Date post: | 26-Mar-2016 |
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Boletín informativo del Colectivo Gualichosobre el Consejo Directivo de la FFyH
TE DOY UN CONSEJO
Cuando llegamos a la facu la información nos
bombardea por todos lados. De las paredes no queda un rincón
sin escribir. Sin darte cuenta antes de entrar al aula ya tenés en
tus manos un panfleto. Con suerte alcanzás a leer una frase o lo
que te llamó más la atención. Si estás en tu día ecologista te
preguntás por qué se malgasta el papel en tantas porquerías.
Todo eso es parte del folclore de nuestra facultad. Como
militantes de una agrupación política, a todo este caos le
queremos sumar nuestra voz. Más que por el deporte de hablar,
queremos transformar, y cómo hacerlo siendo pocos los que
participamos. Aquí es donde la información se vuelve
fundamental, porque para intervenir en esta realidad
necesitamos estar informados. Ese es el desafío de esta
revista, más necesaria cuanto más tienda la política de la
facultad a encerrarse en las paredes del co‐gobierno. Su
objetivo es convertirse en una herramienta para la acción, que
intenta fomentar y ser parte del debate público y que debe
servir para construir una democracia protagónica, que exceda y
enriquezca la mera representación. En este escenario político
nuestra organización tiene una responsabilidad particular.
Desde el año pasado como Colectivo Gualicho ocupamos una
banca por el claustro estudiantil en el Consejo Directivo de la
Facultad, razón por la cual asumimos esta tarea.
PRIMERO LO PRIMERO El Consejo Directivo es el máximo órgano de gobierno de la Facultad. Se
dice que es cogobierno porque todos los claustros tienen representación: docentes,
estudiantes, no‐docentes y egresadxs. Sin embargo, la Ley de Educación Superior
Neoliberal, aprobada en 1995 y todavía vigente, establece una proporción en donde el
claustro docente debe tener como mínimo el 50% de la representación, manteniendo
la misma división jerárquica de la cátedra, donde el docente es el poseedor del saber‐
poder y la experiencia, y el estudiante receptor pasivo del conocimiento. Esto hace
del cogobierno una instancia que contradice por mucho el espíritu democrático
con el que nació, allá por el año 1918, donde los estudiantes reclamaban la
participación igualitaria en el gobierno de la Universidad.
Además de este límite formal, la relación de fuerzas actual dentro del
Consejo Directivo es bastante desfavorable para cualquier aspiración de
transformación radical. Hoy está compuesto por 9 consejerxs docentes (3 titulares, 3
adjuntos, 3 asistentes), 2 egresadxs, todos ellos de Cambio Universitario (gestión
actual de la FFyH y la UNC), 1 no‐docente del Colectivo Universitario, 2 consejeros
estudiantiles de la Bisagra, 1 de Unidos y Organizados, 1 del PTS, 1 de Desde abajo y a
la Izquierda y 1 del Colectivo Gualicho. El oficialismo cuenta con 14 de los 18
consejerxs, además del Decano Diego Tatián, quien preside las sesiones del Consejo
Directivo.
A pesar de estas condiciones desfavorables para lxs estudiantes, decidimos
disputar y participar con compromiso en esta instancia. Primero, porque es un espacio
de poder que decide en gran medida la política de la Facultad, lugar que si no
ocupamos, otros lo harán por nosotros. Segundo, porque creemos es posible generar
ciertas transformaciones desde y sobre este espacio institucional, por mínimas que
sean. Pero sobre todo, porque tenemos la convicción de que a través de la
participación en este órgano de gobierno, podemos fortalecer los espacios de
organización estudiantil y potenciar las luchas debemos llevar adelante.
El Consejo Directivo es el máximo órgano de gobierno de la Facultad. Se
dice que es cogobierno porque todos los claustros tienen representación: docentes,
estudiantes, no‐docentes y egresadxs. Sin embargo, la Ley de Educación Superior
Neoliberal, aprobada en 1995 y todavía vigente, establece una proporción en donde el
claustro docente debe tener como mínimo el 50% de la representación, manteniendo
la misma división jerárquica de la cátedra, donde el docente es el poseedor del saber‐
poder y la experiencia, y el estudiante receptor pasivo del conocimiento. Esto hace
del cogobierno una instancia que contradice por mucho el espíritu democrático
con el que nació, allá por el año 1918, donde los estudiantes reclamaban la
participación igualitaria en el gobierno de la Universidad.
Además de este límite formal, la relación de fuerzas actual dentro del
Consejo Directivo es bastante desfavorable para cualquier aspiración de
transformación radical. Hoy está compuesto por 9 consejerxs docentes (3 titulares, 3
adjuntos, 3 asistentes), 2 egresadxs, todos ellos de Cambio Universitario (gestión
actual de la FFyH y la UNC), 1 no‐docente del Colectivo Universitario, 2 consejeros
estudiantiles de la Bisagra, 1 de Unidos y Organizados, 1 del PTS, 1 de Desde abajo y a
la Izquierda y 1 del Colectivo Gualicho. El oficialismo cuenta con 14 de los 18
consejerxs, además del Decano Diego Tatián, quien preside las sesiones del Consejo
Directivo.
A pesar de estas condiciones desfavorables para lxs estudiantes, decidimos
disputar y participar con compromiso en esta instancia. Primero, porque es un espacio
de poder que decide en gran medida la política de la Facultad, lugar que si no
ocupamos, otros lo harán por nosotros. Segundo, porque creemos es posible generar
ciertas transformaciones desde y sobre este espacio institucional, por mínimas que
sean. Pero sobre todo, porque tenemos la convicción de que a través de la
participación en este órgano de gobierno, podemos fortalecer los espacios de
organización estudiantil y potenciar las luchas debemos llevar adelante.
El Consejo Directivo es el máximo órgano de gobierno de la Facultad. Se
dice que es cogobierno porque todos los claustros tienen representación: docentes,
estudiantes, no‐docentes y egresadxs. Sin embargo, la Ley de Educación Superior
Neoliberal, aprobada en 1995 y todavía vigente, establece una proporción en donde el
claustro docente debe tener como mínimo el 50% de la representación, manteniendo
la misma división jerárquica de la cátedra, donde el docente es el poseedor del saber‐
poder y la experiencia, y el estudiante receptor pasivo del conocimiento. Esto hace
del cogobierno una instancia que contradice por mucho el espíritu democrático
con el que nació, allá por el año 1918, donde los estudiantes reclamaban la
participación igualitaria en el gobierno de la Universidad.
Además de este límite formal, la relación de fuerzas actual dentro del
Consejo Directivo es bastante desfavorable para cualquier aspiración de
transformación radical. Hoy está compuesto por 9 consejerxs docentes (3 titulares, 3
adjuntos, 3 asistentes), 2 egresadxs, todos ellos de Cambio Universitario (gestión
actual de la FFyH y la UNC), 1 no‐docente del Colectivo Universitario, 2 consejeros
estudiantiles de la Bisagra, 1 de Unidos y Organizados, 1 del PTS, 1 de Desde abajo y a
la Izquierda y 1 del Colectivo Gualicho. El oficialismo cuenta con 14 de los 18
consejerxs, además del Decano Diego Tatián, quien preside las sesiones del Consejo
Directivo.
A pesar de estas condiciones desfavorables para lxs estudiantes, decidimos
disputar y participar con compromiso en esta instancia. Primero, porque es un espacio
de poder que decide en gran medida la política de la Facultad, lugar que si no
ocupamos, otros lo harán por nosotros. Segundo, porque creemos es posible generar
ciertas transformaciones desde y sobre este espacio institucional, por mínimas que
sean. Pero sobre todo, porque tenemos la convicción de que a través de la
participación en este órgano de gobierno, podemos fortalecer los espacios de
organización estudiantil y potenciar las luchas debemos llevar adelante.
El Consejo Directivo es el máximo órgano de gobierno de la Facultad. Se
dice que es cogobierno porque todos los claustros tienen representación: docentes,
estudiantes, no‐docentes y egresadxs. Sin embargo, la Ley de Educación Superior
Neoliberal, aprobada en 1995 y todavía vigente, establece una proporción en donde el
claustro docente debe tener como mínimo el 50% de la representación, manteniendo
la misma división jerárquica de la cátedra, donde el docente es el poseedor del saber‐
poder y la experiencia, y el estudiante receptor pasivo del conocimiento. Esto hace
del cogobierno una instancia que contradice por mucho el espíritu democrático
con el que nació, allá por el año 1918, donde los estudiantes reclamaban la
participación igualitaria en el gobierno de la Universidad.
Además de este límite formal, la relación de fuerzas actual dentro del
Consejo Directivo es bastante desfavorable para cualquier aspiración de
transformación radical. Hoy está compuesto por 9 consejerxs docentes (3 titulares, 3
adjuntos, 3 asistentes), 2 egresadxs, todos ellos de Cambio Universitario (gestión
actual de la FFyH y la UNC), 1 no‐docente del Colectivo Universitario, 2 consejeros
estudiantiles de la Bisagra, 1 de Unidos y Organizados, 1 del PTS, 1 de Desde abajo y a
la Izquierda y 1 del Colectivo Gualicho. El oficialismo cuenta con 14 de los 18
consejerxs, además del Decano Diego Tatián, quien preside las sesiones del Consejo
Directivo.
A pesar de estas condiciones desfavorables para lxs estudiantes, decidimos
disputar y participar con compromiso en esta instancia. Primero, porque es un espacio
de poder que decide en gran medida la política de la Facultad, lugar que si no
ocupamos, otros lo harán por nosotros. Segundo, porque creemos es posible generar
ciertas transformaciones desde y sobre este espacio institucional, por mínimas que
sean. Pero sobre todo, porque tenemos la convicción de que a través de la
participación en este órgano de gobierno, podemos fortalecer los espacios de
organización estudiantil y potenciar las luchas debemos llevar adelante.
El Consejo Directivo es el máximo órgano de gobierno de la Facultad. Se
dice que es cogobierno porque todos los claustros tienen representación: docentes,
estudiantes, no‐docentes y egresadxs. Sin embargo, la Ley de Educación Superior
Neoliberal, aprobada en 1995 y todavía vigente, establece una proporción en donde el
claustro docente debe tener como mínimo el 50% de la representación, manteniendo
la misma división jerárquica de la cátedra, donde el docente es el poseedor del saber‐
poder y la experiencia, y el estudiante receptor pasivo del conocimiento. Esto hace
del cogobierno una instancia que contradice por mucho el espíritu democrático
con el que nació, allá por el año 1918, donde los estudiantes reclamaban la
participación igualitaria en el gobierno de la Universidad.
Además de este límite formal, la relación de fuerzas actual dentro del
Consejo Directivo es bastante desfavorable para cualquier aspiración de
transformación radical. Hoy está compuesto por 9 consejerxs docentes (3 titulares, 3
adjuntos, 3 asistentes), 2 egresadxs, todos ellos de Cambio Universitario (gestión
actual de la FFyH y la UNC), 1 no‐docente del Colectivo Universitario, 2 consejeros
estudiantiles de la Bisagra, 1 de Unidos y Organizados, 1 del PTS, 1 de Desde abajo y a
la Izquierda y 1 del Colectivo Gualicho. El oficialismo cuenta con 14 de los 18
consejerxs, además del Decano Diego Tatián, quien preside las sesiones del Consejo
Directivo.
A pesar de estas condiciones desfavorables para lxs estudiantes, decidimos
disputar y participar con compromiso en esta instancia. Primero, porque es un espacio
de poder que decide en gran medida la política de la Facultad, lugar que si no
ocupamos, otros lo harán por nosotros. Segundo, porque creemos es posible generar
ciertas transformaciones desde y sobre este espacio institucional, por mínimas que
sean. Pero sobre todo, porque tenemos la convicción de que a través de la
participación en este órgano de gobierno, podemos fortalecer los espacios de
organización estudiantil y potenciar las luchas debemos llevar adelante.
El Consejo Directivo es el máximo órgano de gobierno de la Facultad. Se
dice que es cogobierno porque todos los claustros tienen representación: docentes,
estudiantes, no‐docentes y egresadxs. Sin embargo, la Ley de Educación Superior
Neoliberal, aprobada en 1995 y todavía vigente, establece una proporción en donde el
claustro docente debe tener como mínimo el 50% de la representación, manteniendo
la misma división jerárquica de la cátedra, donde el docente es el poseedor del saber‐
poder y la experiencia, y el estudiante receptor pasivo del conocimiento. Esto hace
del cogobierno una instancia que contradice por mucho el espíritu democrático
con el que nació, allá por el año 1918, donde los estudiantes reclamaban la
participación igualitaria en el gobierno de la Universidad.
Además de este límite formal, la relación de fuerzas actual dentro del
Consejo Directivo es bastante desfavorable para cualquier aspiración de
transformación radical. Hoy está compuesto por 9 consejerxs docentes (3 titulares, 3
adjuntos, 3 asistentes), 2 egresadxs, todos ellos de Cambio Universitario (gestión
actual de la FFyH y la UNC), 1 no‐docente del Colectivo Universitario, 2 consejeros
estudiantiles de la Bisagra, 1 de Unidos y Organizados, 1 del PTS, 1 de Desde abajo y a
la Izquierda y 1 del Colectivo Gualicho. El oficialismo cuenta con 14 de los 18
consejerxs, además del Decano Diego Tatián, quien preside las sesiones del Consejo
Directivo.
A pesar de estas condiciones desfavorables para lxs estudiantes, decidimos
disputar y participar con compromiso en esta instancia. Primero, porque es un espacio
de poder que decide en gran medida la política de la Facultad, lugar que si no
ocupamos, otros lo harán por nosotros. Segundo, porque creemos es posible generar
ciertas transformaciones desde y sobre este espacio institucional, por mínimas que
sean. Pero sobre todo, porque tenemos la convicción de que a través de la
participación en este órgano de gobierno, podemos fortalecer los espacios de
organización estudiantil y potenciar las luchas debemos llevar adelante.
El Consejo Directivo es el máximo órgano de gobierno de la Facultad. Se
dice que es cogobierno porque todos los claustros tienen representación: docentes,
estudiantes, no‐docentes y egresadxs. Sin embargo, la Ley de Educación Superior
Neoliberal, aprobada en 1995 y todavía vigente, establece una proporción en donde el
claustro docente debe tener como mínimo el 50% de la representación, manteniendo
la misma división jerárquica de la cátedra, donde el docente es el poseedor del saber‐
poder y la experiencia, y el estudiante receptor pasivo del conocimiento. Esto hace
del cogobierno una instancia que contradice por mucho el espíritu democrático
con el que nació, allá por el año 1918, donde los estudiantes reclamaban la
participación igualitaria en el gobierno de la Universidad.
Además de este límite formal, la relación de fuerzas actual dentro del
Consejo Directivo es bastante desfavorable para cualquier aspiración de
transformación radical. Hoy está compuesto por 9 consejerxs docentes (3 titulares, 3
adjuntos, 3 asistentes), 2 egresadxs, todos ellos de Cambio Universitario (gestión
actual de la FFyH y la UNC), 1 no‐docente del Colectivo Universitario, 2 consejeros
estudiantiles de la Bisagra, 1 de Unidos y Organizados, 1 del PTS, 1 de Desde abajo y a
la Izquierda y 1 del Colectivo Gualicho. El oficialismo cuenta con 14 de los 18
consejerxs, además del Decano Diego Tatián, quien preside las sesiones del Consejo
Directivo.
A pesar de estas condiciones desfavorables para lxs estudiantes, decidimos
disputar y participar con compromiso en esta instancia. Primero, porque es un espacio
de poder que decide en gran medida la política de la Facultad, lugar que si no
ocupamos, otros lo harán por nosotros. Segundo, porque creemos es posible generar
ciertas transformaciones desde y sobre este espacio institucional, por mínimas que
sean. Pero sobre todo, porque tenemos la convicción de que a través de la
participación en este órgano de gobierno, podemos fortalecer los espacios de
organización estudiantil y potenciar las luchas debemos llevar adelante.
1 Decano de Cambio Universitario9 Docentes de Cambio Universitario2 Egresadxs de Cambio Universitario2 Bisagra (Cambio Universitario)1 Unidos y Organizados
1 No‐docente Colectivo
Universitario1 Colectivo Gualicho1 Desde Abajo y a la
Izquierda1 PTS
¿Qué hicimos?
La discusión de un nuevo proyecto de becas de apuntes insumió mucho del
tiempo que estuvimos, a pesar de que no se aprobó ningún proyecto. Evitamos
que se aprueben criterios restrictivos de asignación de becas de apuntes como
lo planteaba el proyecto de la Bisagra, lo que hubiese implicado una reducción
de la actual política de becas.
Tomamos la iniciativa para que la facultad se posicione a favor de la incansable
lucha de las Madres de Barrio Ituzaingó contra las fumigaciones de
agrotóxicos.
En articulación con el Colectivo Universitario, impulsamos desde Sudestada la
lucha contra la actual situación de precarización laboral de trabajadorxs no‐
docentes, realizando un pedido por el pase a planta permanente de lxs
contratados, pidiendo más cargos y condiciones de trabajo dignas tanto en la
facultad como en el Comedor Universitario.
¿Estás seguro?: Logramos que el decanato de la FFyH se expida a las
autoridades de la UNC para que estas garanticen el respeto al convenio vigente
entre la UNC y la Policía Provincial, impidiendo abusos de parte de esta.
Consideramos que esta iniciativa basada en una situación concreta (ingreso de
personal policial no autorizado al predio de la UNC), es un puntapié para empezar a
discutir alternativas a esta problemática gestión de la seguridad.
Nos dimos cuenta: Logramos que las actas de las sesiones de Consejo Directivo
sean públicas y se encuentren en la página web de la Facultad. Desde que asumió
la nueva gestión decanal en el 2011, se habían dejado de publicar las actas
porque, nos dijeron, “no nos dimos cuenta”.
Recuperatorio extra para lxs solicitantes de becas. Logramos aprobar un
proyecto de resolución que permita un recuperatorio extraordinario para lxs
estudiantes que solicitaron becas de apuntes, dada la entrega tardía del material
de estudio.
Desde que formamos parte del cogobiernoDesde que formamos parte del cogobiernohemos tenido muchas iniciativas.hemos tenido muchas iniciativas.
Desde que formamos parte del cogobiernohemos tenido muchas iniciativas.
Régimen de alumnos: Logramos instalar en la agenda de debate del Consejo
Directivo la necesidad de generar un nuevo régimen de alumnos acorde a las
necesidades de lxs estudiantes de la Facultad, a partir de un mecanismo que
permita la participación masiva de todxs lxs que formamos parte de esta
institución.
Que no te superpongan el parcial: En el marco de este debate, cuyo principal
objetivo es mejorar las condiciones de cursado de lxs estudiantes, logramos
aprobar un proyecto para impedir la superposición de parciales en un
mismo día de materias correspondientes a un mismo año, ciclo o nivel.
Ampliación de derechos políticos. Presentamos un pedido para que se
reconozca el derecho a votar en las elecciones estudiantiles de Consejo de
Escuela y Consejo Directivo de la FFyH a lxs compañerxs que están en situación
de encierro y participan del Programa Universitario de la Cárcel.
Co‐gobierno igualitario en escuelas y departamentos de la FFyH.
Logramos que el Consejo se comprometa a trabajar un proyecto de co‐
gobierno igualitario para las Escuelas y Departamentos, en pos de una
mayor democratización.
INFORMACIÓN IMPORTANTEDerecho al doble horario de cursado. En 2010, en el marco de la toma de la FFyH, lxs estudiantes logramos que se apruebe el Desdoblamiento de Horarios. Creemos que se trata de una conquista parcial ya que todavía está lejos de cumplirse por completo; siendo la principal razón la carencia de una dotación docente suficiente ¿Qué cátedras pueden garantizar este derecho? Todas aquellas que cuenten con al menos un titular y un adjunto de semidedicación, dos adjuntos de semidedicación, un titular de dedicación exclusiva o un adjunto a cargo de dedicación exclusiva, y que no tengan cargas anexas (trabajo ad honorem). Además, en todas aquellas materias con al menos dos docentes asistentes de semidedicación, o un docente asistente de dedicación exclusiva, y que no tengan cargas anexas, deben garantizar el dictado de clases prácticas en dos turnos de cursado. Las materias que no cumplan con los requisitos mencionados, deben garantizar doble horario para todas las instancias de evaluación obligatoria.
Régimen especial de cursado para estudiantes trabajadorxs y/o con
familiares a cargo. Este nuevo régimen permite justificar inasistencias a
prácticos y parciales que podrán rendirse en otra instancia acordada con el
docente, más allá del número de recuperatorios que tenemos todxs los
estudiantes; bajar el porcentaje de asistencia a clases prácticas necesario para
la condición de promocional a un 60%, en vez del 80% que establece el régimen
de alumnxs y se contemplarán 30 minutos de tolerancia de llegada tarde a los
exámenes finales. Para acceder a esta condición se debe gestionar un
Certificado Único que es entregado en la Secretaria de Asuntos Estudiantiles,
siendo indistinto si el estudiante se encuentra en una situación laboral formal
informal.
Democratización del manejo presupuestario. Por estatuto, el Consejo
Directivo debe participar activamente de la distribución presupuestaria, pero
eso pasa muy pocas veces. La realidad es que la Comisión de Planeamiento,
presupuesto y cuentas funciona esporádicamente y bajo presión de algunas
bancadas estudiantiles. Recientemente logramos que la Secretaría
Administrativa realice un informe público en torno a la situación
presupuestaria de la UNC y la FFyH, donde especificó la distribución del
presupuesto proveniente del Tesoro de la Nación pero omitió los datos en
relación a los recursos propios que la Facultad genera a partir de pos grados
pagos e imprenta.
Nueva política de becas. A partir de este año, y en respuesta a una
reivindicación histórica de lxs estudiantes, la imprenta de la Facultad se hace
cargo de la impresión de los apuntes de lxs solicitantes de becas; pudiéndose
reducir los costos y cubriendo así la totalidad de los apuntes. Es importante que
todxs manejemos esta información para hacer que lxs docentes dejen los
apuntes en la imprenta y no en cualquier fotocopiadora.
ESPERAMOS QUE LES INTERESE
En el año 1995, en el marco de una avanzada neoliberal en todo nuestro
continente, se aprobó la Ley de Educación Superior que vino a adecuar
nuestro sistema educativo a lineamientos impuestos por el Banco Mundial.
Esto sucedió en medio de una fuerte movilización de amplios sectores sociales,
que demoraron el tratamiento del proyecto de ley y condicionaron la ofensiva
original. Sin embargo, la ley se aprobó. Uno de los elementos más cuestionados
fue el Artículo 43 que establece la creación de una Comisión Nacional de
Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) como mecanismo
encargado de evaluar y acreditar las carreras consideradas de “interés
público”. Este mecanismo, supuso un avasallamiento de la autonomía
universitaria pues, por su composición, en la práctica las Universidades pasaron
a quedar subordinadas a los intereses de los representantes políticos de la clase
dominante que actúa en distintos organismos ministeriales. Esa misma Ley de
Educación Neoliberal, después de diez años de gobierno kirchnerista, sigue
aún vigente.
Su aprobación no logró poner freno a la resistencia por parte de amplios
sectores de distintas universidades del país. La UBA, por ejemplo, en vez de
adecuar sus estatutos a esta ley recurrió a la justicia, que en el año 1996
determinó a través de lo que se conoce como el “Fallo Marinelli” la
Proyecto de Prácticas Socio Comunitarias. Se trata de un proyecto
presentado por La Bisagra, que tiene como objetivo principal abrir un espacio
curricular que permita poner en tensión los conocimientos adquiridos en el
trascurso de las carreras, con un trabajo articulado con organizaciones sociales
o instituciones del estado en territorios extra‐universitarios. Entendemos que
este proyecto significa un avance en un debate abierto sobre la relación entre la
Universidad y el resto de la sociedad, pero encontramos falencias significativas
que ameritan una revisión en la formulación de esta iniciativa. El proyecto no
contempla ninguna previsión presupuestaria que garantice la gratuidad del
cursado de materias o seminarios que se inscriban en su órbita y su modalidad
de cursado se ciñe al actual régimen de alumnos, que como dijimos
anteriormente, merece una profunda modificación y adecuación a la realidad
que hoy vivimos lxs estudiantes.
inconstitucionalidad de LES, suspendiendo la aplicación de algunos de sus
artículos. Así también, en el año 2005 nuestra Universidad se pronunció en contra a
través de numerosas declaraciones.
A pesar de estas experiencias de resistencia, nuestra Universidad ha
capitulado en la lucha y decidió acatar la ley en todos sus aspectos, acreditando
todas las carreras tanto de grado como de posgrado que la CONEAU exigiera.
Actualmente, llama la atención que una de las facultades que mayor oposición
ha presentado a este organismo, la de Psicología, se encuentre en la fase final
de la acreditación de su carrera. Este proceso de acreditación ha despertado el
mes pasado la organización de numerosos estudiantes de la Facultad de Psicología
que exigen que se frene el proceso de acreditación y la discusión de toda la
comunidad educativa acerca de si se quiere o no acreditar.
Nuestra facultad no es ajena a este proceso. En el año 2010 todos los
profesorados universitarios fueron declarados de interés público, por lo que
pasaron a quedar dentro de la órbita de la CONEAU. La gestión de nuestra
facultad, a partir de ese mismo año viene participando de las reuniones de la
Asociación Nacional de Humanidades y de Educación (ANFHE), organismo que
comenzó a elaborar lineamientos para la acreditación de los profesorados. Todo
esto, a puertas cerradas, sin nunca propiciar un debate abierto hacia todos los
claustros, asumiendo posicionamientos en nombre de toda la facultad sin ninguna
participación de la comunidad educativa.
Así es que llegamos a la actualidad, con un proceso de acreditación en
puertas. Recientemente, en Julio de 2012, el Consejo Interuniversitario Nacional
(CIN) aprobó los “lineamientos generales de la Formación Docente comunes a los
profesores universitarios”. Pronto, estos lineamientos serán aprobados por el
Ministerio de Educación y nuestras
carreras estarán listas para ser acreditadas
p o r C O N E A U . E s h o r a d e q u e
comencemos a instalar el debate. De
involucrarnos solidariamente en el
proceso que está atravesando Psicología
y también preparándonos para una
discusión que debemos dar en nuestra
f a c u l t a d . E s e l m o m e n t o p a r a
i n f o r m a r n o s y a v a n z a r d e s d e e l
Movimiento Estudiantil para abordar
este tema. Si no lo hacemos nosotrxs,
nadie lo hará.
Y para terminar�el chivo
No queremos despedirnos sin contarte e invitarte al espacio inter‐
consejerxs que tuvimos como iniciativa impulsar. El objetivo es lograr un
espacio de encuentro y articulación entre los consejerxs de las distintas carreras
de la facu y el Consejo Directivo, para poder trabajar algunas problemáticas
comunes y otras específicas de cada carrera que se tratan en el Directivo y que a
veces no tenemos herramientas para definir una posición por la falta de
comunicación que tenemos como claustro estudiantil. Nos parece central
empezar a generar canales de comunicación con otrxs estudiantes a los
fines de democratizar las cuestiones que se tratan en el Directivo entre unxs
pocxs pero que nos atañen a todxs.
Este espacio es abierto a la participación de todxs lxs estudiantes,
más allá de que sean consejerxs o no, y que no sea un espacio propio de
nuestra agrupación: nosotrxs simplemente tomamos la iniciativa, pero la
naturaleza del espacio debe ser independiente y horizontal.
Actualmente estamos trabajando sobre el régimen de alumnos, están
en la agenda doble horario de cursado, situación de la planta docente de cada
carrera, acreditaciones, cogobierno igualitario, entre otras que se pueden ir
sumando.
La información está ahí,muerta si nadie la ve,
viva si se comparte.Y eso es lo que vinimos a hacer.