Ernesto Lecuona
Biografía
Muñeca de Cristal
Enrique Chía
ERNESTO LECUONA (1895 – 1963)
Compositor y pianista Cubano
Es el más destacado compositor y pianista de Cuba, es considerado como
uno de los más prolíficos genios musicales hispanoamericanos del siglo
XX. Su obra abarca los más diversos géneros y es de una gran magnitud
Lecuona compuso 406 canciones, 176 piezas para piano, 53 obras para
teatro (zarzuelas, operetas, revistas y una ópera), 31 partituras
orquestales, 6 composiciones para piano y orquesta, tres obras para
violín, un trío, 5 ballets y 13 bandas sonoras para películas.
Sus canciones más populares: “Siboney”, “Noche Azul”, “La Comparsa”,
“Siempre en mi corazón” y “Para Vigo me voy”.
Sus zarzuelas más populares: “El Cafetal”, “María la O.” y “Rosa la
China”.
La diversidad de su música refleja las tres tendencias básicas de su genio
musical así como las raíces de las mismas: Cuba, España y África.
La tendencia española del Maestro Lecuona proviene de sus
antepasados vascos de Guipúzcoa, España, quienes emigraron a las
Islas Canarias en donde, en Santa Cruz de Tenerife, su padre Ernesto
Lecuona Ramos nació en 1854 y falleció en 1902.
Junto a Gonzalo Roig y Rodrigo Prats, forma la trilogía más importante
de compositores del teatro lírico cubano y en especial de la zarzuela.
Su legado incluye la fundación de la Orquesta Sinfónica en 1922, con la
cual promovió intensamente la música cubana, tanto la de él como la
de sus contemporáneos.
También se embarcó en la búsqueda y desarrollo de nuevos talentos
"del patio", sobre todo de cantantes femeninas cuyas voces hablarían
por él: Rita Montaner, Esther Borja, Luisa María Morales, Caridad
Suárez, Esperanza Chediak, Tomasita Núñez, María de los Ángeles
Santana, Zoraida Marrero, Raquel Domínguez, Sarita Escarpenter,
Hortensia Coalla, Marta Pérez, Estrellita Santaló, y Maruja González,
entre otras.
En un plano más popular, creó en 1932 una, de las grandes atracciones
de centros nocturnos del siglo pasado: los "Lecuona Cuban Boys",
quienes recorrieron el mundo tocando música cubana por más de
cuarenta años.
En 1935 Lecuona se hace acreedor de la admiración y respeto a escala
nacional e internacional por lo que el gobierno cubano lo condecora con
la Orden de Carlos Manuel de Céspedes en el grado de Caballero.
Lecuona mantiene un admirable balance entre los dos extremos que
dominarán su vida.
Primero, como un gran intérprete de música clásica y también como
compositor de contagiosas y populares melodías, muchas de ellas
estrenadas en obras del teatro lírico cubano
Segundo, como infatigable viajero diseminando su música por el mundo,
pero siempre regresando a recargar sus energías creativas con el airé
cálido de su tierra.
PanamáEnrique Chía
BIOGRAFÍA
Ernesto Lecuona Casado nació el 6 de agosto de 1895 en Guanabacoa,
Cuba en una casa solariega en el seno de una modesta y numerosa
familia.
Su padre Ernesto Lecuona Ramos era canario, de Santa Cruz de
Tenerife que emigró en 1880 a la entonces ciudad de Matanzas, la
“Atenas de Cuba” la que en esa época registraba un alto nivel cultural y
económico.
Cinco años más tarde, en 1885, Lecuona Ramos contrajo nupcias con
una joven criolla de la ciudad de Matanzas, Elisa Casado Bernal de cuya
unión nacieron doce hijos.
Solamente siete lograron sobrevivir hasta el siglo XX: Luis, Ernestina,
Elisa, Teodoro, José, Fernando y Ernesto, el menor de todos.
Desde la edad de cinco años, Ernesto Lecuona Casado demostró ser
un “niño prodigio.” Ya tocaba al piano pequeñas partes de zarzuelas
españolas, como “Gigantes y Cabezudos” y segmentos de “La
Marsellesa” y de sencillos valses.
En 1902 nace la República de Cuba, pero su padre muere
repentinamente y muy pronto el niño se vio obligado a lanzarse a la
calle a buscar sustento para el hogar
Su hermana Ernestina, trece años mayor que él, fue su primera
maestra de piano. Ella le impulsaría y acompañaría a través de toda
su vida.
No tardó el prodigioso aprendiz en desarrollar sus facultades
musicales para componer, a los doce años de edad, su primera obra:
una marcha militar titulada, “Cuba y América.”
ComparsaEnrique Chía
Demostrando su habilidad al piano a tan temprana edad, Lecuona
consigue que le dejen acompañar las películas silentes en el Cine
“Fedora”, de La Habana. Su responsabilidad consiste en mirar la
pantalla y apoyar a través de su música las emociones que se
proyectan en ella.
Así desarrolla esa gran capacidad expresiva y emotiva que será una
de las cualidades que distinguirán su obra aún por venir.
También se atreve a componer efímeras melodías evocadas por la
trama y los personajes de cada película, aprendiendo a utilizar el
drama narrativo como punto de partida para la composición, talento
que le será imprescindible para las zarzuelas, operetas y sainetes
que creará en el futuro.
A los ocho años se matricula en el conservatorio de Carlos A.
Peyrellade, donde aprende ejecución, armonía y composición.
Luego pasa a tomar clases con Joaquín Nin, quien jugará un papel
más importante en su vida años más tarde, cuando le invita a viajar a
Francia en 1928.
En París da unos recitales en las salas Gaveau y Pleyel ante Maurice
Ravel, Jósé Iturbí, Hermann Bemberg y otras luminarias del mundo
vanguardista musical europeo que se quedan sorprendidos por el
talento del pianista de la isla tropical.
Pero entre todos sus maestros, quien tiene una influencia constante en
toda su vida es el holandés Hubert de Blanck.
Con él, Lecuona aprende la disciplina y tesón que le mantendrán
enfocado en su carrera .
El maestro Blanck logra que el joven Ernesto abandone los cines de
barrio y las comedias musicales que estaba entonces escribiendo junto
a su hermano Fernando para dedicarse de lleno al estudio serio del
piano en su conservatorio.
A los 14 años de edad, el joven Ernesto tocaba en concierto “El
Gran Scherzo” Opus 57 de Gottschalk.
Al graduarse del conservatorio con el Primer Premio y Medalla de
Oro en 1912, su maestro Hubert de Blanck organiza un recital en la
sala Espadero de La Habana, donde Lecuona causa sensación,
interpretando con excelencia a Gottschalk, Chopin, Chaminade,
Liszt y otros grandes de los clásicos, junto a composiciones suyas
recientes como "La Comparsa".
A partir de ese momento, Lecuona pasa a ser una atracción del
mundo musical y teatral cubano.
Se instala en el Teatro del Politeama situado en la Manzana de
Gómez, frecuentado por los turistas norteamericanos quienes
regresan a su país hablando del incomparable pianista y compositor
que habían escuchado en La Habana.
Sin encontrarteEnrique Chía
En 1916 Lecuona recibe un contrato por un mes en el famoso teatro
Capitol de Broadway. El contrato se extiende a diez semanas y
Lecuona aprovecha su estancia en Nueva York para perforar rollos de
pianola para el sello Ampico y dar un recital en el Aeolian Hall, donde
interpreta sus propias composiciones.
En 1923 Lecuona presenta en el Teatro Nacional su primer Concierto
Típico Cubano, una tradición que mantendrá por más de treinta años.
En esos conciertos dará a conocer nuevos talentos y demostrará ante
los intelectuales elitistas habaneros, que tendían a menospreciar lo
cubano, la alta calidad de las composiciones e intérpretes del país.
Dos años más tarde inicia una gira por España como concertista,
pero atraído por las candilejas del teatro popular español, monta una
revista musical "Levántate y anda", que tendría un éxito sin
precedentes en el Teatro Martín de Madrid, llegando a más de mil
representaciones.
España lo recibe con los brazos abiertos, y dado a que muchas de
sus composiciones caen dentro de los géneros y estilos españoles,
muchos en la madre patria piensan que el compositor de
"Malagueña", "Andalucía" y "Ante El Escorial" es uno de ellos.
Durante las décadas de los veinte y treinta, Lecuona se embarca en
varias giras como concertista invitado por las grandes orquestas del
continente americano.
Pero siempre encuentra el tiempo para regresar a Cuba con el
propósito de componer junto a su gran amigo y colaborador, Gustavo
Sánchez Galarraga, una serie de sainetes y zarzuelas que pasarían á
formar parte del folclor cubano.
Entre ellas, "El Batey" (1928), "El Cafetal " (1928), "El Amor del
Guarachero" (1929), "La Flor del Sitio" (1929) , "María La O" (1929),
"El Calesero" (1930), "El Maizal " (1930), "Rosa La China" ( 1932) y
"Lola Cruz" (1935).
En marzo de 1931 Ernesto Lecuona llega a México, donde alcanzó
un rotundo éxito llegando a dirigir, tras el fallecimiento de su madre,
un espectáculo de música cubana integrado por notables músicos y
artistas criollos.
Entre octubre de 1933 y diciembre de 1934, período coincidente
con la caída del dictador Gerardo Machado y crisis revolucionaria
subsiguiente.
Lecuona actuó con estruendoso éxito en México, a través de sus
numerosos conciertos, muchos por radio y representaciones
teatrales en unión de otros artistas cubanos
A principios de los años cuarenta, un eco de su juventud le llama.
Es el cine, pero esta vez no son los cines de barrio, sino los
grandes estudios de Hollywood, que le invitan para musicalizar una
serie de películas entonces de moda con temas latinoamericanos.
No me niegues el amorEnrique Chía
Warner Bros. utilizó su composición "Siempre en mi corazón" en la
película "Always in my Heart" (1942). La pieza causa sensación y
Lecuona queda nominado para un Oscar por la cinta.
Más tarde, Lecuona escribe para la 20th Century Fox, canciones y
toda la música de fondo para "Carnaval en Costa Rica" (1947), donde
también aparece en pantalla como el director de la orquesta.
Durante uno de sus viajes a la meca del cine, Lecuona siempre
consciente de balancear su carrera entre lo popular y lo clásico, se
presenta con la Orquesta Sinfónica de Los Ángeles en el Hollywood
Bowl como pianista invitado interpretando "Rhapsody in Blue" de
George Gershwin.
Al finalizar el concierto, entre estruendosos aplausos y para sorpresa
de Lecuona, el mismo Gershwin salió del público, subió al escenario y
lo felicitó como uno de sus mejores intérpretes.
Para los años cincuenta Lecuona toma la estatura de una
leyenda que se niega a descansar en sus laureles.
Se convierte en un gran empresario y monta los espectáculos
más vistosos y lujosos de esa época.
Al llegar el nuevo medio de la televisión, produce el programa
“Álbum de Cuba" en CMQ para Esther Borja, que se mantuvo en
el aire por muchos años.
Cuando el 1° de enero de 1959 triunfa la revolución cubana, el
Maestro no se encontraba en Cuba. Sin embargo, regresa a su
Patria ante la trascendencia de los hechos.
Nuevamente en Cuba continúa trabajando y organiza tres
festivales en el teatro Auditorium, últimas actuaciones en
escenarios cubanos.
El Maestro Lecuona era totalmente apolítico, sin embargo
siente que el país ha tomado un rumbo que él prefiere no
seguir y el 6 de Enero de 1960 parte hacia los Estados Unidos.
Intenta vivir en la ciudad de Tampa, en la Florida, pero sus
inquietudes le llevan a España para montar su ópera "El
Sombrero de yarey", la cual había comenzado a escribir en
Nueva York durante el año 1946. Pero cuando llega a Madrid,
la producción se dificulta y se aplaza.
Entonces decide viajar a las Islas Canarias para conocer la
tierra donde su padre nació. Se instala en Santa Cruz de
Tenerife y comienza a escribir el "Concierto en rumba" pero lo
deja inconcluso al sorprenderle la muerte el 29 de noviembre
de 1963.
Películas con música de Lecuona
Under Cuban Skies, MGM (1931)
Free Soul, MGM (1931)
Susana Lenox, MGM (1931)
La Cruz y La Espada, MGM
Always in My Heart, Warner Bros. (1942)
One More Tomorrow, Warner Bros. (1946)
Carnival in Costa Rica, 20th Century Fox (1947)
Adiós, Buenos Aires (película argentina)
Maria La O (película mexicana)
La Última Melodía (película cubana)
2046 (2004) (película china)
La Isla (2005)
Fresa y chocolate (1993) (película cubana)
Mi amor fue una florEnrique Chía
Ópera
“El Rumbero de Yarey”
Zarzuelas
"El Batey"
"El Cafetal "
"El Amor del Guarachero"
"La Flor del Sitio"
"María La O"
"El Calesero"
"El Maizal "
"Rosa La China"
"Diablos y Fantasías"
"La Tierra de Venus"
"Lola Cruz"
Música para Piano
Suite Andalucía
Córdoba
Andaluza
Alhambra
Gitanerías
Guadalquivir
Malagueña (canción)
San Francisco El Grande
Ante El Escorial
Zambra Gitana
Aragonesa
Granada
Valencia Mora
Aragón
Valses
Rococó en Si
menor
Muñeca de Cristal
De las Sombras
Vals Azul
Maravilloso
Damisela
Encantadora
Romántico
Poético
Apasionado
Crisantemo
Siboney
Recordar
Siempre en mi corazón
Mariposa
Yo te quiero siempre
Al fin te vi
El Sunsun
Celos
Sin encontrarte
Te he visto pasar
Dame de tus rosas
Tus ojos azules
Mi corazón se fue
Panamá
Noche azul
Tengo un nuevo amor
La comparsa
Aquella tarde
Devuélveme el corazón
Como arrullo de palmas
La mulata chancletera
Juventud
Se fue
Mi amor fue una flor
Estudiantina
Por eso te quiero
No me niegues el amor
Para Vigo me voy
Canciones
CD - Enrique Chía
“La Música de Ernesto Lecuona”Enrique Chía en la Tumba de Ernesto Lecuona
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AVM 220510