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Date post: 13-Mar-2016
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Edición del sábado 12 de Diciembre del 2010
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Maracay, Sábado 11 de diciembre de 2010 Crónicas del Olvido El número uno/ Hilos de emoción -ALBERTO HERNÁNDEZ- (A la niña Ramona Delgado, quien jugó con muñecas de trapo) 1.- M arina Sandoval es una niña que se imagina adulta, que se hace la adulta para que crean que uno no se da cuenta de que aún es la niña de bucles amarillos y de ojos verdes que siempre hemos visto ataviada de muñeca en las fies- tas de la escuela. Por eso escribe, por eso anda pasito con sus zapa- tos de trenzas y sus medias tobi- lleras. Y uno la ve entrar y salir de unos libros que leemos al lado de otros niños que ella ha invi- tado desde los cuentos que hoy tenemos en las manos. Marina Sandoval sueña y es- cribe. Marina inventa y cuen- ta. Marina Sandoval sueña, es- cribe, inventa y cuenta para que otros niños junto con ella lean las historias que aparecen en sus libros "El número Uno" (2004) e "Hilos de emoción" (2007), donde hay un alboroto de chamitos, chamitas y muñe- cas, protagonistas de la imagi- nación de Marina. Entonces co- menzamos a ser ellos y ellas y a formar parte de las ilustracio- nes y fotografías que otra niña, un poco recatada, Beatriz Nones, ha hecho para estos libros que andan por allí hechos papagayo en los ojos de todos los mucha- chos de la cuadra, de los edifi- cios y de los parques. También en las escuelas se dice que han visto a estos personajes que jue- gan fútbol, son modelitos en bi- cicleta y muñecas de teatro. Y otras son verdaderas muñecas, como las que mi amiga Angeli- na Bolívar de Utrera hiciera para que Aquiles Nazoa inven- tara su libro. Son muñecas con historias, como todas, porque toda muñeca es una niña que, como Marina Sandoval, narra su mundo y sus aventuras. ¡Vaya manera de respirar la vida, tan sabrosa como comerse un man- go o un helado de fresa a la hora del recreo mientras en el cielo retozan las nubes repletas de pájaros! 2.- "El número Uno" es un niño que atrapó una pelota a punto de entrar en el arco. Es un niño futbolista. Es un niño que tiene todos los nombres, que es todos nosotros cuando fuimos caraji- tos, ansiosos por ser el Rey Pelé, Ronaldo o Messi. Y un día fue Casillas porque agarró una pelo- ta y "salió corriendo con la dies- tra en alto en señal de triunfo y luciendo en su espalda el núme- ro 1". El niño cuyo nombre no aparece en el cuento, porque so- mos todos los lectores, dijo que había hecho magia para que su país, Venezuela, pudiera atra- par el disparo que hizo el otro equipo. Todavía escuchamos los gritos en las gradas y hasta el alarido del locutor cuando anun- ció el ¡¡¡¡goooool¡¡¡¡. En el mismo libro hay una niña, "La chica fashion". Una niña monísima, bella y agracia- da que anda en bicicleta, pero además siempre piensa en su mascota, un perrito o un gato que la hace llorar cuando salta y la rasguña. Es una niña mo- delo que se llama Gabriela, que guarda un grano de caraota en una de sus orejas. ¿Será que quie- re ver crecer una mata en su cabeza? De niños hemos visto jardines en la cara de muchos niños y niñas que se han sem- brado semillas en los oídos y en la nariz. ¡Qué manera de amar la ecología! Marina cierra este libro con "No me gusta ser muñeca". Se trata de una niña que debe re- presentar en el teatro a una muñeca. Pero está tan incómo- da con el traje y el maquillaje que no puede moverse en esce- na. Frente al público se queda congelada, como asustada, no puede actuar, hasta que el maestro de ceremonia, al darse cuenta, anuncia que "A la mu- ñequita rubia se le rompió la cuerda". Una buena manera de sacarla del problema, con hu- mor y mostrarnos los ojos de sorpresa de "Marilú", que así bautizaron a la muñeca que no era muñeca sino una niña que no pudo ser muñeca porque no se podía mover. Tres historias para muchos niños. 3.- Estas son muñecas que hablan solas. Hablan hacia adentro. Es decir, son personajes que cuen- tan sus vidas en silencio, como para que las escuchemos muy bajito, muy atentos. Ellas mo- nologan con los lectores y se nos meten en la vida. Y allí se que- dan un rato largo, con sus voce- citas, con sus ganas de correr por un parque, de abandonar la ti- midez o lavarse la cara porque una cree que es fea. Bueno, se trata, como dice Marina Sando- val, de muñecas que pertenecen a varias personas y al Museo Sal- vador Valero, pero que son her- manas de aquellas que hizo An- gelina Bolívar de Utrera en Vi- lla de Cura y que Aquiles Nazoa metió en un libro. Entonces son muñecas vivas, muñecas para siempre porque se quedan fija- das en el recuerdo, en la imagi- nación, en la alegría y las triste- zas, en los días y las noches. Bue- no, son muñecas para no estar solos. Son nueve cuentos de nueve personajes que se mueven en "Hilos de emoción", y aunque el título parezca lugar común se ajusta a los motivos de cada una de ellas. Son muñecas que respi- ran en su mundo. Son tan vivas que después repetimos algunas palabras que ellas pronuncian. Son muñecas que fueron hechas por abuelas, madres, tías, ami- gas y vecinas. Son muñecas ple- nas de poesía…como aquella que pasa inadvertida pero que es muy querida y está llena de "es- trellas de encaje y botoncitos de luceros". O aquella que duerme en una bella hamaca, llena de colores, a quien se le rompió el cuello y precisaba de un ciruja- no. Son tantas que confunden sentimientos, tan muñecas de trapo que nos hacen regresar a aquel mago que en Oz tenía como amigo a un espantapájaros. Y así, tan vivas que musitan en nuestros sueños la felicidad de estar siempre al lado de la cama. Muñecas de trapo que hablan del cielo, de enfermedades y felici- dad. Muñecas diarias, como no- sotros. Ahí están a la mano, es- perando por ustedes -niños y adultos- para que las tengan siempre en casa. 4.- En verdad que dan ganas de llevárselas y ponerles nombre. Aunque con Rita no hace falta. Leamos un pedacito de su histo- ria: "Yo, me voy de aquí, pensa- ba muy contrariada Rita. Esta casa parece abandonada, no se oye ninguna voz, ni una risa. A veces, unos pasos que apenas pi- san como si temiesen ser descu- biertos. Pienso que son sólo som- bras sin movimientos sonoros y con respiración de pajaritos". (Ahora recuerdo a la niña Ra- mona Delgado, tan muñequita, tan eterna. Ella jugó con muñe- cas de trapo y de barro en su di- minuto mundo de Santa Ercilia y Guardatinajas. Ramona aca- ba de entrar en otro libro, en el libro para siempre, donde sueña y es feliz).
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Maracay, Sábado 11de diciembre de 2010

Crónicas del Olvido

El número uno/ Hilos de emoción-ALBERTO HERNÁNDEZ-

(A la niña RamonaDelgado, quien jugócon muñecas de trapo)

1.-

Marina Sandoval es unaniña que se imagina adulta, que se hace la

adulta para que crean que unono se da cuenta de que aún es laniña de bucles amarillos y de ojosverdes que siempre hemos vistoataviada de muñeca en las fies-tas de la escuela. Por eso escribe,por eso anda pasito con sus zapa-tos de trenzas y sus medias tobi-lleras. Y uno la ve entrar y salirde unos libros que leemos al ladode otros niños que ella ha invi-tado desde los cuentos que hoytenemos en las manos.

Marina Sandoval sueña y es-cribe. Marina inventa y cuen-ta. Marina Sandoval sueña, es-cribe, inventa y cuenta paraque otros niños junto con ellalean las historias que aparecenen sus libros "El número Uno"(2004) e "Hilos de emoción"(2007), donde hay un alborotode chamitos, chamitas y muñe-cas, protagonistas de la imagi-nación de Marina. Entonces co-menzamos a ser ellos y ellas y aformar parte de las ilustracio-nes y fotografías que otra niña,un poco recatada, Beatriz Nones,ha hecho para estos libros queandan por allí hechos papagayoen los ojos de todos los mucha-chos de la cuadra, de los edifi-cios y de los parques. Tambiénen las escuelas se dice que hanvisto a estos personajes que jue-gan fútbol, son modelitos en bi-cicleta y muñecas de teatro. Yotras son verdaderas muñecas,como las que mi amiga Angeli-na Bolívar de Utrera hicierapara que Aquiles Nazoa inven-tara su libro. Son muñecas conhistorias, como todas, porquetoda muñeca es una niña que,como Marina Sandoval, narra sumundo y sus aventuras. ¡Vayamanera de respirar la vida, tansabrosa como comerse un man-go o un helado de fresa a la horadel recreo mientras en el cieloretozan las nubes repletas depájaros!

2.-"El número Uno" es un niño

que atrapó una pelota a puntode entrar en el arco. Es un niñofutbolista. Es un niño que tiene

todos los nombres, que es todosnosotros cuando fuimos caraji-tos, ansiosos por ser el Rey Pelé,Ronaldo o Messi. Y un día fueCasillas porque agarró una pelo-ta y "salió corriendo con la dies-tra en alto en señal de triunfo yluciendo en su espalda el núme-ro 1". El niño cuyo nombre noaparece en el cuento, porque so-mos todos los lectores, dijo quehabía hecho magia para que supaís, Venezuela, pudiera atra-par el disparo que hizo el otroequipo. Todavía escuchamos losgritos en las gradas y hasta elalarido del locutor cuando anun-ció el ¡¡¡¡goooool¡¡¡¡.

En el mismo libro hay unaniña, "La chica fashion". Unaniña monísima, bella y agracia-da que anda en bicicleta, peroademás siempre piensa en sumascota, un perrito o un gatoque la hace llorar cuando salta

y la rasguña. Es una niña mo-delo que se llama Gabriela, queguarda un grano de caraota enuna de sus orejas. ¿Será que quie-re ver crecer una mata en sucabeza? De niños hemos vistojardines en la cara de muchosniños y niñas que se han sem-brado semillas en los oídos y enla nariz. ¡Qué manera de amarla ecología!

Marina cierra este libro con"No me gusta ser muñeca". Setrata de una niña que debe re-presentar en el teatro a unamuñeca. Pero está tan incómo-da con el traje y el maquillajeque no puede moverse en esce-na. Frente al público se quedacongelada, como asustada, nopuede actuar, hasta que elmaestro de ceremonia, al darsecuenta, anuncia que "A la mu-ñequita rubia se le rompió lacuerda". Una buena manera de

sacarla del problema, con hu-mor y mostrarnos los ojos desorpresa de "Marilú", que asíbautizaron a la muñeca que noera muñeca sino una niña queno pudo ser muñeca porque nose podía mover. Tres historiaspara muchos niños.

3.-Estas son muñecas que hablan

solas. Hablan hacia adentro. Esdecir, son personajes que cuen-tan sus vidas en silencio, comopara que las escuchemos muybajito, muy atentos. Ellas mo-nologan con los lectores y se nosmeten en la vida. Y allí se que-dan un rato largo, con sus voce-citas, con sus ganas de correr porun parque, de abandonar la ti-midez o lavarse la cara porqueuna cree que es fea. Bueno, setrata, como dice Marina Sando-val, de muñecas que pertenecen

a varias personas y al Museo Sal-vador Valero, pero que son her-manas de aquellas que hizo An-gelina Bolívar de Utrera en Vi-lla de Cura y que Aquiles Nazoametió en un libro. Entonces sonmuñecas vivas, muñecas parasiempre porque se quedan fija-das en el recuerdo, en la imagi-nación, en la alegría y las triste-zas, en los días y las noches. Bue-no, son muñecas para no estarsolos.

Son nueve cuentos de nuevepersonajes que se mueven en"Hilos de emoción", y aunque eltítulo parezca lugar común seajusta a los motivos de cada unade ellas. Son muñecas que respi-ran en su mundo. Son tan vivasque después repetimos algunaspalabras que ellas pronuncian.Son muñecas que fueron hechaspor abuelas, madres, tías, ami-gas y vecinas. Son muñecas ple-nas de poesía…como aquella quepasa inadvertida pero que esmuy querida y está llena de "es-trellas de encaje y botoncitos deluceros". O aquella que duermeen una bella hamaca, llena decolores, a quien se le rompió elcuello y precisaba de un ciruja-no. Son tantas que confundensentimientos, tan muñecas detrapo que nos hacen regresar aaquel mago que en Oz tenía comoamigo a un espantapájaros. Yasí, tan vivas que musitan ennuestros sueños la felicidad deestar siempre al lado de la cama.Muñecas de trapo que hablan delcielo, de enfermedades y felici-dad. Muñecas diarias, como no-sotros. Ahí están a la mano, es-perando por ustedes -niños yadultos- para que las tengansiempre en casa.

4.-En verdad que dan ganas de

llevárselas y ponerles nombre.Aunque con Rita no hace falta.Leamos un pedacito de su histo-ria: "Yo, me voy de aquí, pensa-ba muy contrariada Rita. Estacasa parece abandonada, no seoye ninguna voz, ni una risa. Aveces, unos pasos que apenas pi-san como si temiesen ser descu-biertos. Pienso que son sólo som-bras sin movimientos sonoros ycon respiración de pajaritos".

(Ahora recuerdo a la niña Ra-mona Delgado, tan muñequita,tan eterna. Ella jugó con muñe-cas de trapo y de barro en su di-minuto mundo de Santa Erciliay Guardatinajas. Ramona aca-ba de entrar en otro libro, en ellibro para siempre, donde sueñay es feliz).

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Contenido Maracay, Sábado 11 de diciembre de 201010

El lirismo de Luz negra de François Migeot-ALFONSO SOLANO-

"8000 demonios ocultosNos gritan que el insomnio

Es tierra de exiliosin leopardos ni ríos"

Juan Sánchez Peláez

Pocas circunstancias en lavida en la que, efectivamente, nos encontramos

desnudos ante nosotros mismos yacompañados de nuestros "demo-nios habituales" es comparable almisterio que nos produce lo noc-turno, a esa embriaguez mágicalunar y a sus vínculos imagina-rios y elusivos que nos evocan lastinieblas. La noche, con toda sucarga de realidades oníricas y su-prareales, ha sido desde tiemposinmemoriales, motivo y espaciode revelaciones secretas, alma yprobidad de lo desasido, polvo deorigen ultraterreno y compendiode los sueños que se revelan antenuestro asombro y miedo. La noc-turnidad, secreta y reveladora,ha fungido en casi todos los ámbi-tos de la literatura y del imagi-nario social, como una viuda tris-te y pesarosa que no cesa nuncade contarnos sus penas. Sin em-bargo, y a pesar de su presenciaconstante en la vorágine creati-va de la vida, tanto de poetascomo artistas de toda índole, ca-rece de una historia oficial. Esmateria desconocida en términosde estudios, precisamente porquese puede trazar una investigaciónde largo aliento en temas huma-nos diversos, pero procurar ha-cer los mismo con la noche, es ta-rea arduo difícil, por no decir im-probable. No obstante su vacui-dad historicista, ha sido en cam-bio, el tejido neural y la prácticaalucinada del misterio irracionalde todos los poetas contemporá-neos desde que surgió, como es sa-bido, de las fuentes prodigiosas dela frisson nouveau a la que VíctorHugo aludía refiriéndose a los poe-tas malditos. Y es precisamenteun francés, discreto y elegante,llamado Francois Migeot quienaborda este "eclipse" que difundelas tinieblas cuando las palabrasse nos revelan con todo su halo demisterio:

Nocheboca apagadauna multitud corre sin cabezaen los pasillos alumbradosdel almaUno se pierde en sí mismoquimera de imágenesbalsa de palabras.

La noche, como sustancia ge-neradora de silencios y resplan-dores, está presente en toda laobra poética de este francés es-pigado y discreto y discurre contodo su caudal, especialmente enel poemario Formes de la nuit(formas de la noche) que estáincluido en la antología poéticaque publicara Monte Ávila enmayo de este año. En él adverti-mos una virtud particular: lacondición nocturna como laconstatación de un viaje hacialo más profundo del alma huma-na. Un inside revelador, en todoel sentido que tiene este términoinglés. Migeot nos revela sus vi-siones nocturnales y nos hacecómplice de su abandono:

Velandoen sus mechas hechas de insomnionos quemamosaclaramosacechamos la salida de los aparecidospara el vuelo nocturnode los pájaros hechos de mano.

El "vuelo nocturno de los pája-ros hechos de mano" hermosa vi-sión del laberinto de soledad en elque todos los hombres nos encon-tramos en nuestra existencia. Enla realidad de los días que pasandesaparecidos entre dos luces, loscaminos, ciertamente, nos persi-guen adentro. Son en definitivaesa verdad constante en la que lasvisiones nocturnas se nos tornanagobiantes y en las que se nos re-

vela la sustancia de lo inasible,como nos dice lúcidamente Octa-vio Paz: "El hombre es nostalgia ybúsqueda de comunión. Por esocada vez que se siente a sí mismose siente como carencia de otro,como soledad". Nada más ciertoen la experiencia surgida del si-lencio de las palabras que Migeotasoma con toda desmesura en laoscuridad de sus versos:

Rostrobarcauno derivasolo en si mismocada día un brazo muertoY naufragarsin ni siquierareconocerse

y ya el mundo guarda lentamentelas sombras para la huida.

Y luego, en el abismo que se-para los dos mundos, la dialécti-ca del alma discurre por cami-nos insospechados:

(…) La colina se arrodillay baja los ojosLuego la noche entreabiertadetrás de la esperanzaen el movimiento de la cortina.

De igual manera, la nocheengendra a la amada desconoci-da y la convoca para los ritualessecretos compartidos en la me-moria de los tiempos:

Escuchar (…)El bastón de ese corazónQue marchaComo un ciegoA tientasEn las carnesAl encuentro del tuyo.

La noche es convocada aquí,con el aroma aciago del cuerpoajeno que se anhela y se respira.Sin él la noche moriría, comonos recuerda Juan Carlos San-taella en su lúcido ensayo Brevetratado de la noche: "Sin la no-che, el amor sucumbiría, deja-ría de ser "la libre elección delvértigo"… porque no hay expe-riencia amorosa que no surja delas incandescencias nocturnas,de los resplandores furtivos dela oscuridad". Es, en efecto, laevocación nocturna del deseoque se vuelca con toda su cargaimpetuosa en medio de los ver-sos. En otros, sucumbe ante lasvisiones de un avatar desolado,abandonado en medio de la luna:

Treguaantes del regreso de la callede la marcha sobre el polvode la ciudad (…)antes del duelo del mundoque uno clava paso a pasoesperando durar (…)

La realidad constante y sin dudaelusiva que produce la noche enmedio de nuestra soledad, alimen-ta prodigiosamente una verdad re-sonante que persiste en la palabra:el sueño. Gastón Bachelard nos lorecuerda en una aguda reflexión:"La ensoñación de un soñador alcan-za para hacer soñar a todo un uni-verso. El descanso del soñador bas-ta para dar reposo a las aguas, a lasnubes, al viento". Este viaje, nos diceSantaella "suele hacerse bajo la su-pervisión estricta de la noche y nosconduce hacia una zona atemporal,donde la realidad cobra una doblesignificación: La de la sombra y elmisterio…" Misterio no revelado quehunde sus garras para hacernos re-velación: "Luego del derrumbe depalabras, debajo de las conciencias,pedregal de imágenes, desprendi-do de la víspera, uno palpa las pare-des del momento y busca una puer-ta por donde pasar…" Al final deldía, estas evocaciones nocturnalesnos conducen hacía "la serena cla-rividencia" y siembra en nuestrasalmas el misterio del clamor por lahuida, que se complementa con lamuerte, el nuevo nacimiento ha-cía una otredad desconocida e in-eludible. François Migeot, con estelúcido poemario, nos lo recordarápara siempre.

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Maracay, Sábado 11 de diciembre de 2010 Contenido 31

Fermín Toro, el primer novelista venezolano-EDUARDO CASANOVA-

Durante mucho tiempohubo discrepancias acer-ca de cuál fue la primera

novela venezolana. Se decía queera "Zárate", de Eduardo Blanco,o "Peonía" de Manuel VicenteRomero García, o "El sargentoFelipe", de Gonzalo Picón Febres,y hubo hasta quien le atribuyóese honor a "En este país", de LuisManuel Urbaneja Achelpohl. Fi-nalmente, gracias en buena par-te gracias al trabajo combinadode Osvaldo Larrazábal Henríquez,Rafael Di Prisco y Gustavo LuisCarrera, se determinó sin lugara dudas que ni Blanco ni RomeroGarcía ni Picón Febres ni muchomenos Urbaneja Achelpohl fue-ron los autores de la primera no-vela venezolana, pues lo únicoaceptable era aplicar un criterioestrictamente cronológico, con loque Fermín Toro, cuya novela"Los mártires" se publicó en 1842era el único candidato y, por lotanto, el ganador de aquel extra-ño concurso.

Fermín Rodríguez del Toro yBlanco, que, como diría ManuelAlfredo Rodríguez, "democrati-zó" su nombre para dejarlo sim-plemente como Fermín Toro,nació el 14 de julio de 1806, po-siblemente en El Valle, que eraentonces una aldea muy cerca-na a Caracas en donde teníapropiedades su padre, José An-tonio Rodríguez del Toro y Ál-varez Barba, pariente cercanode marqués del Toro y de los hi-jos del segundo matrimonio deDiego Batista Urbaneja, entreotros, y que se había casado conotra mantuana, Mercedes Blan-co de la Plaza y Blanco, parien-ta muy cercana y endogámicadel Libertador Simón Bolívar.En 1816 la familia se mudó aCaracas huyendo de los horro-res de la guerra de Independen-cia. Allí se alojaron en la casadel famoso marqués del Toro,cuyos vaivenes políticos hansido muy bien descritos por lahistoriadora Inés Quintero ("Elúltimo marqués. Francisco Ro-dríguez del Toro (1761-1861)".Fundación Bigott, 2005). Antesde radicarse el Caracas, el niñoToro había recibido sus prime-ras enseñanzas del cura BenitoChacín, en El Valle, pero al es-tablecerse en Caracas, ya enplena guerra, se convirtió enautodidacta, en buena partegracias a la gran biblioteca desu pariente marqués. En todocaso, no hay ni puede habernoticias ciertas de la infancia yjuventud de Fermín Toro, perono es aventurado afirmar quedeben haber sido muy poco ale-gres, en medio de una guerraterrible. A la usanza de los vie-jos mantuanos, el joven Toro secasó con una parienta por va-rios costados, María de las Mer-cedes (Merced) de Tovar y Toro.En 1828 se convirtió en funcio-nario del departamento de Ha-cienda, cuando Venezuela era

aún parte de la Gran Colombia.Sus primeros pasos en la admi-nistración pública fueron en larama aduanera, primero en LaGuaira y luego en la isla de Mar-garita. Prueba de la confusiónde términos de su época es elque, siendo como era de ideasmuy avanzadas, pertenecieratoda su vida al Partido Conser-vador. En 1831 regresó a Cara-cas, y un año después entró,como representante de Marga-rita, al Congreso Nacional, endonde pronunció un importan-te discurso en memoria de supariente Simón Bolívar, quehabía muerto en diciembre de1830. Allí pidió que los restosde del Libertador fueran trasla-dados a Caracas y se le rindieraun gran homenaje. Llegó a serPresidente de la Cámara de Re-

presentantes a pesar de su ju-ventud, y en 1835 regresó a laSecretaría de Hacienda, ahoracomo Oficial Mayor. En esa eta-pa de su vida publicó su primercuento, "La viuda de Corinto"(julio de 1837), al que seguiría"El solitario de las catacumbas"(20 de febrero de 1839). El pri-mero apareció con la firma"Emiro Kastos" y el segundo conlas iniciales "E.K". También sonde esa época sus trabajos cos-tumbristas, firmados con el seu-dónimo "Jocosías" y publicadoscon el título "Costumbres de Ba-rullópolis", que dice mucho desus intenciones. Sus críticas algobierno le generaron impor-tantes antipatías en su propiopartido, y pronto (1839) debiódejar Venezuela para radicarsepor dos años en Londres. En don-

de Alejo Fortique hacía un es-fuerzo enorme contra el impe-rialismo inglés que pretendíarobarse buena parte del territo-rio venezolano en la región gua-yanesa. Fue entonces cuando eljoven Toro conoció las ideas deSaint-Simon, Owens y otrospredicadores de lo que se llama-ría "Socialismo utópico" (paradiferenciarlo del "Socialismoreal", que a la larga resultó serel verdaderamente utópico). Eseconocimiento de las ideas másavanzadas de su tiempo tendríagran importancia en relacióncon la primera novela venezo-lana. Poco después de regresara su patria, Toro presidiría, re-integrado al Congreso, la Comi-sión encargada de la repatria-ción de los restos de Simón Bolí-var, a raíz de lo cual escribió su

"Descripción de las honras fúne-bres consagradas a los restos delLibertador Simón Bolívar", tra-bajo publicado el 30 de abril de1842. Y es, justamente, en esosdías, cuando en "El Liceo Vene-zolano", números 2 a 7, entrefebrero y julio de 1842, se pu-blica "Los mártires". Paralela-mente ejercía la docencia en elColegio Independencia, de Feli-ciano Montenegro y Colón, elpreferido para los hijos de losconservadores de aquel tiempo.En 1845 publicó su ensayo "Re-flexiones sobre la Ley del 10 deabril de 1834", editado por Va-lentín Espinal, en el que arre-mete contra la usura y reco-mienda limitar los intereses aun máximo del 6% anual. En-tre 1844 y 1847 Toro actuócomo Ministro Plenipotenciarioen Nueva Granada, en donde eltema principal era el del esta-blecimiento de los límites entreambas repúblicas, misión que notuvo el más mínimo éxito. A suregreso fue nombrado Secreta-rio (Ministro) de Hacienda. Pocodespués volvió al Congreso comoRepresentante por Caracas, y enesa posición estaba cuando losgraves incidentes del 23 de ene-ro de 1848, conocidos como elAsalto al Congreso. Cuando elpresidente hizo gestiones paraque los diputados regresaran asus puestos, Toro respondió conuna frase que ha quedado parala Historia "Decidle al GeneralMonagas que mi cadáver lo lle-varán, pero que Fermín Toro nose prostituye". De hecho, se re-tiró del todo de la administra-ción pública y se dedicó a sus tie-rras en los Valles de Aragua,hasta que en 1858, luego de par-ticipar en la llamada "Revolu-ción de marzo", que tumbó a Mo-nagas, ocupó la Secretaría deHacienda y luego la de Relacio-nes Exteriores. Eran tiempos enlos que su primo, Manuel Felipede Tovar, fue Vicepresidente yPresidente de la República. Di-putado en la Convención de Va-lencia. En 1860 viajó de nuevoa Europa como Ministro Plenipo-tenciario en España, Francia eInglaterra, con la tarea de ex-plicar las muertes y confiscacio-nes de propiedades de europeosdurante la Guerra Civil misiónque cumplió a cabalidad. En Es-paña logró un Tratado de amis-tad, comercio y navegación. Fi-nalmente, en 1862, regresó alpaís para no salir nunca más, yse retiró, ahora sí en forma defi-nitiva, de la política. De nuevose estableció en Aragua, dedica-do a estudios científicos. Y el 23de diciembre de 1865 murió enCaracas, a los cincuenta y nue-ve años. Había dejado una im-portante obra intelectual, en laque se destaca la primera nove-la venezolana, "Los mártires",que tiene la característica de queni su tema ni sus personajes nisus "locaciones", como diríanhoy, tienen nada que ver conVenezuela, pero ese es tema deotro costal

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Contenido Maracay, Sábado 11 de diciembre de 201032

Poemas de la tierra media

(HOMENAJE A J.R.R. TOLKIEN)-ANA MARÍA MORENO-

La compañía del anilloLas huellas han quedado atrásnos espera un sendero incierto,temor y valor luchan en el equipajeque reposa en nuestra espalda.No hay arrepentimiento,sea vida o muerte la próxima rutala misión ha de ser cumplida.

BilboIdas y vueltasse depositan en mis añosuna casualidad en la penumbraforjó el destino de las razas eternas.

FrodoAlgo se contrae dentro de mí,espinas de cristalme aniquilan a cada pasofalto de voluntad.Un rostro se refleja en el agua,me adormece su frialdad.Espero ser liberado,deseo despertar o morir,estoy en la incertidumbre de un mal sueñoy la crueldad de la realidad.

SamCruzo sin pensar los nubarronesrespiro densamente la humedad,la fragancia de las flores me abandonay la dádiva celeste se ausentaregando su lamento de cascadas.

MerryHe tocado poco alrededorcreyendo total lo cercano,pensando este suelo como único.He sido puesto en sendas ajenas,levanto la vista y avanzo sin calcular los resultados finales.


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