7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf
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El yo y los otros .Com unidado
colectividad?*
P TRICE
GI SSON
Esteartculo, elaboradoen elSeminariodetradicinoralmesoamericana,quedirigeel
doctor
JosAlejos, tiene como
propsito
reflexionar
sobreun concepto muy generalizado en lasciencias
sociales:
lacomunidad. Intentamos aplicara
un
cuento cosmognico
nahua(recopilado en San
Miguel Tzinacapan)
las
teoras
que
Bajtn identifica relativamente
al
enunciado.
En especial se
hace
un
cuestionamientosobre
el
grado
de
c reatividad
que
tiene realmente
un
contador
frente
al
dado cultural
que la
colectividad
le
promueve. Esto
nos
lleva
a
considerar seriamente
la
pertinencia
deltrm nocomunidad,
ya que
sta
no se presenta
como
un
todo
aglomerante
sino como
una
pluralidad
devocesin-
dividuales.
Toltecayotl
teaya ninemiz yenican.
Por el arte yo v ivir aqu siemp re.
Monlogo de Cinteotl
JlLl
objetivo
del
presente estudio tiene como
fin
dem ostrar una f or m a posible de aplicacin de las
teoras sobre el enunciad o elaboradas por Bajtn
al
princip io de este siglo. A p artir del anlisis de
un
cuento cosmognico nhuatl, veremos
que el
autor deLa
esttica
de la
creacin
verbalnos pro-
porciona un enfoque muy valioso, no slo para
lacom pren sin del cuen to en s, sino para la eva-
luacin
del
papel
qu e
ocupa
el
mismo contador:
elgrado de creativida d que alcan za en el relato
e,
implcitamente, de independencia que obtiene
frente a la comunidad y latradicin.Esto nos
llevar a cuestion arnos sobre la validez misma del
terminocomunidad, en cua nto al espacio que tie-
ne previsto para el individuo.
A lo
largo
de su
obra,
Bajtn
manipula dife-
rentes conceptos tericos
que
podran ofrecer
al-
gunasrespuestas a ciertas preocup aciones que sur-
gen
a ctualm ente en las ciencias sociales y p ermi-
tir la reevalu acin de ciertas palab ras claves :
qu
se
entiende
por
comunidad ? Es posible
hablar
de
comunidad
sin
perjudicar
al
individuo?
N odeberamos o ptarencambiopor un concep-
to ms
abiertocomo
el de
colectividad?
Las tres diferentes caractersticas que Bajtn
identifica relativamente al enunciado, lo dado, lo
planteado
y lo
creado,
1
nos
llevan
a
entender
la aportacin individualcomo el elemento esen-
ciald el
discurso,
y
hasta
la voz
fundamental que,
sumada a lasvoces de los otros , ya que esta-
mos
poblados
de
otros ,como dice Bubnova,2
nos
permitira concebir
la
existencia
de una
colecti-
vidad particular.
Pero
condemasiada frecuencia
se
usa la palab ra
comunidad,
que no tien e e mis-
mo alcance que la decolectividad.Una de las con-
diciones fundamentales para hablar
de
comuni-
dad
sera
la de
considerar esta ltima
no
como
un
todo aglomerante sino
m s
bien como
una
conjuncin
de
diferentes voces individuales,
de
diferentes yo , que estableceran entr e s un di-
Estudios
Mesoamericanos
Nm. 1 enero-junio
2000
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PATR IC EGIAS S ON
57
logo. Enesta perspectiva
dialgica,
la
existencia
de
un
dado ,
de unaidea,de un fundamento, en
fin, detodo lo que
podra presentarse como
un
legado dado por la com unidad , o por las
aglo-
meracionesde
otros ,
correspondera alestable-
cimiento de una comunicacin bilateral, de una
relacin diacronica
(ya que
preten de establecerse
con un dado anterior) entre el hablante, conta-
dor, escritor, artista, etctera (puesto
que
todos
corresponden
a un
yo individuo),
y la
comu-
nidad .
Pero
la palabracomunid d (que el diccionario
traduce como: Calidad com n
o
general. Com n
de algn pueblo o Estado. Con gregacin de per-
sonas que
viven
bajo
con stituciones
yreglas.
Cor-
poracin,
asociacin )
3no da cuenta de esta mul-
tiplicidad, sino que tiende a disminuir la aporta-
cin individual, reducindola a la merced de un os
falsos
denominadores comunes y creando a ve-
ces
hasta
la
ilusin
de que
exista
una tal
comuni-
dadoasociacin.
El
mismo fenm eno ocurre con la tradicin ,
qu e supuestamente se interpreta como laheren-
ciade un legado, de una actitud predeterminada
que se
repite
de
generacin
en
generacin. Pero
aqu tambin el concepto surge como algo pro-
blemtico
frenteal
yo individuo.
Woody
Alien
califica irnicamente la tradicin como la ilu-
sin de laperpetuidad .4Ya no se
puede entender
latradicin como una simple herencia fortuit a y
pasiva, sino
ms
bien
como un
dilogo entre
el
yo presente
y los
yos
pasados.
De
igual modo
se
podra co ncebir la nocin de lo planteado
(segunda caracterstica relativa
al
enunciado):
co-
mo el establecimiento de una comunicacin en-
tre el yo y los
otros ,
sloque ya no setratara
de una relacin diacronica sino de una relacin
sincrnica,
con losdiferentes
yos juntados
qu e
constituyen lasotras
voces
a las
cuales
la ma se
jun ta
para crear algo que se
podra, pero
ni-
camente
bajo 'estos
criterios fundamentales de
dialogismo,
calificar
de comunidad .
El
elemento quizs
ms
interesante
de
estas tres
caractersticas relativas al enunciado que presen-
ta
Bajtn
es el de lo creado ,5porque se
referira
a la parte creativa de l yo , a su aportacin al
nivelpersonal,a lacultura, algrandiscurso,a las
voces ajenas; el yo no se considerara como
una voz silenciosa, com o una vctim a del largo
discursoelaborado
por
los
otros ,
sino
ms
bien
como
la voz de
alguien
qu e
acta,
juega y
rein-
terpreta constantemente.
Pero apesarde que sepresenten como catego-
ras
separadas, lo dado , lo planteado y lo crea-
do
constituy en ante todo categoras superpue s-
tas. Ya que las tres surgen inevitablemente del
dilogo, y dialogan entre s, parece imposible con-
siderarlas individualmente; ms que aisladas,es
unidas,
conjuntas,
como
las
percibiremos.
Las propuestas de
Bajtn
t ienen algo m uy
innovador en elsentidode que lacultura, latra-
dicin, la comun idad , ya no ocultan al yo
presente, o al otro , sino que se aceptan como
el resultado de este necesario dilogo entre las
unidades y eltodoque resulta del hecho consti-
tuido por la multitud de estas unidades mismas.
Lasdiferentes
voces operan
en un
crculo donde
se
aaden constantemente otras voces cada vez
ms
innovadoras.
Tal
como
las
unidades
que ca-
racterizan conjuntamentea latotalidadde laobra,
como Bajtn apun ta en su artculo titulado Au-
tor y
personaje
en la
actividad
esttica ,6las vo-
cesindividuales responden alconjuntode voces
que
crean
la
comunidad ,
y la
comunidad
de
igual modo les responde, estableciendo entre s
un discurso. De hecho , la com unidad , si quere-
mos hablar de comunidad, debe su misma exis-
tencia a la
aportacin
de los
yos sucesivos.
Pa-
rece entonces justo afirmar que la
comunidad
es
plural
y por eso
p ro p o n emo s
el uso ms
abarcador
d e
colectividad .
Veremos a continuacin hasta qu grado se
pueden identificar estas tres categoras del acto
narrativo en un mito
contemporneo nhuatl
de
la
sierra norte de Puebla.7 Se trata de un cuento
cosmognico,
y que por
esta misma razn
nos
permitir
evaluar
en qu
medida
y de qu
forma
elcontador
reinterpreta
el
legado,
ya que el
cuen-
to, por ser de origen mtico, sepresenta
como
algo dado .
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EL Y O Y LOS OTROS .
C O M U N I D A D
O
COLECTI VI DAD:
El inicio mismo deeste relato, con la afirma-
cin Pues dicen , anun cia
que se
trata
de
algo
que
sobrepasa al contado r, que pertenece a los
otros ,
pero del mismo modo anunciaun acier-
ta
derresponsabilizacin
del
yo-contador
fren-
te a lo que se
prepara
a
contar, creando
de
este
modo un a cierta distancia entre l y lacolectivi-
dad. Esto confirma
a la vez la
posicin privilegia-
da del que cuenta, ya que momentneamente se
separa
de los que cuentan , inaug urand o un cier-
to espacio
donde podr
expresarse.S inembargo,
la
utilizacin
de la
forma impersonal para
refe-
rirse
a los
otros
sirve en otras ocasiones al con-
tador para afirmar
su
pertenencia
a la
colectivi-
dad.
Hallamos
un ejemploen el segundo rengln,
dond e aade: Les decan
tsitsimimej:
eran los an-
teriores ,
lo que
conf i rma
el
hecho
de que la pa-
labra
tsitsimimej
tiene
un
significado
que se
ubica
enel conocim iento de todos, incluyen do su pro-
pia
person a, ya que estipula que eran los ante-
riores y no los anteriores de ellos .
De hecho, numerosos son loselementos qu e
pueden
identificarse
como
parte
del bagage
cul-
tural que constituye justamente lo
dado .
Pri-
mero, y obviamente, lalengua.,que representa el
vehculoprincipal de expresin colectiva; despus
laestructuraexterna
(forma) misma
del
relato,
que
responde aciertoesquem a identificable en varios
cuentos nahuas; luego
el
mito
en s y lasfiguras
mitolgicas, que se pueden reconocer como he-
rencias
prehispnicas
o
mexican as antiguas, etc-
tera.
Sin embargo, parece necesario evaluar de
nuevo estos legados en fun cin de su relacin con
el yo .
Comenzaremos
entonces
con la
lengua.
A pe-
sar
de queesta pertenezca a lo dado no implica
que
el
mismo locutor
no
tenga
una
cierta liber-
tad
frente
a
ella; este relato
fue
contado original-
mente en nhuatl por alguien qu e eligi perso-
nalmente el idioma de la narracin, ya queotros
contadores
en la
misma recopilacin prefirieron
contar
en
espaol. Este hecho revela
su
actitud
haciala lengua; m s que un simple
dado
anni-
mo, ellocutordem uestra su voluntad de identifi-
carse
personalmente
con algo que le parece ser
suyo, la lenguase transforma entonces en veh-
culo identitario.
El
hecho
de
hablar nhuatl pre-
supone tambin a quin elcontadorse est diri-
giendo y con quin se quiere l identificar, esta-
bleciendo
tambin, implcitamente,
una
cierta
fronteracon los hablantes no-nh uatl, ya que para
llegaral cuento tendrn que pasar por la traduc-
cin alespaol, con los posibles desvos de este
pasaje.
8
Es impor tante notar que el locutor-contador
est
tambin condicionado
no
slo
por lo
dado
que
lo provee con un m odelo sobre el cual elabo-
ra
y crea, pero tambin por lo planteado , que
supone
u n
pblico,
una
condicin particular:
so -
cial,
poltica, econmica o lo que sea. Expresio-
nes
como:
s
seor ,
aja ,
entonces
ya
como
te digo , as es ese cue nto , etctera, no slo ha-
cen presentir la presencia de un otro inter-
locutor u
oyente ,9
sino que tambin dan cuen-
ta de la
actitud
del
contador;
en un
cierto
mo-
mento
l
sinti
la
necesidad
de dar
verosimilitud
al
cuento, de confirmar y acentuar lo que deca.
La
presencia
de
pasajes
en
forma
de
discurso
di-
rectolibre como: algn
d a
hemos
de
comereste
hom bre , dnde dejaron
los
huesos
de mi pa-
dre? , etctera, demuestran lavoluntad del con-
tador de enfocar en ciertos aspectos del cuento.
Las formas retricas o poticas,
como
la repeti-
cin:
maana,maana
vamos atrabaja r , Este
hombre erahijo de
Dios. Todava
no
haba
sacer-
dotes,
todava no haba nada,
pero
era hijo de
Dios ,
hacen
lo
mismo
y
demuestran adems
el
vnculo
que se establece entre el
locutor
y el p-
blico, que constituyen lasituacin de l enuncia-
do, osea:lo planteado .
La
estructura externa (forma) tambin consis-
te , como dijimos, en un esquema dado y pro-
pio a los nahuas de la Sierra
Norte.
Se observa,
por ejemplo, unafrmuladeinicioqueaquem-
pieza
con
Pues dicen
y que
revela
una
multi-
tud de voces. Si anteriorm ente vimos que esto
revelabauna
actitud,
que
hemos calificado
de
de-
rresponsab ilizacin del contad or hacia el cuen-
to ,
tenemos
que
subrayar,
sin
embargo,
que
hace
tambin partede uncierto cdigo dado ,deunas
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PATR IC E
G I A SSO N
59
frmulas oesquemasque serepitenenvarios cuen-
tos,
lo que
demuestra
la
superposicin absoluta
de lo
dado (esquema)
y de lo
creado (actitud).
Lo podemos observar tamb in en la frm ula tra-
dicional
de
cierre:
Y
este
cuento
all
termi-
na (p. 6), o en la reca pitula cin del cue nto, otra
caracterstica de la literatura nhu atl: Lo que
les
cuento
es que ese hom bre vino del chupam ir-
to... ,o en ciertas funciones implcitas, muy fre-
cuentes en los cuentos nahuas, como la funcin
moralizadora10
y la
presencia
de un pasaje en -
tero moralizador
que
empieza
con el
enunciado:
Sentiopil
hizo
un
trabajo
muy
grande ,
y que
termina justo antes
de la
frmula
de
cierre:
y
este cu ento term ina all . Sin emba rgo, todas es-
tas caractersticas tradicionales que menc ionam os
aqu son tambin dirigidas en cierta medida por
elcontador
mismo,
que no las
reproduce mec-
nicamente sino
q ue
dispone
de
ellas
segn
su
elec-
cin.
El
contador tiene,
por
ejemplo,
la
libertad
de
comenzar
el
cuento donde quiera
y de
termi-
narlo cuando quiera, resumiendo unos pasajes y
dando ms
nfasis
a
otros
atravsde unamorale-
jaque organizaa sum anera:elpasaje moralizador
en este relato, por ejem plo, no se halla, como suele
ir, al final del cuento, sino que se integra en va-
rios
puntos
del
relato.
El
contador goza tambin
de la posibilidad de dar suopininde lo que con-
sidera jus to
o de lo que juzga
condenable, como
observamos
en el
caso donde habla
de l
canibalis-
mo: Coman carne cruda, se coman a los cris-
tianos [...]
a suspropios
hermanos .
Del mismo modo, loselementos mitolgicos
del relato resultan pertenecer
a lo
dado ,
ya que
se
pueden
identificar
filiacioneshasta
con
elemen-
tos que
datan
de la era prehispnica.
Primero
y
entreotros,
la
naturaleza m isma
de
Sentiopil. Dios
del maz ( hijo del maz ,
como
dice el ttulo)
y de
todos
los animales que se
nutren
de este ali-
mento, Sentiopil (cew/z=maz, y/>z //z=
hijo)
est
ligado a la figura prehispnica de la deidad del
maz Centeotl
(centli'=
maz,
teo/=dios), consi-
derada a veces hembra y a vecesvarn.
11
Varios
cuentos modernos,
y otros ms
antiguos, cuen-
tan una
historia
muy
similar
a la
nuestra, donde
Sentiopil tiene todas
las
caractersticas
de
Centeotl
y
que, como
en
nuestra historia, aparece
como
un h ur fan o que nace de las plantas y que da luz
a lahumanidad.12
Hay
otros
elementos
que concretizan la posi-
bilidad de un legado nocional prehisp nico,
como
por
ejemplo
la
nocin misma
de
sacrificio
(lostistsimimej
sonaqusacrificadosparaqueocu-
rra la aparicin de los humanos), o, an ms no-
torio,la superposicin de tiempo s d iferente s, re-
cordando el tiempo cclico: Sentiopil,comodice
el
contador, viva
en
otro tiempo superpuesto
al
delos hom bres: Peroera otro tiempo , dicen que
era
de
noche .
13
Sentiopil cruza tam bin el tiem -
po de los
hombres, como cuando recupera
los
huesos de supadre con el fin dehacerlo vivir de
nuevo (implcitamente, para conocer
sus
pro-
pios orgene s). Este episodioessimilaralviaje de
Quetzalcatl en el Mictlan donde recupera los
huesos
de los
hombres
con el fin de
reincarnar-
los ,como secuentaen laLeyendade los
soles.
La
presenciadel chupam irto como fun dador del pue-
blo,
14
de los tsitsimimej, de
diferentes animales
mitolgicos (aqu animados) como
las
tortugas
que salvan a Sentiopil, o la vbora que Sentiopil
captura, constituyen, del mismo modo, elemen-
tos que
confirman
la
existencia
de un
rico
dado .
Sin embargo, ms
all
de los eleme ntos da-
dos
y de sus
variaciones hallables
en
otrosrela-
tos sobre Sentiopil, este cuento tiene su propia
originalidad en la man ipulac in de las figura s. Di-
ramos
que lo
dado
sirve
de
alguna manera
de
tela de
fondo sobre
la
cual
el
contador
va
bordan-
dootrocue nto. La voz del yo se aad e a las de
lo s otros ,
pasados, presentes
y
futuros, creando
as
un constan te renuevo de los elementos tradi-
cionales.Enotras palabras podramos decirque
[...] la memoria se renueva constantemente y [...]
esterenuevo no se
efecta
por m edio del olvido sino
por el
m antenimiento
d el
sistema
de
representacin,
es
decir, dotando
de
nuevos
significados los
siste-
mas de representacin preexistentes o, en algunos
casos, creando n uevas repres entacio nes, quienes,
obligatoriamente, sern integradas
al
sistema
de in-
terpretacin
qu ecaracterizaa l
grupo.
13
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EL YO Y LOS O T R O S . C O M U N I D A D O C O L E C T I V I D A D0
Este fenmeno de creatividad ( lo creado ,
como diceBajtn) es muy notorio en el uso que
sehacede las
figuras
dadas .Como
ejemplo
en-
contramos
en
nuestro cuento
un pasaje de ma-
yor importancia que demuestra con claridad la
intervencin del contador. Es el pasaje mora-
lizador
qu e vimos anteriormente, dondese ve a
Sentiopil regresar a la ciudad y pedir limosna
a los nuevos ciudadanos que all habitan. Resu-
mamos los hechos: los hombres niegan la limos-
na
a
Sentiopil
y le
dicen
que
debe marcharse
con
la amenaza
de que le van a
pegar; par a vengarse
de esta
falta de
respeto, Sentiopil, creador
de la
ciudad, decide inundar el lugar hasta que los ha-
bitantes
se
arrepientan
de
haberlo ofendido.
Po-
dramos decir,muy grossomodo,qu ehastaallel
contador parece rendir el cuento tal como se lo
hubieran hecho contar, que su accin todava
reposa en lo dado . Peroluego el contador
afir-
ma lo siguiente: Ento nces [Sentiopil] hizo pen-
sara loskoyomej . Esta afirmacin constituye un
comentario
muy
personal, haciendo aparecer
en
el
cuento cosmognico (que se quiere, por decir-
lo as, de carc ter a-histrico ) un elem ento ple-
nam ente contemp orneo, a saber: los
koyomej
(quesignifica
mestizos).
De repente, irrumpe una
figura que no
tiene
su
origen
en el
relato tradi-
cional , sino que to ma for ma a par tir de la reali-
dad
social existente.
Si la
primera parte
de
este
pasaje sepuede leer como elcastigode loshom-
bres por su arrogancia hacialosdioses,16hay que
enten der la segunda parte de man era mucho ms
imbricada en los hechos co ntemp orneos al con-
tado r, que se ubic a, como en el enunciado en-
tonces hizo pensar a los
koyomej ,
en lo plantea-
do . Efectivamente,
el
establecimiento
de los
koyomej (mestizos) en la regin represen t, como
lo menciona Pierre Beaucage,
una fuerte
amena-
za para los maseualmej (indios nahuas):
[...]
la
sierra
constituy para los
indgenas
una zona
de refugio frente a laexpansinde las
haciendas
en
lossiglos
XVII
y
XVIII,
pero a
partir
de l finaldel si-
gloXIXvieron llegara losmestizos hispanohablan-
tes de las altas mesetas que
tomaron
el
control
de
las
ms grandes
aglomeraciones, establecieron
co -
mercios y seapropiaronde una
parte
de lastierras,
introduciendo
culturasde
exportaciones.17
En este sentido, la venganza de Sentiopil, que
inunda laciudad, personifica tam bineldeseode
justiciaquecultivanlosmaseualmejacercade los
mestizos,quienes alter aron el modo tradicional
de cultura y transformaron a muchos campesi-
nos, antiguam ente autosuficientes,entrabajado-
resjornaleros.
18
En suma,elcontador puede dar lavueltaque
quiera a lo que pretende rendir fielmente:si los
que
dicen que le proporciona n una historia pre-
cisa,
no
implica
que l no
pueda tambin afirmar
algo
que le
concierne directamente,
y a su
vez,
enriquece r lo dado de sus aportaciones, a la luz
delasituacin(de lo planteado ).
Elcontador de mu estra que ningu na situacin
ser jams igual a lasanteriores, y ascrea sus
relatos.
La
presencia
de
frases como este hom-
bre
era hijo deDios
(p.
5), o
tena milagros
(p. 5),
referindose
a
Sen tiopil,
dan
cuenta
de la
presenciade un fuertesincretismo entre lo mito-
lgicoprehispnico
y e l
cristianismo, demostran-
do que
cada nuevo vector, sostenido
por
cada
nuevo creador , puede mezclarsecon lo dado
yenriquecerlo.
Lo creado es muy visible en lasfunciones
implcitas delcue nto. Aparte,en lafuncin mora-
lizadora que acabamos de ver predo min a una fun-
cin emin entem ente identitaria que se desprende
de
lasdiferentes partesdel relato. El hecho, por
ejemplo,de que lacreacinde lmundo sehagaen
torn o al pueblo donde vive el contador, de que
se mencionen varios topnimos
como
Cuesco-
matepec (donde se guard el maz), Xochicaltenco
(donde los nios fueron encarcelados), Tecuan-
tepec
(dondeseguardaron losperros), San
Pedro,
Mazapn, etctera, participa simblicam ente, ya
que estas ideas son integradas al relato mitol-
gico
para delimitar
el
territorio habitado
por los
nahuas;de alguna ma nera , el contador expresa su
identificacin
conesteterritorio.
A la luz de lo que acabamosdedecir, concor-
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PA TRICE
GIASSON
61
damos entonces con Bajtn cuando afirma que
"lo
creado siempre
se
crea
de lo
dado"
y
que,
de la
mism a forma, "todo lo dado se transfo rm a en lo
creado".
19Lasreflexiones
adelantadas
en
este tra-
bajo
nos llevan tambin a diversos cuestiona-
mientos acerca
de la
nocin misma
de
comuni-
dad,
de
cultura
y de
tradicin.
Los
cuentos,
o
cual-
quier otraobra
de
arte,
ya sea una
composicin
musical, un cuadro, unglifo , en lamedida que
constituyen un acto innovador, no son simples
resultados
de un
proceso histrico
fijo.
Esto
nos
lleva a considerar a la comunidad como plural,
puesto
que en s no es
nada
m s que una
aglome-
racin de voces. Postulamos entonc es que a pesar
de que el contador pretendiera ser, o que preten-
dieran que fuera, el representante de un cierto
grupo, l es antetodo el
portavoz
de su propia
voz.
20
La
obra de arte no es el resultado de tal in-
fluencia
artstica,
de tal
corriente,
de tal
ideolo-
ga,sino
que su
misma existencia depende
del
gra-
do de
autonoma
y de
originalidad.
Lo que
plan-
tea
Bajtn
contienela
fuente
de una nueva visin
de las
fuerzas
hegemnicas de
ciertos conceptos,
como
el de comu nidad, que an siguen condicio-
nando
el
pensamiento
en las
ciencias sociales
en
su
conjunto. En suma, Bajtn nos proporciona
una nueva visin del individuo y de su relacin
con los
otros ,
la concepcin de un nuevo espa-
ciodialgico donde la voz de uno seaadeallar-
go enunciado colectivo. Las limitaciones del tr-
mino
comunidad
sonmanifiestas, especficamente
cuando se trata de rescatar el acto creativo, y en
este
sentido
la
palabra
colectividad
representa,
como
pudimo s observar aqu,unaopcin mucho
ms apta para dar cuenta de la heterogeneidad
de lassituacionesen lascualesuna obra toma su
camino.
Anexo
Sentiopil,
elHijo
del Maz 21
[p. 44]
"Pues d icen
que
ste
era un
hombre
que se
llamaba Sentiopil. l vino de un pajarito,vino
del colibr, del chupamirto.
A ese
hombre
lo
hicieron
con la
hija
de una
anciana.
Ella
tena
una
hija.
Les
decan, como
ya les
dije...
coman carne cruda,
se
coman
a los
cris-
tianos, comanavecesalcristiano,a sus propios
hermanos. Les decan tsitsimim ej. Eran los ante-
riores.
Y el
chupamirto conoci
a la
hija
de la
ancia-
na canbal y se la llev; se llev a la muchacha
tsitsimit.
Entonces
el
chupam irto hizo
suhijo,pero no
lo
hizo cristiano sino slo hizo una bola de san-
gre.
Entonces
lo fue a
enterrar
a la
orilla
de una
fuente.
Al lado del manantial brot una mata de
maz rojo, del que llamam os tsikat. Ah creci.
Unos ancianos , los que despus
criaron
a
Sentiopil,
fueron
a ver en qu se
haba converti-
do esa mata de maz. La mata tena un fruto, lo
cortaron y vieron que segua siendo una bola
de
sangre.
L a
planta haba nacido
de la
sangre
y
haba
dado un frut o de sangre. Entonces lo tira-
ron al
manantial.
Por all seator,
all estaba,
all
estaba dando v ueltasen elagua, haciendo una
rueda.
Los ancianos regresaronalm anantialy vieron
que
ah adentro estaba llorando un recin naci-
do .
Luego cuentan
que se lo
trajeron
a su
casa
y
lo criaron.
Lo
mantuvieron como pudieron.
Entonces Sentiopil creci. Aprendi atocar.
Cuando los
tsitsimim ej
y sus vecinos queran que
hiciera
bailar
a la
anciana,
a sus
hijos
y a sus
hijas,
hacanque l les tocara m sica y bailab an.
Hasta
el anciano bailaba.
Con eso se
alegraban.
Decan:
Algndahemos decomer aestehombre.
Ellos queranqueS entiopil muriera.
Queran
comrselo.
[p. 45] Un da los canbalesya pensaron co-
merse
a
Sentiopil.
Le dijeron:
Ahora
muchacho, estas ancianas quieren
darte un bao en el temazcal.
Bueno, entonces prepararon el
horno
con lum-
bre
y
all metieron
a ese
hom bre. Que ran asarlo
porque
as
com an asados
a sus
herm anos, asados.
S
seor.
7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf
7/10
62
EL "YO"Y LOS"OTROS " .
C O M U N I D A D
O
C O L E C T I V I D A D ?
Ese
hombre era hijo de
Dios
aunque nunca
habasido bautizado ,era
hijo
de
Dios. D ios
le dio
poder.Ycuando lometieronalhornofue atraer
dos tortuguita s y las ech adentro. Las tortugas
hicieron
una
laguna chiquita. Sentiopil
se
meti
a
esa
laguna,
se
ba dentro
del
horno, pero
no se
as. Cua ndo fu eron aabrire ltemazcal parasacar-
lo y comrselo ya, vieron que segua vivo.
Segua
mirando a su alrededor, aja. Entoncessesali.
Ahora les
dice
ya me
baaron. Ahora
ustedes
van a
entrar
al
temazcal
a
baarse.
El mismo volvi
a
partir lea,
y
volvi
a ha-
cer la
lumbre
en el
horno.
Los
tsitsimimej tenan
un
horno.
Prendi elhorno, localenty
all
ech
a
toda lamata de tsitsimim ej, desdeel
viejo
y la
vieja
y un as muchacha s. A todos los quem.
Sen tiopil quem a todos los tsitsimim ej, lue-
go recogi
las
cenizas
en una
olla grande
y la ce-
rr. Despusse laentreg alsapo paraque la
fue-
ra a
tirar
al agua. El sapo quera saber qu era eso
y aunque le haba dicho que no abriera la olla,
l
por
tonto
la abri y entonces salieron muchos
bichos que lo l lenaron de piquetes . Adentro
haba
moscos, avispas y muchos otros animales.
Los piquetes de esos bichos dejaron al sapo con
lapiel spera, por eso el sapose ve con el lomo
rasposo porque lo picaron esos bichos. S seor.
Entonces Sentiopil seenoj.
Cuando quem
a los
tsitsimimej, slo
dej
a
dos nios
y a dos
perros para preguntarles dnde
haban tirado los huesos de su padre, el que lo
haba
criado. Los tsitsimimej[p. 46]habanma-
tado
al que le
haba dado
la
vida,
lo
haban mata-
do y se lo haban comido.
Sentio pil pens reunir los hueso s de su padre.
Los perros se lo haban comido. Entonces pens
juntar
los
huesos
de su
pap.
El
mismo
los iba a
bendecir para q ue otra vez se volviera cristiano.
Para hacer eso, pregunt a los nios:
Dndedejaron loshuesosde mipadre?
Le contestaron:
Nosotros no lo sabemos, deben de saberlo
los perros porque ellos se lo llevaron.
Bueno,
pues rale , que los perros renan
los huesos. Ustedes saben dnde
fueron
a dejar-
los.
Vayan
a
traerlo
todoy me lo
entregan. Aqu
yo lo voy apegartodo.
Los
perros juntaron
todos lo s
huesos. Sen-
tiopil, como
hijo
de
Dios
que era, arm el esque-
leto
de su padre. Lo hizo enter o c om o de un cris-
tiano
y fue a
decirle
a la
anciana
que lo
cuid
de
nio.
Esa
anciana
era una
vecina:
Mam le
dijo,
voy a
venir pero
no
vol-
tees
a
ver.
Voy a ir a
traer
al que era mi
pap.
Voy a
abrir
la
puerta p ara traerlo.
No
voltees
a
ver hasta que no lo hay a puesto aqu junto al fo-
gn. Aqu
voy a
poner
a mi
padre
y en ese mo-
m ento lo podrs ver. Yo te voy a llamar para que
lo veasy as, ya te podrs voltear. No voltees
antes.
Entonces Sentiopil
ya
haba hecho eso.
Pero
la
anciana no aguant estar de espaldas. Al or
queSentiopil empezabaaabrir lapuerta, sevol-
te para ver si de veras ya lo traa y entonces se
desarm todo el esqueleto. Se descompuso.
Sentiopil
se
enoj
y
dijo:
Ahora
ya no sirvi m am , por q u volteas-
te haciam ? Yo teordenque novoltearas aver.
Ahora me voy a ir
lejos,
no s por dnde me
voy a ir sin rumbo . Y o quera tener a mi pap. El
que
me dio la
vida.
Sentiopil
decaqueelloslehaban dado lavida,
pero
no
saba
si era la
anciana
la que le
haba dado
lavida o cmo haba sido aquello. E l no lo saba.
[p. 47]Bueno mam, ahora voy a sembrar
dijo.Le voy a preguntar a alguien o yo mismo
voy a
pensar cm o
le
dijo.
Voya
sembrar
en
siete valles, siete laderas
y
siete
caadas.
Hizoun trabajo muy grande.
Llvanos una
jicara
de
tortillas
dijo a su
mam, pero pequea.
La
anciana empez
a
llena r una, dos, tres
jica-
ras de tortillas. Apenas las poda cargar para le-
vrselas.Y pas medioda y no llegaba. Entonce s
Sentiopil dijo:
Ir a
encontrar
a la
anciana.
La
fue a encontrar. Ella apenas poda aguan-
tar lastortillasquellevaba. Sentiopil ledijo:
Peromam,
te
dije
qu e
debas
de
traer slo
7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf
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P ATRI CE GIASSON
63
una
jicarita
as de
tortillas.
Mis
mozos
no
comen.
Lesdar
de a un
pedacito
y ya.
Sentiopil hizotrabajara todos los animales que
ahora comen maz.Hizo trabajar a la ardilla,a
los
tejones,
a l
mapache.
Hizo
trabajar
a los
pja-
ros. S,ellos tamb in tra bajaron , aja.
Y por eso, pues vio como tont a a la anciana
porque lehaba dichoque llevarauna jicaritad e
tortillas. Parta en cuatro una tortilla y daba un
pedazo
a
cada
uno de los
animales.
Entonces ledijo:
Maana,m aana vamosatrabajar.
Sentiopil tena mucha gente pero no coma,
una tortilla la divida en cuatro partes.
Entonces
le
dice:
Maana le
dice
haz como te dije, trae
slouna jicar ita de tortillas y les alcanz ar.
Entonces dijo laanciana:
Pues
bueno.
Al da siguiente le ma nd a Sentiop il slo una
jicarita
de tortillas.
[p. 48] El trabajo ya se estaba term inand o. Ya
mero
acababan.
Yo
lo
arregltodo.
Unoscortaban lea,otros tumbaban rboles,
otros hacan otras cosas.
Todoslos
animales
que
comen maz estaban trabajando.
Entonces
ya
como
te
digo,
esa
mazorca
que se
dio,
la
guard all
en ese
lugar
que
nombran Cues-
comatepec. A ll guard
la
cosecha, guard
el
maz.
No guard mazorca, guard maz
puro.
Por eso
ven que los arribeos traen el maz alargado por-
que ese
maz estaba apilado as. Estaba bien
apilado. Los arribeos se adelantaron cuando lo
supieron. Ellos se adelantaron a traer el maz.
Nosotros los de por
aqu, fuimos
atraerla
semi-
lladel maz p ero despus. Ya hab an pisado y res-
balado con ella, por eso la semilla de aqu es an-
cha, porqu e la pisaron. Se estuviero n resbaland o
sobre ella nuestros herm anos arribeos.
Sentiopil guard
ese
alimento
y ya no
volvi
a
sembrar. Sentiopil viva solo.
A los nios tsitsimimej losapres y losguar-
d en un lugarque se llama Xochicaltenco. All
viven esos nios que eran hijos de los tsitsimim ej.
Alos perros los guard en Tecu antepec, por eso
sellama
as ese
lugar, Tecuantepec.
Sentiopil pens hacer una ciudad. Viva solo
cuando pen s hacer la ciudad. Entonces la iba a
hacer
aqu por San Pedro. Este lugar est por
abajo
de
T ecuantepec.
Ese hombre erahijo de Dios. Todava no ha-
basacerdote, todava no hab a nada, pero era
hijo
de
Dios.Pensabay hacalascosas, luegolasben-
deca
y
tambin daban frutos.
As
como cuando
Jessvino
a
vivir
en la
tierra,
as era
tambin
ese
hombre, era igual.As fue esehombre que naci
en
la
tierra. H aba nacido
en la
tierra.
Y despusya haban amarrado lavbora
all
en SanPedro all seralaciudad, pero se leesca-
p. La
haba atrapado otra
vez en
M azapn,
otra
vez se leescap. Entonc es lasiguiy la atrap a
donde hasta ahora la tiene amarrada, en Mxico.
All cre la ciudad de Mxico y despus [p. 49]
hizo laciudaddePuebla.
Hizo
esaciudad,laciu-
dad de
Sentiopil.
As es ese
cuento.
Y entonces hizo esa cosa.Hizo las dos ciuda-
des: Puebla y M xico. Fue l quien trab aj.
Pero
era
otro
tiemp o, dicen
que era de
noche. Sentiopil
trabaj en laoscuridad. Y cmo trabaj siendo
noche?
Sentiopil tena milagro.
El era
as.
Entonces cuando sinti que ya mero iba a
llegar este tiempo en el que vivimos
nosotros
los cristianos, dijo que no se iba adejar
morir
porque todos los que bamos a amanecer tena-
mos que m orir despus. Y l no iba a am anec er
con lagente para no morirse nunca y as poder
ver qu iba a pasar con su trabajo. Sentiopil pen-
s
esconderse de la luz.
Ese
hombre sigue viviendo hasta
ahora.
Sen-
tiopil vive con la vbora . Vive all donde la ama-
rr. All vive Sentiopil. Tambin viveen medio
delmar. Anda
en las
profundidades. A ll est.Aja.
Esehombre vive hasta ahora.
Sentiopil hizo
un
trabajo
muy
grande.
Pobre
hombre Un dahaba venido avisitara los que
emp ezaron a poblar Mxico. Los habitantes de la
ciudad se sentan m uy grande s. Se crean
mucho.
La
gente estaba ocup and o las casas
pero
no saba
7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf
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64
EL "YO" Y LOS "OTROS". CO MU NID AD O COL ECTIV IDAD?
quinhaba construido laciudad. Entonce s pen-
s
venir
un
da.
Y les
peda
un
favor,
que si po-
dan dar unos cuantos centavos.Esclaro, l no
necesitabadinero.En elaguano senecesita nada.
l
peda
ese
dinero.
Y le dijeron:
Tno. Esmejorque tevayas,porquesi no,
te vamos a pegar.
Sentiopil les
contest:
Me
van a
pegar?
Yo
constru este lugar
les
dijo.
Yo lohice.
T?
Qu hiciste?
Hiceesta ciudady laciudaddePuebla.
Ah
Y
cmo
lo
hiciste
t
solo?
[p. 50]Puespude hacerlo.Si no locreen, aho-
ra lo van a
creer.
Fue
perall
a
hacer
un
hoyo
en el
suelo. Como
l era quien haba construido, conocaellugar.
Fue a abrir un hoyo y all empez a brotar mu-
chaagua.En una hora haba mu cha agua, as.El
pueblo
empez
a
inund arse. Mucha gente
ya se
iba a los lugares altos donde no llegabaelagua.
Algunos
andaban montados
a
caballo.
No
haba
sealesde que se
fuera
adetenerelchorrodeagua.
Entoncesempezaron arogarle.Ledecan:
Vea
cerrarotra
vez elhoyoque
abriste, por-
que si no, nos vas amatar.
Perosi
ustedes mismos
han
dicho
que yo no
snada.
No, si yo
constru este lugar
y
constru
la
otra ciudad. Ustedes
ven a
alguien dijo
como
si no
valiera nada. Pero todos valemos.
Entonces hizo pensar
a los
koyomej. Empe-
zaron a decir:
Puesahoralevamosa dartodoeldineroque
quiera.Le vamos a dar lo que pida.
Pero
acaso queraalgo?
No, l no
quera nada.
Eldinero no lo voy a llevar. No llevar nada.
Slo los
vine
a ver
porque
se
creen mucho.
Se
creen
mucho porque ustedessevinieron avivir
aqu. Ustedes llegaron cuando
las
casas
ya
esta-
ban
hechas,
no las
hicieron.
Y
este cuento
all
termina.
Lo que lescuentoes que esehombre vinodel
chupamirto.De allvinolamatade esecristiano.
As naci Sentiopil.Lo haban tirado al aguay
de all tom laformadecristiano. Y mat a los
tsitsimimej.
Esosquedicenquecom an c arne cru-
da, que se
coman
a sus
hermanos.
Se
coman
a
loscristianos. Ellos mataron al que ayud acre-
cer a
Sentiopil.
Lo
mataron
y se lo
com ieron. sos
eran los tsitsimimej".
Notas
* Este artculo fue escrito durante el Sem inario de tra-
dicin oral mesoamericana dirigido
por eldoctor
Jos
Alejos (UNAM).
' Estos conceptos aparecen mencionados en su ar-
tculo titulado:"Elproblema deltextoen lalingstica,
la
filosofa
y otras ciencias humanas. Ensayo de anli-
sis
filosfico"(M. M. Bajtn,
Esttica
de
la
creacin ver-
bal
pp .
294-324).
Lo
menciona
en un artculo an no
publicado.
3
DiccionarioPorra p. 184.
4
Esta frase, que yo traduzco aqu, viene de su lti-
ma pelcula tituladaLo
enredos
de Harry.
5
Michel
Foucault distingue
d os
tipos
de
discursos:
"Los discursos que 'se dicen' en elcurso de los dasy
de las
conversaciones
y que
desaparecen
con el
acto
mismoque los hapronunciado; y losdiscursos que es-
tn en el
origen
de un
cierto
nmero
de
actos nue-
vos de palabras que los reanudan, lo s transforman o
hablan
de
ellos,
en
resumen, discursos que, indefinida-
mente, ms all de su formulacin, son dichos perma-
necen dichos,
y
estn todava
por
decir"
(M .
Foucault ,
El orden del discurso
p. 21).
6
M. M.
Bajtn, op.
cit. pp. 13-191.
7E lmitofue
recopilado
en los
aos ochentas
y
est
publicado
en una
recopilacin
de
relatos
nahuas de la
Sierra
Norte,
titulada:Les oamos
contara
nuestros
abue-
los. La
referencia
se
encuentra
en la
bibliografa bajo
CEPEC
y el lector encontrar el
relato
en el anexo a
este ensayo.
8Puesto que no trabajamossobregrabaciones, no
podemos hablar
del
"rendimiento"
del
cuento: tono
vocal, pausas, gestos, actuacin, etctera,
peroes ms
que evidente
que
todas estas "posiciones" hacen parte
de lo
creado ,
y no de lo
dado ,
ya que el
contador
escoje
personalmente
su
modo
de
expresividad.
9 Ms que pasivo, elinterlocutor afecta, interviene
y
participa directamente
en el
cuento.
Y
muc has veces
lo que
dice
o no
dice
el
contador
es en
funcin
de lo
qu e sabe o no sabe el pblico, los otros presentes.
Comprenderemos adems
que el
locutor est tambin
condicionado
por
estos otros .
La funcin moralizadora estambin una caracte-
rstica
del
cuento,
como
gnero literario,
y de las
fbu-
7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf
10/10
PATR IC EGIASSON
65
las. Danielle Dehouvehizo un trabajo interesanteso-
bre la posible influencia de la
fbula
en laliteratura
nhuatl
delCentro.
11 C. A. Rbelo,
Diccionario
de
mitologa nhuatl,
vol. 1, p. 10.
S. de
Pury Toumi,
Sur les
traces
des
indiens nhuatl,
mota
mot
p.
155.
3 Notaremos tambin las similitudes qu e tiene el
ambiente oscuroyhmedo donde vive Sentiopilen
elcuento con elTlalocan de los
mexicas.
4 En muchos cuentos nahuas el chupamirto (coli-
br) aparece asociado a lafundacinde l mundo.
15
P. Petrich, Les contentieux de la
mmoire ,
en
Mmoire
de la
tradition
p.200.
La
traduccin
es
ma.)
16
Caracterstica tradicional,
ya que se
sabe
que la
arrogancia constitua en los tiempos prehispnicos
uno de losviciosms
ofensivos
y quepoda
causar hasta
la
destruccin de lmundo K.Taube,
Mythes
azteques
et
mayas,
p. 125).
17
P.
Beaucage,
Anthropologe
conomique
de s
communauts indignesde laSierra
Norte
dePuebla
(Mexique), partie 1 , en La Revue
Canadienne
de
Sociologie et
d anthropologie, vol. 10 ,nm. 2, p. 125.
La
traduccin
es
ma.)
18 dem.
19
M. M. Bajtn,
op .cit.,
p. 312.
20
D e hecho,
Fierre
Beaucage (quien particip en la
recoleccin decuentos nahuas)mecomentabaq uecuan-
doquisieron grabar relatos sobre laactualidad result
imposible encontrar unacuerdo general entre lo s
dife-
rentes contadores: todos tenan
una
versin propia
de
lo shechos. Estodiosupuestamente lugaravarias pol-
micasinterpersonales.
21 Este cuento seencuentra en el libro de relatos
nahuasLes
oamos contar
a
nuestros abuelos,
menciona-
do bajo
CEPEC
en labibliografa,lleva aqu lasindica-
ciones
de la
paginacin original(pp.44-50).
Referencias
Bajtn, M. M., Esttica
de la
creacin
verbal.
Mxico,
Siglo
XXI,
1997.
Beaucage, P., Anthropologe conomique des com-
munauts indignes de laSierraNorte de Puebla
M exique), partie 1 , en La Revue Canadienne de
Sociologie
e t
d anthropologie,
vol. 10,nm. 2. 1989,
pp. 114-123.
CEPEC,Les
oamos contar
a
nuestros abuelos.
(Taller de
tradicin oralde laSociedad Agropecuaria.) Mxi-
co,Instituto
Nacional de
Antropologa
eHistoria,
1994.
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discurso.
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Petrich,P., Les contentieux
de la
mmoire ,
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M -
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de la
tradition,dir.
por A.
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Pury Toumi, S. de, Sur les
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Pars,L aPense sauvage, 1992.
Rbelo,C.A.,
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mitologa nhuatl.
Mxi-
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Schutte,O., Cultural
Identity
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Nueva York, State
University of NewYork Press, 1993.
Taube, K.,
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Pars, Le Seuil,
1995.