8/18/2019 Educativa II. Justificación Teórica Del Mutismo Selectivo
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MUTISMO SELECTIVO: UNA APROXIMACIÓN YJUSTIFICACIÓN TEÓRICA
Ana Isabel Aragón Fernández
Jorge Garrido Ramos
UNIVERSIDAD DE CÁDIZPSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN II
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ÍNDICE
- INTRODUCCIÓN…………………………………………………………….. Página 2
- DEFINICIÓN………………………………………………………………….. Página 2
o TIMIDEZ
o MUTISMO SELECTIVO
- ¿ESTOY FRENTE A ESTE CASO? SIGNOS DE ALERTA………….…... Página 4
-
DATOS EPIDEMIOLÓGICOS……………………………………………… Página 4
- MODELOS EXPLICATIVOS……………………………………………….. Página 4
- TRATAMIENTOS……………………………………………………………. Página 9
- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………. Página 10
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INTRODUCCIÓN
Este documento está pensado para que usted, profesor, madre o padre, entienda qué es el
mutismo selectivo, de forma que en caso de encontrarse con un caso, sepa que hacer. Así, servirá para
delimitar si lo que se encuentra en ese caso es solo timidez, o si realmente es un caso de mutismoselectivo que pueda limitar la vida de tu alumno o hijo.
En primer lugar se explicarán las consideraciones iniciales sobre Mutismo Selectivo y timidez,
para a continuación explicar el motivo de la ocurrencia, y que soluciones o consejos deberíamos llevar
a cabo.
DEFINICIÓN
Timidez
Es interesante en primer lugar delimitar un poco la definición de timidez dada la tendencia a
pensar que en muchas ocasiones, los niños con mutismo selectivo son nada más que niños tímidos,
cosa que no es para nada la realidad. Así, definimos primero a los niños tímidos como aquellos cuya
principal característica es la presencia de, según Monjas (2001), “un patrón de conducta caracterizado
por déficit y/o inadecuación de relaciones interpersonales y tendencia de escape o evitación del
contacto social con otras personas en diversas situaciones sociales”.
Mutismo Selectivo
Según indica la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 2013), el Mutismo Selectivo es un
problema de conducta cuya característica más relevante es la inhibición selectiva del habla en
contextos específicos, cuyo inicio suele encontrarse en los años preescolares. Históricamente, este
trastorno conductual fue descrito por primera vez en 1877 por Kussmaul bajo el nombre de “afasia
voluntaria”. Tiempo después, en 1934, Tramer designó este trastorno como “mutismo electivo”,
enfatizando así que los niños elegían no hablar, y limitaban su comunicación oral a personas ysituaciones muy específicas). Así, mientras que el DSM toma como nombre para este trastorno
“mutismo selectivo”, la CIE-10 sigue manteniendo el tér mino “mutismo electivo”. De esta manera, se
utilizan términos como “electivo”, “selectivo” o “adquirido”, de forma indistinta por una gran variedad
de autores.
La delimitación del trastorno debe atenerse a distintos criterios de uno de los manuales
diagnósticos en uso, estos son, CIE-10 (OMS, 1992) o DSM-5 (APA, 2013). Existen pocas diferencias
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significativas entre los criterios diagnósticos en ambos manuales, de forma que, extraeremos del DSM-
5 (APA, 2013).
A. Fracaso constante de hablar en situaciones sociales específicas en las que existe expectativa por
hablar (p. ej., en la escuela) a pesar de hacerlo en otras situaciones.B. La alteración interfiere en los logros educativos o laborales o en la comunicación social.
C. La duración de la alteración es como mínimo de un mes (no limitada al primer mes de escuela).
D. El fracaso de hablar no se puede atribuir a la falta de conocimiento o a la comodidad con el
lenguaje hablado necesario en la situación social.
E. La alteración no se explica mejor por un trastorno de la comunicación (p. ej., trastorno de fluidez
[tartamudeo] de inicio en la infancia) y no se produce exclusivamente durante el curso de un
trastorno del espectro del autismo, la esquizofrenia u otro trastorno psicótico.
Como podemos conocer gracias a Olivares, Macià y Méndez (1993), la consideración de los
trastornos de la conducta en un contexto dimensional frente al esquema categorial de la psiquiatría
permite una delimitación del concepto en términos de continuo. Una delimitación de este tipo permite
sostener, como modo alternativo de delimitación, la ocurrencia de un descenso generalizado (hasta su
anulación) de la frecuencia de ocurrencia de la conducta verbal (negativa persistente a hablar) en
situaciones sociales específicas o con carácter general ante personas ajenas al ámbito íntimo
(excepción hecha de algún amigo y/o familiar, generalmente la madre); todo ello sin que, por otra parte, se haya podido encontrar ningún otro problema de orden psicológico, o somático, que pudiera
justificarlo.
De esta manera, tomando una perspectiva descriptiva, hay que destacar que existe una gran
variedad de correlatos asociados al trastorno denominado mutismo selectivo, como son la timidez
excesiva (como por ejemplo, uno de los grupos de tímidos que distingue Zimbardo (1997) que es aquel
grupo que se siente atemorizado ante la posible consecución de sus expectativas sociales y culturales),
aislamiento y retraimiento social, negativismo, tartamudeo, ansiedad, enuresis y conducta
oposicionista o manipuladora, particularmente en el contexto del hogar (v. gr., APA, 2002).
Además, aun con la presencia de habilidades lingüísticas normales, ocasionalmente pueden
presentar asociado un trastorno de la comunicación o enfermedades físicas que causan alteraciones en
los órganos y sistemas implicados en los mecanismos de articulación. Así, se puede asociar con
trastornos de la ansiedad (como la fobia social), con retraso mental, con problemas derivados de la
hospitalización o con estrés prosocial grave (Olivares et al., en prensa).
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¿ESTOY FRENTE A ESTE CASO? SIGNOS DE ALERTA
A forma de pre-diagnóstico de mutismo selectivo, dado que para un diagnóstico más fiable, se
recomienda acudir a consulta si el sujeto presenta signos claros, se llevará a cabo un análisis
topográfico en el cual, entre padres y profesores, se delimitarán las situaciones y la información acercade los distintos contextos en los que el sujeto presenta tanto dificultad para hablar, como un habla
espontánea. Otra parte importante es analizar su comportamiento, dado que el aspecto físico, su
conducta, su tono de voz, su expresión corporal… pueden indicar un nivel de ansiedad que sería propio
del mutismo selectivo.
DATOS EPIDEMIOLÓGICOS
Según datos suministrados por la APA (2002), el mutismo selectivo ocurre en un reducido
número de niños, probablemente, menos del 1 por 100 de los niños en educación primaria. Se
desconoce así la frecuencia que tiene este problema en los años prescolares, aunque se prevé un
aumento de su prevalencia en estas edades debido al incremento en el número de niños que cursan
prescolar.
Haciendo referencia a distintos estudios, existen datos que informan de la ocurrencia de 1 por
cada 1000 niños, con mayor prevalencia en las niñas, razón 1,2-1,6:1 (Kumpulainen et al., 1998;
Steinhausen y Juzi, 1996), o una proporción del 66 por 100 para las niñas y de un 33 por 100 para losniños (Olivares, Macià y Méndez, 1993) Labbe y Williamson (1984); Olivares, Macià y Méndez
(1993), o Wright, Holmes, Cuccaro y Leonhardt (1994), permiten concluir que la frecuencia de
ocurrencia parece depender tanto de la edad de los sujetos de las muestras como de la delimitación y
operacionalización del problema, así como del tipo de mutismo. Esta variabilidad se explica
mayormente dado que los estudios que constatan la prevalencia del mutismo selectivo se basa en
muestras comunitarias obtenidas en el contexto escolar más que en muestras clínicas (Kumpulainen et
al., 1998;; Standart y Le Coutier, 2003), debido al hecho de que en general los adultos tendemos a ser
más sensibles a los problemas de los niños cuando se presentan por exceso que cuando lo hacen por
defecto, tal cual es el caso que nos ocupa.
MODELOS EXPLICATIVOS
Se han propuesto múltiples factores como variables explicativas implicadas en la génesis del
mutismo selectivo, pudiendo agruparse en dos modelos con base experimental, la perspectiva
biologicista y la psicológica, que son claro ejemplo de la controversia acerca de la existencia de un
perfil único o múltiple de mutismo.
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La perspectiva biologicista plantea que existe una base orgánica en la etiología del mutismo o
al menos, una relación con el retraso psicomotor o la inmadurez en el desarrollo (Black y Uhde, 1995;
Kolvin y Fundudis, 1981). De esta forma, algunos investigadores han hallado relaciones entre el
mutismo y determinadas alteraciones cromosómicas, como es el caso del síndrome de X frágil
(Hagerman, Hills, Scharfenaker y Lewis, 1999) o la alteración del cromosoma 18 (Grosso, Cioni,
Pucci, Morgese y Balestri, 1999; Simons, Goode y Fombonne, 1997). Además, otros trabajos
establecen relación entre el mutismo y alteraciones de la fosa posterior (Gordon, 2001), o la existencia
de una predisposición biológica para el desarrollo del mutismo selectivo, concretamente, el rasgo
temperamental catalogado como “inhibición conductual” (Drewes y Akin-Little, 2002).
Desde el punto de vista psicológico, el mutismo selectivo se toma como una respuesta
aprendida, cuya adquisición y mantenimiento parece provenir de procesos de condicionamientodirecto, procesos de aprendizaje vicario y de transmisión de la información. Quizá, la propuesta
explicativa desde este punto de vista más relevante es la de Olivares, Méndez y Macià (1996). De esta
manera, Siguiendo la conclusión de Reed (1963) de que el mutismo selectivo puede ser interpretado
como una conducta aprendida, resultado “de una pluralidad de factores precipitantes”, estos autores
incluyen en su modelo un conjunto de variables organísmicas y ambientales, las cuales se suponen
responsables de la presencia/ausencia de aprendizajes básicos que, a su vez, dificultan/impiden la
adquisición de recursos conductuales que habrían de permitir al sujeto hacer frente a las nuevas
situaciones de interacción social con las que va a tener que ir enfrentándose a lo largo de su desarrollo.
En un primer grupo de variables (organísmicas), existen dos grupos de variables, que serían los
determinantes biológicos (de carácter universal, y otras variables como sexo, lesiones…).
En un segundo grupo de variables (biológicas), se incluyen variables de carácter evolutivo (de
forma que, existe relación entre las respuestas de ansiedad por separación, y otras, y además, según
indican Olivares et al. 1993, en la actualidad los datos de los que se dispone indican que la edad de
inicio del problema de conducta aparece directamente relacionada con la edad de incorporación a los
centros educativos), o de carácter no evolutivo, como son los daños sufridos por el cerebro en fase
neonatal, (Kurth y Schweigert, 1972 o Roesler, 1981), el sexo (Kolvin y Fundudis, 1981; Ollendick y
Matson, 1986, Schater, 1977), problemas neurobioquímicos (Golwyn y Weinstock, 1990), alteraciones
anatómicas con implicación en la articulación y producción de sonido (Kolvin y Fundudis, 1981;
Wilkins, 1985), etc.
Un tercer grupo de variables serían las variables psicológicas, tales como la timidez (Kolvin y
Fundudis, 1981; Meijer, 1979; Salfield, 1950; Sluckin, Foreman y Herbert, 1991), las respuestas de
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temor/escape ante la presencia o interacción con extraños, el déficit de aprendizaje, u otros factores
individuales como pueden ser la inteligencia límite (Schachter, 1977), el retraso mental (Klin y
Volkmar, 1993) o las relaciones entre los hermanos (Tachibana, Nakamura, Shichiri y Usuda, 1982 o
Wallace, 1986), además de enuresis y encopresis (Eldar, Bleich, Apter y Tiano, 1985; Heil, Kunze-
Turmann, Ferget y Meitinger, 1978 o Kolvin y Fundudis, 1981), rituales obsesivo-compulsivos
(Benedetti-Gaddini, 1981), o los cuadros depresivos (Wilkins, 1985) y ansiosos (Boon, 1994; Wilkins,
1985; Wright y Cuccaro, 1994).
Así, un último grupo son las variables pertenecientes al contexto social, que incluirían el
contexto familiar, el contexto educativo, y otros como la inmigración o la hospitalización, que suponen
altamente estresantes para los futuros mudos selectivos.
De esta manera, las variables intervinientes y el proceso de génesis entendido desde el modelo
explicativo de Olivares, Méndez y Macià (1996), se puede resumir en las siguientes tres figuras:
Figura 1. Principales variables y grupos de variables cuya interacción resulta altamente propiciatoria
de la aparición del mutismo selectivo.
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Figura 2. Propuesta de modelo explicativo para la génesis del mutismo selectivo.
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Figura 3. Propuesta de modelo explicativo del desarrollo del mutismo selectivo.
De esta manera, las propuesta psicológicas no excluyen el hecho de que es posible que participen
variables biológicas o de predisposición individual que condicionen esas respuestas de ansiedad al
igual que otros factores ambientales que pudieran facilitar la génesis o modulen en el mantenimiento
del trastorno.
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TRATAMIENTOS
En primer lugar, es importante enmarcar el mutismo selectivo, como según indica el DSM-5
(APA, 2013), dentro de los trastornos de ansiedad, puesto que una vez entendido esto, es más o menos
lógico el tratamiento a seguir. Los principales datos respecto a su tratamiento son aportados porrevisiones, llegando a poner en relieve que las principales actuaciones implican terapias de conducta
como reforzamiento, desvanecimiento estimular, economía de fichas, moldeamiento e instigación
(Sheridan, Kratochwill y Ramírez, 1995). Se suele afirmar que cuando un sujeto habla a una o más
personas, al menos en una situación, los tratamientos que conllevan la exposición del sujeto son los
que han resultado más útiles para lograr el incremento y la generalización del habla espontánea. Aun
así, su tratamiento no siempre arroja resultados tan positivos como se esperan, de forma que hoy en
día se sigue una estrategia de detección e intervención temprana, o si la solicitud de ayuda se producesin que medie una excesiva demora entre el inicio del problema y su tratamiento (véase Carr y Afnan,
1989, u Olivares, Méndez y Bermejo, 2002).
De esta forma, dada la naturaleza del mutismo selectivo como trastorno de la ansiedad, una
pequeña propuesta de intervención sería la siguiente:
- Se enseñará a la pequeña y a su familia diversas técnicas de relajación para poder reducir la
ansiedad del sujeto, tales como:
Técnica de la Tortuga (Scheider y Robin).
Técnica de relajación de Jacobson.
- Se llevará a cabo una terapia de Desvanecimiento estimular (transferencia del control estimular
a través de la atenuación del estímulo discriminatorio. Se utilizan personas con las que se habla en un
contexto determinado introduciéndolas en situaciones en las que usualmente no se comunicaba
oralmente).
- Se llevará a cabo un automodelado (exposición gradual, manejo de contingencias, transmisiónde información, implicación grupal e institucional…).
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