Morfología y estructura de la ciudad en España
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TEMA 11
MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE LA CIUDAD EN ESPAÑA
I Principales rasgos morfológicos de la ciudad en España
Con el estudio de su morfología analizamos el interior de la ciudad. La morfología urbana es el
“paisaje”, la forma externa de las ciudades. Está condicionada por el emplazamiento y la situación
urbana, y resulta de la combinación del plano, la construcción y los usos del suelo.
El emplazamiento es el lugar concreto en el que se sitúa. Éste depende de la función para la
que la ciudad se crea y de las condiciones naturales más favorables para esa función. Por
ejemplo, las ciudades fundadas con fines defensivos se emplazan sobre colinas, las surgidas
con función comercial a lo largo de vías de comunicación, etc. No siempre el emplazamiento
original es el idóneo para las necesidades actuales, por haber desaparecido la función para la
que se creó o por el crecimiento que han experimentado.
La situación es la ubicación de la ciudad en relación con un espacio geográfico más amplio
del que depende y al que organiza. Está relacionada con la función de la ciudad respecto al
entorno (control político o militar de una zona, acceso a una vía de comunicación, centro de
mercado, etc.). La situación ha ido variando a lo largo de la historia. En el pasado se
subordinaba a las facilidades de desplazamiento de hombres y mercancías.
La construcción incluye la trama y la edificación. La trama es la disposición de los
edificios. Puede ser compacta o cerrada (cuando los edificios se disponen unos junto a otros a
lo largo de grandes extensiones) o abierta (cuando dejan amplios espacios libres entre sí). La
edificación puede ser colectiva y en altura (bloques o torres) o individual (viviendas exentas
o adosadas). El aspecto externo de los edificios es parte importante del paisaje urbano. En
épocas pasadas daba a las ciudades un sello característico que las diferenciaba de las demás.
Las técnicas constructivas modernas y los nuevos materiales han dado uniformidad a las
ciudades de todos los continentes.
Los usos de suelo son las diversas utilizaciones que se hacen del espacio urbano (comercial y
de negocios, residencial, industrial, de equipamientos, etc.).
Los modelos de crecimiento urbano característicos de las ciudades del siglo XX y los inicios del XXI se han
basado, en buena parte, en proyectos teóricos surgidos en el siglo XIX, como los que se fundamentaban en el
concepto de ciudad-jardín, y en las nuevas propuestas de principios del siglo XX, que proponían una ciudad
funcional y racionalista que respondiera a las nuevas necesidades urbanas. En 1943 se publica la Carta de
Atenas, que recoge los principios básicos del funcionalismo y racionalismo arquitectónico, inspirado por Le
Corbusier, arquitecto y urbanista pionero en el estudio de la mejora de las condiciones de vida de los
habitantes de las grandes ciudades. Dicho documento priorizaba la racionalidad y la funcionalidad en la
construcción de la ciudad más que la estética, así como la utilización de nuevos materiales (hormigón, acero).
El suelo urbano debía estar dividido en zonas de diferente utilización, y las viviendas emplazadas en bloques
aislados separados por zonas verdes.
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II El plano de la ciudad
El plano urbano nos permite conocer cómo es la ciudad internamente y nos muestra, además,
su desarrollo a lo largo de la historia. Un plano es la representación a escala de las superficies
construidas y libres. La principal diferencia con el mapa estriba en su mayor escala.
1. Elementos del plano
Todo plano es el resultado de la combinación de tres tipos de elementos:
a) El viario, es decir, las calles o vías por las que se desplazan las personas, los automóviles, etc.
Puede adoptar nombres muy diversos en función de las características que posee. Así, hablamos de
callejones, adarves, avenidas, rondas, travesías, circunvalaciones, etc.
b) Las manzanas, esto es, el espacio edificado, rodeado por el viario y en el que se construyen los
edificios. Su superficie y la tipología de las edificaciones son indicadores muy importantes para
saber en qué momento aparecieron esos espacios residenciales.
c) Los espacios libres. Es un término muy ambiguo y amplio en el que caben muchos tipos de
formas y de usos. Por oposición se definen como toda aquella parte del plano que no queda
englobada ni en el viario ni en el espacio edificado. Existen tres tipos principales de espacios libres:
Las plazas, o lugares de confluencia entre varias calles. Eran muy importantes en las
ciudades antiguas y medievales, aunque han dejado de tener esa misma importancia en las
actuales.
Las zonas verdes o espacios ajardinados, que surgen a partir del siglo XVIII y sobre todo
desde el XIX, ya que en periodos anteriores no se destinaba apenas superficie a este tipo de
elemento dentro del espacio intramuros.
Los solares o espacios vacíos. Por ellos se entiende tanto las superficies sin construir a
consecuencia del derribo de una edificación existente anteriormente, como aquellos espacios
intersticiales que todavía no han sido urbanizados por el crecimiento urbano.
2. Tipos de plano
a) Plano irregular: se trata de un entramado urbano falto de estructura aparente, en el que
difícilmente diferenciamos las calles más importantes de las secundarias y en el que las manzanas y
parcelas son diferentes en formas y tamaños. Tiene aspecto anárquico, las calles no tienen orden fijo,
son sinuosas y estrechas, generando una sensación de laberinto. Esta tipología es característica de los
centros históricos de muchas ciudades españolas.
b) Plano lineal: de forma alargada, suele ser producto de la adaptación al valle de un río, a la costa o
a un eje de comunicación. Fue asimismo utilizado por Arturo Soria para su Ciudad Lineal.
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c) Plano en damero (ortogonal, en cuadrícula o hipodámico): se trata de un plano en el que las
calles se cortan en ángulo recto, dando una impresión general de tablero de ajedrez. Es el más
extendido porque se ha usado a lo largo de la historia y por distintas civilizaciones. El origen de este
plano ordenado y racional se remonta a los antiguos griegos1, y fue el utilizado en el trazado de las
ciudades romanas. Siempre se trata de ciudades, o de partes de ciudades, resultado de la planificación,
como por ejemplo los ensanches. Tiene el inconveniente de que dificulta la circulación por las
intersecciones de las calles. Para evitarlo se han trazado vías diagonales, como la de Barcelona.
d) Plano radiocéntrico: es el resultado de un crecimiento urbano a partir de un núcleo central del
que parten vías radiales que enlazan el centro con la periferia. En el centro se situaba un monasterio,
un castillo, lugar de mercado, un núcleo fortificado o encrucijada de caminos. El trazado se
complementa con vías circulares en torno al centro. Es un tipo de plano característico de los centros
históricos de ciudades de origen medieval, como por ejemplo Vitoria.
e) Plano compuesto: cuando una localidad tiene un plano en el que predominan dos o más de las
tipologías anteriores, se dice que responde a un tipo de plano compuesto o mixto.
Plano irregular Plano lineal
Plano ortogonal Plano radiocéntrico
1 Hipodamo de Mileto fue un urbanista del siglo V a. C. al que se le considera inventor del plano ortogonal, de ahí que se
le llame a éste en ocasiones plano hipodámico. Lo diseñó para reconstruir la ciudad de Mileto, que había sido destruida
por los persas durante las Guerras Médicas.
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III La estructura urbana: los usos del espacio en el interior de la ciudad
Se denomina estructura urbana a la división de la ciudad en áreas con morfología y funciones
características. Como resultado del largo proceso de urbanización, la ciudad española actual tiene
una estructura compleja, en la que se yuxtaponen áreas muy diversas.
1. Casco antiguo o histórico
Es la parte más antigua de la ciudad, correspondiente a la etapa preindustrial de su desarrollo (desde
su origen hasta el siglo XIX). Ocupa un lugar reducido dentro de la ciudad actual, pero de gran
riqueza histórica y artístico-monumental. Estuvo rodeado de murallas y suele tener plano irregular,
aunque también lo puede tener radiocéntrico (Vitoria), lineal (ciudades del Camino de Santiago) o
excepcionalmente en cuadrícula.
No suelen existir zonas verdes en su interior. En la ciudad antigua eran un lujo, y si algún espacio
intramuros quedaba libre, se empleaba para cultivar productos hortícolas que pudieran alimentar a la
población en caso de necesidad. Por el contrario, eran muy frecuentes las plazas, delante de las
iglesias o de los edificios municipales, como los ayuntamientos. Eran los centros de reunión de los
vecinos y los núcleos fundamentales de la vida ciudadana.
En el espacio intramuros existía una división de carácter profesional (barrios y calles por oficios),
étnico-religiosa (juderías y morerías) y social (el centro era ocupado por la nobleza y la burguesía,
mientras que el pueblo vivía en la periferia, junto a las murallas o en los arrabales extramuros.
A finales del siglo XIX, con la construcción de los ensanches, la burguesía abandonó el centro
histórico, lo que provocó su degradación social y morfológica, pero en las últimas décadas ha sido
objeto de una política de rehabilitación urbana (reforma de viviendas y monumentos, conservando su
estilo y su entorno urbano). Actualmente en los usos del suelo se combina la defensa de los usos
tradicionales (en especial la residencia de las clases populares) con la implantación de actividades
turísticas y culturales, que están siendo los pilares de la revitalización de los cascos históricos.
2. El ensanche urbano decimonónico
En el siglo XIX las ciudades más importantes crecieron y crearon nuevas áreas urbanas: el ensanche
burgués y los barrios obreros junto a las áreas industriales. El ensanche se realiza por la necesidad de
crecimiento de las ciudades según los intereses de la burguesía. Se yuxtapone al casco histórico, pero
queda claramente separado de él por un paseo de ronda o un bulevar donde antes estaba la muralla
que ahora es derribada. Está formado por barrios residenciales del siglo XIX e inicios del XX, donde
viven clases acomodadas, planificados de acuerdo con las ideas burguesas de orden e higiene: el
plano es regular, en cuadrícula, con calles anchas y rectilíneas, viviendas espaciosas y de calidad,
servicios adecuados de alcantarillado, agua, alumbrado y zonas verdes. Los más importantes son el
de Barcelona (Ildefonso Cerdá) y el de Madrid (Carlos María de Castro), aunque todas las grandes
ciudades tienen su ensanche.
Con el tiempo el ensanche fue modificándose. Primero la edificación se hizo más densa y fue
ganando en altura, para rentabilizar mejor el alto precio del suelo, y más tarde en un sector del
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ensanche se sustituyeron las viviendas por comercios y oficinas, con lo que el centro comercial y de
negocios se ha desplazado desde el casco histórico hacia el ensanche.
En las afueras, junto a las vías de acceso a la ciudad y a las estaciones de ferrocarril, se construyeron
las fábricas y los barrios obreros, con planos desordenados y viviendas pequeñas, de muy mala
calidad, sin equipamientos ni servicios. Sin embargo, a lo largo del XX estos barrios obreros
quedaron integrados plenamente en la ciudad y los mejor comunicados se han revalorizado y
renovado. Los menos accesibles y desorganizados se mantienen como espacios marginales cuyo
deterioro se acentúa. En cualquier caso, como el desarrollo industrial ya no depende del ferrocarril,
se ha producido un vaciado industrial.
Infraestructuras urbanas de la era industrial
Con el fenómeno de la industrialización, hizo su aparición el ferrocarril. Era lógico que las estaciones se
encontraran lo más cerca posible de las ciudades, para que los viajeros tuvieran que desplazarse lo menos
posible. Pero ello obligaba a acercar las vías férreas a los lugares habitados, lo que tuvo una gran
repercusión sobre la trama urbana posterior, ya que su presencia coartó y condicionó en numerosos casos la
posterior evolución del crecimiento del plano de la ciudad. Sólo en décadas recientes ha sido posible enterrar
estos dogales que se ejercían sobre el crecimiento de la misma, o ubicarlos en el exterior, construyendo
nuevas infraestructuras férreas que eliminen el paso de los ferrocarriles por el centro de las actuales ciudades.
Es en este momento cuando aparecen los primeros grandes parques, junto a los centros históricos, como
respuesta de los Ayuntamientos a las demandas de la burguesía, que exigía un espacio de recreo cerca del
lugar donde habitaban. Algo parecido sucedió con otras infraestructuras que aparecen en esta época y que,
aunque no tienen nada o casi nada que ver con la industrialización, dejaron también su huella sobre el plano
urbano. Es el caso de la construcción de plazas de toros. Su ubicación en el plano (salvo en los casos en los
que posteriormente se han trasladado a zonas de la periferia) es bien indicativa del crecimiento que hasta ese
momento había seguido la ciudad, ya que su emplazamiento indica cuáles eran a finales del siglo XIX,
aproximadamente, los límites de la ciudad. Por el contrario, la política higienista tiene como consecuencia la
prohibición de los enterramientos en el interior de las ciudades, y, consecuentemente, la creación de los
cementerios en lugares alejados de las mismas. El cementerio indica pues en el plano hasta donde NO
llegaba la ciudad en ese momento. Sin embargo, en numerosos casos, el fuerte crecimiento de las ciudades
durante el siglo XX los ha acabado integrando como parte del conjunto urbano de las mismas.
2. El centro urbano o CBD (Central Business District)
Se trata del área comercial y de negocios actual de la ciudad. No siempre coincide con el centro
histórico, ya que en algunas ciudades se ha desplazado hacia el ensanche o hacia grandes avenidas
externas. En ciudades pequeñas el centro comercial se encuentra en las zonas más accesibles del
casco histórico, donde los edificios antiguos fueron sustituidos por otros modernos. En cualquier
caso se caracteriza por la escasa población residente (queda despoblado por la noche), su buena
accesibilidad desde cualquier punto de la ciudad en transporte público o privado, la gran densidad de
tráfico y de personas, el alto valor del suelo, por lo que se construye en altura, y el predominio de
actividades comerciales y administrativas.
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Centro histórico de Córdoba Rascacielos del centro de negocios AZCA (Madrid)
Edificios modernistas del Ensanche (Barcelona) Fábrica de tejidos de Can Ricart (Poblenou, Barcelona)
4. La periferia urbana actual
Desde la década de 1960 las principales ciudades españolas han tenido un gran crecimiento y se han
extendido enormemente, dando lugar a la creación de grandes periferias a lo largo de los principales
ejes de transporte. Dentro de ellas podemos distinguir:
a) Áreas residenciales, de diferentes niveles socioeconómicos:
Barrios marginales de infraviviendas o chabolas: estos barrios alcanzaron su máxima
expansión en la década de 1950, cuando el éxodo rural masivo llevó a las ciudades a
millones de personas sin recursos, para las que no había oferta suficiente y accesible de
vivienda. A partir de 1960 se les fue dotando de equipamientos y en algunos casos se
sustituyeron por bloques en altura. En los últimos años se han desarrollado campañas de
erradicación del chabolismo y realojamiento en viviendas sociales, construidas en los
mismos barrios o en nuevas periferias.
Barrios de promoción oficial: tuvieron su mayor desarrollo entre 1940 y 1960. En la
mayoría de los casos eran bloques de viviendas de baja calidad y escasez de servicios, por lo
que sufrieron un envejecimiento prematuro.
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Barrios de promoción privada: con construcciones de mayor calidad, trama abierta,
amplios espacios ajardinados, aparcamientos y equipamientos sociales. En algunos casos
aplicaron el concepto de “manzana cerrada”, que da un uso colectivo al patio.
Urbanizaciones de viviendas unifamiliares: son zonas residenciales de calidad, situadas en
el área suburbana, en contacto con naturaleza y donde menor es el precio del suelo. Son el
resultado del deseo de las familias con ingresos medios o altos de buscar espacios
residenciales con una mejor calidad ambiental, y de la necesidad de las familias clase de
media de conseguir una vivienda de precio asequible.
b) Áreas industriales: son los polígonos industriales que aparecen desde 1960 junto a las principales
vías de acceso a la ciudad. Los primeros polígonos se construyeron sin planificación, pero
actualmente se construyen espacios industriales de gran calidad ambiental (parques tecnológicos).
c) Áreas de equipamientos: junto a las carreteras de salida de las ciudades se han instalado grandes
superficies comerciales (mercados mayoristas, centros comerciales, hipermercados) y de
equipamiento (hospitales, centros de enseñanza, tanatorios, etc.), que necesitan grandes espacios y
suelo más barato que no encuentran en otras áreas urbanas.
e) Zonas de esparcimiento: son aquellos espacios reservados al ocio y la cultura. Surgen para
solucionar los problemas de la vida urbana y laboral, y lo constituyen recintos tales como museos,
bibliotecas, edificios de espectáculos, bares, instalaciones deportivas, zonas verdes, etc. Algunos
están diseminados por el centro urbano, otros están en zonas periféricas. Su distribución es muy
heterogénea, dependiendo del tipo de equipamiento, el tamaño de la ciudad y la disponibilidad de
suelo que ésta posea.
Polígono de las Tres Mil Viviendas (Sevilla) Urbanización de La Moraleja (Alcobendas, Madrid)
Parque Tecnológico de Málaga Centro comercial Xanadú (Arroyomolinos, Madrid)