Date post: | 21-Apr-2015 |
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¿Sois capaces de beber el cáliz que yo voy a beber? ( Mt 20)
Acuérdate de cómo estuve en tu presencia (Jeremías 18,18-20)
Ser capaces de beber el cáliz del Señor implica conocer las consecuencias del
apurar esa copa.Es soñar no tanto, con estar un día
a la derecha o a la izquierda de Dios, cuanto de interpelarnos en el cómo ser
otros cristos aquí y ahora.La cuaresma, en ese sentido,
es un tiempo que nos lanza diversas cuñas para ajustar nuestra vida
y, con la ayuda de ellas, ir restaurando esas grietas por las que consciente
o inconscientementese escapa el brillo de la fe.
Reconocer de antemano
su señorío sobre nosotrosPedir la humildad
necesaria
para postrarnos ante
El
Cederle un lugar
en el centro de nuestras accionesDarle gracias
por su presencia en nuestra
historia
Restañar la divinidad que
confía
con la humanidad perdida
Dejarse embargar
por el Misterio
escondido
Escuchar para que hable la
fe
aunque la razón nos despiste
Mirar de frente a las
dificultades
de cada jornada
Saborear y meditar aquellas
Palabras que salvanPedir a Dios la
interpretación
de las Palabras que sanan
Poner a Jesús como
confidente
de nuestros fracasos
Comunicarle
nuestras pequeñas
conquistas.
Supone sentar a Dios en el
lugar que le corresponde Es descender al ser humano
de la peana del poder y de la
arrogancia
Es dejarse traspasar por la
presencia y la voluntad del
MisterioEs hacer frente a los tragos
amargos de nuestra vida
La Fe se fortalece al calor
del Señor, del silencio y de
su PalabraLa caridad se agiganta
a la sombra de sus hechos
La esperanza se alimenta
de Aquel que siempre nos
espera.
Hay que situarle en el
centro de toda nuestra
existencia
Se acercó un discípulo al maestro preguntándole:“¿qué tengo que hacer para llenarme de Dios?.
Quisiera poner en orden mi vida; saber qué tengo que hacer con mis muchos bienes materiales; cómo distribuir mi tiempo
libre y mis muchas propiedades”.
Después de un gran silencio en el que el maestro escuchó las glorias que su discípulo le contaba le contestó: “es imposible que te llenes de Dios cuando no hay un centímetro libre en tu corazón para El”.
¿Seremos capaces de vaciarnos de tanto trasto inservible que convierten nuestro corazón
en un desván desfasado y desordenado para el bien?
¿Seremos tan valientes de dejar limpio el interior
de nuestras personaspara poder beber,con sed de Diosy de eternidad,
el cáliz de la salvaciónque será alzado
en la próxima Pascua? Javier Leoz