Boletín Nº243
Homenaje a Elsa Sánchez de Oesterheld
El Programa Educación y Memoria porteño desea homenajear a Elsa Sánchez de Oesterheld,viuda del guionista de historietas Héctor Germán Oesterheld, quien viera devastada su vida por la accióndel terrorismo de estado de la última dictadura cívicomilitar al secuestrar y desaparecer a su compañero,
sus cuatro hijas, sus yernos y nietos por nacer.
El Eternauta: un hombre que lucha por seguir viviendo aun cuando todos a su alrededor, incluidas su mujer y su hija, han desaparecido, yasí pasa a otra dimensión, la de la eternidad, donde las buscará para siempre. Héctor Germán Oesterheld escribió esta historia en 1957,20 años después él y sus cuatro hijas fueron desaparecidos por la última dictadura cívicomilitar, y casi como una metáfora autocumplida,la historia del Eternauta se transmutó en la vida de Elsa, cuando desaparecieron a toda su familia e inició su lucha eterna, buscando a susdesaparecidos.
La de Elsa es una de las historias más dramáticas de la última dictadura militar: entre junio de 1976 y diciembre de 1977, sus cuatro hijasde entre 18 y 24 años, su marido y sus dos yernos fueron secuestrados y asesinados. Además, dos de las chicas estaban embarazadas yaún se desconoce el paradero de esos bebés, nacidos en cautiverio.
"Elsa y Héctor, se conocieron en 1943, en un club barrial de Núñez. Ella tenía 17 años y el 24.Él nacido en una familia de origen alemánde clase alta y ella descendiente de españoles de clase trabajadora, se casaron en 1947. Cuando se conocieron, Héctor había terminadode cursar la carrera de geología y se ganaba la vida escribiendo libros de divulgación científica para chicos. Pero poco después empezó aescribir literatura infantil y consiguió ser contratado por la editorial Abril. Durante los cuatro años que Elsa tardó en quedar embarazada, sededicó a ayudar a Héctor a transcribir sus textos.“
En 1952 nació Estela, su primera hija. A los pocos meses, Elsa volvió a quedar embarazada y decidieron cambiar el departamento dePalermo por una casa más grande, y así fue como se mudaron a Beccar Apenas se instalaron nació Diana, la segunda. Tres años mástarde Beatriz y por último Marina. Como la casa era también la editorial, las chicas se criaron como en una escuela de arte, donde seescribía y se dibujaba todo el día. Estelita, dibujaba y pintaba, Diana, escribía, las más chiquitas, Beatriz y Marina, jugaban con muñecas.Entre los visitantes ilustres que eran habitués de los Oesterheld, se encontraban dibujantes como Alberto Breccia, Hugo Pratt y PaulCampani. Las chicas también acompañaban a su padre a visitar a Jorge Luis Borges a la Biblioteca Nacional, de la que era su directorentonces.
Preocupados por darles una buena educación, Elsa y Héctor decidieron mandar a las chicas al Northland¨s, que en esa época era elmejor colegio inglés de la zona. Sin embargo, a mediados de la década del ´60, la economía del país, el avance de la televisión y la nulacapacidad de Oesterheld como administrador llevaron la editorial a la ruina.
Fue a principios de la década del ´70 cuando las chicas, ya adolescentes, empezaron a involucrarse en política. Pero fue recién en 1973cuando Elsa se dio cuenta del peligro que corría su familia: A principios de 1976, Elsa tuvo que empezar a trabajar porque ya no teníanrecursos económicos suficientes. Marina, que aún era menor de edad y cursaba quinto año del colegio secundario, seguía viviendo en lacasa de Beccar. Beatriz se había mudado y militaba en la villa La Cava. Diana se había casado y se había ido con su marido, Raúl Araldi,y su bebé, Fernando, a vivir a Tucumán. Y Estela vivía en zona sur con su marido, Raúl Mórtola, y su hijo, Martín. Todos, también Héctor,pasaron a la clandestinidad con el golpe de Estado, el 24 de marzo de 1976.
El 21 de junio, cuando Elsa fue a tomar el tren para ir a trabajar al banco, un muchacho al que ella no conocía, se le acercó y en voz bajale dijo: “Elsa, Beatriz no volvió. La secuestró el Ejército”. Al día siguiente, ella comenzó un peregrinaje por dependencias policiales ymilitares, iglesias y juzgados, sin obtener respuesta hasta que presentó un hábeas corpus: el 7 de julio la citaron en la comisaría deVirreyes para informarle que su hija de 19 años había muerto junto a otros chicos.
El 26 de julio, un grupo de tareas ingresó por la fuerza en la casa de Diana, en San Miguel de Tucumán. Ella, de 23 años y embarazadade seis meses logró escapar. Su hijito, Fernando, de poco más de 1 año, fue secuestrado y entregado como NN en la Casa Cunaprovincial, donde unos meses después lo encontraron sus abuelos paternos que lo criaron con ellos en Pergamino. Su mamá fuefinalmente secuestrada el 7 de agosto y llevada a Campo de Mayo, donde dio a luz a su bebé, del que aún hoy no se sabe sexo niparadero. Después la mataron, al igual que a su marido.
La vida de Elsa se volvió una pesadilla. La casita de Beccar en la que habían sido felices era ahora un lugar oscuro y triste. El 27 de abrilde 1977 secuestraron a Héctor en La Plata y lo llevaron a distintos centros de detención, entre ellos Campo de Mayo, El Vesubio y unsector de la subcomisaría de Villa Insuperable conocido como Sheraton.
El 4 de diciembre de 1977, Estela, la mayor, que entonces tenía 24 años, le escribió una carta a su mamá, con otra mala noticia: Marinahabía sido la última en pasar a la clandestinidad. Tenía 18 años y estaba embarazada de 8 meses cuando la secuestraron. También secree que dio a luz en Campo de Mayo y de su hijo tampoco se sabe nada. Después de despachar la carta, Estela y su marido tambiénfueron asesinados. Los responsables del operativo secuestraron al pequeño hijo de la pareja, Martín, de 3 años y se lo llevaron a suabuelo Héctor a su lugar de detención. Martín estuvo tres horas con él, quien les pidió que llevaran al niño con Elsa. Y así lo hicieron.Héctor fue el último en morir, se cree que en Mercedes después de la Navidad de ese año.
Elsa no dejó su lucha, su motor en todo este tiempo fue la necesidad de llegar a ver grandes a sus dos nietos: Martín Mórtola que hoy esdiseñador gráfico y tiene dos hijos, y Fernando Araldi que es fotógrafo.“
Luego del largo camino de alegrías y tristezas recorrido, hoy deseamos fervorosamente que el cielo exista y pueda darse, nuevamente, elencuentro.
Nos toca vivir un tiempo en el que hablar de ampliación de derechos y en el cual trabajar por garantizar el goce pleno de los mismos formaparte de la cotidianeidad de muchos. Sin embargo debemos seguir haciendo visibles situaciones en las cuales los derechos sonavasallados: tal es el caso del trabajo infantil, que no sólo arrasa con todos los derechos de los que debería gozar la niñez, sino queademás suele cobrar víctimas y transitar el frágil límite existente entre trabajo infantil y esclavitud. Y si deseamos concientizar sobre estetema tan dolorosamente actual, tampoco podemos dejar de lado otro tema que tiene como denominador común la vulneración dederechos, la violencia, y la cosificación de sus víctimas: la violencia de género y el femicidio. Niños y mujeres en el siglo XXI deben seguiralzando su voz en todo el mundo para que sus derechos sean garantizados, estos temas nos interpelan como sociedad y requierenrespuestas de compromiso con la vida.