ALEBRIJES Y CENTAUROS, PARA COMPRENDER LA DINÁMICA
ORGANIZATIVA DE LOS MOVIMIENTOS EN RED DE MÉXICO.
Dra. Giovanna Mazzotti Pabello1
Mtra. Karime León Sánchez2
RESUMEN
En este trabajo exploraremos las nuevas formas de organización social de los
movimientos en Red que, ante la crisis de confianza hacia las instituciones, están
generando alternativas en la construcción de espacios de autonomía y
autogestión; y que gracias a su capacidad para difundir información sobre sus
acciones y comunicarse, producen encuentros entre distintas organizaciones y
movimientos, los cuales derivan en articulaciones políticas de nuevo cuño.
Se plantea, así, una reflexión teórica decolonial que permita generar categorías
analíticas híbridas –alebrijes y centauros- para acercarnos a la comprensión de las
formas organizativas de los movimientos sociales anarquistas en México.
Palabras claves: movimientos sociales en red, formas organizativas, asamblea,
decolonialidad, autonomía.
ABSTRACT
In this paper we explore new forms of social organization in Network Movements,
which, given the lack of trust in institutions, are generating alternatives in the
construction of spaces of autonomy and self-management; and due to its ability to
communicate and disseminate information about their actions, they produce
1 Nivel 1 SNI Investigadora-Profesora en el Doctorado en Ciencias Administrativas y gestión para el Desarrollo, y en la Facultad antropología Universidad Veracruzana. Domicilio Circuito Gonzalo Aguirre Beltrán s/n, Zona universitaria, C.P. 91 090, Xalapa-Enriquez, Veracruz, México [email protected] Estudiante del Doctorado en Ciencias Administrativas y Gestión para el Desarrollo de la Universidad Veracruzana. [email protected]
encounters between different organizations and movements which result in new-
style political articulations.
To approach the understanding of the organizational forms of anarchists social
movements in Mexico, a decolonial theoretical reflection arises in order to generate
hybrid analytical categories -centaurs and alebrijes-.
Key words: social networked movements, organizational forms, assembly,
decoloniality, autonomy.
INTRODUCCIÓN
Desde el movimiento M153 a la fecha asistimos al surgimiento de un nuevo tipo de
manifestaciones sociales que dan lugar a un movimiento con tinte global
caracterizado por formas inéditas de organización profundamente marcadas por
su capacidad para intervenir en el espacio público y transformar el escenario
político y social mediante el intercambio y la reinterpretación de la información que
circula en las redes sociales. Sin duda, las redes sociales y el internet han jugado
un papel central al funcionar como medio alterno por el cual circula de manera
inmediata información directa con testimonios de primera mano que no sólo
contrarrestan los efectos de la información concebida y transmitida por medios
oficiales sino que además, independientemente de los resultados concretos
logrados por los movimientos en sus distintos contextos, ha provocado una gran
transformación en la forma de concebir la estructuración del mundo global, en
términos financieros, políticos, económicos y sociales que cimienta las bases de
un cambio en la política del conocimiento.
Todos estos movimientos han puesto sobre la mesa una sola cuestión: la
falta de capacidad de las instituciones actuales para cumplir las expectativas de la
población, que fueron creadas por las promesas del sistema, cuyo cumplimiento le 3 El 15M es un movimiento apartidista y asindicalista que se organiza en torno a asambleas descentralizadas por los barrios de las ciudades de toda España. El 20 de Mayo de 2011, la asamblea M15 de la Puerta del Sol, en Madrid, elaboró un texto programático en un ejercicio de consenso entre todos los indignados allí reunidos. http://www.movimiento15m.org/
da sustento y justificación: seguridad, movilidad social, democracia, desarrollo,
empleo y educación. Lo cual, a decir de Boaventura Dos Santos4, provoca una
gran crisis de legitimidad y de gobernabilidad debido a la falta de confianza, por
parte de la población, en todas las instituciones.
Es un hecho que estos movimientos se han ido estructurando en base a
formas organizativas cuya potencia radica en la capacidad para generar acciones,
y difundir información acerca de ellas, lo cual, independientemente de la
capacidad que han tenido para intervenir en aquellos espacios sociales que fueron
dejados a un lado por las instituciones, les ha garantizado su permanencia en la
esfera política y convirtiéndose en instancias organizadas generadoras de
confianza y de formas de cooperación para la acción colectiva que van abriendo
un espacio de autogestión y autonomía.
En este trabajo nos referiremos, específicamente, a la asamblea como
núcleo y estructura de la forma organizativa de los movimientos sociales en Red
que se despliega como tal, de manera formal e informal articulando las acciones y
las decisiones, una vez que el movimiento deja de ser virtual, y se convierte en
político al ocupar el espacio público.
Analizaremos el caso de México, donde la crisis de las instituciones, que se
manifiestan en el mundo de formas distintas, adquiere grandes dimensiones,
según el informe de Indicadores de Gobernabilidad Sostenible (Sustainable
Governance Indicators)5, realizado en 2014 entre los 34 países que conforman la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): “México
continúa siendo uno de los países más violentos del mundo, donde no están
garantizadas las condiciones para una vida”6 lo cual ocurre en el marco de la total
ausencia de un pacto social, moral, político y económico y la falta de confianza en
las instituciones y en las organizaciones formalizadas de la sociedad civil.
A este respecto, - de acuerdo con la idea de la economía del desastre y la
doctrina del shock desarrollada por Naomi Klein (2014:118) 7,: “[…] particularmente
4 Boaventura de Sousa Santos, Epistemología del sur, México, Siglo XXI editores, 2009.5 Véase: http://www.cepal.org/deype/publicaciones/xml/4/34394/LCL2771e.pdf6 Véase: http://www.sgi-network.org/2014/7 Naomi Klein, La doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre. México, Ediciones culturales Paidos, 2014., p. 118.
en países en los que la clase dirigente ha perdido su credibilidad ante el público,
[donde] sólo un shock político enorme y decidido puede lograr <<enseñar>> al
público esta dura lección”.
En ese estado de shock8, el papel de los movimientos sociales en Red es
fundamental ya que han sido capaces de llevar a cabo acciones de alto impacto y
ocupar el espacio público, al mismo tiempo que difundir información sobre las
mismas creando así un nuevo horizonte de significaciones sociales que no sólo
minan la legitimidad del orden instituido sino que muestran vías alternas de acción
viables y legitimas.
No obstante, dichas formas de organización, que resultan altamente
innovadoras, no han sido suficientemente estudiadas, debido en gran parte a que
los conceptos y las teorías que se han utilizado para buscar comprender tanto los
procesos sociales y políticos, como las formas de organización tradicionales en
una sociedad, presuponen una lógica racional que no es suficiente para acercarse
a la comprensión de las formas de organización que están surgiendo en las
situaciones particulares de quiebre del modelo de organización social y económica
actual, ni sirven para evaluar la relevancia de su existencia.
Afirmamos que la comprensión de dichos fenómenos obliga al
replanteamiento de los paradigmas con los cuales se ha pretendido analizar,
clasificar y designar lo que hasta ahora ha sido entendido como lo político-social 9
y a transformar el régimen de verdad impuesto por la modernidad que, a través de
su oculto impulso colonial, ha invisibilizado las formas de organización sociales y
políticas que se han desarrollado al margen de los esquemas teóricos modernos
de las ciencias sociales. Es por ello que las formas organizativas de los
movimientos sociales sólo pueden ser comprendidas si se pone en cuestión los
conceptos y las teorías de las ciencias políticas y sociales tradicionales, ya que la
construcción de dichas iniciativas y formas de organización implica la generación
de un nuevo tipo de conocimiento que exige un cambio en las fronteras
8 Entendido ese estado de shock como: “un momento en el que se produce una pausa entre acontecimientos que se están sucediendo a gran velocidad y la información existente a cerca de ellos”. Véase: Naomi Klein, La doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre. México, Ediciones culturales Paidos, 2014., p. 595.9 Cornelius Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad. México, Tusquets editores, 2013.
conceptuales y los límites impuestos por las disciplinas y los campos de
conocimiento de las ciencias sociales tradicionales.
Avanzaremos en esta dirección, recuperando la propuesta crítica del punto
de vista decolonial a fin de mostrar los límites impuestos por la teoría de la
organización generada en el contexto de la modernidad organizacional, así como
para visualizar la necesidad de incorporar, a la reflexión de las nuevas formas
organizativas de los movimientos sociales en México, categorías analíticas
desarrolladas en contextos particulares y desde otros horizontes disciplinarios.
I.- Organizaciones y modernidad colonial
"...no necesito adherirme a ningún patrón dominante, puesto que no aspiro ocupar puestos brillantes y famosos. En cambio, cuando llegue el tiempo, quiero hablar
con toda la franqueza de que sea capaz. Ciencia, arte y filosofía crecen ahora tan juntos dentro de mí, que en todo caso pariré centauros".
Friedrich Nietzsche, carta a Rohde, 1870
Es necesario revisar la pertinencia de los conceptos y las teorías utilizadas
tradicionalmente para el análisis y la descripción de las organizaciones, los
movimientos sociales y la política, ya que, como señala De Sousa Santos10, los
problemas teóricos a los que se enfrentan las ciencias sociales derivan del hecho
de que las teorías, los conceptos y las categorías fueron elaborados y
desarrollados entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX en cuatro o
cinco países: Francia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos e Italia; y al hecho de
que dichas teorías, por obra y gracia del colonialismo epistémico, se convirtieron
en referencia de verdad o medida de legitimidad para valorar o invalidar procesos
sociales, organizativos, económicos y políticos ocurridos en momentos otros y en
otras partes del mundo. Estos hechos, apunta Boaventura, han provocado una
ceguera epistemológica que aleja a la academia de los procesos sociales y de la
comprensión de los fenómenos organizacionales.
10 Boaventura de Sousa Santos, Epistemología del sur; México, Siglo XXI editores, 2009.
La aproximación a las formas organizativas que nos planteamos presentar
vuelve imprescindible iniciar la reflexión desde la perspectiva de la decolonialidad
que introduce la idea de que toda obra producida en el marco discursivo de la
modernidad (incluida ella misma) debe comprenderse en el marco de la
colonialidad como aspecto constitutivo de la misma. Dicho en otras palabras, el
proyecto de la modernidad debe entenderse junto con la colonialidad que produce,
presupone, oculta y le subyace.
La clave del argumento, afirma Mignolo11 es el reconocimiento de que toda
enunciación tiene una localización geohistórica y biográfica que en el caso de la
cultura moderna/occidental se oculta en la matriz colonial de poder, afirmándose
como Universal. En efecto, en la medida en que la cultura occidental ha pretendido
ser identificada con atributos de universalidad, que implican la existencia de
valores transculturales, su imposición ha supuesto la enajenación de muchos
pueblos en “formas de vida no elegidas”12. En respuesta a esta situación:
Lugares de no-pensamiento hoy se están despertando del largo proceso de occidentalización (lugares de mitos, de religiones no occidentales, de folclore, de subdesarrollo). […] En juego está el tema del racismo y la epistemología. […] La opción decolonial tiene un aspecto en común con el argumento desoccidentalizante: el rechazo definitivo a que “nos digan”, desde los privilegios epistémicos del punto cero, lo que “somos”, y cuál es nuestra categoría en relación al ideal de la humanitas y lo que tenemos que hacer para ser reconocidos en ella13.
Esto, en el caso de la Teoría Organizacional implica poner en
cuestionamiento prácticamente todas las afirmaciones que dan origen y sustento
al supuesto saber que se ha construido alrededor de las organizaciones ya que,
en primer lugar, toda referencia al modelo de producción remite a la forma de
producción fabril en la tríada Taylor-Mayo-Fayol, y toda noción de modernidad y
organización está basada en el enfoque weberiano que se relaciona directamente
11 Walter Mignolo, “Desobediencia Epistémica (II), Pensamiento Independiente Libertad De-Colonial”, Traductor: Iván Jacobo Herrera (Cideci-Unitierra Chiapas). Los Ángeles, London, New Delhi, and Singapur, SAGE, 2009, Vol. 26(7–8).12 Luis Villoro, Estado plural, pluralidad de culturas. México, Editorial Paidós, Universidad Nacional Autónoma de México, 1999, pp. 113.13 Walter Mignolo, “Desobediencia Epistémica (II), Pensamiento Independiente Libertad De-Colonial”. Traductor: Iván Jacobo Herrera (Cideci-Unitierra Chiapas). Los Angeles, London, New Delhi, and Singapore, SAGE, 2009 Vol. 26(7–8), pp.10.
con el concepto de racionalidad y en formas singularísimas de “estricta
organización burocrática”14. De este modo: “las características de la burocracia, a
saber: la especialización, la jerarquía, las reglas formales, etc., son convertidas en
<<leyes generales>> que orientan el diseño organizacional eficiente”15.
De ahí que los trabajos realizados y la consecuente producción en el campo
de los estudios organizacionales en América Latina, al ser desarrollada dentro de
los márgenes teóricos y el campo discursivo de la modernidad y las
organizaciones, sin reconocer el carácter colonial del mismo, ha sido incapaz,
hasta ahora, de establecer sus propios intereses, definir sus problemas y generar
sus perspectivas. La evidente ausencia de teorías organizacionales producidas
desde un horizonte no sajón ni francófono, es decir, desde un lugar de enunciación
geohistórico latinoamericano es prueba de ello.
En consecuencia, el pensar organizacional al estar sujeto por el discurso de
la modernidad, está sometido a la colonialidad epistemológica en dos aspectos:
por el lugar de la enunciación geohistórico (Estados Unidos y algunos países de
Europa) y por los objetos a partir de los cuales dicha enunciación se articula
(empresas o instituciones). Estos dos aspectos constituirían “el norte
epistemológico”. Toda otra producción teórica desarrollada en torno a la reflexión y
el estudio de organizaciones otras es marginal y permanece referida a otras áreas
de conocimiento tales como la antropología y la sociología, que, por su parte, no
han desarrollado estudios sobre los aspectos propiamente organizacionales. El
enorme vacío reclama ser atendido. Dice Gustavo Esteva16:
[…] es preciso como tarea previa a todo empeño transformador limpiar nuestra mirada: está contaminada por muchos años de tradición teórica y práctica política que nos han educado en una visión desde arriba (como si estuviéramos ahí) y en la propensión a dar por sentado que son reales meras entidades abstractas (como el propio Estado) atribuyéndoles una concretud tan fuera de lugar, que se convierte en superstición.
14 Weber (1984, p. 47) citado en: Iván Valenzuela Espinosa. “Modernidad, teoría social y organización: reflexiones sobre antiguos desencuentros y nuevos encuentros”. Chile, Revista de Ciencias Sociales (Cl) Universidad Arturo Prat, núm. 12, 2002.15Donaldson (1985, p. 364) citado en: Iván Valenzuela Espinosa. “Modernidad, teoría social y organización: reflexiones sobre antiguos desencuentros y nuevos encuentros”. Chile, Revista de Ciencias Sociales (Cl) Universidad Arturo Prat, núm. 12, 2002.16 Gustavo Esteva. “Nuevas formas de revolución. Notas para aprender de las luchas del EZTN y de la APPO”. Editorial UNITIERRA, Ediciones el rebozo, pp. 29.
Esto conlleva a: “Imaginar alternativas de cambios de rumbo, otras formas
de representar y diseñar nuestras múltiples realidades sin reducirlas a un patrón
único ni a un modelo cultural hegemónico”17. Tal es el caso de las movimientos
sociales en red, que emergen como iniciativas antihegemónicas o de contrapoder
con formas organizativas asamblearias, merecedoras de análisis.
II.- La emergencia de iniciativas sociales innovadoras en red
En las ideas decoloniales de De Sousa Santos18 se ha destacado la incapacidad
de pensar más allá de dar soluciones modernas a los problemas modernos. El
autor plantea que estamos trascendiendo el paradigma de la modernidad en dos
sentidos: epistemológicamente y socio-políticamente. La vertiente epistemológica
implica una disminución del dominio de la ciencia moderna y la apertura a una
pluralidad de formas de conocimiento. Desde la vertiente social: “la transición es
entre el capitalismo global y las formas emergentes de las cuales apreciamos
algunos hitos en los movimientos sociales actuales y en eventos tales como el
Foro Social Mundial.”19.
En este sentido, hay que buscar comprender, desde una perspectiva
organizativa, a los movimientos sociales en Red como formas emergentes que,
según Castells20, son la expresión del contrapoder que crece a la par de las
relaciones de poder inscritas y promovidas desde las instituciones del Estado, y
que se basan más que en la capacidad coactiva, en la capacidad para agrupar en
su seno el conjunto de significados sobre los cuales se afirma la estabilidad de
dichas instituciones.
17 Arturo Escobar, La intervención del tercer mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo, Colombia, Grupo Editorial Norma, 1996, pp.14.18 Boaventura de Sousa Santos, Decolonizar el saber, reinventar el poder. Uruguay, Ediciones Trilce, 2010.19 Arturo Escobar, El “postdesarrollo” como concepto y práctica social. Caracas:Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, En Daniel Mato(coord.), Políticas de economía, ambiente y sociedad en tiempos de globalización, 2005, pp. 27.20 Véase: Manuel Castells, Redes de indignación y de esperanza. Los movimientos sociales en la era del internet, Madrid, España, Alianza Editorial, 2012, y Manuel Castells, Comunicación y Poder, Madrid, España, Alianza Editores, 2009.
Castells21 sitúa en las redes sociales de internet el inicio de estos
movimientos que identifica como mayoritariamente urbanos, y afirma que estas
redes fueron utilizadas como espacios de autonomía gracias a que la producción y
la circulación de la información se encuentran, en gran medida, descentralizadas y
fuera del control de los gobiernos. Mediante el uso de las redes sociales de
internet que funcionaron como canales de comunicación múltiple se fueron
difundiendo y poniendo en interconexión informaciones diversas que permitieron el
encuentro de los diferentes22 gracias a la identificación mutua y a la co-creación de
horizontes comunes, subvirtiendo así la práctica habitual de la comunicación de
masas: ocuparon el medio y crearon el mensaje. Con ello se creó una poderosa
red de difusión de información logrando un cambio en el campo de las
significaciones sobre las cuales se asienta, en gran medida, la legitimidad de un
régimen.
Los movimientos sociales en red continúan transformando los escenarios
políticos y sociales por la capacidad que tienen para producir y difundir
información, generar acciones puntuales, y echar a andar proyectos que crean
vínculos en ámbitos que hasta ahora han estado desagregados; contribuyendo -de
manera significativa- a la necesidad y a la capacidad que tienen las personas en la
construcción de formas alternativas de vida.
Para Manuel Castells (2012)23 los movimientos sociales en red están
conectados de diferentes formas, el internet es sin duda fundamental, pero la
conexión es multimodal: el modelo es la red social (on line y offline). Son, en el
sentido estricto una red de redes que funcionan sin un centro específico, o mejor
dicho, con una multiplicidad de centros que se denominan nodos para cuya
existencia es necesaria una coordinación muy estrecha, lo cual, en el contexto de
los movimientos no reporta ninguna complicación.
21 Manuel Castells, Redes de indignación y de esperanza. Los movimientos sociales en la era del internet, Madrid, España, Alianza Editorial, 2012.22 Los diferentes hace referencia al reconocimiento de aquellos otros actores sociales que heterogéneos y que existen en la diversidad y pluralidad de las organizaciones, movimientos e individuos.23 Manuel Castells, Redes de indignación y de esperanza. Los movimientos sociales en la era del internet, Madrid, España, Alianza Editorial, 2012.
Como en toda red, la coordinación es estrecha, eficaz y cualquier error del
sistema es fácilmente recuperable. Son estas las condiciones organizativas que
permiten la no existencia de liderazgos visibles, o, en todo caso, de un tipo de
liderazgo “situacional” caracterizado por las capacidades y disposiciones de los
individuos tengan y hagan uso en un momento determinado. Las redes se
reconfiguran rápidamente, la estructura descentralizada y su apertura al entorno,
tanto como las características de horizontalidad, velocidad en el flujo de
información y la necesidad palpable de consenso y participación que contiene la
organización en red, imprime a la organización de los movimientos un sentido
directo de la democracia.
La virtualidad de la organización en red, deviene en movimiento social
cuando los participantes ocupan el espacio público: calles, plazas públicas,
edificios; que simbolizan el poder contra el que se manifiestan: congresos, bolsas
de valores, palacios de gobierno, autopistas, centros comerciales, aeropuertos,
etc. Esta ocupación doble del espacio es la conquista de un espacio de autonomía
que, según Castells24, implica la capacidad de organización en el espacio de las
redes, así como recuperar el espacio de la ciudad para los ciudadanos. Es ese
espacio de autonomía el que da a los movimientos sociales en red su carácter
espacial y otorga su carácter político.
La aportación del trabajo de Castells25, es fundamental para comprender la
dinámica característica de los movimientos sociales en red26 dada por la
capacidad de hacer circular información por medios virtuales, influir en la
configuración de las significaciones sociales, y ocupar espacios públicos.
Sin embargo, el análisis de las formas organizativas del movimiento social,
para el cual las redes sociales virtuales son un medio de vinculación multimodal
importante, requiere enfocarnos, también, en la capacidad organizativa – como
24 Manuel Castells, Redes de indignación y de esperanza. Los movimientos sociales en la era del internet, Madrid, España, Alianza Editorial, 2012.25 Manuel Castells, Redes de indignación y de esperanza. Los movimientos sociales en la era del internet, Madrid, España, Alianza Editorial, 2012.26 Cuyo análisis resulta de la aproximación realizada en un momento determinado de los movimientos sociales en red que ocurrieron durante el período del 2010 al 2012, y que gozaron de una amplia cobertura por parte de los medios de comunicación internacionales durante esos años: La “primavera árabe”, Occupy Wall Street y los indignados en España.
fuerza real - para actuar concertadamente y generar un cambio en las relaciones
sociales basadas en un nuevo modo de entender el poder asociado a la
construcción colectiva de la autonomía. Es, en este sentido, que se contempla el
estudio de las asambleas como forma organizativa de estos movimientos.
III.- Aquí hay dragones: la asamblea como estructura organizativa de los
movimientos
HIC SVNT DRACONES (aquí hay dragones),
Hunt-Lenox (1503–07). Mapa del Globo
Tiene Castells27 el mérito de haber sabido reconocer la importancia y la fuerza de
los movimientos que emergieron en distintos países del mundo desde el año 2010,
así como la capacidad para describir y caracterizar sus especificidades
organizativas como movimientos sociales en red. Su trabajo es una base
imprescindible para avanzar semánticamente por estos territorios que son una
especie de zona franca entre las fronteras disciplinarias instauradas por la
sociología, la ciencia política y la teoría organizacional. Tiene, además, la virtud de
encontrarse en uno de esos centros de enunciación geohistóricos que funcionan
como espacios de validación y de asignación de recursos para el desarrollo y la
difusión de investigaciones innovadoras que abren horizontes inhóspitos –donde
hay dragones - y allanan teóricamente - pariendo centauros- el camino necesario
para incorporar el estudio, la reflexión y la práctica de los aspectos organizativos
de los actuales movimientos sociales.
Son, en ese sentido, los movimientos sociales en Red y sus estructuras
organizativas centauros y dragones: Habitantes de zonas inexploradas y míticas,
figuras de la pre-modernidad colonial, que -en algún momento de total
decolonialidad- podríamos denominar serpientes emplumadas, nahuales o
alebrijes.
27 Manuel Castells, Comunicación y Poder, Madrid, España, Alianza Editores, 2009, y Manuel Castells, Redes de indignación y de esperanza. Los movimientos sociales en la era del internet, Madrid, España, Alianza Editorial, 2012.
Con base en esta metáfora, el uso del internet en las redes sociales se
considera un factor nuevo – desconocido como los dragones en los primeros
mapas globales - que imprime velocidad y capacidad de hacer circular información
que rápidamente se asimila como conocimiento en los movimientos sociales. No
obstante, la innovación radical de este tipo de movimientos está en otro dragón o
alebrije: la forma organizativa particular de estos movimientos, la cual representa
una: “creación sociológica y política producida por la aparición repentina de un
movimiento de movimientos”28 y que, fuera de la mirada de los medios de
comunicación, opera organizativamente, según Esteva29 como red al estar
separados, y como asamblea, cuando se está juntos.
En los movimientos sociales en Red en los que la asamblea, -o proceso
asambleario- funciona como dispositivo neurálgico de la organización se
constituye un espacio en el que se ejerce y se expande la autonomía, tanto en el
ámbito de la construcción de un sujeto que se articula en relación con los otros,
como en la constitución de una instancia que se autogestiona, y en la que se
establecen colectivamente las reglas que le determinan.
Adentrarnos a comprender el carácter de la asamblea y de los procesos
asamblearios puede ayudar a revelar el “misterio de los dragones o alebrijes” que
se suscita cuando se plantean - desde la teoría de la organización, la ciencia
política o la sociología- las interrogantes acerca de la estructura organizativa de
los de los movimientos sociales en red y sobre la capacidad que tienen estos para
determinar sus acciones, definir sus propios tiempos, y producir y difundir
información que subvierte el orden de significación existente y cuestiona la política
vigente del conocimiento. Lo cual resulta muy importante ya que en los últimos dos
años, es el actuar de estos movimientos, el que dicta la agenda política en México.
Para Esteva30, al interior de los movimientos, la asamblea funciona con una
estructura auténticamente horizontal, ajustada a la naturaleza del movimiento,
28 Gustavo Esteva. “Nuevas formas de revolución. Notas para aprender de las luchas del EZTN y de la APPO”. Editorial UNITIERRA, Ediciones el rebozo, 2014, pp. 4529 Gustavo Esteva. “Nuevas formas de revolución. Notas para aprender de las luchas del EZTN y de la APPO”. Editorial UNITIERRA, Ediciones el rebozo, 2014.30 Gustavo Esteva. “Nuevas formas de revolución. Notas para aprender de las luchas del EZTN y de la APPO”. Editorial UNITIERRA, Ediciones el rebozo, 2014.
capaz de respetar la autonomía de sus núcleos al mismo tiempo de concertar su
interacción, incentivar la participación y facilitar el ejercicio de mutua solidaridad. A
diferencia del momento virtual de organización en red, la asamblea, es
comprendida como núcleo y estructura del movimiento en el momento de la
ocupación del espacio público, es el correlato organizativo del movimiento social
en red.
En los momentos de la ocupación de los espacios públicos, es decir,
cuando el movimiento en red adquiere su dimensión política, tienen lugar procesos
organizativos que proveen del núcleo y la estructura a la organización del
movimiento. Esto sucede en la necesidad de organizar los espacios de
cotidianeidad, en el establecimiento de los principios básicos de convivencia, en
las conversaciones informales, en el modo en que se pasan los “tiempos muertos”,
o al desarrollarse grupos de afinidad que mediante la discusión de temas comunes
van desarrollando aprendizajes, estableciendo vínculos, generando iniciativas y
tomando acuerdos que van consolidando posturas y prácticas como colectivos sin
que se limite la libertad de acción de ninguno de sus miembros. Esto permite que
los liderazgos, que surgen de ahí, estén siempre circunscritos a la capacidad de
argumentar y actuar en relación a los argumentos que se proponen. De esta
manera se contribuye a la construcción de la autonomía, como menciona Sócrates
citado por Safransky31: “El hombre tiene que orientarse por sí mismo, pero ese
<<sí mismo>> no le ha sido dado previamente, sino que se le ha impuesto como
tarea. Tiene que desarrollarlo, encontrarlo, inventarlo en la reflexión, en la
comprobación, en la conversación y en el diálogo.”
En esos contextos, la asamblea como instancia formalizada para la toma de
decisiones de un movimiento, implica un ejercicio de democracia directa, es el
espacio en el que se tratan cuestiones de toda índole prescindiendo de esquemas
delegativos o de representación, el cual tiene su realización en la forma
deliberativa que, a su vez, implica sistemas muy complejos y muy elaborados de
creación de consensos y esquemas de participación en los que se construye la
capacidad de acción colectiva. Pero también, en estos procesos las personas se
31 Rüdiger Safranski, El mal o el drama de la libertad. Traductor: Raúl Gabás, Barcelona, España, Tusquets Editores, 2010, pp. 219.
conocen y se reconocen a través de su habla, por lo que la asamblea es, al mismo
tiempo, un proceso de construcción del individuo y de lo colectivo:
[…] el sujeto en cuestión no es, pues, el momento abstracto de una subjetividad filosófica, es el sujeto penetrado de parte a parte por el mundo y por los demás […] es la instancia activa y lúcida que reorganiza constantemente los contenidos, ayudándose de estos mismos contenidos para elaborar su comprensión del mundo y de su estar en el mundo.32.
De este modo, cuando la forma organizativa de asamblea funciona como
núcleo y estructura del movimiento, es más que un mecanismo de toma de
decisiones: “es un componente central de la lucha misma y del régimen que podía
emanar de ella, es un dispositivo que evita la separación entre los medios y los
fines, y que representa un constante ejercicio de autonomía”33 en el que se
manifiesta: “una persistente resistencia a las estructuras organizativas verticales y
centralizadas y un gran desencanto con los procesos electorales, la democracia
formal y las instituciones existentes.”34
En el marco de la crisis de gobernabilidad y legitimidad de las Instituciones,
la capacidad de estructurarse bajo una forma asamblearia está configurando
espacios de significación y prácticas en torno al ejercicio de construcción de
relaciones de confianza mutua, prácticas democráticas y generación de
alternativas que derivan en la creación de autonomía, más allá de los esquemas
teóricos hegemónicos y de las formaciones políticas y sociales dominantes.
Estas formas organizativas asamblearias, no contempladas por la teoría
organizacional, se encuentran profundamente arraigadas en la tradición
organizativa de los movimientos sociales y de los pueblos indígenas en México, y
en los últimos años, de manera creciente, se han ido convirtiendo en referente
estructural para garantizar el funcionamiento de los movimientos y sostener la
legitimidad de sus propuestas, hecho que se refleja en el surgimiento de un nuevo
actor político compuesto por jóvenes y estudiantes en México que, después del 1
32 Cornelius Castoriadis La institución imaginaria de la sociedad. México, Tusquets editores, 2013, p. 16933 Gustavo Esteva. “Nuevas formas de revolución. Notas para aprender de las luchas del EZTN y de la APPO”. Editorial UNITIERRA, Ediciones el rebozo., p. 50.34 Gustavo Esteva. “Nuevas formas de revolución. Notas para aprender de las luchas del EZTN y de la APPO”. Editorial UNITIERRA, Ediciones el rebozo, p. 49
de diciembre del 2012, se han ido reconociendo, ante los circuitos intelectuales y
la opinión pública.
IV.- Alebrijes y centauros: organizaciones y movimientos en lucha por la
autonomía en México
El Índice de Estado de Derecho 2014 del World Justice Project (WJP)35 coloca a
México en el puesto 97 de 99 países evaluados –por debajo de Afganistán y sólo
por encima de Bolivia y Venezuela- y le otorga al sistema de justicia penal
mexicano una calificación de 0.25, de 1.5. Por otro lado, el Índice de Paz Global
2014, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz36 coloca a México en
cinco posiciones más abajo que el año pasado, eso es, en la posición 138 de un
total de 162 países analizados -a la altura de Myanmar (136), Ruanda (137),
Etiopía (139) o Ucrania (141). Todo ello, son datos que vuelven irrefutable la
afirmación de que en México hay una crisis de gobernabilidad semejante a la de
los países que se encuentran en guerra, y una profunda falta de confianza en la
legitimidad de las instituciones que se han revelado incapaces de cumplir su
función y solucionar los problemas que aquejan a la población.
De este modo, en México encontramos la situación descrita por
Castoriadis37: “Cuando una organización social no puede realizar los fines que se
propone sino avanzando con medios que los contradicen, haciendo nacer
exigencia que no puede satisfacer, planteando criterios que es incapaz de aplicar,
con normas que está obligada a violar”, cuando el desgaste de la autoridad, el
agotamiento gradual de las motivaciones económicas, la disminución de la
influencia de los imaginario instituido y la no aceptación de las reglas heredadas
se convierten en hechos cargados de sentido, continúa:
[..] una parte de la sociedad se comporta en los hechos de una manera que a la vez constituye la crisis y muestra una posible salida; ataca la organización actual, la destruye, comienza a reemplazarla por otra, en esta organización,
35 Véase: http://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index36 Véase: http://imco.org.mx/seguridad/indice-de-paz-global-2014-via-instituto-para-la-economia-y-la-paz/37 Cornelius Castoriadis La institución imaginaria de la sociedad. México, Tusquets editores, 2013, pp. 153
en su tendencia a la cooperación y la autogestión colectiva de las actividades y la responsabilidad es imposible no ver el surgimiento en la sociedad de la posibilidad y la demanda de autonomía38.
En este escenario, los movimientos sociales en Red que aparecieron en
México en el año 2011, y que, en su conjunto, al ser identificados con demandas
de democracia y protesta por la imposición del entonces candidato del partido
oficial (PRI39) a la presidencia Enrique Peña Nieto (EPN) fueron denominados por
algunos medios de comunicación como la “primavera mexicana”. Estos
movimientos, tan visibles entonces, se han ido reconfigurando sin disolverse del
todo, a partir de la toma de posesión del impugnado EPN el 1 de diciembre de
2012.
Es importante reconocer tales reconfiguraciones, puesto que en ellas se
han ido consolidando los movimientos sociales en Red y las formas organizativas
que dan lugar a estos movimientos; y, al mismo tiempo, se han generado espacios
de articulación y acciones conjuntas entre organizaciones diversas - cada vez más
amplias y complejas- que se fortalecen unas a otras al llevar a cabo acciones, de
mayor o menor envergadura, cuyo carácter y significación expresan la demanda y
la posibilidad de autonomía como respuesta organizada frente a la ausencia de
legitimidad del poder instituido.
Desde el 1 de diciembre del 2012 hasta la fecha el reclamo de la
autonomía, generado por organizaciones estructuradas con base a procesos
asamblearios, avanza en la construcción de espacios de colaboración entre
organizaciones y movimientos que provienen de distintos ámbitos y se construyen
en torno a diferentes demandas, creando campos de acción cada vez más
amplios que modifican las coordenadas del escenario político y minan la
legitimidad del orden instituido. Por lo tanto, hay que ver la construcción de la
autonomía como posibilidad y demanda en las organizaciones, y como la
constitución de una respuesta alternativa –instituyente- frente al escenario de
devastación y crisis de la legitimidad de las instituciones.
38 Cornelius Castoriadis La institución imaginaria de la sociedad. México, Tusquets editores, 2013, pp. 15739 Partido Revolucionario Institucional
Estos procesos de construcción de la autonomía como posibilidad y
demanda de los movimientos sociales en México, iniciaron, sin duda, en el año de
1994 con la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el
escenario político, y han ido desarrollándose40 durante décadas a la par que
avanza la resistencia social frente a la imposición de proyectos e iniciativas de
construcción de infraestructura dictadas por las necesidades de desarrollo de
capitales globales y la desgobernabilidad que provoca el crimen organizado, como
el caso de Atenco y la imposición de funcionarios políticos afines a dichos
proyectos, como el caso de la APPO en Oaxaca.
Sin embargo, es a partir de mayo de 2012 con el surgimiento del
movimiento #Yo Soy 132 - que se organiza como tal en torno a la protesta contra
la imposición del candidato presidencial EPN- y el papel de los medios de
comunicación, que los movimiento sociales en México recobran fuerza e
importancia en la medida que son capaces de movilizar grandes cantidades de
información y agrupar en torno a sus demandas a un amplio sector de la sociedad
civil realizando grandes manifestaciones que ocupan el espacio público urbano. Si
bien ese momento de gran visibilidad del movimiento 132 culmina al finalizar el
proceso electoral, el 1 de diciembre de ese año, con la toma de posesión del
impugnado candidato presidencial EPN, deja a su paso, una gran diversidad de
colectivos y organizaciones que fueron creándose y/o consolidándose en el seno
de dicho movimiento y que ha dado lugar al surgimiento de nuevos actores
organizacionales y políticos.41
Este fenómeno puede verse en el caso de los grupos de jóvenes y
estudiantes en México que, desde la fecha mencionada, han ido avanzando en su
configuración como organizaciones políticas y sociales a partir de la construcción
de espacios de validez basados en la búsqueda de la autonomía y en la asamblea
como núcleo y estructura articuladora del movimientos, y que, se han ido
40 Como es el caso del crecimiento exponencial de grupos de autodefensas y policías comunitarias, por mencionar sólo algunos.41 Los eventos del 1 de diciembre se han ido repitiendo, con sus variaciones, paso a paso: amplias manifestaciones, enfrentamientos de jóvenes encapuchados con las fuerzas policías -cada vez más numerosas y mejor armadas- seguidos de acciones de carácter simbólico que afectan los poderes institucionalizados y que son inmediatamente atribuidas a “infiltrados” y calificadas como violentas por los medios de comunicación oficiales.
reconociendo, por sus acciones y por su capacidad para comunicar y difundir
información en redes sociales, como anarquistas.
De manera muy breve, referenciamos algunos momentos en los que se
expresa la mencionada reconfiguración del campo organizativo de los
movimientos sociales en red ocurrida en torno al surgimiento de este nuevo actor
a partir del 1 de diciembre del 2012, y cuyo reconocimiento se da -al margen de
las categorías y los conceptos creados por las teorías que han colonializado la
comprensión de la realidad social y organizativa en México- tanto por las
instituciones cuyo poder impugnan, como por las organizaciones que se
conforman con base a procesos asamblearios y se estructuran en la posibilidad y
la demanda de la autonomía.
El primer momento de este proceso, inicia con la protesta realizada en la
Ciudad de México durante el 1ro de diciembre de 2012, contra la toma de
posesión del poder presidencial de EPN en las inmediaciones de San Lázaro. Este
evento, marca el surgimiento de los estudiantes y jóvenes anarquistas en México,
cuyo despliegue y desarrollo puede verse en las reacciones que se produjeron
entonces desde distintos ámbitos.
En primer lugar, debemos resaltar que, los hechos ocurridos ese primero de
diciembre, modificaron el carácter de las manifestaciones sociales y alteraron el
pacto implícito de no violencia que existió desde 1968 entre las agrupaciones
históricas de izquierda y sociedad civil en general, con las autoridades del
gobierno de la Ciudad de México. En la convocatoria42 para llevar a cabo las
protestas de ese día, se incluía información para la realización de bombas
caseras, máscaras contra gases, medidas defensivas contra las balas de goma,
etc. No obstante, sin que nadie lo previera, ese día tuvieron lugar una serie de
enfrentamientos entre cientos de jóvenes encapuchados y fuerzas policiacas que
convirtieron diversos espacios de la ciudad de México en lugares de batalla: “La
policía disparaba al menos dos tipos de proyectiles de gas, uno en forma de tubo
42 A través de las redes sociales, se convocó a acciones en los hashtags #CercoaSanLazaro, #1Dmx y #MéxicoNoTienePresidente. La convocatoria general se hizo para el sábado el 1 de diciembre a las 4 am en el Monumento a la Revolución, lugar donde, desde hace meses, se mantiene la Acampada Revolución. Véase: http://regeneracionradio.org/index.php/autonomia/autonomia/item/3672-la-batalla-de-san-l%C3%A1zaro
que al caer producía una explosión y acto seguido se liberaba el gas y otro en
forma de calabaza que al caer vibraba y se movía mientras expulsaba el gas”43.
Horas después de los enfrentamientos que duraron cerca de 8 horas,
fuerzas policiacas realizan 172 detenciones ilegales en la vía pública. En los días
siguientes se van liberando a la mayoría de los detenidos dejando sólo 14
personas detenidas y listas para ser juzgadas. Este hecho suscita una serie de
movilizaciones, plantones y protestas en las calles y por las redes sociales44, en
los que se involucran diversos artistas reconocidos a nivel internacional y se
convierte en referencia en los medios de comunicación tradicionales.
Mientras todo eso ocurría, los representantes más importantes de la
izquierda histórica asumen y difunden la versión de que los jóvenes que
participaron en las protestas no son jóvenes estudiantes organizados en función
de sus propias demandas sino grupos de provocadores infiltrados por el gobierno45
a lo cual, los jóvenes, haciendo uso de las redes sociales responden:
[…] no somos infiltrados, para nosotros la impugnación, y otros mecanismos institucionales se han agotado, no transcurren por la <<correspondiente vía jurídica>>, vemos con profunda decepción, tristeza y coraje que las vías democráticas en nuestro país han sido truncadas. [….] para nosotros es un acierto, orgullosamente podemos afirmar que Acampada Revolución es una asamblea conformada no sólo por estudiantes, fue uno de los primeros espacios del 132 en dar apertura a otros sectores de la sociedad, a la gente inconforme, que identificada con el movimiento encontró un espacio de lucha, organización, discusión, y análisis.46
Así, se inicia el debate que continua hasta la fecha, sostenido y alimentado
entre los grupos de intelectuales de izquierda cercanos a las universidades y a
partidos políticos en torno al no reconocimiento de la existencia del surgimiento de
un nuevo actor político que se afirma así mismo como anarquista y está
43 . http://regeneracionradio.org/index.php/autonomia/autonomia/item/3672-la-batalla-de-san-l%C3%A1zaro44 Véase: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10151282725633706.488698.8039493705&type=3&l=00b7e2dd29 y el video: http://www.youtube.com/watch?v=mCBxzESVnqA 45 Véase: http://www.jornada.unam.mx/2012/12/17/opinion/014a1pol46 https://www.facebook.com/notes/acampada-revolución-132/respuesta-al-dr-adolfo-gilly-por-el-art%C3%ADculo-la-provocación-del-primer-d%C3%ADa-publi/298810240240313
organizado en función de sus propias demandas, con formas de expresión propias
y con capacidad para difundir información en torno a sus acciones.
Resulta significativo que los argumentos que se utilizan para negar el
reconocimiento de la existencia y la legitimidad de los grupos de jóvenes
anarquistas en México, se sostienen, por parte de los intelectuales de izquierda,
en la repetición de los conceptos y las categorías de las tradiciones teóricas
elaboradas en los siglos XIX y XX en cuatro o cinco países47. Así, por ejemplo, el 3
de octubre de 2013, Elena Poniatowska (autora del libro “La noche de Tlatelolco”),
refiriéndose a los disturbios registrados ese año durante la conmemoración del 45
aniversario de la matanza de Tlatelolco afirma que: “Duele que los llamen
anarquistas [a los encapuchado y malhechores], porque los anarquistas son
Durruti, los hermanos Flores Magón y el gran poeta portugués Fernando
Pessoa”48.
Ello ocurre mientras, el conjunto de organizaciones e instituciones
involucradas con las acciones del movimiento, reaccionan y les responden
otorgándoles con ello, la identidad y el reconocimiento que la opinión pública, los
círculos intelectuales y los medios de información oficiales, les niegan.
Es así que, a partir de la irrupción en la escena pública de ese nuevo actor
político ocurrida el 1 de diciembre de 2012, los campos organizativos se
reconfiguran, y el 21 de diciembre más de 40 mil bases de apoyo del EZLN se
manifiestan en total silencio en cinco cabeceras municipales de Chiapas: San
Cristóbal de las Casas, Las Margaritas, Ocosingo, Palenque y Altamirano. El
Comunicado posterior a esa acción emitido por el Comunicado del Comité
Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI) fue: “¿ESCUCHARON? Es el sonido
de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo. El día que fue el día,
era noche. Y noche será el día que será el día. ¡Democracia! ¡Libertad!
¡Justicia!”49.
47 Boaventura de Sousa Santos, Epistemología del sur; México, Siglo XXI editores, 2009.48 Véase: http://www.jornada.unam.mx/2013/10/06/politica/004n1pol49 Véase: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2012/12/21/comunicado-del-comite-clandestino-revolucionario-indigena-comandancia-general-del-ejercito-zapatista-de-liberacion-nacional-del-21-de-diciembre-del-2012/
En febrero, los Zapatistas convocan a las personas y organizaciones de la
sociedad civil a participar en la escuelita zapatista, que es la mayor iniciativa de
trabajo para avanzar en torno a la construcción de autonomía como vía alterna a
la imposición y violencia del orden instituido. En la segunda convocatoria, el 3 de
noviembre de 2013, hay una invitación expresa dirigida a los jóvenes anarquistas:
“Compas Anarquistas: nosotros los zapatistas, nosotras las zapatistas, no les vamos a achacar nuestras deficiencias (incluida la falta de imaginación), ni los vamos a hacer responsables de nuestros errores, ni mucho menos los vamos a perseguir por ser quienes son. […] Será un honor para nosotr@s que en nuestro primer número esté su palabra junto a la nuestra”.50
Mientras estos procesos avanzan, avanza también la reacción de las
instituciones defensoras de los poderes establecidos, que, de manera cada vez
más evidente abandonan la vía de la búsqueda de consensos y legitimidad en
torno a la capacidad de mantener significaciones comunes, utilizando la fuerza
para acabar con las expresiones políticas organizadas en torno a la construcción
de espacios de autonomía. El hecho de que el accionar de las instituciones
dedicadas a guardar el orden y a hacer cumplir la ley, violen sistemáticamente sus
fundamentos atacando a los jóvenes pertenecientes a organizaciones anarquistas,
otorgándoles, en los hechos, un papel importante en la lucha política por la
autonomía, debería generar, al menos, una reflexión más seria acerca de su
importancia. Ya que, el surgimiento de nuevos actores políticos –alebrijes y
centauros - cuyas formas organizativas –dragones- dan lugar a nuevas
articulaciones entre organizaciones y colectivos con áreas de trabajo y tradiciones
políticas distintas, irrumpen para transformar, no sólo el escenario político
mexicano, sino también las formas de interpretarlo.
V.- Conclusiones
El fenómeno de estas nuevas formas organizativas se debe abordar y caracterizar
interrogando a los movimientos sociales en cuanto a los modos de organizar sus
50 Véase: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2013/11/03/malas-y-no-tan-malas-noticias/
prácticas y su capacidad para crear nuevas estrategias que les permitan satisfacer
sus objetivos y, al mismo tiempo, asegurar la producción de las condiciones
sociales que las hagan posibles.
En los últimos años, debido, por un lado, sí al embate de las reformas
asociadas al modelo neoliberal que implican el desmantelamiento de las funciones
del estado nacional y la ruptura del pacto social en el que se sostuvo, pero sobre
todo, a la crisis de legitimidad y confianza en el orden institucional, que de ello se
deriva, ha tenido lugar la expansión de la configuración organizativa basada en la
asamblea y en la demanda de autonomía de los movimientos sociales en red,
cuya fortaleza en esta situación de crisis de confianza ante las instituciones,
resulta de su capacidad para crear alternativas en la construcción de espacios de
autonomía y autogestión y que, gracias a su capacidad para difundir información
producen encuentros entre distintas organizaciones y movimientos que derivan en
articulaciones políticas de nuevo cuño.
Es en estas formas organizativas, con procesos de asamblea, donde se
genera el diálogo y la construcción de consensos entre diversas organizaciones,
colectivos e individuos pertenecientes a distintos movimientos, todo lo cual va
afianzando su identidad y su trabajo en torno a la elaboración de propuestas en
las que la lucha por la autonomía se va convirtiendo en el horizonte común,
rompiendo con la lógica tradicional que definió a los movimientos políticos en las
coordenadas de derecha-izquierda, estableciendo renovadas articulaciones
asociadas a la estructura organizativa asamblearia vs formas de organización
verticalizadas, a la lucha por la autonomía vs la lucha por tomar el poder, y el
respeto a las distintas vías de lucha vs la imposición de una única vía legitima.51
Esto representa un cambio profundo en el escenario comprendido hasta
ahora por la política, la sociología y la modernidad organizacional; y nos obliga a
reconstruir formas de pensamiento no coloniales que nos acerquen a la
comprensión de estos fenómenos que son sociales, políticos, individuales y
organizativos, que están profundamente arraigados a sus contextos, y que
dialogan globalmente con organizaciones y colectivos que se van identificando
51 Gustavo Esteva. “Nuevas formas de revolución. Notas para aprender de las luchas del EZTN y de la APPO”. Editorial UNITIERRA, Ediciones el rebozo.
como semejantes por las acciones que desarrollan, los proyectos que sostienen, y
la información que acerca de ellas se produce.
Este hecho es sumamente importante ya que representa la emergencia de
formas innovadoras de organización que restauran relaciones sociales basadas en
la cooperación, la autogestión colectiva y la confianza, y que provocan la
transformación del escenario político avanzando en la conformación de la
autonomía como vía alterna a los esquemas de acción y reflexión
institucionalizados.
Sin embargo, los debates que se han suscitado en torno a la autenticidad,
pertinencia e, incluso existencia de los movimientos como grupos sociales y
políticos legítimos han puesto en evidencia no sólo los límites de las ciencias
sociales para comprender el desarrollo de las dinámicas de los movimientos
actuales, sino sobre todo, las limitaciones que ellas mismas imponen ante lógicas
diferentes.
Por esta razón sostenemos que es preciso decolonializar la teoría de la
organización y dejar de ver a las organizaciones sociales como reflejos
defectuosos o imágenes distorsionadas de una supuesta realidad organizativa
creada -como tal- desde el horizonte imaginario de una modernidad organizacional
y empezar a pensar más allá de “los regímenes de economía, guerra, colonialidad,
explotación de la naturaleza y las personas, y el fascismo social que la
modernidad ha ocasionado en su encarnación imperial global” 52 para crear una
verdadera teoría “infinitamente más compleja que las de cualquier técnica o
practica racionalmente concebida que no es más que un código de prescripciones
muertas con el que no puede encontrarse un sentido.” 53.
52 Arturo Escobar, El “postdesarrollo” como concepto y práctica social. Caracas:Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, En Daniel Mato(coord.), Políticas de economía, ambiente y sociedad en tiempos de globalización, 2005, pp. 30.53 Cornelius Castoriadis La institución imaginaria de la sociedad. México, Tusquets editores, 2013, p. 122