INDESCRIPTIBLES PAISAJES A LA HORA DEL CREPÚSCULO
ATARDECERESDE ENSUEÑO
Historia ocultaArguedas en La Cantuta
Folclor vivoDanza de tijeras
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Semanario del Diario Oficial El Peruano| Año 104 | 3a etapa | N° 222
2 VARIEDADES
CRÓNICA
2008 © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Variedades es una publicación del Diario Oficial
DIRECTOR FUNDADOR : CLEMENTE PALMA
DIRECTORA (E) : DELFINA BECERRA GONZÁLEZ
SUBDIRECTOR : JORGE SANDOVAL CÓRDOVA EDITOR : MOISÉS AYLAS ORTIZ
EDITOR DE FOTOGRAFÍA : JEAN P. VARGAS GIANELLA EDITOR DE DISEÑO : JULIO RIVADENEYRA USURÍN
DIAGRAMACIÓN : CÉSAR FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
TELÉFONO : 315-0400, ANEXO 2030 CORREOS : [email protected] [email protected]
RESUMEN
PORTADA
ESCENA. Un hermoso atardecer
en Cajamarca. Los matices le dan
un marco especial a la Plaza Mayor.
FOTO: Alberto Orbegoso S.
Desde que llegaron a Lima, hace siete décadas, los danzantes de tijeras y sus músicos han creado espacios para conservar una tradición que hoy empieza a ser reconocida, después de sufrir la marginación. Ahora construyen nuevos sueños, en un contexto de cambios y tentaciones.
5 | TURISMOLa 69 es una de las lagunas más
hermosas de la Cordillera Blanca.
16 | EL OTRO YOEl empresario Jorge
Ferrand afirma que en
el trabajo es un jefe
muy exigente.
8 | PORTAFOLIOBellos e incomparables atardeceres en
diferentes escenarios del Perú.
12 | CULTURAEl paso de José María Arguedas por la
Universidad de La Cantuta.
14 | ARTESemblanza de Ignacio Merino, uno de los
más grandes artistas peruanos.
EN LOS PUEBLOS ANDINOS Y EN LIMA
Danza la raza
Lunes 25 de abril de 2011 3
FOLCLOR
ESCRIBE/FOTOS: JESÚS RAYMUNDO TAIPE
El tañido de sus dos hojas metálicas imita la música de
sus latidos. Y sus pasos incesantes, acompañados
por movimientos acrobáticos de su cuerpo, dibujan
la energía que nace de la devoción por sus dioses. Bajo los
tachos de luz, su rostro sudoroso destella como los espejos,
pero la fatiga nunca se asoma. En el escenario, zapatea
ligeramente, baila sobre la punta de los pies o los talones,
baila en cuclillas y otras veces lo hace echado.
Lejos de su tierra ayacuchana, el danzante de tijeras
"Qori Sisicha" ("Hormiguita de Oro") ofrece su gratitud a
los apus, los dioses de las montañas que nunca lo han
abandonado. Desde hace 39 años, su menuda figura en-
tiende los recovecos musicales del arpa y el violín y es el
mediador entre el hombre y la naturaleza, misión que en
la urbe debe cumplir con gran imaginación. Ser dansaq es
también un acto de fe.
En su caso, ser danzante de tijeras es también un com-
promiso con las raíces, con la herencia y con el porvenir. El
último sábado ha cumplido un sueño, que también es el de
sus hermanos danzantes y músicos ayacuchanos, huanca-
velicanos y apurimeños. Por primera vez fueron acogidos
en el Parque de la Exposición. Las asociaciones de los tres
departamentos han rendido tributo a los apus y han saludado
al Amauta José María Arguedas por su natalicio.
En el evento organizado por la Municipalidad Provincial
de Lima se han acabado con algunos cánones. Las cuadrillas
conformadas por un arpista, un violinista, el danzante y el
capataz se convirtieron en grupos integrados hasta por ocho
músicos y una treintena de dansaqs. La competencia no
fue, como es costumbre, entre dos cuadrillas, sino entre
todos los danzantes de cada agrupación. Se ofrecieron,
además, coreografías recreadas por sus ejecutores con la
intención de agradar a los asistentes.
SUEÑOS Y CONQUISTASLos primeros danzantes de tijeras llegaron a la capital
con las mismas motivaciones de la mayoría de los migrantes.
Testimonios recogidos por la antropóloga y pintora Lucy
Núñez Rebaza, en su obra Los dansaq, cuentan que la
primera generación vino a mediados de la década de 1940
en busca de mejoras económicas, sociales y artísticas. En
sus lugares de origen no encontraban trabajo ni apoyo
estatal y el futuro para sus hijos era incierto.
En Lima se han adaptado a la vida urbana y se han so-
metido al centralismo que hasta la actualidad predomina. Los
primeros ejecutantes no dominaban el español y aprendieron
la segunda lengua en un ambiente de discriminación. Las
EN EL CONTEXTO URBANO LOS MIGRANTES NO OLVIDARON SUS ELEMENTOS CULTURALES ANDINOS. ELLOS SE RELACIONABAN CON LA SOCIEDAD A TRAVÉS DE LOS LUGARES DONDE TRABAJABAN Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA DE LA ÉPOCA. OTRA FORMA DE INTERACCIÓN SE EXPRESABA EN EL ÁMBITO FAMILIAR...
COSMOLOGÍA. Los campesinos lo llaman Supay Huapasi Tusak, pero se le conoce como danza de tijeras. En la foto, dansaq de Ayacucho. (Izq.) un danzante de Huancavelica enfrentando un reto.
4 VARIEDADES
CRÓNICA
generaciones posteriores han tenido la oportunidad de asistir
a las instituciones educativas y dominar el idioma.
Núñez Rebaza señala que en el contexto urbano, los
migrantes no olvidaron sus elementos culturales andinos.
Ellos se relacionaban con la sociedad a través de los lugares
donde trabajaban y los medios de comunicación masiva de la
época. Otra forma de interacción se expresaba en el ámbito
familiar y con los paisanos, a través de las asociaciones y
clubes provinciales que hasta hoy funcionan.
En un ambiente de marginación, los ejecutantes de la
danza de tijeras se propusieron reivindicar su cultura viva.
"Su trabajo artístico representa una forma de lucha para el
reconocimiento de las expresiones culturales que forman
parte del acervo cultural peruano. Están conscientes de
su papel de unificación y son defensores de una identidad
cultural, social y económica, agredida por el sistema de
múltiples formas", afirma la investigadora.
Desde entonces, los fines de semana o los feriados,
la danza de tijeras es representada no solo de acuerdo
con las fiestas costumbristas de los Andes, sino también
según los aniversarios artísticos de los ejecutores o de las
asociaciones creadas por los migrantes. En estas actua-
ciones se sintetizan las costumbres, creencias y valores,
pero adaptados en nuevo contexto. Asimismo, representan
espacios de resistencia cultural.
CAMBIOS URBANOSEl antropólogo Rodrigo Montoya señala que la danza
ha cambiado de sentido en Lima. Dejó sus rasgos sa-
grados para convertirse en un producto del espectáculo.
"Conserva y enriquece su parte de espectáculo y pierde
su sentido profundo de medio de comunicación con los
dioses quechuas". No hay que olvidar que los mensajeros
de la cultura andina también necesitan de un trabajo para
satisfacer sus necesidades, por lo que muchos decidieron
ser artistas pagados.
En Lima es imposible alcanzar toda la intensidad de las
fiestas populares de los pueblos andinos, que duran una
semana y se realizan de manera consecutiva. Se ha preferido
resumirla a una tarde o dos e incluso a una presentación
de media hora, tal como ocurre en las peñas turísticas.
Las plazas han sido reemplazadas por campos deportivos,
locales de baile, plazas de toros o cualquier espacio que
permita reunir público.
A diferencia de los Andes, en Viernes Santo no está per-
mitido ofrecer espectáculo alguno. Por eso, el rito de iniciación
llamado ensayo ceremonial se tuvo que adelantar al Jueves
Santo. La semana pasada, los huancavelicanos realizaron su
evento en la carretera Central, y los ayacuchanos, en Villa El
Salvador. Otras ceremonias sagradas que han sufrido cambios
son el pago al cerro, en el que se rinde tributo a los apus, y la
ofrenda a la plaza, etapa en que los danzantes compiten.
Contrario a lo que ocurre en las comunidades andinas,
el público de la capital desconoce cuáles son las reglas del
contrapunto y las características de la diversidad de pasos
y tonadas. Tal vez por ello vibra más con los pasos acro-
báticos, porque visualmente son atractivos. Lo único que
se conserva es que el público continúa siendo la autoridad
máxima para elegir al mejor danzante.
Otro cambio que Montoya ha identificado es la diferencia
entre la mirada de los niños que nacieron y se criaron en
Lima y la de sus padres, los migrantes, sobre el universo
simbólico y sagrado del mundo quechua. En Lima, se
aprende a bailar con la ayuda de medios audiovisuales,
observando los espectáculos y las lecciones de algún
danzante. En cambio, en las comunidades es elegido por un
maestro en las fiestas y reconoce en los rituales la música
de los ríos y las cataratas.
¿HACIA DÓNDE VA?De Lima, la danza de tijeras ha saltado al mundo.
Luego de lograr el reconocimiento en la capital, ejecuto-
res como "Qori Sisicha", "Ccarccaria" ("Incestuoso") y Los
Hermanos Chávez se han presentado en los principales
festivales internacionales, en los que han sido aplaudidos.
Estos encuentros les han permitido conocer la dinámica de
cómo se organizan las agrupaciones de otros países para
repetirlo en el Perú.
A través de internet han empezado a explorar las diversas
posibilidades que les brinda para difundir su cultura. No
solo han creado sus páginas web, sino también forman
parte de las redes sociales, como Facebook. A partir de la
experiencia previa de editar DVD de sus presentaciones,
ahora comparten su trabajo a través de Yuotube, que
además les permite interactuar con público de diversas
nacionalidades.
Sin embargo, aún hay necesidades que los ejecutantes
esperan alcanzar, como la creación de la escuela de la danza
de tijeras. "Qori Sisicha" y "Ccarccaria", quienes desde hace
más de una década impulsan esta iniciativa, se sienten
defraudados por las autoridades que no cumplieron con la
promesa de brindarles un local. Ambos maestros, a punto
de retirarse de los escenarios, sueñan con compartir sus
experiencias con más niños.
Hace falta también mayor estudio y difusión de la
danza que este año la Unesco declaró patrimonio cultural
inmaterial de la humanidad. El violinista Andrés Lares,
"Chimango", trabaja en la producción de documentales,
pero no puede continuar por falta de recursos económicos.
Otros danzantes, como los huancavelicanos "Rey Chicche" y
"Lucifer", sienten que es tiempo de reconocer a los pioneros
de la danza en Lima.
Es tiempo, además, de organizar concursos nacionales
que reconozcan a los nuevos maestros de la danza de tijeras.
Aunque los contextos han variado, la nueva generación
espera seguir los pasos de los mayores, a quienes les
deben la herencia cultural.
NUEVOS TIEMPOS. La coreografía y los bailes se han adaptado a la ciudad.
LA DANZA HA CAMBIADO DE SENTIDO EN LIMA. DEJÓ SUS RASGOS SAGRADOS PARA CONVERTIRSE EN UN PRODUCTO DEL ESPECTÁCULO. "CONSERVA Y ENRIQUECE SU PARTE DE ESPECTÁCULO Y PIERDE SU SENTIDO PROFUNDO DE MEDIO DE COMUNICACIÓN CON LOS DIOSES QUECHUAS..."
Lunes 25 de abril de 2011 5
TURISMO
ESCRIBE/FOTOS: ROLLY VALDIVIA CHÁVEZ
A poyan su cansancio en una piedra, una de tan-
tas, una de las muchas que bordean un cauce de
aguas rumorosas. Conversan, bromean, desayu-
nan para recuperar fuerzas y empezar el tramo final de
su aventura, bueno, el casi final, porque todavía falta el
retorno que será kilométricamente agotador y –ellos lo
saben– concluirá entre las sombras y la débil proyección
de las luces urbanas.
Pero aún falta mucho para eso. El día no termina
de despertar y la jornada será larga. Así que es en vano
LA LAGUNA SIN NOMBRE
Rumbo a la 69Es una de las lagunas más bellas del Parque Nacional Huascarán. Su paisaje glaciar es único y espectacular, ideal para los amantes de la naturaleza.
preocuparse por las sombras nocturnas, más bien, tienen
que estar alerta de las otras sombras, esas que parecen
emponzoñar de lluvia a las nubes que se han apoderado
del horizonte, borroneando las cumbres de varios nevados
de la amenazada cordillera Blanca.
La lluvia no es una posibilidad remota. Si ésta se des-
atara, la travesía de aquellos muchachos que desayunan
bajo el amparo de una roca, se haría aún más compleja.
Una dificultad extra que quisieran evitar. Ya han tenido
bastante en la víspera, pedaleando desde Huaraz hasta
Yungay, de Yungay hasta Cebollapampa, un recodo del
camino más allá de la famosa laguna de Llanganuco.
ESCENARIO. El color turquesa de sus aguas contrasta maravillosamente con el paisaje. Un ambiente de quietud se vive en la zona.
6 VARIEDADES
ÁNCASH
Después del relajo reiniciarán su plan. Dejarán sus
bicicletas entre la piedras y bajo el cuidado de uno de ellos
–piña, compadrito, tú te quedas– para continuar a pie por
la ruta empedrada, húmeda, casi siempre en ascenso, que
termina en la 69... no, por favor, no sean mal pensados.
Ese es el nombre de una de las lagunas más bellas, y por
qué no seductoras, del Parque Nacional Huascarán.
-¿Y por qué se llama así?, preguntarías en la plaza y
en el mercado de Yungay hermosura, como fue apodada
por el sabio italiano Antonio Raimondi. Nadie responde.
Todos sonríen entre pícaros y maliciosos. Unos cuantos se
hacen los locos, aseguran que desconocen mayormente,
que le pregunte a otros o que vaya para allá, quizás así
descubro el porqué de su denominación.
Eso es lo que hago. Me voy a la 69. No en bicicleta
como los estudiantes huaracinos que encontraría en
pleno desayuno. Tampoco a pie desde Yungay. "En carrito
tiene que ir señor, al menos hasta Cebollapampa, de allí
caminando nomás, unas tres horitas", me había pasado
el dato una señora parapetada tras varias torres de pan
serrano, de manteca, también de piso.
-¿Y por qué se llama así?... "bueno, es que aquí hay
muchas lagunas –responde Óscar, el taxista que me acer-
caría a mi destino– y dicen que esa no tenía un nombre
antiguo, como las otras, entonces, le pusieron un número,
no cualquier número, sino el que le correspondía en el
conteo de las lagunas que hay en el Callejón de Huaylas
y en el parque".
APUNTES
La laguna 69 se ubica a 4 mil 620 metros sobre el nivel del mar, al pie del nevado Chacraraju.
Desde este lugar se tiene una buena vista de los nevados Huascarán, Chopicalqui, Yanapapcha y Pisco.
La laguna es un sitio ideal para la aclimatación de turistas que realizan caminatas y escaladas de mayor duración.
-¿Y POR QUÉ SE LLAMA ASÍ?... "BUENO, ES QUE AQUÍ HAY MUCHAS LAGUNAS –RESPONDE ÓSCAR, EL TAXISTA QUE ME ACERCARÍA A MI DESTINO– Y DICEN QUE ESA NO TENÍA UN NOMBRE ANTIGUO, COMO LAS OTRAS, ENTONCES, LE PUSIERON UN NÚMERO, NO CUALQUIER NÚMERO, SINO EL QUE LE CORRESPONDÍA...
Uhm, oh, ah... ¿será cierto? Demasiada casualidad
eso de la numeración. Bueno, no importa, sea por la
razón que fuere, el nombre de esa laguna que se forma
a los pies del nevado Chacraraju (6,112 metros sobre el
nivel del mar), es 69 y hacia allá voy, resoluto, enérgico,
devorando metros tras metros con mi andar irreductible
y victorioso que no se arredra ante la inminencia de lluvia
ni por los rigores de la altura.
Al menos al principio. Cuando todo era pampita y
no se sobrepasaban los cuatro mil metros. Aire fresco,
el rumor de las aguas, velos cristalinos en caída libre y
las montañas copando el horizonte. Cumbres negras y
picos de nieve. El Huascarán, el gigante de la cordillera,
el Chopicalqui, el Pisco y el Chacraraju, hacia donde me
dirijo y al que veré dentro de unas horas, dentro de varios
kilómetros.
TREKKING. Algunos turistas, amantes del montañismo, se aventuran a iniciar sus excursiones desde este lugar.
CORDILLERA. Desde la laguna 69 se aprecia la belleza de los nevados.
Lunes 25 de abril de 2011 7
TURISMO
Pero nada es eterno ni en la vida ni en los caminos.
La ruta dejaría de ser pampa más allá del paraje en el que
los jóvenes descansaban. "Tío, estamos tomando fuerzas
para la subida, se sirve alguito", dirían entre cordiales y
faltosos; el tío se sobra, no acepta, está confiado. Se
sentía capaz de superar cualquier pendiente y de vencer
cualquier obstáculo.
Un sendero sinuoso, con piedras y un chorrito de
agua que corre incansable. Subir, atacar otra pendiente,
superar los cuatro mil metros, encontrar una laguna sin
nombre y sin número, pensar que quizás sea la 68. Otra
pampita: salvadora, reconfortante. Detenerse para seguir
las señales: a la izquierda al Chacraraju, a la derecha hacia
un glacial extinto: el Brogui.
Subida final. La segunda, la más empinada, la más
temida. Arriba está la 69 y el tío que no quiso recuperar
energías, avanza a paso lento, corto, de procesión, en-
tonces su corazón palpita desbocado y quiere respirar a
pulmón lleno. No lo consigue. El aire es escaso. Se siente
el rigor de la altura.
Arriba. Una especie de vereda bordeada por un ca-
nal. Al frente el nevado. Los últimos pasos. La laguna
empieza a descubrirse de a pocos. Sus aguas de azul
intenso se revelan ante mis ojos cansados. Me emociono
y, sin saber cómo, acelero mi trajinar. Y llego al borde y
la veo a plenitud y siento que hice bien en venir hasta
aquí. Levanto mis brazos hacia la montaña y el sol para
cargarme de energía.
ARRIBA. UNA ESPECIE DE VEREDA BORDEADA POR UN CANAL. AL FRENTE EL NEVADO. LOS ÚLTIMOS PASOS. LA LAGUNA EMPIEZA A DESCUBRIRSE DE A POCOS. SUS AGUAS DE AZUL INTENSO SE REVELAN ANTE MIS OJOS CANSADOS. ME EMOCIONO Y, SIN SABER CÓMO, ACELERO MI TRAJINAR.
No estoy solo. Unos turistas, sentados en la orilla, me
miran con curiosidad. Ellos no comprenden qué hago con esas
tres hojas de coca que sostengo entre mis dedos y ofrendo
al apu y a la cocha. También ignoran que en mis susurros,
les pido protección y perdón a ambos, por el daño que todos
les estamos haciendo y que, tarde o temprano, terminará por
opacar el níveo fulgor de la cordillera Blanca.
Y quiero creer que la montaña y la laguna me escucha-
ron. Sí, quiero creer que esa breve ventisca acompañada de
granizo fue una señal de aceptación de mi modesto tributo
o, tal vez, un mensaje de profunda tristeza, porque si la
humanidad no combate el cambio climático, desaparecerán
los nevados y los espejos de agua, con nombre o número,
que hermosean el Parque Nacional Huascarán.
VIDA. Un río torrentoso nace desde este lugar y da vida al valle que forma parte del Parque Nacional Huascarán.
8 VARIEDADES
PORTAFOLIO
Empezamos nuestro recorrido en Lima. Hasta
estos días de otoño en la capital disfrutamos
de hermosas puestas de sol. Un espectáculo
que no es común por la característica del cielo
limeño, habitualmente gris la mayor parte del año
y a quien el arquitecto Héctor Velarde bautizó "cielo
panza de burro".
Pero este verano fue distinto. El cielo de Lima
al atardecer se pintaba de colores, un espectáculo
bello y singular. Los turistas y limeños quedaron
encandilados por las puestas de sol inolvidables y el
cielo rojo intenso que se apreciaba, especialmente,
desde la orilla del mar.
Mientras el sol se oculta en el horizonte marino,
el cielo cambia de tonalidades. Por momentos,
amarillo, en otros rojo o naranja. Los rayos solares
también daban un matiz distinto a las fachadas de
los edificios y templos capitalinos, creando una
curiosa atmósfera.
En este especial gráfico vemos a un tablista
practicando su deporte favorito en la Costa Verde y
como fondo el sol, brillando en todo su esplendor,
con una tonalidad roja intensa. En otra escena,
una vista del Centro Histórico de Lima a la hora
del ocaso.
En provincias, los escenarios son más impresio-
nantes. El cielo en el interior del país, en especial de
la sierra, es limpio y eso permite escenarios indes-
criptibles. Desde un atardecer en Puerto Pizarro, en
Tumbes, hasta un ocaso en el lago Titicaca, pasando
por bellos escenarios que resaltan a esa hora del
día como ocurre en Huanchaco, La Libertad; niños
jugando un partido de fútbol en el valle de Chira, en
Piura. La belleza serena de la laguna de Yarinacocha
PUESTAS DE SOL INOLVIDABLES
Atardeceres idílicos
En más de una ocasión peruanos y extranjeros han resaltado la belleza natural del Perú: sus playas, bosques, lagos, ríos, selva, nevados y desiertos. Paisajes singulares que resaltan dramáticamente a la hora del ocaso, tal como apreciamos en este reportaje.
FOTO: CARLOS LEZAMA
FOTO: CARLOS LEZAMA FOTO: RUBÉN GRÁNDEZ
Lunes 25 de abril de 2011 9
PERÚ
en Pucallpa, Ucayali.
La mejor hora para visitar la laguna de Yari-
nacocha, ubicada a 7 kilómetros de Pucallpa, es
en la tarde. Un paseo en bote o peque peque es
inolvidable. Formada por uno de los meandros del
río Ucayali, Yarinacocha tiene la forma de una jota
invertida y mide 20 kilómetros de largo y un ancho
promedio de 650 metros. El color de sus aguas varía
de acuerdo a la época del año. Si es en temporada
de lluvias -diciembre a abril-, sus aguas cobran un
tono marrón. En la época seca -mayo a noviembre-
su superficie se convierte en un hermoso espejo de
agua, de color celeste, que refleja el matiz anaranjado
de su cielo. Una vista ideal para relajarse. Estos bellos
ocasos no aparecen en ninguna guía turística, pero
es también un buen motivo para conocer el Perú y
sus bellos escenarios.
EL CIELO DE LIMA AL ATARDECER SE PINTABA DE COLORES, UN ESPECTÁCULO BELLO Y SINGULAR. LOS TURISTAS Y LIMEÑOS QUEDARON ENCANDILADOS POR LAS PUESTAS DE SOL INOLVIDABLES Y EL CIELO ROJO INTENSO.
FOTO: CARLOS LEZAMA
FOTO: CARLOS LEZAMA
10 VARIEDADES
PORTAFOLIO
EN PROVINCIAS, LOS ESCENARIOS SON MÁS IMPRESIONANTES. EL CIELO EN EL INTERIOR DEL PAÍS, EN ESPECIAL DE LA SIERRA, ES LIMPIO Y ESO PERMITE ESCENARIOS INDESCRIPTIBLES. DESDE UN ATARDECER EN PUERTO PIZARRO, EN TUMBES, HASTA UN OCASO EN EL LAGO TITICACA.
FOTO: CARLOS LEZAMA
FOTO: CARLOS LEZAMA
FOTO: ALBERTO ORBEGOSO
NUESTRAMÚSICAEscribe: Manuel Acosta Ojeda
Lunes 25 de abril de 2011 11
El más alto representante
y ejemplo del buen gusto
y de la calidad de nuestra
canción costeña, más conocida
como criolla, es don Felipe Pin-
glo Alva. Su inmensa populari-
dad, adquirida recién a partir de
la década de 1950, opacó otros
nombres de autores que trataron,
con igual dignidad, nuestro canto
popular, como es el caso de don
José Bazán Barrantes, quien, en
mi opinión, debe haber sido un
autor, de letras y melodías, muy
bellas, las que lamentablemente
no se conocen.
Solo se recuerda de él, los
valses "Rosa Luz" –no confundir
con "La morena Rosa Luz"–, "Grata
Pasión", "Madrigal" y una polca,
"Porteña", que fuera estrenada
por el famoso dúo femenino "Las
Criollitas" –Margarita Cerdeña y
Eloísa Angulo–, en el auditorio de
Radio Mundial por el año de 1942,
que emitía su señal desde la calle
Baquíjano, en el jirón de la Unión,
muy cerca al desaparecido diario
La Prensa; también se habla de un
valse titulado "Rebeldía".
José Bazán Barrantes nació un
21 de abril de 1914 y falleció el 16
del mismo mes en 1985. Ni en los
escritos de Aurelio Collantes, ni en
los de César Santa Cruz, Gonzalo
Toledo, Ricardo Miranda Tarrillo y
Manuel Zanutelli, hemos encontra-
do más datos que los mencionados
y menos una fotografía.
Por 1966, conducía el progra-
ma radial "Música del Pueblo" por
Radio Agricultura, que quedaba en
el Paseo Colón, adonde una noche
llegó nuestro personaje y me hizo el
honor de presentarse, quedándome
asombrado y agradecido, pues me
gustaban mucho sus dos valses
más conocidos.
Lo recuerdo con un gran pa-
recido físico a Pablo Casas, de
pelo negro crespo, estatura baja
y bastante delgado, además de
parsimonioso al hablar.
Por algún tiempo fue asiduo
asistente a la radio, donde alguna
vez tocó la guitarra, pero nunca
permitió ser fotografiado.
No asistía a las reuniones en
los centros musicales, no era un
"bohemio" y menos un bebedor.
Jesús Vásquez grabó con el
acompañamiento de Jorge Huirse
Reyes, su valse "Rosa Luz" en Bue-
nos Aires en 1945, el cual alcanzó
pronto gran popularidad. Tal fue
el éxito que obtuvo la obra en la
voz de nuestra chola, que nadie
se atrevió a grabarla, aunque se
cantaba mucho.
Por más que te mostré mi amor,
ya ves, hoy te he perdido,
y no quieres saber, tal vez,
lo cruel que es mi dolor.
Te di mi corazón, mujer,
y no recuerdas,
que siempre te decía,
cuando te acariciaba:
que nunca me falte
la luz de tus ojos.
No me dejes de mirar,
porque tus ojos son la luz,
que alumbra con su fulgor,
la sombra de mi vivir.
Piensa en este gran amor,
que será en mi pecho una cruz,
si hacerme feliz quieres hoy,
mi, Rosa Luz.
"Madrigal" fue grabada por Los
Embajadores Criollos, y su letra
decía: "Hoy reniegas de tu suerte
/ y maldices el vivir / sin pensar
que con la muerte/ nada podrás
conseguir./ Es por eso / que vierto
este madrigal / yo fui noble y ante
todo fui legal. / Yo te tuve mujer,
un gran amor / y no quiero volver
sobre el error, / de volver a querer
sin meditar, / pues tu hazaña la
tienes que pagar. / Agobiada por
tu perversidad / te empeñaste solo
en querer triunfar / hoy mis ojos
por fin la realidad / con el tiempo
pudieron apreciar.
JOSÉ BAZÁN BARRANTES
Una grata pasiónMuy poco se conoce de la vida y obra de José Bazán,un insigne compositor criollo, cuyas inspiraciones alimentan nuestro espíritu. El autor evoca su memoria y sus bellas canciones al cumplirse un aniversario más de su natalicio.
12 VARIEDADES
CULTURA
ESCRIBE: JOSÉ VADILLO VILAFOTO: VIDAL TARQUI PALOMINO
¿Por qué José María Arguedas dejó con la mano
en el aire a Jorge Basadre? ¿Por qué este enten-
dió el desaire y fue a disculparse con Arguedas,
diciendo que cuando fue ministro se equivocó con el
tema de La Cantuta?
Un machote que lleva por título Arguedas en La
Cantuta, es la creación del profesor Raúl Jurado Párraga.
Ahí están algunas de las respuestas.
Ese conjunto de hojas anilladas, resume el trabajo al
que le ha dedicado el catedrático los tiempos libres de
los pasados tres años que le deja su labor docente. Así,
ha investigado la relación entre José María Arguedas y
la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán
y Valle (UNE), La Cantuta.
Para Jurado Párraga, quien también dirige la revista
Sol de Ciegos, tanto la relación del autor con la UNE como
con la Universidad Nacional Mayor de San Marcos no
han sido exploradas debidamente.
Ha buceado en los archivos para conocer más la relación
entre el sujeto y el docente Arguedas. Dice que la relación
del escritor andahuaylino con la famosa universidad de la
sierra de Lima se remonta a los años cuando La Cantuta
quedaba en Lima, se llamaba Instituto Superior de Varones,
y funcionaba en el colegio Fanning, en Jesús María.
AÑOS DE ENSEÑANZAAl poco tiempo de licenciarse en Literatura por la uni-
versidad de San Marcos, el escritor se fue a trabajar al
colegio Mateo Pumacahua, de Sicuani, Cusco, donde
enseñó los cursos de Castellano y Geografía, entre
1939 y 1941.
SU PASO POR LA UNIVERSIDAD LA CANTUTA
El Arguedas olvidado
Casi todas las áreas de la vida de José María Arguedas, desde su personalidad depresiva hasta el legado de sus trabajos literarios han sido estudiadas a plenitud. Un investigador escarba el paso del autor por la Universidad de La Cantuta y recuerda al Arguedas educador.
ESCRITOR. José María Arguedas vivió dos etapas en La Cantuta. Primero como profesor de quechua y luego como docente de Castellano.
PERSONAJELunes 25 de abril de 2011 13
Para el profesor Julio Yovera Ballena, el protagonista
Rendón Willka, de la novela Todas las sangres (1964),
igual que el de Paco Yunque (1931), de César Vallejo,
son personajes producto de la sociedad compleja y la
diversidad étnica en el Perú.
Explica que Willka encarna el trauma de la asimilación,
el alumno indígena insultado por los otros niños, mestizos
y blancos, y ante los cuales no puede defenderse ("la
boca del indio no puede", le grita a Rendón, uno de los
intérpretes, cuando este habla mal el castellano).
Pero hay un detonante más importante para el per-
sonaje de Todas las sangres, dice Yovera, y es la relación
del escritor con los alumnos. Para Yovera es en este lugar
donde desarrolla su didáctica en la capacidad de comu-
nicarse con los demás, "una enseñanza de comunicación
no vertical sino como actividad de diálogo e integración:
Willka y Yunque nos invitan a no permanecer con los
brazos cruzados", opina.
PERSONAJE DEL MUNDO EDUCATIVODespués de esa experiencia, el narrador vino a Lima
y fue docente en el colegio Guadalupe entre 1945 y 1948.
Cuenta Jurado que, tanto sus años por este centro de
estudios como los del año siguiente, cuando enseñó
en el colegio Alfonso Ugarte, son "pasos invisibles",
porque no queda registro de ello.
Entre 1949 y 1953, José María enseñó Quechua
en la universidad de San Marcos. Es en 1951 y 1952,
que Arguedas inicia su relación con La Cantuta, que se
denominaba Instituto Pedagógico Nacional de Varones
(el que, junto al Pedagógico de Mujeres, se trasladarían
a la Escuela Normal Central, que sería La Cantuta).
Ahí, José María enseña por horas los cursos de
Quechua y El Perú y sus problemas culturales, invitado
por el filósofo y educador Walter Peñaloza Ramella,
quien conocía a José María desde los tiempos de es-
tudiante en San Marcos y luego frecuentaron juntos la
peña Pancho Fierro.
UN APORTE EN LAS SOMBRASDespués, José María vuelve a La Cantuta, ya movilizada
a su sede en Chosica, entre 1956 y 1959. A la vez en-
seña en San Marcos entre 1958 y 1959, y en 1962 es
nombrado profesor en la universidad La Molina.
"Junto a maestros como Luis Jaime Cisneros, Ar-
guedas aportó a la renovación de la enseñanza del
castellano también desde el colegio experimental que
había en La Cantuta. Hay un 'fantasma pedagógico', un
libro que necesitamos buscar para ver si es real, que se
dice escribieron a partir de esas experiencias Arguedas,
Cisneros y otros", cuenta Jurado.
El principal problema para su investigación es que,
a diferencia de lo que sucede en la universidad Agraria,
en La Cantuta no hay archivos de los documentos "de
ida y vuelta", y registros de notas. Probablemente en
el traslado de una sede a otra, cree, se perdieron o se
quemaron muchos de ellos.
"Creo que por lo menos los documentos de los
nombres importantes deberían de mantener las uni-
versidades y los colegios. El caso de La Molina es muy
distinto. Sí hay un buen registro de los memos y de
las notas, hasta cuando se suicida en 1969; se sabe
de lo irregular que es su estancia porque siempre está
viajando por salud o trabajo, y se conoce, en las cartas
personales publicadas, de su malestar cuando no le
quieren dar permiso".
A la ausencia de documentos se suma que no todos
"los viejitos" que dicen que fueron discípulos de Argue-
das, realmente lo fueron. Para eso se necesita rastrear
las actas de alumnos, que muchas veces también se
han perdido. "En el caso del colegio Guadalupe, por
ejemplo, se conoce por alumnos que hablan sobre su
maestro, pero son impresiones a la distancia".
ANÉCDOTA CON BASADRE"Creo que más que laboral, la cercanía con La Cantuta fue
muy amical, de compromiso", opina Jurado. "Arguedas
fue profesor de La Cantuta por horas (lo cual era la forma
común en que trabajaban los maestros en esa época),
pero venía mucho a la casa del poeta Manuel Moreno
Jimeno (1913-1993), aquí en la universidad, donde
escribió parte de sus obras", cuenta Jurado.
Y el compromiso de Arguedas con el profesorado de
La Cantuta se resume en el encontronazo que tuvo con
Jorge Basadre. En una reunión, a inicios de la década
de mil novecientos sesenta, Arguedas dejó con la mano
en el aire al historiador.
El autor de Perú, problema y posibilidad, lejos de
molestarse, se acercó a José María y le pidió disculpas,
porque fue durante sus años como ministro de Edu-
cación de Manuel Prado, entre 1956 y 1958, que a la
Escuela Normal Central (Cantuta) se le quitó el rango
universitario y la autonomía, a través de una norma
aprobada en esa época.
APORTE OLVIDADO
El doctor Walter Peñaloza Ramella, en un texto titula-
do José María Arguedas en mi recuerdo, recordó que
recién en la Reforma Educativa de 1972 se tomó en
consideración para el curso de Lenguaje el método
educativo de hablar, leer y escribir, "dedicando tres
de las cuatro horas del curso a la práctica de la
lectura en clase, la elocución oral y la redacción,
y solo una hora de nociones gramaticales básicas".
Sin embargo, dice el propio Peñaloza, este método
novedoso había sido aplicado ya treinta años atrás
por el ministro Oliveira, a sugerencia de José María
Arguedas, quien lo había aplicado en sus tempranos
años de enseñanza.
HISTÓRICO. El actual colegio Teresa Gonzales de Fanning fue la primera sede de la universidad La Cantuta.
14 VARIEDADES
ARTE
Académico, talento constante y estudioso de la pintura, calidades que coinciden en uno de los más grandes artistas peruanos: Ignacio Merino, a quien el Mali y la Municipalidad de Lima le organizan una muestra panorámica de su obra.
ESCRIBE: RUBÉN YARANGA MORÁN
Ambición sería la palabra apropiada para hablar de
esta persona motivo de nuestro artículo y de lo que
ahora se expone con respecto a la actividad a la que
se dedicó con ahínco y talento.
Acaso esa ambición estaba en sus genes y no tuvo que
ver con la posesión de bienes materiales, pues cuando vino
al mundo lo hizo en el seno de una familia acomodada del
norte, integrada por el juez real José Clemente Merino y
doña Micaela María Muñoz. Holgura económica tendría el
que nacería en Piura el 30 de enero de 1817, con el nombre
de Ignacio Merino Muñoz.
El talento por el que sería reconocido recién lo descu-
briría lejos de la tierra peruana. A los 10 años, sus padres lo
llevan a Francia para que estudie. Era 1827. En esta ciudad,
donde todo lo que brilla es conocimiento y arte, París, allí,
Ignacio se olvidará de lo que sus padres habían planeado
para él y enamorado de los colores, la paleta y el pincel, se
decanta entusiasmado por la pintura. En esa ambición de
lo espiritual lo volcará todo y nada lo detendrá. Ha elegido
y su camino ya está trazado, no hay vuelta atrás.
Hay ambición, hay talento, pero eso necesita de otras
cosas, y una de ellas es un guía para que no se pierda
en el camino de su vocación, Ignacio lo encuentra y no
uno, sino tres. El primero influenciaría más en su pintura,
el maestro Paul Delaroche; el segundo sería Raymundo
Monvoisin; y el tercero respondería al nombre de uno de los
más importantes pintores románticos: Eugenio Delacroix.
Con ellos, el joven pintor conseguiría pulir su arte, pero
SEMBLANZA DEL ARTISTA PERUANO
El romántico Merino
OBRAS. Tres pinturas de Ignacio Merino durante su paso en Europa: Colón en Salamanca, Los frailes atravesando un vado y Un matador (Der.).
Lunes 25 de abril de 2011 15
LIMA
ALTA
FIDELIDAD
Lejos del cliché
Los detractores del rock pesado suelen ser tan
apasionados como sus seguidores. Sus argu-
mentos siempre han apuntado a una supuesta
falta de originalidad de estilo, que suele apelar más a
lo emotivo y a lo visceral que a lo cerebral. Felizmente,
hay grupos como Árbol de Fuego, cuyo trabajo, sin
dejar de ser respetuoso de las convenciones del
género, también denota intenciones de alejarse de
lo previsible.
Que la portada del disco –épica, poderosa, tan
'metalera'– no conduzca a juicios apresurados. La
música de este trío limeño tiene una base metálica,
pero también presenta diversas aristas, derivadas
de las múltiples influencias que sus integrantes
parecen tener.
"Cliché", por ejemplo, es una canción en la que la
pesada contundencia de la base rítmica se ve matizada
por la inclusión de instrumentos de percusión latina
y por el añadido de un efecto de distorsión aplicado
a la voz del vocalista y guitarrista (y fundador de la
banda) Jorge Pintado, que termina acercando el
tema a territorios psicodélicos.
Tal vez bastaría ese ejemplo para llamar la aten-
ción sobre lo que Árbol de Fuego hace o pueda hacer.
Pero también está "Ven" y sus distintos tiempos, que
oscilan con fluidez entre el metal, el rock progresivo
y el denominado rock alternativo de los años 90. Una
muestra, además, de la pericia instrumental del trío,
la misma que se exhibe en "Ocaso", composición más
cercana al modern rock de hace dos décadas y dueña
de un arreglo de teclados sumamente singular.
El acabado sonoro es bastante notable para
tratarse de una ópera prima (la única producción
que el grupo tenía antes de este CD era un demo
con pocos temas) y permite identificar con claridad
la destreza con la que todos los instrumentos son
manejados. Un detalle adicional es la inclusión del
videoclip del tema "Umbral", que puede verse al poner
este prometedor disco en una computadora.
ESCRIBE: FIDEL GUTIÉRREZ M.
FICHA TÉCNICA:ARTISTA: Árbol de FuegoCD: NumenSELLO: Sonidos Latentes ProduccionesPAÍS. Perú
no podría abstraerse de la tentación de la cultura del Viejo
Continente y su pincel se ocuparía muy tímidamente de
los temas históricos de nuestro país.
En 1838, a la sazón tenía 21 años, regresa al Perú.
Su inquietud pictórica, como ya se dijo, prescinde de lo
histórico y se siente atraído por los paisajes y las cos-
tumbres del país. Las obras de Pancho Fierro y el alemán
Mauricio Rugendas despiertan su interés y admiración.
Al año siguiente, la Academia de Dibujo de Lima tiene
como su director a Ignacio Merino. Allí sus conocimientos
aprendidos en Europa servirán para la forja de una gene-
ración de pintores. Impartirá una docencia generosa que
no se guarda su saber en alumnos que darán nombradía
a la academia: Luis Montero y los tres Francisco: Lazo,
Masías y Arrese. Hasta 1850, se proyecta la luz de su
etapa costumbrista, de la que sería su obra cumbre La
jarana de Chorrillos. Santa Rosa de Lima, Fray Martín
de Porres, Lima por dentro y por fuera y la gente limeña
sirven de inspiración para su pincel. Una etapa acaba: la
costumbrista. Europa lo reclama, Merino parte al llamado.
Su arte necesita refrescarse.
Retorna ese año a París, allí, en 1855, logra su con-
sagración con Colón y su hijo Diego recibiendo hospita-
lidad en el convento de La Rábida, que es el principio de
pinturas de temas históricos dedicados a la aventura del
descubridor de América. Esta pintura se conserva en la
catedral de Lima. Las salas de la Ciudad Luz presentarán
los cuadros del pintor peruano desde 1850 a 1876. Pero
antes, Merino dedica su obra a recrear la historia en el
atelier del pintor Delaroche. Se interesa por la pintura del
Siglo de Oro español, visitando la península ibérica de 1855
a 1860. Conoce la obra de Zurbarán, Murillo y Velázquez,
y asimila y recrea el cromatismo de estos maestros a su
obra pictórica con originalidad. De ese nutrir el espíritu
son las obras que exponen en París a partir de la década
de 1860. Los ejemplos son El fraile franciscano, Fraile o
niño, Frailes atravesando un vado. Perseverante, Merino
continúa en pos de mejorar su arte y el influjo del claros-
curo de los pintores flamencos se evidencia en El bravo y
la que sería considerada su obra última, La resurrección
de Lázaro. Antes de que la muerte lo visite, decide traer a
Lima su obra creada durante su estadía en París, allí habría
de morir en 1876.
Ambiciosa la apuesta del Museo de Arte de Lima (Mali)
para exponer la obra del gran pintor académico piurano,
que lleva el título de Ignacio Merino. La historia imaginada
y que forma parte de un ambicioso plan para presentar
exposiciones de los artistas peruanos más sobresalientes
del siglo XIX, entre ellos Carlos Baca Flor, Pancho Fierro y
Francisco Lazo. La muestra se abrirá al público dos días
después de la publicación de este suplemento, el miércoles
27 del corriente. Vamos al museo, esto no es una orden, es el
nombre del programa educativo que tiene en la Municipalidad
de Lima y el Mali a los mentores, que saben que la cultura
es el alimento que necesita el espíritu y los sentidos. Y nada
mejor que comenzar con la pintura de un maestro formado
en el conocimiento de los también llamado maestros de la
pintura universal: el piurano Ignacio Merino Muñoz.
EN 1838, A LA SAZÓN TENÍA 21 AÑOS, REGRESA AL PERÚ. SU INQUIETUD PICTÓRICA, COMO YA SE DIJO, PRESCINDE DE LO HISTÓRICO Y SE SIENTE ATRAÍDO POR LOS PAISAJES Y LAS COSTUMBRES DEL PAÍS.
16 VARIEDADES
ELOTROYO
Entrevista completa en www.andina.com.pe
Es el gestor de que Paul McCartney llegue al Perú y lo convierta por un día en la vitrina mundial del rock. Es afable, romántico y en el otoño de su vida llega satisfecho.
“ME ENCANTA TOCAR GUITARRA”
ROBERTO JORGE FERRAND
ENTREVISTA: SUSANA MENDOZA SHEENILUSTRACIÓN: TITO PIQUÉ ROMERO
¿Es un fan enamorado de Paul McCartney o de los
Beatles?
-Los Beatles fueron importantes en mi vida ado-
lescente y joven. A los 14 años, en el colegio secundario, la
primera música que empecé a oír fue la de ellos. Yo estudié
en el colegio nacional San Isidro, en Buenos Aires.
Fue como premonitorio...
-Quizás lo fue, pero nunca lo pensé. Lo curioso es que
la mitad de la clase era hincha de los Rolling Stone y la otra,
de los Beatles. De esta, la mitad era de John Lennon, y la otra
de Paul McCartney. Yo era parte de ese grupo. Pero no tengo
un fan en el corazón.
No se moría por traerlo, pero ¿cómo lo logró?
-Cuando uno es empresario conoce a solistas, grupos
y bandas de todo el mundo. Yo empecé mis negociaciones
con él hace dos años. Un gran amigo argentino en Chile me
comentó que McCartney estaba viendo la posibilidad de
regresar a Latinoamérica nuevamente y me puso en contacto
con su manager.
¿Es empresario o promotor?
-Mi ansia de ser empresario de música fue para promover
la música.
¿Ha hecho música?
-Cuando era chico me encantaba tocar un poquito el piano
y la guitarra. A veces la toco, pero fíjese qué loco, la primera
canción que aprendí a tocar en guitarra fue "Let it Be". Después
la saqué en piano.
¿Imaginó ser empresario de músicos importantes?
-Jamás. En el otoño de mi vida, esto que he logrado ahora
es un regalo de Dios. Yo no tenía pensado hacerlo. Usted no
se imagina cómo estaba todo desalineado y cómo él lo ha ido
alineando todo para que este concierto se realice.
¿Se siente recompensado?
-Creo que obrar bien te lleva por buen camino.
Después de 33 años, mi nombre es garantía de que
nunca engañé a nadie. Siempre quise construir
esa confianza. Me gusta. Además este trabajo
me ha permitido vivir muy bien y que a mis
hijos no les falte nada.
El trabajo le exige ser organizado...
-Sí, pero en la vida se tiene que ser
organizado. Para ser periodista, zapatero o
cebichero...
¿En todas las áreas de su vida es así?
-No. En el amor fracasé bastante. Me casé y
separé tres veces. No es ninguna virtud sino un defecto.
Un tipo organizado se casa una sola vez y tiene una mujer
para toda la vida. No tengo problema de que mi vida no haya
sido así, pero me hubiera gustado más ser hombre de
una sola mujer y tener los hijos que tengo con una
sola madre.
¿Cómo es en el trabajo?
-Me considero un tipo muy rígido, aferrado a la
letra, la gente que trabaja conmigo desde hace muchos
años me conoce. Soy un jefe exigente, a veces medio
gritón. Me exacerbo demasiado. Tal vez soy un
poco intolerante.
¿Qué ama de nuestro país?
-Sobre todo a su gente. El peruano es
exageradamente amable, abierto. Me gusta
tremendamente la comida. Como mucho
pescado, mariscos y pollo. Además mis dos
hijos viven acá y mi nieta de 7 años.
¿Qué desea hacer después de traer al ex
Beatles?
-¿En mi vida personal o profesional? Porque lo
que más aspiro es irme a vivir a Máncora, escuchar la
música que me falta escuchar, leer los libros que me
faltan leer y ver las películas que me faltan ver.