UNIVERSIDAD VERACRUZANA
Facultad de Biología
SUELO
M. EN C.: BERTHA MARÍA ROCIÓ HERNANDEZ SUAREZ.
QUÍMICA INORGÁNICA
SECCIÓN: 103
Integrantes:
Aguas Balderrama Yuridia Sánchez Romero Daniela
Fecha de entrega: 10 de noviembre del 2012
Índice:
Introducción………………………………………………………………………….3
Descripción del suelo y Propiedades físico-químicas…………..………………4
Importancia biológica………….………………………………………………….10
Causas de afectación (contaminación)……………………………………….....12
Medios de remediación y propuestas……………………………………………15
Conclusiones………………………………………………………………………..16
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Introducción
Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activa, que tiende a desarrollarse en la superficie de las rocas emergidas por la influencia de la intemperie y de los seres vivos (meteorización).
Los suelos son sistemas complejos donde ocurren una vasta gama de procesos químicos, físicos y biológicos que se ven reflejados en la gran variedad de suelos existentes en la tierra.
El suelo está formado por partículas de diferente tamaño, producto de la desfragmentación de las rocas.
En el suelo podemos distinguir dos clases de materia: mineral y orgánica.
La naturaleza porosa de los suelos permiten que tengan también agua y aire en cantidades variables
Según este concepto, el estudio del suelo debe dirigirse hacia dos objetivos fundamentalmente. Por una parte a considerar sus diversas propiedades, con referencia especial a la producción de plantas, es decir, un aspecto práctico o aplicado. Por otra, a su estudio científico, especialmente químico, para determinar la variación de su productividad y hallar los medios para su conservación y mejora.
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SUELO
Descripción del suelo y propiedades (fisico-químicas)
El término suelo que deriva del latín solum , y significa piso, puede definirse como la
capa superior de la Tierra que se distingue de la roca sólida y sonde las plantas crecen.
Con este enfoque los suelos deben considerarse como formaciones geológicas
naturales desarrolladas bajo condiciones muy diversas de clima y materiales de origen,
lo cual justifica su continua evolución y, en consecuencia, su gran variedad. Así, existe
un una dirección o criterio geológico que define el suelo en función de su formación a
partir de las rocas originarias. Y en este sentido, el suelo puede definirse como el
producto de erosión de las rocas, evidenciando en las partes superficiales de la corteza
terrestre y que contiene en ocasiones restos de materia orgánica descompuesta o en
estado de descomposición.
El suelo independientemente de su origen tiene una función: soportar una vegetación, y
en él se deben dar las condiciones necesarias para el desarrollo de las plantas. Con
este enfoque, nos encontramos con una concepción fisiológica vegetal que defina el
suelo como la mezcla de partículas sólidas pulverulentas, de agua y de aire que,
provista de los elementos nutritivos necesarios para las plantas, puede servir como
sustentadora de una vegetación.
El suelo sin embargo como parte de la Biosfera, está poblado de organismos. El suelo
respira, nitrifica, origina humus. Nos encontramos también con un criterio biológico,
donde se da prioridad para su definición a los organismos que en él habitan y a las
transformaciones o procesos que realizan.
Bajo el punto de vista químico y agrícola también es aceptable su correspondiente
orientación. Y en este sentido, el suelo puede considerarse como un sistema disperso
constituido por tres fases: sólida, líquida y gaseosa, que constituye el soporte mecánico
y, en parte, el sustento de las plantas.
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El punto de partida en la formación
del suelo lo constituye las rocas
situadas en la superficie terrestre
(en su mayoría rocas ígneas y
sedimentarias), las cuales con el
tiempo y a través de un conjunto de
procesos que se engloban en le
término “meteorización”, son
desintegradas y alteradas por
acción diversos agentes de
naturaleza física, química y
biológica.
La meteorización física se debe a la aparición de importantes tensiones en el interior de
la roca, lo cual provoca roturas en sus líneas débiles sin que se produzcan cambios
apreciables en la mineralogía de sus componentes. Estas tensiones pueden ser
provocadas por distintos agentes, entre los que hay que destacar diferentes cambios de
temperatura, la alternancia de humedad y sequedad la congelación por el hielo, la
cristalización de sales por hidratación y el efecto mecánico de animales y plantas.
Los cambios bruscos de temperatura, sobre todo del día a la noche, afectan altamente
el estado inicial de las rocas, provocando en éstas de forma continua sucesivas
dilataciones y contracciones, que facilitan su desintegración.
La alternancia de humedad y sequedad origina, así mismo, una expansión o contracción
de la roca, propiciando la disminución de su tamaño.
La congelación del agua presente en los intersticios de las rocas, al aumentar su
volumen con respecto al estado inicial, es factor importante para su fractura y
degradación. Este mismo efecto se produce por cristalización de sales por hidratación.
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Origen y formación del suelo. Factores influyentes
La acción de estos agentes físicos que son los que inicialmente participan en la
formación del material originario del suelo, viene en muchos casos incrementada por su
traslado de lugar de origen a otro lugar por corrientes de agua, viento o desplazamiento
de zonas montañosas a otras más bajas por gravedad.
El material originario así formado por partículas de rocas que no han sufrido aún
modificaciones internas, es posteriormente alterado mediante procesos químicos más
lentos. A través de éstos, el suelo se va configurando, adquiriendo su configuración, su
verdadera entidad como tal.
La meteorización química se caracteriza por transformaciones que afectan la
composición química y mineralógica de la roca, dando lugar a mezclas de minerales de
composición variable y compleja. Estos cambios de composición suelen estar
acompañados por una continua desintegración física y se consideran de fundamental
importancia para el desarrollo de la fertilidad química del suelo, al posibilitar la liberación
de los elementos inmovilizados en las redes cristalinas del mineral.
Los agentes químicos que intervienen en estos procesos son, principalmente, el agua
que provoca reacciones de disolución, hidrólisis e hidratación en los minerales
integrantes de las rocas; el dióxido de carbono que participa en las de carbonatación; y
el oxígeno en las de oxidación-reducción, a ellos hay que añadir, en menor cuantía, la
secreción de sustancias ácidas por parte de algunos organismos vivos (raíces de
plantas y microorganismos) que facilitan notoriamente la transformación del material
originario, mediante reacciones de intercambio iónico o de complejación.
La disolución tiene importancia cuando se trata de rocas y minerales solubles, y
depende del pH del medio, de la temperatura ambiente y de la cantidad de agua que
soportan. La movilidad del compuesto solubilizado determina la magnitud del proceso y
de los productos finales.
La meteorización por hidrólisis consiste en la reacción entre un determinado mineral y el
agua, para dar un ácido y una base. Afecta una gran cantidad de silicatos alumínicos,
dada su abundancia en la corteza terrestre.
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Las reacciones de hidratación se caracterizan por la incorporación de moléculas de
agua en la estructura cristalina del mineral, originando con ello otro distinto.
La carbonatación se basa en la reacción de iones CO3 = ó CO3 H con el mineral. Estos
iones se originan por disolución del CO2 procedente de la actividad de las raíces y
microorganismos. Depende de la temperatura existente, del pH y de la concentración de
dióxido de carbono.
Las reacciones de oxidación-reducción se verifican sobre elementos que pueden actuar
con diversos grados de valencia, como por ejemplo el Fe y Mg. Estos elementos pueden
presentarse en las rocas en forma reducida, y su oxidación puede producirse por
contacto con el aire o por la acción de bacterias autótrofas.
Las relaciones de intercambio ionico se verifican entre las superficies de las raíces de la
planta y cationes adosados en la superficie mineral. Su continuo contacto puede
provocar en éste una progresiva alteración de su estructura.
La meteorización por formación de complejos suele originarse entre determinados
compuestos orgánicos, que actúan como ligandos, y cationes presentes en disolución o
absorbidos en la superficie mineral.
Las siguientes reacciones son ejemplos perfectamente conocidos en estos procesos:
Hidrólisis:
Si3O8AlK + H2O Si3O8AlH + KOH
Si3O8AIH + 8H2O AI2O3.3H2O + 6SiO3H2
Hidratación:
SO4Ca +2H2O So4Ca.2H2O
Fe2O3 + nH2O Fe2O3.nH2O
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Carbonatación:
CO3Ca + H2O + CO2 (CO3H)2Ca
SiO4Mg2 + H2O + CO2 SiO2 + (CO3H)2Mg
Oxidación-Reducción:
4FeO + O2 2Fe2O3
3SiO4FeMg + H2O Si2O3Mg3H4 + SiO2 + 3FeO
Intercambio iónico
Si3O8AlK + H Si3O8AlH + K
H + K K + H
Complejación:
COOH COO
I + Al +3 l Al+ + 2H+
COOH COO
Los agentes biológicos son, en su conjunto, los organismos vivos que habitan y se
desarrollan en el suelo. Sus
acciones pueden ser tanto
físicas como químicas. Efectos
mecánicos de animales y
plantas, desprendimiento de
dióxido de carbono, secreción de
sustancias orgánicas activas,
formación de complejos y
quelatos, y su participación en
la génesis del humus.
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Humus Humus
Raiz Arcilla Raíz Arcilla
Esquema de un perfil típico de suelo
Es evidente que junto al tipo de roca sometida a la meteorización, el tiempo de
actuación de todos los agentes descritos condiciona el tipo de suelo que puede
generarse. En este aspecto, los conceptos de suelo joven, maduro o viejo, vienen
determinados por el grado de actuación de este factor.1
1 Simon Navarro B, Gines Navarro “Quimica Agrícola” (2003)
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Importancia biológica del suelo
Las plantas no pueden desarrollarse solamente sobre la base de agua y aire, contienen
y necesitan cierto número de elementos químicos que, por lo general, les son
proporcionados a expensas de las sustancias minerales del suelo y a través del sistema
radicular. Aunque estos elementos constituyen sólo una pequeña porción del peso
anhidro de la planta (del 0´6 al 6%), no dejan por ello de ser fundamentales para el
vegetal, lo que explica que sean considerados junto al carbono, oxígeno e hidrógeno,
elementos esenciales para su nutrición.
Es interesante señalar que los elementos que las plantas obtienen del suelo son los que
comúnmente limitan al desarrollo de los cultivos. El crecimiento de las plantas, salvo
circunstancias excepcionales, como pueden ser la sequía, bajas temperaturas, suelos
anómalos o enfermedades, no se altera seriamente por una deficiencia de carbono,
hidrógeno u oxígeno. Esto justifica la importancia de los nutrientes del suelo y de los
elementos que contiene.
En el momento actual, está suficientemente demostrado y admitido que los elementos
esenciales para el desarrollo de todas las plantas son dieciséis, y cuatro esenciales sólo
para algunas. Todos ellos desempeñan funciones muy importantes en la vida de la
planta y, cuando están presentes en cantidades insuficientes, pueden producir en ellas
graves alteraciones y reducir notablemente el crecimiento.
El suelo está conectado directamente con la cubierta vegetal, su importancia va
directamente ligada con la cubierta de la misma; juntos forman un ciclo vital en el que
con la pérdida de fertilidad del suelo la cubierta vegetal no subsiste, y con la perdida de
la cubierta vegetal, el suelo está expuesto directamente a una mayor contaminación y
pérdida de nutrientes.
Los principales cambios registrados en los suelos, después de la remoción de la
vegetación, conducen a una pérdida de la fertilidad del suelo a través de los siguientes
mecanismos2:
2 Bormann et al., 1968; Jordan, 1986
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a) Al remover la vegetación, se reduce la tasa de transpiración, lo que incrementa el
volumen de agua que pasa a través del suelo e incrementa la lixiviación de los
nutrientes del mismo.
b) La reducción del sistema radicular produce que más nutrientes permanezcan en
el suelo lo que los vuelve más susceptibles de ser lixiviados (lavados) por el exceso
de agua.
c) La remoción de la vegetación conlleva la remoción de una parte muy importante
del total de los nutrientes del ecosistema que están capturados en los diferentes
tejidos vegetales y animales que se sacan del área al desmontar o al cosechar
materia vegetal.
d) Las mayores insolaciones y temperatura a las que quedan expuestos los suelos
propician un considerable aumento en la mineralización de los compuestos orgánicos
y de la roca madre, lo cual incrementa la pérdida acelerada de nutrientes.
e) El suelo expuesto después de la remoción de la vegetación, está sujeto al efecto
mecánico directo de la lluvia; las gotas de agua al golpear en la superficie rompen los
agregados finos del suelo lo que causa que: i) los finos poros y canales del mismo se
obstruyan, ii) que la superficie se torne menos permeable y iii) que se produzca un
arrastre superficial mucho mayor de lo que ocurre en condiciones de suelo cubierto
por vegetación; el resultado final es una pérdida (en ocasiones enorme) de un
mineral y de los nutrientes que lo acompañan.
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Causas de afectación
El crecimiento demográfico ha casi destruido toda una ciudad por el uso excesivo de
recursos tanto ambientales como de servicios municipales, lo que ha repercutido en el
deterioro de los recursos naturales como son el agua, el aire, el suelo afectando en
mucho a la biodiversidad.
Los intercambios de materia y de productos entre el campo y la ciudad vuelven aún más
complejos los efectos de la contaminación. Así, la disposición sin tratamiento de aguas
residuales contamina los suelos de las zonas circundantes, al mismo tiempo que la
aplicación de muchos productos plaguicidas, como el DDT y el toxafeno, prohibidos
fuera de México, generan nuevas enfermedades y contaminación de los suelos.
El propio proceso de urbanización impuesto sobre los frágiles y complejos ecosistemas
del trópico húmedo ha desencadenado una serie de efectos destructores de sus
mecanismos de estabilidad. Esto ha ocasionado la pérdida de suelos de alta calidad y
de las especies biológicas adaptadas al medio.
Desde la perspectiva de las causas estructurales de las diversas manifestaciones de la
problemática ambiental, el sistema económico aparece como el principal factor
determinante. Los patrones de producción orientados al mercado mundial y a la
maximización de la ganancia en el corto plazo, descuidaron los ciclos, ritmos y
condiciones de conservación y productividad de los suelos, implantando modelos de alta
rentabilidad inmediata pero que han llevado a la degradación del potencial productivo de
las tierras, a la desforestación y erosión de los suelos y a la depleción de los recursos
naturales, que constituyen la base del desarrollo sostenido del país.3
Estas tendencias han llevado a la aberración de desforestar vastas áreas de vocación
no agrícola, para asentar a una población ganadera que en número crece a ritmos
mayores que la población humana y que en peso la rebasa ya, implicando una
desestructuración del medio físico. Alrededor de 37 millones de cabezas de ganado
vacuno, han ocupado el 90% de las selvas tropicales húmedas, el 25% del trópico, el
3 White, Andy y Alejandra Martín. 2002. ¿De quién son los bosques del mundo? Tenencia forestal y bosques públicos en transición. Forest Trends y Centro Internacional para la Legislación Ambiental.
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80% de las zonas áridas y semiáridas y el 20% de las templadas. Se calcula que la
desforestación de los últimos 30 años se eleva a 200 millones de hectáreas, y que en
los últimos 12 años este proceso ha seguido avanzando a un ritmo promedio de
alrededor de un millón de hectáreas anuales las cuales son abandonadas o utilizadas
para prácticas agrícolas y ganaderas inadecuadas. Esto ha conducido a un grave
proceso de erosión de los suelos. Cerca del 30% del territorio nacional presenta ya
graves procesos de erosión y en miles de hectáreas ha avanzado a tal grado, que ha
significado una pérdida irreversible del potencial productivo de las tierras. Esto significa
una pérdida de la base de recursos para el desarrollo sostenido del país.
La falta de una política de ordenamiento ecológico del territorio basada en las leyes
naturales que rigen la conservación de los ecosistemas y la regeneración de sus
recursos, la aplicación de tecnologías y modelos inadecuados de uso del suelo así
como las elevadas tasas de extracción de recursos han ocasionado graves problemas
de degradación ecológica. Algunos de sus efectos más alarmantes se perciben en la
destrucción de las selvas tropicales del país. Así mientras que la ganadería ha venido
ocupando las tierras agrícolas, el avance de la agricultura ha perturbado la mayor parte
de las áreas forestales del trópico.
A su vez se destaca el impacto ocasionado por la remoción de la cubierta vegetal sobre
el equilibrio y la productividad de los ecosistemas, ocasionando una pérdida de fertilidad
de los suelos a través de procesos de erosión, el azolve de ríos, lagos y su eutrofización
por exceso de nutrientes. Las presas azolvadas generan a su vez problemas de
irrigación y en la producción de energía eléctrica.
Los procesos que han afectado la evolución de los recursos de las zonas áridas, que
ocupan la mayor parte del territorio mexicano se han visto seriamente afectados por la
introducción de los paquetes tecnológicos de la Revolución Verde y la agricultura
intensiva de grandes propietarios. Entre los principales costos ambientales causados
por el desarrollo de las áreas de riego del norte de México destaca el agotamiento de
los mantos freáticos la salinización de los suelos y la contaminación de los cauces de
drenaje y de los suelos por fertilizantes y biocidas, que se manifiestan desde fines de los
años setenta. A su vez, la concentración de la agricultura de riego en pocos
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empresarios agrícolas y el proceso de ganaderización han venido desplazando a los
ejidatarios, quienes se ven obligados a arrendar sus tierras y trabajo a los nuevos
agricultores.
La modernización del agro ha generado fuertes cambios en los patrones de uso del
suelo. La ganaderización y la producción de alimentos chatarra han provocado la
disminución de la producción de granos básicos de consumo popular. Así, al cultivo de
forrajeras se destina una superficie mayor que a la producción de trigo y maíz. La
agricultura tradicional, basada en una larga adaptación tecnológica al medio ambiente a
través de sencillos y eficientes sistemas de captación y uso de agua y del uso múltiple
de los recursos naturales, ha sido sustituida por el cultivo intensivo de pocas especies,
genéticamente uniformes y altamente tecnologizadas.
El aumento en las salidas de suelo y nutrientes del ecosistema como producto de la
remoción de su vegetación lleva consigo problemas en los ecosistemas aledaños:
a) se deteriora la calidad del agua de los ríos y se azolvan lagos y presas;
b) el incremento en la concentración de nutriente en los cuerpos de agua producen
condiciones de eutrofización (exceso de nutrientes) que perturban los ecosistemas
dulceacuícolas, pues al haber un crecimiento incontrolado de la vegetación superficial,
se reducen las tasas de incorporación de oxígeno al agua y se reduce la fauna
existente;
c) el azolve de presas y cuerpos de agua crea problemas con la irrigación y en los
sistemas de producción de energía hidroeléctrica;
d) el incremento del agua de escurrentía durante el proceso erosivo aumenta el peligro
de inundaciones y agota los yacimientos de agua subterránea, dado que el proceso
natural de recarga por infiltración profunda se ve seriamente reducido' e) algunas veces
los suelos infértiles de las montañas, arrastrados en enormes volúmenes por los
torrentes, entierran los suelos fértiles de las zonas bajas, reduciendo su capacidad
productiva.4
4 Merino, Leticia. 2003. Procesos de uso y gestión de los recursos naturales comunes
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Medios de remediación y propuestas
Algunos autores proponen la utilización del análisis de sistemas de cuencas
hidrográficas como unidades de estudio de los flujos de agua y nutrientes. Este método
permite estudiar los efectos de las perturbaciones que sufren los ecosistemas naturales
en su funcionamiento y evaluar alternativas de manejo de sus recursos. Este método
está siendo aplicado en México para analizar los efectos de la transformación de la
selva con fines agropecuarios en la estación de Chamela de la UNAM y para evaluar los
procesos de alteración de la capacidad productiva de los suelos; asimismo, permitirá
recuperar en algunos casos los niveles perdidos y proponer sistemas alternativos de
manejo de recursos, adecuados a las características ecológicas y socioeconómica de la
región localizada en la costa de Jalisco, y a otras regiones del país.
No obstante las negativas repercusiones que ha tenido el proceso de colonización en el
trópico mexicano en los últimos años, no se han impulsado verdaderos programas de
desarrollo basados en el aprovechamiento integrado y sostenido de los recursos de los
bosques tropicales. De esta forma, la erosión y la pérdida de suelos por desforestación
y sobrepastoreo se han convertido en un problema especialmente crítico en las zonas
montañosas tropicales y en las zonas áridas y semiáridas. Para frenar este proceso se
sugieren varias alternativas complementarias para la conservación de los bosques y su
explotación sostenida, que incluyen la construcción de terrazas, el establecimiento de
cultivos perennes en las laderas de fuerte pendiente, y la sustitución por cultivos
arbóreos de sistemas agro-silvipastoriles.
Goméz-Pompa plantea así la posibilidad de establecer un sistema dual de desarrollo
forestal basado en la convivencia de programas de conservación, métodos tradicionales
de manejo del suelo y los recursos naturales, y una silvicultura industrial y comercial
moderna. Sería posible mejorar e intensificar la aplicación de prácticas silvícolas
tradicionales, fomentando la participación de las comunidades locales para la
satisfacción de sus necesidades y seleccionando las especies útiles de los ecosistemas
para su uso múltiple.5
5 Merino, Leticia. 2003. Procesos de uso y gestión de los recursos naturales comunes.
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Conclusión
La desforestación en México y en el mundo está causando todo un conjunto de
problemas que se están convirtiendo en temas prioritarios de discusión en los foros
internacionales, en áreas de atención por parte de investigadores, y en motivos de
movilización de comunidades de base y grupos no gubernamentales. Aparte de los
efectos directos de la pérdida de fertilidad de los suelos, se atribuye a la disminución de
la cobertura vegetal efectos climatológicos que están afectando el equilibrio ecológico
del planeta, así como la erosión genética producida por la pérdida de especies y
biotipos, de los que depende la capacidad de resistencia y mejoramiento de las
especies aprovechables por el hombre.
La gravedad de los problemas de la contaminación, tanto en las áreas urbanas como
rurales del país, hace necesario emprender una serie de acciones fundamentales. Éstas
deben empezar por un monitoreo más efectivo de las condiciones ambientales, un
programa de investigaciones epidemiológicas que permita conocer los efectos reales y
probables sobre la salud un programa de prevención de riesgos y un sistema de
información a la ciudadanía, al tiempo que se implementan acciones de saneamiento y
restauración.6
El suelo es un recurso que actúa un papel importante en la conservación ambiental del
mundo es quieto y callado pero no reemplazable ni invisible.
6 Arizpe, Lourdes y Margarita Velásquez. 1996. Población, sociedad y medio ambiente. En O. Rivero y G. Ponciano. La situación ambiental en México. Programa Universitario de Medio Ambiente, UNAM, México.
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