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DESDE EL POSTGRADO
ESPACIO, GÉNERO Y POBREZA: DISCURSOS, PRÁCTICAS Y CONSTRUCCIÓN DE
SUBJETIVIDADES EN TORNO AL PROCESO DE IMPLEMENTACIÓN DE POLÍTICAS
HABITACIONALES. BARRIOS DEL SECTOR NOROESTE DE LA PERIFERIA URBANA DE SAN
MIGUEL DE TUCUMÁN (2004- 2008)
Natalia Paola Czytajlo1.
INTRODUCCIÓN
Los nuevos escenarios y la creciente complejidad de la cuestión social generan
interrogantes que interpelan las formas típicas de intervención de las políticas públicas.
En esta tesis abordamos desde una visión crítica las “políticas de reducción de pobreza
centradas en el hábitat”, su papel como políticas sociales-urbanas y su relación con la
construcción de sujetos.
En la actualidad existe consenso respecto de que la población urbana está cada vez más
privada o limitada no sólo en virtud de sus particularidades económicas y sociales, sino
también culturales, étnicas, de género y edad, para satisfacer necesidades y derechos.
Sin embargo, las decisiones en materia de política habitacional asumen aún la pobreza
urbana y la situación socio-habitacional casi exclusivamente desde la carencia material.
Las mismas implican, bien una lógica disciplinar, con la consecuente reducción de los
problemas espaciales a la resolución técnica y al diseño formal; o bien una lógica política
orientada al “pragmatismo” o la gobernabilidad.
Aunque el género se ha vuelto un ítem casi inevitable en las agendas de desarrollo, aún
no implica ser un tema aceptado e incorporado en la práctica política e institucional
especialmente urbano-territorial. Asumimos la emergencia de una “nueva cuestión
urbana” y una “nueva cuestión de la vivienda” interrelacionada también con cambios
1 Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Tucumán. 2010. Directora:
Dra. Hilda Beatriz Garrido.
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históricos en los procesos del habitar, que conllevan problemas socioculturales de nuevo
tipo. En el marco de una mayor heterogeneidad y complejidad de la pobreza y en la línea
de los nuevos enfoques y debates en torno a necesidades y derechos, interpelamos la
política habitacional respecto al género, en tanto constituye aún una dimensión poco
explorada en las disciplinas vinculadas al territorio y al espacio que requiere ser
explicitada.
En esta tesis asumimos el género2 como categoría fundamental y perspectiva teórico-
metodológica, entendiendo que implica revisar los paradigmas conceptuales y
metodológicos y las categorías de análisis tradicionales. Nos proponemos analizar cómo
opera la articulación entre espacio3, género y pobreza en los discursos y prácticas de las
políticas habitacionales y su relación con la construcción de subjetividades.
¿Qué implicaba estudiar la dimensión de género en las políticas habitacionales? ¿Qué
categorías estudiar, qué dimensiones, con qué enfoques, qué instrumentos? Estas fueron
preguntas construidas y reconstruidas a lo largo del proceso formativo y de desarrollo de
la investigación. Así, en el trabajo plasmamos no sólo resultados, sino acercamientos y
búsquedas en una propuesta de abordaje multidisciplinar que articula categorías,
dimensiones y enfoques, con el ánimo de superar las aproximaciones disciplinarias
fragmentarias.
Proponemos entonces el cruce de diferentes dimensiones de análisis: social-económica,
espacial-territorial, política-cultural. Entendemos que la fragmentación y la segregación se
agudizan y expresan no solo en indicadores socioeconómicos sino en formas de limitación
a la vida urbana que se refieren a otras asimetrías de poder. La dimensión de poder se
vuelve fundamental en el trabajo, por lo cual cruza dimensiones y categorías. Su omisión
en el estudio de la pobreza deja sin problematizar un conjunto de desigualdades que
operan en las instituciones, que usualmente ponen en desventaja a las mujeres. Mujeres
y varones tienen distintos roles, necesidades, acceso y control diferenciado sobre los
recursos y la toma de decisiones en la sociedad. Por otra parte, el espacio se limita, se
2 Implica una construcción social, histórica, cultural y simbólica de las relaciones y roles asignados
a mujeres y varones de acuerdo a los modelos de comportamiento sexual impuestos por la sociedad y la forma en que ella ha estructurado sus esquemas de poder. 3 Entendido como “espacio social”, producido social e históricamente, como objeto a ser indagado
en el marco de los procesos sociales que lo involucran.
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jerarquiza, se valora en relación a las formas como la misma elabora y expresa su
concepción del poder y sus sistemas de género.
Figura 1. Esquema general
En el centro del triangulo tensionado por las relaciones de poder-resistencias ubicamos al
sujeto que en la línea de las teorías postmodernas se hace contingente y relacional.
Asumimos las subjetividades en relación a las políticas desde los enfoques de la
antropología y sociología y las políticas como entramado de relaciones de fuerza donde
los intereses de dominio y las luchas sociales constituyen sujetos, ya sea “reforzando
derechos o reproduciendo o creando nuevas desigualdades y configuraciones tutelares”
(Álvarez, 2005a, p.87). En ese sentido, si bien los programas de atención a la pobreza
urbana no pueden dejar de lado la creación de infraestructura básica y de equipamientos
comunitarios tradicionales -salud y educación- así como la producción o mejoramiento de
vivienda, continúa el reto de trabajar en el diseño y la aplicación de políticas que tiendan a
garantizar al conjunto de la ciudadanía el pleno ejercicio de los derechos económicos,
sociales, culturales y ambientales.
A partir de un análisis contextualmente situado en la provincia y el aglomerado de
Tucumán (Argentina), damos cuenta de una serie de cambios, avances y obstáculos en el
marco institucional respecto a la articulación de las tres categorías citadas. Sucesivas
aproximaciones a las fuentes nos permitieron observar que la política habitacional
provincial aunque no incorpora el género como categoría explícita, refleja ciertas
construcciones de género y las reproducen en sus discursos y prácticas. Interesaba
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entonces develar cuáles son las construcciones discursivas y mecanismos y cómo se
inscribe su comprensión implícita.
La investigación cualitativa constituyó la estrategia principal en esta búsqueda.
Incorporamos distintos enfoques conceptuales y metodológicos de las ciencias sociales y
la geografía: los análisis sobre pobreza, la política social como campo de problemas.
También la epistemología feminista que cruza ya ciertas orientaciones tales como la
geografía feminista, la antropología feminista y los análisis de género de las políticas
públicas. Recuperamos toda una línea que se refiere al género como construcción
discursiva (desplegada en el orden social, institucional y material), para explorar esta
relación considerando que la exclusión no es solo material sino también subjetiva y
simbólica.
Los objetivos, los enfoques de la investigación y los principales aportes de la tesis se
ubican en tres ejes situados en las intersecciones de las dimensiones y cruces de
categorías: 1) análisis del marco territorial, la situación habitacional y las desigualdades
de género, 2) análisis del marco institucional y las políticas y 3) interpretaciones en torno a
las subjetividades enfocándonos en la construcción del “sujeto normalizado producido”.
Figura 2. Esquema dimensiones de análisis
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ESTRUCTURA DE LA TESIS
La estructura de la tesis también responde a la organización anteriormente explicitada
aunque se desagrega conforme a lo que se quiere comunicar. Se compone de cinco
capítulos, incluyendo uno introductorio y uno final dedicado a las conclusiones; más una
sección de Fuentes y Anexos que presenta además de la bibliografía, elementos (fichas,
gráficos y cuadros) que han servido de referencia a la investigación o que pretenden
ofrecer una lectura más clara de algunas cuestiones.
El capítulo dos expone críticamente los conceptos, las categorías y los enfoques de
distintas ciencias sociales (antropología, historia, geografía) y los específicos de género
que aprovechamos en los capítulos siguientes. Dado que las primeras no se asumen
como definitivas, traemos a colación debates y discusiones a partir del análisis de
diversas fuentes secundarias. Dada la profusa bibliografía que en torno a estas temáticas
se encuentra desarrollada respecto a cada una de las categorías, hemos recortado el
universo, poniendo atención en aquella que repone principalmente las relaciones entre las
mismas y las abordamos desde un punto de vista crítico y en relación a los procesos
estudiados. Respecto a las relaciones de género, pobreza y desarrollo, la feminización de
la pobreza, el análisis de la dimensión de poder; respecto a la relación espacio y género,
la zonificación, la división público-privado, también los debates sobre ciudadanía y
derechos. Recomponemos también los enfoques analíticos sobre políticas sociales,
habitacionales y los específicos de género de las políticas públicas tales como los de
género y desarrollo como puntos de partida del presente trabajo.
El tercer capítulo repone el marco territorial. Aunque inicia con un análisis del contexto
temporal y espacial más amplio, nos situamos respecto a la situación socioeconómica e
institucional posterior a la crisis del año 2001. Retomamos diferentes lecturas respecto a
la mejora de los índices socioeconómicos especialmente a partir del año 2003 y los
derechos ciudadanos4. También los análisis en el campo de la política social sobre las
lógicas intervención social del Estado (asistencialismo, focalización)5.
4 A una “ciudadanía ficticia” en lugar de un marco de derechos en un modelo económico sólido se
refieren Abramovich y Pautassi, 2006 cit. Zibecchi (2008). 5 Andrenacci (2005), Zibecchi (2004), entre otros.
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Observamos que nuevas cuestiones se instalan en la agenda. El género es una de ellas.
Sin embargo, si bien se incorporan nuevos debates y dimensiones de medición, esto no
tiene aún una adecuada correlación con la práctica de las políticas6. A partir de la revisión
y análisis de informes y estudios oficiales7 damos cuenta de que en el ámbito nacional y
provincial, sólo recientes estudios sobre la situación habitacional se sitúan en esta línea.
La misma continúa acotada a las condiciones materiales (infraestructura social básica,
condiciones de vivienda, necesidades básicas insatisfechas-NBI-), la cual resulta una
visión limitada, teniendo en cuenta las características de complejidad y heterogeneidad de
la pobreza, sumada a las condiciones de inseguridad y vulnerabilidad laboral. Cuestiones
que, tal como mostramos en el trabajo, no son iguales para varones y mujeres, y
condicionan en forma desigual el acceso a los recursos y las oportunidades.
Damos cuenta también de cómo el seguimiento de indicadores de género generalmente
se centra en los vinculados a educación, trabajo y participación política8, sin considerar
relaciones entre sí y con otros aspectos. En la línea del seguimiento de indicadores
establecidos internacionalmente, si bien a nivel nacional manifiestan una situación
ventajosa en el ranking de países, respecto a la igualdad y equidad de género; en ámbitos
más desagregados, evidencian una mayor variedad e incluso situaciones adversas.
Nuestra intención en este capítulo es poner de manifiesto dos cuestiones; por un lado,
cuáles son aquellos indicadores que se utilizan, a qué cuestiones se pone atención, lo que
permite una mirada sobre cuáles son las definiciones de las que se parte, para luego
analizar las respuestas institucionales instrumentadas.
6 Documentos y estudios señalan que la perspectiva de género contribuye al diseño de políticas ya
que permite “orientar las medidas a las situaciones de pobreza más graves y a los más vulnerables”. Sin embargo, “esto supone, la mayoría de las veces, la utilización de indicadores que solamente realizan un recuento de varones y mujeres que viven en pobreza independientemente de otros factores y no contribuye a medir lo que se intenta medir” (CEPAL, 2004). 7 Informe sobre ODM Argentina (Giaccometti, 2005), ODM Tucumán (Gobierno de Tucumán, 2006)
y LED (Gobierno de Tucumán, 2009) y los informes de la situación habitacional del país (IAIVA,
2007) y (Schuster, 2007) y para la provincia (IAIVA, 2007)
8 Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) instalarían en las agendas políticas una serie de
objetivos que requieren ser superados para alcanzar un desarrollo sostenible. La igualdad de género y el empoderamiento de la mujer fueron presentados como un objetivo específico. A ellos adhieren el país y la provincia de Tucumán. Informe ODM Tucumán 2006. Objetivos de desarrollo del milenio Web: http://www.tucuman.gov.ar/odm/index.htm . [Consulta 2008UT].
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Reponemos aquí los ejes en torno a los cuales gira la caracterización de la situación y
déficit socio-habitacional que sustentan las respuestas en materia de política habitacional
y las formas de gestión de pobreza y territorio en la última década.
Por otra parte proponemos un análisis de relaciones entre variables que vinculan
indicadores tradicionales de la situación habitacional con aquellos relacionados a las
características de los hogares a partir de tablas de presencia femenina y tablas de
distribución utilizando datos de fuentes secundarias y procesamiento propio. Constatamos
en ese sentido mayores restricciones a la propiedad respecto a la vivienda, así como
mayores restricciones de las mujeres al mercado laboral y a los ingresos (acceso a los
recursos) dada la escasa oferta de servicios y sus mayores responsabilidades en el
hogar, que condicionan su acceso a la ciudad,.
Figura 3. Esquema Indicadores
Uno de los apartados tiene un propósito analítico respecto al ámbito del aglomerado de
Tucumán. Presentamos algunos aspectos relevantes incorporando la espacialización
(mediante la utilización de sistemas de información geográfica) al cruce de variables e
indicadores definidos anteriormente para los niveles nacional y provincial (Censo 2001),
considerando los sectores según la tasa de crecimiento intercensal (1991-2001).
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Figura 4. Cruce indicadores situación habitacional y desigualdades de género
Mayores porcentajes de vivienda deficitaria
2 (>15%) y jefatura de hogar femenina
media y alta (> 25%)
Porcentajes medios de CALMAT (Calidad
materiales) IV (<5%) y jefatura de hogar
femenina media y alta (> 25%)
Fuente: Elaboración propia en base a datos Censo 2001 (INDEC-Base REDATAM)
En el abordaje de la pobreza, reconocemos la relevancia que tienen las relaciones de
poder, especialmente en el interior de las familias y las comunidades. Por ello, analizamos
la distribución de los hogares según sexo del jefe, los tipos de hogar y la
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presencia de menores. Evidenciamos de ese modo características diferenciales de los
sectores de crecimiento intercensal en relación al análisis de las condiciones
habitacionales y considerando indicadores de género propuestos. Esta constituye una
línea abierta de trabajo a profundizar en instancias próximas, dado que su desarrollo
excedía las pretensiones de la tesis.
El tercer capítulo analiza también el marco institucional; los discursos y prácticas de las
políticas, en especial de la política habitacional. Entendemos que las políticas de
intervención sobre los asentamientos adquieren una mayor relevancia en dos sentidos.
Uno se asocia al proceso de configuración del área metropolitana de Tucumán, la
evolución urbana y el crecimiento demográfico de los últimos años y las limitaciones de
las formas tradicionales de expansión del suelo urbanizable. El otro al hecho de que la
población urbana es cada vez más privada o limitada por diversas condiciones para
satisfacer sus más elementales necesidades y derechos, tal como lo evidencia el análisis
de las dinámicas que caracterizan la evolución del aglomerado. La intervención sobre lo
existente y las políticas de “consolidación” implican entonces nuevos interrogantes y
desafíos.
Buscamos entonces discutir y analizar categorías en el discurso y práctica de la política
social y habitacional; “antropologizarlas” desnaturalizarlas, detectar y explicar el sistema
de enunciados (sistemas discursivos), dispositivos y tecnologías de intervención;
descotidianizar las categorías con las que desde el proceso de implementación de los
programas se piensa a los sujetos involucrados.
Analizamos entonces discursos y prácticas de políticas habitacionales y sociales
explícitos e implícitos (formas de gestión pobreza-espacio) para lo cual se propuso una
periodización en torno a una serie de coyunturas y cambios de dependencias y
responsabilidades que dan cuenta de las orientaciones de políticas y programas.
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Figura 5. Esquema Análisis institucional
En un primer apartado, mostramos la posición que asume la política social y habitacional
en relación a algunos lineamientos y discursos, lo que plantea una situación particular
respecto a la consideración de la pobreza y el debate en torno a la ciudadanía y los
derechos; elementos que enmarcan el análisis que proponemos sobre el género. No se
trata de entrar en debate con estos discursos, sino de dar cuenta de la relación de ciertos
elementos discursivos institucionales, a partir de lo presentado ya por otros autores.
En un segundo apartado, reflexionamos sobre las articulaciones y cruces entre las
categorías “género/ mujer/mujeres”, “pobreza”, “espacio/territorio”, explorando el modo de
intervención del Estado, las tomas de posición, tanto explícitas como aquellas que
subyacen.
Aquí la utilidad de la categoría género se rescata en el marco de la exploración de las
distintas dimensiones que hacen a la configuración y puesta en práctica de las políticas,
dimensiones que dan cuenta tanto de las circunstancias históricas, sociales y económicas
que dieron lugar a su surgimiento y expansión, como del proceso político que envuelve su
formulación e implementación.
Para abordar aquellos elementos implícitos, exploramos el contexto institucional.
Teniendo en cuenta los elementos de análisis de las políticas de género (CEPAL, 2004),
nos centramos en la estructura organizativa y trama institucional (secretarías-oficinas-
mesas) y la normativa (discursos, acciones). Sistematizamos organismos específicos
creados en el marco de distintos niveles (objetivos, programas, normativa). Las
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principales fuentes fueron documentos institucionales y operativos, discursos políticos,
discursos mediáticos que dan cuenta de los enfoques vinculados a la gestión de la
pobreza y el territorio y aquellos de género. Nos referimos también a algunos avances en
materia legislativa nacional sobre los derechos de las mujeres (respecto a la participación
de la mujer en el ámbito político, trabajo, adopción de decisiones en relación a las
acciones en el ámbito provincial), para luego dar cuenta del derecho a la vivienda y
posteriormente el análisis de los programas sociales y habitacionales implementados.
Cabe señalar que la evolución en las prácticas institucionales de América Latina
vinculadas con el tema de género muestra una tendencia internacional hacia la ejecución
de políticas de igualdad a través de la institucionalización y transversalización de una
estrategia de género. En la Argentina de los ochenta, a raíz de la crisis económica y las
políticas de ajuste estructural que producía un impacto en la situación de las mujeres, se
avanzaba en un proceso de democratización y en la búsqueda por instalar una agenda
feminista en las políticas públicas. La misma se hacía efectiva durante la década del
noventa coincidiendo con la ampliación de los espacios de la acción de las mujeres, la
consolidación de los mecanismos gubernamentales y la incorporación de las mismas en
espacios del Estado y recibía nuevos impulsos luego de la crisis de 2001.
Sin embargo, el análisis del marco tucumano manifiesta una “debilidad institucional” en
cuanto a la incorporación de esta perspectiva”. Restan aún definir lineamientos para
evidenciar las desigualdades y la subordinación de las mujeres para tender a su
eliminación y que permitan acciones de manera coordinada y articulada en los distintos
niveles. Si bien en consonancia con el nivel internacional y nacional9 existen estructuras
creadas para promover la “igualdad de género” y la “autonomía de la mujer”, en la
provincia no revisten jerarquía institucional, no siempre cuentan con recursos apropiados
y dependen casi exclusivamente de áreas responsables de políticas sociales.
En un tercer apartado abordamos específicamente los programas implementados, dado
que los contenidos de una política se encuentran generalmente explícitos en los mismos.
9 Entre los mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer, se plantea la continuidad
institucional del Consejo Nacional de la Mujer, creado por decreto del Poder Ejecutivo Nacional del año 1992, como el organismo responsable en la administración central de “monitorear la aplicación de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
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A la luz de los enfoques de género y desarrollo damos cuenta de los elementos
explicitados en programas focalizados de “combate contra la pobreza” implementados en
la provincia. Se evidencia que el marco institucional lejos de incorporar nuevos enfoques
vinculados al empoderamiento y los derechos de las mujeres, acentúa la tradicional
división de roles10. Ellos son; el enfoque asistencial, en tanto se destinan a las mujeres en
su condición de madre, vulnerable o población de riesgo; de equidad y antipobreza en
tanto a pesar de su incorporación laboral enfatizan sus tareas y rol reproductivo y de
intermediarias del bienestar familiar aún en los programas de transferencia de ingresos. El
de eficiencia tiende a modificar las condiciones de las mujeres pero no su situación de
posición social, resalta el rol de gestora comunitaria. Mientras emerge el incipiente
enfoque género en desarrollo, no tanto desde lo institucional como desde la base de los
movimientos sociales.
Figura 6. Esquema Análisis institucional
10
Ello en consonancia con lo señalado en otros estudios (Levin, et.al, 2007). Según estas autoras
las tendencias son proclives a la preservación y afianzamiento del perfil familiar/maternal
doméstico de la mujer, en desmedro de producir equilibrios en las relaciones de género y otorgarle
autonomía como sujeto público independiente de los roles familiares.
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El capítulo cuatro profundiza en el proceso de implementación del Programa
Mejoramiento de Barrios. Los objetivos de esta parte se orientaron a identificar las
categorías y sistemas de enunciados en torno a la gestión de la pobreza y el territorio de
actual aplicación en barrios específicos del aglomerado.
Nos centramos en el enfoque conocido como “sistematización de la práctica”. Describimos
con ajuste a ciertos criterios organizativos una experiencia que reviste ciertas
particularidades para el tema. Organizamos la exposición en base a las categorías
teóricas relevantes, empero presentamos elementos que caracterizan la situación y la
experiencia, lo que implicó completar la descripción de la situación inicial y el contexto
institucional en el que se desarrolla. Damos cuenta entonces de los fundamentos teóricos
que la sustentan, las estrategias adoptadas para su implementación y la secuencia de las
principales acciones que supuso en el tiempo. El enfoque de esta parte del trabajo supone
entonces un análisis etnográfico y localmente situado con diferentes estrategias para
acceder a la información11.
Analizamos los principales elementos (explícitos e implícitos) del programa, considerando
que su implementación no sólo depende de lo establecido en los lineamientos del mismo,
sino que está asociada a las orientaciones de las políticas y programas del contexto
institucional y territorial en el que se enmarca. Por ello contrastamos sus fundamentos e
identificamos los "sistemas discursivos” asociados a la dinámica institucional, socio-
histórica en la que se insertan los distintos actores que participan. Enfatizamos en tres
sistemas discursivos de los programas de atención a la pobreza centrados en el hábitat y
su relación con la reproducción de desigualdades sociales, territoriales y de género:
focalización, satisfacción de mínimos y el énfasis en la autogestión y en el capital social.
11
La elección de los barrios de análisis Barrio Alberdi Norte, Juan Pablo II y San Roque Oeste responde por un lado a la caracterización a partir del cruce de indicadores del sector noroeste de la ciudad capital que implica ciertos desafíos para las políticas de hábitat. Por otra parte, a la factibilidad de participación en diferentes instancias de la implementación del programa de mejoramiento de barrios en este sector, uno de los más importantes de la provincia por el número de habitantes y la extensión territorial, así como por la inversión comprometida, que supuso por otra parte una serie de tensiones y conflictos.
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Figura 7. Esquema Análisis programa
Proponemos para ello tres dimensiones de análisis del programa en cuestión. La primera
vinculada a la formulación. En ella se analiza la focalización como criterio basado en el
lenguaje de las necesidades básicas insatisfechas (NBI). Este mecanismo no reconoce la
heterogeneidad de la pobreza, invisibiliza las desigualdades hacia el interior de los
hogares y contribuye a la limitación de estos programas en su efectividad en la reducción
de la pobreza.
Otorgando valor analítico a las diferencias de género para acercarnos a la complejidad de
la pobreza, abordamos las condiciones de vulnerabilidad de la jefatura de hogar,
considerando las diferencias de acceso a los recursos (trabajo, educación e ingresos).
Este apartado muestra el análisis e interpretación a partir de indicadores del programa y la
situación inicial; una propuesta de indicadores de género y su espacialización poniendo
énfasis no solo en las diferencias cuantitativas sino aquellas cualitativas y referidas a las
posibles causas de privación. Se evidencia que, aunque aumenta la titularidad femenina,
sus condiciones son menos favorables en cuanto al acceso al empleo y los ingresos. Por
otra parte, programas institucionales acentúan su condición de población no empleable.
La mayoría de hogares monoparentales femeninos así como la alta tasa de dependientes
condiciona también sus posibilidades de acceso a los servicios y a la ciudad.
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Figura 8. Indicadores de análisis del programa
En la segunda dimensión, analizamos el proceso de participación y organización
impulsado por el programa, las relaciones de poder y los grupos de actores implicados.
Ponemos de manifiesto cómo el énfasis en la autogestión y en las estrategias basadas en
la solidaridad fuera del mercado acentúan los roles de género tradicionales (reproductivo
asignado por lo general a las mujeres y productivo a los varones) y “naturalizan” el rol
comunitario asociado a las primeras.
En este apartado relatamos el desarrollo general del proceso de implementación del
programa. Nos referimos a las reuniones, los temas, las estrategias institucionales, las
acciones de la comunidad, los actores en las diferentes instancias, los distintos puntos de
vista. También al sentido que los actores (institucionales, políticos, equipo técnico,
población) otorgan a distintas categorías. Para ello, si bien consideramos las
percepciones de la población, el objetivo no es contrastar la letra con la aplicación, ni la
incidencia del programa en los beneficiarios, sino identificar los distintos mecanismos
(discursos y prácticas) del programa y en el marco institucional en el que se inserta, que
contribuyen a la construcción de subjetividades generizadas (Bonder, 1998).
Ponemos hincapié en las diferencias en la asociatividad de varones y mujeres y las
jerarquías, analizando la participación y la formación de capital social como uno de los
fundamentos del programa. Encontramos diferencias también en el funcionamiento de
organizaciones sociales existentes. También nos referimos a los distintos grupos de
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actores que cobran importancia, las estrategias adoptadas y los conflictos.
Problematizamos el empoderamiento como concepto que va más allá de la participación,
dado que implica propiciar cambios no sólo en las condiciones de vida, sino en la posición
social.
Figura 9. Análisis proceso de participación
La tercera dimensión presta atención al proyecto de intervención del programa en sus
manifestaciones espaciales y territoriales, a partir del análisis de sus elementos materiales
y simbólicos. Este implica, en el marco de un proyecto urbano integral, el reordenamiento
de la trama, el completamiento de servicios y equipamiento comunitario. Damos cuenta
sin embargo de cómo se limitan al orden existencial, sin atender el orden simbólico.
Presentamos las tensiones entre necesidades prácticas y estratégicas; las primeras
asociadas a las condiciones de vulnerabilidad de las mujeres en relación a las familias; las
segundas asociadas a los derechos. El énfasis en la regularización de la tierra -como
parte de la lógica de formalización de “lo informal”-, el saneamiento y la provisión de
infraestructura atienden sólo las necesidades prácticas.
Respecto al análisis de género, mostramos también cómo enfatiza la división dicotómica
del espacio público-privado. La organización del entorno está centrada en la separación
del espacio de residencia del espacio de circulación. Implica por otra parte una
concepción de vida de las personas que responde a la tradicional división sexual del
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trabajo y dicotomiza el espacio en espacios productivos y reproductivos, del trabajo y la
familia, históricamente adjudicados a lo masculino y lo femenino respectivamente. A ello
se yuxtaponen visiones esencialistas que colocan en situación de inferioridad a las
mujeres, ligando su potencial a la atribución de las tareas reproductivas así como a
estereotipos que la diluyen como sujeto social en el concepto de familia. Ello puede
observarse en el análisis de los aspectos materiales así como en las referencias y
nombres que adquieren los espacios. Si bien la vivienda no ha sido un eje principal de
indagación traemos en este apartado algunos elementos respecto al diseño de las
viviendas en cuanto a criterios de resolución proyectual en relación a los antecedentes
sobre el tema.
Ponemos en discusión la incidencia del programa en los espacios para la actividad
productiva así como en los equipamientos para la conciliación familiar-laboral,
generalmente asociadas a actividades tradicionalmente femeninas como las del cuidado,
pero también las referidas al tiempo de ocio y recreación.
El quinto capítulo se refiere a las conclusiones. Identificamos las categorías con las que
las políticas se refieren a los sujetos. Cómo se definen y utilizan estas “subjetividades
generizadas”/ “identidades de género”. Analizamos entonces las relaciones entre las
políticas y la construcción de subjetividades, las relaciones de poder, considerando las
tensiones entre poder-resistencia.
Respecto a las políticas habitacionales (en el marco de las políticas sociales
implementadas) observamos cómo la categoría población-objetivo acuñada por los
programas implementados y organismos internacionales, entraña una construcción que
desconoce (o niega) el estatus de “sujetos y agentes sociales” en especial de las mujeres.
La intervención social mediante programas focalizados genera una retroalimentación
perversa entre las dinámicas más estructurales de la relegación y las dinámicas
esencialmente políticas y sociales de estos barrios “bajo planes”. Se acentúan identidades
negativas, los criterios de focalización de los programas sociales instalan una dialéctica
regresiva con sus objetivos “focalizados”, consolidando el repliegue y aislamiento de los
sujetos y de los territorios e inyectando recursos a los espacios barriales a condición de
que éstos siguieran exhibiendo sus carencias, por ejemplo altos niveles de NBI.
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Respecto a la construcción como ciudadanos se pasa de la “desciudadanización” y
“exclusión” de las que dan cuenta el análisis de las políticas de la década del noventa
(Svampa, 2000) a una “ciudadanía ficticia” (Pautassi, 2009) y una “inclusión funcional”
(Márquez, 2003).
Por otra parte, las orientaciones de las políticas públicas tienden a acentuar identidades
de género tradicionales y formas tradicionales de organización familiar proclives a la
preservación y afianzamiento del perfil familiar, maternal, reproductivo de la mujer y
gestora de la cotidianeidad; en desmedro de producir equilibrios en las relaciones de
género y otorgarle autonomía como sujeto independiente de los roles familiares. Si bien
“beneficiarios” se utiliza de forma genérica en la mayoría de los programas, implica la
condición de “beneficiarias” definidas en su condición de “asistida”, “tutelada”,
“vulnerable”, “no empleable” mayormente en el caso de las mujeres.
Hemos visto como estas cuestiones se invisibilizan en los relevamientos y análisis de los
programas habitacionales, a pesar de reconocerse la creciente importancia de la vivienda
y en particular su enclave urbano, en tanto “capital locacional” o lugar en la economía
urbana, que tiene para los sectores de menos ingresos (Wagner, 2008). Temas que cobra
relevancia ante el “fin del trabajo formal” y sus seguridades asociadas e implica llevar más
allá del debate sobre el trabajo, hacia su resolución espacial.
La incorporación de la participación mayoritaria y voluntaria de las mujeres se asume
como natural, de carácter instrumental y de “eficiencia” hacia el éxito y sustentabilidad de
los programas. Por otra parte si bien se asume un importante rol de las mujeres respecto
a las trasformaciones, como agentes, como reestructuradoras del espacio donde viven, no
siempre son asumidas como sujetos de cambio.
Respecto a la intervención en el espacio como forma de poder, se acentúa la
fragmentación del espacio urbano, con espacios de diferenciación social y distancia social
y a la vez que se propicia un “mundo de pobres”. Se observa también una jerarquización
de los espacios asociada a los sistemas de género.
La integración funcional supone intercambios cuya finalidad corresponde al logro de la
superación de la pobreza a través el traspaso y obtención de bienes y servicios que
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mejoran el nivel de vida pero restan al logro de la construcción de sentidos que faciliten la
superación de la categoría de “asistido” (Márquez, 2003, p.10) a la cual se suman las
asimetrías en el acceso a la vivienda y la ciudad.
PRINCIPALES APORTES Y PROYECCIONES
Los aportes se refieren a los tres ejes inicialmente enunciados. En cuanto al primero,
referido al análisis de la situación habitacional en relación a las desigualdades de género,
giran en torno a dos cuestiones: a) manejo de la información e instrumentos; b)
interpretación de datos y observaciones. Evidenciamos cómo en la provincia de Tucumán
la cuestión habitacional continúa acotada a las condiciones materiales (infraestructura
social básica, condiciones de vivienda, necesidades básicas insatisfechas). Proponemos
indicadores, cruces y relaciones de variables que conjugan acercamientos a las
condiciones habitacionales: calidad de la vivienda con la titularidad – acceso a la vivienda-
; las características de los hogares: condiciones de la jefatura de hogar según sexo, tipos
de familia y dependientes – acceso a los recursos -. Discutimos el concepto de
vulnerabilidad como un concepto útil a los efectos de prestar atención no solamente al
problema de los recursos materiales sino de los no materiales y relacionado con el acceso
a los derechos. Damos cuenta de desventajas y riesgos incrementados en el caso de las
mujeres de grupos sociales con menor poder social, en cuanto al acceso a la propiedad,
mercado laboral e ingresos; que condicionan su acceso a la ciudad, en tanto persisten
mayores responsabilidades en el hogar.
Constituye un aporte para el campo de la política habitacional y académico, la
incorporación del análisis territorial de la geografía que pone énfasis en la espacialización
de los procesos sociales, al que sumamos el análisis de las diferencias de género no solo
como aspecto cuantitativo sino como revelador de las persistentes asimetrías de poder
que pueden evidenciarse en el territorio.
En el segundo eje referido al análisis de las políticas, recuperamos los antecedentes que
interpelan los discursos y mecanismos del desarrollo social como forma predominante de
intervención social y nos interrogamos sobre su relación con las configuraciones de
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género. Exponemos cómo en las instituciones de la provincia la política habitacional
implica en general intervenciones sobre la infraestructura básica.
Por otra parte, evidenciamos una débil institucionalidad de la perspectiva de género.
Explicitamos discursos, mecanismos y tecnologías de las mismas en torno a las
categorías de análisis y las referidas a la definición de los sujetos. En este sentido
presentamos elementos que invitan a discutir y replantear los avances en relación a la
equidad de género planteado en los discursos y lineamientos institucionales.
Proponemos la discusión de tres mecanismos y sistemas discursivos de programas
habitacionales de actual aplicación (focalización, satisfacción de mínimos, capital social)
desde una perspectiva de género, dando cuenta de cómo refuerzan, a contrapelo de los
profundos cambios intrafamiliares, las definiciones de las mujeres en relación a su rol
reproductivo y comunitario.
En particular la tesis avanza identificando en la implementación de un programa;
mecanismos, dispositivos y sistemas discursivos en relación a tres dimensiones,
formulación, proceso y proyecto de intervención con acercamientos cualitativos y
cuantitativos a los cruces entre espacio, género y pobreza.
El tercer eje propone elementos para la interpretación de las subjetividades en torno a las
intervenciones en el espacio como formas de poder asociadas a las desigualdades
sociales y de género. Ponemos énfasis en las lecturas del poder y la dominación, que
emergen del análisis de los programas y procesos. Nos enfocamos en la construcción del
“sujeto normalizado producido”, asumiendo el género como construcción discursiva y de
poder desplegada en el orden social, institucional y material, discursos y prácticas
políticas. Si bien aparecen las tensiones, dejamos abiertos los interrogantes respecto al
“sujeto productor de si mismo”, relacionada a cómo los sujetos median, resisten, retan o
transforman los discursos en el proceso de construcción de subjetividades.
Este trabajo invita a problematizar las relaciones de poder en el marco de la red de
relaciones en las que se insertan programas y políticas, en tanto pueden contribuir a
propiciar u obstaculizar la igualdad de oportunidades en el acceso a los derechos y la
ciudadanía.
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Las proyecciones del trabajo se relacionan con avances en el análisis y propuestas desde
lo instrumental y metodológico que permitan indagar y caracterizar el territorio de San
Miguel de Tucumán; sus dimensiones socio-económicas, poniendo atención en la relación
género, pobreza y territorio; la división sexual y espacial del trabajo y las respuestas
posibles de la gestión del hábitat12. Esto se relaciona con el objetivo de contribuir al
diseño de instrumentos y herramientas para la formulación y seguimiento de políticas
habitacionales y urbanas que incorporen la perspectiva de género y permitan diagnósticos
fehacientes de la situación para la formulación de políticas más equitativas, permitiendo a
la vez comparar y evaluar respecto a otras realidades.
Por otra parte asumimos que más y mejores herramientas son posibles respecto al
análisis del discurso. No descalificamos las opciones metodológicas seleccionadas, ya
que el cruce conceptual y metodológico es uno de los principales aportes. Las relaciones
que plantea la tesis entre las distintas dimensiones y categorías de análisis y los
acercamientos metodológicos y enfoques que se propone para ello permiten acercarse a
dimensiones no tradicionalmente abordadas. La riqueza de los aportes señalados en cada
uno de los ejes ofrece una apertura de cruces temáticos que bien podrían dar lugar a
nuevas líneas de investigación.
Por último, otra línea se vincula a la proyección “práctica” de la temática ¿Cómo pueden
traducirse estas cuestiones en pautas específicas respecto a las políticas habitacionales?
¿Cómo atender las necesidades estratégicas en contextos de urgencia como los
nuestros? ¿Quiénes son los actores que deberían emprenderlas? ¿Cómo incluir a los
distintos tipos de instituciones vinculadas hacia la incorporación y operacionalización de la
incorporación de esta perspectiva en las instituciones que tienen a su cargo la formulación
e implementación de políticas urbano habitacionales? En esta línea nos hemos acercado
12
Beca PostDoctoral CONICET 2010-2012 Directora: Prof. Ana Falú- Codirectora: Dra. Hilda
Beatriz Garrido. Tema: Herramientas para el análisis y gestión de políticas habitacionales y
urbanas en San Miguel de Tucumán. Indicadores de género y pobreza y utilidades de los sistemas
de información geográfica. Lugar de trabajo: Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales.
Cátedra de Urbanismo I- IPDU- FAU-UNT.
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con las actividades del proyecto de extensión IGEUS (2008-2009)13. Constituyen parte de
nuestros propósitos consolidar el espacio de trabajo e investigación que hemos iniciado
en relación a los temas de género y urbanismo, vacante en la Facultad de Arquitectura y
Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán, considerando que estos temas
adquieren relevancia y requieren ser problematizados no sólo en el ámbito de las políticas
públicas sino en el ámbito de la formación de quienes intervienen en el territorio.
13 Incorporación de la perspectiva de Género en Estrategias Urbanas Sustentables -IGEUS-
(Proyecto Nº 04-01064- Res. SPU 575/07). Secretaría de Políticas Universitarias (Res.180/07
SPU/PPUA). Convocatoria: “Un puente entre la Universidad y la Sociedad”. Producciones y
publicaciones en curso.