P. NGEL PEA O.A.R.
EDUVIGES CARBONI
EL PERFUME DE DIOS
LIMA PER
2
EDUVIGES CARBONI, EL PERFUME DE DIOS
Nihil Obstat
P. Ignacio Reinares
Vicario Provincial del Per
Agustino Recoleto
Imprimatur
Mons. Jos Carmelo Martnez
Obispo de Cajamarca (Per)
NGEL PEA O.A.R.
LIMA PER
3
NDICE GENERAL
INTRODUCCIN
Pozzomaggiore. Sus padres.
Su infancia. Primera comunin.
Su juventud. Vctima por los pecadores. Los estigmas.
Contradicciones. El diablo.
Traslado al continente.
Vida austera. Caridad con todos.
Conversiones.
Defensora de la fe. Asociaciones piadosas.
Carismas extraordinarios.
a) Conocimiento sobrenatural. b) Levitacin.
c) Bilocacin. d) Profeca.
e) Luces sobrenaturales. f) Comuniones sobrenaturales.
g) Milagros en vida.
ngel custodio. Amor a Mara.
Amor a Jess Eucarista.
Santos vivientes. Artculos celestiales. El ms all. El perfume de Dios.
Su muerte. Milagros despus de fallecida.
Reflexiones.
CONCLUSIN
BIBLIOGRAFA
4
INTRODUCCIN
Eduviges Carboni ha sido una mstica extraordinaria. En su vida se
entremezcla de un modo normal lo natural y lo sobrenatural, lo humano y lo
divino. Su relacin con el ms all era algo cotidiano en ella, casi diario,
podamos decir. Jess, Mara, o los santos se le aparecan casi constantemente,
estando en xtasis o no. Lo mismo le ocurra con otras experiencias
sobrenaturales.
Eduviges tuvo las llagas de Cristo y muchos carismas como el de profeca,
xtasis, levitacin, bilocacin, conocimiento sobrenatural, discernimiento de
espritus y contactos frecuentes con personas del purgatorio, del cielo e, incluso
alguna vez, con condenados del infierno. Ella no estuvo encerrada en un
convento. Vivi en su casa con su familia, y los ltimos aos con su hermana
Paulina. Viva en el mundo, ejerciendo la caridad con los pobres y necesitados,
visitando enfermos, orando y sufriendo por la conversin de los pecadores y la
salvacin de las almas; y as se fue santificando da a da desde su ms tierna
infancia, cuando a los cinco aos hizo voto de virginidad.
Para ella, la misa, la comunin diaria y la visita al Santsimo Sacramento
fueron durante muchos aos su alimento espiritual indispensable. Pero tambin el
cumplimiento fiel de sus labores domsticas, cuidando desde jovencita a su
madre, a su abuela, y a todos sus familiares. Fue una buena ama de casa. Nunca
estaba ociosa y, mientras trabajaba, estaba en oracin.
A veces, el ngel de la guarda le haca las labores de la casa y, alguna vez,
el mismo Jess. Su devocin a Mara le vena desde muy nia, cuando rezaba
ante su imagen, y ella le sola dar al nio Jess para que lo tomara en brazos.
Que Dios nos ilumine para seguir sus pasos y poder ser como ella, buen
olor de Cristo para nuestros hermanos.
Nota.- La mayor parte de las notas estn tomadas del libro Positio super vita, virtutibus
et fama sanctitatis Hedvigis Carboni, tal como es presentado a la Sagrada Congregacin
para las causas de los santos.
De esta Positio citamos tres apartados importantes: Sumario, Documentos (citado Doc)
y Documentos extrajudiciales (citado Doc extr). La Positio con los testimonios de los
testigos est impresa en Roma el ao 2008.
Al citar el Diario nos referimos a la edicin preparada por el padre Fortunato Ciomei:
Lettere e Diario, Ed. Passionisti, Alghero, 2003.
5
POZZOMAGGIORE
Pozzomagiore, la villa donde naci Eduviges, est situada en la zona
sudoeste de la provincia de Sassari, en Cerdea, a 438 m sobre el nivel del mar.
Parece que surgi en el siglo VIII al agruparse algunos caseros para defenderse y
estar as ms seguros.
En el siglo XII exista un monasterio camaldulense, llamado San Nicols
de Trullas, fundado en 1113, que tena una filial en Pozzomaggiore, en la iglesia
de san Pedro. Los pocos habitantes que vivan a su alrededor, trabajaban directa o
indirectamente para estos monasterios, por ser florecientes centros de arte y
cultura.
En el siglo XVI, a los dos conventos camaldulenses se uni el convento de
los agustinos. La ciudad siempre fue un centro religioso que dio muchas
vocaciones a la Iglesia. En tiempos de Eduviges, haba unos 20 sacerdotes
nacidos en la misma zona de Pozzomaggiore. Normalmente haba un prroco y
tres viceprrocos.
Slo hubo una sombra en su historia religiosa. El ao 1920 muri el
prroco Luigi Carta. En Pozzomaggiore se pensaba que sera nombrado prroco
don Salvatore Corongiu, que era el viceprroco ms antiguo, desde 1907; pero el
obispo Francesco D'Enrico escogi a don Juan Solinas. Ello hizo que muchos
feligreses quedaran descontentos. El mismo da de la toma de posesin, del
nuevo prroco, Eduviges le envi una carta cerrada por medio del seminarista
Giommara Pinna. Segn testimonio del propio seminarista, que abri la carta, en
ella haba frases en perfecto latn (que Eduviges no conoca) y deca que se le
haba aparecido el arcngel san Gabriel y le haba anunciado que su ministerio
pastoral sera muy difcil y que le traera muchos dolores y disgustos.1
Los problemas suscitados por los bandos, unos a favor y otros en contra
del nuevo prroco, se hicieron cada vez ms fuertes hasta que explotaron en
1926. Eduviges le llam la atencin al prroco, porque daba demasiada confianza
a algunas jvenes que pasaban mucho tiempo con l en la sacrista, dando lugar a
habladuras.
Esto le cay mal al prroco y dej de dirigirla espiritualmente. Al prroco
lo acusaron ante el tribunal civil de Sassari, donde se demostr que era inocente
de las acusaciones de inmoralidad, que le achacaban. Sin embargo, la guerra
1 Sumario, p. 50.
6
entre los dos bandos lleg a su culmen en 1927. Eduviges escribi: Orad y haced
orar para que retorne la paz. Mi padre ahora no quiere que vaya a la iglesia
ms que los domingos y as es en toda la zona. Pobre Jess! Te hacen llorar
tus ms ntimos amigos los sacerdotes!2.
Por fin, el 9 de diciembre de 1927, el obispo intervino y, aconsejado por
Eduviges, nombr prroco sustituto a don Anglico Fadda, un buen prroco, que
calm la situacin con el agrado de todos. Y comenzaron a florecer como antes
diversas asociaciones religiosas.
Actualmente, Pozzomaggiore es una pequea ciudad de unos 3.500
habitantes, que vive sobre todo de la agricultura y del pastoreo. Tambin tiene
una floreciente industria de aluminio y alfombras. Los lugareos tienen fama en
toda la isla por las corridas de caballos, que se celebran el 6 y 7 de julio en honor
de san Constantino y que atraen a numerosos turistas.
La iglesia parroquial est dedicada a san Jorge. Es de estilo gtico-
aragons y es uno de los monumentos ms hermosos de Cerdea. All hay un
hogar para ancianos, regido por las hermanas del Cottolengo.
SUS PADRES
Su padre fue Giovanni Battista Carboni, nacido el 7 de julio de 1851. Era
el menor de siete hermanos, de profesin carpintero. Fue un hombre bueno y
honesto. Sola decir: Yo nunca he litigado con nadie por ningn motivo.
Paulina dir de su padre: Nunca dejaba la misa en los das de fiesta y en la
tarde haca las oraciones. Era honesto con los clientes y ni siquiera cuando se
enojaba salan de su boca malas palabras3. Fue muy amigo del santo misionero
de Cerdea, el padre Manzella, que tambin fue director espiritual de Eduviges.
Su madre se llamaba Mara Domenica Pinna, nacida el 11 de noviembre
de 1850. Fue educada por su abuela materna, recibiendo una buena educacin
que la haca simptica a todos, a pesar de no tener buena salud. Tena una
hermana llamada Giovanna, muy seria y laboriosa, que frecuentaba los
sacramentos y era muy afectuosa y atrayente. Nunca se cas y a los 47 aos se
enferm de lcera de estmago y muri. Eduviges tuvo que cuidarla durante los
ltimos meses de su enfermedad. 2 Carta a Angelina Azzena, Lettere e Diario, p. 58.
3 Doc extr, p. 213.
7
Por su parte, la abuela paterna de Eduviges, Mara Antonia, era fuerte, alta
y muy trabajadora. Teja en casa para ganar dinero para la familia, ya que su
esposo haba quedado invlido desde joven al caerse de un caballo.
Los padres de Eduviges se casaron el 6 de abril de 1877 en la iglesia
parroquial de san Jorge y tuvieron seis hijos.
Giorgio (1878-1917) estudi con los salesianos de Cagliari y se cas en
1917 con Paola Demurtas, muriendo a los cinco meses del matrimonio.
Antonio Giuseppe (1883-1972) aprendi el oficio de sastre y emigr a
Estados Unidos, establecindose en Saratoga Springs (New York), de donde
nunca regres. Tampoco se cas y permaneci como un buen cristiano toda la
vida, ayudando econmicamente a sus dos hermanas Eduviges y Paulina.
Salvatorico (1886-1990) muri a los cuatro aos.
Galdino (1889-1977) pudo estudiar y conseguir un ttulo. Obtuvo empleo
en los ferrocarriles del Estado, pudiendo establecerse en Roma. En 1927 se cas
con Penlope Paola Gerundini. Era poco religioso y muy diferente de Eduviges.
No crea en los fenmenos sobrenaturales que le ocurran.
Paulina (1895-1980) fue la ltima hija y la mejor testigo de la vida de
Eduviges, pues vivi toda su vida con ella. Permaneci soltera y ejerci de
maestra en diferentes lugares.
La mam enferm y soport sus males con resignacin cristiana,
repitiendo frecuentemente: Todo por Vos, Dios mo. Estoy tan contenta de sufrir por Vos! Hacedme sufrir a m sola! Enflaqueca y no poda trabajar como antes, pero todos admiraban su paciencia... Tena un rostro angelical y
una mirada afectuosa y dulce, con una voz delicada. Todos la ambamos por su
bondad. Y todo lo soportaba pacientemente sin lamentarse y ofreciendo sus
penas al Seor4.
Su padre era un hombre pacfico, honrado y muy trabajador; se llevaba
bien con todo el mundo. Hombre de carcter, protega a Eduviges de quienes
venan a verla por pura curiosidad y la defenda de quienes hablaban mal de ella.
En 1929 se traslad con sus dos hijas al continente. Muri el 20 de julio de 1937
4 Doc extr, p. 220.
8
en Albano Laziale, de un tumor al estmago. Eduviges lo cuid hasta el ltimo
momento, sufriendo al verlo cada da ms dbil.
En una carta a su amiga Angelina Azzena escribe: Antes de morir, mi
padre estaba muy flaco. Lloraban al verlo hasta los corazones ms duros; pero,
despus de la muerte, qued tan bello que pareca tener una cara de ngel. En
Albano todos venan a verlo y a pedir gracias delante de su cadver. Una
multitud lo acompa al cementerio. Mi padre fue en vida bueno y honesto yo y Paulina lo acompaamos a la tumba y la gente deca: Ha muerto un santo5.
SU INFANCIA
Eduviges naci entre el domingo y el lunes dos de mayo de 1880, a las 11
y 10 minutos de la noche. El mismo da sucedi algo extraordinario. Dice ella
misma: Cuando yo nac, oh Jess, le hiciste ver a mi madre una hostia luminosa
colocada en una bella custodia. Me lo contaba ella misma6.
Acurdate que, si muero, debes comulgar todos los das y debes ser buena,
porque Jess, a los pocos minutos de nacer t, me present una hostia como te
dije. Esto no debes decirlo a ninguna otra nia. Entendido? Y me acuerdo muy
bien de esto que me contaba mi madre7.
Otro hecho significativo que tuvo lugar al nacer. Aconteci que se le
imprimi en el pecho una cruz, hecha de la misma carne, como si Jess hubiera
querido ya predestinarla a ser su esposa crucificada. Ella dice: Mi pobre madre
me deca siempre: Hija ma, t has nacido el da 3 de mayo, da sagrado de la santa cruz de Jess. Jess te ha querido imprimir en el pecho una pequea cruz,
seal de que debers sufrir mucho en el mundo. Por eso, preprate a sufrir con
amor y resignacin, ofreciendo todo al buen Jess8.
La pequea Eduviges, que naci en casa de su abuela paterna, pas all sus
primeras semanas. Su madre estaba tan dbil que no tena leche para darle y tuvo
que buscar una nodriza.
5 Lettere e Diario, p. 328.
6 Ciomei Fortunato, Vita della serva di Dio Edvige Carboni, Alghero,
1977. 7 Madau Ernesto, Ti chiami Edvige, G.E.I., 2006, p. 60.
8 Diario, p. 471.
9
Fue bautizada el 4 de mayo en la iglesia parroquial de san Jorge. A los
cuatro aos, hizo la confirmacin, el 11 de junio de 1884, dado que en aquel
tiempo el obispo no iba muy frecuentemente a visitar el lugar. En su Diario
escribi: Recuerdo que, cuando se acerc el obispo, yo lloraba porque vea un
hombre alto y sobre la cabeza una gran mitra. Lloraba, porque tena miedo.
Recuerdo que el obispo me acarici, pero yo haca de todo para salirme de los
brazos de la ta9.
A la edad de cinco aos hice voto de virginidad. Entend que Jess lo
quera. Despus de hacer el voto, me hice ms sensata. No jugaba nunca salvo
alguna vez. En casa de la abuela haba un cuadro grande con el nio Jess en
brazos. Cuando estaba sola, me suba a una silla, extenda mis bracitos y le
deca: Madre ma, yo te quiero mucho, dame a tu nio para jugar un poco con l. La Virgen bastantes veces me content. Jugbamos con una mueca que me haba regalado un to materno. Jess me deca: Te cedo la mueca, a m me basta un momento. Qu bueno era el nio Jess! Lo recuerdo muy bien. Jess ha sido siempre bueno conmigo!
10.
Ese cuadro de la Virgen, que es una reproduccin de la Virgen de Rafael,
estaba en casa de la abuela colocado en una pared. Cuando la abuela se enferm,
Eduviges lo descolg y lo puso sobre una mesa junto a la pared y all oraba de
rodillas, poniendo dos velas encendidas. Este cuadro se conserva todava en casa
de la familia de ngela Unali, en Pozzomaggiore.
Todas las tardes mi madre me llevaba a la iglesia para hacer la visita al
Santsimo Sacramento. Yo una las manos y repeta el voto de virginidad. Deca:
Dios mo, hago voto de castidad perpetua, os consagro mi virginidad. Esta oracin me la haba enseado Jess, cuando jugbamos
11.
Hacia los seis aos frecuent el grupo de catecismo. Tambin comenz a
asistir a la escuela para hacer el curso de primera elemental (1886-1887). Slo
hizo los tres primeros aos, pero dice Paulina que, siendo Eduviges todava
pequeita, sus padres le hicieron repetir el tercero elemental (a pesar de haber
aprobado). En esos aos de estudio, sufri mucho de una otitis que le impeda or
bien y la profesora, seora Sales, la hizo sentarse en la primera fila12
.
9 Ib. p. 471.
10 Ib. pp. 470-471.
11 Ib. p. 472.
12 Doc extr, p. 214.
10
Ella nos dice: Siendo ya grandecita, de siete a nueve aos, asistiendo ya a
la escuela, vea que mi madre tena mala salud y sufra del hgado. Yo, para
ayudarla y darle gusto, barra, quitaba el polvo y haca las cosas apropiadas a
mi edad13
.
La pobre mam me mandaba muchas veces a hacer la compra ya tarde y
yo tena miedo de caminar, especialmente en las calles solitarias. Era pequea,
pero obedeca a mi mam y estaba pronta a obedecer a mis padres. Caminaba
temerosa y, en un momento, vi a mi ngel custodio que todo carioso me dijo:
No tengas miedo, estoy contigo y te hago buena compaa. Y me exhortaba a ser siempre buena con mi prjimo. Yo entraba en la tienda a comprar y l se
quedaba fuera. Despus, de nuevo me acompaaba hasta la puerta de mi casa y
desapareca, dejndome toda contenta de su buena compaa14
.
Terminados los estudios elementales, aunque ella hubiese preferido ser
modista su madre quiso que aprendiese a bordar, y para ello la envi a Alghero,
a fines de 1891. Estuvo alojada en casa de la seora Antonia Deriu, mientras
reciba las clases de las Hermanas de san Vicente de Pal. La seora Antonia
apenas la atenda, por lo que ella se senta muy sola en aquella ciudad.
Debido a esto, regres pronto a casa. Su madre la envi a perfeccionarse
en bordado a casa de la seorita Luca Demuro, presidenta de las asociaciones
parroquiales de Pozzomaggiore. Despus lo hizo en casa de la seora Luca
Senes. Eduviges empez a hacer trabajos de bordado que venda para ganar algo
para la casa. Cuando vea a su madre preocupada por la falta de dinero, le deca:
Madre, no llore ni se aflija. Jess nos mandar lo necesario. Yo trabajar y
ganar algo, pero est tranquila15
.
Y aade Paulina: Cuando en nuestra casa faltaba el pan, iba a la casa de
la abuela, se llenaba los bolsillos de pan y volva contenta16
. Por otra parte, no se
descuidaba de sus deberes religiosos y todos los das acuda a misa por la maana
y a la visita a Jess sacramentado por la tarde. Y cunto deseaba que llegase el
da de su primera comunin!
13
Diario, p. 471. 14
Ib. p. 410. 15
Doc extr, p. 215. 16
Doc extr, p. 217.
11
PRIMERA COMUNIN
Acaeci probablemente el 21 de junio de 1891. Ella refiere: A los once
aos, hice la primera comunin. No fui vestida de blanco. Recuerdo que llevaba
un vestido oscuro, color canela, cosido por mi ta materna. Mi mam estaba
enferma y no estaba para lujos. La primera vez, Jess me dijo:
- Me quieres? - S, mucho.
Le dije al confesor lo que me haba preguntado y me respondi:
Tambin a m me dice muchas veces si lo quiero. Y yo le respond:
- Est bien. Ahora lo voy a querer a Jess de verdad.
Yo rezaba continuamente, pero no quera que me vieran mis hermanos ni
ninguna otra persona. Qu hacer? No tenamos una habitacin apartada.
Entonces, me iba al corral, donde poda estar sola. Y le deca: Jess mo, te quiero mucho. Un da, mientras rezaba con fervor, se me present un joven clrigo. Me sonri y me dijo:
- Me conoces? - No, respond. - Yo soy san Luis Gonzaga. He venido a decirte que te quiero mucho, pero
ama siempre a Jess.
Muchas veces ha venido a ensearme a rezar17
.
La seora Juana Mara Calaresu declar: Hicimos juntas la primera
comunin despus de unos das de preparacin. A continuacin continuamos
confesando y comulgando los sbados y domingos, porque entonces no era
costumbre la comunin diaria. Recuerdo que ella se preparaba muy bien, con
oraciones que rezbamos juntas, animadas por el prroco, que era tambin
nuestro confesor. As continuamos durante aos. Despus ella todos los das iba
a la iglesia por la maana, para or la misa y comulgar; en la tarde volva a ir a
la iglesia, para hacer una visita a Jess sacramentado.
Ella ayudaba a su familia haciendo trabajos de bordado y, como le cont a
su hermana en 1952, desde que hizo la primera comunin salan de sus manos
17
Diario, p. 472.
12
trabajos maravillosos18
. Tambin ayudaba al prroco en la limpieza de la iglesia,
enseaba catecismo a los nios y visitaba a los enfermos. As se ganaba la estima
de todos.
Eduviges, junto con otras amigas, daba clases de catecismo en italiano.
Otras catequistas les enseaban a otros nios en dialecto. A sus 14 aos, segn
nos dice su hermana Paulina, era bella, con un cabello espeso, cara redonda
color de lirio, ojos negros, de mediana estatura, esbelta y elegante, y tena un
rostro angelical19
.
SU JUVENTUD
A los quince aos dese hacerse religiosa. As le dice a Angelina Azzena
en una carta: A los quince aos quise hacerme religiosa y la pobre mam no
quiso dejarme y me qued en el mundo. No era digna de tal privilegio. Jess no
quiso. Que se haga la voluntad de Dios!20
.
Y con sus quince aos recibi el regalo de su nueva hermanita Paulina,
que ser su compaera durante toda su vida. Eduviges segua haciendo todas las
tareas del hogar para ayudar a su madre enferma y atender tambin a su abuela
paterna; sin descuidar ir a misa y comulgar todos los das.
Dice Paulina: Eduviges rezaba mientras trabajaba, como me dijo ella
misma. Mi hermana jams estaba ociosa, trabajaba continuamente y tena la
casa limpia como un espejo21
.
A partir de los 16 aos, las apariciones celestes de Jess, Mara y algunos
santos se intensificaron e hicieron que su vida espiritual creciera
significativamente22
.
Eduviges era de carcter humilde y silencioso, muy trabajadora y amante
del silencio y de la vida retirada y dese hacerse religiosa de san Vicente de
Pal Haca todas las labores de la casa. No se cuidaba mucho de su cuerpo y se sacrificaba por todos sus familiares con tal de verlos sonrer. Si alguna amiga
18
Doc extr, p. 216. 19
Sumario, p. 218. 20
Lettere e Diario, p. 114. 21
Sumario, p. 102. 22
Sumario, p. 111.
13
le regalaba un dulce, y esto lo haca sobre todo la seorita Demuro, ella lo
reparta entre toda la familia, muchas veces sin probarlo. Le gustaba hacer
dulces tpicos y mandaba paquetes a sus hermanos lejanos. No conoca
cansancio y, por sus hermanos, saba sacrificarse hasta el martirio, no
lamentndose nunca de las debilidades y ofensas recibidas, pues comprenda y
perdonaba siempre. Cuando los hermanos llegaban a casa en vacaciones, los
reciba feliz sin pensar en las fatigas que le iban a ocasionar. Cuando reciba a
los amigos de mi hermano Giorgino, se mostraba seria y reservada, pero gentil
y amable con todos, cumpliendo sus deberes como buena ama de casa.23
Y, mientras tanto, no se despreocupaba de su pequea hermana. Cuenta
Paulina: Con mis compaeras jugbamos a ser ngeles custodios, tal como se
muestran en las procesiones de Semana Santa. Eduviges nos haca las alas de
cartn. Una vez que romp la cabeza de una mueca, ella hizo otra de trapo con
ojos, nariz y boca24
.
Cuando venan mis compaeras a casa, todas estaban pendientes de sus
labios... A veces las llevaba al patio a jugar y no le importaba que hicisemos un
ruido infernal. Conmigo, que era una nia muy inquieta, me trataba con mucha
paciencia. Me quera mucho25
.
A partir del ao 1903, cuando el Papa Po X dio permiso para poder
comulgar todos los das, Eduviges sinti una gran dicha y no dejaba ningn da
de comulgar. Segua haciendo sus obras de caridad, visitando a los enfermos y
dando todas las limosnas que poda a los pobres. Su amiga Juana Calaresu
recuerda lo siguiente: Enseaba el catecismo a los nios y visitaba a los
enfermos, a quienes les llevaba regalos y daba buenos consejos. A m, el da de
Todos los santos, me regalaba abundante fruta, recolectada por ella de su huerto
26.
Al morir su madre en 1910 se dedic de lleno a cuidar a la abuela Mara
Antonia, que entonces tena 90 aos. Haba tenido 5 hijos y slo le quedaba su
hijo Antonio, el papa de Eduviges, que la quera mucho. El 9 de junio de 1910 la
abuela hizo su testamento, dejando todos sus bienes en favor de su nieto Giorgio
sin pensar en su hijo Antonio ni en Eduviges, que tanto la cuidaba. Esto dio lugar
a graves disputas familiares, pues al morir Giorgio en 1917, su esposa quiso
23
Doc extr, pp. 225-226. 24
Doc extr, p. 217. 25
Sumario, p. 98. 26
Sumario, p. 65.
14
quedarse con todo. Lo que ocasion varios juicios para poder recuperar la
herencia.
En 1911, a sus 91 aos, la abuela Mara Antonia se cay y se rompi el
fmur. Estuvo tres meses en cama sin moverse y ms tarde qued ciega. Su ngel
guardin fue Eduviges, que la atenda de da y de noche, a pesar de que era una
mujer quejosa. Eduviges tena que satisfacer todos sus gustos, y la atenda con
mucha paciencia y amabilidad. Cuando tena que cambiarse de posicin, slo
quera que lo hiciese Eduviges, porque era la nica que, segn ella, mova con
delicadeza su gran humanidad. A la hora de la comida, quera que todos
estuvieran a su lado, lo que ocasionaba no pocos sacrificios. Eduviges tena que
dormir, las pocas horas de que dispona, en un lecho, a los pies de su cama27
.
El pap quera mucho a la abuela, porque era su madre y la respetaba; la
compadeca y siempre la excusaba en todos sus caprichos. Un da dese comer
pescado, que normalmente llegaba de Bosa o de Alghero, pero aquel da no haba
en el mercado. Ella insista en que se lo trajesen. Eduviges, para contentarla, fue
a casa de su prima Petronila, que tena un albergue, para ver si se lo poda
proporcionar, pero la prima le dijo que lo tena reservado para sus huspedes.
Dice Paulina: Mi hermana lleg a casa desolada. Y estando preparando la mesa,
abri el cajn de los cubiertos y encontr un plato de pescado frito de exquisito
sabor. Mi buena hermana no mencion este hecho tan extraordinario a ninguno
de sus familiares. Tan slo me lo cont a m muchos aos despus28
.
A veces la abuela le escupa en el rostro, si no le haca las cosas como ella
quera. Mara Luisa Marongiu declar que era una mujerona enorme y que
trataba mal a Eduviges, dicindole groseras... Una vez, al volver Eduviges de la
iglesia, encontr a la abuela que se haba ensuciado y, airada, le tir a la cara
la suciedad. Ella lo soport todo en silencio y la limpi, como me lo cont ella
misma29
. Muri, asistida con los auxilios de la religin, el 17 de junio de 1915, a
los 95 aos de edad.
VCTIMA POR LOS PECADORES
Jess la escogi desde toda la eternidad para ser su vctima de amor. Y
ella se ofreci generosamente a l por la salvacin de los dems, especialmente
27
Doc extr, p. 227. 28
Doc extr, pp. 227-228. 29
Sumario, p. 45.
15
de los pecadores. Jess le peda insistentemente oraciones y sacrificios, porque
muchas almas estaban en peligro de condenacin eterna.
Escribe en el Diario el 25 de mayo de 1941: Mientras rezaba delante del
Santsimo Sacramento, me qued en xtasis y vi a Jess en la cruz sangrando de
cada una de las llagas. La sangre caa hasta el suelo. Vi ngeles con clices de
oro que los acercaban a las llagas. En un momento, los clices se llenaron...,
pero parte de la sangre caa al suelo. Jess lloraba. Yo le dije: Por qu lloras?. Me respondi: Hija, lloro porque tanta sangre que derram en la Pasin se desaprovecha sin dar ningn fruto30.
Despus de la comunin, he visto tres cruces. En la del medio estaba
Jess, las otras dos estaban vacas. Entonces, se acerc don Bosco y me dijo:
Hija, Jess me ha encargado buscar almas vctimas para reparar tantas ofensas que continuamente recibe, especialmente por las modas inmodestas y para que
se consiga la paz entre las naciones. Hija, despus de tanto buscar, te encontr a
ti y a Gracia. Estas dos cruces vacas servirn, una para ti y otra para
Gracia31.
Gracia fue una de las grandes amigas de Eduviges, un poco mayor que
ella, de alma pura y bella que, a sus 33 aos, se consagr totalmente a Jess,
ofrecindose vctima para conseguir la paz en la segunda guerra mundial. Qued
ciega. Eduviges siempre se acordaba de ella y le haca llegar paquetes de vveres,
sabiendo lo necesitada que estaba. Gracia muri el 17 de noviembre de 1951 en el
Hospicio de las Hermanas del Cottolengo de Pozzomaggiore. Tres meses ms
tarde morira Eduviges en Roma.
Jess la quera tanto a Eduviges que para que se asemejara a l, le dar
sus estigmas o llagas en los pies, manos y costado. Tambin sufrir la corona de
espinas. Escribe en su Diario: Una noche, mientras rezaba, se me present un
ngel con una corona en la mano. Me la puso en la cabeza y sent un fuerte
dolor, porque me clav toda la cabeza de modo que durante bastantes das no
pude abrir un ojo, porque estaba rojo y dentro pareca que haba una espina32
.
Otro da, un ngel le traspas el corazn como a otros grandes msticos,
fenmeno que algunos llaman transverberacin. Escribe: Rezaba al buen Jess y,
30
Diario, p. 397. 31
Diario del 12 de junio de 1941, p. 405. 32
Diario de mayo de 1941, p. 401.
16
de pronto, se me present un ngel que me hiri el corazn. Esa herida la siento
hasta ahora. Es una herida que me hace arder de amor a Jess33
.
Pero Jess le pidi que se ofreciera vctima de modo especial por los
comunistas. Ella dice: Me so que la santsima Virgen me deca: Hija ma, promteme sufrir todas tus tribulaciones, desprecios, abandonos y sufrimientos
por la conversin de los comunistas. Le dije: Inmaculada, yo y Paulina te consolaremos y haremos penitencia para consolar tu corazn materno y no
cesaremos de rezar hasta que todos los comunistas se hayan convertido a tu
Inmaculado Corazn y al divino Corazn de Jess34
.
Un da se le apareci sor Gabriela Sagheddu, trapense, vctima ofrecida
por la Iglesia anglicana para que se uniese a la catlica, y le dijo: Ofreceos las
dos como vctimas para que los comunistas se puedan unir de nuevo a la Santa
Madre Iglesia35
.
En una carta al padre Ignacio Parmeggiani le escribe as: Padre, Jess me
dijo ayer por la tarde: Hija ma, reza por la salvacin de tantos comunistas chinos. Son malos y crueles. Hasta ahora han arrestado a diez obispos36.
En junio de 1941 anota en su Diario: Mientras haca oracin, qued en
xtasis y se me represent san Juan Bosco que me dijo: Hijita, acurdate que te has ofrecido vctima por la liberacin de los pobres rusos del bolchevismo,
encarnizado enemigo de Dios. Reza para que pronto, el crucificado entre en
Rusia37.
LOS ESTIGMAS
Lo cuenta Eduviges: Un da, mientas haca oracin, qued en xtasis. Se
me present Jess y me dijo: Hija ma, quieres sufrir?. Le respond: S, Seor, por tu amor quiero sufrir. Entonces Jess se me present en forma de crucifijo. De sus heridas salan rayos de luz y esos rayos llegaron hasta m,
hirindome las manos, los pies, la cabeza y el costado. Sent un dolor en todas
las partes heridas y me qued varias horas cada en tierra. Me despert y vi que
33
Diario del 16 de noviembre de 1938, p. 401. 34
Madau Ernesto, o.c., p. 452. 35
Doc extr, p. 340. 36
Madau Ernesto, o.c., p. 456. 37
Diario, p. 407.
17
de las heridas brotaba sangre y senta un inmenso dolor. Desde aquel da, me
aficion a meditar maana y tarde en la Pasin de Jess38
.
Su ltimo director, el padre Ignacio, dice que tuvo los estigmas hacia los
33 aos de edad, recibindolos del crucifijo que le regal don Carta, el cual
quiso recompensarla de algn modo por una obra bellsima que le haba tejido39
.
Este crucifijo un da se sac el clavo de la mano derecha y la abraz,
dicindole: Eduviges, te amo mucho, porque s que t tambin me amas mucho. De hecho estaba tan abrasada de amor a Jess que su corazn estaba inflamado de ardor divino y la parte del corazn estaba toda quemada. Yo (Flora
Argenti) pude ver y tocar la llaga y vi una quemadura con ampolla y sent un
calor irresistible. El crucifijo le pona frecuentemente la corona de espinas y le
sala sangre, porque las espinas se le clavaban en las sienes y en la frente como
a Jess40
.
Pietro Fadda afirma que, siendo jovencito, un da le ayud la sierva de
Dios a cargar sobre su espalda un pesado florero para llevarlo a la iglesia, y
entonces: Vi clarsimamente en ambas manos las famosas llagas que todava
hoy recuerdo perfectamente. Eran largas sobre el dorso de la mano, como tres
centmetros. En el interior de la palma parecan un poco ms cortas, pero
sangrantes, rodeadas de un halo azulado41
.
Angelina Azzena, su gran amiga, manifiesta: He sabido de la madre de no
recuerdo qu doctor del lugar que la primera vez que tuvo el fenmeno de la
coronacin de espinas, la sangre sala abundante de las heridas. Su hermana
Paulina me ha dicho que algunas veces haba encontrado la almohada de
Eduviges toda ensangrentada42
. Segn su hermana Paulina, estas llagas con
autorizacin del prroco fueron examinadas no s si por el farmacutico o por el
mdico que aseguraron que no se deban a histerismo, dada la naturaleza
tranquila de Eduviges43
.
38
Diario, p. 409. 39
Doc extr, p. 296. 40
Doc extr, p. 300. 41
Documentos, p. 183. 42
Sumario, p. 61. 43
Doc extr, p. 239.
18
Sobre la cruz que tena desde nacimiento en el pecho, dice Paulina: El
color era oscuro y meda cinco centmetros de largo por cuatro de ancho. Los
viernes y, durante el tiempo de la Pasin, se tea de rojo44
.
La seora Caterina Cuccuru refiere: Una tarde la encontr sola y me
pareca que sufra. Le pregunt qu le pasaba y me pidi mirarle las espaldas
para ver qu tena. Vi que las espaldas estaban totalmente llagadas. Llev la
mano hasta el costado y sent que tambin estaba llagado Y, despus, tambin vi sus rodillas Me dijo que le dola mucho la cabeza y me hizo tocarla con mis manos. Tena cosas levantadas como gruesas espinas
45.
Su amiga Antonica Deriu recuerda: Vi sus mano y sus pies con los
estigmas y despus el costado y la cabeza. Toqu su cabeza y haba alrededor
unas pequeas heridas de las que sala sangre que, a veces, llegaba hasta la
frente46
.
Sobre estos estigmas, ella habl confidencialmente con el prroco don
Carta, pero l lo coment con otros sacerdotes y comenz a correrse la noticia
por todas partes. Unos crean, otros no.
La seora Flora Argenti declara: Eduviges, por su gran humildad,
temiendo que se dieran cuenta de sus estigmas en las manos le pidi al Seor
que se las quitara y l la escuch. Sobre el dorso de sus manos le quedaron dos
cicatrices largas como de 2 cms., pero los estigmas de los pies y la herida del
costado los llev hasta la muerte. En los viernes de Cuaresma, de la herida del
costado sala sangre en tal cantidad que pareca que se iba a desangrar47
.
Paulina, por su parte, nos dice: Algunas personas venan a Pozzomaggiore
por curiosidad a verla, pero mi padre con severidad los mandaba a todos fuera,
incluso hizo marchar a unas religiosas que pedan limosna, venidas de Bosa,
pero tena ms dificultad para echar a los habitantes de Pozzomaggiore, Padria
o Mara, pues algunos decan que haca milagros48
.
El prroco don Carta, queriendo que quedase constancia del hecho, le
mand por obediencia que se dejase sacar una fotografa de los estigmas con
44
Sumario, p. 113. 45
Doc extr, p. 544. 46
Testimonio en el archivo de la postulacin de los padres Pasionistas. 47
Doc extr, p. 300. 48
Doc extr, p. 230.
19
algunos otros familiares como su padre, Paulina, Gracia y Caterinangela Carboni.
Despus de la muerte de don Carta, ella mismo pidi la fotografa y la rompi,
pero el fotgrafo Santona tena el negativo y as nos ha llegado a nosotros.
Despus de fallecida, el padre Ignacio, pasionista, le sac fotografas para que
quedara constancia de los estigmas que todava se vean, incluida la cruz del
pecho.
CONTRADICCIONES
Debido a sus xtasis y fenmenos sobrenaturales, mucha gente no la crea
y la tenan por visionaria, sobre todo su amiga Asunta Oppes, la que ms
disgustos le caus.
Asunta consigui que muchas personas pensasen que Eduviges era una
visionaria e histrica. Dice Caterina Deytori: Un da la hicieron llamar, porque
el padre Luigi Carta, provincial de los franciscanos, quera hablarle. Regres
toda llorosa y me cont que el confesor la haba enviado al padre provincial para
que le viese los estigmas. Mientras ella se estaba quitando los zapatos, el padre le
dijo: Yo no he venido a ver tus falsos estigmas sino a decirte que ests
suspendida de la Tercera Orden por tres aos y que, de ahora en adelante, no
sers ms la maestra de novicias49
.
Antonica Deriu declar lo siguiente: Un da, mientras Eduviges iba a la
iglesia, un hombre trat de atropellarla con el caballo, levantando sus patas
delanteras. Ella huy pasndose al otro lado y el hombre la persegua.
Espantada se refugi en mi casa y me cont el peligro que haba corrido de
aquel hombre que era el hermano (de Asunta), una de las que le perseguan50
.
Asunta estaba celosa y la acus al prroco don Carta, quien la hizo llamar
y le dijo que Asunta le haba referido muchas cosas de ella y que estaba
disgustado. Pero Jess le dio el encargo a Eduviges para que avisase a don Carta,
que era un buen sacerdote, que estuviera en guardia; pues una penitente suya se
le estaba aficionando a l de modo peligroso. Jess le dijo: Di a tu confesor que
aleje de s a esa mujer casada que tiene tres hijos51
. Don Carta reconoci que lo
que le deca era verdad y la tuvo desde entonces en mucha estima.
49
Sumario, p. 31. 50
Doc extr, p. 195. 51
Doc extr, p. 216.
20
Paulina declara: Eduviges so con nuestra querida mam que le dijo:
No hagas venir a casa a Asunta, porque te har sufrir... Eduviges le cont el sueo a la prima Ana Filomena Meloni, quien le sugiri que no hiciese caso del
sueo, tanto ms que, por medio suyo, Asunta se acercaba a los sacramentos52
.
No hizo caso y las cosas se complicaron.
Un da Asunta vino a casa, bes a Eduviges y le dijo: Te veo con mala cara. Por qu no vienes conmigo a pasear?. Mi hermana, sencilla y buena, olvid las calumnias y acept ir con ella a Padria. Despus, Eduviges me cont
que aquel da Asunta pareca una obsesa. A cada paso se sentaba y gritaba sin
motivo. Se levantaba y se volva a sentar y comenzaba a gritar frases inconexas.
Mi hermana se asust y volvi a la casa muy impresionada53
.
Otro da, Asunta le propuso a Eduviges ir a Mara. Eduviges acept y,
despus de conseguir el permiso de pap se encaminaron hacia Mara, yendo
por un camino que acortaba mucho la distancia. El camino era tortuoso, con
barrancos peligrosos. A un cierto punto, el camino era tan estrecho que a cada
momento haba riesgo de caerse. Asunta la tom de los cabellos con la intencin
de tirarla a un profundo abismo (llamado Fache Sole). Eduviges, aterrorizada y
comprendiendo la gravedad del momento, pidi ayuda a la Virgen. Y, como por
encanto, apareci un perrazo grande que comenz a morder a Asunta,
hacindola correr. Eduviges aprovech el momento y, mientras el perro
persegua a Asunta, ella se volvi a casa. Eduviges no cont este episodio a sus
familiares para evitar otros problemas; todo qued en su corazn y todo lo
perdon54
.
El 3 de mayo de 1925, Asunta con otras amigas le present al obispo, que
lleg de visita, un memorial de ms de diez pginas para tratar de convencerle
que todo lo concerniente a Eduviges era un engao. El obispo las escuch y
mand venir a Eduviges para aclarar las cosas. Ella le dijo: Vengo a vuestra
Excelencia por obediencia de mi confesor. Si usted cree todas las calumnias de
Asunta, no importa, lo esencial es que mi conciencia est tranquila. El obispo qued confundido y maravillado
55. Pero mand hacer una investigacin que le
encarg a don Salvatore Falchi y termin por creer en la santidad de Eduviges.
52
Doc extr, p. 229. 53
Doc extr, p. 233. 54
Doc extr, pp. 234-235. 55
Doc extr, p. 233.
21
Angelina Azzena declara: Eduviges soport en silencio las calumnias...
Ms tarde, llam a la calumniadora y le demostr su bondad y perdn. Mi to
Francisco deca que Eduviges tambin haba soportado con gran humildad y
paciencia todas las acusaciones de algunos paisanos, as como la investigacin
cannica de la autoridad eclesistica. Su respuesta a tantos dolores era el
perdn para quien se los procuraba56
.
Otra fuente de sufrimientos lo tuvo de su hermano Giorgio. Vitalia
Scodina afirma que un da Giorgio le haba dado una patada, provocndole la
rotura del tobillo que la oblig a estar en cama largo tiempo... Esta confidencia
la obtuve, cuando haban pasado muchos aos del hecho57
.
Algo que le hizo sufrir especialmente fue una carta que le lleg de Estados
Unidos de su hermano Antonio, en la que le deca haber recibido carta de un
familiar en la que le contaba que ella tena relaciones ntimas con sacerdotes y
obispos. Su hermano se senta afligido por ello y le deca que para eso hubiera
sido mejor que se hubiera casado. Despus de muchos aos, Jess le dijo que
haba sido su hermano Galdino, quien mand a Antonio una carta annima58
.
EL DIABLO
El diablo no la dejaba en paz y, con el permiso de Dios, la haca sufrir de
distintas maneras. Ella todo lo ofreca por amor a Jess y por la salvacin de los
pecadores.
Recuerda Paulina que en 1925 fueron a visitar Roma por el Ao Santo.
Nosotras estbamos sanas y no tenamos catarro ni tos; pero, con gran
maravilla, por la maana vimos las paredes de la habitacin de la pensin
donde nos alojbamos, llena de escupitajos... Recuerdo tambin una figura
fesima que nos miraba con mala cara impresionndonos de tal manera que, a
pesar de tanto tiempo que ha pasado, no me puedo olvidar59
.
Dice la amiga Vitalia Scodina: Muchas veces, el diablo le quemaba el
dinero que tena preparado para ir a comprar; tambin le ech agua en la cama
que, despus, sec la Virgen Mara; la ataba a la cama, la araaba, le tiraba
56
Sumario, p. 59. 57
Sumario, p. 130. 58
Doc extr, p. 256. 59
Doc extr, p. 234.
22
piedras a la cabeza; le quem el libro que le haba regalado Monseor Vitali; le
tiraba la harina, la polenta y la pasta, hacindole miles de desaguisados.
Algunos de estos hechos los he presenciado yo misma. Por ejemplo, cuando el
diablo la golpe con un palo y la at a la cama. Otros me los ha contado ella
misma. Recuerdo que, para desatar los nudos de la cuerda con la que el diablo
haba atado a Eduviges a la cama no pude hacerlo hasta que invoqu a la
Virgen. En estas y en otras contrariedades, la sierva de Dios slo repeta: Que se haga la voluntad de Dios60.
Una vez, en una visin, vio al diablo que estaba enfurecido y tomaba su
Diario y quera tirarlo por la ventana. Al despertar de la visin, fue a ver y lo encontr junto a la ventana un poco quemado. Para evitarlo en el futuro,
Monseor Massimi bendijo el Diario y nos dio una caja que tena reliquias para guardarlo. Cuando volvimos de la visita a Monseor, encontramos las
almohadas y otras cosas tiradas en el suelo o sobre las manijas de puertas y
ventanas61
.
Vitalia relat que cuando Eduviges senta necesidad de descansar un
poco, de improviso, vena la bestia infernal y la golpeaba fuertemente. Yo y
Paulina, al sentir los golpes, recitbamos jaculatorias: Oh Mara sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos... Y la bestia hua. El diablo le golpeaba especialmente en las partes ms delicadas como los riones,
pues padeca nefritis. A veces, se le presentaba en formas monstruosas y le
deca: Maldita, me has arrebatado tal alma que era ma62.
En febrero de 1942 escribe en el Diario: Me haba preparado para ir a la iglesia. Siento tocar el timbre, me acerco y veo en la puerta una fea bestia. Me
dijo: Se te ha curado la mueca?. Me lo haba araado el mes anterior. Y me ara de nuevo la mano. Despus corri por las escaleras. Invoqu a la Virgen
para que no me maltratase ms63
.
En diciembre de 1941, despus de la comunin, en la capilla dedicada a
santa Ana, vi acercarse a una fea bestia. Me agarr la bolsa y sac 100 liras que
tena para hacer las compras. Las tom en sus manos y las convirti en un poco
60
Sumario, p. 130. 61
Doc extr, p. 261. 62
Doc extr, p. 282. 63
Diario, p. 436.
23
de ceniza. Apenas sal del xtasis, encontr sobre la bolsa las 100 liras
convertidas en ceniza64
.
Cuenta Vitalia: A principios de 1942, Eduviges estaba enferma y Paulina
en la escuela. Yo pensaba hacer las compras. Fui a su casa y vi un cajn abierto
y la caja donde tena el dinero por el suelo, a los pies de la cama. Vi que se
estaban quemando los billetes y, mirando, vi la cola de una serpiente que se
retiraba del lecho Al volver en s, me pregunt: Qu hay ah en el suelo?. Estn los billetes quemados, respond. Eduviges, levantando los ojos al cielo,
dijo: Slo tena ese dinero Cmo har la compra para mi hermana? Que se haga la voluntad de Dios. Entonces le dije que yo se lo dara para que no se diera cuenta Paulina, pues desde ltimamente se disgustaba mucho por estas
cosas que estaban sucediendo65
.
El padre Valeriano Valeriani certific por escrito: En 1948, mi hija
espiritual Argia Papini me llam para ver algo extrao que haba sucedido en la
casa de la seora Amalia, cuando haba hospedado en Tivoli a las dos hermanas
Carboni. Eduviges, durante la noche, era mortificada por el diablo que no la
dejaba dormir. Como prueba de estos ataques diablicos, me mostraron algunas
huellas de la palma de un hombre que aparecan en la parte blanca del colchn.
Pareca que hubiera sido marcada y ensuciada con carbn. La seora Amalia
haba probado con toda clase de jabones y detergentes y no haba podido
eliminar esa suciedad. Entonces, yo me puse la estola, hice unos exorcismos y
ech agua bendita. Cuando termin, todo quedo limpio, haban desaparecido las
huellas66
.
Cuando Eduviges iba a confesarse con el padre Ignacio (su ltimo
director), el diablo la golpeaba fuerte y le daba patadas en las piernas para que
no pudiera caminar. Esto suceda tambin cuando iba a otros confesores. Pero
Eduviges, aunque fuera cojeando, iba de todos modos. Y Satans quedaba
derrotado67
.
Un da, vino a visitarnos la seorita Velletrani. Cuando la acompaamos
a la puerta, vimos una carta que se quemaba en el suelo. El humo era
irrespirable. Llegamos a saber que aquella carta se la haba enviado una amiga
64
Diario, p. 432. 65
Doc extr, p. 270. 66
Sumario, p. 164. 67
Ciomei Fortunato, Vita della serva di Dio Edvige Carboni, Alghero,
1993, p. 300.
24
de Calangianus, y el demonio estaba celoso de esa alma, porque era muy buena
y amante de Jess68
.
Mara Battagliani recuerda que otro da Monseor Vitali les dio a las
hermanas Carboni tres libritos escritos por l: Mes de noviembre, Mes de san Jos y Mes del Sagrado Corazn. Al regresar, le dijeron que el demonio los haba quemado y los haba echado al bao. De nuevo les dio una copia de
cada uno y pas lo mismo. Paulina recogi los pedazos quemados y lo que
quedaba de los tres libritos y se los llev a Monseor, que los conserv en una
caja para mostrarlos de vez en cuando69
.
El diablo le hizo sufrir de muchas maneras. A veces, le rompa los platos,
los espejos y hasta los cristales de las ventanas. Le deshaca sus labores de lana y
la golpeaba y araaba frecuentemente. Hasta se atrevi (por supuesto con el
permiso de Dios) a sacarle los pedazos de oro de los dientes y, cuando iba al
dentista, ste se maravillaba de que hubieran podido salir, estando tan bien
pegados70
.
El diablo pona motes. A Monseor Massimi le llamaba el gallo de puerta
Pa, a Monseor Vitali el Moiss del monte, y al padre Ignacio le deca Gnacio
con desprecio71
.
Dice Dionisio Argenti: Un da Eduviges tuvo que estar en cama, porque el
diablo le haba dado un martillazo en una rodilla72
.
A este respecto, Monseor Massimi declar: Un da me fui a casa de
Eduviges. Me recibi junto con Paulina. Eduviges sufra aquellos das un fuerte
dolor en una rodilla que le haca cojear al caminar. En un momento en que
Eduviges se alej, Paulina me dijo que le haba insinuado su hermana que aquel
mal se curara si reciba la bendicin de un sacerdote. Cuando regres Eduviges,
le habl del mal de la rodilla y le dije que sera bueno darle la bendicin.
Eduviges acept. Se puso de rodillas sobre una silla. Le di la bendicin y salt
de la silla, ponindose a caminar ligera y veloz, diciendo: Estoy curada73.
68
Paulina, Doc extr, pp. 265-266. 69
Doc extr, p. 313. 70
Doc extr, p. 283. 71
Ibdem. 72
Doc, p. 196. 73
Sumario, p. 193.
25
Evidentemente, el diablo slo puede hacer lo que Dios le permite y hasta
donde se lo permite. Y Dios lo permite para darle la oportunidad de sufrir por l
y as recibir muchas gracias y bendiciones para los dems.
TRASLADO AL CONTINENTE
En 1929 las cosas cambiaron en la vida de Eduviges. Su hermana Paulina,
que era maestra, consigui por fin obtener un puesto oficial y la mandaron a
Marcellina Scalo, lugar a medio camino entre Roma y Tivoli. Su padre y
Eduviges, no queriendo que estuviese sola, a pesar de los inconvenientes,
decidieron ir a vivir con ella. El 21 de noviembre de 1929 tomaron el barco y
llegaron a Civitavecchia el da 22. Fueron recibidos por su hermano Galdino y su
esposa Penlope, que vivan en Roma. El da 23 Paulina ya estaba en su puesto.
As comenzaron los 23 aos que vivi en el continente, lejos de su tierra.
Estuvieron en diferentes lugares: Marcellina Scalo, Agosta, La Forma, Albano y,
por fin, los ltimos 14 aos, en Roma. A su tierra de Pozzomaggiore regres en
cuatro oportunidades: en 1930, 1934, 1936 y 1938.
Marcellina Scalo era un pequeo pueblo distante 5 Kms de Quintigliolo y
otros tantos de Marcellina Centro. All no haba misa diaria. Los domingos y
fiestas deba ir a Marcellina Centro, caminando cinco kilmetros. Vivan en una
habitacin sin luz elctrica y sin comodidades de ninguna clase. Al terminar las
clases escolares, en verano de 1930, regresaron felices a su tierra para volver de
nuevo al comenzar el ao escolar. Mientras Paulina daba clases, ella se dedicaba
a cuidar a su padre y a desempear las tareas domsticas. Tambin se dedic a
preparar a algunas nias para la primera comunin. Fueron cinco, y a ellas y a
otras nias las llevaba los domingos a misa. Tambin les enseaba catecismo,
bordado y canciones. En esa poca le pidi al Seor que sus estigmas
permanecieran ocultos para que nadie hablase de ellos, y el Seor se lo concedi.
As ya no tena que ir con medios guantes a todas partes, como tuvo que hacerlo
en Pozzomaggiore durante aos.
En el pueblo de Marcellina Scalo se gan el cario de todos. Algo que le
hizo sufrir mucho eran las blasfemias que se decan sin consideracin. Ella les
ense a los nios que ante cada blasfemia dijeran una jaculatoria.
En 1932, Paulina fue transferida a Agosta y despus a La Forma. All
encontraron viviendas ms confortables y ella poda asistir a misa todos los das.
En La Forma, Eduviges permiti que las alumnas de Paulina pudieran ir a la casa
para darles lecciones de bordado y doctrina cristiana. Una de ellas fue sor
26
Candida Sperati que dice: La sierva de Dios haca bien a todos sin distincin y a
las personas pobres las trataba con gran respeto. A nosotras nos enseaba a no
pecar y a rezar por un pobre hombre que se emborrachaba y blasfemaba74
.
En 1934 decidieron trasladarse a vivir a Albano Laziale, aunque Paulina
continu dando clases en La Forma y otros lugares cercanos. Ese ao fueron a
Pozzomaggiore, donde vendieron todo lo que tenan.
En 1937 muri su padre, que qued sepultado en el cementerio de Albano.
En 1938, Eduviges y Paulina se trasladan definitivamente a vivir a Roma,
donde Paulina haba conseguido trabajo de maestra, y comenz para ellas una
nueva vida. All Eduviges vivir en el contorno de la parroquia de Mara
Auxiliadora, regida por los padres salesianos, y conocer a los pasionistas,
especialmente al padre Ignacio, que ser su confesor y director espiritual los
ltimos aos de su vida. Al poco tiempo de estar en Roma, conoce tambin a la
que ser su gran amiga, la paisana Vitalia Scodina, y a Sor Mara Longaroni, que,
igualmente, ser una gran amiga.
Vitalia Scodina vivi y trabaj desde nia como empleada de hogar en
algunas casas. A los 24 aos quiso ser religiosa, pero tuvo que salir por falta de
salud. Pas despus varios aos de cocinera en casas de familias ricas de Roma.
En 1938, con los ahorros que tena, puso una tienda de artculos caseros. Fue all
donde en 1940 conoci a Eduviges y a Paulina, y se llegaron a ser ntimas
amigas. El testimonio de Vitalia, que asisti a muchos acontecimientos de la vida
de Eduviges, es muy importante para conocer ciertas cosas ntimas de su vida.
Vitalia pudo decir: Yo soy de las poqusimas personas, si no la nica, que he
podido ver con mis ojos las seales de la corona de espinas sobre la frente de
Eduviges. Y, mientras Eduviges estuvo viva, casi ninguno en Roma saba de las
cosas extraordinarias que le sucedan. Slo yo, el padre Ignacio, su hermana
Paulina y no s si la hermana Mara Longaroni75
.
VIDA AUSTERA
Eduviges, a pesar de no ser una santa que haya hecho por s misma
grandes penitencias como otros santos, sin embargo, tuvo que soportar con
paciencia muchos sufrimientos. Ya hemos anotado anteriormente cuntas
contrariedades y persecuciones tuvo que padecer por parte de Asunta Oppes y de 74
Sumario, p. 6. 75
Sumario, p. 151.
27
otras personas que la consideraban visionaria o histrica. Tambin en su familia
tuvo que aguantar a su hermano Giorgino y, especialmente a Galdino, que nunca
crey en los fenmenos sobrenaturales que le ocurran y que ni siquiera quiso
declarar al respecto en el Proceso diocesano.
Era muy austera. Trataba su cuerpo con rudeza. Sufra con paciencia
hambre, sed, calor o fro. En Pozzomaggiore, en la cena, solo coma pan duro y
queso viejo. En el desayuno pan o ayunaba. Si a alguno de la familia no le
agradaba algo, lo coma ella. Se sentaba en el lugar ms incomodo. Su jornada
era una continua mortificacin76
.
Adems tuvo que tener mucha paciencia con su hermana Paulina con la
que vivi toda la vida. La obedeca plenamente en todo, pues un padre salesiano
les haba indicado hacer mutuamente el voto de obediencia mutua, cosa que
Eduviges cumpla y Paulina no77
.
Vitalia Scodina afirma que una vez Paulina le dio una patada en el
estmago, porque el diablo le haba quemado 10.000 liras. El hecho sucedi una
maana antes de las ocho, hora en que Paulina sala para la escuela. Despus
de un par de horas, Eduviges vino a mi tienda con la boca escupiendo sangre y
me cont lo sucedido78
.
La sierva de Dios era verdaderamente pobre, no tena dinero y dependa
en todo de lo que le daba su hermana. Vesta con ropa usada que le enviaba su
hermano de Amrica. Coma lo que Paulina le ofreca. Eduviges cocinaba, pero
Paulina distribua la comida. Amaba la penitencia y la practicaba. Tena una
paciencia admirable, no reprendiendo nunca a su hermana que le levantaba la
voz y la maltrataba, y no le compraba a veces sus medicinas. Y la sierva de Dios
deca: Que se haga la voluntad de Dios79.
Un da, dice Vitalia, fui a su casa y la encontr cociendo tres panecillos.
Le pregunt de qu los haca y me dijo:
- Con ceniza y harina. - Y te los comes? - S, hasta que termine la guerra.
76
Paulina en el Proceso informativo fol 182-184. 77
Sumario, p. 111. 78
Sumario, p. 130. 79
Sumario, p. 132.
28
Yo tom uno de aquellos panecillos; pero, despus de haber masticado y
pasado un pedacito, comenc a sentir ardor en el estmago de modo que tuve que
tomar tres limonadas con bicarbonato, porque me senta como envenenada.
Al da siguiente, me pregunt:
- Has comido el panecillo? - Y t te los has comido?, y todava ests de pie? - S.
Y me pidi el pedacito que me haba dado, pero yo le supliqu que me lo
diera para comrmelo poco a poco, pero en verdad era para guardrmelo como
seal de sus penitencias.
A los pocos das la encontr haciendo una pizza con afrecho. Y le
pregunt:
- Y te la vas a comer? - S, hasta que termine la guerra.
Esto sucedi entre 1942 y 1943. Recuerdo que, como consecuencia de comer
esos panes hechos con harina y ceniza, le sali una lcera de estmago que
soport largo tiempo hasta que Jess la cur milagrosamente80
.
Tambin tuvo que soportar con paciencia la escasez de la segunda guerra
mundial. Dice Paulina: Los vveres escaseaban y debamos hacer filas
interminables para poder llevar algo de comer a casa. bamos a lugares lejanos
a conseguir un poco de verdura. Eduviges nunca se quejaba, a pesar de lo que
sufra haciendo colas interminables y con sus problemas de nefritis crnica y
angina de pecho81
.
Su casa, como asegura Paulina, era muy limpia y aseada82
. Siempre estaba
pensando en cmo hacer felices a los dems, llevndoles regalos y comida, que
se quitaba de la boca para hacerles felices.
Su vida fue realmente una vida de caridad que brill con el ejemplo de sus
virtudes y el perfume de su amor.
80
Doc extr, p. 273. 81
Doc extr, pp. 251-252. 82
Sumario, p. 101.
29
CARIDAD CON TODOS
Desde muy nia Eduviges sinti deseo de hacer felices a los que la
rodeaban. Tuvo que cuidar a su madre enferma, a una ta, despus a su abuela
paterna y siempre cuid con especial cario a su padre y a su hermana Paulina.
Pero tambin se preocupaba de los enfermos, a quienes visitaba, y de los pobres,
llevndoles algo de comer.
Eduviges era muy caritativa con todos. Cuando su hermano Antonio le
mandaba paquetes de vveres y ropa desde Estados Unidos, ella los distribua
entre la gente ms necesitada83
.
Paulina recuerda que su hermano Giorgio tambin les mandaba algunos
paquetes de vveres desde Cagliari y ella, a pesar del odio que le tena Asunta,
comparta con ella algunos regalos de su hermano84
.
Adela Iannucci declara: En Pozzomaggiore viva una joven muy pobre que
era cortejada por un joven del lugar. La joven no rechazaba sus atenciones, pero
se vea obligada a renunciar a su sueo de amor, porque no tena ni siquiera el
ajuar que era lo menos que se peda en aquel tiempo. Todas las seoritas
comenzaban a prepararlo desde nias... Un da, mientras ella pasaba junto a la
casa de Eduviges, sta la llam y le dijo: por qu le has dicho no al joven?. Te quiere bien y es un buen chico. Ella respondi que era pobre y no tena el ajuar,
pero Eduviges le dijo: Vete a tu casa y trae el canasto ms grande que tengas. As lo hizo y Eduviges le dio todo lo necesario, viendo sonrer feliz a la futura
esposa85
.
Tambin Paulina recuerda: Un da mi hermana regal un vestido de lana
a una joven que se iba de religiosa del Cottolengo. Esas mismas religiosas
reciban de ella todo lo que le era posible de acuerdo a nuestras condiciones
econmicas86
. Especialmente, ayudaba a su gran amiga Gracia que estaba en
gran necesidad87
.
83
Madau Ernesto, o.c., p. 163. 84
Doc extr, p. 231. 85
Madau Ernesto, o.c., p. 176. 86
Sumario, p. 106. 87
Doc extr, p. 238.
30
Por otra parte, confiaba en la divina providencia. En el Hospicio
adyacente a la iglesia de san Pedro en Vincoli estaba recuperndose una seora
muy pobre, Anunziata Costa. Eduviges, los domingos por la maana, preparaba
dulces y otras cosas y se los llevaba... Su caridad no tena lmites. Una tarde,
mientras esperbamos el tranva, se acerc una pobrecita que peda limosna.
Haca fro y la pobre anciana tena ropa muy ligera para aquel tiempo.
Entonces, Eduviges, movida a compasin, se quit la blusa que llevaba encima y
se la regal a la anciana, que lo agradeci infinitamente Eduviges tena un corazn muy sensible frente a los sufrimientos de los necesitados, llegando al
punto de quitarse un vestido para regalarlo. Todo lo daba a los pobres. Si un
pobre tocaba su puerta, cuando estaba comiendo, le daba todo o parte de la
comida. Se contentaba con pan, fruta y tomate cocido88
.
Cuenta Paulina: En una ocasin, vimos a un anciano sentado en las gradas
de la Iglesia de san Pablo. Mi hermana se le acerc, lo acarici como si fuese un
nio y le regal su bufanda. Otro da le regal su falda a una seora pobre89
.
Y ella misma deca: Los pobres son mis ms queridos amigos; por ellos
doy todo, anillos, aretes etc. No puedo menos, pues si no me ira a ayudar a los
pobres enfermos. Los amo mucho, porque los ama Jess... En el paraso vern
todo el bien hecho a los pobres. Ellos nos abrirn las puertas de cielo90
.
En una carta a Angelina Azzena le dice: Hay una joven esposa que tiene
un nio pequeo y pasa hambre, porque el esposo no tiene trabajo y ella se
quiere ir con otro y abandonar al esposo con el nio. Yo, hasta ahora, la tengo
controlada, socorrindola con dinero y quitndome de la boca algunas cosas
para que a ella no le falten y no vaya a caer en tremendo pecado91
.
Durante un largo perodo envi alimento y ropa a un detenido poltico que
estaba en la crcel, ignorado de su familia92
.
Y, si conoca a algn sacerdote que estaba sufriendo material o
espiritualmente, lo ayudaba y hasta se privaba de su alimento para llevrselo93
.
88
Doc extr, p. 306. 89
Doc extr, p. 249. 90
Madau Ernesto, o.c., p. 321. 91
Lettere e Diario, p. 165. 92
Doc extr, p. 252. 93
Ibdem.
31
CONVERSIONES
Toda su vida fue un vivir para los dems, especialmente para salvar a los
pecadores que estaban en peligro de condenacin eterna. Por eso, procuraba dar a
cuantos poda buenos consejos y se alegraba cuando alguien se converta.
El padre Manzella, famoso y santo misionero de Cerdea, daba muchas
misiones populares y para el xito de las misiones peda oraciones a Eduviges,
como ocurri en el caso de Sindia en 1923 1924, del que hablaremos ms
adelante.
Otro caso. Haba un comunista, Francisco Massari, que, despus de haber
abandonado a su legtima esposa, conviva con otra mujer. Eduviges lo llam
varias veces a su casa a hacer algunos trabajos, pagndole ms de lo justo. Una
vez, le mand blanquear las paredes, y Massari fue acompaado de otro joven
comunista. Eduviges tena compasin de estos dos obreros y les daba algo de
alimento a media maana y a media tarde. Massari iba a comer a su casa, pero
el joven se quedaba. Eduviges le preparaba buenas comidas, incluido el caf. Y
ellos decan: Si todos los catlicos fueran as, se terminara el comunismo. Despus hablaban del partido comunista y del paraso comunista de Rusia, pero
Eduviges les rebata y les daba buenos consejos y los exhortaba a rezar94
.
Un da, Massari, preocupado, se present a Eduviges y le pidi dinero,
porque deba pagar una deuda. Estaba desesperado y amenazaba con suicidarse
si no consegua pagar la deuda. La sierva de Dios le regal cuanto tena y hasta
le pidi dinero a una amiga95
.
Cuenta Paulina que Massari le dijo que dej a la mujer con quien conviva
y, estando recuperndose en el hospital de una enfermedad, se confes y
comulg, confirmando lo que la misma Virgen Mara le haba dicho en una
visin a Eduviges: Vers que Massari se convertir. Y fui yo quien, recordando la caridad de Eduviges con Massari, consegu que sus hijos hicieran
la primera comunin. Y el pap, que todava no estaba convertido, acompa a
sus hijos a la iglesia y asisti a la ceremonia96
.
94
Madau Ernesto, o.c., p. 451. 95
Sumario, p. 105. 96
Sumario, p. 104.
32
Lina Bassino cuenta sobre su to Salvatore Parpaglia, senador del reino, lo
siguiente: Tuvo un ataque de parlisis y comenz a agravarse, pero no quera
recibir los santos sacramentos. Esto vena de haca mucho tiempo, pues
perteneca a la masonera. El senador era educado y filntropo, pero no quera
saber nada de prcticas religiosas. Sus familiares estaban preocupados de su
estado espiritual y acudieron a Eduviges a pedir oraciones. A las insistencias de
la sierva de Dios, Jess le dijo: Enva tu crucifijo y vers que antes de morir lo besar. As se hizo. El crucifijo lo envi por medio del secretario del obispo, don Bastonero, quien lo visit y estuvo hablando con el enfermo, manifestando
que bes el crucifijo varias veces y todo se desarroll felizmente. Despus de su
muerte, se celebraron solemnes funerales en la iglesia del Carmelo, oficiados
por el padre Ledda, de los padres Menores franciscanos97
.
DEFENSORA DE LA FE
Eduviges, que era en todo y con todos tan sencilla, sumisa y paciente, se
defenda como un len cuando alguien atacaba al Papa o a los sacerdotes, que
eran la pupila de sus ojos. El padre Ignacio certific: Estando ella en Roma,
cerca de la plaza Vittorio, un hombre del pueblo habl contra el Papa y contra
el lujo de los Monseores, contando historietas sin seriedad ni reflexin.
Eduviges recrimin a aquel trabajador. La gente miraba encantada el coraje de
aquella mujer tan flaca. Intervinieron otras personas a defender al obrero, pero
Eduviges no tuvo miedo de ninguno. Sola decir: Si viniera una persecucin, algunos cristianos, qu haran? Renegaran de Dios. Por eso, debemos estar fuertes y unidos para afrontar el martirio
98.
Otro da alz la voz en defensa del Santo Padre, cuando una seora se
atrevi a hablar mal de l con palabras vulgares y obscenas. A esta escena
estuvo presente una conocida del edificio en que viva, quien la invit a callar,
pero ella, alzando ms la voz, dijo que por el Vicario de Cristo estara pronta a
afrontar el martirio. Igualmente, en la calle reprenda a todos los que lanzaban
blasfemias o injurias contra Jess, la Virgen o los santos, sin tener miedo de
ninguno99
.
97
Doc, p. 176. 98
Doc extr, p. 428. 99
Doc extr, p. 252.
33
En diciembre de 1944 escribi en su Diario: El jueves por la tarde so
que estaba en la iglesia del Vaticano. Haba mucha gente. Muchos eran
extranjeros de muchas naciones. De repente, se present en el balcn el Santo
Padre y comenz a hablar. Deca: Hijos mos, en estos tristsimos momentos en que vivimos hace falta hacer penitencia para aplacar la ira de Dios, gravemente
indignado por los enormes pecados de los hombres... Apenas termin de hablar, muchos hombres y mujeres le tiraron piedras al Papa, y le causaron
diversas heridas. Al verlo ensangrentado, algunos se rean. Tuvo que retirarse
del balcn. Un ngel baj a la plazuela de san Pedro y deca: El mundo est cayendo en la ruina, no quieren escuchar las palabras del Vicario de Cristo. Le pregunt: quin eres?:
- Soy el ngel de Roma y habito en el Vaticano100.
Ella amaba mucho al Papa, a los obispos y sacerdotes, y rezaba mucho por
ellos.
ASOCIACIONES PIADOSAS
Eduviges perteneca a varias Asociaciones piadosas. Desde el 30 de
noviembre de 1901 estaba inscrita en Pozzomaggiore en la Guardia de honor.
Cumpla su hora de oracin de las doce del medioda a la una de la tarde. Desde
1907 perteneci a la Asociacin de Hijas de Mara de la parroquia de
Pozzomaggiore. Su medalla todava se encuentra entre los objetos suyos
conservados por los padres pasionistas de Alghero. Tambin perteneca desde el
ao 1906 a la Tercera Orden franciscana. Haba sido maestra de novicias, pero el
padre provincial Luigi Carta la destituy por tres aos, debido a las calumnias
propaladas contra ella. Despus de ese tiempo, en 1929 renov su inscripcin en
la Tercera Orden franciscana. Esto significaba pertenecer a la gran familia de san
Francisco de Ass, quien se le apareci en alguna ocasin como padre espiritual.
En una ocasin, el mismo san Francisco se le apareci y le regal un cordn
franciscano para Paulina.
Dice en el Diario: Se me apareci san Francisco con un cordn entre las
manos y me dijo: Este cngulo es para Paola101. Tambin se inscribi en la Asociacin de amigos de santa Teresita del nio Jess.
100
Diario, p. 464. 101
Diario de diciembre de 1943, p. 462.
34
Desde el 9 de mayo de 1941 perteneci a la archicofrada de la Pasin, que
ahora se llama Asociacin de la Pasin, dirigida por los padres pasionistas desde
la sede de Scala Santa en Roma. Ella asisti a todas las reuniones hasta su
muerte. Conoci a los padres pasionistas, cuando fueron en una ocasin a dar una
misin a Pozzomaggiore. Otro da, un pasionista, de paso por Marcellina Scalo,
mientras esperaba al tren, se acerc a la escuela donde con mucho fervor ense
a los nios el padrenuestro cantado.
En 1936 1937, mientras Eduviges estaba en Albano, fueron los
pasionistas a dar una misin y ella se entusiasm al or sus predicaciones. En
Scala Santa, en Roma, conoci al padre Ignacio Parmeggiani, que fue su director
espiritual hasta su muerte. Eduviges admiraba a otra seglar pasionista, santa
Gema Galgani, a quien llamaba su hermana espiritual. Varias veces se le
apareci san Pablo de la cruz, el fundador de los pasionistas y le dio la comunin.
Alguna vez, vino acompaado de san Gabriel de la Dolorosa y de san Vincenzo
Strambi. Tambin vio al alumno pasionista Galileo Nicolini y convers en
bilocacin con el obispo pasionista de china Guthbert O'Gora, que estaba siendo
torturado en la crcel.
Su relacin con los salesianos viene especialmente desde su llegada a
Roma en 1938. Viva en la parroquia de Mara Auxiliadora y all iba cada
maana a la misa. All tuvo muchos xtasis. Se inscribi como Cooperadora
salesiana el 25 de setiembre de 1941, invitada por san Juan Bosco, quien se le
apareci muchas veces y la llamaba hija. Tambin se le apareci santo Domingo
Savio. San Juan Bosco le dio milagrosamente la comunin en alguna oportunidad,
estando ella enferma. Algo interesante de sealar es que tuvo un primo en
segundo grado, Aurelio Pischedda, que era salesiano y vivi casi toda su vida en
Ecuador de misionero. Eduviges le escribi algunas cartas.
Cuando ella muri, en el boletn salesiano Letture cattoliche don Bosco,
del 1 de mayo de 1952, apareci la esquela: Oremos por nuestros muertos...
Eduviges Carboni fue una ardiente cooperadora de las obras salesianas y tena
gran devocin a san Juan Bosco y al beato Domingo Savio, que le asistan con
gracias extraordinarias. Termin su vida angelical con el acto heroico de
ofrecerse a s misma a Dios por el triunfo de la Iglesia102
.
102
Doc, p. 175.
35
CARISMAS EXTRAORDINARIOS
a) CONOCIMIENTO SOBRENATURAL
Eduviges tena conocimiento sobrenatural de muchas cosas que no poda
saber de modo natural. Dice Constantina Sanna: He conocido a Eduviges durante
la guerra de 1915-1918. Mi hermano Salvatore, sargento mayor, no enviaba
noticias y mi madre estaba muy preocupada. Un da decidi ir donde Eduviges,
llevndome a m de compaa. Eran muchas las personas que buscaban en ella
una palabra, al menos, de consuelo.... Eduviges se retir un momento y se
arrodill para orar. Despus de unos minutos, volvi y nos dijo que estuviramos
tranquilas, pues Salvatore estaba con buena salud y en dos das recibiramos
noticias suyas. Tambin nos dijo el lugar donde se encontraba. A los dos das
lleg puntualmente la carta de mi hermano en la que nos contaba lo que nos
haba dicho Eduviges103
.
La sierva de Dios anunci la muerte del prroco don Luigi Carta de
manera totalmente extraordinaria. Se saba que don Carta estaba indispuesto,
pero no que hubiera muerto aquella noche, y la sierva de Dios no poda saberlo.
Pero fue de maana a casa de la seora Senes y se lo dijo. La seora Senes se
apresur a confirmar la noticia y era verdad104
.
Giovannica Mannu refiere: En una oportunidad, Eduviges vio a mi madre
que estaba preocupada y le pregunt el porqu. Mi madre le explic que el cerdo
que tenamos estaba muy mal y llevaba tres das sin comer. Perder el cerdo en
aquella poca era un gran dao econmico para la familia. Eduviges, por su
parte, le asegur que el cerdo estaba bien, lo que confirm mi madre al regresar
a casa dndole de comer105
.
En otra oportunidad, les llev una buena limosna a unas religiosas. Ella
escribi en el Diario: Jess me dijo: Esas religiosas estn sin pan hoy. Por mi amor dales la ofrenda que debes a san Antonio. Dales la mitad a esas
religiosas106.
Sor Mara Longaroni declar lo siguiente: Monseor Vitali me entreg
una carta, para llevarla a Eduviges, en la que le peda consejo sobre si deba
103
Madau Ernesto, o.c., p. 162. 104
Sumario, p. 78. 105
Madau Ernesto, o.c., p. 204. 106
Diario de junio de 1941, p. 403.
36
recibir o no a ciertas personas. La sierva de Dios hizo colocar la carta sobre la
cmoda y, poco despus, desapareci. Yo la encontr, se estaba quemando en un
rincn de la habitacin. Entonces, la sierva de Dios me dijo que le respondiera a
Monseor que no deba recibirlos y que deba cerrar bien la puerta de su
casa107
.
Sor Teresa (Josefina Azzena) refiere lo siguiente: Una vez, mientras
estaba yo y mi prima Pietrina con mi ta en una sala de su casa, su esposo,
Francisco Tanda, para probarme, me dijo que Dios no era justo, pues en el
mundo haba pobres y ricos y, si fuera justo, deberan tener todos la posibilidad
de gozar de una vida cmoda. No haba nadie extrao. Al da siguiente por la
maana, al ir a casa de Eduviges, me recomend decirle al to Francisco que el
Seor no estaba contento de lo que haba dicho el da anterior y me repiti las
mismas palabras, aadiendo que no deba decir cosas parecidas108
.
Pietruccia Leoni atestigua: Un da recib una carta de Eduviges en la que
me llamaba la atencin por haberme cortado el cabello, cosa que le haba
desagradado tambin a mi to. Yo, resentida, romp la carta sin decir nada a
nadie. Eduviges me escribi otra carta y me deca: Pietruccia, por qu has roto la carta?. Y me dio algunos consejos109.
La maestra Luca Cesareo, al recordar a Eduviges, manifest que deba ser
adivinadora, porque una maana me haba ledo el alma como un libro
abierto110
.
Sor Mara Longaroni declar igualmente: Tena el don de conocimiento de
los corazones, porque muchas veces me deca cosas que yo haba pensado y me
resolva dudas que yo haba tenido, pero no haba expresado a nadie111
.
b) LEVITACIN
Fueron muchsimos los casos de levitacin durante los xtasis. Veamos
algunos. Rosala Castagna declara: Un da la vi inmvil en oracin. Estaba de
rodillas y, con gran sorpresa, not que sus rodillas no se apoyaban en el
107
Sumario, p. 14. 108
Doc extr, p. 330. 109
Proceso informativo, fol 293. 110
Relacin dada en Roma el 29 de abril de 1952. 111
Sumario, p. 11.
37
reclinatorio sino que estaban un poco levantadas en el aire112
. Andreana Focci
cuenta: Una maana yo y algunas otras nias la encontramos en la capilla de
san Raimundo con las rodillas elevadas unos treinta centmetros del reclinatorio.
Nos impresion mucho y nos escapamos todas113
.
Mariangela Oggianu declar en el Proceso: Una tarde sorprend a la
sierva de Dios en la iglesia, estando elevada unos 20 cm sobre el reclinatorio sin
apoyarse en nada. Tena las manos juntas, los ojos elevados al cielo y rezaba
fervorosamente. Una seora la tom del brazo y Eduviges la sigui hasta el altar
y despus de nuevo regresaron al reclinatorio donde la sierva de Dios de nuevo
se elev de la tierra114
.
Chiara Mara Cuccuru manifiesta: Tena unos ocho aos y fui con otras
nias a jugar en las afueras de la iglesia. En un cierto momento, entr para orar
y qued asombrada al ver a la sierva de Dios elevada del suelo ms de un metro
en actitud de oracin. No pude menos que gritar: Madre ma, una mujer que vuela. El prroco Solinas sali de la sacrista y me orden salir, pero yo no obedec. Poco a poco, la seora baj al reclinatorio y entonces me fui a la
escuela donde estaban ya mis compaeras. A la maestra, que me regaaba por el
retraso, le cont el hecho y le invit a ir a la iglesia, pero ella no quiso, quizs
porque no me crey115
.
Sor Benigna Runco recuerda este hecho: Hacia 1928-1929, un bonito da
de mayo, yo con otras amigas de la Accin catlica acompaamos al prroco al
santuario de la Virgen de las Gracias, donde deba celebrar una misa que le
haban encomendado. Entre el grupo estaba tambin Eduviges. Terminada la
misa, yo estaba sentada en un banco, cuando vi a Eduviges elevarse de su
reclinatorio, mirar hacia el altar y levantar los brazos. Cuando la vi as, me
espant porque no saba que Eduviges tena tales dones. El prroco, al verme,
me hizo seas para tranquilizarme y, acercndose a Eduviges, le dijo algo en voz
baja. Ella poco a poco volvi a la normalidad. Otro hecho parecido ocurri en
mi presencia otra vez en el mismo santuario116
.
Arnalda Virgili fue un da a casa de Eduviges a orar ante la imagen de
Jess nio. Refiere sobre ello lo siguiente: Me escuch y con gusto coloc el nio
112
Madau Ernesto, o.c., p. 130. 113
Ib. p. 131. 114
Doc extr, p. 238. 115
Sumario, p. 23. 116
Madau Ernesto, o.c., p. 280.
38
Jess sobre un silln, dejndome sola en el comedor. Mientras se alejaba, not
que no apoyaba sus pies en la tierra. Me pareca verla todava117
. Esto tambin
fue notado una maana por Vitalia, quien not que al caminar la sierva de Dios,
no tocaba el suelo al menos en dos palmos118
.
c) BILOCACIN
Es la presencia simultnea en dos lugares diferentes. Hay quienes dicen
que eso es imposible y suponen que en un lugar estn solo en apariencia o un
ngel hace sus veces.
Pellegrino Serra asegura: En marzo de 1924 el padre Manzella tena una
misin en Sindia. La participacin del pueblo era casi nula, a pesar del esfuerzo
del santo misionero. En un cierto momento, el misionero manifest que eso se
deba a sus pecados y dijo: Pero ahora llamo a orar aqu junto a m a dos almas que saben rezar. Dicho esto, se arrodill delante del altar con las espaldas vueltas al pueblo e, inmediatamente, fueron vistas dos mujeres rezar
intensamente de espaldas al pueblo y arrodilladas a ambos lados del sacerdote.
A pesar de verlas solamente de espaldas, todos comprendieron que se trataba de
Eduviges de Pozzomaggiore y de Leontina Sotgiu de Benorva, aparecidas all sin
saber cmo, sin estar antes en la iglesia119
.
Durante la primera guerra mundial, Eduviges se transportaba a los campos
de batalla y tena noticias de los soldados desaparecidos o muertos. De hecho,
pudo dar noticia al prroco don Carta de la muerte del joven Luigi Meloni que la
familia crea desaparecido120
.
Un da Eduviges se encontraba en casa de Mara Loi Licheri, quien le
pidi que rogase para tener noticias del novio de su hija, que no enviaba noticias
desde haca mucho tiempo. Al da siguiente, Eduviges se present de nuevo en la
casa y refiri que el joven teniente estaba herido en la mano derecha por lo que
no poda escribir como acostumbraba. Era en el tiempo de la derrota de
Caporetto en la primera guerra mundial. Y aadi: Estn tranquilas l est
siendo curado por Sor Luisa que lo asiste como una madre, y ella hoy ha escrito
en su nombre una carta, que recibirn en los prximos das. Algunos das
117
Madau Ernesto, o.c., p. 464. 118
Ib. p. 465. 119
Madau Ernesto, o.c., p. 218. 120
Doc extr, p. 296.
39
despus recibieron la carta, como haba predicho Eduviges, en la que contaba
los detalles dados por la sierva de Dios121
.
Mara Pinna relata: Entre 1928 y 1930 haba ido a Bosa Marina y el
prroco de Bosa me manifest que all haba un seor enfermo muy grave que,
desde haca mucho tiempo, no reciba los sacramentos y su esposa estaba
preocupada de que pudiera morir as. Llam a un empleado y lo envi a
Pozzomaggiore para pedirle a Eduviges que viniera a Bosa. Pero, al llegar a
Pozzomaggiore, el pap de Eduviges lo mand fuera de malas maneras Ese da, alrededor de las diez de la noche, la esposa, que estaba sola en la
habitacin del esposo enfermo, sinti abrir la puerta y entrar una persona que se
acerc al enfermo. Pens que era la empleada, pero vio a una persona vestida
de oscuro que tena sobre la cabeza un chal, y que sala de la habitacin. No le
vio el rostro. Se levant para preguntar quin era, pero los empleados le
manifestaron que nadie haba entrado. Extraada, volvi a la habitacin y se dio
cuenta de que su marido recobraba la conciencia (haba estado como fuera de s
por la fiebre) y le deca que deseaba confesarse... Llamaron al sacerdote y lo
confes. Por la maana, le llev la comunin despus de celebrar la misa por su
intencin y muri esa misma tarde serenamente y con evidentes seales de
salvacin122
.
En una carta, que la sierva de Dios le escribi al padre Ignacio
Parmeggiani, dice: Padre, Jess me dijo ayer por la tarde: Hija ma, reza por la salvacin de los comunistas chinos. Son tan malos... Hasta ahora han arrestado
a diez obispos. Como te dije la otra vez, uno es Monseor Guthberth O'Gara,
pasionista obispo de Nanking... Me ha hecho ver dnde se encontraba este pasionista. Est en una oscura crcel. Los carceleros lo amenazaban y l,
callado, con los ojos mirando al cielo. Yo gritaba y les deca a aquellos
hombres: Malos. Me amenazaban, pero yo estaba en alto y ellos decan: La bruja del Papa, es una bruja. Yo les deca: Recordad que un da seris juzgados por el buen Jess y, si no hacis penitencia, iris al infierno. Pero ellos repetan: Bruja, bruja. Padre, ore por la conversin de estos hermanos extraviados
123.
El padre Ignacio no conoca que existiera tal obispo pasionista en China,
pero lo confirm consultando el elenco de la Curia general y los registros de las
misiones.
121
Chiara Mara Cuccuru en Madau Ernesto, o.c., p. 169. 122
Doc extr, pp. 309-310. 123
Madau Ernesto, o.c., p. 457.
40
Otro da de 1951 la sierva de Dios se encontr en una plaza china y,
hablando en italiano en defensa de la fe y del Papa, era comprendida por los
chinos. Todos los comunistas gritaban: Bruja, bruja, te matamos. Pero ella no les tema y volaba sobre ellos alegremente, incitndolos a la conversin
124.
Vitalia Scodina certifica: Eduviges me cont que una tarde haba visto
una multitud de soldados partir hacia Rusia. En medio de ellos estaba el sagrado
Corazn de Jess que los acompaaba y les deca: Id a conquistar aquellas tierras y, despus que las hayis conquistado, volver y reinare all125.
En setiembre de 1941 escribe en el Diario: La otra tarde, mientras rezaba,
fui llevada en espritu y vi delante un inmenso nmero de soldados italianos,
alemanes, rusos e ingleses. Disparaban unos contra otros fusiles y caones. Se
senta que una nacin era enemiga de la otra. Daba miedo slo verlos de lejos.
En medio de los soldados, se present Jess y dijo: Todos sois mis hijitos, los amo a todos y siempre los he amado, por todos he derramado mi sangre. Amaos,
amaos. Por qu tanto derramamiento de sangre? Cunta sangre vi derramarse
en pocos minutos! Yo temblaba de miedo126
.
El padre Ignacio nos asegura: Un da el Seor se sirvi de Eduviges para
aliviar las penas del cardenal Mindszenty, encarcelado por los comunistas. En
espritu, ella se encontr en la prisin donde estaba el purpurado y lo anim y le
llev alivios, incluso materiales127
.
Paulina r