El cristiano que es dirigido por el Espíritu Santo vive en el mundo, pero no es del mundo.
El enemigo ya trató de destruir al cristianismo por la persecución y por la muerte.
El cristianismo creció más en pureza y fuerza.
¡El cristianismo se debilitó!
El enemigo cambió la táctica -retiró la persecución e introdujo costumbres mundanas.
Más amigos de los placeres.
“También debes saber esto: que en los últimos días se presentarán tiempos difíciles... traidores, impetuosos, envanecidos y amantes de los placeres más que de Dios. Tendrán apariencia de piedad, pero negarán su eficacia. A éstos evita.”
(2 Timoteo 3: 1, 4, 5)
¡Cuando la búsqueda de los placeres es el objetivo principal, se deja de lado a Dios y es olvidado!
“¡El enemigo usa
pasatiempos y
diversiones, para ocupar
vuestra atención,
haciendo que no sintáis
falta de la presencia del
amado Salvador!”
(5 CBA 1118:5)
“No te es natural desear las cosas de Dios, tienes que luchar por ellas.”
PASATIEMPOS QUE RESTAURAN O DESTRUYEN
¿Es mundano?
“No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; porque todo lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida- no proviene del Padre sino del mundo.”
(1 Juan 2: 15, 16)
¿Glorifica a Dios?
“Por tanto, ya sea que comáis o bebáis, o que hagáis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.”
(1 Corintios 10: 31)
¿Es piedra de tropiezo?
“... determinad no poner tropiezo, impedimento u obstáculo al hermano.” (Romanos 14:13)
¿Tiene apariencia de mal?
“Apartaos de toda apariencia de mal.”
(1 Tes. 5: 22)
¿Puede impedir el crecimiento espiritual?
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.”(Hebreos 12:1)
Pregúntate siempre:
“¿Jesús estaría aquí, haciendo esto?”
¿Esto despierta codicia en mí?
“No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.”
(Éxodo 20: 17)
El juego y la ganancia fácil
deshonran a Dios.
“Con el sudor de tu frente comerás el pan...”
(Génesis 3: 19)
¿Esta ropa honra a Dios?
“Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.”
(1 Pedro 2: 9)
Adorno exterior que exalta el yo.
“Asimismo, que las mujeres se atavíen con vestido decoroso, con modestia y prudencia; no con peinados ostentosos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos; sino más bien con buenas obras, como conviene a mujeres que profesan reverencia a Dios.”
(1 Timoteo 2: 9, 10)
¿A quién elegimos honrar?
Belleza Exterior
Engañosa.
“Vuestro adorno no sea el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y adornos de oro, ni en vestir ropa lujosa; sino que sea la persona interior del corazón, en lo incorruptible de un espíritu tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios.”
(1 Pedro 3: 3, 4)
Señal de apostasía.
“La castigaré por los días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus amantes y se ha olvidado de mí", dice Jehová.” (Óseas 2: 13)
Preguntas Reveladoras.
1- ¿Es mundano?
2- ¿Glorifica a Dios?
3- ¿Es piedra de tropiezo?
4- ¿Tienen apariencia de mal?
5- ¿Puede impedir el crecimiento espiritual?
6- ¿Estaría Jesús aquí, haciendo esto?
7- ¿Esto despierta codicia en mí?
8- ¿Esta ropa honra a Dios?
9- ¿Me estoy vistiendo con adorno exterior?
10- ¿Estoy usando adorno interior?
La esposa de Cristo se viste con elementos de belleza espiritual –sol, luna y doce estrellas.
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol y con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.”
(Apocalipsis 12: 1)
La mujer corrupta.
“La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y estaba adornada con oro y piedras preciosas y perlas. En su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las impurezas de su inmoralidad.”
(Apoc. 17: 4)
¿A quién deseo imitar?
¿Qué destino estoy escogiendo?
La forma como nos vestimos, revela quien reina en nuestro corazón.
Si el corazón es de Cristo, ¡la ropa lo revelará!
¿Estamos aprendiendo a gustar de los pasatiempos y de las ropas que se usarán en el cielo?
Solamente en este mundo, Dios puede enseñarnos a gustar de las cosas que existirán en el cielo.
Llamado a renovar la mente.
“No os conforméis a este mundo; más bien, transformaos por la renovación de vuestro entendimiento, de modo que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”
(Romanos 12: 2)