La mejor adaptación de la obra jamás vista.
- NYTimes
El mejor cómic de lo que
llevamos de milenio. Ni el propio
autor de la obra lo habría hecho
mejor. - Quimera
Brillante, maravilloso,
impresionante, espectacular,
majestuoso, divertidísimo,
increíble… - Clarín
Tan buena que la
hemos aceptado en
Corea del Norte.
- Kim Jong-un
SALAMANCA
¡Ay, menos mal que
en ti he encontrado
el amor!
Lo llamaremos Lázaro
Sepa Vuestra Merced que a mí me
llaman Lázaro de Tormes, hijo de
Tomé González y de Antona Pérez.
Esta es mi historia.
El día que nací…
Achacaron a mi padre
ciertas sangrías.
Apresado y habiéndolo
confesado, fue
condenado a un ejército
y, como leal criado,
falleció.
Lo llamaremos Lázaro
de Tormes, como el
río en el que nació.
¡Ay, mi hijo ya no
podrá comer! ¿Qué
será de nosotros?
Sepa Vuestra Merced que a mí me
llaman Lázaro de Tormes, hijo de
Tomé González y de Antona Pérez.
Esta es mi historia.
¡Qué felicidad tener
pan para comer!
vcv
Un día estaban
Zaide y mi hermano
pequeño jugando…
¡Madre
Zaide, quedas
arrestado por
robar la mitad de
la cebada.
Un día, mientras
trabajábamos en el
Mesón de la Solana…
Pero un día nuestra
“suerte” cambió…
¡Madre, coco!
¡Hideputa!
¡Cuántos debe de
haber en el mundo que
huyen de otros porque
no se ven a sí mismos!
¡Ay, pero si todo
el dinero que
sacaba me lo
daba para criar a
mis hijos!
Adiós, madre.
Te echaré de
menos.
¡Cuántos debe de
haber en el mundo que
huyen de otros porque
no se ven a sí mismos!
Hijo, ya sé que no te
veré más. Procura ser
bueno y que Dios te
guíe. Te he criado y con
buen amo te he puesto.
Desde ahora, tienes que
valerte por ti mismo.
¡Te quiero mucho!
Al salir de la posada, nos fuimos
de Salamanca…
Al salir de la posada, nos fuimos
Lázaro, apoya el oído en
este toro y oirás gran
ruido dentro de él.
Necio, aprende que
el mozo del ciego ha
de saber un poco
más que el diablo.
Verdad dice este, que tengo
que estar atento y espabilar,
Yo ni oro ni plata te
puedo dar, pero
consejos para vivir
muchos te enseñaré.
Lázaro, apoya el oído en
este toro y oirás gran
ruido dentro de él.
Verdad dice este, que tengo
que estar atento y espabilar,
pues estoy solo y debo
pensar en valerme por mí
mismo.
V
Una noche, mientras el
cruel de mi amo dormía…
Sepa vuestra Merced, que mi amo era
astuto y sagaz. Aunque en su oficio era un
águila y encontraba muchas formas de
sacar dinero, a mí me mataba de hambre.
Mas, con mi astucia e ingenio, yo le
Jamás había
conocido hombre
más avariento y
mezquino.
Sepa vuestra Merced, que mi amo era
astuto y sagaz. Aunque en su oficio era un
encontraba muchas formas de
sacar dinero, a mí me mataba de hambre.
con mi astucia e ingenio, yo le
engañaba.
¡Mis dientes!
¡Dios me lo premiará!
¡No eres ningún
inocente!
No creo que el
demonio inventara
una hazaña peor.
Compartamos este
racimo de uvas,
Lázaro, y tú picarás
una y yo otra.
Como no hallábamos ganancias, nos
dirigimos hacia Almorox.
No creo que el
monio inventara
una hazaña peor.
¿Qué te parece, Lázaro?
Lo que te enfermó te
sana y te da salud.
Sepa vuestra Merced que yo quise
perdonarle el golpe,
sería el último: a ese le siguió uno
con una jarra de vino y
muchos más.
Para ilustrar el
ciego, contaré un
muchos.
ganancias, nos
Lázaro, me has engañado:
juraría que comiste las uvas
de tres en tres.
Sepa vuestra Merced que yo quise
perdonarle el golpe, pero aquel no
sería el último: a ese le siguió uno
con una jarra de vino y a ese otro
muchos más.
Para ilustrar el ingenio del astuto
ciego, contaré un par de casos de
muchos.
No las comí así. ¿Por qué
sospecha eso?
Porque yo comía de dos en
dos y tú callabas.
v
¡Anda, un
nabo! ¿Y si lo
cambio?
Otro día, estábamos en un mesón…
Seguro que no se da
cuenta si me la como…
Me parece oler
a longaniza…
Toma este pedazo de
longaniza, ásala y vete
a por vino a la
taberna, Lázaro.
Otro día, estábamos en un mesón…
Nada se escapa a la
astucia del maldito
ciego.
En verdad, más vino me gastas en lavatorios
al cabo del año que lo que yo bebo en dos.
Le debes más, Lázaro,
porque él una vez te engendró, mas el vino
mil veces te ha dado la vida.
Toma este pedazo de
ásala y vete
Lázaro, me has
engañado.
Nada se escapa a la
astucia del maldito
ciego.
En verdad, más vino me gastas en lavatorios
al cabo del año que lo que yo bebo en dos.
Le debes más, Lázaro, al vino que a tu padre,
porque él una vez te engendró, mas el vino
mil veces te ha dado la vida.
Lázaro, esta agua es muy
porfiada, y cuanto la n
más cierra, más recia:
vayámonos a la posada.
Un día estábamos pidiendo limosna…
Y de esa forma, escapé del
malvado y astuto ciego.
Aunque golpes me dio,
aprendí con él a usar mi
ingenio y a desconfiar.
Lázaro, esta agua es muy
orfiada, y cuanto la noche
más cierra, más recia:
vayámonos a la posada.
imosna…
Mira, ahí es
donde se
estrecha.
¡Salta!
¿Cómo, y oliste la
longaniza y no el poste?
¡Oled! ¡Oled!
Lázaro, me voy a casa del
Arcipreste.
Vale, cariño.
Tío, el arroyo va muy ancho;
mas, si queréis, yo veo por
donde travesemos más aína
sin nos mojar, porque se
estrecha allí mucho y
saltando pasaremos a pie
enjuto.
Lázaro, me voy a casa del
Arcipreste.
Vale, cariño.