Date post: | 07-Mar-2016 |
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Doctora Valérie Dramard
Valérie Dramard es veterinaria especializada en comportamiento animal (etología). Se dedica a tratar los problemas de comportamiento del perro y del gato, desde hace más de diez años. Apasionada por su profesión, fue una de las pioneras en Francia, al abrir una clínica veterinaria reservada exclusivamente a las consultas de problemas de comportamiento. También participa en la formación de los adiestradores de perros guía para ciegos.
Valérie Dramard
Doctora veterinaria, especialista en comportamiento animal, Valérie Dramard te da en este libro todas las claves para entender mejor las actitudes y las conductas de tu gato o gatito.
Partiendo de situaciones de la vida cotidiana (sueño, comidas, juegos, caricias…), la autora te explica fácilmente como interpretar el comportamiento de tu gato y te da pistas para que reflexiones y puedas identificar y resolver problemas eventuales.
Más sensible a la personalidad de tu gato, más capaces de responder correctamente, para que pueda desarrollar una relación de confianza y colaboración con tu gato.
Tu g
ato
y tú
www.servet.es
Tu gato y túEntenderlo es amarlo
Tu gato y túEntenderlo es amarlo
Colección dirigida por Laetitia Barlerin, doctora veterinaria, diplomada en la Escuela Nacional Veterinaria de Alfort. Además de ejercer como veterinaria, participa en un programa de radio dedicado a los animales y en un programa de televisión. Colabora con diversas publicaciones tanto profesionales como dirigidas al público en general y con revistas especializadas en animales.
Títulos en español de la misma colección:100 ideas falsas sobre el gato100 ideas falsas sobre el perroEduca a tu cachorroInterpreta el lenguaje de tu gato Interpreta el lenguaje de tu perro
DónDe y cómo hacer sus necesiDaDes
Normalmente, a los 2 meses, el gatito es capaz de hacer sus necesidades en una
bandeja. Son animales muy limpios.
El gatito sigue a su madre e imita todos sus comportamientos, lo cual forma parte de su educación.
14
CAPÍTULO 1 • cómo entenDer mejor a tu gatito
15
La digestiónDurante los primeros días, exactamente después de mamar, la gata lame activamente al
gatito en la zona que rodea el ano, la llamada región perianal, para estimular el tránsito
digestivo de su pequeño. Al principio, el gatito emite una sustancia verdosa y pegajosa,
el meconio, y después, progresivamente, heces más bien líquidas, que la gata ingiere.
El gatito aprende muy rápidamente a ser limpio. A partir de las 3 semanas de edad, se dirige hacia el lugar previsto para orinar y defecar, gracias a la intervención de su madre que le enseña dónde y cómo hacer sus necesidades.
Dónde y cómo hacer sus necesidades
Si te haces cargo de un gatito que acaba de nacer, hay
que frotarle delicadamente el ano con un algodón húmedo,
después de darle el biberón. Este gesto permite que se
desencadene el reflejo perianal, es decir, provocar la emisión
de las heces, que sin esta estimulación, no tendría lugar. Si
no realizas este gesto, el gatito corre el riesgo de morir por
oclusión intestinal. Hacia las 2 semanas de edad empieza a
controlar la emisión de sus heces: entonces ya puedes dejar
de estimular su región perianal.
¿Dónde hacer sus necesidades?Hacia las 2 semanas de edad, el gatito se mueve con facilidad, por lo que ya puede hacer
sus necesidades lejos de su nido. Su madre le enseña donde está el “servicio”. Después
de mamar, la gata lo saca fuera del nido, aproximándolo al sitio apropiado (la bandeja o
una esquina con tierra) para que haga sus necesidades lejos del espacio donde duerme.
Así aprende a buscar un lugar alejado del lugar donde descansa para hacer sus necesida-
des. Su olfato le permite encontrar fácilmente este lugar, debido a que la orina desprende
un olor a amoníaco fácilmente identificable.
Lo entierra una vez hechoEl gatito imita a su madre, sobre todo en
la conducta de eliminación. Esta última,
utiliza sus patas delanteras para cubrir
sus orinas y sus heces con tierra o con las
piedras de la bandeja, de esta manera los
excrementos quedan enterrados. El gatito
busca preferiblemente el medio sobre el
cual su madre suele ir (tierra, arena o la
bandeja) y tras realizar sus necesidades
comienza a cubrir sus orinas o heces, al
principio torpemente, siendo cada vez
más eficaz. Si la madre no entierra sus
heces, su pequeño tampoco lo hará. Si
tiene la mala costumbre de orinar sobre la
alfombra de baño, el edredón o el sofá, su
gatito la imitará automáticamente.
¿Lo sabías?Buenas costumbres. Si crías una camada de gatitos, vela por que la bandeja esté limpia, si no la madre podría hacer sus necesidades fuera de la bandeja y sus gatitos la imitarán. Si la gata orina, por ejemplo, sobre la ropa, sus gatitos harán lo mismo y, al crecer, conservarán esta mala costumbre de orinar o defecar sobre los tejidos.
DónDe y cómo hacer sus necesiDaDes
Normalmente, a los 2 meses, el gatito es capaz de hacer sus necesidades en una
bandeja. Son animales muy limpios.
El gatito sigue a su madre e imita todos sus comportamientos, lo cual forma parte de su educación.
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CAPÍTULO 1 • cómo entenDer mejor a tu gatito
15
La digestiónDurante los primeros días, exactamente después de mamar, la gata lame activamente al
gatito en la zona que rodea el ano, la llamada región perianal, para estimular el tránsito
digestivo de su pequeño. Al principio, el gatito emite una sustancia verdosa y pegajosa,
el meconio, y después, progresivamente, heces más bien líquidas, que la gata ingiere.
El gatito aprende muy rápidamente a ser limpio. A partir de las 3 semanas de edad, se dirige hacia el lugar previsto para orinar y defecar, gracias a la intervención de su madre que le enseña dónde y cómo hacer sus necesidades.
Dónde y cómo hacer sus necesidades
Si te haces cargo de un gatito que acaba de nacer, hay
que frotarle delicadamente el ano con un algodón húmedo,
después de darle el biberón. Este gesto permite que se
desencadene el reflejo perianal, es decir, provocar la emisión
de las heces, que sin esta estimulación, no tendría lugar. Si
no realizas este gesto, el gatito corre el riesgo de morir por
oclusión intestinal. Hacia las 2 semanas de edad empieza a
controlar la emisión de sus heces: entonces ya puedes dejar
de estimular su región perianal.
¿Dónde hacer sus necesidades?Hacia las 2 semanas de edad, el gatito se mueve con facilidad, por lo que ya puede hacer
sus necesidades lejos de su nido. Su madre le enseña donde está el “servicio”. Después
de mamar, la gata lo saca fuera del nido, aproximándolo al sitio apropiado (la bandeja o
una esquina con tierra) para que haga sus necesidades lejos del espacio donde duerme.
Así aprende a buscar un lugar alejado del lugar donde descansa para hacer sus necesida-
des. Su olfato le permite encontrar fácilmente este lugar, debido a que la orina desprende
un olor a amoníaco fácilmente identificable.
Lo entierra una vez hechoEl gatito imita a su madre, sobre todo en
la conducta de eliminación. Esta última,
utiliza sus patas delanteras para cubrir
sus orinas y sus heces con tierra o con las
piedras de la bandeja, de esta manera los
excrementos quedan enterrados. El gatito
busca preferiblemente el medio sobre el
cual su madre suele ir (tierra, arena o la
bandeja) y tras realizar sus necesidades
comienza a cubrir sus orinas o heces, al
principio torpemente, siendo cada vez
más eficaz. Si la madre no entierra sus
heces, su pequeño tampoco lo hará. Si
tiene la mala costumbre de orinar sobre la
alfombra de baño, el edredón o el sofá, su
gatito la imitará automáticamente.
¿Lo sabías?Buenas costumbres. Si crías una camada de gatitos, vela por que la bandeja esté limpia, si no la madre podría hacer sus necesidades fuera de la bandeja y sus gatitos la imitarán. Si la gata orina, por ejemplo, sobre la ropa, sus gatitos harán lo mismo y, al crecer, conservarán esta mala costumbre de orinar o defecar sobre los tejidos.
CAPÍTULO 4 • LA COMUNICACIÓN FELINA
80 81
La agresión,
El gato no ataca ni por maldad ni por dominancia. Las principales causas de agresividad son el miedo, la frustración, la irritación o la excitación. Cuanto más sociable es un gato, menor es el riesgo de agresión. No obstante, el estrés y la ansiedad son el origen de la mayoría de las agresiones.
¡cuidado! ¡peligro!...
Por norma general, a los gatos no les gusta que les acaricien el vientre.
El comportamiento de agresiónLa agresión se define como el comportamiento específico que
conlleva un ataque a la integridad física y/o psíquica, o a la liber-
tad de un individuo.
Este comportamiento se compone de tres fases bien diferen-
ciadas. La fase de amenaza previene al agredido de que va a ser
atacado si no cesa el contacto o se aleja. Durante la fase de ata-
que, el gato muerde y araña más o menos violentamente según
el tipo de agresión: agresión por irritación, agresión por miedo
o agresión territorial. La fase de detención se produce cuando la
víctima huye o queda inmóvil.
La agresión por irritaciónLa agresión por irritación es una agresión muy frecuente. Se ma-
nifiesta cuando el gato está en un estado de frustración, de estrés
o de dolor.
Algunos ejemplos permiten entender las razones por las cuales
un gato puede atacar. Cuando un gato tiene hambre y no lo deja-
mos comer, se trata de un contexto de frustración. Un gato poco
socializado con el hombre, se sentirá estresado si lo mantenemos
entre los brazos para acariciarlo. Finalmente, un gato que tiene
alguna dolencia (cólicos, artrosis) se vuelve fácilmente irritable y
soporta poco los contactos prolongados: puede incluso atacarnos
si tratamos de acercarnos.
Se pueden distinguir dos tipos de agresión por irritación: la
agresión de distanciamiento y la agresión de ruptura.
¿Lo sabías?No tiene una postura de sumisión. La postura de sumisión no existe en el gato, como es el caso del perro. Recuerda que el gato no tiene, por decirlo de alguna manera, rituales sociales. Cuando un gato se tumba sobre el dorso, se revuelca porque está a gusto bajo el sol, o si está en una secuencia agresiva, significa que va a atacar. No toques a un gato que amenaza y que se coloca sobre su dorso, corres el riesgo de que te muerda.
CAPÍTULO 4 • LA COMUNICACIÓN FELINA
80 81
La agresión,
El gato no ataca ni por maldad ni por dominancia. Las principales causas de agresividad son el miedo, la frustración, la irritación o la excitación. Cuanto más sociable es un gato, menor es el riesgo de agresión. No obstante, el estrés y la ansiedad son el origen de la mayoría de las agresiones.
¡cuidado! ¡peligro!...
Por norma general, a los gatos no les gusta que les acaricien el vientre.
El comportamiento de agresiónLa agresión se define como el comportamiento específico que
conlleva un ataque a la integridad física y/o psíquica, o a la liber-
tad de un individuo.
Este comportamiento se compone de tres fases bien diferen-
ciadas. La fase de amenaza previene al agredido de que va a ser
atacado si no cesa el contacto o se aleja. Durante la fase de ata-
que, el gato muerde y araña más o menos violentamente según
el tipo de agresión: agresión por irritación, agresión por miedo
o agresión territorial. La fase de detención se produce cuando la
víctima huye o queda inmóvil.
La agresión por irritaciónLa agresión por irritación es una agresión muy frecuente. Se ma-
nifiesta cuando el gato está en un estado de frustración, de estrés
o de dolor.
Algunos ejemplos permiten entender las razones por las cuales
un gato puede atacar. Cuando un gato tiene hambre y no lo deja-
mos comer, se trata de un contexto de frustración. Un gato poco
socializado con el hombre, se sentirá estresado si lo mantenemos
entre los brazos para acariciarlo. Finalmente, un gato que tiene
alguna dolencia (cólicos, artrosis) se vuelve fácilmente irritable y
soporta poco los contactos prolongados: puede incluso atacarnos
si tratamos de acercarnos.
Se pueden distinguir dos tipos de agresión por irritación: la
agresión de distanciamiento y la agresión de ruptura.
¿Lo sabías?No tiene una postura de sumisión. La postura de sumisión no existe en el gato, como es el caso del perro. Recuerda que el gato no tiene, por decirlo de alguna manera, rituales sociales. Cuando un gato se tumba sobre el dorso, se revuelca porque está a gusto bajo el sol, o si está en una secuencia agresiva, significa que va a atacar. No toques a un gato que amenaza y que se coloca sobre su dorso, corres el riesgo de que te muerda.
100
CAPÍTULO 6 • La vida en famiLia Paciencia con Los niños
101
Paciencia con los niños
El gato tiene más paciencia con los pequeñosComo ocurre en muchos mamíferos, los
gatos son más dulces y más indulgentes
con los niños que con los adultos. Esto
significa que un gato puede acabar con
las caricias que le molestan, arañando o
mordiendo la mano de un adulto, mien-
tras que se abstendrá de atacar a un niño
que lo apretuja y preferirá huir.
Sin embargo, el gato se asusta fácil-
mente con las carreras y los gritos de los
niños cuando juegan. Molesto por este
trajín, el gato tiende a escapar y a escon-
derse esperando que el tornado acabe.
Si el gato dispone de un escondite se-
guro, no hay ningún problema: descansa-
rá y una vez el ambiente se haya calmado,
saldrá de su escondite. Sin embargo, si no
encuentra donde refugiarse, puede sen-
tirse acorralado y tener miedo si el niño
lo persigue. En este caso, puede volverse
agresivo para detener lo que siente como
un acoso. Si se trata del niño de la casa,
este acoso puede conducir a la aparición
de una ansiedad que llamamos síndrome
del gato juguete (ver página 33).
Para el gato, los niños son pequeños seres humanos que se mueven mucho y que no controlan todavía sus movimientos. Incluso un gato bien socializado tenderá a alejarse de los niños revoltosos. No obstante, será más indulgente con los niños que con los adultos.
Un gato será por lo general más cercano con un niño tranquilo que con uno revoltoso.
La pernera de un pantalón puede constituir un buen escondite si el gato es lo suficientemente pequeño para acurrucarse.
El gato se estresa con los lloros del bebéLos lloros de un bebé provocan inmedia-
tamente un sentimiento de inquietud en
los animales.
Un gato tenderá a estar alerta y a ale-
jarse del lugar donde llora un bebé. Es una
buena decisión, puesto que dejará más
sitio libre a la madre para que se ocupe
de su hijo.
El gato puede tener miedo de los niños desconocidosAlgunos gatos, que no han tenido con-
tacto con niños pequeños durante los 3
primeros meses de su vida, no están bien
socializados con los niños y se mostrarán
inquietos cuando éstos se lancen sobre
ellos para tocarlos. Aterrorizados, tratarán
de huir.
Si tu gato no soporta la presencia de los
niños, tranquilo, esto puede solucionarse
con el paso del tiempo… ¡y con golosinas!
De hecho, los niños que van de forma
regular a tu casa deben atrapar al gato
para conseguir acariciarlo. Pide a los ni-
ños que le echen croquetas en su come-
dero, que le den un trocito de jamón, de
queso o de croissant. Esto permite crear
pequeños lazos de unión positivos que,
progresivamente, permitirán que tu gato
reconozca a estos niños y que sin duda
se acabe vinculando a ellos. El niño debe
permanecer tranquilo cuando acaricia al
gato. Si se pone nervioso, se acabará toda
la confianza que comenzaba a instaurarse.
Para amansarlo hace falta paciencia, dul-
zura y persistencia, ¡pero los resultados
valen la pena!
TRAS EL EMBARAZOTu gato probablemente ha percibido tu embarazo desde hace
9 meses hasta ahora, puesto que tu olor era diferente, sobre todo debido a las hormonas.
Cuando regresas de la maternidad, has vuelto a cambiar de olor y llevas entre los brazos un pequeño ser que está impregnado
de tu olor, el cual el gato reconoce.Un bebé es muy frágil, es importante mantener las distancias con él sobre todo al principio. El gato no estará celoso (los
celos son un concepto propio del ser humano), puede estar un poco perturbado con la novedad (cambio de organización en el
territorio o en el horario).Si el gato está bien socializado y bien equilibrado, se adaptará,
sobre todo si continuas dedicándole tiempo para las caricias y el juego. Si tu gato se vuelve ansioso, consulta al veterinario.
La utilización de feromonas del apaciguamiento lo ayudará, pero, en algunos casos, puede ser necesaria la utilización
de ansiolíticos.
100
CAPÍTULO 6 • La vida en famiLia Paciencia con Los niños
101
Paciencia con los niños
El gato tiene más paciencia con los pequeñosComo ocurre en muchos mamíferos, los
gatos son más dulces y más indulgentes
con los niños que con los adultos. Esto
significa que un gato puede acabar con
las caricias que le molestan, arañando o
mordiendo la mano de un adulto, mien-
tras que se abstendrá de atacar a un niño
que lo apretuja y preferirá huir.
Sin embargo, el gato se asusta fácil-
mente con las carreras y los gritos de los
niños cuando juegan. Molesto por este
trajín, el gato tiende a escapar y a escon-
derse esperando que el tornado acabe.
Si el gato dispone de un escondite se-
guro, no hay ningún problema: descansa-
rá y una vez el ambiente se haya calmado,
saldrá de su escondite. Sin embargo, si no
encuentra donde refugiarse, puede sen-
tirse acorralado y tener miedo si el niño
lo persigue. En este caso, puede volverse
agresivo para detener lo que siente como
un acoso. Si se trata del niño de la casa,
este acoso puede conducir a la aparición
de una ansiedad que llamamos síndrome
del gato juguete (ver página 33).
Para el gato, los niños son pequeños seres humanos que se mueven mucho y que no controlan todavía sus movimientos. Incluso un gato bien socializado tenderá a alejarse de los niños revoltosos. No obstante, será más indulgente con los niños que con los adultos.
Un gato será por lo general más cercano con un niño tranquilo que con uno revoltoso.
La pernera de un pantalón puede constituir un buen escondite si el gato es lo suficientemente pequeño para acurrucarse.
El gato se estresa con los lloros del bebéLos lloros de un bebé provocan inmedia-
tamente un sentimiento de inquietud en
los animales.
Un gato tenderá a estar alerta y a ale-
jarse del lugar donde llora un bebé. Es una
buena decisión, puesto que dejará más
sitio libre a la madre para que se ocupe
de su hijo.
El gato puede tener miedo de los niños desconocidosAlgunos gatos, que no han tenido con-
tacto con niños pequeños durante los 3
primeros meses de su vida, no están bien
socializados con los niños y se mostrarán
inquietos cuando éstos se lancen sobre
ellos para tocarlos. Aterrorizados, tratarán
de huir.
Si tu gato no soporta la presencia de los
niños, tranquilo, esto puede solucionarse
con el paso del tiempo… ¡y con golosinas!
De hecho, los niños que van de forma
regular a tu casa deben atrapar al gato
para conseguir acariciarlo. Pide a los ni-
ños que le echen croquetas en su come-
dero, que le den un trocito de jamón, de
queso o de croissant. Esto permite crear
pequeños lazos de unión positivos que,
progresivamente, permitirán que tu gato
reconozca a estos niños y que sin duda
se acabe vinculando a ellos. El niño debe
permanecer tranquilo cuando acaricia al
gato. Si se pone nervioso, se acabará toda
la confianza que comenzaba a instaurarse.
Para amansarlo hace falta paciencia, dul-
zura y persistencia, ¡pero los resultados
valen la pena!
TRAS EL EMBARAZOTu gato probablemente ha percibido tu embarazo desde hace
9 meses hasta ahora, puesto que tu olor era diferente, sobre todo debido a las hormonas.
Cuando regresas de la maternidad, has vuelto a cambiar de olor y llevas entre los brazos un pequeño ser que está impregnado
de tu olor, el cual el gato reconoce.Un bebé es muy frágil, es importante mantener las distancias con él sobre todo al principio. El gato no estará celoso (los
celos son un concepto propio del ser humano), puede estar un poco perturbado con la novedad (cambio de organización en el
territorio o en el horario).Si el gato está bien socializado y bien equilibrado, se adaptará,
sobre todo si continuas dedicándole tiempo para las caricias y el juego. Si tu gato se vuelve ansioso, consulta al veterinario.
La utilización de feromonas del apaciguamiento lo ayudará, pero, en algunos casos, puede ser necesaria la utilización
de ansiolíticos.
122
CAPÍTULO 7 • Las saLidas La visita aL veterinario
123
La visita al veterinario
El transportePara ir al veterinario, a menudo es necesario coger el coche, lo que ya representa un
estrés para muchos gatos. Incluso si va a pie, este cambio de territorio, incluso podría
decirse este destierro, crea una angustia en tu compañero.
Sin embargo, existen trucos que permiten mejorar su confort para que ese día no sea
demasiado negro. Primero, se recomienda meter a tu gato en un trasportín de plástico
o de mimbre suficientemente grande para que esté bien ventilado, pero no demasiado
grande para que no se golpee con el vaivén.
Algunos minutos antes de meter a tu gato, vaporiza un poco del aerosol de feromonas
del apaciguamiento para ayudar a relajarlo. Vale más actuar anticipadamente para no
actuar con prisas. Las prisas aumentan el estrés del propietario y del gato.
La consulta del veterinario constituye a menudo un estrés para el gato. Se encuentra en un territorio desconocido con multitud de olores extraños y debe soportar el fastidio del examen clínico.
En la sala de esperaEs mejor dejar a tu gato en un trasportín o en una bolsa de trans-
porte. Déjalo en el suelo junto a tu sitio, a tus pies, sin perros cerca.
Si hay mucha gente, pon el trasportín o la bolsa en alto, en un
asiento si es posible o sobre tu regazo. Esta medida permite evitar
y prevenir que se aproxime un perro y tranquilizar a tu gato que se
encuentra así cerca de ti.
Sujetarlo en la mesa de exploraciónPara que el veterinario pueda examinar y auscultar a tu gato, sá-
calo de su trasportín y sitúalo en la mesa de exploración. Cuidado,
algunos gatos tienen tanto miedo a salir que pueden intentar
atacar al sacarlos de su bolsa.
De todos modos, se debe evitar que se angustie, si lo hace
puede temblar (la auscultación sería entonces difícil), orinarse
encima o intentar atacar. Se desaconseja por completo gritarle
o golpearle. De hecho, si el gato es agresivo, ¡no es en absoluto
El trasportín constituye el medio de transporte más seguro y el más práctico para llevar a tu gato al veterinario.
Un gato se resiste aún menos que si se le forzase.
¿Lo sabías?El trasportín, un refugio. El trasportín constituye para un gato un miniterritorio donde encuentra refugio. Por otra parte, te darás cuenta que en el veterinario, después de la consulta, tu gato volverá lo antes posible a su trasportín en el que tanto te había costado antes meterlo.
No quiere entrar en su trasportín
Si tu gato extiende sus patas para no entrar en el trasportín, agárralo del abdomen con su cabeza mirándote, su trasero apuntando al trasportín y hazlo retroceder. Como no puede anticiparse a la puerta, será más fácil de introducirlo.
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CAPÍTULO 7 • Las saLidas La visita aL veterinario
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La visita al veterinario
El transportePara ir al veterinario, a menudo es necesario coger el coche, lo que ya representa un
estrés para muchos gatos. Incluso si va a pie, este cambio de territorio, incluso podría
decirse este destierro, crea una angustia en tu compañero.
Sin embargo, existen trucos que permiten mejorar su confort para que ese día no sea
demasiado negro. Primero, se recomienda meter a tu gato en un trasportín de plástico
o de mimbre suficientemente grande para que esté bien ventilado, pero no demasiado
grande para que no se golpee con el vaivén.
Algunos minutos antes de meter a tu gato, vaporiza un poco del aerosol de feromonas
del apaciguamiento para ayudar a relajarlo. Vale más actuar anticipadamente para no
actuar con prisas. Las prisas aumentan el estrés del propietario y del gato.
La consulta del veterinario constituye a menudo un estrés para el gato. Se encuentra en un territorio desconocido con multitud de olores extraños y debe soportar el fastidio del examen clínico.
En la sala de esperaEs mejor dejar a tu gato en un trasportín o en una bolsa de trans-
porte. Déjalo en el suelo junto a tu sitio, a tus pies, sin perros cerca.
Si hay mucha gente, pon el trasportín o la bolsa en alto, en un
asiento si es posible o sobre tu regazo. Esta medida permite evitar
y prevenir que se aproxime un perro y tranquilizar a tu gato que se
encuentra así cerca de ti.
Sujetarlo en la mesa de exploraciónPara que el veterinario pueda examinar y auscultar a tu gato, sá-
calo de su trasportín y sitúalo en la mesa de exploración. Cuidado,
algunos gatos tienen tanto miedo a salir que pueden intentar
atacar al sacarlos de su bolsa.
De todos modos, se debe evitar que se angustie, si lo hace
puede temblar (la auscultación sería entonces difícil), orinarse
encima o intentar atacar. Se desaconseja por completo gritarle
o golpearle. De hecho, si el gato es agresivo, ¡no es en absoluto
El trasportín constituye el medio de transporte más seguro y el más práctico para llevar a tu gato al veterinario.
Un gato se resiste aún menos que si se le forzase.
¿Lo sabías?El trasportín, un refugio. El trasportín constituye para un gato un miniterritorio donde encuentra refugio. Por otra parte, te darás cuenta que en el veterinario, después de la consulta, tu gato volverá lo antes posible a su trasportín en el que tanto te había costado antes meterlo.
No quiere entrar en su trasportín
Si tu gato extiende sus patas para no entrar en el trasportín, agárralo del abdomen con su cabeza mirándote, su trasero apuntando al trasportín y hazlo retroceder. Como no puede anticiparse a la puerta, será más fácil de introducirlo.