ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES.LIMA GUZMÁN JOSÉ MANUEL
Definición.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se incluyen:
La cardiopatía coronaria. Las enfermedades cerebrovasculares. Las arteriopatías periféricas. La cardiopatía reumática. Las cardiopatías congénitas. Las trombosis venosas profundas y embolias pulmonares.
Introducción
Los ataques al corazón y los accidentes vasculares cerebrales (AVC) se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro.
La causa más frecuente es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón o el cerebro.
También pueden deberse a hemorragias de los vasos cerebrales o coágulos de sangre.
Problemas Cardiovasculares
Usualmente se manifiestan como un dolor torácico, disnea, fatiga, palpitaciones y algunas formas de pérdida del estado de conciencia.
Estas manifestaciones se pueden deber a patologías coronarias, valvulares, miocárdicas, eléctricas, pericárdicas, etc.
Problemas Cardiovasculares
Su primera manifestación puede ser un ataque al corazón o un AVC. Los síntomas del ataque al corazón consisten en:
Dolor o molestias en el pecho, Dolor o molestias en los brazos, hombro izquierdo, mandíbula o espalda. Dificultad para respirar, náuseas o vómitos, mareos o desmayos. Sudores fríos y palidez.
La dificultad para respirar, las náuseas y vómitos y el dolor en la mandíbula o la espalda son más frecuentes en las mujeres.
Problemas Cardiovasculares
Otros síntomas consisten en: Aparición súbita, generalmente unilateral, de entumecimiento en la cara,
piernas o brazos. Confusión, dificultad para hablar o comprender lo que se dice. Problemas visuales en uno o ambos ojos. Dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación. Dolor de cabeza intenso de causa desconocida. Debilidad o pérdida de conciencia.
Problemas Cardiovasculares
Entre las enfermedades cardiovasculares, podemos incluir: La cardiopatía coronaria: enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo
cardiaco. Las enfermedades cerebrovasculares: enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan el
cerebro. Las arteriopatías periféricas: enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan los
miembros superiores e inferiores. La cardiopatía reumática: lesiones del músculo cardiaco y de las válvulas cardíacas debidas
a la fiebre reumática, una enfermedad causada por bacterias denominadas estreptococos. Las cardiopatías congénitas: malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento. Las trombosis venosas profundas y embolias pulmonares: coágulos de sangre (trombos) en
las venas de las piernas, que pueden desprenderse (émbolos) y alojarse en los vasos del corazón y los pulmones.
Principales factores de riesgo
Las causas más importantes de cardiopatía y AVC son: Dieta malsana Inactividad física Tabaquismo Consumo de alcohol.
Los efectos de los factores de riesgo comportamentales pueden manifestarse en las personas en forma de hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia y sobrepeso u obesidad.
Principales factores de riesgo
Estos factores de riesgo, son indicativos de un aumento del riesgo de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones.
Sugerencias para reducir riesgo de ECV: Reducción de la sal de la dieta Consumo de frutas y hortalizas Actividad física regular Evitar consumo nocivo de alcohol
Exploración cardiovascular
Una exploración cardiovascular normal no excluye la existencia de una patología cardiaca grave e incluso potencialmente mortal.
Una correcta exploración cardiovascular continúa siendo una de las claves en donde se asienta la correcta evaluación diagnóstica y pronóstica del paciente con patología cardiaca.
El primer contacto
Acercarse al enfermo por su lado derecho, apoyar la palma de la mano sobre su antebrazo.
Plantear un par de preguntas sencillas: ¿de dónde es usted?, ¿a qué se dedica?, esto con la finalidad de detectar dificultad respiratoria o alteraciones de la voz y apreciar signos cutáneos de bajo gasto.
La obnubilación, la dificultad respiratoria o la existencia de una piel fría y sudorosa, extrema palidez o cianosis, sugieren compromiso hemodinámico.
La presencia de disfonía puede orientar a la existencia de patología de la aorta torácica o severa dilatación de la aurícula izquierda.
El primer contacto
Determinar la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la temperatura.
El análisis de los ruidos de Korotkoff, según su intensidad, da información acerca del volumen de eyección ventricular izquierdo.
Ruidos de intensidad variable latido a latido en un paciente con taquicardia, orientan a un origen ventricular de la arritmia.
Una presión arterial baja con diferencial pequeña, sugiere bajo gasto cardiaco, sobre todo si se acompaña de otros datos de hipoperfusión tisular como palidez y sudoración.
La exploración del cuello
Normalmente el llenado de la yugular externa debe disminuir con la inspiración, cuando ocurre lo contrario, es decir, cuando aumenta la altura de su columna, sugiere la existencia de constricción pericárdica.
El reflejo hepatoyugular positivo correlaciona con una presión capilar pulmonar mayor de 15 mmHg, traduciendo incremento latente de las presiones de llenado ventriculares.
Observaremos los movimientos de la vena yugular interna que pueden ser más ostensibles en la unión del esternocleidomastoideo y la clavícula transmitiendo sus impulsos al lóbulo de la oreja.
Al tiempo que observamos los movimientos de la yugular interna, con nuestra mano derecha tomamos el pulso radial derecho del paciente para establecer la temporalidad de las ondas venosas.
La exploración del tórax
Apoyando suavemente la palma de la mano derecha y concentrando nuestra sensibilidad en la superficie de extensión de la primera y segunda falanges de nuestros dedos índice y corazón, avanzaremos a ambos lados del manubrio esternal hacia el segundo espacio intercostal izquierdo (foco aórtico) y luego al derecho (foco pulmonar). La percepción de pulsación en articulación esternoclavicular derecha sugiere aneurisma disecante de la aorta torácica.
La detección de frémito en el foco aórtico sugiere estenosis valvular aórtica y en el derecho, estenosis pulmonar
Un amplio latido paraesternal izquierdo ocurre cuando existe crecimiento ventricular derecho, aunque también puede percibirse en casos de insuficiencia mitral severa, provocado por la expansión sistólica auricular izquierda por el jet de regurgitación. Si el latido es paraesternal derecho pensaremos en aneurisma de la aorta ascendente.
En caso de pericarditis constrictiva o insuficiencia tricuspídea, el ápex puede mostrar un comportamiento paradójico y retraerse durante la sístole.
Finalmente tengamos en cuenta que los ruidos cardiacos de baja frecuencia, como el tercer y cuarto tonos, con frecuencia se palpan mejor de lo que se oyen. Para ello colocaremos al paciente en decúbito lateral izquierdo y con la superficie de flexión de los dedos de la mano derecha fijaremos nuestra atención en la diástole tratando de percibir movimientos diastólicos.
La exploración del abdomen y las extremidades
La palpación del abdomen debe intentar la detección de movimientos pulsátiles. Una expansión sistólica hepática indica insuficiencia tricuspídea severa y si es
presistólica traduce una enérgica contracción auricular derecha como la que ocurre en caso de severa hipertrofia del ventrículo derecho por hipertensión pulmonar o estenosis pulmonar.
Una aorta abdominal palpable puede indicar la existencia de un aneurisma y debe buscarse sistemáticamente.
La ausencia o disminución de amplitud de los mismos así como la presencia de soplos vasculares debiera considerarse tan buen marcador de enfermedad coronaria como puede ser.
Los déficits de pulsos en grandes ramos arteriales en un enfermo con intenso dolor torácico irradiado a la espalda debe establecer la sospecha de disección de aorta.
La auscultación cardiaca
En la mayor parte de los casos la auscultación cardiaca se limita a poner en alerta al explorador sobre la presencia de lesiones cardiacas. La inspección y la palpación suelen aportar datos fiables sobre el estado hemodinámico del paciente, y la repercusión que sobre las cámaras cardiacas tiene el proceso,
Algunos hallazgos auscultatorios son, sin embargo, clarificadores como ocurre con la presencia de un soplo sistólico rudo eyectivo aórtico con el componente aórtico del segundo ruido apagado, que debe buscarse en todo paciente con insuficiencia cardiaca, angina o síncope y que establecerá el diagnóstico de estenosis aórtica.
Es importante sistematizar la auscultación ubicando en primer lugar en qué fase del ciclo cardiaco se produce el fenómeno auscultatorio, ya sea sistólico o diastólico. Graduar su intensidad en escala de 1 a 6, establecer su foco de máxima intensidad y su irradiación “persiguiendo” para ello el soplo hacia la axila (insuficiencia mitral), hacia los focos de la base y vasos del cuello (estenosis aórtica), la espalda (coartación de la aorta) o hacia la zona paraesternal media (comunicación interventricular, insuficiencia mitral excéntrica, estenosis subaórtica).
Finalmente intentaremos definir la tonalidad (rudo, aspirativo, piante), que traduce el tipo de turbulencia generada en el flujo sanguíneo.