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Trinchera-806

Date post: 31-Jan-2016
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Semanario de política y cultura.Chilpancingo, Guerrero, Mx.
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Chilpancingo, Gro. | Semana del 7 al 13 de septiembre de 2015 | Tercera Época | $ 7.00 Tras la última tajada No. 806
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2 | Chilpancingo, Gro, del 7 al 13 de septiembre de 2015

Publicación semanal editada en Chilpancingo, Gro.Priv. Electricistas No. 9Fracc. Anexo, Col. Guerrero 200C. P. 39097, Tel 747-107-95-25 [email protected] Licitud de Título y de Contenido, en trámite / Reserva al uso exclusivo del título, en trámite.

DIRECTORIO

Coordinador de informaCión

Zacarías Cervantes

informaCión

Jesús GuerreroArturo de Dios Palma

Eduardo AñorveKau Sorenio

Marlén CastroMargena de la OVania Pigeonutt

opinión:

José Antonio RiveraJosé María Hernández

Cultura:

Carlos OrtizPaul Medrano

fotografia:

Eduardo Guerrero

CariCatura:

MéndezCarrasco

diseño:

Irving Ulises

direCtor general:

Ulises Domínguez Mariano

direCtor fundador:Manuel Domínguez Jaimes (t)

Lo que realmente queríamos que nos

informara Peña Nieto

Según los analistas políticos de la

maSmorra, éstos son los temas que

los ciudadanos realmente que-

rían escuchar del Presidente en su

Tercer Informe de Gobierno, según

el orden de importancia:

La supuesta pelea entre Peña y la Gaviota.

Dónde compra los calcetines Peña Nieto

Cuánto gasta el presidente en gel para andar

Saber si el presidente conoce los frijoles

siempre tan peinadito

Qué tipo de crédito Infonavit consiguió la Gaviota para comprar la Casa Blanca y cuánto paga al mes.

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Caras nuevas y parque jurásico en la LXI legislatura

l día siguiente de concluir la legislatura local 58, hace siete años, había mucho revuelo en la sede del congreso.

La oficina del presiden-te de la Comisión de Gobierno lucía diferente. Faltaban adornos, ceniceros, pisapapeles, incluso algunos muebles, los más pequeños, los pudieron sacar sin ser advertidos.

Trabajadores del Congreso hacían una especie de inventario de lo que faltaba. Notaban la ausencia de algún objeto y lo externaban. Hacían comentarios. Algunos estaban indignados; otros reían y hacían comentarios soeces.

–No se llevó la tasa del baño porque está pegada…

Ésa había sido la oficina de Carlos Reyes Torres, el coordinador de la primera legislatura con mayoría perredista, la más improductiva en la historia del Congreso local.

Como titular del poder legislativo, Reyes Torres dejó un boquete financiero de 13 millones de pesos, que aumentó en la legislaturas 59 y 60.

Ese personaje regresa al Congreso local en la legislatura 61 que se instalará el 13 de septiembre, fecha histórica en el país por el Primer Congreso de Anahuac y los sentimientos de la nación que dictó el general Morelos, en 1811, en los que proclamó la igualdad ante la ley de todos los habitantes, y que sólo distinguirían a unos y a otros el vicio o la virtud.

No es el único que repite. Entre quienes integrarán la siguiente legislatura local hay figuras del PRI y del PRD que con esta ocasión estarán tres veces en el mismo cargo, y también más de una ocasión en el Congreso de la Unión, como diputados o senadores.

Una de las características que une a quienes repiten, en la mayoría de los casos, es que vuelven no porque fueron electos en urnas, sino por la fórmula de representación proporcional. Es decir, por la decisión de los grupos políticos que gobiernan esos partidos.

También habrá quienes estarán por primera vez en el puesto, y otros, inclu-so, que nunca antes habían ingresado al edificio camaral.

Que regresen una y otra vez no es lo más importante. Varios de los que integra-rán la próxima legislatura han sido señala-dos de nexos con el crimen organizado, de desvíos millonarios de recursos, o alguna relación con dos de los hechos sangrientos más grandes de Guerrero: la masacre de Aguas Blancas y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Y volver, volver, volver

Algunos de los que repiten, antes formaban parte de otras fracciones parla-mentarias, como Héctor Vicario Castrejón, quien regresa por tercera ocasión. Las dos anteriores formó parte de la bancada del PRI, una de ellas como coordinador, pero ahora vuelve por el PVEM.

Vicario tiene una gran mancha en su historial. Durante el inconcluso gobierno de Rubén Figueroa Alcocer, como subse-cretario de Finanzas, fue el segundo hom-bre más importante de esa administración. Durante el negro episodio de Aguas Blan-cas, el que ocasionó la caída de Figueroa, a Vicario lo acusaron de haber sobrevolado

Carlos reyes y CuauhtémoC salgado. eternos diputados. [fotos de internet]

Marlén Castro

a

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méndez

" Buenos deseos "

en un helicóptero la zona de la masacre de los 17 campesinos, en compañía del general Mario Arturo Acosta Chaparro, acusado de la desaparición de guerrerenses durante la guerra sucia.

Le apodaron el hombre del maletín, porque era inseparable de su portafolios negro, en el que, se dice, siempre había suficiente dinero para comprar las con-ciencias necesarias. Cuando Figueroa se separó del cargo, concluyó el gran poder que Vicario logró acumular, que retomó medianamente durante la legislatura 59 al encabezar durante un año legislativo la Comisión de Gobierno.

Silvia Romero Suárez también estará ahí por tercera ocasión, las dos primeras como parte del PRI, pero regresa como como parte de la bancada del PRD. Tanto Silvia Romero como Vicario estuvieron en la legislatura 59. Ambos ya estuvieron en el Congreso de la Unión. Vicario fue diputado federal y senador; Silvia, diputada federal.

El líder sindical Antelmo Alvarado García, también del PRI, regresa por tercera ocasión. Formó parte de las legis-laturas 52 y 59, y ya fue en dos ocasiones diputado federal y una senador. Los tres, Vicario, Silvia y Antelmo fueron pares en la 59 Legislatura.

Otro que regresa al Congreso y formó parte de la legislatura 58 es Ricardo Mo-reno Arcos, hermano del alcalde Mario

Moreno, quien vuelve otra vez como parte del PRI, aunque hace apenas unos meses estuvo a punto de ser el candidato del PRD a la alcaldía capitalina.

Repite el cargo el exlíder del PRI Cuauhtémoc Salgado Romero, por segun-da ocasión. Estuvo en la legislatura 57 y ya fue diputado federal.

Otra priísta de vuelta es Rosaura Ro-dríguez Carrillo, del grupo político del exgobernador René Juárez Cisneros. La primera vez que estuvo en el Congreso fue en la legislatura 56, cuando fue coordina-dor de la Comisión de Gobierno Héctor Astudillo Flores.

El PRD no se queda atrás en cuanto a los políticos que quieren vivir de nuevo de las jugosas dietas del congreso. Vuelve Sebastián de la Rosa Peláez por tercera ocasión. Formó parte de las legislaturas 56 y 59, y recientemente terminó como diputado federal.

De la Rosa Peláez cobijó en su corrien-te, Nueva Izquierda, al exalcalde de Iguala José Luis Abarca Velázquez, acusado de ordenar los ataques a los estudiantes normalistas el 26 de septiembre de 2014. De la Rosa defendió a Velázquez hasta cuando el exalcalde ya había huido y era buscado por el país. Abarca Velázquez y De la Rosa tenían comunicación mientras las policías de todo el país trataban de ubicar al exalcalde.

De la Rosa declaró recientemente que las decisiones cupulares de las corrientes políticas son las causantes de la crisis del partido, que se arrepiente de esas prácticas y que se alejará de ellas, pero se aferró de nuevo a un cargo en el Congreso, otra vez por esas decisiones cupulares de las corrientes perredistas.

Carlos Reyes Torres llega por segunda ocasión. Tuvo en sus manos la posibilidad histórica de modificar el quehacer legis-lativo en Guerrero, pues fue el presidente de la Comisión de Gobierno de la primera de las tres legislaturas con mayoría pe-rredista.

Sin embargo, la legislatura 58 ha sido la más improductiva en la historia del Congreso, sólo registró 3.8 iniciativas por diputado –la anterior tuvo 7.1, la 59, 5.6 iniciativas–, y legisló con la misma aplanadora del estilo priísta, no aprobó ini-ciativas que hubieran establecido un sello izquierdista y los recuerdos más notable de la primera legislatura que encabezó el PRD es el desalojo violento de los norma-listas, el 14 de noviembre del 2007, y la oficina del coordinador saqueada la noche anterior que terminó el cargo, además del boquete financiero, del que el Poder Le-gislativo no se ha recuperado, al contrario, el déficit ha ido en aumento.

Además, el también exdirgente del PRD estatal ha sido señalado de tener

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sebastián de la rosa Con José luis abarCa y maría de los ángeles pineda. [foto de internet]

lazos con el narcotraficante Servando Gómez, alias La Tuta. Hubo perredistas que exigieron que dejara la dirigencia y que fuera investigado.

De la bancada del PRD de lo que será la 61 legislatura repetirá también Raymun-do García Gutiérrez, pero las dos veces he llegado mediante el voto en urnas.

Sangre nueva

No todos los integrantes de la LXI Legislatura pertenecen al jurásico político guerrerense. Hay sangre nueva, aunque en algunos su llegada también responde a las decisiones cupulares de las corrientes partidistas y muchas de esas figuras nunca antes habían participado en actividades

La excepción es la diputada que llega al Congreso local como parte del Movi-miento de Regeneración Nacional (Mo-rena), María de Jesús Cisneros Martínez, quien sacó la diputación en un sorteo interno del partido.

María de Jesús Cisneros llegó a la política a raíz de una desgracia personal, la misma que enfrentan miles de familias mexicanas. Es madre de uno de los prime-ros desaparecidos con la ola de violencia que generó la declaración de guerra del expresidente Felipe Calderón a los cárteles de la droga.

Su hijo no ha aparecido. El compro-miso de la activista por la presentación de los desaparecidos es la aprobación de iniciativas contra el delito de desaparición forzada.

En este Congreso estarán Beatriz Alar-cón Adame e Isabel Rodríguez Cardona, como parte de la bancada del PRI, a quie-nes favoreció la cuota de género y la equi-dad en la integración de la legislatura 61 que reclamaron las integrantes de la Red para el Avance Político de las Mujeres.

Sólo que ambas mujeres no tienen ca-rrera en la política. Beatriz Alarcón llega a la posición por su cercanía con Merce-des Calvo, esposa del gobernador electo

Héctor Astudillo. Beatriz Alarcón ha sido el brazo derecho de Mercedes Calvo en su faceta de empresaria de la educación. Fue la directora en el Colegio México y en una de las dos ocasiones en que Astudillo fue alcalde capitalino, Beatriz Alarcón fue la directora del DIF Municipal.

Lo mismo ocurre con Isabel Rodrí-guez Cardona, muy cercana a Astudillo y Mercedes Calvo. Ha sido trabajadora del área administrativa del ayuntamiento capitalino.

El muro de Facebook de Chabelita, como la llaman sus familiares y allegados, parece una página publicitaria de Héctor Astudillo.

Por parte de Convergencia llegan al Congreso local Ricardo Mejía Bermeja y Magdalena Camacho Díaz, ambos ligados al excandidato a gobernador Luis Walton. Ricardo fue su coordinador de campaña, y Magdalena tuvo el cargo de secretaria general del ayuntamiento de Acapulco, cuando Walton fue alcalde.

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L os diputados de la sexagésima legislatura local que el domingo 6 tuvieron su última sesión, revelaron que el gobernador Rogelio Ortega les condicionó la entrega de un “bono de

retiro” a cambio de que le aprueben varias iniciativas que les envío, entre ellas, la Ley de Amnistía.

“Lo peor es de que en esta pugna que tiene el gobernador con el Congreso ya se llevó entre las patas a cuatrocientos trabaja-dores de confianza a quienes no se le quiere dar el bono de fin de legislatura, que les corresponde por ley”, confirmó a Trinchera el legislador de Movimiento Ciudadano (MC) Evencio Romero Sotelo.

Según él, este fondo económico de diez millones de pesos ya está etiquetado para los empleados de confianza, pero el titular de la Secretaría de Finanzas, Eliseo Moyao, se niega a pagarlos.

Dijo que con respecto al bono que se pudo haber negociado con el mandatario estatal para ellos no representa ningún pro-blema que no se los haya dado.

“Nos dice el secretario general de Go-bierno, David Cienfuegos Salgado, que no se nos da ese apoyo ni el bono de fin de

legislatura a los trabajadores de confianza porque no hemos sido condescendiente con Ortega”, reveló.

Afirmó que una de las condiciones que se les puso en la mesa de negociaciones es de que se aprobara varias iniciativas que Ortega envío al Congreso, entre ellas, la de Amnistía y la de creación de cuatro nuevos municipios en Guerrero.

Romero dijo que la Ley de Amnistía es un documento mal redactado técnicamente jurí-dico que incluso las organizaciones sociales ya la rechazaron.

“Hay que aclarar que nosotros no esta-mos en contra de la Ley de Amnistía, pero no podemos aprobar algo que no está eficaz-mente sustentado jurídicamente”, justificó.

Y que en el caso de la creación de los cuatro nuevos municipios, tampoco se pue-den aprobar porque tampoco existen los requisitos legales para que se establezcan estas demarcaciones territoriales.

Romero Sotelo afirmó que con el exgo-bernador Ángel Aguirre Rivero había un trato más cordial con los diputados y con él se podía negociar un “bono”.

Durante la fotografía oficial de despedida que se tomaron los diputados locales última

sesión, la presidenta de la mesa directiva, Laura Arizmendi, de MC, hizo público su apoyo a la demanda de los cuatrocientos tra-bajadores de confianza del Congreso de que se les otorgue el bono de fin de legislatura.

“Estamos con ustedes y vamos a luchar juntos, porque su lucha es nuestra lucha”, les dijo la legisladora.

Durante el acto, trabajadores del Con-greso exigieron a gritos que se les pague el bono. A los gritos de los empleados de confianza se unieron varios diputados.

El periodo constitucional de los diputados de la legislatura actual finaliza el sábado 12, por lo que todavía les quedan siete días para poder negociar con el gobernador Rogelio Ortega la entrega del llamado “bono de retiro” que están reclamando.

Lo que sí tiene seguro los diputados son más de ochocientos mil pesos por caja de ahorro, aguinaldo proporcional y la última quincena completa de septiembre a pesar de que sólo van a laborar hasta el 12 de este mes.

“Esto que nos dieron nos corresponde conforme a la ley; no es nada regalado”, justificó el legislador del Partido del Trabajo (PT), Jorge Salazar Marchán.

Diputados locales tras un bono de retiro

diputados loCales. la última taJada. [foto: prensa Congreso]

Jesús Guerrero

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Los poderes públicos en Guerrero viven en un autismo

permanente: Jorge Rendón

menos de dos meses de que finalice el actual periodo de gobierno en el estado, el filó-sofo Jorge Rendón Alarcón no ve ningún avance social,

político o económico durante los diez meses que Rogelio Ortega lleva al frente del gobierno estatal.

Por el contrario, considera que existe un retroceso, toda vez que el exsecretario general de la UAG, a pesar de asumirse de izquierda, reproduce las mismas prácticas del PRI en su etapa de máxima descompo-sición en el ejercicio del poder.

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), el catedrático de la Facultad de Filosofía en la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Izta-palapa (UAM-I) observa que por parte del gobierno de Guerrero hay un distan-ciamiento de la realidad de los problemas locales. “Creo que los poderes públicos en

Guerrero viven en un autismo permanente, no se ven sino a sí mismos”, define.

Y cuestiona algunas declaraciones del gobernador que se perciben desatinadas, como aquella de que cuando llegó al cargo vivía en una zona de confort y no conocía la gravedad de los problemas de la entidad, a pesar de que el caso Ayotzinapa estaba en su punto más candente y, sobre todo, de que Ortega tiene doctorado en ciencias políticas.

Refuta: “En un error pensar que la academia es una zona de confort (…) los académicos no vivimos en un zona de con-fort, vivimos en el ámbito de la reflexión y en la exigencia de contribuir a la reflexión de la vida pública”.

En entrevista con Trinchera, el también exdirector de la Facultad de Filosofía de la UAGro repasa, desde una perspectiva ciudadana y académica, algunos concep-tos políticos de los diez meses de gestión

de Rogelio Ortega, quien llegó al poder, el 26 de octubre de 2014, luego de que Ángel Aguirre solicitó licencia al cargo de gobernador, a consecuencia del caso Ayotzinapa.

De entrada aclara que su percepción es como ciudadano; “y desde luego uno vive con dolor la situación del estado, y por mi trabajo quizá estoy obligado a algún tipo de explicación sobre el problema”.

Explica que no se puede disociar la política local y el estado del contexto nacional. “Yo creo que el estado reprodu-ce las prácticas del país, y las reproduce de la peor manera y de la manera más crítica. Pero el problema es un problema nacional del sistema político; es decir, lo que tenemos es una burocratización del poder, una monopolización del poder por la propia burocracia que lo detenta; y como consecuencia de ello hay una iner-midad de los ciudadanos y francamente

Jorge rendón. la CrítiCa Ciudadana. [foto: trinChera]

Ulises Domínguez

a

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una inexistencia del ciudadano como tal, si los mexicanos no vivimos este momento desde nuestra condición de ciudadanos, es decir, que seamos capaces, incluso de escrutar las acciones del poder político”.

Entonces, cuestiona: “Yo lo que veo es un distanciamiento de la realidad y de los problemas del estado. Es decir, ¿para qué sociedad gobiernan? Ésa sería una buena pregunta para quienes ejercen el poder en Guerrero, para el gobernador”.

La entrevista tiene lugar en la sala de su casa de Chilpancingo, un espacio de doble altura de estilo rústico con un ventanal hacia el poniente que comunica con una pequeña terraza, por donde se cuela la luz solar vespertina que exalta el toque intelectual que le dan al lugar la gran cantidad de libros, películas y discos de música acomodados tanto en libreros como sobre los escritorios.

Reclinado en un sillón de mimbre, de espalda a un gran librero, el doctor en Ciencia Política empieza con tiento sus reflexiones. Explica: “De los más de tres millones y medio que somos, la mitad tiene 23 años o menos; quiere decir que las exigencias de esa sociedad no solamente no se están cubriendo, sino que parece no haber la menor intención de afrontar los retos de una ciudadanía como la que tenemos, es decir, los grandes problemas del estado son lo que tradicionalmente ha ocurrido: con una población del cua-renta por ciento campesina, pero con una agricultura de autoconsumo o en franco retroceso… industria, pues prácticamen-te no tenemos; entonces vivimos de los servicios turísticos; y con la situación que vivimos actualmente, difícilmente vamos

a poder afrontar y resolver los problemas de esa sociedad joven guerrerense, que en otros casos sería un gran potencial, pero nosotros hemos convertido ese potencial en un gran problema, porque solamente el diez por ciento de los guerrerenses tiene acceso a la educación superior, o dicen tener un título universitario”.

Recapitula: “Entonces tenemos una sociedad de jóvenes, pero no tenemos los canales para que se consoliden académi-camente y después encuentren un empleo que les permita una vida de realización personal.

“Entonces yo creo que el gran pro-blema del ejercicio del gobierno local es no tener claro –y eso me parece gravísi-mo– para qué sociedad gobiernan. Da la impresión de que sus actos responden a la cotidianidad, en el sentido de atender lo inmediato, pero sin ninguna perspectiva de gobierno a largo plazo para afrontar los problemas locales; eso lo que revela es el fracaso de los poderes públicos en Guerrero. Es decir, que los problemas sean cada vez más graves revela el fracaso… y creo que los poderes públicos en Guerrero viven en un autismo permanente, no se ven sino a sí mismos”.

Autor de media docena de libros entre los que destacan El telos de la modernidad /dos estudios sobre la filosofía política de Hegel (Gedisa, 2014), Sociedad y conflic-to en el estado de Guerrero, 1911-1995 (2003) y La sociedad dividida / la sociedad política de Hegel, Jorge Rendón añade: “Y pareciera ser que el periodismo local vive en esa lógica, porque vive cotidianamente la apología de ese ejercicio arbitrario del poder. O sea, tenemos también una prensa

que no reflexiona, que no contribuye a una vida pública activa, a propiciar un ejercicio ciudadano”.

Entre sorbos de café, fija otro cues-tionamiento: “En este contexto nacional lo más lamentable es que quien ejerce el poder lo haga bajo las mismas prácticas que han originado nuestros problemas. Es decir, a la hora de gobernar, todos go-biernan de la misma manera; y entonces eso hace que las cosas se compliquen. Es muy lamentable que quien se dice de una tradición de izquierda, o incluso con una formación académica, a la hora de gober-nar reproduzca exactamente las prácticas que nos han llevado al deterioro de la vida social”.

–¿Usted confiaría en que puede hacer un buen gobierno alguien que revela que cuando llegó al poder vivía en una zona de confort y no sabía qué tan graves eran los problemas del estado?

–Eso es una visión equivocada. Los académicos no vivimos en una zona de confort, vivimos en el ámbito de la re-flexión y en la exigencia de contribuir a la reflexión de la vida pública, de propi-ciar la participación de la sociedad en un sentido amplio. Y dadas las condiciones que estamos viviendo en México, y so-bre todo en Guerrero, vivimos con una enorme preocupación. Un académico que no esté preocupado por lo que este-mos viviendo, no puede llevar a cabo sus tareas de manera objetiva y con alguna posibilidad de éxito. No exagero si digo que he visto incluso angustia en mis cole-gas. Es decir, realmente hay una enorme preocupación. La academia tiene que ser profundamente receptiva a los problemas

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del país, de forma tal que a mí me parece incomprensible esta idea de vivir en una zona de confort, a propósito de las tareas académicas. Yo creo que es todo lo contra-rio, es obligarse a sentir los problemas de la sociedad mexicana y de Guerrero. No puede haber trabajo académico si no se viven los problemas del país, si uno no se involucra en estas realidades que nos están desbordando como sociedad. Yo creo que es un error pensar que la academia es una zona de confort.

–También admitió en una entrevista con un diario de los llamados nacionales que Guerrero era un enfermo, y dijo que ya había pasado de terapia intensiva a cuidadnos especiales y que en octubre, cuando él termine su gestión, sería dado de alta…

–Yo creo que la figura del enfermo es una figura desacertada; los guerrerenses no somos una sociedad enferma, somos una sociedad vapuleada, vapuleada por los problemas que vivimos por el ejercicio del poder que sigue siendo despótico en México, pero sigue habiendo guerrerenses comprometidos con sus tareas; y yo creo que la gran mayoría de los guerrerenses queremos una sociedad mejor y queremos una sociedad justa donde todos tengamos cabida y podamos realizarnos en el mejor de los sentidos. Pero, repito, no somos una sociedad enferma, somos una so-ciedad vapuleada. Y en buena parte por el ejercicio del poder arbitrario, por un ejercicio despótico del poder. Es decir, el gran problema de nuestra historia políti-ca es no haber cumplido ya una ruptura radical con el despotismo político del absolutismo monárquico español de la Colonia. En todo caso, el problema no está en la sociedad sino en un ejercicio que se lleva a cabo como un puro privilegio. Es decir, no hay la disposición a someterse a la sanción de los ciudadanos, sino de un ejercicio a espaldas de los ciudadanos para realizar proyectos y objetivos personales que nada tienen que ver con los grandes retos de la sociedad guerrerense.

–¿Qué le dice a usted que un hombre que se dice de izquierda, incluso vinculado a la FARC, de pronto se diga admirador de Ángel Aguirre?

–Yo no quisiera personalizar el asunto, yo no conozco al gobernador personal-mente, pero como guerrerense percibo un quehacer político que no es de izquierda, y que hace apología de las viejas prácticas. Lo que yo percibo como ciudadano es un quehacer político que se amoldó a esas viejas prácticas; un poder político que se ejerce como lo ejerció el PRI en su fase de descomposición. Y en este caso reproducir estas prácticas no es de izquierda, sino que se termina siendo cómplice de un ejercicio arbitrario, despótico, del poder, que es justamente lo que ha ocasionado los problemas que hoy tenemos en México.

–Cuando él llegó había un gran proble-ma, que era el caso Ayotzinapa; aunado a eso estaba el asunto de la inseguridad; eran los dos grandes retos a los que se enfren-taba Rogelio Ortega, ¿usted considera que

se avanzó en esos aspectos?–Creo que no. Pero creo que no, porque

justamente no hay la disposición de quien ejerce el poder, digamos cumpliendo a cabalidad la normatividad constitucional del estado, del país. Bajo el ejercicio dis-crecional del poder es imposible replan-tearse los problemas. Yo creo que el pro-blema de Ayotzinapa se gesta justamente por la ausencia de un estado de derecho democrático… conste que yo no estoy reivindicando aquí un derecho liberal de salvaguarda de los derechos privados, sino lo que creo es que la salida del país es un derecho donde el eje tendrían que ser los derechos políticos por sobre los derechos económicos o cualquier otra demanda privada. Es decir, es el atropello a los derechos políticos lo que dio lugar a este dolorosísimo hecho que difícilmente superaremos. Y la única manera en que lo podríamos de alguna manera superar sería ejercer el poder de una manera nueva, en favor de las demandas sociales de los de-rechos de todos, de los derechos políticos, cumplidos a cabalidad. Pero para esto ne-cesitamos un gobierno que rinda cuentas, que el gobierno se someta a la sanción ciudadana. Necesitamos también un Le-gislativo que cumpla su papel, porque el problema no es solamente el Ejecutivo, es el conjunto de los poderes locales. Para que eso sea posible y para que de alguna manera podamos quitarnos la mancha do-lorosa de Ayotzinapa es volver a un nuevo ejercicio del poder, un ejercicio del poder bajo principios jurídico-democráticos. Yo creo que hoy una sociedad democrática en el mejor de los sentidos tiene que pensar en un sentido nuevo, en un sentido que nos permita organizarnos como una so-ciedad de ciudadanos donde se privilegien los derechos políticos y no los derechos económicos. Los propios derechos eco-nómicos tienen que estar subordinados a los derechos políticos. El gran reto es una práctica del poder distinta; lo que hemos tenido ahora son gobiernos que se dicen de izquierda, de derecha, pero que en la práctica son exactamente lo mismo. Y eso es gravísimo porque el desencanto que eso ocasiona es terrible; cuando uno dice tener un programa político, pero la práctica es exactamente la misma, hay un desencanto social, y esto daña a la izquierda auténtica, porque pareciera que todos son lo mismo. Y eso no es verdad. Hay una gran diferen-cia entre pensar la sociedad en términos liberales y pensarla en términos sociales y políticos. Efectivamente, hay derecha e izquierda en ese sentido. Hay quien cree que las sociedades modernas pue-den resolver sus problemas simplemente salvaguardando los derechos económicos. Y eso me parece un gran error, como hoy lo podemos ver el Europa, en Grecia, por ejemplo. Es decir, las sociedades tienen que pensarse de una manera nueva. Eso es el reto de la academia: contribuir a una reflexión que permita deslindar en qué sentido estamos llevando a la práctica una política socialista o de izquierda, en el me-jor de los sentidos, y cuándo simplemente

estamos reproduciendo… porque lo que ha ocurrido ahora es utilizar una serie de autodefiniciones para justificar el mismo ejercicio del poder .

–Faltan menos de dos meses para que finalice el periodo de Rogelio Ortega, ¿cree usted que deja un estado diferente, con algún avance aunque sea mínimo?

–Creo que no hay ningún avance, por-que algún avance solamente puede alcan-zarse bajo la convicción de que tenemos que dejar atrás el ejercicio discrecional del poder, un ejercicio del poder para benefi-cio propio… a todas las escalas, me refiero a escala nacional. Hoy se ejerce el poder para beneficiarse a sí mismo, a la familia, a los amigos. Hoy no se ejerce le poder para favorecer el desarrollo social y una políti-ca ciudadana. Y el único cambio posible es un nuevo ejercicio del poder, bajo el principio de que se tiene que rendir cuen-tas a la ciudadanía. Hoy desconocemos el presupuesto, es decir, no hay rendición de cuentas; en un estado donde no se rinden cuentas, donde no hay claridad, donde no hay controles, es imposible un nuevo ejer-cicio del poder. De forma tal que los que hemos estado reproduciendo una y otra vez, como en el mito de Sísifo, el mismo ejercicio del poder. Y ¡claro!, lo que hemos propiciado con ello es el agravamiento de los problemas sociales. Ese autoelogio de los poderes políticos, que cada vez es más ofensivo a la sociedad. Porque lo que vemos es una sociedad con enormes rezagos, con enormes problemas, y un país en crisis, sin búsqueda de soluciones colectivas, sin proyecto de nación desde los poderes públicos. Viven a espaldas de la sociedad mexicana actual, de sus pro-blemas. Y son incapaces también de hacer valer los aciertos de esa sociedad, que por supuesto también en Guerrero tenemos aciertos. Pero con una política autista, que no se ve sino a sí misma, y en muchos casos con una prensa que hace apología de ese ejercicio del poder, las cosas han sido cada vez más graves. Yo lo que veo en definitiva en Guerrero es el agravamiento de la situación del estado. Y uno lo puede ver de manera muy clara: en agricultura hay un retroceso, cuando tenemos una sociedad en buena parte campesina; como todos sabemos no tenemos una industria, y el único rubro es el sector turístico. Pero en ningún caso es deseable que una sociedad dependa sólo del turismo. El turismo ten-dría que ser un rubro más en el conjunto de la actividad económica, cultural y social; nosotros nos hemos dejado vencer. Y eso tiene que ver con ese ejerció arbitrario y despótico del poder.

En mi opinión, la tarea de un gobierno democrático es organizar y propiciar el de-sarrollo social sustentado en el desarrollo económico, y para ello es indispensable dejar de depender del turismo e impulsar con seriedad la economía campesina, la agricultura, y establecer las bases de un desarrollo industrial que efectivamente nos permita alcanzar objetivos sociales de justicia.

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Atorado el caso de los rechazados de la UAGro

a Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) comenzó el ciclo escolar en medio de protestas de los aspirantes rechazados que no alcanzaron el puntaje para ingresar a la máxima casa de estudios. Desde que se die-

ron a conocer los resultados, los aspirantes emprendieron una serie de protestas durante casi 20 días, divididas en dos movimientos por separado

La Universidad decidió establecer un diálogo con ellos y ofrecerles alternativas de estudio en otras unidades académicas afines a las que ellos estaban buscando ingresar, que en su mayoría eran en la área de salud.

La protesta inició después de la publica-ción de los resultados del Examen Nacional de Ingreso (EXANI), que emite el Centro Nacional de Evaluación (Ceneval) dejando fuera tres mil de los aspirantes.

La primera acción de los jóvenes recha-zado tuvo lugar el 3 de agosto al protestar en las escalinatas del palacio municipal de Acapulco, donde quemaron una efigie del gobernador interino Rogelio Ortega, a quien calificaron de insensible, al ser él egresado y maestro de la UAGro.

Ese día, los inconformes dieron a conocer su inconformidad contra el rector de la UA-Gro, Javier Saldaña Almazán, por no recibir-los cuando en reiteradas ocasiones solicitaron

audiencia. El vocero, Carlos Salgado Medina, integrante de la comisión de difusión de los rechazados, dijo que su movimiento seguirá en pie hasta que se les otorgue un espacio en la Universidad.

La protesta se centró en Acapulco por-que las unidades académicas de Medicina, Enfermería y Odontología son las que más rechazados tuvieron.

El movimiento del “Kiosco”, llamado así por mantener la asamblea en el kiosco del zócalo de Acapulco, donde los aspirantes bri-gadean todos los días y se organizan marchas diarias en la costera, en el asta de bandera.

Después de la segunda semana, Diana Fierro Pastrana, otra de las aspirantes que no logró un espacio en la Unidad Académica de Enfermería, declaró que no han tenido acercamientos con las autoridades educativas, lo que les complica encontrar una solución a su conflicto.

“Todos tenemos derecho a estudiar; no-sotros como jóvenes tenemos derecho a la educación, pero es algo que no han entendido los adultos, las autoridades. Tenemos derecho a una educación gratuita y de calidad. Que alguien nos diga qué vamos hacer y el tiempo sigue pasando”, expuso.

Diana insistió ese día en que solicitaron una audiencia con el rector de la Autónoma de Guerrero, Javier Saldaña Almazán, pero

éste no les ha dado ninguna respuesta y que tampoco está abierto al diálogo.

Agrega: “Es un derecho fundamental que tenemos, la educación pública para lograr el desarrollo humano; sin embargo, grupos políticos, mezquinos al interior de la UAG, pretenden impulsar un modelo educativo elitista y autoritario. Comparsa de un modelo político privatizado que deja a miles de jóve-nes fuera de las aulas universitarias”.

De acuerdo con la joven afectada, la aplicación de la prueba Ceneval deja una reducción de matrícula y origina el “cobro de cuotas” y “ganancias” en manos de directivos de las diferentes unidades académicas.

Por ello, este grupo de jóvenes rechazados de la máxima casa de estudios advirtió que mantendrán su movimiento, al que se siguen sumando más egresados de preparatorias por miedo a no tener un espacio para seguir estudiando.

Al no encontrar respuesta del rector, los estudiantes solicitaron al alcalde de Acapul-co que intervenga ante la máxima casa de estudios, que los reciban y les den respuesta inmediata.

Los inconformes dijeron que el rector Javier Saldaña Almazán no oye ni escucha. “No ve ni oye el clamor de los estudiantes rechazados; llevamos dos semanas protes-tando para exigir un espacio en las unidades

aspirantes reChazados.

luCha. [foto de internet]

Kau Sirenio

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académicas de medicina y enfermería, pero no hay solución”.

Las protestas continuaron sin obtener re-sultados, a lo que se sumaron integrantes del Movimiento Kiosko, Movimiento Acciones por la Educación y de la Coordinadora Na-cional de Comités Ciudadanos (Conacoci), con otra protesta afuera del ayuntamiento de Acapulco.

Tras protestar por más de 20 días, los rechazados por fin lograron una promesa de que serán atendidos por las autoridades de la UAGro, con la finalidad de proponerles nue-vos espacios en unidades académicas afines a las que aspiraban.

Después de más de 17 días, el secretario general de la UAGro, José Alfredo Romero Olea, dijo que junto con otros funcionarios de la máxima casa de estudios, integrarán una comisión institucional para dialogar con los muchachos que no fueron aceptados por falta del puntaje que requerido para ingresar a los programas educativos del nivel superior.

El encuentro de los aspirantes rechazados con la Comisión Institucional de la UAGro se realizó el lunes 17 de agosto, en el auditorio de la Unidad Académica de Turismo en el puerto de Acapulco, con la presencia del secretario general, José Alfredo Romero Olea; el coor-dinador general de la zona Sur, Efrén Arellano Cisneros, y el director de Administración Es-colar, Juan Carlos Medina Martínez.

Ese día después del encuentro la Direc-ción de Comunicación Social de la UAGro dio a conocer que se ofrecieron 1,012 espa-cios para los demandantes de un espacio en la en las unidades académicas de todo el estado, quedando fuera las que ya tienen cupo lleno como Medicina, Enfermería y Odontología.

Los rechazados del Movimiento Kiosco, que dirige Margarita Martínez, abordaron el viernes 4 al gobernador Rogelio Ortega Mar-tínez cuando éste salía de una entrevista en una estación de radio cercana la zócalo, para pedirle que intervenga ante el rector Javier

Saldaña Almazán.Ortega los atendió y les pidió que le

hicieran llegar una lista con los nombres de los que integran el movimiento, que iba tratar de conseguirles una audiencia con el rector.

Acerca de esto, el mandatario publicó en un mensaje por Twitter: “Atendí a los jóvenes que no encontraron espacio en la UAG; con diálogo acordamos soluciones”, aunque no especificó de qué tipo.

Los jóvenes insisten en ingresar a las escuelas del área de la salud, por lo que re-chazaron un lugar de los 1,012 espacios que ofreció la administración a los que quedaron fuera luego de la entrega de los resultados del examen de admisión.

El martes 1 de septiembre, unos sesenta jóvenes aglutinados en este movimiento se manifestaron durante dos horas y media con bloqueos intermitentes de cinco minutos, a la altura de del asta bandera, para exigir una audiencia con el rector Javier Saldaña.

Después de la reunión con la rectoría de la UAGro en la que se ofrecieron 1,012 ma-trículas de nuevo ingreso en 32 licenciaturas a jóvenes del movimiento Kiosco, éstos los han rechazado por considerar que en las carreras a las que ellos aspiraban ingresar se privilegiaron a familiares y recomendados.

El mismo día que interceptaron al gober-nador, el viernes 4, los inconformes protesta-ron en un acto que encabezó en rector Javier Saldaña. Tras una marcha de casi una hora que partió del asta bandera, los rechazados llegaron al hotel Crown Plaza, donde se llevó cabo un encuentro con preparatorianos previo al V Congreso Universitario. La inauguración estaba programada para las 11:00, pero la protesta obligó a Saldaña a adelantar la in-auguración y después salir de prisa por una puerta de servicio.

Los rechazados llegaron gritando con-signas en contra de los funcionarios univer-sitarios, mostrando pancartas para demandar derecho a la educación. “¡Saldaña corrupto,

que nos quitaste el cupo!” y “Artículo terce-ro de la Constitución, tenemos derecho a la educación”, gritaban los inconformes.

El vocero del movimiento Kiosco, Bran-don Aldair Hernández García, explicó que lo único que piden es ingresar a las unidades académicas para estudiar, porque las alterna-tivas que les dan son ajenas a su vocación.

Agregó: “A fuerzas nos quieren imponer una carrera que nosotros no queremos. Que-remos entrar a una carrera que ejerzamos exi-tosamente; nos quieren dar acceso a ecología marina y otras menos demandadas”.

El aspirante dijo que no es un capricho, sino un derecho universal, por eso están luchando, y que les indigna el hecho de que el rector no los quiera recibir en una mesa de trabajo, por lo que tuvieron que ir a buscarlo al hotel donde presidiría el evento.

Después de una hora de protesta en la entrada del hotel Crown Plaza, salió a enca-rarlos la gerente, Elvia Zavala Jiménez, para obligarlos a que se retiraran.

A la exigencia de la empleada del hotel se sumó, el coordinador de la zona sur de Acapulco, Efrén Arellano Cisneros, para acusar a los estudiantes que no aceptaron el ofrecimiento de espacios en 32 licenciaturas.

El funcionario explicó que desde antes de que iniciaran las movilizaciones, les hicieron propuestas de estudio, pero no aceptaron.

Agregó: “En la Universidad les hemos ofrecido 1,012 espacios en las unidades aca-démicas que tiene la institución en las siete regiones de Guerrero, como muestra de que sí hemos atendido el problema de falta de cupo para jóvenes que quieren estudiar”.

Dijo que el problema es que los jóvenes no han querido aceptar. “Yo siento que más que el interés de quien dirige este movimiento no es tanto que quiera ver a jóvenes en una aula, sino un interés personal; y con esa ac-titud de utilizar a los jóvenes que quedaron fuera, para dañar la imagen de la UAGro, que ahorita es bien aceptada por la sociedad”.

marCha en la Costera. [foto de internet]

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omo parte del taller contra el racismo en México que orga-niza Copera (Colectivo para la eliminación del racismo), Judith Bautista Pérez expone sobre las estrategias que ha detectado,

desde una perspectiva de la población indígena, las que a diario se utilizan pasar de un estatus de discriminación a uno de privilegio, sin juzgar si estas conductas son buenas o malas, sino solamente describirlas para entender cómo en México se sobrevive ante las múltiples prácticas racistas.

Lo primero que hace Judith Bautista es ubicar el balcón desde donde mira y analiza el tema, después de que se habló sobre mestizaje, raza y racismo, entre otros aspectos: “La parte en que yo estoy interesada es ver cómo vive la gente, cómo es la experiencia, en particular, de la población indígena en México, y por qué tiene sentido, por qué es signi-

ficativo y por qué es importante hablar desde la experiencia de cómo hemos vivido el racismo en México… no me interesa quedarme sólo en la experiencia individual”.

Luego de este corolario, esta es-tudiosa arriba a un primer encuentro: “Pareciera que hay una constante y que esas situaciones de desigualdad, de di-ferencia, de privilegio, etc., se reflejan en datos estadísticos y en percepciones, como: quién puede ser educado y quién no, qué es lo bello, qué es lo feo. Y asociado con eso, en términos muy prác-ticos, podemos ver qué posibilidades y ventajas tenemos algunos para acceder a la escuela, a un trabajo, a vivir en cierta colonia, etcétera. Ésta es la parte por la que yo estoy interesada en esto. Y lo que he hecho últimamente es acercarme a trabajar las estrategias cotidianas de resistencia y de lucha contra la discri-minación, desde este lugar donde estoy

hablando.Sin embargo, dice Judith Bautista,

hay que tener cuidado de calificar estas conductas sino entender sus causas: “Lo que yo no pretendo es decir: Esto está bien, esto está mal, la respuesta de esta persona es inadecuada, qué mal que trabajen sin identidad, por qué no aceptan... Lo que me interesa a mí es por qué para la gente es importante tomar ciertas decisiones y cómo esas decisiones influyen en la forma en cómo se benefician o cómo se les niega ciertas cosas prácticas: alimentación, salud, educación, etcétera. Esta experiencia de las personas tiene consecuencia en sus vidas, y parte este acercamiento, esta reflexión parte de compañeros y com-pañeras que parecieran que superaron el obstáculo de ser indígenas en México, es decir, la gente con la que yo platiqué y con quienes conversé son mujeres y hombres que tienen ya el éxito”.

Estrategias cotidianas de Resistencia y Lucha contra el Racismo: Judith Bautista

Judith bautista durante su ponenCia. [foto: e. añorve]

(Primera de dos partes)

Eduardo Añorve

c

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Y ejemplifica sobre casos de per-sonas racializadas como indígenas que han adoptado estas estrategias para ser exitosas en sus ámbitos laborales, con el objetivo de cuestionar las conse-cuencias de esas conductas: “¿Cómo vamos a hablar de racismo si ya eres funcionario público y ganas 80 mil pe-sos mensuales? O, eres un actor de un canal de televisión nacional o eres una profesora de postgrado en la UNAM o eres del nivel administrativo más alto en una universidad, es decir, ¿cómo es para ellos? Y yo me senté justo con esa intención: ¿Cómo ha sido para ti, y qué pasa ahora, lo sigues viviendo?, ¿cómo es? Y entonces salieron una serie de experiencias que se compartieron, de cómo es, cómo ha sido y cómo se sigue reproduciendo el racismo en la vida de estas personas. Y que son decisiones que han marcado de una manera brutal en la forma en cómo te relacionas con las demás y los demás”.

Para Judith Bautista, éste no es un asunto menor: “Esta investigación, es una lucha de mujeres y hombres indí-genas por su dignidad, vida, historia, y que estos elementos están entretejidos, que no están separados uno del otro, y que esta lucha se ha realizado en batallas cotidianas, permanentes y silenciadas, por esta situación de individualizar las experiencias, y que son presentadas en la agenda nacional desde el aparato estatal como un tema, y desde los pue-blos indígenas como la acción certera e infranqueable de la continuidad de la lucha colectiva, histórica y digna, es decir, de la lucha por la vida”.

Luego, vuelve sobre el origen de las discusiones y análisis públicos que en las últimas décadas se han hecho sobre el racismo en México, en el que el concepto de mestizaje es importan-te: “El racismo, desde ámbitos como movimientos sociales y académicos, empieza a tomar una mayor relevancia para su uso como una categoría analítica desde la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el primero de enero del 94 en Chiapas. Esa insurrección pone sobre la mesa, con palabras muy claras, sin tapujos, pone en entredicho la forma en cómo el aparato estatal lee y construye lo indí-gena, y que existe el racismo en México y que es negado públicamente desde muchos aspectos, y, sin embargo, la vida social, política, económica y cultural de

hombres y de mujeres indígenas y su relación con el estado mexicano, con la sociedad en general, está fundada en una línea racial, es decir, en un discurso construido racialmente, en este caso, el discurso del mestizaje.

“Y que las implicaciones de esta relación tienen una condición, que es una subordinación de poblaciones cate-gorizadas, jerarquizadas como inferiores ante otra catalogada como superior, y que eso está en constante construcción y que en lo cotidiano parece que vas pa-sando por un lado, donde aparentemente ya la libraste, pero, por el otro, sigues siendo tratada de la misma manera. Es algo muy móvil, ¿no? Y con lo que yo me quedo, del racismo, para entenderlo, es: uno, que define la diferencia, que define lo diferente, ¿no?; lo otro, es que justifica la desigualdad; y lo otro, es que mantiene el privilegio y lo legitima, es decir, legitima la vida cotidiana en polí-ticas públicas, quién tiene derecho a qué privilegios, y justifica, por el otro lado, quién puede tenerlos: Claro, seguro no le echa ganas, no piensa bien, es obvio que no va a tener… es como una conse-cuencia, una caracterización diferencial y enseguida justificar esa desigualdad, como si fuera inherente a la persona.

Después de ese recuento, pasa a el tema central de su ponencia, poniendo énfasis en que realmente esas estrategias le permiten a las personas sobrevivir en condiciones dignas, en las que esa sobrevivencia se convierte en un arte que se aprende cotidianamente: “Las estrategias que utilizan las personas para navegar el racismo en México no son gratuitas, la gente toma decisiones difí-ciles en su vida para poder sobrevivir. Y no es gratuito ni exagerado identificar que las personas racializadas necesitan hacerse de herramientas para poder sobrevivir y sortear las dificultades que conllevan. La gente, dependiendo del espacio y del momento va a tomar decisiones determinadas que le fueron más útiles que otras, y sobre todo aque-llas personas que navegan en espacios no permitidos o que rompen con las características y estereotipos que se le atribuyen, son aquellas en las que se nota mucho más que tuvieron que tomar decisiones difíciles para poder acceder a esos espacios.

“De verdad es un arte aprender a sobrevivir y a luchar contra el racismo en México; las personas nos volvemos

hábiles para leer cuerpos, para leer espa-cios, para saber qué puede ser útil en este lugar y qué en otro no. A lo mejor aquí sí puedo decir que soy de Oaxaca, o a lo mejor aquí me conviene más sacar otra característica de mí. Es decir, se vuelve una verdadera forma de arte, aprender a volverse muy hábil para poder sortear y navegar en esos espacios. Manejar códigos, reglas, estrategias para tomar la mejor decisión que asegure obtener, acceder o tener recursos, es vital”.

Y de nuevo Judith Bautista advierte que no es un asunto de moral ni de ética, sino de descripción de conductas para sobrevivir: “No estamos hablando de personas que son víctimas, es decir, estructuralmente hay una situación de victimización, sin embargo, las personas, en el momento de tomar un decisión o tomar otra, están agarrando o tomando como la decisión de su vida, de qué conviene o no, es como un ir y venir mutable, es decir, no son objetos victimizados, no son objetos, no es una cuestión de estática, sino que son sujetos que dan cuenta de la compleja unidad entre coerción y consenso en situacio-nes de dominación y sujetos expertos en negociar el logro de sus objetivos en los asuntos públicos y en los asuntos privados.

“No se trata de decir si estas estrate-gias son buenas o son malas sino de ver por qué la gente se ve orillada a tomar este tipo de decisiones. Quiero enfatizar que me acerco a ver cuáles son las es-trategias de lucha y sobrevivencia, pero eso no significa que a nivel estructural se sigan traduciendo en políticas públicas; esa línea racial se traduce en políticas públicas, en decisiones al momento de escribir leyes, y ejecutarlas, obviarlas u omitirlas para el ejercicio de derechos colectivos, por ejemplo en cuestiones de territorio de los pueblos indígenas.

“Es una lucha y una búsqueda de estrategias, pero eso no significa que se logren eliminar las jerarquías ni la dife-rencia y, además, enfatizar que esta idea de mestizaje no deja de cuestionar que lo blanco es superior, o sea, sigue habiendo una constante aspiración a limpiarse, ya sea través del fenotipo o a través de la educación, posición social…”.

Las estrategias analizadas por Judith Bautista, las mismas que propone para su uso académico, son: asimilación, doble esfuerzo, negación y confronta-ción.

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os lamentables hechos de hace un año en la ciudad de Iguala la noche del 26 y la madrugada del 27

del pasado septiembre, es un grave conflicto del gobierno de Enrique Peña Nieto y los padres de los 43 estudiantes normalistas desapare-cidos y que, hasta hoy, siguen sin encontrarse.

Las investigaciones de la Procu-raduría General de la República re-pitieron lo que ha sido una práctica común, constante y consuetudinaria de crear condiciones laberínticas con el propósito de no resolver el problema y dejarlo, por tanto, al olvido y cansancio de los deudos por el desaliento y la desesperanza, la consecuencia de no ser oídos por las autoridades responsables.

La intervención de la Procura-duría federal para atraer el caso e iniciar las averiguaciones se hizo hasta los primeros días de octubre, tiempo más que suficiente para la evasión de los responsables mate-riales e intelectuales de la desapa-rición. Cuando se le preguntó, días después, al presidente Peña Nieto sobre el caso, declaró que la res-ponsabilidad recaía en el gobierno local, incluso manifestó mal humor, molestia y enojo.

Actualmente hay 115 detenidos y encarcelados, con el expresidente José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, policías de los municipios de Iguala y Cocu-la y sicarios del grupo delincuencial Guerreros Unidos. Desde el inicio de las investigaciones de la PGR, al mando de Jesús Murillo Karam, tuvo las claras intenciones de redu-cir el problema de seis muertos, 25 heridos y los 43 desparecidos, a un conflicto meramente entre el grupo del crimen organizado, las autori-dades municipales y los estudiantes. Es decir, la finalidad fue ubicar el problema en el ámbito local. Un simple hecho delictivo del orden común.

Sin embargo, los hechos

A yotzinApA A un Año

sucedieron a menos de tres minutos de las instalaciones del 27 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano y de la base de la Policía Federal. Es imposible que el Ejército como la Federal no tuvieran conocimiento y más cuando la Federación ha veni-do impulsando el mando único de la policía y también cuando ha sido costumbre y aceptada la superiori-dad de las Fuerzas Armadas.

Sin duda, por otra parte, la co-municación fue guardando el proto-colo correspondiente: del pelotón que recorrió las calles en esa noche al comandante del Batallón y de éste a la 35 Zona Militar y de ahí a las oficinas de Defensa Nacional en la ciudad de México y a la Secre-taría de Gobernación. Y en el mis-mo sentido, al gobernador Ángel Aguirre. Por información no habría problema, salvo que la inteligencia nacional no estuviera desde hace tiempo sin hacer la tarea, cuestión no creíble en un Estado organizado y complejo como el mexicano.

Por eso, es incomprensible la conducta del gobierno y, en particu-lar, de Gobernación al negarse a la solicitud de la Comisión Interameri-cana de Derechos Humanos (CIDH) de que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) investigue la probable participa-ción, entrevistando a soldados, oficiales y jefes, del 27 Batallón de Infantería, bajo el falaz argumento de que como no se le señala ni se indica la presencia física del Ejército en el expediente de la investiga-ción hecha por la PGR, no tiene, por tanto, por qué ser investigado. Cuando se intuye, dados los re-sultados conocidos como la “ver-dad histórica”, la investigación fue hecha a modo. La intención desde el principio fue reducir los hechos a un asunto estrictamente local, sin ninguna intervención federal.

En los próximos días de la pre-sente semana, el gobierno federal deberá declarar si acepta o no la solicitud del CIDH de ampliar la presencia del GIEI en México

L hasta agotar las líneas de investig-ación y que la PGR no las exploró, tan siquiera, como es el delito de desaparición forzada, que dada su naturaleza es un delito con la clara intervención de funcionarios o instituciones del aparato del Estado, además de ser un delito imprescrip-tible y no desaparece hasta encon-trar, en este caso, a los estudiantes desaparecidos, hasta hoy, inex-plicablemente y lo que se conoce es razonablemente insuficiente e insatisfactorio para los padres de los normalistas.

En este sentido, el GIEI debería haber informado este domingo 6, que la desaparición forzada de los 43 normalistas y la probable parti-cipación de elementos del Ejército están, hipotéticamente, relaciona-das, y propondrían la investigación a otros espacios geográficos de Gu-errero porque existe la presunción de encontrarlos con vida. Según se prevé, el gobierno de Peña Nieto está a la espera de este informe para adoptar la decisión de ampliar o no la permanencia del GIEI en el país.

A pesar de la expiación de Peña Nieto –durante su intervención con motivo de su tercer informe de go-bierno en el patio central del Pala-cio Nacional ante la clase política y empresarial, este 2 de septiembre–, los hechos de Iguala han estigma-tizado a su gobierno. Los padres y familiares de los jóvenes norma-listas desaparecidos y la sociedad mexicana exigen la aplicación de la ley y, al mismo tiempo, exigen justicia. Un Estado que no garantiza la seguridad y la propiedad de sus ciudadanos se niega a sí mismo, y más cuando se ha configurado un régimen caracterizado por la cor-rupción y la impunidad, como los ejes centrales de su acción política.

El presidente Peña Nieto cierra los ojos, cual avestruz en peligro, pero las voces de los padres de los nor-malistas las escuchará todos los días, durante toda su vida. Así sea.

José María Hernández Navarrete

A

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ILa lectura de los medios impresos y

electrónicos de información periódica (diarios y revistas) de las últimas sema-nas en México, sobre todo La Jornada, Proceso, Aristegui Noticias, Subversiones, Desinformémonos, SinEmbargo, Animal Político, El Sur de Acapulco y de las páginas electrónicas de algunas organizaciones internacionales que tienen como objetivo dar cobertura y denunciar las agresiones en contra de periodistas, como Artículo 19 y Reporteros sin Fronteras, revela que las agresiones (amenazas, asesinatos, desapa-riciones) en contra del gremio periodístico en México han aumentado de manera alarmante.

La situación del periodismo en nuestro país es grave, como se puede constatar al observar la persecución promovida por las autoridades, o en la que al menos son omi-sas, que busca callar, amedrentar, hacer huir, censurar y, peor aún, autocensurar a un grupo que dedica su trabajo a informar a la población. Un grupo de trabajadores que informa, es decir, da noticia o entera, con lo que dice; pero que también desin-forma o no informa con lo que no dice.

En este decir o no decir, hay una toma de posición, consciente o inconsciente. Aunque existan algunos periodistas que puedan proclamarse “imparciales”, “objeti-vos” o “neutros”. Con tal proclamación no hacen sino acentuar y exhibir aún más su posición política o/e ideológica. Es precisa-mente esta toma de posición la que les ha costado la vida a muchos periodistas que han decidido informar-denunciar actos de corrupción, nepotismo, violaciones a los derechos humanos y otros ilícitos que sólo pueden ser perpetrados bajo el velo protec-tor del Estado.

Antes de entrar a reseñar la ignomin-iosa situación que viven los periodistas en México, hay que dilucidar el papel que juegan éstos en las disputas por el poder y cuál es su papel en la reproducción o

S ituAción ActuAl de

periodiSmo en méxico

el combate de la ideología dominante. Esto sólo puede lograrse echando mano de teóricos que han estudiado la función que juegan los periodistas o los medios de comunicación en la sociedad.

IIEn primer lugar, por cuestiones

cronológicas y de análisis, consideramos importante iniciar con el planteamiento que sobre los periodistas hace el sociólogo alemán Max Weber (1864-1920) en su obra El político y el científico. Weber señala que la política es “la aspiración a participar en el poder o a influir en la distribución del poder”. Así, “Quien hace política aspira al poder; al poder como medio para la consecución de otros fines”.

Weber diferencia a dos tipos de funcio-narios encargados de operar o hacerse de este poder. Por un lado, los funcionarios profesionales y, por otro, los funcionarios políticos. Los últimos son los encargados del gobierno, de la dirección del Estado. En cambio, los funcionarios profesionales son “trabajadores intelectuales altamente espe-cializados”, que no varían con los cambios de gobierno, sino que permanecen para hacer funcionar la maquinaria estatal.

Sin embargo, al hablar de los periodis-tas los considera fuera de los funcionarios profesionales y más cercanos a los políti-cos, a la “figura típica del jefe político de Occidente”, que es el demagogo. Son el publicista político y el periodista “los rep-resentantes más notables de la figura del demagogo en la actualidad”. No obstante, Weber hace una advertencia con respecto a “las resonancias desagradables de esta palabra” y recuerda que fue Pericles, el gran orador de la edad de oro ateniense, el primero en llevar el nombre de dema-gogo. En este sentido, el periodista es un demagogo, según Weber, ya que se sirve del discurso “en cantidades aterradoras”, sobre todo de la “palabra impresa.”

El sociólogo alemán denota que el

periodista, al igual que el artista, escapa de toda clasificación social precisa y que usualmente, por desgracia, es juzgado por “el comportamiento de sus miembros moralmente peores”. Sin considerar que “una obra periodística realmente “buena” exige al menos tanto espíritu como cual-quier otra obra intelectual, sobre todo si se piensa que hay que realizarla con prisa, por encargo y para que surta efectos inme-diatos”, por lo cual el periodista se debe pronunciar “rápida y convincentemente sobre todos y cada uno de los asuntos que el “mercado” reclama”. Por último, señala que la carrera periodística no es una vía para ascender a la jefatura política, pero que sí continúa siendo “una de las más importantes vías para la profesionalidad política”.

En estas líneas, Weber hace, a fina-les del siglo XIX, una caracterización del periodismo que en muchos sentidos parece vigente en nuestros días. Pero lo que aquí cabe resaltar es el lugar en que Weber lo coloca en su relación con el poder. En un área fuera, en cierto modo y sentido, de la influencia de los políticos, ya que no los considera como funcionarios profesionales a su servicio, sino con cierto halo de inde-pendencia y libertad, y tal vez por eso con una vida azarosa, como señala el autor.

Otro teórico importante que analizó el papel del periodismo es el marxista italiano Antonio Gramsci (1891-1937) que analiza su papel dentro de una sociedad dividida en clases sociales y que tiene su totalidad en el bloque histórico. Éste está dividido en la estructura, en la que se llevan a cabo las relaciones de producción de la sociedad, es decir, es la parte económica del bloque; y por otro lado la superestructura, en la que se realizan las relaciones de reproducción de la sociedad.

La superestructura a su vez está divida en sociedad política y sociedad civil. La sociedad civil es “la dirección intelectual y moral” de un sistema. Gramsci la llama

José Albar Chavelas

S

In memoriam Erwin Flores Contreras,amigo, hermano, camarada.

Con solidaridad para Ezequiel Flores Contreras.

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también “Estado ético”. Éste es el ámbito donde se reproduce la ideología de la clase social económicamente más fuerte, es decir, donde se desarrolla la hege-monía. Por otra parte, la sociedad política está encargada de hacer valer los intereses de la clase dominante por medio de la fuerza física, esto es la dominación; a esto, Gramsci le llama “Estado gendarme”. Am-bas sociedades constituyen el Estado.

Es en el nivel de la sociedad civil de la superestructura en el que se desarrolla el periodismo, junto a la escuela y la re-ligión. Como instituciones encargadas de reproducir la ideología imperante, es decir, construir la hegemonía. De esto podemos entender que los periodistas no son sujetos imparciales o neutros, sino que tienen también intereses de clase y en este senti-do pueden apoyar a la clase dominante y hegemónica. Sin embargo, debido a que existe una lucha de clases y la posibilidad de que una clase dominante (burguesía) sea sustituida por una clase dominada (proletariado), el periodismo puede jugar un papel contrahegemónico, es decir, pon-erse del lado de la clase dominada para empezar a difundir su ideología y restarle fuerza a la clase hegemónica.

Así, los periodistas como intelectuales, juegan un papel fundamental en la lucha de clases y deben tomar posición respec-to a la misma. Estas clases en el sistema económico vigente son la burguesía y el proletariado, de acuerdo al esque-ma marxista clásico. Del planteamiento gramsciano podemos deducir que el pe-riodismo juega un papel importante en el mantenimiento o reemplazo de una clase hegemónica por otra que le disputará su hegemonía y dominación.

Por último, desde una postura crítica del marxismo, que utiliza algunos de sus conceptos pero que cambia su acepción original, tenemos la propuesta del francés Alain Touraine (1925-) que habla de los medios de comunicación desde el Modelo de Acción Histórica en su obra La produc-ción de la sociedad.

Lo interesante en Touraine es el nuevo significado que da al concepto de clase social ya que considera que las clases son hegemónicas, pero no por poseer el poder económico sino el poder cultural, es decir, que son capaces de imponer su ideología sobre resto de la sociedad. Las clases sociales de Touraine se encuentran en disputa, al igual que en Marx, pero buscan el predominio de su ideología. Este planteamiento es cercano al de Gramsci.

Otro concepto que retoma Touraine del marxismo, pero sin modificarlo, es la dialéctica, ya que considera que para que exista armonía entre los elementos que conforman el Sistema de Acción Históri-

ca (SAH), éstos deben estar en constante contradicción, lo que los anima son “las tensiones inherentes al movimiento”.

El SAH no es un sistema de dominio sobre la sociedad, ni una unidad política, territorial y organizacional o un órgano de integración social y cultural, como lo es, por ejemplo, el Estado, sino más bien un modelo de sociedad constituido por un conjunto de formas sociales buscando pas-ar de un modelo cultural y creativo a un modelo de consumo.

En el SAH juegan un papel fundamen-tal las agencias de Historicidad que son la ciencia, la educación y los medios masivos de comunicación. Touraine denota que una de las características de estas agencias es que poseen una “relativa y subordinada autonomía”. Son a la vez “perros guardi-anes” y “protestantes”. Es decir, los medios de comunicación tienen cierta autonomía que les permite estar en la oposición a la clase hegemónica, pero también se en-cuentran dentro de ella, porque manejan una parte o influyen también en la repro-ducción de la ideología dominante.

Los medios de comunicación se en-cuentran así influidos por los conflictos de clase que están vinculados a la acumu-lación económica, pero su área de acción propiamente dicha es en el SAH que se organiza alrededor del modelo cultural.

Podemos encontrar en la propuesta de Touraine un acercamiento mayor a Grams-ci que a Marx, al que niega pero a su vez lo afirma al asumir y modificar algunos de sus conceptos. Pero lo que es importante señalar es la relación dialéctica, compleja y contradictoria en la que coloca a los me-dios de comunicación, que a la par que la ciencia y la educación, se encuentran muy cercanos a la clase hegemónica, pero mu-chas veces se vuelven contra ésta gracias a la relativa autonomía e independencia que poseen.

Una vez observado el papel que juegan los periodistas y los medios de comunicación en la sociedad desde tres diferentes enfoques de las ciencias sociales podemos recapitular diciendo que: los periodistas se encuentran permanente-mente cercanos al poder e influyen en su distribución; los periodistas tienen cierta autonomía para estar del lado o en contra del poder o ir y venir entre estas dos posiciones de acuerdo a las circunstancias políticas del momento y, por último, los periodistas pueden jugar un papel impor-tante en la reproducción de la ideología dominante o por el contrario jugar un pa-pel contrahegemónico al informar-denun-ciar actos ilícitos de las clases en el poder, contribuyendo así en el debilitamiento de esta hegemonía.

Ya esbozadas algunas de las funciones

que juegan los periodistas en la sociedad y denotando su importancia consideramos pertinente referirnos a la crisis que vive el gremio periodístico en México y finalizar estas líneas intentando dar una explicación de esta situación a la luz de estas perspec-tivas teóricas sobre el tema.

IIIDesde el inicio de la llamada “guerra

contra el narcotráfico” de Calderón en 2006, cuya estrategia continúa vigente, el país vive una crisis de seguridad y justi-cia sólo comparada con las de países en guerra. A finales 2012 se contabilizaban 116 mil muertos relacionados con la “guerra contra el narcotráfico”. Uno de los sectores más vulnerados y vulnerables du-rante este conflicto es el de los periodistas, que por cumplir su función de informa-dores han sido asesinados, desaparecidos o amenazados. En estos casos tienen una responsabilidad directa las autoridades ya que por acción u omisión han generado un ambiente de incertidumbre e indefen-sión contra este gremio.

De acuerdo a las investigaciones y seguimiento a periodistas afectados por la violencia en México, Reporteros sin Fronteras señaló en junio de 2013 que este país es uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo. Esto debido a que en la última década habían sido ase-sinados ochenta periodistas y 17 habían desaparecido. Por otro lado, señaló que en el norte del país diversos medios de co-municación habían sido objeto de ataques armados y amenazas. Esta situación ha obligado a numerosos periodistas a exil-iarse, sobre todo a la Ciudad de México, que hasta hace poco se consideraba como un espacio neutral o exento de este tipo de agresiones. Otro de los problemas graves que denuncia esta organización interna-cional es que algunos medios y reporteros han optado por autocensurarse al dejar de tratar temas riesgosos como el narcotráf-ico.

Por su parte la agencia de noticias Ani-mal Político en febrero de 2014 publicó un informe para dar cuenta de los periodistas y otros trabajadores de diversos medios de comunicación que habían sido asesinados entre 2010 e inicios de 2014 en el país. La cifra es alarmante: 31 periodistas y trabajadores de medios de comunicación. La causa de las agresiones fue sacar a la luz información sobre corrupción y delincuencia. Otro dato importante es que la tercera parte de estos asesinatos (12) fueron perpetrados en Veracruz, durante la administración de Javier Duarte.

Animal Político, en referencia a la información del Comité para la Protección de Periodistas, una organización

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de corte internacional, señala que entre 1992 y 2013 en México habían sido ase-sinados 73 reporteros, fotógrafos y otros trabajadores de medios de comunicación. Del total de estos crímenes, 88 por ciento permanecen impunes y sólo ocho por ciento se esclarecieron y se procesó a los responsables.

En el periodo que analiza el estudio se registraron 12 asesinatos en Veracruz, tres en Chihuahua, tres en Coahuila, dos en Tamaulipas, Sinaloa, Nuevo León, Sonora y Guerrero, respectivamente y uno en Micho-acán, Puebla y Oaxaca.

El 15 de agosto de 2015, The New York Times alertaba sobre la situación de los periodistas en México y señalaba que de 2010 a la fecha al menos 40 periodistas habían sido asesinados y otros 20 estaban desaparecidos.

Respecto al caso del estado de Vera-cruz y el asesinato de la periodista Regina Martínez el 28 de abril de 2012, la revista Proceso, al informar y denunciar sobre el asesinato de Regina señalaba algunas de las formas en que este medio informativo era agredido y boicoteado en ese estado, por ejemplo, con “el secuestro y la compra masiva de ejemplares por parte de quienes se sienten afectados por lo que publica-mos.” Lo que había obligado al medio a ocultar en el anonimato el nombre de sus reporteros, enviados especiales y corre-sponsales.

En el mismo sentido, Artículo 19, al presentar su Primer informe semestral 2015 Más violencia, más silencio, denuncia que en los primeros seis meses de 2015 se han documentado 227 agresiones contra la prensa en México y que ya se había registrado el asesinato de seis periodistas. Señala a su vez que las entidades con may-or número de agresiones son: Guerrero con 38, el Distrito Federal con 33 y Puebla con 29.

IVRespecto al estado de Guerrero,

una de las últimas agresiones contra periodistas es la sufrida por Ezequiel Flores Contreras, corresponsal de la revista Proceso, y que salió a la luz pública el 23 de agosto de 2015. Ezequiel Flores se ha dado a la tarea de denunciar posibles actos de corrupción de la administración del gobernador provisional del estado, Rogelio Ortega Martínez. Este último ha respondido con hostilidades en contra del comunicador en lugar de desmentir los señalamientos con documentos que muestren de mane-ra contundente lo contrario.

Una agresión contra cualquier

periodista en México, no puede ser tomada a la ligera, sobre todo si consideramos la gran embestida autoritaria que se ha caracterizado por graves violaciones a los derechos humanos y la impunidad, como en los casos de Ayotzinapa, Tlatlaya y Apatzingan.

Rogelio Ortega debe pedir una disculpa pública –no en su Twitter, desde donde se ha ocupado en “combatir” a sus críticos– a Ezequiel Flores por faltar a la memoria de su hermano, que fue aludido para lla-mar mentiroso al periodista, y sobre todo por poner en tela de juicio su trabajo periodístico. Ya que hasta el momento no ha procedido legal-mente contra él, pero tampoco ha demostrado con documentos fehaci-entes que lo que el reportero dice es falso.

La amenaza, aunque se esconda y pretenda vulgarizarse en la ironía y la sorna, no puede tolerarse a ninguna autoridad contra ningún periodista en este país con el contex-to represivo que ya se ha referido. Ortega debe dar garantías para que Ezequiel y todos los periodistas de Guerrero ejerzan su labor periodísti-ca sin cortapisas. Lo demás, prepara el ambiente para que la represión continúe y se quiera seguir callando

la verdad asesinando periodistas. Cualquier régimen que se diga

democrático debe permitir la crítica. Lo preocupante es cuando nos da-mos cuenta que ésta empieza a ser acallada y en lugar de que la clase política busque salir avante de ésta, la ningunea, la hostiliza y, en el peor de los casos, la aniquila. Este aleja-miento de la tolerancia a la crítica por parte de las clases hegemónicas no es algo que deba tomarse a la ligera. Una de las características de los regímenes totalitarios es precis-amente el aniquilamiento de toda posición crítica por nimia que sea.

El papel de los periodistas en la sociedad, como hemos señalado, es de suma importancia. Permite que la distribución del poder sea transpar-ente. Que se tenga a los funcionar-ios públicos constantemente bajo el escrutinio de la ciudadanía. Ideológi-camente también juegan un papel relevante en la concientización de las clases subalternas y dominadas o, por el contrario, para que éstas sigan subyugadas.

Por eso exigimos respeto a la libertad de expresión, el respeto a nuestro derecho a estar informados y que se garantice el trabajo de los periodistas en el estado de Guerrero y en todo México.

La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (RNDDHM) integrada por 180 defensoras de derechos humanos de 22 estados y el Distrito Federal, manifestamos nuestra preocupación por la seguridad de la periodista y defensora de los derechos humanos Jade Ramírez, quien también se desempeñó como Consejera en la Junta de Gobierno del Mecanismo Gubernamental de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de noviembre de 2012 a agosto de 2015. [Tomado del sitio web de Periodistas de a Pie]

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ecilia Jacintos Zapata tiene 23 años, nació en Cuajinicuilapa, y está haciendo su tesis para titularse como licencia-da en Artes Visuales

en la que fue la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) de la UNAM, que ahora cambió a Facultad de Artes y Diseños, donde se especializó en fotografía y pintura, un poco en aquella (año y medio) y un mucho en ésta (dos años y medio).

Ella nunca pensó estudiar artes visuales, incluso, cuando ingresó a la ENAP no tenía claro qué eran las artes visuales, pero en la preparatoria, el conocimiento de la historia de las culturas y el arte en las culturas la llevó a enfocarse al arte y las humanidades. Curiosamente, ella quería estudiar medicina o biología, pero los planes de estudio de artes visuales la atrajeron.

–¡Perdimos una médico!–Mjú… (Se ríe, por lo bajo)–Los médicos luego se hacen

ricos…–Y a lo mejor a mi familia también

le hubiera gustado que yo estudiara medicina, ¿sí?, quizá por eso. Pero, hasta eso, siempre me dieron la liber-tad de que yo escogiera lo que quería estudiar…

–Y hubo reacciones…–Sí, un poco. Ya, a lo último, dije-

ron: Haz lo que quieras, pero al prin-cipio todos dijeron que no, que eso no, o cómo eso, y así… Y pintura, porque ya en el primer semestre fui revisando los talleres y viendo el trabajo de los maestros, y fue lo que más me llamó la atención, lo que más me gustó a mí. Foto me gusta más, y me fui dando cuenta que en los ejercicios que hice ya iba buscando algo más… sí, la realidad, pero era más la textura de un objeto, no el objeto en sí, no me llamaba tomar el objeto en sí y meterlo en un contexto…

Por ese lado, dejé la foto, porque lo que yo hacía era diferente a lo que hacían los demás, y allí sí tuve proble-mas con una maestra, porque decía

CeCilia JaCintos: de la FotograFía a la pintura pura

que… en la Universidad todos preten-den hacer escuela con los alumnos, y me imagino que fue por eso. Por eso también me aparté un poco de la foto y me metí más a pintura.

–¿Qué hacías diferente?, ¿qué quería ella que hicieras?

–Estaban trabajando, unos con retrato, otros con el objeto en sí, pero es que si lo que yo fotografiaba, por ejemplo, era parte de una textura, una corteza de un árbol y sólo buscaba la composición, el juego de luces, enton-ces, no había una figura realista… más que nada, quería ella que jugara más con la luz, que fuera más inmediata la captura de la imagen o no tan controla-da. Porque a veces sí lo hacía a medio día, porque era en la escuela, pero iba buscando el lugar, por ejemplo, en el jardín, y había quienes se iban directo a la calle, con cosas en movimiento.

–Y optaste por la pintura, te gustó por la maestra; ¿y qué decía tu cora-zón?

–Me identifiqué con ella, un poco por su forma de ser, que, ya ahorita que salí me di cuenta que fue como un re-fugio mío, que tenía cualidades que yo también tengo, y ahora que la veo des-de afuera entiendo por qué realmente estuve con esa maestra y no con otros maestros más, de pintura, ¿sí? Digamos que fue en sí lo que yo buscaba, pero que, a su vez, había otros factores que me hacían quedarme con ella, más que su pintura…

–¿Qué suponías?, ¿que tenías talento para la pintura?, ¿no representaba difi-cultad dibujar?

–Al principio, y hasta ahorita, sí lo hago, pero no como mucho de mis compañeros que ya tenían claro: arte o artista visual. Yo, eso lo veo como algo muy superior, ser artista, porque, al principio, tampoco tenía claro qué era exactamente un artista visual, y más porque yo no crecí con eso, y si me llamó la atención esa área fue porque desde niña hasta mi adolescencia fue que empecé a ver un poco más sobre cultura, y todo ese medio, pero antes

C no, pues acá, ¿cómo?Mi familia no es de las que les llame

la atención esto, o que les guste, y el único acercamiento que tuve fue hasta que estuve en el DF y salía a museos con mi tía, y ya, hasta la prepa.

–Descubriste la pintura en el cami-no…

–Fue cuando estudié las culturas, en general. Cuando estuve revisando imágenes, la arquitectura y eso, allí fue donde me llamó más la atención. No, una cultura específica o una corriente artística; y ya en el taller fue estricta-mente marcado por la maestra que tenía que ser abstracto o no figura, aunque no fuera abstracto, porque ella siempre dijo que para el acto creativo era mejor empezar de la nada y ya, de allí, ir modificando una figura o algo creado por ti, a copiarlo.

Ella es muy espiritual, medita, y nos ponía inciensos y así, y ella decía que era mejor empezar de la nada o de lo que tú estabas sintiendo, a empezar con una imagen para no limitarnos, y ya después nos decía: Si saben ver, van a poder hacer las cosas e interpretarlas como quieren, y sí tienen que poner atención en cada detalle que hay en el paisaje simplemente en el recorrido que hacen de la escuela a la casa, y de la casa a cualquier lugar que vayan, y allí van a encontrar infinidad de cosas.

–¿Cero dibujo realista?–Allí sí llevábamos bocetos; tenía-

mos revisión de libreta de apuntes cada cierto tiempo, de, por ejemplo, si iba en el camión, el chofer, la ventana, cosas así; no era totalmente abstracto.

–¿Y cómo te sentiste en ese taller?–Bien, sí. Al principio me daba mie-

do, porque yo sabía que antes no fui a talleres, y pintar así, a capela, enfrente de un maestro y en la Universidad, sí me daba terror, me daba miedo. Y ella nos decía: Primero aprendan teoría del color, aprendan composición, apren-dan a manejar la forma y ya, después, hagan cocina si quieren.

Éramos libres, hasta cierto punto, porque, en cuanto a presión, era el

Eduardo Añorve

(Primera de dos partes)

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taller en el que teníamos que estar pintando más, digamos un cuadro por semana, y eran ejercicios de color, casi todo el primer año fue color, mien-tras que en otros talleres ya estaban trabajando con proyecto, con tema libre, y nosotros todavía seguíamos trabajando con color. Realmente no fue tan libre para nosotros.

–¿Y después del color?–Después ya nos pedía composicio-

nes, objetos, marcar planos, la luz; ya, los matices eran parte de la composi-ción, y ya, ir marcando profundidad y planos.

–¿Veían el trabajo de pintores?–Sí, a de Kooning, a Kandinsky, a

Mondrian… casi todos eran abstractos y expresionistas… a Pollock. También veíamos a Rembrandt, a El Greco, a Turner.

-¿Y luego?–Después de eso empezamos a ha-

cer los proyectos personales. Un proy-ecto es una metodología para desar-rollar un tema, tiene sus pasos y su procedimiento. Si un punto salió mal, ya te echó a perder todo lo demás.

–Camisa de fuerza.–Sí, me descontroló. Bueno, me

bloquee porque no sabía para dónde, y más porque estaba acostumbrada a que ella me tenía que marcar lo que seguía, lo que teníamos que hacer. Y ya, ahorita, yo tenía que marcar todo eso que ella me decía. Salí, me ayu-daron mucho las otras materias, las teóricas, como Teoría del arte, Historia del arte mexicano, y más que nada por

cómo le puedes dar un proceso o algo tan metodológico a algo que no es así, cómo puedo planificar la creatividad, y eso me costó trabajo.

Y cuando veía a algún artista, como los conceptuales, por ejemplo Cruz Villegas, fue uno de los que revisé, y dije: No, pues, mejor hubiera estudiado otra cosa, ¿no?, otra carre-ra, donde realmente sí viera todo el proceso o algo realmente… de escribir, de hacer una narrativa…

–Tener un marco de referencia donde moverse…

-Sí, y es algo que no lo vi y que en la Universidad ya me lo pusieron hasta el tercer año; me costaba trabajo.

–Pero no renunciaste…–Sí. También por la presión de que:

¿Cómo voy a renunciar y qué van a decir mis papás? [Risas] Y también porque realmente sí quería hacerlo, pero sí me costaba mucho trabajo. Y también por mi forma de ser, porque soy muy hacia mí, hacia dentro.

–¿Sobre qué fue tu proyecto?–Fue más hacia el color. En un

principio yo tenía como un… bueno, la maestra lo decía como un proble-ma… que yo contrastaba mucho los cuadros… bueno, aún lo sigo haciendo un poco, pero ya de una manera más consciente… y a ella le molestaba mucho que de repente yo agarrara un rojo y lo mezclara con un verde, en las mismas cantidades o en el mismo valor tonal. Y lo que ella siempre me decía… yo nunca me di cuenta… que eso tenía que ver con la parte don-

de crecí, con Cuaji o con Guerrero, porque acá, obviamente, los contrastes de colores son diferentes a los del DF, que mis compañeros, por lo regular, hacían tonos grises, más matizados y menos puros.

Basándome en eso fue que comen-cé a trabajar en el color, mi tema fue el color: cómo jugar con los contrastes del color en una composición, sin que se vuelva… porque ella decía que eran una mentada de madre, mis cuadros, y eso también sí, como que… al decirme ella eso, yo me sentía de: Pero, ¿por qué? Su respuesta fue que era así por la fuerza que yo tenía, y que aparen-temente era muy tranquila y calmada, pero que al hacerlo en el cuadro salía todo lo que no decía. Yo no lo veo así, pero, quizá sí.

Fue ésa su respuesta, que era mi forma de ser, y el yo. Ella es de Baja California, de Ensenada, y decía que sus grises o los tonos que ella usaba eran por el desierto, por la neblina, co-sas así, pero yo nunca pensé en el sol de Cuaji, ¿no?, fue inconsciente.

NOTA: Los cuadros de esta crea-dora, como apuntó, están hechos en

color, por lo que su inclusión en estas páginas resultaría insuficiente para apreciarlos, lo que sí puede hacerse mejor en el blog El inefable placer

(http://aze61.blogspot.mx/)

CeCilia JaCintos. [foto: e. añorve]

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Sin embargo, suelen ponerse inte-resantes las lecturas de obra en voz de sus autores. No sólo porque el público conoce a los participantes, el sentido del humor y hasta la seriedad con la que imparten magisterio; claro, de paso atiende uno el énfasis del autor en sus temas. Pero siempre hay personajes, de parte de los organizadores o de parte del público, empeñados en exigirle al escritor que esa experiencia literaria se convierta en un acto performativo de mala calidad. Es decir, piden al autor que declame su obra. Lea bien, indican, pero en el fondo esperan la reencarnación de El vate del calcho, ese prototipo literario que nació en el laboratorio televisivo de La carabina de Ambrosio enunciando: Damas y caballeros, la palabra canta.

Por alguna razón, las buenas maneras (dinámicas que de tan ríg-idas terminan por volverse caldo de cultivo para bromas de largo aliento) para una lectura con público implican que el lector se desanude la corbata y engolando, siempre engolando, lea en tono dramático (esa voz quejumbrosa a punto del llanto) sus pensamientos: ahí

encuadernamos perfectamente cual-quier género literario; poesía, ensayo, teatro y narrativa.

Pero pensando en el manejo escén-ico de ciertos escritores, me vienen a la cabeza algunos que no tuvieron tanta presencia tonal, como el buen Octavio Paz y el irrepetible Salvador Elizondo. Autores mencionados que tenían pro-blemas con el tono nasal de sus voces, un desgraciadamente limitado arco de expresividad. Juan Rulfo leía sin darle mayor énfasis a las palabras ya puestas en las páginas. Sólo detallaba, así como lo había imaginado, lo que veía y de vez en cuando retomaba su sonsonete quejumbroso, pero leía con el respeto necesario para mostrarnos la magia del tono aparentemente coloquial que tanto asombro ha acumulado en los lectores de Pedro Páramo o El llano en llamas. Recurría a la parquedad expre-siva, como si en la voz hubiera mayor disposición para el silencio orquestado sólo por Rulfo. La estrategia armónica es una pausa mínima entre palabra y palabra que acompasa toda su obra.

A veces, la ayuda divina en las lecturas públicas tiene resonancias

mundanas y atesorables por eso. Me invitaron a leer a una preparatoria de Taxco, pero terminaron llegando alumnos de primero de secundaria. No suelo escribir textos juveniles, así que se me ocurrió leer un cuento en el que intento mostrar el azoro del crecimien-to, dar cuenta pues de la primera cer-canía con la muerte. Sirva de preámbu-lo que la madre superiora me comentó: “Yo también soy literata”. “Muy bien”, respondí. Y agregué: “Estoy en buenas manos”. Uno de los alumnos, cuando hice una pausa para que mi compañero de lectura participara, me señaló: “Tu voz es monótona”. Agradecí la crítica y pensé que tal vez estaba sobrevalo-rando mi asistencia a esa escuela. En-tonces, la madre superiora dijo: “¿Me permite su libro?”. Noté con sorpresa que paseó la vista por algunas líneas y comenzó a declamar un fragmento, pero con ese estilo afectado del que hablaba al principio del texto: engolan-do la voz para enunciar tragedias en un saludo matinal. Me llamó la atención que el párrafo declamado por la madre superiora era justamente cuando el protagonista de Esta vez seré yo quien te lleve a casa fumaba mariguana con sus amigos de la infancia. En el texto nunca se nombra la mariguana, pero hay referencia a ella. Así que fue una gran enseñanza testimoniar que los moldes viejos de la lectura en público enfatizaban la comedia vital de un per-sonaje. Los alumnos me dieron muchas recomendaciones para que las tomara en cuenta durante la próxima lectura; cuidar los signos de puntuación, por ejemplo, porque si hay interrogaciones debo esforzarme con el diafragma, no importa si se me cae el monóculo, pero debo leer con énfasis enfermizo las pre-guntas retóricas, porque eso se entiende como una extensión de la literatura en mayúsculas.

Me gusta asistir a las lecturas del poeta Eduardo Lizalde. Su tono de voz cavernoso es utilizado de manera ade-cuada, sin amaneramientos baladíes ni imposturas que estorban el disfrute del verso. Me parece un ejemplo profundo de la seriedad con la que se debe leer, no buscando la melcocha ni el apa-churramiento del corazón por ósmosis, sino hablado desde una templanza envidiable. Lizalde, el contundente y claro.

En narrativa, recuerdo con

De lecturas y vatesFederico Vite

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M

mucha alegría a José Emilio Pa-checo, alguien sin engolamientos

a la hora de cantar o contar, es igual, el espectáculo de la esperanza. Otro narrador que me ha sorprendido, por la forma de concentrarse en el texto y prescindir de esa pirotecnia verbal, es Eduardo Antonio Parra, incluso valoré aún más su apuesta literaria oyéndole edificar los personajes y las ciudades de Tierra de nadie sólo con la voz.

Las lecturas en público son para entender que la escritura no es precisa-mente un acto solitario, porque final-mente uno está recluido, pero siempre existe la presencia del otro, como libro, como disco, como película, como men-saje, como llamada telefónica, como imagen recurrente. Porque no se trata de llorar en público; tampoco, de leer para estar tan triste. Porque para llorar, como todos sabemos, son mejores las amplias dimensiones de la intimidad.

El tiempo transcurría lento y despacio, como debe de transcur-rir. Marie estaba sentada en la ha-maca del patio. “No me quieres”, pensaba viendo al vacío, “no has venido”. Le salió una lágrima. “Todo sería mejor si no te hubiera conocido”, dijo a su mente.

–Cállate, estúpida ¿No querías ser flaca?

–Pero no quería quedar así –dijo Marie viendo su esqueleto–; ahora nadie me quiere. Empieza a llorar.

–Pero nada, te di lo que querías.

–¡Mia!… ¡Joder!… Míranos, ¡estamos en un puto psiquiatra! Ya no puedo con esto.

–No hay nada malo en eso, Ana te extraña. ¡Has comido demasiado!

Al vacíoCuEnTOs DEl

TallER

Lesly Rubio

–Tengo que hacerlo, sólo si lo hago saldré de aquí –contestó Marie viendo hacia la nada.

–¡No te dejaré que engordes otra vez! –dijo muy enojada Mia–. No dejaré que se vuelvan a burlar de ti, cariño. Nunca más.

–¿Acaso no ves? Todos se burlan del esqueleto andante –se rompió en llanto.

–Estoy harta. ¡Cincuenta sentadillas ahora –contestó muy alterada Mia–. Lla-maré a un amigo, él te ayudará a salir de aquí –agregó y se fue.

Marie acababa de hacer sus cincuenta sentadillas; quería que Mia saliera de su cabeza, igual que lo hizo Ana. Sólo quería olvidarla.

Acerca de los mamíferos

e despierto en la oscura habitación de un hotel en Roma, me asomo en la ventana. En el amanecer la gente va de un lado a otro. Imagino que en mil lugares distin-tos está ocurriendo lo mismo. Cada día millones de ma-míferos se levantan y corren desesperados. Me tumbo en la cama y miro un punto en el vacío. No tengo intencio-nes de correr a ningún lado, de hacer parte de la manada. La vida es una cosa miserable allá afuera. Pienso en los millones de mamíferos que corren en busca de migajas como las cucarachas; migajas de oficios varios, de sexo recalentado, de oficinas piojosas, de estúpidas gerencias y lánguidas fiestas que sólo dejan mugre y grasa en sus almas. ¿Qué tipo de mamífero eres? No se tú, pero yo pienso mucho en eso. Y trato de girar a mi modo, de seguir mi ritmo. Y pienso en los mamíferos con propó-sitos e intenciones cuyas vidas jamás empezaron, en los mamíferos que van a la deriva siguiendo la corriente de los otros fantasmas. Odio eso, odio esa mierda de buena voluntad, las sociedades sin ánimo de lucro y la falsa rebeldía. Y los mamíferos repiten día tras día su rutina, hundidos en la mierda sonríen. Los mamíferos no caen en cuenta, no tratan de imaginarse, están seguros de tener “una vida” y llaman VIDA a eso que tienen, a

la estrecha y hedionda vida familiar, a sus frustraciones, a su sexo funcional y su televi-sor de pantalla gigante. Odio eso, odio a las mujeres que se entregan al tipo “adecuado” por temor de quedarse solas. Odio a las mujeres que se entregan a cambio de esta-bilidad y compañía. Y que se pasean con su mamífero imitando la plenitud y el bienestar. A las mujeres que soportan, que culpan a sus hijos, que no me sueñan y desean cada madrugada. Y los mamíferos corren para no perder el tranvía, y se resecan lentamente encerrados en esa chata prisión que llaman con arrogancia “mi realidad”. Y compran cremas contra las arrugas y canciones de moda. Los mamíferos se saludan en los ascensores, en los estadios, a la salida del cinema. Pequeños fantasmas que inundan los supermerca-dos en busca de carnes frías y desodorantes. Pequeñas alimañas que confunden

dependencia con amor, que se revuelcan en su propia mierda y comparten pedos y babas hasta la muerte. Odio eso, odio a las bellas mujeres que no conocen a Emily Dickinson. Odio a las mujeres feas que no conocen al poeta peruano César Vallejo. Y los mamíferos saludan a sus amos sin sopesar la enorme ventaja que habría sido para ellos nacer muertos. Las diminutas e inofensivas alimañas sin voz ni voto; reducidas a sus complejos, sus miedos atroces, su eficacia laboral. Los alegres mamífe-ros esclavos de su mediocre panorama y de sus perezo-sas obligaciones. Medio alegres, medio tristes, medio impotentes, medio frígidas... La medianía es su condi-ción natural. Y el pellejo se les escurre mientras tratan de aferrarse a eventos y citas, a telenovelas y noticieros para olvidar que los segundos pasan y nada cambia. Que los segundos pasan y sus traseros engordan, que están condenados a arrastrar sus traseros y alimentarse de so-bras. Y se casan, se traicionan, tapan el vacío con hijos y electrodomésticos. Y trabajan en las fábricas del infierno soñando con ganar la lotería. Y compran seguros de vida (ja, ja, ja). Los patéticos mamíferos compran seguros de vida. ¿De cuál vida, carajo? Y van a las discotecas y tararean canciones y miran de soslayo el culo de las mu-jeres que pasan. Y se llenan de ansia y temor, de livianas sensaciones, de sexo trasnochado, obligado, homologa-do, escueto una y otra vez. Y cada amanecer es la misma tumba, el mismo epitafio, los mismos chistes y saludos, el mismo rencor. Y se aferran a la vida como babosas; en vez de pedir la muerte como regalo cada Navidad, la te-men. Ignoran que quizá muertos resultarían más vitales de lo que jamás serán en vida.

Efraim Medina

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Es el título de la primera novela del cuentis-ta Juan Luis Nutte (1972). Podríamos, si-guiendo el juego decir: “y mi casa es un hogar sólido”, para acentuar el aspecto fantasmal o casi de muerto viviente que contiene su narración y que me recuerda esa pequeña (en extensión) obra de Elena Garro que apareció recopilada en la Antología de la literatura fantástica de Borges, Silvina Ocampo y Bioy Casares (1940).

Cuando fallece un ser querido pareciera que algo se lleva de nosotros los “vivos”… En el protagonista y narrador de la novela de Nutte da la impresión que la larguísima ago-nía de su progenitora le arranca todo aliento vital.

Ser hipersensible, siempre tendrá sus des-ventajas, pero lo de Marcelo va más allá… le produce una parálisis brutal que más lo apa-renta con el mundo de los muertos, del que sólo la promiscuidad sexual, a la que siempre fue adicto, pareciera que lo hace aterrizar en esta Tierra de tantos pasados de “vivos”.

Mi ventana

Raúl Jiménez

es una tumba

En entrevista con el autor, Juan Luis asegura que el formato de Diario que contiene su novela le permitió elaborar las entradas del mismo con la técnica de su género predilecto: el cuento. Cierta-mente hay “días” muy logrados y redondos, en este rompecabezas que el lector tiene ante sí y cuyas piezas están desordenadas, supli-cando el arbitrio, la venia de quien las lee.

Si el personaje es incapaz de manifestar su duelo, el cielo del Valle de Anáhuac lo hace por él. En la novela, esta antigua zona lacustre con vestidura novísima de asfalto se ve sacudida por ese llanto del cielo, que al final de cuentas es el que permite la vida.

¿Para qué sirve la literatura?, es una pregunta que de manera implícita propone el autor. Vivir sin imaginación, qué duda cabe sería el reino del terror. Pero de ahí a que un hombre siga buscan-do respuestas en los libros que en ese momento está imposibilitado a leer por el trance que experimenta, lo vuelven un ser absurdo y grotesco. Si la vida –G.G.M., dixit– sirve para ser contada es perti-nente pensar que primero hay que vivir, aunque esto duela. Nunca evadirse.

Con esa crudeza, Juan Luis Nutte desenmascara una vida que se ha basado sólo en la cultura libresca: ¿de qué sirve, oh poetas, construir –y cabría preguntárnoslo en estos tiempos de violencia sin fin– una torre de marfil rodeada de lodazal y de excrecencia?

En los periodos de revueltas, finalizo, la literatura guarda silen-cio, pero eso sí, siempre observa, aunque sea desde las trincheras.

Nutte, Juan Luis, Mi ventana es una tumba, Toluca, FOEM, 2014.

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Un terrorífico asesino de niñas y un brutal poli-cía dispuesto a detenerlo, en la mejor tradición del

thriller nórdico. Un hombre solita-rio, al salir a pasear al campo con su perro, encuentra a una chica de dieciséis años colgada de un árbol, muerta, con una mochila escolar y un letrero que dice: Viajo sola. Desde entonces, en esa localidad entra en acción el terror y el en-cargado para ponerle fin es Holger Munch. Pero a medida que avanza en el caso, éste se torna mucho más complejo y oscuro, hasta que llega a un callejón sin salida. Para

desentrañarlo necesitará la ayuda de su antigua colega, Mia, quién deberá retomar el rumbo co-rrecto cuanto antes, pues el asesino no se detendrá por sí mismo. Comienza una telaraña cada vez más sangrienta y él aún no sabe lo que le espera.

Esta antología constituye una muestra con-tundente de la maestría y la devoción con la que Ludwig Zeller ha comprometido su poesía con las potencias y libertades del surrealismo. Los cuarenta y tres poemas reunidos describen el paisaje interior

de un hombre cuya fe se centra en aquellos discursos que se mueven por las afueras de la lógica, la reali-dad más plana y las costumbres: sus poemas son tapices de una simbolo-gía intrincada y sensual, abordan las tentativas del hombre que se asoma a los misterios del tiempo, apela a una experiencia de la vida que está cifrada más en el instinto que en la razón, abreva en el amor y el descu-brimiento del otro como la principal

fuerza que nos rodea y nos impulsa. La presente selección abarca prácticamente todos los libros del autor, y con ello ofrece en una sola mirada los dis-tintos estadios creativos que conforman la deslum-brante obra del poeta.

Torre deBapel

Viajo solaSamuel BjorkEditorial: Suma de letrasPáginas: 560

Mujer en sueño y otros temasLudwig ZellerEditorial: AlmadíaPáginas: 181

La nueva novela de Claudia Piñeiro, una historia conmovedora de la autora de Las viudas de los jueves. Después de veinte años, una mujer vuelve a la Argen-

tina, de donde se ha ido escapando de una desgracia, porque no ha podido afrontar de otra manera su sentimiento de culpa y la condena social de un entorno pueblerino pronto a juzgar y condenar. En las dos décadas pasadas en Estados Unidos, esa mujer dañada ha re-construido su vida, gracias al amor y el apoyo de un ser generoso, aun-que la vieja herida sigue allí, bajo una fina capa de piel. De vuelta en el suburbio donde ha vivido, debe-

rá enfrentarse con sus fantasmas, y cuando el pasado vuelva como un torrente habrá llegado el momento no sólo de encontrarse con aquellos que formaron parte del drama, sino con su propia capacidad para cambiar su presente en un futuro sanador.

Una pequeña suerteClaudia PiñeiroEditorial: AlfaguaraPáginas: 249

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24 | Chilpancingo, Gro, del 7 al 13 de septiembre de 2015

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Charlie Feroz

ada histo-ria es un cuento. Me miraron con

esa mirada incierta como cuando imaginas que entre las nubes se esconde un elefante multicolor. Un cuento. Pronuncié con la seriedad que me otorgaba estar allí presente como su maestro en el taller de narrativa. Qué carajos. Una maestra entrada en años, una alumna, aprendiz, pupila, o como quiera que se diga, seria, también algo incrédula, sólo atinó a decir que ella estaba allí porque quería escribir un libro de memorias, de sus más de 30 años en el magisterio, y quería saber o que yo le dijera cuál debería de ser su estilo. Me quedé en silen-cio unos minutos; todos voltearon a verme. Saqué unas notas de mi pequeña libretita que había anotado sobre el estilo, pero ningu-na quedó clara.

Estilo lo hace el hábito, igual que hace su carácter, les digo. Sólo logro cap-tar incertidumbre en sus rostros. Lo que les quiero decir es que el estilo es pura disciplina: no queda de otra que leer y escribir todo el tiempo, sin descanso. Exagero.

Yo quiero escribir un li-bro que cuente mis 30 años

de servicio, interrumpe la mujer, la maestra, mi pupila; no quiero leer tantos libros para eso.

Bueno, entonces haga un libro de investigación, recopile datos y más datos, y si tiene ponga fotos, eso siempre viste esos libros. Y olvídese del estilo y de la lectura, y escriba lo

que imagina le va a interesar a sus lectores.

¡Ah!... ése es mi estilo.Yo qué sé de su estilo. Casi gri-

tando, casi molesto. Juan interrumpe y me dice que él

ha publicado algunos cuentos, pero que no sabe si son cuentos o si están bien escritos. Le pido que nos lea algo de su trabajo. Por fortuna trae un cuento. Una narración. El texto va bien, funciona. Hay muchos lugares comunes, ripios. No hay un

conflicto definido. Pero la intensión está ahí.Otra de las alumnas se apresura y saca un

texto, lo lee en voz alta, es algo de un abogado que da consejos para bolear zapatos. Es como un instructivo del buen bolero. Los comentarios son fuertes; ahí no hay una historia, no hay una narración, menos un cuento. Se molesta, dice que ella quiere escribir libros para ayudar a las personas. ¡Por Dios!... ¿Quién le ha dicho que esas personas necesitan que les ayuden, que las salven? ¿De qué? Hay que salvar ballenas, o en su caso hay que salvar a las personas de la mala literatura.

Se molesta y ya no regresa. Éramos seis en el taller, y como la canción de los perritos sólo quedamos cuatro.

Lesly me sorprende, la facilidad para contar, para describir, su único problema es la falta de una formación lectora. Pero ahí va. Santiago

ha encontrado en la escritura algo que le brin-da seguridad, se le nota, lo dice en cada frase directa, en la forma que construye su discurso literario. Iván... lo de Iván es la brevedad, quiere encontrar un estilo lleno de humor, quiere que la gente sonría. Cada cuento es una historia, pienso mientras voy preparando los temas que iremos tocando, los ejercicios. Cuando pienso que se me ago-tan las ideas surge algo nuevo, y me planto allí frente a ellos y comenzamos a imaginar juntos ciertas posibilidades para contarnos una histo-ria.

Para Lesly, Santiago, Iván y Juan

ontarnoshistorias

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