Date post: | 11-Mar-2016 |
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COLEGIO NACIONAL “ABELARDO MONCAYO”
ATUNTAQUI - ECUADOR
TRABAJO DE COMPUTACION
LA AVIACION
CURSO: TERCERO QUIMICO
BIOLOGO
LIC: FELIPE VILCA
NOMBRE: BRANDON LUCERO
2012 - 2013
Historia de la aviación
La historia de la aviación se remonta al día en el que el hombre prehistórico se paró a
observar el vuelo de las aves y de otros animales voladores. El deseo de volar está presente
en la humanidad desde hace siglos, y a lo largo de la historia del ser humano hay constancia
de intentos de volar que han acabado mal. Algunos intentaron volar imitando a los pájaros,
usando un par de alas elaboradas con un esqueleto de madera y plumas, que colocaban en
los brazos y las balanceaban sin llegar a lograr el resultado esperado.
Muchas personas decían que volar era algo imposible para las capacidades de un ser
humano. Pero aun así, el deseo existía, y varias civilizaciones contaban historias de personas
dotadas de poderes divinos, que podían volar. El ejemplo más conocido es la leyenda de
Ícaro y Dédalo, que encontrándose prisioneros en la isla de Minos, se construyeron unas alas
con plumas y cera para poder escapar. Ícaro se aproximó demasiado al Sol y la cera de las
alas comenzó a derretirse, haciendo que se precipitara en el mar y muriera. Esta leyenda era
un aviso sobre los intentos de alcanzar el cielo, semejante a la historia de la Torre de Babel
en la Biblia, y ejemplifica el deseo milenario del hombre de volar.
La historia moderna de la aviación es compleja. Durante siglos se dieron tímidos intentos por
alzar el vuelo, fracasando la mayor parte de ellos, pero ya desde el siglo XVIII el ser humano
comenzó a experimentar con globos aerostáticos que lograban elevarse en el aire, pero tenían
el inconveniente de no poder ser controlados. Ese problema se superó ya en el siglo XIX
con la construcción de los primeros dirigibles, que sí permitían su control. A principios de
ese mismo siglo, muchos investigaron el vuelo con planeadores, máquinas capaces de
sustentar el vuelo controlado durante algún tiempo, y también se comenzaron a construir los
primeros aeroplanos equipados con motor, pero que, incluso siendo impulsados por ayudas
externas, apenas lograban despegar y recorrer unos metros. No fue hasta principios del siglo
XX cuando se produjeron los primeros vuelos con éxito. El 17 de diciembre de 1903 los
hermanos Wright se convirtieron en los primeros en realizar un vuelo en un avión
controlado, no obstante algunos afirman que ese honor le corresponde a Alberto Santos
Dumont, que realizó su vuelo el 13 de septiembre de 1906.
A partir de entonces, las mejoras se fueron sucediendo, y cada vez se lograban mejoras
sustanciales que ayudaron a desarrollar la aviación hasta tal y como la conocemos en la
actualidad. Los diseñadores de aviones se siguen esforzando en mejorar continuamente las
capacidades y características de estos, tales como su autonomía, velocidad, capacidad de
carga, facilidad de maniobra o la seguridad, entre otros detalles. Las aeronaves han pasado a
ser construidas de materiales cada vez menos densos y más resistentes. Anteriormente se
hacían de madera, en la actualidad la gran mayoría de aeronaves emplea aluminio y
materiales compuestos como principales materias primas en su producción.Recientemente,
los ordenadores han contribuido mucho en el desarrollo de nuevas aeronaves.
Antigüedad - Siglo XVIII: Primeros diseños y teorías
Se sabe que alrededor del año
400 a. C., Arquitas de Tarento,
un estudioso de la Antigua
Grecia, construyó un artefacto de
madera que él mismo bautizó
con el nombre de "Peristera" (en
griego: Περιστέρα, "Paloma"), que
tenía forma de ave y era capaz de
volar a unos 180 metros de
altura. Utilizaba un chorro de
aire para alzar el vuelo, pero no
se tiene constancia de qué era lo
que producía ese chorro. El
objeto volador se amarraba mediante unas cuerdas que permitían realizar un vuelo
controlado hasta que el chorro de aire terminaba. Este artefacto de madera probablemente
fue la primera máquina voladora capaz de moverse por medios propios.
La linterna de Kong Ming, precursora del globo aerostático, era conocida en China desde la
antigüedad. Su invención se atribuye al general Zhuge Liang, y fueron usadas para asustar a
las tropas enemigas. Sobre el año 300 a. C. los chinos inventaron la cometa, que se considera
un tipo de planeador, y desarrollaron técnicas para hacerla volar en el aire. Siglos después,
en el año 559 hay documentados vuelos de seres humanos usando cometas. El emperador
Gao Yang experimentó con prisioneros, entre los que se encontraba Yuan Huangtou, hijo
del anterior emperador, Yuan Lang. Les ordenó lanzarse desde lo alto de una torre, y Yuan
Huangtou planeó hasta sobrepasar las barreras de la ciudad, aunque poco después moriría
ejecutado.
En el año 852, el andalusí Abbás Ibn Firnás, se lanzó desde el minarete de la Mezquita de
Córdoba con una enorme lona para amortiguar la caída, sufriendo heridas leves, pero
pasando a la historia como el precursor de los modernos paracaídas.8
En el 875, contando
con 65 años de edad, Ibn Firnás se hizo confeccionar unas alas de madera recubiertas de tela
de seda que había adornado con plumas de rapaces. Con ellas se lanzó desde lo alto de una
colina, y logró permanecer en el aire durante un breve espacio de tiempo, aunque hay relatos
que afirman que voló durante más de diez minutos. El aterrizaje resultó muy violento y
Abbás Ibn Firnás se fracturó las dos piernas, pero consideró que la experiencia había sido un
éxito, al igual que la gran
multitud de personas que lo
observaron.8
Diseños de máquinas voladoras
realizados por Leonardo da
Vinci.
Este vuelo sirvió de inspiración
para Eilmer de Malmesbury, un
monje benedictino, que más de un siglo después, hacia el año 1010, recorrió más de 200
metros en el aire, sobre un aparato similar al de Abbás Ibn Firnás.
En el 1290, Roger Bacon, un monje inglés, escribió que el aire, al igual que el agua, tenía
algunas características propias de los sólidos. Bacon estudió las ideas de Arquímedes
relacionadas con la densidad de los elementos, y llegó a la conclusión de que si las personas
pudieran construir una máquina que tuviese las características adecuadas, el aire podría
soportar esa máquina, al igual que el mar soporta un navío.
Muy probablemente fue el artista e inventor italiano Leonardo da Vinci la primera persona
que se dedicó seriamente a proyectar una máquina capaz de volar. Da Vinci diseñó
planeadores y ornitópteros, que usaban los mismos mecanismos usados por los pájaros para
volar, a través de un movimiento constante de las alas para arriba y para abajo. Sin embargo,
nunca llegó a construir tales máquinas, pero sus diseños se conservaron, y posteriormente, ya
en el siglo XIX y siglo XX, uno de los planeadores diseñados por Leonardo da Vinci fue
considerado digno de atención. En un estudio reciente, se creó un prototipo basado en el
diseño de ese mismo planeador, y de hecho, el aparato era capaz de volar. No obstante, al
interpretar el diseño del planeador, se aplicaron algunas ideas modernas relacionadas con la
aerodinámica. Aun así, este diseño es considerado como el primer esbozo serio de una
aeronave.
Siglo XVIII - Siglo XIX: Aeronaves más ligeras que el aire
Según crónicas de la época, el primer vuelo realizado con éxito de un globo de aire caliente,
fue gracias al padre Bartolomeu Lourenço
de Gusmão, un portugués nacido en Brasil
en la época colonial, que logró alzar el
vuelo de un aerostato, al que denominaría
passarola, el 8 de agosto de 1709 en la
corte de Juan V de Portugal, en Lisboa. En
la demostración, la passarola se elevó unos
3 metros por encima del suelo, dejando
impresionados a los observadores, y
ganándose el apodo de Padre Volador. No
se conservaron descripciones detalladas
del acontecimiento, probablemente
debido a que fueron destruidas por la
inquisición, pero algunos diseños
fantasiosos de la excéntrica aeronave salieron en el periódico vienés Wienerische Diarium de
1709. Según una crónica de ese periódico, el aparato consistía en un globo de papel grueso,
que dentro contenía un cuenco con fuego, y que consiguió elevarse más de veinte palmos.
No obstante, la passarola no influyó en los desarrollos de la aviación que ocurrirían
posteriormente.El primer estudio de aviación publicado fue Sketch of a Machine for Flying in the Air (en español: esbozo de una máquina para volar por el aire), de Emanuel
Swedenborg, publicado en 1716. Este esbozo de máquina voladora consistía en un fuselaje y
dos grandes alas que se moverían a lo largo del eje horizontal de la aeronave, generando el
empuje necesario para su sustentación en el aire. Swedenborg sabía que su máquina jamás
volaría, pero decía que los problemas que existían en su diseño serían resueltos en el futuro.
Sus palabras fueron:
"Parece más fácil hablar de una máquina
capaz de volar, que de construir una
capaz de alzar el vuelo, debido a que esto
requiere una mayor cantidad de fuerza de
la que el hombre es capaz de generar, y
menos peso que el de un cuerpo
humano. La ciencia mecánica tal vez
podrá ayudar, como una fuerte barra en
espiral. Si estos requisitos se cumplen, tal
vez un día sabremos mejor como usar
este diseño y así realizar las mejoras
necesarias para intentar cumplir lo que
nosotros actualmente, apenas conseguimos describir. Tenemos pruebas suficientes y
ejemplos en la naturaleza que nos dicen que volar sin peligro es posible, aunque cuando se
realicen los primeros intentos, posiblemente tendremos que pagar por la falta de experiencia,
con un brazo o una pierna (quebrada)."
Primer ascenso de un globo tripulado, el 15 de octubre de 1783. El Marqués d'Arlandes y
Pilâtre de Rozier lograron recorrer ocho kilómetros en él.
La fuerte barra en espiral descrita por Swedenborg es lo que actualmente se conoce como
hélice. Él sabía que la sustentación y la
manera de generar esa sustentación
serían indispensables para la creación
de un aparato capaz de volar por
medios propios.
El primer vuelo humano del que se
tiene noticia fue realizado en París el
15 de octubre de 1783. El doctor
Jean-François Pilâtre de Rozier y el
noble François Laurent d'Arlandes,
realizaron el primer vuelo libre en una máquina creada por el hombre. Consiguieron volar
durante 25 minutos, recorriendo 8 kilómetros en un globo de aire caliente, inventado por los
hermanos Montgolfier, dos fabricantes de papel.
El aire dentro de la cámara de aire del globo
se calentaba por una hoguera de madera. El globo tenía el inconveniente de que era
incontrolable, volaba donde el viento le llevase. Este globo, por ser bastante pesado, alcanzó
una altura máxima de apenas 26 metros. Los hermanos Montgolfier continuaron fabricando
otros globos, logrando varios vuelos con éxito, lo que hizo que la experimentación de vuelos
con globos se extendiera por Europa a lo largo del siglo XVIII. Los globos permitían la
profundización en los conocimientos acerca de la relación entre altitud y atmósfera. Incluso
Napoleón Bonaparte planeó usar globos en una posible invasión francesa a Inglaterra.
Otros inventores, como el francés Jacques Charles, sustituyeron el aire caliente por
hidrógeno, que es un gas más ligero que el aire. Pero de igual forma, los globos seguían sin
poder ser dirigidos, y solamente la altitud era controlable por los aviadores.
En el siglo XIX, en 1852, el ingeniero francés Henri Giffard inventó el dirigible, que es una
máquina más ligera que el aire, y se diferencia del globo en que su dirección sí podía ser
controlada a través del uso de timones y motores.El primer vuelo controlado de un dirigible
se realizó el 24 de septiembre de ese mismo año en Francia, controlado por el propio
Giffard, logrando recorrer 24 kilómetros, a una velocidad de 8 km/h usando un pequeño
motor a vapor. A lo largo de finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, el
dirigible fue un método de transporte de confianza.
Siglo XIX: Planeadores
Con la invención del globo y del
dirigible, los inventores pasaron a
intentar crear una máquina más
pesada que el aire, que fuese
capaz de volar por medios
propios.
En primer lugar, aparecieron los
planeadores, máquinas capaces de
sustentar el vuelo controlado
durante algún tiempo. En 1799,
George Cayley, un inventor inglés, diseñó un planeador relativamente moderno, que contaba
con una cola para controlarlo, y un lugar donde el piloto se podía colocar, por debajo del
centro de gravedad del aparato, dando así estabilidad a la aeronave. Cayley construyó un
prototipo, que realizó sus primeros vuelos no tripulados en 1804. Durante las cinco décadas
siguientes, trabajó en su prototipo, tiempo durante el cual Cayley dedujo muchas de las leyes
básicas de la aerodinámica. En 1853, un ayudante de Cayley realizó un vuelo de corta
duración subido al planeador, en Brompton (Inglaterra). George Cayley es considerado el
fundador de la ciencia física de la aerodinámica, habiendo sido la primera persona que
describió un aeronave de ala fija propulsada por motores.
En 1856 el francés Jean-Marie Le Bris realizó el primer vuelo que planeó más alto que su
punto de despegue, gracias a su planeador, el L'Albatros artificiel, el cual, para despegar, fue
arrastrado por caballos en la playa. Según afirmó, alcanzó una altura de 100 metros y
recorrió una distancia de 200.
En 1866, un
campesino y
carpintero polaco
llamado Jan Wnęk
construyó y voló
un planeador
controlable. Wnęk
era analfabeto y
autodidacta, y
todos los
conocimientos y
deducciones sobre
los planeadores los
obtuvo mediante la observación del vuelo de los pájaros y gracias a sus habilidades. Jan
Wnęk estaba atado con firmeza a su planeador por el pecho y las caderas y lo controlaba
mediante giros de las alas. Para probarlo, se lanzó desde la torre de la iglesia de Odporyszów,
a 45 metros de altura, y ésta a su vez situada sobre una colina de 50 metros, haciendo que la
altura relativa fuera de 95 metros hasta el valle. Realizó varios vuelos con público entre 1866
y 1869, especialmente durante festivales religiosos, carnavales y celebraciones de año nuevo,
pero apenas hubo constancia de los hechos de Jan Wnęk, y estos no tuvieron impacto en el
progreso de la aviación.
En esa época, Frank Wenham intentó construir una serie de planeadores, pero no tuvieron
éxito. En sus esfuerzos, descubre que la mayor parte de la sustentación de un pájaro parecía
ser generada en la parte frontal, y Wenham dedujo que unas alas finas, largas y fijas,
semejantes a las alas de los aviones actuales, serían más eficientes que las alas similares a las
de pájaros o murciélagos. Su trabajo fue presentado en la recién creada Royal Aeronautical
Society de Gran Bretaña en 1866, y Wenham decidió probar sus ideas construyendo el
primer túnel de viento del mundo, en 1871.23
Los miembros de la sociedad hicieron uso del
túnel y quedaron sorprendidos y encantados con el resultado: las alas fijas generaban
sensiblemente más sustentación que lo que los científicos habían previsto. Este experimento
claramente demostró que la construcción de máquinas más pesadas que el aire era posible, el
problema era como generar el empuje necesario para mover el aparato hacia delante, ya que
habían comprobado que las aeronaves de ala fija precisaban de un flujo de aire constante
pasando por las alas, y aún hacía falta poder tener el control de la aeronave en vuelo.
En 1874, Félix du Temple construyó un planeador realizado con aluminio, en Brest
(Francia), al que denominó Monoplane. Contaba con una envergadura de 13 metros y un
peso de 80 kilogramos sin contar al piloto, además de ser autopropulsado. Realizó varias
pruebas, y al parecer consiguió despegar gracias a una rampa, y lograr después un aterrizaje
seguro, realizando el primer vuelo autopropulsado de la historia, aunque fuera durante un
breve espacio de tiempo y la distancia recorrida fuera escasa.
La década de 1880 fue un tiempo de estudios intensos, caracterizados por los gentleman scientists, científicos que disponían de recursos necesarios para investigar de manera
independiente sin tener que depender de financiación ajena, que hicieron la mayor parte de
las investigaciones en el campo de la aeronáutica hasta la llegada del siglo XX. Se realizaron
un gran número de avances que harían posible disponer de los primeros planeadores
prácticos. Tres nombres en particular aportaron grandes conocimientos: Otto Lilienthal,
Percy Pilcher y Octave Chanute.
Uno de los primeros planeadores modernos fue construido en Estados Unidos por John
Joseph Montgomery, que voló en su máquina el 28 de agosto de 1883, en un vuelo
controlado.25
Pero tuvo que pasar mucho tiempo para que los trabajos de Montgomery
fueran conocidos. Otro planeador fue construido por Wilhelm Kress en 1877 en Viena.
El alemán Otto Lilienthal
continuó el trabajo de Frank
Wenham, publicando sus
investigaciones en 1889.
Lilienthal también fabricó una
serie de planeadores, y en
1891 fue capaz de hacer vuelos
sustentados logrando recorrer
más de 25 metros, mejorando
intentos anteriores que
presentaban resultados inestables. El alemán documentó rigurosamente su trabajo, incluso
con fotografías, y por esa razón, es uno de los pioneros de la aviación más conocidos.
También promovió la idea de salta antes de que alces el vuelo, sugiriendo que los
investigadores deberían comenzar con planeadores y después intentar trabajar en proyectos
para desarrollar un avión, en vez de diseñar tal avión directamente en un papel y esperar a
que ese diseño funcione.
Lilienthal realizó con éxito varios vuelos hasta 1896, año en el que falleció en un accidente
aéreo el 9 de octubre, causado por un viento lateral repentino, que rompió un ala de su
aeronave en pleno vuelo, haciendo que se precipitara desde una altura de 17 metros. Por
todo eso, Lilienthal es considerado la primera persona que realizó un vuelo planeado
controlado, en el cual era el piloto el que controlaba a la aeronave. Sus últimas palabras antes
de morir, al día siguiente, fueron: "Deben hacerse sacrificios".
En esos momentos, Lilienthal estaba trabajando en busca de pequeños motores adecuados
para equipar a sus aeronaves, con la idea de crear un prototipo más pesado que el aire y
capaz de alzar el vuelo por medios propios.
Octave Chanute continuó el trabajo de Lilienthal en el área de los planeadores. Creó varios
prototipos e incluyó mejoras en sus aeronaves. En el verano de 1896, realizó varios vuelos
sobre sus planeadores en Miller Beach (Indiana, Estados Unidos), y decidió que el mejor de
todos ellos era un biplano. Al igual que Otto Lilienthal, Chanute documentó detalladamente
su trabajo, y también fotografió sus máquinas y experimentos. Durante sus investigaciones,
dedicó parte de su tiempo a comunicarse mediante correspondencia con personas que
tenían sus mismos intereses, entre ellas Percy Pilcher. Chanute estaba particularmente
interesado en solucionar el problema de cómo proporcionar estabilidad a la aeronave
cuando esta estuviese en vuelo. Esa estabilidad se conseguía de manera natural en pájaros,
pero tenía que ser realizada manualmente en el caso de humanos. Dentro de los problemas
relacionados con la estabilidad del biplano en vuelo, el más desconcertante era la estabilidad
longitudinal, ya que el ángulo de ataque del ala, hacía que el centro de presión de la aeronave
se incrementara e hiciese que el ángulo del biplano aumentase todavía más, y entrara en
pérdida.
Siglo XIX: Aviones
En el siglo XIX se realizaron algunos intentos de producir un avión que despegase por
medios propios. Pero la mayoría de ellos eran de pésima calidad, construidos por personas
interesadas en la aviación pero que no tenían los conocimientos de los problemas que
trataron Lilienthal y Chanute.
En 1843, William Henson, un inventor inglés, registró la primera patente de una aeronave
equipada con motores, hélices, y provista de un ala fija, lo que en la actualidad se conoce
como avión. Pero el prototipo construido basándose en los diseños de Henson no tuvo
buenos resultados, y desistió en su proyecto. En 1848, su amigo John Stringfellow construyó
una pequeña aeronave basada en los diseños de Henson, que tuvo éxito en ciertos aspectos,
pudiendo despegar por medios propios, pero lo hacía sin piloto, y podía volar apenas dos o
tres segundos.
En 1890, Clément Ader, un ingeniero
francés, construyó un avión al que llamó
Éole, equipado con un motor a vapor.
Ader consiguió despegar en el Éole, pero
no consiguió controlar el aparato, y solo
pudo recorrer unos 50 metros en el aire.
Aun así, consideró los resultados
satisfactorios, y se planteó construir una
aeronave mayor, cuya construcción le llevó
cinco años de su vida. Pero por desgracia,
su nuevo avión, denominado Avión III era
demasiado pesado y nunca fue capaz de
despegar.
En 1884 el ruso Aleksandr Mozhaiski diseñó y creó un monoplano con el que logró
despegar gracias a un motor a vapor y recorrer una distancia de entre 20 y 30 metros.
En esa época, Hiram Stevens Maxim, un estadounidense nacionalizado británico, estudió
una serie de diseños en Inglaterra, y construyó un avión de dimensiones monstruosas para
los patrones de la época. Era un biplano de 3.175 kg y con una envergadura de 32 metros,
equipado con dos motores a vapor, cada uno capaz de generar 180 CV. Maxim construyó la
aeronave para estudiar los problemas básicos de la aerodinámica y la potencia. Observó que
el aparato, sin equipamientos que ayudasen a obtener su control, sería insegura y peligrosa a
cualquier altitud, entonces construyó una pista especial, de 550 metros de longitud, donde
colocó unos raíles en los que se situaba el avión para realizar pruebas. Las primeras pruebas
las realizó en busca de problemas, y a partir del 31 de julio de 1894 comenzó a incrementar
la potencia de los
motores en cada prueba,
alineando el aparato en la
pista. Las dos primeras
tuvieron un éxito
razonable, el aparato
consiguió "saltar" sobre
los raíles durante unos
segundos, pero no llegó a volar. En la tercera prueba, la tripulación aplicó potencia máxima a
los motores del avión, hasta alcanzar 68 km/h, y después de recorrer 180 metros se produjo
tanta sustentación que el avión se salió de los raíles, consiguiendo despegar y volar
recorriendo 60 metros, momento en el cual el aparato chocó contra el suelo. Maxim
solamente volvió a hacer nuevas pruebas en la década de 1900, usando motores a gasolina y
aeronaves menores.
Otro pionero de la aviación fue Samuel Pierpont Langley, un científico estadounidense, que
después de una exitosa carrera relacionada con la astronomía, comenzó a estudiar
seriamente la aerodinámica en lo que actualmente es la Universidad de Pittsburgh (Estados
Unidos). En 1891, Langley publicó Experiments in Aerodynamics (en español:
Experimentos en aerodinámica), donde detallaba sus investigaciones, y es a partir de ahí
cuando se dedicó a diseñar y construir aeronaves basadas en sus ideas. El 6 de mayo de
1896, un prototipo construido por él, realizó su primer vuelo con éxito. El nombre de la
aeronave era Aerodrome No.5. El avión recorrió aproximadamente mil metros a una
velocidad de 40 km/h. El 28 de noviembre del mismo año, realizó otro vuelo con éxito, con
el aparato Aerodrome No.6, que consiguió recorrer con éxito 1.460 metros, pero despegaba
sin tripulantes.
Después de los éxitos de estas pruebas de vuelo, Langley decidió construir un avión que
fuese capaz de volar pilotado por una persona, por lo que comenzó a buscar personas
dispuestas a invertir en su nueva máquina. Es entonces cuando el gobierno estadounidense le
subvencionó con cincuenta mil dólares, gracias al interés que despertaba la idea de disponer
de un aparato que sirviera como observador militar aéreo, ya que en ese momento se
iniciaba la Guerra Hispano-Estadounidense. Langley construyó entonces su Aerodrome A, y
pasó a realizar pruebas en una versión idéntica pero con un cuarto tamaño con respecto al
modelo original, y sin tripulantes. El prototipo voló dos veces el 18 de julio de 1901,
realizando con éxito hasta 1903 algunos despegues
más.
Con el diseño básico de la aeronave aparentemente
aprobado en las pruebas realizadas, Langley
acreditaba que el Aerodrome A estaba en
condiciones de ser probado con un tripulante a
bordo. Entonces comenzó a buscar un motor
adecuado, y contrató a Stephen Balzser para la
construcción de este. Langley quedó decepcionado
al ver que el motor generaba apenas 8 CV de fuerza, en vez de los 12 CV que él esperaba.
Un asistente de Langley, Charles M. Manly, rediseñó el motor, transformándolo en uno con
cinco cilindros y refrigerado por agua, capaz de generar 52 CV y 950 revoluciones por
minuto, con un peso de 57 kg.
El 7 de octubre y el 8 de diciembre de 1903,
Langley, a los mandos del Aerodrome A, intentó
hacer que su avión despegara. Realizó sus
intentos en un navío sobre el Río Potomac, y
utilizó una catapulta para proporcionar el empuje
necesario para el despegue. Pero por desgracia, el avión era muy frágil, y en ambos intentos
el avión terminó chocándose con el agua justo después de despegar. Además de eso, el avión
no disponía de control longitudinal ni tampoco de tren de aterrizaje, y por eso tenía que
realizar los intentos de despegue sobre el río. Otro problema era que los fondos monetarios
de los que disponía se agotaban, por lo que intentó conseguir más, pero sus esfuerzos
fracasaron.
Por toda la labor realizada dentro del mundo de la aviación, Langley fue reconocido por el
Instituto Smithsoniano, una institución educacional ubicada en Washington D. C., como el
inventor del avión, gracias a que Glenn Hammond Curtiss posteriormente haría varias
modificaciones en el Aerodrome A de Langley en la década de 1910, y conseguiría alzar el
vuelo.
Mientras, en el Reino Unido, Percy Pilcher estuvo a punto de convertirse en la primera
persona que alza el vuelo en un avión. Pilcher construyó varios planeadores: the bat (el
murciélago), the beetle (el escarabajo), the gull (la gaviota) y the hawk (el halcón). Logró alzar
el vuelo en todos ellos, teniendo éxito en sus intentos. En 1899 construyó un prototipo de
avión con motor a vapor, pero por desgracia Pilcher falleció en un accidente aéreo con uno
de sus planeadores, no habiendo probado su prototipo. Sus trabajos permanecieron
escondidos durante años, y solo mucho tiempo después, despertaron interés en la
comunidad científica. Estudios más recientes indicaron que su prototipo hubiera sido capaz
de alzar el vuelo por sus propios medios con un tripulante a bordo.
Otro nombre digno de destacar es el de Gustave Whitehead, del que se tiene documentado
un primer vuelo ocurrido el 14 de agosto de 1901 en Connecticut (Estados Unidos), día en el
que logró volar con su modelo número 21 en tres ocasiones. La información salió
reflejada en los periódicos Bridgeport
Herald, New York Herald y el Boston
Transcript, y en ellos se dice que el vuelo
más largo logró recorrer más de 2.500
metros a una altura de 60 metros, siendo
mayor que la marca alcanzada por los
hermanos Wright dos años más tarde.
Meses después, en enero de 1902 logró
volar 10 kilómetros sobre Long Island en
su modelo número 22. Pero antes de eso, algunos testigos confirman un vuelo de 1 km hacia
el año 1899. Tanto el modelo número 21 como el número 22 eran monoplazas, el primero
impulsado con un motor de 15 CV y el segundo con un motor de 30 CV. El motor aceleraba
las ruedas delanteras para adquirir la velocidad de despegue y el piloto cambiaba la fuerza
hacia las hélices. De esta forma se evitaba el mecanismo de catapulta necesario en el modelo
de los hermanos Wright.
Los planos de los modelos de Whitehead han sido conservados y en 1937, Stella Randolph
recopiló su labor en la obra Los vuelos perdidos de Gustave Whitehead. El reconocimiento
a Gustave Whitehead sólo vendría a partir de esa época.
1900 - 1914: Los primeros vuelos en una aeronave más
pesada que el aire
Durante la década de 1890, los
hermanos Wilbur y Orville
Wright empezaron a interesarse
por el mundo de la aviación,
especialmente con la idea de
fabricar y hacer volar una
aeronave más pesada que el aire,
que pudiese despegar por
medios propios. En esa época,
ambos administraban una
fábrica de bicicletas en Dayton
(Ohio, Estados Unidos), y
comenzaron a leer y estudiar
con gran interés, libros y
documentos relacionados con la aviación. Siguiendo el consejo de Lilienthal, en el año 1899
empezaron a fabricar planeadores. A finales de siglo, comenzaron a realizar sus primeros
vuelos con éxito con sus prototipos, en Kitty Hawk (Carolina del Norte), lugar elegido
debido a que en esa zona podían encontrar vientos constantes, que soplaban también en una
misma dirección, facilitando así los vuelos con planeadores. Además de eso, la zona disponía
de un suelo plano, que hacía más fáciles los aterrizajes.
Después de la realización de varias pruebas y vuelos con planeadores, los Wright decidieron
en 1902 ponerse a fabricar un avión más pesado que el aire. Se convirtieron en el primer
equipo de diseñadores que realizaron pruebas serias para intentar solucionar problemas
aerodinámicos, de control y de potencia, que afectaban a todos los aviones fabricados en esa
época. Para la realización de un vuelo con éxito, la potencia del motor y el control del
aparato serían esenciales, y al mismo tiempo el aparato precisaba ser bien controlado. Las
pruebas fueron difíciles, pero los Wright fueron perseverantes. Al mismo tiempo, fabricaron
un motor con la potencia deseada, y solucionaron los problemas de control de vuelo, a través
de una técnica denominada alabeo, poco usada en la historia de la aviación, pero que
funcionaba en las bajas velocidades a las que el avión volaría.
El avión que fabricaron los hermanos Wright era un biplano al que denominaron Flyer (en
español: Volador). El piloto permanecía echado sobre el ala inferior del avión, mientras que
el motor se situaba a la derecha de este, y hacía girar dos hélices localizadas entre las alas. La
técnica del alabeo consistía en cuerdas atadas a las puntas de las alas, de las que el piloto
podía tirar o soltar, permitiendo al avión girar a través del eje longitudinal y vertical, lo que
permitía que el piloto tuviera el control del avión. El Flyer fue el primer avión registrado en
la historia de la aviación, dotado de maniobrabilidad longitudinal y vertical, excluyendo a los
planeadores de Lilienthal, donde el control era realizado a través de la fuerza del propio
tripulante.
Imagen de uno de los primeros vuelos del "Flyer" de los hermanos Wright a finales de 1903.
El 17 de diciembre de 1903, apenas
unos meses después de las pruebas
sin éxito de Langley, Orville Wright
se convirtió en la primera persona en
volar sobre una aeronave más pesada
que el aire, propulsada por medios
propios,3
aunque no sin
controversias. El vuelo sucedió en
Kitty Hawk. Los hermanos utilizaron
railes para mantener el aparato en su
trayecto, y una catapulta para
impulsarlo. El avión ganó altitud al
acabar el recorrido sobre los raíles,
alcanzando una altura máxima de 37 metros, y una velocidad media de 48 km/h durante los
12 segundos que duró el vuelo. Ese mismo día realizaron tres vuelos, que fueron
presenciados por cuatro socorristas y un niño de la zona, haciendo que estos fueran los
primeros vuelos públicos y documentados. En un cuarto vuelo realizado el mismo día,
Wilbur Wright consiguió recorrer 260 metros en 59 segundos.39
Algunos periódicos del
estado de Ohio, entre ellos el Cincinnati Enquirer y el Dayton Daily News publicaron el día
siguiente la noticia del acontecimiento.
Los hermanos Wright realizaron diversos vuelos públicos (más de 105) entre 1904 y 1905,
esta vez en Dayton, Ohio, invitando a amigos y vecinos. En 1904, una multitud de periodistas
se reunió para presenciar uno de los vuelos de los Wright, pero a causa de problemas
técnicos en su avión, que no pudieron corregir en dos días, Orville y Wilbur fueron
ridiculizados por los medios, pasando a recibir poca atención, con la excepción de la prensa
de Ohio. Varios periodistas de ese estado, presenciaron diversos vuelos suyos, incluyendo el
primer vuelo circular del mundo, y un nuevo récord de distancia, ya que durante un intento
el 5 de octubre de 1905 recorrieron 39 kilómetros en 40 minutos. A partir de 1908, los
aviones de los hermanos Wright ya no necesitaron más la catapulta para alzar el vuelo.
El 7 de noviembre de 1910, realizaron el primer vuelo comercial del mundo. Este vuelo,
realizado entre Dayton y Columbus (Ohio), duró una hora y dos minutos, recorriendo 100
kilómetros y rompiendo un nuevo récord de velocidad, alcanzando los 97 km/h
El brasileño Alberto Santos Dumont estaba fascinado por las máquinas. En 1891, se mudó
con su padre a París, donde quedó maravillado por el mundo de la aviación. Realizó sus
primeros vuelos como pasajero en globo, y posteriormente creó su propio globo, el Brésil (Brasil en francés). Santos Dumont también creó una serie de modelos de dirigibles, de los
que algunos lograron volar con éxito pero otros no. Los hechos realizados por Santos
Dumont en París, le convirtieron en una persona famosa en esa ciudad.
El 13 de septiembre de 1906, Santos
Dumont realizó un vuelo público en París,
en su famoso avión, el 14-bis. Este aparato
usaba el mismo sistema de alabeo empleado
en las aeronaves de los hermanos Wright, y
logró recorrer una distancia de 221 metros.
El 14-bis, al contrario que el Flyer de los
Wright, no necesitaba raíles, catapultas o
viento para alzar el vuelo, y como tuvo
mucha repercusión mediática en aquel
momento, el vuelo es considerado por
algunas personas como el primero realizado
con éxito de un avión. Cuando se realizó
este vuelo, poco o nada se sabía de los hermanos Wright, por lo que la prensa internacional
consideró al 14-bis de Santos Dumont como el primer avión capaz de despegar por medios
propios.
Santos Dumont, después del 14-bis, inventaría el primer ultraligero, el Demoiselle, que fue el
último aparato que desarrollaría. También realizó importantes avances relacionados con el
control del avión en vuelo y de los alerones de sus aeronaves.
Existe gran controversia en lo relativo a la realización del primer vuelo. Generalmente hay
dos opiniones, los que consideran como autor de esta hazaña a los hermanos Wright
(concretamente a Orville Wright) y los que consideran a Alberto Santos Dumont. Este
último realizó en París el vuelo del 14-bis, el primero de un avión en la historia de la aviación
que se logra sin artificios externos y que queda registrado y publicado. Los especialistas
alegan el uso de raíles y catapultas en las pruebas de despegue de los hermanos Wright, y el
testimonio de vuelo del 14-bis en París por aviadores y autoridades de aviación.
En cuanto a esto, los hermanos Wright no realizaron muchos vuelos públicos, ya que
pretendieron realizar sus vuelos solos o con la presencia de pocos testimonios, aunque
habían intentado realizar demostraciones para las fuerzas armadas de los Estados Unidos, de
Francia, del Reino Unido y de Alemania, todas sin éxito, con la intención de evitar el robo
de informaciones por parte de otros aviadores, y en busca de perfeccionar el aparato lo
suficiente como para obtener la patente de su avión (irónicamente, Santos Dumont ponía
todas sus invenciones en el dominio público).
Algunos especialistas en aviación acreditan que los hermanos Wright fueron los primeros en
volar en un avión más pesado que el aire. A pesar de la falta de testimonios de aviadores y de
organizaciones de aviación, los mismos especialistas también apuntan en el hecho de que, a
través de las noticias publicadas en periódicos de Ohio, el testimonio de habitantes de la
región donde estos vuelos se realizaron y las fotos de estos vuelos, demuestran que estos
vuelos ocurrieron, pero las aeronaves no despegaban por si solas, sino que utilizaban
artefactos que las catapultaban, haciendo que el vuelo de Santos Dumont sea considerado
como el primero en la historia de la aviación, a pesar de haber ocurrido algunos años
después de los primeros vuelos de los hermanos Wright.
De hecho, los Wright son acreditados en los Estados Unidos, como los primeros en volar en
un avión. Sus primeros vuelos públicos, realizados en presencia de un gran número de
testimonios, fueron realizados en 1908 en Le Mans (Francia).
Santos Dumont es considerado el inventor del avión en la mayor parte del mundo, donde es
llamado el padre de la aviación. Varias personas, sin embargo, critican ese título, alegando
que otros aviadores hicieron sus contribuciones en el mundo de la aviación mucho tiempo
antes de Santos Dumont o de los Wright, y que ese título no debería emplearse con ningún
aviador en particular.
Otras controversias sobre el primer vuelo
Varios aviadores afirmaron haber volado en un avión con anterioridad a los vuelos de los
hermanos Wright y de Santos Dumont, volviendo todavía más controvertido el primer vuelo
de la historia en un avión. Esta controversia fue alimentada por los hermanos Wright, que
permanecieron distanciados de los medios de comunicación mientras preparaban la patente
de su avión, por lo que fueron poco conocidos en su momento por la comunidad de la
aviación mundial, y también por el gran número de posibles primeros vuelos en un avión,
por las diferentes categorías y cualificaciones de las aeronaves y de los medios utilizados para
lograr tales vuelos, por la falta de testigos creíbles y por el orgullo y patriotismo de las
naciones de estos aviadores.
Gustave Whitehead afirmó haber volado en una aeronave más pesada que el aire, por
medios propios, el 14 de agosto de 1901. Cometió el error de no documentar su supuesto
vuelo, pero posteriormente, una réplica de su avión denominado número 21 consiguió alzar
el vuelo con éxito. El estadounidense Lyman Gilmore también dijo haber volado el 15 de
mayo de 1902.
En Nueva Zelanda, el granjero e inventor Richard Pearse construyó un monoplano que alzó
el vuelo el 31 de marzo de 1903. Hay grandes evidencias que dicen que eso ocurrió
realmente, entre testimonios y fotografías. Pero el propio Pearse admitiría tiempo después
que ese vuelo no fue controlado y que terminó al chocarse en un monte después de haber
volado a una altura de unos 3 metros.4
46
El alemán Karl Jatho voló en una aeronave más
pesada que el aire el 18 de agosto de 1903. Su vuelo fue de corta duración, pero con la
velocidad y el diseño de las alas que poseía, hacían que el avión no fuera controlable por el
piloto.47
Todavía en 1903, hubo testimonios que afirmaban haber visto al escocés Preston
Watson realizar vuelos en Errol, al este de Escocia. Pero
a falta de evidencias fotográficas o documentadas, hacen
que sea imposible su verificación.
El ingeniero rumano Traian Vuia también afirmó haber
volado en un avión, y que logró despegar y mantenerse
en el aire durante un tiempo razonable, y sin ayuda de
ningún elemento. Vuia pilotó el avión que él mismo
diseñó y construyó, el 18 de marzo de 1906 en
Montesson, cerca de París. Ninguno de sus vuelos superó los 30 metros de distancia. En
comparación, a finales de 1905 los hermanos Wright ya habían realizado vuelos de 39
kilómetros de distancia y de 40 minutos de duración.
En España, Diego Marín Aguilera en la noche de 15 de mayo de 1793, realizó un vuelo de
360 metros con un artefacto de hierro y plumas de ave, controlado por el propio piloto. Tan
sólo quedan algunos testimonios y un tardío reconocimiento.
Muchas reivindicaciones de vuelos son complicadas de demostrar por el hecho de que
alcanzaron tan poca altura que los aviones se confundían con el suelo. Además de eso, forma
parte del debate también los medios utilizados para alzar el vuelo. Algunos alzaron vuelo
completamente por medios propios, pero hubo otros que inicialmente eran catapultados en
el despegue, y en el aire se sustentaban por medios propios. Por todo esto, los hermanos
Wright y Alberto Santos Dumont son considerados en el mundo entero como los primeros
en volar en un avión, ya que hay abundancia de pruebas de sus vuelos.
Durante estos años, dos inventores, el francés Henri Farman y el inglés John William
Dunne, también estaban trabajando por su cuenta en sus propios prototipos de aviones.
En enero de 1908, Farman ganó el Grand Prix de la
aviación, con un avión que recorrió un kilómetro,
aunque antes ya se habían realizado vuelos que habían
recorrido más distancia, como el de los hermanos
Wright en 1905, recorriendo un total de 39 kilómetros.
Más tarde, el 30 de octubre de 1908, Farman se
convirtió en el primero en realizar un vuelo de ciudad a
ciudad, realizado desde el pequeño pueblo de Bouy y
Reims, ambas en Francia (27 kilómetros en 20
minutos). El 27 de agosto de 1909 volvió a batir otro
récord, llegando a recorrer 180 kilómetros en poco más
de 3 horas en su avión, el Farman III, y más tarde 232
kilómetros en 4 horas, 17 minutos y 53 segundos en ese
mismo aparato.
Los trabajos iniciales de Dunne fueron patrocinados
por las Fuerzas Armadas del Reino Unido, y probados
en Glen Tilt (Tierras Altas de Escocia). Su mejor
diseño fue el D4, que voló en diciembre de 1908, cerca
de Blair Atholl, en Pertshire. Sus principales
contribuciones a la historia de la aviación fueron en lo
relativo a la estabilidad de las máquinas, que era uno de
los principales problemas a los que se enfrentaron
inicialmente los pioneros de la aviación.
El 14 de mayo de 1908, Wilbur Wright realizó el primer vuelo de un avión cargado con dos
personas, portando a Charles Furnas como pasajero.
El 17 de septiembre de 1908, el americano Thomas Etholen Selfridge se convirtió en la
primera persona en morir en un avión en vuelo, cuando Wilbur Wright estrelló su avión de
dos pasajeros en una de las pruebas militares que realizó en Fort Myer (Virginia, Estados
Unidos). También en 1908, Hart O. Berg se convirtió en la primera mujer en volar,
haciéndolo como pasajera junto a Wilbur Wright en Le Mans (Francia).
El 25 de julio de 1909, el ingeniero francés Louis Blériot se convirtió en la primera persona
que a bordo de un aeroplano atravesó el Canal de la Mancha. Pilotando su avión Blériot XI,
y partiendo desde la localidad francesa de Calais, tras 37 minutos en el aire logró aterrizar
cerca de Dover, ya en territorio británico. Gracias a su hazaña, Blériot ganó el premio de
1000 libras esterlinas que ofreció el periódico inglés Daily Mail a la primera persona que lo
lograra.
El 8 de marzo de 1910, la baronesa de Laroche fue la primera mujer en conseguir la licencia
de piloto. Había realizado su primer vuelo el 22 de octubre de 1909.
El 23 de septiembre de 1910, el aviador peruano-francés Jorge Chávez Dartnell junto a su
avión Blériot XI logró superar por primera vez los Alpes desde Brig (Suiza) hasta
Domodossola (Italia) donde a 20 metros de altura el avión cayó en picado después de que las
alas se quebraran debido al fuerte viento. Herido de gravedad, Chávez murió cuatro días
después.
En 1911, Calbraith Perry Rodgers se convirtió en la primera persona en hacer un viaje
transcontinental con un avión, viajando desde Sheepshead Bay (Nueva York), a orillas del
océano Atlántico, hasta Long Beach (California), a orillas del océano Pacífico, en una serie
de vuelos cortos que le llevarían un total de 84 días.
Al mismo tiempo que se desarrollaban los aviones de ala fija, los dirigibles se volvían cada
vez más avanzados.
Durante las primeras
décadas del siglo XX, los
dirigibles eran capaces de
transportar mucha más
carga y pasajeros que los
aviones. Muchos de los
avances relacionados con
los dirigibles fueron obra
del conde alemán
Ferdinand von Zeppelin.61
La construcción del primer dirigible Zeppelin comenzó en 1899 en Alemania. El prototipo
inicial, denominado LZ1 (siglas en alemán de Luftschiff Zeppelin 1), tenía 128 metros de
longitud y era propulsado por dos motores Daimler de 14'2 CV cada uno. El primer vuelo
del LZ1 ocurrió el 2 de julio de 1900, durando apenas 18 minutos, debido a que se vio
obligado a descender debido a que el mecanismo de control había sufrido un fallo mecánico.
Después de repararlo, el Zeppelin pudo mostrar todo su potencial en los siguientes vuelos,
sobrepasando el récord de 6 m/s del dirigible La France por un margen de 3 m/s, pero aun
así, no logró atraer a posibles inversores. Tuvieron que pasar unos años hasta que Ferdinand
von Zeppelin reuniera fondos suficientes para seguir sus pruebas.
En 1902, el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo desarrolló un nuevo tipo de
dirigible que solucionaba el grave problema de suspensión de la
barquilla al incluir un armazón interior de cables flexibles que
dotaban de rigidez al dirigible por efecto de la presión interior,
combinando las propiedades de los dirigibles rígidos y flexibles.
Tres años después, junto a Alfredo Kindelán, Torres Quevedo
construye el primer
dirigible español, denominado España, que se
caracterizaba por disponer de un globo separado en tres
compartimentos (trilobulado), lo que aumentaba la
seguridad. A raíz de este hecho empezó la colaboración
entre Torres Quevedo y la empresa francesa Astra, que
llegó a comprarle la patente con una cesión de derechos
extendida a todos los países, excepto a España, para
posibilitar la construcción del dirigible en el país. Así, en 1911, se inicia la fabricación de los
dirigibles conocidos como Astra-Torres. Algunos ejemplares fueron adquiridos por los
ejércitos francés e inglés a partir de 1913, y utilizados durante la Primera Guerra Mundial en
muy diversas tareas, fundamentalmente de protección e inspección naval.
En 1918, Torres Quevedo diseñó, en colaboración con el ingeniero español Emilio Herrera
Linares, un dirigible trasatlántico, al que llamaron Hispania, que llegó a alcanzar el estado de
patente, con objeto de realizar desde España la primera travesía aérea del océano Atlántico.
Por problemas de financiación el proyecto se fue retrasando y fueron los británicos John
William Alcock y Arthur Whitten Brown los que lograron esa hazaña por primera vez, en el
año 1919.
En 1877 el italiano Enrico Forlanini desarrolló un prototipo no tripulado de helicóptero, de
unos 13 metros de altura y alimentado con un motor a vapor. Fue el primero de su tipo.
Logró un despegue vertical y permaneció en el aire unos 20 segundos, aunque el primer
vuelo realizado con éxito y registrado de un helicóptero ocurrió en 1907, realizado por Paul
Cornu en Francia,65
pero hasta 1936 con el Focke-Wulf Fw 61 de fabricación alemana, no se
dispuso de un helicóptero funcional.
El autogiro fue inventado por el ingeniero
español Juan de la Cierva, quien desarrolló
el rotor articulado que más tarde usaría Igor
Sikorsky en sus helicópteros, pagando
incluso la patente y los derechos de
utilización al inventor español. En su primer
vuelo en 1923, el autogiro logró recorrer 200
metros, y más tarde, realizó el primer viaje
entre aeródromos desde Getafe a Cuatro
Vientos en 1924.
En cuanto a hidroaviones, el primero de la historia fue obra del ingeniero francés Henri
Fabre. Lo denominó le canard (en francés, el pato), y el 28 de marzo de 1910 despegó del
agua y logró recorrer 800 metros. Sus experimentos fueron seguidos de cerca por Charles y
Gabriel Voisin, que adquirieron varios de sus prototipos para desarrollar el suyo propio, al
que denominaron Canard Voisin. En octubre de 1910, el Canard Voisin se convirtió en el
primer hidroavión que voló sobre el río Sena, en París, y en marzo de 1912 se convirtió
también en el primer hidroavión que fue usado militarmente desde el portaaviones francés
La Foundre (en francés, el relámpago).