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DIVISIÓN: CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
TESINA: “IMPORTANCIA DEL SECTOR AUTOMOTRIZ COMO MODELO DE CRECIMIENTO
ECONÓMICO”
QUE PRESENTA YALÚ MARICELA MORALES MARTÍNEZ
PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIATURA EN ECONOMÍA
ASESOR: RAÚL CONDE HERNÁNDEZ
México, D. F. 31 de Mayo de 2006
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INDICE INTRODUCCIÓN
A. Patrones de Crecimiento.
A.1 La Industrialización de Sustitución de Importaciones (ISI)
1.1) Primera Etapa 1940-1955
1.2) Segunda Etapa 1956-1970
1.3) Tercera Etapa 1971-1976
1.4) Cuarta Etapa 1976-1982
A.2 La Industrialización Orientada hacia las Exportaciones
(IOE)
2.1) Primera Etapa 1983-1987
2.2) Segunda Etapa 1988-1994
B. Industria Automotriz
1. Primera Etapa 1925-1960
2. Segunda Etapa 1960-1978
3. Tercera Etapa 1979-2003
C. Factores importantes que inciden en el Sector Automotriz
C.1 El TLCAN y el Sector Automotriz
C.2 Maquiladora
C.3 Cambio Tecnológico
C.4 Inversión Extranjera Directa y Empresas Transnacionales
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
CUADRO DEL VALOR AGREGADO NACIONAL DEL SECTOR AUTOMOTRIZ
CUADRO Y GRÁFICA DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA DE 1994-2002
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INTRODUCCIÓN La transformación que ha experimentado el sector automotriz, se erige como
modelo de estudio para intentar comprender porque sectores dinámicos de
exportación no han constituido la punta de lanza que impele la máquina de
crecimiento económico en el país. En principio se contextualiza en forma general
con dos patrones de crecimiento: el modelo de Industrialización de Sustitución de
Importaciones (ISI), el cual se caracterizo por una intervención central del Estado,
protección a la industria naciente y al mercado interno. El objetivo principal de este
proyecto, perseguía dinamizar ciertos sectores económicos particularmente el sector
manufacturero, dentro del cual la industria automotriz se concentró en el
ensamblado de vehículos y en la producción de autopartes. Los decretos emitidos
sobre la obligación en cuanto al contenido nacional de la producción se encauzaban
hacia la finalidad de fortalecer el encadenamiento hacia delante y atrás de la
economía nacional. Y el modelo de Industrialización Orientada hacia las
Exportaciones (IOE), que tiene como substrato las políticas promovidas por el
Consenso de Washington (se adjudicaba a la fuerte intervención estatal, la causa del
déficit presupuestal). Este modelo concede suma importancia al sector exportador
como promotor de las exportaciones, en el cual se maximiza la asignación eficiente
de los factores productivos y con el supuesto también de que se consolida la
especialización en base a las ventajas comparativas de costos. Las exportaciones
en el mejor de los casos, generarían un mayor grado de utilización de la capacidad
industrial, mayor especialización horizontal, una mayor familiaridad con las
tecnologías, mayores efectos de aprendizaje, precios internacionales competitivos y
calidad en los productos1. Conjuntamente se plantea como meta la estabilidad
macroeconómica: políticas monetarias y fiscales restrictivas, que serían la condición
para que el libre mercado en su status de “laisser faire”, tienda automáticamente al
equilibrio.
El sector automotriz a raíz de la entrada en vigor del TLCAN, sufre una
modificación importante a partir de “las reglas de origen”, es decir, los requisitos en
cuanto al valor agregado nacional para la industria automotriz terminal que se
eliminaría gradualmente hasta su totalidad en el 2004. En el período de la
liberalización, la Inversión Extranjera Directa (IED) se convierte en el instrumento 1 Dussel Petes, “La economía de la polarización”, 1997; pág.34
4
principal de financiamiento para la estrategia de desarrollo de industrialización
Orientada a las Exportaciones (IOE). La nueva tendencia del mercado internacional
se encuentra inmersa en el factor “competitividad” y junto con la apertura comercial y
financiera, obliga a las Empresas Transnacionales (ET) a redefinir sus estrategias.
Estas industrias tienen la característica de organizar la matriz de las manufacturas
para satisfacer sus necesidades y funcionar con muy importantes economías de
escala2.
Por otra parte la competencia de los japoneses ha explotado los nichos de
mercado con la diversificación de modelos, rediseñando el proceso productivo e
introduciendo la manufactura flexible (producción modular en el sector automotriz)3.
Se ha instrumentado mecanismos para reducir costos (métodos para reducir el
tiempo unitario por producto como el toyotismo o justo a tiempo, basado en la
reducción de los inventarios generales y de los productos finales) y enfrentar la
creciente diversidad de la demanda4.
Se ha procurado definir ciertos factores con cierto peso específico sin dejar de
entrever que existen otros factores no menos importantes. Este ensayo es una breve
intención de explicar como los procesos tecnológicos- productivos en constante
cambio y las relaciones de las entidades productivas (compañías con alcance
mundial) en su entorno complejo inciden en el fenómeno de estudio.
2 La jornada, miércoles 25 de Enero del 2006 ;Pág. 28 3 Ibid 4 Comercio Exterior, VOL.53, NÜM.4, Abril del 2003
5
“IMPORTANCIA DEL SECTOR AUTOMOTRIZ COMO MODELO DE CRECIMIENTO ECONÓMICO”
A) PATRONES DE CRECIMIENTO El ensayo que a continuación se desarrolla se propone comprender la forma
en que el sector automotriz ha sido concebido, como “una industria con
características propias que le han llevado a una vinculación estrecha con otras
ramas (industrias del vidrio, acero, hule y plástico, metal básico, entre otras y
servicios relacionados con el transporte, la infraestructura carretera y la reparación y
comercio de vehículos automotores), provocando importantes efectos
multiplicadores” y extensivos del valor agregado, efectuando con ello una aportación
de sumo interés en la generación de empleo. “El dinamismo y la innovación son
características de esta industria por lo que se ha constituido como uno de los
sectores líderes en los países que han sabido incrementar su competitividad”. “La
industria automotriz mexicana, representada por la industria terminal (producción de
vehículos) y la de autopartes, es la segunda en importancia en el país después del
sector petroquímico al contribuir en 1990, con el 2.3% del PIB nacional y 9% del PIB
manufacturero” 5.
El papel que la manufactura desempeña en las economías como Kaldor lo
señala:” tiene una correlación positiva con respecto al crecimiento del PIB; existe
una importante dependencia de otros sectores de la manufactura y los beneficios
derivados de los crecientes rendimientos a escala, son mas significativos en el
sector, que en el resto de la economía”6. Por lo tanto al enfocarnos específicamente
en este sector por el grado de importancia que reporta en la economía mexicana, se
propone constatar el impacto real en el crecimiento económico a través de la
evolución de esta industria. Se explicará la estructura de este sector y a su vez su
participación en la conformación del PIB nacional. Para empezar se describirá el
transito del sector automotriz entre dos patrones representativos de crecimiento
económico: 1) La Industrialización de Sustitución de Importaciones (ISI) que abarca
el período de 1940 a 1982 y 2) la Industrialización Orientada hacia las Exportaciones
(IOE) prevaleciente después de 1982, que desde nuestra perspectiva podrían 5 Véase fuente:Tratado de Libre Comercio” Monografía del Sector Automotriz”, pág.131 6 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; 101
6
explicar los matices y el cambio experimentado que nos darán pauta para determinar
si el liderazgo de este sector tiene el efecto real de impeler el crecimiento
económico.
A.1) LA INDUSTRIALIZACIÓN DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (ISI) La industrialización de sustitución de importaciones fue un esfuerzo de los
países latinoamericanos para desarrollar el sector manufacturero, fundamentando su
ejecución en el Teorema de Prebisch- Singer. Este teorema plantea el problema del
desarrollo desigual confinado en las relaciones internacionales Norte-Sur (término
que hace referencia a los países industrializados con elevadas rentas per cápita y
que se encuentran en su mayoría, en el hemisferio norte y los países en vías de
desarrollo esencialmente países agrícolas en vía de industrialización, que se
encuentran en el hemisferio sur). Esta desigualdad se ve reflejada principalmente en
los términos de intercambio comercial entre Norte y Sur, cuya relación es
determinada por “la tasa de crecimiento y la elasticidad de ingreso de las
importaciones”7de cada país. Es decir, significa que en una economía en proceso o
vía de desarrollo, a pesar de que la tasa de crecimiento del producto aumenta, las
importaciones tienden a aumentar a un ritmo superior. Desde una perspectiva
cepalina se explica el fenómeno de la siguiente forma: en los países en vía de
industrialización existe una acumulación insuficiente y presión demográfica, por lo
que la absorción de la fuerza de trabajo es lenta “en capas técnicas de superior
productividad” (transferencia hacia la industria y otras actividades) y la tendencia es,
que las remuneraciones de la fuerza de trabajo y precios de los productos primarios
no suben (salvo que otros factores como por ejemplo la escasez de tierra
disminuyera la oferta, que por otro lado acrecentaría las rentas y no las
remuneraciones). Todo lo anterior expuesto, causa el deterioro relativo de sus
precios comparado con los bienes diversificados que se importan (bienes
técnicamente más avanzados y por lo general con precios más altos) 8. Los factores
que impulsan las importaciones en este contexto de forma excesiva son: el
incremento del nivel de vida de la población durante el crecimiento, la cual demanda
bienes de consumo manufacturados ya que la oferta interna no es suficiente y la
actividad del crecimiento aún moderado, que demanda la importación de bienes 7 Véase fuente: Ibid; Pág. 29 8 Véase fuente: Raúl Prebisch, “Capitalismo Perférico”,FCE,1987; Pág.199
7
intermedios y bienes de capital, necesarios en el proceso productivo. Por el lado de
las exportaciones, los productos primarios son parcialmente absorbidos en el
mercado interno y sus precios dependen de las fluctuaciones de la demanda
mundial. Existe por lo tanto, en los países en vía de desarrollo una “debilidad
congénita” o estructural interna, “las importaciones crecen más rápido que el ingreso
nacional y las exportaciones crecen más lento que el ingreso nacional “9. Esta
circunstancia influye drásticamente en la interacción internacional, dando lugar a una
correspondencia asimétrica entre los países que cada vez se amplia en un abismo
de desarrollo desigual.
Con este precedente se promovió una intensa participación del Estado, el cuál
impuso “altas y crecientes tarifas arancelarias y no arancelarias, derechos de
importación, tipos de cambio múltiple, subsidios e incentivos apoyando las
importaciones de bienes intermedios y de capital”10, es decir, se emprendió una
serie de políticas para proteger el mercado interno y su incipiente industria. En base
a las fuentes consultadas se podría dividir este patrón de crecimiento en cuatro
períodos:
1.1) En una primera etapa (1940-1955) se busco sustituir bienes no duraderos por
bienes producidos nacionalmente, favoreciendo las importaciones de bienes
intermedios y bienes de capital con tipos de cambio sobrevaluados para estimular la
industrialización de las manufacturas y lograr el eslabonamiento productivo hacia
delante y hacia atrás. La inversión extranjera directa se concibió como un elemento
complementario del ahorro interno y la asistencia tecnológica, un incentivo técnico
para la modernización industrial. Este acontecimiento, cimentó sus bases desde el
gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940), con un nuevo régimen de acumulación
direccionado por el Estado, observándose a partir de 1940 a 1955 una tasa
promedio anual de crecimiento del PIB real de 5.73% aproximadamente. La
formación de infraestructura pública para apoyar y subsidiar la industrialización se
financió con la creación monetaria, registrándose paulatinamente un “incremento de
la masa monetaria (monedas + billetes + cuentas de cheques) a una tasa promedio
anual de 17.7%” entre 1940 y 195511. La exoneración fiscal y arancelaria consolido
9 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 32 10 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 30 11 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 26
8
su intención para estimular el crecimiento económico en 1945 con, “La Ley de
Industrias Nuevas y Necesarias”, la cual otorgaba descuentos del 40% sobre el
impuesto al ingreso corporativo y liberaba de obligación, el impuesto sobre aranceles
de maquinaria, equipos y materias primas12. Se crea en 1934 la Nacional Financiera
para sufragar los gastos de proyectos de inversión a largo plazo. Hubo un
crecimiento dinámico de la inversión/ PIB, del 7% en 1940, 15% en 1954 y 20% en
197013. En este rubro, la inversión extranjera directa se impidió en ciertos sectores
estratégicos (petróleo, petroquímica, electricidad) y en industrias básicas y
semibásicas (minería y fertilizantes) compitiendo en las mismas condiciones que el
capital doméstico14. Se percibe en la balanza de pagos un incremento en las
importaciones, originando como consecuencia un déficit en la cuenta corriente,
visible en la pérdida de reservas del Banco Central (1946, 1947, 1948 y 1951). Este
desequilibrio externo fue acompañado por diversas devaluaciones como la de 1948-
1949 que fue a su vez el resultado de un reajuste a nivel mundial de las monedas
con respecto al dólar, 1949-1950 durante el período de la guerra de Corea y 1954 a
partir del cual, se mantuvo una paridad fija con respecto al dólar a lo largo de 22
años15. En este lapso de tiempo es importante destacar que se deterioro el sector
primario pese a sus tasas positivas de crecimiento16. Los excedentes del sector
agrícola y turístico junto con la inversión extranjera directa, habían financiado el
régimen de acumulación y sobre todo el desarrollo del sector privado manufacturero,
este último cada vez más dependiente de las importaciones. El período de 1940-
1955 se caracterizó por un crecimiento dinámico, inflación, desequilibrio externo
(salvó el excedente de la cuenta corriente en la balanza de pagos, en 1955) y
devaluación. En ese tiempo se discutía el dilema de la política keynesiana, en
cuanto al papel que desempeñaba el Gobierno al aumentar el gasto público a través
del déficit presupuestal para mantener la demanda y por ende el nivel de empleo,
provocando a cierto plazo inflación y a su vez sobrevaluación del tipo de cambio y
finalmente déficit externo. Se concluía junto con la corriente cepalina que el
12 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 122 13 Véase fuente: Ibid; Pág. 122 14 Véase fuente: Ibid; Pág.124 15 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 30 16 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 124
9
mecanismo de corrección para modificar el déficit externo basado en la devaluación
de la moneda no era el adecuado, ya que el “origen del desequilibrio era
estructural”17.
1.2) El intervalo de tiempo de 1956 a 1970, conocido como la época del “desarrollo
estabilizador”, se particularizó por el anclaje de un tipo de cambio fijo del peso con
respecto al dólar. El propósito de esta política era no corregir el desequilibrio externo
con este mecanismo y en su lugar recurrir a la inversión extranjera y crédito
externo18. La sustitución de importaciones de productos de consumo duradero se
impulsa desde los años 60s. Se mantiene una estabilidad relativa de precios y se
advierte un crecimiento anual promedio de 6.74%19. La política fiscal se utilizó como
instrumento catalizador de la inversión a través de subsidios y exoneraciones. Las
empresas públicas ofrecían energéticos y servicios a precios preferenciales. La tasa
de interés real atrajo ahorro interno y fondos extranjeros, con la exención del pago
de impuesto sobre el rendimiento de ciertos instrumentos de renta fija20. El gobierno
mexicano recurrió al endeudamiento externo para compensar los déficit en gasto
público y balanza de pagos, es decir, se pensaba que el gobierno al vender divisas
extranjeras a los nacionales, obtendría en moneda nacional el dinero necesario para
sufragar sus gastos, sin tomar en cuenta los impuestos que devendrían
posteriormente, para pagar los intereses de la deuda externa21. El objetivo era no
inhibir el ahorro y por tanto la inversión privada a través del aumento de impuestos o
precios sobre servicios y bienes públicos, por lo que se recurrió al “crédito interno
mediante las reservas obligatorias en la Banca Central y por ser este insuficiente, se
acudió al crédito externo”22. En los años 70s permeába la política estabilizadora del
FMI (Fondo Monetario internacional) inspirada en Milton Friedman. Fundador de la
escuela monetarista, consideraba que las fuerzas del mercado son más eficientes
que la intervención pública, en el momento de fomentar crecimiento económico
estable sin tensiones inflacionarias (para reducir la masa monetaria y con esto
17 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 34 18 Véase fuente: Ibid; Pág36 19 Véase fuente: Ibid; Pág. 35 20 Véase fuente: Ibid; Pág.37 21 Véase fuente: Ibid; Pág. 121 22 Véase fuente: Ibid; Pág. 39
10
controlar la inflación, se aconsejaba reducir el gasto público). Esta escuela abogaba
por la restricción del déficit presupuestal, la desaparición del control de cualquier
política de precios, de impedir la distorsión de los sindicatos en el factor trabajo para
alcanzar su nivel de equilibrio, de la desnacionalización mediante la venta en
subastas de empresas públicas o prácticamente regalarlas con la creación de fondos
de inversión, impedir la intervención del Estado en el sistema de crédito (ya que el
mercado de capitales es el único instrumento racional para asignar la inversión).
También favorece la apertura de la economía al exterior (sobre todo de los países en
desarrollo), con la fijación de un tipo de cambio que incentive las exportaciones junto
con la desaparición de restricciones y barreras aduanales, medidas que darían paso
a la desaparición de capitales ineficientes, sustentados por una demanda ficticia
generada por el Estado23. El déficit en la cuenta corriente continuó prevaleciendo y
en los años 60s las licencias de importación representaron el 65% del total de las
importaciones (1965). El desequilibrio de la balanza de pagos fue propiciado también
por la relativa desprotección del sector agrícola declinante desde los 60s en
comparación con el sector industrial, en cuanto a su capacidad de reproducción y
soporte financiero24. Es importante hacer referencia que a la estabilidad económica
de este patrón de acumulación contribuyó la participación de la población urbana,
regulada en su legislación laboral a través de la Comisión Nacional de Salarios
Mínimos (1962), que determinaba los salarios base, que a su vez eran
complementados por los subsidios gubernamentales mediante las prestaciones no
salariales o ingresos indirectos25.
1.3) En el período de 1971-1976 la tasa media de crecimiento fue del 5%, el déficit
del sector público representó en promedio el 5.6% del Producto Interno Bruto, el
déficit promedio por concepto de precios sobre bienes y servicios producidos por
empresas estatales era en promedio del 1.9% del PIB (es decir, este porcentaje
significaba el subsidio a empresas y familias, agravándose particularmente en 1975
y 1976)26. Con la coyuntura principal de no aumentar los precios en bienes y
servicios públicos para no afectar el nivel de beneficio de los empresarios y una
23 Véase fuente: Ibid; Pág. 44 24 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 126, 127 25 Véase fuente: Ibid; 129 26 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 46 y 48
11
política fiscal regresiva (en 1974 existía una débil captación del 12.2% del PIB), el
gobierno recurrió al endeudamiento interno (emitiendo bonos y utilizando el
mecanismo de reserva obligatoria al sistema bancario, el cual a su vez afectó
negativamente a los pequeños y medianos empresarios) y al endeudamiento externo
en menor medida (el endeudamiento interno implicaba el 59% del financiamiento
total, mientras el endeudamiento externo respondía a un 41%). El endeudamiento
externo tuvo un crecimiento anual promedio de 29.8% en el período de 1971 a 1976
con tres características importantes: repunta la importancia de ser en su mayoría
créditos privados, el sector predominante que solicita el endeudamiento es el
bancario y el principal acreedor era la banca privada norteamericana27. El déficit en
la cuenta corriente de la balanza de pagos persiste y se acentúa con la crisis
petrolera de 1973, la cual provocó una disminución de la demanda de bienes y
servicios (el turismo particularmente) de las exportaciones mexicanas. Se había
suprimido la “Ley de Industrias Nuevas y Necesarias” a partir de 1975 (anulación o
modificación de aranceles sobre bienes de capital y descuentos sobre ingresos
corporativos). En el sector manufacturero se implementaron diversas leyes para
promover las exportaciones de este sector, destacándose las siguientes: a) en 1973
La Ley de Inversión Extranjera limitaba la participación en la propiedad de los
extranjeros al 49%. b) “se instauraron en 1971 los CEDIS (Certificados de
Devolución de Impuestos), que “reintegraban los impuestos indirectos sobre
productos e insumos importados” y c) se sustituyeron las licencias de importación
por aranceles. Se fortalecieron los programas automotrices (decreto de límite
mínimo de contenido nacional) en 1972 y de maquiladoras (Programa Nacional
Fronterizo) a inicios desde 1961 que tenía como propósito promover el desarrollo
económico y social en las zonas fronterizas de México28. Se instrumento con este
propósito, la creación del FOMEX (Fomento de las Exportaciones de Productos
Manufacturados) y del FONEI (Fondo Nacional de Equipamiento Industrial) para
financiar con créditos las exportaciones y así fomentar la sustitución de
importaciones. Sin embargo la sobrevaluación del tipo de cambio fue un factor que
contrarresto el objetivo deseado. Hasta que en Agosto de 1976, se registró una
inflación alta que ocasionó un diferencial grande de la moneda mexicana con 27 Véase fuente: Ibid; Pág. 49 28 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 136
12
respecto al dólar y obligó a devaluar aproximadamente en un 70% al peso,
implantando un sistema de libre flotación y así abandonando el tipo de cambio fijo
de 12.50 pesos por dólar29. Para ese entonces, hay una confrontación declarada
entre el Banco Central partidario de una política restrictiva en el ámbito monetario y
crediticio, que compartía la estrategia económica promovida por el FMI, en
contraposición a la tendencia del Gobierno a una política keynesiana de
expansionismo en gasto público, para generar el efecto multiplicador de la
demandaΨproducciónΨempleo.
1.4) Después de 1976, el período de crisis del régimen de acumulación que se
había gestado desde los años 70s a 1982, tiene como marco referente el
revertimiento parcial de la sustitución de importaciones, es decir, “el coeficiente de
bienes importados/demanda de bienes manufacturados se incrementó a niveles
similares a la década de los 50s”. La tasa promedio anual de crecimiento del PIB
entre 1977 y 1981 fue del 7.4%30. Se destaca en este período la petrolización de la
economía y la crisis de la deuda externa. Las inversiones públicas en los sectores
del petróleo y la petroquímica representaban cerca del 30% de la deuda externa,
hacia finales de los años 70s. Y aún cuando las exportaciones petroleras significaba
el 72.5% de las exportaciones totales de 1977 a 1981, la baja aportación de valor
agregado ocasionaba una estrecha dependencia de los precios internacionales del
petróleo31. El gobierno mexicano había firmado después de la devaluación de 1976
con el FMI, un acuerdo de estabilización económica para acceder al financiamiento
de este organismo, donde se comprometía a (disposiciones que finalmente no llevo
a cabo del todo): 1) Reducir el déficit del sector público hasta representar menos del
5.5% del PIB a través parcialmente por la reducción del empleo en el sector público,
cuyo crecimiento no debía rebasar el 2%. La otra forma de restringir el déficit
presupuestal fue restringiendo el crédito con altas tasas de interés. 2) Limitar el
endeudamiento externo en una disminución de menos de tres mil millones de
dólares. 3) Elevar el precio de los bienes y servicios públicos. 4) Dirigir la apertura de
la economía hacia el exterior, buscando en el fondo a través, de la reducción de
tarifas aduanales, racionalización de permisos de importación y la ausencia de
29 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 136 30 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 135 y 143 31 Véase fuente: Ibid; Pág.135
13
control de cambio la no corrección de la balanza de pagos. 5) Restringir los
aumentos salariales32. Esté último condicionamiento es un enfoque alternativo del
FMI, ya que Friedman delimita el problema de la inflación en el exceso de la
demanda, mientras que el organismo internacional lo posiciona en la inflación
causada por los costos, justificando de esta manera la represión de los niveles
salariales. El descubrimiento de yacimientos de petróleo y la creciente
representación de este sector en las exportaciones, permitió que continuara el
gobierno mexicano con lineamientos proteccionistas y de expansión monetaria. En
1979 el Plan Nacional de Desarrollo Industrial se propuso impulsar la vinculación
interindustrial y el crecimiento económico, a través de la inversión pública financiada
con recursos petroleros33, encaminando este proyecto a un esquema combinado de
industrialización de sustitución de importaciones y promoción orientada hacia las
exportaciones. A pesar de que el crecimiento del PIB en 1980 fue del 8.3% y en
1981 fue del 8.1%, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, déficit
presupuestal, inflación y deuda externa se incrementaron. Dada está última
situación, los cambios en los términos de intercambio (baja del precio del petróleo) y
las tasas de interés (aumento que influyó en la exigencia de primas de riesgo y
reducción de la duración de los préstamos) impactaron negativamente en el
crecimiento económico de México. Las corporaciones transnacionales se habían
concentrado en los sectores protegidos y de alta productividad como ensamblado de
vehículos, materiales eléctricos y no eléctricos, productos químicos, productos de
hule y bienes de consumo duradero, mientras que las empresas nacionales y
estatales se desempeñaban en los bienes intermedios y de formación de
infraestructura respectivamente. Las corporaciones transnacionales contribuyeron a
incrementar el coeficiente de importaciones mexicanas en un 48.9% y del déficit
comercial en un 115% entre 1970 y 1980, además de que con las utilidades
repatriadas contribuyo de forma negativa en la balanza de pagos34. Se esperaba que
algunas industrias como la automotriz y la maquiladora pudieran generar con las
exportaciones las divisas necesarias para cubrir sus importaciones y con los
32 Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 55 33 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 138 34 Véase fuente: Ibid; Pág. 126 y 139
14
excedentes contrarrestar el déficit en cuenta corriente35. Aún cuando se introdujo
nuevos parámetros arancelarios que incrementaron las importaciones y los precios
de los bienes básicos fueron excluidos del control gubernamental, el sector
manufacturero disminuyó su participación de las exportaciones totales de 44.8% en
1977 a 16.7% en 1981. Para 1979- 1980 el repunte en los precios petroleros avaló y
restauró la confianza del gobierno mexicano para pagar el servicio de la deuda
externa, permitiéndole endeudarse de 35.5 mil millones de dólares a 78.22 mil
millones entre 1980-198136. Durante el lapso de tiempo de 1973 a 1981 se generó
una concentración de industrias mexicanas y su participación en las ventas totales
del PIB aumentaron de 32.8% a 48%, mientras que la intervención de las
corporaciones transnacionales descendió de 35.4% a 25.2%. La inversión pública se
dirigió a la industria petrolera y la inversión privada se orientó a servicios y comercio.
Las altas tasas de interés, la eminente devaluación e inflación (durante 1976-1981 la
tasa promedio anual fue de 37.3% y la caída real de los salarios mínimos dio cuenta
en un 10%), la nacionalización de la banca en 1981 y la fuga de capitales en 1981 y
1982, precipitó la crisis del régimen de acumulación mexicano37. La sobreliquidez
mundial creada después del choque petrolero de 1973, había alimentado a los
eurobancos y bancos norteamericanos con los excedentes de países petroleros, el
déficit residual de la balanza de pagos norteamericanos y otras fuentes privadas. El
mecanismo de préstamo era similar al de un sistema de crédito interno, pero sin
control de la banca central o de alguna regulación extraeconómica que limitara la
emisión de liquidez. Dadas estas circunstancias y con el recurso de los ingresos
petroleros, el gobierno mexicano en 1981 contraía una deuda externa que se dividía
en deuda de corto plazo (correspondiente a 26% de la deuda total) y deuda de tasa
variable (que acaparaba el 70%). Entre 1978-1981 hubo un incremento de la tasa
LIBOR, tasa interbancaria establecida en Londres sobre los depósitos en
eurodólares a seis meses38. Siendo México el país en vía de desarrollo más
endeudado en cuanto a montos a tasa variable, significó el riesgo de disminuir su
crecimiento, ya que “la rigidez estructural de sus necesidades de importación”
35 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 138 36 Véase fuente: Ibid; Pág. 141 37 Véase fuente: Ibid; Pág. 143 38 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 59 y 125
15
traducida en un déficit crónico de la cuenta corriente en la balanza de pagos, no
permitía el proceso de reproducción del capital. El gobierno mexicano a principios de
1982 emprendió “sucesivas devaluaciones”, estableció un programa de austeridad
cuyos objetivos eran: reducir el gasto público, restringir el crédito, elevar las tasas de
interés e impuso para entonces, un doble tipo de cambio (un tipo de cambio
preferencial a las importaciones de alimentos e insumos como piezas de repuesto y
maquinaria, necesarios para el proceso de producción y otro tipo de cambio para las
demás transacciones que se regiría por la oferta y demanda)39. Estas disposiciones
lograron una disminución del déficit en la balanza de pagos, sin embargo se
desencadeno una fuerte inflación. Ante la expectativa de la incapacidad de pagar la
deuda externa y la inestabilidad monetaria, se extendió una ambiente de
incertidumbre que incitó a una parte de la población mexicana de altos ingresos a
transferir su riqueza a cuentas bancarias en Estados Unidos. La fuga de capitales
entre 1981 y 1982 creó una crisis de liquidez (las reservas del Banco Central
disminuyeron drásticamente), que obligaron al gobierno mexicano en septiembre de
1982 a la nacionalización de los bancos privados y al control rígido del tipo de
cambio para contrarrestar la especulación. Aunado a esto, en noviembre de 1982 se
firma una carta de intención con el FMI a condición de ayuda financiera,
comprometiéndose a: reducir el déficit presupuestal, mitigar la deuda externa y
flexibilizar el control de cambios. En 1983 se realizó la reprivatización del 34% del
sistema bancario, la liberalización de precios de numerosos productos y la
flexibilización del control de cambios40. A partir de entonces la alternativa de
crecimiento en México dependería de dos factores importantes: de la tasa de interés
aplicada a la reestructuración de la deuda determinada por la política
estadounidense y del precio mundial del petróleo.
A.2) LA INDUSTRIALIZACIÓN ORIENTADA HACIA LAS EXPORTACIONES (IOE) La industrialización orientada hacia las exportaciones se fundamenta en el
modelo Heckerscher- Ohlin –Samuelson de las “ventajas comparativas de costos”.
En este modelo los supuestos de: mercados perfectamente competitivos y eficientes,
completa movilización de factores homogéneos de producción, pleno empleo, nulos
costos de transacción (costos de transporte, almacenamiento, comercialización o
39 Véase fuente: Ibid; Pág. 114 y 132 40 Véase fuente: Ibid; Pág.116
16
distribución), sustitución limitada entre factores de la misma industria entre diferentes
países, tecnología idéntica y rendimientos a escala constantes41, induce a la
utilización intensiva del factor productivo más abundante de cada país para
concentrarse en aquellos sectores económicos más eficientes y susceptibles de
exportar. Se intensifica la especialización industrial, entendiéndose como una nueva
división del trabajo internacional derivada de los factores productivos más
competitivos en un entorno de libre comercio, lo cual conlleva a beneficios en el
comercio internacional, ya que se magnifica la asignación de recursos en el proceso
productivo, discriminando aquellas actividades cuyos productos pueden importarse a
menor precio. Sin embargo hay que hacer hincapié en que el beneficio es a nivel
global, pero “no necesariamente maximizará el ingreso real o consumo de algún país
en particular....cualquier desviación de los patrones de comercio producidos por el
libre comercio producirán una perdida en el bienestar logrado, excepto en la
aportación de bienes públicos, por ejemplo, bienes en los cuales no es posible
excluir a los que no pagan por la mercancía o el servicio”42. La correspondencia de
causa-efecto positivo de la exportación como generador de crecimiento económico
es visualizado por Balassa Bela de la siguiente forma: “La expansión de las
exportaciones actúa como un motor del crecimiento económico por varias razones
interactivas. Las exportaciones proporcionan una fuente de demanda de insumos
domésticos y, a través de mayores ingresos, de bienes de consumo interno.
También proporcionan una fuente de divisas, asegurando así el
financiamiento para las importaciones adicionales de bienes intermedios y de capital
requeridos por el incremento en el producto. La experiencia del crecimiento y la
seguridad de que no se interrumpirá por una crisis de divisas alienta a las
inversiones. La eficiencia de la inversión se incrementa por la explotación de la
ventaja comparativa, el uso de métodos de producción a gran escala y el
mantenimiento de una mayor capacidad de la utilizada. El garrote y la zanahoria de
la competencia en los mercados extranjeros proporcionan los incentivos para el
cambio tecnológico”43. Institucionalmente esta ideología es apoyada por organismos
internacionales como el Banco Mundial, en el que se afirma que las exportaciones
41 Véase fuente: Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México”, 1986; Pág. 27 42 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 28 43 Véase fuente: Ibid; Pág. 35
17
dan paso a condiciones favorables que se manifiestan en, ”un mayor grado de
utilización de la capacidad industrial, una mayor especialización horizontal, una
mayor familiaridad con las tecnologías, mayores efectos de aprendizaje (learning by
doing), precios internacionalmente competitivos y calidad en los
productos….también se reflejan en las variaciones en la productividad, cambios en
la asignación de recursos…, eficiencia y ventajas comparativas de costos, todos
ellos elementos significativos para una estrategia de desarrollo exitoso”44. Algunos
autores como Nishimizu/Page al analizar la relación productividad-crecimiento
económico motivada por el crecimiento de las exportaciones y asociarlo en forma
positiva (ley de Verdoorn), enfatizan la importancia de que sólo se logra “en
economías que se encuentran orientadas al mercado en general”45. En concreto, la
productividad total de los factores, la transferencia de tecnologías, los ingresos de
divisas y el empleo se incrementarán y proporcionarán mayores ingresos en las
naciones respectivas46. Se subraya a la vez la importancia de la estabilidad
macroeconómica, específicamente en políticas fiscales y cambiarias, para garantizar
la certidumbre en los agentes del sector privado volcados hacia las exportaciones.
Finalmente sí el mecanismo exportador funciona se lograra el equilibrio de la
balanza de pagos, este último el talón de Aquiles de las economías en vía de
desarrollo.
En referencia a la fuente bibliográfica consultada, el patrón de crecimiento de
industrialización Orientada hacia las Exportaciones (IOE), se puede abordar en la
descomposición de dos períodos:
2.1) El período de 1983-1987, el cual coloca en relieve el proceso de liberalización
gradual llevado a cabo en el gobierno de Miguel de la Madrid (1983-1988). La
estrategia del Plan Nacional de Desarrollo (1983-1988) apostaba su funcionamiento
al bono demográfico del país (población joven y abundante). Con el Programa
Inmediato de Reordenamiento Económico (PIRE), se proponía mitigar la inflación,
restablecer el equilibrio fiscal y cambiario, así como cubrir el servicio de la deuda
externa47. Se determinó la reprivatización gradual de las empresas estatales, la
44 Véase fuente: Ibid; Pág. 37 45 Véase fuente: Ibid; Pág.37 46 Véase fuente: Ibid; Pág. 38 47 Véase fuente: Ibid; Pág. 151
18
apertura selectiva a la inversión extranjera directa, la liberalización gradual de las
importaciones y se emprendió la depreciación del peso mexicano. El programa de
privatizaciones se realizó en tres etapas: entre 1983 y 1985, las empresas pequeñas
y de baja rentabilidad fueron liquidadas o fusionadas, de 1986 a 1988 se vendieron
las pequeñas y medianas empresas, y a partir de 1988, las grandes empresas
fueron privatizadas, tal es el caso de las dos grandes compañías aéreas de capital
público, la sociedad telefónica TELMEX y los bancos comerciales. La
desincorporación de empresas estatales se contabilizó en un descenso de 1155 a
menos de 200 y el monto de su venta se concentró en un fondo coyuntural que se
encausaba en su mayor parte hacia el reembolsó de la deuda pública48. En el ámbito
de la deuda externa se gestiono en 1983 a través del Fideicomiso para la Cobertura
de Riesgos Cambiarios (FICORCA), la cuasi garantía del gobierno de cubrir el
servicio de la deuda externa del sector privado, aceptando devolver la deuda en
dólares norteamericanos. Las directrices de la industrialización se constata en el
Programa Nacional para el Financiamiento de la Industria y el Comercio Exterior
(PRONCIFE, 1986). En este programa se propone rescatar el sector de bienes de
consumo, descentralizar la economía con el progreso tecnológico, promocionar la
producción de bienes de capital e incentivar las exportaciones49. Se simplificó el
sistema aduanal mediante la reducción de tasas arancelarias y se instituyó el
Programa de Fomento Integral a las Exportaciones (PROFIEX) que “pretendía
simplificar el trámite burocrático” de las empresas exportadoras, al igual que el
Programa de Derechos de Importación de Mercancías para Exportación (DIMEX),
encargado de la “devolución de derechos aduanales de insumos importados para las
exportaciones”. La depreciación del tipo de cambio real entre 1983 y 1987, favoreció
las exportaciones que crecieron a un ritmo en promedio de 4.7% anual, dentro del
cual el sector manufacturero reportó un crecimiento anual promedio del 24.2%,
lográndose con esto un superávit comercial en este período. Esto se debió a que
entre 1983 y 1985 el tipo de cambio controlado por el sector público se mantuvo,
como vendedor neto de divisas a cuenta de sus ingresos petroleros subsidiando al
sector privado privilegiando las importaciones, pese a que el tipo de cambio libre en
48 Véase fuente: Hector Guillen Romo,“La Contrarrevolución Neoliberal de México”. Ed. Era. Pág.
120 49 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 151
19
el mercado marcó una fuerte diferencia en este período. El déficit financiero se
incrementó a 16.1% del PIB en 1987, pese a que se recorto la inversión y el gasto
corriente. Los factores externos como la baja de los precios del petróleo en 1986 y la
continuidad de la crisis del servicio de la deuda en 1985 debido a la ausencia de
vigencia del Plan Baker50, contribuyeron al persistente déficit en la cuenta corriente y
la declinación a partir de 1985, de las actividades exportadoras. La incertidumbre
de que el país pudiera rembolsar su débito (sobreendeudamiento) y la prolongación
de la inflación (106% en 1986 y 159% en 1987), se hicieron patente en la fuga de
capitales y en el descenso de la inversión extranjera directa. En 1987 se firmó el
Pacto de Solidaridad Económica, en el que se reunieron sectores de trabajadores y
empresarios con el propósito del control de precios y salarios, acorde a la teoría anti
inflación de Dornbusch en función del incremento de los costos cuyo origen era: la
inflación de los salarios, la depreciación del tipo de cambio causante de la elevación
de los precios de las importaciones y el aumento en los precios del sector público51.
A lo largo del período de 1982-1987 el PIB cayó en 0.1%, mientras que los salarios
reales de los trabajadores fueron afectados en una depreciación del 26.8%52.
2.2) En el período que corre a partir de 1988 con el gobierno de Salinas virtualmente
se intensifica la liberalización y propulsa la industrialización orientada hacia las
exportaciones. Es de vital importancia el proceso de liberalización en México desde
1987, junto con la apertura comercial y suspensión de barreras no arancelarias para
que el sector exportador especialmente el sector manufacturero de origen privado,
se perfilara como motor de crecimiento y pudiera integrarse entonces al mercado
mundial. Se emprendió una disminución de apoyos gubernamentales en la política
industrial y comercial, asumiendo el Estado una postura neutral para no distorsionar
el funcionamiento del libre mercado. La fuerza de trabajo barata, la energía y la
captación de inversión extranjera como fuente de financiamiento son elementos
esenciales para garantizar el funcionamiento del modelo orientado hacia las 50 El Plan Baker consideraba que los países que mostraban voluntad y capacidad de ajustar sus
economías debían ser recompensados con aportaciones de dinero fresco. Pero el Plan fracaso, ya
que los acreedores buscaban la limpieza de sus balances y de 1985 a 1987 disminuyeron todavía
sus aportes netos a los países en vía de desarrollo. 51 Véase fuente: Hector Guillen Romo,“La Contrarrevolución Neoliberal de México”. Ed. Era. Pág.
135 52 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 155
20
exportaciones. En 1984 la Ley para Promover y Regular la Inversión Extranjera (
expedida originalmente en 1973) otorgó la facultad al gobierno de determinar en que
sectores podría la inversión extranjera intervenir con más del 50%, extendiéndose en
1993 el rango de actividades de participación del capital foráneo. La inversión
extranjera en 1989 tuvo acceso a otros sectores tales como, los bancos comerciales
(en un 30%), compañías de seguros (hasta 49%) y algunas actividades
petroquímicas, además de la eliminación de restricciones a las licencias en materia
tecnológica. 53Se procede a la reducción de la tasa de inflación y del déficit
financiero a través de la utilización del tipo de cambio con la intención a su vez de
atraer inversión extranjera. Estas dos variables macroeconómicas inducirían de
forma paralela según el pensamiento gubernamental, un cambio estructural
microeconómico. Es importante aclarar que las acciones realizadas por el gobierno
mexicano se remiten a los ajustes estructurales que emanan del llamado “Consenso
de Washington”. Este consenso se refiere a los lineamientos de política económica
sobre la cual tienen acuerdo mutuo el Congreso estadounidense y los funcionarios
de instituciones financieras internacionales, sobre los cambios que las naciones
endeudadas deben emprender. A saber: una estricta disciplina fiscal para disminuir
el déficit presupuestal, en el que se favorece la reducción del gasto público en lugar
de aumentar los impuestos; la aplicación de una reforma fiscal eficaz con reglas
claras y porcentajes moderados; la liberalización financiera para que las tasas de
interés se ajusten con el mercado; un tipo de cambio competitivo que estimule las
exportaciones, ya que consideran que a través del desarrollo orientado hacia el
exterior es la forma de superar la crisis en América Latina; liberalización del
comercio mediante la desaparición gradual de aranceles; la inversión extranjera
directa; privatización, ya que se considera que “la propiedad privada tiene una
conducta más eficaz y aumenta el rendimiento de las empresas”, es decir, todo el
bagaje ideológico de lo que hoy en día se conoce como “ ortodoxia neoliberal”54. La
privatización se reforzó en 1996 como consecuencia de la crisis de 1994 con la
venta de “activos de PEMEX en el sector petroquímico secundario, de energía
eléctrica, satélites, telecomunicaciones, aeropuertos, ferrocarriles y puertos,
53 Véase fuente: Hector Guillen Romo,“La Contrarrevolución Neoliberal de México”. Ed. Era. Pág.
125 54 Véase fuente: Hector Guillén Romo, “La contrarrevolución Neoliberal en México”.Págs. 88-95
21
distribución de gas, etc”. La liberalización de las importaciones emprendida a partir
de 1985 con la sustitución de los permisos de importación por los aranceles,
continuó en 1986 con la eliminación de los precios oficiales de importación usados
para la valuación aduanal, requisito indispensable para ingresar al GATT (en cuyo
organismo no se permitía aranceles mayores al 35%)55. En 1989, el 42% de las
importaciones mexicanas fueron realizadas por filiales de compañías multinacionales
estadounidenses y 90% correspondieron a intercambios intrafirma56. Industrias como
la agrícola, farmacéutica, automotriz y de la microcomputación fueron exentos hasta
en un 100% y subsidiados en sus componentes importados y bienes terminados.
Este proceso de desregulación comercial predica la competencia externa
como elemento fundamental para mejor la productividad y como consecuencia la
calidad mediante la introducción de bienes de capital moderno. Se esperaba que los
precios domésticos disminuyeran con la competencia y los bienes importados a
menor precio redundarían en una transferencia al sector exportador, que lo haría
más rentable y se transformaría en un superávit comercial57. En 1988 se decide
desreglamentar totalmente los mercados financieros, para dar paso posteriormente a
la privatización de los bancos en los años 90s. La política monetaria se concentró en
la utilización de instrumentos indirectos, así las operaciones de mercado abierto
determinarían la tasa de interés y los instrumentos de deuda pública (Cetes, Bondes,
Petrobonos, Pagafes, Ajustabonos y Tesobonos) financiarían el déficit
gubernamental58. La autonomía del Banco Central en abril de 1994 tendría como
objetivo la estabilidad en el poder adquisitivo de la moneda a través del control de la
inflación y junto al poder ejecutivo de la regulación de intermediación y servicios
financieros. La liberalización financiera a nivel global ha afectado la estabilidad de
las tasas de interés, los precios de los activos financieros, los tipos de cambio, el
precio de los bienes inmuebles e incluso el oro. La circulación de los capitales
motivados por la obtención de plusvalía a corto plazo, es una causa de la
especulación financiera de los rentistas desplazando la actividad de la economía
real, es decir, la inversión en actividades productivas se inhibe. Esta situación en la
55 Véase fuente: Ibid; Pág. 158 56 Véase fuente: Ibid; Pág. 143 57 Véase fuente: Ibid; Pág. 109 58 Véase fuente: Ibid; Pág. 128
22
que el funcionamiento de la bolsa esta fuertemente ligada a la variación de los tipos
de cambio incrementa el riesgo de la crisis cambiaria o de la crisis en bolsa59. El
lastre de la deuda era aún persistente y la deuda total externa e interna de 1988 a
1995, se incrementó de 99.2 mil millones de dólares a más de 160 mil millones. Las
nuevas modalidades de los bonos gubernamentales, en el caso de los tesobonos
(títulos de deuda a corto plazo pagaderos en pesos pero indexados al dólar), fue
crucial para la crisis financiera de 1994. Los acontecimientos políticos tales como la
rebelión zapatista en Chiapas y el magnicidio de Colosio provocaron incertidumbre
política. En este lapso la Bolsa Mexicana de Valores cayó 4.15%, el peso se devaluó
60% de su valor ante el dólar, el 22 de diciembre de 1994, registrándose un día
anterior la salida de capitales evaluados en 2 500 millones, disminuyendo a su vez
las reservas a finales de diciembre a sólo 6 mil millones de dólares. La crisis
monetaria conocida como “efecto tequila”, se convirtió en crisis bancaria ya que los
bancos tenían que hacer frente a sus compromisos en dólares y el incremento de la
tasa de interés encareció el costo del crédito, traduciéndose en consecuencia como
falta de liquidez aunado a la débil credibilidad del sistema bancario mexicano.
Ernesto Zedillo anunció el 4 de enero de 1995 su “Acuerdo de Unidad para superar
La Emergencia Económica”, el cual consistía en una reducción del déficit
presupuestal a 1.3%, limitación del crédito interno del banco central y la reforma al
artículo 28 de la Constitución, para permitir la participación privada en ferrocarriles y
comunicación por satélite60. Para la estabilización de los mercados, México contó
con el financiamiento del gobierno estadounidense, el FMI y bancos privados, con
cuyo monto se proponía restituir la deuda de corto plazo. Un segundo programa de
austeridad “Programa de Acción para Reforzar el Acuerdo de Unidad para Superar
la Emergencia Económica”, llevo a cabo un incremento del 10 al 15% del impuesto
al valor agregado, los precios de la energía del sector público aumentaron 35% en la
gasolina y 20% en la electricidad. En cuanto al gasto público se redujo 10% en
término real, racionalizando la administración que consistió en el congelamiento de
contrataciones y la posposición de proyectos de infraestructura61. Entre 1988 y 1992
se llevó a cabo una reforma fiscal que impuso una disminución de la tasa de
59 Véase fuente: Ibid; Pág. 132 60 Véase fuente: Hector Guillén Romo, “La contrarrevolución Neoliberal en México”.Págs. 191 61 Véase fuente: Ibid. Pág. 193
23
impuesto sobre de las empresas de 42 a 35% y en el caso de los particulares de 50
a 35%. Para 1991 “los impuestos totales como porcentaje del PIB representaba el
12%” en comparación con Estados Unidos que aportaba el 14.1%62. El Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entro en vigor el 1 de enero de
1994, culminando con el propósito de la liberalización total, a través de la eliminación
gradual de “las barreras arancelarias y no arancelarias de mercancías y servicios, en
un máximo de 15 años a partir de 1994”. A partir de esta fecha, más del 70% de las
exportaciones mexicanas y 40% de las estadounidenses y canadienses no pagaron
derechos aduanales y ciertos sectores como el automotriz, agrario y textil se les
consigno plazos y reglas específicas. Se designaron las reglas de origen definiendo
la tasa o variación de bienes intermedios necesarias para ser considerados
productos norteamericanos y así, circular libremente por la zona con trato
preferencial; en el caso del sector automotriz se determino un 62.5% de contenido
local o regla de origen63. Ciertas disposiciones favorecieron a la inversión extranjera
directa, tales como los requisitos para las exportaciones, el contenido nacional
mínimo, balanza comercial y transferencia de tecnología que serían eliminados en el
curso de los 10 años después de la firma del TLCAN. Lo que se observo en el sector
manufacturero después de la liberalización, fue en general un impacto negativo
sobre las exportaciones, con “un déficit creciente de la balanza comercial y un
proceso de desindustrialización”. Esto a causa del favorecimiento de la
industrialización hacia las importaciones de bienes de consumo y de capital, que
entre 1988 y 1994 tuvieron un aumento promedio anual de 30.6 % y 22.6%
respectivamente64. La flexibilización de las relaciones laborales ha ocasionado una
depreciación de los salarios reales que en 1992 representaban el 83.2% del salario
promedio de 1980 y en la agricultura junto con la minería equivalía al 65.4% del
salario en referencia. La estrategia de liberalización tiene como consecuencia la
apreciación del tipo de cambio real (favoreciendo las importaciones), retroceso en
los aranceles, incremento en las tasas reales de interés que captan inversión
extranjera en una mayor proporción dirigida a la inversión de cartera, pero que
incrementa el costo del crédito, ocasionando que los costos para pequeñas y
62 Véase fuente: Ibid: Pág. 133 63 Véase fuente: Ibid: Pág. 147 64 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 166
24
medianas empresas fluctúen entre 27% y 37% (1992)65. La tasa de crecimiento del
PIB ha sido modesta con tendencia al cuasi estancamiento y ha repercutido
negativamente en la tasa de empleo, el cual ha tenido como paliativo hasta la fecha,
el desplazamiento hacia la informalidad del trabajo o la migración principalmente
hacia Estados Unidos.
B) INDUSTRIA AUTOMOTRIZ Dada la importancia de la industria automotriz que “marcha a la vanguardia en los
indicadores de valor agregado, empleo y comercio exterior del sector manufacturero
nacional”66, se puede dividir este apartado en tres etapas, remitiéndose a las fuentes
consultadas:
1) La etapa productiva de ensamble (1925-1960) con insumos importados,
concentrándose la producción y consumo en la ciudad de México, mientras que el
proceso de producción se basaba en una combinación de técnica artesanal y una
forma primitiva del sistema fordista67. Este sistema es una mezcla de taylorismo que
considera la racionalización de los procesos productivos al diferenciar las tareas de
creación y ejecución (división de la organización de la producción), con la
mecanización de las líneas productivas, asociadas a la aplicación de la cadena de
montaje, selección uniforme de componentes y productos finales. Conjuntamente
existe,”una débil orientación hacia los mercados de exportación y creciente
dependencia de la producción foránea”68. En 1926 el sector automotriz se crea con
el establecimiento de una ensambladora de la Ford y en el transcurso del tiempo,
llegan a funcionar 15 plantas con 16 000 trabajadores que ensamblaban en 1960, 31
mil automóviles bajo el modelo de sustitución de importaciones con un contenido
nacional menor al 20%69. Se promovió la instalación de plantas ensambladoras
concesionarias de empresas automovilísticas mundiales. Los empresarios
mexicanos podían participar como socios y desenvolverse en la industria de
autopartes en función de la dificultad tecnológica y sustituyendo paulatinamente las
importaciones de las ensambladoras. Este modelo no se aplicó del todo, ya que las
65 Véase fuente: Ibid; Pág. 165 66 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 50 no. 2. Pág. 113 67 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 129 68 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vól. 50 no. 2. Pág. 113 69 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 260
25
transnacionales impusieron las reglas de vinculación en base a sus intereses, ritmos
de desarrollo, precios y avances tecnológicos70.
2) La etapa manufacturera después de 1960 se caracterizó por el incremento de
insumos internos en los sectores de bienes de capital y bienes intermedios, la
formación de sindicatos independientes y la adopción de patrones de producción y
consumo fordista 71. Algunos investigadores la denominan como “la etapa de
integración nacional”, que a partir del decreto de 1962, buscaba incentivar el
“desarrollo de la producción terminal y de autopartes en función del mercado interno,
mediante la restricción de importaciones y otorgamiento de estímulos fiscales”72.
Para esa fecha el valor agregado de la industria automotriz representaba
1.7% del sector manufacturero. Anteriormente las importaciones de vehículos
automotores y refacciones se habían incrementado en 1957 de 134 millones de
dólares a 187 millones en 1960 constituyendo más del 10% del total de las
importaciones en ese último año. En el decreto de 1962 la decisión gubernamental
exigía de las empresas la recopilación de datos sobre “la fabricación nacional de
partes, la vinculación con otras industrias auxiliares, las partes que se importaban,
relaciones de contratos e inversiones, licencias de fabricación y de asistencia técnica
con la consigna de que para el 1 de septiembre de 1964, al menos el 60% del costo
directo del vehículo fuera de origen nacional, y se prohibía a partir de esta fecha la
importación de motores completos y conjuntos mecánicos para el uso o ensamble de
ellos”73. En 1962 funcionaban 17 compañías automotrices, de las cuales 10 eran
ensambladoras que importaban vehículos sin armar o semiarmados y para ese
entonces se fabricaba en México de 15 a 20% de las partes de los vehículos. En
cuanto a las técnicas de producción se transito del ensamblaje de partes CKD
(tecnología checa Ceskomoravská Kolben Danek) a la manufactura de fundición y
maquinaria de partes del motor (monoblock, cigüeñales, árbol de levas, etc). En
1970 existían siete empresas automovilísticas: Chriysler de México, Ford Motor
Company, Volkswagen de México, estas tres abastecieron el 60% del mercado
nacional y General Motors de México, Nissan Mexicana, Vehículos Automotores de
70 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 502 71 Véase fuente: Dussel Peters, “La Economía de la Polarización”; Pág. 129 72 Véase fuente: “Comercio Exterior”, Vól. 50 no. 2, Pág. 113 73 Véase fuente: Ibid. Pág. 114
26
México y Diesel Nacional que cubrían el 40% del mercado. En base al censo de
1970 existía 626 empresas: 22 se dedicaban al ensamble, 604 a la elaboración de
autopartes (5 fabricaban motores, 189 carrocerías y las otras 410 accesorios,
refacciones y partes)74. En 1972 la industria producía 223 000 automóviles y
generaba 80 000 puestos de trabajo, en el cuál el 70% se concentraba en la
fabricación de autopartes. En el intervalo de tiempo de 1960 a 1972 la rama de
automóviles se redujo de 75% a 55.5% y la rama de carrocerías, motores, partes y
accesorios cobro importancia aumentando su participación de 25% a 44.5%. Para
1972 las exportaciones de la industria automotriz correspondieron a casi 25% (71
millones de dólares) de las importaciones totales (290 millones de dólares). En otro
decreto contemporáneo, se emitieron nuevas regulaciones, en el que se inhibió la
producción vertical, es decir, el conjunto de empresas que se dedicaba a una de las
distintas etapas de la producción se enfiló hacia un plan estratégico de expansión
horizontal (o control único de varias empresas en la producción de los mismos
productos). El contenido de insumos domésticos que se exigía en la fabricación de
automóviles era por lo menos de 60%, y en los casos de exportaciones se requería
40% de contenido local, además de que el gobierno ofreció un subsidio de 30%
sobre el precio de lista aplicable a las exportaciones (este incentivo entro en vigencia
en 1976)75. En 1976 el PIB de la industria automotriz disminuyó 8.9% y al año
siguiente 1977 se redujo un 5% a razón de que la industria terminal y de autopartes,
disminuyó su producción en dichos años 10.7% y 9.7% respectivamente. De 1975 a
1977 la producción de unidades automotoras disminuyó de 357 000 a 281 000
unidades fabricadas. A mediados de los 70s, se registro en la industria automotriz
765 millones de dólares de importaciones y 129 millones de exportaciones, por lo
que el déficit en la balanza comercial se contabilizaba en 636 millones de dólares. La
alta propensión a importar junto con la devaluación del peso, ocasionó una
disminución de la actividad de la industria en 1977 de 13.8% en comparación a
1975. En esta circunstancia se promulgó un decreto con el propósito de que en
1978, hubiera una integración nacional, que ya no considera el sentido anterior de
costo de producción directo sino una nueva evaluación de costos de materiales en el
74 Véase fuente: “Comercio exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 503 75 Véase fuente: Elizabeth Lelo de Larrea, Pola Strauss “México en el Mercado Automotriz
Norteamericano”. Pág.62
27
contenido local, exigiendo en los automóviles 50%, 65% para camiones y tractores,
así como 70% para tractocamiones y autobuses. Se esperaba que en 1981 el grado
de integración aumentara a 75% para automóviles, 85% para camiones y tractores,
así como 90% para tractocamiones y autobuses. También se consolidó un
“presupuesto de divisas para cada empresa de la industria terminal al igual que en el
ramo de autopartes, con el objeto de que las importaciones se compensaran con
exportaciones directas o indirectas de la empresa terminal, es decir, que las
exportaciones cubrieran los requerimientos de divisas para pagos en el extranjero”76.
A su vez el gobierno para compensar estos cambios “eliminó las cuotas de
producción, suprimió el control de los precios sobre los automóviles de pasajeros y
otorgó precios especiales en los impuestos de exportación”77.
3) La tercera fase denominada “la etapa de orientación exportadora”, ubicada a
finales de los 70s y principios de los 80s, se caracterizo por el impulso a las
exportaciones de gran escala, sin exigencia mínima de integración nacional. En los
primeros años de esta etapa se mantuvo “la protección comercial y los requisitos de
integración nacional en la oferta destinada al mercado interno”. En los finales de los
80s hubo una expansión del mercado interno gracias a los ingresos petroleros, por lo
que la actividad de la industria automotriz se incrementó de 1978 a 1981 en 61.8%,
mientras que las carrocerías observaron un aumento de 46.9% en su producción, sin
por ello dejar de importar causando importantes déficits comerciales. Para entonces
el auge petrolero, había pagado los desequilibrios externos, profundizándose en
1981 cuando las exportaciones totales de 459 millones de dólares hacían frente a
las importaciones totales por un monto de 4 401 millones de dólares78. Se dio un
nuevo giro en 1982, cuando se exento de “la exigencia de contenido nacional a las
empresas que destinaran su producción al mercado externo y mantuvieran el
equilibrio en sus balanzas de divisas”. Existían en esa fecha cinco fabricantes de
automóviles en México, todos 100% de propiedad extranjera79. A raíz del decreto
76 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vól. 50 no. 2. Pág. 115 77 Véase fuente: Elizabeth Lelo de Larrea, Pola Strauss, “México en el Mercado Automotriz
Norteamericano”. Pág. 63 78 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 260 79 Véase fuente: Elizabeth Lelo de Larrea, Pola Strauss, “México en el Mercado Automotriz
Norteamericano”. Pág. 64
28
gubernamental, en el período de 1981 a 1989, las exportaciones de automóviles se
incrementaron de 70 a 1 642 millones de dólares y la de motores se acrecentó a su
vez de 61 a 1 336 millones de dólares80. Para el período de 1981 a 1983 la
producción automotriz disminuyo 42.8%, ya que el nuevo decreto gubernamental de
1982, había obligado a los productores a reducir “el número de líneas y modelos, de
manera que en las plantas de montaje las nuevas líneas fueran neutrales para la
balanza de pagos”81. El gobierno había exigido en los vehículos terminados un 60%
de contenido nacional y en caso de que fuera hasta un 30%, se exhortaba a exportar
toda la producción, cuidando a cambio la protección del mercado interno. Se
adoptaron en las innovaciones tecnológicas “el estampado de las carrocerías, el uso
de robots y prensas automáticas, se introdujo maquinas herramientas de control
numérico, sin dejar de lado el uso intensivo de la mano de obra”82. Entre 1982 y
1984 las exportaciones casi se triplicaron a causa del incremento en los envíos de
motores y las reglas del decreto reorientaron la demanda, ya que el 40% de la
producción de la industria se destino principalmente a las exportaciones. Aún
cuando entre 1985 y 1986 el PIB de la industria automotriz disminuyó 23.7%, las
exportaciones se incrementaron 58.4%. La inversión extranjera se incremento a
partir de 1987 en la producción de exportación y se logró un superávit de 1 700
millones de dólares. En el nuevo entorno del país se intensifico la liberalización
comercial y se emitió otro decreto instituido en 1989, en el que se permitió la
importación de vehículos nuevos en proporción al superávit comercial de cada
empresa, sin exceder el 15% de las ventas en el mercado interno durante 1991-1992
y del 20% en 1993. Se redujo para ese entonces, el contenido nacional obligatorio
en el ramo de las autopartes, en el que se determino 36% para los productos
destinados al mercado interno y la práctica eliminación para los productos enviados
al mercado externo. Otra de las iniciativas en 1989, fue la permisión del capital
extranjero de participar hasta un 100% en las plantas de ensamble y hasta 40% en
la industria de autopartes, además de “eliminar la restricción de producción e
importación de autobuses integrales, camiones pesados y tractocamiones para los
80 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 261 81 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 50, no. 2. Pág. 115 82 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vól. 50, no. 2 .Pág. 115
29
siguientes cinco años”83. En los albores de los años 90 la industria mexicana
automotriz, estaba constituida por 11 empresas terminales: cinco transnacionales
productoras de automóviles y camiones ligeros, y seis empresas de capital nacional
productoras de tractocamiones y autobuses, a la vez que se había estructurado un
importante sector de autopartes que superaba a las 300 empresas. En 1991 se
instauró un mecanismo en el que “cada empresa terminal debía compensar cada
unidad monetaria de importación con 2.5 unidades de superávit en la balanza
comercial, relación que disminuiría paulatinamente hasta 1.75 en 1994”84. Se
determino que el contenido nacional de proveedores locales de piezas y
componentes sería al menos 36% (incluyendo mano de obra y partes) por cada
empresa terminal, dejando esta disposición fuera de ejecución en las maquiladoras.
Posteriormente en 1994, entro en vigor el TLCAN (Tratado de Libre Comercio
de América del Norte) con “un proceso desregulatorio gradual de la producción y el
comercio interno, incluyendo la maquila”85. Se determino la reducción gradual a
partir del 34% del contenido nacional de los proveedores en los vehículos
terminados entre 1994-1998, con una disminución de un punto porcentual por año
para quedar en el 2003 con una exigencia de valor agregado del 29% y después del
2004 eliminarse por completo. En el ramo de las autopartes se ajustó el coeficiente
de compensación del saldo comercial a 0.8% por cada unidad monetaria de
importaciones vigente desde 1994 para disminuir gradualmente hasta eliminarse en
el 2004. La inversión extranjera directa en la industria automovilística de 1999 a
2003 ha representado el 20.3% de la inversión realizada en el sector manufacturero.
La cuál fue direccionada en 54% a la fabricación de partes y accesorios para
automóviles y camiones, un 36% a la fabricación y ensamble de automóviles y
camiones y 4.4% se destino a la fabricación de partes para el sistema de suspensión
de automóviles y camiones86. Se permitió un incrementó en 1994 de la participación
de la inversión extranjera directa de 40 a 49% en la industria de autopartes y se
autorizó a las maquiladoras registrarse como proveedoras nacionales. En el año
1994 se exportaba 52% de la producción, la cuál se incremento en 1995 a 84%,
83 Véase fuente: “Coemrcio Exterior”, vol. 51, no. 6. Pág.504 84 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vól. 50, no. 2. Pág. 116 85 Véase fuente: Ibid; Pág. 113 86 Véase fuente: “Comercio Exterior”, Vol. 54 No. 4
30
monto que tuvo su causa en la contracción interna de la demanda por la reducción
del poder adquisitivo y la depreciación del tipo de cambio, mientras que a partir de
1997 a 2003 en promedio las exportaciones de este sector se ha mantenido
aproximadamente en 75% de la producción total, lo que equivale a exportar tres de
cada cuatro unidades producidas. En 1997 el PIB menos los impuesto directos (valor
agregado bruto en valores básicos) indicó una aportación de 12.3% del sector
automotriz con respecto a toda la actividad en el sector manufacturero, 6.3%
correspondió a la fabricación de vehículos y 6% a la fabricación de carrocerías,
motores, partes y accesorios, piezas para los sistemas de transmisión, suspensión,
frenos, sistema eléctrico y otras partes, este porcentaje total supero a la industria
petrolera que generó 5.8%87. Dentro de la segunda rama en que se divide la
industria automotriz repunto la importancia del grupo, que fabrica partes del sistema
eléctrico reportando un crecimiento anual en promedio de 10.4% de 1988 a 1996 y
su participación en la rama ascendió de 22.2 a 33.9%. Las exportaciones de la
industria automotriz de 1988 a 1998 aumentaron a una tasa promedio anual de 19%
y representaron alrededor de 36.9% del sector manufacturero. En su contraparte las
importaciones de automotores y sus partes se incrementaron en promedio anual
13.6% en el mismo período de 1988-1998, en el que 22% en 1998 correspondió a
importación de vehículos terminados, 16.4% a importaciones de motores y sus
partes, y 52.4% a refacciones para automóviles y camiones. Hay que destacar que
la industria maquiladora es una proveedora importante de autopartes, en 1995
contribuyo con 24% de la producción total de dicha industria. Las exportaciones de
la industria maquiladora de partes automotoras, en el período de 1992 a 1997 ha
aumentado en promedio anual 17.9%. Esta modalidad de la industria automotriz ha
sido la fuente más dinámica de captación de empleo, ya que en 1982 empleó a 13
000 trabajadores y en 1998 se contabilizaron 169 200 puestos de trabajo88. El 94%
de las exportaciones automotrices mexicanas tienen como destino Estados Unidos y
Canadá, mientras que en la balanza de importaciones de Estados Unidos
provenientes de México prácticamente se duplicó de 7.1% en 1993 a 14.1 en 2003.
Los vehículos automotores, tractores y demás vehículos terrestres, sus partes
y accesorios que representan 17% de las exportaciones, tiene un índice de comercio 87 Véase fuente: “Comercio exterior”, vol. 50, no.2. Pág. 117 88 Véase fuente: “Comercio Exterior”, Vol. 50 no. 2. Pág. 118 y 119
31
intraindustrial del 49%89. El comercio intraindustrial se define como la exportación e
importación simultanea de bienes que pertenecen a una misma industria, como es el
caso del modelo de importación temporal para la exportación, el cual es realizado
por las empresas transnacionales aprovechando los bajos costos salariales en
México. Sin embargo es importante destacar que en esta relación, factores como el
nivel de desarrollo de un país, similitud en relación a los socios comerciales, la
estructura industrial desarrollada antes de ampliarse el comercio y el grado de
endogeneidad e integración territorial en el proceso comercial, condiciona diversos
grados de aportación a la formación del valor agregado del país.
C) FACTORES IMPORTANTES QUE INCIDEN EN EL SECTOR AUTOMOTRIZ En las siguientes páginas se exponen 4 apartados sobre temas específicos que
tratan de ampliar la información que parece pertinente, para explicar porque el sector
automotriz siendo uno de los más dinámicos de las manufacturas no ha tenido la
capacidad de ser un agente de integración activa y de repercutir positivamente en el
crecimiento del país. Finalmente en la conclusión se intentará dar un panorama
general de los temas específicos y conciliar los motivos o razones que no permiten
un crecimiento sino homogéneo por lo menos más coordinado.
C.1) EL TLCAN Y EL SECTOR AUTOMOTRIZ El Tratado de Libre Comercio es una respuesta a la tendencia de la
polarización de los intercambios en la escala mundial, cristalizándose en bloques
económicos o regiones geográficas donde se dinamiza las transacciones
comerciales. Canadá y Estados Unidos en 1965 con el acuerdo Autopact y el
Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Canadá (CUSFTA), realizado en
1988 habían liberado el sector automovilístico. Con este antecedente la negociación
del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) se enfoco en el
compromiso de un marco regulatorio con los objetivos de eliminar las restricciones a
las importaciones y los requisitos de desempeño. El programa abarco cuatro áreas:
a) La importación de autos usados por parte de Canadá y México. b) Las
restricciones de balanza comercial y de valor agregado nacional contenidas en el
Decreto Automotriz de México. c) Las restricciones a la importación de los 89 Véase fuente: Comercio Exterior, Vol. 51 No. 7, Pág.658
32
autobuses, camiones tractocamiones por parte de México y d) Las disposiciones
relativas al promedio de rendimiento de combustible exigidas en Estados Unidos90.
Se instauró un “Comité de normas automovilísticas que evitará todas las barreras al
comercio y una sección en especial para la determinación de reglas de origen con el
fin de garantizar transparencia, simplificación en el cálculo y mayor exactitud en los
resultados”91.
La desgravación de Estados Unidos fue total en la entrada del TLCAN en
1994, Canadá disminuyó los aranceles de 9.2 a 4.6 por ciento en su entrada, a partir
del cual reduciría a cero en un período de 10 años, mientras que México desgravó
sólo 6.5% de sus importaciones. Después de 10 años, es decir, el 1 de enero del
2004 “cualquier particular puede importar un auto nuevo proveniente de Estados
Unidos y Canadá, además de que las empresas armadoras no tienen que cumplir
con el requisito de balanza comercial positiva”92. La exención del contenido nacional
obligatorio y el limite inferior de 62.5% de contenido producido en los tres países ha
modificado el dinamismo del sector automotriz.
En 1990 el mercado estadounidense de automóviles era 25.5 veces mayor
que el mercado mexicano. La demanda de autos en el mercado mexicano para esta
fecha se concentraba básicamente, en autos populares que se atribuían el 60.6% de
ventas realizadas por prácticamente dos compañías: Volkswagen y Nissan, y los
autos compactos en cuyas ventas participaban tres fabricantes norteamericanos:
Chrysler; Ford y GM. Los vehículos de lujo y deportivos eran de origen importado y
canalizado a un mercado que representa aproximadamente 1.1%, y cuya
peculiaridad tiende a ser poco sensible a los precios. Las cinco empresas
establecidas en México llevaron a cabo diferentes estrategias para abastecer al
mercado norteamericano. Las plantas de Ford en coinversión con la firma japonesa
Mazda en Chihuahua (motores) y Hermosillo (estampado y ensamble) utilizan
tecnología de punta especializándose en la exportación de dos modelos: Tracer y
Scort (que tiene más del 76% de contenido norteamericano y canadiense), contando
además con una fábrica de componentes de plástico en Monterrey y seis
maquiladoras de autopartes y componentes en la frontera norte. La GM cuenta con 90 “Comercio Exterior”, Vol. 54 No.4. Pág. 357
91 Véase fuente: Ibid; Pág. 358 92 Véase fuente: Ibid; Pág. 358
33
una planta en Ramos Arizpe, esta compañía maquila autopartes en México
(componentes eléctricos y de plástico, asientos, partes exteriores como defensas
cerraduras y rines) exportando únicamente el modelo Celebrity. La compañía Nissan
opera una planta desde Aguascalientes que incluye ensamble y fabricación de
motores y trasejes; en 1990 exporto en su mayoría el modelo Sedán con cuatro
puertas a Centro y Sudamérica, pero planeando a futuro abastecer al mercado
norteamericano. La empresa Volkswagen exporto desde Puebla (sin erigir nuevas
plantas sólo amplio el complejo ya instalado), al mercado norteamericano y
canadiense tres modelos Jetta y Golf (con dos y cuatro puertas). Chrysler ha sido la
compañía que ha enviado cuatro modelos de exportación y unidades de camiones
D-150. La industria de autopartes estaba constituida en 1990 por aproximadamente
540 empresas y representaban el 50% del PIB del sector automotriz, con una
estructura dual de segmentos muy fragmentados y otros muy concentrados. Es el
sector más susceptible de experimentar modificaciones para desarrollar relaciones
tecnológicas con proveedores líderes y la industria terminal, concretándose en una
relocalización de las mismas empresas93. La tendencia exportadora del sector
automotriz se enfilo hacia una desconcentración geográfica, ya que estados como
Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Durango y Sonora, cuya participación en los
años 80s fue reducida, se incremento significativamente en el período de 1980-
1993. Esto se realizó como respuesta a “la política federal y estatal de
descentralización y promoción de inversión externa”, además de que la cercanía de
las localidades al mercado estadounidense hacía más atractiva esta disposición.
En el período de 1988 a 2001, la industria automovilística en sus ramas
terminal y de autopartes experimentaron un crecimiento en promedio anual de
12.05%, mientras que destaco por su crecimiento anual promedio de 9.49%, el
sector de componentes eléctricos. La fabricación de motores y sus partes, en el
mismo período de tiempo tuvo un crecimiento anual relativamente bajo de 1.33%. En
1986 una quinta parte de la producción de las cinco principales empresas se
enviaron al exterior, redundando en 1991 en las exportaciones que ascendieron a
46.4% de la producción total, mientras que en 1998 el 68.6% de la producción total
se destino a las exportaciones y en 2003 con la incorporación de otras empresas 93 Véase fuente: Elizabeth Lelo de Larrea, Pola Strauss, “México en el Mercado Automotriz
Norteamericano”. Pág. 71
34
como Honda y BMW, el porcentaje destinado al exterior fue aproximadamente de
76%. La producción de vehículos para el mercado interno en 2003, descendió con
respecto a 2002 18.6% y el externo disminuyo 10.8%. Por otra parte en el lapso de
tiempo de 1992 a 2002 las importaciones crecieron anualmente en promedio 28.8%
en vehículos y camiones94.
“La apertura comercial iniciada en los años 80 y reforzada por el TLCAN a
originado un crecimiento superior de las importaciones en relación a las
exportaciones”. Esto ha ocasionado un “déficit externo colosal que desembocó en la
crisis financiera de 1994, junto con el desplome del peso mexicano”. Las condiciones
asimétricas de competencia ha provocado con la apertura comercial la desaparición
de empleos en aquellas industrias menos competitivas95. La industria automotriz fue
protegida por décadas y ofrecía “baja escala de producción y ausencia de desarrollo
tecnológico de nivel medio en las pequeñas y medianas empresas nacionales”, por
lo que dificulta la integración con la industria terminal, siendo las empresas
extranjeras como proveedoras las que satisfacen la demanda necesaria96. Hay
diversas opiniones con respecto a la evaluación del impacto del TLCAN y el punto
que describen Michael Mortimore y Faustino Barrón en referencia a la política
gubernamental es de sumo interés, ya que en su opinión “el éxito exportador se
caracterizó por consolidar una plataforma de exportaciones y no un centro de
manufactura de autos”, los cuales tienen un alto contenido importado, enfatizando
además que la prioridades de las ensambladoras de vehículos y fabricantes de
partes de América del Norte es enfrentar realmente la competencia japonesa97.
C.2) MAQUILADORA El término maquiladora jurídicamente se define como “la empresa que
ensambla, manufactura, procesa o repara materiales temporalmente importados
94 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 264 95 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 55, no. 2. Pág. 132 96 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán coordinador, “Dinámica Regional y Competitividad Regional”;
UNAM 1999. Pág. 229 97 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 264
35
para posteriormente reexportarlos”98. En 1965 se funda el Programa de
Industrialización Fronteriza, albergando bajo su régimen a la empresa maquiladora
de exportación, “que no tuvo requerimientos de contenido nacional y dispuso de un
regulación fiscal especial que le permitió crecer aceleradamente, descollando
particularmente la industria de autopartes”99. Con la realidad tajante de la lejanía del
corredor fronterizo respecto a las zonas manufactureras centralizadas en el país, se
procuraba aprovechar la abundancia y el costo relativamente bajo de la mano de
obra de esta franja territorial. Las empresas maquiladoras de exportación que en un
principio estuvieron delimitadas en la zona fronteriza, se extendieron a todo el
territorio nacional con excepción de las zonas elevadas en concentración industrial,
a partir de la modificación al reglamento en el artículo 321 del Código Aduanero de
los Estados Unidos Mexicanos promulgado el 31 de octubre de 1972100. La
expansión de la empresa maquiladora hacia otras regiones obedeció a factores tales
como la insuficiencia de infraestructura y la implementación de estrategias de las
empresas transnacionales en la reorganización de sus filiales y subsidiarias.
En un inicio la maquiladora se caracterizó por una forma de subcontratación
de segmentos del proceso productivo entre dos empresas, como comercio
intraempresarial, pero posteriormente al definirse patrones de especialización se
desplegó el comercio intraindustrial101, además de fomentarse la formación de
empresas de coinversión. Las maquiladoras automotrices han sido un elemento
clave para la globalización de las plantas terminales. En una primera etapa la
industria maquiladora de exportación se desempeño en actividades de ensamble
intensivas en trabajo, siendo su participación en el sector industrial nacional y el
comercio exterior relativamente marginal. En la etapa siguiente abarcando el período
de 1982 a 1993, se incremento su importancia en la generación de empleo,
formación del valor de las exportaciones e introducción a la diversificación
tecnológica que flexibilizó el proceso de producción.
98 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar
Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág. 216 99 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 261 100 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar
Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.197 101 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 3. Pág. 262
36
En al ámbito automotriz, hubo una especialización productiva que contemplo
un incremento particular en la rama de partes y accesorio de automóviles de 10.3%
a 24.6% en la generación de empleo, utilizando maquinaria y equipo automatizado
en el lapso de 1982-1993. En 1995 se establece un centro de investigación y
desarrollo en ciudad Juárez denominado Delphi Automotive Systems, en el que se
utiliza fuerza de trabajo barata y especializada. Este complejo técnico en un principio
perteneció a General Motor, desincorporándose posteriormente para especializarse
en actividades de ingeniería y diseño que anteriormente se realizaban en Estados
Unidos, lo cual significo ahorro en tiempo, transporte, costos de fuerza de trabajo,
innovación y desarrollo102.
La industria maquiladora de exportación en el sector manufacturero ha
incrementado su participación, convirtiéndose en el principal motor de crecimiento de
las exportaciones totales y del sector manufacturero. Las importaciones temporales
para la exportación, incluida la maquila de 1993 a 2001 ha contribuido en las ventas
mexicanas externas totales o exportaciones en aproximadamente 44.38%, sin
embargo las importaciones de este sector registraron una participación en el mismo
lapso de tiempo de 78.47%. La proporción de las exportaciones a cambiado desde
los años 80s en el sector manufacturero, en el que 59.82% de las exportaciones
totales en 2001, fueron productos tales como autopartes, automóviles y electrónica,
denotando un fenómeno de maquilización en el proceso expansivo de la industria
automotriz. Se observa que desde los años 80s, menos del 20% correspondían a
productos exportables con un nivel tecnológico medio y alto, a finales de los años
90s esta especialización de los productos exportables con esa composición
tecnológica, se ha incrementado alrededor de 60%.
El Valor Bruto de Producción (VBP) que se determina como la suma”del valor
de los medios intermedios nacionales e importados más las remuneraciones a los
factores de la producción” durante el período de 1980 a 1995 creció a una tasa anual
promedio de 16.9%, en el cuál la participación de los insumos importados registro
una tasa promedio anual de 18.1%. En 1980 el consumo de insumos importados
representaba el 68.5% del VBP, mientras que en 1995 se elevo este porcentaje a
102 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54 no. 3.Pág. 263
37
79.9%103. Las importaciones específicamente de las empresas maquiladoras se
expandieron de 8.3% en 1980 a 36.1% en 1994. Al mismo tiempo las importaciones
de la industria manufacturera incrementaron su participación de 79.9% en 1980 a
93.2% en 1995. Comprendiendo en el período de 1980 a 1995 el 90% de las
compras totales al exterior o importaciones demandadas de forma conjunta por las
empresas maquiladoras y la industria manufacturera. En cuanto a los insumos
nacionales en la contribución al VBP en el período de 1980-1995 fue de
aproximadamente 1.5% del total, lo que refleja en parte la incapacidad de la industria
nacional de abastecer las redes de demanda de este tipo de empresas
maquiladoras. Algunos investigadores atribuyen esta incapacidad por el lado de los
oferentes nacionales, a motivos de ausencia de “precios competitivos, falta de
control de calidad y diseño, incapacidad de proveer grandes volúmenes bajo el
método justo a tiempo, falta de solvencia comercial y escasa experiencia
internacional junto con la poca flexibilidad administrativa”. Por el lado de los
demandantes los principales obstáculos son el “desconocimiento del mercado que
implica la incapacidad local de contratación y los requisitos de certificación de
proveedores”.
En el ámbito impositivo, el impuesto al valor agregado bajo el régimen
maquilador favorece a los insumos importados en detrimento de los nacionales. Es
notorio el “efecto de maquilización del aparato industrial nacional”, como “proceso
inverso de la sustitución de importaciones”, ya que se deja de consumir insumos
nacionales para importarlos, provocando la “desindustrialización de otras áreas de la
economía por el desplazamiento de los productores nacionales”104. Y por último las
barreras de infraestructura como la deficiencia en los medios de comunicación,
transporte, vivienda y educación dificultan el desarrollo de los factores productivos
(trabajo e inversión en capital)105.
103 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar
Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.205 y 206 104 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar
Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.214 105 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar
Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.209
38
La reorganización de empresas particularmente de las transnacionales en la
tendencia de adoptar las operaciones de subcontratación y ensamblado, ha sido
fomentada a partir de la apertura comercial con el TLCAN. Pues la modalidad del
régimen maquilador, permite el abastecimiento de las empresas de insumos
provenientes de cualquier parte del mundo. Las empresas que realizan
importaciones temporales para su exportación en México cobijados por los
programas de fomento como Altex (Programa para las Empresas Altamente
Exportadoras), Pitex (Programa de Importaciones Temporales para Producir
Artículos de Exportación) y las maquiladoras, se establecen en el país por que
cuentan con fuertes incentivos: “no pagan arancel de importación, ni tampoco el
impuesto al valor agregado”; el impuesto sobre la renta es muy reducido y en la
mayoría de los casos insignificante, nulo o hasta negativo…y sus productos
importados sólo requieren internarse temporalmente en México”106.
El régimen tributario de la maquila de exportación dentro del impuesto sobre
la renta tiene dos vertientes importantes de análisis, que son posibles fuentes de la
reducida recaudación de este tipo de industria: “los precios de transferencias por
partes relacionadas y el concepto de establecimiento permanente”107. “Las utilidades
de las empresas filiales que mantienen relaciones comerciales importantes con sus
casas matrices se determinan a partir de las compras y ventas registrados a precios
de transferencias, decididos internamente por la empresa transnacional que a falta
de regulación puede coincidir o no con lo que se cotizan en el mercado en
operaciones equivalentes”. Se menciona este caso en particular ya que para
mediados de los años 90s la Secretaría de Economía, la cuál emite los permisos de
maquila, tenía registrado alrededor de 60% de estos establecimientos con una
participación mayor de capital extranjero. La maquila de este tipo por lo general
exporta el 100% de su producción a la casa matriz, a la cuál se le cobra por los
servicios realizados y la cuál se traduce en beneficios o utilidades de la maquila.
Esto se deriva en un problema de subfacturación de las ventas y
sobrefacturación de las compras, en este último se incorpora los servicios
tecnológicos, aprovechamiento de intangibles (servicios tales como programación
informática, asesoría jurídica y contable, publicidad) y operaciones financieras 106 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág. 334 107 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52 no. 10. Pág.918
39
(crédito, préstamo), las cuales pueden dar lugar a propasar la transferencia de
utilidades al extranjero. El cálculo de precios de transferencia en la maquila se ha
definido como, “un margen de utilidad por encima de los costos de operación que
consiste básicamente en nómina de obreros y empleados contratados en la
localidad”. Esta formaba parte de lo que se denomina “centro de costo”, que es lo
que la maquiladora le cobra a sus clientes en el extranjero, “consistente en los
costos de operación más un margen de utilidad decidido por la empresa extranjera”.
Dando dio pie a subestimaciones de la rentabilidad de la maquiladora
promedio y a suspicacias de las instancias gubernamentales en cuanto a una
posible manipulación de la información proporcionada por la industria maquiladora. A
partir del ejercicio fiscal de 1995, un artículo transitorio en la Ley del Impuesto sobre
la Renta coacciono a la industria maquiladora a funcionar con precios de mercado
en base a métodos utilizados y avalados por la OCDE (Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico). Para el cumplimiento de este requisito se
instauró dos formas: en base al refugio tributario, que consiste en establecer un
rendimiento mínimo a tabla rasa, calculado en una utilidad mínima anual del 5%” y
“una resolución particular de la SHCP en la que se confirmaba que el precio de
transferencia pactado por la empresa con respecto al servicio de maquila
correspondía a un precio de mercado”. Esto resulto en la elección por parte de
“maquiladoras intensivas en mano de obra del refugio fiscal y las maquiladoras
intensivas en capital que tenían en consignación un monto importante de activos
pertenecientes al residente en el extranjero, optaron por el precio de transferencia
pactado ya que sólo se consideraría fundamentalmente sus costos de mano de obra
para considerar su utilidad”.
Es importante señalar que la mayoría de las maquiladoras funcionan con
“maquinaria, equipos e inventario importados de manera temporal y que son
propiedad de la casa matriz, la cual otorga a la empresa mexicana como comodato
(contrato en la cual se presta dicha maquinaria pero con la obligación de restituirla) o
a consignación, pero se mantiene registrado en la contabilidad de la empresa
residente en el extranjero y por ello los efectos fiscales de estos activos (como
compra y depreciación de equipo, etc) no se perciben en México sino en el país
extranjero. Las compañías trasnacionales lo llevan a cabo de esta forma no sólo por
la simplificación administrativa y contable, sino también como estrategia de una
40
posible contingencia laboral, evitando así que legalmente fuera garantía de arraigo
en tal circunstancia, además de que se mantiene exento de impuesto al activo en la
medida en que la producción sea exportada”108. Esto ayuda a entender la otra
vertiente de análisis que es el establecimiento permanente que de acuerdo al
derecho tributario internacional, “cuando una empresa tiene activos e inventarios
utilizados en manufactura en otro país, se le atribuye el carácter de establecimiento
permanente y a razón de esto es un contribuyente del erario del país extranjero,
independientemente del impuesto que pague por ser filial”. La responsabilidad
tributaria del establecimiento permanente corresponde a los ingresos que se
generan en territorio nacional asociado a los activos ubicados en el país. A pesar de
esta disposición la autoridad tributaria en Estados Unidos (Internal Revenve Service)
“niega la validez de los impuestos pagados en el extranjero por sucursales de sus
empresas, es decir, los ingresos que generan tales sucursales (establecimientos
fuera de Estados Unidos) se consideran ingresos generados en Estados Unidos y
por ello obligados a tributar en ese país”109. Esta polémica surge ya que Estados
Unidos no quería un precedente ante otros países de la existencia de un “método
aprobado para atribuir ingresos a los establecimientos permanentes y su legislación
no reconoce los ingresos obtenidos fuera del país por las sucursales de sus
empresas como ingresos extranjeros si la sucursal exporta la totalidad de su
producción a su mismo país”. Esta situación desemboca en un problema de doble
tributación, la cuál ha sido parcialmente resuelta con un convenio firmado en 1994
con Estados Unidos y otros tantos tratados con otros países, y finalmente
concretada en la Ley del Impuesto sobre la Renta de 1999 en el que se dispuso la
desaparición de la exención de impuesto al establecimiento permanente a partir del
2000. “Es decir, desde ese año los residentes extranjeros con maquiladoras en
México estaban programados para tributar plenamente como establecimientos
permanentes, es decir, obliga a un rendimiento sobre la propiedad, la planta, el
equipo y los inventarios en México de la maquiladora”110.
El gobierno federal otorga un subsidio o crédito fiscal a los trabajadores de la
industria maquiladora, que se instituyo para combatir la inflación en 1994. Este
108 véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 10. Pág.919 109 Véase fuente: Ibid. Pág. 922 110 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 10. Pág. 921
41
consiste en ”una cantidad que se reintegra al trabajador dependiendo de su ingreso,
el cual compensa el pago del impuesto de la renta y se hace acreedor de un pago en
efectivo a través de su empleador (la empresa disminuye el Impuesto Sobre la Renta
condonado por el gobierno en pagos a favor del obrero)”111. En base a cifras
estadísticas del INEGI, el funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
Roberto Shatan, “la contribución de la maquila hacia al fisco, apenas alcanza para
financiar el subsidio que el Estado proporciona a los obreros para complementar sus
salarios y en ocasiones puede convertirse en tasas impositivas negativas”112.
La racionalidad de las importaciones temporales para exportación (IME) en
México de pagar lo menos posible, es un parámetro importante para evaluar el grado
de endogeneidad o requerimientos para la integración de procesos nacionales. Ya
que conlleva a otros temas tales como la capacidad del Estado para generar las
condiciones necesarias de dotar de infraestructura, capacitación de la mano de obra,
así como instrumentar proyectos específicos a través de instituciones de fomento,
organismos de planificación, etc., todas aquellas funciones rectoras que coordinen la
interacción de los diversos sujetos sociales. Al observar el régimen aduanal acogido
en la vigencia del TLCAN entre Estados Unidos y México que exenta de derechos de
importación a los insumos y maquinarias utilizadas por la industria maquiladora
procedentes de los países miembros, así como el marco legal favorecedor de la
producción compartida con Estados Unidos (este cambio en el código aduanero data
de 1963 en el que se creó la partida 807.00), el cual aplica aranceles tan sólo al
componente de valor agregado generado en el exterior (sobre todo costos fijos y
mano de obra, siempre que las maquiladoras utilicen componentes y productos
intermedios producidos en Estados Unidos, se concluye que existen indicios
institucionales que tienden al bajo consumo de insumos nacionales compitiendo
desfavorablemente en calidad y precios a nivel internacional113. Sin dejar de
mencionar ciertos casos exitosos de integración de este tipo de modalidad en
algunos sectores, como por ejemplo la empresa Diva que fabrica piezas metálicas,
placas y partes para maquinados o la empresa Metálicas que produce sillas
ergonómicas, transportadores de cadenas y estaciones de trabajo, ambas de capital
111 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 10. Pág. 924 112 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 10. Pág. 924 113 Véase fuente: “Problemas del Desarrollo”, vol. 35, no. 138. Pág. 72
42
nacional que analiza el investigador Jorge Carrillo114. Algunos investigadores y
críticos por otro lado, se plantean la viabilidad de la industria maquiladora como
estrategia de desarrollo a largo plazo como principal medio de inserción
internacional o de modernización de la estructura productiva mexicana, a causa de
los débiles enlaces que mantiene con los proveedores nacionales, ya que la “misma
naturaleza de la maquila, cuya fuente esencial de competitividad sigue siendo
mantener los bajos costes salariales, conduce en su lógica también a un consumo
mínimo imprescindible de insumos nacionales”115.
C.3) CAMBIO TECNOLÓGICO Durante los años 70s los avances en electrónica, computación y
comunicaciones dio lugar a una revolución industrial con la introducción de sistemas
de producción automatizados y de robotización. Según Benjamín Coriart se
desarrollaron “tres etapas de instrumentación de los procesos de automatización en
la industria”116. La primera etapa se concreto en los años 50, en Estados Unidos con
la producción fordista, que había sido aplicada por primera vez en la compañía Ford
Motor en Detroit en 1923, en combinación con el método taylorista basado en la
administración científica de la racionalización del proceso productivo, apoyados a su
vez por líneas de traslado y el desarrollo de máquinas de control numérico (cuyos
movimientos estaban controlados por papel perforado o cintas magnéticas) para la
automatización de la producción. Esta etapa se caracterizo por el incremento de la
productividad y su rigidez, ya que la línea de traslado no sólo colocaba la pieza en el
lugar de operación sino también en la posición y lugar preciso para llevar a cabo la
transformación de la misma. Por otro lado, las máquinas de control numérico
estaban limitadas por el cableado y el control desde un tablero electromecánico. La
segunda etapa de la automatización sucedió en los años 70s, en la que la
computadora en sinergia con la máquina de control numérico permitió el “diseño,
programación y control numérico de la operación en forma independiente”117. Se
114 Véase fuente: Dussel peters Enrique, “Claroscuros: Integración Exitosa de las Pequeñas y
Medianas Empresas en México”, CEPAL 2001. Pág. 177 y 186 115 Véase fuente: “Problemas del Desarrollo”, vol. 35, no. 138. Pág.82 116 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol.51 no. 6. Pág. 501 117 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 51 no. 6. Pág. 501
43
automatizó las diferentes tareas u operaciones, como la conducción de material en
la que se perfecciono el control de calidad. Se introdujo la línea asíncrona, sobre la
cuál “las piezas se encontraban en soportes circulares animados por movimiento” y
la computadora desde la cabina llamaba a las piezas “para recibir la operación
deseada y regresar al soporte circular, permitiendo este mecanismo la diversidad de
los productos y el uso intensivo de equipo”. La tercera etapa de la revolución
industrial se pone en práctica hacia la flexibilización y acortamiento del proceso
productivo. En la industria automotriz la tendencia a reducir el tiempo en el ciclo
productivo se ha logrado con la adopción de sistemas novedosos, tales como el
sistema de ingeniería simultánea introducido por los japoneses. La computadora ha
sido una herramienta importante para el diseño y la ingeniería de los autos en
modelos de tercera dimensión y simuladores. El diseño asistido por computadora
CAD (Computer Aided Design), genera modelos en imágenes informatizadas bi y
tridimensionales con características del producto (tamaño, forma, contorno) donde
se plasman y modifican las ideas. Otra ventaja es la posibilidad de simular su
funcionamiento como por ejemplo, verificar si un circuito electrónico funcionara tal
como se ha previsto, si un puente será capaz de soportar las cargas pronosticadas
sin peligro o si una salsa fluirá adecuadamente desde un envase de nuevo diseño.
El sistema CAD se conecta a equipos de fabricación en un sistema integrado
CAD/CAM (Computer Aided Manufacturing), en el cuál se elimina el error del
operador manual que conlleva la reducción del costo de mano de obra y se
maximiza la precisión y uso óptimo del equipo (las herramientas se desgastan mas
lentamente) y materiales (mínimo derroche de material). Durante los 90s hubo un
cambio importante que permitió la desverticalización de la producción a través de la
subcontratación y transferencia de la responsabilidad del diseño de componentes,
de las industrias automovilísticas hacia los proveedores118. El sistema de
modularización o módulos estandarizados es un intento de los fabricantes de autos
para “trasladar el riesgo de inversión a los proveedores, generalizar el uso de la
tecnología de la información para innovar más rápido y eficientemente, mejorar la
complejidad en la planta de ensamble debido a la entrega sincronizada de módulos
o los sistemas de inventarios justo a tiempo (es un proceso continuo, en el que las
piezas necesarias para el montaje deben incorporarse a la cadena justo en el 118 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol.. 54, no. 3. Pág. 263
44
momento en que se necesitan y sólo en la cantidad en que se necesitan) y con ello
ahorrar en costos de mano de obra, almacenaje, etc”119. Esta tendencia se enlaza
congruentemente con el sistema de producción flexible que actualmente tiene las
siguientes ventajas: 1) incrementa la productividad por hombre y por máquina,
permitiendo ahorrar mano de obra, espacio físico y capital mediante la reducción de
inventarios; 2) controla y aumenta la calidad al reducir costos por desechos y
rectificación; un ejemplo se hace patente en la planta de producción de motores en
Aguascalientes de la compañía Nissan, que tiene el record de desperdicio, ya que
en la producción de 2 mil motores por semana, tiene una probabilidad de obtener 2
motores defectuosos (.001); 3) permite la instalación de ensambladoras más cerca
de los mercados; 4) reducen los tiempos de producción y dan al fabricante una gran
capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios del mercado sin incurrir en
grandes gastos120.
El sector automotriz se ha caracterizado por ser sumamente dinámico y
asimilativo de innovaciones tecnológicas. Como la irrupción de nuevas tecnologías
con la utilización de fuentes alternas de combustible, tal es el caso del hidrógeno en
la fabricación de autos híbridos, como los que Toyota y Honda han promocionado e
introducido en el mercado. La fabricación de un automóvil esta compuesto
aproximadamente por 15 000 elementos, implicando una heterogeneidad
tecnológica en su producción cuyo costo y calidad determina en gran medida la
competitividad de los vehículos. La evolución tecnológica de sectores como el
automotriz, electrónico o de telecomunicaciones se inclina hacia la convergencia y
procesos de difusión del conocimiento tecnológico intersectorial, coincidiendo en
mecanismos de coordinación entre diferentes empresas. Por ejemplo, “un
componente electrónico (microprocesador) se puede utilizar en los sistemas
digitalizados de un automóvil, de un teléfono celular o de una televisión. Este
fenómeno surge a consecuencia de la”miniaturización de componentes y
modularización de los equipos, que consiste en el diseño y fabricación de
subsistemas hasta cierto punto independientes del resto de los que componente un
automóvil (audio, frenos, etc)”. La modificación de los sistemas de partes y piezas
119 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol.. 54, no. 3. Pág. 265 120 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán coordinador, “Dinámica Regional y Competitividad Regional”;
UNAM 1999. Pág. 256
45
puede realizarse sin afectar el resto de los subsistemas, ayudando a incrementar la
innovación sin cambiar la estructura tecnológica del producto final. También la
modificación de diseño de partes y piezas de ensamble requiere transformaciones
en los instrumentos, así por ejemplo en el caso de la industria maquiladora se ha
desarrollado a su alrededor un mercado de empresas y talleres de maquinado,
moldes y troqueles (herramienta empleada para dar forma a materiales sólidos y en
especial para el estampado de metales en frío), inyección de plástico, etc., que
tienen que ofrecer sus servicios para dar respuestas tecnológicas al entorno
industrial de una manera eficiente, coherente y rápida121.
Es de gran relevancia el desarrollo de tecnologías de información y de
comunicación, “ya que determina la capacidad de un país, sector o empresa para
competir en los mercados nacionales e internacionales, aún manteniendo un alto
nivel de salarios”. Las implicaciones del cambio y expansión de las tecnologías de
información y comunicación en países en desarrollo se determinan principalmente
en la capacidad generativa para participar en el desarrollo de nuevas tecnologías y
habilidades de aplicación. Se sabe que México es un país vigorosamente
dependiente de la importación de tecnología para modernizar ciertos sectores
productivos, lo cuál se ha llevado a cabo en forma indirecta a través de la captación
de inversión extranjera directa y de la compra de derechos de uso de técnicas que
comprende licencias, patentes, marcas de fábrica, franquicias y know how o
mediante las importaciones expresas de bienes de capital, este último contabilizado
en la balanza comercial (entrada neta de dólares en el país debido a las ventas de
bienes en el extranjero). Mientras que las primeras formas por ser bienes intangibles
se contabilizan en la balanza de pagos tecnológicos, la cuál es una “subdivisión de
la balanza de pagos global (mide la entrada neta de moneda en el país) y registra
las transacciones de intangibles relacionadas en el comercio de conocimiento
tecnológico entre agentes de diferentes países”122. Sin dejar de lado el conocimiento
de que el mercado tecnológico es oligopólico y que requiere de una infraestructura
adecuada con apoyo de elevados recursos para investigación. Es importante indicar
121 Véase fuente: “comercio exterior”, vol. 55, no. 7. Pág. 605 122 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 103
46
como lo expresa la experiencia de Jesús Sebastián Audina, experto español del
Centro de Información y Documentación Científica con sede en Madrid: “Que si
México esta interesado en utilizar el conocimiento como detonador del crecimiento,
no basta con invertir dinero, sino que es importante diseñar y aplicar políticas
públicas para que los nuevos inventos y descubrimientos lleguen a manos de los
ciudadanos. El cambio en la balanza tecnológica empieza cuando se lleva el
conocimiento a las regiones y a las personas”. Existen también otras formas de
transferencia de tecnología que puede tener un efecto más deseable de creación
propia como la colaboración de tecnología global, donde se llevan a cabo
inversiones conjuntas para desarrollar proyectos innovadores o acuerdos de
producción conjunta con intercambio de información y equipo123. Excepcionalmente
también, las empresas transnacionales pueden adquirir o construir laboratorios de
investigación y desarrollo en el país anfitrión como consecuencia de la inversión
extranjera directa. Es el caso del centro técnico Delphi-México que se originó en
1995 inmediatamente después de que se separó de General Motors y a
consecuencia de modificaciones estructurales en el sector automovilístico: el transito
del diseño integral al diseño modularse; la construcción de una red de proveedores a
escala global y el incremento del contenido electrónico del automóvil124. Delphi es
una empresa global, líder mundial en la producción de accesorios electrónicos
portátiles, componentes de transporte y sistemas de tecnología. Las funciones que
desempeña Delphi-México en investigación y desarrollo son de ingeniería y
desarrollo contando con infraestructura de alta tecnología para las pruebas en la
creación de componentes y subsistemas tecnológicos, análisis computacional,
diseño, ingeniería de materiales, flotilla de vehículos de prueba, laboratorios
electrónicos y desarrollo de procesos. En 1999 Delphi diversifico sus aplicaciones en
nuevos segmentos de mercado como el aeroespacial, de equipo médico,
computadoras, entretenimientos y de alta tecnología tales como sistemas de
conexión, electrónica de consumo y controles electrónicos125.
Los lugares donde se realizan la investigación científica (universidades,
centros reinvestigación), desarrollo tecnológico e innovación pueden aportar
123 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53 no. 3. Pág. 604 124 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53 no. 3. Pág. 605 125 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53 no. 3. Pág. 615
47
herramientas para aumentar la competitividad y estimular la generación de
productos y servicios de alto valor agregado. Por otra parte las características de
una industria simbólica (en México las más representativas son la automovilística,
electrónica y computación, textil) en una determinada región transmiten los atributos
y capacidades en forma paulatina, apoyados por políticas sectoriales de promoción.
Estas políticas industriales tienen que cuidar aspectos tales como “la calificación y
certificación laboral, el manejo de ciertas tecnologías, prácticas y acuerdos de
coordinación interfirma, y el conocimiento de procesos de manufactura” 126.
C.4) INVERSION EXTRANJERA DIRECTA Y EMPRESAS TRANSNACIONALES (ET) Las actividades de la empresa transnacional consisten en la producción de
bienes y servicios o en la distribución de los mismos, creando sucursales o filiales en
los países huéspedes en los que opera. Según el Centro de las Naciones Unidas
para las Corporaciones Transnacionales, una sucursal extranjera es la parte de una
empresa que opera en terceros países. Una filial es una empresa que esta
controlada por la empresa matriz y que puede ser una empresa subsidiaria con un
porcentaje de control que varía desde el 25% a la mayoría de los votos, o una
empresa asociada es aquella en que sólo bastaría en su control el 10%. La inversión
extranjera directa de las corporaciones transnacionales puede consistir en la compra
de una empresa existente o una nueva inversión que desarrolla otra actividad
productiva (una fábrica o cadena de distribución) en un país huésped. La mayor
parte de la inversión extranjera directa proviene de los países industrializados y la
mayor parte de la inversión se lleva a cabo entre ellos mismos. De las 600 empresas
transnacionales más poderosas, 45% provienen de Estados Unidos, 16% son
japonesas y 10% británicas.
Los antecedentes históricos de las empresas transnacionales en México
datan desde la década de los 80s del siglo XIX y principios del siglo XX en los
sectores minero, petrolero, textil, transporte, haciendas y plantaciones dedicadas a
la producción agrícola y ganadera, sistema ferroviario, servicios como energía
eléctrica y sistema financiero. El sistema patrimonial a juzgar por la Revolución 126 Véase fuente: Carrillo Jorge, Michael Mortimore y Jorge A. Estrada, “Desarrollo Productivo”, no.
50, CEPAL, 1998. Pág. 71
48
Mexicana de 1910 hasta los años 30 se afianza en la ideología de”que la propiedad
legítima e inalienable de los recursos naturales corresponden o pertenecen a la
nación”, quedando suscrito en la Constitución de 1917. La nacionalización del
sistema ferroviario en 1937, la expropiación petrolera en 1938 y la reforma agraria
influyo negativamente en los flujos de inversión extranjera directa, reduciéndose en
un 42% durante 1935 y 1940127. Contemporáneo al sexenio de Lázaro Cárdenas el
modelo de industrialización sustitutiva de importaciones hasta inicios de los ochentas
se proponía la modernización socioeconómica a través de la intervención pública
con el desarrollo de infraestructura y del sector industrial, estimulados con la ayuda
de instrumentos directos e indirectos, tales como subsidios, políticas arancelarias y
comerciales y el impulso de sectores prioritarios. En una primera etapa se esperaba
sustituir importaciones y posteriormente realizar exportaciónes de productos
manufacturados, integrándose a la economía mundial. En la década de los 50s y 60s
la entrada al mercado mexicano se caracterizo por fuertes barreras arancelarias
(licencias, permisos, y cuotas de importaciones) junto con un tipo de cambio fijo que
induciendo la internación de la inversión extranjera directa. En los años 70s la
inversión extranjera se desplaza hacia los sectores manufactureros de maquinaria,
química, aparatos eléctricos, equipo de transporte en especial el de autopartes y
automotriz, calculándose su participación en 20% del PIB manufacturero. Para 1973
en el Diario Oficial de la Federación se expide la “Ley para promover la Inversión
Mexicana y Regular la Inversión Extranjera”, en la cual se destina la explotación
exclusiva del Estado sobre las actividades de “petróleo y generación de
hidrocarburos, petroquímica básica, explotación de minerales radiactivos, minería,
electricidad, ferrocarriles, comunicaciones telegráficas y radiotelegráficas”. Aledaño
a esta ley se ampara para el uso exclusivo de mexicanos sectores como “radio,
televisión, transporte automotor urbano, transporte aéreo y marino, explotación
forestal, distribución de gas y otros”. En cuanto a la inversión extranjera directa, esta
ley otorga al Estado poder discrecional para decidir en que sectores puede
participar, permitiéndole hasta entonces una participación de entre 40% y 49% “del
capital de empresas y actividades relacionadas a la explotación y aprovechamiento
de sustancias minerales, productos secundarios de la industria petroquímica,
127 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 10
49
fabricación de vehículos automotores y otros”128. Especificando para su
establecimiento cierto tipo de condiciones como porcentaje del monto a invertir,
requisitos de desempeño en cuanto a las exportaciones, balanza comercial y valor
agregado. Además las inversiones extranjeras tenían que contar con la autorización
de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras (CNIE) y registrarse ante el
Registro Nacional de Inversiones Extranjeras (RNIE).
En el contexto mundial la producción entre 1950 y 1970 de la industria
automotriz, se regía por los modelos taylorista y fordista adoptados por las
principales empresas en base a economías de escala, donde se fabricaba todas las
piezas del automóvil desde la carrocería hasta los asientos pasando por la tapicería.
En la búsqueda de nuevos mercados, “la producción mundial se organizo en
redes con el modelo de empresa trasnacional o multinacional que operaba con una
empresa matriz y sus filiales”. Esto no significa que la empresa transnacional no
existiera anteriormente en los siglos XIX y principios del siglo XX, en cuyo tiempo
poseían y gestionaban fábricas e instalaciones productivas en varios países, sino
que la característica actual distintiva a partir de la década de los 70s, es la división
productiva a escala internacional, es decir, en lugar de crear fábricas en otros
países, las transnacionales han creado redes de fábricas especializadas en una
parte del proceso de producción como subdivisiones o departamentos del proceso
organizado a nivel mundial. Para entonces las compañías estadounidenses
realizaban la mitad de la producción mundial, estableciendo en los años setentas
filiales para vender directamente y así, evitar las barreras proteccionistas impuestas
a las importaciones en América Latina. “El modelo de sustitución de importaciones y
el proteccionismo propiciaron la concentración de mercados, a pesar de la baja
productividad de las filiales y la dependencia tecnológica estrecha con la matriz”129.
A finales de los años 70s y principios de los años 80s la competencia
internacional revoluciono la gestión empresarial y la innovación tecnológica,
conformando un modelo que priorizaba las ventajas competitivas de un conjunto de
empresas de diversas nacionalidades. Para entender este proceso se ejemplifica
explicando como se lleva a cabo la fabricación del Pontiac, considerado un auto
netamente estadounidense de la General Motors. “De los 20 000 dólares que paga 128 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 11 129 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 499
50
cada comprador, 6 000 van a Korea por el ensamble, 3 500 a Japón por los motores,
los ejes y la electrónica, 1 500 a Alemania por el diseño, 800 a Taiwan, Singapur y
Japón por las partes pequeñas, 500 a Inglaterra por el mercadeo y 100 a Irlanda por
la información tecnológica. Los 7 600 restantes se quedan en Estados Unidos, pero
no sólo en la empresa, sino que sirven para pagar a agentes de seguros, abogados
y banqueros”130. El objetivo se trazó en la atención de la demanda mundial a través
de la especialización de un producto o conjunto de productos elaborados con la
máxima calidad y al menor costo. En los años 80s en Estados Unidos la importancia
de métodos modernos de gestión empresarial, tuvo gran relevancia para plantear
nuevas estrategias frente a la transformación emprendida por Japón, a través del
liderazgo de la empresa Toyota más representativa en cuanto a la modalidad justo
a tiempo de producción.
En las nuevas teorías administrativas se planteaba la reestructuración de las
empresas en las que ya no era suficiente la ventaja tecnológica y el control
monopólico de la producción, sino que las ventajas y desventajas de la empresa se
reforzarían con las técnicas del “llamado outsourcing” o subcontratación. Este
consiste en “la selección de empresas de servicio especializadas, maquiladoras (es
una de las formas de subcontratación y el término se utiliza comúnmente para
referirse a las operaciones de producción compartida que realizan las compañías
transnacionales y sus plantas de montaje ubicadas en regiones de bajos salarios),
capaces de desarrollar con eficiencia y a bajo costo las operaciones que la empresa
no realiza con productividad”131, es decir, aprovechar las ventajas comparativas
macroeconómicas, en especial los bajos costos de mano de obra y la disponibilidad
de recursos naturales en países en desarrollo. El nuevo panorama da paso a la
nueva empresa internacional, que tiene una o varias matrices para abastecer el
mercado mundial y una red de maquiladoras productivas en función de sus ventajas
competitivas particulares situadas en diferentes regiones o países. Estas empresas
“representan la extensión internacional del sistema organizativo de sus matrices”,
por lo que el efecto de sus decisiones en los países receptores es de gran magnitud.
Los ámbitos de impacto no sólo son en el aparato productivo sino también en
la competitividad internacional, en empresas y proveedores locales, actividades de 130 Véase fuente: “Comercio exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 500 131 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 51, no. 6. Pág. 502
51
investigación y desarrollo, transferencia de tecnología, normas institucionales,
derechos patrimoniales, consensos sociales, etc.
Bajo este panorama particularmente la institución que establece las políticas
relacionadas a la inversión extranjera en México, la Comisión Nacional de
Inversiones Extranjeras (CNIE) en 1984, había concertado “fomentar la inversión
extranjera con una participación mayor al 50% del capital de las empresas, en
actividades con un importante desarrollo tecnológico, exportador, de generación de
empleo y/o de sustitución de importaciones”. Desde 1988 la inversión extranjera
directa “se convierte en la principal fuente de financiamiento de la estrategia de
desarrollo”, ya que las anteriores fuentes eran insuficientes como los superávit
agropecuario, petrolero y el endeudamiento externo. Tal es su importancia que en el
Reglamento de la Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión
Extranjera se estipula en 1989 “que el desarrollo y modernización de la planta
productiva nacional requiere de inversiones cada vez más cuantiosas que
difícilmente podrían financiarse con fuentes tradicionales, por lo que la inversión
extranjera debe complementar el capital de riesgo nacional necesario para la
reactivación económica del país”132. Hasta 1993 la inversión extranjera se había
orientado hacia la compra de activos estatales en México a raíz del proceso de
privatización. Y posteriormente en gran parte los flujos de inversión proviene de
decisiones estratégicas de las empresas transnacionales en su expansión
internacional y se “dirigen a la compra de activos existentes en la forma de fusiones
y adquisiciones y creación de activos greenfield (laboratorios de Investigación y
Desarrollo) en términos de Sistemas Internacionales de Producción Integrada
(SIPI)”. Es decir, es un sistema internacional configurado como empresa red que en
lugar de filiales fuertemente controladas y jerarquizadas, “se establecen relaciones
contractuales con socios en los países de implantación y se forma un tejido complejo
de contratos, subcontratación, franquicias, licencias que borran la frontera exacta
entre una compañía y otra, conformando una galaxia de empresas que giran
alrededor de una empresa líder”133. La inversión extranjera directa creció
potencialmente en los años 90s y sufrió un descenso durante 2000 y 2001 por el
entorno de desaceleración económica mundial. 132 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 15 133 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 1. Pág. 127
52
En el ámbito de América Latina actualmente las inversiones extranjeras
directas se han concentrado particularmente en tres zonas: MERCOSUR
(básicamente Argentina y Brasil), México y Chile. En México la inversión extranjera
directa que entre 1990 a 1995 se capto fue de un monto promedio de 5 400 millones
dólares, ascendiendo entre 1996 a 2002 a más de 13 000 millones de dólares. La
inversión extranjera directa en México en estos lapsos de tiempo se destino
aproximadamente en 51% del total a la industria manufacturera. La importancia de
las empresas transnacionales como agentes de la globalización se pueden constatar
en las siguientes estadísticas del 2002 de la UNCTAD (Conferencia de Naciones
Unidas para el Comercio y Desarrollo): “75% de los flujos de inversión extranjera
directa provienen de la expansión de actividades de las Empresas Transnacionales;
67% de las exportaciones globales se relacionan directamente con Empresas
Transnacionales; 33% se asocia con comercio intrafirma entre Empresas
Transnacionales y 34% corresponde a comercio de transnacionales con empresas
no relacionadas”134. En el sector automotriz mexicano predominan las empresas
transnacionales, tales como General Motor (con un valor agregado de 56 000
millones de dólares), Ford Motor (con un valor agregado de 44 000 millones de
dólares), Daimler Chrysler, Delphi ( con un valor agregado de 42 000 millones de
dólares), Volkswagen y Nissan, que al compararlos con el PIB de ciertos países
tales como Colombia (81 000 millones de dólares), Chile (71 000 millones de
dólares), etc., se puede cotejar y deducir por el tamaño de su actividad en las
economías, el impacto que estas corporaciones tienen en los países huéspedes135.
Las Empresas Transnacionales han respondido en América Latina con
distintas estrategias por diferentes motivos: a) La entrada al sector primario para la
explotación de recursos naturales para la exportación, como subsectores de petróleo
y gas en el caso de Colombia, Argentina, Perú, Chile, entre otros; b) La búsqueda
por vender productos sorteando las barreras proteccionistas sobre todo del sector
terciario o de servicios, el cual fue posible por la desregulación y privatización en los
países huéspedes de los sectores de telecomunicaciones, finanzas, infraestructura y
134 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág.95 135 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág. 96
53
otros, que se dio principalmente en Brasil, Argentina, Chile y México; c) En el sector
manufacturero con la introducción de “nuevos patrones de competencia derivados
de la apertura comercial y financiera” obligaron a las Empresas Transnacionales ha
redefinir sus posiciones básicamente en dos estrategias: 1) búsqueda de mercados
de manufacturas, en las que “algunas empresas se retiraron y optaron por abastecer
los mercados locales con exportaciones” y otras “racionalizaron sus operaciones
para defender su participación en el mercado, ya que entraron nuevas empresas
como el caso del sector automotriz que buscaba nuevos nichos de mercado en el
MERCOSUR”; y 2) la otra estrategia consistió en la búsqueda de la eficiencia de los
SIPI (Sistemas Internacionales de Producción Integrada), “reestructurando sus
actividades, que significo la reubicación de industrias para aprovechar los lugares
con bajos costos de producción, cercanos a los principales mercados”136.
En México la eficiencia de la modalidad de producción SIPI (Sistemas
Internacionales de Producción Integrada) como táctica de las empresas
transnacionales, irrumpiendo con una nueva organización de empresas flexibles,
especializadas en una red dinámica a través de diferentes modalidades de relación
bajo la dirección de la empresa líder transnacional y conformando una producción
compartida, ha tenido una especial actividad desde el TLCAN en sectores como el
electrónico, automotriz y textil, ya que se ha constituido como plataforma de
exportación importante hacia el mercado de Estados Unidos. Esto se debe en parte
al amparo favorable de la inversión extranjera confirmada en el capítulo XI del
TLCAN y sus subsiguientes modificaciones con los siguientes principios: a) se
otorga un trato nacional a todos los inversionistas de otros países, miembros o no
miembros del TLCAN; b) se hace extensivo los beneficios que confieran a
inversionistas de otros países, miembros o no miembros del TLCAN; c) las
inversiones de los países miembros serán tratadas conforme a los principios de
protección y seguridad que brinda el Derecho Internacional; d) se eliminara todo tipo
de requisitos de desempeño (aunque México se reserva temporalmente la aplicación
de ciertos programas, tal como el de la maquiladora, hasta el año 2001): por ejemplo
en el Reglamento de 1989 se pedía imperiosamente que “la inversión debía
136 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág. 99
54
realizarse con recursos provenientes del exterior, la inversión debía mantener un
saldo positivo en la balanza de divisas por tres años y generar empleos”, mientras
que en la Ley de 1993, su reforma en 1996 y su reglamento en 1998, se reglamenta
“la no existencia de ningún tipo de restricción en el tipo de cambio para la
exportación de capital, en la repatriación de utilidades u otro tipo de transferencia en
moneda extranjera”. Específicamente en las inversiones extranjeras del sector
automotriz, autopartes y de edificación, construcción e instalación de obras no se
tiene restricción alguna desde 1999, exceptuando sólo en parte el contenido
nacional obligatorio del sector automotriz y de autopartes vigente hasta el 2004,
después de cuya fecha se eliminaran los requisitos completamente; e) se permitirá la
libre transferencia de recursos al exterior; f) se incluyen mecanismos para la
expropiación (que sólo se lleva a cabo por causa de utilidad pública, sobre bases no
discriminatorias) e indemnización de inversiones expropiadas; g) se asegura que los
inversionistas tienen derecho a acudir ante los tribunales nacionales o
internacionales para ejercer sus derechos137, entre los más importantes. Aparte de
estas disposiciones de la inversión extranjera se indica también las actividades que
se reservan al Estado Mexicano, entre los que se encuentran sectores como el
pesquero, servicios profesionales, técnicos y especializados, transporte de agua,
telecomunicaciones, etc; requiriendo además de la aprobación del CNIE (Comisión
Nacional de Inversiones Extranjeras) para inversiones en ciertos ámbitos concretos.
La legislación actual hace posible que la inversión extranjera directa participe
sin autorización y en cualquier proporción en el capital social de las empresas,
exceptuando ciertas actividades circunscritas. Se avala en la Ley de 1993 y
formaliza a su vez la conocida inversión neutra, “que se refiere a la inversión
realizada por sociedades mexicanas o fideicomisos que sólo autoriza derechos
pecuniarios (dinero en efectivo) a sus tenedores y derechos corporativos limitados,
sin derecho de voto a los inversionistas extranjeros poseedores de acciones”. La
inversión neutra mediante la adquisición de certificados de participación ordinarios
emitidos por instituciones fiduciarias138, deberá ser aprobada por la CNIE (Comisión
137 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 16 y
20 138 Empresa Fideicomiso es un corporativo que pretende actuar como asociado en función de unos
contratos, llamados contratos de confianza. Estas empresas adquieren diversas formas y se
55
Nacional de Inversiones Extranjeras) presidida por el secretario de la SECOFI
Secretaría de Comercio y Finanzas). Este tipo de instrumento se ha extendido con
presteza en los sectores de telecomunicaciones, transportes y energéticos. A todo
esto, se ha buscado en general infundir seguridad jurídica en la inversión extranjera
con cambios realizados en la legislación, procurando simplificar y reducir el tiempo
de tramitación para la constitución y registro de una empresa con capital extranjero o
de una filial en México. Después de la promulgación de la Ley de 1993, se registró
“que las actividades de la economía mexicana que se encontraban abiertas a la
inversión extranjera representaban el 82.5% del PIB, mientras que sólo el 4% y el
6% se restringía exclusivamente a mexicanos y al estado mexicano
respectivamente”139. Es importante hacer hincapié en la anulación de varios artículos
de la Ley de 1993, encaminada de forma intencional en la “Ley de Protección al
Ahorro Bancario de enero de 1999, en la que se permite una participación en los
servicios financieros de hasta 100% en sociedades controladoras de grupos
financieros, instituciones de banca múltiple, instituciones de seguros, casas de bolsa
y especialistas bursátiles; en otros servicios como en uniones de crédito,
instituciones de fianzas, casas de cambio, almacenes generales de depósito y
arrendadoras financieras, entre otras se les permite la participación a la inversión
extranjera en 49%”, lo que ha hecho posible masivas adquisiciones por parte de
empresas extranjeras en el sector financiero mexicano. En consecuencia para el año
2002, aproximadamente el 90% de los activos de los bancos en México son
propiedad de bancos extranjeros. La crisis económica de México resultado de la
incapacidad del gobierno mexicano de responder a los bonos emitidos en dólares
(Tesobonos), agravada por la salida de capitales y la consecuente devaluación del
peso, influyo de forma incierta en la inversión extranjera directa traduciéndose en
una tasa de crecimiento anual de la misma en el período de 1994 a 1998 de -9.1%.
En 1998 la maquila es el sector más dinámico donde se realizan las nuevas
inversiones, representando el 35% de la inversión extranjera directa. Se destaca el
sector automotriz entre 1994 y 1998 acumulando 4 090 millones de dólares y
combinan con otros negocios bancarios, por ejemplo con los bancos de ahorro privado, de
inversiones hipotecarios, seguros y en los últimos años se han convertido en una banca muy parecida
a los bancos de depósitos ordinarios. 139 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 22
56
participando con 9.29% de la inversión extranjera directa. “Desde 1994 a 1999 la
inversión extranjera directa tanto a nivel sectorial como de rama y sin incluir
reinversión de utilidades ni las cuentas entre las compañías, se han dirigido en
términos absolutos y relativos hacia los sectores manufactureros, de la maquila y el
financiero”. A grandes rasgos en el comportamiento de la inversión extranjera directa
se observó un crecimiento anual promedio en el período de 1980-1987 de 8.7%
incrementándose en el siguiente período de 1989- 1993 a 18.3%. La manufactura
como principal receptor de la inversión extranjera registra un descenso del 66.34%
en el período de 1980- 1988 a 28.63% en el subsecuente período de 1989-1993, a
razón del proceso de privatización en sectores de servicios, telecomunicaciones y
sector financiero. De 1994- 2001 se incrementa la inversión extranjera, sin dejar de
lado la distorsión en el cálculo por la transacción de venta de Banamex por City
Group en 12 500 millones de dólares140. Se orienta y distribuye en 50.68% dentro
del sector manufacturero incluyendo la maquila la inversión extranjera en el lapso de
1994-2001141.
En los años 90s, el despliegue de estrategias de las empresas automotrices
norteamericanas ha determinado objetivos precisos en el aumento de eficiencia y
competitividad en relación a empresas asiáticas y europeas, en la búsqueda de
materias primas, en acceso a los beneficios del TLCAN al igual que la entrada a los
mercados de los países miembros. La relocalización 142de las empresas ha llevado a
efecto un papel básico en su reestructuración, ya que se evalúan factores de los
países receptores tales como “acceso a mercados prioritarios, mano de obra y
técnicos calificados a precios competitivos, infraestructura y logística de calidad,
proveedores locales, presencia de clusters (distritos industriales), marcos
140 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 65 141 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 65 y 66 142 Relocalización significa la transferencia de una actividad industrial o servicio fuera del territorio
nacional con el propósito de separar el sitio de producción o de transformación de una mercancía del
sitio de consumo. Para la empresa se trata de fabricar donde es más barato y vender donde hay
mercados.
57
regulatorios, agencias e instituciones nacionales e incentivos”143. Desde la década
de los sesenta, el sector automotriz ha sido patrocinado desde 1962 a 1989 con 5
decretos emitidos con la intención de desarrollar este sector, ya sea “vía subsidios
directos, requisitos de desempeño comercial y valor agregado, buscando una mayor
integración de estas actividades con la economía mexicana”. El entorno normativo o
las reglas de origen del TLCAN han condicionado parcialmente a las Empresas
Transnacionales en el establecimiento de vínculos con la producción local. Con las
reglas de origen se mantiene la intención de impulsar la integración de los tres
países miembros, “ya que para ser considerados de origen norteamericano los
bienes obtenidos, deben ser producidos o fabricados en su totalidad de materiales
en Canadá, Estados Unidos o México o así mismo sí se ha cumplido con las
siguientes características: sí los materiales de origen no regional sufrieron una
transformación suficiente para cambiar su clasificación arancelaria y/o en casos
particulares, sí además del cambio arancelario, cumplen con normas de origen
regional. Puntualizando también que estas tarifas arancelarias preferenciales no se
aplican a terceros países. Al respecto se estipula en el artículo 303 del Tratado de
Libre Comercio de América del Norte, que terceros países no se beneficiaran de
inferiores aranceles en uno de los países miembros del TLCAN, dejando prever la
intención de que algún país no se convierta en trampolín para exportar dentro del
área comercial del TLCAN144. Las reglas de origen de la industria automotriz en el
TLCAN estipulan que el valor agregado nacional en México para la industria terminal
se fijaría en el período de 1994-1998 en un 34% y posteriormente disminuiría 1%
anualmente hasta 2003. A partir del 2004 sólo estaría vigente el valor agregado
regional de los países miembros del TLCAN determinado en 62.5%. Los requisitos
de desempeño para la industria terminal se eliminarían en 2004, agregando que las
ventas en el interior del país de las maquiladoras importantes para la industria
terminal de autopartes podrían aumentar continuamente desde 1994 con un 55%,
143 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág. 103 144 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 63
58
alcanzando el 100% a partir del 2001145. Por otra parte la vinculación de la economía
mexicana en la provisión de producción compartida con Estados Unidos ha sido
igualmente propicia, ya que este país ha convenido en su legislación comercial, “que
los productos que sean ensamblados fuera de Estados Unidos, con partes y
componentes que provienen únicamente de Estados Unidos, sólo gravarán arancel
sobre el nuevo valor agregado”. Además de que los productos que se integran bajo
este sistema de “provisión de producción compartida, no gravan impuestos
aduanales de 0.21% ad valorem y de un mínimo de 485 dólares” 146. La importación
libre de arancel a Estados Unidos, indicada en la fracción 98020080 se remite a
productos ensamblados en el exterior y se ha observado particularmente en la
década de los 90s, que este rubro ha sido el más notable por su actividad
representando más del 98% del total de las importaciones bajo el sistema de
provisión de producción compartida. Llama la atención que durante 1995-1998 el
contenido estadounidense en las exportaciones mexicanas bajo el sistema de
provisión de producción compartida es mayor a 58%, en tanto que en ningún otro
país el contenido estadounidense es superior al 7%147.
La deficiencia en la integración de la formación del valor agregado nacional,
es una materia recurrente desde las disposiciones de los decretos en 1962, pues la
falta de proveedores nacionales es una limitante del sector automotriz y de
autopartes. En los años 90s con el relativo éxito exportador de la industria
automotriz mexicana se ha desarrollado clusters (distritos industriales) con “ciertos
efectos positivos en el encadenamiento productivo y mejoramiento de las
capacidades técnicas”. Sin embargo “el éxito exportador mexicano no se ha
convertido en un motor de crecimiento para la economía, ya que mientras entre 1998
y 2002 las exportaciones crecieron en promedio anual 18%, el crecimiento del PIB
fue del 3%”. Las posibles razones por las que el éxito exportador paradójicamente
no concuerde con el crecimiento económico se atribuye en parte a: que las
Empresas Transnacionales no logran vincularse interactivamente con los
proveedores locales para formar encadenamientos productivos, al escaso desarrollo
empresarial nacional y a la insuficiente transferencia y aprendizaje tecnológico de las
145 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 36 146 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 36 147 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 36
59
empresas locales. “La experiencia mexicana muestra que el vínculo entre IED,
exportaciones y crecimiento no es tan directo”148. Los investigadores Michael
Mortimore y Sebastián Vergara atribuyen esta distorsión a las siguientes causas: la
mayoría de las exportaciones cuyo destino principal es Estados Unidos dependen
del ciclo económico de este país; México padece de una dualidad estructural, ya que
posee “sectores modernos y dinámicos vinculados a las exportaciones de mayor
contenido tecnológico, tales como la industria automotriz, electrónica y prendas de
vestir”, al mismo tiempo que coexisten con el sector agrícola tradicional y actividades
menos dinámicas”, sin tener una estrecha interacción entre las mismas149.
CONCLUSIONES La etapa de sustitución de importaciones en México había construido una
planta productiva nacional generándose importantes montos de empleo, pero a la
vez enfrentando un creciente déficit comercial y de cuenta corriente (entrada neta de
moneda en el país como consecuencia de la venta de bienes y servicios interiores y
de las transferencias netas del extranjero), que no pudo seguir siendo financiado por
el superávit comercial del sector primario. La llamada industrialización trunca
(conferida esta frase a Fajnzylber) en los años 80 resultó en una disparidad
estructural entre “un sector industrial de capital extranjero altamente dinámico en
sectores de punta y el resto de la industria incapaz de integrarse al mercado
mundial”150. Las reservas petroleras en los años 70s y 80s con sus exportaciones
habían permitido a través del endeudamiento financiar la crisis de desarrollo, durante
la década de los 80s se redujo el PIB, la inflación llego a niveles cercanos a 160% y
el déficit fiscal represento el 15% del PIB durante varios años151. Irrumpiendo en
1987 una nueva estrategia de crecimiento que priorizó “las exportaciones y el sector
manufacturero privado”, cuidando a su vez estrictamente del control de las variables 148 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág. 115 149 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Perspectivas y retos de la competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág. 115 150 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 14 151 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 50
60
económicas con anteriores desaciertos: la inflación y el déficit fiscal. Con los
gobiernos de Miguel de la Madrid y Salinas de Gortari se tránsito del paradigma
económico de sustitución de importaciones a un modelo de liberalización económica
que “incluyó la apertura del país a los mercados internacionales de capital y la
eliminación de la mayor parte de las barreras al comercio”152. Se emprendió la
instauración de políticas horizontales “con el objeto de afectar a todas las empresas,
ramas, sectores y regiones por igual”, al mismo tiempo que se imponía una estricta
disciplina macroeconómica. Durante 1983 y 1984 el gobierno mexicano desarticulo
el sistema de protección a la industria nacional, efectuándose entre otras medidas
una disminución a la tasa de impuestos a 22% y eximiendo 16.5% de las
importaciones totales del requisito de permiso previo. El 24 de julio de 1985 México
formalizó su entrada al GATT y en ese mismo año el 69.1% de las importaciones no
requirieron permiso de importación.
La desregulación económica y la liberalización arancelaria desde 1985 fueron
medidas con la pretensión de “permitir una orientación exportadora a través de
insumos internacionales, masiva privatización de empresas paraestatales que
hiciera posible el desarrollo y expansión del sector manufacturero privado y la
eliminación de subsidios directos e indirectos, así como programas orientados hacia
empresas, ramas, sectores y regiones específicos que ayudaran a fluir en forma
eficiente la asignación de los recursos de productores y consumidores”153. Otros
lineamientos impuestos con importantes efectos fueron la modificación del marco
regulatorio de las inversiones extranjeras, la modificación en el marco regulatorio de
la tenencia de la tierra y la regulación sobre prácticas monopólicas mediante la
promulgación de la Ley de Competencia”, determinadas con el objetivo de que la
inversión extranjera directa fuera considerada una de las principales fuentes de
financiamiento. “La competencia internacional por flujos de capital, la escasez de
recursos, la dificultad para obtener financiamiento” había causado la exigencia de
152 Véase fuente: “Problemas de Desarrollo”, vol. 36, no. 141. Pág. 159 153 Véase fuente: Enrique Dussel Peters, “La inversión extranjera en México”, CEPAL, 2000. Pág. 15
61
cambios en el marco normativo, ya que México era considerado uno de los
regímenes mas restrictivos en cuanto inversión extranjera154.
En este contexto la economía mexicana desde entonces ha disminuido el
impulso dinámico que tuvo en la etapa de sustitución de importaciones, denotándose
particularmente en el ingreso por habitante, el cual no se ha modificado
prácticamente desde 1982. La apertura comercial que devino con el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte, se fundamento en los siguientes argumentos: se
abaratarían los insumos y bienes de capital importados, lo cual repercutiría en la
disminución de costos del proceso de producción, aumentando así la competitividad
de los productos mexicanos (aquellos que contaran con ventajas comparativas), por
ello se exportaría más y se neutralizaría la escasez de divisas como freno principal
de la importación de los mismos insumos y bienes de capital, quedando roto así el
círculo de la imposibilidad de crecimiento económico155. Las ventajas comparativas
en función de la utilización intensiva de mano de obra generarían empleo,
acompañado de una mejoría de salarios y a su vez repercutiría de manera positiva
para desincentivar la migración.
A más de 10 años del TLCAN en la evaluación de las variables
macroeconómicas se encuentra que la economía de México siendo una de las “más
abiertas del mundo, exporta cerca de 30% del PIB y de esta cantidad 87% son
manufacturas, de las cuales casi la mitad proviene del régimen maquilador”. Sin
embargo los salarios reales no se han recuperado con el consabido desempleo
abierto desfasado156; el PIB per cápita se ha situado por debajo de niveles
154 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 54 155 Véase fuente: “Problemas de Desarrollo”, vol. 36, no. 141. Pág. 157 156 La tasa de desempleo abierto en México en las áreas urbanas ha sido reducida, pero sólo refleja
un pequeño segmento de la población que no ha conseguido ningún empleo formal ni en el sector
informal. Otros estudios señalan que desde los años 80s, alrededor de 15 millones de personas no
obtuvieron un empleo formal. La generación de empleo durante los años 90s ha sido de
aproximadamente de 500 000 empleos anuales, muy por debajo del aumento de la Población
Económica Activa de aproximadamente 1 300 000 anuales. La calidad del empleo ha disminuido,
dado que los salarios reales en el sector manufacturero y los mínimos se ubican muy por debajo de
los niveles de 1980. Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la
62
alcanzados en la fase de industrialización sustitutiva de importaciones; la formación
bruta de capital no ha aumentado durante 1988- 2001 manteniéndose estancada en
niveles cercanos al 14%, correspondiendo a la lógica de que el ahorro total respecto
al PIB conserva niveles de 22% en el mismo período; la deuda externa total se ha
mantenido relativamente estable desde 1995, pero ha cambiado su composición en
los años 90s acrecentándose la deuda externa privada de 9 040 millones en 1990 a
cerca de 55 000 millones en 2001; el tipo de cambio flexible se ha constituido como
ancla inflacionaria, sosteniendo una creciente sobrevaluación (en el 2001 el tipo de
cambio real se encontraba sobrevaluado en aproximadamente 40%), que ha hecho
rentable la inversión extranjera de cartera en el corto y mediano plazo perjudicando
con la distorsión de precios al aparato productivo en su balance comercial (abarata
las importaciones en detrimento de las exportaciones); el sistema financiero no ha
desplegado durante los años 90s el vínculo necesario para interactuar con el sector
privado y productivo, constatandose en que más del 50% de las empresas se
financian a través de sus proveedores157; y se percibe la fragmentación del proceso
productivo, que tiende a una nueva configuración concretada en la maquilización del
sistema productivo. Como dato esclarecedor en 1980 la participación de las
maquiladoras en las exportaciones ascendían a 14% y en 2000 estas representaban
46%. Lindante a esto, de 1980 a 2000 las exportaciones crecieron a una tasa
promedio anual del 7.9%, dos puntos porcentuales más que en el período de 1940 a
1982. Durante el intervalo de tiempo de 1980 a 2000 las manufacturas crecieron a
una tasa anual promedio de 18.8%, 11 puntos porcentuales más que en el período
de 1940 a 1982. Las exportaciones manufactureras en 1980 representaban 16% y
en el 2000 ascendían a 87%158. Aquí es importante destacar que las empresas con
inversión extranjera directa realizaron aproximadamente 60% del total de las
exportaciones no petroleras. Por otro lado hay que reconocer sin embargo que el
nivel de precios, exceptuando la crisis de 1994- 1995 se redujo de forma importante
inversión extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”,
UNAM 2003. Pág. 56 157 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 56 y 57 158 Véase fuente: “Problemas de Desarrollo”, vol. 36, no. 141. Pág. 160
63
en los años 90s, logrando ubicarse en un dígito en 2000- 2001, mientras que el
déficit en el balance público en pocas excepciones fue superior al 3% del PIB.
En el marco revelador de estos síntomas paradójicamente se advierte que no
es suficiente la vocación exportadora para alcanzar crecimiento económico a largo
plazo si no se incluyen “aspectos territoriales de endogeneidad y de competitividad
sistémica”159. El concepto de endogeneidad se puede entender como “la capacidad
de combinar el conocimiento y las habilidades importadas con los recursos
emprendedores nacionales y potenciales del territorio”160. En la década de los 90s
autores como Esse, Hillerbrand, Messner y Meyer Stamer exponen el concepto de
competitividad sistémica sustentado en el análisis de diferentes niveles: “micro (es
importante a nivel microeconómico pero no suficiente), meso, macro (o
exclusivamente a nivel macroeconómico) y meta, que afectan a las empresas en el
plano local, regional, nacional y supranacional ( este último concepto se entiende
como aquello que está por encima del ámbito de los gobiernos e instituciones
nacionales y que actúa con independencia de ellos)”. De estos niveles se prioriza en
primer plano, el nivel mesoeconómico, “dimensión donde se generan las ventajas
competitivas institucionales y organizativas, los patrones específicos de organización
y gestión y los perfiles nacionales que sustentan las ventajas competitivas y que son
difícilmente imitables por los competidores”. Además en este nivel se conjugan
mecanismos, políticas e instituciones que atañen a la competitividad de sectores
individuales y en su conjunto, tanto público como privado y de organizaciones no
gubernamentales, así como relaciones inter o intraempresa”161. “La competitividad
exige una elevada capacidad de organización, interacción y gestión por parte de los
grupos de actores, que deben procurar una gestión sistemática que abarque a la
sociedad en su conjunto”. Por ello también, “el empotramiento económico,
institucional y cultural es de la mayor relevancia para entender la configuración intra
159 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág.330 160 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 3. Pág.245 161 Véase fuente: Dussel Peters Enrique, Coordinador “Perspectivas y Retos de la Competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág.26 y 27
64
e interregional, así como las condiciones y el potencial de competitividad
sistémica”162.
En la época actual se habla de una reconfiguración industrial que implica
“nuevas formas de eficiencia colectiva, organización industrial y relaciones intra e
interempresariales, efectos de la globalización en los procesos de desarrollo en
escala regional, los clusters, los distritos y parques industriales, los
encadenamientos de valor agregado, así como las formas institucionales de
asociación que desempeñan un papel cada vez más significativo en la
competitividad de las naciones”. Las estrategias de las empresas transnacionales,
los grupos y redes interempresariales mundiales se encauzan al comercio
intraindustrial e intraempresarial, a la relación entre globalización y regionalización, a
la especialización flexible y los encadenamientos mercantiles mundiales, a la
creciente apertura de los mercados de bienes, servicios y capitales. Las empresas
líderes al construir las cadenas interactivas de empresas “coordinan controlan e
imponen estándares intra e interfirma, las cuáles son normas y patrones que cuidan
aspectos de calidad y manufactura, así como estándares fitosanitarios, sociales,
laborales, ecológicos y otros”. Estos estándares que pueden “comprenderse como
las nuevas barreras no arancelarias, tienden a imponerse y homogeneizarse,
requiriendo de enormes capacidades financieras y tecnológicas por parte de
empresas y territorios que les permita continuar participando en las cadenas de valor
global”163
Se han instrumentado desde los 80s mecanismos para reducir costos y
enfrentar la diversidad de la demanda. Los métodos para reducir el tiempo unitario
por producto, el llamado justo a tiempo o toyotismo es un fenómeno tecnológico que
se inicia después de la posguerra, en la que las empresas japonesas alcanzan
niveles de calidad y eficacia tales como lo acontecido en los años 80s, reduciendo a
15 horas la fabricación de un auto en comparación a las 35 horas/ trabajador que las
empresas estadounidenses y europeas empleaban en el mejor de los casos. Las
162 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán y Enrique Dussel Peters Coordinador, “Dinámica regional y
Competitividad Industrial”, UNAM 1999. Pág. 56 y 68
163 Véase fuente: Dussel Peters Enrique, Coordinador “Perspectivas y Retos de la Competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág.26 y 27
65
ventajas en los 90s a causa del diseño y fabricación asistido por computadora y
otras técnicas como la ingeniería simultánea contribuyo al mejoramiento de la
calidad y reducción del costo, al mismo tiempo que el período de gestación de
productos se redujo desde cinco a tres años. La modificación en la vinculación de los
diversos segmentos de la industria automotriz ha introducido mecanismos para
proveer partes como el caso de los productos electrónicos en el que prevalece el
sistema “build to order”, que busca funcionar en tiempo real con los proveedores,
clientes y empresas para reducir inventarios generales164. Los medios de
comunicación electrónicos han facilitado la relación entre proveedores y clientes,
disminuyendo costos y tiempos, además de la estandarización de la calidad en los
procesos productivos. Este proceso conocido como producción esbelta se remite “a
la relación estrecha entre áreas de adquisición de insumos, producción y
distribución, así como la relación entre grupos altamente calificados en una
empresa, basada a su vez en un alto grado de confianza entre proveedores y
empresas manufactureras de bienes finales”165. La coordinación y cooperación intra
e interempresa se convierte en una forma exitosa de integración sistémica de y entre
empresas, es decir, de internalizar sistémicamente, a nivel Inter e intraempresa, los
procesos en espacio y tiempo deviniendo en cuasi tiempo real”166.
Una tendencia particular que hay que reseñar es que “el proceso productivo
puede generar la menor parte del valor agregado, mientras que el diseño de partes y
componentes, de maquinarias y servicios posteriores a la venta del producto pueden
generar un valor agregado muy superior”167. Este aspecto es importante ya que
implica diferentes efectos en el desarrollo de las empresas, regiones y países en
“cuestión de aprendizaje, integración o exclusión en redes, encadenamientos
mercantiles mundiales y organizaciones industriales específicas”168. La integración
propia a las cadenas de valor agregado como proveedor, productor o distribuidor
final de las empresas, regiones y naciones a redes interempresariales está 164 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág. 331 165 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán y Enrique Dussel Peters Coordinador, “Dinámica regional y
Competitividad Industrial”, UNAM 1999. Pág.62 166 Véase fuente: Clemente Ruiz Durán y Enrique Dussel Peters Coordinador, “Dinámica regional y
Competitividad Industrial”, UNAM 1999. Pág. 63 167 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág. 331 168 Véase fuente: Ibid. Pág. 331
66
condicionado por diversos factores en diferentes niveles meta, macro, meso y micro,
por lo que no es suficiente “que sólo se busque la competitividad de las empresas y
su vinculación directa al mercado mundial por medio de las exportaciones… sino
que para obtenerse resultados positivos es necesario tener en cuenta los diferentes
niveles en materia de competitividad sistémica y condiciones endógenas
territoriales”169.
El concepto de glocalidad que algunos investigadores sitúan su origen desde
los años 60s y finales de los 70s en el s. XX, es un “proceso de globalización en
tiempo y espacio que tiene efectos territoriales-locales”, el cual se constituye por la
flexibilización productiva, encadenamientos mercantiles globales y un proceso de
rápida liberalización de comercio de bienes y servicios. Los territorios se incorporan
a las cadenas de valor mundiales en segmentos específicos: procesos de empaque
y ensamble de partes y componentes; actividades de investigación y desarrollo,
diseño de partes, componentes y programas de cómputo. Esta especialización tiene
un impacto diferente sobre el “valor agregado, empleo, desarrollo e innovación
tecnológica, salarios y control de la cadena”. Es decir, la nueva división del trabajo
ha desembocado en la especialización internacional de los productos integrados que
es posible “cuando las fases del proceso productivo pueden separarse físicamente,
se explica, como el momento en el que la manufactura del producto es susceptible
de fragmentarse”. El proceso productivo puede separarse espacialmente y realizarse
en diferentes lugares, donde los costos de cada fase sea la más baja. Los servicios
de enlace compuesto por actividades tales como transporte, seguros,
telecomunicaciones, control de calidad y coordinación han permitido que los
diferentes bloques de producción interactúen en forma sincronizada. La
liberalización comercial en servicios, la convergencia de sistemas de regulación y de
derecho jurídico o legal ha abaratado sus costos, contribuyendo a extender sus
aplicaciones. Desde los años 90s se ha percibido un proceso conocido como “llave
en mano o paquete completo”, que consiste en los lineamientos que algunas
empresas líderes exigen a los subcontratistas. Es decir, la tendencia de que los
subcontratistas, “se hagan directamente responsables de los costos, financiamiento,
169 Véase fuente: Ibid. Pág. 331
67
calidad, cantidad, insumos y del propio proceso de transformación, del empaque y el
envío al consumidor final”170.
La industria automotriz ha experimentado una espectacular transformación
que permitió en su reestructuración industrial y reorientación comercial, que México
se incorpore “al nuevo orden industrial internacional”. En la etapa de sustitución de
importaciones (1940-1982), la restricción de no importar automóviles, motivó que las
empresas transnacionales emprendieran inversiones localmente y a la consolidación
de un mercado oligopólico. Se estableció una relación más intensa entre productores
extranjeros de automóviles, productores nacionales de partes y la intervención
gubernamental en su carácter proteccionista. La producción adolecía de mala
calidad, altos precios y reducido volumen, efectuándose un impacto negativo en la
balanza de pagos debido a las importaciones masivas de componentes y la poca
vocación exportadora. La coacción de los decretos de contenido local en la
producción local no logro paliar el problema del déficit en la balanza de pagos. En
los años 80 las empresas “construyeron modernas plantas de motores
internacionalmente competitivas” que tuvo éxito coincidiendo con la inserción de
nuevas estrategias corporativas, motivada por la competencia japonesa. Las
empresas transnacionales americanas que operaban en México, General Motors,
Ford y Chrysler, decidieron utilizar al país como plataforma para la exportación de
automóviles pequeños con destino a Estados Unidos, aprovechando”el programa
mexicano que subsidiaba la conversión de deuda externa en inversión directa”171. La
estructura exportadora del sector automotriz, autopartes y electrónica (capítulos 85,
87 y 84 del Sistema Armonizado) representaba más del 60% de las exportaciones
totales para el 2001172. Con la irrupción del Tratado de Libre Comercio en 1994, es
importante destacar ciertos cambios coyunturales: se reduce de forma gradual el
porcentaje de valor agregado nacional en la industria terminal, es decir, se preserva
en 34% durante 1994- 1998 después de cuya fecha disminuiría paulatinamente 1%
170 Véase fuente: Dussel Peters Enrique, Coordinador “Perspectivas y Retos de la Competitividad en
México”, UNAM, 2003. Pág.25 171 Véase fuente: CEPAL“Desarrollo Productivo”, no. 50. Pág. 19 172 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 55
68
anualmente hasta 2003, rigiendo en el 2004 el 62.5% del valor agregado regional de
los países miembros del TLCAN; se omite el requerimiento de equilibrio en la
balanza de divisas de la industria terminal o balanza comercial positiva y los
impuestos sobre autos importados descienden gradualmente en un tiempo límite
hasta llegar a cero, concretándose la importación de autos nuevos provenientes de
Estados Unidos o Canadá y la liberalización completa en el ámbito automotriz hasta
2018, cuando se incluya el comercio de autos usados173.
Se pone en marcha el programa de las importaciones temporales para
exportación, ancla fundamental del funcionamiento de las empresas maquiladoras
de exportación, que tiene como característica el ser procesos con poco valor
agregado salvo ciertas excepciones. Algunos estudios al respecto determinan en su
análisis, que para que exista la posibilidad de una mayor”endogeneidad territorial o
de integración nacional, requeriría la empresa maquiladora pagar un mayor arancel
(el arancel actual de importación puede variar de 0-20%), del IVA (en el presente
15%), o un mayor ISR (el cuál puede ser hasta de 35%). Sí se llevará cabo el
incremento de estos parámetros, “alguna empresa que realiza procesos de
importación temporal para exportación y quisiera aumentar el grado de integración
nacional bien pudiera encontrarse con desincentivos superiores a 50% del costo de
la producción”174. Hay empresas que se han beneficiado del régimen maquilador y
del Pitex (Programa de Importaciones Temporales para Producir Artículos de
Exportación), cometiendo evasión fiscal al manipular las cifras reales y aprovechar
los incentivos otorgados por el sector público (en aspectos arancelarios, de empleo,
salarios, ecológicos, etc). El conflicto derivado de esto, es que la racionalidad de las
empresas maquiladoras amparadas en este sistema es “no pagar arancel, IVA ni
ISR”, lo cuál desvirtúa la”fuente de ingreso del presupuesto público” que son los
impuestos175. La restricción que se impuso en un principio de que la producción total
generada por la industria maquiladora de exportación para ser totalmente exportada,
se libera y autorizada a vender el 100% de su producción en México a partir del
2001, perfilándose como competencia desleal para los productores nacionales. En la
industria maquiladora se ha registrado desde sus orígenes un crecimiento sostenido
173 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 54, no. 4. Pág. 358 174 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53, no. 4. Pág. 335 175 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 53 no. 4. Pág. 336
69
del nivel de ocupación y se ha observado que “el comportamiento del empleo de las
empresas maquiladoras de exportación están asociados más a la dinámica de la
economía norteamericana que a las políticas empresariales y a la acción del Estado
mexicano”176. Sin embargo no hay que descartar que la política cambiaria y la
fijación de salarios hayan sido incentivos promovidos por el Estado Mexicano que
benefician a la empresa maquiladora. La integración de insumos nacionales en la
producción de la industria maquiladora, se calcula en 2% en promedio y la pequeña
proporción de ventas en el mercado interno son motivos por los cuales no se acopla
con los ciclos económicos del país. La reestructuración industrial de Estados Unidos
en las manufacturas que ha implicado la racionalización de las operaciones de la
producción ha utilizado el régimen maquilador y la cercanía geográfica, como
estrategia para incrementar la competitividad de las empresas norteamericanas.
Existen estimaciones de que aproximadamente “1750 de las mayores
empresas de los Estados Unidos están asociados a la maquila, por lo que su
expansión esta estrechamente ligado a la evolución de la economía
norteamericana”177. Como dato revelador en el caso mexicano la importación de
capital fijo por las maquiladoras (maquinaria y equipo) en el período de 1994-2000
se registra en una oscilación de la tasa de crecimiento anual entre 13.5% y 22.2%.
En el subsiguiente año de 2001-2002 disminuye el ritmo de crecimiento a causa de
la desaceleración de la economía norteamericana178. La importancia de la
maquiladora como generadora de empleo se puede constatar en los siguientes
datos: en los años 80s los puestos de trabajo otorgados por las empresas
maquiladoras representaban 4.9% del sector industrial a nivel nacional y en los 90s
la ocupación creció a 18.4%179. En el período de 1982 a 1995 el personal ocupado
en el sector automotriz mexicano creció a una tasa anual promedio de 20%,
176 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar
Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.189 177 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar
Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.190 178 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 66 179 Véase fuente: Enrique Dussel, Michael Piore, Clemente Ruíz Durán, “Pensar Globalmente y Actuar
Regionalmente”, UNAM, 1997. Pág.194
70
mientras que los establecimientos en este sector se incrementaron a una tasa de
10.3%, pese a la recesión norteamericana de 1990 a 1991. Desde el 2000, México
esta sumido en prácticamente una recesión económica, percibido desde el segundo
trimestre de 2000 con una disminución sin intermisión del PIB y particularmente del
sector manufacturero, constatando este fenómeno con la expulsión de 300 000
empleos del sector manufacturero180.
Después de la crisis de los años 80s a nivel mundial, América Latina acentúa
su dependencia financiera. La necesidad de financiamiento “está sometida al azar
del mercado internacional de capitales y a la entrada de las inversiones directas
extranjeras”. Los capitales fluyen en un primer momento en “búsqueda de tasas de
interés elevadas y en un segundo momento en la búsqueda de una valoración del
capital en mercados en proceso de integración económica (MERCOSUR y
TLCAN)181. La inversión extranjera directa financia a través de la cuenta de capitales
(entrada neta de moneda en un país como consecuencia de la adquisición de
activos interiores por parte de extranjeros) parte importante del déficit de cuenta
corriente de los países huéspedes (entrada neta de moneda en el país como
consecuencia de la venta de bienes y servicios interiores y de las transferencias
netas del extranjero), y distiende por esta vía la restricción externa al crecimiento
económico. La conciliación entre la necesidad y la capacidad de financiamiento es
difícil de conciliar con las medidas que emprende el Estado, ofreciendo tasas de
interés astronómicas (economía casino) para atraer capitales medrosos y evitar la
salida de los capitales nacionales, pues este mecanismo vulnera “el servicio de la
deuda interna de las entidades federativas y del Estado, ahonda el déficit
presupuestario con el recorte de los gastos públicos ocasionando a su vez aspectos
antisociales del desarrollo y precipita la recesión”. Según el investigador Pierre
Salama, con “la internacionalización del capital aparecen otras fuentes de déficit
masivo y creciente (en la balanza de cuenta corriente): pago de regalías por el uso
de patentes, salidas de capital por concepto de dividendos y ganancias repatriados,
180 Véase fuente: Enrique Dussel Peters Coordinador, “Condiciones y efectos de la inversión
extranjera directa y del proceso de integración regional en México durante los noventas”, UNAM
2003. Pág. 57 181 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 9. Pág. 840
71
aumento en potencia del endeudamiento externo privado y su servicio “182. Es decir,
la dependencia financiera en base a la presencia crónica de un déficit de la balanza
de cuenta corriente, subordina y fragiliza el crecimiento nacional.
La industria automotriz siendo modelo en cuanto a la constante adaptación y
reestructuración de su sistema productivo al cambio dinámico global nos da una idea
de lo que potencialmente puede, sin dejar de lado las propias especificaciones, otras
ramas de la industria enfrentar como reto para integrarse en forma efectiva al
complejo sistema de reglas explícitas o implícitas en los diferentes niveles de
análisis mencionado en la teoría de la competencia sistémica. Sin caer en la
ingenuidad de lo utópicamente deseable, es importante evaluar de la forma más
parcial las ventajas y desventajas que nos presenta el mundo. Existen casos
exitosos como excepciones y no es referencia para implantar situaciones ajenas
para incrustarse sin más a la realidad mexicana, sino que es importante como punto
de partida para pensar en los cambios necesarios desde nuestra idiosincrasia a
donde queremos como nación dirigirnos y realmente discutir los problemas nodales
en un ambiente interdisciplinario. Sin dejar de tener efecto las circunstancias que
nos rodea en todos los niveles espaciales: local, regional, nacional, mundial y la
memoria temporal, ya que se debe tener en cuenta el análisis histórico; siempre
existe un margen susceptible de maniobra. Las propuestas o soluciones deben
pensarse, razonarse, planearse, discutirse en todos los ámbitos posibles: centros de
investigación, cámaras sectoriales, foros ciudadanos, etc. Es un trabajo monumental
y a largo plazo, buscando los mecanismos para su difusión, sometimiento de crítica,
en constante movimiento y transformación, pero será la única forma de no ser
victimas de la imposibilidad.
182 Véase fuente: “Comercio Exterior”, vol. 52, no. 9. Pág. 840
72
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
1) Enrique Dussel Peters, “La Economía e la Polarización”, 2000.
2) Héctor Guillén Romo, “Orígenes de la Crisis en México 1940- 1982”, 1986.
3) Héctor Guillén Romo, “La Contrarrevolución Neoliberal en México”, 1997.
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Extranjera Directa y del Proceso de Integración Regional en México durante los
noventa”, 2003.
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Globalmente y Actuar Regionalmente”, 1997.
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Industria Mexicana”, 2003.
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las Pequeñas y Medianas Empresas en México”, Editorial Jus, 2001.
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53 No. 7, Vol. 54 No. 3, Vol. 54 No. 6Vol. 55 No. 7.
11) Revista El trimestre económico Vol. LXX1 No. 284, Vol. LXX No. 277.
12) Revista Problemas del Desarrollo Vol. 36 no. 143.
73
Cuadro del Valor Agregado Nacional en el Sector Automotriz, exceptuando el primer
valor que se refiere al valor agregado en bloque, es decir, a partir de 2003 el
porcentaje de valor agregado producido en conjunto por los países miembros del
TLCAN.
VALOR AGREGADO NACIONAL A PARTIR DEL TLC
34%34%
34%
34%
34%
33%
32%
30%
29%
62.50%
31%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70%
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
74
INVERSION EXTRANJERA DIRECTA
1994-2002
Fuente: Dussel Peters, "Condiciones y Efectos de la Inversión Extranjera
Directa y del
Proceso de Integración Regional…",UNAM
2003.Cuadro 4
Inversión Extranjera Directa en México 1994-2002 (información hasta el 31
de marzo del 2002)
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Inversión Extranjera Directa Total en Millones de Dólares
15041 9552 9938 14044 11933 12534 14706 24731 2726
1994
19951996
1997
19981999
2000
2001
2002
0
5000
10000
15000
20000
25000
MILLONES DE DÓLARES
INVERSIÓNEXTRANJERA DIRECTA DE MÉXICO 1994-2002
1994 15041
1995 9552
1996 9938
1997 14044
1998 11933
1999 12534
2000 14706
2001 24731
1