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TEMA 7 LAS LENGUAS DE ESPAÑA (CEDE).pdf

Date post: 07-Mar-2016
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  • 7Las lenguas de Espaa.Formacin y evolucin.Sus variedades dialectales.

  • LENGUA Y LITERATURA CEDE 7.3

    CENTRO DOCUMENTACIN DE ESTUDIOS Y OPOSICIONES C/ CARTAGENA, 129 91 564 42 94 28002 MADRID h t tp : / /www.cede .es

    GUIN - NDICE 1. FORMACIN Y EVOLUCIN DE LAS LENGUAS Y DIALECTOS DE ES-

    PAA 1.1. Etapas 1.1.1. El latn, base de las lenguas hispnicas 1.1.2. Sustratos Peninsulares: el Vasco 1.1.3. El Latn hablado en Espaa: toponimia y prstamos 1.1.4. Cristianismo y Espaa visigoda 1.1.5. El mundo rabe y la lengua romance 1.1.6. Lenguas y dialectos peninsulares 1.1.7. El castellano primitivo 1.1.8. Castellano Alfons y Lengua escrita 1.1.9. El espaol de los siglos XIV y XV 1.1.10. El espaol en el siglo de oro: estructura y consolidacin 1.1.11. El espaol moderno: La Academia 1.1.12. El espaol de los siglos XIX y XX 1.1.13. Rasgos innovadores del espaol 1.2. Dialectos romances de la Pennsula 1.2.1. Estructura y homogeneidad de los dialectos hispnicos 1.2.2. Homogeneidad de los dialectos portugueses 1.2.3. El dialecto astur-leons 1.2.4. El dialecto aragons 1.3. La lengua catalana 1.3.1. El cataln, lengua romnica 1.3.2. Dialectos del cataln 1.3.3. Breve bosquejo histrico 1.4. La lengua gallega 1.4.1. Orgenes, romanizacin e influencia rabe 1.4.2. El gallego-portugus y la Reconquista 1.4.3. Diversificacin de lenguas. La decadencia 1.4.4. Rexurdimento y fragmentacin dialectal 1.4.5. Fechas claves en el desarrollo cultural gallego 1.5. La lengua vasca

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    2. LAS LENGUAS Y DIALECTOS DE LA ESPAA ACTUAL 2.1. Dialectos del castellano 2.1.1. El andaluz 2.1.2. El canario 2.2. Hablas de trnsito 2.2.1. El extremeo 2.2.2. El riojano 2.2.3. El murciano 2.3. Dialectos romnicos 2.3.1. El leons 2.3.2. El aragons 2.4. El cataln 2.4.1. El cataln oriental 2.4.2. El cataln occidental 2.4.3. El valenciano y balear 2.5. El gallego 2.5.1. Gallego occidental 2.5.2. Gallego oriental 2.6. El vasco 2.6.1. El vasco y sus dialectos 2.6.2. Sistema fonolgico 2.6.3. El verbo: pasividad y recipiente 2.6.4. El sustantivo: caso y morfemas 2.6.5. Partculas del vasco

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    BIBLIOGRAFA ALVAR, M. Dialectologa espaola. Variedad y unidad del espaol. Ed. Prensa

    Espaola. Madrid, 1979. CANO AGUILAR, R. El espaol a travs de los tiempos. Arco-Libros. Madrid, 1988. CATALN, D. Las lenguas circunvecinas del castellano. Ed. Paraninfo. Madrid,

    1989. COLN, G. El espaol y el cataln, juntos y en contraste. Ed. Ariel. Barcelona,

    1989. ENTWISTLE, W. Las lenguas de Espaa: castellano, cataln, vasco y gallego. Ed.

    Itsmo. Madrid, 1978. GILI GAYA, S. Nociones de gramtica histrica. Vox. Barcelona, 1980, 2. LAPESA, R. Historia de la lengua espaola. Ed. Gredos. Madrid, 1980. LORENZO, E. de El espaol de hoy, lengua en ebullicin. Ed. Gredos. Madrid, 1980. SALVADOR, G. Estudios dialectolgicos. Ed. Paraninfo. Madrid, 1990. VALLVERDU, F. Sociologa y lengua en la literatura catalana. Ed. Cuadernos para el

    dilogo. Madrid, 1981. VALLVERDU, F. Aproximacin crtica a la sociolingstica catalana. Ediciones 62.

    Barcelona, 1980. VARIOS AUTORES Las lenguas de Espaa. Servicio de Publicaciones del M.E.C. Madrid,

    1977. ZAMORA VICENTE, A. Dialectologa espaola. Ed. Gredos. Madrid, 1982.

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    COMENTARIO BIBLIOGRFICO

    La obras clsicas de Alvar, Entwistle y Zamora Vicente son clsicas para la preparacin de este tema, ya que estudian todas las variedades del espaol y de otras lenguas peninsulares. La obra de Cataln es ms actualizada que las anteriores y tambin es-t ms referida a lenguas que a variedades dialectales.

    Para la situacin actual de la lengua catalana puede acudirse a los tra-bajos de Vallverdu y sobre el vasco, su lengua y cultura son importantes los trabajos de Anto-nio Tovar, Lpez Garca, y Michelena, de fcil consulta en bibliotecas especializadas. Recien-temente la Editorial Paraninfo ha publicado un trabajo sobre la lingstica vasco-romnica de M Teresa Echenique, de fcil lectura para los ya iniciados.

    El volumen de Rafael Lapesa debe ser un libro de cabecera para la preparacin no slo de este tema, sino de toda la Oposicin que estamos preparando. Ade-ms, puede manejarse el compendio de Cano Aguilar, de la coleccin Arco-Libros, de carcter didctico (en su segunda parte, pp. 269-319, presenta ejercicios prcticos sobre los anteceden-tes histricos, morfosintaxis histrica y lxico; incluye tambin una serie de textos).

    Otro manual bsico es el de Zamora Vicente. Estudia el Mozrabe (pp. 15-83); el Leons (pp. 84-210); el Aragons (pp. 211-286); el Andaluz (pp. 287-329), las hablas de trnsito (Extremeo, p. 332; Riojano, p. 336; Murciano, p. 339; y Canario, p. 345), el Ju-deoespaol (pp. 349-377); el Espaol de Amrica (pp. 378-447), y el Espaol de Filipinas (pp. 448-454). La gua bibliogrfica y los ndices etimolgicos y de topnimos son imprescindibles.

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    1. FORMACIN Y EVOLUCIN DE LAS LENGUAS Y DIA-LECTOS DE ESPAA

    1.1. ETAPAS

    1.1.1. El latn, base de las lenguas hispnicas

    Todos los pases que hoy constituyen la Romania hablan lenguas derivadas del latn:

    portugus, gallego, espaol, cataln, provenzal, francs, retorromano, italiano, rumano, sardo, etc. El origen de esta gran familia de lenguas, tan distantes geogrficamente, se debe a la ex-pansin del Imperio romano, que llev consigo su lengua a todos los territorios conquistados. La historia de Roma es producto de un vasto sistema de integracin y desintegracin.

    El Lacio era un pequeo rincn (como el rincn de la Castilla primitiva) entre el Tber y los Apeninos. Este pueblo va incorporando los territorios que lo rodean: primero son los volscos y los faliscos, luego los osco-umbros; ms tarde los etruscos, pueblo no indoeuropeo que fue una constante amenaza para los latinos. Roma lleg a depender de l. Lo que se ha llamado la fundacin de Roma no es ms que la independencia del Lacio del dominio etrusco. Cuando vence a todos estos pueblos, la poltica romana sigue un sentido de hegemona y absorcin.

    Aparece, ante Roma, Cartago, un pueblo de lengua y cultura completamente diferen-tes, situado en la costa opuesta del Mediterrneo. Este pueblo aspira a la misma hegemona que Roma. La lucha entre ambos pueblos era evidentemente inevitable y el mundo se iba a decidir por uno o por otro. Este es el motivo de que Roma suspenda su avance hacia el norte. Sobrevienen las guerras pnicas. Al final de la primera, 264 a. J.C., Roma conquista Sicilia, despus Crcega y Cerdea, formando, de este modo, una defensa de islas frente a sus cos-tas. Entre la primera y la segunda guerra pnica, Roma conquista la cosa dlmata y asegura as la retaguardia de su ejrcito.

    En la segunda guerra pnica, llega a las costas de la Pennsula hispnica, en el ao 218 a. J.C., desembarcan los Escipiones en Ampurias y empieza la romanizacin de Espaa. El ltimo enclave cartagins, Gades, cae en poder de Roma en el ao 206 a. J.C. El peligro cartagins ha desaparecido. Si hubiera vencido Cartago, la lengua del Mediterrneo occidental hubiera sido completamente distinta.

    Ahora Roma da nuevos avances, conquista el mundo helnico y domina la llanura del Po. la conquista de Espaa termin en el 19 a. J.C. Despus conquista Iliria, la Retia, la Dacia, etc. Esta incorporacin de diversos territorios al Imperio romano dura cinco siglos.

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    Los romanos no impusieron nunca su lengua por la fuerza, sino por estas dos causas:

    a) Por el prestigio del pueblo colonizador que posea una tcnica superior (construccio-nes de calzadas, acueductos, teatros, etc.), una legislacin jurdica perfectamente es-tructurada, una experiencia comercial nada despreciable; en resumen, una cultura muy superior a la de los pueblos conquistados.

    b) Porque no hubo una voluntad decisiva por parte del los habitantes de las regiones conquistadas de conservar su lengua: era muy difcil substraerse a la corriente cultural que inundaba todo el Imperio. La creacin de escuelas, con su accin de enseanza de la lengua oficial, la necesidad de hablar la misma lengua para la comunicacin con la Metrpoli y otras reas del territorio fueron otros tantos fermentos que contribuyeron al proceso de latinizacin.

    Hubo un perodo en que las lenguas autctonas de los territorios convivieron con el la-

    tn. Este perodo de bilingismo dur hasta que las lenguas indgenas desaparecieron, dejando leves muestras de su existencia en la toponimia y en el lxico. Esta capa lingstica que qued por debajo del latn recibe el nombre de sustrato.

    El latn difundido por el Imperio era una lengua eminentemente oral que difera aun en su estrato social culto de la lengua literaria. Las diferencias corran paralelas con el nivel cultu-ral de los conquistadores. Esta lengua hablada, de la que han quedado escasos testimonios escritos, recibe el nombre de latn vulgar.

    Las diferencias geogrficas y sociales, la inexistencia de medios de difusin de la len-gua (comprese con la poca actual): prensa, radio y televisin que tienden a mantener su uni-dad) hicieron del latn vulgar una lengua poco uniforme, con diferencias que fueron aumentan-do en el tiempo y que se hicieron abismales al desintegrarse el Imperio Romano.

    Roma vivi siempre con el peligro acechante de las tribus germnicas. En el s. III se lanzan por el norte y por el este al asalto del Imperio y lo dividen polticamente. Esta divisin poltica acenta las diferencias lingsticas que poco a poco irn dando lugar a las nuevas len-guas.

    1.1.2. Sustratos peninsulares: el vasco

    Antes de la llegada de los romanos a la Pennsula Ibrica, haban llegado otros pueblos que, con mayor o menor extensin temporal y superficial, ocupaban el territorio. A un lado y otro del Pirineo se encontraban los vascos. En Levante estaban los iberos, que dieron el nom-

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    bre de Ibrica a la Pennsula. En el sur de Espaa y de Portugal se asentaban los tartesios o turdetanos.

    Los fenicios y griegos atrados por las riquezas localizadas en la zona turdetana funda-ron colonias en las riberas del Mediterrneo. La lucha entre estos dos pueblos acab con el desplazamiento de los griegos hacia Levante. Ms tarde, los cartagineses llegan tambin a nuestro territorio y fundan su capital Cartago Nova (Cartagena). En el centro y noroeste de la Pennsula habitan los ligures, hiptesis basada en la concordancia de algunos topnimos de esta zona con los de Piamonte y Lombarda y en la frecuencia de aparicin de sufijos -asco, -osco, -usco.

    En el siglo VII a. J.C. invaden la Pennsula los celtas, que, procedentes del sur de Ale-mania, ocupan la Galia y se instalan en Galicia, sur de Portugal, regiones altas del Centro y de sierra Morena. En el Centro y Bajo Aragn se mezclaron con los iberos y constituyen el pueblo de los celtberos.

    Esta diversidad de pueblos origina un mosaico de lenguas cuyas huellas quedan en la toponimia o en inscripciones que se van descifrando poco a poco. Por un lado estaban las len-guas preclticas y clticas, como resultado de las emigraciones indoeuropeas, localizadas en el norte, noroeste, centro y oeste. Por otro lado, en el sur, se conserv la lengua pnico-fenicia hasta la romanizacin.

    A ambos lados del Pirineo el pueblo vasco, que no fue latinizado, conserv su lengua. El origen de la lengua vasca es objeto de discusiones: para unos, el vascuence es de proce-dencia africana, porque tiene significativas coincidencias con las lenguas camticas; para otros, es de procedencia caucsica, porque su estructura gramatical presenta semejanzas con la de aquellas lenguas. Esta segunda hiptesis es la que va cobrando ms fuerza. Para algunos au-tores son los descendientes directos de los iberos; para otros, iberos y vascos son dos ramas de la misma procedencia caucsica. Es muy difcil dilucidar esta cuestin. Indudablemente, los vascos, si no eran descendientes de los iberos, recibiran su influencia, como recibieron la del latn.

    1.1.3. El latn hablado en Espaa: toponimia y prstamos

    Tras doscientos aos de lucha, los romanos acabaron conquistando la Pennsula, por lo que en el siglo I estaba latinizada; fue de los primeros pueblos que aprendi la lengua latina. Hacia el ao 80 a. J.C. Sertorio fund en Huesca una escuela de Gramtica para los hispanos. De este modo, Julio Csar pudo hablar pblicamente a sevillanos y cordobeses mientras que en las Galias tena que servirse de intrpretes.

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    Muchos pueblos adoptaron nombres latinos para evocar a sus emperadores: Augusta Emrita (Mrida), Caesar Augusta (Zaragoza), Lucus Augusti (Lugo), Servilius Caepio (Chipio-na), Triana, en Sevilla, ha sido derivado de Trajana, por alusin a Trajano. Las personas recib-an tambin apelativos romanos que pasaron despus a la toponimia: Oreja, Colmenar de Ore-ja, Orejana, Orelln, Orejo derivan de Aurelius o Aurelia, etc. La asimilacin de la lengua y la cultura latinas en Espaa fue tal que algunos de sus emperadores (Galba, Adriano, Trajano, etctera) nacieron en la Pennsula, as como algunos de sus ms insignes filsofos y escritores (Sneca, Marcial, Quintiliano, Prudencio, etc.).

    El latn hablado en Espaa tena su acento peculiar, reflejado tanto en algunas caracte-rsticas fnicas (entonacin, pronunciacin de sonidos) como lxicas. Estos rasgos eran debi-dos, sin duda, al influjo del sustrato prerromnico. Cicern encontraba en la diccin de nuestros poetas de Crdoba un no s qu grueso y extrao. A. Gelio se refiere al retrico espaol An-tonio Juliano con estas palabras: maestro de elocucin con escuela pblica, hombre de facun-dia..., pero con un modo de hablar a la espaola (hispano ore), y Adriano, cuando era cuestor, habl a los senadores con pronunciacin tan campesina, que suscit risa.

    El fonema f- inicial de las palabras latinas (farina) se sustituy en espaol por /h/ (aspi-racin larngea) y luego se perdi; lo mismo ocurri, al otro lado del Pirineo, en Gascn. Al pa-recer, la dificultad en la pronunciacin de este fonema es debida a un hbito de substrato pre-rromano. A la misma causa se atribuy la ausencia de /v/ en espaol.

    En el plano morfolgico, slo algunos sufijos pasaron al latn hispnico: -arro, -urro (ca-chorro, baturro), -eco (mueco), -iego (pasiego, andariego), etc. Al lxico pasaron palabras co-mo vega, pramo, balsa, losa, manteca.

    Pero el latn que lleg a nosotros traa ya otros elementos lxicos, de distinta proce-dencia, que haba recogido de su amplio contacto con otros pueblos. Del celta recogi camisa, cabaa, cerveza, legua, abedul, salmn, alondra. De la cultura griega, fantasa, filosofa, poe-sa, matemticas, atleta, coro, pedagogo, escuela, etc.

    1.1.4. Cristianismo y Espaa visigoda

    El cristianismo consigui la unidad espiritual del Imperio y ayud eficazmente a la total difusin del latn a travs del proceso de evangelizacin y enseanza.

    Este proceso de cristianizacin deja hondas huellas en la toponimia, que refleja la de-vocin a determinados santos: Sant Yago (>Santiago); (Eclesia) Santi Joanis (>Seoane); Santa

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    Eulalia (>Santalla, Santa Olaja, Santolalla); (Eclesia) Sancti Emeterii (>Santander), San Mede-ro, San Medere, etc...

    En esta etapa pasan al latn y l las divulga, la ltima serie de helenismos, que haba adoptado al estar la mayora de los textos del Nuevo Testamento escritos en esa lengua: evan-gelio, ngel, apstol, diablo, mrtir, monasterio, cementerio, etc.

    En el ao 409, invaden la Pennsula diversos pueblos germnicos: los suevos se esta-blecen en Galicia, los vndalos en la Btica y los alanos en la Lusitania y la Cartaginense; su paso fue fugaz. En el 413 entra otro pueblo germano; el visigodo, que funda su capital en Tole-do y logra la fusin de su raza con la hispnica (con Recaredo, en el siglo VI). Este pueblo, ms culto que los tres anteriores, se hispaniza poco a poco, aprendiendo el naciente romance castellano.

    Este romance hispnico estaba muy poco evolucionado: an conservaba /f/ en posicin inicial, diciendo fazer (

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    rabe; es, por lo tanto, la lengua que ms influjo ha ejercido en el espaol. De estos arabismos, muchos han desaparecido por completo del uso, otros quedan refugiados en zonas dialectales, pero muchsimos son los que todava hoy se emplean en la lengua cotidiana.

    El influjo rabe se deja sentir, igualmente, en la toponimia: los ros y los valles por don-de corren, se llaman guad: Guadalajara (ro de piedras), Guadalquivir (ro de la ciudad). Guadalaviar (ro blanco); los nombres de pueblos formados con ben (hijo de) son intermina-bles: Benicasim, Benidorm, Benaguacil, etc; topnimos que evocan al arte de las construccio-nes: Alczar, Alcazarn, Alcocer; calat en Calatayud (Castillo de Ayub), Calataazor (Castillo de guilas). En la onomstica quedaron: indefinidos fulano y mengano; las partculas de balde, hasta; las interjecciones de hala, arre, ojal, ya.

    1.1.6. Lenguas y dialectos peninsulares

    Los rabes conquistaron prcticamente todo el territorio espaol, con la excepcin de unos pequeos ncleos en el Norte, que resistieron a la invasin. Queda, pues, Espaa dividi-da en dos partes: una al norte, refugio de los cristianos que deseaban emprender la Reconquis-ta; otra al sur, con capital en Crdoba, que era el mundo rabe.

    Desde el siglo VIII, los cristianos empiezan a organizarse poco a poco en tres ncleos: el primero, formado alrededor de Oviedo, se organiza en Len, despus de extenderse por Ga-licia; el segundo, lo constituy Castilla; el tercero, Navarra, Aragn y Catalua. Esta fragmenta-cin poltica lleva consigo una peculiaridad lingstica, que va dando origen, poco a poco, a diferentes dialectos: por un lado, el asturiano, el gallego y el leons; por otro, el navarro-aragons y el cataln; en el centro, el castellano.

    Durante todo este tiempo, la comunicacin de la Espaa cristiana con Europa fue muy escasa. Hay que hacer la salvedad del cataln que estuvo en constante contacto con el sur de Francia y con la lengua provenzal.

    En los siglos VIII al X el dialecto que predomina es el leons, dialecto conservador que se encuentra influido por un lado por el gallego, ms conservador an y, por otro, por el moz-rabe, cuyos hablantes huyen del dominio rabe y se refugian en el reino leons.

    Castilla estaba circunscrita a la antigua Cantabria. Ocupaba la regin del alto Ebro y del alto Pisuerga, y en el siglo X se ensancha y llega hasta el Duero. En este territorio el romance evoluciona con ms rapidez que en el resto peninsular.

  • LENGUA Y LITERATURA CEDE 7.13

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    Navarra comienza su expansin en el siglo X, reconquistando la Rioja, pero queda ais-lada en su reducido territorio. Aragn comienza a extenderse hacia el sur en el siglo XI. Este castellano primitivo posea caractersticas peculiares que lo distinguan de los dems dialectos: el paso de /F/ inicial latina a /H/, debido al influjo del substrato prerromano; ausencia de /V/; monoptongacin en carrera y soto, etc.

    Al sur de la Espaa cristiana, los espaoles hispanogodos conservaron su religin y el romance naciente anterior a la invasin rabe: eran los mozrabes y su dialecto, el mozrabe. Su caracterstica peculiar era el arcasmo, por lo que enlazaban con los dialectos extremos (ga-llego y cataln), tambin arcaizantes: los tres tenan muchas semejanzas. Sus peculiaridades eran: conservacin de los diptongos ai o ei: baiga, frente al castellano vega (al pie de Sierra Nevada, cerca de Lanjarn y Orgiva, existen unos pueblecitos que, por la conservacin del dip-tongo ei, parecen gallegos, pero son mozrabes: Pampaneira, Capileira, etc.); conservacin de los diptongos au y ou: tauro (gallego touro) frente al castellano toro; el grupo consonntico mb no se haba reducido a m: palumba por paloma; conservan el grupo pl inicial: plorar como el cataln, por llorar; el grupo latino ct>it: lacte dio en mozrabe laite, en gallego leite, frente al castellano leche, etc. En este dialecto, se escriben los primeros textos conservados de la lrica espaola. La convivencia de hispano-godos, rabes y judos dio origen a un tipo de cancin lrica, la muwassaha, que escrita en rabe o hebreo, incrustaba palabras romances; y termina-ba, en general, con un verso o versos, jarcha, en lengua mozrabe, escritos tambin con carac-teres hebreos o arbigos).

    1.1.7. El castellano primitivo

    En el siglo XI se divide el Califato rabe en varios reinos pequeos. Esta desmembra-cin es aprovechada por la Espaa cristiana para comenzar su obra de reconquista. Pero en los reinos cristianos, el que mantiene un lugar predominante es Castilla, y ella realiza la expan-sin. Fernando I anexiona Len a Castilla, su hijo Alfonso VI ampla sus territorios por la Rioja y llega hasta Toledo (1085). El Cid Campeador, llega en su conquista a Almera, Cdiz y Jerez. Con la expansin poltica de Castilla, su lengua va avanzando. Quedan como dominios lings-ticos independientes los extremos peninsulares.

    En esta poca (1107) se escribe el Poema del Mo Cid, que narra las conquistas del hroe castellano. Este castellano adquiere unas determinadas peculiaridades fonolgicas, mor-fosintcticas, y lxicas.

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    Peculiaridades fonolgicas

    El sistema voclico tiene cinco fonemas voclicos, al igual que hoy: /i, e, a, o, u/. El la-tn clsico posea un sistema voclico de diez fonemas, cuyo rasgo distintivo era la cantidad. Posteriormente lo pertinente fue el timbre. El esquema es el siguiente:

    i i e e a a o o u u i e ie a ue o u

    ejemplos: v i tem>vid; timet>teme; pl enum>lleno; bene>bien; pa trem>padre; annum>ao; bonum>bueno; t o tum>todo; buccam>boca; c upam>cuba.

    Los diptongos latinos monoptongan en espaol: ai > e, laicum > lego; au > o, causam >

    cosa; paucum > poco; aurum >oro; ae tnico (= e abierta) > ie, caelum > cielo; oe > e, poenam > pena.

    El sistema consonntico es el siguiente:

    Labial Dental Ap. Alv. Palatal Velar

    Oclusivas sordas p t ts k Oclusivas sonoras orales b d dz d g Oclusivas sonoras nasales m n n Fricativas sonoras v z Fricativas sordas f

    Lquidas

    r r l

    Este sistema contiene fonemas desconocidos hoy: /ts/ (ortogrficamente c + e, i o ):

    braco/bratso/; /dz/ (ortogrficamente z): fazer /fadzer/; /dz/, africado, semejante al del ingls actual gentle (ortogrficamente g, j o i): jams /dzams/, gentil /dzentl/ oreja y oreia /ordza/; /v/ que en las regiones lindantes con el Pas Vasco se pronunciaba ya bilabial; /s/ (ortogrfica-mente x) exido /esdo/. Adems existan d, g fricativas, frente a d, g oclusivas, y en donde v no se pronunciaba; tambin b fricativa.

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    Peculiaridades morfosintcticas

    La morfologa presentaba muchas irregularidades. Por ejemplo, en el pretrito, alterna-ban formas como feziste, fizieste, fiziste, fizist, fezieste, etc. Igual en el sintagma nominal: aquest y aqueste, est y este, etc.

    Los verbos intransitivos se auxilian con ser: una estrella es nacida, son idos, son entrados, pero comienza a emplearse tambin aver (haber) a Valencia an entrado.

    El rgimen precede al regente: el agua nos han vedado.

    El pronombre tono no puede situarse ante el verbo despus de pausa: partis de la puerta (partise). Lo mismo ocurre con aver y ser con participio: Dexado ha heredades, etc.

    Peculiaridades lxicas

    Hay latinismos como vigilia, vocacin, voluntad, laudar. Coexisten formas sinonmicas que hoy han desaparecido: cabea y tiesta (comprese con el francs tte y con el italiano tes-ta), pierna y camba, tomar y aprender, salir y exir, etc.

    1.1.8. Castellano alfons y lengua escrita

    El centro de esta poca es Alfonso X el Sabio (1252-1284). Su padre, San Fernando, haba conquistado Crdoba, Jan y Sevilla, y el rey Sabio se encuentra ante un vasto reino que regir y educar. Para esta tarea no posee una lengua escrita, prctica y eficiente: se hablaba en castellano, pero la prosa, y ms la prosa oficial, se segua escribiendo en latn. La decisin de Alfonso X es la de hacer del castellano tambin una lengua escrita, que sustituya al latn, en-tendido por pocos, para unificar su dominio y para verter a esta lengua los avances cientficos y culturales del mundo rabe y hebreo. Rene en su palacio toledano rabes y judos que tradu-cen, juglares que narran la pica nacional, y el rey va corrigiendo el estilo en que se redacta aquel castellano, sustituyendo latinismos por palabras populares, precisando las frases, acu-ando en definitiva la prosa de las Siete Partidas (cdigo jurdico), de la Primera Crnica Gene-ral o de la General Estoria. La poesa castellana exista slo en boca de los juglares y era fun-damentalmente oral (el Poema de Mo Cid). La intencin de escribirla surge en Gonzalo de Berceo: Voy a fer una prosa en roman paladino / en la cual suele el pueblo fablar a su vecino, y en esta lengua escribe los Milagros.

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    Peculiaridades fonolgicas

    El sistema fonolgico se estabiliza y se mantiene hasta el siglo XVI. Las consonantes se distribuyen del siguiente modo:

    pico Dorso

    Labial Dental Alveol. Dental Palat. Velar Lar.

    Oclusivas sordas p t ts c k Oclusivas sonoras orales b d dz d g Oclusivas sonoras nasales m n n Fricativas sonoras v z Fricativas f s /'/(h)

    Las lquidas se mantienen como en el esquema del S. XII. Lo nuevo en este cuadro es

    la aparicin de la palatal oclusiva sorda / c / (grficamente ch) y de la aspirada /'/ (grficamente h) que va ganando terreno a /f/. En el sistema voclico, hay que sealar la prdida de la /e/ final de palabra: trist, pued, recib, dim.

    Peculiaridades morfosintcticas

    Se incrementa la interpolacin de palabras entre el pronombre y el verbo: que me non den. Repeticin de las conjunciones que y et.

    Peculiaridades lxicas

    Se forman derivados de palabras ya existentes para dar nombre a conceptos que hasta entonces slo haban recibido denominaciones latinas o rabes: de lado, ancho, se forma la-deza, anchura; de luengo se forma longueza, longitud, de asmar, creer, se forma asmanza, opinin, creencia.

    1.1.9. El espaol de los siglos XIV y XV

    En el siglo XIV el Infante Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X y nieto de San Fer-nando, sigue las directrices de su to para afirmar y pulir la prosa castellana. Juan Ruiz, el Arci-preste de Hita, es un eximio representante de la poesa de esta poca.

    En el siglo XV, renace la antigedad clsica y surge la admiracin por Roma. La lengua castellana toma nuevo rumbo. El romance claro, llano, plagado de voces y giros populares no va a satisfacer a los nuevos humanistas que lo encontrarn rudo y desierto, humilde y ba-

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    jo, como lo calificaba Juan de Mena. Aumenta el nmero de latinismos, tanto lxicos como sin-tcticos. Esta latinizacin exagerada no poda durar mucho porque la utilizaban nicamente un reducido grupo de cultos. Por eso, cuando aparece El Corbacho, del Arcipreste de Talavera (1438), la lengua popular triunfa nuevamente.

    A finales del siglo XV van a ocurrir dos hechos transcendentales para la lengua: uno, el descubrimiento de Amrica, que va a dar lugar a la expansin del castellano por aquellos ex-tensos territorios; otro es la aparicin de la Gramtica Castellana de Antonio de Nebrija que pretenda unificar lingsticamente la Pennsula y dotar a los nuevos pueblos de Ultramar del elemento indispensable para aprender bien esta lengua. El equvoco de Nebrija es que toma como modelo la Gramtica Latina para explicar las estructuras del castellano cuando eran ya distintas.

    Caractersticas de la lengua en el siglo XIV

    1. Se van regulando las vacilaciones del fonetismo: se recupera la prdida de la -e final. 2. Se propaga el paso de f>h, que aparece en documentos oficiales, aunque perdure en la lengua literaria. 3. Se generaliza el diminutivo -illo en la lengua literaria. 4. Aumenta el uso de nosotros, vosotros, sobre nos, vos. 5. Comienzan a penetrar latinismos en el lxico.

    Caractersticas de la lengua en el siglo XV

    1. En la lengua literaria predomina h sobre f en los textos; es decir, la aspiracin de la f- inicial latina que temporalmente se pierde: /f/>/'/>/cero/. 2. Alternan d y t finales: edad y edat, voluntad y voluntat, pero poco a poco va impo-nindose la dental sonora d. 3. Las vocales tonas alteran frecuentemente su timbre: sofrir sufrir, vevir vivir. 4. Se recupera totalmente la -e, aunque quedan restos como fiz hice, nol no le, etc. 5. Se calcan construcciones sintcticas latinas: pocos hallo que de las mas se paguen obras. 6. En lugar de la oracin de relativo, se adopta el participio de presente: Oh vos, dubi-tantes, creed las estorias!. 7. Colocacin del verbo al final de la frase, a imitacin latina. 8. Aumenta su frecuencia, la adjetivacin de sustantivos en forma de eptetos. 9. Aumentan los latinismos, los galicismos y los italianismos, por ese fervor desmedido por la cultura y el mundo clsico.

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    1.1.10. El espaol en el Siglo de Oro: estructura y consolidacin

    El espaol de esta poca experimentar muchos cambios en su estructura que conlle-varn su purificacin y fijacin. Los grandes escritores de nuestra literatura inmortalizarn la lengua escrita de la poca.

    Los principales fenmenos lingsticos de la poca se pueden agrupar por sus rasgos fonolgicos, morfosintcticos y lxico-semnticos.

    Peculiaridades fonolgicas

    1. Las vacilaciones en el timbre de las vocales tonas que sealbamos en la poca anterior, van desapareciendo poco a poco.

    2. El sistema consonntico sufre una gran transformacin, sobre todo en la serie de sus sibilantes. El fonema inicial latino /f/ pas a aspiracin, pero convivieron durante algn tiempo los dos, debido a los dialectismos con /f/ inicial que pasan al castellano. La anti-gua /f/ inicial latina > /cero/, como hoy (conservndose la aspirada en zonas dialectales extremas), y sobreviviendo /f/ en otros casos: ferrum>hierro; focum>fuego. Las sibilan-tes sorda y sonora quedan reducidas a la sorda:

    s ts z s>/S/ ts>//() s>/X/(j) z dz s

    Estas tres consonantes van a dar en el castellano moderno:

    /s/>/s/; /ts/>//; /s/ > /x/ (grafas s, c/z, j respectivamente), crendose la distincin

    s/ en el castellano peninsular.

    Pero, en Andaluca, van a confluir /s/ y /ts/ en /s/ en unas zonas, que son las del seseo, mientras que en otras confluirn en // (semejante a la castellana, pero no igual): zonas de ceceo.

    3. Hay vacilacin en el empleo de los grupos consonnticos: doctor y dotor, columna y coluna, conceto y concepto.

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    Peculiaridades morfosintcticas

    1. En la conjugacin, alternaban formas como amis y ams, tenis y tens, sois y sos; las formas segundas pronto desaparecieron, quedando como formas verbales del vo-seo.

    2. El imperativo perdi su d final, y alternaban cantad y cant, salid y sal.

    3. El sufijo diminutivo ms extendido era, desde tiempos atrs, -illo. En esta poca co-mienza a alternar con -uelo, -ito, -ico.

    4. Se generaliza el superlativo -simo.

    5. Los verbos haber y tener eran sinnimos al comienzo de esta poca. Poco a poco, haber va dejando de ser transitivo y va ampliando sus funciones como auxiliar.

    6. Ser y estar van adoptando la significacin que tienen hoy.

    7. El tiempo verbal cantara perdi su valor de pluscuamperfecto de indicativo.

    8. Aparece el lesmo en su forma singular.

    9. Aparece la preposicin a ante el objeto directo de persona.

    Peculiaridades lxicas

    En esta poca penetran en el espaol muchos italianismos, lusismos y galicismos. Ci-

    temos, a modo de ejemplo, dos prstamos de cada una de estas lenguas: Ital.: piloto, ban-ca; Port.: pago, mermelada; fran.: servilleta, batalln. Tambin hay que sealar el paso al espaol de lxico procedente de las lenguas indgenas de Amrica: patata, chocolate, tiburn, jauja,...

    1.1.11. El espaol moderno: La Academia

    En el siglo XVIII, Francia se impone culturalmente a Europa. En Espaa, surge la imita-cin por lo francs, lo que nos lleva a despreciar nuestra literatura de los siglos pasados y a buscar nuevos caminos que desembocan en una decadencia de estilo y en un empobrecimien-to del uso de la lengua.

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    Para luchar contra esta decadencia surge la Academia de la Lengua Espaola que, a imitacin de la francesa, aunque siempre mucho ms liberal que ella, se empe en la tarea de codificar nuestra lengua. Publica inmediatamente su primer Diccionario de la Lengua Castella-na (1726-1739) llamado tambin Diccionario de Autoridades porque cada palabra est autori-zada por el uso que de ella hizo un autor clsico de nuestra literatura. Despus publica la Orto-grafa (1741) y, por ltimo, la Gramtica (1771). Estas obras gozan, desde su nacimiento, de proteccin oficial, y las dos ltimas se implantan en la enseanza escolar, como mtodo didc-tico normativo.

    Surge el inters por estudiar la historia de la lengua, por cuidar y purificar el idioma; as, eruditos como Mayans y Siscar, Valds y Capmany publican obras sobre el origen y formacin de nuestra lengua. La ortografa acadmica fija el uso de los grafemas, que haban cambiado de valor con la transformacin fonolgica de la poca anterior. La sintaxis se va deshaciendo de toda la carga de hiprbatos, de circunloquios; desaparecen las metforas chabacanas de la poca, y la lengua se va haciendo ms simple, ms sencilla y ms precisa. Se impone la lucha contra el mal gusto, bajo el lema acadmico de limpiar, fijar y dar esplendor.

    1.1.12. El espaol de los siglos XIX y XX

    La Real Academia Espaola sigue siendo salvaguardadora del idioma durante los dos ltimos siglos. Una ley del Estado de 1887, en su art. 88, declaraba que su Gramtica era texto obligatorio y nico en las escuelas de enseanza pblica. Ante esta responsabilidad didctica reformar en varias ocasiones su Ortografa y reeditar una y otra vez su Gramtica.

    Las reformas se harn siempre por partes y de forma sucesiva a fin de no perjudicar el carcter doctrinal y pedaggico de la misma. Y se basar en los textos literarios de escritores espaoles de siglos precedentes.

    Se fijan las grafas, dando paso a la moderna escritura, quedando en la actualidad, tras las nuevas normas acadmicas en doble posibilidad grfica para ciertos trminos (psicologa, sicologa, substantivo, sustantivo). La R.A.E. intentar acercar la escritura a la pronunciacin; sin embargo, todava existen varios desajustes en grafas tales como b y v; g y j (ante e, i); la h que no corresponde a ningn fonema o sonido del espaol, etc.

    Del pas vecino, Francia, se introducen varios galicismos que provocan una infructuosa polmica entre puristas e innovadores. Tambin entran algunos anglicismos, antecedentes de la gran cantidad de prstamos que en nuestros das vamos a recibir del ingls.

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    El lxico cientfico y tcnico va a estar dominado en todo el mundo por el ingls, de ah que nuestra lengua tambin reciba abundante nmero de anglicismos, modificando en ciertos casos la estructura morfolgica y sintctica de nuestro idioma.

    1.1.13. Rasgos innovadores del espaol

    Diptongacin de e y o breves latinas en posicin tnica, dando ie y ue respectivamen-te. Prdida de la f- inicial latina. Las consonantes latinas por influencia de la yod desarrollan la interdental //, la velar /X/ y la palatal africada / c /. Palatalizacin de las consonantes iniciales latinas cl-, fl- y pl-. Simplificacin de vocales geminadas: ns>ss>s; rs>ss>s; pt>tt>t; vu>uu>o.

    En la actualidad el castellano tiene unas caractersticas y tendencias que son comunes

    a casi todas las hablas o dialectos:

    Neutralizacin de los fonemas /y/-/ll/ con predominio del primero. Fenmeno conocido como yesmo. Debilitacin de la consonante intervoclica ado>ao. Prdida de la -s implosiva en final de la slaba. Simplificacin de los grupos de consonantes. Abundancia de siglas. Neologismos con terminaciones anmalas. Simplificaciones morfolgicas: plurales de prstamos en forma de vocal tnica + s o consonante + s. Lxico extranjero que no termina en vocal o en consonantes r, l, n, s, d, z. Los nombres propios se pronuncian con su valor fontico de origen. Uso del adjetivo en funcin adverbial: hora punta, verlo claro, etc. Uso de las formas impersonales y de formas pasivas en el lenguaje periodstico. Simplificacin de las formas verbales: el imperfecto sustituye al condicional.

    El castellano anula a las dems lenguas y dialectos por ser el idioma de las ciudades,

    de la escuela y del servicio militar.

    1.2. DIALECTOS ROMANCES DE LA PENNSULA

    Los dialectos romnicos se distribuan del siguiente modo en la Edad Media:

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    Al Norte: gallego-portugus, leons, castellano, navarro-aragons y cataln; y al sur es-taban los dialectos mozrabes, con dominio rabe, pero influenciados por el habla de los reinos cristianos.

    1.2.1. Estructura y homogeneidad de los dialectos hispnicos

    Si se compara la estructura de los dialectos hispnicos con la de los de la Galia o Italia, aparecen dos hechos. Primero, que en tres cuartas partes del territorio peninsular faltan dialec-tos, dndose slo en la parte septentrional de Espaa y, por tanto, la estructura dialectal del espaol es mucho ms pobre y uniforme que la del francs y del italiano. Segundo, que en Francia e Italia se hace una neta distincin entre dialecto y Lengua literaria, distincin que ge-neralmente no existe aqu. En espaol, en comparacin con el francs y el italiano, sus hablas son ms homogneas y ms ricas en caractersticas dialectales; dicho de otro modo, el roman-ce medieval, con apariencia de unidad lingstica, es un complejo mosaico de dialectos, que se quiebra a consecuencia de la invasin rabe y de la sucesiva reconquista bajo la supremaca de Castilla y la expansin del castellano de Norte a Sur. He aqu las razones de esa uniformi-dad de los dialectos espaoles en el Centro y en el Sur, las tres cuartas partes del territorio lin-gstico espaol.

    No slo la organizacin dialectal del espaol, sino tambin la del portugus y del cata-ln han sido determinadas por el indicado movimiento de Norte a Sur. Se trata de un fenmeno realizado a plena luz de la historia, teniendo especial inters la tesis de Menndez Pidal sobre el movimiento lingstico de Norte a Sur en la Pennsula Ibrica.

    El mozrabe tiene un carcter conservador, arcaico y ciertas correspondencias con los dialectos espaoles, que no han participado en los notables cambios fonticos que experimen-t el castellano de Castilla.

    Los grupos latinos -CL- y -Ll- palatizan como en otras lenguas y dialectos iberorro-mnicos y en la mayor parte de las lenguas romances; en espaol, se cambia primero en z y despus en j: Lat. cuniculus > moz. conelyo; arag. conello; gall. -por. coenllo; catl. conill; en espaol, conejo.

    Se conserva en el mozrabe la T del grupo latino CT, como en las dems lenguas y dialectos iberorromnicos; mientras el espaol cambia CT en CH; Lat. lacte > moz. lai-te; gall, leite; arag. y len. leite; cat. llet; port. leite; en espaol, leche.

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    El tratamiento de la j inicial latina es igual en mozrabe y en las otras lenguas ibero-rromnicas y las lenguas romances occidentales. En espaol la j desaparece. Lat. ie-nuariu > moz. jenair; len. y arag. jenero; cat. gener; fr. janvier; en espaol, enero.

    En la diptongacin de o y f:e ante una palatal el mozrabe concuerda con los otros dia-

    lectos espaoles; el espaol es diferente. Lat. oculum > moz. uelyo; len. uello; cat. ull; en es-paol, ojo. Todo esto indica que debi de haber inicialmente cierta unidad lingstica iberorro-mnica que ms tarde ha sido rota por el castellano. En efecto, se sabe que despus de la ocupacin de Toledo (capital del reino godo) por los rabes, un pequeo grupo de fugitivos cristianos se refugiaron en Asturias. All arriba, primero Oviedo y despus Len fueron los con-tinuadores de la monarqua visigoda. Pero en el siglo IX, una regin que va desde la parte oriental de Galicia al curso superior del Ebro y del Pisuerga, acapara la hegemona poltica y origina el castellano con sus estridentes desviaciones respecto a los dems dialectos y lenguas iberorromnicas. Esta tierra se conoce con el nombre de Castilla.

    La segunda mitad del siglo XI trae a Espaa el ms radical cambio poltico y lingstico: la debilitacin del reino de Navarra, la decadencia de Len y la expansin del poder de Castilla.

    Con la supremaca poltica, cultural y literaria de Castilla la expansin del castellano avanza en forma de cua hacia el Sur, desaloja los dialectos mozrabes, interrumpe el lazo lingstico que existe entre los extremos oriental y occidental de la Pennsula y conquista el sur de Espaa, formndose nuevos dialectos meridionales que acaban con los dialectos mozra-bes.

    1.2.2. Homogeneidad de los dialectos portugueses

    El portugus parece ser la lengua ms homognea del continente; tambin aqu el mo-vimiento, de Norte a Sur, determin la estructura de los dialectos lusitanos. El portugus ha surgido del latn vulgar de la Lusitania, el llamado gallego-portugus. Al mismo tiempo, en el resto de la Lusitania, surgi un idioma romnico del cual tenemos escassimo conocimiento, llamado romano moarbico. El portugus del Norte se ha propagado hacia el Sur a conse-cuencia de las victorias del rey Don Alfonso Henriques (en 1147 ocupa Lisboa, la futura capital) absorbiendo el romance que all se hablaba.

    Sin la expansin del gallego-portugus, de Norte a Sur, la situacin lingstica habra tomado un carcter completamente distinto del actual. Dos rasgos tpicos del portugus: la ca-da de -L- y la -N- intervoclicas (lat. caelum. salire, bona, tenere; port. ceu, sair, boa, ter) que se encontraba en el Norte, no existan en el Sur a juzgar por los topnimos Mrtola, Baselga,

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    Odiana. As, pues, tambin Portugal propag sus dialectos desde el Norte al Sur y determin las respectivas estructuras dialectales.

    1.2.3. El dialecto astur-leons

    Se origina en el reino astur-leons; procede de la descomposicin del latn en esta zo-na de la Pennsula. Est influido por el gallego, el ms conservador entre los dialectos del nor-te, y por el mozrabe. Entre sus rasgos ms notables, figuran los siguientes:

    De carcter general (por toda la zona dialectal):

    Vocales finales -i, -u, o bien e, o, muy cerradas. P.e. mediu, estimontis. Conservacin de la -i en desinencias. P.e. matancia, corra. Conservacin del grupo MB. P.e. palombu, llamber. Paso a L de B y D finales de slaba interior. P.e. mayorazgo > mayoralgu. Prdida de la R final del infinitivo seguido de cualquier pronombre. P.e. matal,

    matte. Los imperativos son normalmente as: guardai, ponei, sal.

    De carcter regional (dentro de la zona dialectal):

    1. La parte ms septentrional conserva elementos que se perdieron fuera de ella

    (regin de la montaa, norte y oeste de Len, Sanabria). La palatizacin de la L- inicial (llobu, lluna). La palatizacin (ms escasa) de la L medial (baillar). La - inicial por la N- inicial (alga). Se usan NOS y VOS en lugar de nosotros y vosotros. La diptongacin de e y o ante yod (vienga, tiengo, nuechin, fueya (hoja). No se redujo el diptongo IE, a diferencia del castellano: amariello, costie-

    lla, aviespa.

    2. La regin ms aislada por las montaas y la ms rica en tradicin folclrica, As-turias, posee rasgos dialectales privativos suyos:

    En lugar del grupo -MBR- se usa -M- (llume, home, fame). La vocal tnica se cierra ante -u final (pirru, se opone a perra; sentu a

    santa y santos). Esto ocurre tambin ante -i final (ebri por abre; cumi por come).

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    3. Unos caracteres propios lingsticos tiene el habla de los vaqueiros, que carac-teriza a la faja ms occidental del dialecto (Luarca, Cangas de Narcea, Somiedo), el sur de Asturias y la parte colindante de la provincia de Len (valle del Sil en el Bierzo, Laciana, Babiana, Luna y los Argellos).

    4. La zona ms arcaizante est constituida por el occidente de Asturias y Len,

    Astorga, Sanabria y Miranda. Coinciden con el gallego-portugus vecino en la conservacin de los dip-

    tongos EI-OU (cantei, caldeiro, roubar). Conserva la -E final en rede, tenere, zagale. CH resultante de los grupos iniciales PL, CL, FL (chano, cheno). La F- inicial latina que se perdi en castellano aqu se mantena: forno

    (horno), (formiga), figadu (higado).

    1.2.4. El dialecto aragons

    Procedente de la desmembracin del latn en el reino de Navarra y Aragn. El dialecto navarro-aragons se asemeja mucho al de Len: pero es ms tosco, acaso por la ausencia de una corte refinada como la leonesa, y ms enrgico, quiz por el primitivo fondo vasco de la regin pirenaica; est menos ligado que el leons a tradiciones lingsticas pasadas y ms a particularidades locales. En este dialecto estn escritas las Glosas Emilianenses y Silenses. Estos son algunos de sus rasgos lingsticos:

    Persistencia de algunas oclusivas sordas intervoclicas: suco (jugo), rete (red), fora-tar (horadar). Mantenimiento de la F- inicial latina: fata, farina. G- y J- inicial se conservan con valor palatal; chinebro, enebro. De CT latino conserva IT o T, en lugar de CH castellana: dito, feito, muito. Como en leons el diptongo IE no se reduce a I: castiello. Diptonga las vocales e y o ante yod: tiengo, fuella. La diptongacin UE, IE lucha con UO, UA, IA: puorta, puarta, fuogo, fuaca. Conserva los grupos iniciales PL, CL, FL: plan-plano; clamar (llamar); flamarada (lla-marada). Caen frecuentemente E y O finales (fuent. fornaz).

    1.3. LA LENGUA CATALANA

    Es el resultado de la evolucin del latn en la regin Nordeste de la Pennsula. El cata-

    ln es una de las nueve lenguas romnicas que se han mantenido hasta la actualidad. Su foco

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    originario es la llamada Catalua Vieja (de los Pirineos al mar, por las cuencas del Ter, Llobre-gat y Fluvia) y desde all se fue extendiendo hacia el Sur. A grandes rasgos se puede decir que el dominio cataln comprende: El Principado de Catalua (menos el Valle de Arn, que habla el gascn), el Reino de Valencia, Baleares, Departamentos franceses de los Pirineos Orientales, Andorra, Alguer (Cerdea) y zona fronteriza con Aragn. Los lmites son bastante precisos. En la zona de Ribagorza parece ser que se fragu la lengua. Cada rasgo tiene en esta regin su lmite propio.

    Segn Menndez Pidal el trazado de la frontera en Ribagorza se puede hacer fijndose en el lmite de la diptongacin. Si diptongan las vocales abiertas es castellano o aragons, si no diptongan es cataln.

    1.3.1. El cataln, lengua romnica

    En un tiempo se la consideraba como un dialecto provenzal, que con la retirada de los rabes de Espaa haba sido trado desde el Roselln, la antigua Septimania de los visigodos. El gramtico Diez as lo manifest en la primera edicin de su Grammatik aparecida en 1836: el cataln es considerado como un dialecto provenzal; en la segunda edicin (1856) como una lengua independiente, pero ligada al provenzal. En la tercera edicin se lee:

    La lengua catalana est respecto al provenzal no propiamente en relacin de un dialec-to; es ms bien un idioma independiente, emparentando de cerca con aquel.

    En 1925 la independencia del cataln es reconocida ya por Meyer-Lbke, si bien con la

    afirmacin de que permite concordancias ms estrechas con el provenzal que con el espaol, y por lo tanto, pertenece al galorromnico. De esta misma manera piensan los lingistas espao-les Mil y Fontanals, Antonio M. Alcover, Antonio Griera. Los motivos lingsticos por los cuales el cataln ha sido considerado una lengua galorromnica deberan ser las estrechas corres-pondencias que presenta ms con el provenzal que con el espaol.

    Las principales correspondencias entre el cataln y el provenzal son las siguientes:

    1. El espaol diptonga la e y la o latinas tnicas indiferentemente en slaba abierta o ce-rrada, y en cambio el cataln y el provenzal no las diptongan: lat. pedem, septem, mola, porta, y en provenzal pe, set, mola, porta.

    2. La e y la o tnicas ante palatal no se diptongan en espaol, y se diptongan en cata-ln y provenzal; lat. pectum, folia > esp. pecho, hoja; mientras que en cataln pit, fulla; y en provenzal, pieit, fuela.

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    3. Las vocales -o y -e tonas en final de palabra se conservan en espaol, mientras que en su mayor parte desaparecen en cataln y provenzal: lat. caballum, partem > esp. caballo, parte; pero en cataln y provenzal cavall, part.

    4. La F- en espaol se aspira, excepto ante R y UE, mientras que en cataln y proven-zal no se aspiran: lat. femina, formiga > esp. hembra, hormiga; y en cambio cataln fembre, formiga y provenzal, fempna, formiga.

    5. Los grupos CL y LI se convierten en z en espaol antiguo (y espaol moderno j) mientras que en cataln y provenzal se palatalizan en L: lat: veclum, palea > espaol, viejo, paja; pero en cataln vell, palla; y en provenzal vielh, palha.

    En cuanto al lxico, el cataln tiene cierto nmero de elementos glicos comunes con

    el provenzal, que no se encuentran en el espaol, y al contrario, ste posee muchos elementos visigodos que no aparecen ni en el cataln ni en el provenzal.

    Galorromnica o iberorromnica?

    Sin embargo, esta tesis respecto a la posicin galorromnica del cataln, fundada en la comparacin de esta lengua con el provenzal y el espaol resulta insostenible despus de las investigaciones realizadas por Menndez Pidal. El error de mtodo en la tesis de Meyer-Lbke estriba en que, al determinar la posicin del cataln, no ha tenido en cuenta los dialectos espa-oles, (aragons, leons y dialectos mozrabes) ni los de gallego-portugus y cuando conside-ra el dialecto aragons, y encuentra en l los mismos fenmenos que en el cataln, los consi-dera como procedentes de aqul. En resumen, no tiene suficientemente en cuenta la totalidad de los dialectos hablados en la Pennsula Ibrica: el paniberorromnico.

    El cataln tiene cierto nmero de correspondencias con el espaol, en las cuales no participa el provenzal. La principal es que la u latina permanece inalterable como en espaol mientras que en el provenzal cambia la u por , por ejemplo, en murum > esp. muro; cat, mur; prov, mr. As tambin van juntos el espaol y el cataln en lo referente a la palatizacin de NN en N, mientras que el provenzal no palatiza: lat.: pinna, annu; cat. penya, any; esp. pea, ao; pero el prov. pena, an. Tambin sucede este parecido en el cambio del diptongo AU en O: lat. causa- > cat. cosa; esp. cosa; pero en prov. causa. En lo que se refiere a la morfologa, ni en cataln ni en espaol existe el sistema de declinacin con dos casos que es tan caracterstico del provenzal y del antiguo francs.

    En esta misma posicin encontramos a lingistas como Amado Alonso, Garca de Die-go, Morel Fatio, Sarohandy y Wartburg. Afirma Amado Alonso:

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    Decir que el cataln es una lengua galorromnica tiene la misma falta de sentido que afirmar el iberorromnico del provenzal. Son dos lenguas independientes, formadas cada una en su propio territorio, es decir, sin interrelacin gentica. El cataln se pare-ce al provenzal como se parece a las hablas aragonesas y pirenaicas. Y como stas se parecen al bearns y al leons. La realidad de afinidades lingsticas no puede es-tablecerse comparando dos lenguas en su manifestacin literaria y culta, como son el provenzal y el cataln, sino observando el mapa como un conjunto geogrfico de hablas locales y de dialectos vecinos, con parecidos recprocos. El cataln y el arago-ns son conjuntos de hablas por las cuales el complejo lingstico iberorromnico se aproxima al galorromnico pero es igualmente lcito presentar la cuestin al revs y de-cir que el provenzal y el bearns son conjuntos de hablas por las cuales el complejo lingstico galorromnico se acerca al hispnico.

    En conclusin, aade Alonso,

    el cataln es una lengua iberorromnica porque se form en territorio peninsular y por-que comparte esenciales rasgos con las dems lenguas hispnicas. Si comparte otros con el provenzal es porque es vecina suya en el mosaico continuado que forman las hablas romnicas.

    El cataln, lengua puente

    Con la reconstruccin de la situacin lingstica en la Pennsula Ibrica en el siglo X,

    Menndez Pidal ha demostrado, con evidencia, la continuidad lingstica desde Catalua y Aragn hasta Len, Galicia y Portugal. En esta continuidad la preeminencia lingstica del cas-tellano, partiendo del ngulo septentrional de Espaa, lanz una cua hacia el sur y, de esta manera, se separaron aparentemente el Oriente del Occidente. As se determin la posicin del cataln: es originariamente y en ltima instancia una lengua iberorromnica, pero su suerte fue ulteriormente decidida por la historia. Posteriormente, el territorio cataln est orientado en to-dos los aspectos hacia el territorio situado al norte de los Pirineos, o sea, la Galia. Se trata, pues de una lengua iberorromnica, que presenta ntimas correspondencias con las lenguas romnicas de ambos lados del Pirineo; se trata de una lengua hispnica pirenaica. Este viene a ser el punto de vista de Tagliavini, Baldinger y Bada Margarit. Sealan que el cataln es una lengua iberorromnica, pero como lengua puente entre el dominio galorromnico y el ibero-rromnico; se ponen en claro sus estrechas concordancias con las dems lenguas romances de ambos lados del Pirineo, con el aragons y con otros dialectos y lenguas iberorromnicas por una parte, y con el gascn y el provenzal, por otra.

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    1.3.2. Dialectos del cataln

    Existen dos grandes reas de dialectos, la oriental y la occidental, que se distribuyen en cuatro dialectos la primera, y dos la segunda.

    Dialectos orientales: 1. El central (ocupa la provincia de Barcelona, Gerona y parte Este de Tarragona). 2. El Balear (con los dialectos mallorqun, menorqun e ibicenco). 3. El Rosellons (el territorio de habla cataln en Francia y parte norte de la pro-

    vincia de Gerona). 4. Alguers (en Alguer-Cerdea).

    Dialectos occidentales: 1. El dialectal propiamente dicho (con los subdialectos andorrano, pallars, riba-

    gorzano y tortosiano). 2. Valenciano (comprende el central, castellonense y alicantino).

    Los rasgos diferenciales que separan a estos dialectos son:

    1. La evolucin de la e que permanece cerrada en cataln occidental mientras que en oriente se modifica.

    2. El tratamiento de las vocales tonas que permanecen sin confusin en Occidente a/e, mientras que el origen se confunde en la llamada vocal neutra e relajada. Ahora bien, ninguno de estos rasgos diferenciadores lo es mucho. El cataln medieval era una lengua bastante unitaria, unidad que volvemos a encontrar en el cataln literario moderno, pues slo hay una lengua escrita, comn a todos los catalanohablantes.

    1.3.3. Breve bosquejo histrico

    Orgenes, primeros escritos en cataln y Edad Media

    Resulta difcil de establecer sus orgenes, dado que el paso del latn a las lenguas ro-

    mances fue lento y progresivo, siempre enmascarado en textos latinos. Hacia el siglo X los co-pistas latinos dejan aparecer alguna palabra en lengua vulgar y un siglo despus tenemos do-cumentados pasajes enteros en cataln.

    De la segunda mitad del siglo XII son las traducciones del Forum Judicum y la Homilies d'Organya, coleccin de homilas, que se consideran como los textos ms antiguos en lengua

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    castellana. Esta ltima obra representa el tipo medio del cataln preliterario de la alta edad me-dia.

    En el siglo XII el primitivo artculo es (

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    Escritores como Rubi i Ors defienden el cataln como nico instrumento de expresin literaria, que se ampliar a otros escritores catalanes, valencianos e insulares, tambin pre-sentes en los juegos florales en favor de la lengua y la cultura catalana de 1859.

    Tras la obra de Mari Aguil, en torno a la polmica cataln-popular y cataln-culto, aparece la ingente obra de Jacinto Verdaguer, quien resuelve la fuerte polmica surgida entre los defensores del cataln popular hablado y los partidarios de la tradicin escrita.

    El cataln en el siglo XX

    Para el estudio y la defensa del idioma se crea el Institut d'Estudis Catalans siendo su mximo exponente Prat de la Riba. Ingente es el trabajo de Pompeu Fabra y Mil i Fontanals.

    La dictadura del general Primo de Rivera es un parntesis similar a la que representa el rgimen de Franco sobre la lengua y la cultura catalana.

    La segunda repblica aprueba el Estatuto de Autonoma que consideraba al cataln y al castellano lenguas cooficiales. Concedidas ciertas prerrogativas en materia escolar y univer-sitaria.

    Tras la guerra civil que deroga el Estatuto, se prohbe cualquier manifestacin pblica, tanto administrativa como literaria. No obstante, en la prctica, el cataln familiar y de calle per-vive y a partir de 1950 comienzan a publicarse libros en cataln.

    Con la llegada de la Democracia a Espaa y el Estatuto de Autonoma a Catalua la normalizacin lingstica del cataln entra en las instituciones, en los textos legales (el cataln es la lengua oficial de Catalua junto con el castellano, lengua oficial del Estado) y los medios de comunicacin difunden el cataln a travs de radio, prensa y televisin hecha por y para catalanohablantes, a veces con discriminacin para los hispanohablantes que residen en esa parte de Espaa llamada Catalua.

    1.4. LA LENGUA GALLEGA

    1.4.1. Orgenes, romanizacin e influencia rabe

    El gallego, lengua del dominio iberorromnico, es el resultado de la evolucin del latn vulgar en el noroeste de la Pennsula Ibrica. Un latn vulgar tardamente aprendido y pronun-ciado de forma peculiar por sus hablantes.

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    La romanizacin de Gallaecia sucede en tiempos del Emperador Augusto (19 a.C.) y se constituye en provincia romana en tiempo de Caracalla. Antes de la romanizacin ligures y celtas se asientan en esa zona por lo que sus lenguas actuaron como substrato del latn vulgar, tras un perodo de bilingismo.

    El latn que se impone en Galicia es el que llevaron los soldados de la Btica, ms con-servador que el hablado en el resto de la Pennsula, de ah el carcter conservador del gallego-portugus en sus orgenes y en su evolucin posterior, as como la abundancia de trminos clticos: lousa (losa), veiga (vega), amieiro (lamo), berro (grito), etc.

    La influencia de los sucesos y de los rabes es escasa, dada la autonoma del noroeste peninsular, que abarcaba Galicia, norte de Portugal y Oeste de Asturias y Len. Los arabismos que entran y perduran en el gallego se deben ms a la influencia que a travs del castellano tuvo el mozrabe.

    1.4.2. El gallego-portugus y la reconquista

    El gallego-portugus moderno surge del romance medieval romnico hablado al norte y sur del ro Mio, tierras que fueron conquistadas por los reyes asturianos y posteriormente por las coronas de Len y Castilla. Alfonso VI en 1147 convierte a Galicia en condado y se lo en-trega a su hija Umeca (hasta la frontera del ro Mio). Las tierras entre el Mio y Tajo se la en-trega a su otra hija Teresa. En este reparto buscan los portugueses su independencia poltica y lingstica: gallego al norte del Mio, portugus al sur de este ro.

    Estas comunidades lingsticas comienzan a diferenciarse a partir del siglo XV como consecuencia de sus distintos destinos histricos, pero desde el siglo XIII existen documentos pblicos y textos literarios, al norte y al sur del Mio, que prueban la existencia de una lengua comn: el gallego-portugus con los siguientes rasgos comunes:

    1. Prdida de la -l- intervoclica y de la l- inicial en el artculo (o, a, os, as) y en el pro-nombre encltico. 2. Prdida de la -n- intervoclica con nasalizacin de la vocal precedente y alargamien-to de la misma. 3. Palatalizacin de las consonantes iniciales pl-, cl-, fl- en /c/ grafa ch. 4. Uso de desinencias personales en los infinitivos.

    Estos cuatro rasgos son comunes al gallego-portugus hasta el siglo XV y aparecen

    documentados en las Cantigas de Alfonso X y otros documentos pblicos. Rasgos atribuidos al sustrato prerromano y a su aislamiento marginal.

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    La lengua escrita se mantiene bastante unificada y los trovadores la difundirn por las Cortes de Castilla y de Len, introduciendo en el gallego-portugus galicismos y provenzalis-mos que ms tarde desaparecen.

    1.4.3. Diversificacin de lenguas. La decadencia

    La diferenciacin del gallego y del portugus comienza a notarse en la prosa de princi-pios del siglo XV y, posteriormente, con la decadencia de la lrica trovadoresca que serva de unificadora en la lengua literaria. Estos son algunos de los rasgos que los diferencian:

    1. Siete vocales del gallego, frente a nueve del portugus. 2. El gallego no diferenciaba b/v, frente al portugus que mantiene ambos fonemas. 3. Mantiene el gallego la palatal fricativa sorda s, perdida en el portugus. 4. La dentoalveolar // es prstamo del castellano al gallego, frente al portugus que coloca en su lugar la alveolar /s/. 5. Las grafas tambin son diferentes. Para representar las palatales los gallegos adop-tan las letras castellanas y ll; los portugueses usarn las grafas provenzales nh y lh, respectivamente.

    A partir de la unificacin de los reinos de Espaa, los Reyes Catlicos prohiben el uso

    del gallego en documentos oficiales por lo que su uso queda relegado al habla familiar y de aldea. La influencia que ejerce el castellano como lengua de superestrato inicia el bilingismo y, consecuentemente su decadencia en el Siglo XVI que perdurar hasta el Siglo XIX. La pasi-vidad del gallegohablante frente a la oleada de castellanismos que se introducen en el idioma, la falta de conciencia de su propia lengua, reduce su uso y empleo a mbitos muy reducidos, con ausencia de escritores y literatos.

    1.4.4. Rexurdimento y fragmentacin dialectal

    Con el movimiento romntico el gallego despierta de su letargo de tres siglos y comien-za su uso en el mbito cultural. A este afn por dignificar el idioma y su cultivo en el mbito lite-rario contribuyen escritores que interpretan el sentimiento nacionalista de su pueblo: Eduardo Pondal, Curros Enrquez, Rosala de Castro y Lamas Carbajal. La celebracin de los Juegos Florales en 1861 afianza el cultivo del gallego como lengua literaria. No obstante, a diferencia de Catalua, resulta lento el despertar cultural de una regin econmicamente pobre, de clase social humilde y poco letrada (marineros y campesinos). El pueblo es el depositario de una len-gua que considera arcaica o variante dialectal de la lengua culta: el castellano. Pocos son los que tienen conciencia de pueblo y de idiomas, de ah que escritores y ensayistas traten de ex-altar en este siglo el sentimiento nacionalista.

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    1.4.5. Fechas claves en el desarrollo cultural gallego

    1843 Asamblea de Lugo. Debate el problema de la Independencia. Revuelta ahogada en sangre.

    1861 Juegos Florales en la Corua, paralelos a los de Catalua, dos aos antes. 1885 Fundacin de la Biblioteca gallega que publica las obras de escritores del

    Siglo XIX. 1906 Real Academia Gallega, preocupada por los problemas del lenguaje en ge-

    neral (fontica, lxico y grafas). 1916 Irmandades da fala. Teora del atlantismo, sandismo y enxebre (puro), es

    decir, lo autctono y lo popular. 1933 Proclamacin de la Segunda Repblica. 1965 Polmica entre aislacionistas y reintegracionistas. 1978 Proclamacin de la Constitucin Espaola que reconoce el gallego como

    Lengua Nacional. 1980 Estatuto de autonoma de Galicia que reconoce la lengua gallega como co-

    oficial con la castellana o lengua espaola.

    Uno de los mayores obstculos para el desarrollo del gallego actual es la polmica de enfrentamiento entre los aislacionistas, defensores de mantener un gallego independiente de las otras lenguas colindantes y los reintegracionistas que desean regresar a la normativa de la lengua portuguesa. No existe unificacin de las hablas (fragmentacin dialectal) ni normativa en la escritura (varias grafas), pese a lo cual la literatura gallega ha seguido ofreciendo autores de gran valor literario (Castelao), historiadores (Martnez Padn, Jos Varea), gramticos (Francisco Rodrguez, Juan Cuveiro y Juan Antonio Saco).

    1.5. LA LENGUA VASCA

    Cuando las legiones de Escipin el Africano penetraron en la Pennsula por su extremo nordeste, para terminar incorporando a los hispanos a los dominios de Roma, se encontraron con que la tierra estaba ocupada por ciertos pueblos, algunos de los cuales eran inmigrantes, como los propios invasores.

    Los griegos haban establecido puestos comerciales en las costas del Este; ms al sur se saba del florecimiento de factoras fenicias; los cartagineses haban conseguido el dominio sobre toda la parte meridional y central de la Pennsula, y se hallaban en contacto con las tri-bus celtberas, poderosas cuando actuaban unidas. Estas tribus, por el primer componente de su nombre, testimonian la presencia de los celtas, mencionados por Herdoto ya en el Siglo V a. de C. En cuanto al segundo componente, iberos, posee un valor menos definido: significa,

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    cuando menos, persona que habita cerca de la desembocadura del Iberus, o Ebro, y, cuando ms, los habitantes de la Pennsula Ibrica. Una extensin intermedia del significado designa-ra a un grupo tnico ibero rodeado por otros grupos an menos definidamente conocidos por la ciencia histrica, y quiz no iberos: tartesios, lusitanos, galecios, vacceos. Uno de estos segundos grupos ha perdurado hasta nuestros das en su primitivo emplazamiento, y hablando la lengua originaria: el de los vascos.

    Son los vascones de la poca clsica, que dieron su nombre a Vizcaya, a las dems provincias vascas y a Gascua. Hoy este mbito se ha reducido, y su lengua ha sufrido, o se ha beneficiado, del contacto con las lenguas latinas vecinas; pero contina siendo, fundamen-talmente, un resto de la Antigedad preclsica.

    El vasco comenz a ser bien conocido a partir de la publicacin de los poemas de De-chepare, en 1545, y del Nuevo Testamento en vasco de Leizarraga, en 1571. Adems dispo-nemos de las anotaciones medievales de Arnold von Harff, en el siglo XV; de la Gua de Pere-grinos a Compostela del siglo XIII, y de las Glosas Emilianenses, del siglo X, que muestran que la lengua vasca de entonces era sustancialmente como ahora. Pero el vasco anterior al siglo X de nuestra era no puede ser sino objeto de conjeturas.

    2. LAS LENGUAS Y DIALECTOS DE LA ESPAA ACTUAL

    2.1. DIALECTOS DEL CASTELLANO

    2.1.1. El andaluz

    De todas las hablas peninsulares el andaluz es el nico dialecto de orgenes no primiti-vamente romnicos. Es el castellano llevado a Andaluca por colonizadores y repobladores desde el Siglo XIII hasta principios del Siglo XVI. Las peculiaridades del dialecto andaluz po-seen una gran vitalidad y hay quienes las consideran como una avanzadilla o estandarte de la lengua castellana.

    Geogrficamente coincide con el territorio autonmico andaluz, formado por ocho pro-vincias.

    Rasgos ms caractersticos del dialecto andaluz

    Sistema fonolgico de vocales abiertas y cerradas a fin de distinguir la pluralidad me-diante la abertura de vocales finales, motivado por la aspiracin de la s final. Tambin se aspira o desaparece la s implosiva: avihpa>avippa>avipa.

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    Seseo y ceceo. Realiza la // como /s/ en norma social culta y /s/ como // en zonas rurales interiores y en pueblos costeros. El seseo es frecuente en clase social alta y el ceceo se da en personas no instruidas. Alternancia de -r, -l final de slaba y de palabra: sordao (soldado), cuelpo (cuerpo). Yesmo. No es un fenmeno exclusivo de este dialecto, aunque en Andaluca la con-fusin de ll e y fue muy temprana, con predominio del segundo: yano, yuvia. Fuerte tendencia a perder la -d- intervoclica: Gran, mo (modo), na (nada). Se mantiene el fonema aspirado h: hijo ('ixo): as como la j espaola (di'o). La ch castellana se pronuncia como palatal fricativa //: /muao/ (muchacho). Uso de ustedes por vosotros: ustedes hacen, ustedes hacis. Abundancia de arcaismos (nanque), y mozarabismos (alcachofa). El tiempo presente sustituye al futuro. Poco uso del subjuntivo. Uso del infinitivo con de: vi de llorar. Se conserva la b del imperfecto: leba, traba.

    2.1.2. El canario

    Extendido al archipilago canario por hablantes andaluces en la repoblacin de las Is-

    las entre 1478 y 1483, poca de los Reyes Catlicos.

    El fondo patrimonial lingstico de estas Islas participa de los rasgos de las hablas me-ridionales junto con americanismos y lusismos trados por viajeros y conquistadores.

    No debe olvidarse que el Archipilago era ruta obligada de expediciones a Amrica.

    Aspiracin de la f- inicial latina, de la j espaola intervoclica y de la s implosiva: muh-lo. Seseo y yesmo mediopalatal, distinto del castellano. Rasgos fonticos populares: paire, maire, lairn (ladrn). Aspiracin de la r ante nasal: etehno, sahna. Desaparicin del pronombre personal vosotros, sustituido por ustedes. Alternancia de los-nos enclticos: vmolos (vmonos). Haber por tener: que hayan suerte! Ser por haber: soy nacido. Guanchismos lxicos tales como gofio, chenique (piedra), etc.

    El guanche es un sustrato que procede de la Isla de la Gomera y se ha especulado

    como una lengua autctona anterior a la Reconquista de las Islas por Castilla. Lengua aborigen hablada a modo de silbidos entre cabreros de montaa a montaa. Se dijo que estaba doble-mente articulada, pero estudios posteriores han demostrado que era hacer llegar por silbidos el

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    castellano de los siglos XV y XVI entre los habitantes de una Isla orogrficamente muy acciden-tada.

    2.2. HABLAS DE TRNSITO

    Existen en la Pennsula unas cuantas hablas laterales, llamadas de trnsito, que no pueden considerarse como dialectos ya que participan de los rasgos de los dialectos o lenguas que les circundan. Algunos de ellos poseen gran nmero de vulgarismos del castellano vulgar y rural.

    2.2.1. El extremeo

    Habla de trnsito entre el dialecto leons y el andaluz. Se extiende a la Comunidad au-tnoma de Extremadura. Cceres posee caractersticas del leons y Badajoz del andaluz.

    Cierre de las vocales finales -o, -e en -u, -i. Yesmo, seseo y ceceo. Confusin de r-l implosivas: sordao. Aspiracin de la h- inicial y de la j castellana. Uso del artculo con posesivos: el tu padre. Generalizacin del sufijo -ino: miino. Perfectos como dijon, trajon, tuvon. Lxico leons y salmantino: escupidera (orinal), cerillas (fsforos).

    Hoy el influjo del castellano de Madrid, llevado por los emigrantes que regresan a Ex-

    tremadura, es muy grande.

    2.2.2. El riojano

    Habla de trnsito entre Navarra, Aragn y Castilla del Norte. Zona fuertemente caste-llanizada en la que destacamos estos rasgos:

    Diptongacin de la yod: luejo, huey. Conservacin de los grupos pl- tl- cl-: plegar, flama. Cierre de las finales tonas: li, pudi, prau. Conservacin de -mb-: lamber. Prdida de -d- y -g- intervoclica: talea, soa. Abunda el sufijo -azo: peazo.

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    2.2.3. El murciano

    Sobre esta habla de trnsito operan corrientes histricas tan diversas como el castella-no, cataln, aragons y andaluz. El cataln a travs del valenciano. La suma de estas cuatro fuerzas da como resultado un habla puente y distinta del llamado panocho.

    Ausencia de diptongacin en ciertos vocablos por influjo del mozrabe: novo, novazo. Conserva las sordas latinas intervoclicas: cocote, acachar. Yesmo, seseo y ceceo. Aspiracin de la -s final y abertura de las vocales para diferenciar los plurales. Conservacin de las iniciales pl- fl- cl-: flamarada. Palatalizacin de l- inicial como en cataln: llengua.

    El panocho es el habla de la huerta murciana. La ch murciana es tensa, muy africada,

    tpica de este argot rural.

    2.3. DIALECTOS ROMNICOS

    2.3.1. El leons

    El leons, tambin denominado astur-leons, se habla en la parte oriental de Galicia, Asturias, oeste de Len, Zamora y Cantabria, parte de Salamanca y provincia de Cceres.

    Carece de textos literarios por la castellanizacin de su literatura desde finales de la Edad Media. El habla leonesa queda limitada a zonas rurales, ambientes familiares, institucio-nes de baja cultura.

    Menndez Pidal distingue tres zonas:

    El leons Occidental, de clara influencia gallega, mantiene los diptongos decrecientes ei, ou.

    El leons Oriental, pierde la f- inicial latina por influencia del castellano.

    La zona Central se mantiene ms pura al leons primitivo. Ahora bien, los rasgos au-tctonos perduran en zonas rurales y tienden a la extincin, salvo en Asturias, donde el dialecto llamado bable goza de gran vitalidad, aunque muy fragmentado en tres tipos de hablas. Grupos intelectuales y estudiosos tratan de recuperar esta habla, cuya pro-nunciacin cambia de una parroquia a otra.

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    La frontera con el gallego y el portugus es muy imprecisa. Hablan gallego varios pue-blos del suroeste de Len y de Zamora; y portugus, aldeas de Zamora, Salamanca y Cceres.

    Rasgos ms caractersticos del dialecto leons

    Diptongacin de e y o breves latinas ante yod: viengo. Conservacin de f- inicial latina: farina. Palatalizacin de l- inicial: luz. No redujo los diptongos ie, ei, ou: castiello, queiso, cousa. Cierra la vocal final -o en -u y la -e en -i: suelu, montis. Los grupos latinos iniciales pl-, cl-, fl- evolucionan en ch: chave. El grupo mb se conserva: palomba. Vacilacin de gnero en los sustantivos y adjetivos: deda, dedo; dos, duas. El artculo, adems de las formas comunes al castellano tiene lo, procedente del illum latino. El posesivo admite artculo antepuesto: el mieu cabritu. Uso de los tiempos simples con el valor de los tiempos compuestos. El presente de ser es so, el pretrito yeras y el futuro fo, fumos. La forma verbal de futuro se usa muy poco: no facer por far.

    2.3.2. El aragons

    Este dialecto presenta al oriente de la Pennsula cierto paralelismo con el dialecto leo-

    ns.

    Su territorio medieval ha quedado muy disminuido en la actualidad ya que prcticamen-te se conserva en los valles de Ans, Hecho, Biescas, Sobrarbe y Ribagorza. las hablas me-dievales aragonesas conviven con el castellano y con un habla vulgar denominada baturro que ms bien es un argot del castellano.

    Peculiaridades del habla baturra

    Aversin a las palabras esdrjulas: (medco). Abundancia del sufijo -ico: pequeico, abuelico. Abuso de mettesis y confusin de temas verbales: pedricar, dijiendo. Lxico autctono: mao, acarrazarse (abrazarse), etc.

    Rasgos ms caractersticos del dialecto aragons

    Como podr observarse, algunos de ellos son coincidentes con el dialecto leons.

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    Diptongacin de las vocales e y o breves latinas ante yod: fuella (hoja). Conservacin de la f- inicial latina: faba. g- y j- inicial ante e, i palatalizan: chen (gente), chove (joven). Conservacin de consonantes intervoclicas latinas -p-, -t-, -k-: napo, lacuna. Se mantienen los grupos de consonantes pl-, kl-, fl-: flama. Pronombres personales sujeto llevan preposiciones: con yo. Uso de hombre con valor de indefinido. Cosa por nada. Uso del demostrativo latino illum como lo y o artculo, que igualmente se da unido a la preposicin: do (del), no (en el). Abundantes variedades en las formas verbales por la accin analgica. El gerundio se forma con el tema de perfecto: supiendo, quisiendo. El presente de ser es so, yes, yas, yemos... El imperfecto conserva la b: rompeba, deciba. Haber y tener tienen el mismo valor: he hambre; ser sustituye a estar: soy d'ayunas.

    2.4. EL CATALN

    El cataln es una lengua puente entre el galorromnico y el iberorromnico. Se ha ido

    consolidando a lo largo del antiguo principado de Catalua y su expansin actual abarca varias comunidades autnomas espaolas (Catalua, Baleares, gran parte de Valencia) Andorra la Vella, el departamento francs del antiguo Roselln y la ciudad de Alguer en Cerdea. Cuenta con ms de siete millones de hablantes.

    Bada Margarit divide la lengua catalana en dos grandes zonas dialectales.

    2.4.1. El cataln oriental

    Abarca Barcelona, Gerona, Pirineos Orientales franceses (antiguo Roselln), este de Lrida, norte de Tarragona, los dialectos de las Baleares (mallorqun, manacorn, menorqun e ibicenco) y el de la ciudad de Alguer en Cerdea. Los dialectos orientales reciben estos nom-bres: cataln central, rosellons, balear y alguers.

    2.4.2. El cataln occidental

    Abarca la mayor parte de Lrida, Andorra, oeste y sur de Tarragona, norte de Castelln y una franja estrecha fronteriza con Aragn. Con el nombre de valenciano tenemos al castello-nense, centro y sur de Castelln, el valenciano aptxat, hablado en la capital y zona central del pas valenciano; y el alicantino o valenciano meridional.

  • LENGUA Y LITERATURA CEDE 7.41

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    En esquema tendramos:

    Cataln central Rosellons Oriental Balear Alguers CATALN Leridano Occidental Andorrano Castellonense Valenciano Valenciano Aptxat Alicantino

    Particularidades lingsticas

    Sistema fonolgico voclico con siete vocales y cuatro grados de abertura: /u/, /o/, /o/, /a/, /e/, /e/, /i/.

    Mantiene las vocales tnicas breves latinas e, o: Pedra, mort.

    Sistema fonolgico consonntico de 23 consonantes frente a las 19 del castellano dndose correlaciones de sonoridad/sordez en:

    1. Oclusivas: p/b (labiales) t/d (dentales) k/g (velares), pero b, d, g se realizan la

    mayora de las veces fricativas en posicin intervoclica. 2. Africadas: ts/tz (alveolares) tx/tj (palatales). 3. Sibilantes fricativas: s/z (alveolares) x/j (palatales). 4. La correlacin f/v es hoy dialectal. 5. Nasales se hallan las oposiciones de localizacin m (labial)/n (alveolar)/ny (pa-

    latal). 6. Lquidas: l (alveolar)/ll (palatal). 7. Vibrantes: la oposicin no es de localizacin sino de modalidad articulatoria.

    Peculiaridades fonticas y morfolgicas

    Liaison: si una palabra termina en sibilante o chicheante sorda se convierte en sonora si le sigue una vocal: (els homes). Neutralizacin: las sibilantes y chicheantes sonoras en posicin interior, al resultar fi-nales absolutas se ensordecen: pez.

  • 7.42 CEDE LENGUA Y LITERATURA

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    Asimilacin: cuando la consonante final de una palabra est en contacto con inicial de la siguiente se asimila: cap gros. El femenino se forma con -a (noi-noia), pero hay excepciones (germ-germana). El plural se forma con -s, pero si termina en -a lo hace en -es (casa-cases); si termina en tnica lo hace en -ns (pa-pans). Uso del artculo ante posesivo y nombres propios: el meu home, el Jaume. Refuerzo de la negacin con adverbios; pa, mica, gota, res, etc. En las conjugaciones encontramos tres: la primera en -ar conserva mucha vitalidad; la segunda en -er, r-, re, -r y la tercera en -ir. Formacin del perfecto simple con formas auxiliares del verbo anar seguidas del infi-nitivo: vaig cantar (cant). El lxico refleja influencias del castellano, del provenzal y del francs.

    Con el rgimen de Franco la lengua catalana, al igual que el gallego y el vasco, queda

    reducida al mbito familiar, hasta la dcada de los setenta, cuando surgir con ms fuerza, apoyada por escritores autctonos, estudiosos de su lenguaje y literatura.

    La Constitucin y el Estatuto de Autonoma la consagran como lengua oficial en su te-rritorio y la Generalitat comienza a establecer un plan de normalizacin lingstica a fin de inte-grar las diferentes hablas dialectales con el uso de los grandes escritores modernos, desde Verdaguer hasta los eminentes fillogos Fabra y Bada Margarit en el momento actual.

    Se han levantado voces denunciando la fuerte presin que en los medios administrati-vos, educativos y de comunicacin ejerce la lengua catalana frente a la minora hablante espa-ola, pese a ser ambas lenguas cooficiales en las autonomas de Catalua, Valencia y Balea-res.

    2.4.3. Valenciano y balear

    Valenciano y balear son el resultado de la implantacin del cataln en sus territorios geogrficos respectivos.

    El valenciano es habla dialectal del cataln, a pesar de que algunos polticos pseudo-lingistas quieran elevarlo a categora de lengua, dada la importancia econmica-administrativa del Pas valenciano, sus rasgos caractersticos son, entre otros:

    Mayor abertura de las vocales e y o. Distincin entre a y e inacentuadas que se confunden en cataln. La -a final no se neutraliza, mantiene su timbre.

  • LENGUA Y LITERATURA CEDE 7.43

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    Diferencia entre v/b en zonas rurales. Ensordece las sibilantes sonoras s, z, j, tj. Abundancia de lxico castellano, rabe y mozrabe.

    2.5. EL GALLEGO

    Es una lengua de origen romnico, resultado de un latn vulgar, tardamente aprendido

    y pronunciado de manera peculiar. Por razones lingsticas e histricas se separ muy pronto de la lengua portuguesa, convirtindose en idioma familiar, conservador y de escaso uso litera-rio.

    La lengua gallega se habla en las cuatro provincias gallegas, en Asturias hasta Navia, en Len hasta cerca de Ponferrada (El Bierzo), en Zamora hasta Padornelo. Hablan gallego unos tres millones, que es la poblacin aproximada de estos territorios, aunque en las ciudades hay sectores cuya prctica del gallego es escasa.

    Por otra parte hay medio milln de gallegos emigrados a otros pases que conservan su idioma natal. Han creado instituciones donde cultivan y fomentan el uso del gallego, una de las lenguas ms fieles al latn patrimonial hasta el punto de que se puede decir que los nicos elementos prerromanos, importantes, los celtismos, le llegaron incorporados del latn; lo mismo se puede decir de los helenismos y germanismos, si bien se rastrean voces nuevas que indivi-dualizan al gallego de las dems lenguas peninsulares.

    Sin embargo, la influencia castellana ha sido tan intensa que de los elementos poslati-nos, sl


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