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MICHALOPOULOS TEODORA
PUERTO ANA MARIA
REYES MARIANGEL
REYES JAVIER
RINCON CESAR
RIVERA MARIA DEL MAR
COMPARACIÓN DE LA PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL Y
ALGUNOS FACTORES DE RIESGO EN ADOLESCENTES DE DOS
UNIDADES EDUCATIVAS DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO
ESTADO LARA EN EL PERIODO ENERO-MAYO 2007
BARQUISIMETO, MAYO 2007
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TEODORA MICHALOPOULOS
ANA PUERTO
MARIANGEL REYES
JAVIER REYES
CESAR RINCON
MARIA RIVERA
COMPARACIÓN DE LA PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL Y
ALGUNOS FACTORES DE RIESGO EN ADOLESCENTES DE DOS
UNIDADES EDUCATIVAS DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO
ESTADO LARA EN EL PERIODO ENERO-MAYO 2007
BARQUISIMETO, MAYO 2007
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UNIVERSIDAD CENTROOCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
DECANATO DE MEDICINA
DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SOCIAL
COMPARACIÓN DE LA PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL Y
ALGUNOS FACTORES DE RIESGO EN ADOLESCENTES DE DOS
UNIDADES EDUCATIVAS DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO
ESTADO LARA EN EL PERIODO ENERO-MAYO 2007
AUTORES: MICHALOPOULOS TEODORA
PUERTO ANA MARIA
REYES MARIANGEL
REYES JAVIER
RINCON CESAR
RIVERA MARIA DEL MAR
TUTOR-ASESOR: DR. MORALES ADAUCIO
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COMPARACIÓN DE LA PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL Y
ALGUNOS FACTORES DE RIESGO EN ADOLESCENTES DE DOS
UNIDADES EDUCATIVAS DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO
ESTADO LARA EN EL PERIODO ENERO-MAYO 2007
____________________
ADAUCIO MORALES
TUTOR - ASESOR
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COMPARACIÓN DE LA PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL Y
ALGUNOS FACTORES DE RIESGO EN ADOLESCENTES DE DOS
UNIDADES EDUCATIVAS DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO
ESTADO LARA EN EL PERIODO ENERO-MAYO 2007
POR AUTORES: MICHALOPOULOS TEODORA
PUERTO ANA MARIA
REYES MARIANGEL
REYES JAVIER
RINCON CESAR
RIVERA MARIA DEL MAR
____________________ __________________
JURADO JURADO
____________________
ADAUCIO MORALES
TUTOR - ASESOR
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DEDICATORIA
A Dios por ser la luz que guía nuestros pasos. A nuestros padres por su apoyo y comprensión incondicional.
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AGRADECIMIENTOS
A nuestras familias porque a lo largo de la carrera han estado a nuestro lado,
apoyándonos y brindándonos palabras de aliento que nos han impulsado a llegar hasta
donde hoy nos encontramos. Así mismo queremos agradecerles por enseñarnos la
importancia de la constancia y responsabilidad, pues son estos los pilares fundamentales
en el camino hacia el éxito.
A nuestras compañeras estudiantes de enfermería, quienes prestaron su valiosa y
desinteresada colaboración en la realización de esta investigación.
A los directores, coordinadores y profesores de la U.E. colegio Las colinas y U.E.
Cerritos Blancos por su receptividad y colaboración para la realización del presente
trabajo.
A los estudiantes de las unidades educativas por brindarnos su ayuda, la cual
constituye la base de nuestro estudio.
A nuestro tutor y asesor, Dr. Adaucio Morales por guiarnos en la ejecución de este proyecto.
A todos sinceramente gracias.
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COMPARACIÓN DE LA PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL Y
ALGUNOS FACTORES DE RIESGO EN ADOLESCENTES DE DOS
UNIDADES EDUCATIVAS DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO
ESTADO LARA EN EL PERIODO ENERO-MAYO 2007
Autores: Michalopoulos Teodora, Puerto Ana Maria, Reyes Mariangel, Reyes Javier,
Rincón César y Rivera Maria Del Mar.
Tutor y Asesor: Dr. Adaucio Morales
RESUMEN
El objetivo del estudio fue comparar la prevalencia de obesidad central y algunos factores de riesgo en adolescentes de dos unidades educativas de Barquisimeto-Lara, Enero-Mayo 2007; se diseñó un estudio descriptivo transversal, seleccionándose la muestra por muestreo aleatorio compuesto, a partir de una población constituida por el 50% de las secciones de cada plantel. El tamaño de la muestra por unidad educativa se determinó con el programa C4 – Study Design Pack versión 1.1 @ Glaxo Wellcome, tomándose una prevalencia de obesidad central de 17%, con error del 4%, quedando calculada en 223 para U.E Cerritos Blancos y 143 para U.E Las Colinas. A través de un instrumento tipo encuesta, se obtuvo la prevalencia de obesidad central en adolescentes de 9,79% y 7,62% en las U.E Las Colinas y Cerritos Blancos, respectivamente. En U.E. Cerritos Blancos se observó mayor prevalencia de obesidad central en sexo femenino con 10,89%, en comparación con U.E. Las Colinas con prevalencia 10% en el sexo masculino. La mayor prevalencia de obesidad central se consiguió en el grupo de edad entre 14 y 16 años en ambas instituciones. Hubo mayor presencia de sedentarismo en los adolescentes con obesidad central en U.E Las Colinas, con 92,86%, mientras que en U.E Cerritos Blancos fue 70,59%. Ambos planteles se observó que los adolescentes con obesidad central presentaron similares proporciones en la presencia de hábitos dietéticos inadecuados, sin embargo en la U.E Las Colinas hubo mayor presencia de actividad física irregular con una diferencia porcentual de 8 puntos con respecto a lo observado en los adolescentes con obesidad central en la U.E. Cerritos Blancos. En la U.E. Cerritos Blancos, el mayor porcentaje de adolescentes con obesidad central pertenecen al nivel socioeconómico IV, mientras en la U.E. Las Colinas, los adolescentes con obesidad central se ubicaron en el estrato I. Estos resultados sugieren la necesidad de desarrollar políticas de promoción de salud y estimular la realización de trabajos enfocados en esta problemática de salud pública. Palabras clave: obesidad - central - adolescentes - factor - riesgo
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INDICE
PAGINA
AGRADECIMIENTO………..………………………………………………… ….vi
RESUMEN……………………………………………………………………… …vii
I. INTRODUCCIÓN…...…………………………..………………………. ...9
II. METODOLOGIA...................................................……..………………….39
III. RESULTADOS……………….……………...……….....……………….....43
IV. DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES..................50
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.....................................................................54
ANEXOS.....................................................................................................................62
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I. INTRODUCCIÓN
La obesidad en la población infantil, al igual que en la adulta, se ha configurado en
los últimos años como un importante problema de salud pública, por las dimensiones
adquiridas y por su tendencia creciente en la mayoría de los países desarrollados y
subdesarrollados. Es una enfermedad que actualmente preocupa a pediatras y profesionales
de la salud porque representa un factor de riesgo para un número creciente de
enfermedades crónicas en la etapa adulta.
Identificada como enfermedad por la OMS en 1997, 1 se trata de una patología de
creciente prevalencia en países desarrollados y en vías de desarrollo siendo su incremento
tal, que ha alcanzado proporciones epidémicas en dichas sociedades afectando a todos los
grupos de edad. El riesgo aumenta con la edad, sobre todo en mujeres y en grupos sociales
con menor nivel cultural y socioeconómico.2
La prevalencia de obesidad en la población adulta española (25-60 años) es 14,5%
mientras que el sobrepeso asciende al 38,5%. Al sumar ambos porcentajes se puede
evidenciar que uno de cada dos adultos tiene un peso superior a lo recomendable. La
obesidad es más frecuente en mujeres (15,7%) que en varones (13,4%). También se ha
observado que la prevalencia de obesidad crece conforme aumenta la edad de las personas,
alcanzando cifras del 21,6% y 33,9% en varones y mujeres de más de 55 años,
respectivamente. 3
El porcentaje de niños y adolescentes que se han definido como obesos se ha más
que duplicado desde los años setenta. Aproximadamente el 15,3 % de los niños en edades
comprendidas entre 6 y 11 años y el 15,5 % de adolescentes en edades comprendidas entre
12 y 19 años eran obesos para el año 2000. 4
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La obesidad infantil tiene especial trascendencia porque muchos niños obesos
seguirán siéndolo al convertirse en adultos, a menos que adopten y mantengan unos
patrones más saludables al comer y al hacer ejercicio, motivo por el cual se hace necesaria
su identificación y el tratamiento durante la etapa de la infancia y adolescencia. Los
adolescentes con sobrepeso tienen un 70% de probabilidades de llegar a ser adultos con
sobrepeso u obesos. La obesidad que se inicia en la etapa infantil se asocia a una mayor
morbimortalidad que aquella obesidad que se inicia en la edad adulta. 3
La obesidad desde el punto de vista teórico se define como el aumento de la grasa
corporal 1 en más del 20% del peso ideal, 5 es una enfermedad crónica no transmisible que
se caracteriza por el exceso de tejido adiposo en el organismo, generada cuando el ingreso
energético (alimentario) es superior al gasto energético (actividad física) durante un período
lo suficientemente largo. Este incremento excesivo del peso corporal se debe
fundamentalmente al aumento del tejido adiposo y en menor medida del tejido muscular y
masa esquelética.6
Para definir y clasificar la obesidad se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC) el
cual se calcula dividiendo el peso corporal (medido en kilogramos) entre la talla elevada al
cuadrado. 2
El IMC es el indicador antropométrico más utilizado para realizar el diagnóstico de
obesidad, ya que se correlaciona con el porcentaje de grasa corporal, tanto en los niños
como en los adultos. 1 En 1997, el Internacional Obesity Task Force convocado por la
Organización Mundial de la Salud, recomendó una clasificación estándar del sobrepeso y
de la obesidad del adulto basados en los cálculos siguientes de IMC: un IMC de 25.0 a 29.9
kilogramos por m2 se define como sobrepeso; un IMC de 30.0 kilogramos por m2 o más se
define como obesidad.7 Sin embrago, el IMC no permite discriminar la distribución de la
grasa corporal.1
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11
La valoración de la obesidad es más difícil en niños y adolescentes que en los
adultos debido a los cambios que se producen durante el crecimiento en el acúmulo de
grasa y en las relaciones de los diferentes parámetros antropométricos, indicando
variaciones en el IMC según la edad. Por esta razón no se debe utilizar un valor absoluto
para expresar los límites de la normalidad o el grado de obesidad si no que estos deben
relacionarse con los valores de referencia para su edad, sexo y talla.8
Debido a que el IMC de los niños varía con la edad, el indicador diagnóstico de
obesidad más utilizado es la asociación entre la edad, el sexo, el peso y la altura. Este
método tradicional define como obesidad al peso para la talla por encima del percentil 95
de las tablas de crecimiento, establecidas internacionalmente por el Centro Nacional de
Estadísticas de la Salud y localmente por Fundacredesa.5
En 1947, el médico francés Jean Vague menciona, por primera vez, la posibilidad de
que los riesgos de salud, atribuibles a la obesidad, pudieran estar en relación con los
depósitos regionales de grasa corporal, sobre todo, en relación a la que se dispone en la
parte superior del tronco. El autor caracteriza adecuadamente la obesidad central,
estableciendo las diferencias sustanciales con el fenotipo ginecoide y establece que la
distribución superior de la grasa puede estar en relación causal con problemas metabólicos
y cardiovasculares.9 Pero poca atención fue prestada a los resultados de Vague, y el peso y
el IMC continuaron siendo las medidas de opción hasta los años 80, cuando los
investigadores europeos comenzaron a investigar la relación entre la distribución central de
la grasa corporal y las enfermedades resultantes. 10
Desde ese entonces la obesidad central, un estado de excesiva acumulación de grasa
subcutánea y visceral abdominal, ha surgido como un importante predictor de las
complicaciones metabólicas y efectos adversos para la salud, independientemente del IMC.
11 La obesidad central ha sido asociado al síndrome metabólico, diabetes mellitus tipo 2, y
enfermedades cardiovasculares en sujetos de ambos sexos e incrementa el riesgo
12
12
cardiovascular y metabólico en niños y adolescentes. Además, la obesidad abdominal es un
componente crítico que ha sido usado para definir el síndrome metabólico en los
adolescentes.1, 11
La asociación de la obesidad central y los múltiples factores de riesgo
cardiovascular ocurre a través de la actividad metabólica de la grasa intraabdominal, la
cual da lugar a la secreción alterada de sustancias biológicamente activas derivadas de los
adipocitos, incluyendo los ácidos grasos libres, adiponectina, interleukina-6, factor de
necrosis tumoral α, que drenan directamente al hígado a través del sistema portal,
dificultando el metabolismo intrahepático de la Insulina, disminuyendo su aclaramiento
hepático y potenciando la hiperinsulinemia y la resistencia a la insulina y los factores de
riesgo cardiometabólicos asociados.10
Inicialmente, la medida de mayor uso para determinar y diagnosticar la obesidad
central era el cociente de la cintura-cadera, mediante el cual se define clínicamente la
obesidad central con un cociente superior a 1 en el hombre y a 0,9 en la mujer.12 Sin
embargo, en los años 90 fue reconocido que éste puede ser menos valioso como medida
relativa después de la pérdida del peso, debido a la pérdida de cadera, así como de la
cintura. En tal sentido, la circunferencia abdominal ha sido considerada desde entonces
como el mejor indicador de cambios en la grasa intraabdominal durante la pérdida de
peso.
10
Estudios recientes indican que la circunferencia abdominal por si sola es una
medida suficiente, con alto valor predictivo y con menos potencial de error, siendo de fácil
interpretación y en relación directa con la grasa intraabdominal.1,11,12 Este método se basa
en la determinación del perímetro o circunferencia de la cintura, medido en mínima
inspiración con el paciente en bipedestación en el punto medio entre el margen costal
inferior y la espina iliaca anterosuperior, técnica descrita en 1998 por Callaway o en
mínima espiración a 0,1 cm. por encima del punto mas alto de las crestas iliacas1, 11
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13
Recientemente, los expertos del panel para la identificación, evaluación y
tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos del Instituto Nacional del Corazón,
Pulmón y Sangre de Estados Unidos (NHLBI/NIH) propusieron el punto de corte para la
circunferencia abdominal de 102 cm. o más y 88 cm. o más para hombres y mujeres,
respectivamente. Tomándose estos valores como estándares para la definición de obesidad
central o abdominal en el adulto. El panel del NHLBI/NIH hicieron las recomendaciones
basadas en una revisión de la literatura científica publicada en MEDLINE desde 1980 hasta
1997 de tópicos identificados como claves para los modelos de evidencia de obesidad.13
Debido a que la distribución normal de la grasa en los niños varía con la edad y el
sexo, la circunferencia abdominal se debe comparar utilizando estos parámetros 1. Ante esta
premisa el National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III) estudió una
población de aproximadamente 33.994 personas desde 1988 hasta 1994, este estudio fue
diseñado para obtener los valores de salud y estatus nutricional de la población de Estados
Unidos a través de exámenes físicos directos.14 Según los resultados del NHANES III el
valor del percentil 90 de circunferencia abdominal por edad y sexo fue usado como punto
de corte para identificar los sujetos con obesidad central en cada uno de los períodos del
estudio, y así mismo definir la obesidad central en niños y adolescentes como una
circunferencia abdominal ubicada por encima del percentil 90.11
Sin embargo, la grasa visceral (tejido fino adiposo del cuerpo localizado dentro de la
cavidad abdominal alrededor de los órganos viscerales) puede ser determinada exactamente
por técnicas de imágenes, como la tomografía axial computarizada o resonancias
magnéticas, no obstante, este método para identificar las personas con obesidad abdominal
en estudios epidemiológicos grandes, o ensayos clínicos puede no ser factible, porque son
laboriosos y costosos.11,13 La circunferencia abdominal es una manera simple y todavía
efectiva de medir la obesidad abdominal en adultos y niños y puede ser un mejor predictor
de los riesgos de enfermedad cardiovascular que el índice de masa corporal en adultos y
niños. 11
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En los EE.UU. se ha observado un incremento de la obesidad abdominal, medida
por el perímetro de cintura, que en los hombres ha pasado del 12,7 % en el lapso 1960-1965
a 29% entre 1988 y 1994 y de este último porcentaje a 38,3% en el periodo comprendido
entre 1999 y 2000. En mujeres los valores para los mismos períodos fueron del 19,4%, el
38,8% y el 59,9%. Esta tendencia al aumento del perímetro de la cintura se observó en
sujetos con peso normal, con sobrepeso y con obesidad según el IMC.12
Incluso en países no desarrollados como la India, la prevalencia de cintura
patológica (> 102 cm y > 88 cm en hombres y mujeres, respectivamente) fue 34,5% en
hombres y 55,6% en mujeres. 12
La prevalencia de obesidad central en niños y adolescentes de edades comprendidas
entre 2 y 19 años fue estudiado en el NHANES durante los periodos: 1988-1994, 1999-
2000, 2001-2002 y 2003-2004. Usando el valor del percentil 90 de la circunferencia de la
cintura para edad y género, la prevalencia de obesidad central se incrementó desde 10,5 % a
17,4 % para el sexo masculino y desde 10,5% a 17,8% para el sexo femenino, con una
prevalencia global de 17 %. 11
La obesidad está asociada a múltiples patologías, dentro de las cuales podemos
mencionar:
Psicológicas y sociales: Algunos estudios de casos y controles, así como de
cohortes, han identificado mayor frecuencia de trastornos depresivos y ansiosos,
insatisfacción con su imagen corporal y baja autoestima en niños obesos. Esta frecuencia es
superior en chicas que en chicos y se incrementa con la edad. 8
Cardiovasculares: De los estudios que relacionan la obesidad infantil con la
hipertensión puede concluirse que ésta es significativamente más frecuente y que la tensión
arterial media es significativamente más elevada que en los menores no obesos. Además la
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tensión arterial presenta una correlación positiva con el IMC. También se ha descrito mayor
frecuencia de alteraciones del ventrículo izquierdo y alteraciones endoteliales. 8
Metabólicas: A partir de los datos disponibles parece existir en los niños obesos una
insulinemia significativamente superior a la de los menores no obesos, y un mayor riesgo
de desarrollo de diabetes mellitus tipo 2. También se han puesto de manifiesto en niños
obesos tasas de HDL-colesterol significativamente más bajas y para los chicos obesos
niveles de LDL colesterol significativamente más elevado. Recientemente se ha descrito
una prevalencia de ferropenia superior (aproximadamente el doble) en niños obesos en los
grupos de 2 -5 años y 12 -16 años.8
Osteoarticulares y trastornos de la estática: Existen estudios descriptivos de series
de casos que han estimado una mayor prevalencia de obesidad en menores diagnosticados
de genu valgum y de epifisiolisis de la cabeza femoral. 8
Persistencia de la obesidad en la edad adulta: Una revisión de la literatura sobre este
tema establece que la probabilidad de que la obesidad de la infancia persista en la edad
adulta oscila entre 20-50% antes de la pubertad y entre 40-70% después de ésta. Esta
frecuencia se incrementa cuando se asocia al antecedente de obesidad en los padres. No se
ha podido demostrar en lactantes obesos un incremento en el riesgo de obesidad adulta ni
en la morbilidad asociada a la obesidad infantil. También señala que el 8 al 13% (riesgo
atribuible) de las obesidades adultas podrían haber sido evitadas si se hubieran tratado en la
infancia 8
Mortalidad en la edad adulta: En los adultos obesos con antecedente de obesidad
durante su infancia o adolescencia, se ha demostrado una elevada mortalidad en
comparación con los que no presentan este antecedente. En general, la existencia de
sobrepeso o de obesidad en la infancia y/o adolescencia se ha asociado de forma
inconstante a un aumento de riesgo de muerte en la edad adulta. 8
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En el desarrollo de la obesidad intervienen múltiples factores. La predisposición
genética junto con las condiciones ambientales son los dos factores fundamentalmente
relacionados.2 A pesar de esto se pueden ver interrelacionados factores genéticos, de
comportamiento, alteraciones en la homeostasis nutricional y hormonal, anomalías en el
propio adipocito y factores ambientales como los cambios en los hábitos alimentarios y la
actividad física. Todos estos en conjunto configuran un amplio espectro de factores
relacionados con el desarrollo de la obesidad.5
La obesidad se va produciendo en el transcurrir de los días, meses y años, y las
tendencias actuales muestran claramente cómo en el desarrollo de la obesidad domina
progresivamente la influencia de los cambios en el estilo de vida. Es un hecho que existe
una importante variabilidad entre sujetos en cuanto a la predisposición al sobrepeso o la
obesidad. Este hecho podría venir explicado por una diferente susceptibilidad a los hábitos
dietéticos determinada por la información genética. Dada esta situación, es importante
conocer los hábitos alimentarios y la actividad física de una población, ya que a diferencia
de la carga genética, resultan ser modificables y por tanto se podría disminuir el riesgo a
presentar la obesidad.5
Los hábitos, son definidos como una forma de conducta, adquirida por repetición de
actos iguales o semejantes. Los estudios sobre hábitos de vida indagan sobre factores de
riesgo para determinadas enfermedades que suelen desarrollarse habitualmente en
poblaciones adultas. Es muy importante estudiar los determinantes de dichos hábitos, y sus
posibles asociaciones con conductas de riesgo para el desarrollo de enfermedades
concretas, en la población infantil y adolescente, puesto que es en estas edades donde se
conforman los rasgos principales del aprendizaje y el comportamiento.1155
En la literatura se ha postulado la hipótesis de que algunos hábitos no se desarrollan
de manera independiente, sino que tienden a agruparse en una misma persona. Es decir, que
la presencia de un hábito concreto en una persona, favorece la presencia de otros de
similares características, nocivas o saludables, en el mismo sujeto, lo cual puede deberse
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tanto a la interrelación entre un grupo de hábitos que conforman un determinado estilo de
vida como a los condicionantes (culturales, demográficos, socioeconómicos) del propio
individuo. La reconocida dificultad para modificar durante la edad adulta los hábitos
adquiridos, parece indicar que es más eficiente priorizar los programas educativos en las
edades infantiles.1155
El excesivo tiempo que los niños dedican a la televisión además de fomentar el
sedentarismo infantil, repercute negativamente sobre sus hábitos alimentarios, estimulan a
introducir en su dieta productos alimenticios, muchos de ellos con dudoso valor nutricional
y generalmente muy calóricos, que reiteradamente se anuncian durante los abundantes
espacios publicitarios de la programación infantil.1166
Si bien la energía de ingestión total por día se encuentra regulada, en un inicio, por
factores metabólicos, ésta se ve influenciada de forma importante por la disponibilidad de
los diferentes alimentos, las características organolépticas de los mismos y por las
influencias culturales y sociales del medio en que se desarrolla el individuo.55
Numerosos estudios señalan que las familias cuyos padres tienen una dieta más
desinhibida evidencian un mayor incremento de grasa corporal. Este incremento de peso
será mayor si ambos padres adoptan esta conducta desinhibida que si solo lo hace uno de
ellos. Pero los niños que tienen un mayor incremento en su grasa corporal, son aquellos en
cuyos padres coincide una dieta restrictiva para determinados alimentos y otra desinhibida,
ya que repercute negativamente en la capacidad de autorregulación de la dieta por el propio
niño.1177
Los buenos hábitos alimentarios implican el consumo variado suficiente y adecuado
de alimentos acompañado de una actitud positiva ante el hecho de comer, por el contrario
los malos hábitos involucran conductas o actitudes negativas, rechazo a experimentar
alimentos nuevos, dietas rígidas y estereotipadas, exceso en uno o más tipos de nutrimentos
y aversión a veces a grupos enteros de alimentos. Esto último provoca que se desarrollen
18
18
patrones de alimentación desequilibrados y que a la larga se presenten alteraciones en el
estado nutricional.55
Los hábitos dietéticos inadecuados se definen como formas de conductas
inapropiadas, adquiridas por repetición de actos socioculturales similares, relacionadas
entre sí y que determinan su forma de alimentarse.
Desde el nacimiento del niño, este se encuentra expuesto al proceso de culturización
a través de un condicionamiento la mayoría de las veces inconsciente. Desde estas etapas
hasta la edad preescolar los hábitos alimentarios, las actitudes hacia los alimentos y los
conocimientos en nutrición de los familiares determinan preferencias o aversiones que
constituirán la base sobre la que el niño desarrollará sus propios patrones alimentarios. En
general, los hábitos alimentarios y las conductas del individuo adulto o niño se caracterizan
por presentar comidas o colaciones nocturnas, conteniendo alimentos con densidad
energética elevada, se hacen ayunos (por ejemplo no se desayuna), las raciones de ingestión
son mayores, se abusa del consumo de carbohidratos, existe una marcada preferencia por el
consumo de alimentos dulces, y estos se consumen entre las comidas preferentemente.55
Por otra parte, se ha determinado que los niños que realizan una o más comidas
fuera del hogar presentan una mayor probabilidad de presentar obesidad y sobrepeso, así
como también, el dedicar menos tiempo a la realización de las comidas, el que la madre
tienda a trabajar fuera de la casa y por mayor espacio de tiempo, hace que los niños pasen
más tiempo fuera del hogar en las escuelas o guarderías incrementándose el consumo de
comida rápida de alto contenido energético.55
Aquellos adolescentes que comen regularmente en familia son menos propensos a la
obesidad y al sobrepeso, debido al consumo de una dieta más sana. Al mismo tiempo las
comidas en familia previenen que el adolescente coma frente al televisor lo que conduce a
comer sin apetito y una mayor ingesta calórica.18
19
19
La distribución de la ingestión alimentaría en niños y adolescentes debería hacerse
en 4 o 5 comidas al día, de las cuales, al desayuno habrían de corresponder entre el 20 y
25% de las necesidades calóricas; sin embargo, ante las distintas encuestas dietéticas y
trabajos realizados, no parece que estas recomendaciones se cumplan. El desayuno debe
basarse fundamentalmente en hidratos de carbono y menor proporción de alimentos
lipídicos, controlando de esta forma mejor la saciedad; el desayuno más adecuado sería el
compuesto por lácteos, cereales y frutas (o zumos de frutas naturales). No sólo es
importante la ingestión total y su calidad, sino también el tiempo que se dedique a esta
actividad; los expertos recomiendan entre 15 y 20 minutos, sentados a la mesa, en un
ambiente relajado.19
En la mayoría de los estudios publicados en España entre el 5 y 10% de los
escolares no toman desayuno, aumentando la proporción con la edad; también existen
diferencias en cuanto al sexo, siendo más frecuente que las niñas acudan al colegio sin
haber desayunado. En estudios sobre población americana se ha visto que hasta 16% de los
niños de 10 años no desayunan y en los adolescentes la proporción sube al 19%, sobre todo
en las chicas que es 24%.19
Curiosamente también los patrones de ingestión de desayuno son diferentes entre
niños con peso normal y niños con sobrepeso/obesidad. Los niños, y sobre todo las niñas
obesas, tienden a omitir el desayuno y toman cantidades menores de cereales que los de
peso normal.19 Aquellos niños que desayunan 5 o mas veces por semana representa un
factor protector para obesidad y desayunar menos de 2 veces por semana representa un
factor de riesgo para obesidad.20
La energía media que suministra el desayuno fue significativamente menor en los
obesos (17,0 ± 8,5% en niños y 14,6 ± 6,1% en niñas) que en los de normopeso (20,9 ±
9,4% en niños y 17,6 ± 6,5% en niñas), siendo los perfiles de energía del desayuno menos
balanceados en el primer grupo que en el segundo, con una diferencia significativa en la
cantidad de energía aportada por los hidratos de carbono. Esto podría ser un reflejo de la
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20
dieta total menos adecuada, aunque es posible que un desayuno inadecuado contribuya a
hacer una elección peor el resto del día y a largo plazo un aumento del riesgo de obesidad.19
Existe un gran número de programas de desayunos escolares (PDE) alrededor del
mundo, pero pocos de éstos son sujetos de evaluación y seguimiento sobre sus efectos en la
salud de los niños. Si bien el desayuno escolar puede contribuir indirectamente a mantener
o mejorar el estado nutricio de un niño, el estudio de 1995 sobre el Programa de Desayunos
Escolares de Estados Unidos de América, advirtió igualmente sobre la posibilidad de que
estos sistemas de alimentación pudieran ser un factor para el desarrollo de obesidad y
riesgo de padecer enfermedades crónico-degenerativas en la vida adulta, debido a un ajuste
inadecuado de los requerimientos y al tipo de alimentos que se ofrecen en los menús de las
escuelas. Esta característica ha sido señalada como una de las principales limitantes de los
programas de alimentación escolar en términos de diseño e implantación.21
Una alimentación y nutrición adecuadas son importantes en todas las etapas de la
vida, pero particularmente durante la infancia. La dieta de los niños y adolescentes se
caracteriza por un exceso de carnes, embutidos, lácteos y alimentos con alta densidad
energética, como productos de bollería y bebidas carbonatadas (ricos en grasas y azúcares
refinados, respectivamente) y por un déficit en la ingesta de frutas, verduras y cereales. La
infancia es, por ello, un periodo crucial para actuar sobre la conducta alimentaría, ya que las
costumbres adquiridas en esta etapa van a ser determinantes del estado de salud del futuro
adulto.55
Patrones de dieta que cambian los horarios de alimentación y los llamados picoteos
constantes durante el día, se han relacionado con la predisposición a la aparición de
obesidad en los niños y adolescentes, población que con mayor frecuencia realiza comidas
a deshoras. La contribución nutricional de los “snacks” en la ingesta calórica diaria va del
20 al 23%, principalmente porque la energía consumida con los snack proviene de
carbohidratos y lípidos adicionales a la dieta normal, lo que la hace un factor predisponente
para la aparición de obesidad. 22
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21
En los adolescentes debido al elevado crecimiento, a las elevadas necesidades de
energía y nutrientes, así como a los hábitos alimentarios que suelen practicar, son
considerados como un grupo de riesgo nutricional. Entre estos cambios en los hábitos
alimentarios destacan, la omisión de alguna de las principales ingestas alimentarías, en
particular la del desayuno, el frecuente consumo de golosinas («snacks») el inicio en el
consumo de bebidas alcohólicas y la elevada ingesta de bebidas refrescantes. Estas y otras
prácticas alimentarías, de igual forma habituales en el comportamiento alimentario del
adolescente, conducen frecuentemente a la ingestión de dietas con bajos niveles en algunos
nutrientes, pero de alto contenido energético.55
Se ha determinado una relación directa entre el consumo de comida rápida y el
sobrepeso y obesidad, en la patogénesis de enfermedades cardiovasculares. Los
adolescentes que consumen comida rápida 2 o más veces a la semana tienen un 10% de
probabilidad de padecer obesidad, que aquellos que consumen comida rápida una o ninguna
vez a la semana. Todos estos nuevos patrones y hábitos alimentarios pueden ser la base
para el establecimiento del comportamiento alimentario en el individuo adulto incluso como
se ha demostrado, pueden ser premonitorios de la aparición de obesidad y de trastornos
cardiovasculares en la etapa adulta.
Así, el hábito dietético inadecuado está representado como formas de conductas
inapropiadas, adquiridas por repetición de actos socioculturales similares, relacionadas
entre sí y que determinan su forma de alimentarse15, siendo estas formas de conductas las
siguientes: No desayunar o desayunar menos de 2 veces/semana, consumir alimentos entre
comidas 5 o más veces por semana, 20 cenar con la familia menos de 3 días a la semana y
el consumo de comidas rápidas igual o mas de dos veces por semana.18 Para el presente
estudio se determinó como hábitos dietéticos inadecuados la presencia de por lo menos una
de estas conductas.
Por otra parte, los malos hábitos alimenticios se acompañan, en la mayoría de las
ocasiones, con una disminución en la actividad física, factores que actúan de manera
22
22
sinérgica para la aparición de obesidad. Cada día es mayor la evidencia epidemiológica de
que el sedentarismo es causa importante de mortalidad e incapacidad en los países
desarrollados.55
La actividad física es tan antigua como la humanidad y fue precisamente la
actividad física la que proporcionó al hombre su exquisita diferenciación sobre el resto de
las especies animales. Sin embargo, en estos tiempos "modernos", la tecnología, cada vez
más avanzada y el pujante e impetuoso desarrollo de la ciencia, traen como consecuencia
directa o indirecta que la vida de los seres humanos se haga más confortable y fácil pues el
esfuerzo físico es cada vez menos necesario para poder vivir.2233
El sedentarismo es uno de los problemas que afronta la salud pública de las naciones
del orbe. Se entiende por vida sedentaria aquella en la que no esta implícita una actividad
física regular. 23
Es difícil definir al sedentarismo en la edad pediátrica, de acuerdo con el significado
del diccionario de la lengua española, se define como sedentaria a aquella actividad, oficio
o estilo de vida con poco movimiento. Desde el punto de vista de las ciencias relacionadas
con el ejercicio, sedentarismo es el estado que implica un nivel de actividad menor que el
necesario para mantener una condición física saludable.24 Cuando una persona pasa la
mayor parte de su tiempo reposando o sin hacer ejercicio, se dice que es una persona
sedentaria. Más de 1 hora de actividades sedentarias al día, entendiéndose como actividad
sedentaria, ver televisión, trabajo en computadora y entretenimiento con videojuegos
representa la presencia de sedentarismo en un individuo.18
También podemos definir sedentarismo como el estado que se caracteriza por la
falta de una actividad física mínima diaria recomendada para producir los fenómenos
adaptativos que disminuyan el riesgo de padecer enfermedades hipocinéticas.24
23
23
Resulta muy importante que los médicos de atención primaria y la población,
identifiquen la real amenaza que representa el sedentarismo como un peligroso factor de
riesgo para la salud, pero que a la vez puede ser fácilmente neutralizado con 20 minutos de
actividad física al día cuatro veces a la semana o 30 minutos de actividad física al día tres
veces por semana.25
El sedentarismo ha sido catalogado por las principales organizaciones mundiales de
salud, como uno de los principales factores de riesgo de muerte, así mismo, el sedentarismo
es uno de los factores de riesgo modificables de mayor prevalencia en la población
general.26, 27
El papel que juega la actividad física en los niños y en los adultos es de gran
atención en los últimos años, como un factor adicional que interviene en la aparición de la
obesidad.
La contrapartida del sedentarismo es la actividad física la cual es definida por The
American Heart Association (AHA) como cualquier movimiento corporal producido por
los músculos del esqueleto, cuyo gasto de energía va más allá del gasto en reposo. Incluye,
por tanto, el ejercicio físico realizado de manera intencionada con el objetivo de mejorar el
rendimiento o el estado de salud, pero también cualquier otra actividad realizada durante el
tiempo de ocio, en el trabajo o en las tareas domésticas.24
Pero para comprender los conceptos de sedentarismo y de actividad física es
necesario definir ciertos términos asociados:
Actividad física regular: Cualquier actividad física realizada durante 30 minutos
por sesión o más, cinco veces por semana o más, que induce cambios o adaptaciones en el
organismo que disminuyen el riesgo de padecer enfermedades crónicas degenerativas. 24 Así
mismo, se puede definir como aquella actividad física realizada más de cuatro días a la
semana durante 20 minutos, o más de tres días a la semana durante 30 minutos.25
24
24
Actividad física de intensidad moderada: es aquella que se produce con el 40% al
60% del consumo máximo de oxígeno (VO2max), con percepción de respiración y ritmo
cardíaco superiores a lo normal (es la actividad usualmente equivalente a una caminata
enérgica, que le haga sentirse acalorado y ligeramente “sin aliento”). 24
Actividad física de intensidad vigorosa: Es la actividad física que se realiza con más
de 60% a 80% del consumo máximo de oxígeno (VO2max), usualmente equivalente al
trote, a un ritmo que le haga sentir sin aliento y transpirado. 24
Ejercicio físico: Actividad física que se refiere al movimiento repetido, planificado
y estructurado, realizado para mejorar o mantener uno o más componentes de la condición
física. 24
Estado físico: Es el conjunto de atributos que posee o alcanza un individuo, que se
relacionan con la capacidad para realizar actividad física. 24
Estado físico saludable: Se refiere a los componentes del estado físico que se
relacionan con la salud. Estos componentes son: composición corporal, capacidad o
resistencia cardiovascular, flexibilidad, resistencia y fuerza muscular. 24
Capacidad aeróbica o resistencia cardiovascular: Es la proporción máxima en la que
el cuerpo puede captar oxígeno y utilizarlo durante un ejercicio prolongado. Refleja el
funcionamiento del sistema cardiorrespiratorio y la capacidad del músculo de utilizar
energía generada por metabolismo aeróbico durante un ejercicio prolongado. 24
La mayoría de la población inactiva puede mejorar su salud y bienestar llegando a
ser moderadamente activa, sobre una base de trabajo físico regular. La actividad física no
necesita ser extenuante para alcanzar los beneficios para la salud. Los beneficios pueden
aumentar si se incrementa la cantidad, frecuencia y duración respecto de un valor previo.23
25
25
De esta manera para efectos de este estudio se definió el sedentarismo como aquel
estado que implica un nivel de actividad menor que el necesario para mantener una
condición física saludable, representado por la cantidad de tiempo que el individuo invertía
en realizar actividades sedentarias, entendiéndose como actividades sedentarias, ver
televisión, trabajo en computadora y entretenimiento con videojuegos, más de 1 hora en
actividades sedentarias al día, representa la presencia de sedentarismo en un individuo.18
En adultos se demostró que una buena capacidad aeróbica y la realización de una
actividad física de intensidad moderada en forma regular, se asocia con reducción del
riesgo de enfermedad cardiovascular, hipertensión, obesidad, diabetes, algunas formas de
cáncer y otros trastornos de salud. La actividad física de un individuo se puede categorizar
por el contexto donde se desarrolla. Así, las categorías se dividen en: ocupacional, tareas
caseras, recreativas y de transporte. A su vez, la actividad recreativa se subdivide en:
deportes, actividades de tiempo libre (por ejemplo, bicicleta, caminatas) y entrenamiento de
ejercicio. 23, 24
La inactividad física acarrea serias consecuencias en la salud. En los niños y
adolescentes, debido a que la actividad física es parte importante del juego, es difícil hacer
una evaluación cuantitativa del sedentarismo; se podría tener una noción acertada
preguntando sobre el tipo de juego y el uso de televisión y computadora como forma de
diversión. 24
El aumento progresivo del tejido adiposo en niños está relacionado a una reducción
en el nivel de actividad física, más que a un incremento en la energía de ingestión, aunque
este factor en ocasiones según algunos trabajos se encuentra presente. 23
Existen diversos factores que predisponen a que algunos niños y adolescentes sean
menos activos que otros. Se ha comprobado que los niños y adolescentes obesos realizan
más actividades sedentarias al día, utilizan el doble de tiempo en realizarlas y las ejecutan
26
26
con menor intensidad, al ser comparados con niños de su misma edad y sexo pero no
obesos.24
Este comportamiento de los niños hacia la inactividad física se encuentra
fuertemente relacionado a los modelos de la familia y sus pares y al proceso de
urbanización, donde los niños en las grandes ciudades presentan menos posibilidades de
desarrollar actividades al aire libre por la carencia o imposibilidad de acceso a espacios
verdes e instalaciones deportivas seguras; las restricciones en la supervisión por personal
idóneo, el tiempo que se pasa viendo la televisión, juegos de videos o computadoras, los
límites en los presupuestos educativos, los cambios en las prioridades curriculares y el
empobrecimiento, son algunos factores que desalientan la participación y limitan el acceso
para la actividad física dentro y fuera del horario escolar. 24
En los Estados Unidos los programas nacionales de vigilancia epidemiológica
documentaron que sólo el 25% de los adultos alcanzan los niveles recomendados de
actividad física y el 29% no desarrolla actividad física regular en sus ratos libres. En un
estudio nacional (YMCLS: Youth Media Campaign Longitudinal Survey), llevado a cabo
en forma aleatoria mediante encuesta telefónica, que alcanzó a 3.600 hogares con niños de
9 a 13 años de edad, se encontró que 61,1% no realizaba actividad física regular y
organizada en su tiempo libre y 22,6% no realizaba ningún tipo de actividad física en su
tiempo libre. 24
Informes de diferentes estudios han difundido la tendencia de la actividad física en
adolescentes y adultos jóvenes, revelando que a los 12 años el 70% de los niños participan
en una actividad física vigorosa; a los 21 años esta actividad disminuye a 42% para los
varones y 30% en las mujeres. Estas cifras marcan tendencias generales, pero es indudable
que hay factores que determinan un mayor riesgo de sedentarismo en algunos estratos de la
población infantil.24
Existe una relación inversa entre el nivel de actividad física y los índices de
obesidad en la mayoría de los estudios poblacionales de EE.UU. La evidencia muestra que
27
27
el aumento de la actividad física facilita la pérdida de peso y que la combinación de una
dieta hipocalórica más actividad física puede aumentar la pérdida de peso y ayudar a
controlar el peso corporal y la masa grasa. 24
Entre estos factores se encuentran los factores demográficos los cuales incluyen
sexo, edad y etnia. Los informes de los EE.UU. han demostrado que las niñas son menos
activas que los varones en la adolescencia. Los niños se hacen menos activos a medida que
maduran y entran en la adolescencia, indicando que en general las mujeres son menos
activas que los varones, y que la raza africana es menos activa que la caucásica. 24
Otros factores incluyen: la percepción de falta de tiempo, relación inadecuada con
sus pares y una actividad que le resulte aburrida o poco atractiva. Los factores individuales
que se asocian positivamente con la actividad física son: la confianza en sí mismo para
comprometerse con un ejercicio, habilidad personal, actitud positiva hacia la actividad
física, deseos de autosuperación y capacidad para disfrutar de la actividad física. 24
Los gustos y hábitos de los padres reflejarán el nivel de estímulo que recibirá el niño
para realizar actividad física o determinadas actividades motrices. El uso de la TV está más
influido por actitudes de los padres hacia los artefactos que por la cantidad existente en el
hogar. Otras situaciones, como la necesidad creciente de trabajo de ambos padres y las
familias uniparentales, pueden afectar la posibilidad de desarrollar actividad física
extracurricular. 24
Considerando estos factores se puede definir la actividad física irregular como
aquella actividad menor de 20 minutos 4 veces a la semana o menor de 30 minutos 3 veces
a la semana, que es insuficiente para elevar el gasto energético, lo cual representa un riesgo
de padecer enfermedades crónicas degenerativas.24,25
Uno de los aspectos tratados más frecuentemente por la investigación
epidemiológica y de salud pública ha sido la desigualdad social en la salud. Desde hace
28
28
muchas décadas, numerosos trabajos de investigación han caracterizado la relación entre la
clase social y la salud, mostrando que los más desfavorecidos social y económicamente
son, también, los que peor salud tienen. La obesidad no es la excepción, siendo uno de los
problemas más investigados desde el punto de vista de las diferencias sociales.
El índice de nivel socioeconómico se basa en los siguientes indicadores: El nivel
educacional del principal sostén del hogar (el indicador de mayor importancia), el nivel
ocupacional del principal sostén del hogar, el cual se ubica en la dimensión social y el
patrimonio del hogar (posesión de bienes y de automóvil), los cuales corresponden a la
dimensión económica. La educación del principal sostén del hogar, se refiere al miembro
del hogar que más aporta al presupuesto y a la economía familiar a través de su ocupación
principal, aunque no es necesariamente quien percibe el mayor ingreso. La ocupación del
principal sostén del hogar y el patrimonio del hogar, se refiere a los bienes (Televisión a
color con control remoto, teléfono, heladera con freezer, videograbador/reproductor,
secarropas, lavarropas programable automático, tarjeta de crédito del principal sostén del
hogar, computadora personal, acondicionador de aire, freezer independiente) y automóvil.2299
El Graffar Modificado es otro método para medir el nivel socioeconómico, el cual
consta de cuatro variables: Escolaridad de la madre, ocupación del jefe del hogar, principal
fuente de ingreso de la familia y condiciones de la vivienda (calidad, tenencia,
abastecimiento de agua, eliminación de excretas y bienes del hogar). La escala permite
categorizar a la muestra en 4 estratos: estrato I (clase alta), estrato II (clase media alta),
estrato III (clase media baja), estrato IV (obrero), estrato V (marginal).30
Uniendo todos estos conceptos, el factor socioeconómico es aquel que dependiendo
del nivel o estrato al que pertenezca el individuo es directamente proporcional a la
accesibilidad, a la educación y a los bienes materiales, contribuyendo así, en la mayoría de
los casos, a que se produzca o no, un efecto determinado, como por ejemplo en este estudio,
la obesidad y más específicamente, la obesidad central. 2288,,2299
29
29
Ya en la década de los cincuenta, el Midtown Manhattan Study mostró que la
obesidad era una enfermedad social que se distribuía de forma diferente en los diversos
grupos sociales. Multitud de estudios han observado variaciones sociales en la frecuencia
de la obesidad. La relación es, sin embargo, compleja. En primer lugar, la asociación es
diferente en contextos socioeconómicos distintos; existe una interacción según el nivel de
desarrollo socioeconómico de la población de estudio; es decir, el efecto que el nivel
socioeconómico tiene sobre la obesidad o viceversa es diferente en los países desarrollados
que en los países en desarrollo. Se ha comprobado que en los países desarrollados existe
una asociación inversa, según la cual los individuos de menor nivel socioeconómico tienen,
en general, una mayor frecuencia de obesidad, mientras que en los países en vías de
desarrollo son los individuos con un mayor nivel socioeconómico los que sufren con mayor
frecuencia este problema de salud.2288
Numerosos estudios también han indagado sobre la influencia que tiene la obesidad
sobre el nivel socioeconómico de los individuos, en donde se evidenció que los individuos
obesos son los que han descendido en la escala social, hecho que por no ser objetivo de este
trabajo no será ampliado.2288
Si la asociación nivel socioeconómico-obesidad es muy consistente y muestra que
los individuos con menor nivel socioeconómico, en los países desarrollados, son los que
sufren obesidad más frecuentemente; cabe preguntarnos si estas diferencias se están
reduciendo o por el contrario, están aumentando. Diversos estudios publicados
recientemente muestran que lejos de reducirse, las diferencias se han incrementado en los
últimos años. Análisis realizados con la encuesta de nutrición y salud norteamericana,
National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES), muestran que el aumento
en la prevalencia de la obesidad, que se viene observando desde hace unos años en el
conjunto de la población adulta, es más acusado en los individuos con menor nivel de
estudios.2288
30
30
En numerosas y diversas investigaciones, que han mostrado la tendencia ascendente
de las diferencias sociales en la obesidad, hay otro hecho importante que es conveniente
señalar: la tendencia desfavorable, o el aumento de las diferencias sociales, es mayor en las
mujeres que en los varones. Este fenómeno, de extraordinaria importancia para la
epidemiología y la salud pública, ubica a la obesidad dentro de un complejo campo de
desigualdad social, en el que se entremezclan factores sociales y probablemente biológicos,
y en el que la desventaja de pertenecer a un grupo de bajo nivel socioeconómico y de ser
mujer tiene consecuencias tremendamente determinantes para la salud, en este caso para la
presencia de obesidad.2288
Las causas del incremento de la prevalencia de obesidad en los niveles
socioeconómicos bajos son mal conocidas. Sin embargo, se debe tener en cuenta el hecho
de que si el propio nivel socioeconómico es el responsable, la tendencia desfavorable, de
pertenecer a un nivel socioeconómico, se podría interpretar como factor de riesgo para
obesidad.2288
En España, y utilizando el nivel de estudios como variable de nivel socioeconómico,
se comprueba que entre aquellas personas con un IMC normal (20-24,9 kg/m2), son los
universitarios, sobre todo las mujeres, los que con mayor frecuencia piensan que su peso es
mayor o mucho mayor de lo normal. Igualmente, se ha puesto de manifiesto que el
seguimiento de dietas de adelgazamiento o la utilización de otros medios para reducir el
peso corporal, como el ejercicio físico o el tratamiento farmacológico, son más frecuentes
en los niveles socioeconómicos altos, a pesar de la menor prevalencia de obesidad en estos
subgrupos de población. Esto es mucho más frecuente entre las mujeres, en las que las
diferencias según el nivel socioeconómico en la utilización de medios para adelgazar o en
el descontento con su peso actual son mucho mayores. 2288
Para fines de este estudio el estrato social se definió como aquel al que pertenece un
individuo determinado tomando en cuenta la encuesta socioeconómica de Graffar
modificado. El Método de Graffar Modificado consta de cuatro variables: ocupación del
31
31
jefe del hogar, escolaridad de la madre, principal fuente de ingreso de la familia y
condiciones de la vivienda (calidad, tenencia, abastecimiento de agua, eliminación de
excretas y bienes del hogar). Al igual la escala permite categorizar a la muestra en 5
estratos: estrato I (alta), estrato II (media alta), estrato III (clase media baja), estrato IV
(obrero), estrato V (marginal), según los puntajes 4 a 6, 7 a 9, 10 a 12, 13 a 16 y 17 a 20
respectivamente.30
La edad puede referirse a varios conceptos: tiempo en años transcurrido a partir del
nacimiento de un individuo hasta la actualidad. Una persona, según su edad, puede ser un
bebé, niño, púber, adolescente, joven, adulto, estar en la mediana edad o en la tercera edad.
Edad también puede ser definida como los años cumplidos que tiene la persona desde la
fecha de su nacimiento hasta un determinado momento. 3311,, 3322
En español, la palabra sexo, tiene varios significados, pero para efectos del presente
estudio, se define como la distinción biológica que clasifica a las personas en hombres y
mujeres.3333,, 3344
La relación entre la edad y la obesidad tiene también ciertas variaciones. La
asociación de edad y obesidad, en los niños, es de menor magnitud que en los adultos, por
lo que algún autor ha sugerido que la asociación podría, por diversos motivos, ir
instaurándose y consolidándose a lo largo del ciclo vital. Así, se ha mencionado la enorme
importancia que tendrían ciertos factores de riesgo que actuarían en la primera infancia.2277
En la población infantil, tampoco existe el efecto diferencial por sexo, los estudios
reflejan, que la obesidad se observa tanto en niños como en niñas. En los adultos las
mujeres son más propensas a desarrollar obesidad, mientras que en los hombres la
asociación con la obesidad es menos consistente. Sin embargo, algunos estudios señalan
ausencia de asociación entre la obesidad y el sexo. 34
32
32
Los factores de riesgo para obesidad central, han sido ampliamente estudiados, en
virtud de que esta ha sido considerada en la actualidad como un importante factor de riesgo
cardiovascular, a continuación se presentan algunos estudios al respecto, los cuales
permitirán sustentar el presente trabajo de investigación.
Según Hans-Ulrich (2006), en el estudio IDEA (The International Day for the
Evaluation of Abdominal Obesity ) realizó una valoración de las medidas antropométricas
(peso, talla, IMC, y circunferencia abdominal ) en 170.000 personas de diferentes países de
Europa y Asia y según resultados preliminares, por regiones, se encontró una íntima
relación y un mayor valor predictivo de la circunferencia abdominal con respecto al IMC,
como factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y metabólicas.35
La obesidad es un problema de salud pública mundial y su importancia durante la
niñez y adolescencia se fundamenta en su compromiso biopsicosocial. Muchos factores han
sido asociados a obesidad central y periférica, incluyéndose los hábitos dietéticos, nivel
socioeconómico y actividad física. De allí la preocupación de numerosos investigadores,
quienes se han interesado en estudiar la relación entre el estilo de vida y la obesidad en
niños y adolescentes.
En Canada, Veugelers y Fitzgerald en el año 2005, estudiaron la prevalencia y los
factores de riesgo para obesidad y sobrepeso en niños y adolescentes, por medio del estudio
de medidas antropométricos (Índice de Masa Corporal) y una encuesta destinada a
investigar los hábitos dietéticos, nivel socioeconómico y actividad física, agrupando cada
uno de los factores de riesgo y relacionándolos con la aparición de obesidad y sobrepeso.
Se obtuvo una prevalencia de sobrepeso de 32,9% y de obesidad de 9.9%, determinando
como principal factor de riesgo para sobrepeso el almuerzo en la escuela y como factores
protectores cenar con la familia al menos tres veces a la semana y practicar ejercicio físico
más de dos veces a la semana.18
33
33
Pérez, en un estudio titulado “Actividad física y sobre-peso en adolescentes
mexicanos”, en el 2004, determinó la relación entre la actividad física y el sobrepeso en
alumnos de noveno grado. Se aplicó un instrumento tipo cuestionario y se determinaron las
medidas antropométricas, concluyéndose que los adolescentes que participaron en
actividades físicas estaban menos propensos a desarrollar sobrepeso, siendo un factor
protector para la aparición de obesidad.36
Por otra parte en Estados Unidos, Ogden, estudió la prevalencia de Obesidad
Central en niños y adolescentes con edades comprendidas entre 2 a 19 años a través de los
parámetros circunferencia abdominal y relación circunferencia abdominal, talla, en el
período 1988-2004. Se determinó que la prevalencia de obesidad abdominal por género y
edad se incrementó en un 65,4 % y en un 69.4% en niños y en niñas respectivamente. 37
En el Reino Unido, McCarthy (2003), demostró el incremento de la prevalencia del
sobrepeso y obesidad en niños, en los últimos 20 años y hace especial referencia a que este
aumento se ha hecho fundamentalmente en base a grasa visceral, lo que implica un riesgo
mayor.38
Con el objeto de analizar la relación entre el hábito de desayuno y el sobrepeso en
un grupo de adolescentes de San Sebastián (España) 2002, se llevo a cabo una
investigación de corte trasversal en un grupo de niños y adolescentes (n=77) con edades
comprendidas entre 6 y 18 años que acudieron a una consulta preocupados por su peso e
imagen corporal. Se contempló la historia clínica, antecedentes personales y familiares,
determinaciones antropométricas, análisis de la ingesta por medio de un cuestionario de
hábitos dietéticos y frecuencia de consumo alimentario. Los resultados demuestran que los
pacientes obesos desayunaban en menor proporción (88,5%) que los no obesos (96%). El
40% de las chicas normopeso consumía usualmente un desayuno completo. Se evidencia un
mayor número de chicos y chicas que pican a media mañana entre los que no desayunan y
un elevado porcentaje de los mismos elige alimentos muy calóricos y no saludables para su
consumo a media mañana.20
34
34
Serra realizó un estudio trasversal para evaluar los hábitos alimentarios y el estado
nutricional de la población infantil y juvenil española (1998-2000). Es por ello que sobre
una muestra representativa de la población española de 2 a 24 años de edad (n=3534); se
determinó el peso y talla mediante procedimientos estandarizados con instrumentos
homologados. La obesidad y el sobrepeso se definieron como valores del índice de masa
corporal iguales o superiores a los valores de los percentiles 97 y 85, respectivamente, de
las tablas de referencia españolas de Hernández. Los resultados demuestran que la
prevalencia de obesidad en España es del 13,9%, y la de sobrepeso es del 26,3%. La
obesidad es mayor en varones (15,6%) que en mujeres (12%). Por edades, los jóvenes de 6
a 13 años presentan valores más elevados de obesidad. Por zonas geográficas, Canarias y
Andalucía tienen las cifras más elevadas, y el nordeste peninsular las más bajas. La
obesidad es mayor en niveles socioeconómicos y de estudios más bajos, y entre aquellas
personas que no desayunan o desayunan mal. Se concluye que España tiene, en relación
con otros países, una prevalencia intermedia de obesidad. Las tendencias indican un
incremento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en las últimas
décadas, más marcado en varones y en edades prepuberales.39
McCarthy, (1987-1998) realizó el estudio denominado Tendencia de la
circunferencia abdominal en jóvenes británicos, un estudio comparativo de dos cohortes
llevado a cabo en Londres. La primera cohorte (Gran Bretaña 1987) contó con una
población de 1821 niños, y la segunda (1995-1998), estuvo constituida por una población
de 1000 niños. A ambos grupos se les determinó el peso, la talla, el IMC y la circunferencia
abdominal comparando los valores de acuerdo a las tablas correspondientes por sexo y
edad. Se definió obesidad central y periférica con valores de circunferencia abdominal e
IMC por encima del percentil 90. Los resultados demuestran que la prevalencia de
circunferencia abdominal por encima del percentil 90 es 28%, reflejándose como un
incremento comparativo con respecto a los periodos anteriores estudiados, habiendo una
mayor proporción de niñas con respecto a los niños. 40
35
35
En Gran Bretaña, McCarthy, (1977-1997) realizó un estudio longitudinal con el
objeto de estudiar la influencia de la edad y el género sobre la circunferencia abdominal en
niños. La población estuvo constituida por 8908 niños y adolescentes con edades
comprendidas entre 5-16 años a quienes se les determinó, la relación Talla- circunferencia
abdominal. Se definió obesidad abdominal como una relación Talla/CA mayor de 0.5. Los
resultados demuestran que la relación talla -circunferencia abdominal disminuyen con la
edad, siendo significativamente más baja en niñas que en niños. La prevalencia de obesidad
abdominal fue de 11.7% y de 17% en niñas y niños, respectivamente. Se determinó un
incremento significativo de obesidad abdominal en la población en estudio para el período
1987-1997. Se concluye que la prevalencia de obesidad central en los niños se ha
incrementado dramáticamente en los últimos 10 a 20 años, asociándose con mayor fuerza
que la obesidad periférica, a la morbimortalidad por enfermedad cardiovascular.41
En América Latina, se centra la investigación en la determinación de la
circunferencia abdominal como medida de predilección para la estadificación de la
Obesidad Central en adolescentes, en vista de su importancia como factor de riesgo para
enfermedad cardiovascular.
En Argentina, Bur (2007) realizó un estudio con el objeto de determinar la relación
sobrepeso- obesidad y actividad física- sedentarismo, en niños de 9 años de la ciudad de
Gualeguay. La población estuvo constituida por 491 niños y niñas con edades
comprendidas entre 8 y 9 años procedentes de escuelas de la ciudad, se investigó su
actividad física (extras a las actividades deportivas del colegio) y sedentarismo (otras de
actividades no físicas en casa), concluyéndose que de 51 obesos, el 43,14 % presentan una
menor actividad física extraescolar y el 56,86 % son sedentarios, demostrándose una clara
relación estadística entre la obesidad y la actividad física.42
En el Perú (2004) Pajuelo y colaboradores realizaron un estudio titulado “La
circunferencia de la cintura en niños con sobrepeso y obesidad” con el objeto identificar a
los niños que tienen otro riesgo adicional, como es el aumento de la grasa visceral. Este se
36
36
llevó a cabo en centros educativos estatales del distrito de Uripa, la población estudiada fue
de1234 niños entre 6 a 10 años de edad, a los cuales se les tomó las siguientes medidas:
peso, talla, IMC y circunferencia de la cintura (CC). Los valores del IMC fueron analizados
con la clasificación de Must y cols, identificando el sobrepeso y la obesidad en todos
aquellos cuyo IMC se encontrara entre el percentil 85 y 95 y más del percentil 95,
respectivamente. Los valores de la CC fueron analizados con las tablas de Freedman y
McCarthy. La prevalencia de sobrepeso y obesidad fue 16,5 y 13,9%, respectivamente. El
porcentaje de niños que tuvieron una CC por encima del percentil 90 se incrementó de
acuerdo a la edad en que los niños, presentaban sobrepeso y obesidad. Se concluye que más
de la mitad de los niños que tiene sobrepeso y obesidad presenta otro riesgo adicional, al
tener la CC por encima de lo normal. Esta sumatoria de riesgos implicaría futuros
problemas cardiovasculares, si no se aplican las medidas correctivas a corto plazo.43
Bazán realizó en Argentina (1994); un estudio con el objeto de determinar la
relación entre la actividad física y la obesidad en niños y adolescentes. La población en
estudio estuvo constituida por 1743 niños y adolescentes con edades comprendidas entre 6
y 14 años, procedentes de escuelas públicas de diferentes provincias de la República de
Argentina. Los resultados indican una prevalencia de obesidad 13 %, y de sedentarismo del
75,9%. Si se toma en cuenta la proporción de obesos en el grupo de sedentarios (12,5 %), y
obesos en el grupo de activos (14,3 %), se puede concluir, que la obesidad es de similar
frecuencia entre aquellos que no realizan actividad física, los sedentarios, y aquellas
personas que si realizan actividad física.44
En América Latina en general y en Venezuela en particular, hay diversos factores
que dificultan el mejor conocimiento de la prevalencia de esta patología. A las diferentes
características socioeconómicas y culturales, se debe agregar la falta de estudios
poblacionales en adolescentes. Además, frecuentemente existen diferentes tablas de
referencia para diagnosticar la obesidad, particularmente en este grupo de estudio. La
elevada prevalencia de la obesidad en adolescentes, su tendencia a incrementarse y su papel
como factor de riesgo para una serie de graves enfermedades crónicas, establecen la
37
37
necesidad de estudiarla en sus aspectos más importantes. Recientemente múltiples estudios
han descrito que el sedentarismo y los hábitos alimenticios inadecuados se encuentran entre
los principales factores de riesgo para el desarrollo de obesidad en adolescentes. En vista de
lo anteriormente señalado surgen los siguientes planteamientos ¿Cuál será la prevalencia de
obesidad en la población adolescente de Barquisimeto?, ¿Cuál será la distribución de ésta
según género y edad de los individuos estudiados? ¿Estará relacionada con la actividad
física?, ¿Guardará relación con los hábitos alimenticios inadecuados?, ¿Será determinante
la condición socioeconómica en el desarrollo de obesidad central? Estas interrogantes
nacen en el contexto de la preocupante situación que puede desencadenar la obesidad
central en los jóvenes y por tales razones se plantea indagar un poco más acerca de estos
aspectos. Para ello se realizó el presente estudio cuyos objetivos fueron: a) el objetivo
general fue comparar la prevalencia de obesidad central y algunos factores de riesgo en
adolescentes de dos unidades educativas de la ciudad de Barquisimeto en el Estado Lara en
el periodo Enero-Mayo 2007, y b) los objetivos específicos planteados fueron determinar la
prevalencia de obesidad central en los adolescentes de cada unidad educativa, según edad,
género, nivel socioeconómico, presencia o no de hábitos dietéticos inadecuados, presencia
o no de sedentarismo y presencia o no de actividad física irregular en los adolescentes de
cada unidad educativa.
Los resultados y conclusiones que deriven de este estudio servirán como fuente de
información para engrosar las bases de datos epidemiológicos del país, de la región y de la
localidad; sentando precedente respecto a la obesidad en los adolescentes, algunos factores
de riesgo y sus perjudiciales efectos a la salud. También se tratará de establecer relaciones
entre algunos factores de riesgo que sean de relevancia para el desarrollo de obesidad
central; así se podrá fomentar la investigación de estos fenómenos y su comportamiento en
otras poblaciones.
Los entes gubernamentales encargados de vigilancia epidemiológica y de atención
en salud estarán en la capacidad, valiéndose de los datos recopilados, de elaborar medidas
pertinentes que permitan contrarrestar, eficientemente, las múltiples condiciones que
38
38
contribuyen al establecimiento furtivo de la obesidad en la población adolescente
susceptible. En conclusión, la información obtenida, constituirá una valiosa herramienta
para la construcción de diversos estudios, programas, campañas, etc.; que coincidan en el
objetivo de resaltar la importancia de la obesidad central como condición mórbida y su
particular impacto en la población adolescente, para que, consecuentemente, se tomen
medidas que conlleven al factible control de este terrible flagelo de nuestra actualidad.
39
39
II. METODOLOGÍA
Se realizó una investigación descriptiva transversal en la cual se comparó la
prevalencia de obesidad central y algunos factores de riesgo en adolescentes de dos
unidades educativas de Barquisimeto, Estado Lara durante el periodo Enero-Mayo 2007.
Para el cálculo de la muestra se partió de una población constituida
aproximadamente por el 50% de las secciones de cada plantel, seleccionadas por muestreo
aleatorio simple. Dicha selección se realizó con el Programa C4 – Study Design Pack
versión 1.1 @ Glaxo Wellcome. El total de secciones seleccionadas por institución se
presentan en los Anexos Nº 1, 2. Al sumar la población de las secciones seleccionadas en
cada institución, se obtuvo la población del plantel, la cual resultó para la Unidad Educativa
(UE) Cerritos Blancos: 647 alumnos y para la U.E Las Colinas: 247, anexos 1 y 2
respectivamente.
Una vez establecida la población para cada institución, se procedió al cálculo del
tamaño de la muestra para cada una de ellas. Para esto se utilizó el mismo programa
estadístico, considerando un nivel de confianza de 95%, una prevalencia esperada de
obesidad central de 17% y un error del 4%.
Las muestras (n) para cada unidad educativa quedaron establecidas en los siguientes
valores: U.E Cerritos Blancos: 223 y U.E Las Colinas: 143. Seguidamente, la muestra de
cada institución se distribuyó, en cada sección, mediante un muestreo aleatorio estratificado
por afijación proporcional tomando en cuenta las siguientes proporciones: U.E Cerritos
Blancos: 34,5% y U.E Las Colinas: 58%, anexos 1 y 2 respectivamente. Finalmente la
selección de los adolescentes en cada sección se hizo mediante un muestreo aleatorio
simple. Se consideraron criterios de inclusión, los individuos entre 10 y 18 años de edad
(adolescentes) de ambos sexos de las unidades educativas seleccionadas; considerándose
como criterios de exclusión la presencia de distensión abdominal debido a flatulencia o a un
exceso de gases intra-abdominales, acumulación de líquido en el abdomen (ascitis),
40
40
tumores intra-abdominales, escoliosis o desviación anormal de la columna vertebral,
embarazo, hipertensión arterial, diabetes mellitus y la negación de la persona a estudiar.
Durante la ejecución de la investigación se atendieron las siguientes directrices: se
solicitó la autorización de los directores de las instituciones educativas para ejecutar la
investigación. (Anexo N° 3). Se solicitó el consentimiento informado a los jóvenes y sus
representantes (Anexo Nº 4); en aquellos jóvenes que dieron su consentimiento, se les
aplicó una encuesta para identificar factores de riesgo para obesidad central. (Anexo N° 5).
Se procedió a la medición de la circunferencia abdominal de cada individuo, utilizando
cinta métrica de material sintético, flexible, de 150 cm de longitud y 1,5 cm de ancho, de
extremos metalizados. La apreciación de la cinta es de 1 mm. Cada individuo se colocó en
bipedestación, descalzo, en actitud anatómica, con el torso descubierto, se midió en
espiración a 0.1 cm por encima del punto más elevado de las crestas iliacas. Se definió la
obesidad central como una medida de la circunferencia abdominal por encima del percentil
90 según las tablas de referencia del NHANES III 11. Se procesó la información recopilada
y luego se representó en tablas y gráficos.
La técnica de recolección de datos se basó en la aplicación de un instrumento y
toma de medida de la cintura abdominal a los adolescentes de las 2 unidades educativas
seleccionadas. El instrumento fue validado por juicio de expertos de tres especialistas en la
materia y constó de 8 ítems.
El primer ítem correspondió a la edad del adolescente. El segundo ítem al sexo. El
tercer ítem se refirió a los criterios de exclusión descritos anteriormente. El cuarto ítem a la
presencia o ausencia de sedentarismo, de acuerdo al número de horas al día empleadas en
actividades como: ver televisión, trabajar en la computadora y entretenerse con
videojuegos. Se consideró presente cuando se realiza más de 1 hora de actividades
sedentarias al día y ausente si se practica 1 o menos horas de actividades sedentarias al
día.18
41
41
El quinto ítem indagó acerca de la frecuencia y duración de las actividades físicas
durante la semana, lo cual evaluó la variable actividad física irregular. Este ítem constó de
2 preguntas, cada una con 3 opciones de respuesta: se definió actividad física irregular
presente cuando ésta sea menor a 20 minutos 4 veces a la semana o menor a 30 minutos 3
días a la semana, entendiéndose como actividad física aquella que genera un elevado gasto
energético, tales como: caminatas, danza, ejercicios en el hogar y deportes. Se definió como
ausente cuando la actividad física es igual o mayor de 20 minutos 4 veces por semana o
igual o mayor de 30 minutos 3 veces por semana.25
El sexto ítem evaluó la presencia o ausencia de hábitos dietéticos inadecuados en los
adolescentes, mediante 4 preguntas, cada una de las cuales constó de varias opciones de
respuesta. Se consideró como hábitos dietéticos inadecuados presentes cuando los datos
aportados reportaron 1 o más de los siguientes aspectos: no desayunar o desayunar menos
de 2 veces/semana, consumir alimentos entre comidas 5 o más veces por semana, cenar con
la familia menos de 3 días a la semana, consumir comidas rápidas igual o más de dos veces
por semana.20, 18
Se determinó como hábitos dietéticos inadecuados ausentes, si los datos obtenidos
reportaron la presencia de uno o más de los siguientes criterios: desayunar 3 o más días a la
semana, consumir alimentos entre comidas 4 o menos veces por semana, cenar con la
familia 3 o más días a la semana, consumir comidas rápidas 1 o ninguna vez por semana.20,
18
El séptimo ítem correspondió a la clasificación del estrato socioeconómico, según el
método Graffar modificado, el cual evaluó 4 indicadores, con varias opciones de respuesta,
según las cuales se obtuvo un puntaje que determinó la pertenencia a un preestablecido
estrato socioeconómico. Los indicadores a evaluar fueron: profesión del jefe de familia,
nivel de instrucción de la madre, principal fuente de ingreso del hogar y condición de la
vivienda. Según el método Graffar modificado, existen 5 posibles categorías según el
puntaje obtenido, las cuales son: entre 4 y 6 puntos estrato alto; entre 7 y 9 puntos estrato
42
42
medio alto; entre 10 y 12 puntos estrato medio bajo; entre 13 y 16 puntos estrato obrero;
entre 17 y 20 puntos estrato marginal.30
El último ítem correspondió a la presencia o no de obesidad central, se consideró la
presencia de obesidad central cuando la medición de la cintura abdominal esta por encima
del percentil 90 según las tablas de referencia del NHANES III y ausente cuando la
medición de la cintura abdominal esta por debajo del percentil 90 según las mismas
tablas.11
Al recopilar la información se presentó en dos gráficos y cinco cuadros cuyos
resultados fueron expresados en números y porcentaje.
43
43
III. RESULTADOS
GRAFICO N° 1
PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL EN ADOLESCENTES DE LAS
UNIDADES EDUCATIVAS “CERRITOS BLANCOS II” Y “LAS COLINAS”
EN LA CIUDAD DE BARQUISIMETO, EDO. LARA.
ENERO – MAYO 2007
La prevalencia de obesidad central en la Unidad Educativa Cerritos Blancos fue de un
7,62%, en comparación con la Unidad Educativa Las Colinas, en donde se observó una
mayor prevalencia con un 9,79%.
n=143 n=223
7,62% 9,79%
90,21%92,38%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
Cerritos Blancos II Las Colinas
Presente
Ausente
44
44
GRAFICO N° 2
PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL SEGÚN SEXO EN ADOLESCENTES
DE LAS UNIDADES EDUCATIVAS “CERRITOS BLANCOS II” Y
“LAS COLINAS” DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO,
EDO. LARA. ENERO – MAYO 2007
En la Unidad Educativa Cerritos Blancos se observó una prevalencia de obesidad
central para el sexo femenino de 7,43% y para el sexo masculino de 7,84%. En contra parte
en la Unidad Educativa Las Colinas se observó una prevalencia de 9,63% en el sexo
femenino y del 10% en el sexo masculino.
7,43% 7,84% 9,63% 10%
92,57%92,16% 90,37% 90%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
Femenino Masculino Femenino Masculino
n=121 n=102 n=83 n=60
Cerritos Blanco II Las Colinas
Presente
Ausente
45
45
CUADRO Nº 1
PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL SEGÚN EDAD EN ADOLESCENTES
DE LAS UNIDADES EDUCATIVAS “CERRITOS BLANCOS II” Y
“LAS COLINAS” DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO,
EDO. LARA. ENERO- MAYO 2007
OBESIDAD CENTRAL
CERRITOS BLANCOS LAS COLINAS
PRESENTE AUSENTE PRESENTE AUSENTE
EDAD
(AÑOS)
N° % N° % Nº % Nº %
10-13 2 11,76 23 11,17 2 14,29 27 20,94
14-16 11 64,70 139 67,47 8 57,14 76 58,91
17-18 4 23,54 44 21,36 4 28,57 26 20,15
TOTAL 17 100 206 100 14 100 129 100
En la Unidad Educativa Cerritos Blancos se observó que el 64,70% de los
adolescentes con obesidad central tenían entre los 14 y 16 años de edad. De igual manera
en la Unidad Educativa Las Colinas el 57,14% de los adolescentes con obesidad central se
encontraban en este mismo rango de edad.
46
46
CUADRO N° 2
PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL SEGÚN LA PRESENCIA O NO DE
HÁBITOS DIETÉTICOS INADECUADOS EN ADOLESCENTES DE LAS
UNIDADES EDUCATIVAS “CERRITOS BLANCOS II” Y
“LAS COLINAS” DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO,
EDO. LARA. ENERO – MAYO 2007
OBESIDAD CENTRAL
CERRITOS BLANCOS LAS COLINAS
PRESENTE AUSENTE PRESENTE AUSENTE
HÁBITOS
DIETÉTICOS
INADECUADOS N° % N° % Nº % Nº %
PRESENTE 12 70,59 157 76,22 10 71,43 84 65,12
AUSENTE 5 29,41 49 23,78 4 28,57 45 34,88
TOTAL 17 100 206 100 14 100 129 100
Los datos obtenidos de la Unidad Educativa Cerritos Blancos reflejaron que de 17
adolescentes con obesidad central 12 presentaron hábitos dietéticos inadecuados, lo que
correspondió a un 70,59 %. De igual manera los datos obtenidos en la Unidad Educativa
Las Colinas reflejaron que un 71,43 % de los adolescentes con obesidad central presentaron
hábitos dietéticos inadecuados.
47
47
CUADRO N° 3
PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL SEGÚN LA PRESENCIA O
NO DE SEDENTARISMO EN ADOLESCENTES DE LAS UNIDADES
EDUCATIVAS “CERRITOS BLANCOS II” Y “LAS COLINAS”
DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO, EDO. LARA.
ENERO – MAYO 2007
OBESIDAD CENTRAL
CERRITOS BLANCOS LAS COLINAS
PRESENTE AUSENTE PRESENTE AUSENTE SEDENTARISMO
N° % N° % Nº % Nº %
PRESENTE 12 70,59 125 60,67 13 92,86 99 76,74
AUSENTE 5 29,41 81 39,33 1 7,14 30 23,26
TOTAL 17 100 206 100 14 100 129 100
En los adolescentes de la Unidad Educativa Cerritos Blancos se observó que el
70,59% de los adolescentes con obesidad central presentaban sedentarismo, siendo mayor
la proporción encontrada en la Unidad Educativa Las Colinas en donde el 92,86% de los
adolescentes con obesidad central presentaron dicha condición.
48
48
CUADRO N° 4
PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL SEGÚN LA PRESENCIA O NO DE
ACTIVIDAD FISICA IRREGULAR EN ADOLESCENTES DE LAS UNIDADES
EDUCATIVAS “CERRITOS BLANCOS II” Y “LAS COLINAS”
DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO, EDO. LARA.
ENERO – MAYO 2007
OBESIDAD CENTRAL
CERRITOS BLANCOS LAS COLINAS
PRESENTE AUSENTE PRESENTE AUSENTE
ACTIVIDAD FISICA
IRREGULAR
N° % N° % Nº % Nº %
PRESENTE 12 70,59 119 57,76 11 78,57 50 38,76
AUSENTE 5 29,41 87 42,24 3 21,43 79 61,24
TOTAL 17 100 206 100 14 100 129 100
El 70,59% de los adolescentes con obesidad central en la Unidad Educativa Cerritos
Blancos tienen una actividad física irregular. Por su parte en la Unidad Educativa Las
Colinas, el 78,57% de los adolescentes con obesidad central presentaron actividad física
irregular.
49
49
CUADRO N° 5
PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL SEGÚN NIVEL SOCIOECONÓMICO
EN ADOLESCENTES DE LAS UNIDADES EDUCATIVAS “CERRITOS
BLANCOS II” Y “LAS COLINAS” DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO,
EDO. LARA. ENERO – MAYO 2007
OBESIDAD CENTRAL
CERRITOS BLANCOS LAS COLINAS
PRESENTE AUSENTE PRESENTE AUSENTE
NIVEL
SOCIOECONÓMICO
N° % N° % Nº % Nº %
ESTRATO I - - 8 57,15 57 44,18
ESTRATO II 1 5,88 12 5,83 6 42,85 72 55,82
ESTRATO III 6 35,29 65 31,56 - -
ESTRATO IV 10 58,83 120 58,25 - -
ESTRATO V - 9 4,36 - -
TOTAL 17 100 206 100 14 100 129 100
En la Unidad Educativa Cerritos Blancos, el mayor porcentaje de adolescentes con
obesidad central pertenece a los niveles socioeconómicos III y IV, con un porcentaje de
obesidad central de 35,29% y 58,83%, respectivamente. En la Unidad Educativa Las
Colinas los adolescentes con obesidad central se ubicaron entre los Estratos I y II,
predominando con un 57,15% los adolescentes del estrato I.
50
50
IV. DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La obesidad, y en particular la obesidad central es un problema de salud pública
mundial, su importancia durante la niñez y adolescencia está fundamentada en su
compromiso biopsicosocial. A su vez, el ser obeso en la infancia y adolescencia aumenta la
probabilidad de ser obeso en la vida adulta. Para que se produzca, es necesaria la presencia
de ciertos factores predisponentes, que forman parte del estilo de vida de los individuos,
entre los que destacan sedentarismo, actividad física irregular, hábitos dietéticos
inadecuados y factor socioeconómico.
La obesidad central es un importante factor de riesgo para enfermedades crónicas
no trasmisibles, como hiperlipidemia, enfermedad cardiovascular isquémica, hipertensión
arterial, diabetes tipo 2 y osteoartritis. En América Latina hay diversos factores que
dificultan el mejor conocimiento de la prevalencia de esta patología; como la disparidad
socioeconómica y la falta de estudios poblacionales en adolescentes.
La prevalencia de obesidad infantil está aumentando de manera alarmante tanto en
países desarrollados como en vías de desarrollo. Hay claras evidencias de este incremento
en la población pediátrica, tanto en el grupo de niños como adolescentes. Esta situación
alarmante motivó al desarrollo de esta investigación descriptiva transversal, en la cual se
compara la prevalencia de obesidad central y algunos factores de riesgo en adolescentes de
dos unidades educativas de Barquisimeto, estado Lara durante el periodo Enero-Mayo
2007, cuyos resultados expuestos en el capítulo anterior se discuten a continuación.
En el presente trabajo se evidenció que la prevalencia de obesidad central es mayor,
en la Unidad Educativa Las Colinas siendo 9,79% en comparación con la Unidad Educativa
Cerritos Blancos con un 7,62%, ambos resultados menores a los reportados por el estudio
NHANES que determinó una prevalencia de obesidad central del 17%.11
51
51
En relación a la prevalencia de obesidad central según el sexo, en la Unidad
Educativa Cerritos Blancos la prevalencia fue mayor en el sexo masculino con un 7,83%,
mientras que en el sexo femenino fue de 7,43%; en similares condiciones en la Unidad
Educativa Las Colinas la prevalencia fue mayor en el sexo masculino siendo del 10%,
mientras que en el sexo femenino fue del 9,73%. Ambos resultados inferiores a los
reportados por el estudio NHANES que determinó una prevalencia del 17,4% y 17,8% para
el sexo masculino y femenino respectivamente.11
Se observó que en ambas unidades educativas la prevalencia de obesidad central fue
mayor en el grupo etario comprendido entre los 14-16 años, siendo del 64,70% en la
Unidad Educativa Cerritos Blancos y del 57,14% en la Unidad Educativa Las Colinas.
Los hábitos dietéticos inadecuados están presentes en la mayoría de los adolescentes
con obesidad central en ambas unidades educativas, siendo de mayor proporción en los
adolescentes de la Unidad Educativa Las Colinas con un porcentaje de 71,43% con respecto
a sus homólogos de la Unidad Educativa Cerritos Blancos en donde el porcentaje de
adolescentes con obesidad central que presentaron hábitos dietéticos inadecuados fue del
70,59%. Resultados que demuestran que los hábitos dietéticos inadecuados están presentes
en similares proporciones en ambas instituciones.
El factor de riesgo sedentarismo está presente en la mayoría de los adolescentes con
obesidad central en ambas unidades educativas, siendo de mayor proporción en los
adolescentes de la Unidad Educativa Las Colinas con un porcentaje de 92,86%, con
respecto a los adolescentes de la Unidad Educativa Cerritos Blancos en donde el porcentaje
de adolescentes con obesidad central que presentaron sedentarismo es de 70,59%. Estos
resultados demuestran que los adolescentes de la Unidad Educativa Las Colinas realizan
más actividades sedentarias.
En relación a la actividad física irregular, se observó que los adolescentes con
obesidad central en la Unidad Educativa La Colinas presentaron mayor prevalencia de
52
52
actividad física irregular, con una diferencia porcentual de 8 puntos con respecto a los
adolescentes de la Unidad Educativa Cerritos Blancos, siendo los porcentajes de 78,57% y
70,59% respectivamente. Ambos resultados demuestran que los adolescente de la U.E. Las
Colinas realizan más actividades físicas irregulares en relación a sus homólogos de la U.E.
Cerritos Blancos.
La distribución de los adolescentes según el estrato socioeconómico en la Unidad
Educativa Cerritos Blancos está entre los estratos II y V, en los adolescentes de la Unidad
Educativa Las Colinas, se encuentra entre los estratos I y II. La mayor proporción de los
adolescentes con obesidad central se ubicaron en los extremos del espectro
socioeconómico, siendo más frecuente la obesidad central en el estrato IV en la Unidad
Educativa Cerritos Blancos con 58,83% y en la Unidad Educativa Las Colinas en el estrato
socioeconómico I con un 57,12% de adolescentes con obesidad central.
Con base en los datos obtenidos, se puede concluir que la prevalencia de obesidad
central ha llegado a afectar a la población adolescente. La mayor prevalencia fue en la
Unidad Educativa Las Colinas en comparación con la Unidad Educativa Cerritos Blancos.
En ambas Unidades Educativas se observó una mayor prevalencia de obesidad
central en adolescentes del sexo masculino en relación con el sexo femenino.
La mayor prevalencia de obesidad central predominó en el grupo de edades
comprendidas ente 14 y 16 años.
Los hábitos dietéticos inadecuados esta presente en similar proporción en los
adolescentes con obesidad central de ambas unidades educativas. El sedentarismo se
presentó en mayor proporción en la Unidad Educativa Las Colinas. En relación a la
actividad física irregular está presente en mayor proporción en la Unidad Educativa las
Colinas. La mayor proporción de adolescentes con obesidad central se ubicaron en el
53
53
estrato socioeconómico I en la Unidad Educativa Las Colinas, y en el estrato
socioeconómico IV en la Unidad Educativa Cerritos Blancos.
En base a la discusión y las conclusiones se realizan las siguientes
recomendaciones:
1. Al Ministerio para el Poder Popular para la Salud, con su rol fundamental de velar
por la salud de la población, desarrollar programas de promoción de hábitos
dietéticos adecuados y el fomento de la actividad física regular como herramientas
para prevenir el desarrollo de obesidad en adolescentes, así como ejecutar
programas a nivel asistencial para la capacitación del personal de salud para dar una
atención integral a los adolescentes con factores de riesgo para obesidad central.
2. Al Ministerio para el Poder Popular para la Educación, desarrollar programas
destinados a la educación escolar sobre el problema de obesidad central, sus
consecuencias y mecanismos de prevención, dirigido a adolescentes y sus
familiares. De igual manera realizar programas que brinde orientación sobre los
hábitos dietéticos adecuados y práctica de actividades físicas regulares a padres y
docentes, y de las consecuencias personales, familiares y sociales del aumento de la
prevalencia de obesidad central.
3. A las familias, que inculquen valores y hábitos saludables a sus hijos, dirigido a la
prevención de obesidad central en adolescentes.
4. A la UCLA, que estimule el desarrollo de proyectos de investigación de mayor
amplitud, que permita indagar sobre la relación entre los factores de riesgo
estudiados y otros por reconocer con la obesidad central.
54
54
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63
63
ANEXOS
64
64
Anexo Nº 1
Marco Muestral de la U.E. “Cerritos Blancos II”
Nº Secciones Secciones
Seleccionadas
Población Proporción Muestra (n)
1 7º A X 37 34,5% 13
2 7º B
3 7º C X 32 34,5% 11
4 7º D X 33 34,5% 11
5 7° E
6 7° F
7 7° G
8 7° H X 36 34,5% 12
9 7° I
10 7° J X 37 34,5% 13
11 7° K X 36 34,5% 12
12 8º A
13 8º B
14 8º C
15 8º D
65
65
Nº Secciones Secciones
Seleccionadas
Población Proporción Muestra (n)
16 8° E X 27 34,5% 9
17 8° F X 28 34,5% 10
18 8° G X 33 34,5% 11
19 8° H X 27 34,5% 9
20 8° I
21 8° J X 31 34,5% 11
22 9º A X 26 34,5% 9
23 9º B
24 9º C X 30 34,5% 11
25 9º D
26 9° E X 27 34,5% 9
27 9° F
28 9° G
29 9° H X 31 34,5% 11
30 1º A X 36 34,5% 12
31 1º B X 37 34,5% 13
32 1º C X 37 34,5% 13
66
66
Nº Secciones Secciones
Seleccionadas
Población Proporción Muestra (n)
33 1º D
34 1° E
35 1° F
36 2° A
37 2° B X 32 34,5% 11
38 2° C
39 2° D X 34 34,5% 12
Total 39 20 Secciones 647 34,5% 223
X = Sección seleccionada
67
67
Anexo Nº 2
Marco muestral de la U.E. Colegio “Las Colinas”.
No Secciones Secciones
seleccionadas Población Proporción Muestra (n)
1 7º A
2 7º B X 27 58% 15
3 7º C
4 7º D X 23 58% 13
5 8º A X 34 58% 20
6 8º B
7 8º C
8 9º A X 27 58% 15
9 9º B X 29 58% 17
10 9º C
11 1º de Cs A
12 1º de Cs B X 29 58% 17
13 1º de Cs C X 31 58% 18
14 2º de Cs A
15 2º de Cs B X 32 58% 19
68
68
Nº Secciones Secciones
Seleccionadas
Población Proporción Muestra (n)
16 2º de Cs C
17 2º de Hs A X 15 58% 9
Total 17 secciones 9 secciones 247 58% 143
X = Sección seleccionada
Cs = Ciencias
Hs = Humanidades
69
69
Anexo N° 3
UNIVERSIDAD CENTROOCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO
DECANATO DE MEDICINA
MEDICINA INTEGRAL DEL MEDIO URBANO
BARQUISIMETO ESTADO LARA
Unidad Educativa
Estimado Prof:
Ante todo reciba un cordial saludo.
En virtud de la elevada prevalencia de la obesidad en adolescentes, su tendencia a
incrementarse y su papel como factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares,
nosotros los estudiantes del VI año de Medicina nos dirigimos, en esta oportunidad para
solicitar la autorización de trabajar en esta institución, con el objeto de determinar la
prevalencia de obesidad central y los factores de riesgo asociados en la población infanto-
juvenil en el período enero- mayo 2007. Los resultados y conclusiones que deriven de este
estudio servirán como fuente de información para engrosar las bases de datos
epidemiológicos del país, de la región y de la localidad; sentando precedente, respecto a la
obesidad en nuestros adolescentes, algunos factores de riesgo y sus perjudiciales efectos a
la salud.
Sin más a que hacer referencia y esperando de usted la mayor colaboración.
Se despiden
Atentamente
---------------------------------------- --------------------------------------------
Br. Br.
---------------------------------------
Dr. Adaucio Morales
70
70
Anexo N° 4
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” DECANATO DE MEDICINA
DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SOCIAL BARQUISIMETO-ESTADO LARA
Código: _____________
Iniciales del Participante:______________
CONSENTIMIENTO INFORMADO TÍTULO DEL ESTUDIO:
Comparación de la prevalencia de obesidad central y algunos factores de riesgo en
adolescentes de dos unidades educativas de la ciudad de Barquisimeto - Estado Lara
en el periodo enero-mayo 2007.
1. ¿Cuál es el objetivo y la importancia de esta investigación?
El objetivo de está investigación es comparar la prevalencia de obesidad central y algunos factores de riesgo en adolescentes de dos unidades educativas de Barquisimeto, Estado Lara durante el periodo Enero-Mayo 2007. La obesidad central ha sido reconocida como un problema de salud pública en la población adolescente, y a su vez, representa un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades en la vida adulta. Actualmente su prevalencia ha sido poco estudiada en nuestro país, por lo que esta investigación permitirá conocer y analizar cuál es la realidad en la población adolescente.
2. ¿En qué consiste esta investigación?
Consiste en investigar en adolescentes de dos instituciones educativas de Barquisimeto los siguientes parámetros:
• Edad. • Sexo. • Medida de la circunferencia abdominal. • Sedentarismo. • Actividad física irregular. • Hábitos dietéticos inadecuados. • Condición socioeconómica.
71
71
• Para la investigación de estos parámetros, se aplicará un instrumento de recolección de datos (Cuestionario), el cual consta de 8 items, así como también la medición de la circunferencia abdominal en cada uno de los individuos.
• La información obtenida será utilizada única y exclusivamente para alcanzar el objetivo planteado y se garantizará la confidencialidad de la misma.
• Los adolescentes que presenten algún problema de salud serán orientados y referidos hacia una consulta de atención médica especializada.
3. ¿Es obligatorio participar en la investigación?
No, la participación en la investigación debe ser voluntaria. Si usted tiene alguna razón para no participar está en su pleno derecho de negarse a entrar en la misma.
4. ¿Tiene algún costo económico participar en la investigación?
NO, todo es gratuito. Yo, ____________________________, mayor de edad, portador(a) de la cédula de identidad Nº _____________________, como representante legal de ______________________________________, cédula de identidad Nº _____________________, en pleno uso de mis facultades físicas y mentales dejo constancia que he leído y entendido lo expuesto en este “INFORME DE CONSENTIMIENTO”. Igualmente dejo constancia de que los investigadores responsables del estudio me expusieron y me explicaron en forma clara y precisa todos los pasos del protocolo, así como las ventajas del estudio. También aseguro haber hecho todas las preguntas referentes al estudio y a la participación de mi representado en el mismo y que dichas preguntas han sido contestadas en su totalidad y a mi plena satisfacción, por ello acepto voluntariamente que mi representado, arriba mencionado, participe en esta investigación. COMPLETAR EN EL ORDEN QUE APARECE NOTA: ESTA SECCIÓN DEBE SER COMPLETADA SOLO POR EL REPRESENTANTE LEGAL DEL PARTICIPANTE.
Código: _____________ Iniciales del Participante:______________
_________________________ ______________________ Nombre del Representante Firma del Representante _________________________ _____________________
Fecha Hora
72
72
NOTA: LA SIGUIENTE SECCIÓN DEBE SER COMPLETADA SÓLO POR EL REPRESENTADO (VOLUNTARIO). Con mi firma manifiesto que conozco el protocolo de esta investigación y que acepto participar voluntariamente en ella. Igualmente manifiesto haber hecho todas las preguntas referentes al estudio y a mi participación en el mismo y que dichas preguntas han sido contestadas en su totalidad y a mi plena satisfacción. NOTA: LA SIGUIENTE SECCIÓN DEBE SER COMPLETADA SÓLO POR EL TESTIGO. Con mi firma certifico que estuve presente durante la discusión del formato de consentimiento, todas las dudas fueron resueltas satisfactoriamente y la participación del voluntario(a) es voluntaria. Firma del Investigador que Administra el consentimiento Fecha
_________________________ ______________________ Nombre del Voluntario(a) Firma del Voluntario (a) _________________________ _____________________
Fecha Hora
_________________________ ______________________ Nombre del Testigo Firma del Testigo _________________________ _____________________
Fecha
73
73
Anexo N° 5
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD CENTROOCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO
DECANATO DE MEDICINA BARQUISIMETO-ESTADO LARA
INSTRUMENTO DE RECOLECCION DE DATOS PARA COMPARAR LA PREVALENCIA DE OBESIDAD CENTRAL Y ALGUNOS FACTORES DE RIESGO
EN ADOLESCENTES DE DOS UNIDADES EDUCATIVAS DE LA CIUDAD DE BARQUISIMETO - ESTADO LARA EN EL PERIODO ENERO-MAYO 2007
Unidad Educativa _______________________________________________________
Marca con una X ó según corresponda. Sólo responderás aquellas preguntas que estén en minúscula.
1. Edad: ______ 2. Sexo: ______ 3. ¿Presenta usted alguna de estas condiciones?
SI NO 3.1 Distensión abdominal debido a flatulencia o a un exceso de gases intraabdominales
3.2 Acumulación de liquido en el abdomen (ascitis) 3.3 Tumores intraabdominales 3.4 Escoliosis o desviación anormal de la columna vertebral 3.5 Embarazo 3.6 Hipertensión Arterial 3.7 Diabetes Mellitus
4. Sedentarismo
• ¿Cuánto tiempo al día dedica usted a las siguientes actividades: ver televisión, trabajar en computadora y/o entretenerse con videojuegos?
1 hora o menos ____ Más de 1 hora ___
SEDENTARISMO: PRESENTE ___________ AUSENTE _________
5. Actividad Física Irregular: • ¿Cuántas veces a la semana practicas cualquiera de las siguientes
actividades: caminatas, danza, ejercicio en el hogar y/o deportes?
74
74
Menos de 3 veces _______ 3 veces _____ Más de 3 veces ______
• ¿Cuánto tiempo le dedicas a la práctica de las siguientes actividades físicas: caminatas, danza, ejercicio en el hogar y/o deportes?
Menos de 20 minutos ______ Entre 20 y 29 minutos ______ 30 minutos o más _______
ACTIVIDAD FISICA IRREGULAR: PRESENTE ____ AUSENTE ____
6. Hábitos alimentarios:
• Desayuno: ¿Cuántas veces a la semana desayunas?
Ninguna o 1 vez _______ 2 o más veces _______
• ¿Cuántas veces a la semana ingieres alimentos entre las comidas?
Entre 0 y 4 veces______ 5 o más veces ______
• ¿Cuántas veces a la semana ingieres comida rápida?
0 o 1 vez ______ 2 o más veces ______
• ¿Cuántas veces a la semana cenas en familia?
Entre 0 y 2 veces ______ 3 o más veces ______
HÁBITOS ALIMENTARIOS INADECUADOS: PRESENTE _____ AUSENTE_____
7. Condición Socioeconómica:
• ¿Cuál es la profesión del jefe de tu familia?
1. Universitario o gerencial ______
75
75
2. Técnico titular, mediano comerciante o productor _______ 3. Empleado, técnico no titular o pequeño comerciante ______ 4. Obreros especializados (albañil, carpintero, etc.) _______ 5. Obreros no especializados (buhonero, servicio doméstico, etc.)
________
• Nivel de instrucción de la madre:
1. Universitaria o equivalente _____ 2. Secundaria completa o técnica superior _____ 3. Secundaria incompleta o técnico inferior_____ 4. Educación primaria incompleta o alfabeta _____ 5. Analfabeta _____
• ¿Cuál es la principal fuente de ingresos de tu hogar? 1. Rentas o fortunas heredadas ______ 2. Ganancias u honorarios ______ 3. Sueldo mensual _______ 4. Salario, remuneración semanal o a destajo ______ 5. Ingresos de origen público o privado ______
• Condiciones de la vivienda: 1. Óptimas condiciones sanitarias, espaciosa y con ambiente de lujo
______ 2. Óptimas condiciones sanitarias, sin excesos y con suficiente espacio
______ 3. Buenas condiciones sanitarias sin lujo______ 4. Deficientes condiciones sanitarias, con ambientes espaciosos o
reducidos ______ 5. Ranchos o espacios insuficientes, condiciones sanitarias
inadecuadas_______
ESTRATO SOCIOECONÓMICO ________
8. MEDIDAS ANTROPOMÉTRICAS:
CIRCUNFERENCIA ABDOMINAL: ___________CMS.
OBESIDAD CENTRAL:
• PRESENTE (por encima del percentil 90) _________
• AUSENTE (por debajo del percentil 90) _________
76
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