo tradicional de los pueblos, en el que los compradores y los vendedores se reu-
nían para intercambiarse bienes. En muchos países menos desarrollados aún existe este tipo de mercado y en la mayoría de las ciudades algunos agricultores acuden a vender sus productos a un mercado de productos agrarios. En las economías modernas, existen algunos mercados en lugares perfectamente definidos: por ejemplo, las acciones se comercian en su mayoría en el «mercado de valores» situado en lugares como la Bolsa de Nueva York, la Bolsa de Tokio o la Bolsa de Madrid.
Actualmente, el concepto de mercado se utiliza para referirse a cualquier situación en la que se realicen intercambios, si bien éstos pueden no parecerse a los mercados de los pueblos. En los grandes almacenes y en los centros comerciales, los clientes raras veces regatean sobre el precio. Cuando los fabricantes compran las materias primas que necesitan para producir, no las intercambian por otros bienes sino por dinero. La mayoría de los bienes, desde las cámaras hasta la ropa, no se vende directamente de los productores a los consumidores, sino de los productores a los distribuidores, de los distribuidores a los minoristas, de los minoristas a los consumidores. El concepto de economía de mercado engloba todas estas transacciones.
En las economías de mercado competitivas, los consumidores toman decisiones que reflejan sus propios deseos. Y las empresas toman decisiones que maximizan sus beneficios, para lo cual deben producir los bienes que desean los consumidores y deben producirlos con un coste más bajo que el de otras empresas. Cuando las empresas compiten entre sí en busca de beneficios, los consumidores se benefician, tanto por el tipo de bienes que se producen como por los precios a los que se ofrecen. Por lo tanto, la economía de mercado da respuesta a tres de los cuatro interrogantes económicos básicos --qué se produce, cómo se produce y cómo se toman estas decisiones-, y las respuestas ga-
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32 INTRODUCCIÓN
rantizan, en conjunto, la eficiencia de la economía.
La economía de mercado también responde a la cuestión restante -para quién se producen los bienes-, pero la respuesta no resulta aceptable para todo el mundo. Los mercados asignan los bienes a quienes quieren y pueden pagar el máximo por ellos. Como los postores que intervienen en una subasta, los participantes en el mercado que quieren y pueden pagar el precio más alto son los que se llevan los bienes, pero lo que quieran y puedan pagar depende de su renta. Es posible que algunos grupos de personas -entre las que se encuentran las que carecen de cualificaciones valoradas por el mercado- perciban una
·renta tan baja que no puedan sobrevivir o alimentar y educar a sus hijos sin una ayuda externa. El Estado les presta esa ayuda tomando medidas para aumentar la igualdad de la renta. Sin embargo, estas medidas a menudo afectan negativamente a los incentivos económicos. Aunque las prestaciones sociales constituyen una importante red de seguridad para los pobres, los elevados impuestos que se necesitan para financiarlas pueden reducir los incentivos para trabajar y ahorrar. Al fin y al cabo, si el Estado se queda con una de cada tres -o incluso dos- pesetas que ganan las personas de renta alta, tal vez éstas no se sientan inclinadas a trabajar mucho. Quizá decidan no trabajar los sábados y tomarse más vacaciones. Y si el Estado se queda con una de cada dos o tres pesetas de intereses que gana una persona gracias a sus ahorros, tal vez ésta decida ahora gastar más y ahorrar menos. La cuestión del equilibrio correcto entre la preocupación por la igualdad, denominada a menudo preocupación por la equidad, y la eficiencia es, al igual que el problema del equilibrio correcto entre el sector público y el privado, una de las cuestiones fundamentales del análisis económico moderno.
EL PAPEL DEL ESTADO
Aunque el mercado da respuesta, en conjunto, a los interrogantes económicos básicos que garantizan la eficiencia, existen algunas áreas en las que las soluciones no son buenas o eso les parece a muchas personas. Cuando el mercado no funciona bien o no se percibe que funcione bien, suele recurrirse al Estado. Sin embargo, ésta no es más que una de sus funciones.
El Estado desempeña un importante papel en las economías modernas, por lo que es necesario comprender cuál es éste y por qué realiza las actividades que realiza. En el relato de la industria del automóvil, nos encontramos varios casos de intervención del Estado. En los comienzos de la historia del automóvil, George Baldwin Selden casi pudo valerse de la legislación sobre las patentes creada por el Estado para alterar el rumbo de la industria. A finales de los años setenta, los préstamos avalados por el Estado permitieron sobrevivir a Chrysler. La industria del automóvil resultó extraordinariamente beneficiada por las restricciones que impuso el Estado sobre las importaciones japonesas, pero probablemente resultó perjudicada por otras reglamentaciones, como las relativas a la seguridad y a la contaminación. El poder de los sindicatos del automóvil, cuando consiguieron subir considerablemente los salarios, fue, en parte, el resultado de los derechos que la legislación federal les había reconocido. Más adelante en este libro, veremos otras vías por las que el Estado ha influido en la industria del automóvil y en otras industrias.
En general, el Estado establece el marco jurídico por el que se rigen las empresas privadas y los particulares. Regula las empresas para garantizar que no discriminen por razones raciales o sexuales, que no engañen a los clientes, que velen por la seguridad de sus trabajadores; que no contami-
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r EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 33
nen el aire y el agua. En algunas industrias, el Estado funciona como una empresa privada; en Estados Unidos, la Tennesse Valley Authority (TVA), de propiedad pública, es uno de los mayores productores de electricidad; la mayoría de los niños asisten a escuelas públicas; y la mayor parte del correo siguen repartiéndolo las Qficinas de correos de propiedad pública. En otros casos, como el de la defensa nacional, la construcción de carreteras y la emisión de dinero, el Estado suministra bienes y servicios que no suministra el sector privado. Los programas públicos ayudan a los ancianos a través de la Seguridad Social (que paga una renta a las personas jubiladas y financia sus necesidades médicas). El Estado ayuda a quienes han sufrido algún tipo de problema económico, por medio del seguro .de desempleo destinado a las personas que están temporalmente en paro, y del seguro de invaliq¡::z, destinado a las personas que ya no' pueden trabajar. El Estado también intenta ofrecer una «red de seguridad» a los pobres, especialmente a sus hijos, a tr¡wés de algunos programas de asistencia social.
Sip embargo, es fácil imaginar un Estado que controle la economía más directamente. En los países en los que la autoridaci encargada de tomar las decisiones está centralizada y concentrada en el Estado, los burócratas pueden decidir qué y cómo debe producir una fábrica y dictar leyes sobre los niveles salariales que deben pagarse. En algunos países europeos, el Estado gestiona empresas siderúrgicas, minas de carbón y el sistema telefónico. En algunos, como en la antigua Unión Soviética y China, han intentado controlar, al menos hasta hace poco, casi todas las grandes decisiones relacionadas con la asignación de los recursos.
Los TRES PRINCIPALES MERCADOS
La economía de mercado, en su forma sencilla, gira en torno al intercambio entre las personas (o las economías domésticas), que compran bienes y servicios a las empresas, y las empresas, que utilizan factores, es decir, distintos materiales de producción, y obtienen productos, es decir, los bienes y servicios que venden. Cuando reflexionan sobre las economías de mercado, los economistas centran la atención en tres grandes categorías de mercados en las que se interrelacionan los consumidores y las empresas. Los mercados en los que las empresas venden sus productos a las economías domésticas se denominan colectivamente mercados de productos, es decir, mercados de bienes. Muchas empresas también venden sus bienes a otras; los productos de las primeras se convierten en factores de las segundas. También se dice que estas transacciones se realizan en el mercado de productos. ·
Por lo que se refiere a los factores, las empresas necesitan (además de los materiales que compran en el mercado de productos) alguna combinación de trabajo y maquinaria con la que poder producir sus bienes. Compran los servicios de trabajadores en el mercado de trabajo. Reúnen fondos, con los que comprar factores, en el mercado de capitales. Tradicionalmente, los economistas también han resaltado la importancia de un tercer factor, la tierra, pero en las economías industriales modernas, ésta tiene una importancia secundaria. Por lo tanto, en la mayoría de los casos basta centrar la atención en los tres grandes mercados aquí mencionados y ésa es la pauta que seguiremos en el presente libro.
Como muestra la figura 1.5, los individuos participan en los tres mercados. Cuando compran bienes o servicios, actúan como consumidores en el mercado de productos. Cuando actúan como trabajadores, los economistas dicen que «venden r
!' r'. . .
34 INTRODUCCIÓN
Empresas
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- trabajo
Economías domésticas
FIG. 1.5. Los tres mercados. Para los economistas, la gente desempeña varios papeles: normalmente es un consumidor en el mercado de productos, un trabajador en el de trabajo y un prestatario y prestamista en el de capitales.
sus servicios de trabajo» en el mercado de trabajo.
Cuando los individuos compran acciones de una empresa o le prestan dinero, los economistás señalan que participan en el mercado de capitales y los denominan inversores. La industria del automóvil ofrece algunos ejemplos gráficos de la complejidad de los tres mercados.
El mercado de productos. Los economistás utilizan el término «mercado de productos» para referirse a la venta de bienes por parte de las empresas a las economías domésticas y a otras empresas. Entre las características más importantes del mercado de productos se encuentra el grado de competencia. A principios de la· década de 1900, la industria automovilística americana estába integrada por un gran número de empresas que competían entre sí; en una época más reciente, en los años sesentá, tres empresas dominaban el sector; y en la actualidad las empresas extranjeras compiten poderosamente con las americanas.
Sin embargo, la competencia económica no es más que una de las preocupaciones económicas importantes. Los derechos de patente constituyen un caso en el que la
sociedad está dispuesta a arriesgarse a que no exista competencia durante un período limitado de tiempo a cambio de que los inventores tengan incentivos para producir nuevos productos. El caso de Chrysler, que llegó a estar al borde del colapso, es un ejemplo en el que el sistema político americano consideró inaceptáble los resultados de la competencia del mercado: una gran empresa se vio abocada a la quiebra.
El mercado de trabajo. Los economistas suelen utilizar el término «mercado de trabajo» para referirse a las transacciones en las que se contratán trabajadores o se compran servicios de trabajo. Las empresas no sólo deben contratar trabajadores y formarlos; también deben ofrecerles incentivos para que trabajen mucho y no se vayan. Henry Ford descubrió que podía ser rentable pagar unos salarios superiores a los de los competidores y las empresas de automóviles observaron, a principios de los años ochenta, que unos salarios excesivamente altos podían impedirles competir con los automóviles importádos.
El mercado de capitales. El término «capital» se utiliza en economía en dos
EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA
Primer plano: Rusia y el Este de Europa tratan de dar nuevas respuestas a viejos interrogantes
35
Durante la mayor parte del siglo xx, el sistema económico de planificación central de la antigua Unión Soviética ha dado respuestas directas a cuatro interrogantes económicos básicos.
¿Qué se producía en una economía de ese tipo y en qué cantidades? Los planificadores estatales fijaban los objetivos y los trabajadores y las empresas se esforzaban por cumplirlos.
¿Cómo se producían estos bienes? De nuevo, como los planificadores estatales decidían lo que se entregaba a cada fábrica, decidían, de hecho, cómo se producía.
¿Para quién se producían estos bienes? El Estado tomaba decisiones sobre la remuneración de cada puesto de trabajo, lo cual afectaba a la cantidad que podía consumir la población. En principio, ésta podía elegir lo que compraba en tiendas gestionadas por el Estado, a precios fijados por el gobierno. Pero en la práctica, en estas tiendas faltaban muchos bienes. Quienes ocupaban posiciones de poder e influencia podían hallar otras fuentes de bienes, pero no así los consumidores medios. El Estado también controlaba directamente muchos bienes, como los apartamentos, decidiendo quién podía vivir en ellos.
¿Quién tomaba las decisiones económicas y mediante qué procedimiento? Los planificadores del Estado decidían, basándose en sus ideas sobre los objetivos económicos nacionales.
Hubo un tiempo en que toda esta planificación pareció muy sensata, como dijo en una ocasión el ex primer ministro soviético Nikita Krushev: «La economía es una materia que no respeta mucho nuestros deseos.» Pero cuando llegó al poder Mijail Gorbachov a mediados de los años ochenta, era evidente para los ciudadanos soviéticos y para los observadores exteriores que era necesario realizar algunos cambios. Podrían citarse muchos ejemplos de calamidades económicas soviéticas, pero bastarán dos. En el mercado del calzado, la Unión Soviética era el mayor productor nacional del mundo. Sin embargo, el zapato medio era de tan mala calidad que se rompía en unas semanas, por lo que había grandes existencias de zapatos que nadie quería pudriéndose en los almacenes. En la agricultura, el gobierno soviético había permitido tradicionalmente la existencia de pequeñas parcelas agrícolas privadas. Aunque limitaba el tiempo que podían tenerlas los agricultores, la gestión pública de la agricultura era tan improductiva que el 3 % de la tierra soviética gestionada por particulares solía representar alrededor de un 25 % de la producción agrícola total.
Actualmente, el nivel de vida de la antigua Unión Soviética no sólo es más bajo que el de países industrializados como Estados Unidos y los de Europa occidental, sino que apenas es superior al de países en vías de desarrollo como Brasil y México .. Los trabajadores de la Unión Soviética se decían con un humor macabro unos a otros: «Fingimos trabajar y ellos fingen pagarnos.»
Gorbachov llegó al poder promocionando las ideas de la perestroika (reestructuración) y la g/asnost (apertura). En términos políticos, estas ideas tuvieron consecuencias muy rápidas y poderosas. En los países del Este de Europa, los dirigentes comunistas fueron derrocados en 1989 y 1990. La propia Unión Soviética se desintegró a finales de 1991, dividiéndose en Rusia, Ucrania y otros Estados independientes. Muchos de estos países celebraron elecciones para determinar, al menos en parte, quién gobernaría.
Sin embargo, decidir celebrar elecciones es relativamente fácil en comparación con la tarea de reestructurar toda una economía. A menudo pareció que los deseos políticos de la población que luchaba por la libertad relegaban a un segundo plano las consideraciones económicas. Sin embargo, a principios de los años noventa, comenzaron a vislumbrarse algunas sendas generales para introducir reformas económicas en estas economías. Es preciso que los trabajadores tengan más incentivos para trabajar más, aunque eso signifique una
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36 INTRODUCCIÓN
mayor desigualdad salarial. Es necesario que las empresas tengan más incentivos para ser más eficientes y producir lo que desea la población, aunque eso signifique de vez en cuando paro y quiebra. Parece evidente que el papel de los planificadores del Estado debe disminuir. En 1989 y 1990 se establecieron programas de este tipo en muchos países del Este de Europa y a principios de 1992 en Rusia durante el mandato de Boris Yeltsin.
Pero tras siete décadas de planificación económica central, la transición a una economía en la que las fuerzas del mercado tengan mayor poder promete ser extraordinariamente difícil. Podría muy bien ocurrir que la situación empeorara antes de mejorar y que los resultados no se vieran hasta dentro de años o incluso décadas.
sentidos diferentes, pero estrechamente relacionados entre sí. El primero se refiere a las máquinas y a los edificios, que a veces se denominan bienes de capital. El segundo se refiere al dinero que se utiliza para comprar y vender bienes de capital o para comprar y vender empresas (que pueden poseer, a su vez, bienes de capital). Cuando los economistas se refieren al «mercado de capitales», generalmente se refieren a los mercados en los que se reúnen y se transfieren fondos, incluidas todas las instituciones que conceden y piden préstamos. En este libro tenemos cuidado de utilizar el término «bienes de capital» para referirnos exclusivamente a las máquinas y a los edificios.
El mercado de capitales comprende toda la gama de instituciones por medio de las cuales las empresas (y los individuos) reúnen dinero de otras empresas e individuos. Desde la óptica del economista, los consumidores pueden hacer dos cosas con su dinero: gastárselo o ahorrarlo. Lo que ahorran lo ingresan .en cuentas bancarias, en cuentas financieras y en muchos otros instrumentos a través de los cuales entran fondos en el mercado de capitales. Éste de· sempeña un importante papel no sólo en la financiación de nuevos proyectos y nuevas inversiones -como cuando Henry Ford buscó inversores con los que debía compartir los ingresos derivados de sus innovaciones- sino también en la ayuda a las empresas ya establecidas cuando atraviesan dificultades. La imposibilidad de Chrysler
de reunir fondos sin un aval del Estado puso a la empresa al borde de la quiebra.
Los mercados de capitales influyen de manera determinante· en el modo en que sé asigna el ahorro de un país. Los inversores y las émpresas, como los bancos o los fondos de pensiones, que reciben y guardan los ahorros de los consumidores deben decidir no sólo qué industrias parecen más prometedoras, sino también qué empresas de esas industrias parecen tener más probabilidades de ser rentables. Para financiar sus empresas de automóviles, Henry Ford tuvo que competir con un gran número de innovadores y de empresas ya establecidas, muchos de los cuales tenían tanta fe en sus propias ideas como él en las suyas.
Las ramas de nreconomía
La economía es una extensa disciplina. Para comprender incluso el desarrollq de una única industria, como la del automó, vil, es necesario estudiarla desde distintas perspectivas.
Microeconomía y macroeconomía
El estudio detallado de los mercados <le productos, de trabajo y de capitales, se denomina microeconomía. La microeconomía («micro» viene del griego y significa «pequeño») centra la atención en la· cdhducta de las unidades -las empresas, las economías domésticas y los individuos-
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 37
que integran la economía. Se ocupa del modo en que las unidades tornan decisiones y de los elementos que influyen en esas decisiones. En cambio, la macroeconomía («macro» viene del griego y significa «grande») examina la conducta de la economía en su conjunto, en concreto, la conducta de indicadores agregados corno las tasas globales de paro, de inflación y de crecimiento económico, así corno la balanza comercial. Las cifras agregadas no nos dicen qué está haciendo una empresa o una economía doméstica, sino qué está ocurriendo en total o en promedio.
Es importante recordar que estas perspectivas económicas no son rnás que dos maneras de examinar lo mismo. La microeconomía es una visión de la economía de abajo arriba y la macroeconomía es una visión de arriba abajo. La conducta de la economía en su conjunto depende de la conducta de las unidades que la integran; por ejemplo, la tasa global de paro es, en parte, el resultado de las decisiones de empleo de los miles de empresas que forman la economía; la tasa de inflación es el resultado de miles de decisiones sobre los precios que deben cobrarse; la tasa de crecimiento económico es determinada por miles de decisiones sobre la inversión, la investigación y el desarrollo y los nuevos productos.
La evolución de la industria del automóvil tiene aspectos tanto microeconómicos GOrno rnacroeconómicos. Es, en parte, una historia de interrelaciones microeconómicas de empresas, inversores y sindicatos. Es, en parte, una historia de fuerzas rnacroeconómicas globales, corno la escasez de petróleo y el aumento de la competencia extranjera. Cuando las empresas automovilísticas americanas suspendieron de empleo a los trabajadores a finales de los años setenta, sus problemas elevaron la tasa global de paro. La recesión de principios de los años noventa provocó una gran reducción de las ventas de automóviles.
La ciencia económica
La economía es una ciencia social. Estudia el problema social de la elección desde un punto de vista científico, lo que significa que se basa en una exploración sistemática del problema de elección, que implica tanto la formulación de teorías corno el examen de datos.
Una teoría consiste en un conjunto de supuestos (o hipótesis) y de conclusiones extraídas a partir de esos supuestos. Las teorías son ejercicios lógicos: si los supuestos son correctos, entonces se siguen los resultados. Si todos los titulados universitarios tienen mayores posibilidades de conseguir trabajo y Elena es .titulada universitaria, entonces tiene mayores posibilidades de conseguir trabajo que los no titu
, lados. Los economistas hacen predicciones con sus teorías. Pueden utilizar una teoría para predecir qué ocurrirá si sube un impuesto, si se suprime alguna reglamentación o si se limitan las importaciones de automóviles extranjeros. Las predicciones de una teoría son del tipo «si sube un impuesto y si el mercado es competitivo, disminuirá la producción y subirán los precios».
Otra palabra para referirse a la teoría en economía es modelo. Para comprender cómo utilizan los economistas los modelos, consideremos el caso de un fabricante moderno de automóviles que está tratando de diseñar un nuevo automóvil. Es sumamente caro construirlo. En lugar de crear un coche totalmente desarrollado acorde con la concepción que tiene cada ingeniero o diseñador de cómo le gustaría que fuera éste, la empresa utiliza modelos. Los diseñadores pueden utilizar un modelo de plástico para estudiar la forma general del vehículo y valorar las reacciones a la estética del automóvil. Los ingenieros pueden utilizar un modelo de ordenador para estudiar la resistencia al aire, a partir del cual pueden calcular el consumo de
38 INTRODUCCIÓN
combustible. Otra cuestión importante es la comodidad de los ocupantes; los ingenieros pueden construir un modelo independiente para el interior del automóvil. Y los diseñadores de interiores pueden tener poco interés por los detalles de la forma exterior y utilizar su propio modelo del interior.
Al igual que los ingenieros construyen modelos diferentes para estudiar una determinada característica de un automóvil, así también los economistas construyen modelos de las economías -con palabras o ecuaciones- para describir las características de la economía a la que se refieren. Un modelo económico puede describir una relación general («cuando aumenta la renta, se incrementa el número de automóviles comprados»), una relación cuantitativa («cuando la renta aumenta un 10 %, el número de automóviles comprados se incrementa, en promedio, un 12 %») o realizar una predicción general («una subida del impuesto sobre la gasolina reduce la demanda de automóviles»).
UN EJEMPLO ECONÓMICO: CÓMO ELEGIR
EL MEDIO DE TRANSPORTE PARA IR A TRABAJAR
La congestión del tráfico es un gran problema en casi todas las grandes ciudades del mundo. A los planificadores urbanos les gustaría animar a los ciudadanos a utilizar más a menudo el transporte público. Pensando cómo hacerlo mejor, han encontrado sumamente útiles los modelos sencillos del modo en que éstos deciden ir a trabajar. Aun reconociendo que en la decisión de tomar el autobús o el metro frente a utilizar el automóvil privado entra una amplia variedad de consideraciones, los planificadores pueden centrar la atención en dos: el coste y el tiempo. Pero, como dice el refrán, el tiempo es oro. Por lo tanto, los planificadores suman el coste real de transporte y el valor del tiempo. Una vez más,
aunque admiten que cada persona valora el tiempo de un modo distinto, pueden simplificar diciendo que el tiempo se valora en función del salario percibido.
Para ver cómo puede utilizarse un modelo de ese tipo, examinemos el caso de la ciudad de Urbania, que está considerando la posibilidad de sustituir su lento servicio actual de ferrocarril al Parque Industrial Idílico por una línea de trenes de alta velocidad, que reduciría la duración del viaje en 30 minutos. El viaje en tren dura actualmente 1 hora y en automóvil 45 minutos. El coste actual del primero es de 100 pesetas; en el caso del segundo, el coste estimado de la gasolina más el desgaste del automóvil es de 125 pesetas. El trabajador medio de Parque Industrial Idílico gana 2.000 pesetas por hora, por lo que el valor de quince minutos adicionales es de 500. El coste total de ir en automóvil es de 1.500 (valor del tiempo)+ 125 = 1.625 pesetas y de ir en tren 2.000 (valor del tiempo) + 100 = 2.100 pesetas. El modelo predice que pocos trabajadores tomarán el lento tren actual.
El tren de alta velocidad obligará a subir el billete a 200 pesetas. El coste total de un viaje será, pues, de 200 (billete)+ 1.000 (valor del tiempo) = 1.200 pesetas, es decir, considerablemente menor que el coste de ir en automóvil, que es de 1.625. El modelo predice que muchos trabajadores cambiarán de medio de transporte, y sostiene que debe prestarse una atención considerable a la velocidad.
Aunque este ejemplo es hipotético, cuando se debatió la construcción del sistema de transporte rápido BART (Bay Area Rapid Transit) en el área de San Francisco, surgieron consideraciones parecidas. Y surgen repetidamente cuando las ciudades consideran la posibilidad de ampliar o mejorar su sistema de transporte subterráneo.
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 39
DEsCUBRIMIENTO E INTERPRETACIÓN
DE RELACIONES
Una variable es cualquier elemento que puede medirse y que varía. Los precios, los salarios, los tipos de interés, las cantidades compradas y vendidas, todos son variables. El precio del pan varía con el tiempo, así como la cantidad vendida. Lo mismo acure con el precio del trigo, el número de personas que tienen trabajo, el tipo de interés que nos paga el banco. Lo que les interesa a los economistas es la relación entre las variables. Cuando ven lo que parece ser una relación sistemática entre variables, se preguntan si surgió por casualidad o si existe, de hecho, una relación. Ésta es la cuestión de la correlación.
Los economistas utilizan contrastaciones estadísticas para medir y contrastar las correlaciones. Consideremos, por ejemplo, el problema de averiguar si una moneda está o no equilibrada. Si tiramos una moneda al aire 1 O veces y sale 6 veces cara y 4 veces cruz, ¿es una moneda equilibrada o está sesgada en favor de la cara? Las contrastaciones estadísticas dirán que el resultado de 6 veces cara y 4 veces cruz podría salir fácilmente por casualidad, por lo que los datos no demuestran que la moneda esté desequilibrada; Naturalmente, tampoco demuestra que no lo esté en alguna medida. Las pruebas no son lo suficientemente poderosas como para extraer ninguna de las dos conclusiones. En cambio, si tiramos una moneda al aire 100 veces y sale 80 veces cara, las contrastaciones estadísticas nos dirán que la posibilidad de que eso ocurra por casualidad es extraordinariamente pequeña. Por lo tanto, los hechos confirmarían la afirmación de que la moneda está desequilibrada.
Una lógica similar puede utilizarse cuando se trata de averiguar si existen correlaciones entre los datos económicos. Las personas que tienen un nivel de estudios más elevado tienden a percibir unos
salarios más altos. ¿Es esta relación meramente casual? Las contrastaciones estadísticas muestran si los datos son demasiado débiles para extraer una conclusión o si confirman una determinada respuesta.
CAUSACIÓN FRENTE A CORRELACIÓN
A los economistas les gustaría hacer algo más que afirmar simplemente que diferentes variables están, de hecho, correlacionadas. Les gustaría llegar a la conclusión de que los cambios de una variable son la causa de los cambios de la otra. Esta distinción entre correlación y causación es importante. Si una variable «causa» la otra, el cambio de una altera necesariamente la otra. Si la relación es una mera correlación, puede no alterarla.
Por ejemplo, la figura 1.6 muestra la relación entre el nivel de estudios terminados y la renta anual. No cabe duda de que las personas que tienen un nivel de estudios más elevado perciben una renta más alta. Pero esta relación tiene, al menos, dos explicaciones posibles. En primer lugar, las empresas están dispuestas a pagar más a los trabajadores que son más productivos y la educación aumenta la productividad de las personas. En esta explicación, existe una causación. Los niveles de estudios más altos «causan» una mayor productividad, lo que «causa» unos salarios más altos. En segundo lugar, las empresas están dispuestas a pagar salarios más altos a las personas más listas, aunque no tengan aún muchas. cualificaciones productivas (y es posible que las que tengan guarden una escasa relación con lo que han aprendido en la escuela), y las personas más listas perduran más tiempo en la escuela. Desde este punto de vista, las personas más capacitadas permanecen más tiempo en la escuela y perciben salarios más altos, pero las escuelas no aumentan la productividad. Existe una correlación, pero no una causación.
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40 INTRODUCCIÓN
Cociente entre la renta de cada
grupo y la media de la economía
(%)
Media (100)
8 años Estudios de estudios secundarios
o menos 1-3 años
Estudios ~stu~io~ ~stu~io~ Estudios secundarios universitarios universitarios d
0 t ad
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Fm. 1.6. La educación y la renta anual. La renta de una persona aumenta conforme es más alto su nivel de estudios, medido por el número de años de estudios terminados. Sin embargo, esta correlación no demuestra por sí sola que un factor sea la causa del otro. Fuente: Digest of Education Statistics (1991).
A veces hay relaciones sistemáticas entre las variables en las que es difícil decir cuál de ellas es la causa y cuál el efecto. Por ejemplo, existe una relación sistemática entre el número de hijos que tienen las mujeres y los salarios que ganan. Pero la explicación de esta relación no está clara. El hecho de que los salarios sean bajos significa que la renta a la que debe renunciar la mujer cuando deja de trabajar para tener un hijo es menor; en cierto sentido, los hijos son <<menos caros». ¿Tienen, pues, las mujeres más hijos cuando los salarios son bajos? ¿O se muestran menos deseosas de hacer carrera cuando tienen muchos hijos, por lo que perciben unos salarios bajos? ¿O existe un tercer factor que explica tanto el nivel de salarios como el número de hijos?
Los EXPERIMENTOS EN ECONOMÍA
Muchas ciencias realizan experimentos para contrastar distintas explicaciones, ya que éstos permiten al científico alterar un factor cada vez y ver qué ocurre. Pero la economía no es un laboratorio de química. Es, más bien, como la astronomía, en el sentido de que ambas ciencias deben valerse de los experimentos que ofrece la natu-
raleza. Los economistas buscan situaciones en las que sólo varíe un factor y estudian las consecuencias de esa variación. Un ejemplo de experimento natural es una modificación del sistema del impuesto sobre la renta. Pero la naturaleza no suele ser amable con los economistas; el mundo no permanece inmóvil. Cuando cambia el sistema impositivo, también cambian otros rasgos de la economía y los economistas suelen tener dificultades para saber si los cambios que observan son el resultado del nuevo sistema de impuestos o de algún otro cambio económico. A veces pueden valerse de lo que se denomina econometría, que es la rama de la estadística que se ha desarrollado para analizar los tipos específicos de problemas de medición que se plantean en economía.
En algunos casos, los economistas han realizado experimentos sociales. Por ejemplo, han entregado a un grupo una tabla del impuesto sobre la renta o un programa de asistencia social. Han ensayado diferentes maneras de proporcionar vivienda o educa-
. ción a los pobres. En los últimos años, también han estudiado algunos aspectos de la conducta económica en situaciones de «laboratorio». Una forma de ver cómo responden las personas al riesgo consiste en
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crear una situación artificialmente arriesgada en forma de juego y ver cómo reaccionan cuando participan en él. Una manera de ver cómo responden los compradores a distintos modos de organizar una subasta es simular diferentes clases de subastas en una situación de laboratorio controlada. Tanto los experimentos sociales como los de laboratorio han aportado a los economistas . valiosas ideas sobre la conducta económica.
Pero incluso utilizando todos los instrumentos existentes, es muy difícil encontrar diferentes correlaciones entre varios tipos distintos de datos y tener que distinguir entre las que son reales y las que sólo son aparentes. El interés de los economistas por estas cuestiones se debe a algo más que a una mera curiosidad, si bien ésta también influye. A menudo algunas importantes cuestiones que plantea la política económica dependen de que uno crea que las diferencias salariales que se observan entre las personas que tienen título universitario y las que no lo tienen se deben en gran parte a las cualificaciones y los conocimientos adquiridos en la universidad o que están relacionadas principalmente con diferencias de capacidad entre las personas que consiguen terminar los estudios universitarios y las que no.
Las lecciones importantes que debemos recor.dar aquí son las siguientes: 1) el hecho de que exista una correlación no demuestra que exista una causación; 2) el modo de contrastar diferentes explicaciones causales es mantener constantes todos los factores, excepto uno y dejar que éste varíe; 3) los datqs no siempre son definitivos y a veces no permiten extraer conclusión alguna.
Por qué discrepan los economistas
A menudo se les pide a los economistas que emitan su opinión sobre cuestiones re-
lacionadas con la política económica. ¿Debe reducir el gobierno el déficit? ¿Y la inflación? En caso afirmativo, ¿cómo? En estas discusiones, las discrepancias entre los economistas suelen ser objeto de gran atención. Pero las discrepancias, debidamente enfocadas, pueden servir para aprender más. Los economistas tratan de definir cuidadosamente las causas y las razones de sus diferencias.
En el reino científico de la economía existen dos grandes motivos de discrepancia. En primer lugar, los economistas pueden discrepar sobre el modelo que es adecuado para una economía, sobre el grado en que los consumidores y las empresas son capaces de percibir y calcular lo que les interesa y sobre si se interrelacionan en un mercado competitivo o en uno no competitivo. Cada modelo suele dar unos resultados diferentes. A menudo los datos de que disponemos actualmente no nos permiten decir qué modelo de dos rivales describe mejor un mercado.
En segundo h;tgar, aun estando de acuerdo en cuál es el modelo teórico adecuado, los economistas pueden discrepar sobre las magnitudes cuantitativas y, por lo tanto, sus predicciones serán diferentes. Pueden coincidir, por ejemplo, en que la reducción del impuesto sobre la renta procedente de intereses induce a los consumidores a ahorrar más. Pero unos economistas pueden sostener, basándose en sus estudios, que los consumidores sólo ahorrarán un poco más; otros, que mucho más. Muchas de ·estas discrepancias se deben, una vez más, a la ausencia de datos apropiados. Podemos tener muchos datos sobre el ahorro en España en el siglo pasado, pero las instituciones y la situación económica actuales son muy diferentes de las que existían hace cincuenta o incluso diez años.
Existe otro motivo de discrepancia, pero éste no pertenece al mundo científico. Es frecuente que los economistas se hagan
42 INTRODUCCIÓN
preguntas como las siguientes: «¿Debe el gobierno reducir el impuesto sobre las ganancias de capital para fomentar el ahorro?» «¿Debe bajar los impuestos para estimular la economía y reducir el paro?» Para responder a estas preguntas, los economistas deben averiguar las consecuencias de la política en cuestión, para lo cual es necesario formular primero un modelo de la economía o del mercado. Aunque los objetivos" de la política sean evidentes, · puede haber discrepancias por cualquiera de las dos razones antes citadas. Pero si los objetivos no están claros, pueden interferir los propios valores del economista y es entonces cuando interviene el tercer motivo de discrepancia.
Toda política tiene, por lo general, muchas consecuencias, unas beneficiosas, otras perjudiciales. Cuando se comparan dos medidas, una puede beneficiar más a unas personas, otra puede beneficiar a otras. Una política no es inequívocamente mejor que otra. Depende de lo que nos preocupe más. Una reducción de los impuestos sobre los beneficios derivados de la venta de acciones podría fomentar el ahorro, pero al mismo tiempo, como la mayoría de los beneficios van a parar a las personas muy ricas, aumentaría la desi-. gualdad. Una reducción de los impuestos para estimular la economía puede reducir el paro, pero puede aumentar también la inflación. Aun cuando dos economistas estén de acuerdo sobre un modelo, pueden hacer recomendaciones diferentes. Por ejemplo, al valorar el efecto que produce la reducción de un impuesto en el paro y en la inflación, un economista al que le preocupe más el paro tal vez la recomendará, mientras que otro que esté preocupado por la inflación, quizá se muestre contrario. En este caso, el motivo de la discrepancia es una diferencia de valores.
ECONOMÍA POSITIVA Y NORMATIVA
Los economistas tratan de identificar cuidadosamente los puntos de su análisis en los que intervienen sus valores. Cuando describen la economía y construyen modelos que predicen cómo evolucionará ésta o los efectos de diferentes medidas, realizan lo que se denomina economía positiva. Cuando intentan evaluar distintas medidas, sopesando los diferentes beneficios y costes, realizan lo que se denomina economía normativa. La economía positiva se ocupa de lo que «es», describe el modo de funcionamiento de la economía; la economía normativa se ocupa de lo que «debería ser», hace juicios de valor sobre la conveniencia de diferentes cursos de acción. La economía normativa utiliza la economía positiva. No podemos emitir una opinión sobre la conveniencia de una medida si no tenemos una idea clara de sus consecuencias. La buena economía normativa también trata de indicar explícita y exactamente cuáles son los valores o los objetivos que incorpora. Trata de expresar sus afirmaciones de la forma «si éstos son sus objetivos ... , ésta es la mejor política posible».
Consideremos los aspectos positivos y normativos de una propuesta para establecer un impuesto sobre la cerveza de 100 pesetas por caja. La economía positiva describiría el efecto que produciría el impuesto sobre el precio de la cerveza: ¿subiría el precio 100 pesetas o absorberían los productores una parte de la subida? Basándose en ese análisis, los economistas predecirían cuánto disminuiría el consumo de cerveza y quién resultaría afectado por el impuesto. Podrían observar, por ejemplo, que como las personas de renta más baja gastan una parte mayor en cerveza, resultarían más afectadas. Es posible que algunos estudios hayan indicado que existe una relación sistemática entre la cantidad de cerveza que se consume y los accidentes de carretera. Basándose en esta información,
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podrían intentar estimar cómo afectaría el impuesto sobre la cerveza al número de accidentes. Estos pasos forman parte todos ellos de la descripción de todas las consecuencias del impuesto, sin hacer juicios de valor. Sin embargo, al final la cuestión es la siguiente: ¿debe adoptarse el impuesto? Esta cuestión es normativa y para responder los economistas sopesan los beneficios de los ingresos fiscales, las distorsiones que introduce el impuesto en el consumo, las injusticias que causa el hecho de que una parte proporcionalmente mayor del impuesto recaiga en las . personas de renta más baja y las vidas salvadas en accidentes de carretera. Por otra parte, al evaluar el impuesto, los economistas también desearán compararlo con otras vías para recaudar una cantidad similar de ingresos.
Repaso y práctica
RESUMEN
1. La economía es el estudio del modo en que los individuos, las empresas y el Estado eligen en nuestra sociedad. Las elecciones son inevitables porque los bienes, los servicios y los recursos que se desean son inevitablemente escasos.
2. Los economistas se hacen cuatro preguntas básicas sobre cualquier economía. 1) ¿Qué se produce y en qué cantidades? 2) ¿Cómo se produce? 3) ¿Para quién se produce? 4) ¿Quién toma las decisiones económicas y por medio de qué procedimientos?
3. Los países occidentales son economías mixtas; las decisiones son tomadas por el sector público y por el sector privado. La economía se basa principalmente en la interrelación privada de los individuos y las empresas para responder a los cuatro interrogantes básicos, pero el Estado tam-
bién desempeña un importante papel. Una cuestión fundamental en cualquier economía mixta es el equilibrio entre el sector público y el privado.
4. El término «mercado» se utiliza para describir cualquier situación en la que se realicen intercambios. En las economías de mercado de los países occidentales, los individuos, las empresas y el Estado se interrelacionan en los mercados de productos, de trabajo y de capitales.
5. Los economistas utilizan modelos para estudiar el funcionamiento de la economía y hacer predicciones sobre lo que ocurrirá si varía algo. Un modelo puede expresarse verbalmente o por medio de ecuaciones, y tiene por objeto reflejar las características esenciales de los fenómenos que se pretende estudiar.
6. Existe una correlación cuando el cambio de una variable provoca un cambio predecible en otra. Sin embargo, la mera existencia de una correlación no demuestra que uno de los factores provoque un cambio del otro. Los factores externos adicionales pueden influir en ambos.
7. Los economistas pueden discrepar por tres grandes razones: sobre cuál es el modelo adecuado de la economía o del mercado; sobre el valor de alguna estimación empírica importante y, por lo tanto, sobre las magnitudes cuantitativas de las consecuencias de un cambio; y sobre los valores, es decir, sobre la manera de sopesar los diferentes costes y beneficios resultantes del cambio.
TÉRMINOS CLAVE
Economía mixta Economía basada en un sistema de planifi
cación central
44 INTRODUCCIÓN
Economía de mercado Mercado de productos Mercado de trabajo Mercado de capitales Bienes de capital Microeconomía Macroeconomía Teoría Modelo Correlación Causación Economía positiva Economía normativa
TEMAS DE REPASO
1. ¿Por qué es inevitable elegir? 2. ¿Cómo responde la economía de su
país a los cuatro interrogantes económicos básicos?
3. ¿Qué es una economía mixta? Describa algunos de los papeles que podría o no desempeñar el Estado en una economía mixta.
4. Cite los tres principales mercados económicos y describa cómo podría participar una persona en cada uno como compradora y como vendedora.
5. Ponga dos ejemplos de cuestiones económicas que sean principalmente microeconómicas y dos ejemplos de cuestiones económicas que sean principalmente macroeconómicas. ¿Qué diferencia general existe entre la microeconomía y la macroeconomía?
6. ¿Qué es un modelo? ¿Por qué utilizan modelos los economistas?
7. Cuando existe una causación, ¿también es de esperar que exista una correlación? Cuando existe una correlación, ¿también es de esperar que exista una causación? Explique su respuesta.
8. «Todas las discrepancias entre los economistas son puramente subjetivas.» Comente esta afirmación.
PROBLEMAS
l. Indique si los siguientes acontecimientos son microeconoIDicos, macroeconómicos o las dos cosas a la vez. a) El paro ha aumentado este mes. b) Un laboratorio farmacéutico in
venta y comienza a comercializar un nuevo medicamento.
c) Un banco presta dinero a una gran empresa pero se lo deniega. a una pequeña.
d) Los tipos de interés bajan para todos los prestatarios.
e) Un sindicato negocia una subida salarial y una mejora del seguro médico.
f) Sube el precio del petróleo. 2. Indique si los siguientes aconteci
mientos forman parte del mercado de trabajo, del mercado de capitales o del mercado de productos. a) Un inversor trata de decidir en
qué empresa invertir. b) Con la práctica, los trabajadores
de una cadena de montaje se vuelven más eficientes.
c) La apertura de las economías de Europa oriental ofrece nuevos mercados para los productos de Europa occidental.
d) Una gran empresa que está perdiendo dinero decide ofrecer a sus trabajadores incentivos para jubilarse anticipadamente, con la esperanza de reducir sus costes.
e) Un consumidor deambula por un centro comercial en busca de regalos de cumpleaños.
f) El gobierno federal necesita prestar más dinero para financiar su nivel de gasto.
3. Analice las cuestiones que podría plantear cada una de las siguientes situaciones desde el punto de vista de los incentivos (pista: recuerde la his-
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EL AUTOMÓVIL Y LA ECONOMÍA 45
toria de la industria del automóvil expuesta al principio de este capítulo). a) Usted tiene algún dinero para in
vertir y su asesor financiero le presenta a una pareja de ejecutivos de software que quieren poner en marcha su propia empresa. ¿Qué debe preocuparle antes de decidir invertir o no?
b) Usted dirige una pequeña empresa y sus trabajadores le prometen que trabajarán más si les sube el salario.
e) Una gran industria está a punto de quebrar y pide ayuda al Estado.
4. Indique de qué manera la intervención del Estado ha ayudado a la industria del automóvil en las dos últimas décadas y de qué manera la ha perjudicado.
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5. En el dorso de una bolsa de cama para gatos dice «los gatos que utilizan cama para gatos viven tres años más que los que no la utilizan». ¿Cree usted que la cama para gatos aumenta, de hecho, su esperanza de vida o que hay algunos otros factores que explican esta correlación? ¿Qué datos podría tratar de reunir para contrastar su explicación?
6. En Suecia, la esperanza de vida es de 78 años; en la India, de 57. ¿Demuestra eso que si mi indio se trasladara a Suecia viviría más años? Es decir,
.· ¿demuestra eso que vivir en Suecia aumenta la esperanza de vida o se le ocurre algún otro factor que pueda explicar estos hechos? ¿Qué datos podría tratar de reunir para contrastar su explicación?
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CAPÍTULO 2
PENSAR COMO UN ECONOMISTA
En el capítulo 1 definimos la economía como la ciencia que estudia el modo en que eligen los individuos, las empresas, el Estado y otras organizaciones y en que estas elecciones determinan la forma en que se utilizan los recursos de la sociedad. También aprendimos que los economistas formulan modelos para estudiar estas cuestiones. Iniciamos este capítulo presentando un modelo básico de la economía. Continuamos examinando más de cerca cómo eligen las unidades básicas que integran la economía -los individuos, las empresas y el Estado- en las situaciones en las que hay escasez. En los capítulos 3 a 5 veremos cómo se interrelacionan estas unidades y cómo la suma de estas interrelaciones determina el modo en que se asignan los recursos de la sociedad.
El modelo competitivo básico
Aunque cada economista emplea su propio modelo de la economía -por lo que a veces llegan a conclusiones muy diferentes- todos parten habitualmente de un conjunto básico de supuestos. Éste es el modelo básico del economista y consta de tres componentes: los supuestos sobre el modo de conducta de los consumidores, los supuestos sobre el modo de conducta de las empresas y los supuestos sobre los
mercados en los que se interrelacionan estos consumidores y estas empresas. El modelo no tiene en cuenta el Estado, no porque no sea importante, sino porque para poder comprender el papel que desempeña éste, es necesario ver cómo funcionaría una economía sin él.
CONSUMIDORES RACIONALES Y EMPRESAS
MAXIMIZADORAS DE LOS BENEFICIOS
El hecho de la escasez, con el que nos encontramos en el capítulo 1, presupone que las personas y las empresas deben elegir. Tras una gran parte del análisis económico se encuentra el supuesto básico de la elección racional, es decir, el supuesto de que las personas sopesan los costes y los beneficios de cada posibilidad. Este supuesto se basa en la expectativa de que las personas y las empresas actuarán de una manera coherente, con una idea razonablemente bien definida de lo que les gusta y de cuáles son sus objetivos, y con una comprensión razonable de cónio alcanzar esos objetivos.
En el caso de una persona, se considera que el supuesto de la racionalidad significa que elige y decide buscando su propio provecho. Naturalmente, cada persona tiene sus propios objetivos y deseos. Sol quiere conducir un Porsche, tener un yate y una
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Preguntas clave
1. ¿Cuál es el modelo competitivo básico de Ja economía? 2. ¿Qué son Jos incentivos, Jos derechos de propiedad, Jos precios y el motivo del benefi
cio, y qué papeles desempeñan estos ingredientes esenciales de una economía de mercado?
3. ¿Qué otros mecanismos existen para asignar los recursos en el sistema de mercado y por qué los economistas no tienden a defenderlos?
4. ¿Cuáles son algunas de las técnicas básicas que utilizan Jos economistas para estudiar cómo eligen los consumidores? ¿Cuáles son los diferentes conceptos de costes que utilizan los economistas?
casa grande; para alcanzar esos objetivos, sabe que necesita trabajar muchas horas y sacrificar una parte del tiempo que pasa con su familia. Andrés prefiere un estilo de vida menos agitado; está dispuesto a conformarse con una renta más baja a cambio de tener más vacaciones y más ocio durante todo el año.
Los economistas no hacen juicios de valor sobre si las preferencias de Sol son en algún sentido «mejores» o <<peores» que las de Andrés. Ni siquiera dedican mucho tiempo a preguntarse por qué cada persona tiene opiniones diferentes sobre estas cuestiones o por qué los gustos cambian con el paso del tiempo. Se trata de cuestiones importantes, pero pertenecen más al reino de la psicología, de la sociología y de otras ciencias sociales. Lo que les interesa a los economistas son las consecuencias de estas preferencias diferentes. ¿Qué decisiones cabe esperar que tomen Sol y Andrés, que buscan racionalmente su propio provecho?
En el caso de las empresas, se considera que el supuesto de la racionalidad significa que éstas actúan tratando de maximizar sus beneficios o el valor de mercado de sus acciones. Si una empresa presta la debida atención a los beneficios tanto a largo plazo como a corto plazo, la maximización de los beneficios y la maximización del valor de mercado de las acciones son esencialmente lo mismo. Por lo tanto, supondre-
mos que el objetivo de la empresa es maximizar los beneficios.
Los consumidores y las empresas suelen tomar decisiones sin estar seguros de sus consecuencias. Fede tiene que decidir el lunes si va a comprar o no una entrada para el partido de fútbol del domingo. Sabe que puede llover. También sabe que si aguarda al domingo para decidir si va o no al partido y hace un día maravilloso, será demasiado tarde para conseguir una entrada. El supuesto de la racionalidad implica que los consumidores consideran las consecuencias de sus decisiones, estimando la probabilidad de que se produzcan las distintas posibilidades. Así, por ejemplo, Fede decide comprar la entrada el lunes. Si llueve el domingo, . no se lamentará de la decisión tomada; habría deseado que no lloviera, pero sabe que tomó su decisión racionalmente. Pensó que era bastante probable que no lloviera y sabía que le fastidiaría mucho más no poder ir al partido si el domingo brillaba el sol que perder las 1.000 pesetas de la entrada. Dada la información que tenía sobre la probabilidad de que lloviera, tomó la mejor decisión posible.
El principio de la racionalidad se aplica también a las decisiones de recabar información. La~ personas y las empresas racionales deciden gastar o no dinero y tiempo en informarse más -por ejemplo, sobre la posibilidad de que llueva el domingo- so-
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48 INTRODUCCIÓN
pesando los costes y los beneficios. Fede consultó la predicción meteorológica de la semana en el periódico del lunes, pero no se molestó en ir a la biblioteca del Instituto de Meteorología a consultar la probabilidad media del siglo de que lloviera ese día. Pensó que las predicciones basadas en la experiencia media del siglo no eran lo suficientemente buenas como para que el coste del tiempo justificara la posible ventaja de una predicción más exacta.
Aunque las elecciones racionales exigen sopesar cuidadosamente los costes y los beneficios, los economistas dedican más tiempo al análisis de los costes que al de los beneficios, debido en gran parte a que los consumidores y las empresas suelen ver claramente las ventajas de cada opción; donde cometen errores es en la evaluación de los costes. En apartados posteriores de este capítulo veremos cómo examinan los economistas los costes de forma sistemática.
Los MERCADOS COMPETITIVOS
Para completar el modelo, los economistas postulan algunos supuestos sobre los lugares en los que se encuentran los consumidores que buscan su propio provecho y las empresas maximizadoras de los beneficios: los mercados. Los economistas suelen comenzar centrando la atención en el caso en el que hay muchos compradores y vendedores, que compran y venden todos ellos la misma cosa. El lector puede imaginarse un mercado atestado de agricultores para hacerse una idea del número de compradores y de vendedores, con la salvedad de que ha de imaginarse que todo el mundo está comprando y vendiendo únicamente un bien. Supongamos que estamos en Naranjolandia y que los puestos están todos llenos de naranjas.
A todos los agricultores -a nuestras empresas maximizadoras de los benefi-
cios- les gustaría subir sus precios. De esa manera, obtendrían más beneficios si, aun así, pudieran vender sus naranjas. Sin embargo, cuando hay un gran número de vendedores, todos se ven obligados a cobrar casi el mismo precio, ya que si uno cobrara uno mucho más alto, perdería negocio en favor del agricultor vecino. Las empresas se encuentran en la misma situación. En un caso extremo, cabría esperar incluso que una empresa perdiera todas . sus ventas si cobrara un precio superior al vigente. Los economistas dan a este caso el nombre de competencia peifecta. En condiciones de competencia perfecta, cada empresa es un precio-aceptante, lo que significa simplemente que como no puede influir en el precio de mercado, debe aceptarlo. La empresa considera dado el precio de mercado porque no puede subir el suyo sin perder todas las ventas, y al precio de mercado puede vender todo cuanto desee. Aunque multiplicara sus ventas por diez, apenas resultaría afectada la cantidad total vendida. Tal vez los distintos mercados de bienes agrícolas constituyan el mejor ejemplo de mercados reales que probablemente serían del todo competitivos si no interviniera el Estado. Por ejemplo, hay tantos agricultores que cultivan trigo que cada uno cree que puede cultivar y vender tanto como desee y apenas influir en su precio (más adelante en este libro veremos los mercados en los que la competencia es limitada o nula, como los monopolios, en los cuales las empresas pueden subir ·los precios sin perder todas sus ventas; las empresas que poseen ese poder de mercado se denominan precio-determinantes).
Al otro lado del mercado de agricultores se encuentran los consumidores racionales, a los cuales les gustaría pagar lo menos posible por las naranjas. ¿Poi; qué no pueden pagar un precio inferior al vigente? Porque el vendedor busca entre la muchedumbre otro comprador que lo pague. Por lo tanto, los consumidores consideran dado
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PENSAR COMO UN ECONOMISTA 49
Ingredientes del modelo competitivo básico
1 . Consumidores racionales que buscan su propio provecho. 2. Empresas racionales maximizadoras de los beneficios. 3. Mercados competitivos con conducta precio-aceptante.
el precio de mercado y se fijan en otros factores -en su gusto por las naranjas, principalmente- antes de decidir la cantidad que van a comprar.
Esta descripción del mercado de los agricultores es un modelo económico. Aúna los supuestos de los consumidores que buscan su propio provecho, de las empresas maximizadoras de los beneficios y de los mercados perfectamente competitivos, en una combinación que tiene poder para hacer predicciones. Estas predicciones pueden contrastarse por medio de la observación empírica. Por ejemplo, como acabamos de ver, el modelo predice que cuando hay muchas empresas, éstas no pueden cobrar más que sus competidoras; si acudiéramos a un mercado de agricultores, podríamos comprobar si es cierto o no.
Este modelo de los consumidores, las empresas y los mercados, es el modelo competitivo básico. Los economistas creen, por lo general, que en la medida en que pueda ser reproducido por los sistemas de mercado en el mundo real dará unas respuestas a los interrogantes económicos básicos de qué se produce, en qué cantidades,. cómo se produce y para quién se produce, que serán las más eficientes desde el punto de vista económico. Los recursos no se despilfarran: no es posible producir una mayor cantidad de un bien sin producir una menor de otro y, de hecho, ni siquiera es posible mejorar el bienestar de una persona sin empeorar el de alguna otra. En el modelo competitivo básico, estos resultados se obtienen sin la ayuda del Estado. Desgraciadamente, el modelo no se reproduce en el mundo real y, además, el Estado interviene con frecuencia. No obstante,
constituye un punto de referencia práctico. Algunos economistas creen que el modelo competitivo describe bien muchos mercados, aun cuando no los describa exactamente. Incluso quienes creen que los mercados reales no pueden describirse por medio del modelo competitivo suelen pensar que éste constituye un útil punto de partida. Observando la diferencia entre sus predicciones y los resultados observados, saben qué otros modelos utilizar.
Derechos de propiedad e incentivos
Una economía saludable depende de las personas que trabajan y de las empresas que son lo más eficientes posible. ¿Qué lleva entonces a las personas que buscan su propio provecho a levantarse por la mañana? ¿Cómo podemos esperar que las empresas maximizadoras de los beneficios inviertan los beneficios que tanto les ha costado ganar tratando de hallar la manera más eficiente de producir los bienes? Tal vez el Estado podría aprobar una ley que obligara a los individuos y a las empresas a comportarse como es debido. Sin embargo, las economías de mercado, como las de los países occidentales, lo consiguen con una zanahoria más que con un palo.
La zanahoria que da incentivos a las empresas en una economía de mercado es el beneficio. En el caso de las economías domésticas, es la renta. Los economistas suponen que los consumidores prefieren no trabajar mucho, al menos hasta cierto punto. Pero también suponen que prefieren tener más bienes a tener menos. Si quieren tener más bienes, han de trabajar con ma-
50 INTRODUCCIÓN
Primer plano: ¡los economistas están de acuerdo entre sí!
Exponga a sus compañeros o a su familia las siete afirmaciones siguientes y averigüe si, como los economistas encuestados, discrepan, están de acuerdo con algunas salvedades o están de acuerdo:
Porcentaje de economistas que
Están de acuerdo con Están de
Discrepan salvedades acuerdo (%) (%) (%)
1. Los aranceles y los cotingentes sobre las importaciones reducen el bienestar económico general 6,5 21,3 71,3
2. Un salario mínimo aumenta el paro en el caso de los jóvenes y de los trabajadores no cualificados 20,5 22,4 56,5
3. El control de los alquileres reduce la cantidad y calidad de las viviendas existentes 6,5 16,6 76,3
4. Para que los presupuestos del Estado estén equilibrados, deben equilibrarse a lo largo del ciclo económico en lugar de anualmente 13,4 24,8 60,1
5. La causa de la subida que experimentaron los precios del petróleo tras ía invasión iraquí de Kuwait es el poder de monopolio de las grandes compañías de petróleo. 67,5 20,3 11,4
6. El déficit comercial es fundamentalmente una consecuencia de la falta de competitividad de nuestras empresas 51,5 29,7 18,1
7. La ayuda en efectivo aumenta el bienestar de sus beneficiarios en mayor medida que las transferencias en especie por el mismo valor 15, 1 25,9 58,0
Estas cuestiones son controvertidas para la población en general. Veremos que hay muchas personas que creen que es bueno restringir las importaciones; que la regulación pública de los salarios y los alquileres tiene pocos efectos negativos; que los presupuestos del Estado deben estar equilibrados todos los años; que el déficit comercial se debe principalmente a la incapacidad de nuestras empresas para competir; de que el Estado debe evitar dar ayuda en efectivo a los pobres (porque es probable que la despilfarren); y de que las empresas petrolíferas son las causantes de la subida de su precio.
Pero cuando se encuesta a economistas profesionales, la gran mayoría está de acuerdo en que muchas de esas respuestas de la opinión pública son desacertadas. Los porcentajes citados proceden de una encuesta llevada a cabo por economistas de la Weber State University y de la Brigham Young University en 1990. Obsérvese que un saludable porcentaje de economistas parece creer que la mayoría de los contingentes sobre las importaciones son económicamente perjudiciales; que el control público de los salarios y los alquileres tiene consecuencias negativas; que pensar que el presupuesto debe estar equilibrado todos los años es incorrecto; que no podemos echar la culpa de la subida de los precios del petróleo a las empresas; que el déficit comercial no se debe a problemas competitivos de las empresas; que las ayudas en efectivo benefician a los pobres más que las transferencias (en especie) de alimentos, alojamiento y asistencia médica.
Fuentes: Richard M. Alston, J. R. Kearl y Michael 8. Vaughan, «Is There a Consensus Among Economists in the 1990s?», American Economic Review, mayo 1992; J. R. Kearl, Clayne L. Pope, Gordon C. Whiting y Larry T. Wimmer, «A Confusion of Economists?», American Economic Review, mayo 1979, pp. 28-37.
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PENSAR COMO UN ECONOMISTA 51
El motivo de los beneficios guía al sistema de mercado
En las economías de mercado, se ofrecen incentivos a los consumidores y a las empresas dándoles la oportunidad de tener propiedades y de conservar parte de los beneficios que obtienen trabajando y produciendo.
yor ahínco y durante más tiempo. Por lo que se refiere a las empresas, el objetivo de obtener más beneficios les da un incentivo para producir de modo eficiente, desarrollar nuevos productos, descubrir necesidades insatisfechas y hallar mejores técnicas de producción.
Para que el motivo de los beneficios sea eficaz, es necesario que las empresas pue- . dan quedarse, al menos, con una parte de ellos. En el caso de las economías domésticas, es necesario que puedan quedarse, al menos, con una parte de lo que ganan o del rendimiento que generan sus inversiones (el rendimiento de sus inversiones es simplemente la diferencia entre lo que invirtieron y lo que reciben; si reciben menos de lo que invirtieron, el rendimiento es negativo). En suma, debe haber propiedad privada, con sus consiguientes derechos. Los derechos de propiedad comprenden tanto el derecho del propietario a utilizar la propiedad como le parezca oportuno como el derecho a venderla.
Estos dos atributos de los derechos de propiedad dan a los consumidores incentivos para utilizar de forma eficiente la propiedad que controlan. El dueño de un solar trata de averiguar cuál es el uso más rentable que puede darse al suelo: por ejemplo, una tienda o un restaurante. Si comete un error y abre un restaurante cuando debería haber abierto una tienda, ha de atenerse a las consecuencias: la pérdida de renta. Los beneficios que obtiene si toma las decisiones correctas -y las pérdidas que experimenta si toma las decisiones equivocadas- le dan un incentivo para pensar cuidadosamente la decisión y hacer las indagaciones oportunas. El dueño de una tien-
da trata de asegurarse de que sus clientes obtienen el tipo de mercancía y la calidad de servicio que desean. Tiene un incentivo para ganarse una buena reputación, ya que en ese caso hará más negocio y obtendrá más beneficios.
El dueño de la tienda también querrá mantener su propiedad --que no consiste sólo en la tierra, sino también en la tienda- ya que recibirá más por ella cuando llegue el momento de vender el negocio a otra persona. Del mismo modo, el dueño de una vivienda tiene un incentivo para mantener su propiedad, para poder venderla por más cuando quiera mudarse. Una vez más, el motivo de los beneficios, unido a la propiedad privada, proporciona incentivos.
CUANDOFALLANLOSDERECHOSDEPROPIEDAD
Los derechos de propiedad y el motivo de los beneficios están tan extendidos en nuestra sociedad que la mayoría de nosotros los damos por sentados. Para ver por qué los economistas ponen tanto énfasis en los derechos de propiedad, merece la pena examinar algunos casos en los que hay interferencias.
Derechos de propiedad mal definidos: los Grandes Bancos. El pescado es un valioso recurso. No hace mµcho tiempo, la zona situada entre Terranova y Maine, denominada los Grandes Bancos, estaba atestada de peces. Como cabría esperar, también estaba atestada de pescadores, para quienes resultaba fácil ganarse la vida pescando en el mar. Como no había derechos
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INTRODUCCIÓN
de propiedad, todo el mundo trataba de chos sobre el agua a determinados grupos. delm .. pescar tanto como podía. Los pescadores Los agricultores, los ráncheros, los resi- ficirwiw' no sólo no tenían en cuenta que cuanto dentes de las ciudades, todos tienen dere-
~ más pescaran, más dificultades tendrían cho a una determinada cantidad de agua. otros para pescar, sino que ni siquiera te- Por ejemplo, actualmente los ganaderos nían en cuenta que si pescaban demasiado tienen derecho a alrededor de un 10 % del el número de peces disminuiría en el futu- agua del Estado, proporción algo menor tfaS ro. Un pescador que buscara su propio pro- que la que se consume en las viviendas. Los a:im vecho pensaría racionalmente que si no Este derecho de propiedad tiene, sin em- cho ~
. ¡ pescara, algún otro lo haría. El resultado bargo, una limitación: no es transferible; es apartama 11 fue una tragedia: se pescó excesivamente decir, los ganaderos no pueden vender el alquiler o !
en los Grandes Bancos, hasta el punto de agua a los usuarios urbanos. El agua es es- algunas 1 que no sólo ya no había tantos peces, sino casa y, por lo tanto, estos derechos son ex- de propic que la pesca comercial dejó de ser renta- traordinariamente valiosos. apartama ble. Actualmente, Canadá y Estados Uni- El valor total de la hierba que se cultiva lo, pem ~ dos tienen un tratado que limita la cantidad para que paste el ganado asciende a unos Lomil de pescado que pueden capturar los pesca- 100 millones de dólares solamente, lo que los ae:mp dores de los dos países en los Grandes representa un mero 1/60 de un 1 % de la tes 1í:ocm Bancos, gracias a lo cual la fauna piscícola economía californiana, que mueve un total que fura se ha restablecido gradualmente con los de 600.000 millones. La utilización del como.-años. agua para regar la tierra destinada al pasto- cho de 1
En el oeste de Estados Unidos existen reo no es el destino más valioso que puede porque• problemas parecidos incluso hoy. El Esta- dársele. Los residentes de las ciudades es- go, las• do posee enormes extensiones de tierra, tarían dispuestos a pagar por ella más de lo para 1-que arrienda para pastos. Como los arren- que vale para los rancheros. Actualmente, muchos1 damientos suelen ser de corta duración y algunos ganaderos no pagan más que 4 Por tjm siempre parece que hay otros pastos para centavos por metro cúbico. de agua, mien- pequeña· arrendar, los rancheros que arriendan la tras que los habitantes de San Francisco en el .. tierra no tienen incentivo alguno para cui- pagan 21, es decir, cinco veces más. En un ton, qac• darla y evitar el pastoreo excesivo (cuando condado de California, algunos residentes dos Ullil el pastoreo es excesivo, los pastos se ago- de las ciudades pagaron cinco veces más reo. C.. tan, por lo que la tierra puede mantener por un litro de agua que algunos granjeros. aéreas 1 menos animales en el futuro). Es más fácil Si pudieran venderse los derechos sobre el Princetm arrendar otros pastos que mantener el que agua, los ganaderos tendrían poderosos in- compaii tienen. centivos para vender sus derechos a las Losa
El problema de los derechos de propie- ciudades. El valor del agua para los se- tencia .. dad mal definidos es más general que la si- dientas consumidores urbanos -es decir, ses~
tuación de los pescadores y los rancheros. lo que estarían dispuestos a pagar por el afinnalll Siempre que una sociedad no define quié- agua adicional- es superior a los benefi- vada u nes son los propietarios de sus recursos y cios derivados de la cría de ganado. Si los países• no permite que los utilice el mejor postor, ganaderos pudieran abandonar su sector y dad, pal es de esperar que haya ineficiencia. Los re- vender sus derechos sobre el agua a los re- dorde• cursos se despilfarrarán o no se utilizarán sidentes urbanos, mejoraría el bienestar de grado a de la manera más productiva. todo el mundo. 1 En este caso, la limitación cidir ql
oferta 11 Derechos de propiedad limitados. En l. En el cálculo de los beneficios y de las pérdidas no se era IIlllJ
California, el Estado ha concedido dere- tienen en cuenta los sentimientos del ganado. dad. lnl
1
que 4 míen-
PENSAR COMO UN ECONOMISTA 53
de los derechos de propiedad provoca ineficiencia.
Los derechos legalmente estipulados como derechos de propiedad. Tener el derecho de propiedad no siempre significa tener la propiedad o el control absolutos. Los economistas consideran que un derecho legal, como el derecho a ocupar un apartamento de por vida a cambio de un alquiler controlado, fenómeno frecuente en algunas grandes ciudades, es un derecho de propiedad. El inquilino no es dueño del apartamento, por lo que no puede venderlo, pero tampoco puede ser desahuciado.
Lo mismo ocurre con las terminales de los aeropuertos. Éstas se asignan a diferentes líneas aéreas, por lo que las pequeñas que fueron lo suficientemente afortunadas como para conseguir una tienen un derecho de propiedad que no pueden vender porque no son sus propietarias. Sin embargo, las terminales son mucho más valiosas para las grandes compañías, que tienen muchos pasajeros, que para las pequeñas. Por ejemplo, Princeton Airways era una pequeña compañía que tenía una terminal en el aeropuerto internacional de Washington, que es uno de los aeropuertos de Estados Unidos que registran más tráfico aéreo. Cuando, durante un tiempo, las líneas aéreas pudieron vender sus terminales, Princeton Airways la vendió a una gran compañía por una elevada suma de dinero.
Los economistas han observado la existencia de derechos legales incluso en países como la antigua Unión Soviética, que afirmaba haber abolido la propiedad privada. Los economistas sostienen que esos países modificaron los derechos de propiedad, pero no los eliminaron. El administrador de una empresa soviética gozaba de un grado considerable de discreción para decidir quién recibía sus productos, cuya oferta solía ser muy escasa. Este derecho era muy parecido a un derecho de propiedad. Intercambiaba «favores» con otros
administradores que tenían derecho a decidir quién recibía sus propios productos. Por lo tanto, existía uri mercado incluso en un sistema económico en el que los libres mercados estaban prohibidos.
En las economías de mercado, estos derechos de propiedad parciales y limitados generan muchas ineficiencias. Como el inquilino de un apartamento de renta controlada no puede vender (por ley) el derecho a vivir en su apartamento, a medida que envejece puede tener escaso~ incentivos para mantenerlo, y no digamos para conservarlo (en el ejemplo de la Unión Soviética, estos derechos de propiedad limitados pueden producir el efecto contrario y hacer que la economía sea más eficiente que si no hubiera ningún mercado).
INCENTIVOS FRENTE A IGUALDAD
Una manera de dar incentivos, ya sea a una persona o a una empresa, es relacionar la remuneración con el rendimiento. Sin embargo, el establecimiento de una estrecha relación entre la remuneración y el rendimiento plantea algunos problemas. Los planes de comisiones destinados a los representantes de ventas, por ejemplo, ligan la remuneración a las ventas. Sin embargo, las ventas de un representante pueden ser elevadas, no porque sepa vender, sino porque sea elevado el número de clientes que desean comprar el producto. El representante sostendrá que se debe a su mayor cualificación y esfuerzo, mientras que su colega afirmará tal vez que se debe a la pura suerte.
Cuando se dan incentivos que hacen depender la remuneración del rendimiento, las personas que tienen éxito perciben una renta más alta. Por lo tanto, si hay incentivos, debe haber una cierta desigualdad; cuando eso sucede, se dice que existe una disyuntiva entre los incentivos y la igualdad. Puede existir desigualdad no sólo por-
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54 ThlRODt:CCIÓS
Igualdad Disyuntiva entre la eficiencia y la equidad
Nivel de producción
que una persona haya trabajado más que otra, sino también porque haya tenido más suerte, como muestra claramente el ejemplo de las comisiones de los representantes de ventas.
Si la sociedad ofrece más incentivos, es probable que la producción total sea mayor, pero también es probable que haya más desigualdad. Esta relación se muestra en la figura 2.1, cuyo eje de ordenadas representa un indicador de la igualdad y cuyo eje de abscisas representa un indicador de la producción. En un punto como el A, los incentivos son poderosos porque los impuestos son bajos y los programas públicos de asistencia social son limitados, por lo que la intensidad con que trabaje una persona deteñnina su grado de bienes-
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tar. Por lo tanto, la· producción es elevada, pero la igualdad es baja (la desigualdad es elevada). En el punto B, por el contrario, los incentivos son escasos; los impuestos son altos y los programas públicos de asistencia social son generosos, por lo que las diferencias entre los niveles de consumo de que puede disfrutar una persona, independientemente de que trabaje mucho o no, son pequeñas. Por lo tanto, no hay muchos incentivos para trabajar arduamente. El nivel de producción es bajo, pero el de igualdad es alto.
. Una de las cuestiones que han de preguntarse los miembros de la sociedad cuando eligen los tipos impositivos y los sistemas de asistencia social es cuánto dis-
FIG. 2.1. La disyuntiva entre la equidad y la eficiencia. El punto A muestra una situación en la que los incentivos y, por lo tanto, la eficiencia y la producción son elevados, pero la igualdad es escasa; el punto B muestra el caso contrario.
minuirían los incentivos si se subieran los tipos impositivos para financiar un sistema mejor de asistencia social y reducir así la desigualdad, y qué consecúencias tendría esa reducción de los incentivos.
El racionamiento
En una economía de mercado, los bienes van a parar a las personas que están más dispuestas a pagar por ellos y que tienen más posibilidades de pagarlos. Por lo tanto, la economía de mercado se denomina sistema de precios. Pero el sistema de precios no es más que uno de las muchas maneras de asignar los recursos; bastará compararlo con otros sistemas para aclarar las ya~fo;<>C rlP 1,...., m-Prr.llOO~ C1iando la cantiventajas de los mercados. Cuando la cantidad que reciben los consumidores de un bien es menor que la que'.les gustaría en las condiciones en que se ofrece, se dice que el bien está racionado. Los diferentes sistemas de racionamiento son diferentes maneras de decidir quién recibe los recursos escasos de la sociedad.
El racionamiento por medio de colas. En lugar de ofrecer los bienes a quienes estén más dispuestos a pagar el máximo por ellos y tengan más posibilidades de pagarlo, una sociedad podría dárselos a quienes estuvieran más dispuestos a hacer cola. Este sistema se denomina racionamiento por medio de colas. Las entradas suelen
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PENSAR COMO UN ECONOMISTA 55
asignarse por medio de colas, ya sea para el cine, para espectáculos deportivos o para conciertos de rock. Se fija un precio y éste no varía aunque haya mucha gente haciendo cola para comprar una entrada a ese precio (el elevado precio que pueden cobrar los revendedores por las entradas para los espectáculos más atractivos es una buena indicación de cuánto más estaría dispuesta a pagar la gente por ellas).
Muchos consideran que el racionamiento por medio de colas es una manera más deseable de ofrecer servicios médicos que el sistema de precios. ¿Por qué -se afirma- deben ser los ricos --que tienen más posibilidades de pagar los servicios médicos- quienes reciban más o mejor asistencia médica? Basándose en este razonamiento, Gran Bretaña decidió en los años cuarenta ofrecer asistencia médica gratuita a todo el que residiera en su suelo. Para ver a un médico, lo único que hay que hacer es· guardar cola. El racionamiento de la medicina por medio de este sistema invierte el problema de la asignación: dado que el valor que tiene el tiempo para los trabajadores de salarios bajos es menor, éstos se muestran más dispuestos a esperar y, por lo tanto, reciben una parte desproporcionada de los servicios médicos (suministrados por el Estado).
Generalmente, el racionamiento por medio de colas es un sistema ineficiente para distribuir los recursos. El tiempo que hay que hacer cola es un recurso despilfarrado. Normalmente, existen otros métodos para alcanzar el mismo objetivo dentro de un sistema de precios que pueden mejorar el bienestar de todo el mundo. Volviendo al ejemplo médico, si se permitiera que algunas personas pagaran los servicios de los médicos y pudieran recibirlos sin guardar cola, podrían contratarse más médicos y reducirse, de hecho, las colas que han de hacer las personas que no pueden o no quieren pagar.
El racionamiento por medio de loterías. Las loterías asignan los bienes por medio de un proceso aleátorio, como es sacar un nombre de un sombrero. Las habitaciones de los colegios mayores suelen asignarse por medio de una lotería o sorteo. Lo mismo ocurre en las asignaturas más demandadas; cuando quieren matricularse en un grupo de un curso de introducción a la economía más estudiantes de los que permite el tamaño asignado al grupo, puede realizarse una lotería para decidir quiénes serán los afortunados que podrán matricularse. Estados Unidos solía asignar derechos sobre ciertas minas y licencias de radio por medio de loterías. Se considera que las loterías, como los sistemas basados en colas, son justos porque todo el mundo tiene las mismas oportunidades. Sin embargo, también son ineficientes porque los recursos escasos no van a parar a la persona o empresa que quiere y puede pagar más por ellos.
El racionamiento por medio de cartillas. La mayoría de los gobiernos utilizan en tiempos de guerra sistemas de racionamiento por medio de cartillas. Se permite a la población comprar un determinado número de litros de gasolina, un determinado número de kilos de azúcar, una determinada cantidad de carne y una determinada cantidad de harina al mes. Para conseguir el bien, hay que pagar el precio de mercado y entregar un cupón. La razón por la que se utiliza este sistema de racionamiento radica en que se piensa que si no hubiera cupones, los precios se dispararían, por lo que las personas más pobres pasarían grandes penurias.
Los sistemas de cartillas son de dos tipos dependiendo de que puedan venderse o no los cupones. Los sistemas en los que no pueden venderse los cupones son igual de ineficientes que la mayoría de los demás sistemas que no se basan en los precios: los bienes no van a parar, en general,
56 INTRODUCCIÓN
a las personas que quieren y pueden pagar más por ellos. Generalmente, no existe la posibilidad de hacer tratos que mejoren el bienestar de todas las partes. Por ejemplo, es posible que una persona esté dispuesta a intercambiar con otra una parte de su ración de harina por otra de azúcar. Pero en un sistema en el que los cupones no pueden venderse, la ley prohíbe realizar esas transacciones. Normalmente, cuando los cupones no pueden venderse legalmente, hay poderosos incentivos para establecer un mercado negro, es decir, un mercado ilegal en el que se intercambian los bienes o los cupones por bienes.
Conjuntos de oportunidades
Hemos avanzado mucho hasta ahora en este capítulo. Hemos visto el modelo básico del economista, que se basa en los mercados competitivos. Hemos observado que el motivo de los beneficios y la propiedad privada ofrecen incentivos que guían a las economías de mercado. Y hemos echado una ojeada por primera vez a las razones por las que los economistas creen que los sistemas de mercado, que ofrecen bienes a quienes quieren y pueden pagar más por ellos, constituyen el mecanismo más eficiente para asignar lo que produce la economía. Son mucho mejores que todos los sistemas de racionamiento que no se basan en los precios. Ha llegado el momento de retornar a la cuestión de la elección. Los sistemas de mercado dejan que sean los consumidores y las empresas quienes decidan qué consumir. ¿Cómo se toman estas decisiones?
En el caso de una persona o una empresa racional, el primer paso del análisis económico de cualquier elección consiste en identificar las posibilidades existentes, lo que los economistas denominan conjunto de oportunidades, que es simplemente el grupo de opciones presentes. Si una perso-
na quiere comer un bocadillo y sólo tiene rosbif y bonito en el frigorífico, su conjunto de oportunidades consiste en un bocadillo de rosbif, uno de bonito, uno extraño de rosbif y bonito o ninguno. No cabe pensar en un bocadillo de jamón. La definición de las limitaciones de una persona o de una empresa es un paso fundamental en el análisis económico. Podemos pasarnos el tiempo suspirando por un bocadillo de jamón o por cualquier otra cosa que se encuentre fuera del conjunto de oportunidades, pero cuando llega el momento de elegir y de tomar una decisión, sólo es pertinente lo que se encuentra dentro del conjunto de oportunidades.
EL PRESUPUESTO Y LAS RESTRICCIONES
DE TIEMPO
Lo que limita las opciones son las restricciones. Éstas definen el conjunto de oportunidades. En la mayoría de las situaciones económicas, las restricciones que limitan las opciones de una persona -es decir, las que son realmente conexas- no son los ingredientes del bocadillo, sino el tiempo y el dinero. Los conjuntos de oportunidades cuyas restricciones vienen impuestas por el dinero se denominan restricciones presupuestarias; los conjuntos de oportunidades cuyas restricciones vienen impuestas por el tiempo se denominan restricciones de tiempo. Un multimillonario puede pensar que lo que limita sus opciones no es el dinero sino el tiempo, mientras que en el caso de un trabajador parado, el tiempo pasa lentamente; no es éste el que limita sus opciones, sino la falta de dinero.
La restricción presupuestaria define un conjunto de oportunidades representativo. Examinemos la restricción presupuestaria de Alfredo, que ha decidido gastarse 10.000 pesetas en casetes o en discos compactos. Un DC cuesta 1.000 pesetas y una casete 500. Por lo tanto, Alfredo puede
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1
PENSAR COMO UN ECONOMISTA 57
CuADRO 2.1. Conjunto de oportunidades de Alfredo
Casetes DC
o 10 2 9 4 8 6 7 8 6
10 5 12 4 M 3 16 2 18 1 20 o
comprar 10 DC o 20 casetes; o 9 DC y 2 casetes; u 8 DC y 4 casetes. El cuadro 2.1 muestra las distintas posibilidades, que se representan gráficamente en la figura 2.2:2
en el eje de ordenadas medimos el número de casetes compradas y en el de abscisas el número de DC. La línea B1B2 es la restricción presupuestaria de Alfredo. Los casos extremos, en los que sólo compra DC o casetes, están representados por los puntos B1 y B2 de la figura. Los puntos situados entre estos dos extremos a lo largo de la
2. Véase el apéndice del capítulo para aprender a interpretar gráficos.
Fm. 2.2. Restricción presupuestaria de Alfredo. La restricción presupuestaria identifica los límites del conjunto de oportunidades de una persona entre los DC y las casetes. Los puntos B1 y B2 son las opciones extremas, en las que aquélla elige la cantidad máxima de uno y ninguna del otro. Su elección real se encuentra en el punto E. Las elecciones situadas en el área sombreada son posibles, pero menos atractivas que las que se encuentran realmente en la restricción presupuestaria.
restricción .presupuestaria representan las demás combinaciones posibles. El coste de cada combinación de DC y casetes debe sumar 10.000 pesetas. El punto que elige Alfredo, en realidad, es el E, en el cual compra 4 DC (por 4.000 pesetas) y 12 casetes (por 6.000).
Aunque la restricción presupuestaria de Alfredo es la línea que define los límites superiores de su conjunto de oportunidades, éste es mayor. También comprende todos los puntos situados por debajo de la restricción presupuestaria, que constituyen el área sombreada de la figura. La restricción presupuestaria muestra el número má-
Número de casetes compradas
20
18.
16
14
12
10
8
6
4
2
82 Conjunto de oportunidades de Alfredo
Restricción presupuestaria de Alfredo
a, O 2 4 6 8 10 Número de OC
comprados
58 INTRODUCCIÓN
Horas dedicadas 24
a todas tas demás 20
actividades
16
12
8
4
o 4 8 12 16 20 24 Horas dedicadas
a verla TV
ximo de casetes que puede comprar Alfredo por cada número de DC que compre y viceversa. Alfredo siempre es más feliz cuando se encuentra en (elige un punto de) su restricción presupuestaria. Para ver por qué, compárense los puntos E y D. En el punto E, tiene una mayor cantidad de los dos bienes que en el D. Sería aún más feliz en el F, en el cual tendría todavía más casetes y DC, pero ese punto es, por definición, inalcanzable.
La figura 2.3 representa una restricción de tiempo. La más frecuente indica simplemente que el tiempo que dedica una persona a distintas actividades -incluido dormir- debe sumar 24 horas. La figura representa las horas dedicadas a ver la televisión en el eje de abscisas y las horas dedicadas a todas las demás actividades en el de ordenadas. La gente -independientemente de lo rica o pobre que sea- sólo tiene 24 horas al día para realizar diferentes actividades. La restricción de tiempo es muy parecida a la restricción presupuestaria. Una persona no puede dedicar más de 24 horas ni menos de cero a ver la televisión. Cuanto más tiempo dedique a verla, menos tendrá para otras actividades. Hemos dibujado en el gráfico el punto A (por atontado) en el nivel que corresponde a 5 horas al día, que es la cantidad de tiempo que dedica un americano típico a ver la televisión.
FIG. 2.3. Conjunto de oportunidades de ver televisión y otras actividades. Este conjunto de oportunidades está limitado por una restricción de tiempo, que muestra la disyuntiva a la que se enfrenta una persona entre dedicarse a ver la televisión y dedicarse a otras actividades. El punto A, que corresponde a 5 horas de televisión al día, representa una elección característica de un americano.
LA CURVA DE POSIBILIDADES DE PRODUCCIÓN
Las empresas y las sociedades en su conjunto están sujetas a restricciones. También deben tomar decisiones limitadas por sus conjuntos de oportunidades. Las cantidades de bienes que podría producir una empresa o una sociedad, dada una cantidad fija de tierra, trabajo y demás factores, se denominan posibilidades de producción.
Por poner un ejemplo que se analiza habitualmente, examinemos una sencilla descripción de una sociedad en la que toda la producción económica se divide en dos categorías, gasto militar y gasto civil. Naturalmente, cada uno de estos dos tipos de gasto contiene muchos elementos, pero analicemos de momento la elección entre estas dos grandes categorías. Para simplificar el análisis, la figura 2.4 llama «cañones» al gasto militar y «mantequilla» al gasto civil. La producción de cañones se indica en el eje de ordenadas y la de mantequilla en el de abscisas. Las combinaciones posibles de gasto militar y civil -de cañones y mantequilla- es el conjunto de oportunidades. El cuadro 2.2 muestra algunas de las combinaciones posibles: 90 millones de cañones y 40 millones de toneladas de mantequilla o 40 millones de cañones y 90 millones de toneladas de mantequilla. La figura representa estas distintas
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r 1
PENSAR COMO UN ECONOMISTA 59
Cañones (millones)
F 100
90 Curva de posibiliqades de producción de la sociedad
80
70
60
50
40
30
20
10
G
o 10 20 30 40 5o 60 70 80 90 100 Mantequilla (millones de
toneladas)
Fm. 2.4. La disyuntiva entre los cañones y la mantequilla. Una curva de posibilidades de producción puede mostrar el conjunto de oportunidades de la sociedad. Esta figura múestra una que describe la disyuntiva entre el gasto militar («cañones») y el civil («mantequilla»). Los puntos F y G representan las opciones extremas, en las que la economía sólo produce o bien cañones o bien mantequilla. Obsérvese que, a diferencia de lo que ocurre con la restricción presupuestaria y con la restricción temporal, la curva de posibilidades de producción está combada hacia fuera, como consecuencia de los rendimientos decrecientes.
posibilidades. Cuando elegir implica tomar decisiones relacionadas con la producción, la frontera del conjunto de oportunidades -que indica la cantidad máxima de cañones que puede producirse por cada cantidad de mantequilla y viceversa- se denomina curva de posibilidades de producción.
Cuando se compara el conjunto de oportunidades de una persona con el de la sociedad, representado por su curva de posibilidades de producción, se observa la existencia de una gran diferencia. La res-
tricción presupuestaria de una persona es una línea recta, mientras que la curva de posibilidades de producción está combada hacia fuera. Esta diferencia se debe a una buena razón. Una persona normalmente se enfrenta a disyuntivas o intercambios fijos: si Alfredo gasta 1.000 pesetas más en DC (es decir, compra un DC más), le quedan 1.000 pesetas menos para gastar en casetes (puede comprar dos casetes menos).
En cambio, las disyuntivas o intercambios a los que se enfrenta la sociedad no son fijos. Si ésta produce solamente
CUADRO 2.2. Posibilidades de producción de la economía
Cañones (millones)
100 90 70 40 o
Mantequilla (millones de toneladas)
o 40 70 90
100
'
60 INTRODUCCIÓN
unos cuantos cañones, utilizará los recursos -los hombres y las máquinas- mejor dotados para fabricarlos. Pero a medida que trata de producir una cantidad cada vez mayor de ellos, observará que le resulta cada vez más difícil: tendrá que recurrir progresivamente a recursos que son cada vez menos buenos para producir cañones. Detraerá estos recursos de la producción de otros bienes, que en este caso es la mantequilla. Eso significa que cada vez que aumente la producción de cañones, tendrá que reducir más la de mantequilla. Así, por ejemplo, cuando la economía aumenta la producción de cañones de 40 millones al año (punto A) a 70 millones (B), la producción de mantequilla disminuye en 20 millones de toneladas, pasando de 90 millones a 70. Pero si se fucrementa aún más la producción de cañones, hasta 90 millones ( C), lo que representa un incremento de 20 millones, la producción de mantequilla habrá de reducirse en 30 millones de toneladas, es decir, a 40 millones. La variación que experimenta el número de toneladas producidas de mantequilla por cada aumento del número de cañones no permanece constante, y ésa es la razón por la que la curva de posibilidades de producción está combada.
La importancia de la disyuntiva entre los cañones y la mantequilla puede verse claramente observando de nuevo la figura 1.3, que muestra que durante la segunda guerra mundial la producción de automóviles cayó casi a cero en Estados Unidos
debido a que las fábricas de automóviles se utilizaron para producir tanques y otros vehículos militares.
Supongamos, por poner otro ejemplo, que una empresa posee tierra que puede utilizar para cultivar trigo, pero no maíz, y tierra en la que puede cultivar maíz, pero no trigo. En este caso, la única manera de aumentar la producción de trigo es transferir trabajadores de los maizales a los trigales. A medida que se transfieren más trabajadores a los trigales, aumenta la producción de trigo, pero cada trabajador sucesivo aumenta menos la producción. Los primeros podrian escardar las malas hierbas más grandes y destructivas. Los trabajadores adicionales permitirían mejorar la escardadura, lo que aumentaría la producción. Pero las malas hierbas adicionales escardadas serían menores y menos destructivas, por lo que la producción aumentaría en una cantidad consiguientemente menor. Este ejemplo ilustra el principio general de los rendimientos decrecientes. La adición de unidades sucesivas de cualquier factor, como fertilizante, trabajo o máquinas, a una cantidad fija de otros factores -semillas o tierra- aumenta la producción o la cantidad producida, pero en una cuantía cada vez menor.
El cuadro 2.3 muestra la producción de los maizales y los trigales a medida que se incrementa la cantidad de trabajo en cada caso. Supongamos que la empresa tiene 6.000 trabajadores para repartir entre la producción de trigo y la de maíz. Por lo
CUADRO 2.3. Rendimientos decrecientes
Trabajo en los maizales Producción de maíz Trabajo en los trigales Producción de trigo (n.º de trabajadores) (quintales) ( n. 0 de trabajadores) (quintales)
1.000 60.000 5.000 200.000 2.000 110.000 4.000 180.000 3.000 150.000 3.000 150.000 4.000 180.000 2.000 110.000 5.000 200.000 1.000 60.000
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PENSAR COMO UN ECONOMISTA 61
Maíz (quintales)
200.000
, __ _ 150.000 - - - -1-
A
o 60.000
Curva de posibilidades de producción de la empresa
150.000 Trigo (quintales)
FIG. 2.5. La disyuntiva entre el trigo y el maíz. Esta curva de posibilidades de producción muestra que cuando aumenta la producción de trigo, es necesario renunciar a una cantidad cada vez mayor de maíz. En otras palabras, a medida que disminuye la producción de maíz, el aumento resultante de la producción de trigo es cada vez menor. El punto A muestra un resultado ineficiente de este conjunto de oportunidades.
tanto, la segunda columna y la cuarta indican conjuntamente las posibilidades de producción de la empresa, que se representan en la figura 2.5.
Ineficiencias: estar fuera de la curva de posibilidades de producción
No existe razón alguna para suponer que una empresa o una economía siempre se encuentra en su curva de posibilidades de producción. Cualquier ineficiencia de la economía dará como resultado un punto como el A de la figura 2.5, situado debajo de la curva de posibilidades de producción, en el cual la sociedad podría obtener una cantidad mayor de todo, es decir, una cantidad mayor tanto de trigo como de maíz. Uno de los principales empeños de los economistas es buscar casos en los que la economía sea ineficiente en este sentido.
Siempre que la economía se encuentra por debajo de la curva de posibilidades de producción es posible tener una cantidad mayor de todos y cada uno de los bienes, es decir, más trigo y más maíz, más cañones y más mantequilla. Independientemente de cuáles sean los bienes que nos gusten, podemos tener una mayor cantidad de
ellos. Ésta es la razón por la que podemos decir inequívocamente que los puntos situados debajo de la curva de posibilidades de producción no son deseables. Pero eso no significa que todos los puntos situados en ella sean mejores que cualquiera de los situados debajo. Comparemos los puntos A y C de la figura 2.5. La producción de maíz es mayor en C, pero la de trigo es menor. Si a los consumidores no les gusta mucho el maíz, el aumento de la producción de este cereal puede no compensarlos debidamente por la disminución de la producción de trigo.
Existen numerosas razones por las que la economía puede encontrarse por debajo de la curva de posibilidades de producción. Si la tierra que es más adecuada para la producción de maíz se dedica equivocadamente a la producción de trigo, la economía se encontrará por debajo de su curva de posibilidades de producción. Si alguno de los recursos de la sociedad -la tierra, el trabajo y los bienes de capital- se deja simplemente ocioso, como ocurre cuando hay una depresión, la economía se encontrará por debajo de su curva de posibilidades de producción. Los tipos de problemas que plantean los derechos de propiedad
62 INTRODUCCIÓN
mal definidos y que hemos analizado anteriormente en este capítulo también generan ineficiencias.
El coste
La belleza de un conjunto de oportunidades bien definido, como la restricción presupuestaria, ia restricción de tiempo o la curva de posipilidades de producción, se halla en que especifica el coste de una opción en función de otra. Si una persona, una empresa o la sociedad, se encuentran en la restricción b en la curva, sólo es posible conseguir uria mayor cantidad de una cosa sacrificanclo alguna de la otra. El «coste» de una unidad más de un bien es la cantidad a la que tenemos que renunciar del otro.
Por lo tanto, los economistas conciben el coste en función de las disyuntivas o intercambios existentes dentro de los conjun- \ tos de oportunidades. Volvamos al ejemplo de la figura 2.2 en el que Alfredo elige entre los DC y las casetes. La disyuntiva o intercambio viene dada por el precio relativo, que es la relación de precios de los DC y las casetes. En nuestro ejemplo, un DC cuesta 1.000 pesetas y una casete 500. El precio relativo es 1.000 pts. / 500 pts. = 2; Alfredo puede conseguir dos casetes por cada DC al que renuncie. Las sociedades y las empresas también se enfrentan a disyuntivas o intercambios a lo largo de la curva de posibilidades de producción, como la que muestra la figura 2.4, en la cual el punto A es la opción en la que se producen 40 millones de cañones y 90 millones de toneladas de mantequilla. El intercambio puede calcularse comparando los puntos A y B. La sociedad puede tener 30 millones más de cañones renunciando a 20 millones de toneladas de mantequilla.
Los intercambios son necesarios porque los recursos son escasos. Si una persona quiere una cosa, ha de pagar por ella; ha de
renunciar a alguna otra. Si quiere ir a la biblioteca mañana por la noche, tendrá que renunciar a ir al cine. Si quiere tener más renta para gastar, tendrá que trabajar más, es decir, tendrá que renunciar a una parte de su ocio. Si un aserradero quiere sacar más tablones de madera de dos por cuatro, no podrá hacer tantos tableros de uno por cuatro.
Los COSTES DE OPORTUNIDAD
Si una persona nos preguntara ahora mismo cuánto cuesta ir al cine, probablemente le responderíamos «700 pesetas» o lo que pagamos la última vez que fuimos al cine. Pero con el concepto de disyuntiva o intercambio, vemos que la respuesta completa no es tan sencilla. En primer lugar, el coste no es tanto las 700 pesetas como las otras cosas que podrían comprarse con ellas. Por otra parte, nuestro tiempo es un recurso escaso que debe figurar en el cálculo. Tanto el dinero como el tiempo representan oportunidades perdidas por ir al cine o lo que los economistas denominan coste de oportunidad del cine. Destinar un recurso a un fin significa no poder destinarlo a otro. Por lo tanto, cuando pensamos destinar un recurso cualquiera a un fin, debemos considerar el siguiente mejor uso que puede dársele. Este siguiente mejor uso es la medición formal del coste de oportunidad.
Resultará útil poner algunos ejemplos para aclarar la idea del coste de oportunidad. Consideremos el caso de la estudiante Sara que se matricula en la universidad. Ella piensa que lo que paga por la matrícula, el alojamiento y la manutención representa los costes de su educación. Pero el economista piensa inmediatamente en el trabajo que podría tener si no se hubiera matriculado en la universidad. Si Sara hubiera podido ganar 1.500.000 pesetas entre septiembre y junio, que es su siguiente me-
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PENSAR COMO UN ECONOMISTA 63
Primer plano: los costes de oportunidad de las reuniones ·
Las empresas no suelen tener en cuenta uno de los costes de oportunidad más importante de todos: el tiempo de sus altos ejecutivos. La agencia de personal Accountemps ha tratado de medir parte del tiempo perdido encuestando a 200 ejecutivos de las 1.000 mayores empresas de Estados Unidos. Los ejecutivos estimaron que se pasaban una media de 15 minutos diarios esperando al teléfono, una media de 32 minutos diarios leyendo o escribiendo notas superfluas y una media de 72 minutos diarios celebrando reuniones innecesarias. Multipliquemos ahora estas cifras por 48 semanas (suponiendo que los ejecutivos se toman cuatro semanas de vacaciones al año). El ejecutivo medio se pasaría 60 horas al año esperando al teléfono, 128 horas escribiendo notas superfluas y 288 horas celebrando reuniones innecesarias.
Naturalmente, este tipo de estimaciones son más ilustrativas que precisas. Por otra parte, quizá sea imposible saber por adelantado si una reunión va a ser útil; después de todo, es posible que la única manera de celebrar una reunión productiva sea arriesgarse a celebrar una improductiva. Pero aun aceptando los datos con reservas, parece probable que muchas empresas programan reuniones creyendo que como no tienen que pagar ningún plus a las personas que asisten a ellas, su coste es nulo. No tienen en cuenta el coste de oportunidad, el hecho de que sus altos directivos, a los que pagan unos elevadísimos sueldos, podrían dedicar su tiempo a alguna otra cosa.
Una propuesta medio seria consistiría en que las empresas midieran y mostraran el coste de oportunidad de sus reuniones en un marcador colocado discretamente en un rincón de sus salas de reuniones. A medida que fueran entrando los asistentes, éste registraría su sueldo por hora y comenzaría entonces a sumar el coste de su tiempo. Por ejemplo, si en una reunión hubiera veinte ejecutivos que ganaran una media de 4.500 pesetas por hora, el marcador iría incrementando esa cifra en 90.000 pesetas por cada hora que durara la reunión. También podríamos incluir el coste de oportunidad de utilizar la sala de reuniones, de la necesidad de devolver la llamada de teléfono a las personas de otras empresas que hubieran llamado durante la reunión, etc. Seguramente, cuando el marcador mostrara que el coste de oportunidad de la reunión habitual de la tarde comienza a ser de cuatro dígitos, habría poderosos incentivos para acabar rápidamente y dejar que todo el mundo reanudara sus demás tareas.
Fuente: «Executives on Hold 60 Hours a Year», San Jase Mercury News, 10 de julio de 1990, p. ?A
jor opción para este año, ése será el coste de oportunidad de su tiempo, y esta renta perdida debe sumarse a sus gastos universitarios cuando se calcula el coste económico total de estudiar en la universidad este año.
Examinemos ahora el caso de una empresa que ha comprado un edificio mayor dé lo necesario para instalar su sede central. Si subarrendando el espacio que no necesita pudiera cobrar 3.000 pesetas al mes por cada metro cuadrado, éste es el coste de oportunidad de no utilizar ese es-
pacio. Sería sensato que la empresa supusiera que tiene que pagarse a sí misma el alquiler de todo el espacio que posee y sopesar los beneficios de su utilización y este coste.
El análisis puede aplicarse también al Estado. Éste posee enormes extensiones de tierra virgen. Para averiguar si merece la pena o no convertirla en parques nacionales, debe tener en cuenta el coste de oportunidad de la tierra. Podría utilizarla para sacar madera o para llevar a pastar ovejas. Cualquiera que sea el valor de la tierra en
64 INTRODUCCIÓN
su siguiente mejor fin, éste es el coste económico del parque nacional. El hecho de que el Estado no tenga que comprar la tierra no significa que deba considerarse que es un bien gratuito.
Por lo tanto, desde el punto de vista del economista, cuando las empresas y los consumidores racionales toman decisiones -llevar a cabo un proyecto de inversión en lugar de otro, comprar un producto en lugar de otro- tienen en cuenta todos los costes: no sólo los gastos directos sino también todos los costes de oportunidad.
Los COSTES IRRECUPERABLES
El coste económico comprende, como acabamos de ver, los costes que los profanos suelen excluir, pero no tiene en cuenta los costes que éstos tienden a incluir. Si ya se ha realizado un gasto que no puede recuperarse, cualquiera que sea la decisión que se tome, una persona racional no lo tendría en cuenta. Esos gastos se denominan costes irrecuperables.
Para comprenderlos, volvamos al ejemplo del cine y supongamos ahora que nos hemos gastado 700 pesetas en una entrada. Dudábamos de que la película valiera 700 pesetas. A la media hora de estar en el cine, vemos confirmadas nuestras peores sospechas: la película es un desastre. ¿Debemos irnos del cine? Para tomar esa decisión, no debemos tener en cuenta las 700 pesetas. Constituyen un coste irrecuperable; ya no tenemos el dinero, independientemente de que nos quedemos o nos vayamos. Lo único adecuado ahora es decidir a qué vamos a dedicar los 90 minutos siguientes de nuestro tiempo: a ver una película terrible o a alguna otra cosa.
También podemos volver a examinar el caso de Fede, que al comienzo de este capítulo estaba considerando la posibilidad de comprar o no una entrada no reembolsable para el partido de fútbol del domin-
go. Decide comprarla, sabiendo que si aguarda al domingo, existen muchas posibilidades de que se hayan vendido todas las entradas. Cuando llega el domingo, está lloviendo. Fede no soporta estar sentado bajo la lluvia, pero piensa que como ya se ha gastado el dinero en la entrada, sería un despilfarro no ir al partido. ¿Es racional?
Un economista le haría la siguiente pregunta: «¿Qué habría ocurrido si una persona le hubiera ofrecido una entrada gratis para el partido del domingo?» Fede odia tanto estar bajo la lluvia que habría respondido: «Gracias, pero no.» El economista le diría entonces que si piensa de esa manera, sería irracional que fuera al partido, aunque ya hubiera pagado la entrada. Ya no tiene el dinero pagado y la decisión de comprar es algo pasado; los gastos realizados el lunes en la entrada son costes irrecuperables y no deben tenerse en cuenta en fa decisión del domingo de ir o no al partido.
Supongamos que acabamos de comprar un moderno ordenador portátil por 200.000 pesetas. Estamos muy contentos con la compra. Pero una semana más tarde, el fabricante anuncia por 100.000 pesetas otro que tiene el doble de potencia; podemos cambiar nuestro viejo ordenador por el nuevo pagando 40.000 pesetas más. Estamos enfadados. Pensamos que acabamos de pagar 200.000 por un ordenador que ahora no vale casi nada y apenas lo hemos utilizado. Decidimos seguir con el viejo ordenador durante otro año, hasta que hayamos sacado al menos algún rendimiento a nuestra inversión. Una vez más, el economista nos diría que no estamos enfocando la cuestión racionalmente. La decisión pasada es un coste irrecuperable. Lo único que debemos preguntarnos es si la potencia adicional del ordenador más moderno vale las 40.000 pesetas adicionales. En caso afirmativo, debemos comprarlo; en caso negativo, no.
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PENSAR COMO UN ECONOMISTA 65
Primer plano: Oregón toma difíciles decisiones sobre la asistencia sanitaria
los milagros de la medicina moderna no son baratos. Mientras que los precios de consumo subieron en Estados Unidos alrededor de un 50 % en los años ochenta, los de la asistencia médica se duplicaron. A comienzos de los noventa, el gasto anual en asistencia médica superaba los 700.000 millones de dólares. Al mismo tiempo, se estima que 30 millones o más de personas carecían de seguro médico.
En 1990, el Estado de Oregón decidió afrontar el problema de la cara asistencia para muchos y de la escasa asistencia para otros. Decidió tratar de clasificar 1 .600 tratamientos médicos por medio de un programa de ordenador que sopesara sus costes y sus beneficios. Se pensaba que dejando de dar cobertura a los problemas médicos que fueran desproporc:ionadamente caros, el Estado podría duplicar el número de pobres que tienen derecho a beneficiarse de Medicaid, que es el programa público de seguro médico básico destinado a este grupo de la población.
Naturalmente, la lista es controvertida. Por ejemplo, la detección del virus del SIDA y la protección contra el mismo figura en uno de los primeros lugares de la lista de tratamientos que han de ofrecerse a todo el mundo, pero el tratamiento del SIDA cuando el paciente ya está al borde de la muerte podría reducirse extraordinariamente según este plan. Otros que podrían reducirse son los trasplantes de órganos y los tratamientos de úlceras crónicas, los trastornos del sueño y las venas varicosas. Para poner en práctica una lista de ese tipo, el Estado tendrá que negarse inevitablemente a ayudar a algunas personas que se beneficiarían de determinados tratamientos médicos, y algunas de ellas morirán antes.
Pero tampoco es una decisión realista que Oregón obligue a sus ciudadanos a pagar impuestos para suministrar a todo el mundo toda la asistencia médica que desee, No es posible evitar la escasez. La cuestión estriba en cómo tomar las decisiones difíciles.
Actualmente, las personas qu'e tienen un seguro médico privado o se benefician de un programa como Medicaid pueden recibir una gran cantidad de asistencia médica cara, mientras que las que carecen de un seguro médico privado pero no son suficientemente pobres como para tener derecho a acogerse a Medicaid están desprotegidas. El plan de Oregón propone destinar el gasto extraordinario destinado a asistencia médica a tratamientos cuyos beneficios sean mayores para la salud pública. Se trata de un análisis marginal en una situación que es verdaderamente de vida o muerte.
Fuente: Timothy Egan, «Oregon Lists lllnesses by Priority to See Who Gets Medicaid Care», New York Times, 3 de mayo de 1990.
Los COSTES MARGINALES
El tercer aspecto del coste en el que hacen hincapié los economistas es el de los costes adicionales y los beneficios adicionales, o lo que los economistas llamamos costes marginales y beneficios marginales. Las decisiones más difíciles que tomamos no son si hacemos o no una cosa, sino si hacemos un poco más o un poco menos. Pocos perdemos mucho tiempo en preguntarnos si debemos trabajar o no. Tenemos
que trabajar; lo que hemos de preguntarnos es si debemos trabajar más o menos horas. Cuando necesitamos un apartamento o una casa, lo difícil es decidir entre comprar (o alquilar) uno más grande o uno más pequeño. Un país no se pregunta si debe tener o no un ejército, sino si debe tener uno mayor o uno menor.
Jaime acaba de conseguir un trabajo para el cual necesita un automóvil. Debe decidir cuánto va a gastarse en él. Si se gasta más, puede conseguir un automóvil
1
1
1
--- - - -- -
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66 INTRODUCCIÓN
Pasos básicos de la elección racional
Identificar Jos conjuntos de oportunidad. Definir las disyuntivas o intercambios. Calcular los costes correctamente, teniendo en cuenta los costes de oportunidad, Jos costes
irrecuperables y los costes marginales.
más nuevo, más grande y más lujoso. Pero ha de averiguar si merece la pena pagar unos cuantos miles (o cientos de miles) de pesetas marginales por unas prestaciones adicionales extra, como unos bonitos tapacubos, elevalunas eléctricos, un equipo estereofónico, un modelo que es un año más nuevo, etc.
Del mismo modo, Poli está pensando en ir un fin de semana a esquiar a los Pirineos. Tiene tres días de vacaciones. El billete de avión le cuesta 20.000 pesetas; el hotel, 10.000 por noche; y el alquiler de los esquíes 3.500 al día. La comida le cuesta lo mismo que en casa. No sabe si ir dos días o tres. El coste marginal del tercer día es de 13.500 pesetas, es decir, el coste del hotel más el coste del alquiler de los esquíes. La estancia del tercer día no tiene costes de transporte adicionales. Debe comparar el coste marginal con el placer que sentirá quedándose el tercer día.
El análisis marginal puede crear adicción. Nos encontramos ante un puesto de bebidas refrescantes, tratando de decidir de qué tamaño vamos a pedir el vaso. Uno pequeño cuesta 75 pesetas, uno mediano cuesta 100 y uno grande cuesta 125. El coste marginal de la bebida adicional que se obtiene al pasar del tamaño pequeño al mediano es de 25 pesetas. Para elegir entre una Coca-Cola pequeña y una mediana, tenemos que decidir si el beneficio de la bebida adicional (marginal) vale el coste de 25 pesetas. Para elegir entre una CocaCola mediana y una grande, tenemos que decidir si el beneficio de la bebida adicional (marginal) vale 25 pesetas más.
Los consumidores, conscientemente o
no, examinan las disyuntivas que se les plantean en el margen en la mayoría de sus decisiones. Sin embargo, los economistas los resaltan. El análisis marginal es, al igual que los costes de oportunidad y los costes irrecuperables, uno de los conceptos capitales que permiten a los economistas examinar sistemáticamente los costes de las diferentes opciones.
Repaso y práctica
RESUMEN
1. \El modelo básico de los economistas está formado por personas racionales que buscan su propio provecho y empresas racionales maximizadoras del beneficio, que interactúan en mercados competitivos.
2. El motivo de los beneficios y la propiedad privada dan incentivos a las personas y a las empresas racionales para trabajar intensa y eficientemente. Los derechos de propiedad mal definidos o limitados pueden dar como resultado una conducta ineficiente o contraproducente.
3. La sociedad a menudo ha de elegir entre la igualdad, que significa permitir que todo el mundo consuma cantidades más o menos iguales, y la eficiencia, que requiere incentivos que permitan a los individuos o a las empresas recibir beneficios diferentes dependiendo de su conducta.
4. En una economía de mercado, el sistema de precios es un mecanismo de
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economistas ncionales
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PENSAR COMO UN ECONOMISTA 67
asignación de los bienes y servicios. Otros métodos son el racionamiento por medio de colas, de'ÍÜterías o de cartillas.
5. Un conjunto de oportunidades muestra cuáles son las opciones posibles. Las restricciones presupuestarias y de tiempo definen los conjuntos de oportunidades de los individuos. Ambas muestran la cantidad de una cosa a la que debe renunciar una persona para conseguir más de otra.
6. Una curva de posibilidades de producción define el conjunto de oportunidades de una empresa o de una sociedad, representando las combinaciones posibles de bienes que pueden producir. Si una empresa o una sociedad está produciendo por debajo de su curva de posibilidades de producción, se dice que es il!,eficiente, ya que podría producir una mayor cantidad de uno de los bienes (o de los dos) sin producir una menor del otro.
7. El coste de oportunidad es el coste de utilizar un recurso cualquiera. Se mide examinando el siguiente uso mejor que podría dársele.
8. Un coste irrecuperable es un gasto pasado que no puede recuperarse, independientemente de la decisión que se tome en el momento presente. Por lo tanto, las personas racionales no lo tienen en cuenta cuando toman sus decisiones.
9. La mayoría de las decisiones económicas se concentran en elecciones en el margen, en las que se compara el coste marginal (o adicional) de un curso de acción con sus beneficios adicionales.
TÉRMINOS CLAVE
Competencia perfecta Modelo competitivo básico
Sistemas de racionamiento Conjuntos de oportunidades Rendimientos decrecientes Coste de oportunidad Coste irrecuperable Costes y beneficios marginales
TEMAS DE REPASO
l. ¿Cuáles son los objetivos de los individuos y de las empresas en el modelo competitivo básico de los economistas?
2. Considere el caso del lago de un parque estatal en el que se permite pescar a todo el mundo tanto como desee. ¿Cuál cree usted que será el resultado? ¿Podría evitarse este problema si el lago fuera de propiedad privada y se vendieran licencias de pesca?
3. ¿Por qué podría reducir la eficiencia una medida gubernamental destinada a aumentar la equidad de la distribución de la renta?
4. Enumere las ventajas y los inconvenientes del racionamiento por medio de colas, de loterías y de cartillas. Si el gobierno permitiera que se desarrollara un mercado negro, ¿podrían reducirse algunos de los inconvenientes de estos sistemas?
5. ¿Cuáles son algunos de los costes de oportunidad de ir a la universidad? ¿Cuáles son los costes de oportunidad que debe tener en cuenta un país antes de decidir ampliar una autopista?
6. Cite dos ejemplos de coste irrecuperable y explique por qué deben ser irrelevantes para las decisiones del presente.
7. ¿En qué se diferencia la decisión de comprar un bien, como un automóvil o una casa, de las decisiones marginales que implica esa compra?
· n t r J e rm nn rt· rnr
68 INTRODUCCIÓN
PROBLEMAS
1
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1
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1. Imagine que muchas empresas están instaladas a la orilla de un río, al que arrojan sus vertidos industriales. El río pasa por una ciudad, que lo utiliza como fuente de agua y de esparcimiento. Si los derechos de propiedad sobre el río están mal definidos, ¿qué problemas pueden surgir?
2. Suponga que existe un yacimiento de petróleo debajo de propiedades que pertenecen a personas distintas. Cada vez que se perfora un pozo disminuye la cantidad de petróleo que pueden extraer otros. Compare la velocidad con la que es probable que se extraiga el petróleo en esta situación con la velocidad con que se extraería si una persona tuviera los derechos de propiedad para extraerlo todo.
3. Suponga que las licencias de caza se asignan por medio de una lotería; si usted quiere una, envía su nombre para participar en la lotería. Si el propósito del sistema es garantizar que quien más desee cazar tenga la oportunidad de hacerlo, ¿cuáles son los fallos de este sistema? ¿Cómo mejoraría la situación si las personas que consiguieran una licencia pudieran vendérsela a otras?
4. Imagine que durante una guerra el gobierno establece un sistema de racionamiento por medio de cartillas. ¿Cuáles son las ventajas de permitir que la población compre y venda sus cupones?¿ Y los inconvenientes?
5. Ketty, estudiante universitaria, tiene 2.000 pesetas semanales para sus gastos; se las gasta en «chucherías» que le cuestan 250 pesetas cada una, o en gasolina, que le cuesta 100 pesetas el litro. Trace su conjunto de oportunidades. ¿Cuál es la disyuntiva o intercambio entre las «chucherías» y la gasolina? Ahora trace cada una
de las nuevas restricciones presupuestarias a las que se enfrentaría si: a) un amable pariente comenzara a
enviarle 1.000 pesetas más a la semana;
b) el precio de una «chuchería» bajara a 200 pesetas;
e) el precio de la gasolina subiera a 120 pesetas el litro.
¿Cómo varía la disyuntiva entre las «chucherías» y la ·gasolina en cada uno de los casos?
6. ¿Por qué es probable que el coste de oportunidad de estudiar medicina sea mayor que el de estudiar otras carreras? ¿Por qué es el coste de oportunidad de una mujer titulada universitaria que tenga hijos mayor que el de una mujer que también los tenga pero sólo posea estudios secundarios?
Apéndice: cómo interpretar los gráficos
Independientemente de que el viejo refrán que dice «una imagen vale más que mil palabras» subestime o exagere el valor de una imagen, a los economistas les resultan extraordinariamente útiles los gráficos.
Examinemos, por ejemplo, la figura 2.6; es otra versión de la 2.2, que muestra la restricción presupuestaria de una persona, Alfredo, es decir, las distintas combinaciones de DC y casetes que puede comprar. En términos más generales, un gráfico muestra la relación entre dos variables, que en este caso son el número de DC y el número de casetes que puede comprar. La restricción presupuestaria indica el número máximo de casetes que puede comprar, dado el número de DC que ha comprado.
En un gráfico, una de las variables (en este caso, los DC) se coloca en el eje de abscisas y la otra en el de ordenadas. Un punto como el E se interpreta observando el eje de abscisas y viendo que corresponde a 4 DC y examinando el eje de ordena-
PENSAR COMO UN ECONOMISTA 69
das y viendo que corresponde a 12 casetes. Del mismo modo, el punto A se interpreta observando el eje de abscisas y viendo que corresponde a 5 DC y examinando el de ordenadas y viendo que corresponde a 1 O casetes.
En la figura se ha representado cada uno de los puntos del cuadro y se ha trazado una curva que pase por esos puntos. Aunque la «curva» resulta ser una línea recta en este caso, empleamos el término más general. La ventaja de la curva frente a los puntos se halla en que con ella podemos hallar a partir del gráfico puntos de la restricción presupuestaria que no se encuentran en el cuadro.
Naturalmente, a veces no todos los puntos de un gráfico tienen sentido desde el punto de vista económico. No es posible comprar media casete ni medio DC. Cuan-do trazamos gráficos, en la mayoría de los "--· casos dejamos de lado estas consideraciones; lo que hacemos es suponer que cualquier punto de la restricción presupuestaria es realmente posible.
Número de casetes compradas
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
Pendiente = -2
o 2 4 6 8 10
LA PENDIENTE
En cualquier gráfico, la cantidad en que aumenta la variable situada en el eje de ordenadas como consecuencia de una variación unitaria de la variable situada en el eje de abscisas se denomina pendiente, exactamente igual que la pendiente de una montaña. A veces se define como «la altura partida por la base», lo que signitica que la pendiente de una línea puede calcularse dividiendo la variación de la variable situada en el eje de ordenadas (la «altura») por la variación de la variable situada en el eje de abscisas (la «base»).
12
10
Examinemos la figura 2.6. Cuando nos desplazamos de E a A, aumentando el número de DC en 1, el número de casetes disminuye de 12 a 10. Por cada DC adicional que compramos, el número viable de casetes que podemos comprar disminuye en 2. Por lo tanto, la pendiente de la línea es:
Altura _ 10 - 12 _ -2 _ 2 ---- ----Base 5 - 4 1
o 4 5
Número de DC comprados
Fm. 2.6. Interpretación de un gráfico: la restricción presupuestaria. Los gráficos pueden utilizarse para mostrar la relación entre dos variables. Éste muestra la relación entre la variable representada en el eje de ordenadas (el número de casetes que puede comprar Alfredo) y la variable representada en el eje de abscisas (el número de DC). La pendiente de una curva como la restricción presupuestaria indica la variación que experimenta el número de casetes que puede comprarse cuando Alfredo compra un DC más. La pendiente es negativa.
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70 INTRODUCCIÓN
Renta
Años de estudios
FIG. 2.7.
Cuando, como en la figura 2.6, la variable del eje de ordenadas disminuye cuando aumenta la del eje de abscisas, se dice que la curva o línea tiene pendiente negativa. Una restricción presupuestaria siempre tiene pendiente negativa. Pero cuando describimos la pendiente de una restricción presupuestaria, a menudo omitimos el término «negativa». Decimos que la pendiente es 2, sabiendo que como estamos describiendo la pendiente de una restricción presupuestaria, deberíamos decir en términos más formales que la pendiente es -2. A veces, también decimos que la pendiente tiene un valor absoluto de 2.
La figura 2. 7 muestra el caso de una curva que tiene pendiente positiva (la figura 1.6 del capítulo 1 sugería ese tipo de relación entre el número de años de estudios
Variable y
A
La pendiente de una línea recta vertical es infinita
Variab/ex
F10. 2.8.
y la renta). La variable representada en el eje de ordenadas, la: renta, aumenta a medida que es mayor el nivel de estudios, lo que hace que la línea ascienda de izquierda a derecha.
En análisis posteriores, nos encontraremos con dos casos especiales. Una línea que es muy inclinada tiene una pendiente muy granile; es decir, el aumento registrado en el eje de ordenadas por cada aumento unitario del eje de abscisas es muy grande. El caso extremo es una línea recta totalmente vertical, en cuyo caso decimos que la pendiente es infinita (fig. 2.8, panel A). En el otro extremo se encuentra la línea recta horizontal plana; como no se registra ningún aumento en el eje de ordenadas independientemente de la magnitud de la variación que se registre en el de absci-
Variable y
La pendiente de una línea recta horizontal es cero
Variablex
B
-.. .... ...... --· ----...... l
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a a
1
r 1
PENSAR COMO UN ECONOMISTA 71
Cañones (millones)
100
80
60
40
20
PANELA
Curva de posibilidades de producción
PANELB 720 ~~ ==-11
66 1 1
o 66687072
o 20 40 60 80 100 ·Mantequilla (toneladas)
Altura = 69 -70 = _1 Base 71 -70
Altura = 38 - 40 = _2 Base 91 -90
o 86 88 90 92
Fm. 2.9. La disyuntiva entre los cañones y la mantequilla. El panel A muestra una disyuntiva entre el gasto militar («cañones») y el civil («mantequilla»), en la que la sociedad elige el punto E. El panel Bes una ampliación del área situada alrededor de E, que centra la atención en la ~(!_]}diente correspondiente a ese punto y que mide las disyuntivas marginales a las que se enfrenta la sociedad cerca de ese punto. Del mismo modo, el panel C es una ampliación del área situada alrededor de A y muestra las disyuntivas marginales a las que se enfrenta la sociedad cerca de ese punto.
sas, decimos que la pendiente de esa curva es nula (panel B).
Tanto la figura 2.6 como la 2.7 muestran líneas rectas. La pendiente es la misma en todos los puntos de ía línea recta. No ocurre así en el caso de la 2.9, que reproduce la curva de posibilidades de producción mostrada inicialmente en la figura 2.4. Examinemos primero el punto E. El panel B de la figura amplía el área que rodea a E, para poder ver qué ocurre con la producción de cañones cuando aumentamos la de mantequilla en 1. A partir de la figura vemos que la producción de cañones disminuye en l. Por lo tanto, la pendiente es:
Altura = 69 - 70 __ 1 Base 71 - 70
Examinemos ahora el punto A, en el cual la economía está produciendo más
mantequilla. El área que rodea a A se ha ampliado en el panel C, en el cual observamos que cuando aumentamos la·mantequilla en una unidad más, la reducción de los cañones es mayor que antes. La pendiente correspondiente al punto A es:
Altura = 38 - 40 = _2 Base 91 - 90
Con curvas como la de posibilidades de producción, la pendiente varía a medida que nos desplazamos a lo largo de la curva.
CóMO SE INTERPRETAN LAS CURVAS
Examinemos la figura 2.10. ¿Cuál de las dos curvas tiene una pendiente mayor? La de la izquierda parece que tiene una pendiente cuyo valor absoluto es mayor. Pero
1:, -.
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I,_ --.
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-.
72
Número de casetes 20 compradas
18
16
14
12
10
8
6
4
2
o 2
A
4
INTRODUCCIÓN
Restricción presupuestaria de Alfredo
6 8 10 Número de OC
comprados
Número de casetes io compradas 16
12
8 4
o 2 4
B
Restricción presupuestari;,, de Alfredo
6 8 10 Número de OC
comprados
Fm. 2.10. Escala y pendiente. ¿Cuál de estas dos líneas tiene una pendiente más inclinada? Las unidades del eje de ordenadas han cambiado. Las dos curvas tienen la misma pendiente.
Producción de automóviles
Producción de automóviles
1982 1984
A
B
1986 1988 1990
Producción de automóviles
1988 1990
Fm. 2.11. Escala y gráficos de datos. ¿Cuál de estas dos curvas muestra una mayor variabilidad en la producción de automóviles a lo largo del tiempo? Las dos representan los mismos datos. De nuevo, la escala vertical ha variado. Fuente: Ward's Automotive Reports (1991).
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del eje
r 1
PENSAR COMO UN ECONOMISTA 73
observemos atentamente los ejes. Fijémonos en que en el panel A el eje de ordenadas se ha alargado en relación con el del panel B. La misma distancia que representa 20 casetes en el panel B representa sólo 10 en el A. En realidad, los dos paneles representan la misma restricción presupuestaria. Tienen exactamente la misma pendiente.
Este tipo de advertencia es tan importante cuando se examinan gráficos de datos como los que se utilizan a menudo en el capítulo 1 como cuando se examinan las
relaciones presentadas en este capítulo que generan curvas continuas. Comparemos, por ejemplo, los paneles A y B de la figura 2.11. ¿Cuál de las dos curvas muestra una mayor variabilidad? ¿Cuál parece más estable? El panel B parece mostrar que la producción de automóviles no varía mucho con el paso del tiempo. Pero, una vez más, basta observarlo más detenidamente para ver que se han alargado los ejes del panel A. Las dos curvas se basan exactamente en los mismos datos
1 y no existe, en realidad,
ninguna diferencia entre ellas.