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Un Reexamen de las Bases “Medicas y Científicas” en la Interpretación de las Convenciones...

Date post: 10-Mar-2016
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Francisco Thoumi

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    Un Reexamen de las Bases Medicas y Cientficas en la Interpretacin de las Convenciones Internacionales de Drogas: Ser que el Rgimen Est Desnudo?

    Francisco E. Thoumi1 La Convencin nica de Estupefacientes de 1961 ha sido ratificada por 185 pases y las

    Convenciones de 1971 y 1988 han recibido apoyo similar. Este ensayo explora la consistencia lgica de las convenciones porque, a pesar de que la limitacin de los usos de las drogas a los fines mdicos y cientficos, estos no estn definidos en la Convenciones cuya interpretacin excluye cualquier contribucin de las ciencias sociales

    I. INTRODUCCION El sistema internacional de control de drogas (SICD) surgi de la preocupacin con el

    crecimiento de la adiccin al opio en el siglo XIX, especialmente el ocurrido en China despus de las Guerras del Opio. En 1909 en la Comisin del Opio de Shanghi la delegacin de los Estados Unidos, apoyada por China, propuso limitar el uso del opio y otras drogas psicoactivas a los fines mdicos y cientficos.2 Otros pases se opusieron a los esfuerzos para controlar internacionalmente a sus florecientes industrias farmacuticas. Adems, los poderes coloniales que producan y exportaban opio o permitan su consumo argumentaban que el uso cuasi mdico de las drogas era legtimo y que la regulacin de los mercados era mejor que la prohibicin total de los usos no mdicos o cientficos.3 La Comisin produjo una serie de recomendaciones no vinculantes y no apoy la propuesta estadounidense y china.

    Los Estados Unidos continu buscando la misma restriccin al uso de las drogas en las

    Conferencias en las que se negociaron la Convencin del Opio de la Haya de 1912, y las Convenciones de 1925, 1931 y 1936 de la Sociedad de Naciones. Sin embargo, los Estados Unidos no lograron su objetivo y lleg an a retirarse de la Conferencia de 1925 debido a ello. 1 Miembro de la Junta Internacional de Fiscalizacin de Estupefacientes de las Naciones Unidas y Miembro de Nmero de la Academia Colombiana de Ciencias Econmicas. El autor agradece los comentarios de Marcela Anzola y John Collins a borradores de este escrito. Este ensayo fue elaborado independientemente por Francisco E. Thoumi con sus propios fondos. Las opiniones expresadas son personales y no reflejan las opiniones de la Junta Internacional de Estupefacientes o de la Academia Colombiana de Ciencias Econmicas. 2 Visiones panormicas de la evolucin del Sistema internacional de control se encuentran en Collins (2012) y Thoumi (2015). 3 Collins (2015), Thoumi (2015).

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    En la Sociedad de Naciones los Estados Unidos solamente firmaron la Convencin de 1931 en la que se avanz en la meta de controlar el uso de las drogas.

    Al final de la segunda guerra mundial la poltica del control internacional de drogas haba

    cambiado drsticamente y el sistema de control se desarroll bajo el Consejo Econmico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas.

    Durante los aos cuarenta y cincuenta el desorden y la ilegalidad en el mercado del opio

    hiceron que los Estados Unidos lideraran un movimiento para crear una Convencin nica que consolidara todas las normas y tratados internacionales y que estableciera un sistema que controlara la produccin global con el propsito de limitar los usos de las drogas a las necesidades mdicas y cientficas.4 A pesar de estos esfuerzos, las negociaciones sobre la Convencin se estancaron lo que llevo a transar un acuerdo que produjo el Protocolo del Opio de 1953 cuyo artculo 2 afirma que las Partes limitarn el uso del opio exclusivamente a sus necesidades mdicas y cientficas. Sin embargo, este protocolo fue visto como un producto de matoneo diplomtico, y muchos Estados miembro de la ONU rechazaron la limitacin al nmero de pases que podran producir opio y otras medicinas para el mercado internacional. Por eso, a pesar de los esfuerzos de los Estados Unidos, no pudo ponerse en vigencia durante los aos cincuenta.

    Entretanto, bajo liderazgo britnico, la Convencin nica lleg a verse como un

    documento que contrarrestara los excesos del Protocolo de 1953, el que fue negociado en una Conferencia Plenipotenciaria en 1961. Los Estados Unidos inicialmente rechazaron el documento por ser muy dbil, pero este recibi un apoyo abrumador entre los Estados miembros y entr en vigencia en 1964. Los Estados Unidos finalmente lo ratificaron en 1967. Esta Convencin tambin se bas en la meta de limitar los usos de todas las drogas controladas a los fines mdicos y cientficos. El artculo 4, pargrafo reza:

    Articulo 4. Obligaciones Generales Las Partes adoptaran todas las medidas legislativas y administrativas que puedan ser necesarias:

    4 McAllister (2000) presenta un anlisis histrico detallado de estos desarrollos.

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    [] Sin perjuicio de las disposiciones de la presente Convencin, para limitar exclusivamente la produccin, la fabricacin, la exportacin, la importacin, la distribucin, el comercio, el uso y la posesin de estupefacientes a los fines mdicos y cientficos (Resaltado por el autor).

    No hay duda que este fue el principal fin de la Convencin cuyo prembulo afirma:

    Las Partes, Deseando concertar una Convencin internacional que sea de aceptacin general, en sustitucin de los tratados existentes sobre estupefacientes, por la que se limite el uso de estupefacientes a los fines mdicos y cientficos y se establezca una cooperacin y una fiscalizacin internacionales constantes para el logro de tales finalidades y objetivos. Los Comentarios a la Convencin nica concuerdan con esa meta: el objetivo del

    sistema internacional de estupefacientes es limitar a fines exclusivamente mdicos y cientficos el comercio y el uso de los estupefacientes controlados. Desde un comienzo este ha sido un principio bsico del sistema multilateral de estupefacientes, aunque todos los tratados autorizan algunas excepciones al respecto. Las Convenciones de 1912 y de 1925 y el Protocolo de 1953 tenan disposiciones que incorporaban este principio. La ampliacin gradual de la esfera de su aplicacin constituye un aspecto caracterstico de los procesos realizados en este sector del derecho de los tratados. Uno de los logros ms importantes de la Convencin nica es haber puesto fin a las excepciones permitidas en tratados anteriores, a reserva nicamente de disposiciones transitorias de aplicacin local y duracin limitada (Naciones Unidas, 1989: 121).

    Este ensayo explora la consistencia lgica de las convenciones de drogas porque, a pesar

    del enorme apoyo a la limitacin del uso de drogas a los fines mdicos y cientficos estos no estn definidos y su interpretacin ha excluido cualquier contribucin de las ciencias sociales. Adems, como se muestra ms adelante, las motivaciones expresadas en el prembulo son confusas porque difieren en los diferentes idiomas oficiales de la ONU. Estos temas se analizan en las secciones II y III.

    La cuarta seccin explora los conceptos de ciencia usados comnmente, los que incluyen

    las ciencias bsicas o duras, la medicina y las ciencias sociales. Las secciones V y VI analizan

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    la etiologa y la epidemiologia del consumo, produccin y trfico de drogas y la imposibilidad de formular polticas de drogas efectivas basadas solamente en medicina y ciencias duras. Las dos ltimas secciones presentan algunas conclusiones y algunos desafos del SICD.

    II. HAY DEFECTOS LOGICOS EN LAS CONVENCIONES Y EN SU INTERPRETACION? Las convenciones de drogas implcitamente confan en que limitar el uso de las

    sustancias controladas a los fines mdicos y cientficos es la mejor poltica para proteger la salud y el bienestar de la humanidad5. Esta frmula, propuesta por primera vez en 1909, se inspir en la confianza que en ese tiempo prevaleca en los grandes desarrollos cientficos recientemente obtenidos en medicina y otras ciencias, permitira que las sociedades disminuyeran los daos sociales ocasionados por el uso de las drogas.

    In legal parlance, they have a legal void or legal gap. Sin duda, los pases deben cumplir las convenciones, pero las convenciones deben ser

    claras y lgicamente consistentes para evitar contradicciones y confusiones. Para evitar estos problemas, las convenciones generalmente definen cuidadosamente todos sus trminos ms importantes, y en este respecto las Convenciones de drogas son defectuosas porque no definen sus dos trminos mas importantes: los fines mdicos y cientficos. En lenguaje jurdico, tienen un vaco legal.

    El primer artculo de las tres convenciones de drogas define los trminos y conceptos

    importantes utilizados.6 Las dems definiciones se refieren a los nombres de los rganos de drogas de la ONU y de sus funcionarios. Esta lista confirma que en la negociacin de las convenciones fue importante aclarar de que se estaba hablando para que no hubiera ambigedades y confusin. Sin embargo, La interpretacin de las convenciones depende fundamentalmente de las definiciones de medicina y ciencia que se utilicen, pero estos 5 Prembulo de la Convencin nica sobre Estupefacientes de 1961. 6 La siguiente es una lista parcial de los trminos definidos: cannabis, planta de cannabis, resina de cannabis, arbusto de coca, arbusto de coca, hoja de coca, cultivo, estupefaciente, trfico ilcito, importacin, exportacin, fabricacin, opio medicinal, opio, adormidera, paja de adormidera, preparado, produccin, producto, existencias especiales, existencias, territorio, regin, locales transportista comercial, decomiso, entrega vigilada, embargo preventivo, bienes, sustancia psicotrpica, estado de trnsito.

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    trminos no estn definidos en las convenciones. Adems, la mencin en el artculo 4 inciso c, de la medicina y la ciencia como conceptos separados levanta dudas sobre si las convenciones consideran que la medicina es una ciencia o no, porque si la medicina es ciencia, no habra por qu separarlos.

    Sin embargo, los comentarios a las convenciones dan algunas luces: Los gobiernos no han interpretado de manera uniforme el trmino fines mdicos al

    aplicar las disposiciones de los tratados sobre estupefacientes que los contenan. Algunos han prohibido el consumo de estupefacientes por todos los toxicmanos, con excepciones nicamente cuando eran necesarias para aliviar los sufrimientos durante el periodo de abstencin; otros pases han permitido el consumo, por personas cuya toxicomana es incurable, de las cantidades mnimas necesarias para prevenir los sntomas dolorosa de abstencin y para que puedan llevar una vida normal. Tambin ha habido algunos casos en los que se prohibi todo consumo de estupefacientes por toxicmanos, incluso cuando estaban bajo tratamiento por sndrome de abstencin.

    El trmino fines mdicos no comporta el mismo significado en todo momento y en toda

    circunstancia. Su interpretacin debe depender del estado en que se hallen las ciencias mdicas en el momento concreto de que se trate, y no solamente en la medicina moderna, a veces tambin calificada de medicina occidental, sino tambin en sistemas legtimos de medicina autctona, como los que existen en China, la India y el Paquistn, que deben tenerse en cuenta a este respecto.

    El trmino fines mdicos comprende los fines veterinarios y los dentales (Naciones

    Unidas, 1989: 121). Estos comentarios muestran que los pases han interpretado el trmino fines mdicos

    de diversas maneras y reconocen mtodos de las medicinas autctonas tradicionales para tratar la adiccin, inclusive sistemas de mantenimiento de ella, los cuales deben tenerse en cuenta a este respecto7, afirmacin suficientemente vaga que requiere interpretacin. De cualquier 7 La versin inglesa de los comentarios utiliza may be taken into account (Naciones Unidas, 1973: 111) que no implica que deben tenerse en cuenta sino que podran tenerse en cuenta. Esta es una inconsistencia que dificulta la interpretacin de la Convencin.

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    manera, aunque ni las convenciones ni los comentarios intentan definir medicina y ciencia, es posible especular por qu: Una posibilidad sera que todos sepamos claramente el significado de medicina y ciencia por

    lo que no es necesario definirlas. Otra sera que son conceptos tan complejos que no podran ser discutidos adecuadamente

    en in documento poltico de un organismo diverso y multicultural. Otra sera que la adecuada interpretacin de las convenciones no requiere definir esos

    trminos. Otra sera que las polticas de drogas deben ser formuladas por consensos dentro de la

    medicina, pero aceptando que estas sustancias podran tener usos en investigaciones en las ciencias duras.

    No hay duda que es posible formular otras hiptesis, pero en mi experiencia con quienes

    han participado en la interpretacin e implementacin de las convenciones he encontrado que la ltima hiptesis probablemente ha prevalecido porque muchos de ellos implcitamente suponen que las ciencias sociales y otras ciencias blandas no son ciencias y no deben tomarse en serio porque son simples especulaciones8. Por consiguiente, las polticas de drogas deben ser formuladas por cientficos duros y mdicos. La lgica de esta posicin es sencilla: la medicina sabe muy bien como las drogas psicoactivas afectan negativamente el cerebro y el sistema nervioso central, y ese conocimiento le da a los toxiclogos y otros mdicos, apoyados por otras ciencias duras, el poder para formular las polticas drogas aplicables a toda la humanidad. Esto es como si el hecho de que los mdicos estn acostumbrados a decidir qu drogas sus pacientes deben y no deben usar, justifica que ellos decidan por la sociedad bajo cualquier situacin.

    Independientemente del cuales sean las razones, el hecho es que los rganos de drogas

    de las Naciones Unidas no han definido los fines mdicos y cientficos, pero han interpretado las convenciones de drogas desde una perspectiva que rechaza la legitimidad de las ciencias sociales y que le da al establecimiento medico un monopolio para decidir cules son los nicos usos legtimamente aceptables de las drogas psicoactivas. Esto presenta un dilema lgico: como los trminos claves que determinan las polticas requeridas para cumplir con las convenciones 8 En efecto, en mayo de 2012 despus del Segundo da de la primera sesin a la que asist como miembro de la Junta internacional de Fiscalizacin de Estupefacientes (JIFE), un brillante y dinmico miembro de la Junta que la haba liderado durante dos dcadas me explic que las ciencias sociales no eran ciencias verdaderas sino simples especulaciones. Era obvio que yo haba desperdiciado mi vida estudiando ciencias sociales durante 50 aos!

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    no han sido definidos, es lgicamente imposible establecer si una poltica cumple o no con ellas porque no es posible rechazar las justificaciones de las polticas por no tener una base cientfica. Por ejemplo, si las ciencias sociales son aceptadas como ciencias, los centros de inyeccin en los que se proporciona agujas y jeringas limpias a los heroinmanos y se les hace una prueba de sus drogas para evitar la sobredosis y la intoxicacin, justificados en estudios de costos y beneficios sociales y econmicos, bien podran cumplir con las convenciones. Pero si las ciencias sociales no son ciencias, estos centros las violaran.

    La creencia que las nicas ciencias son solamente las bsicas o duras no se encuentra

    enraizada solamente en el RICD. Por ejemplo, Humphreys y Piot reconocen la necesidad de tener en cuenta en la formulacin e implementacin de las polticas de drogas factores que van ms all de la evidencia cientfica y afirman que las investigaciones de la economa ayudan a que los artfices de poltica establezcan la eficacia de las polticas9. Este argumento implica que los factores sociales deben tenerse en cuenta, pero que la economa y las ciencias sociales no son ciencias. El argumento, sin embargo, no da pautas sobre como esos factores deben tenerse en cuenta, lo que permite que quienes defiendan las polticas arguyan que si lo hacen sin tener que explicar cmo.

    III. EL PREAMBULO DE LAS CONVENCIONES ES SUFICIENTEMENTE CLARO SOBRE SUS PROPOSITOS? El prembulo de toda convencin da informacin sobre las razones y motivaciones que

    incidieron en su formulacin por lo que se espera que las polticas que surgen de las convenciones sean consistentes con dichas motivaciones. En el caso de la Convencin nica de 1961 esto no parece ser as. La Convencin fue negociada en ingls, y el prembulo en ese idioma empieza Las partes preocupadas por la salud y el bienestar de la humanidad. El artculo 40, pargrafo 1 de la Convencin reza: la presente Convencin, cuyos textos chino, espaol, francs, ingls y ruso son igualmente autnticos pero las versiones en espaol y francs son 9 (2012) en un ensayo titulado la evidencia cientfica no es una base suficiente para la poltica de salud Estos autores tienen credenciales acadmicas reconocidas, pero tambin experiencia prctica y han tenido posiciones claves en la Oficina Nacional de Polticas de Drogas, de la Administracin de la Salud de los Veteranos (de guerra) de los Estados Unidos y del programa OMS-SIDA.

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    distintas a la inglesa: Las Partes, preocupadas por la salud fsica y moral de la humanidad, y Les parties, soucieuses de la sant physique et morale de lhumanit. Al revisar los prefacios de versiones rusas, china y rabe se encuentra que se refieren al bienestar o sentirse bien de la humanidad.10 El Convenio sobre Sustancias Psicotrpicas de 1971 presenta la misma diferencia entre la versin en ingls y las versiones en espaol y francs.

    Los prembulos de las dos convenciones presentan una aparente contradiccin entre las

    versiones en rabe, ingls, ruso y chino por un lado y las versiones en espaol y francs por el otro: la principal motivacin pare el primer grupo es la salud y el bienestar de la humanidad en el primer grupo mientras que en el segundo fue la salud mental y moral de la humanidad. Hubiera podido ser sido que en 1961 el trmino bienestar en ingls hubiera tenido alguna connotacin moral, pero al revisar las definiciones de bienestar en varios diccionarios y enciclopedias de lengua inglesa no se encontr ninguna referencia a un significado moral11. El hecho es que los trminos bienestar y moral no son sinnimos y, su significado vara en el tiempo y entre diversas sociedades. Por eso, para evitar confusin el mismo trmino debe ser definido y utilizado en todos los idiomas. Adems, si se acepta el trmino moral, las Convenciones estaran argumentando que es posible tener una moral nica en el mundo, lo cual sera rechazado por la mayora de la gente. Si, por otro lado, se usa el trmino bienestar, las polticas seran mucho ms flexibles que si sus propsitos fueran morales porque para saber si una poltica promueve o perjudica el bienestar se requerira un anlisis riguroso de costos y beneficios socio-econmicos cuyo resultado no podra determinarse a priori.

    IV. QUE ES LA CIENCIA? EXISTEN LAS CIENCIAS SOCIALES? Como las Convenciones no definen la ciencia, el Cuadro 1 presenta las definiciones

    dadas por los diccionarios de la Real Academia de la Lengua y de la Universidad de Cambridge12.

    10 El rabe fue agregado como idioma oficial de la ONU despus de 1961 por lo que no se menciona en la Convencin. 11 Las siguientes son algunas definiciones encontradas: La buena fortuna, salud, felicidad, prosperidad, etc., de una persona, grupo u organizacin, el sentirse bien con respecto de la fortuna, felicidad y prosperidad, la salud y felicidad de la gente, la salud y felicidad fsica y mental, la salud, felicidad y fortuna de una persona o grupo. 12 El lector que busque otras fuentes encontrar que no hay una definicin nica y diferencias semejantes entre las definiciones de dichas fuentes.

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    Cuadro 1. Definicin de ciencia Diccionario de la Real Academia de la Lengua Espaola (23ava edicin) Cambridge University Dictionary (en lnea) 1. Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observacin y el razonamiento, sistemticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente. 2. Saber o erudicin. 3. Habilidad, maestra, conjunto de conocimientos sobre cualquier cosa. 4. Conjunto de conocimientos relativos a las ciencias exactas, qumicas, fsicas y naturales. 5. Ciencia ficcin: Gnero literario o cinematogrfico, cuyo contenido se basa en logros cientficos y tecnolgicos imaginarios. Ciencia infusa: Conocimiento no adquirido mediante el estudio, sino atribuido en algunas tradiciones a factores sobrenaturales. Ciencia pura: Estudio de los fenmenos naturales y otros aspectos del saber por s mismos, sin tener en cuenta sus aplicaciones. Ciencias exactas: Matemticas. Ciencias humanas: ciencias que, como la historia, la filosofa y la filologa se ocupan de aspectos diversos de la actividad y del pensamiento humanos. Ciencias naturales: ciencias que, como, la botnica, la geologa y la zoologa, se ocupan del estudio de la naturaleza. Algunas veces se incluye la fsica y la qumica. Ciencias ocultas: prcticas y conocimientos misteriosos como la magia, la alquimia, la astrologa, etc., que, desde la antigedad pretenden penetrar y dominar los secretos de la naturaleza.

    1. El estudio sistemtico de la estructura y comportamiento del mundo fsico y natural, o el conocimiento del mundo obtenido observando y experimentando cuidadosamente. 2. Ciencias tambin son reas particulares como la biologa, la qumica y la fsica. 3. Ciencia tambin se refiere a los sujetos estudiados como la ciencia poltica y las ciencias de la computacin.

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    Cuadro 1. Definicin de ciencia Diccionario de la Real Academia de la Lengua Espaola (23ava edicin) Cambridge University Dictionary (en lnea) Ciencias sociales: ciencias que, como la economa, la sociologa y la antropologa se ocupan de la actividad humana en la sociedad. Gaya ciencia: Arte de la poesa. Estas definiciones muestran que los intentos de definir ciencia tambin han desarrollado

    sistemas para clasificar el conocimiento cientfico. El contraste entre las definiciones de los dos diccionarios es notable. El diccionario de la Universidad de Cambridge limita su definicin a lo que sera la ciencia moderna que surgi de la ilustracin, mientras que la definicin de la Real Academia de la Lengua espaola incluye tambin campos pre-modernos como la ciencia infusa y las ciencias ocultas que caeran en la categora de obstculos epistemolgicos al conocimiento cientfico (Bachelard, 1948)

    Los intentos de clasificar las ciencias han sido innumerables y and producido una gran

    variedad de agrupaciones. El siguiente es un ejemplo: Ciencias Naturales: fsica, qumica, ecologa, oceanografa, geologa, meteorologa,

    biologa humana y botnica. Ciencias Sociales: antropologa, arqueologa, administracin de negocios, comunicacin,

    criminologa, educacin, gobierno (ciencia poltica) lingstica, economa, relaciones internacionales, psicologa, sociologa, derecho, historia y geografa.

    Ciencias Formales: teora de decisiones, lgica, matemticas, estadstica, teoras de sistemas y computacin.

    Ciencias aplicadas: todos los campos de la ingeniera, matemticas aplicadas, fsica aplicada, medicina y computacin aplicada. Las definiciones y clasificaciones de las ciencias muestran que hay muchas definiciones

    posibles de ciencia, y tambin que el trmino ciencia no se aplica solamente a la cuarta definicin de la Real Academia de la Legua Espaola: Conjunto de conocimientos relativos a las ciencias exactas, qumicas, fsicas y naturales, que podra ser cercana a la que algunos cientficos consideraran como ciencias bsicas. Por eso, mientras las convenciones no definan

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    los conceptos de mdicos y cientficos, es lgicamente imposible argumentar que solo existe una interpretacin posible de dichas convenciones. Adems, para ser lgicamente consistente, cualquier interpretacin debera aclara cual definicin de ciencia estara asumiendo.

    Propongo que para decidir si una disciplina acadmica pueda tratarse de la misma

    manera que la medicina bastara con responder positivamente dos preguntas: el conocimiento en esa disciplina ha sido obtenido por mtodos cientficos modernos? O sea, por la observacin metdica y estructurada, y tcnicas razonadas de verificacin empricas. Y es ese conocimiento relevante para las polticas de drogas?

    Los anlisis de las drogas involucran muchas disciplinas acadmicas: medicina, salud

    pblica, derecho, criminologa, qumica, finanzas, ciencia poltica (gobierno), sociologa, economa, relaciones internacionales, estadstica, agronoma, antropologa, ecologa, e historia, entre otras. La cuestin es si los saberes en esas ciencias se obtuvieron de acuerdo con los mtodos cientficos modernos.

    En 1909 muchos de esos campos de estudio eran muy dbiles comparados con la

    qumica y la fsica, los que tambin eran dbiles comparadas con las actuales. Desde entonces el desarrollo y complejidad de las universidades y centros de investigacin en todos los campos crecieron exponencialmente y los campos de conocimiento cada vez han sido ms especializados. Al mismo tiempo, los mtodos de investigacin avanzaron en virtualmente todos los campos. Las ciencias sociales han avanzado notablemente aplicando mtodos analticos, desarrollando modelos y utilizando tcnicas empricas de verificacin de hiptesis. En campos como la economa y la psicologa del comportamiento los mtodos experimentales comunes a los de las ciencias duras y la medicina hoy son la norma. Por otro lado, la neurociencia que virtualmente no exista en 1961, ha tenido grandes avances con respecto a los procesos y factores generadores de adiccin que no se conocan cuando se negoci la Convencin.

    No sorprende que tanto quienes apoyan el SICD como sus crticos insistan en que sus

    posiciones se fundamentan en la ciencia y en la evidencia cientfica. Quienes apoyan implcitamente suponen que:

    El RIDC actual tiene un apoyo cientfico.

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    Que la ciencia proporciona modelos e instrumentos para comprender los fenmenos asociados a las drogas psicoactivas.

    Que existe un consenso sobre la manera de interpretar la evidencia sobre esos fenmenos.

    Que la ciencia ha generado el conocimiento necesario para hacer el salto de los modelos cientficos a polticas socialmente satisfactorias.

    Los crticos de las polticas actuales coinciden con los tres ltimos supuestos, pero

    difieren con respecto del primero: desde su perspectiva, estas polticas no tienen en cuenta muchos avances cientficos ni reconocen la evidencia emprica sobre los efectos de las polticas.

    Los crticos tambin resaltan:

    1. La debilidad de algunos estudios usados para apoyar las Convenciones, como el Informe de la Comisin de Investigacin sobre las Hojas de Coca de las Naciones Unidas13, que fue un documento motivado polticamente y que no cumpli con los requisitos de la ciencia14 Adems, un resumen de este informe afirma que al presente no parece que mascar hojas de coca pueda considerarse como una adiccin en sentido mdico. El informe tambin encontr que el hbito de mascar coca tena profundas races en las estructuras sociales e historia de Bolivia y Per, a pesar de lo cual recomend prohibir esa prctica: [D]dado que mascar coca no es un acto aislado, sino la consecuencia de un nmero de factores sociales y econmicos desfavorables, la solucin del problema tiene dos aspectos paralelos fundamentales: primero, la necesidad de mejorar las condiciones de vida de la poblacin entre la cual el hbito de mascar coca est generalizado, y segundo, la necesidad de iniciar simultneamente una poltica gubernamental para limitar la produccin de la hoja de coca, controlar su distribucin y erradicar la prctica de mascarla.

    2. Que los esfuerzos para reprimir el consumo de drogas y eliminar su oferta no tienen en cuenta le evidencia sobre sus consecuencias, las que frecuentemente se descartan como no intencionales o accidentales y atribuibles al consumo, produccin y trfico de drogas que las polticas estn atacando.

    13 ECOSOC (1950) 14 Gootenberg, (2008: 236-239) and Henman and Metaal, (2009: 4-5).

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    Es notable que tanto quienes apoyan las polticas como sus crticos estn convencidos de su objetividad y de la factibilidad de formular polticas de drogas racionalmente sin interferencia de sus emociones e intuiciones, o sea, polticas independientes de sus creencias y sentimientos.

    V. LA ETIOLOGIA Y EPIDEMIOLOGIA DE LA PRODUCCION, TRAFICO Y CONSUMO

    DE DROGAS ILEGALES En las ciencias duras, como la qumica y la fsica, las relaciones de causalidad se

    pueden identificar en la mayora de los casos, pero cuando se intenta verificar empricamente esas relaciones en el campo de las drogas ilegales eso no es posible. La epidemiologia medica muestra que la adiccin a las drogas vara sustancialmente entre sociedades15. En algunos casos la gentica juega un papel muy importante como ocurre con la adiccin al alcohol; de comunidades nativas de Norteamrica, pero en todos los casos los factores sociales son muy importantes. Es claro que la gentica no juega un papel en el desarrollo de la industria de drogas ilegales. Pero en ninguno de los casos mencionados hay relaciones directas de causa y efecto.

    Todos los estudios epidemiolgicos identifican factores que contribuyen y protegen a las

    personas, pero no factores causales directos. Por ejemplo, hay muchos factores sociales que contribuyen a que la prevalencia de adiccin aumente: familias desintegradas, fracaso escolar, pobreza, exclusin social, presiones para tener xito profesional, etc. Otros factores como familias estables, creencias y participacin activa en religin, xito escolar protegen a los individuos y disminuyen la prevalencia de drogas. Todos estos factores permiten formular perfiles de riesgo de personas vulnerables, pero la mayora de quienes tienen ese perfil no se convierten consumidores de drogas. Los factores de riesgo simplemente aumentan la probabilidad de una persona consuma drogas, pero no son causas en el sentido de las matemticas y las ciencias bsicas tales que drogas (D) sean una funcin de X, Y, o Z tal que se pueda argumentar que D=f(X, Y, Z).

    15 Para confirmar esta afirmacin basta con ojear cualquier Informe Mundial de Drogas de la UNDCP.

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    VI. LA IMPOSIBILIDAD DE FORMULAR E IMPLEMENTAR POLITICAS DE DROGAS EXITOSAS BASADAS SOLAMENTE EN LA MEDICINA Y LA CIENCIA Las convenciones de drogas suponen que es posible formular e implementar polticas

    internacionales de drogas exitosas basadas solamente en la medicina y la ciencia. Este supuesto implica que los mdicos, apoyados por cientficos, principalmente profesionales de las ciencias duras, deben tener el monopolio para decidir qu usos pueden tener las drogas en todo el mundo. Esto es, que en ningn caso los humanos no puedan ingerir las drogas psicoactivas controladas, excepto bajo supervisin mdica. Por consiguiente, los usos recreativos, experimentales, religiosos, sociales y similares estn totalmente prohibidos y son considerados como abusos en los documentos de las agencias de drogas de la ONU. Esto implica que el sistema de control internacional tenga como meta un mundo sin drogas, excepto para curar enfermedades y hacer investigaciones. Debido a esto, quienes estn en las profesiones de la medicina, la polica y la justicia han terminado actuando como expertos en poltica pblica, y han formulado las polticas de drogas desde una estrecha perspectiva que desprecia la etiologa social de la produccin, el trfico y el consumo de drogas.

    Al ignorar las ciencias sociales y otras ciencias, el SICD no ha tenido en cuenta un punto

    fundamental de las Polticas Pblicas: el xito de las polticas depende de los mecanismos para implementarlas que estn disponibles en una sociedad. La medicina puede establecer los efectos de las drogas en el cuerpo humano, pero no puede prevenir la adiccin, y la prohibicin de los usos de las drogas no es medicina, es un acto que est en el mbito de las ciencias sociales. La no cooperacin con las ciencias sociales en la formulacin de polticas es equivalente a que la JIFE les dijera a los pases: ustedes aceptaron estas polticas cuando firmaron las convenciones y cumplir con ellas es su problema, independientemente de cualquier costo, beneficio o consecuencia, y es nuestro trabajo inducirlos a ustedes a cumplir (Thoumi, 2015: 249-251).

    La produccin, trfico y consumo de drogas ilegales presenta complejos problemas

    multidimensionales que no se pueden solucionar con soluciones provenientes de solamente una de los campos del conocimiento que tienen que ver con el problema. La solucin a los problemas de la adiccin no puede formularse solamente desde la perspectiva de mdicos, economistas, socilogos, policas, etc., no importa que tan cientficos sean los mtodos de cada cual para formular sus recomendaciones. Y a pesar de que pueda haber un consenso sobre la complejidad del asunto, la gran mayora de los artfices de poltica y de los estudiosos de las polticas de

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    drogas, analizan estos asuntos desde una perspectiva limitada por los modelos tericos desarrollados dentro de su disciplina acadmica.

    Cada disciplina acadmica tiene un sujeto de estudio, enfrenta problemas especficos y

    desarrolla un paradigma para resolverlos16. En las ciencias fsicas (duras) hay poca controversia y la mayora de los estudiosos concuerdan sobre como son los sujetos de su estudio. Dentro de las ciencias sociales es posible lograr consensos, aunque estos sean ms difciles de lograr y cuando su aceptacin se limite a quienes comparten el paradigma de una disciplina y no necesariamente se extienda a otras ramas del conocimiento.17 En todos los campos acadmicos puede haber un consenso sobre la necesidad de utilizar mtodos cientficos modernos, pero las diferentes ramas no concuerdan sobre la importancia relativa de los diversos mtodos, por ejemplo, el inductivo vs. el deductivo, los anlisis cuantitativos vs. los cualitativos. Las distintas disciplinas tambin tienen metas diferentes que generan conflictos entre ellas porque reflejan las diversas cosmovisiones (Weltanschauung) de cada una de ellas. Los mdicos quisieran prohibir el uso de las drogas a los fines no mdicos y cientficos, pero los economistas, socilogos y politlogos argumentaran que al buscar esa meta utilizando el sistema policial, militar y jurdico, se desestabilizaran las estructuras econmicas y sociales y se generara violencia. Cada grupo argira que ha llegado a su conclusin aplicando mtodos cientficos y considerando la evidencia. Estas diferencias entre ramas acadmicas surgen de las distintas formas de considerar lo que es evidencia y de la manera en que esta analiza, y confirman que una evaluacin puramente cientfica de cualquier poltica es vlida solamente dentro del paradigma en que se formul.

    Un problema ms profundo surge del hecho que a la mayora de los humanos le es muy

    difcil tomar decisiones de poltica basadas solamente en la evidencia cientfica, aunque as lo pretendan. Por ejemplo, las teoras econmicas marxista y neoclsica desarrolladas en el siglo pasado se basaron en el principio del homo economicus que siempre toma decisiones racionales. Pero con el correr del tiempo se ha mostrado que no explican muchos comportamientos econmicos reales. Las ciencias del comportamiento han tenido grandes 16 Kuhn (2006: 50) define paradigma como: logros cientficos universalmente aceptados que durante algn tiempo suministran modelos de problemas y soluciones a una comunidad de profesionales. Este consenso es un prerrequisito para tener una ciencia normal entre los miembros de la comunidad acadmica. Esta ciencia normal proporciona respuestas a un nmero significativo de problemas (Kuhn, 2006). 17 Kuhn (2006).

  • 16

    avances que han demostrado que los sentimientos y las experiencias de vida de los individuos tienen gran influencia en las decisiones econmicas, factores que seran irracionales para el homo economicus de los modelos de la economa tradicional.

    El caso de la medicina es anlogo al anterior: a pesar de que la investigacin bsica

    exitosa permite entender las causas de un fenmeno, lo cual ayuda a formular polticas, frecuentemente hay un volumen grande de informacin estructurada de otra forma es ms til para los artfices de poltica. Los artfices de poltica utilizan mucha informacin que no tiene bases analticas ni tericas (como la proporcionada por la investigacin cientfica). En este sentido la ciencia mdica que busca cambiar cuerpos y mentes es prototpica de la ciencia poltica. Se estima que aproximadamente la mitad de la informacin utilizada por los mdicos no se basa en la biologa, la qumica u otra ciencia, sino que se basa en la experiencia acumulada. Este conocimiento pasa de una cohorte mdica a la siguiente como la forma en que se hacen las cosas porque as funcionan (Etzioni, 2006: 833-834).

    Adems, en muchos casos los enfoques de toma de decisiones puramente racionales no

    son prcticos. Todos debemos decidir continuamente sobre muchas cosas, por ejemplo, quien va al supermercado debe decidir que cereal comprar entre 30 o ms variedades lo que racionalmente requerira tener informacin sobre el consumo diario o semanal, el volumen y peso de cada caja de cereal, el tipo de cereal, su contenido de fibra, grasa, azcar, y su precio por onza, etc. Luego se necesitara un modelo matemtico al que habra que alimentar toda la informacin obtenida para llegar a una decisin racional. Esto es evidentemente imprctico por lo que la gente aprende a simplificar esos procesos de toma de decisin. La psicologa moderna prueba empricamente que la gente aprende a usar atajos heursticos que utilizan sentimientos, como la lealtad a una marca o a una firma comercial, que evitan la decisin racional y que en la mayora de los casos funcionan bastante bien (Kahneman, 2011).

    La pretensin de formular polticas de drogas basadas solamente en la medicina y la

    ciencia es un intento de despolitizar las decisiones de poltica, lo cual es un oxmoron. 18 La

    18 La simbiosis entre los conceptos de hacer poltica y formular polticas es tal que, aunque sean conceptos diferentes, en todos los idomas romances solamente hay una palabra para referirse a ambos.

  • 17

    formulacin e implementacin de polticas es fundamentalmente un proceso poltico en el que proponen una poltica presentan una lista de razones para justificarla.19

    Otro asunto interesante es si un consenso basado en medicina y ciencia puede producir

    polticas de drogas exitosas. No cabe duda con respecto a que la medicina informe a los artfices de poltica, pero los consensos entre profesionales son solamente opiniones de gente educada, anlogos a elecciones solamente prueban cual candidato recibi ms votos, por ejemplo, un consenso dentro la OMS o la PAHO puede probar que la mayora de los mdicos de esas agencias creen que los usos no mdicos de las drogas controladas deben prohibirse, mientras que un consenso entre los economistas orientados hacia el mercado, que no deberan prohibirse. Pero ningn consenso demuestra que la poltica consensuada pueda implementarse exitosamente mientras no haya tenido en cuenta, entre otras, las restricciones financieras, polticas, culturales, religiosas que la sociedad estuviera enfrentando.

    Una vez la restriccin en el uso de las drogas a los fines mdicos y cientficos fue

    consagrado en la Convencin nica de 1961, se interpret como una prohibicin a todos los usos diferentes a los mdicos y en investigacin, lo cual se bas en la creencia que los mdicos tenan el poder para decidir por toda la humanidad. Esta medida implcitamente busca un mundo sin drogas, lo cual puede ser una meta loable de acuerdo a algunos cdigos morales. La prohibicin de todos los usos de las drogas no mdicos o en investigacin ha sido un fascinante experimento en ingeniera social que ha pretendido despolitizar las polticas de drogas, que para tener xito requiere que todas las Partes dediquen grandes cantidades de recursos para evitar que la gente se vuelva adicta, y si son adictos, para tratarlos, rehabilitarlos y resocializarlos20. Adems, compromete a los pases a gastar ingentes recursos en el control de sus territorios, financiar programas de desarrollo para prevenir el surgimiento de organizaciones productoras y traficantes de drogas, aumentar los recursos del sistema de justicia, aumentar el nmero de crceles, etc. Los programas gubernamentales requeridos para cumplir con el compromiso de limitar los usos de las drogas a lo fines mdicos y cientficos simplemente desplazaran los recursos utilizados en otros programas de salud, infraestructura, educacin, vivienda, educacin, etc. 19 Thoumi (2015, Capitulo 14) de construye estos y otros argumentos semejantes. 20 La prohibicin a los usos diferentes a los mdicos e investigativos, es anloga a una poltica que para eliminar la desnutricin en el mundo les exija a los pases requiera que los alimentos de una dieta diaria individual saludable no tengan en ningn lugar un costo superior a USD0,50, o a una poltica que para garantizar que todos los nios crezcan en familias con padre y madre, criminalice todo sexo extramarital y prohba los divorcios en todo el mundo.

  • 18

    En realidad, la meta de un mundo sin drogas es imposible de lograr dadas las

    restricciones financieras e institucionales que enfrentan todos los gobiernos lo que lleva frecuentemente a polticas de pedirle al vecino, o sea a otros pases, lo que ellos no pueden lograr internamente. Por ejemplo, los colombianos se quejan que los Estados Unidos no controlan sus mercados ilegales de drogas y los estadounidenses que Colombia no controla su territorio, cultivos y carteles de drogas. Los requisitos financieros necesarios para lograr un mundo en el que las drogas solamente tengan fines mdicos y cientficos son tan grandes, que esta es solamente una meta a la que solamente una sociedad ideal, pero no una real, podra aspirar. Enfrentar esta realidad en las reuniones oficiales internacionales ha sido muy difcil porque una vez un tratado ha entrado en vigencia, hay muchos obstculos para cambiar polticas que han echado races en la sociedad. Por eso no sorprende que las declaraciones polticas de los rganos internacionales de control de drogas peridicamente reafirmen sus metas ideales y prometan que dentro de diez aos, si continuamos con las polticas actuales, la produccin, trfico y consumo de drogas van a ser sustancialmente menores que hoy.21 Esto equivale a evadir la complejidad de los problemas de consumo, produccin y trfico de drogas y postergar la toma de polticas difciles.

    VII. ALGUNAS CONCLUSIONES El SICD se basa en la premisa que las drogas psicoactivas adictivas solamente deben

    ser usadas con fines mdicos y cientficos que fue formulada por primera vez en la Comisin del Opio de Shanghi de 1909. Las Convenciones de 1912, 1925, 1931 y 1936 aceptaron esta restriccin al uso de drogas, pero con excepciones. La Convencin nica de 1961 que consolid el RICD elimin las excepciones y generaliz la restriccin a todas las drogas controladas. En ese momento el consenso fue virtualmente universal, y los trminos mdicos y cientficos no fueron definidos en la Convencin, a pesar de tener una larga lista de definiciones, lo cual presenta dificultades para interpretar la Convencin puesto que sus dos trminos claves quedaron como si fueran tan claros que no necesitaban ser definidos.

    21 Esto fue lo que se hizo en la Asamblea General Especial sobre el Problema Mundial de las Drogas de 1998 y en la Declaracin Poltica de la Comisin de Estupefacientes de 2009.

  • 19

    Los prembulos y comentarios a las convenciones hubieran podido aclarar esta situacin, pero no lo hicieron. Adems, los propsitos de las convenciones en ingls, ruso, chino, y rabe son distintos a los de las versiones en espaol y francs. Para el primer grupo, las convenciones buscan la salud y el bienestar de la humanidad mientras que para el segundo la meta es la salud fsica y moral de la humanidad. Como se argument, la decisin si una poltica cumple o no con los requisitos mdicos y cientficos, vara dependiendo de que propsito se aplica. Los comentarios mencionan que algunos pases han interpretado el concepto de medicina incluyendo las prcticas de la medicina tradicional y no solamente las de la medicina moderna u occidental.

    Como se explic, las decisiones con respecto a cules polticas cumplen con los fines

    mdicos y cientficos dependen cul de los dos propsitos es aplicable. Los comentarios no aclaran este asunto y solamente mencionan que algunos pases han interpretado que el concepto de medicina incluye las practicas medicas tradicionales, no solamente la medicina moderna u occidental.

    Las definiciones de ciencia encontradas en los mejores diccionarios son muy diversas.

    Sin embargo, la manera en la que las convenciones han interpretado el trmino ciencia, ha dejado la formulacin de las polticas en manos de los mdicos, los expertos en salud pblica y los agentes del Estado encargados de hacer cumplir las leyes. Este ha sido un esfuerzo para despolitizar las polticas de drogas bajo el supuesto que estas deben basarse solamente en la medicina y las ciencias duras, sin tener en cuenta la etiologa social de la adiccin, produccin y trfico de drogas psicoactivas. Los artfices de poltica son humanos, no solamente cientficos puros sin sentimientos y enamorados de la belleza que se encuentra en la verdad, por lo que sus recomendaciones de poltica siempre estn influenciadas por sus propios sentimientos, sus experiencias de vida y sus culturas. La falta de definicin del trmino ciencia implica que no hay una interpretacin nica de las convenciones. Por ejemplo, podra ser lgicamente posible aceptar que las polticas de Uruguay y algunos estados de los Estados Unidos que han legalizado los usos no mdicos de la marihuana cumplen con las convenciones, si estos se fundamentan en la medicina y las ciencias sociales. Lo mismo se podra argir con respecto de los centros de inyeccin de algunos pases europeos.

  • 20

    Los estudios epidemiolgicos muestran que hay muchos factores que contribuyen o que protegen contra el desarrollo de la industria de drogas ilegales y la adiccin; pero estos factores solamente afectan la probabilidad de que surjan el consumo, trfico y produccin de drogas. Las polticas contra las drogas basadas en la medicina y la ciencia generalmente atacan solamente a factores contribuyentes, pero no a las causas sociales subyacentes. Por eso, pueden tener algunos logros en el corto plazo, pero no resuelven elimina o disminuyen significativamente los fenmenos que buscan atacar.

    Los crticos de las polticas actuales resaltan la ilegalidad de los mercados de drogas

    como la causa de muchos males sociales. Pero esta ilegalidad es solamente un factor contribuyente a dichos males, pero no una causa en el sentido de la ciencia moderna. Por ejemplo, si las drogas generan violencia, Por qu la tasa de homicidios tiene una variacin tan grande entre pases, regiones y en el tiempo? En estos casos la epidemiologia del crimen claramente muestra que hay sociedades ms vulnerables que otras, y que la legalizacin de los mercados de drogas no ataca a las estructuras sociales que permitieron que la industria de drogas ilegales, y otras actividades ilegales echaran races en ellas.

    VIII. ALGUNOS DESAFIOS QUE ENFRENTA EL SICD Las convenciones internacionales se negociaron con un fin en mente: Deseando

    concertar una Convencin internacional que sea de aceptacin general, en sustitucin de los tratados existentes sobre estupefacientes, por la que se limite el uso de estupefacientes a los fines mdicos y cientficos y se establezca una cooperacin y una fiscalizacin internacionales constantes para el logro de tales finalidades y objetivos. Hoy la interpretacin de esta restriccin est siendo cuestionada en varios pases americanos en los que hay movimientos que claman por la necesidad de un cambio en la estrategia contra las drogas y en algunos estados de los Estados Unidos, que son soberanos y no son Partes de las convenciones de drogas. Al aumentar el control territorial y el poder de las organizaciones traficantes en Asia y frica, esos pases posiblemente se unan al clamor por el cambio en las polticas. del continente americano.

    El SICD enfrenta hoy desafos importantes:

  • 21

    Primero, la necesidad de reconocer que ciencias distintas a la medicina han hecho contribuciones fundamentales a la comprensin de los fenmenos de las drogas psicoactivas. El SICD es hijo de la modernidad que implcitamente supone que cada pas es soberano y su gobierno tiene el monopolio del control territorial y el poder, la violencia y la justicia. Esto requiere implcitamente que cada pas tenga cohesin social y un ncleo de valores comunes que lo identifiquen como nacin. Por eso la sociedad de pases se llama Naciones Unidas y no Pases Unidos. En el mundo posmoderno actual hay muchas organizaciones como las grandes corporaciones transnacionales (especialmente qumicas y farmacuticas), ONGS, instituciones financieras, religiones, asociaciones ciudadanas, organizaciones criminales, grupos subversivos y otras organizaciones con intereses en las polticas y fenmenos de drogas (stakeholders)22. Segundo, la produccin y el trfico de drogas ilegales es solamente una de muchas actividades ilegales rentables del crimen organizado. La meta de estos grupos es el dinero y el poder y las drogas son solamente un instrumento para obtenerlos. Como cualquier firma moderna, su inters es crecer y diversificar sus mercados. Por ejemplo, la OEA (2013: 23) adems de las drogas, identific otras 23 categoras de actividades criminales en las que el crimen organizado obtiene ingresos y riqueza, algunas de las cuales generan ms dinero y son menos riesgosas que las drogas23.

    Tercero, el mundo actual enfrenta muchos males: pobreza extrema, desigualdad y exclusin, codicia y falta de cohesin y confianza sociales, corrupcin, trfico de armas y de seres humanos, tasas altas de homicidio, fraudes, crisis econmicas, guerras internas e internacionales, etc. Comnmente se afirma que las drogas son la causa de muchos de estos males sociales, por ejemplo, en Colombia la gente sabe que las drogas han sido la principal causa del alto nivel de homicidios. Pero la evidencia indica algo muy distinto: los males sociales estn interrelacionados circular, pero no causalmente: cada mal contribuye a los dems porque aumenta la probabilidad de que los dems se desarrollen. Por eso, el consumo, adiccin, su produccin y trfico de drogas son sintomticos de las vulnerabilidades estructurales de cada sociedad, por lo que los esfuerzos tradicionales para hacer cumplir las leyes de drogas basados en los sistemas de polica y de justicia solamente lograr disminuir o controlar las drogas en pases con regmenes polticos muy autoritarios. Pero como el poder autoritario corrompe, aun en esos pases, las polticas tambin fracasan en el largo plazo. 22 Clunan y Trinkunas (Eds.), 2010, analizan estos asuntos en varias regiones del mundo. El libro de Duncan (2014) es un excelente anlisis del poder del narcotrfico en Colombia y Mxico. 23 Por ejemplo, se estima que en aos recientes en Colombia la minera ilegal genero ms ingresos a las organizaciones criminales que el narcotrfico.

  • 22

    Cuarto, el SICD fue inspirado por dos problemas: los generados por las adicciones a las drogas y la necesidad de controlar el comercio internacional, legal e ilegal, de drogas psicoactivas. Las convenciones, le dieron ms importancia a la adiccin que al trfico de drogas, pero hoy varios pases y grupos de inters cuestionan ese enfoque debido a los altos costos sociales y econmicos asociados al cumplimiento de esa decisin, especialmente con relacin a la marihuana, la erradicacin de cultivos ilcitos y a la lucha contra el narcotrfico. La relacin circular entre los males sociales ha demostrado que en muchos casos los esfuerzos para eliminar un mal generan muchos otros que, en balance, agravan la situacin social.

    Quinto, el debate debe enfrentar el hecho que los avances cientficos en poltica pblica han demostrado que cuando las relaciones son circulares, es necesario tener polticas holsticas que consideren todos los males sociales y que busquen maximizar la diferencia entre los beneficios sociales y econmicos de las polticas, y sus costos. Desde la perspectiva internacional, el trfico ilegal de drogas no se debe tolerar. Pero la prohibicin a la marihuana (u otra droga cualquiera), por medio de un tratado internacional, aun cuando su gobierno considera que genera ms males que beneficios, es altamente cuestionable y contradice los resultados que se han obtenido aplicando mtodos cientficos en las ciencias sociales. Sin embargo, solo sera vlido si se garantiza que no habr transferencia de costos a otros pases.

    Sexto, algunos podran argumentar que la legalizacin de la marihuana llevara a una pendiente resbaladiza en la que se legalizara el consumo no mdico de todas las dems drogas psicoactivas como la cocana, las anfetaminas o la herona. Sin embargo, la evidencia muestra que en las sociedades modernas los gobiernos y los rganos de la sociedad civil no son estpidos y reaccionan cuando el balance entre los costos y los beneficios de una poltica se torna muy negativo, sin necesidad de que una organizacin internacional paternalista los fuerce a hacer lo que ella cree que es lo mejor para la sociedad. Por eso la prohibicin al alcohol fracas en los Estados Unidos, pero ha sido exitosa en algunos pases islmicos. La evidencia tambin muestra que a lo largo de la historia el control al uso de las drogas psicoactivas adictivas siempre ha sido controlado por la familia, la religin, los clanes y otras organizaciones de la sociedad civil. El Estado moderno es un desarrollo relativamente reciente que no puede controlar exitosamente los mercados y el uso de las drogas psicoactivas sin el apoyo de la sociedad civil.

    Sptimo, las polticas internacionales modernas de drogas deben ser parte de las polticas contra el crimen de cada pas y no pueden tener xito si se conciben independientemente del resto de las polticas de salud y de las que defienden los derechos humanos y el medio ambiente, que enfrentan la corrupcin, el crimen organizado y los dems males de la sociedad y promueven la gobernabilidad de los pases, porque todos estos fenmenos estn interrelacionados. Cuando

  • 23

    la restriccin a los usos de las drogas se formul el mundo era mucho menos complejo y globalizado que hoy y la solucin simple de limitar los usos de las drogas a los fines mdicos y cientficos fue una idea poderosa que fue bien recibida por casi todo el mundo. En ese momento las drogas fueron posiblemente la actividad internacional ilegal ms importante, pero hoy el crimen organizado esta muy diversificado y es muy complejo. El SICD tiene que dar respuesta a esa complejidad de los problemas de drogas actuales o ser intil; despus de todo, las normas del SICD son solamente indicativas (soft law) y este no instrumentos para forzar a los pases a cumplirlas. El lema de la ltima UNGASS de drogas en 1998, que afortunadamente no qued en la declaracin poltica, fue: !un mundo sin drogas, si se puede!, ojal que el de la UNGASS de abril de 2016 sea !un mundo sin drogas, no se puede, pero aceptemos la complejidad de los problemas de drogas y trabajemos juntos para minimizar los costos sociales de las adicciones y todos los dems males sociales! Reconozcamos la necesidad de coordinar las polticas de drogas con las que atacan la corrupcin, el crimen organizado, la codicia y otros males sociales y trabajemos juntos con todos los grupos interesados para formular mejores polticas que permitan desarrollar un SICD ms complejo y fuerte que contribuya a sobrellevar mejor tanto las drogas como los dems males sociales.

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