HISTORIA DE LA INSTITUCION DE LA ENFERMERA UNIVERSITARIA. ANALISIS CON UNA PERSPECTIVA
DE GENERO
Concha Germn Bes
Universidad de Zaragoza
28 Junio 2006
DL: Z-3617-2007
I ISBN: 978-84-7733-955-7
Agradecimientos
Mi mas profundo agradecimiento a todas las personas que de diversas formas
han colaborado en la elaboracin de esta tesis, bien de una forma concreta y
prctica o con su apoyo moral.
A Consuelo Miqueo, cuya direccin tcnica y humana ha sido extraordinaria en
todo el tiempo de trabajo de esta tesis ya que, a lo largo de estos tres aos, ha sido
una maestra en el sentido ms amplio de la palabra, gracias a su direccin he
logrado combinar tcnicas histricas, antropolgicas y documentales. Con ella he
aprendido el rigor de la investigacin, disfrutado con los debates conceptuales de
gnero y reforzado sobre el valor de la Historia en la formacin humanstica de los
estudiantes universitarios. Su disponibilidad, apoyo y ayuda han sido inestimables.
A la Fundacin Index y su equipo que en todo momento me han facilitado todo
su apoyo funcional. Mencin especial quiero hacer de Alberto Glvez, Maria
Campos y Manuel Amezcua, por su gran dedicacin a los temas de documentacin
y a la creacin y gestin de la base de datos Cuiden. Su consulta me ha permitido
realizar una parte importante de esta tesis.
A todas las enfermeras y enfermeros que han colaborado como informantes y
me han ofrecido de forma generosa parte de su tiempo y dedicacin para poder
reconstruir una parte de la Historia de la profesin enfermera, pero sobre todo me
han brindado su imagen de si desde el otro lado del espejo y con ella retazos de su
vivir la vida.
A todas las personas que tan desinteresadamente me han facilitado informacin
y documentos, especialmente a Ascensin Falcn y Mercedes Blasco (Universidad
de Zaragoza), Isabel Gentil (Universidad Complutense de Madrid), Epifanio
Fernndez (Universidad Europea de Madrid), Carlos lvarez Nebreda (Investigador
autnomo), Fabiola Hueso (Enfermera Comunitaria de Corts de Navarra), Encarna
Gascn (Universidad de Alicante).
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A las bibliotecarias y bibliotecarios de la Escuela de Ciencias de la Salud, del
SIEM y de la Facultad de Medicina, que me han ayudado a localizar los
documentos.
A Victoria Arbons, Oscar Sobreviela, Asun Santesteban y Rgine Illion, que me
ayudaron en la trascripcin de las grabaciones con esmero, orden y paciencia.
A Paco Len, director de mi Escuela, que adems de su comprensin y nimo a
la pasin por la Historia, ha dado facilidades informales para mi investigacin que
ojal se trasformen pronto en formales u oficiales por las autoridades acadmicas
de la Universidad de Zaragoza.
A todos mis seres queridos a los que les he dedicado menos tiempo de vida
conjunta y me han apoyado en todo momento de una u otra manera mis padres,
mis compaeros y compaeras del despacho de Comunitaria, el equipo del
Santuario Nuestra Seora de Magalln (Leciena), a los amigos y amigas de
siempre. Y de manera especial a Enrique que ha ledo parte del manuscrito, ha
compartido la ltima e intensa etapa de esta tesis y siempre me ha infundido el
nimo y la confianza necesarios.
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ABREVIATURAS
ABIC: Asociaci Balear dInfermeria Comunitaria. ACAMEC: Asociacin Castellano Manchega de Enfermera Comunitaria. Creada en 1994
ACENDIO: Asociacin Europea para Diagnsticos, Intervenciones y Resultados de Enfermera Comunes en Europa
AEC: Asociacin de Enfermera Comunitaria. Creada en 1994.
AECC: Sociedad de Enfermera Comunitaria Cantabra. Creada en el 2003 AECA: Asociacin de Enfermera Comunitaria Aragonesa. Creada en 2004.
AEED: Asociacin Espaola de Enfermera Docente. Creada en 1978.
AENTDE: Asociacin Espaola de Nomenclatura, Taxonoma y Diagnstico de Enfermera
AIFICC: Associaci d'Infermeria Familiar i Comunitria de Catalunya. Creada en 1996
ANECA: Agencia Nacional para la Evaluacin de la Enseanza Acadmica.
ASANEC: Asociacin Andaluza de Enfermera Comunitaria. Fundada en 1997.
ATS: Ayudante Tcnico Sanitario. Programa de estudios de la enfermera espaola entre 1953-1977
BOA: Boletn Oficial de la Comunicada Autnoma Aragonesa.
BOE: Boletn Oficial del Estado.
BOJA: Boletn Oficial de la Junta de Andaluca.
CENIDE: Centro de Educacin Mdica
CI: Comisin Interministerial que realiz la reforma de los estudios universitarios de enfermera en 1977.
CIE: Consejo Internacional de Enfermera. Su sede est en Ginebra. Fundado en 1898.
CNPT: Comit Nacional de Prevencin del Tabaquismo
ECTS: European Credit Transference System. Crdito europeo que supone entre 25 y 30 horas de trabajo del estudiante.
EIR: Enfermera/o Interno Residente que realizan la especialidad.
GRD: Grupos relacionados con el diagnstico.
FAECAP: Federacin de Asociaciones de Enfermera Comunitaria y Atencin Primaria.
INSALUD: Instituto Nacional de la Salud.
LLL o ALV: Long Life Learning o Aprendizaje a lo largo de la Vida. Es la formacin continuada obligatoria y reglada para la actualizacin profesional.
LOU: Ley de Ordenacin Universitaria del 2004
LRU: Ley de Reforma Universitaria de 1984
MEC: Ministerio de Educacin y Ciencia.
NANDA: Nursing Asociation Nursing Diagnosis American.
NIC: Nursing Interventions Classification. (1995, College of Nursing de la Universidad de Iowa).
NOC: Nursing Outcomes Classification. La NIC y NOC estn enlazados con NANDA
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NIPE: Proyecto para la Normalizacin de las Intervenciones para la Prctica de la Enfermera. La entidad responsable de la gestin y ejecucin del proyecto es el Instituto Superior de Acreditacin y Desarrollo Profesional de la Enfermera y otras Ciencias de la Salud (I.S.E.C.S.). Fundacin del Consejo General de Enfermera.
OMI-AP: Programa informtico de Atencin Primaria.
OMS: Organizacin Mundial de la Salud. Pertenece a Organizacin de Naciones Unidas -ONU-
OPS: Organizacin Panamericana de la Salud. Una de las cinco regiones de la OMS.
PAE: Proceso de Atencin de Enfermera, aplicacin del mtodo cientfico a la disciplina enfermera
PPO: Programa de Promocin Obrera de la dictadura franquista.
q.d.g: Que Dios Guarde
SEAPA: Sociedad de Enfermera de Atencin Primaria de Asturias. Creada en 1996.
SEAPCyL: Sociedad de EAP de Castilla y Len Creada en 1999.
SEAPREMUR: Sociedad Enfermera de Atencin Primaria de Murcia se cre en 1989.
SENFYCEX: Sociedad de Enfermera Familiar y Comunitaria de Extremadura. Creada en el 2003
SEMAP: Sociedad de Enfermera Madrilea de Atencin Primaria. Creada en 1997
SET: Suplemento Europeo a Ttulo, que explicar los contenidos formativos universitarios.
SIEM: Seminario Interdisciplinar de Estudios de la Mujer de la Universidad de Zaragoza.
SIGNO: Proyecto de contabilidad analtica de las actuaciones enfermeras.
S.M. / s.m: Su Majestad
UCI o UVI: Unidad de Cuidados Intensivos (influencia anglosajona) o Unidad de Vigilancia Intensiva (denominacin espaola inicial)
UCM: Universidad Complutense de Madrid.
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INDICE INTRODUCCION 7
I. CONFIGURACIN HISTORICA DE LA ENFERMERIA DOMESTICA, HOSPITALARIA Y COMUNITARIA 1. HISTORIOGRAFIA E HISTORIA DE LA ENFERMERIA (MASCULINA Y FEMENINA) 1.1. Los estudios y estudiosos de la historia de la Enfermera.................... 21 1. Diversas denominaciones para distintas actividades de cuidado 26 2. La imagen del pasado de la profesin en manuales y revistas de enfermera..... 32
3. Las grandes etapas de la enfermera: una periodizacin epistemolgica.. 40 1.2. La historia de las Matronas...... 52 1.3. El inicio de la institucionalizacin de la enfermera clnica hospitalaria..64
1. El contexto internacional inicial.......64 2. Las primeras escuelas de enfermera en Espaa..... 66 3. Los colegios y asociaciones profesionales, y el Consejo Internacional.. 73
1.4. Evolucin histrica de la enfermera comunitaria en Espaa.... 75
1. Marco histrico internacional de la Salud Pblica... 76 2. Antecedentes de la atencin domiciliaria y de las enfermeras visitadoras..... 86 3. Un enlace entre familia y mdico... 92
2. NUEVO MARCO TEORICO: EPISTEMOLOGIAS FEMINISTAS Y TEORIA SOCIAL DE GNERO. 2.1. Epistemologas feministas... 109 2.2. Teora social del gnero...................................................................................................... 117 2.3. El gnero, un organizador de las profesiones sanitarias. 138 2.4. La crtica al androcentrismo del saber cientfico y valor del saber femenino 144
3. GNERO Y SOCIALIZACION PROFESIONAL EN ENFERMERIA
3.1. Historia de las tareas de cuidado desde el punto de vista de gnero. 157 3.2. Estereotipos de gnero en los cuidados de salud 163
1. En los manuales de enfermeras y enfermeros... 168 2. En los manuales de matronas... 173 3. La socializacin de la subordinacin en los reglamentos e internados. 174 4. Reflexiones sobre desigualdad de gnero. 176
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II. ANALISIS DEL PROCESO DE INSTITUCION DE LA ENFERMERIA ESPAOLA
4. EL PROCESO HISTORICO: PROTAGONISMO DE LAS MUJERES EN LA INSTITUCION DE LA ENFERMERIA MIXTA (1977-2004) 4.1. El contexto legal y sociolaboral del cambio.. 194 1. Ley de Educacin de Villar Palas (1970). 194 2. Movilizacin de las batas blancas y la Coordinadora (1976... 202 4.2. Grandes etapas de la enfermera universitaria.... 209
1. Formacin de formadoras y primeras publicaciones cientficas (1975.. 213 2. Las Escuelas Universitarias (1977).. 225 3. La enfermera en la convergencia europea: proyecto Tuning (2003)... 233 4.3. Autonoma profesional... 241 1. Identidad y denominacin profesional... 242 2. Los diagnsticos enfermeros, NIC, NOC, NIPE... 250 3. Produccin y difusin de la informacin cientfica: Fundacin Index... 258 4.4. La Organizacin Colegial... 261
1. Los conflictos iniciales.. .... 262 2. La convalidacin de las enfermeras...... 266 3. La organizacin colegial actual. 269 4.5. Espacialismo: Institucin de la Enfermera Comunitaria.. 270
1. La Enfermera Comunitaria en la Transicin Democrtica (1977-1984..... 270 2. Enfermera comunitaria, Atencin Primaria, Ley de Sanidad (1985-1999).. 278 3. Asociacionismo en Enfermera Comunitaria.. 295 4. La especialidad de Enfermera de Salud Familiar y Comunitaria.. 301
5. IDENTIDAD PROFESIONAL EN ENFERMERIA: ANALISIS DE RELATOS DE VIDA PROFESIONAL DE ENFERMEROS Y ENFERMERAS (1952-2005) 5.1. Introduccin, Material y Mtodos..... 309
1. Seleccin de la Poblacin. 194 2. Contexto de la observacin.. 202 5. 2. Resultados y Discusin de los Discursos. 318
1. La motivacin. Por qu elegir enfermera.. 319 2. Las fuentes del saber: el aprendizaje acadmico y el profesional. 322 3. Imagen de la enfermera y el enfermero.. 327 4. La Promocin de la salud y los cuidados invisibles.. 319 5. El reconocimiento y apoyo.336 6. Gnero explcito 354 7. Poder explcito... 358 8. Innovacin... 365
En el mbito hospitalario.. 366 En el mbito de la Atencin Primaria. 368 Innovaciones profesionales. 370 Innovaciones para investigacin. 370 Innovaciones docentes. 371 Experiencias en el extranjero.. 373 Alianzas cuidadoras.. 376
9. El futuro real y soado... 377
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6. IDENTIDAD PROFESIONAL EN ENFERMERIA COMUNITARIA: ANALISIS DE LA PRODUCCION CIENTIFICA (1980-2004) 6.1. Introduccin, Material y Resultados Cuantitativos. 383 6.2. Etapa inicial: 1977-1984.. 391 6.3. Etapa de reformas sanitarias radicales: 1985-1999. 395
1. Publicaciones extranjeras y espaolas... 396 2. Primeros manuales de salud pblica y enfermera comunitaria 398 3. La Consulta de enfermera 398 4. Educacin y Promocin de Salud 404 5. Atencin domiciliaria... 406 6. Tcnicas enfermeras.. 409 7. Diagnstico enfermero.. 412 8. Trabajo en equipo. Relaciones enfermeras y mdicos 415 9. Enseanza, formacin 418 10. Investigacin. 425 11. Satisfaccin Profesional 431
6.4. Etapa de la consolidacin profesional: 2000-2004.. 433
1. Obras colectivas de referencia y manuales 434 2. La enfermera de salud familiar y comunitaria.435 3. Registros y diagnsticos enfermeros informatizados 443 4. Atencin a poblacin inmigrante 446 5. La formacin acadmica.447 6. Investigar ahora451 7. Satisfaccin profesional y demanda de la especialidad458
6.5. Legislacin y Reformas del Modelo de Atencin Primaria 460
1. Reflexiones enfermeras sobre la Atencin Primaria 461 2. Mas innovaciones y retos468
7. CONCLUSIONES 477
8. BIBLIOGRAFIA
8.1. Fuentes Bibliogrficas.. 487 8.2. Fuentes de Archivo: literatura gris y fuentes orales 519 8.3. Bibliografa Crtica . 527
9. ANEXOS. 559
10. INDICE DE TABLAS, FIGURAS, CUADROS Y GRAFICOS.. 581
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INTRODUCCION
Los cuidados enfermeros o acciones enfermeras inherentes al hecho de cuidar
son en gran medida intangibles e invisibles, ya que acompaar, facilitar, ayudar,
brindar afecto son acciones que siempre han estado asociadas a los cuidados y son
las que nos hacen esencialmente humanos. Sin embargo, en la etapa del
positivismo y la tecnociencia han quedado prcticamente fuera del campo de
estudio como se refleja en la bibliografa internacional relacionada con el tema. La
labor enfermera se considera una extensin del trabajo domstico, del cuidado
atribuido de forma mayoritaria a las mujeres. De lo que se derivan al menos tres
consecuencias relevantes que han constituido los ejes de esta investigacin: 1) su
consideracin social est en estrecha relacin con la valoracin que la sociedad
haga del trabajo domstico; 2) se considera una profesin femenina a la que se le
adjudican valores de gnero ms que cualidades tcnicas y profesionales neutras y
universales; y 3) ha motivado escaso inters en el feminismo acadmico porque su
asociacin al mbito domstico le hace poco atractiva cuando eso es precisamente
lo que se pretende superar para asegurar su profesionalidad.
Plantearse el enfoque de gnero en una profesin mayoritariamente femenina se
ha hecho necesario, cuando no imprescindible, para comprender la situacin actual.
Nos proporciona un marco de anlisis idneo para diseccionar los conceptos y
relaciones que pueden explicar algunos de los problemas de la profesin
enfermera, tales como la cada de la vocacin enfermera en los pases
occidentales, el abandono profesional, y el malestar de las enfermeras. Problemas
enfermeros que tienen consecuencias sociales, el ms importante de los cuales es
la falta de enfermeras en los pases desarrollados, aunque no lo sea todava en
nuestro pas. Algunos estudios asocian esta carencia con la falta de reconocimiento
y la baja autonoma profesional. Lo cierto es que los paradigmas enfermeros
(Marriner 1982, Colliere 1984, Poletti 1988, Kerouac 1996), pese a haber producido
numerosas publicaciones sobre teoras y modelos de cuidados en la segunda mitad
del siglo XX, han tenido poco impacto en las ciencias en general, en el sistema
sanitario en particular, e incluso entre las propias enfermeras y enfermeros. Esto
puede ser debido a una falta de informacin, pero tambin a lo que algunas autoras
feministas interpretan como la falta de autoridad femenina. As, historiadoras y
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enfermeras historiadoras descubrieron hace poco que hubo mujeres intelectuales o
mujeres que han viajado mucho a lo largo de la historia y mujeres como las
beguinas o beatas que organizaron una asistencia domiciliaria. Pero, cuntas
mujeres y enfermeras conocen esta genealoga, estas experiencias de podero
intelectual, simblico o terrenal? Posiblemente se deba a una mera falta de
informacin o de formacin, pero bien podra ser que no estemos dando suficiente
valor a estas investigaciones, a este conocimiento existente.
La progresiva incorporacin de enfermeras a los estudios de doctorado por los
caminos de la Antropologa, Psicologa, Sociologa, Historia o desde la propia
disciplina enfermera, ha generado preguntas tales como: es la enfermera una
ciencia?, o bien, es un rea disciplinar o una profesin sin disciplina? Para las
enfermeras, bien sea desde el mbito intelectual o del asistencial, est clara la
aportacin terica a la prctica enfermera en los cuidados de salud. En cambio, a
los mdicos hegemnicos y a bastantes mdicas y a otras lites profesionales del
mbito de la salud y otras acadmicas les produce reacciones de perplejidad, del
tipo de qu pretenden las enfermeras?, para qu quieren doctorarse?, hasta
dnde vamos a llegar? Por ejemplo, en el curso 2003-04, un profesor invitado en la
materia de Sociologa de la Salud del Ttulo Propio Segundo Ciclo de Ciencias
Sanitarias: Enfermera de la Universidad de Zaragoza provoc una acalorada
discusin al expresar que las ATS eran meros auxiliares de los mdicos. Parte del
alumnado abandon el aula y los que permanecieron explicaron que este seor
estaba obsoleto ya que desde 1979 somos Diplomados en Enfermera. El profesor
invitado es mdico en un hospital clnico y trabaja a diario con enfermeras y
enfermeros.
Las enfermeras se sienten poco reconocidas en su trabajo, sobre todo por las
Instituciones (Martin 1978:231-7; Colegio de Mdicos 2005:37) y tienden a tener
falta de confianza en su propio pensamiento enfermero, en su propio saber
enfermero. Es un escaln mas de la tradicional creencia de que las enfermeras, por
el hecho de ser mujeres, no deben pensar sino que deben observar al paciente,
transmitir lo observado y ejecutar las rdenes mdicas, en palabras del profesor
Segovia de Arana, asesor de la Comisin Interministerial para la reforma del Plan
de Estudios de ATS en 1976, un perfil profesional por el que dicho mdico, director
de la Clnica Puerte de Hierro de Madrid, justificaba su propuesta de que enfermera
no se convirtiese en una carrera universitaria. Un valor profesional extendido como
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reflejan las palabras de otro varn, insigne mdico como era el Profesor Matilla,
Secretario Perpetuo de la Real Academia de Medicina de Madrid y director de la
Escuela de ATS Masculino de la Facultad de Medicina de la Universidad
Complutense de Madrid, quien durante el curso 1979/77 expres pblicamente:
Necesito un mdico para dar clases a los ATS, bueno cualquiera sirve, es para los
ATS (APCGB)
En los cursos y los grupos de estudios multidisciplinares de gnero es donde las
enfermeras hemos encontrado una actitud diferente, nos hemos sentido
escuchadas y respetadas al expresar el pensamiento enfermero. No es de extraar
pues que esta investigacin sea fruto del trabajo realizado en estos espacios de
libertad acadmica. Seminarios e Institutos Universitarios de Estudios de las
Mujeres que han fomentado el trabajo cooperativo y estn dando luz en diversos
campos de la ciencia donde se ignoraba la contribucin de las mujeres.
Mi formacin inicial como enfermera especializada en salud mental y la posterior
formacin antropolgica recibida, me proporcionan los instrumentos metodolgicos
e intelectuales para describir y significar el fenmeno sociocultural de este estudio.
Por otra parte, mi formacin en salud pblica y mi ya larga experiencia docente
iniciada en la Universidad Complutense de Madrid en el curso 1976-77, me colocan
en una posicin privilegiada, y ms comprometida, como observadora del proceso;
un proceso en el cual he participado como parte del mismo como un actor en el
sentido sociolgico del trmino- pero dotada de las herramientas metodolgicas y
conceptuales de la disciplina antropolgica que no comprometen la necesaria
objetividad y rigor de una investigacin cientfica humanstica. Especialmente
relevantes para ese trabajo de reflexin han resultado los cursos de doctorado
Gnero, Salud y Ciencia, y Documentacin cientfico-mdica del programa de
Doctorado interdepartamental Salud, Medicina y Sociedad, el curso Investigacin
con fuentes orales del programa Estudios sobre Aragn, como parte importante de
mi formacin investigadora en el campo social de la salud y el XIII Simposio de la
Sociedad Espaola de Historia de la Medicina: Biografas mdicas: una reflexin
historiogrfica.
Antecedentes de mi inters por la perspectiva de gnero es mi pertenencia, con
desigual dedicacin, a diversos Seminarios de Estudios de la Mujer. Primero en la
Universidad Autnoma de Madrid, dirigido por M Angeles Duran en los ao
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ochenta, donde conoc su obra pionera De puerta adentro, en la que se reflejaban
las diferencias de tiempo de hospitalizacin (menor para las mujeres) entre
hombres y mujeres en iguales procesos patolgicos, siendo la crianza hoy
decimos mandato de gnero- lo que diferencia a madres y padres. De esta
primera poca datan mis primeros balbuceos y reflexiones escritas. Una segunda
poca fue la del Seminario, hoy Instituto de la Mujer de la Universidad de Granada,
que me permiti participar con el grupo de salud coordinado por la profesora de
Historia de la Medicina Teresa Ortiz Gmez, donde tuve ocasin de conocer las
diversas investigaciones sobre linajes, participacin de las mujeres en la Ciencia y
los malestares de las mujeres de un barrio de Granada publicado por Isabel
Fernndez en su libro Entre el dolor de espalda y la tristeza a principios de los
noventa. La poca actual comenz con mi retorno a la Universidad de Zaragoza en
la que me incorpor a trabajar como profesora a tiempo parcial, y el comienzo del
Seminario de Estudios de la Mujer (SIEM) en el curso 1994-95. Por diversas
razones laborales y familiares mi participacin ha sido discreta, si bien el hilo
conductor han sido las Jornadas bianuales de Gnero y Ciencia, y luego de Gnero
y Salud organizadas desde 1997. En estas Jornadas conoc a la profesora
Consuelo Miqueo, mi directora, y es donde entablamos fructferos debates sobre
gnero, historia de la ciencia, mtodos cualitativos de investigacin, que han dado
lugar a una rica relacin intelectual que fragu en los dos cursos de doctorado en
los que ha sido mi tutora. Mi tendencia a la dispersin, dado que suelo tener
simultneamente varios temas de sumo inters, ha encontrado en su persona un
apoyo inconmensurable que ha logrado, no sin esfuerzo y espero que con cierto
xito, encarrilar esta investigacin. Su direccin tiene dos grandes aportaciones:
una conceptual, al haber dirigido mis lecturas, inquietudes y organizado
acadmicamente mi pensamiento sobre gnero y enfermera, y otra, su inestimable
ayuda operativa con los programas y tcnicas de documentacin, imprescindibles
hoy para manejar importantes volmenes de informacin a las que la tecnologa
nos permite acceder.
Las hiptesis que nos hemos formulado en esta investigacin son las siguientes:
1. Una profesin es una ocupacin u oficio socialmente privilegiada debido al
universalismo de su saber, especificidad funcional, neutralidad afectiva y
orientacin hacia la colectividad. Los indicadores sociales de la posicin social
profesional de la enfermera seran, como en las dems, la aparicin de una
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organizacin profesional que vela por sus intereses (colegios profesionales), la
institucin legal del proceso de socializacin (titulacin acadmica), la delimitacin
de una zona de actividad profesional autnoma y la creacin de medios de
comunicacin del saber generado (revistas).
2. La socializacin diferenciada de mujeres y hombres afecta de forma directa
a las enfermeras en tanto en cuanto su papel de madre y esposa se proyecta en el
trabajo hospitalario en un contexto patriarcal donde el papel mdico se ejerce de
forma hegemnica. Esto da lugar a relaciones de desigualdad y no de cooperacin
entre profesionales que adems se nombran en su genrico como mdicos y
enfermeras.
3. El papel de cuidadora de la mujer, que en el mbito domstico es gratuito y
amoroso, se traslad al hospital quirrgico moderno de principios del siglo XX con
un doble valor de subordinacin: las enfermeras deban seguir siendo generosas y
abnegadas, por un lado, y por otro, auxiliares y cmplices de los mdicos y de sus
directos colaboradores, los practicantes.
4. El papel subordinado de la enfermera est en crisis, como est en crisis la
subordinacin de las mujeres a los hombres. La generacin de unos nuevos
modelos de relacin de gnero todava incipientes da lugar a malestar e influye en
las vocaciones de las nuevas generaciones que, a su vez, tienen otras
oportunidades laborales.
5. El estrs vital que ahonda y oculta la soledad de las enfermeras est
causado por los desplazamientos automticos entre las demandas de un trabajo
afectuoso de cuidados y otro (en un mercado capitalista) de trabajo jerrquico,
androcntrico y precario; un continuo desplazamiento simblico que escinde la
vivencia de sus das y sus noches, entre incompatibilidades no slo de espacio-
tiempo sino de ritmos, valores y disposiciones anmicas.
6. Las enfermeras espaolas han trabajado activamente por la sanidad pblica
y por lograr un espacio en sistema de salud y en el educativo desde principios del
siglo XX, buscando sus propios espacios de investigacin que el sistema
acadmico les ha negado. Esta historia constituye una genaloga o memoria
profesional de valor identitario en la actualidad.
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7. La sociedad aumenta su cultura de salud por la accin profesional de las
enfermeras comunitarias, que a su vez se sienten reconocidas por las familias y en
menor medida por las instituciones.
8. Algunos enfermeros comienzan a reconocer el valor de los cuidados
expresados tericamente por enfermeras, sin embargo no hay un crecimiento
sostenido del nmero de hombres en la profesin ni un progresivo incremento del
discurso del cuidado en su produccin cientfica.
De acuerdo con los supuestos anteriormente explicitados y estas hiptesis
nucleares se ha realizado la investigacin utilizando metodologa cuantitativa y
cualitativa, y tcnicas historiogrficas, antropolgicas, sociolgicas y documentales
para la seleccin y tratamiento de tres tipos bsicos de fuentes de informacin o
material de estudio. Se ha recurrido a la informacin bibliogrfica para analizar la
contribucin cientfica y sanitaria de la enfermera; a las fuentes orales para
completar la informacin de la productividad cientfica y, sobre todo, para perfilar el
proceso de definicin de la nueva identidad profesional de la enfermera mixta
universitaria (adems de utilizar las imprescindibles fuentes legales e institucionales
de las corporaciones profesionales involucradas en los procesos analizados) En
tercer lugar se ha recurrido de un modo muy importante a diversa literatura crtica o
secundaria para situar el contexto histrico, discutir o cotejar los datos propios
sobre los procesos profesionales, y para fundamentar la tesis clave de esta
investigacin: que el gnero es un organizador sociocultural de las profesiones
sanitarias.
Los resultados de la investigacin se exponen en dos partes. La primera parte
plantea el tema en sus orgenes, subrayando el peso de la tradicin patriarcal, y
discute las herramientas conceptuales necesarias para una nueva inteleccin del
problema, mientras que la segunda parte es un anlisis minucioso del proceso de
transformacin en Espaa de varios oficios del cuidado de la salud segregados por
sexos hasta configurar una sola profesin enfermera mixta y universitaria.
El primer captulo da cuenta de la imagen historiogrfica de la enfermera e
indaga en la consideracin social y papel de enfermeros y enfermeras en los
espacios tradicionales del cuidado al enfermo, domstico y religioso, con especial
atencin al espacio exclusivamente femenino de las matronas. Finaliza con una
reconstruccin de los antecedentes ms inmediatos de la institucin de la profesin:
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la organizacin de la enfermera hospitalaria y de la enfermera comunitaria en sus
contextos internacional y espaol. El siguiente captulo es de fundamentos. Se
desarrolla la nocin de gnero como categora de anlisis social y cientfico en el
contexto de las epistemologas feministas, y as se justifica por qu decimos que las
profesiones sanitarias estn esencialmente construidas sobre la diferencia sexual o
por qu la ciencia actual y la mdica en la que se fundamenta la enfermera es
heredera de un saber androcntrico o de filiacin masculina. En particular se
desarrolla la teora social de gnero aplicada a la construccin de la identidad
personal, con especial nfasis en los mecanismos de socializacin diferenciada de
hombres y mujeres para asumir, o no asumir, labores del espacio domstico o del
pblico. El tercer captulo analiza diacrnicamente, a lo largo del ltimo siglo, los
diversos mecanismos de socializacin utilizados para conseguir la subalternidad de
la enfermera a la medicina, desde las normas y valores expresados en los
manuales de enfermera hasta el rgimen de vida cotidiana de los internados
femeninos anteriores a la instauracin de la carrera universitaria.
La segunda parte comienza con un estudio histrico de un proceso que dur un
cuarto de siglo. Siguiendo el esquema sociolgico de la institucionalizacin
profesional se analizan el contexto legal y laboral, los signos de autonoma
profesional y la organizacin colegial y primeras publicaciones peridicas. Se ha
buscado mostrar el cambio en su dinamicidad y beligerancia, sin obviar el carcter
originario y creativo de un cambio histrico que siempre fue liderado por mujeres.
Termina este captulo analizando el proceso de nacimiento e integracin social de
una especialidad, la enfermera comunitaria, que representa mejor que ninguna otra
la posibilidad real y los efectos positivos de una autonoma profesional siempre
disputada y no bien reconocida. Los dos ltimos captulos tienen por objeto definir
la identidad profesional; en el primer caso mediante los relatos de vida de un grupo
de personas representativas de la diversidad geopoltica, generacional, cientfica y
de gnero, y en el segundo caso, mediante la revisin sistemtica de toda la
produccin cientfica de enfermera de este periodo entre 1977 y 2004. Ambos
acercamientos proporcionan informacin valiosa sobre las cuestiones consideradas
relevantes: la motivacin, el valor de la experiencia profesional y el saber
acadmico en la formacin, la valoracin social de los cuidados invisibles, la
anorexia de poder de las enfermeras o su tradicin internacionalista; los factores
determinantes de la evolucin de la productividad cientfica y el grado de innovacin
tecnolgica aportado por las enfermeras, el papel de la metodologa cualitativa o el
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valor del enfermo y de los familiares en sus estudios e investigaciones o su
iatrocentrismo.
Finaliza la tesis con las conclusiones y la bibliografa. Se desglosa la literatura
crtica de las fuentes, distinguiendo entre las fuentes impresas, las orales y las de
archivo, correspondientes a literatura gris (procedentes del Archivo Personal de
Concha Germn Bes, APCGB). En Anexos se ofrece la relacin de las normas
legales sobre la profesin y planes de estudios, as como el ndice de tablas y
grficos.
Parece conveniente realizar, finalmente, una aclaracin epistemolgica
preliminar debido a la condicin transdisciplinar del estudio y a la peculiar
interaccin sujeto/objeto de investigacin que se ha dado en este caso, puesto que
la autora del estudio es tambin coprotagonista de muchos de los hechos
investigados, y algunos captulos se han construido tomando como fuente principal
el corpus que constituye su archivo personal. Dos caractersticas que parecen
atentar varios de los atributos esenciales del conocimiento cientfico: universalidad,
neutralidad, objetividad y autonoma disciplinar.
Entre los historiadores profesionales, lo biogrfico no es tenido en alta estima.
Como la historia se ha centrado cada vez ms en las estructuras sociales, procesos
y coyunturas, la biografa ha resultado cada vez menos defendible intelectualmente.
Si los historiadores estudian a los individuos, suele ser simplemente como
ilustraciones, estudios de un caso, ejemplificaciones de una tipologa. Argumentan
que la biografa nunca puede proporcionar ms que la visin ms sesgada, la
muestra ms distorsionada del pasado, como si la singularidad de los sujetos los
invalidara para la investigacin histrica. Pero es precisamente porque la persona
es tan evasiva, sujeta a tales cambios en esa negociacin constante entre el yo y
las circunstancias, que la biografa resulta indispensable a la historia en cualquier
poca (como se afirma en el dossier editado en 2005 por Miqueo y Ballester
Biografas mdicas, una reflexin historiogrfica en la revista Asclepio), y tambin
en pocas prximas a la actual. Esto ocurre en esta tesis que ha recurrido de forma
complementaria a las fuentes ms objetivas y seleccionadas del modo ms
sistemtico, como son las bases de datos bibliogrficas de circulacin nacional o
internacional, junto a las fuentes orales de informacin ms subjetivas como son los
16
Relatos de Vida profesional, y otras fuentes objetivas pero de discutible significado
social como es la literatura gris (bien expresiva, sin embargo, de la historia de los
otros) y subjetivamente seleccionadas. Este es el caso de la rica documentacin
que constituye el archivo personal de la autora del momento histrico nuclear en
esta investigacin: el cambio de la titulacin profesional de Ayudante Tcnico
Sanitario -ATS masculino y ATS femenino- en Diplomatura en Enfermera, ocurrido
a finales de la dcada de los setenta, y el inicio de la integracin de Espaa en el
Espacio Europeo de Educacin Superior, en los que la autora fue singular
protagonista y representante significada de diversos rganos de representacin
colegiada. En lo que tiene de autobiogrfico ese corpus, afirmamos con Anna
Caball y otros historiadores renovadores que la autobiografa exige/implica una
reflexin donde el sujeto se vuelve objeto para s mismo, con la objetividad que es
posible en la metfora del espejo. En esta reflexin el autobigrafo puede verse a s
mismo bien, incluso verse a s mismo como un sujeto aberrante como puede leerse
en el libro editado por JC Davis e Isabel Burdiel, El otro, el mismo. Biografa y
autobiografa en Europa (siglos XVII-XX) p. 56 de 2005. El sesgo que introduce esta
interaccin sujeto/objeto no parece invalidar los resultados, sino enriquecerlos.
Puede ser considerado otra variable de anlisis y ser objeto, por lo tanto, de
discusin. Pero, de acuerdo con la epistemologa del punto de vista situado, tan til
en ciencias sociales, habra mxima objetividad posible (objetividad fuerte)
precisamente cuando se da esa reflexividad exigida desde los aos 70 por el
programa fuerte de sociologa del conocimiento cientfico que representa, por
ejemplo, la revista Social Studies of Science, una de las de mayor impacto
internacional en su campo.
Entre los antroplogos, sin embargo, el debate sobre la condicin de objetividad
y neutralidad que se exige a los estudios cientficos est planteado en otros
trminos. El extraamiento del sujeto de investigacin, su no pertenencia a la
cultura objeto de estudio, ha sido un requisito criticado y hoy superado incluso en
los estudios etnogrficos aplicados a la propia comunidad cientfica (Latour y
Woolgar 1995). El mtodo biogrfico y ms concretamente el Relato o Historia de
Vida, que es una tcnica especfica de la Antropologa Social y Cultural, se estima
precisamente porque permite obtener el punto de vista del actor, dejando en un
segundo plano la estructura social o las instituciones que lo conforman. Se valora
porque da la palabra a los sujetos sociales que, en nuestro caso, seran las
enfermeras y enfermeros; unos sujetos de saberes y de prcticas de salud que no
17
tienen por qu coincidir con los saberes mdicos hegemnicos y reflejados en los
textos cientficos convencionales o en otras fuentes profesionales, administrativas
y legales. En este sentido, el papel organizador de las propias fuentes de
informacin del sujeto investigador, como ocurre en esta tesis, no resulta nada
extrao en Antropologa ni exige justificacin epistemolgica alguna. Mientras que
esa misma interaccin sujeto/objeto resulta discutible en Historia de la Ciencia y
sera casi inaceptable en las investigaciones propias de las reas cientficas
biomdicas colindantes a mi actividad docente habitual, o entre los colegas con los
que he compartido la formacin terica del Programa de Doctorado
interdepartamental Microbiologa, Salud Publica y Sociedad en el que se inscribe
esta investigacin.
En cierto modo, la interdisciplinareidad que de facto ha exigido esta investigacin
bien puede considerarse una autntica experiencia de socializacin en la
transculturalidad entre culturas acadmicas; un trnsito o un dilogo que no
siempre parte de las culturas cientfico-naturales, y en que Historia o Antropologa
seran las subordinadas disciplinas emigrantes de la Enfermera o Salud Pblica o
Pediatra (por nombrar las reas de mis compaeros cotidianos con quienes
comparto despacho). Por supuesto, no slo la eleccin y valoracin de las fuentes
est determinada por esta colocacin en el intersticio acadmico y la prctica del
mestizaje disciplinar que ha exigido la tesis y era caracterstica de mi biografa
profesional. Tambin se resiente de ese efecto transdisciplinar el estilo literario
escueto o la escasez de notas explicativas a pi de pagina y el tipo de citas, el
predominio del plano informativo sobre el interpretativo, o el estilo de las referencias
bibliogrficas (pues entre las biomdicas Vancouver o las Chicago o Harvard
usuales en unas u otras disciplinas humansticas o sociales, hemos optado por la
alternativa ms econmica proporcionada por el programa informtico Procite), o, la
ausencia de la cannica separacin de Resultados y Discusin.
18
I. CONFIGURACIN HISTORICA DE LA ENFERMERIA DOMESTICA, HOSPITALARIA Y COMUNITARIA
1. HISTORIOGRAFIA E HISTORIA DE LA ENFERMERIA (MASCULINA
Y FEMENINA)
En investigaciones recientes sobre las mitologas antiguas, las
Matronae se representaban en grupos de tres mujeres de
diferentes edades, probablemente abuelas, madres e hijas,
sentadas con cestos de frutas y panes. Se tiende a pensar que
simbolizaban la fertilidad tanto humana como de la tierra (Enrique
Bernrdez, Los Mitos germnicos. 2002, pp.147).
Concha Germn Bes 1. Historiografa
Cuidar a los enfermos y heridos ha sido en todas la sociedades una necesidad
importante, que se considera por muchos historiadores de la enfermera, funcin
enfermera. La consideracin de la profesin y de la disciplina enfermera se han
formado tardamente respecto a otros colectivos con funciones sanitarias como la
medicina y la farmacia. Mencin especial merece la especialidad de obstetricia y
ginecologa de la enfermera, o matronera, que ha tenido una evolucin profesional
y acadmica propia. En la Baja Edad Media se produjeron importantes
transformaciones de las profesiones sanitarias, al realizarse la separacin entre la
medicina acadmica y la popular. El aprendizaje emprico se transform en gremial
para sanadores, herbolarios, practicantes y matronas en el medio rural, y en
universitario para mdicos, cirujanos y boticarios en la urbes. Se inici la
reglamentacin de cada gremio, a partir de las ordenanzas de cada cofrada1.
En los pases de cultura catlica, el cuidado de los enfermos no fue considerado
una verdadera profesin, dado que la atencin y consuelo a los enfermos y
necesitados era labor de caridad y humildad cristiana propiciada por la Iglesia como
vehculo de salvacin y como tal, no poda ser reglada ya que se impedira a las
gentes sentirse generosas. As, persisti la norma de que la labor cuidadora fuera
realizada por religiosos, o laicos con inclinacin religiosa, hasta mitad del siglo XX.
La laicizacin de mdicos, cirujanos y boticarios no se extendi a enfermeras y
enfermeros; al contrario, la mayora de las personas que dedicaron sus cuidados a
los enfermos eran religiosas o personas con fuerte componente de deber religioso y
de prctica de la caridad cristiana. El concepto de cuidar estuvo, desde entonces,
ligado al concepto de caridad, no al de profesin. A la tarea de cuidar ejercida por
una mayora de religiosos y religiosas sin beneficio alguno, se une la asociacin de
mujer cuidadora y por ltimo, y posiblemente por los dos factores anteriores, la
tarda existencia de un colegio o cofrada que defendiera los intereses de la
enfermera. Todo ello, ha contribuido a mantener el inconsciente colectivo de la
gratuidad del cuidado, reforzada por el inters de la asistencia a enfermos a cargo
de las familias, sin coste econmico para el Estado hasta muy entrado el siglo XX.
1 Sobre diversidad asistencial y prcticas sanitarias populares, son relevantes los estudios de: Perdiguero, 1986, pp. 47-66; 1991; 2002, pp. 121-150; 2004, pp. 140-145; y, Zarzoso, 2001, pp. 409-433
21
Concha Germn Bes 1. Historiografa
Al hacer la revisin de la bibliografa, hemos seguido los criterios que propuso
recientemente la profesora Ortiz2, una profesional de la historia de la medicina y
otras profesiones sanitarias de reconocimiento internacional. As, se ha realizado
una mirada sexuada de los espacios profesionales, las relaciones de poder,
jerarqua y autoridad entre hombres y mujeres. Cules son los niveles actuales de
feminizacin, conflictos, pactos, rupturas, continuidad, transformacin y las
definiciones que hacen de la prctica profesional hombres, mujeres e instituciones.
Hemos tratado de evitar el riesgo de esencializacin y determinismo cultural con
frecuencia presentes en los prolficos aunque todava poco profesionalizados
estudios de la Historia de la Enfermera. Diversos trabajos de Rosa M Alberdi3 y
Zapico ponen sobre la mesa un nuevo marco de anlisis y numerosas preguntas
que se dirigen a las propias enfermeras.
Desde sus orgenes las prcticas quirrgicas y especialidades teraputicas en manos masculinas siempre han gozado de un enorme reconocimiento social, mientras que las prcticas asistenciales y las tareas de cuidado que tienen a las mujeres como sus principales protagonistas caen con frecuencias en el olvido y el silencio 4
A qu obedece esa valoracin tan asimtrica y sexuada de las tareas?, Cmo
se expresan y explican estas diferencias entre hombres y mujeres, entre mdicos y
enfermeras?. Amezcua5 aade nuevas preguntas Cmo se expresan los cuidados
de salud en aquellos ambientes y lugares donde los profesionales del cuidado no
llegaban? Cul era el nivel de implicacin de la mujer en el cuidado domstico, -lo
que hoy llamamos sistema informal de cuidados?
La revisin bibliogrfica realizada hasta la fecha comprende artculos obtenidos
de las bases de datos Cuiden, del que se han obtenido las principales referencias
para este trabajo historiogrfico inicial. La bsqueda se ha completado con las
bases ISOC e IME que han aportado algunos trabajos sobre la enfermera en la
historia de la medicina. El perfil de bsqueda inicial ha sido el de Historia de la
enfermera AND gnero. No obstante se han revisado las publicaciones hasta el
nmero nueve de la revista Hades, especfica de Historia de la Enfermera y los
manuales de Historia de la Enfermera. La mayora de ellos se han obtenido de la
biblioteca de la Escuelas de Ciencias de la Salud de Zaragoza, del Seminario
2 Ortiz, 2003, p.120 3 Alberdi,1997, p.65. y 1999, p. 69. 4 Zapico, 2003, p.23. 5 Amezcua, 1995, p.10.
22
Concha Germn Bes 1. Historiografa
Interdiciplinar de Estudios de la Mujer de la Universidad de Zaragoza y de la
Fundacin Index de Granada. El programa Pro-cite ha sido de gran ayuda en la
gestin de la informacin bibliogrfica.
1. 1. Los estudios y estudiosos de la historia de la enfermera
El inters por la historia de la enfermera se puede observar por el incremento
del numero de publicaciones, especialmente en la dcada de los 80. El inters por
afianzar la identidad de la prctica profesional se gener como consecuencia del
cambio en los planes de estudio de Ayudante Tcnico Sanitario (A.T.S.) a la
Diplomatura Universitaria de Enfermera. Gracia defenda en 1994 la tesis de que
la enfermera se ha constituido como profesin, no concluida, en las ltimas
dcadas. No es solo una actividad tcnica, sino algo ms, una actitud social y
humana no fcil de definir6. En la base de datos Cuiden hasta diciembre de 2003
se encontraron 812 referencias bibliogrficas, distribuidas entre las revistas de
carcter general que publican artculos de Historia desde sus inicios, como es el
caso de Rol desde 1978 y, en menor medida, Enfermera Clnica y Enfermera
Cientfica. En los noventa nacieron: Index 1992, revista de humanidades. Hades
1994, ntegramente dedicada a la Historia de la Enfermera y, Cultura de los
Cuidados 1997, dedicada a la Antropologa y los cuidados. La revista digital
Enfermera Global public un nmero monogrfico dedicado a la Historia en el
2003 Garca y col7.
En 1993, en su aproximacin bibliomtrica, Amzcua apunt la dispersin de las
publicaciones y destac la biblioteca de Santa Madrona de Barcelona y la
Biblioteca. Nacional como dos de sus fuentes principales consultadas. En 1997 los
hermanos Garca Martnez8 sealaron la existencia de hasta 1000 referencias.
Veamos algunos de los historiadores e historiadoras ms relevantes del periodo
actual en orden cronolgico de publicacin de sus primeros trabajos. Es imposible
reflejar a todas las personas que investigan sobre la Historia de la Enfermera,
6 Gracia, 1994, p. 53 7 Garca Navarro, 2003, p. 38 Garca Martnez, Manuel Jess y Garca Martnez, Antonio Claret. 1997, p.123. En 1995, sep. Ao
2 (2):27. Garcia MJ, inform de que la revista Qalat Chbir, revista de humanidades publicada en Alcal de Guadaira (Sevilla), en su n 3 de Julio de 1995, tiene una seccin fija de Cuadernos de Historia de la Enfermera.
23
Concha Germn Bes 1. Historiografa
muchos autores estn centrados en historia loca; as Gallardo9 ha publicado
decenas de trabajos sobre el colegio de Sevilla y su revista, o la enfermera, Pilar
Arcas prematuramente desaparecida, sobre las Matronas de Granada10.
1. Cecilio Eseverri Chavarri. Enfermero, hermano de San Juan de Dios. Desde
1984 ha publicado una veintena de trabajos sobre la Historia de la Enfermera. El
primero de ellos Historia de la enfermera espaola e hispanoamericana11. Es
importante su aportacin sobre la figura de Juan de Dios, fundador de la Orden del
mismo nombre y tambin, de la enfermera medieval. Ha sido profesor y director de
enfermera, en la actualidad est jubilado
2. Francisco Ventosa Esquinaldo. Enfermero, hermano de San Juan de Dios. En
1984 publico Historia de la Enfermera Espaola12. Investiga la figura de Juan de
Dios y la enfermera de Salud Mental. Ha sido profesor y gerente hospitalario en
los hospitales de la Orden, en la actualidad est jubilado.
3. Roser Tey. Enfermera, fue directora de la escuela de enfermera de Santa
Madrona. En 1986 public La enfermera: dos visiones separadas por treinta aos,
en la que realiz una de las primeras reflexiones de la historia profesional ms
reciente. Tras su jubilacin, se licenci en Historia e Historia del Arte. Ha publicado
sobre diversos temas histricos y no solo de enfermera. Con Isabel Fargues,
constituyen el grupo ms importante de historiadoras del hospital de la Santa Cruz
y San Pablo de Barcelona desde el siglo XV.
4. Carmen Domnguez Alcn, enfermera, sociloga e historiadora, public uno
de los primeros trabajos de historia en 1986, Los Cuidados y la profesin
enfermera en Espaa.
5. Francisca Hernndez Martn. Enfermera, hermana de la Caridad. Public en
1996 Historia de la Enfermera en Espaa (desde la Antigedad hasta nuestros
das)13. Fundadora del Seminario Permanente de Historia de la Enfermera en
1993. En su obra destacan la enfermera en las rdenes religiosas y la
9 Gallardo, Gil-Martn y Jaldn, 1992, pp. 22:19-23 10 Arcas, 1994, pp.73-77. 11 Eseverri, 1984, p. 355 12 Ventosa, 1984, p.125. 13 Hernndez Martn, 1996, p. 332.
24
Concha Germn Bes 1. Historiografa
profesionalizacin. Ha publicado una veintena de trabajos de investigacin.
6. Los hermanos Garca Martnez (Manuel Jess y Antonio Claret). Enfermeros
y fundadores de la revista de Historia Hades. Tienen decenas de trabajos sobre
una gran amplitud de temas: Matronas, rdenes religiosas y la descripcin de
fuentes nuevas, como son las Fichas, puestas al servicio de otros investigadores.
El primer nmero de Hades sali a la luz en 199414. Trabajan en el entorno de la
Universidad de Sevilla.
7. Jos Siles. Enfermero y doctor en Historia. Profesor de la Universidad de
Alicante, cre el primer programa de doctorado de enfermera. Uno de sus
primeros trabajos fue sobre Enfermera Comunitaria, pero destacan sus dos
monografas: Pasado, presente y futuro de la enfermera en Espaa: perspectiva
histrica y epistemolgica (1996) e Historia de la enfermera (1999)15. Fundador de
la revista Cultura de los Cuidados, aborda la relacin de la enfermera y
antropologa.
8. Juana Hernndez Conesa. Enfermera. Profesora de la Escuela de Enfermera
de la Universidad de Murcia. Public en 1995 Historia de la Enfermera. Un anlisis
histrico de los cuidados de enfermera16. Ha publicado diversos trabajos sobre la
investigacin de la historia de la enfermera.
9. Manuel Amezcua. Enfermero y Humanista. Presidente de la Fundacin Index
por l promovida. Director de la Revista Index de la base de datos Cuiden y del
entorno Cantrida que agrupa una docena de revistas de enfermera en formato
digital. Es etnlogo y folklorista17 que ha publicado varios libros en los que aborda
los cuidados y la salud. Autor de numerosas publicaciones, de las que se puede
destacar la monografa Sanidad y colectividad Sanitaria en Almera. El colegio de
14 Garca Martnez, Antonio Claret, Garca Martnez, Manuel Jess y Valle Racero, Juan Ignacio.
1994, pp.45-51. 15 Siles, 1996. p. 203 ; el segundo en 1999, p. 375 16 Hernndez Conesa, 1995. p. 195 17 Es cronista del Reino por la provincia de Jan, colaborador habitual en la licenciatura de
Antropologa de la Universidad de Granada en la que imparte clases. En 1992 publico El Mayorazgo de Noalejo, Historia y Etnografa de la Comunidad Rural. En 1993 La Ruta de los Milagros. Un viaje fascinante por el mundo del misticismo popular de la Sierra sur. En 2005 Lo que cambian los tiempos, a partir de 23 relatos biogrficos.
25
Concha Germn Bes 1. Historiografa
practicantes (1994)18
10. Magdalena Santo Toms, enfermera, doctora en historia y profesora de la
Escuela de Enfermera de la Universidad de Valladolid. Miembro de la Asociacin
Espaola de Investigacin Histrica sobre la Mujer (AEIHM). Al inters por la
investigacin histrica aade la perspectiva de gnero y feminista y el uso del
recurso de la iconografa19.
11. Carmen Chamizo, enfermera y antroploga asturiana, investigadora en
temas de la enfermera en el Camino de Santiago y las matronas entre otros.
Participa en el Seminario Permanente de Historia de la Enfermera y actualmente
es la directora de la revista electrnica de Historia Temperamentum, de la
Fundacin Index.
Otras autoras emergentes son Carmen Gonzlez Canalejo, profesora en la
Universidad de Almera, que seala criterios metodolgicos para el estudio de la
historia de la enfermera20, Paloma Moral de Calatrava, en la Universidad de
Murcia.
Manuales de Historia de la Profesin. Historiografa Espaola
En los ochenta Domnguez public tres trabajos con enfoques sociohistricos,
estudiando la naturaleza de los cuidados y su vinculacin como actividad social a
la distribucin sexual del trabajo. Ventosa, en 1981, estudi la evolucin normativa
de practicantes sangradores, matronas y enfermeras. Eseverri, 1984 trat de
reconstruir la historia de la Enfermera espaola e hispanoamericana. En la dcada
de los noventa se publican Manuales de Historia de la Enfermera y, Francisca
Hernndez21 en la Universidad Complutense de Madrid cre el Seminario
Permanente de Historia de la Enfermera, que organiza los congresos bianuales, el
ltimo celebrado en Zaragoza en Noviembre de 2005.
18 Amezcua, Germn, Heierle y Pozo, 1994. p. 264 19 Santo Toms, 1996, pp.57-67 20 Gonzlez Canalejo, 2000, pp.27-34. 21 Hernndez, Pinar y Moreno, 1995, pp. 21-26
26
Concha Germn Bes 1. Historiografa
Del contenido temtico y de los manuales se pueden diferenciar dos pocas
histricas: a) la enfermera como profesin auxiliar (1923-1979) en la que los
historiadores son casi siempre mdicos, que no suelen usar fuentes primarias,
promueven el conflicto ideolgico enfermera-practicante, promueven smbolos
ajenos como los de mdicos que fueron practicantes, refuerzan la imagen
sacralizada de San Juan de Dios, ignorando referencias enfermeras prestigiosas.
La etapa b) la enfermera como disciplina (1980-1992) en la que los autores son
enfermeras sobre todo docentes, usan fuentes documentales originales, les
preocupa la metodologa histrica, la motivacin es la identidad profesional,
recuperan la figura profesional de San Juan de Dios, junto al hecho histrico se
promueve el enfoque sociolgico y se utilizan referentes internacionales de
enfermeras de prestigio22.
Ventosa23 tambin expres que la historia del cuidar en Espaa es muy
abundante y pendiente de recuperar en su mayora, contextualizarla, contrastarla,
documentarla, exponerla y debatirla. Coincide con Amezcua que identific los
problemas de: falta de especializacin, carencia de estudios sistemticos,
inexistencia de planes de investigacin en este campo y falta de inters
institucional. Ambos autores proponen equipos multidisciplinares, la recuperacin
de archivos histricos, financiacin y la inclusin de la historia de la enfermera
como asignatura independiente dentro de los planes de estudio.
Garca Martnez24 director de la revista Hades propone tres agrupaciones de
fuentes para el estudio de la Historia de la Enfermera: a) Tratados y manuales de
enfermera escritos o no por enfermeros; b) Reglas de rdenes y congregaciones
religioso-asistenciales y constituciones u ordenanzas de hospitales y entidades
benficas que regulan el quehacer enfermero. Por ejemplo la Orden de San Juan
de Dios, o Bernardino Obregn25; c) Textos legislativos, por los que se ha regulado
la historia de la Profesin; y, d) Textos de diversa ndole que aludan de forma
22 Amezcua, 1993, pp. 16-24 23 Ventosa, 1993, p. 5; Eseverri, 1995 otoo; IV(14):19-22; Para ms bibliografa sobre Orden y
figura de S. Juan de Dios, Eseverri, Index Enferm 2001 otoo; Ao X(34):50-51 y 2001 invierno; Ao X(35):41-44; Calat Chabir 2001:57
24 Garca Martnez, MJ, Valle Racero y Garca Martnez, AC, 1994 pp. 60-61. 25 Constituciones y Regla de la Mnima Congregacin de los Hermanos Enfermeros Pobres (primera
edicin, ao 1634), 1994, agos: ao 1 (1):71-116. La Regla se estructura en 7 Tratados, se publican en este nmero cuatro, y 39 captulos. Puede consultarse la obra de G Martnez, M.J. et al., 1993, p. 70
27
Concha Germn Bes 1. Historiografa
directa o indirecta al desarrollo histrico de la enfermera, por ejemplo biografas de
personajes, crnicas y anales. Se ha encontrado informacin sobre Matronas en
los libros de visitas pastorales, que suelen estar bien conservados26.
Tambin en 1993, se public en la seccin de bibliografa de la revista INDEX,
noventa artculos sobre Historia de la Enfermera27 agrupados temticamente con
la particularidad de que no estaban incluidos todava en la base de datos Cuiden
(Vese en Anexo biogrfico). Peral y col28 realizaron una revisin en Medline
encontrando 100 referencias
En la dcada de los noventa se publicaron diversos trabajos y manuales de
Historia de la Enfermera y la Matronera: Hernndez29, Eseverri30, Martnez31. A
partir de los noventa, se publicaron las actas de los congresos del Seminario
Permanente de Historia de la Enfermera32 Domnguez Alcon, Blasco, Muoz33. En
1995 se celebr el V Centenario del nacimiento de San Juan de Dios y se
publicaron diversos trabajos, Castro34, Snchez35 y un nmero monogrfico de la
revista Index de enfermera. Una de las obras recientes de 2002 es de gran utilidad
para el trabajo histrico es el Cdigo Enfermero Espaol Siglo XX: Compendio
Legislativo36.
1.1.1. Diversas denominaciones para distintas actividades de cuidado
Muchas de las enfermeras que estudiaron con el Plan de Estudios de Ayudante
Tcnico Sanitario, (ATS) no se sintieron identificadas con esta nomenclatura que
26 Blasco, profesora de Historia de la Enfermera de la Universidad de Zaragoza, est utilizando esta fuente con buenos resultados al estudiar los hospitales del Camino de Santiago en Aragn.
27 Noventa estudios de Historia de la Enfermera Espaola, 1993, pp. 25-28. 28 Peral, Pulgaran y Mahedero, 1999, pp. 25-37. 29 Hernndez Conesa, 1995, 30 Eseverri, 1995, 31 Martnez Molina, 1994, 32 Hernndez Martn, 1995, p. 33 Muoz y Lastra, 1982, pp. 48-52. 34 De Castro, 1995, 35 Snchez, 1995, 36 Alvarez, 2002,
28
Concha Germn Bes 1. Historiografa
haba impuesto el gobierno en 1953. Las veteranas enfermeras y veteranos
practicantes a quienes hemos entrevistado en el marco de esta investigacin, nos
han transmitido su disconformidad con esta denominacin impuesta. De tal forma
que las jvenes generaciones profesionales tuvieron dificultades para una
identificacin nominativa. Una vez acabados los estudios, deban colegiarse en la
seccin correspondiente segn se fuera Ayudante Tcnico Sanitario Femenino o
Masculino, hecho discriminatorio y que no tena precedentes en otras profesiones.
A la vez, las ATS femeninas de los aos sesenta y setenta reciban el mensaje de
pretendida superioridad del colectivo de los practicantes sobre el de las
enfermeras, situacin que a todas luces a las jvenes generaciones, al menos a las
mujeres, grupo mayoritario, les pareca absolutamente injusto y obsoleto. As,
cuando en 1977 se logr la unificacin colegial y el plan universitario de Diplomados
en Enfermera, fue muy clara la necesidad de acabar con estas diferencias y se
adopt el ttulo genrico de enfermeras y enfermeros37. Hubo algunas voces
discrepantes minoritarias que trataron de oponerse a este proceso38. En los amplios
debates sobre la decisin que se iba a tomar, se analiz la aceptacin de las
diversas races de origen39; se comprob que haba discriminacin injusta que tena
que ver con lo que hoy llamamos gnero y, por tanto y quizs por eso, se decidi la
convalidacin automtica de las enfermeras y matronas un convalidacin que los
practicantes ya tenan. Al hacerlo se acept la diversidad y complejidad del
colectivo profesional hoy identificado como enfermero o profesionales de la
enfermera. Este proceso de cambio de titulacin y perfil profesional de los setenta
se analiza en el captulo 4.
Revisar los diversos nombres que se han vinculado con la labor de cuidado a
travs de esta revisin histrica, puede ser una aportacin al conocimiento de cmo
el lenguaje es expresin social de la cultura de los pueblos en cada etapa histrica.
Quizs esta diversidad del linaje profesional nos diferencia de otras formas de
abordar la historia de la profesin, que han seleccionado de partida el origen
37 Los responsables de la Coordinadora de centros participaron en las negociaciones tanto con el
gobernador civil de Madrid para el tema colegial, como con el Ministerio de Educacin para el plan de estudios. Archivo personal. (en adelante APCGB)
38 Miana, 1980, pp. 205-7. Defendi la propuesta de Diplomados en Medicina y Ciruga, 39 Una de las discrepancias eran los requisitos de partida diferentes para practicantes (bachillerato)
y para las enfermeras que se les requera Magisterio o Comercio, o con un examen de ingreso Otro obstculo era las diferentes formaciones de las Damas de la Roja, Damas Militares y Enfermeras con certificado de guerra, quienes no tuvieron opcin de convalidar. El plan ATS unific los requisitos exigidos, bachillerato elemental para ingresar en la carrera.
29
Concha Germn Bes 1. Historiografa
femenino del cuidado, cosa que no compartimos al ver la diversidad de
modalidades de la funcin cuidadora y la importante presencia de los hombres en
las rdenes religiosas dedicadas al cuidado enfermero. Esto podra deberse a dos
factores, por un lado, a la falta de anlisis de gnero en los estudios histricos de la
profesin; y por otro, a no tener en cuenta las diferentes expresiones que han
modulado la expresin religiosa, que marc un hecho diferenciador entre catlicos y
protestantes, sin entrar en otras religiones que escapan nuestra capacidad de
anlisis. Lo cierto es que, las rdenes religiosas catlicas han dado posibilidades de
expresin del cuidado caritativo tanto a mujeres como a hombres de las rdenes
religiosas desde el siglo XVI.
Fenmeno religioso distinto es el que se di en el mbito protestante, cuyo
determinismo religioso no requiere la realizacin de buenas obras para ganar la
vida eterna. El valor de la caridad, como el del trabajo y la salvacin son hechos
diferenciales que atraviesan transversalmente la cultura de los pueblos europeos y
con mucha facilidad tendemos a no considerar, siendo de gran importancia en la
formacin del capitalismo moderno y la ciencia como de forma lcida seal
Weber40, y a nuestro parecer, tambin, en la formacin de la profesin enfermera.
Siles41 habla del poder configurador de la paradoja, es decir la necesidad
impostergable del vaco asistencial de la reforma protestante, mientras que en los
pases catlicos los cuidados enfermeros siguieron vinculados mucho tiempo a la
vocacin religiosa. As, creemos que ser necesaria la revisin de lo que se ha
dado en llamar por diversos autores la poca oscura de la enfermera y que a
travs de la Historia de la Enfermera de mbito anglosajn de Donahu42 ha
pasado en los ltimos aos a los lectores enfermeros espaoles.
Diversidad de nombres, diferencias de gnero
Domnguez Alcn43, recogi diversas denominaciones: hospitalera, hospitaler,
donado, clauera, sirviente, sirvienta, macipa, mossa, ministro, enfermero,
40 Weber, 1988, p. 262 41 Siles,1999, p.42. 42 Donahue, 1993, 43 Domnguez Alcn, 1986, p. 246.
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Concha Germn Bes 1. Historiografa
enfermera, practicante, barbero, esclavo, nodriza44, freyre, freyra. Francisco
Ventosa45, hermano de San Juan de Dios, experimentado, gestor docente e
historiador, en su artculo sobre los Manuales de Tcnicas cita diversas
denominaciones de las profesiones sanitarias, sin fcil diferenciacin, tales como:
fsicos, mdicos, cirujanos latinos, barberos, barberos sangradores, parteras y
comadrones, enfermeras y enfermeros, algebristas, hernistas, sacadores de
piedras, batidores de cataratas, especieros, curadores de tia, practicantes,
ministrantesy el flebotomiano46.
Las Beguinas, en Espaa Beatas pertenecieron sobre todo a la clase media y
popular de las ciudades aunque hubo aristcratas y campesinas. Vivieron de sus
rentas y sobre todo de su trabajo en la industria y en la artesana textil tejiendo y
cosiendo, en la enfermera y hospitales de pobres, en el copiado y miniado de
manuscritos, en la enseanza de las nias. Trabajaron para vivir y tener tiempo
para dedicarse a su espiritualidad. Vivieron solas, discretamente vestidas, en
relaciones duales o en pequeos grupos. Formaron un movimiento internacional, se
escribieron numerosas cartas y viajaron mucho y largos viajes, hay numerosos
testimonios en la pennsula ibrica. La iglesia catlica las persigui desde principios
del siglo XV, pero no desaparecieron; a finales del XV intent incorporarlas a la vida
monstica reglada, en especial a San Jernimo. En el XVIII, las conden y prohibi
la Revolucin francesa pero su forma de vida persiste47.
Rosario Gil48 analiz las Magas, Sanadoras, Curanderas, Miresses, Amezcua49
ha indagado las prcticas populares a partir de los archivos locales civiles,
eclesisticos y del tribunal del Santo Oficio, testimonios de personas mayores y a
travs del folklore (canciones, refranes, poesas). Entre los nombres usados
encontr las saludadoras, hechiceras, brujas, santiguadoras, personas humildes, a
las que el antroplogo Lisn llama brujas curanderas cuyo hogar era como un
pequeo santuario donde lo religioso se mezcla con lo mdico; igual usaban hojas
de sanalot, que administraban inyecciones prescritas por el mdico a la vez que
44 Cabr, 2001, pp. 15-32 y 2005, pp. 637-657 45 Ventosa, 2000, pp. 209-217. 46 Cabr, Madrinas 47 Rivera, 2005, p. 200. 48 Gil, 1999, pp. 93-101. 49 Amezcua, 2000, pp. 117.134.
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Concha Germn Bes 1. Historiografa
daban consejos diversos. Tenan personalidad mgica y un peso especfico quizs
reducto de aquellas brujas iniciadas en saberes antiguos. Aprendan de la
transmisin oral y de forma selectiva; los escasos textos escritos sobre sus
prcticas son de hombres como Rodrigo de Narvaz, que tuvo licencia de la
Inquisicin para ejercer de saludador. Santo Toms50 nos hablar de Freixas,
mujeres que atienden a enfermos en la Baja Edad Media. En 1722 se regularon los
derechos y obligaciones del personal que conformaba una malatera (leprosera en
Asturias), y encontramos la figura de la Panadera.
Amasar el pan a todos los malatos, siempre que ellos se lo manden. Y as mismo es su obligacin, siempre que estn enfermos, asistirles de da y de noche, componindoles su puchero y lo ms necesario51
En el nmero primero de la revista Hades se referencia el trmino la enfermera
en el 580 en el Xenodoquio que el obispo Masona fund en Mrida. En el ao 1000
en el hospital San Miguel de Pamplona encontramos el Cannigo Enfermero. En
1128 se recoge la funcin de la Hospitalera en el hospital de Dios Padre de Burgos.
Durante el siglo XVII se hace referencia en Aragn, a ciertas actividades
profesionales de los enfermeros como tablajero de ciruga, cataplasmero para
aplicar baos y unturas y llaneros, encargados de preparar los vendajes52
Calvo53 al analizar la formacin de las enfermeras en el hospital de la Cinco
Llagas de Sevilla, hospital dirigido a mujeres con enfermedades no contagiosas
encontr varias figuras: la madre enfermera que diriga, asista y enseaba, y, las
doncellas de dote. Estas, tras tres aos consecutivos de servicios continuados y,
pasando por diversas dependencias del hospital, reciban un certificado y el
derecho a percibir 30 reales de velln cuando tomaran estado religioso o
matrimonial.
50 Santo Toms, Castro Castanedo, Fernndez y Melchor, 1996, pp. 57-67. 51 Surez y Germn, 1984, pp. 25-7. Documento sacado del Libro del Archivo Hospicio actualmente
en la Diputacin con el n 374, con el ttulo Tabla de los vienes de este apeo del glorioso S. Lzaro de la Espina en el conzejo de Salas y otros 1669 MS. Tolivar J. Hospitales de leprosos en Asturias durante la edad media y moderna. Oviedo: Instituto de estudios asturianos 1966. Nota: Segn Roel (pp.605 y 609), las malaterias eran visitadas por el mdico una vez al ao; as en el ao 1762, el patrono de La Silva, se quejaba de que haca once aos, que no acuda ningn mdico a dicha malatera.
52 Gigante, 2003, pp. 76-81. 53 Calvo, 2003, pp. 69-75.
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Concha Germn Bes 1. Historiografa
Para Tey el trmino enfermera se cre como extrapolacin de la funcin de
cuidado de la mujer, y del infirmarium:
El infirmario monstico, no quera decir infierno, sino el no estar firmes en su salud; en los conventos antiguos a los viejos y a los demasiados jvenes no les hacan cumplir con todas las reglas de la comunidad y como no podan pertenecer por completo a la misma, ni estar en el comedor, porque llevaban otro rgimen, estaban a cargo del infirmario, que despus deriv en enfermedad, pero no era exactamente enfermedad. Esto se ve claro al estudiar las reglas monsticas, cuando una persona tena un problema, incluso si quera hacer un da voluntario de ayuno, no poda comer en la mesa con los dems donde coman todos, aquel da coma en la enfermera. Alguien que no siguiera los horarios de los dems, iba a la enfermera. Era el cuidador no exactamente de los enfermos, sino de los no firmes
En el origen de la profesin tienen mucho ms peso los monasterios masculinos que los femeninos. Los Benedictinos, los del Cister, se creaban en centros que constituan etapas de los viajes, eran hospederas que se transformaban en hospitales cuando necesitaban una atencin especial. Las rutas de los monasterios eran de hombres, pero como realmente la figura de cuidadora era ms y en mayor nmero de mujeres, por extrapolacin de la funcin de la mujer tom el gnero de la mujer, aunque lo hicieran hombres. No es una discriminacin de sexo, es una discriminacin por gnero ya que la misma funcin la hacan hombres y mujeres. Los practicantes hacan lo mismo, pero se asimilaban a los mdicos para tener ms prestigio54.
Ayudante Tcnico Sanitario: Consenso o Imposicin?
En 1953 el nuevo plan de estudio sali con la denominacin enfermera, y se
cambi por el de Ayudante Tcnico Sanitario en el decreto del 4 de Diciembre de
ese mismo ao. En el contexto de autoritarismo del rgimen franquista, los
practicantes lograron imponer el nombre de ATS, pese a las tendencias
internacionales en contra. Un nombre que nos igualaba a los desratizadores del
Ayuntamiento de Barcelona, porque se llamaban Tcnicos Sanitarios55. Los
desacuerdos entre practicantes y enfermeras se mantuvieron en este periodo, en el
que identificarse con una funcin considerada femenina era inaceptable para los
hombres, una denominacin que poda poner en riesgo su virilidad56.
El plan de estudios de Ayudantes Tcnicos Sanitarios sustituy al de de
practicantes y al de enfermeras y, las matronas pasaron a ser una especialidad de
esta nueva carrera. La denominacin de ATS que permaneci hasta 1976 en que a
propuesta de la Comisin Interministerial pas a denominarse Enfermera con el
nico voto en contra del representante de los Practicantes57. La decisin de la
54 Tey, 2005, Relato de vida profesional. Noviembre 2005. APCGB. Ver captulo quinto. 55 Tey. Relato de Vida Profesional. Noviembre de 2005. APCGB 56 Amezcua, Germn, Heierle y Pozo, 1994. p. 264. 57 Coordinadora. Comisin Interministerial, 1976, p. 6. APCGB.
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Concha Germn Bes 1. Historiografa
denominacin fue un paso coherente con el debate del plan de estudios y con las
recomendaciones del Consejo Internacional de Enfermera y de la propia
Organizacin Mundial de la Salud. En el verano de 1977 se legisl el primer plan de
Estudios del Diplomado en Enfermera, de manera que se recuper la
denominacin de Enfermera y Enfermero.
1.1.2. La imagen del pasado de la profesin en manuales y revistas enfermera
Al realizar la revisin documental hemos conocido numerosos trabajos que
informan sobre la existencia de manuales formativos, localizando hasta un total de
veintiocho. Alberdi58 y Valle59 compararon diversos manuales de enfermeras de los
aos centrales del siglo XX. Nos ha parecido importante revisar los primeros textos,
dado que nos dan una idea del perfil profesional y de los valores de gnero, los
cuales tratamos ms especficamente en el captulo segundo, dedicando este
apartado a su descripcin cronolgica y anlisis general de este tipo de
documentacin profesional.
Las publicaciones sobre Enfermeras y Enfermeros son abundantes. Un primer
ttulo Modo como se haba de aplicar los remedios que los mdicos ordenaren a los
enfermos, para que los enfermeros sepan como los han de aplicar y cumplir, con el
mandato de los mdicos, tuvo su primera edicin en 1617, constaba de 87 pginas
y fue realizado por los hermanos enfermeros pobres. Ocho aos despus se edit
la edicin comentada. Su autor perteneca al Hospital General y casa central de esa
congregacin en Madrid60.
En 1625 se imprimi Instruccin de Enfermeros, para aplicar los remedios a todo
gnero de enfermedades, y acudir a muchos accidentes que sobreviven en
ausencia de los mdicos. Escrito por Andrs Fernndez. Enfermero Mayor del
Hospital de la Pasin en Madrid. la ms ambiciosa obra destinada a iniciar a los
empricos en funciones de su oficio, en palabras del historiador de la medicina Lus
Snchez Granjel. Consta de 232 pginas + 15 de dedicatoria e ndice. En 1664 se
realiz una 3 edicin en Zaragoza con el mismo ttulo y extensin. Una 4 en 1728
58 Alberdi, 1983, pp. 21-26. 59 Valle, 2003, pp. 211-219. 60 Fechas clave, 1994, pp. 63-68.
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Concha Germn Bes 1. Historiografa
se imprimi en Madrid a la que se le aaden 11 advertencias que son explicadas
por el hermano Francisco de Soledad a partir de sus propias observaciones. Para
Garca Martnez se tratara de Una de las obras ms emblemtica de la enfermera
espaola moderna escrita por y para enfermeros61.
Sobre barberos y sangradores, Ventosa62 nos informa de diversas obras: En
1604, Juan Bautista Zamarro public Indicaciones de la sangra. En el mismo ao
Defensa de las criaturas de tierna edad, de Cristbal Prez de Herrera trataba de la
prctica de la sangra, la aplicacin de ventosas y cornetillas en lactantes. En 1618
Cristbal Granado escribi el Tratado de Flebotoma y en 1621 Alonso Muoz
Instrucciones de los barberos flebotomiamos. En 1627 Diego Prez de Bustos edit
Tratado breve de flebotoma, que se reedit en 1700. En 1630 el libro del Padre
Quintanilla Breve compendio de ciruga, pas de unos a otros de forma manuscrita
hasta que, un discpulo Ignacio Gutirrez lo edit en 1683 en Valencia. En 1634
Pedro Gutirrez de Arvalo escribi Gua de enfermeros y remedios de pobres en
Madrid. En 1734 Recetario Medicinal, escrito por el hermano Diego Bercebal, en
forma de avisos para facilitar los conocimientos a otros enfermeros. En 1620
funcion una Escuela donde se preparaban los Practicantes, Ministrantes y
Enfermeros, en el Hospital Antn Martn en Madrid a cargo de la Orden
Hospitalaria. En 1724 se public Doctrina moderna para los sangradores, por
Ricardo de Preux, sangrador real y examinador del protobarbeirato, libro del que se
hicieron varias reimpresiones. Y en 1794 se public el Tratado completo de
flebotoma, de Juan Fernndez del Valle63.
A mediados del XVII, Simn Lpez que viv y trabajo en Valladolid y Salamanca
hizo un Manual para enfermeros, consultando obras de mdicos y notas de sus
lecciones, que se difundi en copias manuscritas, No lleg a editarse aunque
obtuvo aprobacin para hacerlo en 1652. Los epgrafes son:
A los enfermeros, que son con quienes tengo de hablar en todo este libro. Declrese un aforismo de Hipcrates, que ensea a los enfermeros cmo se han de hacer, con los enfermos, que tienen postrado el apetito. Cmo aprender el enfermero a tomar el pulso, y el conocimiento de las urinas. De los remedios en general, en la apopleja, y qu usa la Medicina. Cmo se ha de preparar un difunto en parte, no en todo. La valoracin se completaba con la descripcin de la orina 64.
61 Garca Martnez, MJ, Valle, y Garca Martnez, AC, 1995, p. 4. 62 Ventosa, 1994, pp. 9-14. 63 Ventosa, 1994, p. 11. 64 Garca Martnez MJ, Valle y Garca Martnez, AM. 1995, pp.100-106 y pp. 66-70.
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En 1730 se public El manual para enfermeras del enfermero65 de Fray Gil de
Villaln del convento de San Antonio de Capuchinos del Prado de Madrid, y tuvo
una segunda edicin en 1750. En el libro se describe ampliamente la toma del pulso
y la temperatura, siguiendo los criterios de Galeno basados en la teora de los
humores. En 1786 se public Manual para el servicio de los enfermos de Carrere,
traducido por Francisco Salv. En 1833 se public el manual El arte de la
Enfermera, cuyo autor fue Jess Bueno Gonzlez, hermano de San Juan de Dios66
En respuesta a la legislacin de 1861 que regul los estudios de practicantes y
matronas, se publicaron diversas obras. Compendio de Flebotoma y operaciones
propias de la Ciruga Menor o Ministrante67 fue publicado en Cdiz en 1862, 3
edicin, siendo la primera en 1851, su autor fue Rafael Ameller y Romero,
catedrtico supernumerario de la Facultad de Medicina de la Universidad Literaria
de Sevilla en Cdiz, y constaba de 275 pginas y 4 lminas, 5 captulos y 33
artculos. Gigante y col. analizando los vendajes informan del Manual al uso para
practicantes, cuyo autor es el doctor Calvo Martn, que ocup la ctedra de San
Carlos y haca 1866 present este libro entre sus publicaciones68. El Vademcum
del practicante fue publicado en Barcelona en 1861. El autor fue Juan Marsillach y
Parera, mdico de nmero del hospital de la Santa Cruz, constando de 476 pginas
y 19 lminas, 41 captulos y 75 artculos. La obra es todo un compendio terico-
prctico de los conocimientos indispensables a los aspirantes al ttulo de
Practicante; a los que deseen optar a plazas de practicantes de los hospitales
civiles o militares; a los sangradores, ayudantes de ciruga, enfermeros, etc69.
En 1891 se edit en Madrid Prontuario del Enfermero70, obra destinada a
65 Snchez y Ortega, 2002, pp.18-22. 66 Bueno Gonzlez Jos. Arte de Enfermera para la asistencia terico prctica de los pobres
enfermos que se acogen a la de los hospitales de la sagrada religin de S. Juan de Dios. Madrid. El autor fue prior del convento hospital de la Santa Misericordia de la ciudad del Puerto de Santa Maria y lo dedic al glorioso arcngel S. Gabriel. En 1997, el Consejo Autonmico de Colegios de Enfermera de Aragn lo reedit.
67 Ficha n 1, 1994 p. 5. La obra se dedica exclusivamente a los alumnos de Ciruga ministrantes, los flebotomistas o sangradores que necesitan, segn les est mandado por a superioridad, cursar por espacio de dos, a los estudios tericos que corresponden a Ciruga menor. Uno de sus captulos se dedica a la Odontotecnia y frmulas de clebres autores dentistas. Parece que fue usada por muchos cirujanos ministrantes como prueba el hecho de sus tres ediciones.
68 Gigante, Gomez, Torres, Megias, Blanco y Gonzlez, 2003, pp. 76:81. 69 Ficha n 3, 1994, p.p 53-60. 70 Ventosa, 1994, pp. 9-14.
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continuar la escuela de formacin de los jvenes en la Orden Hospitalaria como
continuacin de la lnea iniciada en el hospital de Antn Martn; de este libro se
hicieron varias reimpresiones. En 1894 se edit en Barcelona el Manual de la
enfermera escrito por el doctor Seco, trataba ampliamente de asepsia, antisepsia y
cuidados a la parturienta. En 1905 se public La enfermera moderna70, de 403
pginas cuyo autor fue el doctor Baltasar Pijoan, que tuvo una segunda edicin en
1919. En el prlogo, el clebre doctor Cardenal elogiaba la obra, su claridad y
sntesis. Constaba de los siguientes apartados:
Breves nociones de anatoma y fisiologa humana. La enfermera. Medios que rodean al enfermo. De la enfermedad en general. La asistencia en las enfermedades internas. Asistencia a enfermos de ciruga. Auxilios inmediatos en caso de accidentes. Obstetricia y puericultura para enfermeras. Alimentacin y teraputica. Auxilios a enfermos de afecciones especiales. La muerte y sus sntomas 71.
La congregacin de Siervas de Mara fue la autora corporativa72 del Manual
prctico de Asistencia a los enfermos de 1920. Esta obra di respuesta a las
diversas materias que abarcaba el programa para la enseanza de enfermeras
aprobado el 7 de Mayo de 1915, publicado en la Gaceta de Madrid a instancias de
la solicitud que realiz la Congregacin de Siervas de Mara, Ministras de los
enfermos, solicitando que se autorizara, para ejercer la profesin de enfermera a
las religiosas de dicha Congregacin. El texto se bas en los apuntes de las
mismas alumnas de las explicaciones que recibieron de sus profesores los
doctores: Simonena, Jimnez y Barajas, un manual que fue prologado por el Dr.
Nicasio Mariscal.
Las hijas de la Caridad disponan del Manual de la Carrera de Enfermeras pasa
uso de las Hijas de la Caridad Espaola, publicado en Madrid, a cargo de la
Compaa en 1925. Hernndez y col. al comparar este manual con otros nos
informan de otros manuales, tales como Manual del Practicante de Arturo Cubells
Balsco de 1903; El Manual de la Enfermera Hospitalaria de la Cruz Roja publicado
en 1931; El Manual de la Enfermera, de Valls Marin publicado en 1940; El Manual
de la Enfermera, de Rafael Fuster, publicado en 1946 y el Manual de la Enfermera
de Usandizaga en su edicin de 1934.
Valle73 coincide con Hernndez Martn en la eleccin de los manuales objeto de
71 Fargues y Tey, 2003, pp.99-103. 72 Valle, 1999, pp. 47-53. 73 Valle, 2003, pp. 211:219
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anlisis: el Manual de la Enfermera, 1940, del Dr. Carmelo Valls Marn, el Manual
de la Enfermera, 1943, de Dr. Manuel Usandizaga Soraluce (4 edicin en Valle) y
La Enfermera Espaola, 1942 del Dr. Jorge de Murga y Serret. Son manuales que
se dirigan no solo a las enfermeras sino que contemplaron de forma conjunta a
practicantes y matronas, y ms cuando a partir de 1953 ser una titulacin nica.
Hay uniformidad en la estructura de los manuales. Valle destaca la obra de
Usandizaga por ser el manual de enfermera ms completo, mejor informado
internacionalmente y mejor adaptado a los programas de la poca.
Hernndez Martn considera el Usandizaga un manual con un concepto de la
enseanza de la Enfermera mucho ms progresista; no obstante, le llama
poderosamente la atencin la similitud en el planeamiento de las condiciones y
cualidades fsicas, morales e intelectuales que debe tener la enfermera en el
desarrollo de su profesin, similares a los de su cotaneos.
Obediencia en relacin a sus superiores, respetando la jerarqua y la cadena de mando, cumplir ntegramente lo que se le ordena, pero no puede ser ciega y rgida sino obediencia inteligente, consagrada al cuidado de los enfermos, austera dignidad. Enfermera social o visitadora, educadora, higienista, preventiva y de enlace entre el hospital y el medio. Compendiar tanto las funciones tcnicas como las asistenciales en un profesional nico que es, sin duda, la enfermera. Incluye un captulo de visitadora puericultora, que estaba de moda 74.
Desde el anlisis de gnero se puede entender el denominador comn de
subordinacin que se espera de las enfermeras en las relaciones patriarcales y
jerrquicas con los mdicos en la sociedad espaola de los cuarenta y un ambiente
social de autoritarismo poltico social y cultural. Sin embargo debemos sealar que
Usandizaga que nombr a una enfermera como subdirectora del hospital, Maria
Teresa Junquera Ibrn, tena un claro papel de la enfermera:
La enfermera es administradora nica de la totalidad de los cuidados -sean estos los que sean- que haya que aplicar a los pacientes "No debe llamarse enfermera quien no quiera encargarse de todos los cuidados, absolutamente todos, que necesite un enfermo". Es imprescindible la vocacin para el ejercicio profesional y es necesario un mnimo de espritu vocacional, que no debe verse enturbiado por aspectos econmicos y que debe de valorarse desde la abnegacin de la enfermera. Resistencia fsica, gran energa, paciencia, equilibrio nervioso, buena presencia fsica y sin impedimento fsico. Moral, perseverancia, bondad y sinceridad56.
Los manuales indicados75 estaban escritos desde una concepcin de la
enfermera como una actividad de cuidado, tcnica pero siempre subsidiaria o
74 Hernndez Martn, 1995, pp 169-178. 75 No hemo