El recio perfil del ancestral Roble Se divisa ya desde Los Arcos.Majestuoso, solitario, firme.Entramado vital de esta tierra.
Atalaya, vigilante maternalDe afanes, trabajos y desvelos. Hombres, mujeres, jóvenes y niños. Empeño humano, prolongado en el tiempo.
Hito fiel, enclavado en este teso,Estribación garnacha de Torozos.Cerco de cerros: encinas y pinares.Mirador del cielo y su paisaje.
Cruce de caminos y cañadas realesTierras abiertas y mano en el arado. “El trigal se reduce, busca troje.Fuerza da el pan. A Dios la boca alabe”.
Hoy, Roble amigo, sales al encuentro,Ofreciendo tu oquedad como cobijo,Fundiendo en largo y estremecedor abrazoA quienes hoy pisamos esta tierra.
Robladillo, noble villa de Castilla, Que tomas el nombre del erguido Roble.Tus huellas de dominación y servidumbre,Superadas con la fuerza viril de todo un pueblo.
Tus profundas raíces humanas, - ¡Ay, algunas ramas doloridas! -Aspiran, invocando este aire nuestroDe libertad, concordia y amistad.
“Pero siempre [el Roble] es quien domina.Bajo esta cruda luz historia afloraQue sostiene un lenguaje con su mina.Pasado cierto va a un futuro ahora.”
ATALAYA DE ROBLADILLO
*Los versos entrecomillados están tomados del poema Castillo de Montealegre
de Jorge Guillén.
Vicente Hidalgo