Hogar nuevo hogar: adiós al ladrillo
Estructuras de acero, paneles y casas-contenedor Cada vez más uruguayos prefieren
modernos sistemas de construcción que permiten acortar los plazos y bajar los costos.
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Una casa contenedor terminada
El interior de la planta baja en el proyecto de Malvín.
Proyecto de casas prefabricadas en Malvín (foto gentileza Pablo Falero)
Un contenedor en obra.
Una obra en el sistema steel framing
Marcelo Falero con el corte de un muro.
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Steel framing
09 ago 2015
LUIS PRATS
Victoria compró un contenedor ya equipado para usar como vivienda de fin de semana en su
chacra. Pablo encontró un contenedor a través de Internet y se encargó personalmente de
adaptarlo e instalarlo. Carina diseñó su casa y la construyó con una estructura de acero.
Esteban construirá su futura residencia con paneles prefabricados.
"Hogar, dulce hogar", "El casado casa quiere", "No hay mejor lugar que el hogar" son
refranes tan viejos como las casas de ladrillo. Todas estas frases mantienen su vigencia, pero
el ladrillo ya no resulta imprescindible para volverlas realidad. Las nuevas tecnologías, así
como la posibilidad de abatir tiempos y costos, están transformando la forma de acceder a la
vivienda propia.
Las casas armadas a partir de contenedores se volvieron una solución práctica y rápida para el
balneario, pero también comienzan a verse en zonas como Ciudad de la Costa e incluso en
algunos barrios suburbanos de Montevideo. La edificación a partir de paneles prefabricados
se volvió una fórmula adecuada para la vivienda de carácter social. Las obras con estructuras
de acero galvanizado (steel framing) sirven tanto para una casita en la playa como para una
mansión.
Una característica común es que la abreviación de los plazos va de la mano con el
abaratamiento de la obra, debido a que las cargas sociales —minuciosamente previstas—
representan un porcentaje considerable de cualquier trabajo de albañilería.
Armazón de acero
El steel framing es un sistema de construcción que utiliza piezas de acero galvanizado
"solidarias", que se arman para crear la estructura de la casa.
Los perfiles galvanizados pueden ser prearmados en el suelo y luego ubicados verticalmente
en la obra. También pueden ser armados en un taller y ser transportados al sitio en
construcción. Al final, el armazón semeja una jaula, donde se utilizan subsistemas para el
acabado de los muros: yeso, revestimiento de piedra, placas cementicias, madera e imitación
madera o EIFS (un sistema de aislamiento térmico exterior que utiliza espuma de alta
densidad). Para los techos se puede usar también una variedad de soluciones: chapa
galvanizada, isopaneles, lozas de hormigón alivianado o tejas americanas.
"Eso permite tener muros de mayor porte y de mayor eficiencia energética. Más frescos en
verano, más templados en invierno", sostiene Marcelo Falero, director de laempresa
SteelFraming.com.uy, quien además de la experiencia de las obras realizadas vive en una
casa construida con este sistema en El Pinar.
El costo varía según el diseño y la terminación, pero puede hablarse de entre 1.100 y 1.500
dólares el metro cuadrado. "Hay ahorros directos, por ejemplo en materiales y mano de obra,
incluso por el tiempo de la obra, e indirectos, como menor mantenimiento. Incluso las cargas
sociales son menores porque se lo considera prefabricado", comenta. "También hay menor
gasto en mantenimiento, pues el muro puede estar 10 a 15 años sin pintarse, salvo que se
quiera cambiar el color".
Una casa de 64 metros cuadrados puede estar pronta en cuatro meses, un tiempo
sensiblemente menor al de los métodos tradicionales. Todo depende de la complejidad del
proyecto.
Para llevar adelante estas obras se requiere cierta capacitación, pues de otra forma se pueden
originar problemas, advierte Falero. "La forma de razonar el proyecto es diferente a la
tradicional", comenta el empresario constructor, quien cuenta con tres cuadrillas que están
haciendo casas en Rocha y Punta del Este, e incluso una obra para la Presidencia de la
República. "La primera casa la hicimos nosotros y un equipo de tres personas más, una
experiencia que usamos como escuela", explica.
El steel framing representa un buen sistema para ampliaciones o para una segunda planta,
porque al tratarse de una estructura liviana no ocasiona problemas sobre un edificio
preexistente no pensado para soportar otro piso.
La construcción no exige cimientos, sino el anclaje en una losa de 12 a 15 centímetros de
hormigón. Eso contrarresta el movimiento que pueda tener la casa. El acero galvanizado
soporta el peso de toda la estructura.
No existen limitaciones de diseño y tamaño para este sistema. En Altos de La Tahona, Carina
se hizo una casa de gran porte, con cuatro habitaciones y cinco baños en 270 metros
cuadrados. "Conocía el steel framing de Estados Unidos y como tengo estudios avanzados de
arquitectura y diseño, la imaginé yo misma. El resultado es una casa sumamente confortable",
asegura.
Prefabricados
Un predio en la calle Pedro Cossio, en Malvín, albergará en breve un complejo de viviendas
construidas con paneles prefabricados. En realidad, será la primera obra del país con dos
tipologías de este tipo al mismo tiempo: techos de isopaneles y muros externos de hormigón
premoldeado con pilares de ese material.
"Tienen la solidez de la construcción tradicional, pero se hacen en una semana. Luego queda
colocar las aberturas y cerrar adentro con yeso", comenta Pablo Falero, director de la firma
Panelur —sin parentesco con el colega anterior—.
La obra, que se realizará bajo las previsiones legales de la vivienda de interés solar,
comercializará casas a 1.731 dólares el metro cuadrado, incluyendo el precio del terreno. Si
ya se dispone de un terreno, la construcción en tipología mixta costaría entre 900 y mil dólares el metro.
Las casas de dos plantas y dos dormitorios, cochera, parrillero y cerco perimetral saldrán al
público a unos 110.800 dólares. La superficie construida será de 64 metros cuadrados en las
casas de dos plantas y dos dormitorios, y 40 metros en las de un dormitorio en una planta.
Una casa de estas características puede levantarse en 30 días, con el consiguiente ahorro de
tiempo y aportes a la seguridad social.
En los techos llevará isopaneles (paneles térmicos autoportantes), elementos livianos que no
requieren estructura tradicional, no precisan apoyos internos en más de 10 metros y se pueden
colocar en un día. "Eso permite cerrar la obra y terminar de trabajar adentro, llueva o no
llueva, con el ahorro de tiempo y dinero que eso significa", asegura.
Los diseños están a cargo de arquitectos vinculados a la empresa. "Son proyectos
optimizados para este tipo de construcción", indica Falero. El sistema de construcción es muy
versátil, por lo cual puede seguir casi todo tipo de diseño, salvo áreas curvas.
Esteban se enteró de este sistema de construcción a través de un amigo. "Lo que me decidió
fue el precio y la posibilidad de contar con la vivienda en un plazo corto", resume.
Contenedores
Quien observe las enorme cajas metálicas apiladas sobre un barco no podrá imaginarlas como
el hogar de alguien. Sin embargo, con una adecuada preparación, los contenedores marítimos
pueden convertirse en una solución rápida y accesible para la vivienda. Varias empresas los
comercializan, algunas también los transforman, pero quien disponga de conocimientos
básicos en sanitaria, soldadura y electricidad, más las herramientas necesarias, puede hacerlo
con sus propias manos.
Como en los casos anteriores, los balnearios del Este y la Ciudad de la Costa albergan los
mejores ejemplos de casas contenedores.
"Con mi esposo compramos una chacra para vivir algún día allí. Por ahora iremos los fines de
semana. Nos informamos sobre los costos de construcción y eran demasiado altos para
nuestro presupuesto. Nos enteramos que era posible adaptar un contenedor y nos decidimos
por eso. Lo encargamos hace menos de un mes y ya está pronto para llevar", cuenta Victoria.
En estos casos, la principal limitación es el espacio, ya que las casas deben ajustarse al
tamaño del contenedor, que vienen en dos medidas estándar: 20 y 40 pies. Los primeros son
de seis metros de largo por 2,44 de ancho, lo que representa unos 14 o 15 metros cuadrados.
Los de 40 tienen 12 metros por 2,44, para unos 30 metros cuadrados. El ancho disminuye
unos centímetros luego de colocado el aislamiento. Una solución es disponer de un segundo
contenedor para ampliar la casa. Con mayor disponibilidad de fondos, además de ingenio, se
pueden utilizar varios al mismo tiempo.
Un contenedor de 40 pies vacío cuesta algo más de 3.000 dólares, a lo cual habrá que sumar
el precio del flete y la grúa, porque no debe olvidarse que se trata de cajas de acero de varias
toneladas de peso (entre 400 y 600 dólares para trasladarlo en Montevideo o la zona
metropolitana, aunque el precio se eleva si el viaje es más largo). Si a ello se agregan los
artefactos de cocina y sanitarios, las aberturas, el revestimiento y otros detalles de
terminación, el costo total será de unos 12.000 a 16.000 dólares. El valor del metro de
vivienda representará entonces entre 500 y 600 dólares, muy competitivo con las
modalidades de construcción tradicionales.
"Nuestra empresa se inició en 2008 y desde hace unos años tiene contenedores para vivienda,
aunque el rubro principal es la venta o alquiler para carga. Pero nos llegan tantas consultas
sobre vivienda que pensamos en reformular y ampliar esta área", cuenta Javier Viganó,
supervisor de ventas de Muelle Oriental.
La firma tiene un taller que se ocupa de la adaptación de la caja para convertirla en vivienda,
"desde algo básico hasta una terminación total", explica.
El cliente tiene que preparar la base donde se asentará el contenedor, así como las conexiones
de luz, agua y desagüe. Se recomienda, para facilitar la instalación, que el contenedor se
ubique por lo menos 35 centímetros por encima del nivel del terreno.
Por lo general, se coloca una aislación térmica con lana de vidrio de 50 milímetros, aunque
hay más opciones. "Con esos materiales se consigue un aislamiento que cumple con las
normativas municipales", indica.
Techos, paredes y pisos admiten diferentes soluciones: PVC, yeso o melamínico para la
cobertura; fenólico marítimo, vinílicos, piso flotante, cármica para el piso. Para el interior, la
empresa aporta un diseño de monoambiente, con kitchenette y baño. "Si el cliente pide
cambios, se pueden analizar. Incluso si se quiere una estufa a leña se lo puede hacer, hay que
colocar un ducto", comenta.
Por lo general, una casa en un contenedor de 40 pies se puede terminar en 10 días. Por el
número de pedidos, Muelle Oriental está entregando en 30 a 45 días.
Pablo, que por su profesión tiene conocimientos de electricidad, sanitaria y albañilería,
decidió utilizar sus propias manos para adaptar un contenedor (además de algunas
herramientas que compró y hoy le sirven para su trabajo). Buscó por Internet un proveedor y
contrató un flete para llevarlo a su terreno en San José de Carrasco. "Hicimos un plano por
computadora con todo lo que debíamos instalar. Luego un desagüe y una grasera, más la
conexión de luz. Después, las aberturas. Por dentro lo revestimos de manera, con una capa de
lana de vidrio para la aislación térmica. En el piso del baño colocamos cerámica", cuenta.
Quedó tan conforme con el resultado, que adquirió otro contenedor para agregar una segunda
planta, sobre la cual está trabajando ahora. Las dos cajas están desfasadas, para que la parte
superior tenga un balcón con barbacoa. Una escalera interior conecta las dos partes.
"El primer contenedor nos costó algo más de 4.000 dólares y equiparlo, entre 7.000 y 8.000.
El segundo ya fue más barato, unos 3.000. Y adaptarlo es más fácil, porque no llevará
conexiones sanitarias ni de cocina, solo la parte eléctrica", explica.
Inés Ifan, responsable del blog "no comercial" Casa Enlatada sobre "construcción
alternativa", advierte que hay empresas que realizan "adaptaciones chapuceras, por decirlo
fino" de los contenedores, sobre todo con el uso de materiales de baja calidad en la aislación.
También señala que "en ningún caso" debe dejarse el piso original de la caja, porque
"contiene pesticidas que son malos para la salud".
Del lejano oeste a los rascacielos
El sistema conocido como steel framing, cuyo elemento esencial es el acero, se inició
curiosamente con madera, en las construcciones de los colonos que marchaban a conquistar el
Lejano Oeste de Estados Unidos en el siglo XIX. Con el desarrollo de la industria del acero,
una empresa presentó en la Feria Mundial de Chicago de 1933 el prototipo de una vivienda
que utilizaba perfiles de acero en lugar de la estructura tradicional de madera. Fue el origen
del steel framing. Casi al mismo tiempo, un sistema parecido permitió la construcción de los
primeros rascacielos en Nueva York y Chicago. Los 102 pisos del Empire State neoyorquino,
por ejemplo, se completaron en apenas seis meses, tras utilizar 60.000 toneladas de acero en
su estructura.
Cargotectura, una corriente que se extiende en el mundo
Los contenedores se utilizan para carga marítima desde 1956 y por infinidad de razones,
desde su fácil manipulación hasta la seguridad, se han convertido en la norma para este tipo
de transporte.
La idea de utilizarlos como oficina o vivienda es más reciente. Y desde 2004 este tipo de
iniciativas tiene nombre: cargotectura, según la ocurrencia del estudio de arquitectura Hybrid
de Seattle (Estados Unidos) que describe cualquier estructura construida en parte o en su
totalidad a partir de contenedores reciclados.
De las primeras soluciones simples se evolucionó a estructuras complejas, casi edificios de
apartamentos. En la ciudad china de Changski existe incluso un hotel de cinco estrellas de 21
habitaciones compuesto por 35 contenedores, el Xiang Xiang Pray House, que combina el
diseño moderno con la decoración tradicional china.
En Christchurch (Nueva Zelanda), el Start Village es un centro comercial de 27 tiendas que
funcionan en contenedores apilados y pintados de rojo, amarillo, verde y azul. Fue la solución
encontrada luego de que un terremoto derribara parte de la ciudad.
Viviendas de interés social
La ley 18.795, aprobada en 2011, declara de interés nacional la vivienda "de interés social",
cuyas características regula expresamente, para la cual prevé una serie de beneficios
tributarios.
Se establece por ejemplo un tope para el precio de la construcción en la primera venta, la
financiación está exonerada de IVA, la enajenación o alquiler de la unidad no paga IVA ni
otros impuestos. La obra con elementos prefabricados que se hará en Malvín (abajo, un
render con la planta baja proyectada para la vivienda) está encuadrada en esa normativa.
"La obra nos da poco margen de ganancia pero nos interesa para desarrollar este tipo de
proyectos", señala Pablo Falero, el empresario constructor