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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez
Un llamado al discernimiento, 2ª Parte
Escritura: 1 Tesalonicenses 5:21-22
Código: 52-33
John MacArthur
Al llegar ahora al gozo de examinar la verdad de la Palabra de Dios, le pido que abra su Biblia
en la carta de Pablo a los tesalonicenses. La primera carta, el capítulo 5; y me acompañe a
los versículos 21 y 22. Hace dos semanas atrás, comenzamos a considerar la verdad de 1
Tesalonicenses 5:21 y 22. Esta mañana, continuaremos; y después, el próximo día del Señor.
Permítame recordarle de su verdad con una lectura simple y directa: “Examinadlo todo;
retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal.” Este es un llamado al discernimiento.
Examinadlo todo.
Amados, esto es absolutamente crítico en la vida cristiana. Absolutamente crítico. La vida
cristiana es la vida más precisa de todas. Es el patrón de pensamiento y conducta más
disciplinado. Demanda precisión exacta en comprensión y en hecho. Precisión que se
conforma con un estándar absoluto revelado por Dios en las Escrituras.
La vida cristiana es una vida que busca conformidad perfecta y total a leyes fijas mandadas y
capacitadas por Dios mismo. No hay vida tan precisa y demandante como la vida del cristiano.
Porque no sólo llama a la precisión por fuera en términos de conducta, sino también precisión
por dentro en términos de pensamiento y de creencia. No vivimos una especie de existencia
en la que usted vive como usted quiere, como a usted se le antoja, como usted se siente bien.
La Palabra de Dios establece demandas fijas para todas áreas de nuestras vidas. No hay
doctrina cambiable en el cristianismo. No hay valores cambiables, no hay moralidad
cambiable. No hay ética cambiable.
Me es sorprendente, y estoy seguro que también para usted, el estar viendo, en las últimas
dos semanas, a todas estas denominaciones grandes reuniéndose. Los metodistas, los
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episcopales y los presbiterianos votando para adoptar nueva teología. Votando para adoptar
nueva moralidad, votando para adoptar estándares éticos nuevos, para cambiar la tradición de
lo que se ha creído en el pasado. Y como dijo un líder presbiteriano que oí cuando era
entrevistado en la radio, “si no cambiamos nuestra moralidad para acomodarnos a la
actualidad, vamos a perder a todos nuestros miembros.”
En el verdadero cristianismo, claro, no hay moralidad cambiable. No hay valores cambiables.
No hay ética cambiable y no hay doctrinas cambiables. Se nos demanda vivir en un patrón
disciplinado en nuestra manera de pensar y se nos demanda vivir en un patrón de conducta
disciplinada.
Y en el cimiento mismo de este tipo de vida disciplinada, precisa, se encuentra la necesidad
del discernimiento. Debemos tener la capacidad de discernir lo que es verdad de lo que es
falso. Debemos tener la capacidad de discernir la verdad de la verdad a medias, como
también la verdad del error. Y cuando la Iglesia pierde su capacidad de discernir de esta
manera, pierde su teología precisa. Pierde su moralidad precisa, pierde sus valores, ética,
doctrinas; y, por lo tanto, abandona cualquier esperanza de vida precisa y de tener una
conducta precisa.
Y cuando usted ve al cristianismo en la actualidad y lo ve lleno de inmoralidad y con un
compromiso bajo con la vida santa, debe entender que ese tipo de conducta imprecisa es el
resultado de una manera de pensar imprecisa, la cual es el resultado de una incapacidad de
hacer que el discernimiento funcione.
El cristianismo evangélico está en un estado severo de confusión. No está seguro de cómo
debe actuar, porque no está seguro de lo que debe pensar, porque no está seguro de lo que
cree. Una teología diluida no va a producir una reverencia profunda, una adoración profunda,
un arrepentimiento profundo, una humildad profunda, un entendimiento profundo de Dios; Su
naturaleza, Su obra, Su ministerio, Sus leyes, Sus estándares, Sus principios. Fracasa al no
hacer que la gente esté centrada en Dios. La Iglesia en la actualidad está atrapada en una
manera de pensar relativa acerca de la doctrina, una manera de pensar relativa acerca de la
moralidad y, por lo tanto, no puede llegar a vivir de manera precisa.
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El discernimiento, entonces, es crucial. Pablo lo supo cuando él lo expresó en esta pequeña
lista. Comenzando en el versículo 16, él nos da lo que es un resumen de los elementos
cardinales de la vida cristiana. “Estad siempre gozosos, orad sin cesar, dad gracias en todo,”
eso tiene que ver con su actitud hacia Dios. “No apaguéis al Espíritu y no menospreciéis las
profecías”. Las profecías que Dios ha dado, la revelación, esto es la palabra revelada. Y
después, “examinadlo todo”. Esos son los componentes que se encuentran en el corazón de
la vida cristiana.
Pablo entonces nos está llamando a algo muy básico cuando él dice examinadlo todo. No es
fácil hacer eso. Hay tres razones por las que no es fácil. Razón número uno, debilidad
humana. Nuestras mentes están caídas, nuestra manera de pensar es tendenciosa, somos
tendenciosos para ser subjetivos a nuestro propio favor. Estamos debilitados por la carne
humana no redimida, la cual tiene una propensión hacia la pecaminosidad. Entonces,
tenemos que pelear contra la debilidad humana. Nuestra mente es tan depravada.
En segundo lugar, tenemos el engaño satánico. Hay un ataque continuo en contra de la
Iglesia llevado a cabo por el rey de la oscuridad, el príncipe de este mundo. Y él está haciendo
todo lo que puede por confundir a la Iglesia.
En tercer lugar, usted tiene la influencia abrumadora del mundo impío que nos rodea. Entre el
mundo, la carne y el diablo, el proceso de discernimiento espiritual puede ser muy debilitado.
Y desafortunadamente, la Iglesia ha sido presa del caos y la confusión bajo este ataque. En la
actualidad, es incapaz de discernir la verdad de lo falso, lo bueno de lo malo; y eso está
produciendo una doctrina imprecisa y una conducta imprecisa. De hecho, por muy esencial
que es para la vida cristiana ser una persona que discierne y que discrimina, no es popular en
la actualidad, inclusive en la Iglesia. Si usted adopta una postura fuerte en ciertos asuntos,
usted es menospreciado.
Ahora, eso significa que un llamado al discernimiento es apropiado. Al llamarlo a usted al
discernimiento y al ayudarle a expandir y a aclarar la verdad de estos dos versículos, quiero
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hacer tres preguntas. Las últimas dos preguntas, las veremos la próxima semana. El próximo
domingo.
Regresemos a la pregunta número uno, la cual explicamos en nuestro último estudio. ¿Por
qué hay una falta tan grande de discernimiento? Ya le mostré las influencias, la debilidad de la
carne, el engaño satánico, y la influencia del mundo. Pero, ¿por qué la Iglesia se ha
convertido en una víctima de esto? ¿Cuáles son los factores que han llevado a esta falta de
discernimiento? Primero voy a repasar y después, voy a añadir algunos nuevos.
La última vez le dije que el contribuyente principal a esta falta de discernimiento es un
debilitamiento de la claridad y convicción doctrinales. Un debilitamiento de la claridad y
convicción doctrinales. En la actualidad, hay un ataque en contra de la doctrina. Y cualquier
ataque en contra de la doctrina es en últimas, un ataque en contra de Dios. Es un ataque en
contra de conocer a Dios de manera verdadera y conocer Su verdad de manera apropiada. Y,
por lo tanto, es un ataque en contra de Su esencia, es un ataque en contra de adorarlo de
manera precisa. Y es un ataque en contra de la moralidad también.
Las iglesias en la actualidad no están preocupadas primordialmente con la doctrina como tal.
En la mayoría de los casos, y claro que hay excepciones en este punto, están primordialmente
preocupadas con asegurarse de lo que seamos - sea lo que sea que seamos - seamos
amorosos, estemos unidos, no nos dividamos. Estamos enfocados en las relaciones, no
confrontemos a nadie. Nos ofrendamos a nadie. Queremos ser empíricos. Queremos lidiar
con los sentimientos y las emociones y queremos hacer que la gente se sienta mejor acerca
de su vida. Queremos que estén satisfechos en su vida. Queremos que estén cómodos.
Y entonces, nuestra hermenéutica dominante tiene que ver con todo esto. Y le dije hace dos
semanas atrás, que los liberales no pudieron vendernos su teología y, por lo tanto, nos
vendieron su hermenéutica. ¿Qué es hermenéutica? Viene de una palabra griega hermeneuō,
la cual significa “interpretar”. No pudieron vendernos su teología, y entonces nos vendieron
sus principios para interpretar las Escrituras.
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Sus principios es que usted interpreta la Biblia a la luz de lo que es amoroso, lo que promueve
la unidad, lo que no amenaza, lo que no es ofensivo, lo que no se opone a nadie, lo que no es
divisivo, lo que hace que la gente se sienta bien y cómoda y contribuye a las relaciones
humanas, que les traigas gozo, satisfacción y felicidad y satisfacción personal. Y si usted ve a
la Biblia con todo eso como los principios de interpretación, usted va a terminar con una
teología liberal. Y entonces, nos vendieron su hermenéutica en lugar de su teología, lo cual
sabrían que nosotros no íbamos a adoptar. Pero vamos a terminar con lo mismo.
De hecho, usted en la actualidad oye que el cristianismo relevante no es doctrinal. Vi un
anuncio para una Iglesia en esta semana en un volante y decía: “¿está cansado de los
servicios de iglesia tradicionales? ¿Están cansados de - no me puedo acordar
específicamente de las palabras - de la predicación aburrida, la cual es irrelevante?” La
suposición es que cualquier cosa que sea tradicional, cualquier cosa que sea bíblica,
cualquier cosa que sea expositiva de alguna manera no es relevante. Esa es una manera de
pensar bastante popular.
Hace algunos meses atrás, se me envió una disertación doctoral por medio de un joven, quien
la escribió para completar su tarea de doctorado en filosofía. Y la escribió comparando mi
predicación con la de otro predicador bien conocido. Y su evaluación final de mi predicación al
final de la sección fue que “MacArthur es preciso, pero irrelevante. Él habla la verdad, pero no
es relevante.” Ahora, no sé cómo hablar la verdad puede ser de manera posible irrelevante.
Por otro lado, sería hablar mentiras, pero ser relevante. No estoy seguro de lo que eso quiere
decir. La irrelevancia está asociada con predicar la Palabra de Dios, con ser dogmático o
hablar la verdad de manera firme en la actualidad.
Entonces, la adoración y la predicación y la conducta reflejan este tipo de compromiso
doctrinal débil. Puedo pensar en tantas, tantas tendencias sorprendentes en los últimos cinco
a diez años. Inclusive, estaciones de radio que antes estaban dispuestas a trasmitir todo lo
que predicamos en el aire, ahora nos escriben y nos dicen: “si hablas de este asunto o de
aquel asunto o de aquél, no lo vamos a transmitir, porque va a ofender algunos de nuestros
oyentes; y queremos ser amorosos.” Debemos ser amorosos también, pero usted debe hablar
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la verdad en amor. Obviamente, el discernimiento no va a florecer en una atmósfera de
pensamiento confuso, es claro.
Observe 2 Timoteo por un momento, capítulo 4. En 2 Timoteo capítulo 4, versículo 1, Timoteo
es llamado de manera solemne con un cargo intimidante. Él le dice, Pablo, “te encarezco
delante de Dios y del Señor Jesucristo quien juzgará a los vivos y a los muertos en Su
manifestación y en Su Reino.” En otras palabras, quiero que te sientas muy intimidado. Quiero
que sientas mucha motivación. Tú estás siendo observado por Dios y estás siendo observado
por Cristo Jesús, quien va a juzgar todo. “Y te quiero decir una cosa, Timoteo,” versículo 2,
“predica la palabra”. No abandones eso. Debes estar listo a tiempo y fuera de tiempo.
En otras palabras, cuando es tolerado y cuando no es tolerado. Cuando es popular y cuando
no es popular. Cuando es aceptado y cuando no es aceptado. Tú, predica la Palabra. ¿Y
cómo va a salir? Él va a reprender, va a exhortar y tú simplemente hazlo con mucha paciencia
y doctrina. Ése es el mandato. Debemos predicar la Palabra. Damos por sentado que va a
reprender a la gente o los va a convencer de pecado. Damos por sentado que los va a
reprender o los va a hacer enfrentar el desvío de su conducta y de su manera de pensar o de
su creencia. Suponemos que los va a exhortar, lo cual es una palabra que significa que les va
a advertir de juicio y llamarlos a cambiar su conducta. Así es como debemos predicar.
Después, en el versículo 3, él dice: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana
doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” La
responsabilidad primordial de cualquier predicador y cualquier pastor es asegurarse de que
predica la Palabra a su congregación y de que les da doctrina sana. No siempre va a ser lo
que quieren, siempre será lo que ellos necesitan. Y cuando ellos comienzan a amontonarse
maestros que van a rascarles los oídos y los van a hacer sentir bien, que los alimentan con lo
que quieren oír de acuerdo con sus deseos, se van a desviar de la Verdad y se volverán a las
fábulas. El discernimiento no va a florecer en una atmósfera como la que tenemos en la
actualidad. Lo cual se caracteriza, como lo acabo de describir, como una de confusión
doctrinal en lugar de que tenga una de convicción doctrinal.
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Hay una segunda causa que le señalé en nuestro último mensaje y que contribuye también a
esta falta de discernimiento. Es no ser antitético y sigue a la primera. Esta cultura no quiere
ser antitética. No quiere debatir, no quiere ser polémica. Quiere ser relativa. Estamos
sintiendo la influencia de años de existencialismo, de subjetivismo. La gente simplemente
quiere que, en cierta manera, se encuentre en un espectro amplio de relativismo. No hay
temas blancos y negros, asuntos absolutos.
Pero la predicación bíblica, la enseñanza es absoluta. Divide, confronta, separa, juzga,
convence, reprende, exhorta. Y eso no es aceptable en la actualidad. Ya no se desea en la
actualidad. Estamos en un día de diversión y de juegos. Estamos en una especie de ambiente
en la cual le damos la vuelta a todo y te aseguras de que no ofendas a nadie. No es un día
para el debate, no es un día para la polémica. No es un día para trazar la línea y decir: “aquí
está la verdad y todo lo que está del otro lado es el error.”
Y obviamente, en un día de relativismo, cuando no existe el deseo de ser antitético, de colocar
una tesis y una antítesis, una contra la otra y ver lo que es la verdad, un día como ese, un día
de relativismo doctrinal, el discernimiento no va a sobrevivir.
Observe Tito 1:9. En Tito 1:9, tenemos una instrucción para un anciano o un pastor; y él tiene
que ser retenedor de la palabra fiel la cual es según la enseñanza. Y él debe tener la
capacidad de exhortar en sana doctrina y de refutar a aquellos que contradicen. Debemos
hacer eso. Se manda a que seamos antitéticos y que confrontemos el error. Debemos hacer
eso o de lo contrario no cumpliremos con nuestro llamado Divino.
Pero en donde eso no es tolerado, en donde a usted no se le permite ser divisivo, en donde a
usted no se le permite decir: “tú estás equivocado, eso es un error, debe ser corregido,”
porque la hermenéutica amorosa, que se enfoca en las relaciones, domina, el discernimiento
no puede sobrevivir.
En tercer lugar, la última vez le dije que otro contribuyente a la falta de discernimiento en la
Iglesia es una preocupación con la imagen y la influencia como una clave para el
evangelismo. La Iglesia ha adoptado la idea, la mentira, de que, para alcanzar al mundo,
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debemos ser populares con el mundo. Debemos ser amables e inofensivos y aceptar a la
gente y acomodarnos. Necesitamos hacer que la gente pecaminosa se sienta cómoda.
Necesitamos hacer que la iglesia sea cálida y abrace a todos. Necesitamos hacer que los
pecadores se sientan cómodos y que estén felices y que sean entretenidos; y si les caemos
bien, les va a caer bien Jesús. La imagen y la influencia se cree que son herramientas más
poderosas del evangelismo que la predicación de la Palabra inspirada y poderosa de Dios. Y
obviamente, el discernimiento no sobrevive en una atmósfera de confusión doctrinal, no
sobrevive en una atmósfera de relativismo moral y no sobrevive en una atmósfera de
compromiso y de concesiones con el mundo.
Sin embargo, eso es lo que la Iglesia busca ser en la actualidad. Está acomodando todo lo
que hace al mundo no regenerado, tratando de ganarse su aprobación. Ganarse su
aprobación. En lugar de ser la luz que se enciende y que revela su pecado, quiere estar tan
oscuro que puedan estar con nosotros por mucho tiempo y realmente, que nunca tengan que
confrontar eso. Simplemente, que puedan disfrutar lo amables que somos.
Ahora, quiero ser amoroso y quiero mostrar gracia y quiero ver que los pecadores se
arrepienten. Pero sé que la única manera en la que eso va a llegar a suceder es cuando su
pecado es confrontado y enfrenten la realidad de su condenación eterna.
En 1 Corintios, le señalé esto y, simplemente, se lo recuerdo, en el capítulo 4, el apóstol Pablo
tenía una filosofía de ministerio bastante diferente. Él dijo acerca de su propio ministerio,
“Tenemos hambre y sed,” versículo 11, “somos tratados mal, no tenemos hogar. Estamos
vestidos de manera pobre. Somos menospreciados, somos calumniados. Nos hemos vuelto,”
versículo 13, “somos la escoria del mundo hasta ahora.” No es popular con el mundo.
La Iglesia nunca ha buscado ser popular. Nunca ha buscado tener influencia en el sentido de
que nos aceptan como somos. Nunca ha pensado que la imagen era el asunto vital, que
nuestra erudición académica era lo que los iba a ganar o la cualidad de entretenimiento de
nuestros servicios o nuestro tipo de tolerancia que no amenaza a nadie y acepta a todos. Pero
ese es el Espíritu en la actualidad. La teología débil y una falta de disposición de ser absoluto
en términos de doctrina y una preocupación con nuestra estrategia para hacer una
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mercadotecnia del Evangelio para que el mundo lo adopte a través de la imagen y la
influencia y el prestigio, ha matado al discernimiento.
Ahora, permítame llevarlo a un cuarto. No interpretar apropiadamente las Escrituras. No
interpretar apropiadamente las Escrituras. Usted me conoce lo suficientemente bien como
para saber que esto está cerca de mi corazón. Y, de hecho, lo está.
Cuando estuve en la Universidad, tuve un gran deseo de querer aprender cómo aprender a
interpretar las Escrituras. Y sabía que había un camino para llegar allí. Entonces, en mi primer
año de la universidad, me inscribí para tomar cinco créditos de griego en el primer semestre y
cinco créditos de griego en el segundo semestre. Y tomé diez créditos. Mi segundo año, tomé
tres cada semestre. Mi tercer año, tomé tres cada semestre y mi cuarto año, tomé dos cada
semestre. Me gradué con todo ese trasfondo de griego porque yo sabía y yo creía que, si iba
a interpretar, primordialmente mi trabajo iba a ser en el Nuevo Testamento, e iba a interpretar
el Nuevo Testamento, necesitaba saber cómo interpretarlo a partir de su lenguaje original.
Me fui al seminario y tomé tres años más de griego y tomé algunos años de hebreo y estudié
teología; y me esforcé por disciplinarme a mí mismo para entender la doctrina y la historia de
la Iglesia y la historia de trasfondo y la cultura y la filosofía y todas las cosas que pude
aprender para poder enriquecer mi comprensión del contexto y el entendimiento de las
Escrituras.
Y me he esforzado a lo largo de los años para tratar de aplicar las cosas que aprendí para
usar bien la palabra de verdad. El poder interpretar las Escrituras es crucial, especialmente
para alguien en mi posición porque Santiago 3:1 dice: “no os hagáis maestros muchos de
vosotros porque recibiréis mayor condenación.” El que se apura por enseñar, más vale que se
dé cuenta de que cuando usted adopta el perfil de maestro, usted enfrenta potencialmente
una mayor condenación, porque ahora no sólo es responsable por lo que usted cree y afirma,
sino por lo que usted ha hecho que todo el mundo crea y afirme que lo ha escuchado y ha
creído en lo que usted ha dicho.
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Hay una ciencia muy exacta en la interpretación bíblica. Una ciencia muy exacta. Algunos de
nuestros hombres me estaban contando recientemente que estaban hablando con un
predicador famoso en Estados Unidos y uno de ellos le preguntó: ¿acerca de qué vas a
predicar este domingo?” Probablemente fue a mediados de la semana. Y él dijo: “oh, todavía
no sé. Soy un hombre de especial de sábado por la noche.”
Usted no puede interpretar la Palabra de Dios así. No es algo místico. Pero lo que usted tiene
en la actualidad en las iglesias es que hay muchos predicadores que no buscan la disciplina
en la ciencia de la interpretación de las Escrituras. Y como resultado de eso, lo que hacen es
que, de manera ligera y superficial, predican de manera relativa, buscando las relaciones en
una especie de psicología cristiana o relatan muchas historias o anécdotas o lo que sea. Y
como resultado, nunca realmente están interpretando la Palabra de Dios.
Y después, usted puede añadir a eso la realidad de que hay una especie de nueva elevación
de toda persona al nivel de un experto en las Escrituras. Toda persona parece que piensa que
puede interpretar la Biblia cuando, de hecho, a menos de que se hayan sentado bajo buena
enseñanza o a menos de que estén bien instruidos y que hayan aprendido a cómo interpretar
las Escrituras de parte de alguien que sabe, es muy poco probable que no importa lo
espirituales que sean y cuánto amen a Cristo, no van a poder usar bien la Palabra de verdad.
La gente que tiene una preparación no apropiada en la Biblia, pero que tiene algún tipo de
preparación extensiva en otro campo, de alguna manera, cree que simplemente se pasan al
otro campo e interpretan las Escrituras. Y hay muchas personas que creen que debido a que
son cristianos, pueden interpretarlas por sí mismos con poco o nada de preparación y sin
haberse sentado bajo una explicación cuidadosa de las Escrituras para que aprendan a cómo
interpretar y escuchar a aquellos que lo hacen.
De alguna manera, entonces, hemos llevado a toda persona al mismo nivel y toda persona
tiene un derecho igual de escribir libros acerca de la Biblia e interpretar las Escrituras sin
importar quiénes son o lo mal preparados que estén para hacerlo.
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Y después, usted puede añadir otro problema que lleva a esta falta de interpretación
apropiada y ese es el movimiento carismático que está arrasando con el mundo, que
básicamente dice que usted simplemente lee la Biblia y de alguna manera, Jesús le va a decir
lo que significa. De alguna manera, simplemente emana a partir de usted desde adentro, de
manera mística, lo cual elimina la necesidad de interpretación en absoluto.
Por cierto, virtualmente toda secta y enseñanza falsa que jamás surgió, comenzó a partir de la
premisa de que Jesús les dio alguna revelación nueva. Esto es algo muy aterrador porque ha
influenciado a tanta gente. Y usted oye a personas todo el tiempo y usted escucha la radio o
ve los programas cristianos en la televisión que vienen y hacen este tipo de interpretaciones y
hablan de cómo Jesús les dijo esto y Dios les dijo aquello y no hay necesidad de interpretar la
Biblia con eso, porque simplemente viene desde adentro de ti.
Bill Hayman, por ejemplo, encabeza una red de ministerios proféticos carismáticos. Él
aconseja a la gente a ignorar la razón, la lógica y los sentidos cuando intentan discernir la
Verdad. Ignora la razón, la lógica y los sentidos cuando usted intenta discernir la Verdad. Él
escribe, y lo estoy citando, “nuestras tradiciones, creencias y opiniones fuertes no son testigos
verdaderos de la verdad profética. La reacción del Espíritu se origina en la profundidad de
nuestro ser. Muchos cristianos describen la ubicación física de su sensación correspondiente
como el área de arriba del abdomen.”
¿Oye usted lo que él acaba de decir? Si usted quiere conocer la Verdad, viene por una
reacción en la parte superior de su abdomen. “Un testimonio negativo con un mensaje de “no,
sé cuidadoso,” o “algo no está bien,” normalmente se manifiesta a sí mismo con un
sentimiento nervioso o incómodo.” Entonces, usted lea las Escrituras y después, espere a que
algo le suceda en la parte superior de su abdomen.
Y él continúa diciendo: “hay una sensación profunda, casi difícil de identificar de que algo está
mal. Sólo se puede confiar en este sentimiento cuando estamos más sintonizados con nuestro
espíritu que con nuestros pensamientos.” ¿Qué es eso? Eso es absurdo. Eso es incoherente.
Él prosigue: “si nuestro pensamiento está causando estas sensaciones, entonces sólo podría
ser una reacción del alma.” Entonces el sentimiento irracional, sin sentido, incoherente
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mientras que usted se sienta ahí y espera ese sentimiento nervioso en la parte abdominal
superior. Y si sucede, entonces no es verdad. Tiene que terminar con otra interpretación.
“Por otro lado, cuando el Espíritu de Dios está dando testimonio con nuestro espíritu de que
en una palabra profética es correcta, usted ha encontrado la verdad. Y entonces, nuestro
espíritu va a reaccionar con el fruto del Espíritu Santo. Tenemos una paz y gozo inexplicables,
profundos, un sentimiento cálido, amoroso o inclusive un sentido de que nuestro espíritu está
brincando con emoción. Este sentimiento nos deja ver que el Espíritu Santo está dando
testimonio con nuestro espíritu de que todo está bien, aunque quizás no lo entendamos.”
En otras palabras, ignore su mente, olvide sus creencias, no le haga caso a su teología,
rechace su sentido común y nunca tome ninguna pastilla para la acidez estomacal, porque
eso va a echar a perder el proceso del Espíritu Santo. No juegue con su área abdominal
superior, porque entonces Él no lo puede guiarlo a usted.
Digo, es difícil encontrar palabras para… e inclusive encontrar adjetivos que describan una
incoherencia como esa. Son tonterías absolutas. Usted no va a encontrar eso en las
Escrituras. No leemos la Biblia y se sienta y espera que algún tipo de sentimiento en la parte
superior del abdomen para determinar lo que es la verdad. Indigestión, problemas de corazón
- eso es ridículo - podrían darle a usted los mismos sentimientos o inclusive, más grandes.
Sin embargo, ¿cuántas personas siguen ese tipo de consejo? Millones. Y después, transfieren
su membresía de la Iglesia a esa Iglesia y donan sus ahorros de por vida a ese ministerio. El
precio del misticismo carismático y del subjetivismo es demasiado alto. Todo el mundo tiene la
libertad de decir y de enseñar lo que la parte superior de su abdomen le dice. La naturaleza
excepcional y la necesidad de interpretar las Escrituras ha sido eliminada.
Entonces, por un lado, usted tiene a personas que quizás podrían interpretarlo, pero han
decidido irse por la psicología cristiana y contar anécdotas. Por otro lado, usted tiene a
personas que realmente no tienen las herramientas para interpretarlas, pero están
intentándolo. Y después, usted tiene un tercer grupo de carismáticos que se están sentando y
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que están esperando algún sentimiento que les diga que eso está bien. ¿Es sorprendente que
no podamos discernir la Verdad? Porque estudiamos a las Escrituras de manera equivocada.
La siguiente carta fue escrita a un conocido mío de parte de un joven en el movimiento
carismático. Ilustra esta actitud típica hacia las Escrituras. Ésta es la carta. “La experiencia
más grande en amor que jamás he tenido fue a los pies de la cruz conforme la sangre de
Jesucristo fue derramada sobre mí. Él me llenó con Su Espíritu. Él me llevó por el valle de la
ciudad de Jerusalén al lugar santísimo. Y ahí me vi a mí mismo en Él y a Él en mí. Recibí el
bautismo como de fuego y a partir de ahí, Su amor mora en mí. Y a partir de esto, tengo
comunión diariamente.”
Bueno, ese párrafo entero es bastante místico para mí. No sé de qué está hablando. No sé
qué quiere él realmente - quiere el bautismo de fuego. Eso es juicio. Pero podemos excusarlo
en ese error por un momento y seguir el resto de la carta.
“No siento la necesidad de estudiar las Escrituras porque yo sé que Jesús se ha revelado a sí
mismo en mí. Y conforme Él mora en mí, ahí está la Palabra. Las Escrituras son un recurso
secundario.” ¿Entiende usted por qué la gente no puede discernir? Porque no tienen un
estándar para el discernimiento. Entiende usted por qué la gente puede sentarse en esos
programas de televisión y simplemente tratar de continuar promoviendo cosas incoherentes,
ridículas y nunca nadie dice: “un momento. Eso está mal. No es verdad. No está en la Biblia.
No puede ser defendido.” Nunca nadie dice eso porque la experiencia es lo que lo valida.
Los reformadores pelearon contra el error con la interpretación apropiada de las Escrituras.
Ahora, en el siglo XX, la Iglesia va a tener que pelear la misma batalla, nada más que en esta
ocasión, no estamos peleando contra los católicos romanos, estamos peleando contra los
protestantes, quienes han caído en los mismos patrones de ineptitud al manejar las
Escrituras.
Y la Palabra debe ser interpretada de manera apropiada. Y entonces, vamos a entender la
verdad necesaria, precisa, para la vida Santa si es entendido de manera correcta. Observe 2
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Timoteo capítulo 2 por un momento y quiero llevarlo de regreso a un pasaje conocido y
ayudarle, espero, en su entendimiento, a que entienda mejor esto.
En 2 Timoteo 2:15, Pablo dice: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como
obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” Esto es muy
directo. “Procura con diligencia,” ha sido traducido, presentarte a Dios aprobado “como obrero
que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”
La implicación en el versículo es que, si usted no usa la palabra de verdad con precisión,
usted debe avergonzarse. Debe avergonzarse. Y si usted no quiere avergonzarse, y quiere
usar bien la palabra de verdad, no espere algún movimiento en la parte superior de su
abdomen, usted estudia de manera diligente, buscando la aprobación de Dios como un
obrero, un obrero apto, capaz, que usa bien, que traza derecho las Escrituras. Y esto nos da,
por cierto, un entendimiento rico en la precisión que se demanda en la interpretación bíblica.
Ahora, recuerde esto. La gente no cree en falsa doctrina por diseño. Digo, no están diciendo:
“quiero encontrar una doctrina falsa. Quiero encontrar una mentira. Estoy buscando un
engaño aquí.” No. No es por diseño, o por motivación que erran de manera tan terrible. Es por
pereza, ineptitud, falta de cuidado, insensatez en el manejo de las Escrituras.
Siga esto en el versículo 17 y conozca a dos personas; aquí habría una ilustración de esto:
Himeneo y Fileto. Dice que estos hombres, versículo 18, se desviaron de la verdad. Ahora,
deténgase ahí por un momento. Ese pequeño verbo “se desviaron” significa que ellos erraron
en aquello a lo que estaban apuntando. Y la idea aquí es que estaban apuntando a la verdad;
simplemente, no llegaron ahí.
La gente no termina con el error porque están buscando el error. La gente termina con el error
porque en el proceso de buscar la Verdad, ellos no saben cómo encontrarla o no hacen el
esfuerzo o no se apropian de los elementos necesarios. Ellos erraron en aquello en lo que
estaban apuntando. Pudieron haber tenido el objetivo correcto, la verdad. Pero no le dieron al
blanco. Erraron y terminaron con algo ridículo. Terminaron diciendo que la resurrección ya se
había llevado a cabo.
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¿Cómo es que usted promueve eso? ¿Le va a enseñar a la gente que ya murieron y
resucitaron? Dice usted: “bueno, espera un momento. Sé que estuve muerto y ya estoy vivo
de nuevo. No me puedes engañar con eso.” Claro que puedo. Debieron haber terminado con
el hecho de que era algún tipo de resurrección espiritual, la única resurrección que va a haber,
va a ser espiritual. Y así había sido. Quizás, fueron los aniquilacionistas originales inventando
la idea de que cuando usted muere, deja de existir, entra en un sueño del alma o lo que sea.
Quizás, estaban diciendo que los cristianos ya habían enfrentado la resurrección que iba a
haber y que ya no había ninguna futura. Y que la resurrección era una espiritual.
¿Y sabe qué? Trastornaron la fe de algunos. Para toda idea ridícula, hay un grupo de
seguidores, ¿verdad? Especialmente aquí en California. Simplemente, déjese la barba,
póngase una túnica, vaya a la playa, diga que usted es Moisés y va a tener a cincuenta y
seguidores en media hora. Siempre va a haber un grupo que lo va a seguir. Y no es que
estaban buscando el error, es que estaban buscando la Verdad de manera inepta, sin
cuidado, de manera insensata, de manera perezosa; y terminaron con error.
Y ahora, usted regresa al versículo 15 y él dice: “no seas como Himeneo y Fileto, sino que
estudia y sé diligente en presentarte aprobado a Dios como obrero que no tiene de qué
avergonzarse porque has manejado de manera precisa la palabra.” Usted necesita tener
integridad consciente ante Dios cuyo juicio siempre es preciso.
El que maneja la Palabra nunca debe avergonzarse porque no usó todos los recursos y toda
la energía para hacer un trabajo de calidad y dominar la interpretación verdadera. Hay
bastantes predicadores, queridos amigos, que son populares con los hombres, pero son
vergonzosos ante Dios. Populares con los hombres, pero se han avergonzado ante Dios. Y
cada vez que yo represento mal la Verdad, yo estaría avergonzándome delante de Dios. El
trabajo pobre en la Palabra es intolerable. Debe ser manejada de manera precisa, debe ser
trazada de manera correcta.
La gente dice en la actualidad: “bueno, hombre, si tú dices esto y aquello y dices que este
hombre está equivocado y aquel hombre está equivocado y que esa interpretación está mal, 1
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crónicas 16:22, no toques al ungido del Señor. No toques al ungido del Señor. No toques al
ungido del Señor.” Bueno, si alguien está enseñando el error, no son el ungido del Señor.
Tenemos que ser fieles a la Palabra de Dios. No es el ataque personal, es la preservación de
la Verdad. Sea que no estén interpretando las Escrituras de manera precisa, que estén
preocupados con la imagen mundana, que no sean antitéticos, sea una falta de claridad y
convicción de la doctrina, cualquiera de estas cosas literalmente va a matar al discernimiento.
¿Cómo podemos discernir si la doctrina no es importante? ¿Cómo podemos discernir si no
estamos dispuestos a decir esto es lo correcto y esto está mal y deshacernos de la
relatividad? ¿Cómo podemos discernir si estamos tratando de hacer concesiones y hacer que
el mundo se sienta cómodo? ¿Cómo podemos discernir si ni siquiera sabemos cómo
interpretar de manera correcta las Escrituras?
Dos más para cerrar, de manera muy breve. No disciplinar en la Iglesia. No disciplinar en la
Iglesia. Amados, hay un asunto muy importante y quiero simplemente mencionarlo de manera
breve, pero escuche con atención lo que voy a decir. Un punto exacto que mencionar:
disciplina de la Iglesia. ¿Qué es? Confrontar el pecado en las vidas individuales.
Si tu hermano está en pecado, ve con él. Desde con él. Confróntalo. Trata de levantarlo. Trata
de edificarlo, fortalecerlo, trata de que se arrepienta. Jesús dijo: “si alguien está en pecado,
acércate a él. Si no se arrepiente, toma a dos contigo. Si no se arrepiente, dile a la Iglesia
entera. Y si todavía no se arrepiente, después de eso, sácalo.” Pablo dijo: “no coman con él.
No lo traten como a un amigo en términos de aceptarlo en todo, sino, ámalo como a un
hermano y ora porque se arrepienta.”
Pablo le dijo a la Iglesia corintia que lo entregara a Satanás y su cuerpo fuera destruido y su
carne sería destruida en la disciplina. La Iglesia debe aferrarse a un estándar santo, a un
estándar alto. Hay ocasiones cuando tenemos que confrontar el pecado. Hace dos semanas
atrás, un miembro de nuestra Iglesia me llevó con él para confrontar a un hombre que estaba
en pecado, quien había dejado a su esposa y que estaba viviendo con una mujer que no era
su esposa. Y estuvimos ahí esperando, cuando él se apareció en cierto lugar y le dijimos:
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“estamos aquí para llamarte a la santidad. Y queremos orar por ti y contigo.” Y si él no
responde, ustedes van a oír de esto porque tenemos que seguir ese proceso.
Ahora, escuche con mucha atención. Cuando usted disciplina en la Iglesia, eso significa que
usted confronta el pecado, levanta un muro entre el mundo y la Iglesia. No hay duda al
respecto. Usted eleva un muro entre el mundo y la Iglesia. Porque si usted confronta a alguien
con su pecado y no dejan de pecar, usted los saca. Quizás, ni siquiera son cristianos. Pero
mantiene el muro muy, muy claro.
Aquí hay personas que están caminando en obediencia al Señor y aquí están los que no
están. Y ese muro de separación entre la Iglesia y el mundo es crucial. Pero tan pronto como
usted deja de disciplinar, el pecado, el muro cae, el mundo se mezcla con la Iglesia y usted no
puede distinguirlos. No puede distinguirlos.
El mundo se siente cómodo. Y usted no sabe si está tratando con creyentes o con incrédulos.
¿Por qué cree usted que el Señor mató a Ananías y a Safira enfrente de la Iglesia entera?
Ahora, en la actualidad, cualquier estratega de mercadotecnia de la Iglesia, de
iglecrecimiento, diría que ese fue un acto necio por parte de Dios, porque le dio a la Iglesia
una mala reputación. ¿Sabe cuál fue la reputación de la Iglesia? No se unan a esa
organización porque la gente muere ahí. La reputación se esparció ahí como un incendio. Dos
personas llegaron a la ofrenda y no le dieron a Dios lo que dijeron que le iban a dar y se
murieron. ¡Guau! Quédense lejos de esa organización.
¿Cómo funciona eso para la mercadotecnia? Es como estar a cargo de un restaurante en
donde las últimas dos personas que comieron ahí, murieron. ¿Le va a ayudar eso a la
publicidad? Ustedes no quieren unirse a esa organización. La gente muere ahí. Ellos toman
muy en serio el pecado ahí. ¿Y sabe una cosa? Si lo encuentran a usted pecando, se acercan
a usted y lo confrontan y si usted no lo enfrenta, hablan de manera pública de usted.
Oí acerca de una Iglesia esta semana, tenía una regla de dos años, y una de sus personas
dijo que venía la gente a su Iglesia que estaba viviendo en una situación pecaminosa y
estaban hablando de un homosexual - ellos no querían decir nada acerca de esto por lo
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menos durante dos años, hasta que la persona se sintiera muy cómoda y aceptada. Y
después, entonces, iban a enfrentar el pecado. ¿Sabe lo que eso me dice? Si un homosexual
puede sentarse en una Iglesia de manera cómoda y ser aceptado durante dos años, esa
Iglesia no ha dicho lo que debe estar diciendo. Yo no creo que un homosexual pueda venir a
Grace Community Church durante dos años, punto - cómodo o incómodo. Él va a tener que
decirse a sí mismo: “me voy a salir de este lugar. No necesito escuchar a este hombre.
¿Quién necesita eso?” O él se va a arrepentir.
Yo recibo cartas, muchas cartas interesantes. Algunas inclusive escritas por homosexuales
que simplemente vienen una vez y me escriben cartas impresionantes acerca de su enojo y
su hostilidad. Y otros pecadores de otros tipos de pecados, claro. Usted tolera el pecado en la
Iglesia y usted tiene que tolerar el pecado en general.
Y ahora, usted ha destruido la santidad de la Iglesia. Y ahora, la Iglesia no puede discernir.
¿En dónde es que usted va a trazar la línea? Usted ya ha dicho que no va a trazar las líneas.
Usted quiere que todo el mundo se sienta cómodo. Usted quiere tolerar las concesiones hasta
el punto en donde el discernimiento y la discriminación no son toleradas.
Observe 1 Pedro 4:17. Primera de Pedro capítulo 4, versículo 17. Esto es tan simple como
puede ser en términos de un entendimiento: “porque es tiempo de que el juicio comience con
la casa de Dios.” Esa es la manera en la que Pedro dice: miren, comiencen a dividir,
comiencen a separar, comiencen a confrontar, comiencen a evaluar, comiencen a hacer
juicios de la vida de la gente en la Iglesia. No pueden acomodar a cristianos que pecan.
Y ciertamente, si estamos enfrentando el pecado de manera fuerte en nuestra Iglesia, porque
Dios nos dice que lo hagamos. Estamos reflejando el deseo de Dios por la santidad. Y él dice,
si comienza con nosotros primero, ¿cuál será el resultado de aquellos que no obedecen el
Evangelio de Dios? Lo que Pedro está diciendo es: “mira, si Dios quiere que nosotros estemos
juzgando el pecado entre nosotros mismos, imagínate cómo es que Él va a juzgar el pecado
entre aquellos que lo rechazan.”
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No podemos rebajar el estándar. No podemos acumular a cristianos que pequen o no
cristianos que pecan. Tenemos que purgar y disciplinar y limpiar y purificar. Y si Dios hace eso
en Su propia iglesia como una prioridad, entonces, ¿qué va a hacer con los incrédulos?
Entonces, si predicamos juicio y disciplina y pureza a la Iglesia, tenemos que predicar juicio y
disciplina y salvación a los perdidos.
Tenemos que confrontar su pecado. “Comienza ese juicio en la Iglesia,” él dice. Y recuerde, si
Dios quiere que Su Iglesia sea pura y si Él va a juzgar a la Iglesia si no lo es, ¿qué cree usted
que va a hacer con los incrédulos?
Y después, versículo 18, afirmación sorprendente tomada de Proverbios, “y si con dificultad el
justo se salva, ¿qué será del impío y el pecador?” ¿Qué quiere decir con eso? Si nosotros
apenas entramos… y si nosotros apenas entramos - ¿qué quieres decir con eso? Bueno, si
nosotros pecamos y el Señor nos disciplina y es bastante difícil ser un cristiano sintiendo la
disciplina, la mano de disciplina del Señor.
Si es difícil para nosotros entrar, porque continuamos tropezando en el pecado y Dios nos
tiene que juzgar, ¿qué va a hacer con los impíos? Debemos estar enviando un mensaje al
mundo. ¿Y sabe usted cuál debe ser el mensaje? El mensaje no debe ser: “somos un lugar
agradable y les vamos a caer bien.” El mensaje debe ser: “este es un lugar santo en donde
enfrentamos el pecado.” Éste es el mensaje.
No: “este es un lugar feliz”. Éste es un lugar santo. Este es un lugar santo. No: “este es un
lugar que le va a gustar a usted.” “Este es un lugar el cual usted no le va a gustar si usted no
enfrenta el pecado, si usted no viene al Salvador, si usted no está dispuesto a vivir una vida
santa.” No, la ausencia de disciplina en la Iglesia y la ausencia de un grado elevado de
santidad va a matar al discernimiento.
Último punto. Un último contribuyente a la ausencia abismal de discernimiento en la Iglesia en
la actualidad es la inmadurez espiritual. Inmadurez espiritual. Estoy convencido de que
muchos en la Iglesia tienen un conocimiento superficial de la verdad de Dios y muy superficial
- y siguen perspectivas populares y sentimientos y experiencias y buscan milagros y
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sanidades y una solución para las pruebas rutinarias de la vida. Y buscan la comodidad
personal y quieren éxito personal; y es un tipo de cristianismo muy superficial. Y básicamente,
lo podríamos llamar “cristianismo para bebés.”
Y creo que esa característica es la que mejor describe a un infante y sería la característica de
lo que yo llamo egoísmo. ¿No estaría usted de acuerdo? Nunca dicen gracias por nada y
gritan si usted no les da lo que ellos quieren cuando ellos lo quieren. Son egoístas.
Si algo caracteriza a los inmaduros, es vivir centrados en sí mismos. Egoísmo. Simplemente,
vea a la Iglesia en la actualidad. Está totalmente preocupada consigo misma. Quiere que se
resuelvan sus propios problemas y quiere que su propia comodidad se eleve. Y no está
perdida, como dice el escritor del himno, “en el asombro, el amor y la alabanza y en el
enfoque en el Señor.” La Iglesia es egoísta y el egoísmo es una evidencia de inmadurez. La
Iglesia es como un bebé centrado en sí mismo, viendo al mundo entero con la necesidad de
tenerse mientras que sus necesidades son satisfechas y sus deseos son cumplidos. No hay
discernimiento en la inmadurez.
Regrese a Efesios 4. Y aquí le voy a mostrar un versículo familiar que usted ya conoce, pero
que presenta el punto. Efesios 4:14 dice: “ya no debemos ser niños. Ya no debemos ser
niños.” Y aquí está la razón. Los niños son “arrojados por todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que buscan engañar.” Y ahí está. La inmadurez espiritual hace que
la gente sea víctima. Hace que la gente sea víctima. No saben lo que está bien. Y ellos no
saben lo que está mal. Son llevados por todos lados, son engañados fácilmente. ¿Cómo
cambia usted eso? Versículo 15: “hablando la verdad en amor.” Versículo 15. Hablando la
verdad en amor, debemos crecer.
¿Cómo es que la Iglesia crece? Crece bajo la verdad, la verdad clara, hablada en amor. Así
es como crece y es edificada. Habla de eso al final del versículo 16, del crecimiento del
Cuerpo para edificación de sí mismo en amor. La inmadurez simplemente no discierne. Es
como un pequeño bebé que anda gateando ahí en el piso y se mete todo lo que encuentra en
la boca sin discernimiento. No sabe lo que está bien, no sabe lo que está mal.
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Tenemos una inmadurez así en la actualidad. Y, de la mano con esto, una falta de
discernimiento. Y eso es un resultado directo de enseñanza superficial, predicación del tipo de
cosas extrañas, místicas, ridículas, que promueven gran parte del movimiento carismático, el
tipo de cosas que salen de gente que quizás no están preparadas de manera apropiada y a
partir de las anécdotas, el tipo de predicación que se enfoca en las relaciones que carece de
una sustancia realmente profunda y de doctrina fundamental, la cual es esencial para que
nosotros crezcamos.
Un último texto, Hebreos 5 - y cimienta este punto final de la inmadurez. Hebreos 5. En otro
contexto, este principio aquí ciertamente es ilustrado. El escritor de Hebreos les dice a sus
lectores en Hebreos 5:12: “es tiempo de que ustedes sean maestros.” En otras palabras, ya
han estado aquí durante mucho tiempo, ya han oído lo suficiente como para que puedan
enseñar. Pero el problema es que en lugar de que puedan enseñar, tienen necesidad de que
alguien les enseñe a ustedes los principios elementales de los oráculos de Dios y han llegado
a tener necesidad de leche y no de alimentos sólidos. Porque todo el que participa de la leche,
no está acostumbrado a la palabra de justicia, él es un bebé. Ustedes son bebés.
Han estado aquí mucho tiempo como para que sean maestros, pero en lugar de que sean
maestros, tengo que darles leche. Y tengo que continuar dándoles cosas elementales. No
pueden recibir comida sólida. No están acostumbrados a la palabra de justicia. La palabra, la
palabra, la palabra. Tienen todas estas cosas experimentales y acumulan muchas historias. Y
han tenido muchos sentimientos emocionales, pero no conocen la Verdad.
Y después, en el versículo 14: “pero el alimento sólido es para los maduros, quienes, debido a
la práctica, tienen sus sentidos acostumbrados para discernir el bien y el mal.” El
discernimiento y la madurez van de la mano. El discernimiento y la madurez van de la mano.
Sentarse bajo la Palabra, entender la palabra de justicia, recibir el alimento sólido,
involucrarse en la práctica espiritual, conducta, esto acostumbra, entrena sus sentidos para
discernir el bien y el mal.
Entonces, sea que usted está hablando de una falta de convicción doctrinal, sea que usted
esté hablando acerca de la imagen o la influencia como la clave para el evangelismo, la falta
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de disposición de ser absoluto y este deseo de ser relativo, sea que usted esté hablando de
una interpretación impropia de las Escrituras o sea que usted esté hablando de la ausencia de
la disciplina en la Iglesia o la inmadurez; y todas estas se solapan y están entremezcladas,
estas cosas son las contribuyentes a la pérdida del discernimiento.
Suaves en la doctrina, cuando no estamos realmente seguros de lo que creemos, no
queremos ser blanco y negro, no queremos causar problemas, queremos asegurarnos de que
hacemos las suficientes concesiones con el mundo como para hacerlos sentir cómodos, para
que podamos ganarlos, interpretando las Escrituras de manera ligera, inmaduros
espiritualmente, no tenemos esperanza de discernir.
Y, sin embargo, las Escrituras dicen, Proverbios 14, “el conocimiento viene de manera fácil al
que discierne.” Proverbios 14:33: “la sabiduría reposa en el corazón del que discierne.”
Proverbios 16:21: “el sabio de corazón es llamado alguien que discierne.” Proverbios 17:24:
“un hombre que discierne mantiene la sabiduría en mente, pero los ojos de un necio se
desvían a los fines de la tierra.” Las personas que no disciernen, simplemente, se desvían por
todos lados. Pero el que discierne está enfocado.
Ahora, algunos de ustedes disciernen muy bien. Realmente. Acerca de la comida que comen,
sacan la caja y la ven y la leen y todas esas cosas acerca de cuántos gramos de grasa y qué
cantidad de la nutrición diaria requerida es lo que tiene. Y usted es muy cuidadosa en evitar
cualquier tipo de pesticida y quiere comer de manera saludable. Y usted discierne mucho
acerca de eso.
Algunos de ustedes, son muy cuidadosos en discernir en dónde van a invertir el dinero. Y leen
todas las cosas que están ahí en el periódico con letras pequeñas. Lo que está pasando a la
Bolsa de Valores y en las inversiones y todo eso. Son muy buenos en discernir eso. Algunos
de ustedes, son muy cuidadosos cuando van a que les hagan una cirugía. Y quieren encontrar
a un doctor que sepa qué hacer. Y son muy, muy cuidadosos. Usted escoge a alguien que ha
sido analizado con mucho cuidado y que tiene recomendaciones. Y quizás, busca, otra
opinión.
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Y algunos de ustedes son muy analíticos en términos políticos y pueden evaluar los asuntos
del día y pueden citar a editoriales de todo tipo de revistas nacionales. Y lo han entendido
todo en términos de política exterior y política interior. Algunos de ustedes, también son
asombrosos como mariscales de campo. Pueden evaluar cualquier ofensiva, cualquier
defensa y pueden discernir el problema entero de ganar y perder. Algunos de ustedes,
conocen el promedio de bateo de toda persona y por qué batean de la manera en la que lo
hacen y cómo lo hacen.
Algunos de ustedes, analizan las cosas al extremo, pero nunca llegan a ejercer sus facultades
analíticas en el espíritu y en la Palabra para discernir lo que está bien y lo que está mal. ¡Qué
triste! Y debido que la Iglesia no discierne, está siendo envenenada con un químico mortal
que se ve como agua viva.
Ahora, eso es suficiente para la pregunta número uno. ¿Cómo se convierte usted en una
persona que discierne? Eso es para la próxima vez. Oremos.
Padre, oramos que, a través de este mensaje esta mañana, podamos diagnosticar de una
mejor manera lo que nos rodea y comencemos a corregir nuestro curso para corregir eso. No
queremos ser avergonzados. Nosotros queremos ser como los nobles de Berea que
escudriñaron a las Escrituras diariamente para ver si estas cosas eran así. Nosotros
queremos ser personas que disciernen tanto como ellos. Y sabemos que nos has dado Tu
Palabra y nos has dado Tu Espíritu y nos has dado a maestros que nos enseñan, a
predicadores que nos predican, escritores capaces que nos escriben para que podamos
aprender a cómo discernir. Y Señor, ayúdanos a estar dispuestos a llegar a tener
convicciones que sean verdaderas y fuertes, a pelear por esas cosas y no volvernos parte del
desvío.
Ayúdanos a estar dispuestos a disciplinar, a buscar la santidad. Señor, que crezcamos en la
madurez espiritual con nuestros sentidos entrenados para discernir el bien y el mal, para que
podamos honrarte. Nos has dado todo lo que necesitamos para discernir. Nos has dado la
Verdad, la Palabra, el estándar. Nos has dado el Espíritu que nos enseña. Y nos has dado a
todos maestros para enriquecernos. Y que usemos todo lo que nos es dado para que
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podamos discernir de manera apropiada lo que es más importante en la vida. Y eso es Tu
Verdad. Y Te damos gracias, Señor, por lo que Tú vas a hacer en nuestras vidas y para Tu
gloria, en el nombre de Cristo. Amén.
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