TEMA 11
EL RÉGIMEN DE LA
RESTAURACIÓN
1875 - 1902
INTRODUCCIÓN
Este tema abarca desde la caída de la I República hasta la proclamación de Alfonso XIII.
Una etapa estable gracias a la Constitución de 1876, el sistema bipartidista y cierta
prosperidad económica pero empañada por el fraude electoral y caciquismo y la marginación
de los partidos que quedaban fuera del sistema.
Surgirán así mismo en esta etapa los primeros movimientos nacionalistas frente al
centralismo estatal.
La Crisis del 98 y la pérdida de las últimas colonias supondrá un gran revés al sistema, que
manifestará la necesidad de llevar a cabo una modernización que no llegará en el siglo XX y
que acabará haciéndolo saltar por los aires con la proclamación de la II República en 1931.
Restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII
Cánovas del Castillo diseña el sistema político de la Restauración
Constitución de 1876
Monarquía constitucional
Sistema bicameral
Confesionalidad del Estado
Sufragio censitario
Alternancia de partidos en el poder
Conservadores (Cánovas)
Liberales (Sagasta)
Sistema electoral fraudulento
Caciquismo
Manipulación electoral
Bases sociales El poder social y político se encuentra en manos de una oligarquía
Aristocracia
Industriales
Financieros
Terratenientes
Oposición al sistema Carlistas
Republicanos
Intelectuales
Movimiento obrero
EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN
EL RETORNO DE LA DINASTÍA BORBÓNICA
El golpe de estado del general Pavía había acabado con la I República.
Se impone una república autoritaria presidida por el general Serrano, sin Cortes ni
Constitución, que dedicará todos sus esfuerzos a acabar con la guerra carlista.
Tendrá que hacer también frente al “partido alfonsino”. Su líder, Antonio Cánovas del
Castillo venía defendiendo la restauración de la monarquía constitucional en la
persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII, por entonces cadete en la academia militar de
Sandhurst (Inglaterra).
La burguesía catalana, los hacendados cubanos y parte del ejército apoyaban la
restauración.
El general Martínez Campos, el 29 de diciembre de 1874, proclamó en Sagunto a
Alfonso XII, acto que fue secundado por las demás guarniciones del país.
El 9 de enero de 1875 el joven rey desembarcaba en Barcelona. El día 14 llegaba a
Madrid.
La dinastía borbónica acababa de ser restaurada.
Alfonso XII entra en Madrid como rey. Enero 1875
Retrato de Alfonso XII, hacia 1870
Manifiesto de Sandhurst
“[…] Cuantos me han escrito muestran igual convicción de que sólo el restablecimiento
de la monarquía constitucional puede poner término a la opresión, a la incertidumbre
y a las crueles perturbaciones que experimenta España. Dícenme que así lo
reconoce ya la mayoría de nuestros compatriotas, y que antes de mucho estarán
conmigo todos los de buena fe, sean cuales fueren sus antecedentes políticos,
comprendiendo que no pueda tener exclusiones ni de un monarca nuevo y
desapasionado ni de un régimen que precisamente hoy se impone porque
representa la unión y la paz.
No sé yo cuando o cómo, ni siquiera si se ha de realizar esa esperanza. Sólo puedo
decir que nada omitiré para hacerme digno del difícil encargo de restablecer en
nuestra noble nación, al tiempo que la concordia, el orden legal y la libertad política,
si Dios en sus altos designios me la confía.
Por virtud de la espontánea y solemne abdicación de mi augusta madre, tan generosa
como infortunada, soy único representante yo del derecho monárquico en España.
[…]Sea lo que quiera mi propia suerte, ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis
antepasados, buen católicos, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.”
Alfonso de Borbón
Nork-Town (Sandhurst, 1 de diciembre de 1874)
Carácter abierto e
integrador
Tradición católica compatible con la
libertad
Ideario político de Cánovas:
La política es el arte de aplicar en cada época de la historia aquella parte del ideal que
las circunstancias hacen posible; nosotros venimos ante todo con la realidad;
nosotros no hemos de hacer ni pretender todo lo que quisiéramos, sino todo lo que
en este instante puede aplicarse sin peligro. (...)
Hay mucha diferencia entre hablar de Constitución interna al lado de una Constitución
expresa y escrita, en cuyo caso existe contradicción notoria, y hablar de Constitución
interna en un país donde, por las circunstancias de los hechos, no queda en pie
Constitución alguna escrita. Donde esto acontece no puede menos de decirse que
no hay Constitución alguna vigente; y cómo, sin embargo de esto, es imposible que
un país viva sin algunos principios, sin algunos fundamentos, sin algunos gérmenes
que desenvuelvan su vida. (...) Llamad a esto como queráis; si no os gusta el
nombre de Constitución interna, poned otro cualquiera; pero hay que reconocer de
hecho que existe. [...]
Invocando toda la historia de España, creí entonces, creo ahora, que, deshechas como
estaban por movimientos de fuerza sucesivos todas nuestras Constituciones
escritas, a la luz de la historia y a la luz de la realidad presente sólo quedaban
intactos en España dos principios: el principio monárquico, el principio hereditario,
profesado profundamente —a mi juicio— por la inmensa mayoría de los españoles,
y, de otra parte, la institución secular de las Cortes.
— Antonio Cánovas del Castillo
LOS FUNDAMENTOS DEL SISTEMA CANOVISTA
El sistema de la Restauración se conoce también con el nombre de su ideólogo,
Antonio Cánovas. Su ideario:
● Pragmatismo en política, alejado de posturas dogmáticas.
● Defensa de la “constitución histórica o interna”, es decir, las costumbre e historia
de España, que debía respetar la constitución política.
● Soberanía compartida rey - Cortes
● La necesidad de que el ejército quedase al margen de la política
● Un sistema electoral basado en la abstención y en un fraude permanente que
garantizase el turnismo. Una ficción en la que los electores eran figurantes de una farsa
que manejaban el rey, el gobierno y los caciques locales.
● Un pesimismo basado en el estudio de la historia de la decadencia española,
aunque dejaba abierta la puerta a la regeneración del país.
Las primeras medidas de Cánovas del Castillo
La prioridad de Cánovas era la aprobación de una nueva constitución que permitiera
gobernar a los partidos y que acabara con los pronunciamientos y las intervenciones
militares.
Hasta 1881, los conservadores, dirigidos por Cánovas, dominan la vida política
(“dictadura de Cánovas”) y van consolidando el sistema dentro de sus esquemas políticos: fin
de la guerra carlista, bipartidismo, alternancia pacífica en el poder y política exterior.
Se experimenta una reducción de libertades, una política de control y centralización:
● Se restringe la libertad de expresión, reunión, cátedra...
● Se refuerza el centralismo: en las poblaciones de más de 30.000 habitantes los alcaldes
serían nombrados por el rey
● Nueva ley electoral de 1878: vuelve el sufragio censitario restringido.
Cánovas del Castillo
Alfonso XII
Durante esta etapa se logra poner fin a los conflictos bélicos legados por el Sexenio:
1. La guerra carlista:
El cansancio de la guerra y el prestigio del nuevo régimen acaban con el carlismo.
Carlos VII cruzaba la frontera y terminaba el conflicto.
Como consecuencia se abolían los fueron vascos (julio 1876) dando un paso más en
la unificación administrativa del Estado, creando un nuevo marco de relaciones fiscales,
el llamado Concierto Económico.
2. La guerra de Cuba:
El fin del conflicto carlista permitió centrar los esfuerzos militares en la isla.
En 1878 se ponía fin a la guerra, Paz de Zanjón.
Se da una amnistía general, libertad para los esclavos que lucharon con los insurrectos
(se aboliría la esclavitud en 1886) y medidas para que la isla tuviera representación en
Cortes.
La tranquilidad llega, momentáneamente, a la isla.
Entrada del ejército de Serrano en Bilbao
El 10 de febrero se firmó la Paz de Zanjón, con la que se ponía fin a diez años de guerra.
La Constitución de 1876.
La convocatoria a Cortes constituyentes se realizó por decreto el 31 de diciembre de
1875 por sufragio universal (así Cánovas se ganaba la aprobación de los progresistas).
En unas elecciones con una gran abstención el gobierno moderado obtuvo el 81% de
los escaños.
La Constitución era aprobada en mayo de 1876. Características:
- Carácter ecléctico: mezcla principios de la constitución moderada de 1845 (soberanía
compartida) con principios más democráticos de la constitución de 1869 como una
amplia gama de derechos individuales (aunque se podían restringir)
- División de poderes:
● el rey ejerce el poder ejecutivo a través del gobierno
● Legislativo: Cortes bicamerales: el Senado o Cámara alta (integrado por tres
clases de senadores: por derecho propio, vitalicios y elegidos.) la Cámara baja
o Congreso de los Diputados
● Poder judicial en los tribunales
- En cuanto al sufragio, el art. 28 remitía al “método que determine la ley”. En 1878 se
restablece el sufragio restringido y en 1890, Sagasta recupera el sufragio universal.
CONSTITUCIÓN DE 1876
- La cuestión religiosa. Una fórmula intermedia: Estado confesional que permite el
ejercicio privado de otras religiones.
En resumen, aunque la Constitución es de carácter moderado, doctrinaria, es lo
suficientemente elástica como para ser aceptada por los progresistas.
Con ello se trataba de evitar, para lo sucesivo, que cada partido pretendiese
implantar “su” propia Constitución tan pronto llegase al poder.
El sistema político oficial: bipartidismo y turnismo
Dos grandes partidos durante la Restauración: conservador y liberal.
Coincidían en lo esencial: defensa de la monarquía, la Constitución de 1876, la
propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario y centralista.
Eran partidos de minorías, de notables. Se nutrían de las élites económicas y de la
clase media acomodada (más terratenientes en los conservadores y más profesionales
en los liberales)
El Partido Liberal-Conservador (Partido Conservador). Su líder, Cánovas del Castillo,
y aglutinó a los sectores más conservadores y tradicionales de la sociedad (a excepción
de los carlistas y los integristas más radicales).
El Partido Liberal-Fusionista (Partido Liberal). Su líder Práxedes Mateo Sagasta y
reunió a antiguos progresistas, unionistas y algunos ex republicanos moderados.
Ambos partidos se turnaban pacíficamente en el poder para asegurar la estabilidad
institucional.
Cuando el partido en el gobierno sufría un proceso de desgaste político y perdía la
confianza de las Cortes, el monarca llamaba al jefe del partido de la oposición a formar
gobierno.
El fraude en los resultados y los mecanismos caciquiles aseguraban que estas
elecciones fuesen siempre favorables al gobierno que las convocaba.
EL TURNO DE PARTIDOS DURANTE LA RESTAURACIÓN
1876
1878
1880
1882
1884
1886
1888
1890
1892
1894
1896
1898
NÚMERO DE ESCAÑOS
100 300 200
LIBERALES CONSERVADORES
Cánovas
Cánovas
Cánovas
Cánovas. Azcárraga
Martínez Campos
Fusión Liberal. Sagasta
Sagasta
Sagasta
El sistema político oficial: bipartidismo y turnismo
El sistema político real: caciquismo y fraude electoral
La alternancia en el gobierno se llevó a cabo a través de un sistema electoral corrupto y
manipulador valiéndose de la influencia y del poder económico de determinados individuos
sobre la sociedad (caciquismo).
El control del proceso electoral se ejercía a partir de varias instituciones:
1. el ministro de la Gobernación elaboraba la lista de los candidatos que deberían ser
elegidos (encasillados)
2. los gobernadores civiles transmitían la lista de los candidatos "ministeriales" a los
alcaldes y caciques locales,
3. que garantizaban la elección de los candidatos fijados.
Si este proceso resultaba insuficiente se recurría al “pucherazo”, es decir, la sistemática
adulteración de los resultados electorales: manipular las actas electorales, ejercer la compra
de votos...
La figura del cacique es fundamental en el proceso. Eran individuos o familias que
controlaban una zona (circunscripción electoral) por su poder económico y/o sus influencias
políticas.
Conectaban el ámbito rural o local con el Estado, intercambiando votos por favores.
El sistema político real: caciquismo y fraude electoral
EL FRAUDE ELECTORAL
Es muy triste considerar cómo se han hecho las últimas elecciones, con el menor número
posible de electores, con bastantes resurrecciones de muertos y no pocas violencias y
atropellos. Ya es costumbre que sólo voten los que de una manera u otra sacan partido de
las amistades y servicios políticos, y la inmensa mayoría de la nación, mirando tan importante
acto con desdén, se abstiene de tomar parte en él, segura de no alcanzar por procedimientos
representativos el remedio de sus males. Por esto vemos que no hay gobierno que no saque
mayoría en el número y forma que más le cuadra y desde que un bando político, cualquiera
que sea, se entroniza en el Ministerio de Gobernación, ya puede estar seguro de que el país
le ha de graciar con unas cámaras a su gusto.
Pérez Galdós, B.: “Política española”. Antología de artículos, 1884
SOBRE EL CACIQUISMO:
“Consecuencia de este sistema es el caciquismo, o sea, el entronizamiento de
ciertos individuos en las localidades, los cuales como instrumentos del diputado, son dueños
de los resortes administrativos. El cacique da y quita míseros empleos que disfrutan los más
pobres del pueblo; suyos son el cartero, el secretario del ayuntamiento, el expendedor de
efectos estancados.. El cacique es quien al hacer el reparto de la contribución carga la mano
al adversario y alivia al amigo, de lo que se originan grandes disgustos y a veces hasta
puñaladas”
El reinado de Alfonso XII y la regencia
Tras la denominada dictadura canovista (1876-1881) caracterizada por el recorte de
libertades, desde 1881 Alfonso XII opta por la alternancia en el gobierno con los liberales.
En 1885 moría Alfonso XII y se abría un nuevo periodo, la regencia de su viuda María
Cristina de Habsburgo.
El fallecimiento del monarca ponía en peligro el sistema. Aunque la reina estaba
embarazada, aún no había heredero varón. Para evitar la vuelta de Isabel II se firma el
Pacto de El Pardo, un acuerdo de turno pacífico en el poder que consolidó la estabilidad
política y la regencia.
Entre 1885 y 1890 se desarrolla el “gobierno largo” liberal con reformas como la ley de
asociaciones, la ley de sufragio universal, el código civil…
Desde finales de siglo se intenta una “regeneración” de la vida política española y acabar
con la corrupción, sin éxito.
El asesinato de Cánovas y el desastre del 98 permitirán que el regeneracionismo se abra
camino
LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN (1874-1902)
LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN (1874-1902)
Carlistas
El político Cándido Nocedal representó los intereses dinásticos del pretendiente don
Carlos (Carlos VII). El carlismo seguía siendo contrario al régimen liberal y estaba a favor
de los valores religiosos, de la monarquía tradicional y de los fueros.
Dentro del carlismo había diferencias. En 1888, un grupo de carlistas (de corte reaccionario)
se separó y formó el Partido Integrista o Partido Católico Nacional , para sus miembros
los carlistas no parecían bastante católicos.
La Unión Católica, de Alejandro Pidal, venía a ser la rama más intransigente del catolicismo.
Alejandro Pidal
Carlos María de Borbón
«Queremos la unidad católica con todas sus consecuencias...
Tenemos por aborrecibles la libertad de conciencia, la libertad de los cultos...
Queremos luchar contra el liberalismo, el progreso y la
civilización moderna»
Publicación de 1902 del Partido Integrista
El surgimiento de los nacionalismos periféricos
El liberalismo se basó en una idea centralista del Estado.
Durante la Restauración aparecerán movimientos regionalistas o nacionalistas que
reclaman el autogobierno y rechazan el proyecto nacional unitario en diversas zonas de
España, como Cataluña, País Vasco y Galicia bajo el apoyo social de sectores de la
burguesía.
1. El nacionalismo catalán (catalanismo)
Valentí Almirall
Hacia 1830 surge en Cataluña la Renaixença, un movimiento
cultural y literario, dentro del Romanticismo, para recuperar la
lengua y las señas de identidad catalanas.
Las primeras formulaciones catalanistas con un contenido político
vinieron de la mano de Valentí Almirall.
Su objetivo era romper con los partidos españoles.
En 1885 presentaron a Alfonso XII el Memorial de Greuges (o
Agravios), un texto en defensa de los intereses catalanes, a favor
del mantenimiento del derecho civil catalán y de la industria
catalana (temerosa del librecambismo)
En 1891 se funda la Unió Catalanista. En una Asamblea, con Prat de la Riba como
secretario, aprueba las llamadas Bases de Manresa:
- El regionalismo catalán se transforma en nacionalismo, con una orientación tradicionalista
y burguesa
- Considera a Cataluña como entidad autónoma dentro de España, con competencias
propias
En 1901 aparece la Lliga Regionalista de Catalunya. Con su programa conservador y a
favor de la autonomía triunfará en Barcelona.
Desde este momento en la política catalana se irán turnando regionalistas y republicanos.
2. El nacionalismo vasco Industrialización y fuerismo impulsaron el nacionalismo
vasco:
- Con los cambios económicos y la llegada de inmigrantes
estaba en peligro la tradicional identidad vasca
- Los fueros vascos que permitían un gobierno y
administración diferenciada fueron abolidos en 1876 tras la
guerra carlista.
Sabino Arana es el padre del nacionalismo vasco.
Defensor de la cultura autóctona vasca y la pureza racial del
pueblo vasco.
Fundó el Partido Nacionalista Vasco. Dio el nombre de
Euskadi a su patria y se declaró independentista con respecto
a España.
Tras la muerte de Arana irán suavizando su postura hacia la
vía autonomista.
3. Nacionalismo gallego: es un movimiento esencialmente cultural (galleguismo) alrededor de la corriente Rexurdimento, cuya figura literaria fue Rosalía de Castro. 4. Nacionalismo valenciano: aunque nace en el siglo XIX en el movimiento valencianista y que propugna, igual que Cataluña una Reinaixença cultural, el valencianismo político nace en 1904 con Valencia Nova. 5. Nacionalismo aragonés: nace con un carácter reivindicativo nostálgico de las leyes e instituciones medievales. 6. Nacionalismo andaluz: el andalucismo nace con la figura de Blas Infante en la segunda década del S. XX y que se expresa en la obra “Ideal andaluz”. En 1918, en la asamblea regionalista de Ronda se establecieron las bases del particularismo andaluz y se pide la autonomía.
Blas Infante
Los partidos republicanos
Desde el fracaso de la I República aparecen cuatro
corrientes republicanas:
● Los progresistas de Ruiz Zorrilla
● Los posibilistas de Castelar
● Los federalistas de Pi y Margall
● Los unitarios de Salmerón
Estas corrientes se dividían según diferencias doctrinales
(federalistas o unionistas), estratégicas (reformas legales o
insurrección) y también por rivalidades personales.
Dentro del sector izquierdista Alejandro Lerroux formó
el Partido Radical en 1908, con un fuerte protagonismo en
Cataluña
El movimiento obrero
Durante el Sexenio Democrático el movimiento obrero adquirió madurez y extensión en
España.
Fue sobre todo la corriente anarquista de la Internacional por medio de la visita de
Giuseppe Fanelli, la que adquirió mayor predicamento: crea en 1870 la sección española de
la AIT en Madrid y Barcelona (Federación Regional Española)
La visita de Paul Lafargue en 1871 hizo que la corriente marxista cobrará relevancia en
Madrid.
En 1874 un decreto prohibía las asociaciones de la AIT y pasaban a la clandestinidad.
Los anarquistas.
En 1881 Sagasta volvió a legalizar las asociaciones anarquistas.
Se funda en Barcelona la Federación de Trabajadores de la Región Española y se
incorporan en masa nuevos afiliados.
La Federación se vio afectada por su vinculación con el asunto de la Mano Negra en el
campo andaluz, presunta organización secreta anarquista que llevó acabo asesinatos,
incendios de cosechas y edificios en los primeros años de la década de 1880,
A finales de siglo, los anarquistas seguían pretendiendo destruir el orden existente por
medio del terrorismo y cometieron una serie de atentados, lanzando bombas en
lugares públicos o bien asesinando al presidente del gobierno, Cánovas de Castillo.
G. Fanelli
Asesinato de Canovas en Guipuzcoa el 8 de agosto de 1897
Los marxistas o socialistas
La opción marxista era minoritaria en España. Se concentraba en Madrid en torno a la
Asociación de Arte de Imprimir.
El 2 de mayo de 1879, con Pablo Iglesias como presidente, decidieron constituir el
Partido Socialista Obrero Español
En su ideario destacan los objetivos marxistas: la conquista del poder político por la
clase trabajadora, ya bien sea por la vía electoral (cosa improbable) o bien a través de la
revolución obrera, tal y como había hecho la burguesía. En el siguiente paso, con los
obreros en el poder, se establecería una dictadura del proletariado con el objetivo de
desmontar el sistema capitalista y como paso previo hacia una sociedad sin clases
sociales, sin explotadores y explotados, objetivo final del marxismo.
El PSOE era un partido de clase obrera que se enfrentaría a los partidos obreros a
través de las elecciones.
En 1888 se crea el sindicato socialista, la UGT (Unión General de Trabajadores)
Pablo Iglesias
CORRIENTES OBRERAS DOMINANTES EN ESPAÑA A FINALES DEL SIGLO XIX
Valencia
Cuenca
Albacete
Alicante
Murcia
Almería Málaga
Granada
Sevilla
Córdoba
Huelva
Cádiz
Ciudad Real
Jaén
Badajoz
Cáceres Toledo
Madrid Ávila
Segovia
Salamanca
Valladolid
Palencia
La Coruña
Orense
Zamora
León
Oviedo Santander
Bilbao San Sebastián
Pamplona
Logroño
Burgos
Vitoria
Zaragoza
Lérida
Tarragona
Barcelona
Gerona
Lugo
Guadalajara
Soria
Huesca
Teruel
Palma de Mallorca
Las Palmas
Santa Cruz de Tenerife
Pontevedra
Castellón
Área de mayor difusión del anarquismo
Escasa implantación de movimientos obreros
Área de mayor
difusión del socialismo
Centros
socialistas más importantes
Centros anarquistas más importantes
En cuanto a zonas de influencia, el movimiento obrero español ofreció un fuerte contraste. El PSOE y la UGT
tuvieron en Madrid, Vizcaya y Asturias sus zonas de mayor influencia, en cambio, en Cataluña, Levante y
Andalucía predominará el anarquismo.