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Una Cierta Duda e Historias Naturales Gallien

Date post: 05-Oct-2015
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Arqueología

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UNA CIERTA DUDA

En el siglo XVII, la Iglesia cristiana de Occidente, cuya unidad fue rota por la Reforma, debi luchar para mantener sus poderes temporales. Esa Iglesia es ms intransigente frente a acciones de contadiccin, bastante tmidas por parte de algunos cientficos racionalistas que debatan los dogmas establecidos. En el siglo siguiente la Iglesia cristiana se debilita hasta perder una parte de su poder poltico y no estar ms en posicin de imponer un magisterio moral ineludible. En el tiempo mismo en el que las luchas religiosas se calman y donde la presin de los dogmatismos se distensiona un poco, los espritus se liberan y el deseo de comprender se apoya en un nuevo impulso del procedimiento cientfico abandonado desde la antigedad. El siglo XVIII ser el siglo de las Luces.

GEOLOGA E HISTORIA DE LA TIERRA

La preocupacin por una precisin cada vez ms grande en cuanto a la apreciacin de la edad de nuestro planeta, se hizo sentir con el tiempo. Diversas autoridades pretendieron someter las genealogas bblicas y los libros de cronologa hebraica a un verdadero anlisis con carcter cientfico. Un real consenso se estableci alrededor de los trabajos de James Ussher (1.581-1.656), arzobispo de Armagh, en Irlanda, publicados en 1.650 en un gran tratado llamado Annales veteris et novi testamenti. Ussher se consideraba en capacidad de afirmar que Dios haba creado el mundo el domingo 23 de octubre del ao 4.004 antes de Cristo, a las 9:00 de la maana, muy precisamente. Poda tambin indicar que los primeros hombres aparecieron en la noche del 27 al 28 de octubre y que el diluvio se produjo 1.655 aos ms tarde, comenzando el 7 de diciembre del 2.049 antes de Cristo, para acabar el 6 de mayo del ao siguiente. En la misma poca, Jhon Lightfoot de la Universidad de Cambridge, llegaba a conclusiones bastante vecinas, datando la creacin del ao 3.928 antes de Cristo. Estos avisos perentorios se aproximan a la tradicin juda segn la cual el mundo se cre en el 3.750 antes de Cristo y el diluvio sucedi en el ao 2.104 antes de Cristo.

El Occidente Cristiano

EDAD MEDIA 480 - 1.453480: Muerte de Julius Nepos, ltimo emperador romano de Occidente1.453: Final de la Guerra de Cien Aos; cada de Constantinopla.

RENACIMIENTO1.305 - 1.5191305: Traslado de la Sede del Papado a Avion (Francia).1519: Carlos Quinto, Emperador del Santo Imperio.

REFORMA1.517 - 1.6481.517: Luthero aficha sus 95 tesis en Wittwnberg1.648:Fin de la Guerra de los Treinta Aos.

RACIONALISMO1.632 - 1.6871.632: Galileo publica sus dilogos1.687: Newton enuncia la ley de la gravedad universal.

LAS LUCES1.685 - 1.7991.685: Revocacin del Edicto de Nantes.1.799: Napolen se convierte en Primer Consul

Las fechas escogidas para definir los diferentes periodos que marcan la historia del Occidente cristiano son bastante arbitrarias. Fueron escogidas por su referencia a eventos polticos o culturales significativos.

Las afirmaciones de Ussher perturbaron, sin embargo, a algunos sabios en la medida que pusieron en duda las observaciones que mostraban la lenta transformacin de la superficie del planeta.

Desde 1.634, Rene Descartes (1.596-1.650) estaba persuadido que la tierra tena una historia que sobrepasaba en mucho los das, o an los miles de aos que le acordaban las narraciones bblicas y que su estructura era la confluencia de una evolucin natural continua y de muy larga duracin. Descartes comunic sus conclusiones a algunos amigos, pero se cuid, sin embargo, de publicar sus teoras, ya con la experiencia y el ejemplo de Jordano Brunio, los casos ms recientes de Galileo Galilei y de la inoportunidad de una toma de posicin muy osada!

Otros eruditos se esfuerzan por conciliar las observaciones y el dogma e imaginan escenarios catastrficos

El dans Niels Stensen, llamado Nicolaus Stenon (1.638-1.686), mdico del gran duque de Florencia Fernando II, comprende bien que la mayora de las formaciones rocosas que el tuvo el placer de estudiar en Toscana corresponden a depsitos sedimentarios superpuestos y que un anlisis detallado de su sucesin permite establecer cronologas de acontecimientos geolgicos que afectaron la capa terrestre. En un ensayo publicado en 1.669, estim que las primeras tierras surgidas de los ocanos por la voluntad divina deban estar llenas de inmensas cavernas subterrneas y que en el momento del diluvio se destruyeron bajo la presin de las aguas, dando lugar a nuevos continentes. stos estaban llenos de la misma manera y tenan desfondamientos locales y daban nacimiento a nuevos depsitos que se acumularon progresivamente. Steno no profundiz mucho ms sus hiptesis y acab por abandonar la reflexin ciencia para volverse cura

El pastor ingls, Thomas Burnett tambin propuso algunas incidencias geolgicas del diluvio en su obra titulada Sacred Theory of Earth en 1.684. Imagin que en las primeras edades una costra terrestre uniforme cubra el planeta. Flotando sobre un inmenso ocano interior, bajo el calor del sol, la costra terrestre se fundi y se rompi en profundas fisuras a travs de las cuales hicieron erupcin los volcanes cuando la clera de Dios se abati sobre la tierra. Inmensos bloques de rocas rompieron entonces las profundidades del planeta, constituyendo el fondo de los ocanos y otros se quedaron en la superficie formando los continentes.

Perturbado por el ambiente escptico, Isaac Newton (1642-1727) trata de determinar la edad de la tierra usando mtodos ms originales que la simple compilacin de genealogas bblicas a las cuales, este apasionado de alquimia y de esoterismo, consultaba con mucha frecuencia. Terico del procedimiento cientfico, Newton enuncia en el libro III de la Philosophiae naturalis principia mathematica tres principios fundamentales de la ciencia:Simplicidad. La naturaleza es sencilla; un pequeo nmero de hiptesis debe ser suficiente para explicar las causas de los fenmenos.Uniformidad. Las mismas causas producen los mismos efectos.Induccin. Las proposiciones generales deducidas de los fenmenos deben ser tenidas por verdaderas hasta que experiencias vengan eventualmente a contradecirlas.

Newton not que la naturaleza se comporta como si existiera una fuerza de gravedad entre las masas, proporcional a las mismas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Esta fue la teora de la gravitacin universal la que le permiti hacer las sntesis de las ideas de Galileo sobre la cada de los cuerpos y sobre las leyes de Kepler.

Newton se esforz por calcular el tiempo necesario para que una bola de hierro caliente hasta el blanco que tuviera dimensiones de nuestro planeta se enfriara y estim as una edad de 50.000 aos, cifra muy superior a las estimaciones de Ussher. Tal vez por conviccin religiosa o por prudencia, Newton prefieri admitir que haba cometido un error de clculo y se consagr a otros trabajos

Por el contrario Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1.707 - 1.788), no dud, algunos aos ms tarde, en publicar resultados anlogos que tienen ms impacto puesto que el sabio era director del jardn de plantas de Paris, y gozaba de una autoridad reconocida en el dominio cientfico. En su Thorie de la Terre publicado en 1.749, Buffon considera que la tierra desde su origen deba tener una masa caliente, arrancada del sol por alguna fuerza astronmica, tal vez el paso de un cometa. Emprendi la tarea de calcular el tiempo que esta bola de fuego habra tomado para enfriarse, utilizando, como Newton, esferas compuestas de materiales diversos que se calentaron hasta altas y diferentes temperaturas. Estas experiencias permitieron concluir, en un primer tiempo, que un globo de la talla de la tierra se gastara 1200.000 aos para enfriarse y tener la temperatura actual del planeta. Con esta reflexin y sin proporcionar explicaciones, Buffon disminuy la cifra a tan solo 74.047 aos, pero llev su preocupacin hasta el punto de tener en cuenta el calor que la tierra recibe del sol y as corregir su resultado. En consecuencia la tierra, declar Buffon, tendra exactamente 74.832 aos de existencia! Las ideas de Buffon se publicaron en La Historia Natural, una formidable obra de 36 volmenes publicada entre 1.749 y 1.788. La Teora de la Tierra hace parte de una primera edicin de tres volmenes.

La posicin de Buffon, plasmada all, choc frontalemente contra la visin de los telogos de La Sorbona porque la descripcin de Buffon consideraba los comienzos del globo terrestre como una masa luminosa y caliente como el sol. Por el contrario, los telogos traan a cuento la referencia sobre Moiss que evocaba que las tinieblas reinaron en el comienzo del mundo y adems Buffon habl de los primeros hombres, mientras que para la Biblia no hay sino un primer Hombre: Adn. Buffon debi retractarse en 1.751 y asegurarle a las personas que lo censuraban que no tena intencin de contradecir el texto de las santas escrituras. Sin embargo, en 1.779, en pocas de La Naturaleza, retoma los trminos de su anlisis y aborda simultneamente la pregunta de la historia general de la Tierra y la del origen de la vida, distinguiendo dos grandes periodos de alrededor de 35.000 aos cada uno y siete pocas distintas. Deber retractarse una nueva vez en 1.780, pero continuar, de manera imperturbable, desarrollando tesis novedosas: el principio de las causas actuales, segn el cual no se debe explicar el estado del mundo empleando fenmenos inverificables o no verificados, sino solamente fundndose sobre el estudio de hechos inmediatamente observables.

Desde ese momento los datos proporcionados por la tierra misma tomarn la delantera y sern prioritarios y estos desmienten claramente que el planeta haya podido ser creado de una sola vez y que tenga tan slo una edad de algunos miles de aos. Observadores racionalistas que ensayan de volverse verdaderos gelogos examinan las rocas que forman la corteza terrestre constatando la naturaleza sumamente variada de los sedimentos, midiendo el espesor de las capas sedimentarias superpuestas y constatando que su depsito no pudo efectuarse sino desde muy largos periodos de tiempo. As, Giovanni Arduino (1.714-1.795) demostr en 1.759 que las rocas terrestres pertenecen a tres edades distintas: primaria, secundaria y terciaria. El abate Girard-Soulavie (1.752 - 1.813) imagin una cosmologa que subdivide los tiempos geolgicos en cinco edades. Fund su teora en una reflexin muy astuciosa, esforzndose en determinar el tiempo de erosin de una capa de basalto que estim ser del orden de 6 millones de aos.

James Hutton (1.726 - 1.797) afirm desde 1.785 que las transformaciones geolgicas que tuvieron lugar en el pasado encontraron sus causas en los fenmenos naturales que siguen an un ritmo muy lento. l propuso que en esas condiciones nuestro planeta debe ser mucho ms viejo de lo que se admite generalmente y aun que es tan viejo que es imposible poner en evidencia todo vestigio de un comienzo. Hutton tiene una actitud extremamente realista que se aproxima mucho a la de Buffon. Rechaza tomar en consideracin la historia de la Gnesis y depende slo de los hechos de observacin:

No hay que imaginar sobre nuestro globo ninguna fuerza que no sea natural ni admitir ninguna intervencin, sino las que conocemos en principio y no podemos explicar un fenmeno ordinario por un fenmeno extraordinario.

Hutton describe la tierra como un sistema esencialmente dinmico. El centro del planeta est constituido por una masa rocosa mantenida en el estado fluido por un calor intenso. En la superficie, rocas antiguas () y reducidas a grava o en arena por fuerzas de erosin, as como depsitos orgnicos que provienen de la actividad y de la muerte de los seres vivos, se acumulan formando capas estratificadas que se entierran progresivamente en el suelo. Durante este proceso de enterramiento, los materiales que forman las capas sedimentarias son sometidos a enormes presiones y se calientan, para mezclarse, en definitiva, con la materia en fusin que forma el centro de la tierra. Estas rocas lquidas remontan a la superficie por las fisuras de la costra terrestre, se enfran y se solidifican antes de () por erosin, comenzando as un nuevo ciclo.

Las conclusiones de Hutton no fueron realmente difundidas al pblico, sino hasta 1802 en una obra publicada por Jhon Playfair, llustrations of the Huttonian Theory of the Earth.

FSILES E HISTORIA DE LA VIDA

Ms de un siglo despus de Leonardo de Vinci, el ingls Robert Hooke (1635-1703) no puede parafrasear la frmula del maestro italiano, afirmando que existi un tiempo donde los peces nadaron por encima de Gran Bretaa. Pero cmo explicar ese prodigio?

El italiano Quirini prefiere retomar las concepciones de Aviceno y explica en 1.676 que molculas solidas constitutivas de germenes de animales, debieron haber sido diseminadas en las rocas. Estos germenes se desarrollaron gracias a la humedad y se cristalizaron para crear finalmente conchas. Otros como el reverendo Jhon Ray (1.627 - 1.705) catedrtico de la Universidad de Cambridge, continua refirindose a la Biblia. Ray es el autor de una obra importante, Historia plantarum, publicada en 1.686 en la cual define precisamente la nocin de especie que construye apoyndose en la similitud de los individuos y tambin, -algo que es muy original-, sobre la transmisin fiel y constante de esta semejanza de generacin en generacin. Este trabajo notable no hace, ms que reforzar la conviccin de que los seres vivos representan un conjunto fijo de entidades invariables y que fueron creados una vez y de manera separada. Ray, identific fsiles de pescados y de conchas en las montaas y explica que fueron transportados a esas alturas en los tiempos del Diluvio Bblico. Ese fenmeno, que se dio sin interrupcin durante 40 das y 40 noches, llen los reservorios del mundo y provoc la ruptura de las fuentes del gran abismo. Una ola gigantesca se cre entonces, remontando el curso de los ros y conllevando las criaturas marinas hasta la cima de las montaas.

En 1.716, Benoist de Maillet vislumbr los efectos del Diluvio bajo un ngulo diferente y atribuy a los fsiles una explicacin muy particular, ligada al volcanismo. Maillet estaba convencido que los carbones y las grasas de los numerosos animales que murieron durante el Diluvio se concentraron en diferentes sitios de la tierra y se consumieron, produciendo el fuego de los volcanes. Si Benoist de Maillet estaba manifiestamente equivocado con relacin a los volcanes, su intuicin no fue menos que premonitoria en cuanto a la existencia y a la naturaleza del petrleo

El filsofo francs Voltaire (Franois-Marie Arouet. 1.694 - 1.778) es infinitamente menos lrico -o menos visionario-. Severo opositor del clero (a pesar de ser deista) se obstin a considerar los fsiles como singularidades de la naturaleza e ironiz afirmando que los mejillones y otras conchas que abundan sobre el monte Cenis fueron abandonadas ah por peregrinos romipetas que vinieron de Galicia cargados de conchas en sus gorros

En una palabra, una concha cerca del monte Cenis no prueba que el Ocano ndico haya cubierto todas las tierras de nuestro hemisferio.

Con un poco ms de seriedad, Buffon desarrolla el concepto de la especie, iniciado por Jhon Ray, y retomado por el sueco Carl von Linn (1.707 - 1.758) agregando el de las especies perdidas.

En dos obras, Especies plantarum y Sistema nature publicadas entre 1.753 y 1.758, Linn identific 12.000 especies vegetales y animales (de las cuales 1.222 vertebrados) son descritas y clasificadas gracias a una nomenclatura binominal de una gran claridad. Linn describe una especie con caracteres precisos correspondientes a un individuo-tipo, y enseguida agrupados al interior de un mismo gnero a todas las especies que preenten un cierto nmero de caracteres comunes. Los gneros, a su vez, son agrupados en familias, etc. Entonces, un individuo ser identificado por un doble nombre latino, que indica primero su pertenencia a un gnero dado y luego su pertenencia a una especie precisa al interior de ese gnero, encontrando as su sitio en una clasificacin ordenada del conjunto de los seres vivos.

Sin embargo, tal como Ray, Linn tuvo un procedimiento creacionista y (). Considera que todas las formas vivientes fueron creadas por Dios, las unas despus de las otras y permanecieron inmutables desde su creacin. En su escrito, la nomenclatura binomial representa una comodidad que no hace sino reflejar un orden fijo. Las especies agrupadas en un gnero dado, no tienen para Linn ningn lazo de parentesco entre ellas y se parecen de manera puramente arbitraria.

Buffon, ciertamente est convencido que los fsiles son la prueba de que las especies animales o vegetales que otra vez estn expandidas sobre el planeta, no existen ms. El sabio ( ) la responsabilidad de esas desapariciones a cambios del clima y en esto se muestra extremadamente innovador aun ( ), una vieja teora que se va hasta Hipcrates, puesto que l admite que hubo una historia de la vida, paralela a una historia de la Tierra.

Se nota, sin embargo, que esta historia de la vida se reduce a un empobrecimiento y a una degeneracin de la primera creacin. El concepto de creaciones separadas, aun si Buffon lo prolonga por una dinmica ulterior, no es entonces en s misma puesta en cuestin. En el espritu del sabio, la tierra arrancada de hace poco tiempo del sol estaba aun muy caliente cuando la vida apareci en las regiones polares y a consecuencia de diversas combinaciones de molculas orgnicas, entre los animales que fueron as creados se encontraban elefantes o rinocerontes gigantes que vivan en el norte de Siberia en un clima tropical. Las regiones polares del planeta se enfriaban progresivamente. Estos animales debieron emigrar poco a poco en direccin del Ecuador y es por esta razn que se encuentran sus restos fsiles en Europa. El clima terrestre continuaba enfrindose y estos gigantes acabaron por desaparecer totalmente. Las regiones tropicales mismas se volvieron inhspitas. En ningn momento, se constata, Buffon no pretende que una eventual transformacin de las especies pueda producirse a travs de los tiempos.

Otra va de aproximacin interesante de la cuestin impuesta por la existencia de fsiles es la de Benjamin Franklin (1706-1790), padre de la Declaracin de Independencia y de la Constitucin de los Estados Unidos, fue accesoriamente el inventor del pararrayos. Franklin not, l tambin, la presencia de conchas de ostras mezcladas con piedras sobre una montaa del condado de Derby, en Inglaterra. Contrariamente a Jhon Ray, afirm que la fuerza que llev hasta all esas conchas debi corresponder a cambios permanentes y no a una catstrofe comparable al diluvio. Buscando un motor susceptible de producir los movimientos necesarios, postula que la corteza de la tierra flota sobre una matriz interna fluida, de manera que la superficie del globo podra estar rota y cambiada por los movimientos violentos de los fluidos sobre el cual reposa. Esta concepcin anticipa sobre la teora de la deriva de los continentes, pero como las precedentes, sigue siendo poco satisfactoria para explicar la procedencia de los fsiles. Una aproximacin ms racional se impone...

EL HOMBRE: DIVERSIDAD, PERO SOBRE TODO NADA DE CUENTOS

Los racionalistas no estaban de acuerdo con el lugar privilegiado que se le otorg al Hombre en la gran cadena de los seres vivos. Las exploraciones lejanas, los contactos con poblaciones primitivas y el descubrimiento de los grandes simios antropoides (en 1.699 un chimpanc fue disecado por el anatomista ingls Edward Tyson) incidieron en los ms radicales de los sabios progresistas del siglo de las Luces para que finalmente se cuestionara la nocin de creacin del Hombre, tal como estaba definida por la Biblia, y para que se reemplazara por una bsqueda del origen de la especie humana.

Edward Tyson (1650-1708), evita de cuestionar cualquier cosa! Tuvo la ocasin de disecar un chimpanc joven originario de Angola, que describi, por dems, como un Pygme en su obra Orang-Outang. Sive Homo silvestris, or the anatomy of Pygmie. Orang-Outang, Homo sylvestris, Pygmie, son algunos de tantos calificativos empleados en la poca para designar todo lo que se parece de cerca o de lejos a un simio antropoide. Para Tyson, los Pygmes tienen de manera normal su lugar en la gran cadena de los seres, y se ubican en un eslabn vecino del eslabn humano; Tyson no vislumbr ni durante un segundo mostrar con esa vecindad alguna relacin de parentesco Sobre este punto su opinin no difiere de la opinin de Claude Galien (131-201) quien practic antes que l la disecacin de esos animales calificndolos de copias cmicas del Hombre.

Sin embargo, no es tan fcil de dejar de lado el peso de las tradiciones y si los hombres de las Luces no hacen referencia a la Edad de Oro del paraso terrestre, es para mejor desarrollar una contraimagen bastante nave fuertemente inspirada de las narraciones. Se presentan all los primeros hombres reducidos a una casi animalidad viviendo en un tal estado miserable sobre una tierra inhspita poblada por bestias feroces y nicamente preocupadas de asegurar su supervivencia.

En el primer siglo antes de nuestra era el filsofo y poeta rumano Lucrecio evocaba ya en su obra De natura rerum los primeros seres humanos muy prximos de la bestialidad, desafortunados, atacados por las fieras () sacados de sus abrigos de piedra por catstrofes diversas. Uno de los ms farouches materialistas del siglo de las Luces, Julien Offray de La Mettrie (1790-1751), retoma las tesis de Lucrecio con un raro entusiasmo: en El hombre Mquina, publicado en 1748, describe el ser humano primitivo como un simple animal, como una mquina viviente

Este tema, revolucionario en la medida donde se ignora el episodio idlico de Paraso terrestre, no est por dems en contradiccin absoluta con lo que los telogos cristianos cuentan ellos mismos sobre el periodo antediluviano que sigui la expulsin del Edn.

Los Nuevos filsofos del siglo XVIII no se quedan por tanto bajo esta triste impresin. Inventan un seguimiento al escenario e imaginan que para defenderse de las bestias que comen carne, y para procurarse su comida, los humanos deben aprender a fabricar herramientas y armas que los condujeron a desarrollar una vida social, antes de descubrir finalmente la cultura, que hizo de ellos hombres en el pleno sentido del trmino

En este contexto, Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) es prcticamente el nico en concebir, en su Segundo discurso, publicado en 1755, una poca original feliz, poblada de buenos salvajes

En la medida donde la imagen del hombre tambin es recuestionada, ella tambin es borrada, y la pregunta sobre la unicidad de la especie humana, siempre subyacente desde los mitos de la antigedad, se impone con una nueva agudeza. En el Siglo de la Luces se interrogan de nuevo sobre la verdadera posicin del hombre al interior del mundo viviente. Hay una sola especie de hombres creados a la imagen de Dios y cuyos miembros descienden todos en lnea derecha de Adn y de Eva, o hay que admitir que existen varias especies humanas fundamentalmente diferentes las unas de las otras?

En este ltimo caso, cmo definir el Hombre, el verdadero, y cules pueden ser la naturaleza y el origen de los otros hombres?

Dnde comienza y donde se para el estatuto de la humanidad, y qu hay que pensar por ejemplo de los salvajes, de los anormales o an de los grandes simios antropoides? Las referencias habituales no son, sobre estos temas, de una gran ayuda. Si hacemos abstraccin de las interpretaciones relativas a los ngeles, a los demonios, a una humanidad preadmica y a los gigantes nacidos del amor de los hijos de Dios y de las hijas de los hombres durante el periodo antediluviano, la Biblia parece afirmar claramente la unidad de la familia humana[footnoteRef:1] Distingue sin embargo por lo menos tres razas, cada una de los tres hijos del patriarca No: los Semitas salidos del linaje de Sem, los Indoeuropeos que forman el linaje de Jafet y los Africanos que nacieron del linaje de Cam. Ella esboza al mismo tiempo una jerarqua de razas, que ser recuperada por los hombres de la Edad Media: Para estos Cam es el ancestro de los sirvientes, Sem el de los clrigos y Jafet el de los seores. [1: En el captulo de las investigaciones bblicas impresionantes, es necesario mencionar los trabajos de un cierto Henrion (1718), miembro de la academia de Bellas Artes, que pretende haber medido las variaciones de la talla humana desde la creacin del mundo: Adn meda 40m, Eva 38m, Hrcules 3.33m, y Julio Cesar solamente 1.60m!]

Pero la imaginacin permite de prever muchas otras variantes de la humanidad, ms impresionantes unas que otras Desde el siglo I de nuestra era, Plinio el Viejo (23-79), en el libro VII de su Historia Natural, diserta abundantemente sobre el Hombre, su nacimiento, su organizacin, la intencin de las artes y describe una cantidad de seres fantsticos: Cclopes (gigantes portadores de un ojo nico en la mitad de la frente), Escipodos ( Hombres con una sola pierna terminada por un enorme pie), Cinocfalos (hombres con cabeza de perro), Blemios o Ewapanomas (hombres sin cabeza, que tienen los ojo sobre los hombros y la boca en la mitad del pecho), Panotii (Hombres que se encierran en sus gigantescas orejas cuando no se sirven para volar), Amazonas (mujeres desprovistas del seno derecho que les permite de lanzar ms cmodamente el arco), etc. El Libro delas maravillas (El Libro del Millon) publicado en 1298 por Marco Polo (1254-1324), el imago mundi de Pierre dAilly, lHistoria rerum ubique gestarum de Eneas Silvius, la Crnica de Nuremberg de Hartmann Schedel representan sin duda estas descripciones fantsticas El tiempo de las grandes exploraciones vino y los Europeos se prepararon a aceptar viajes de imaginacin desenfrenada. Que terminaron por creer lo que ellos mismos contaban.

Cuando se evoca la primera existencia de los canbales, nombre dado a los Indios Tanos de San Salvador a los habitantes de Hait reputados por comer carne humana, Coln no fabula probablemente pero, en 1518, Diego Velsquez de Cuellar, gobernador de Cuba, pide expresamente a Hernn Corts (1485-1547) buscar los hombres con orejas gigantes y buscar los que tienen cabeza de perro Falta de mejor, Cortes enva al Rey Carlos V enormes huesos fsiles que atribuye a gigantes. Francisco de Orellana bautiza por su parte Amazonas el gran ro de Amrica del Sur donde se entrevi temibles guerreros con cabellos largos negros (los Amazonas se citarn de nuevo en 1575 por el viajero francs Andr Thvet en su Cosmografa Universal).

A pesar de que se parecen a todo el mundo, se preguntan seriamente si los habitantes de Amrica son hombres en el pleno sentido del trmino. En 1512 el Papa Julio II parece haber decidido la cuestin declarando oficialmente que los indios del Nuevo mundo son descendientes de Adn y de Eva. En 1550 el obispo Bartolom de Las Casas (1474-1566) sugiere que sean bautizados para todos los fines tiles, pero esta proposicin horroriza Juan Gines de Seplveda, cannico de Salamanca, que no est seguro de que estas criaturas sean ms humanas que las bestias y que aceptara cuanto ms ordenarlos en una raza de esencia muy inferior al estatus habitual del Hombre europeo. Sobre este tema de razas humanas, dos tesis se enfrentan en la poca. Para los monogenistas, todos los hombres descienden de una misma pareja original, Adn y Eva. Los poligenistas consideran que Adn y Eva eran los ancestros nicos de los hombres blancos, y que las razas inferiores haban sido creadas de manera separada Se entiende mejor en estas condiciones el coraje del cual tuvieron que hacer prueba el Papa Julio II, la generosidad preocupante de Bartolom de Las Casas, y las reticencias de Gines de Seplveda.

En 1746, Lineo duda an sobre una definicin satisfactoria del la especie humana, que l se limita a ordenar entre los cuadrpedos:Hasta el presente no he podido lograr como naturalista y conformndome a las reglas, a descubrir un carcter que distinga al Hombre de los grandes simios.

En 1758, en la dcima edicin de Systema Naturae, l define sin embargo la clase de mamferos[footnoteRef:2] y el orden de los primates, donde el hombre vecina los simios, los lemridos, los Chauves-Souris y los perezosos (Chauves-Souris y los perezosos son rpidamente sacados del grupo). Por dems, Lineo crea el gnero Homo, en el cual sita dos especies: Homo sapiens (llamado tambin Homo diurnus) y Homo troglodytes. Este ltimo, igualmente llamado Homo nocturnus u Homo sylvestris, fue descrita por los viajeros: l no se activa sino en la noche por sonidos diversos (se trata particularmente de una amalgama entre el orangutn asitico y el chimpanc africano). [2: La escogencia de esta referencia a la lactancia de los pequeos no es neutra; Lineo lo pensaba bien se opona que las mujeres de la buena sociedad debieran sistemticamente recurrir a las nodrizas, e insista sobre el hecho que es natural para una mujer fuera ella del mundo-de lactar a sus hijos ]

En 1760, un alumno de Lineo, Carl Hoppius, describir a un tercer hombre: Homo caudatus, del cual precisa solamente que habita las islas de la Sonda y posee cola.

Estas aproximaciones pueden parecer chocantes, sin embargo para Lineo y sus disciplinas el hecho de reagrupar al interior de un mismo gnero de especies que manifiestan semejanzas pero que siguen son muy diferentes, no implican ningn recuestionamiento de la humanidad misma. Hay en el hombre alguna cosa que no se ve, de donde resulta el conocimiento de nosotros mismos que es la razn. Se trata simplemente de una incomodidad, que permite establecer un catlogo de especies creados por Dios fundndose sobre analogas una cuestin de introducir la menor nocin de parentesco (ni de familiaridad) entre unos y los otros. El nico hombre verdadero pertenece entonces a la especie Homo sapiens, que Lineo se resolver finalmente a definir de la manera siguiente: Animal racional, loquens, erectum, bimanum. Y divide algunas veces la especie humana en cuatro razas diferentes:-Europea blanca (europaeus albus), del cual l subraya la ingeniosidad y el espritu de invencin;-Americano rojo (americanus rubescens), compuesta de individuos irascibles y oscuritos;-Asitico (asiaticus luridus) calificado de amarillento y melanclico;-Africano, finalmente (afer niger), reagrupando los hombres negros, rusos, perezosos y negligentes.

Para hacer buena medida Lineo agreg a esta clasificacin una raza salvaje, y otrs monstruosa (para dejar una posibilidad tal vez, a los Sciopodos, Panotii y a otros Blemmyes descritos por Plinio).

Buffon rechaza el principio mismo de la clasificacin por gneros propuesta por Lineo, y no tiene cuenta de los hombres nocturnos o provistos de un apndice caudal. l se funda sobre el criterio de la interfecundidad para minimizar la nocin de raza; est persuadido que los negros que verdaderamente viviran en el norte de Europa durante varias generaciones acabaran por volverse blancos Buffo an si un n afirma entonces claramente la unicidad de la especie humana, pero reconoce la existencia de variedades al interior de esta especie. Estas son producidas:

Por influencia del clima, por la diferencia de comida, por la manera de vivir, por las enfermedades epidmicas, y tambin por la mezcla variada al infinito de individuos ms o menos semejantes.

En 1776, el naturalista alemn Friedich Blmenbach (1752-1840) manifiesta su acuerdo con Buffon; considera que existe una sola especie de hombres, en la cual se identifican cinco variedades: Caucsica, mongol, etope, americana y malaya.

Siempre un poco aparte, Rousseau no se interesa ni a la historia natural de las especies, ni a las razas; con un cierto angelismo pretende solamente que conviene acordar al Hombre, cualquiera que sea salvaje o ligado por un contrato social, su plena dimensin que es la de la Libertad Numerosos filsofos rechazan de seguirlo sobre este punto, y van hasta considerar, como Voltaire por ejemplo, que los Blancos, los Negros y los Amarillos fueron creados separadamente y forman especies distintas.

El siglo XVIII aparece como el tiempo de las controversias (que no dejan de lado siquiera el estatuto privilegiado del Hombre), pero los tesis defendidas por los mejores espritus del siglo de las Luces no permiten proponer una alternativa verdaderamente satisfactoria de la visin bblica de la creacin, an si un cierto Erasmo Darwin muestra la va en 1794, en su obra titulada Zoonomas:

No sera tal vez demasiado difcil de imaginar a lo largo de las edades posteriores al nacimiento de la Tierra, todos los animales de sangre caliente hayan aparecido a partir de un nico hilo orgnico?.

Es efectivamente una gran pregunta, a la cual ser obligacin a otros, y en particular a otro Darwin Charles, su nieto de aportar una respuesta! Para la hora, la ciencia oficial sigue siendo fixista, enraizada en su visin dogmtica del mundo que por dems da satisfaccin a las aspiraciones de la mayora del buen pueblo, alejado de los salones donde disertan con fogosidad los sabios y los filsofos.

Nos percibiremos pronto que el siglo de las Luces transform en profundidad la manera de aprehender los problemas. En los aos que preceden o que ven estallar la revolucin francesa, un temblor se hace sentir en toda Europa. Los humanistas con su inteligencia crtica cambiaron los presupuestos dogmticos, que haban dominado y paralizado hasta entonces la investigacin cientfica. El siglo XIX conocer, en ese dominio muchas teoras cientficas, muchas dudas y muchas turbulencias: Ser el siglo de los ismos: transformismo, catastrofismo, uniformitarismo, evolucionismo y otros ismos an, algunos ciertos donde algunos pueden hacer sonrer, pero que abrieron la va a un mejor conocimiento de la Tierra y del Hombre

El hombre que sin embargo asusta an, en el siglo XX, de ver su imagen en la mirada de los simios, y que busca tal vez tranquilizarse cuando inventa un ismo, en forma de gesto esta vez, el racismo. El hombre que acabar tal vez por aceptarse en la plenitud de su diversidad, descubriendo sus races enterradas en las cenizas volcnicas de un desierto africano.

Cuentos Naturales.Ose saber

Es lo que Emmanuel Kant (1724-1804) propona desde 1784, pues deseaba que el hombre abandonara el peso de la autoridad establecida y empezara a pensar por s mismo.

En el siglo XIX los espritus parecen abrirse y estar ms inclinados a aceptar cuestionamientos y a desarrollar un verdadero procedimiento cientfico A pesar de todo esto el llamado lanzado por Kant estuvo lejos de ser unnimamente aceptado. En el Genio del cristianismo, publicado en 1802, Franois Ren de Chateaubriand (1768-1848) deplora, por ejemplo, el hecho:

de encontrar hoy el Hombre mamfero situado, segn el sistema de Lineo, junto con los simios, los murcilagos y los perezosos. No era igualmente vlido dejarlo en la cima de la creacin all donde lo haba situado Moiss, Aristteles, Buffon y la Naturaleza? Tocando con su alma los cielos y con su cuerpo la tierra, queramos verlo formar, en la cadena de los seres, el anillo que liga el mundo visible al mundo invisible, el tiempo a la eternidad.

La nostalgia no fue ms lo que era, sin embargo tanto los mtodos como los medios de investigacin progresaron rpidamente, mientras que las ideas conocieron una difusin ms amplia. El tiempo de las ciencias poda comenzar.

TRANSFORMISMO Y CATASTROFISMO

El 21 floreal (10 de mayo) 1800, Jean-Baptiste de Monnet, caballero de Lamarck, presenta en el discurso de apertura de sus conferencias en el Museo Nacional de Historia Natural, las grandes lneas de una teora presentida por diversos espritus eminentes, desde Anaximandro y Aristteles hasta Buffon o Erasmo Darwin, pero que jams haba sido tan claramente expresada. Se trata del transformismo, que marca una ruptura total con la tradicin bblica, y de la que se diferencia inmediatamente, y representa, tal vez, la verdadera clave de la historia de la vida.

Lamarck (1744-1829) se hizo conocer en 1778 con la publicacin de Flora Francesa. Despus de ser escogido por Buffon como preceptor de su hijo, en 1788 entra como asistente de botnica al Museo Nacional de Historia Natural, y luego es nombrado profesor titular de la ctedra de invertebrados en 1793. En el momento cuando expone su nueva tesis, Lamarck goza de un estatus cientfico reconocido, pero su notoriedad permanece, sin embargo, limitada.

Lamarck tomar el tiempo de afinar los conceptos que fundan el transformismo antes de publicarlos en una obra magistral titulada la Philosophie Zoologique, en 1809. En ese texto se resalta la unidad del mundo viviente y se postula la existencia de una entidad vital, esencial, el tejido celular[footnoteRef:3]: [3: Lamarck retoma el trmino de clula (del latn cellula, pequea pieza) utilizado inicialmente en 1665, por Robert Hoocke, quien haba examinado en el microscopio la estructura alveolar de una fina capa de corcho y de otros tejidos vegetales, es decir en realidad paredes celulsicas de clulas. ]

Ningn cuerpo puede estar dotado de vida si sus partes constituyentes no son tejido celular o no estn formados de tejido celular

Lamarck constat que los seres vivientes formaban un conjunto jerarquizado, y propuso una clasificacin natural de las especies yendo de lo ms elemental hasta lo ms complejo, desde los infusorios hasta los mamferos. De esta manera se apeg al Progresionismo, una teora que tuvo un cierto xito a comienzos del siglo XIX. Segn esta teora las formas vivientes habran aparecido a lo largo de las edades siguiendo una progresin orgnica. Para los que defendan esta tesis, sin embargo, la progresin no implicaba ninguna filiacin entre las formas sucesivas y se explicaba gracias a creaciones repetidas que reafirmaban la omnipotencia divina.

Las posiciones de Lamarck van mucho ms lejos que lo que proponan los progresionistas. Retomando la nocin de variabilidad del tipo en la especie, sobre la cual Buffon haba ya particularmente insistido, Lamarck da un paso decisivo y emite la hiptesis de una transformacin gradual y continua de los organismos: las formas de vida cada vez ms simples aparecen primero, y luego son transformadas progresivamente para dar a lo largo de un periodo de tiempo extremadamente largo, todos los otros tipos de seres vivos cada vez ms evolucionados, cada vez ms logrados, hasta llegar al Hombre mismo.

Lamarck llega hasta el punto de sugerir que el hombre habra podido tener como ancestro a un simio similar al chimpanc descrito por Tyson. Pero sobre este sensible tema, muestra una cierta prudencia, y se limita a agregarle el siguiente complemento a su sugerencia:

si el hombre no se distinguiera de los animales sino slo por los caracteres de su organizacin, y si su origen no fuera distinto

Para terminar, Lamarck propone como agente de la evolucin a un mecanismo fundado sobre la adaptacin de los seres vivos al medio: diversas especies no estuvieron en capacidad de sobrevivir a algunas modificaciones de su entorno a lo largo de los tiempos geolgicos y desaparecieron, lo que explica el porqu ciertos fsiles ya no existen en el estado viviente.

En lo relacionado con el origen de las primeras formas de vida, Lamarck parece haber dudado mucho antes de aliarse, -tal vez sin tener opciones mejores-, a la tesis de la generacin espontnea. Admite que las partculas vitales elementales, los mnadas, pueden formarse a partir de materiales minerales en el fondo de los ocanos y reunirse para formar los seres vivientes ms simples: los infusorios. Lamarck utiliza as desvindose de su objeto un concepto desarrollado por Gottfried Wilhelm Leibnitz (1646-1716) en su Monadologa publicada en 1714, donde el filsofo se esfuerza de mostrar que no haba contradiccin entre la religin y la razn Leibnitz describe as un universo constituido por una jerarqua de monadas, unidades de materiales inteligentes emanadas directamente de Dios, y cuyas relaciones son reguladas por una armona preestablecida.

En otra obra titulada Hidrologa, publicada por su cuenta en 1802, Lamarck presentaba tambin una tesis que explicaba la presencia de un gran nmero de fsiles marinos en zonas ocupadas por tierras emergidas.

Segn l una especie de migracin continental se produjo alrededor del globo sobre periodos de tiempo de una duracin inmensa. Los continentes fueron rodos por las mareas sobre sus costas orientales y depsitos sedimentarios los reconstituyeron regularmente sobre sus costas occidentales. Los ocanos giraron as alrededor del planeta y remodelaron todas las tierras emergidas varias veces desde el comienzo de los tiempos.

Como Hutton, Lamarck le da un importancia considerable a la inmensidad del tiempo:

El tiempo no significa nada y no constituye una dificultad para la naturaleza. Est siempre a su disposicin y representa un podero ilimitado del cual la naturaleza se sirve para realizar las ms grandes y las ms pequeas tareas.

Lamarck funda su razonamiento sobre la idea que las transformaciones que afectan los organismos se producen bajo las influencias de las circunstancias, que la necesidad crea el rgano necesario, que el uso lo fortifica y que una falta constante de uso conlleva a su atrofia y a su desaparicin. Da ejemplos que algunos pueden parecer audaces y si se quiere leer entre lneas podra decirse que:

Efectivamente, si una raza cualquiera de cuadrumanos, sobre todo la ms perfeccionada de entre ellas, hubiese perdido, por la necesidad de las circunstancias, o por cualquier otra causa, la costumbre de subirse a los rboles y de coger las ramas con los pies como con las manos para agarrarse, y si los individuos de esta raza, durante una serie de generaciones, fueran forzados a no servirse de sus pies sino para caminar y cesaran de usar sus manos como pies, no hay que dudar que esos cuadrumanos al final se transformasen en bimanos y que los pulgares de sus pies cesasen de ser separados de los dedos, y esos pies no les sirviesen sino nicamente para caminar.

Lamarck sugiere que las modificaciones inducidas en el medio son transmisibles a la descendencia Esta nocin de herencia de caracteres adquiridos, -lejos de constituir lo esencial de la teora del transformismo-, se emplear ms tarde para desacreditar el conjunto del concepto, sin ubicarlo en el contexto cientfico de esos tiempos, en los que se ignoraba todo de la gentica.

La Philosophie zoologique es percibida como un ataque directo contra las tesis fijistas que defienden la visin bblica de la creacin, y que constituyen an a comienzos del siglo XIX, y a pesar de los obstculos de los filsofos de las Luces (y, en Francia, por la Revolucin) el paradigma dominante.

Las posiciones fijistas de la ciencia institucional sern vigorosamente defendidas por Georges Cuvier (1769-1832), profesor en el Colegio de Francia y colega de Lamarck en el Musum.

Mucho ms joven que Lamarck, y ms ambicioso, Cuvier, investigador notable, tiene un espritu brillante y puede ser considerado como el padre de la anatoma comparada y de la paleontologa de los vertebrados.

Con una cierta arrogancia, se opone en ese dominio a Etienne Geoffroy Saint-Hilaire (1772-1844), quien sustenta que todos los animales vertebrados o invertebrados tuvieron finalmente el mismo plano de organizacin anatmica, subrayando que su colega confunde las nociones de homologa y de convergencia[footnoteRef:4]. [4: En el contexto del tiempo, no hay que dudar que la posicin de Cuvier es justificada, de la misma manera las crticas que expresa sobre la teora de Geoffroy Saint-Hilaire las funda sobre observaciones muy someras. Sin embargo, el descubrimiento en 1983 por Walter Gehring y Edward Lewis, de los genes reguladores del desarrollo, que funcionan de forma muy comparable a los invertebrados y a los vertebrados, da en parte razn a la intuicin de Geoffroy Saint-Hilaire]

Cuvier es el primero en mostrar que todas las partes de un ser organizado se corresponden y concurren en una accin comn; es el principio de la correlacin de las formas. Esta ley permite, gracias a slo el aspecto de un diente, de poder deducir, en una cierta medida, la forma del crneo al cual perteneci ese diente y an los miembros a los cuales perteneci ese crneo. Aplicando este principio para reagrupar los huesos esparcidos recogidos en los yacimientos de yeso de las capas del terciario en la regin parisina que l explor con su amigo Alexandre Brongniart (1770-1847), profesor de mineraloga y director de la manufactura nacional de Sevres, Cuvier pudo reconstruir esqueletos enteros de grandes mamferos fsiles: Paleotherium, Anoplotherium, Anthracotherium, Lophiodon, etc. Aporta de esta manera la prueba decisiva que la Tierra tuvo otras veces especies animales que no tenan ningn representante en la naturaleza actual (y cita ms de 90 especies) que la vida no se reduce a lo que nosotros vemos y que para aprehenderla en toda su riqueza conviene de reconstruirle su pasado

Cuvier es un hombre de talento, y la presentacin de sus trabajos en 1801 en los Extractos de una obra sobre las especies de cuadrpedos cuyos huesos han sido encontrados en el interior de la tierra. Suscita un entusiasmo enorme. A pesar del tiempo, aos ms tarde, Honor de Balzac (1799-1850) se maravilla an de su genio:

No fue Cuvier el poeta ms grande de nuestro siglo? El inmortal naturalista reconstruy mundos con huesos blanqueados, excav una cantera de yeso, percibi una huella y nos dijo: vean! A menudo los mrmoles se animalizan, la muerte se vivifica, el mundo se desarrolla!.

El sabio Cuvier, que recibi su formacin cientfica en territorio alemn, en un medio protestante fuertemente pegado a la letra de la Biblia, tambin era un fijista[footnoteRef:5] convencido. Lejos de ser observado por su propias observaciones, que testimonian evidentemente la evidencia de la desaparicin de numerosas especies y que deberan llevarlo a insistir sobre el transformismo, elabora una teora susceptible de integrar los fsiles a la concepcin de una creacin nica y definitiva: es el catastrofismo. [5: Se entiende por fijista a la teora que postula la invariabilidad de las especies actuales desde su creacin. Se conoce ms popularmente con el trmino de cracionista, que atribuye a Dios la creacin de todas las formas vivientes actuales.]

De manera clara, Cuvier rechaza todo al admitir la inmensidad de la duracin de los fenmenos geolgicos. Considera que la Tierra fue golpeada peridicamente desde su creacin, hace seis mil aos, por eventos catastrficos de gran amplitud, cada uno de esos cataclismos que marcaban el fin de una poca y el comiendo de una nueva era. Estas calamidades provocaron la extincin de diversas especies cuyos fsiles constituyen los ltimos vestigios. Dios habra esperado que la Tierra tuviera descansada antes de crear la humanidad, y el hombre sera en realidad la sola especie concebida bajo su forma perfecta y definitiva. Bien evidentemente en esta ptica la filiacin y la transformacin de las especies son totalmente inconcebibles si falta el tiempo y la continuidad.

Cuvier refiere el Diluvio Bblico, pero de manera curiosa, no le otorga ningn carcter excepcional. Parece considerar que el diluvio no fue ms que una de las catstrofes que golpearon la Tierra en un mundo anterior al nuestro, y sostiene igualmente que tales eventos podran producirse en el futuro. En 1862 un alumno de Cuvier, Alcide dOrbigny no dud en cifrar 27 cataclismos sucedidos en tiempos antiguos, seguidos de otras tantas creaciones sucesivas destinadas a repoblar la Tierra.

En realidad, hay algo de verdad en la teora del catastrofismo, pero el error de Cuvier y de sus discpulos fue el de subestimar la edad del planeta lo que les condujo a considerar que la sucesin de catstrofes sucedieron en un tiempo muy corto (6000 aos). Los gelogos y los bilogos actuales admiten que la Tierra conoci crisis de carcter catastrfico, y que estos tuvieron un rol en la evolucin del mundo viviente. Ciertos de esos acontecimientos pudieron ser brutales (impacto de un cuerpo extraterrestre), la mayora fueron muy separados en el tiempo (provocados, por ejemplo, por una actividad volcnica excepcional), todos estn separados por intervalos de tiempo extremadamente largos.

Los gelogos modernos han censado cinco crisis mayores en la historia del planeta; los bilogos muestran en cada una de esas crisis corresponde la extincin de un nmero importante de especies vivientes, animales y vegetales. En particular, las observaciones de Gregory Retallack de la Universidad de Oregon tienden a explicar la crisis ms importante de la historia de la Tierra, que marc el final de la era primaria hace 250 millones de aos, a causa del impacto de un cometa o de un asteroide que habra provocado cambios considerables sobre el entorno y el medio ambiente y sobre el conjunto de los ecosistemas terrestres. Los trabajos de Luis y Walter lvarez, en 1980, iniciaron un conjunto de investigaciones que mostraban que el paso de la era secundaria a la era terciaria hace sesenta y cinco millones de aos, fue tambin generado por la cada sobre nuestro planeta (en una regin de Amrica Central) de un enorme meteorito.

Desde muy temprano, Lamarck y Cuvier se opusieron a la cuestin del catastrofismo. Especialista de la paleontologa de los invertebrados, Lamarck demostr fcilmente que numerosas especies de invertebrados fsiles son anlogas a especies vivientes conocidas. Hizo notar que si se puede constatar que series de especies anlogas se suceden a travs de periodos geolgicos, es que no hubo ruptura en la cadena de los seres vivos, y entonces que no hubo una catstrofe universal. Lamarck, no duda en darle tiempo al tiempo, y afirma la continuidad de la vida sobre la Tierra a travs de las edades. Es por dems esta duracin y esta continuidad las que permiten de vislumbrar una filiacin entre las especies, y de imaginar que ellas pueden derivar las unas de las otras transformndose.

En un primer tiempo, los argumentos de Cuvier tomarn la delantera de la escena frente a un pblico an muy apegado a la tradicin bblica. En verdad la poca era bastante romntica, y explicaba la preferencia de la teora de las catstrofes fundada sobre los restos trgicos de grandes vertebrados, a un transformismo poco espectacular atestiguado por modestos moluscos. El catastrofismo incidi mucho en frenar la difusin de las ideas de Lamarck, y estas cayeron durante un tiempo en el olvido.

EL UNIFORMITARISMO

Sin embargo las evidencias de la misma Tierra darn cada vez ms razn a Lamarck. Desde los comienzos del siglo XIX, la observacin de las rocas que constituyen la corteza terrestre cuenta una larga historia, que muestra que nuestro planeta es muy viejo.

En 1815, William Smith (1769-1839) public una ilustracin que representaba la estratificacin de las diversas capas del subsuelo en la regin de Bath, en Inglaterra, y refiri all ms de treinta variedades de sedimentos. La superposicin de estas capas y su espesor, que pudo lograr de varios metros indicaba que el proceso de deposicin que les dio origen se extendi sobre un periodo de tiempo que sobrepasaba de mucho los seis mil aos vislumbrados por las teoras fijistas, y an algunas decenas de miles de aos concedidas por Newton o por Buffon. En realidad, el gelogo britnico Charles Lyell (1797-1875), que conoca bien los trabajos de Lamarck se entusiasm por el transformismo, atribuir a la Tierra varios millones de aos de existencia.

Lyell es un discpulo de Hutton, del cual toma las tesis para elaborar una nueva teora: el uniformitarismo. En una obra de tres volmenes publicadas entre 1830 y 1833, Principio de geologa. Ensayo de explicacin de las modificaciones de la superficie de la Tierra con referencia a las causas que actan actualmente, Lyell demuestra que todas las fuerzas que contribuyen actualmente a modelar el perfil de la Tierra son las mismas que las que actuaron en el pasado, y que su accin es siempre similar, uniforme en el tiempo.

As tan lejos como podamos mirar en el pasado nosotros no vemos actuar causas diferentes a las que se actan an hoy, con el mismo grado de intensidad, y no con otro.

Lyell sita el comienzo de la era primaria a doscientos cuarenta millones de aos. Para l, no hay necesidad de un diluvio o de una catstrofe para explicar los accidentes del relieve terrestre: el viento y/o las aguas de escorrenta son suficientes para esculpir la cara del planeta. Incluso sugerir que las fluctuaciones del nivel del mar y de los ocanos podran ponerse en relacin con la formacin o con la fundicin de los glaciares, lo que constituye una intuicin remarcable.

Desde ese momento y sobre esas bases, se puede retomar la tesis de Arduino que divide la historia de la Tierra en tres grandes periodos, definidos con el nombre de eras geolgicas primaria, secundaria y terciaria de duracin sensiblemente iguales, de algunas decenas de millones de aos cada una.

EL EVOLUCIONISMO

A pesar de los esfuerzos de los fijistas de mantener sus posiciones, la idea del transformismo hizo desde entonces parte de la moda. Todas las disciplinas convergieron en un vasto hervidero cientfico que caracteriz la parte media del siglo XIX, y que reforz el concepto transformista: la geologa, la paleontologa, la anatoma comparada y an la demografa participaron en esa reafirmacin.

En 1844, en una obra titulada Vestigios de la historia natural de la creacin, Robert Chambers cambia de nuevo las ideas clsicas relacionadas con la nocin de especie. No duda en apoyarse sobre el concepto de la Estadstica social presentado en 1835 por el demgrafo belga Adolphe Quetelet (1796-1874) para mostrar sus convicciones transformistas, presentando la especie como una coleccin de objetos variables, sometida a leyes, y susceptible de responder, por fluctuaciones, a las presiones del medio.

Algunos aos ms tarde, el naturalista ingls Charles Darwin (1809-1882), se inspir tambin de las tesis de un economista y socilogo clebre, Thomas Robert Malthus (1766-1834), para elaborar una teora muy original sobre la evolucin de las especies.

Darwin postul, de la misma manera que Lamarck la transformacin gradual de los organismos, pero en lugar de buscar y explicar la desaparicin de las especies fsiles, se consagr a comprender los fenmenos que hacen aparecer nuevas especies y la manera como se han diferenciado las especies contemporneas; es el concepto de descendencia con modificacin.

Para Darwin, un mecanismo permite explicar la evolucin de las especies a travs del tiempo, es la Seleccin Natural. La idea le llega luego de su viaje alrededor del mundo entre 1831 y 1836 en el Beagle, un barco de 235 toneladas. El joven naturalista fue impresionado en particular por el hecho que, de una isla a otra en el archipilago de las Galpagos, especies vecinas de pjaros pinzones presentaban diferencias notables, respondiendo manifiestamente a la naturaleza particular de cada tipo de medio. Instalado en Inglaterra, Darwin redact un informe de su expedicin, Viaje a bordo del Beagle, que fue publicado en 1839. Preparando su manuscrito tuvo la ocasin de discutir con diversos sabios sobre problemas relativos a la variacin que se manifiesta al interior de las especies; se muestra tambin atento a los mtodos aplicados por los pastores para seleccionar artificialmente diversas variedades animales. En esta poca, l plasm algunas ideas sobre el papel; su objetivo anunciado era redactar un gran libro sobre el origen y la transformacin de las especies vivientes. Se tom todo su tiempo, e invoc su mal estado de salud para justificar su lentitud pero se puede tambin imaginar que lo que le preocupaba era el aspecto hertico de sus propias ideas y que ponerlas por escrito, era inconveniente.

Progresivamente, la nocin simple de la seleccin natural se altera para dar lugar a dos conceptos complementarios, la concurrencia vital (struggle for life) y la supervivencia del ms apto (survival of the fittest), probablemente inspiradas en Darwin por Herbert Spencer (1820-1903) filsofo y economista, terico del capitalismo salvaje, se hizo conocer en: Ensayos sobre el principio de poblacin, una obra publicada por Malthus en 1798, en la que el autor explica que las hambrunas, epidemias y otras catstrofes que golpearon los ms desprovistos al interior de las poblaciones humanas, tuvieron un efecto de regulacin benfica en la medida donde permiti a los sobrevivientes (considerados como los ms aptos) beneficiarse de los recursos suficientes Malthus retom un tema ya abordado en el siglo II de nuestra era por el Cartaginiense Tertuliano, observando que todos los seres vivos manifiestan una tendencia constante a aumentar su especia ms que lo que permita la cantidad de comida que estaba a su disposicin. Subrayando el hecho que la subsistencia no aumentaba mejor que siguiendo una progresin aritmtica, mientras que la poblacin creca siguiendo una progresin geomtrica y doblaba todos los veinticinco aos, Malthus preconiz la puesta en armona del crecimiento demogrfico y la de los recursos. Para esto, l sugiri una limitacin de los nacimientos por la prctica de la castidad (Malthus tambin es pastor de la iglesia de Inglaterra) y desplazar la edad del matrimonio; l subraya adems los aspectos perniciosos de la ayuda pblica acordada a los ms desprovistos.

Darwin toma nota, pesa el por y el contra, duda, gira siete veces su pluma en el tintero. El 18 de junio de 1858, cuando l se tomaba gusto as a afinar sus argumentos sin demasiado placer, recibi un artculo cientfico enviado de Malasia por un joven naturalista, Alfred Russel Wallace (1823-1913), que le preguntaba de transmitrselo a una sociedad sabia. Wallace no era ningn desconocido; ya haba publicado en 1855, en el Annals and magazine of Natural history, un artculo bastante original para retener la atencin del mundo sabiente -La de Darwin en particular. Donde el propona la ley de Sarawak segn la cual cada nueva especie emergida de una fuente preexistente bajo la presin de efectos del entorno

Darwin, que no ha publicado absolutamente nada de sus tesis, es consternado; la nueva monografa de Wallace: De la tendencia de las variedades a separarse indefinidamente del tipo inicial desarrolla claramente la idea de una evolucin de las especies vivas por seleccin natural Temiendo de perder lo que l consideraba como su anterioridad, pero muy honesto como para enterrar puramente y simplemente el trabajo que le fue sometido, Darwin hizo intervenir amigos influyentes, particularmente el gelogo Lyell y el botnico Joseph Hooker (1817-1911), quienes presentan ante la Sociedad Linense de Londres una compilacin asociando el artculo de Wallace y algunos textos de Darwin (en particular un ensayo que databa de 1844), bajo forma de una comunicacin titulada: Sobre la tendencia de las especies a formar variedad y sobre la perpetuacin de las variedades y de las especies por procesos naturales de seleccin.

Empujado por este incidente, Darwin entonces trabaja doblemente y el ao siguiente se apura de publicar su mayor trabajo: Del origen de las especies pro va de la seleccin natural, o la persistencia de las razas favorecidas en la lucha por la vida. Se venden los 1250 ejemplares del primer tiraje, puesto en venta el 24 de noviembre de 1859, que fueron vendidos todos en el mismo da

Darwin desarrolla, despus de la publicacin del Origen de las especies, una concepcin gradualista de la evolucin; considera que las transformaciones que modifican las especies a travs del tiempo no pueden producirse sino muy lentamente, y de manera suficientemente progresiva para ser imperceptible. Su actitud de una manera bastante prudente se justifica por el hecho que l ignora todo de los mecanismos susceptibles de poner en obra al punto de resolver a vislumbrar, como Lamarck antes de l, la nocin de herencia de los caracteres adquiridos.

Fue en 1866 solamente que Gregor Johann Mendel (1822-1884) hizo aparecer los resultados de sus investigaciones sobre la hibridacin de las arvejas, que permitieron de comprender como funciona la herencia: los caracteres visibles son gobernados por entidades invisibles (que se llamarn ms tarde genes) que transmiten de generacin en generacin siguiendo maneras bien precisas. El trabajo de Mendel no tuvo por dems sino muy poco eco en el inmediato, y no es cierto que Darwin lo haya conocido.

Hubo que esperar treinta aos para que tres botnicos, Hugo de Vries (1848-1935), Carl Correns (1864-1933) y Erich von Tschermak (1871-1962) confirmen las observaciones de Mendel, De Vries descubre adems que los genes pueden variar en el marco de mutaciones que se producen al azar bajo la accin de diversos factores fsicos o qumicos, lo que hace aparecer bruscamente en un linaje un carcter hereditario nuevo. Thomas Morgan (1866-1945) muestra un poco ms tarde que los genes son dispuestos sobre los cromosomas, y que los cromosomas se distribuyen en el marco de la reproduccin sexual.

Lo que esta constatacin que permite integrar la gentica en la teora de la evolucin fue inicialmente el origen de polmicas entre los Darwinistas de estricta obediencia gradualista (Francis Galton, 1822-1911), quienes rechazaron de acordar una importancia mayor a los cambios bruscos resultantes de las mutaciones y profesando que la naturaleza no se hace sin saltos, y que los mutacionistas (William Bateson 1861-1926) para quienes la evolucin se explica por bruscas modificaciones de caracteres, directamente determinadas por las mutaciones que afectan el genoma.

La pelea entre los que queran una variacin continua y los que defendan una variacin discontinua confluir en la mitad del siglo XIX en lo que se llama inicialmente el neodarwinismo, y en seguida la Teora sinttica de la evolucin edificada por Thodosius Dobzhanski (1900-1975), George-Gaylord Simpson (1902-1984) y Ernst Mayr (1904 -2005). Este modelo consensual admite que la evolucin de los seres vivos resulta de la acumulacin gradual de las micro-mutaciones gnicas que se producen al azar pero retenidas por la seleccin natural; se muestra sin embargo insuficiente para explicar la aparicin y el mantenimiento de divergencias mayores en los planos de organizacin anatmica de diversas formas vivientes.

El final del siglo XX vio desarrollarse adems tipos de teora. La teora neutralista elaborada por Motoo Kimura (1924-1994) dej un amplio lugar al azar contra la nocin de seleccin natural. Admita que la mayora de genes son neutros y que las mutaciones que las afectan no son ni particularmente ventajosas ni particularmente desfavorables; la evolucin resulta en realidad de eventos fortuitos, totalmente aleatorios. La teora de los equilibrios puntuada data de 1972; se basa en parte sobre las observaciones de Niles Eldredge y Stephen Jay Gould, y postula que ciertas mutaciones (macromutaciones) pueden conllevar efectos particularmente importantes capaces de cambiar el desarrollo de un organismo y de ser el origen de la formacin de especies nuevas. Este proceso brutal al que se le da el nombre de equilibro puntuado es muy rpido y limita en el tiempo y en el espacio, para dejar huellas fsiles, lo que explica que no se pueda poner en evidencia.

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