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y/y/y/y/CristinaDuro/Duro/Duro/Duro/Alejandro
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viaMornati/Mornati/Mornati/Mornati/JesúsAndrés/Andrés/Andrés/Andrés/S
araBiassu/Biassu/Biassu/Biassu/SalvadorCurbelCurbelCurbelCurbel
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LAISLA revista objeto LAISLA revista objeto LAISLA revista objeto LAISLA revista objeto nº1nº1nº1nº1
LAISLA es una edición sin ánimo de lucro,
independiente, limitada, basada en el concepto
de museo/ galería de arte en movimiento,
transportable. Cada número de la revista es
una obra de arte en sí mismo, un trabajo
colectivo sobre un tema común propuesto
previamente.
Contiene piezas originales (firmadas y
numeradas) de distintos artistas vinculados
con Canarias, de una u otra forma, o invitados
por LAISLA para participar puntualmente en una
propuesta concreta.
El punto de partida es explorar las
posibilidades de comunicación y
experimentación en la diversidad: distintos
artistas, desde distintos lugares, con un
vínculo común –la insularidad-, expresando en
distintas disciplinas su visión personal sobre
un tema común.
Entendemos que la insularidad condiciona, y
por tanto, condiciona al artista, siendo este
el nexo de unión entre los colaboradores de
LAISLA.
La insularidad, incluso, como metáfora.
Para el número 1 de LAISLA- revista objeto, el tema propuesto
es VIAJE.
Se abrió una convocatoria internacional proponiendo como
reto a los artistas explorar otra forma de comunicarse
realizando una pieza a modo de merchandissing de su obra,
una pieza destinada a estar en íntima relación con el cuerpo,
portable*.
Una pieza que tiene como destino ser exhibida a modo de
museo-exposición transportable acompañando a quien la lleve
en su personal viaje vital, en lugar de ser situada en un espacio
expositivo estático.
*Arte portable: posibilidad de llevar en el cuerpo, y a todos
lados, una pieza artística.
Viaje
Para un nómada empedernido como yo, viajar no es un
hecho aislado, sino un modo de vida. Digamos por ejemplo, que recorrí
Italia en tren desde Milán hasta Siracusa. O la coste oeste, desde
Vancouver hasta Tijuana. Digamos que observo el mundo desde la
cofa. Digamos que he cambiado de casa y hospedaje, no tantas veces
como Georges Perec, pero si las suficientes para algunos "me acuerdo".
Me acuerdo que en un diario-rayuela, tras visitar Buenos
Aires, escribí que había que pintar de negro las panzas de algunos
aviones y llamarlos Aerolíneas Aqueas.
Además del viaje, en el que uno hace un traslado efectivo,
también está el viaje á rebours, hecho sin salir del salón, el de casa. Y no
es desestimable. Es igualmente perturbador adentrarse en la lectura de
obras como Odisea o Ulises. Relatos que unen el número cero, Isla, con
este número uno, Viaje. Paralelismos y correspondencias atraviesan
nuestra mente en el deambular real o ficticio de una a otra ciudad, de
uno a otro catálogo. Quizás otros prefieran ese otro vagabundear
urbano de Le Spleen de Paris, o incluso flotar en Los paraísos artificiales.
También está el viaje en el otro salón, el artístico. El recorrido por el
gabinete de curiosidades que aguijonea la imaginación y pone en
marcha nuestra capacidad asociativa.
Este catálogo, salón-portátil, es otro trayecto cuyo canto de
sirenas nos atrae sin remedio. Es muestra del enunciado "Arte portable:
posibilidad de llevar en el cuerpo, y a todos lados, una pieza artística".
A este envite, Silvia Mornati, propone un broche puente como un
vínculo temporal entre dos personas. Mónica Vallejo nos identifica con
el boleto del colectivo, el billete de autobús decimos acá. Jesús Andrés
ha hecho un colgante brújula en el que las flechas son iconos de play.
Para Airam Alvarez el equipaje de vuelta son las fotografías. María
Espinoza da puntadas -que también significa palabras para recordar-
de hilo en el mapa. Tito Superstar nos ofrece un micrograma viajero.
Sara Biassu, nos sitúa a todos en Zaragoza, y a dicha ciudad en cada
uno. Marcela Peral, nos da un fragmentario mapa colgante para
perdernos. Sonia Ramírez, sólo necesita ropa limpia para viajar, pero
con el término "muda", simboliza el cambio que sufre el viajero. Para
Susana Munay, no hay viaje sin vuelta, y sugiere guardar bien las llaves
del hogar. El broche de Cristina Duro, es un paisaje de ciencia ficción.
Silvia Castell, ha diseñado un buque anular. Min Zhu, espía los viajes
de los demás a través de los cristales de su medio de transporte. El
broche-nido de Anabel Lorca es un ovillo de historias pendientes de
contar y otras por incubar. Mónica Desirée ha hecho un faro con
flotantes destellos retóricos. El colgante de Salvador Curbelo, es un
paquete de viñetas viajeras. Silvia Lissa, mediante un sello postal
propio, nos obliga a recrear un país imaginario. Virginia Sánchez crea
un foto-libro portátil extraíble del broche. Alejandro Uribe, nos da las
instrucciones del juego para inventar recorridos. El escapulario de
Jarintzi Muñoz evoca un viaje interior. Mar Lozano envasa oxígeno
para nómadas. Y para El viajero impresionista, el destino es su blog.
Tanto si uno hace el viaje de largo recorrido en el espacio y el
tiempo, el de breve recorrido de galería o el recorrido mental de la
literatura o el catálogo, viajar es hacer un movimiento unidireccional.
Nunca se vuelve el mismo al mismo sitio. Uno cambia, el espacio
cambia, y el tiempo transcurre. Podríamos decir que uno no viaja si no
cambia nada. Un inmovilismo tenaz es imposible. Ulises es
irreconocible a su vuelta a casa. Pero también nosotros somos
irreconocibles tras la lectura de Perec, Homero, Joyce, Huysmans o
Baudelaire.
Sumadas ambas cosas, cada día reconozco menos a los
demás, al uno mismo del día anterior. Y el mundo se vuelve cada vez
más frágil, más difuso.
Un paradójico proceso en el que cuanto más se vive, más se
percibe que el mundo es incomprensible, inabarcable. Y añado,
inconmensurabilidad de la realidad en relación a los conceptos indica
Lyotard. Los recuerdos sólo tienen peso simbólico. El viaje te hace más
tolerante, comprensivo, paciente. La experiencia es lo que uno desea
obtener y retener. Recientemente volví a Siracusa. Ambos habíamos
cambiado. Y aún me pareció más hermosa. "La más bella de todas las
ciudades", a decir de Cicerón.
Cada vez mi equipaje es más ligero y mi nave más liviana.
Cortad las amarras, aparejad, partamos.
Jesús Andrés
Murcia, septiembre 2010
Silvia Mornati, Italia
“Da core a core”, broche doble
Mónica Vallejo, Argentina
“Colectivo en Tucumán”, broche
Jesús Andrés, España
“Play in any direction”, colgante
Airam Alvarez Abella, España
“Equipaje visual”, serie de fotografías
María Espinoza, E.E.U.U.
“Kit de viaje”
Tito Superestar, España
“Literatura viajera”, accesorio
Sara Biassu, España
“Destino Zaragoza”, anillo
Marcela Peral, Argentina
“Viajar es ir y a veces volver”, etiqueta colgante
Sonia Ramírez, España
“La muda”, objeto
Susana Munay, Argentina
“Funda para naves de bolsillo”, accesorio
Cristina Duro, Argentina
“Aventar”: paisaje desbordado, broche
Silvia Castell, España
“Por mar”, amillo
Min Zhu, China
“Viajar es…”, fotografía, ilustración y texto
Anabel Lorca, España
“Viaje a la semilla”, broche-nido
Mónica Desirée, España
“El faro que no podía…”, accesorio Salvador Curbelo, España
“Viajes”, colgante
Silvia Lissa, Argentina
“Viaje”, accesorio
Virginia Sánchez, España
“A veces…”, foto-libro portátil
Alejandro Uribe, México
“Guía de viaje”, objeto
Jarintzi Muñoz, México
“El mejor viaje”, escapulario
Mar Lozano, España
“Oxígeno”, objeto
El viajero impresionista, blogger
“Impresiones de viaje”