LAS CONSTITUCIONES CATALANAS
DE 1283
Y OTROS RELATOS
FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO
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Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer
la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho
valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-
formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-
vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de
algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-
juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este
libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse
ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se
reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,
etc.
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A MODO DE PRÓLOGO
LOS ALMOGÁVARES
¡Malditos sean los que nos llaman pordioseros o gentuza u hombres desarrapados! ¿A
quién acuden para que les saquemos las castañas del fuego? ¡Pues sí, a nosotros los al-
mogávares!1
En estos tiempos, somos plebeyos y no es ninguna ganga el serlo. Podemos padecer
hambruna, tiranía de los señores y padecer pestes, por tanto, nosotros, gente de la mon-
taña, hemos escogido ser guerreros a sueldo, y con ello, aunque la muerte nos quiera be-
sar, podemos tener días y semanas de desenfrenado y puro disfrute.
Os preguntáis de dónde venimos, pues de las montañas de los Pirineos, estando al ser-
vicio de la Corona de Aragón. Y nuestro nombre, no lo sé de cierto, pero se comenta de
viejo que viene de una palabra árabe que significa el que hace correrías. Y ¡por Dios,
qué nombre más acertado!
Mirad, somos muy nuestros, no te metas con nosotros, que vamos a una contra voso-
tros. Somos montañeses, qué quieres. No ves como visto; zamarra de piel, calzas de
cuero, una redecilla de hierro, o a veces un gorro de cuero y como calzado, las abarcas.
Y cuando vamos a guerrear, no os penséis que somos corderitos. Te gusta lo que ves, te
resulto fiero, pues ya verás cuando esté dispuesto para la lucha y golpee las armas con-
tra las piedras, envuelto en polvo y chispas y gritando como un loco “Desperta ferro!”.
Y no yo sólo, sino con mis hermanos, con un gesto en la cara de rabia contenida y
desplegar movimiento de ataque. Os lanzaré una lanza corta, la que llamamos la azcona,
o sucumbiréis al impacto de pequeños dardos, y si os ponéis a mano, sufriréis el co-
lirtell, ese fuerte cuchillo de buen filo.
Cuando luchamos, nos gusta ir cuerpo a cuerpo y deslizarnos debajo de los caballos
enemigos para destriparlos, su montura cae al suelo con gran estrepito e incapaz de ar-
ticular movimientos rápidos; postrado en el suelo por su pesada armadura es presa fácil
de nuestras armas.
Nuestra estrategia es causar pánico en las huestes enemigas con nuestro vocerío y ma-
la leche y nuestras tácticas de ataque, una vez desatado el mismo; todo eso conlleva
nuestra acción, que es pura carnicería en la que no se levanta una mano para herir que
no diera en carne.
No nos gusta mandar, sino recibir órdenes de fabulosos caballeros con bastante tino en
la dirección de la batalla. Estos caballeros son de buen linaje y mejores jinetes, pero eso
sí, han de poseer nuestra mala leche y ansías de botín y de aventuras, y ser el mejor pos-
tor, por supuesto. Queremos dineros por adelantado. No os vayáis a pensar que renun-
ciamos a la democracia castrense, en las tropas o ejércitos se eligen los almocadenes,
una especie de sargentos, “la flor del mundo” y los capitanes, que están en contacto con
1 Desde Ramón Muntaner como fuente o recurso. http://legadohistoria.blogspot.com/2014/10/la-aventura-
de-los-almogavares.html
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los caballeros. Y, aunque, la batalla esté en el mismo infierno, llevamos siempre con
nosotros a nuestras mujeres y nuestros hijos, ¡ojo, con ellas y ellos, que por sí solos se
sirven de vosotros como desayuno!
Cuando el rey Pere (Pedro III) de Aragón –y nosotros con él– acabó la reconquista,
este rey nos mando a Sicilia, que estaba siendo atacada o dominada por el francés. En
marzo de 1282 tuvimos que luchar en Mesina. Recuerdo, que esa noche nos colamos
como 2.000 de los nuestros dentro de las murallas de aquella ciudad y que los lugareños
se quedaron con semblante de haber visto al mismo demonio delante de ellos. Pero a la
mañana siguiente, no imaginaron el terrible y hermoso cuadro que se les dibujó delante
de su faz. Nos vieron salir con gran estruendo y potencia por la puerta y asestar tan du-
ros golpes a los sitiadores franceses que a éstos no les quedó más remedio que huir y
dejar pertrechos por doquier para salvar sus miserables vidas. Y nos embarcamos para
seguirlos hasta el continente y rematar la destrucción de su campamento en la Catona,
derramando por doquier un baño de sangre, con las vísceras colgando de los caídos,
miembros cercenados, cabezas rodando, y se formaron charcos y ríos y lagos del rojo
líquido esfumando vida…
Corría el año 1283, año comenzado en viernes al que le sucederían otros, a los que
pertenecen estas historias.
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AÑO 1283
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SICILIA Y CALABRIA
INTERVINIENDO EN GUERRA CATALANES Y ALMOGÁVARES
Ocurrió en enero y febrero. Un grupo de catalanes-sicilianos del reino de Aragón cru-
zó el estrecho de Mesina y más de 2.000 almogávares dieron un considerable golpe de
mano2 contra Catona,
3 largando del sur de Italia a Carlos de Anjou. Se marchó a Bur-
deos, acompañado de su hijo el príncipe de Salerno,4 que también se llama Carlos de
Anjou.5 Quedó así evacuada de franceses o angevinos la zona meridional italiana, Regio
de Calabria, a 8 de febrero, habiendo asedio aragonés y siendo tomada la ciudad por el
rey Pedro III en el día 14 de febrero. Pedro estaba allí recién llegado con sus propias
tropas.
2 Ataque de limitado alcance que llevan a cabo pequeñas unidades o determinados grupos contra objetivos
no muy lejanos, con el fin de apoderarse de algún punto determinado del terreno, ocupado (o no) por el
enemigo o adversario, derribando obstáculos o adquiriendo informes mediante la captura de algún puesto
enemigo.
3 Al sur de Italia, en Calabria.
4 En la italiana región de Campania.
5 Futuro Carlos II de Nápoles (1285-1309).
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REINOS DE ARAGÓN Y DE SICILIA
PEDRO III SE TOPÓ CON LA IGLESIA ROMANA
Cuando el rey Pedro III de Aragón comenzó a reinar también en Sicilia, como bien re-
cordamos de muy recientemente (1282), tal como vamos contando, estando en Palermo
envió enseguida una embajada a Carlos de Anjou, que se encontraba en Mesina, instán-
dole a reconocerle como rey de Sicilia y a despedirse abandonando la isla siciliana. Y la
derrota de la flota angevina en Nicotera, a manos del almirante Roger de Lauria,6 obligó
a Carlos a dejar Mesina yendo a refugiarse en total repliegue a su reino de Nápoles.
El Papa Martín IV reaccionó y respondió ante la coronación siciliana de Pedro III con
su excomunión (9 de noviembre del pasado año 1282) y sentenció su deposición como
rey de Aragón (21 de diciembre de este año 1283). A 21 de marzo de este año cedía los
dominios aragoneses a quien estuviera realmente en condiciones de hacerse cargo de
ellos. El 27 de agosto, como si fueran suyos, el Papa “entregaba” los reinos de Pedro
III a Carlos de Valois,7 hijo del rey Felipe III de Francia y de su esposa Isabel de
Aragón (muerta en 1271). Y hacía el pontífice un llamamiento de cruzada contra la Co-
rona de Aragón, por intervenir ésta en los asuntos sicilianos contra la voluntad ponti-
ficia o sin su consentimiento.8
6 Procedente del Mezzogiorno italiano, como bien sabemos, y al servicio de la Corona de Aragón, nacido
en 1245 y muerto en 1305.
7 Nacido en 1270 y muerto en 1325.
8 Tal cruzada, entre los años 1284 y 1286, se tuvo sobre todo en tierras catalanas, aunque los primeros
episodios se sucedieron en la frontera navarro-aragonesa. Como respuesta y según veremos, los arago-
neses atacarán a los franceses en Mallorca y en Occitania.
La situación en la que vino a encontrarse el rey Pedro III fue de total inestabilidad, no sólo teniendo que
enfrentarse a la invasión francesa preparada allende los Pirineos, sino que tuvo que hacer frente también a
graves problemas internos en sus dominios, problemas que surgieron por las necesidades económicas re-
lativas a la conquista de Sicilia.
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REINO DE NORUEGA
MURIÓ LA REINA MARGARITA
Margarita de Escocia, reina consorte de Noruega, murió en Tønsberg,9 a 9 de abril de
este año 1283,10
siendo su edad de tan sólo 22 años. Dejó viudo a su esposo el rey Erico
II de Noruega,11
con quien se había casado en 1281, siguiendo el tratado de Perth, de
1266, entre Escocia y Noruega.
Había nacido en el castillo de Windsor (Inglaterra), hija del rey Alejandro III de Es-
cocia12
y de Margarita de Inglaterra.13
Su muerte fue poco después de dar a luz a su
única hija, la princesa Margarita.14
Recibió cristiana sepultura en la iglesia catedral de
Bergen.15
9 Al sur del país, una importante ciudad medieval que tradicionalmente es considerada como la más anti-
gua de Noruega, corroborándose que su fundación en concreto puede ser del siglo XII. Sufrió varios in-
cendios de consideración en su transcurrir histórico. En 1277, reinando Magnus VI el Legislador (1263-
1280) se firmó en este lugar el concordato de Tønsberg, que supuso una legislada y reconciliada relación
entre la monarquía noruega y la Iglesia Católica.
10
Aunque esta fecha es históricamente discutible.
11
De reinado entre los años 1280-1299. Fue el mayor de los hijos de Magnus VI (muerto en 1280) y de
la danesa Ingeborg (cuya muerte será en 1287).
12
De reinado entre los años 1249-1286, siendo este último el año de su muerte.
13
Muerta en 1275.
14
Ahora recién nacida y más tarde Margarita I de Escocia o conocida como la doncella de Noruega. Re-
sultará que, tras el súbito fallecimiento en accidente de su abuelo el rey Alejandro III de Escocia el 19 de
marzo de 1286, Margarita habrá de convertirse en su única heredera legítima, siendo reconocida como tal
por el rey Eduardo I de Inglaterra (1272-1307), que se planteaba casarla con su hijo y heredero Eduardo II
(1307-1327), con el fin de unificar toda la Gran Bretaña en un solo y único reino.
Corría el mes de septiembre de 1290 cuando Margarita fue llevada desde el puerto noruego de Bergen
hacia Escocia, pero debido a su delicada salud falleció antes de acabar la navegación y llegar a puerto.
Murió con 7 años de edad, el 26 de septiembre de 1290, frente a la costa de las islas Orcadas, al norte de
Escocia. Su cuerpo fue retornado a Noruega y sepultado en la conocida como antigua catedral de Bergen
(ver nota siguiente).
15
La Antigua Catedral de Bergen o Iglesia de Cristo en el islote de Bergen, que fue la primera catedral
de la ciudad noruega de Bergen, construida entre los años 1066 y 1093 por orden e iniciativa del rey Olaf
III (muerto en 1093). Del edificio sólo existen hoy en día los cimientos, dentro de la fortaleza de Ber-
genhus, una de las más antiguas y mejor mantenidas de Noruega. Resultó ser todo esto durante el siglo
XIII el centro político más destacado de Noruega, donde además eran coronados y sepultados a su muerte
los reyes noruegos. El lugar mantenía mucho simbolismo religioso por conservarse allí, desde 1170, los
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BURDEOS (JURISDICCIÓN de Inglaterra)
RETO O DESAFÍO HISTÓRICO
Contamos ahora brevemente cómo hubo reto o desafío que podemos calificar de histó-
rico en Burdeos, ciudad aquitana-francesa o de los angevinos, en Gascuña, que está por
ese lado bajo la jurisdicción del rey Eduardo I de Inglaterra.
El reto a duelo fue lanzado por Carlos de Anjou al rey Pedro III de Aragón a causa de
haberle arrebatado éste el trono de Sicilia. El histórico desafío consiste en hacer valer un
juicio de Dios16
para dirimir y solucionar del todo la guerra o disputa por Sicilia, todo
ello tal como surgió, según ya vimos en 1282, de aquellas Vísperas Sicilianas.
Pedro III de Aragón resultó proclamado rey de Sicilia, pero el Papa Martín IV exco-
mulgó a Pedro (9 de noviembre de 1282), declarando vacantes sus dominios (21 de mar-
zo de este año 1283).
Tanto Carlos de Anjou como el Papa Martín IV acusaron a Pedro III de Aragón de ha-
ber invadido Sicilia de modo nada razonable y sin previa declaración. Y Carlos retaba
en este año 1283 a Pedro a un duelo. Era un astuto plan el urdido por Carlos para alejar
de Sicilia a Pedro, siendo Burdeos un terreno neutral en el que comparecer. Así se acor-
dó. Pedro aceptó el reto.
Se acordó que el día 1 de junio de este año 1283 comparecerían en las cercanías de
Burdeos los dos adversarios, acompañados cada uno por un centenar de caballeros. Si
uno de los dos contendientes no se presentase en el día señalado, sería considerado ven-
cido.
La noticia del desafío se extendió rápidamente por toda Europa. El Papa Martín IV se
opuso tajantemente a que se efectuase. El rey Eduardo de Inglaterra también se opuso,
negándose a presidir o presenciar el combate.
Para intentar evitarlo, Eduardo llegó a ordenar el traspaso provisional de Burdeos a la
potestad del rey de Francia. Así Burdeos dejaba de ser territorio neutral. Pero ello no
impidió que los dos adversarios persistieran en su propósito, y el rey de Francia ordenó
acondicionar el campo de batalla, mientras que cien caballeros franceses se disponían
para la lucha. Por su parte, el príncipe de Salerno, Carlos de Anjou, hijo del destronado
restos o reliquias de Santa Sunniva de Selje (siglo X), que fue determinante en su momento durante la
evangelización de Noruega. Santa Sunniva, ciertamente muy legendaria, se conmemora el 8 de julio.
16
O típica ordalía medieval.
~ 10 ~
rey de Sicilia, el hijo del Carlos de la presente historia, se instaló rápidamente en Bur-
deos, acompañado de numerosos caballeros que no querían perderse el espectáculo.
Pedro III se acompañó también de sus numerosos caballeros y puso rumbo a Burdeos,
desde donde el senescal de este lugar hizo saber al rey Pedro que no podía hacerse cargo
total de la seguridad o del orden, pues eran muy confusos los planes en Francia.
Pasó entonces que el rey Pedro, considerando los avisos y noticias de que disponía,
viajó a Burdeos en secreto, con tres caballeros disfrazados de escuderos, valiéndose to-
dos de un guía experto, ataviado con ropajes propios de un rico mercader. El monarca se
vistió pobremente, para parecer el mayordomo del comerciante.
Llegados a Burdeos, el rey Pedro, sin descubrir su identidad, se presentó al senescal y,
en nombre del rey, le solicitó inspeccionar el campo de batalla. El senescal accedió a
ello y le condujo a la palestra. Pedro pudo recorrer entonces aquel campo en todas sus
direcciones. Inmediatamente después se dio a conocer al sorprendido senescal y a los
caballeros que le acompañaban, que dieron fe de su presencia en el campo de batalla y
de que no era posible asegurar la neutralidad del lugar.
Cumplido todo esto, Pedro se volvió a sus dominios, huyendo de caer en poder ene-
migo, escabulléndose de los mismos.
Ofrecemos ahora el relato enfocándolo más desde el destronado rey siciliano Carlos
de Anjou. El 6 de abril de este año 1283, tras la muerte de su sobrino el conde Pedro I
de Alençon,17
Carlos retó a su muy rival Pedro III de Aragón, tal como vamos contando.
Hubo antes de nada intercambio de misivas, siendo resultado de las mismas el de esta-
blecerse o planearse el duelo o desafío de Burdeos.
Carlos de Anjou y sus cien caballeros se presentaron en Burdeos el 15 de mayo, jun-
tándose a su sobrino el rey Felipe III de Francia, que le acompañaría con 12.000 gue-
rreros, teniendo la intención de apresar al rey aragonés. Ante esta situación y bien en-
terado de la misma, el rey Pedro III de Aragón recurrió a la ayuda del rico mercader de
caballos Domingo de la Figuera, conocedor a la perfección de los caminos, rutas y sen-
deros que conducen a Burdeos.
Inmediatamente antes del 1 de junio, la víspera, el rey Pedro estaba ya en Burdeos,
ocurriendo cuanto antes contábamos, de estar convenientemente disfrazado y camufla-
do. Al alborear del señalado día 1, Pedro mandó a Gilberto de Cruïlles para que el se-
17
Pedro de Francia o Pedro I de Alençón, que había nacido en Tierra Santa (año 1251, cuando la séptima
cruzada), murió en Salerno (Italia), a 6 de abril de este año 1283. Era hijo, el séptimo de once, del rey
Luis IX de Francia (San Luis) y de su esposa la reina Margarita de Provenza. En 1269 fue nombrado el
infante Pedro conde de Alençón (que se halla en la Normandía francesa). Tres años después, en 1272, fue
nombrado conde de Blois, Chartres y señor de Guisa. Acompañó a su padre a Túnez durante la octava
cruzada, en 1270, pero la expedición, como la anterior y como bien sabemos, también fracasó, en este
caso por la extendida disentería grave que diezmó al ejército cruzado. Tanto el rey Luis IX como su hijo
(el sexto) Juan-Tristán, conde de Valois, murieron también.
Pedro de Francia se casó en 1272 con Juana de Chatillón (nacida en 1258 y muerta en 1291), naciendo
dos hijos de este matrimonio: Luis de Alençón (1276-1277) y Felipe de Alençón (1278-1279).
En 1282, después de las Vísperas Sicilianas, Pedro se fue a Nápoles para rescatar a su tío Carlos I de
Anjou. Hizo la guerra en nombre de Carlos, pero murió en Salerno, el 6 de abril de este año 1283, como
estamos contando. Su cuerpo fue llevado a París, donde fue enterrado. Después de su muerte, sin hijos
sobrevivientes, el condado de Alençon volvió a la Corona de Francia.
~ 11 ~
nescal de Gascuña, Juan de Grailly,18
asistiera al palenque del duelo con un notario y
seis caballeros indicándole que allí le esperaba un caballero del rey de Aragón. En
efecto, pasó que allí se trasladó el rey aragonés de incógnito y disfrazado, de modo que
el senescal asistió al palenque con permiso del rey francés e informando de todo.
El senescal llegó al palenque del campo de lucha, donde finalmente reconoció al rey
de Aragón, el cual indicó su protesta por la inseguridad de su persona frente a la ame-
naza de los franceses, y dejó constancia de su presencia en el campo del duelo. Una vez
tomada escritura pública ante el notario, el rey Pedro III de Aragón se despidió del se-
nescal y regresó al reino de Aragón por el camino de Soria. El senescal fue a informar al
rey de Francia, ante lo cual Carlos de Anjou pensó que era de una emboscada de lo que
se trataba; pasó un día a la espera de lo que pasara, pero viendo que no pasaron inci-
dentes se marchó él también, como todos sus hombres, de Burdeos.
Pedro III, de Aragón y Sicilia, siguió retomando su autoridad, que no dejaba de estar
en tela de juicio, sobre todo de juicio pontificio. En mayo había partido hacia las tierras
francesas desde Trapani (a occidente de Sicilia), desembarcando en Cullera19
el 17 de
mayo. Unos días después, el 26 de mayo, se había entrevistado en Tarazona20
con su hi-
jo Alfonso,21
delegándole en gran parte su gobierno, sobre todo en los territorios pe-
ninsulares, durante su ausencia. Fue el príncipe Alfonso de Aragón quien informó a su
padre el rey acerca de cómo el rey Eduardo I de Inglaterra había renunciado al arbitraje
del combate como juez, cediendo tal potestad y hasta la jurisdicción temporal de Bur-
deos al rey Felipe III de Francia.
Sí le pasó al rey Pedro III de Aragón, mientras regresaba desde Burdeos a sus tierras
de Aragón, durante el mes de junio, que sufrió una emboscada cuando se encaminaba a
Tarazona, atacándole Juan Núñez de Lara, quien pretendió su secuestro y llevarlo preso
ante el rey Felipe III de Francia.22
Pero Pedro salió victorioso de este peligroso inci-
dente.
18
Su muerte será en 1301.
19
Provincia de Valencia.
20
Provincia de Zaragoza.
21
Futuro Alfonso III de Aragón entre los años 1285-1291.
22
Juan Núñez I de Lara, cuya muerte será en 1294, ostentó varios señoríos, incluido el de Albarracín
(Teruel) por su primer matrimonio con Teresa Álvarez de Azagra. Fue acompañante de los reyes Luis IX
de Francia y Teobaldo II de Navarra durante la octava cruzada en 1270, estando en Túnez con ambos mo-
narcas, todo ello sin el consentimiento del rey (su rey) Alfonso X de Castilla, quien a pesar de todo no le
desposeyó de las tierras castellanas que poseía.
Durante la revuelta nobiliaria de 1272-1273 contra el rey castellano, a pesar de que apoyó las preten-
siones de su padre (Nuño González de Lara) y de los demás magnates sublevados, entre los que se hallaba
el infante Felipe de Castilla, hermano de Alfonso X, Juan Núñez de Lara intentó permanecer fiel al rey,
quien, en los comienzos de la rebelión, le hizo importantes encargos. Posteriormente acompañó a su padre
y a los otros magnates sublevados abandonando el reino de Castilla para irse al reino de Granada, desde
donde si siguieron negociaciones varias, como bien sabemos.
~ 12 ~
ISLAS DE MALTA Y GOZO
SE IMPONE EL ALMIRANTE ROGER DE LAURIA
Mientras Pedro III de Aragón se replegó a sus tierras, Carlos de Anjou preparó en
Provenza una poderosa armada de 20 galeras pretendiendo con ellas dirigir un castigo
bélico a Sicilia, castigo que quiso reforzar también desde Nápoles con 7 leños de 80
remos y más soldados, dirigiéndose a Trapani. Mientras se daba este traslado naviero a
Sicilia, la reina Constanza, esposa de Pedro III, reorganizó las 22 galeras de que dispo-
nía en esos momentos y puso al mando de las mismas a su fiel almirante, ya nombrado
de la flota real catalana-siciliana, Roger de Lauria, el cual salió de Mesina persiguiendo
a los franco-napolitanos hasta Malta, entrando durante la noche del 8 de junio en La
Valletta.23
Roger logró allí y al momento una sonada victoria sobre las 27 naves ene-
En 1274 Juan Núñez I de Lara formó parte de la embajada enviada por Alfonso X al Papa Gregorio X,
embajada por la que el monarca castellano pretendía persuadir al pontífice para que apoyase sus recla-
maciones al Imperio, a lo que el Papa, como bien sabemos, no accedió, recomendando además al rey de
Castilla que desistiese ya de dicho propósito. Vino a continuación todo cuanto aconteció respecto a Fer-
nando de la Cerda, tal como podemos recordar, estando muy cercanos entre sí Juan Núñez y Fernando de
la Cerda. Al morir éste, Juan Núñez formó parte del séquito o cortejo que condujo su cadáver al monas-
terio de las Huelgas, en Burgos, donde recibió sepultura.
En 1275, comenzado septiembre, murió Nuño González de Lara, padre de Juan Núñez, ocurriendo la
desgracia en Écija (Sevilla), como bien podemos recordar, venciendo en batalla los benimerines… En
Juan Núñez recayó entonces la Casa de Lara, siendo él muy principal defensor de los infantes de la Cerda
como aspirantes o supuestos herederos al trono de Castilla. Mientras tanto, o por el contrario, su principal
rival, Lope Díaz III de Haro, señor de Vizcaya (muere en 1288), se convertía en el más decidido partida-
rio del infante Sancho.
Juan Núñez I de Lara abandonó el reino de Castilla y en septiembre de 1276 rindió homenaje al rey Fe-
lipe III de Francia, de quien se convirtió en vasallo junto con su hermano, Nuño González de Lara. Al
mismo tiempo, ambos hermanos se convirtieron en los principales defensores, dentro de las fronteras de
Francia, de los derechos sucesorios de los infantes de la Cerda. En el tratado de Vitoria, firmado en el mes
de noviembre de 1276 por los reyes Alfonso X de Castilla y Felipe III de Francia, el rey castellano se
comprometió a devolver a Juan Núñez I de Lara y a sus seguidores las tierras que les habían sido con-
fiscadas, aunque las cláusulas de dicho tratado no llegaron a entrar en vigor.
En otro orden de cosas, a pesar de que Alfonso X de Castilla y Pedro III de Aragón habían acordado en
las Vistas de Campillo-Ágreda (1281) que el aragonés renunciaba a todos sus derechos sobre el señorío
de Albarracín, el infante Sancho de Castilla, del todo contrario a su padre, manifestó al rey Pedro que le
ayudaría a recuperar dicho señorío y, que si así lo deseaba, el propio infante se encargaría de apoderarse
de las fortalezas del mismo, aunque este propósito nunca se realizó.
Juan Núñez I de Lara dejó descendencia, de su primera esposa, Teresa Álvarez de Azagra, con quien se
casó en 1260, y de su segunda esposa, Teresa de Haro, con quien se casó al enviudar de Teresa Álvarez.
Trataremos de esto, o lo notificaremos algo más, en otro momento.
23
Puerto maltés que aún se encontraba en ciernes.
~ 13 ~
migas, gracias sobre todo a la diestra pericia de los ballesteros catalanes. Uno de los al-
mirantes provenzales, Bartomeu Bonvi, huyó del puerto maltés con 9 galeras, mientras
que el otro, Guilhem Cornut, murió enfrentado a un combate personal con Roger de
Lauria. Las islas de Malta y Gozo24
quedaron sometidas en vasallaje al rey de Aragón y
Sicilia. Así que el 8 de junio fue la batalla de Malta, victoriosa por parte del almirante
Roger de Lauria, siendo destruida la flota de Carlos de Anjou.
Roger de Lauria
24
Son 21 las islas del Mediterráneo que forman el archipiélago maltés.
~ 14 ~
NIEBLA (REINO DE CASTILLA)
REGALO DEL REY ALFONSO X A SU QUERIDA HIJA BEATRIZ
A 4 de marzo de este año 1283, siendo un día que deja atrás el invierno, el rey Al-
fonso X de Castilla donó a su querida hija Beatriz, madre del rey Dionisio de Portugal,
que reside en Sevilla desde el pasado año 1282,25
las tierras y la población del que fue
antaño por mucho tiempo reino o importante taifa de Niebla,26
donde a 16 de julio se
concede el fuero de Sevilla, además de otorgársele también las rentas reales de la ciudad
de Badajoz y las villas de Moura, Serpa, Noudar y Mourão (Morón), todo con sus co-
rrespondientes castillos, importantes y de mucho interés.27
25
Beatriz de Castilla, hija ilegítima de Alfonso X de Castilla y de su amante Mayor Guillén de Guzmán
(muerta en 1262), fue reina consorte de Portugal, estando casada con el rey Alfonso III de Portugal (1248-
1279). Heredó de su madre diversos e importantes señoríos.
Pudo haber nacido en 1244. De ella podemos contar, en su momento, que contrajera matrimonio con el
mencionado rey portugués. Como parte de su estrategia para llegar a un acuerdo con los portugueses so-
bre la soberanía del Algarve, el rey Alfonso X de Castilla la ofreció para casarse al rey Alfonso III de
Portugal, celebrándose la boda en 1253.
En el acuerdo, el rey castellano prometía que devolvería todos sus derechos sobre el Algarve al primer
hijo varón que tuviesen Alfonso III y Beatriz en cuanto alcanzara los 7 años de edad. Y también hemos de
tener en cuenta que la boda entre Alfonso III y Beatriz, sentó mal a los nobles portugueses, considerán-
dola “boda humillante” o algo incluso peor, pues se había celebrado estando Alfonso III casado aún con
Matilde de Bolonia (o de Dammartin), muerta en 1260 pero que en 1255, siendo rechazada, acusó a su
marido de bigamia, haciéndolo ante el Papa Alejandro IV (1254-1261). En 1258, el Papa condenó por
adulterio al rey Alfonso III y le exigió que devolviera la dote matrimonial a la condesa Matilde, pero
muerta ésta resultó que quedaron en suspenso y sin efecto las amenazas lanzadas por el pontífice.
Hasta la muerte de su esposo el rey Alfonso III en 1279, Beatriz ejerció una gran influencia en la Corte
de Portugal, siendo considerable cuanto hizo en el acercamiento de los reinos de Portugal y de Castilla.
Pero en 1282 Beatriz regresó a su querida Sevilla, debido sobre todo a las serias discrepancias con su hijo
el rey Dionisio. Pasó luego, antes de noviembre de 1282, que Beatriz apoyó mucho, también en lo eco-
nómico, a su padre Alfonso X contra su medio hermano Sancho. Cuanto ayudó Beatriz a su padre, éste se
lo recompensó.
Beatriz muere en octubre de 1303, recibiendo sepultura en el cisterciense monasterio portugués de
Alcobaça. Fue madre de ocho hijos, cuatro varones y cuatro hembras.
26
Población en la actual provincia de Huelva.
27
Al este del Guadiana y en tierras actualmente portuguesas.
~ 15 ~
ALCAÑIZ (REINO DE ARAGÓN)
VENIDA A MENOS LA ORDEN DE CALATRAVA
Rodrigo Pérez Ponce, comendador calatravo de la villa y castillo de Alcañiz,28
fue in-
tentando eliminar en su encomienda algunos de los privilegios obtenidos para la po-
blación por el concejo de la villa en los acuerdos de 1264 y 1277, provocándose con su
negativa pretensión al respecto un motín de mucha gente cabreada, tanto que el castillo
sufrió asedio, entre los meses de marzo a octubre, tiempo durante el cual resultaron
muertos algunos freyles. Y a petición del rey Pedro III, el Justicia Mayor de Aragón
condenó a los que encabezaron mayores infracciones o delitos a pagar en multa con la
mitad de los propios bienes, pero tan dura y exigente sentencia –así la consideran los
castigados– hará que nadie la pague; dado el incumplimiento, intervino el concejo lo-
grando un acuerdo por mucha menor cuantía. En resumen, podemos concluir con noti-
cias como ésta que los comendadores de la Orden de Calatrava en el reino de Aragón
tienen cada vez más disminuidos sus poderes. Se estima que la Orden de Calatrava es
considerada ya una institución inexorablemente caduca y anacrónica que para nada in-
teresa potenciar la Corona aragonesa, interesada más bien en erradicarla o dejarla morir,
que se extinga al menos en esos dominios aragoneses y mediterráneos.
No hubo muerte física del comendador, aunque sí de algunos freyles, pero se va des-
gastando el poder calatravo, viniendo a menos su autoridad, mientras va a más la resis-
tencia popular, el empuje de la gente socavando el enorme poder de la Orden.
Una vez cubiertos los objetivos territoriales que se marcó el reino de Aragón, con la
conquista total de Mallorca (1231) y del reino de Valencia (1245), la presencia calatrava
en Alcañiz se fue mostrando efectivamente cada vez más anacrónica y molesta. Es lo
que se constata. Los calatravos habían cumplido una función determinante en la con-
28
En la provincia de Teruel. Del castillo, perteneciente a la Orden de Calatrava, ya hicimos referencia en
su momento. En la actualidad es digno de disfrutarse como Parador Nacional de Turismo. Sabemos que la
mencionada Orden militar tuvo su gran importancia cuando se reconquistó Alcañiz, en 1157. Las depen-
dencias más antiguas del castillo son de los siglos XII y XIII, destacando la capilla, el claustro y la torre
del homenaje. Contiene importantes pinturas murales de estilo gótico lineal, de principios del siglo XIV,
con temas juglarescos y caballerescos. La fachada que hoy se contempla es del siglo XVIII. Durante los
siglos XIV y XV se agregaron a este edificio elementos de ornamentación mudéjar tanto en el propio
castillo como en las murallas que lo rodeaban.
Situado en lo alto de una loma, el Castillo de los Calatravos (que es como también se conoce) se cons-
truyó allí estratégicamente desde un principio, tal vez desde antiguo pasando por época musulmana. A lo
largo de su historia fue teniendo usos un tanto diversos, lo que se refleja en su estructura y en el cúmulo
de sus remodelaciones.
~ 16 ~
quista y repoblación del territorio bajo-aragonés, habiendo sido el Bajo Aragón la plata-
forma imprescindible o muy necesaria para el asalto definitivo contra los moros de
Valencia. El concejo de Alcañiz no fue capaz de repoblar y fortificar el territorio que las
donaciones reales le habían asignado. Ni siquiera podía garantizar la seguridad de la
propia villa. Ante esta inoperancia o incapacidad, el rey vio necesario recurrir a los
freyles calatravos, quienes fueron, durante más de un siglo, la garantía cristiana frente a
la amenaza sarracena. Pero, cumplido el objetivo –es lo que está pasando–, los freyles
sobran, están de más.
Estampa de un freyle calatravo
Los freyles están de sobras tanto en lo civil como en lo eclesiástico. Vinculados direc-
tamente con la Santa Sede de Roma, interfieren también sobre la autoridad episcopal
aragonesa. Además, por su voto de obediencia, están sometidos sobre todo al propio
maestre, con sede en Castilla, al que se le someten todo los comendadores de la Orden.
Así pues, la desconfianza sobre su fidelidad al monarca de Aragón, se fue haciendo muy
~ 17 ~
patente cuando hay choque de intereses o se disputa algo entre los dos reinos. De otra
parte, el concejo de Alcañiz fue viendo disminuidas y limitadas sus competencias.
Las nuevas villas creadas por la Orden y segregadas del término de Alcañiz,29
al tener
menos poderío eran incapaces de afrontar nada, ni de enfrentarse en solitario a la pode-
rosa autoridad de los comendadores. Los privilegios otorgados a unas villas y negados a
otras fomentaron las disputas entre ellas, con mucho desequilibrio y desigualdad. Tam-
bién hubo disputas de las nuevas villas y de las aldeas de Alcañiz con el cada vez más
poderoso concejo alcañizano, pero apoyando en momentos decisivos su lucha contra el
poder y las arbitrariedades o injusticias de la Orden.30
29
Monroyo, La Fresneda, Calaceite, Molinos, Calanda, etc.
30
No olvidemos que el entramado económico y tributario medieval era un auténtico galimatías. El poder
político estaba ligado a la propiedad de la tierra, y los vasallos, vinculados a ella, estaban obligados a
pagar por cualquier actividad que realizasen en el territorio del señorío feudal de pertenencia, siendo en
este caso el señorío de los comendadores calatravos. Los agricultores llevaban al castillo sacos de grano,
toneles de vino, tinajas de aceite, gallinas, cerdos, ovejas, productos varios… Y si no lo hacían a su de-
bido tiempo y voluntariamente, las huestes calatravas se encargaban de requisarles la debida producción a
la fuerza.
Dedicarse al comercio o a la industria y ejercer un oficio eran tareas que pertenecían para su regulación
al señorío feudal, por lo que era necesario contar con su permiso o licencia para poder realizar allí cual-
quier actividad. Este permiso o licencia suponía el pago de un arriendo o la compra de su concesión. Se
trataba de las regalías basadas en las prerrogativas de la Corona respecto de sus súbditos, cedidas total o
parcialmente al señorío feudal.
A los impuestos de la Corona y del señor feudal se añadían los tributos eclesiásticos (diezmos y pri-
micias) que se utilizaban para la construcción y mantenimiento de iglesias y santuarios, siendo repartidos,
en concepto de rentas, entre el jerarquizado clero.
Los vasallos, además de pagar, estaban obligados a la prestación personal de numerosos servicios. Te-
nían que combatir al lado de su señor en las frecuentes guerras con belicosos vecinos, y contra los moros.
Estaban obligados a realizar prestaciones gratuitas de trabajo para el mantenimiento de caminos, repara-
ción de castillos y cultivo de las tierras del señor. Pagaban tributos de peaje por el trasiego de mercancías
en territorio señorial, y rentas de todo tipo. Cuando el rey o el señor pernoctaban en una villa, los vasallos
estaban obligados a proveerle de comidas para él y su séquito y a entregar el pienso para sus caballerías.
Era el conocido impuesto de las cenas.
Además de pagar y prestar servicios personales, estaban obligados a pagar tasas por el uso de los bienes
y servicios reservados y monopolizados por los señores: minas de sal, molinos, hornos, fraguas, leñas,
pastos, abrevaderos, ríos, caza y pesca.
Y para rematar, cuando el rey tenía gastos especiales: campañas de guerra, casamiento y dotación de
hijas, reuniones de las Cortes, etc. se hacían exacciones especiales para la ocasión.
Bien mirado, y cambiando formas o contextos, el sistema impositivo medieval y feudal no era muy di-
ferente del actual o entre nosotros. Ahora pagamos más que diezmos en la renta que declaramos. Paga-
mos IVA sobre todo lo que consumimos además de los impuestos especiales sobre carburantes, tabaco,
bebidas, etc. Pagamos peajes, tasas por los servicios públicos y aranceles aduaneros por las importa-
ciones. Pagamos IBI sobre los inmuebles que poseemos e Impuestos de Transmisiones y Sucesiones
cuando las fincas cambian de propietario.
¿Y qué hay del privilegio actual en las exenciones de los impuestos, que disfrutan determinadas auto-
ridades e instituciones? No faltan autoridades que gozan de inmunidad ante la justicia. Por otra parte,
también hay privilegios y preferencias en el reparto de subvenciones, que se distribuyen de manera
aleatoria, según la presión que son capaces de generar y por su cercanía o lejanía del poder que las
distribuye, por clientelismo, etc.
~ 18 ~
Como bien sabemos, el producto de lo recaudado aportado por la gente se reparte, to-
tal o parcialmente, en diversas proporciones, entre los distintos poderes: el rey, los se-
ñores feudales, los concejos locales y las jerarquías eclesiásticas. El derecho a cobrar las
rentas se manifiesta de varias maneras: cediendo, comprando, vendiendo, repartiendo
entre los propios señores y los correspondientes recaudadores. Pero siempre lo pagan
todo los de siempre, los vasallos productores, tantas veces y de tantas maneras esquil-
mados.
Para incentivar o premiar actuaciones, puntualmente necesarias o coyunturales, se
suelen conceder a perpetuidad privilegios y exenciones de impuestos. Cuando había pa-
sado la necesidad que los había generado, los privilegios y las exenciones seguían vi-
gentes, creando situaciones de desigualdad e injusticia, que provocaban más y más ma-
lestar entre los súbditos desfavorecidos. En verdad hay motivos para el cabreo.
Cabreo y revuelta popular en la Edad Media
Es cierto que, con el pago de los impuestos, nos liberamos de efectuar prestaciones personales como la
del servicio militar obligatorio a la del jornal de villa, obligaciones suprimidas no hace tantos años. Pero
seguimos financiando las cenas de nuestros políticos, que tiran de tarjeta de crédito oficial en sus fran-
cachelas. Y de manera más o menos encubierta, ¿no financiamos viajes y ciertas bodas…?.
~ 19 ~
Motín medieval
Se produjo un serio y bien grave motín en Alcañiz, cuando corría el año 1283, como
estamos contando. Alejado el peligro sarraceno y acabada ya la reconquista aragonesa,
la villa de Alcañiz alcanzó un cierto grado de estabilidad social y de madurez en su con-
sideración de la justicia. El aumento de población hizo nacer el barrio de los Almu-
dines.31
Se amplió el recinto amurallado. Aumentó la producción en sus términos, al-
deas y villas vecinas que, prácticamente, habían completado la roturación de todas las
tierras aprovechables. Al disminuir la frecuencia de los servicios de armas, los bajo-
aragoneses pudieron dedicar más tiempo y atención al trabajo productivo. Floreció el
comercio de lanas, seda, aceite y azafrán y el activo núcleo judío, asentado en la villa,
manejó las finanzas con su característica habilidad.
Esta sociedad civil pujante permitió la consolidación de los dirigentes de la villa agru-
pados en el concejo. Los acuerdos de 1264 y 1277 con la Orden de Calatrava consiguie-
31
Sobre todo en la zona del Bajo Aragón y Valencia, se conoce como almudín el lugar de alhóndiga o es-
tablecimiento en donde se almacenaba el trigo de la ciudad y en donde los particulares depositaban los
cereales. El almudín se utilizaba a su vez para realizar en él las transacciones comerciales y eran el
Consell o concejo y los jurados quienes establecían la ordenanzas sobre el local, contando con plantilla de
empleados y administración para su funcionamiento.
~ 20 ~
ron para dicho concejo nuevas competencias: concesión de terrenos, elección directa de
los jurados y autonomía financiera. El comendador mayor, Rodrigo Pérez Ponce, inten-
tó contra lo pactado reducir algunas de las concesiones. Pero esta época de los años
ochenta del siglo XIII es de tiempos revueltos. Se constata tensión entre los distintos es-
tamentos sociales, y de éstos con el monarca prácticamente por todo el reino de Aragón.
Grave o incendiaria chispa es la que saltó en Alcañiz. El pueblo se alzó contra el poder
de los calatravos en marzo de este año 1283. Los alcañizanos pusieron cerco al castillo
donde se habían refugiado los freyles y sus secuaces. Los sublevados impidieron el
aprovisionamiento de agua, sin hacer llegar alimentos y armas al castillo, dificultándole
la entrada al propio comendador, aunque no se la impidieron. Una vez dentro, lo sitiaron
y atacaron a sus defensores lanzando piedras y flechas contra los sitiados. En ese asalto,
los hombres de Alcañiz, apoyados por gente de sus aldeas y villas colindantes, hirieron
gravemente o mataron a algunos de los defensores del castillo, siendo freyles algunos
de los muertos.
El asedio y la revuelta duraron más de siete meses. Por orden del rey, intervino, sin
mucha convicción, el Justicia Mayor de Aragón. Había que salvar el principio de auto-
ridad. Los responsables del motín ni siquiera se dignaron asistir al juicio. Como ya con-
tábamos, fueron condenados por el Justicia a una multa, a entregar la mitad de sus bie-
nes a la Orden de Calatrava para resarcirle de los daños causados, pero la pena no se
cumple. También fueron juzgados y sancionados los pueblos vecinos que habían cola-
borado en el asedio.32
32
Fue al año siguiente, en 1284, cuando se llegó a un arreglo entre el concejo de Alcañiz y la Orden de
Calatrava. El concejo pagó una fuerte suma, como multa, a los calatravos, pero la cuantía, casi simbólica,
no se acercó ni de lejos a la mitad de las propiedades de la población, como se había determinado en la
sentencia del Justicia de Aragón. Así pues, el pulso entre Alcañiz y los calatravos no quedó decidido
cuando el motín de 1283. Se sucedieron disputas continuas entre vasallos y freyles. Las nuevas demandas
de los sucesivos comendadores fueron rechazadas sistemáticamente por el concejo alcañizano y los reyes
fueron despojando poco a poco a los calatravos de sus prerrogativas. Esta historia supuso la muerte po-
lítica del comendador, ya reducido socialmente a zombi.
Los monarcas, deseosos de recortar los privilegios de los nobles y de los caballeros, de las Órdenes
Militares, se convirtieron temporalmente en aliados de los concejos. Y esta tendencia irá conduciendo con
el tiempo, unos siglos más tarde, a las monarquías absolutas que conoceremos. La alianza de rey y pueblo
va a cristalizar en el Bajo Aragón en algo de lo más característico del reinado de Jaime II, quien en 1321
ordenará a las milicias del concejo de Alcañiz que cerquen otra vez el castillo y derroten definitivamente
al comendador. Y es que se había producido el asesinato de un juez real y los calatravos se negaban a dar
explicaciones de lo sucedido.
Ya iremos viendo cuanto suceda posteriormente, en el transcurrir de los siglos, avanzando la historia
hacia nosotros.
~ 21 ~
El castillo de Alcañiz según un grabado del siglo XIX
La sede del concejo de Alcañiz (fotografía de J. L. Mieza)
~ 22 ~
CONSTANTINOPLA (IMPERIO BIZANTINO)
MURIÓ EL PATRIARCA ORTODOXO JOSÉ I
Contamos que, a 23 de marzo de este año 1283, murió el patriarca bizantino José I de
Constantinopla, en esta sede y ciudad. Ofrecemos aquí un resumen biográfico y de los
hechos que se sucedieron en torno a este patriarca.33
Conocido como José I Galesiota,34
podemos decir de él que fue monje ortodoxo bi-
zantino y que ejerció en dos ocasiones periódicas como patriarca de Constantinopla, res-
pectivamente entre los años 1266-1275 y desde 1282 hasta poco antes de la fecha en
que murió. Se le conoce en su biografía como opuesto a los planes y decisiones del em-
perador Miguel VIII Paleólogo (muerto en 1282) para la unificación de la Iglesia Orto-
doxa (Bizantina) y la Iglesia Católica (Romana).
Antes de ser monje estuvo casado durante ocho años. Ejerció de lector (anagnostes)
entre los años 1222-1254, alcanzando posteriormente el rango de abad en el monasterio
Lazaros del Monte Galesio, no lejos de Éfeso. José llegó a ser confesor del emperador
Miguel VIII desde 1259. Por tanto, hubo de vérselas con el hecho de que Miguel VIII
hubiera cegado al joven Juan IV Láscaris. José excomulgó a Miguel VIII y mantuvo
luego grandes desavenencias y oposición con él, mediante el patriarca Arsenio Autoria-
no, muerto, como podemos recordar, en 1273. Opuesto Arsenio a Miguel VIII, éste le
depuso, favoreciendo a José, pero hubo mucho lío de por medio.
José ofició en 1272 como patriarca en la coronación de Andrónico II Paleólogo como
co-emperador de Miguel VIII, siendo Andrónico primogénito de Miguel.35
Vino luego
la oposición del patriarca hacia el emperador, cuando éste planteaba la unificación ecu-
ménica de la Iglesia Ortodoxa con la Iglesia Católica. Para Miguel VIII, en jaque por las
ambiciones de Carlos de Anjou, la unión era el único instrumento para impedir en su
Imperio una agresión a gran escala de las potencias occidentales, pero el clero bizantino
y casi todo el pueblo se oponía a las concesiones que se hicieron a la Santa Sede Roma-
na, en asuntos doctrinales y respecto a la primacía o primado universal del Papa. En
1273, juró el patriarca José no aceptar la unión, que seguía, según él, los términos im-
puestos por el Papa; y a principios de 1274, cuando la delegación bizantina se preparaba
33
Considerado Santo confesor de la fe por los ortodoxos, quienes lo celebran como tal el 30 de octubre.
34
De quien se desconoce la fecha de su nacimiento y las circunstancias del mismo, sin que sepamos por
tanto su edad.
35
Y sucesor suyo como emperador entre los años 1282-1328.
~ 23 ~
para viajar a Italia y efectuar la unión, José abandonó sus deberes y funciones oficiales,
retirándose al monasterio de Peribleptos.36
El 9 de enero de 1275 dimitió o abdicó del
patriarcado. Se retiró a otro monasterio, recalando luego en la ciudad de Quele (Şile),
junto al mar Negro, acabando luego en Constantinopla, cuando corría el verano de 1282,
yendo a parar al monasterio de Cosmidio (Eyüp). Tras la muerte de Miguel VIII en di-
ciembre de 1282, el emperador Andrónico II, su hijo y sucesor, revirtió las políticas
eclesiásticas del padre, deponiendo al pro-unionista Juan XI Beco y restituyendo a José
como patriarca, estando a 31 de diciembre de 1282. Sin embargo, la frágil salud de José
lo forzó a dimitir poco antes de su muerte el 23 de marzo de 1283.
36
Situado en Grecia, en el Peloponeso.
~ 24 ~
TLEMECÉN (EMIRATO NORTEAFRICANO)
MURIÓ YAGHMURASEN IBN ZYAN
COMENZANDO EL REINADO DE SU HIJO ABU SAID UTHMAN
Cuando transcurría ya la primavera de este año 1283, murió el fundador del emirato
norteafricano de Tlemecén37
Yaghmurasen Ibn Zyan, a sus 57 años de edad y 27 de rei-
nado, desde 1236. Le sucede en la línea dinástica zayyanid (bereber zenata) su hijo Abu
Said Uthman I,38
el cual llega a un acuerdo de paz con el sultán marroquí (meriní) y
abandona la alianza con granadinos y aragoneses por la que su padre se caracterizó.
37
En Argelia (noroeste de este país). Tras el colapso del Imperio Almohade, como bien sabemos y pode-
mos recordar, el reino o emirato de Tlemecén fue independiente. Aunque cayó por dos veces ante las
fuerzas invasoras de Marruecos (meriníes o benimerines), no pudieron dominarlo. Marruecos fracasó en
esas dos ocasiones.
La ciudad o medina de Tlemecén fue la capital del reino o emirato, muy bien situada en la principal ruta
que enlaza Marruecos e Ifriqiya o Túnez. También fue un centro importante en la ruta comercial entre el
norte y el sur, entre Orán (en la costa mediterránea) y los territorios africanos subsaharianos. Como centro
comercial próspero, atrajo la atención de sus vecinos más poderosos. En diferentes momentos, los ma-
rroquíes desde el oeste, los ifriqiyanos desde el este y los aragoneses por el norte invadieron y ocuparon el
reino. Por momentos fueron los ziyánidas vasallos de los háfsidas tunecinos, así como de los aragoneses y
de los benimerines marroquíes.
Mucho más adelante, en 1509, veremos a los españoles apoderándose de Orán, avanzando hacia Tle-
mecén, con intento de tomarla, sin conseguirlo, en 1543. Finalmente cae el reino de Tlemecén bajo el po-
der otomano, en 1556.
38
Reinante hasta 1303.
~ 25 ~
DEL MAGREB A LA PENÍNSULA
QUINTA CAMPAÑA O EXPEDICIÓN DE LOS BENIMERINES
Entre finales de junio y hasta el mes de octubre de este año 1283 efectuaron los be-
nimerines marroquíes, con Abu Yusuf a la cabeza, su quinta campaña o expedición por
el sur peninsular, con pretensión de invadir, esta vez aliados con los nazaríes granadi-
nos. Recorrieron, sin apenas logros, ni militares ni de ninguna otra índole, desde Mála-
ga pasando luego por Úbeda39
y Al-Bira;40
llegaron luego como siendo su terreno más
propio a Algeciras,41
el 26 de septiembre, y regresaron finalmente al Magreb, llegando
allí el 23 de octubre.
No olvidemos el contexto castellano de crisis sucesoria para entender y situar mejor
esta noticia.
39
Provincia de Jaén.
40
Que tal vez se corresponda con Talavera de la Reina (Toledo).
41
Provincia de Cádiz.
~ 26 ~
REINO DE CASTILLA
SE DESTACA COMO NOTICIA, ENTRE OTRAS,
LA MUERTE DEL INFANTE PEDRO
Estando en Alcántara,42
siendo ya verano, el infante Sancho de Castilla43
tuvo noticia
de que su hermano el infante Pedro se estaba planteando pasarse al bando de su padre el
rey Alfonso X, el cual le había prometido el reino de Murcia y además había intentado
que le fuera concedida Ciudad Rodrigo,44
la siempre deseada plaza que ansiaban poseer
los portugueses.
Para evitar lo que Alfonso X se planteaba, el infante Sancho ofreció a su hermano Pe-
dro, bien prometidas, las rentas derivadas de la Cancillería mayor del reino45
y la villa
de Trodesillas.46
Pero vino a suceder, a 20 de octubre, en Ledesma,47
que murió el in-
fante Pedro, con 23 años de edad,48
habiéndole nacido en este mismo año su hijo al que
puso de nombre Sancho.49
La muerte de Pedro, ciertamente contentó a su hermano, al
42
Provincia de Cáceres.
43
Infante que desea suceder a su padre en el trono, como bien sabemos, recordando la crisis sucesoria en
Castilla por estos tiempos. Este infante, pese a su desheredamiento, reinará en efecto, como Sancho IV,
entre los años 1284-1295, siendo muy hábil diplomático. A 13 de julio de 1288 –adelantándonos algo a
las noticias de su reinado–, mediante el tratado de Lyon logrará que el reino de Francia deje de exigir de-
rechos sobre Castilla. El 29 de noviembre de 1291 firmará con el rey Jaime II de Aragón el tratado de
Monteagudo, mediante el cual ayudarán los aragoneses a los castellanos para reconquistar Tarifa; y a
cambio de ello se compromete el rey castellano a prestar su ayuda al aragonés en caso de que los fran-
ceses invadan Aragón. Otro éxito diplomático de Sancho IV, en septiembre de 1292, será el de las “Vistas
de Ciudad Rodrigo”, pactando con el rey Dionís de Portugal el matrimonio entre los herederos de ambos
reinos. Su mayor triunfo en lo militar será la reconquista de Tarifa, el 13 de octubre de 1292, tras duro
asedio. Un año después, en 1293, por señalar un logro cultural de primer orden, fundará la Universidad de
Alcalá de Henares.
44
Provincia de Salamanca.
45
Pedro era canciller mayor del reino castellano-leonés desde 1282.
46
Provincia de Valladolid.
47
Provincia de Salamanca.
48
Aunque se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, que pudo haber ocurrido en Sevilla, durante el
verano de 1260, o tal vez después.
49
Tras su muerte, el cuerpo difunto del infante Pedro recibió sepultura en el convento de San Francisco
de Valladolid, convento que ya no existe, habiendo sido desamortizado y demolido en 1837. Ir a epílogo I
~ 27 ~
menos en el fondo de su ánimo político, aunque tuviera también para él sus sentimien-
tos propios de la piedad familiar, si es que la tiene, a pesar de su frialdad aparente.
El recién nacido Sancho hereda y sucede a Pedro en sus amplios señoríos esparcidos
por muy extensa geografía: Ledesma, Miranda del Castañar, Salvatierra de Tormes,
Montemayor del Río, Ribacoa, Galisteo, Granadilla, Cabra, etc. La regencia de todo ello
corresponde a la madre, Margarita de Narbona.
Resumimos aquí la biografía del difunto Pedro de Castilla, hijo (el séptimo) de Al-
fonso X y de su esposa Violante de Aragón.50
Fue señor de los lugares antes mencio-
nados, además de algunos del todo fronterizos con el reino de Portugal.
En 1262 ya fue mencionado el nombre del infante Pedro entre los confirmantes del
privilegio, otorgado el día 27 de abril de ese mismo año en Sevilla, por el que su padre
cedió a Martín Alfonso de León,51
hijo ilegítimo de Alfonso IX de León, y a su esposa
María Méndez de Sousa, los lugares de Pereña de la Ribera52
y Villares de Yeltes,53
a
condición de que, si no tuvieran hijos, esos bienes retornarían a la Corona de León y
Castilla.
Recordemos que en 1269 se casó su hermano Fernando de la Cerda con Blanca de
Francia, hija del rey Luis IX de Francia y de Margarita de Provenza; y con motivo de
aquella boda el novio armó caballeros a sus hermanos Pedro y Juan, aunque el infante
Sancho, siempre orgulloso y altivo, se negó a recibir las espuelas de caballero de manos
de su hermano mayor.54
para ver o considerar más sobre este convento, destacando aquí que, según numerosos autores, el infante
Pedro fue el primer miembro de la familia real castellana que recibió allí sepultura, por su derecho a ello,
pues sus padres fueron los fundadores del convento y eran entonces los patronos de su capilla mayor.
Pero a pesar de ello se desconoce, como señaló el historiador y franciscano Francisco Javier Rojo Alique,
si el infante Pedro solicitó ser enterrado en dicho convento en su testamento, o si fue su madre, la reina
Violante de Aragón, la que decidió darle allí sepultura.
En cuanto a la descendencia del infante Pedro tenemos que de su esposa Margarita de Narbona nació un
solo hijo, conocido como Sancho de Castilla el de la Paz, muerto en 1312, el cual heredó mucho de cuan-
to regentó su padre, retornando todo a la Corona de Castilla cuando murió. Ya iremos viendo más, cuando
corresponda, acerca de este personaje de la historia. Hay también quienes le atribuyen otro hijo ilegítimo,
también llamado Sancho, sobre el cual, sin venir demasiado a qué, no nos explayamos más en esta nota.
50
Entre sus hermanos varones ocupaba el tercer lugar, tras los infantes Fernando de la Cerda y Sancho.
Además, fue hermano del célebre infante Juan de Castilla el de Tarifa, muerto en 1319, en el conocido
como Desastre de la Vega de Granada. Fue hermana de ellos Violante de Castilla, casada con Diego Ló-
pez V de Haro. Y otro hermano fue Jaime, convertido en señor de los Cameros. Tuvieron todos como her-
manastro a Alfonso Fernández el Niño (muerto en 1281), hijo de Alfonso X y de Elvira Rodríguez de Vi-
llada, el cual fue señor consorte de Molina y Mesa por su matrimonio con Blanca Alfonso de Molina.
51
Muerto en 1270.
52
En el noroeste de la provincia de Salamanca.
53
Provincia de Salamanca, hacia el sur de Pereña de la Ribera.
54
Según se cuenta en la Crónica de Alfonso X, señalando el historiador Manuel González Jiménez que
fue el rey Jaime I de Aragón quien aconsejó al infante Sancho, nieto suyo, que no aceptara ser armado ca-
ballero por nadie a excepción de por su padre el rey Alfonso X.
~ 28 ~
El nombre del infante Pedro figura también entre los confirmantes del privilegio, otor-
gado en Ávila a 27 de mayo de 1273, por el cual su padre Alfonso X corroboró para el
femenino monasterio salmantino de Sancti Spiritus y para la puebla de Sancti Spiritus
todos sus fueros y buenos usos, con sus recomendaciones; no olvidemos que el infante
Pedro, como hijo del rey, fue siempre muy influyente en la Corte, y fue convocado a
ella cuando su padre se desplazó al extranjero por lo del Fecho del Imperio. Conviene
recordar que, a finales de 1274, el infante Pedro acompañó, junto con su madre, sus her-
manos Juan y Jaime y su tío Manuel55
a Alfonso X cuando, pasando por Valencia y
Francia ponía rumbo a Europa, presuntamente para ser coronado emperador en Alema-
nia.
En 1275 moría el infante y primogénito Fernando de la Cerda, y en ese mismo año re-
gresaba a Castilla con su comitiva el rey Alfonso X, el cual, a su paso por Narbona,56
concertó el matrimonio de su hijo Pedro con Margarita de Narbona, hija del vizconde
narbonense Aimery VI y de Sibila de Foix. Y desde Narbona los hermanos de Mar-
garita, incluyendo al vizconde Aimery, acompañaron a Alfonso X hasta que llegó a Ge-
rona.
Lo que vino después fue el sitio de Algeciras, cuyo comienzo fue, de bloqueo por mar,
en agosto de 1278, estando el infante Pedro al frente de las tropas castellanas que sitia-
ron la ciudad por tierra, estando en todo momento asesorado por su hermanastro Al-
fonso Fernández el Niño, destacado y diestro en asuntos militares, del todo experto en
combates. Alfonso X le había puesto a la vanguardia de aquella expedición algecireña.
Las reunidas tropas castellanas57
habían partido desde Sevilla poniendo rumbo a Algeci-
ras. El traslado empezó en marzo de 1278, teniendo lugar bastante después el asedio, a
finales de febrero de 1279.58
Con todo, Alfonso X estuvo en Toledo desde octubre de 1278 hasta mayo de 1279,
siendo en junio de este año cuando llegó a Sevilla para poder vigilar más de cerca la
evolución del asedio de Algeciras. Y el infante Sancho, mientras tanto, gobernaba Cas-
tilla en nombre de su padre y se aseguraba –como bien podemos recordar– de que los
recursos que recaudaba en todo el territorio el almojarife real, Zag de la Maleha, contri-
buyeran a mantener las tropas que asediaban Algeciras y la flota que bloqueaba la ciu-
dad. Los sitiadores llevaron máquinas de guerra, ingenios varios para asaltar y abatir
muros consistentes, acompañándose también de “truenos” o cañones.59
Sin embargo, el asedio de Algeciras acabó en gran fracaso para los castellanos, como
bien sabemos y podemos recordar, debido entre otras cosas a que faltaron recursos sobre
todo de alimentos, cundiendo mucho las enfermedades y el desánimo. Cuando el infante 55
Manuel de Castilla, de cuya muerte informaremos sucediendo a 25 de diciembre de este año 1283.
56
Como afirma el historiador Manuel González Jiménez, experto en temas alfonsíes.
57
Según se afirma en la Crónica de Alfonso X.
58
Como consta en algunos historiadores y fuentes.
59
Basándose en la Crónica de Alfonso X, lo resalta el historiador González Jiménez.
~ 29 ~
Pedro60
observó desde su campamento que la flota castellana que bloqueaba Algeciras
había sido destruida, ordenó levantar el real y puso rumbo a Jerez,61
como posterior-
mente a Sevilla, abandonando numerosas máquinas de asedio, armas y otros bienes o
enseres que no podían llevarse o era harto engorroso hacerlo.62
El día 2 de junio de 1279 el infante Pedro fue uno de los confirmantes del privilegio
por el que su padre concedió al monasterio de Sancti Spiritus de Salamanca y a su aba-
desa, María Méndez de Sousa, una serie de exenciones y otras mercedes. Y a finales de
1279 su padre le cedió a él, como tenencia, la villa y el castillo de Cabra,63
como re-
compensa y gratitud por su actuación en el fracasado sitio de Algeciras de 1278. Pedro
no tardó en disfrutar de su última tenencia por tal motivo.
A principios de 1280 estuvo presente el infante Pedro, lo mismo que sus otros her-
manos varones y su tío el infante Manuel, en la histórica reunión o asamblea de Badajoz
que duró entre febrero y marzo. Se trató realmente de unas Cortes, o acaso “Ayunta-
miento” de los principales concejos del reino castellano-leonés, en vistas a plantear una
renovada campaña militar en su momento contra el reino de Granada. Hizo el rey cas-
tellano todo lo posible (según parece) por contar también al respecto con la ayuda de su
nieto el rey Dionisio de Portugal (reinante desde 1279). Para eso se celebró la magna
asamblea en Badajoz. Pero no hubo respuesta satisfactoria del rey portugués.
Y fue luego, en Burgos, la boda de Pedro. El día 17 de febrero de 1281 contrajo ma-
trimonio con Margarita de Narbona, hija del vizconde Aimery VI de Narbona, como ya
antes mencionábamos. Fue una boda doble, porque se celebró allí también y en la mis-
ma fecha la boda del infante Juan, su hermano, con Margarita de Montferrato, hija del
gran marqués Guillermo VII de Montferrato y de Isabel de Gloucester. El rey Alfonso
X, como queda dicho, aprovechó aquella ocasión para armar caballero a su hijo menor,
el infante Jaime de Castilla, señor de los Cameros.64
En ese mismo año 1281 participó el infante Pedro en la campaña que su padre Al-
fonso X organizó contra el reino de Granada, campaña en la que también tomaron parte
su hermano Sancho y su hermanastro Alfonso Fernández el Niño, muerto en ese mismo
año. El infante Pedro dirigía una de las columnas cristianas en aquella prolongada cam-
paña.65
Fue tan violenta y devastadora esa campaña militar llevada a cabo por los cas- 60
Según recogen las crónicas.
61
Jerez de la Frontera (Cádiz).
62
Pero no faltaron cronistas musulmanes señalando que, cuando los defensores de Algeciras tomaron el
campamento cristiano, se apoderaron de numerosos “despojos, dinero, frutas, odres, cebada y harina en
cantidad inmensa”, lo que según González Jiménez contradice totalmente cuanto expresa la Crónica de
Alfonso X, donde se dice que la falta de provisiones entre los castellanos contribuyó de forma conside-
rable al desastre que éstos sufrieron.
63
Provincia de Córdoba.
64
Como consta en la Crónica de Alfonso X.
65
Se desconoce la duración, pudiendo ser, por los datos con que se cuenta, que pudo durar entre princi-
pios de junio y principios de agosto de 1281. Está documentado que el infante Sancho partió en la expe-
~ 30 ~
tellanos que el rey Muhammad II de Granada solicitó una tregua y se comprometió, si
era necesario, a la entrega de tributo o parias de la tercera parte de todas sus rentas al
rey Alfonso X.
Tras la muerte del infante Fernando de la Cerda en 1275, heredero del trono en cuanto
primogénito, surgió el grave enfrentamiento que ya conocemos por la sucesión de Al-
fonso X, enfrentamiento entre el infante Sancho y los infantes, los dos varones, hijos de
Fernando de la Cerda. En este lío, el infante Pedro apoyó a su hermano el infante San-
cho. Pero ya sabemos que, poco después de celebrarse las Cortes de Sevilla en 1281, se
produjo la ruptura definitiva y muy enardecida entre Sancho y su padre, de modo que a
finales de aquel año 1281,66
los infantes Pedro y Juan se reunieron con su hermano San-
cho en Córdoba, y ambos se comprometieron a apoyarle para que consiguiera el trono
incluso si fuera necesario en contra de los deseos de su padre, por lo que la ruptura entre
Alfonso X y ellos quedó consumada. Y el infante Sancho consiguió además en esos mo-
mentos el apoyo del concejo de la ciudad de Córdoba.67
A principios de 1282, el infante Sancho envió a su hermano Juan con cartas y poderes
buscando conseguir el respaldo de las villas y ciudades del reino de León a su favor,
aprovechando que Juan tenía muchos intereses y partidarios por donde hubo de recorrer,
cumpliendo su misión a la perfección, visitando Toro, Zamora, Benavente, Villalpando
y Mayorga.68
Por su parte, el infante Pedro se encargó de ir a Salamanca y Ciudad Ro-
drigo, logrando el apoyo favorable a Sancho. Mientras tanto, el infante Sancho intentaba
mostrar que defendía los derechos y las libertades de los concejos de las villas y ciu-
dades del reino, procurando fomentar el descontento que había por doquier contra su pa-
dre, y el día 19 de febrero de ese año 1282 otorgó Sancho un diploma en ese sentido
(contra su padre) a la ciudad de Toledo tras haberlo consultado con su tío, el infante
Manuel, con sus hermanos Pedro y Juan, con los hidalgos y caballeros de los reinos de
Castilla y León y con los hombres buenos y principales de las villas.69
A 5 de marzo de 1282 estuvo el infante Pedro en León con sus hermanos Juan y
Sancho, reunidos en una asamblea en la que estuvieron acompañados por los ricoshom-
bres, los maestres de las Órdenes militares y numerosos hombres buenos o destacados
de los concejos. Y ese mismo día el infante Sancho confirmó al concejo leonés y a sus
caballeros y demás habitantes todos los privilegios que les habían concedido los reyes
Alfonso IX de León y sus sucesores, Fernando III y Alfonso X.
A 22 de marzo del mismo año 1282 los infantes Manuel, Pedro, Juan y Sancho llega-
ron a Burgos, resultando que Sancho confirmó a la Orden de Santiago, tras haberlo con-
dición desde Córdoba a 3 de junio, habiendo regresado ya a la misma ciudad a 8 de agosto del mismo
año.
66
Según la Crónica de Alfonso X.
67
Como hace saber el historiador Manuel González Jiménez.
68
Al norte de la provincia de Valladolid ésta y en la provincia de Zamora las otras.
69
Según González Jiménez.
~ 31 ~
sultado con sus hermanos, para que poseyeran plenamente Zafra y Los Santos de Mai-
mona,70
lugares aquéllos que el concejo de la ciudad de Badajoz no cesaba de reclamar
para sí, ciertamente en menoscabo de Mérida, pudiendo perder en todo este lío.71
Y a 20 de abril de 1282, en aquella Asamblea a modo de Cortes que hubo en Valla-
dolid, y a la que asistió el infante Pedro, Alfonso X fue desposeído de todos sus poderes
y rentas por los partidarios del infante Sancho, aunque continuó manteniendo el título
de rey, siendo uno de los cargos que los rebeldes imputaron al monarca en dicha asam-
blea el de haber mandado ejecutar, en 1277, sin previa sentencia judicial al infante Fa-
drique (su hermano) y a Simón Ruiz de los Cameros.
En esos momentos de 1282,72
la mayoría de las fuerzas políticas del reino castellano-
leonés apoyaban al infante Sancho en su rebelión contra su padre, incluyéndose en ello
el infante Pedro, la mayor parte de la familia real, los maestres de las órdenes militares,
los ricoshombres y los concejos de las villas y ciudades. El 22 de abril de 1282, dos días
después de que se reuniera la mencionada Asamblea en Valladolid, los infantes Pedro y
Juan, como bien podemos recordar, penetraron de modo violento en los aposentos de los
obispos de Burgos y de Palencia, respectivamente Fernando de Covarrubias y Juan Al-
fonso de Molina, exigiéndoles que apoyaran al infante Sancho para que Alfonso X fuera
desposeído de todos sus poderes, pero los dos prelados se negaron a ello.
Sin embargo, los nombres de los infantes Pedro, Juan y Jaime continuaron aparecien-
do en los privilegios emitidos entonces por Alfonso X, lo que podría significar o ha-
cernos deducir73
que el rey ignoró lo ocurrido en Valladolid y facilitó el regreso a su la-
do de todos los que apoyaban al infante Sancho, ya que sabía que en la asamblea va-
llisoletana no todos los asistentes habían coincidido en sus puntos de vista, y que los
obispos de Burgos, León y Palencia se habían desvinculado de lo que allí se acordó y en
un acta notarial que redactaron cuando abandonaron la asamblea afirmaron “que se ha-
bían sentido coaccionados”.
A 22 de julio de 1282 se casó el infante Sancho en Toledo con María de Molina,74
hija
del infante Alfonso de Molina y de Mayor Alfonso de Meneses. En ese mismo verano
supo el infante Sancho que sus hermanos Pedro y Juan no estaban tan de su parte, pues
andaban “revolviendo el reino de León” en su contra. Se sabe que poco después75
el rey
Alfonso X prometió a Pedro entregarle el reino de Murcia (con verdadero título de rey e
70
Localidades muy próximas entre sí, aglutinando otras de sus entornos, en la provincia de Badajoz.
71
Según el historiador González Jiménez, la sentencia que el infante Sancho emitió a favor de la Orden
de Santiago en esta ocasión explicaría que unos meses más tarde la ciudad se negase a secundar la causa
del infante en su rebelión contra su padre.
72
Como subraya González Jiménez.
73
Según González Jiménez.
74
De quien ya hicimos significativa mención en su momento. Nieta de Alfonso IX de León.
75
Según la Crónica de Alfonso X.
~ 32 ~
insignias reales) si optaba por abandonar el apoyo a Sancho. Lo cierto es que, por tan
sugerente proposición paterna, Pedro se lo anduvo pensando, imaginándose reinando en
Murcia.
Así, como antes contábamos, estando Sancho en Alcántara y siendo informado de lo
de Murcia, se dirigió inmediatamente a Ledesma,76
donde estaba Pedro, para dirigirle
sus reproches y ofrecerle mucho (cuando efectivamente llegara a reinar): el cargo esta-
ble y las rentas derivadas de la cancillería mayor del reino, junto con la villa de Tor-
desillas, que era todo lo que Pedro le había solicitado como recompensa a su apoyo y
fidelidad. El caso fue que Pedro hizo otra vez muy buena avenencia con Sancho. Am-
bos se dirigieron luego de esto a Palencia. Pero Pedro, para sus adentros y en sus me-
jores intenciones, no quería sino estar a bien con su padre y someterse a su autoridad,
por lo cual seguía cautelosamente negociando y entendiéndose con los partidarios alfon-
síes.
Antes de que el infante Pedro fuera nombrado canciller del reino castellano-leonés,
ese cargo fue ocupado respectivamente por los arzobispos de Toledo (para Castilla) y de
Santiago de Compostela (para León). En estos tiempos de la sublevada rebelión del in-
fante Sancho contra su padre, las cancillerías de ambos reinos funcionaron de un modo
habitual, pero incentivándose ahora su actividad, muy en nombre del sublevado, lo cual
se interpreta en el sentido de cómo cunde por doquier la reconocida autoridad del in-
fante Sancho.77
En el testamento que hizo Alfonso X en Sevilla, a 8 de noviembre de 1282, desheredó
al infante Pedro y a sus hermanos Juan y Jaime, haciendo responsable a su hijo Sancho
de haber involucrado en la rebelión contra él a dichos infantes, “faziéndoles entender
falsedades”. Además de desheredar a dichos infantes, el rey los declaró incapacitados
para heredar el trono y dispuso que a su muerte el “señorío mayor” de sus reinos, pro-
piamente los territorios constitutivos de Castilla y León, como los reconquistados, pasa-
rían a manos de los infantes de la Cerda, aunque también contempló la posibilidad de
que si alguno de sus hijos, como el infante Pedro, rectificaba abandonando el bando
proclive a Sancho pudiera recibir algún territorio o señorío. Pero el infante Pedro murió
en este año 1283, como aquí queda dicho al comienzo de esta noticia.
Pasó también, con la colaboración de Juan Alfonso de Haro, que el infante Jaime, se-
ñor de los Cameros,78
sublevó finalmente a las ciudades de Soria y Ágreda contra su
hermano Sancho, al que había prestado su apoyo durante los primeros meses de este año
1283. Como premio o recompensa por el cambio de bando, Alfonso X, su padre, le con-
cedió en su testamento el reino de Murcia, con la condición de ser vasallo de Castilla y
León.
76
Provincia de Salamanca, al norte de la misma.
77
Así lo destaca, por ejemplo, el historiador José Manuel Nieto Soria.
78
Cuya muerte será en 1284.
~ 33 ~
Y el infante Juan de Castilla,79
hijo también de Alfonso X, acabó pidiendo perdón a su
padre en Sevilla y poniéndose de su lado, transcurriendo el mes de marzo, como esta-
mos contando; y el rey Alfonso X le perdonó, así como también perdonó a su primo
Fernán Pérez Ponce de León,80
nieto del rey Alfonso IX de León por línea materna,
quien le arrebata Mérida a los partidarios de Sancho, llegándose con ello al final de este
año 1283.81
También hemos de informar que en este año 128382
murió Beatriz Fadrique de Casti-
lla,83
sobrina del rey Alfonso X, habiendo sido hija del infante Fadrique de Castilla,84
con quien estuvo mucho tiempo durante su vida, ausente en varios lugares.
Al regresar a Castilla, contrajo Beatriz sus primeras nupcias, con Tello Alfonso de
Meneses, hijo de Alfonso Téllez de Meneses y de María Yáñez de Limia. No tuvo hijos
y enviudó.85
Beatriz Fadrique volvió a casarse,86
esta vez con Simón Ruiz de los Cameros, convir-
tiéndose así en consorte del señorío destacadamente riojano de los Cameros.87
Simón
era viudo, habiendo estado casado antes con Sancha Alfonso de León (muerta en
1270),88
hija ilegítima del rey Alfonso IX de León89
y de Teresa Gil de Soberosa.90
79
Conocido como el de Tarifa. Su muerte acaece en 1319.
80
Muere a finales de 1291.
81
También acaecerá por esa fecha, como vemos en su momento, la muerte del infante Manuel de Cas-
tilla, hermano de Alfonso X.
82
Probablemente.
83
De quien se desconoce su fecha de nacimiento.
84
En cuanto a su madre, se tienen dudas acerca de quién pudiera ser, aunque se apunta como posible a
una tal Catalina de Malespina, siendo Malespina un marquesado italiano. Pero existen otras opiniones de
otros historiadores.
El padre, Fadrique de Castilla, dueño de algunos señoríos andaluces, nunca se llevó bien con su herma-
no el rey Alfonso X, ni viceversa. Es lo que se deduce de los hechos y de las fuentes históricas que llegan
hasta nosotros.
85
Según parece entre 1266 y 1270. Y el historiador Salvador de Moxó (1921-1980) subrayó que median-
te dicho matrimonio la destacada familia Meneses enlazó matrimonialmente por primera vez en la historia
con la Casa Real Castellana.
86
Durante la década de 1270.
87
El señorío de los Cameros fue en su origen (siglo X) una tenencia de Fortún Ochoa, miembro de los
Fortún, descendientes del conde muladí Casio y de los Fortún, últimos reyes de la primera dinastía pam-
plonesa de los Íñiguez y parientes de los muladíes Banu Qasi de Tudela (Navarra). La familia, en sus di-
versas ramas, estuvo históricamente vinculada al señorío de Vizcaya.
88
No pocos historiadores tienen sus dudas acerca de este matrimonio entre Simón Ruiz de los Cameros y
Sancha Alfonso de León.
~ 34 ~
Simón Ruiz de los Cameros, de quien ciertamente fue consorte Beatriz Fadrique, reci-
bió durante su vida numerosos beneficios o mercedes por parte del rey Alfonso X, pero
aun así –como bien sabemos y podemos recordar– acabó alejándose y conspirando con-
tra el monarca juntamente con su suegro, el infante Fadrique, lo que les acarreó la muer-
te, siendo ejecutados de mala manera. Efectivamente, en 1277 tuvo lugar en Castilla la
extraña conjura que vino a causar la muerte del padre y del esposo de Beatriz Fadri-
que.91
Simón fue apresado en Logroño y luego quemado vivo en el municipio de Tre-
viño,92
estando en ello el infante Sancho de Castilla,93
que obedecía las órdenes de su
padre el rey Alfonso X. Recordamos también la atroz muerte del infante Fadrique en el
castillo de Burgos.94
Con la ejecución de Simón Ruiz de los Cameros se extinguió la línea primogénita de
la familia de los Fortuniones, que habían gobernado el señorío de los Cameros desde el
siglo X, y éste fue confiscado por la Corona de Castilla y entregado por el rey a su hijo
menor, el infante Jaime de Castilla.95
La ahora difunta Beatriz Fadrique de Castilla, muerta sin hijos, recibió sepultura en el
monasterio de San Benito de Sahagún.96
89
Muerto en 1230.
90
Muerta hacia 1269.
91
Sin que aún esté históricamente claro qué fue lo que ocurrió y lo que motivó tan dramáticos hechos,
bien mencionados y tratados en la Crónica de Alfonso X.
92
Provincia de Burgos.
93
Futuro rey Sancho IV (1284-1295).
94
Resumiéndolo todo así la Crónica de Alfonso X: “E porque el rey sopo algunas cosas del infante Fa-
drique, su hermano, e de don Ximón Ruyz de los Cameros, el rey mandó al infante Don Sancho que fuese
a prender a Don Ximón Ruyz de los Cameros et quel fiziese luego matar. Et don Sancho salió luego de
Burgos e fue a Logronno e falló allí a Don Ximón Ruyz et prísol. Et ese mismo día que lo prisieron, priso
Diego López de Salcedo en Burgos a Don Fadrique por mandado del rey. E don Sancho fue a Treuinno e
mandó quemar allí a don Ximón Ruyz. Et el rey mandó afogar a don Fadrique”.
En este texto no se mencionan cuáles fueron las causas que impulsaron a Alfonso X para condenar a
muerte a su propio hermano y al yerno de éste, y la versión que proporcionan los Anales del reinado de
Alfonso X, que fueron redactados después que la Crónica de Alfonso X, es la siguiente: “Era de mill e tre-
zientos e diez e seis eños, el ynfante don Sancho, fijo del rey don Alfonso e heredero, presó a don Ximón
Ruiz de los Cameros en Logroño por mandado del rey su padre. E en este año presó el rey don Alfonso a
don Fadrique, su hermano, en Burgos, e mandólo le meter en el castillo e meterlo en vna arca que estaba
llena de fierros agudos e allí murió”.
95
Que muere en 1284.
96
Provincia de León. La sepultura está actualmente desaparecida. Sí se sabe que permaneció situada a los
pies de la iglesia monástica durante varios siglos, hasta que fue destruida a principios del siglo XIX como
consecuencia de los incendios que sufrió el monasterio, o bien por causa de la desamortización de
Mendizábal, en 1835, cuando el cenobio hubo de ser abandonado por los religiosos que lo habitaban y
~ 35 ~
fueron profanados, saqueados o destruidos los sepulcros que allí había, incluido el que contenía los restos
del rey Alfonso VI (muerto en 1109), que fue destruido en 1810.
~ 36 ~
REINO DE ARAGÓN
INVASIÓN DE FRANCESES
Sabiendo que Pedro III de Aragón estaba gestionando varios asuntos en Tarazona,97
el
(francés) gobernador de Navarra, Eustache de Beaumarchais, invadió el reino de Ara-
gón con un ejército francés de 4.000 caballeros y numerosos peones adelantándose des-
de Sangüesa.98
Y cuando llegaron al castillo de Ull,99
en septiembre, lo asaltaron, derri-
bando su torre e incendiándolo; murió casi toda su escasa guarnición y apresaron al te-
nente, Eximén de Artieda, un personaje que no era muy querido en el entorno. Los fran-
ceses destruyeron por completo las poblaciones de Ull, Lerda y Filera.100
Ocuparon lue-
go Bailo, Arbués y Berdún,101
yendo unas semanas más tarde a ocupar el Valle de
Arán.102
97
Provincia de Zaragoza.
98
Situada en la Navarra Media Oriental.
99
Castillo que hubo en Navardún seguro anteriormente al que allí hay ahora, al norte de la provincia de
Zaragoza, por donde existieron algunos castillos o torres defensivas y de vigilancia, tanto por parte nava-
rra como aragonesa.
100
Desaparecidas desde entonces, literalmente borradas del mapa, de la provincia de Zaragoza.
101
Tres poblaciones al noroeste de la provincia de Huesca.
102
Provincia de Lérida, comarca pirenaica.
~ 37 ~
VALLE DE ARÁN (REINO DE ARAGÓN)
LOS ARANESES SON ESPAÑOLES, NO FRANCESES
Avanzaba a su final el mes de octubre de este año 1283. Bertrand II de Miramont,
obispo de Comenge,103
convocó a todos los clérigos del Valle de Arán para comunicar-
les la excomunión de Pedro III y exhortarles a entregar su tierra al senescal de Toulouse,
Eustache de Beaumarchais. Pero los araneses respondieron al obispo que, si la tierra de
Ispania está interdicta, la suya no es de Ispania y que jamás renegarán de su rey ara-
gonés. Entonces Beaumarchais instaló a 300 soldados en el castillo de Les, con ayuda
de Augèr de Berbedà, señor de Les, ocurriendo esto durante la primera quincena del
mes de noviembre.
El Valle de Arán: Municipios
103
Entre los años 1263-1286. Identificando nosotros Comenge o Cominges como una zona geográfica no
delimitada oficialmente que abarca parte de los departamentos franceses de Ariège, Gers y la parte sur del
Alto Garona. Esta zona se constituyó como tal durante la Alta Edad Media y llegó a ser importante e in-
dependiente condado. Geográficamente hablando se trata del país situado en la gran cadena pirenaica del
sur de Francia, en la parte alta de los valles del Garona y sus afluentes. Es región comprendida entre con-
dados y señoríos varios: el Bigorra (al oeste), el Couserans (al este), el Astarac y Toulouse (al norte) y el
valle de Arán y el Pallars (al sur).
~ 38 ~
DUCADO DE BRETAÑA
ÓBITO DE LA DUQUESA NAVARRA BLANCA DE CHAMPAÑA
El ducado de Bretaña104
tuvo su vieja historia desde el siglo VI, siendo antes que nada
una entidad feudal merovingia y carolingia, alcanzando categoría de reino. Según la tra-
dición merovingia dominante en el antiguo reino franco de entonces, hay noticias al res-
pecto proporcionadas por el monje británico Gildas (493-570),105
quien compuso De
exicidio Britanniae (La ruina de Bretaña), obra en la que explica cómo y por qué hubo
una emigración masiva de los celtas o muchos desplazamientos de estos pueblos y habla
de las primeras organizaciones británicas en Armórica, nombre de la Bretaña de enton-
ces.106
Desde Domnonia, en Cornualles, se colonizó al sur del canal la Bretaña, de inci-
piente organización política por entonces.
Corrían los años del siglo VII. Judicael reinó en Bretaña,107
pero llevó pronto vida
monacal, siendo sustituido en el trono por su hermanastro Haeloc, que fue muy sangui-
nario, por lo cual Judicael lo destituyó. Habían pasado muchas cosas. En el año 500 hu-
bo ataques en Bretaña por parte del rey franco Clodoveo, estando Bretaña geográfica y
políticamente muy dividida, con liderazgo diverso.
Andando el tiempo, en 786 Carlomagno108
estableció una Marca en los límites de Ar-
mórica, con la cual consiguieron sus habitantes autonomía dentro del reino franco; y en
799 ya se sublevaron para independizarse, fundándose entonces, aunque de un modo
efímero, el reino de Bretaña.
Transcurriendo el siglo VIII, los carolingios sometieron a los bretones, pero las diver-
sas expediciones organizadas durante los reinados de Carlomagno y Ludovico Pío dan
muestras de que los bretones permanecieron insumisos y muy libres. Ludovico Pío cam-
bió de estrategia en 831: pactó con Nominoe, un noble bretón del condado de Vannes, y
le nombró missus dominicus para los territorios bretones. Nominoe, como primer duque
104
En el extremo occidental y atlántico de Francia, limitando al norte con el canal de la Mancha, al nor-
deste con Normandía, al este con Países del Loira, al sur con el golfo de Vizcaya y en todo el oeste con el
océano Atlántico y el mar Cantábrico más al suroeste. 105
San Gildas. El santoral lo celebra el 29 de enero.
106
Todo ello muy relacionado con las tierras de Cornualles, al otro lado del canal de la Mancha, en Gran
Bretaña.
107
San Judicael de Bretaña (590-658), rey de Dumnonia y Bretaña hizo lo posible por logar la concordia
entre los bretones y los francos. Reinó como vasallo de los francos durante el reinado de Dagoberto I
(629-638). Luego de abdicar como rey fue monje… Se conmemora en el santoral el 17 de diciembre.
108
Muerto en 814.
~ 39 ~
bretón, es considerado el Padre de la Patria bretona. Sus sucesores hasta la invasión nor-
manda se nombraron reyes de Bretaña. Fueron los siguientes: Erispoe (851-857), Salo-
món I (857-874),109
Pascweten (874-877), Judicael (877-888), Alano I (890-907) y Gur-
maelon (908-913).
El ducado de Bretaña como tal se consolidó prácticamente en el año 936, al término
de la convulsa ocupación normanda. Alano II, nieto de Alano I, fue realmente quien sa-
cudió de Bretaña el yugo normando convirtiéndose en verdad primer duque de Bretaña,
entre los años 938-952.
Siguiendo la cadena de sucesión, en 1237 fue duque de Bretaña Juan I,110
esposo
desde 1236 de la ahora difunta Blanca de Champaña o de Navarra. Murió en el día 12
de agosto de este año 1283. Era hija del rey Teobaldo I de Navarra (muerto en 1253) y
de Inés de Beaujeu. En 1232, su padre y el rey castellano-leonés Fernando III negocia-
ron la posibilidad de casar a Blanca con el infante Alfonso, el rey Alfonso X, hijo de
Fernando III, pero el asunto no prosperó. Después Blanca estuvo prometida con el con-
de palatino de Borgoña Otón III.111
El contrato de matrimonio fue firmado el 16 de ene-
ro de 1236. Sin embargo, el compromiso fue roto. Y fue en ese año 1236 cuando se ce-
lebró la boda entre Blanca y Juan I de Bretaña, siendo de ocho hijos la descendencia de
este matrimonio: Juan,112
Pedro, Alix (Alicia), Teobaldo (1246-1247), Teobaldo (otro
de este nombre), Alienor, Nicolás y Roberto (muertos menores estos cuatro últimos).
109
Santo y mártir en la tradición popular bretona.
110
Hasta 1286. Tuvo algunos conflictos con los obispos bretones, que incluso lo excomulgaron en 1257.
Acompañó al rey Luis IX de Francia (San Luis) en la octava cruzada (año 1270). Logró tiempos de paz y
prosperidad.
111
Muerto en 1248.
112
Nacido en 1239, será Juan II de Bretaña entre los años 1286-1305. Muere en accidente de caballo du-
rante las celebraciones por la elección del Papa Clemente V (1305-1314).
~ 40 ~
Sello de Blanca de Navarra, duquesa de Bretaña
~ 41 ~
CÓRDOBA (REINO DE CASTILLA)
MURIÓ FERNÁN NÚÑEZ DE TÉMEZ
Esta noticia que ahora se ofrece, del presente año 1283, viene a ser una necrológica.
Murió en Córdoba Fernán Núñez de Témez (conocido también como Fernando Muñoz
Témez),113
célebre por su protagonismo en la reconquista cristiana de Córdoba en 1236,
como bien podemos recordar.114
Era hijo de Nuño Fernández de Temes115
y de Elvira
Fernández de Castro y Mendoza. Fue su mujer Leonor Muñoz (conocida también como
Ora Muñoz), siendo ésta su descendencia: Nuño Fernández de Témez, Rodrigo Fernán-
dez de Témez, Alfonso Fernández de Córdoba, Elvira Fernández de Témez, Mayor Fer-
nández de Témez, Juana Fernández de Témez, Leonor Fernández de Témez y Cons-
tanza Fernández de Témez.
113
Sin que contemos con demasiados datos biográficos, si bien podemos hacer constar que era de proce-
dencia o ascendencia gallega.
En 1236, siendo recompensado por su protagonismo en la reconquista de Córdoba, el rey Fernando III
le otorgó “los Castillos de Cañete, Paterna, Loeches, Doshermanas, y el Lugar de Fernan Nuñez, á que
dio su nombre, y pobló de Christianos, y fue primero Señor de él”. Fernán Núñez de Témez dio su nom-
bre a la torre defensiva musulmana de Aben Hana que tomó el 29 de junio de 1236. Este es el origen del
nombre de la localidad cordobesa de Fernán Núñez cuyo actual núcleo urbano se asentó al amparo de esta
fortificación en 1385.
114
Convirtiéndose así en el primer señor de la bien considerada y linajuda Casa de Córdoba, siendo tam-
bién señor del histórico castillo de Dos Hermanas (de cerca de Navahermosa, en la provincia de Toledo).
El tercero de sus hijos, Alfonso, ya heredó este castillo en 1275, cuando murió su hermano inmediata-
mente mayor, Rodrigo; ese tercer hijo pasó a llamarse Alfonso Fernández de Córdoba (será, como bien
sabemos, apellido históricamente célebre).
Fernán Núñez de Témez fue el primer tronco de los Fernández de Córdoba en Andalucía. Su descen-
dencia y la de su mujer Doña Leonor Muñoz se dividió en las Casas Capitales o Principales de Córdoba:
de Aguilar o Priego, de Cabra, de los Donceles o Comares y de Alcaudete.
115
Que fue el 4º maestre de la Orden de Alcántara.
~ 42 ~
~ 43 ~
CATALUÑA
APROBACIÓN DE CONSTITUCIONES
En diciembre de este año 1283, en Cortes de Barcelona, hubo aprobación de las consi-
deradas primeras “constituciones catalanas”, las cuales reconocen la supremacía del
Consell de Cent sobre el representante del rey (veguer o batlle), iniciándose el “pac-
tismo” de supremacía de la nobleza sobre el rey.116
116
Que acarrea gran influencia o repercusión en la sociedad catalana de los próximos siglos (las cons-
tituciones seguirán promulgándose por las sucesivas Cortes hasta las de 1702 inclusive).
Las Cortes Catalanas o Cortes Generales de Cataluña fueron órgano normativo catalán, dentro del
ordenamiento de la Corona de Aragón entre los siglos XIII y XVIII.
Dichas Cortes estuvieron compuestas con los conocidos tres brazos institucionales: el eclesiástico, el
militar o noble y el real o de las villas. El rey convocaba y abría las Cortes con una proposición real
mientras que los brazos eran los encargados de legislar, siempre con el concurso del soberano. Si las leyes
que se aprobaban eran las del rey recibían el nombre de “Constituciones”; si se aprobaban las de los
brazos, “Capítulos de Cortes”. Si el rey aprobaba una ley de forma unilateral recibía el nombre de “Actos
de Cortes” y era necesaria la ratificación por parte de las Cortes.
Las Cortes Generales de la Corona de Aragón celebraban conjunta y simultáneamente las Cortes de
Aragón, Valencia y del Principado de Cataluña. El Reino de Mallorca no convocaba Cortes y enviaba a
sus representantes a las del Principado de Cataluña. Como no se podían convocar fuera de Aragón ni del
Principado, se solían celebrar en Monzón o en Fraga (ambas en la actual provincia de Huesca), localida-
des aragonesas equidistantes entre Zaragoza y Barcelona.
A diferencia de las Cortes castellanas de la época, que funcionaban únicamente como órgano consultivo
al que el rey concedía privilegios y fueros, las Cortes catalanas eran un órgano normativo, ya que sus
acuerdos tenían fuerza de ley, en el sentido de contrato que el rey no podía revocar.
Los antecedentes de las Cortes catalanas hay que situarlos en la Corte Condal de hacia el año 1000 y en
aquellas conocidas Asambleas de Paz y Tregua que desde 1021 se reunían para deliberar y pactar la inte-
rrupción de las guerras y los actos de violencia, para que cesaran y se erradicaran.
Las primeras Cortes catalanas datan del año 1192, año en el que participó por primera vez el brazo
popular en la Asamblea de Paz y Tregua. Las de 1214 fueron convocadas por el legado pontificio, el
cardenal Pedro de Benevento, en la alcazaba de Lérida, el castillo de la Zuda, respondiendo a la necesidad
de afrontar el desbarajuste originado tras la muerte de Pedro II en la batalla de Muret, comenzando el
reinado de Jaime I, hijo del muerto y de tan sólo 6 años de edad. Este nuevo rey de Aragón hizo su
juramento delante de prelados y magnates de la Curia real, de los representantes de las ciudades y las
villas. En la época de Jaime I (1208-1276), se reunían las Cortes convocadas por el rey como represen-
tativas de los estamentos sociales de la época.
Bajo el reinado de Pedro III (1276-1285), las Cortes catalanas tomaron forma institucional y, como es-
tamos viendo, en las Cortes de Barcelona (1283), el rey se obligaba a celebrar Corte General una vez al
año, con la participación representativa de la época, para tratar del buen estado y la reforma de la tierra.
El propio rey establecía: “si nosotros y nuestros sucesores queremos hacer una constitución o estatuto en
Cataluña, los someteremos a la aprobación y al consentimiento de los prelados, barones, caballeros y de
los ciudadanos...”.
Véase más en (un extenso) epílogo II.
~ 44 ~
VALENCIA (CORONA DE ARAGÓN)
SE CREA EL CONSULADO DEL MAR
En este año 1283 se creó en Valencia el Consulado del Mar, a 1 de diciembre. Y de
ello tratamos ahora brevemente, destacando en primer lugar que los Consulados del Mar
son unas importantes instituciones de estos tiempos.117
En estos momentos se nos muestra la ciudad de Valencia con verdadera necesidad de
esta institución, por lo cual la solicita, para tener jurisdicción propia y capacidad autó-
noma que pueda dirimir los enfrentamientos o dificultades que surgen entre comercian-
tes viajantes y navegantes.
El Consulado del Mar tiene un funcionamiento jurídico-mercantil, siendo una organi-
zada institución que la forman (la han de formar) dos cónsules, elegidos anualmente (en
Navidad) por los prohombres de la ciudad (personas ilustres, honorables y respetadas),
ciertamente de entre los “entendidos en los usos del mar”. Dichos cónsules se convier-
ten en unos personajes que ejercen de jueces o árbitros, con jurisdicción real delegada y
competencia para dirimir todos los pleitos o conflictos entre comerciantes y hombres
del mar en general, pudiendo ser también mediadores.
La ordenanza del rey Pedro III, por la que se crea esta institución en Valencia, hace
referencia expresa a que los cónsules, para resolver los casos que se les planteen, de-
berán aplicar los usos y costumbres de la ciudad de Barcelona, lo que no deja de ser cu-
rioso habida cuenta de que los ya llamados cónsules de Barcelona carecían de la juris-
dicción real autónoma que se otorgaba a los cónsules valencianos.118
Tengamos en cuenta que el rey Pedro III de Aragón se encuentra en estos momentos
con disminuido poder y en guerra frente al rey Felipe III de Francia, como bien sabe-
mos, debido a que el monarca aragonés se halla bajo pena de excomunión por parte del
Papa Martín IV, haciendo éste donación de la Corona de Aragón a Carlos de Valois, hi-
jo del rey francés.119
Ante esta situación y con la llamada a las armas por parte del rey
117
Sobre todo de la Baja Edad Media.
118
Será posteriormente, ya en el siglo XIV, cuando la estructura de este consulado valenciano se exporte
al resto de ciudades importantes dentro de la Corona de Aragón y se implante en los nuevos consulados.
Posteriormente alrededor de estos cónsules se irá creando un complejo montante jurídico que estará for-
mado por consejos consultivos compuestos por mercaderes, y tendrá que haber también, o surgirá en la
institución, un juez de apelación que revisará las causas en segunda instancia.
119
Al que ya hicimos alusión cuando notificábamos que Pedro III se topó con la Iglesia Romana.
~ 45 ~
aragonés, entendemos que unos nobles y milicias ciudadanas le planteen al monarca un
listado de exigencias a cumplir por él mismo para la intervención de los que han de en-
trar en la lucha. Entre las peticiones están las del mantenimiento de privilegios y un au-
mento de la presencia de la nobleza aragonesa en la Corte Real o en cuanto séquito de
influencias. Ante tan delicada situación, el rey decide ceder y concede en este año 1283
el “privilegio general” en las Cortes de Aragón.
Dicho de otra manera, o insistiendo en ello, el 1 de diciembre de este año 1283, el rey
Pedro III de Aragón se vio obligado a conceder el Consulado del Mar a Valencia, en un
momento para él de suma debilidad política, necesitando por ello la ayuda y apoyo de
los valencianos, a quienes hace muchas concesiones del aragonés Privilegium Mag-
num,120
diciendo o declarando vagamente “proust est in Barchinona fieri consuetum”.
Y es que los valencianos pretendían contrarrestar las ambiciones políticas de los arago-
neses, que habían pedido en un anexo de su privilegio general que el Fuero de Aragón
se aplicase libremente en los pueblos de Valencia. Cualquier villa que quisiese benefi-
ciarse de los fueros valencianos tenía que aceptar las condiciones impuestas en el Privi-
legium Magnum.
120
Unas disposiciones de las constituciones catalanas y provenientes de las Cortes de Barcelona en di-
ciembre de este año 1283, disposiciones que, entre otras cosas, establecían que el rey no podría imponer
nuevos impuestos sin que lo aprobaran las Cortes.
Tras confirmar los Fueros de Valencia, el rey Pedro III concedió el mencionado Privilegium Magnum,
confirmando los fueros aragoneses en Valencia. Y fueron surgiendo así los que nosotros conocemos ac-
tualmente como impuestos municipales que recaudan los Ayuntamientos.
~ 46 ~
Pasó también que Pedro III redujo en sus reinos las posibilidades de los judíos para
ocupar cargos públicos y cobrar rentas reales. Y en cuanto a los musulmanes, pudo crear
y promulgar una ley permitiéndoles libertad de desplazamientos, así como para moverse
en el comercio y residir sin problemas en el reino de Valencia.121
121
Ver más sobre el reinado de Pedro III al respecto en epílogo III.
~ 47 ~
REINO DE DINAMARCA
MURIÓ EL CÉLEBRE MAESTRO DOMINICO BOECIO DE DACIA
El dominico Boecio de Dacia,122
danés,123
muerto en este año 1283, fue reconocido fi-
lósofo escolástico y gramático de lengua latina. Se le conoce sobre todo por ser uno de
los defensores del llamado averroísmo latino, lo mismo que el destacado Sigerio de Bra-
bante.124
Ambos fueron maestros de la Facultad de Artes de París. Boecio sostuvo mu-
cho más la autonomía de la filosofía respecto de la teología. Entre otras obras, junto con
algunos comentarios a las composiciones lógicas de Aristóteles, es autor de En la eter-
nidad del mundo. Deja su legado intelectual a la posteridad, también en lo tocante a
filosofía moral, considerando la eudaimonía aristotélica (sobre la felicidad). Distinguen
los averroístas entre una felicidad posible en esta vida y la más perfecta o propiamente
de la vida futura, venidera o eterna.125
122
No debe confundirse con el célebre filósofo romano de ese nombre, Boecio, de entre los siglos V-VI.
123
La representación de su nombre Danske Bo (“Bo el danés”) en latín medieval como Boetius de Dania
(también deletreado Boecio de Dacia) se deriva del topónimo Dania, que significa Dinamarca, que se con-
fundía ocasionalmente con Dacia durante la Edad Media.
Biográficamente no es mucho lo que se conoce del danés Boecio de Dacia, nacido tal vez en algún lugar
de Jutlandia hacia la mitad del siglo XIII,
124
Muerto en 1284 o 1285.
125
Como averroísta o aristotélico radical, Boecio considera que, si hay un bien supremo posible para el
hombre, en esta vida éste bien tiene que darse en términos de su capacidad más elevada, el intelecto, que
es lo que hay de divino en el hombre y, a su vez, habiendo dos capacidades o potencias, una teórica y otra
práctica. De acuerdo a la potencia teórica, el supremo bien para el hombre consiste en conocer lo ver-
dadero en las cosas singulares. Con respecto a la potencia práctica, el supremo bien consiste en “hacer lo
bueno y deleitarse en ello”, operando de acuerdo al medio elegible. Sobre esto nos dice Boecio de Dacia
que ello “no se es justo a no ser que se deleite uno en hacer la justicia y, del mismo modo, hay que en-
tender al respecto de las operaciones de otras virtudes morales”. En esto consiste la felicidad humana: en
“conocer lo verdadero, hacer lo bueno y deleitarse en ambas cosas”.
Según Aristóteles, “todos los hombres desean por naturaleza saber”, y para Boecio alguien que no ac-
túe según estos fines o hacia ellos, estará pecando en mayor o menor grado. La causa que impide que el
hombre pueda o desee saber es vicio. El filósofo conoce el vicio y la virtud, de modo que elegirá esta
última; además, sabe que el placer intelectual es mejor que el sensible. Por estas razones el verdadero
filósofo es más virtuoso que los demás hombres. Su tarea vital como búsqueda de la verdad no se deten-
drá hasta conocer la primera causa de todo cuanto existe, el ser increado, pues la pregunta por lo divino es
connatural a los hombres. Desde la verdad y la virtud se llega a la existencia de todo cuanto hay en el
mundo. Todo lo que hay de bueno en el mundo lo es porque participa de este primer principio del que
deriva la unidad del mundo, primer principio que es un Dios glorioso y sublime.
~ 48 ~
Boecio de Dacia fue uno de los condenados por el legado pontificio y obispo de París
Étienne Tempier, en 1277, por pertenecer a la corriente del averroísmo latino. Boecio
huyó de París con Sigerio apelando al Papa Nicolás III (1277-1280).
Sabemos que en este año 1283, antes de su muerte, anduvo por el entorno cortesano
pontificio en Orvieto y que su pertenencia a la Orden de Predicadores, en Dinamarca, no
es de hace mucho.
En la Universidad de París se enseña que no es posible que el mundo haya sido creado
desde la eternidad, porque racionalmente se prueba que es temporal, tal como se deduce
también de las aportaciones bíblicas. Frente a las dos posiciones opuestas o contrapues-
tas, Tomás de Aquino126
sostuvo que creación y eternidad no repugnan entre sí, pero
que no se puede demostrar la eternidad del mundo, ni tampoco su temporalidad.
Otra de sus controvertidas conclusiones,127
aparte de la imposibilidad de la creación ex
nihilo y la eternidad del mundo, fue a su vez la eternidad de la raza humana y la imposi-
bilidad de la resurrección de los muertos.
Reunión de Doctores en la Universidad de París
126
Muerto en 1274.
127
Filosóficamente hablando.
~ 49 ~
DUCADO DE LIMBURGO
MURIÓ LA DUQUESA ERMENGARDA
En el destacado y relevante ducado de Limburgo128
se registró en este año 1283 la
muerte de la duquesa Ermengarda, habiendo ostentado este título desde 1279. Recor-
démosla como hija del duque Waleran IV de Limburgo y de Judith de Cléveris.129
En 1276 se casó con el duque Reinaldo I de Güeldres.130
Conforme a lo establecido en
las cláusulas matrimoniales y de acuerdo con una concesión hecha en 1282 por el empe-
rador germánico Rodolfo I de Habsburgo,131
Reinaldo pudo mantener el usufructo del
ducado de Limburgo en caso de morir Ermengarda sin descendencia, como así ha sido.
Ocurre que, tras la muerte de Ermengarda sin hijos, se ha desatado una guerra de suce-
sión por el ducado.132
128
Situado entre los Países Bajos y Bélgica, siendo belga la ciudad de Limburgo.
129
Cléveris es una hermosa y monumental ciudad alemana situada en Renania del Norte-Westfalia, en la
región de Düseldorf, a occidente del país.
130
Países Bajos.
131
Cuya muerte será en 1291.
132
Una guerra que concluyó en 1288, siendo derrotado Reinaldo en la batalla de Worringen (no lejos de
Colonia), quedando incorporado el ducado de Limburgo al ducado de Brabante, siendo titular Juan I (que
muere en 1290). La muerte de Reinaldo será en 1326. Puede que veamos en su momento algún apunte de
su desenvolverse biográfico.
~ 50 ~
MARAGHE (ILKANATO MONGOL DE PERSIA)
MURIÓ MUHYI AL-DIN, DESTACADO MATEMÁTICO Y ASTRÓNOMO
En este año 1283133
murió Muhyi al-Din al-Maghribi, también conocido como Ibn
Abi al‐Shukr, de origen andalusí o hispanomusulmán, célebre matemático y astrónomo,
muy ocupado en el importante observatorio astronómico de Maraghe,134
la capital del
ilkanato de Persia donde sucedió el óbito.
Muhyi al-Din al-Maghribi vivió con mucha permanencia en Damasco,135
al menos
hasta 1258, siendo entonces136
cuando compuso o publicó su obra importante que lleva
por título La corona de los manuales astronómicos (Taj al‐azyaj).
Desde Damasco se trasladó a Maraghe,137
trabajando allí, como ya dijimos, en el ob-
servatorio astronómico de esa ciudad, siendo huésped de Hulagu Kan y bajo la dirección
de Nasir al-Din al-Tusi (muerto en 1274). Conoció en aquel laboratorio al sabio obispo
Gregorio Bar Hebraeus, con quien tuvo un trato excelente.138
En 1275 compuso unas
tablas astronómicas, independientes de las iljaníes139
llamadas Adwar al‐anwar mada
al‐duhur wa‐‟l‐akwar.
133
Probablemente, con 63 años de edad, si nació hacia 1220. En realidad se sabe poco de su vida, marca-
da por la escuela o corriente islámica de jurisprudencia malikí (sunní y de la tradición árabe de Medina,
una tradición de gran flexibilidad y adaptabilidad dentro del mundo musulmán). La jurisprudencia malikí
fue la más propia y característica de Al-Ándalus.
134
Actualmente al norte de Irán y entonces perteneciente al Ilkatato Mongol de Persia. Fue Hulagu Kan
(1217-1265) quien se volcó sobre la ciudad de Maraghe, histórica y monumental. El observatorio existe
en la actualidad como importante reliquia arqueológica, bajo una cúpula protectora.
135
En Siria, que fuera antigua y califal capital omeya entre los años 661-750, como bien podemos recor-
dar.
136
Parece ser.
137
Como muy tarde en 1262, pero tal vez antes de ese año.
138
Gregorio Bar Hebraeus fue un obispo católico de la Iglesia ortodoxa siria, nacido en 1226 y muerto en
1286. Hombre sabio y erudito, es conocido por sus obras sobre filosofía, poesía, lenguaje, historia y teo-
logía. Volveremos sobre él en la fecha de su muerte. 139
Las Tablas iljaníes o ilkánicas son un libro del siglo XIII, escrito en persa y luego traducido al árabe,
conteniendo tablas astronómicas o listados con catalogaciones de los movimientos planetarios. Dichas ta-
blas fueron compiladas, junto con otros astrónomos, por el científico persa Nasir al-Din al-Tusi en el ob-
~ 51 ~
También podemos notificar de este año 1283, en la ciudad persa de Qazvín, no lejos
de Maraghe, la muerte de Abu Yahya Zakariyya ibn Muhammad ibn Mahmud al-Qaz-
winí, cosmógrafo, geógrafo y erudito en otras materias científicas, teniendo 80 años de
edad.
servatorio de Maraghe. Reciben su nombre por estar dedicadas a los iljaníes, gobernantes del Ilkanato
Mongol de Persia, quienes fueron mecenas de la obra.
El libro contiene tablas para calcular las posiciones de los planetas y los nombres de las estrellas.
Incluyó datos derivados de las observaciones realizadas durante doce años en el observatorio de Maraghe,
siendo completadas dichas observaciones en 1272, llegando a muy interesantes conclusiones de aquel
momento.
~ 52 ~
SHIRAZ (ILKANATO MONGOL DE PERSIA)
MURIÓ EL JEQUE Y GRAN POETA SA’DI O SAADI
El 9 de diciembre de este año 1283,140
en Shiraz,141
murió el jeque y gran poeta Sa’di
o Saadi, siendo su nombre completo Musharrif al-Din ibn Muslih al-Din. Es muy re-
conocido por su calidad literaria, su refinamiento vital y su profunda sensibilidad social.
Tenía 70 años de edad. Sa’di había nacido en Shiraz, en 1213.
Con temprana edad abandonó su ciudad natal, desplazándose a Bagdad,142
donde estu-
dió literatura árabe y ciencias islámicas, cursando su formación entre los años 1195 y
1226.
Las condiciones de inestabilidad que siguieron a la invasión mongola de las viejas
tierras persas lo llevaron a moverse por muchos lugares colindantes, viajando también
por Anatolia, Siria, Egipto y por muy amplio entorno geográfico. Así, en su obra escrita
menciona viajes suyos por la India y Asia central.143
Hay una gran diferencia entre los viajes de Saadi y los de Marco Polo.144
Mientras és-
te se relaciona con los poderosos y gente que está en la “buena vida”, gente comercial y
enriquecida, Saadi convivió con la gente ordinaria, sobrevivientes de las recias inva-
siones y librados de las muertes que acarrearon los mongoles. Saadi se reunía durante lo
profundo de las noches intercambiando ideas y reflexiones tanto con mercaderes como
con granjeros, pastores, religiosos, devotos, caminantes, peregrinos, ladrones, mendigos
sufíes y hasta maleantes. Durante veinte años o más, continuó la misma rutina de ser-
mones, advertencias, aprendizaje, doctrinas, teorías…, perfeccionando su dialéctica y
puliéndola en gemas intelectuales que iluminarían la sabiduría natural y las debilidades
propias de su pueblo.
140
O puede que el año sea 1291.
141
Situada al suroeste de Irán. Entre los años 1284 y 1287 se produjo en esta zona una sequía que causó
una terrible hambruna, con resultado de cien mil muertes. Y en 1297 habrá peste y enfermedades, princi-
palmente de sarampión, que se llevarán la vida de cincuenta mil personas.
142
Hoy en día capital de Irak.
143
De un modo similar al recorrido que hizo Marco Polo entre los años 1271-1294.
144
Nacido hacia 1254 y muerto en enero de 1324.
~ 53 ~
Cuando reapareció en su nativa Shiraz era ya un hombre mayor. La ciudad, bajo el go-
bierno del atabeg (mandatario) Abubakr Sa’d ibn Zangy (1231-1260) disfrutaba de un
período de relativa tranquilidad. Saadi no sólo fue bienvenido, sino que logró el respeto
del gobernante y fue designado entre los grandes de la provincia. En respuesta, Saadi to-
mó su nombre literario del gobernante, Sa’d ibn Zangi, y compuso algunos de los más
bellos panegíricos como gesto inicial de gratitud en reconocimiento y favor de la Casa
gobernante. Y ya no se marchó de Shiraz.145
Sus obras escritas más destacadas,146
entre otras,147
son Bostan (El jardín de las fru-
tas), del año 1257, y Gulistán (La Rosaleda o El jardín de las rosas), del año 1258. Re-
sulta que Bostan es un libro escrito todo él en versos, mediante rima épica presentando
historias que ilustran propiamente sobre las virtudes más recomendadas a los musulma-
nes en general (justicia, liberalidad, modestia, satisfacción, magnanimidad), acompa-
ñando reflexiones sobre la conducta que han de llevar (o debieran) los derviches,148
en
la corrección de sus prácticas extáticas (encaminadas a la piadosa y serena plenitud mís-
tica).
De otra parte, Gulistán es una obra que está mayormente escrita en prosa, conteniendo
historias y anécdotas más personales. El texto está intercalado con una variedad de po-
emas cortos que incluyen aforismos, advertencias y reflexiones humorísticas. Saadi de-
muestra una profunda conciencia sobre el absurdo de la existencia humana, al hablar,
por ejemplo, del destino de aquellos que dependen del humor o de los caprichos cam-
biantes de los reyes y gobernadores o sultanes, en contraste con la santa y sana libertad
de los derviches.
La mezcla peculiar de cortesía y cinismo, de humor y resignación o realismo que
muestra la obra de Saadi, junto a una tendencia a evitar los dilemas difíciles o complica-
dos, lo convierte para muchos en unos de los escritores más encantadores y apreciables
de la cultura persa-iraní. Sus consejos y reflexiones en prosa resultan de gran conve-
niencia, siendo dignos de tenerse en cuenta y considerarse.149
145
No hay constancia de que lo hiciera.
146
Siendo las que se conocen.
147
Incluyendo los panegíricos y diversos poemas líricos, odas, etc., lamentando también la caída de Bag-
dad en 1258 cuando la invasión de los mongoles.
148
Miembros de las hermandades sufíes.
149
Para leer algo de Sa’di puede irse a epílogo IV.
~ 54 ~
~ 55 ~
SEÑORÍO DE AGUILAR DE LA FRONTERA EN ANDALUCÍA
(REINO DE CASTILLA)
MURIÓ GONZALO YÁÑEZ DE AGUILAR,
SEÑOR DE FRONTERA Y POETA
En este año 1283,150
luchando con el infante Sancho de Castilla en la Vega de Gra-
nada, murió Gonzalo Yáñez de Aguilar, señor de frontera y poeta, de quien ahora nos
ocupamos brevemente, ofreciendo el siguiente apunte para la historia. Se le conoció
también por su nombre portugués, Gonçalo Eanes do Vinhal, pues era del reino de Por-
tugal su procedencia,151
convertido luego en ricohombre castellano, siendo el primer se-
ñor de Aguilar.152
Gonzalo nació153
en Aguiar da Pena o Vila Pouca de Aguiar, hacia el norte de Portu-
gal, proviniendo de este topónimo el apellido de sus ancestros. Fueron sus padres Juan
Gómez Dovinhal y su esposa María Pires de Aguiar. Era primo hermano del célebre
maestre de la Orden de Santiago Pelay Pérez Correa (muerto en 1275), pues las madres
de ambos eran hermanas.
Con setenta caballeros estuvo Gonzalo en el cerco de los castellanos sobre Martos154
y
lo mismo participó en la reconquista cristiana de Baeza y Úbeda.155
150
Probablemente.
151
Habiendo estado al servicio del rey portugués Sancho II (1223-1248).
152
Aguilar de la Frontera (Córdoba), siendo las primeras referencias históricas sobre este señorío del año
1257, cuando Poley (que era como antes se llamaba el pueblo), fue convertido en señorío para Gonzalo
Yáñez, que estuvo con el rey Fernando III en la reconquista cristiana de Sevilla.
En la documentación antigua no se citan los lugares que integraban el señorío, aunque se sabe que
Monturque se integró en 1277 por concesión de Alfonso X. A pesar de estos privilegios, Gonzalo Yáñez
de Aguilar no dudó en apoyar al infante Sancho, hijo del rey Alfonso en el conflicto dinástico-sucesorio
que todos conocemos. Estaremos al tanto del recorrido histórico de este señorío en adelante.
153
Tal vez.
154
Provincia de Jaén.
155
También ciudades de la provincia de Jaén.
~ 56 ~
Participó con Fernando III y tantos otros agentes de la milicia cristiana en la recon-
quista de Sevilla (año 1248), recibiendo varios donadíos en el posterior repartimiento
que hubo. Igualmente contribuyó con éxito de reconquista o afianzamiento de la misma
en las tierras murcianas. Sirvió con lealtad al rey Alfonso X y éste le hizo poseer como
gran merced el señorío de Aguilar, a 16 de abril de 1257.
Tras su muerte en este año 1283, su cuerpo difunto, debidamente tratado, fue llevado
finalmente a Córdoba, recibiendo muy digna sepultura en la catedralicia capilla real de
San Clemente. Así lo decidió, con todos los honores y reconocimientos, el rey Alfonso
X.
De su vida familiar156
hemos de contar que estuvo casado con Juana, una dama de la
que enviudó,157
habiendo nacido de ella un hijo, Gómez González de Aguilar, que mu-
rió siendo niño.158
En segundas nupcias se casó con Berenguela de Cardona, que es la
madre del ahora segundo señor de Aguilar, también llamado Gonzalo Yáñez,159
y de
Leonor.160
Además de su guerrera caballerosidad, Gonzalo Yáñez de Aguilar destacó también co-
mo poeta preciosista y trovadoresco, dejándonos el correspondiente legado al respecto,
siendo importante su cancionero, del género cantigas tanto de amigo y de amor como de
escarnio o maldecir. Cumple en sus composiciones las normas rígidas de las trovas, gé-
nero poético muy típico de estos tiempos,161
cultivado y producido por trovadores, gente
de la hidalguía y del pueblo, utilizando versos cortos o redondillas,162
conformando mú-
sicas para instrumentos y danzas.
156
Bastante compleja genealógicamente hablando.
157
En fecha que no se puede precisar, entre los años 1257 y 1260.
158
De unos 10 años de edad.
159
El cual contraerá matrimonio con María González Raposo, hija de Gonzalo Ibáñez de Meneses y de
Urraca Fernández de Lima, siendo bisnieta de Alfonso Téllez de Meneses (muerto en 1230).
160
Que podrá ser identificada, probablemente, como esposa de Bernardo I de Cabrera y madre de Bernar-
do II de Cabrera (muerto en 1364), que será el Gran Privat del rey Pedro IV de Aragón (1336-1387) y
que en 1343 reclamará el señorío de Aguilar, habiéndose extinguido ya entonces el linaje de Gonzalo
Ibáñez (véase nota anterior).
161
Entre los siglos XII y XIV.
162
La redondilla es una estrofa castellana que se compone de cuatro versos, normalmente octosílabos. Lo
que la diferencia del cuarteto es que los versos de la redondilla son de arte menor (de ocho o menos sí-
labas). En general –sin que ahora lo detallemos más–, la rima de la redondilla es abrazada y consonante,
si bien en tiempos modernos o más recientes a nosotros también se ha usado la rima asonante.
~ 57 ~
MARIENTHAL (CONDADO DE LUXEMBURGO)
MURIÓ LA CÉLEBRE MONJA DOMINICA YOLANDA DE VIANDEN
En el convento de dominicas de Marienthal163
(condado de Luxemburgo), a 17 de di-
ciembre de este año 1283, murió la célebre monja Yolanda (o Violante) de Vianden, a
sus 52 años de edad.164
Hija menor del conde Enrique I de Vianden165
y de su esposa
163
Una pequeña aldea luxemburguesa en la actualidad, donde quedan algunos restos del mencionado
convento, que se cerró definitivamente en el siglo XVIII.
164
Habiendo nacido en Vianden (una villa que se halla hacia el norte de Luxemburgo, cercana a la fron-
tera con Alemania), siendo más o menos el año 1231.
Se trata de Santa Yolanda de Vianden, dominica, que se celebra en el santoral el 17 de diciembre. Llegó
a ser priora y propiamente una leyenda (hagiográfica) en la historia de Luxemburgo.
El conocimiento que hay sobre esta dominica se debe en gran parte al poema épico Yolanda von Vian-
den, escrito por el fraile dominico Hermann de Veldenz, poema que cuenta cómo, siendo Yolanda muy
jovencita, quiso ser monja dominica, oponiéndose a ello sus padres. Ha de tenerse en cuenta que su madre
había concertado un matrimonio de la joven con el noble Valerán I de Monschau, a fin de consolidar la
influencia de los condes de Vianden sobre todo en sus relaciones con los condes de Luxemburgo, empa-
rentando con ellos. En 1245, siendo Yolanda de 14 años, fue llevada por su madre, junto con su futuro
compañero, a visitar el convento de Marienthal, donde Yolanda, de manera sorpresiva, corrió para con-
seguir la protección monástica y fue admitida como postulante y novicia del lugar.
Un año después, volvió allí la madre acompañada de nobles armados que amenazaron con destruir el
monasterio si Yolanda no aceptaba dejarlo. A la chica la convencieron para que volviera a Vianden, don-
de sus padres intentaron retenerla en el castillo. Pero ella no se amilanó por ello sino que, por el contrario,
afianzó su visión y vocación en conversaciones que pudo mantener con frailes dominicos como Walter de
Meisemburg o el mismo San Alberto Magno. Finalmente se llegó a la conclusión, con el acuerdo de su
madre, de que Yolanda debía volver al monasterio de Marienthal. En ello influyó el que Yolanda se había
escapado y escondido en una cueva; cuando su madre la encontró le rogó que volviese a casa, aunque
mantuviera su decisión de hacerse monja. Y en casa llevó una vida de oración y caridad durante varios
años. En 1258 fue elegida priora, cargo en el que se mantuvo hasta su muerte, 25 años más tarde, en 1283.
Es de destacar que su propia madre, Margarita, ingresó en el monasterio tras la muerte de su marido en
1252, cuando participaba en la séptima cruzada (1248-1254).
De los restos o reliquias de Santa Yolanda sólo queda el cráneo que se le atribuye, conservándose en la
iglesia que tienen los padres trinitarios en Vianden.
La determinación y firmeza de Yolanda para abandonar las riquezas y privilegios de la nobleza optando
por la vida austera y el carisma dominico fueron de mucha valoración, resonando mucho su veneración en
la historia de Luxemburgo, como queda dicho.
165
Los condes de Vianden, antepasados de la Casa de Orange-Nassau, muy destacada en la historia de
los Países Bajos, tuvieron total vinculación al castillo de Vianden en Luxemburgo, siendo entre los siglos
XII y XV los señores más poderosos del territorio comprendido entre los ríos Rin, Mosela y Meosa. Son
de una interesante genealogía.
~ 58 ~
Margarita de Courtenay, marquesa de Namur,166
Yolanda ingresó muy joven, práctica-
mente niña, en el mencionado convento de dominicas, contrariando muchos los deseos
de sus padres.
El castillo de Vianden, construido entre los siglos XI y XII
166
Actualmente en Bélgica.
~ 59 ~
CASTILLO DE PEÑAFIEL (REINO DE CASTILLA)
MURIÓ EL INFANTE MANUEL
Ocurrió en el navideño día 25 de diciembre de este año 1283, en el castillo de Pe-
ñafiel.167
Murió el infante Manuel de Castilla y León, que ostentó varios cargos y seño-
ríos de mucha relevancia, como enseguida destacaremos. Tenía 49 años de edad.168
Fue
hijo de los reyes Fernando III y de Beatriz de Suabia, hermano por tanto del rey Alfonso
X, puesto finalmente en su contra y partidario o a favor de su sobrino el infante Sancho.
En su gran señorío de Villena169
le sucede su hijo Juan Manuel, un pequeño de tan
sólo un año de edad ahora, heredando también otros dominios señoriales, todo bajo la
167
Provincia de Valladolid.
168
Habiendo nacido en 1234 en Carrión de los Condes (Palencia).
169
Provincia de Alicante, abarcando entonces muchos concejos. Las tierras del señorío de Villena se
extendieron por una dilatada comarca que tenía al norte el alfoz de Cuenca y al sur el alfoz de Alcaraz, en
la actual provincia de Albacete, y el término de Murcia. Este amplio territorio vino a estructurarse fun-
damentalmente en torno a dos destacados centros políticos: de la Tierra de Alarcón (Cuenca) al norte y de
la Tierra de Chinchilla (Chinchilla de Montearagón, provincia de Albacete) al sur. Y en torno a dichos
centros políticos se agruparon otras villas o poblaciones con términos más reducidos, como Iniesta (al
sureste de la provincia de Cuenca), y de la actual provincia de Albacete La Tierra de Hoya de Gonzalo,
Jorquera, Hellín, Tobarra, Almansa y Yecla, siendo de la actual provincia de Alicante Sax y Villena, la
cual, aun dando denominación y capitalidad al señorío, no era sino de situación periférica y como mar-
ginal en todo el conjunto, si bien en sus inicios contaba con las localidades del comarcal Vinalopó, río
alicantino (Sax, Elda, Novelda y Elche), siendo parte del señorial apanage (donación patrimonial o seño-
río para miembros masculinos y menores de la familia real sin herencia o sucesión del trono) conferido
por Fernando III a su hijo el infante Manuel. Fue un señorío que experimentó en el transcurso de su
historia algunos cambios coyunturales externos, por la anexión temporal de alguna que otra población
próxima, como fue el caso de las albaceteñas Villarrobledo, Lezuza, Munera, Jumilla (Murcia) o Utiel
(Valencia) en el siglo XV, siendo también algún que otro el caso de perder algunas villas.
Este conjunto señorial tiene un doble origen histórico, abarcando por un lado las poblaciones de la
Tierra de Jorquera, Hellín, Ves, Tobarra, Almansa, Yecla, Sax y Villena, que habían pertenecido en el si-
glo XIII al infante Manuel de Castilla, siendo todas ellas poblaciones unidas al resto de villas alicantinas
del cauce del Vinalopó. Por ello dio en denominarse este conjunto Tierras de Don Manuel. De otra parte,
el sector norte o Tierra de Alarcón e Iniesta perteneció al realengo entre los siglos XII y XIII, incorporán-
dose este conjunto al señorío de Villena bajo el dominio del referido infante. El caso fue que se formó
poco a poco o sucesivamente el señorío.
En 1252, cuando murió Fernando III y comenzó el reinado de Alfonso X, su hermano el infante Ma-
nuel, fue figurando, como posteriormente, entre los consejeros del monarca, confirmando desde entonces
la documentación regia. Alfonso X lo armó caballero hacia el año 1254, ostentando en adelante diversos
cargos y oficios de la casa real.
~ 60 ~
regencia de su madre, ahora viuda de su padre, Beatriz de Saboya. Otros dominios van a
su hija, aún soltera, Violante Manuel.
El infante Manuel, señor de Villena, Escalona,170
Peñafiel,171
Elche,172
Santa Ola-
lla,173
Ágreda,174
Roa,175
Cuéllar,176
Aspe177
y Beas,178
fue también adelantado mayor de
Murcia, alférez del rey Alfonso X entre los años 1258-1277 y mayordomo mayor de la
casa real entre los años 1279-1282.
Habiendo nacido en Carrión de los Condes, fue el más joven de los hijos varones que
tuvieron los reyes Fernando III y su primera esposa Beatriz de Suabia. En 1252 obtuvo
de su padre, como apanage el señorío de Villena. En 1259, formando embajada de
Alfonso X, viajó a Italia para verse con el Papa Alejandro IV (1254-1261) y tratar con
el pontífice acerca del conocido como Fecho del Imperio, sin que hubiera apoyo de la
Santa Sede al respecto, como ya bien sabemos. En 1261 estuvo presente el infante Ma-
nuel en las Cortes de ese año en Sevilla. El 25 de abril de 1262 se recuerda como la fe-
cha en la que el rey le hizo entrega de las villas de Elche, Crevillente y Aspe, así como
del Valle de Elda,179
nombrándole también adelantado mayor de Murcia. El infante Ma-
nuel de Castilla se convirtió así en uno de los más grandes y poderosos señores de la Pe-
nínsula Ibérica.
El 12 de marzo de 1266 se firmaron en Sevilla las capitulaciones matrimoniales del
infante Manuel, viudo de su primera esposa, con Constanza de Bearne, al tiempo que se
firmaban la de su hijo primogénito Alfonso Manuel con Guillerma de Montcada, her-
mana de Constanza de Bearne, e hijas ambas del vizconde Gastón VII de Bear-
ne.180
Pero ninguno de esos previstos matrimonios llegó a celebrarse, pues se sucedieron
Fue entre 1252 y 1256 el tiempo en que se creó para el infante Manuel el señorío de Villena, a partir de
la capitalidad de esta notable población.
170
Al norte de la actual provincia de Toledo.
171
Provincia de Valladolid, como ya hemos mencionado en una nota anterior.
172
Provincia de Alicante.
173
Provincia de Toledo.
174
Al nordeste de la provincia de Soria.
175
Al suroeste de la provincia de Burgos.
176
En el norte de la provincia de Segovia.
177
Provincia de Alicante.
178
Beas de Segura (Jaén).
179
Todo ello provincia de Alicante.
180
Que muere en 1290.
~ 61 ~
circunstancias en contra. Durante la revuelta nobiliaria de 1272 y 1273 contra el rey
Alfonso X, el infante Manuel ayudó al monarca, su hermano, a negociar con los rebel-
des, aconsejándole que pactase con ellos. Y en 1275, como podemos recordar, falleció
en Montpellier Alfonso Manuel, el primogénito, cuando regresaba de un viaje acompa-
ñando a su tío el rey con el consabido asunto del Fecho del Imperio.
En ese mismo mencionado año 1275, como bien sabemos, murió el infante Fernando
de la Cerda, destinado a heredar y suceder al rey Alfonso X, resultando a continuación
de ello, igualmente como bien sabemos, el conflicto tenso sobre la sucesión. Unos se
fueron mostrando partidarios de que, a la muerte de Alfonso X, debía ser sucedido en el
trono por su hijo mayor, el infante Sancho, y otros fueron sosteniendo que la sucesión
debía de recaer en su nieto, hijo mayor de Fernando de la Cerda, Alfonso de la Cerda, a
la sazón menor de edad. En 1276, encontrándose en Burgos, el infante Manuel apoyó
ante su hermano el rey los derechos del infante Sancho.
El infante Manuel estuvo presente en aquella Asamblea de Valladolid que tuvo lugar
el 20 de abril de 1282 y en la que se despojó de sus poderes al rey Alfonso X, dándo-
seles dichos poderes a su hijo el infante Sancho, siendo en aquella ocasión el infante
Manuel el encargado de pronunciar la sentencia contra su hermano el rey, cuya principal
causa era la de la ejecución del infante Fadrique de Castilla, en 1277, por orden de Al-
fonso X, siendo hermanos tanto Fadrique como Alfonso y Manuel, el ahora difunto.
Murió demandando a su sobrino el infante Sancho, considerándole futuro rey Sancho
IV, que protegiera a su hijo y heredero Juan Manuel, niño de poco más de un año.181
El infante Manuel de Castilla –resumiendo ahora su vida matrimonial y descenden-
cia– contrajo matrimonio en dos ocasiones. En 1260 fue su boda en Calatayud182
con
Constanza de Aragón, hija del rey Jaime I y de Violante de Hungría. Nacieron: Cons-
tanza (muerta niña), Alfonso Manuel (muerto en 1275) y Violante Manuel.183
Viudo de Constanza, el infante Manuel contrajo matrimonio en segundas nupcias con
Beatriz de Saboya, hija del conde Amadeo IV de Saboya (muerto en 1253) y de Cecilia
des Baux. Fruto de este matrimonio es Juan Manuel.
Hay también hijos ilegítimos del infante Manuel tenidos de sus relaciones extramatri-
moniales: Fernando, Enrique, Blanca y Sancho.184
Cuando en 1261 ingresaron el infante Manuel y Constanza de Aragón, su primera es-
posa, como familiares en la Orden de Santiago, decidieron que la sepultura de ambos,
cuando llegara el momento, estuviera dispuesta en el monasterio de la Orden santia-
181
Nacido en 1282 y muerto en 1348. Por su importancia en muchos aspectos, incluidos los literarios, ya
iremos tratando de él según vaya correspondiendo.
182
Provincia de Zaragoza.
183
Nacida en 1265 y muerta en 1314, siendo señora de la mitad de Peñafiel (Valladolid) Elche, Elda, No-
velda (provincia de Alicante estas tres) y Medellín (provincia de Badajoz esta última). Contrae ma-
trimonio en 1287 con el infante Alfonso de Portugal (1263-1312), hijo del rey Alfonso III de Portugal
(muerto en 1279) y de Beatriz de Castilla (muerta en 1303), hija del rey castellano-leonés Alfonso X.
184
Nacido en este año 1283 y muerto en 1345.
~ 62 ~
guista de Uclés,185
en una capilla al efecto, dotándose de cuatro capellanes y de cuanto
fuera preciso.186
Escudo del infante Manuel de Castilla, mostrando un león y una mano alada
empuñando una espada.
185
Provincia de Cuenca.
186
Sin embargo, y tal como consta documentalmente, dichos cadáveres recibieron sepultura en sus res-
pectivos momentos junto al del hijo Alfonso Manuel, al lado del Evangelio en el altar mayor.
Posteriormente, es posible que los sepulcros de los infantes fueran retirados de aquel altar mayor y
puede que en la actualidad se encuentren, como tantos otros restos, dentro de la cripta del monasterio. Y
ha de tenerse en cuenta que este monasterio fue desvalijado por las tropas francesas durante la Guerra de
la Independencia Española (1808-1814).
En el Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas de Burgos existe un sepulcro que la tradición
atribuye al infante Manuel de Castilla, hijo de Fernando III el Santo. No obstante, en realidad ese sepulcro
contiene los restos del infante Pedro de Castilla (muerto en 1319), hijo del rey Sancho IV y de la reina
María de Molina.
~ 63 ~
Castillo de la Atalaya, en Villena (Alicante)
Castillo de Peñafiel (Valladolid)
~ 64 ~
EPÍLOGO I
EL DESAPARECIDO CONVENTO DE SAN FRANCISCO EN VALLADOLID
El convento de San Francisco en Valladolid, de frailes franciscanos, estuvo situado
extramuros de la ciudad, frente a la plaza del mercado, que con el tiempo llegaría a
convertirse en la Plaza Mayor. El lugar fue protegido y patrocinado por la reina Vio-
lante, esposa de Alfonso X, incidiendo mucho en la vida social y religiosa de Valladolid
hasta la época de su desamortización y demolición, en 1836, siendo puestos en venta
sus solares. Desde entonces forma parte el desaparecido convento del patrimonio perdi-
do de Valladolid.
Portada del convento de San Francisco en Valladolid. Dibujo de Ventura Pérez
para ilustrar la Historia de Valladolid de Antolínez de Burgos. Siglo XVIII.
~ 65 ~
Un hecho histórico que nos resulta conocido, ocurrido en Valladolid en mayo de
1506, es el de la muerte de Cristóbal Colón, quien fue enterrado en este convento fran-
ciscano. Pero no se sabe exactamente en qué casa u hospital murió. Durante la conme-
moración de su muerte, el Ayuntamiento de Valladolid colocó una placa en recuerdo del
ilustre navegante en el lugar donde se hallaba el convento de San Francisco.
Los franciscanos llegaron a la ciudad de Valladolid en el primer tercio del siglo XIII,
sin que podamos concretar la fecha exacta. El documento fundacional está perdido y los
distintos historiadores e investigadores han ido barajando fechas acordes con otros
acontecimientos y con los viajes que el propio San Francisco hiciera a España, viaje
ciertamente relacionado con la fundación de conventos. El arquitecto y académico de
Bellas Artes Juan Agapito y Revilla (1867-1944)187
alude a la fecha de 1210 como re-
lativa a la llegada de los franciscanos a Valladolid, según referencias de otros historia-
dores de reconocida solvencia para él, siendo el más antiguo Juan Antolínez de Burgos,
que en su Historia de Valladolid dice: “La fundación del convento del Señor San Fran-
cisco de Valladolid fue en la era de 1248, que es año de 1210, por uno de los compa-
ñeros del Santo llamado fray Gil, lo cual fue dos años después de su conversión y a los
27 de su edad…”.
En los primeros años del siglo XX se dio a conocer un interesante manuscrito –que se
había dado por perdido y que fue descubierto– conocido como el Manuscrito de fray
Matías de Sobremonte, escrito en 1660, con el título abreviado de Historia inédita del
convento de San Francisco de Valladolid. Lo descubrió el erudito Antonio de Nicolás y
los estudiosos del texto y divulgadores fueron Agapito y Revilla y José Martí y Monsó
(1840-1912),188
siendo guardado el original en la biblioteca del Colegio de Santa Cruz
de Valladolid.189
El autor que puso por escrito el mencionado descubrimiento fue el
padre franciscano Matías de Sobremonte, un fraile estudioso de la historia conventual
de su Orden.
Eran los tiempos de la reina Berenguela,190
esposa de Alfonso IX de León191
y madre
del rey San Fernando,192
siendo ella quien cedió a los padres franciscanos los terrenos
187
Director del Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid entre los años 1923-1931.
188
Director del Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid entre los años 1874-1912.
189
Palacio de Santa Cruz, primera muestra del arte renacentista en España. Ahora es sede rectoral de la
Universidad de Valladolid y de sus muy interesantes dependencias museísticas.
190
Muerta en 1246.
191
Muerto en 1230.
192
Muerto en 1252.
~ 66 ~
de una finca que se hallaba en la zona conocida como Río de Olmos. Es posible que esto
sucediera hacia el año 1230, pero la fecha es controvertida. Este lugar estaba bastante
alejado de la ciudad además de considerarse (con razón o sin ella) bastante insalubre o
inhóspita para vivir. Hemos de tener en cuenta que los franciscanos trataban siempre de
edificar sus conventos en la propia ciudad, o al menos en las afueras, pues su condición
de predicadores y mendicantes requiere un continuo roce o trato con la gente. Algunos
años más tarde, otra reina, en esta ocasión la castellana Violante de Aragón, esposa de
Alfonso X, les ofreció un terreno y unas casas para su hábitat cerca de la primera mu-
ralla, de modo que allí, trasladándose, pudieran establecerse. Para hacerlo factible re-
dactó la reina Violante una carta de donación desde Sevilla, a 6 de marzo de 1267, ce-
diendo terreno y casas: “A pro é á salud é honra del Rey é de mis fijos e de mi com-
pañía”.
El amplio solar estaba situado extramuros, pero pegado a la gran extensión que por
entonces se utilizaba como mercado. Pasados los siglos, todo este espacio quedaría en lo
más céntrico de la ciudad de Valladolid. Al principio tuvieron los frailes muchas difi-
cultades con el traslado, pues contaban con la oposición del abad vallisoletano, del in-
fante Sancho y del cabildo, pero se impuso finalmente la voluntad de la reina Violante.
Y un siglo después, otra reina, María de Molina, fue también protectora del convento,
haciendo donación al mismo de unas casas y un palacio que ella conservaba adyacentes
a las instalaciones de los franciscanos, dando a la calle de Olleros193
y que formarían
parte de la ampliación.
Fue realmente interesante y de gran calado cuanto llevaron a cabo los franciscanos de
Valladolid a lo largo de la historia. Tendremos ocasión de irlo considerando en adelante.
La iglesia del convento, de estilo gótico, tenía una sola nave que medía 39,20 metros
de largo por 12,60 metros de ancho. En su origen sólo estaba abovedada la capilla ma-
yor, mientras el cuerpo restante se cubría con madera, hasta que en el siglo XVI se
hicieron reformas, teniendo desde entonces siete bóvedas de crucería. Además de la ca-
pilla mayor había otras diez capillas, todas ellas fundadas y patrocinadas por las familias
linajudas más influyentes de la ciudad que además tomaron esos espacios como lugar de
enterramiento. También personajes de la realeza fueron sepultados bajo las bóvedas de
este convento, entre ellos el infante Pedro de Castilla (muerto en 1283)194
y el infante
Enrique de Castilla, apodado el Senador (muerto en 1303).195
Álvaro de Luna, maestre de la Orden de Santiago, también tuvo aquí se enterramiento,
por expreso deseo suyo, tras haber sido decapitado en la Plaza Mayor de Valladolid.
Posteriormente fueron llevados sus restos a la catedral de Toledo (capilla de Santiago),
donde reposan con los restos de su mujer y otros miembros de la familia.
193
Actual Duque de la Victoria, que era el general Espartero. El título de duque de la Victoria le fue con-
cedido en 1839 por la reina Isabel II de España.
194
Hijo de Alfonso X y de su esposa Violante.
195
Hijo de Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X el Sabio.
~ 67 ~
En cuanto a Cristóbal Colón, ya se sabe la de traslados que hubo de sus restos y lo
complejo que es este asunto, considerándose que los restos del ilustre almirante se ha-
llan en la catedral de Sevilla.
Nada de lo que fue el enorme recinto de este convento de San Francisco subsiste en la
memoria de los vallisoletanos del siglo XXI. Las nuevas calles abiertas en su solar no
evocan al transeúnte lo que hubo allí edificado un tiempo atrás. Tan sólo ha quedado
como recuerdo la llamada acera de San Francisco, para designar el tramo de los so-
portales de la Plaza Mayor, pero no de manera oficial sino como tradición en personas
de edad avanzada que escucharon relatos y recuerdos durante la niñez.
~ 68 ~
EPÍLOGO II (EXTENSO)
CONSTITUCIONES CATALANAS
Reciben el nombre de Constituciones Catalanas aquellas normas promulgadas por el
conde de Barcelona y aprobadas por las Cortes catalanas entre los siglos XII y XVIII.
Se diferenciaban de otras normas legales, como los “capítols de cort” (capítulos de cor-
te) y los “actes de cort” (actos de corte) en que se promulgaban a iniciativa del conde y
estaban sometidas a la aprobación de las Cortes. Tenían preeminencia sobre las demás
normas legales y sólo podían ser revocadas por las propias Cortes catalanas. Como de-
recho pactado, no podían ser contradichas por decretos o edictos reales.
Veamos el origen y organización de las constituciones catalanas. En el año 1060, el
conde de Barcelona, Ramón Berenguer I196
y su esposa Almodis,197
establecieron los
Usatges de Barcelona. Su propósito principal fue el de establecer la paz pública me-
diante el apoyo en bases legislativas. Aplicaron la Paz y Tregua. Recordemos que la
Tregua de Dios se estableció en Toulouges198
en 1027. Los mencionados Usatges eran
sólo del condado de Barcelona y no de Cataluña.
Recordemos lo ocurrido más tarde, al comienzo del reinado de Jaime I, cuando este
monarca, huérfano de padre y de madre, tenía tan sólo 6 años de edad y era con todo
derecho el heredero del trono aragonés, lo que se hizo históricamente patente en Lérida,
en 1214. Allí, ocurriendo por primera vez lo que seguidamente contamos, fueron invi-
tados y convocados diez ciudadanos de cada una de las principales ciudades del reino
para unirse a una solemne reunión de los nobles y del clero. Entonces se decidió, de en-
trada, que en el futuro habría de convocarse periódicamente una reunión de este tipo pa-
ra debatir o discutir sobre los asuntos de la Corona y correspondientes a los gobernados
o ciudadanos, en todo lo relativo al reino. Se trataba de una asamblea de diputados.
Con ese trasfondo ha de entenderse la reunión de 1283, de Cortes en Barcelona, con el
rey Pedro III, proclamándose las primeras constituciones catalanas. Recordemos que las
mencionadas Cortes se componían de los tres brazos o categorías sociales acordes según
la época: los eclesiásticos, los nobles y el brazo real o regio incluyendo a los burgueses
de las ciudades más reconocidas o propiamente de realengo, que en Cataluña (o en el
actual sureste de Francia) eran: Barcelona, Lérida (Lleida), Gerona (Girona), Tortosa,199
Roselló,200
Perpiñán (Perpinyà), Salses, Argeles, Colliure, Tuir Prats, etc. Cada brazo
196
Muerto en 1076.
197
Muerta en 1071.
198
Localidad francesa a 10 kilómetros de Perpiñán.
199
Provincia de Tarragona.
200
Provincia de Lérida.
~ 69 ~
social elegía a sus miembros de manera independiente y por un tiempo no duradero sino
para mientras duren en su sesión las Cortes.
Cuando los funcionarios reales disponían de las listas de los diputados, éstos eran con-
vocados oficialmente por escrito. La asistencia entonces era obligatoria, pero si no pu-
dieran ir habrían de enviar un sustituto o dirigir una explicación por escrito. El rey asis-
tía en persona, aunque podía estar representado por la reina o por su hijo. Las Cortes se
llevan a cabo cada tres años en una ciudad diferente, normalmente en una gran iglesia
con capacidad para cien, doscientos o incluso trescientos miembros reuniéndose durante
varias semanas.
En la primera reunión, después de celebrada una Misa, el rey pronunciaba un discurso
de “proposici”, analizando en el mismo la situación política, proponiendo planes para
lograr un buen gobierno o mejorarlo; al final, el rey establecía el objetivo y pedía la
aplicación (además del impuesto convencional), solicitando la contribución financiera
adicional voluntaria. A continuación, el representante del brazo eclesiástico respondía
en nombre de la reunión, seguido de unas palabras de un noble y de un burgués, tras lo
cual el rey salía de la reunión, se ausentaba y, en una residencia cercana, esperaba la
obtención de las conclusiones.
Los grupos de trabajo se formaban “en torno a una mesa”. Cada grupo tenía el mismo
número de clérigos, nobles y burgueses. Si el motivo era importante, se podía llegar a
tener cinco clérigos, cinco nobles y cinco burgueses. Obviamente, cada brazo social
quería resolver el problema con logros a su favor. Las discusiones cobraban vida y a
veces eran enardecidas. Sin embargo, hay un oyente que tiene al rey informado de los
debates. Al final, el grupo de trabajo llega a un acuerdo después de muchas concesiones
mutuas, negociando, pactando... El grupo elabora entonces un proyecto de ley. Cuando
el proyecto está finalizado como presentable, todos los miembros se reúnen en sesión
plenaria. Después de otra lectura general, se tiene que aprobar el proyecto de ley por
una mayoría. De lo contrario, se deja a un lado para ser estudiado en otra sesión. En-
tonces el rey se compromete a cumplir y hacer cumplir esta ley. Todas las leyes se re-
gistran o compilan en el libro que se conoce como “Usatges, Constitucions de Cata-
lunya”. Como ya hemos señalado, son leyes que tienen diferentes nombres o denomina-
ciones.
Constan como las primeras constituciones catalanas las de las Cortes de Barcelona de
1283, siendo las últimas las promulgadas por las Cortes catalanas de 1702. Las compila-
ciones de las Constituciones y otros Derechos de Cataluña siguieron la tradición ro-
mana y leonesa del Códice o Codex. La primera compilación fue escrita por Fernando I
de Aragón (1412-1416), a sugerencia de las Cortes de Barcelona de 1413. Se divulgaron
en la edición de 1495, junto con los Usatges de Barcelona, los usos y costumbres que
forman la base de las constituciones catalanas.
Tras el fin de la Guerra de Sucesión Española,201
derrotado el Archiduque Carlos de
Austria, el rey Felipe V suprimió el ordenamiento jurídico proveniente de la Corona de
Aragón (y de todos sus reinos), supresión que efectuó mediante los conocidos Decretos
201
Conflicto entre los años 1701-1713.
~ 70 ~
de Nueva Planta, siendo así derogadas las mencionadas Constituciones. Pero conviene
resaltar que el Decreto de Nueva Planta de Cataluña202
contiene reformas casi exclusiva-
mente del sistema judicial, de modo que los aspectos de derecho civil que se aprecian o
mantienen en las Constituciones Catalanas los deja incólumes, tal como se indica en el
artículo 56 del Decreto para el Principado de Cataluña que textualmente dice: “En todo
lo demás que no esté previsto en capítulos precedentes de este decreto, se observen las
constituciones que antes había en Cataluña; entendiéndose, que son de nuevo estable-
cidas por este decreto, y que tienen la misma fuerza y vigor que lo individual mandado
en él”. También respeta otras instituciones, como la del Consulado del Mar (artículo 57)
y la del Colegio de Notarios de Cataluña (artículo 49), aunque los hiere de muerte, al
derogar las instituciones responsables de su reforma y actualización, sin hacer las pre-
visiones sustitutivas correspondientes.
Hubo luego promesas (decimonónicas) de restauración. Durante la Tercera Guerra
Carlista (1872-1876), las fuerzas carlistas llegaron a ocupar algunas ciudades de la Ca-
taluña interior. Isabel II estaba en el exilio y el rey Amadeo I, monarca desde 1871, no
era muy popular. El pretendiente Carlos María de Borbón (denominado por sus partida-
rios Carlos VII), nieto de Carlos María Isidro de Borbón (pretendiente que fue como
Carlos V), prometió a catalanes, valencianos y aragoneses el retorno de los fueros y, en
el caso de Cataluña, de las constituciones que había abolido Felipe V.
La promesa nunca llegó a materializarse por no tener éxito la revuelta carlista y por-
que finalmente Carlos María de Borbón huyó a Francia, el 27 de febrero de 1876, el
mismo día que Alfonso XII entraba en Pamplona y se iniciaba su reinado. No obstante,
durante la guerra el general carlista Rafael Tristany203
ejerció nominalmente el cargo de
presidente de la Diputación General de Cataluña.
Lo cierto es que en la historia del constitucionalismo no hay que descartar a la ligera
que las constituciones catalanas conformen un ordenamiento jurídico de los primeros al
respecto en la historia, a partir de 1283, seis siglos antes que el ordenamiento jurídico
constitucional propiamente español, el de la famosa Pepa de 1812.
No obstante todo lo dicho y señalado,204
es fácil escuchar a los (más o menos exacer-
bados) nacionalistas catalanes argumentando una histórica nación catalana en base a la
existencia histórica de instituciones y constituciones catalanas.205
De hecho, los mismos
mencionados nacionalistas datan la desaparición de Cataluña como nación en 1714,
cuando Felipe V abolió sus fueros y constituciones tras la Guerra de Sucesión, siendo
mantenida esta opinión por muchos historiadores nacionalistas catalanes.
202
Que Felipe V promulgó, como estamos señalando.
203
Muerto en 1899.
204
Tal como puede verse en Wikipedia.
205
Cf. Mitos del nacionalismo catalán. Blog dedicado a desmitificar todo el imaginario y mitos del nacio-
nalismo independentista catalán (http://mitosnacionalismocatalan.blogspot.com/p/instituciones-catalanas-
nacion-o.html).
~ 71 ~
Con respecto al caso catalán, el primer instrumento de autonomía de gobierno digno
de atención serían las Cortes que existieron en los diferentes reinos europeos de la Edad
Media. El origen de estas Cortes en toda Europa proviene de la cultura asamblearia de
los pueblos germanos que produjeron la caída del Imperio Romano, caída que también
fue causada por factores internos, de imperial declive económico, etc. El caso fue que
las nuevas formas que derivaron en Cortes vinieron a sustituir las antiguas estructuras
senatoriales. Tras el colapso del Imperio Romano en Occidente, se observa una cultura
no de Senado sino de Corte ya en el reinado de Teodorico el Grande,206
igualmente con
los francos en la Corte de Carlomagno207
(a Occidente) y en la Corte de los emperadores
bizantinos (a Oriente).
En la Península Ibérica tendríamos que los visigodos crearon sus propias Cortes amal-
gamadas también con elementos heredados de los romanos, que se añadieron a la cul-
tura germánica que como godos ya poseían, ejemplo de lo cual fue la Corte real tolosa-
na, de Toulouse (Francia), con ciertas semejanzas y remembranzas con lo que fue el Pa-
latium imperial romano.208
Más tarde, las Curias Regias de los reinos hispanos,209
que aglutinaban alrededor del
rey a sus nobles de confianza, eclesiásticos, intelectuales o eruditos, etc., se van trans-
formando paulatinamente en Cortes parlamentarias, tal como las hemos visto evolucio-
nando durante la Edad Media, con la figura del rey, la nobleza militar o terrateniente y
los magnates burgueses que van proliferando en las ciudades, realzadas como centros
administrativos. Existieron estas Cortes sobre todo desde finales del siglo XII hasta los
últimos años del siglo XVIII.
La Cortes parlamentarias de los reinos hispanos, equiparables a las de otros reinos eu-
ropeos,210
representaban a cada uno de los reinos en equilibrio de poder con el rey a
través de un pactismo político entre ambas partes. Cada una de ellas agrupaba a los
representantes de los tres brazos sociales o de poder medievales: clero, nobleza-ejército
y burguesía. Los reyes habían de convocarlas e ineludiblemente jurarlas. Las Cortes
ejercían funciones fiscales, de consejo y también legislativas, siendo habitual que se
convocaran al ser coronados los reyes o en períodos señalados, en circunstancias de cri-
sis o guerras, etc., siempre como órgano consultivo favoreciendo o asesorando al sobe-
206
Muerto en el año 526. Rey de los ostrogodos (474-526), rey de Italia (493-526) y rey en regencia de
los visigodos (511-526).
207
Muerto en 814, habiendo sido rey de los francos (768-800) y emperador carolingio (800-814).
208
Después del foedus del visigodo Walia (415-418) con Roma justo antes de su muerte en el año 418, el
pueblo visigodo puede asentarse por fin como pueblo federado, optando como tal al reparto de tierras en
la Galia. Puede decirse que así dio comienzo el reino visigodo de Tolosa, autónomo y a la vez depen-
diendo de Roma, con más o menos capacidad de acción, en función de la coyuntura política y los inte-
reses propios de los monarcas germanos-visigodos. Se consolidaría y extendería el reino visigodo de
Tolosa por la Península Ibérica desde los dichos orígenes o comienzos y entre los años 476-507.
209
Curia Regis en Inglaterra o Cour Royale en Francia, todas con el significado de Corte Real.
210
Derivando como Estados Generales en Francia y propiamente como Parlamentos en Inglaterra.
~ 72 ~
rano, para acordar la carga tributaria que solucionase problemas o situaciones e incluso
para tratar de la participación respectiva de los reinos en guerras o calibrando el apoyo a
diferentes candidatos para suceder al rey. A lo largo de la Baja Edad Media (entre los
siglos XI-XVI), los mismos reyes negociarían una mayor frecuencia de convocatoria a
Cortes, a veces periódicamente en intervalos anuales.
A nivel peninsular, como bien sabemos, las Cortes más antiguas fueron las de León,
cuando el joven rey Alfonso IX, en 1188, convocó por vez primera al pueblo llano a
participar en las decisiones de la Curia regia. Más tarde, desde el siglo XIII, se siguieron
convocando las Cortes de León conjuntamente como Cortes de Castilla, pues el reino,
de dos, se había unificado en uno. En principio, tanto las Cortes de los reinos castella-
nos, las Cortes de Navarra y las de los reinos aragoneses se desarrollaron de forma im-
portante, de manera destacada, con habitual normalidad. En el caso particular catalán,
las Cortes catalanas tuvieron su origen, como estamos contando, en la Corte condal allá
en torno al año 1000, mediante aquellas Asambleas de Pau i Treva (Paz y Tregua) que
sobre todo a partir del año 1021 se reunían para deliberar y pactar la interrupción de
guerras o actos de violencia a mitigar, buscando soluciones, mediando, alcanzando arre-
glos, etc. Los historiadores sitúan el nacimiento de las Cortes Catalanas en la asamblea
convocada por el legado pontificio en Lérida en 1214.
Estas Cortes parlamentarias aparecieron tras la consolidación de los diferentes reinos
peninsulares teniendo que ver con el largo proceso de la Reconquista, cuando reinos
menores se fueron uniendo como reinos mayores, extensos, uniéndose finalmente en
Coronas, tratando de contrarrestar el poder acumulado por los reyes mediante el domi-
nio territorial cada vez más amplio, controlando y negociando entre grupos, colectivos y
poderes. Fue el medieval un período dominado por guerras constantes entre hermanos,
primos e incluso de padres e hijos con posibilidades sucesorias al trono. La pretensión
fue crear estructuras estables de gobierno en cada reino, estructuras que independiente-
mente del rey que gobernase, velasen por el mantenimiento de sus órganos legislativos,
en estructuras y equilibrios de poder e intereses. Así, esta unión de Reinos en Coronas
(entidad condal o principado en el caso catalán), a priori no implicó más que una unión
de territorios bajo un mismo rey, pero con organismos de poderes e intereses comparti-
dos y ajenos entre sí.
La realidad, tanto en la Corona de Castilla (1230) como en la Corona de Aragón
(1164), así como en el resto de reinos europeos, era que ese pactismo político que per-
seguía el equilibrio entre la figura del rey y los grupos de poder representados en las
Cortes fue producto del aumento de poder de la alta nobleza y de la burguesía en detri-
mento de la monarquía, una consecuencia del sistema feudal (en crisis) que acabó acu-
mulando el poder en el vasallo en contra del señor. Respondía al deterioro de las rela-
ciones de vasallaje que se produjo durante la Baja Edad Media, justo en su momento
más destacado y de mayor descentralización, en la que los vasallos podían heredar sus
tierras a la vez que las incrementaban mediante nuevas relaciones de vasallaje o con-
quistas, y sus señores perdían la posibilidad de removerlos de sus feudos, de forma que
la alta nobleza podía adquirir más poder que los mismos reyes. A su vez, los Papas (con
sus Estados Pontificios además de por su autoridad espiritual y feudal) podían desvin-
cular a los reyes y altos nobles de sus vínculos vasalláticos, haciéndoles vasallos suyos,
~ 73 ~
como ocurrió con el condado de Barcelona, desvinculándose de facto del Imperio caro-
lingio, o con Portugal desvinculándose de illure del reino de León, o el poderoso Estado
Borgoñón o los Estados Alemanes. Y por si fuese poco, los grandes mercaderes en el
Mediterráneo, o poderos financieros, habían convertido a la burguesía urbana en un im-
portante grupo de poder, desvinculado de las relaciones de vasallaje, que apoyaban a
diferentes nobles o candidatos sucesorios a los tronos reales según sus intereses. Esta
misma burguesía adinerada gracias al comercio en el Mediterráneo permitió la desvin-
culación y desplazamiento del Imperio Carolingio y Sacro Romano Germánico a impor-
tantes ciudades bajo la protección pontificia, convirtiéndolas en ciudades-estado de gran
empuje económico como pasó con la república de Venecia u otras italianas, además de
con los reinos de Nápoles, Sicilia y Cerdeña.
La crisis del siglo XIV –los modos de vida de entonces– llevarán a los reyes en toda
Europa occidental a una necesidad de fortalecerse, necesidad que evolucionará hacia las
futuras monarquías autoritarias. Será una necesidad de imponerse y controlar a los gran-
des grupos de poder representados en las Cortes, especialmente a la alta nobleza que ya
presentará una distinción clara con respecto a una baja nobleza empobrecida. A partir
del siglo XIV fue la capacidad de reyes y nobles de reunir a una hueste y hacerla llegar
a donde fuese necesario, la que daría a los señores poder imponer su voluntad. Y los re-
yes se apoyarían en un pueblo llano, compuesto por campesinos o artesanos empobre-
cidos, que al fin y al cabo conformaban el grueso de los ejércitos, y que no se veían re-
presentados en la Cortes. Mientras el pueblo llano sufría la hambruna y la peste –como
iremos viendo–, los grupos de poder representados en las Cortes se enriquecían obligán-
doles a permanecer en sus tierras o desatendían los intereses artesanos, mientras ricos
burgueses se preocupaban de comprar tierras que los ennobleciesen y eximiesen de im-
puestos, sin perder el control municipal.
Será en ese período de crisis cuando se observarán dinámicas muy distintas entre los
reinos que conformaban la Corona de Castilla y los que conformaban la Corona de
Aragón. Mientras en la Corona de Castilla todos los súbditos, aún con sus diferencias
culturales, se consideraban de la misma nacionalidad, en la Corona de Aragón, los va-
lencianos, baleáricos, catalanes y aragoneses se consideraban tan extranjeros entre sí co-
mo se sentían con respecto a castellanos, franceses o genoveses.
Este sentimiento identitario211
nada tiene que ver con el concepto de nación que cono-
cemos hoy día, concepto bastante más tardío en su aparición histórica. El sentimiento
identitario en la época medieval era algo efímero, sólo consistente en cuanto basado en
la religión, más que geográfico en el hecho de ser cristiano o musulmán o judío. Con
respecto al territorio, la identidad era de carácter comarcal, relacionado con los vínculos
de vasallaje dentro de un feudo. La población no viajaba, y se encontraba bastante
arraigada a la tierra, por tanto difícilmente podía existir un concepto de nación amplio
como el que podemos tener en nuestros días. Los extranjeros eran aquellos que hablaban
una lengua distinta, percibidos en las relaciones comerciales, especialmente entre mer-
caderes, o entre la soldadesca durante las intervenciones militares. Y desde luego el sen-
211
Que sólo es eso, un sentimiento, un halo de romanticismo.
~ 74 ~
timiento identitario del pueblo llano estaría muy lejos de ninguna relación con las Cor-
tes que representaban sus reinos y que, más que representativas o entidades políticas,
eran percibidas como élites adineradas y señoriales que los sometían a abusos constan-
tes, a explotación e injusticias.
Pero en la Corona de Castilla, los valores de la Reconquista aún se mantenían arraiga-
dos en el imaginario popular. Con todo, un tanto más que en la Cataluña menos ara-
gonesa, había una especie de responsabilidad divina, depositada en los pueblos del
norte, de donde en el caso castellano provenían los antepasados, para libertar la Hispa-
nia cristiana del yugo del Islam. Este hecho, ciertamente de cruzada, permitió a la mo-
narquía castellana obtener un amplio apoyo entre el pueblo llano, un apoyo que usaría
contra la alta nobleza en las continuas insurrecciones que sufrió la dinastía Trastámara,
permitiendo a la monarquía aplicar una política autoritaria que acumularía poder en sus
figuras en contra o en desventaja de las Cortes.
Sentimientos identitarios aparte, la realidad es que la mayor capacidad de la monar-
quía castellana para organizar sus tropas y tributos, sin necesidad de esperar a su apro-
bación por las Cortes, dotó a la Corona de Castilla de una capacidad operativa superior,
que sin duda repercutió en el éxito que mostraría frente a la Corona de Aragón.
Las diferencias de estas dinámicas entre ambos reinos o Coronas, y sus implicaciones,
quedaron constatadas, como bien podremos ver, a mediados del siglo XIV, durante los
reinados de los dos respectivos Pedros, Pedro I de Castilla (1350-1366/1367-1369) y
Pedro IV de Aragón (1336-1387).
Ambos monarcas sufrieron las insurrecciones de la alta nobleza en sus reinos. Pedro I
fue coronado en minoría de edad, lo que ya de por sí era caldo de cultivo para intrigas
palaciegas e inestabilidad política. Cuando comenzó a gobernar trató de modernizar
Castilla, generando una burguesía industrial que no tenía, y tratando de mantener las po-
cas tierras reales o de realengo que le quedaban. Se rodeo de oligarcas castellanos, mer-
caderes y gestores de gran valía fuera de la alta nobleza, lo que provocó la enemistad de
estos últimos. Los nobles se organizaron en torno a sus hermanastros y le declararon la
guerra.
En cuanto a la Corona de Aragón, Pedro IV se encontró con un reino desmembrado.
Como veremos, las Cortes de Mallorca no lo aceptaban como soberano, y el reino de
Valencia ya había sido entregado a sus hermanastros, a la vez que su coronación pro-
vocó un duro enfrentamiento entre las Cortes catalanas y las aragonesas.
La manera en que ambos monarcas lograron poner fin a estos procesos insurreccio-
nales fue diametralmente distinta. Pedro I de Castilla logró derrotar a sus enemigos y no
dudó en eliminar a los nobles disidentes. Entre los ejecutados se encontraba uno de sus
hermanastros; el otro, Enrique, fue a refugiarse a Francia. Además y mientras todo eso
ocurría, obligó a incrementados impuestos, confiscó bienes, depuso eclesiásticos y de
nuevo se volvió a rodear de hombres de su confianza haciendo reformas económica-
mente muy ventajosas para el reino. Sus enemigos le apodaron el Cruel y sus partida-
rios el Justiciero.
Por el contrario, Pedro IV de Aragón sólo pudo poner fin a las insurrecciones con la
ayuda del rey castellano Alfonso XI, padre de Pedro I, y manteniendo todos los privile-
gios que los fueros daban a las Cortes de sus reinos, entre ellos el Privilegio General de
~ 75 ~
Aragón, que anulaba la autoridad regia e impedía la actuación de éste en cualquier causa
y orden. Una vez pacificada la Corona se encontró con nuevos problemas en el Medi-
terráneo: la rebelión de Cerdeña y los ataques genoveses. Su exitosa concentración en el
Mediterráneo provocó una segunda insurrección entre los nobles aragoneses, la Unión
Aragonesa, a los que esta política no interesaba. Sólo los pudo derrotar dos años más
tarde, eliminando únicamente parte de sus privilegios. A Pedro IV, por lo excesivamen-
te legalista que era, le apodaron el Ceremonioso.
Sin acabar aquí los problemas, el condado de Barcelona se vio envuelto en la guerra
de catalanes y genoveses prolongada hasta el siglo XV, una guerra imbricada en aque-
llas complicadas alianzas de la Guerra de los Cien Años (1337-1453) que llevarían a
Pedro IV a entrar en guerra con la Corona de Castilla, dado que Pedro I de Castilla se
había de aliar con los genoveses por sus pactos con Inglaterra.
Se conoce ésta como Guerra de los dos Pedros (1356-1365), liosa entre Castilla y
Aragón. A pesar de la valía militar del Pedro aragonés, el Pedro castellano mostró su su-
perioridad gracias primero a la potencia demográfica de Castilla (con más de cinco mi-
llones de habitantes), frente a la de Aragón (con un millón de habitantes); y gracias en
segundo lugar a la autoridad de la monarquía castellana, sin contrapeso en las Cortes, al
contrario que ocurría en la Corona de Aragón, donde el rey tenía que consultar a las
Cortes de cada reino cada leva o cada impuesto extraordinario, habiendo de ser todo
consentido y autorizado, lo que demoraba el proceso de preparación de tropas durante
varios meses. Todas las Cortes de la Corona de Aragón ponían condiciones muy duras
para obtener fondos con que financiar la guerra, y el monarca ni siquiera podía pedir las
cuentas o información de las mismas, a la vez que se veía siempre obligado a efectuar
numerosas concesiones, entre ellas reunirse una vegada l‟any (una vez al año), lo que le
llevó a crear el impuesto de las generalidades, germen de las posteriores Diputaciones
del General (la Generalitat), que habrían de convertirse en instituciones con poder polí-
tico propio.212
212
El impuesto de las generalidades, o simplemente las generalidades, se constituyó como un conjunto de
aranceles, tasas o impuestos indirectos sobre el tráfico de mercancías y el consumo durante el denomi-
nado Antiguo Régimen en la Corona de Aragón. Su alcance era teóricamente universal, estando sujetos
todos los estamentos. Su nombre recuerda que eran las diputaciones de las Cortes o generalidades las que
lo administraban, siendo particularmente tres (ordenadas cronológicamente): la Generalidad de Aragón, la
Generalidad de Cataluña y la Generalidad de Valencia.
Refiriéndonos en primer lugar a la Generalidad de Aragón, el primer testimonio de este impuesto es de
1364, cuando las Cortes de Zaragoza lo aprueban como consecuencia de la imperiosa necesidad de dinero
que le urgía tener al rey Pedro IV para sostener la guerra con Castilla, aquella Guerra de los dos Pedros.
La necesidad aragonesa se preveía en un principio con carácter temporal, como un impuesto sobre las
exportaciones (al 10%, luego rebajado al 5%, con excepción del azafrán). De las importaciones sólo se
gravó inicialmente el vino, aunque pronto se amplió a la entrada de paños (con un gravamen de dos suel-
dos por libra jaquesa). Asimismo se impusieron sisas en productos de primera necesidad, lo que provocó
la reacción de las ciudades y villas. La recaudación duró hasta 1372 ejercida de forma directa, mediante
dos recaudadores y un notario nombrados por los diputados. Desde entonces el impuesto se arrendó ma-
yoritariamente a mercaderes aragoneses y catalanes. A partir de las Cortes de Caspe (Zaragoza), Alcañiz
(Teruel) y Zaragoza de ese año se consolida el impuesto y la institución que tenía como función su re-
caudación, la Diputación del General de Aragón o Generalidad de Aragón, creándose el sistema de co-
~ 76 ~
La superioridad castellana llevó a la Corona de Aragón a pedir ayuda a los franceses,
lo que a su vez implicó que intervinieran los ingleses del lado de Castilla. Ante la im-
posibilidad de frenar a las tropas castellanas, Aragón tuvo que contar con la ayuda de la
misma dinastía Trastámara, a través del hermanastro de Pedro I, Enrique, con la condi-
ción de que éstos le ayudasen a convertirse en el nuevo rey castellano. Aún con todo
este esfuerzo bélico, Pedro I derrotó a Enrique en 1367 (batalla de Nájera). Finalmente,
en un momento de debilidad de Pedro I, su medio hermano le derrotó, y asesinándole
personalmente se declaró Enrique II de Castilla.
Las Guerra de los dos Pedros, así como las insurrecciones internas en las que sus rei-
nos se vieron implicados, supusieron un desastre inútil para las dos Coronas, Castilla y
Aragón, pero demostraron algo importante: Que la alta nobleza se había convertido en
un serio elemento desestabilizador para ambas, y que el poder que habían adquirido a
través de la Cortes en la Corona de Aragón, hacían de la misma un estado incompetente
para afrontar las nuevas circunstancias políticas que se daban en la Europa Occidental.
Lo que realmente pasaba era que el mundo de nuestros reinos peninsulares se había
hecho más desorbitado y grande. La Guerra de los Cien años que ocupaba a franceses
contra ingleses tratando de liberar a una Francia con vastos territorios bajo dominio de
la monarquía inglesa, y donde aparecen ya personajes nacionales como la francesa Jua-
na de Arco,213
implicaban lo suyo en los asuntos de otros reinos de Europa Occidental.
Así, las alianzas con cualquiera de los dos bandos implicados en aquella guerra supo-
nían ya un destacado desequilibrio de fuerzas entre nuestros reinos peninsulares.
Las ciudades-estado italianas incrementaban paulatinamente su poder en el Medite-
rráneo, lo que llevó a la Corona de Aragón a acciones bélicas continuas en ese ámbito.
El Imperio Mediterráneo que había logrado la Corona de Aragón a finales del siglo
llidas (puestos recaudadores fronterizos o aduaneros) y sobrecollidas (órganos supervisores de las colli-
das).
Con el tiempo, la aplicación del impuesto se fue haciendo con criterios proteccionistas, y aumentando el
gravamen sobre los artículos de mayor comercio (lana, trigo y azafrán). En el siglo XVII, su último
período de existencia, las guerras mantenidas por la Monarquía Hispánica y las necesidades de hombres y
recursos obligó a cobrar incluso el estanco de tabaco y el arriendo de sal para hacer frente a la crisis
financiera.
En cuanto a la Generalidad de Cataluña, seguía un sistema similar para la financiación y en su fun-
cionamiento ordinario. El origen de la institución era anterior a la de Aragón, haciéndose permanente la
Diputación en 1359, pero el cambio más relevante se produjo cuando los impuestos establecidos para la
recaudación del donativo al rey se convirtió en una contribución permanente que la Generalidad utilizaba
y administraba libremente, ampliándose con el dret de bolla y segell sobre tejidos. El resultado fue que
los ingresos de la Generalidad terminaron superando ampliamente (cuatro veces más) a los que recibía el
rey (37.000 libras).
Originándose en la misma época, la Generalidad de Valencia tuvo funcionando como un impuesto ad
valorem del 5% sobre la fabricación, venta e importación de productos textiles y del 10% para materias
primas y alimentos. Era administrado dicho impuesto por los diputados y clavarios. Desde 1403 fue un
impuesto indirecto ordinario sobre el comercio, gravando el precio, excepto en el arroz, la sal y la lana, en
que se fijaba sobre el peso. Hubo una triple tarifa para distintos productos, siendo el de las prendas de
vestir la única que recaía directamente sobre los habitantes del reino.
213
Muerta en 1431.
~ 77 ~
XIII, con mucha navegación y almogávares, anexionándose Mallorca y Baleares, la Co-
rona de Sicilia, Cerdeña, y Atenas, se veía ya menguante sin parar a mediados del siglo
XIV.
La Corona de Aragón presentaba una economía más sofisticada que la castellana, que
a priori la hubiese permitido sortear mejor la crisis de la Baja Edad Media. Disponía de
una producción manufacturera importante, un Imperio o mucho poderío y presencia en
el Mediterráneo que la permitía acceder a las rutas comerciales de Oriente, y una enri-
quecida burguesía, especialmente en Barcelona, que desarrolló una poderosísima in-
dustria lanera con abiertos mercados en Cerdeña, Sicilia y el norte de África, además de
contar con el comercio de especias y la exportación de hierro, cereales y cuero.
En cambio, Castilla desarrolló una importante ganadería ovina y el desarrollo de la
Mesta como institución, lo cual ayudó a que esta Corona pudiese paliar la crisis desde el
siglo XIV desarrollando destacadas ferias, como las de Medina del Campo (Valladolid)
o Burgos, y otros peculiares centros comerciales en la Meseta. Pero la Guerra de los
Cien Años ralentizó la exportación de lana inglesa a Europa, por lo que la lana caste-
llana adquirió un gran valor, y los mercaderes flamencos, franceses e italianos ofrecían
mucho más por esta materia prima que lo que hubiese podido ofrecer cualquier manu-
facturero local. Esto llevó a Castilla a convertirse en un país sin industria, dominado por
una aristocracia rural que dependía completamente del exterior para todas sus manufac-
turas. Sí se desarrollaron en cambio, a través de los marinos mercantes del Cantábrico, y
gracias a los viajes hacia los puertos franceses o flamencos, unos importantes armadores
que encontrarían clientes en Italia, Cataluña y Francia, convirtiéndose Castilla a finales
del siglo XIV en una potencia naval.
Era una realidad que toda la riqueza que generaba la Corona de Aragón de nada servía
si no se ponía al servicio de las necesidades de la Corona en su conjunto. Los reyes ara-
goneses padecían enormes dificultades para ser financiados, y siempre a cambio de im-
portantes concesiones políticas que sólo privilegiaban a los grupos de poder represen-
tados en las Cortes. No podían aplicar sino muy a duras penas una política mínima-
mente centralizada en la Corona, pues las Cortes de cada reino tenían intereses diferen-
tes y contrapuestos. Mientras el condado de Barcelona y el reino de Valencia enfocaban
su política al Mediterráneo, la cabeza de la Corona, dirigida por las Cortes de Aragón,
enfocaba sus intereses al interior y a Castilla, y dependiendo de donde dirigía el monar-
ca sus acciones, se ganaba la amistad o enemistad de unos o de otros.
Por el contrario, la política en la Castilla de los Trastámara, teniendo en cuenta a En-
rique II, sucesor de Pedro I, se enfocó al contentamiento de la nobleza y de las grandes
ciudades, buscando su apoyo pero manteniéndolas a raya, y desactivando el poder de las
Cortes, evitando así que la nobleza adquiriese capacidad de gobierno en competencia
contra el poder central y más total del monarca, el cual trataba de rodearse de gestores
eficaces, muchos de ellos judíos, buenos gerentes y ajenos a los grupos de poder. Esto
no evitó futuras insurrecciones y períodos de anarquía que se producían en cualquier
momento de debilidad o situaciones críticas del monarca, pero la monarquía contaba
con suficiente apoyo entre el pueblo llano y en buena parte de la alta nobleza, o en toda
ella, de modo que el rey podía mantener un poder centralizado en su propia figura y
simbología personal, incluso deponiendo reyes por candidatos más fuertes, en una espe-
~ 78 ~
cie de proceso de selección natural que garantizaba el poder autoritario de la monarquía
castellana.
Los diferentes monarcas de la Corona de Aragón, para ser coronados y reconocidos,
fueron privilegiando constantemente a sus élites representadas en la Cortes. Y este po-
der acumulado en organismos con capacidad de gobierno en cada reino de la Corona
aragonesa, especialmente en Cataluña, fue cada vez más una constante fuente de inesta-
bilidad contra el gobierno central, no sólo respecto a la Corona de Aragón sino también
con respecto al resto de España, siendo esto como de siempre, de toda nuestra historia,
mostrándose Cataluña muy autónoma y hasta independentista y secesionista.
El sucesor de Pedro IV, Juan I de Aragón a finales del siglo XIV (1387-1397), im-
plicó un gobierno corrupto y endeudado por los préstamos del monarca, mientras la bur-
guesía catalana, tratando de ennoblecerse, luchaba por la compra de tierras que la exi-
miese del pago de tributos. El sucesor de Juan I, Martín I el Humano (1396-1410), no
pudo arreglar eficazmente las finanzas de la Corona, y no tuvo descendencia legítima.
El declive catalán-aragonés en el Mediterráneo era ya un hecho, algo a la deriva. Los
castellanos se habían convertido en una nueva potencia marítima, y mientras los corsa-
rios castellanos se entrometían en el comercio catalán, los comerciantes catalanes al-
quilaban navíos cantábricos para su comercio.
Por su colindancia de fronteras, Francia habría de convertirse en enemigo muy desta-
cado para la Corona de Aragón. La Guerra de los Cien Años había obligado a los fran-
ceses a centralizar su economía y su política, y ya a mediados del siglo XV aparecía por
todo su territorio muchas fortificaciones, canalizaciones hidráulicas y un permanente
ejército, una fuerza militar profesional por primera vez en la historia, dispuesta para ac-
tuar en cualquier momento requerido.
Mientras la Corona aragonesa sufría un declive constante, sus Cortes ni siquiera se
podían poner de acuerdo para encontrar un heredero que sucediera a Martín I. Los can-
didatos con más posibilidades eran el catalán Jaime II de Urgel214
y el francés Luis II de
Anjou,215
que eran apoyados según sus propios intereses por grupos diferentes de no-
bles de cada reino. Los parlamentos de Aragón y Valencia eran irreconciliables, y el
condado de Barcelona ni siquiera encontraba suficientes apoyos hacia el catalán Jaime
de Urgel como para formar un frente común con la parte de la nobleza aragonesa que
apoyaba el mismo candidato. Al final se impondría otro candidato, sobrino de Martín I,
regente de Castilla y de la dinastía Tratámara: Fernando de Antequera, un hombre rico y
poderoso. Fue el rey Fernando I de Aragón,216
entre los años 1412-1416.
El castellano Fernando de Antequera tenía a los valencianos a su favor, siéndoles
también favorables los castellanistas de Aragón y Cataluña. Mientras aragoneses y cata-
lanes discutían para aceptar los votos hacia el pretendiente castellano, éste invadió casi
todo Aragón como instrumento de presión; y finalmente logró votos suficientes entre to-
214
Muerto en 1433.
215
Muerto en 1417.
216
Rey de Aragón y de Valencia, y conde de Barcelona.
~ 79 ~
dos los reinos para recibir la Corona aragonesa, siendo coronado según el conocido
Compromiso de Caspe (1412). La dinastía de los Trastámara se adentró así en la Corona
de Aragón.
Los historiadores castellanos y catalanes consideran que con Fernando de Antequera
comenzó más históricamente la unidad española, concretamente a favor de Castilla. Por
otro lado, los nacionalistas catalanes culpan del declive nacional a las decisiones com-
prendidas en el Compromiso de Caspe. Lo cierto es que Cataluña tuvo en sus manos la
posibilidad de rechazar a Fernando de Antequera y nombrar como rey a Jaime II de
Urgel, imponiendo su candidatura con los urgelistas de cada reino, por lo que los histo-
riadores nacionalistas catalanes hablan de claudicación de Cataluña, mientras el resto
habla de madurez de la política catalana al permitir aquella elección del castellano.
La autoridad de Fernando I fue discutida por Jaime II de Urgel, quien tardó poco en
derrotarle y llevarle a prisión hasta su muerte. Desde el punto de vista político, el corto
reinado de Fernando I (1412-1416) fue, sin embargo, trascendental, destacándose217
que
uno de sus hijos, Alfonso V, fue rey de Aragón (1416-1458), otro, Juan II, fue rey de
Navarra (1425-1479) y después también de Aragón, incluyendo Sicilia (1458-1479), y
la dinastía Trastámara siguió gobernando en Castilla. Fernando de Antequera se convir-
tió en el hombre más poderoso de la Península Ibérica y uno de los más destacados e in-
fluyentes de Europa Occidental.
Con la dinastía Trastámara no se terminarían las concesiones a la alta nobleza arago-
nesa. Políticamente, Fernando I premió a sus fieles mientras se atraía a los antiguos ad-
versarios haciendo concesiones a nobles, eclesiásticos y ciudadanos: las barreras co-
merciales entre Castilla y Aragón desaparecen entonces y se perdonan diversos impues-
tos debidos por los mercaderes mientras nobles y eclesiásticos logran que el rey les apo-
ye en sus reivindicaciones. En los breves años de su reinado, Fernando I impulsó con-
siderablemente los asuntos mediterráneos, pacificó Sicilia y Cerdeña y tuvo relación con
el norte de África. En estos años se transformó la Diputación General (la actual Gene-
ralitat) de Cataluña en un organismo político con atribuciones muy grandes, un orga-
nismo que se convertirá en un poderoso instrumento de gobierno que la monarquía tra-
tará de controlar para imponer su autoridad. Así las Cortes irán perdiendo fuerza, hasta
ser disueltas.
El sucesor de Fernando I, Alfonso V el Magnánimo (1416-1458), un rico mercader,
intenta en los primeros años compaginar la defensa de los intereses de los infantes en
Castilla con la política mediterránea de la Corona, encontrando problemas de financia-
ción similares a los reyes anteriores, por lo que no le queda más remedio que reconocer
de nuevo la vigencia de los usos y constituciones de Cataluña, restableciendo las Cortes
pero asegurando su control a través de la Diputación o Generalidad. Sin acuerdo sobre
el papel de las Cortes en el gobierno del principado catalán, el rey Alfonso pudo al me-
nos recibir la ayuda económica solicitada y puso fin a la revuelta de Cerdeña.
El hermano de Alfonso V, Juan II, habiendo accedido ya al trono del reino de Na-
varra, heredó la Corona de Aragón cuando murió Alfonso. El hecho de no renunciar al
217
Aquí lo adelantamos y enseguida lo retomamos.
~ 80 ~
trono de Navarra propició la oposición de las Cortes catalanas a su coronación. Este
período, avanzando el siglo XV, presenta ya la existencia de una sofisticada sociedad
catalana realmente dividida y compleja.218
Por un lado, la alta nobleza catalana repre-
sentada en las Cortes, el partido de la Biga, integrada por una mayoría de ricos merca-
deres que se consideran, actúan y viven como un grupo nobiliario, disponiendo de tie-
rras, castillos y derechos señoriales y viviendo de las rentas. Por otro, el partido de la
Busca, menestrales y pequeños mercaderes que aspiran a controlar el gobierno munici-
pal para hacer cumplir los privilegios, libertades y costumbres de la Barcelona urbana,
junto al campesinado unido, defendiéndose en el Sindicato de Remensas, que luchaba
por terminar con los malos usos señoriales que les obligaban a permanecer en las tierras
señoriales, buscando su derecho a venderlas y su libertad personal.219
218
Liosa de entender y liosa en actuaciones, siempre teniendo en cuenta que Cataluña es España.
219
La Biga y la Busca eran los dos bloques políticos principales en que estaba dividida la burguesía bar-
celonesa durante el siglo XV. La Busca fomentó un modelo anárquico basado en el acceso a los cargos
públicos por la fuerza (método denominado “ad baculum”) mientras que la Biga intentó gobernar con-
forme a las costumbres romanas.
En Barcelona, hacia 1425, la crisis económica en el ámbito mediterráneo favoreció la adopción de me-
didas proteccionistas. Sin embargo, su aplicación requirió vencer la resistencia de la oligarquía urbana o
de ciutadans honrats (ciudadanos honrados).
Las protestas y motines se sucedieron durante algún tiempo, ante lo cual se adoptaron una serie de
cambios y reformas. Los mercaderes y menestrales propusieron algunas medidas entre las que se incluían:
la devaluación monetaria, la prohibición de la importación de productos, la mejora de la producción textil
y los impuestos a los extranjeros. Los ciutadans honrats proponen medidas más limitadas como los tra-
bajos públicos para atenuar el desempleo.
A partir de 1450 la intransigencia de este último grupo y su resistencia a las reformas provocaron una
crisis política y la división en dos bloques políticos opuestos: la Biga y la Busca:
La Biga (“la viga”, por analogía a la pieza de madera que soporta un edificio o estructura), estaba
integrada por la mayoría de ciutadans honrats y algunos mercaderes, importadores de telas de lujo.
Este grupo social se considera, actúa y vive como un grupo nobiliario: poseían tierras, castillos y
derechos señoriales y vivían de rentas. Además tenían el control del poder municipal y se oponían a
los sectores vinculados con la economía productiva.
la Busca (“la astilla”), en oposición a la Biga fue el partido de los mercaderes, artesanos que aspi-
raban a controlar el poder municipal para hacer cumplir los privilegios, libertades y costumbres otor-
gados al pueblo de Barcelona. Deseaban la devaluación monetaria y medidas proteccionistas.
Alfonso V el Magnánimo mantuvo ante estos dos grupos una postura ambigua, ya que tenía necesidades
de financiación y aceptó dinero tanto de miembros de la Busca o buscaires como de miembros de la Bi-
ga o bigaires. Además este monarca pretendía, como los otros reyes del siglo XV, imponer su autoridad
sobre las Cortes catalanas y sobre la nobleza.
Tal como estaba organizado el sistema de elección de los cargos municipales, resultaba imposible el ac-
ceso a los mismos de los miembros de la Busca, a menos que mediase la intervención del rey.
Bajo el reinado de Alfonso V el Magnánimo, tanto la monarquía como la Busca tenían coyunturalmente
como enemigo común a la oligarquía urbana representada por la Biga. Esta oligarquía se oponía tanto a
las pretensiones de preeminencia de la monarquía como a la política reformista de los buscaires. Esa si-
tuación llevó a una alianza coyuntural de la monarquía y la Busca y así Alfonso el Magnánimo, encon-
~ 81 ~
Alfonso V el Magnánimo ya habría mostrado su inclinación hacia la Busca y los Re-
mensas tratando de reducir los poderes señoriales y de recuperar tierras de realengo,
hecho relacionado con las peticiones de los Remensas, pero al final de su reinado se im-
puso de nuevo la Biga. La Diputación General o Generalitat creó el Consell Represen-
tant del Principat de Catalunya y lo puso bajo la dirección de la Biga.
La oposición de las Cortes catalanas a aceptar la coronación de Juan II, o más bien a
obligarle a aceptar sus condiciones, provocó la Guerra Civil Catalana (1462-1472). El
monarca se apoyó en los Remensas y el partido de la Busca, solicitando además el apo-
yo de Francia (entre otras cosas se le dio en garantía el Rosellón y la Cerdaña), lo que
internacionalizó el conflicto. La Biga se vio obligada a buscar distintos candidatos al
trono, entre ellos, a Enrique IV de Castilla,220
o Pedro de Portugal, duque de Coím-
trándose en Nápoles, encargó la resolución del conflicto entre las dos facciones a uno de sus lugar-
tenientes generales, primero a la reina María, su esposa, y más tarde a Galcerán de Requesens.
Los buscaires, en 1452, se agrupan en el Sindicat dels Tres Estaments (Sindicato de los tres estamen-
tos), pero continuaban sin tener acceso al poder municipal, no obstante estando bien organizados.
A 30 de noviembre de 1453, el lugarteniente general Requesens suspendió las elecciones a consellers y
nombró una nueva conselleria formada por buscaires. Con este cambio de gobierno se lograron implantar
medidas tradicionalmente reivindicadas por la Busca: medidas proteccionistas, devaluación de la moneda,
saneamiento de la administración municipal y favorecimiento de los productos propios frente a los im-
portados. Para dar cobertura legal a este gobierno, Alfonso V concedió un privilegio de regulación de la
ciudad en 1455, repartiendo de manera fija la composición de los órganos de gobierno municipal entre los
diversos estamentos:
Los jurados del Consejo de Ciento (institución de autogobierno municipal barcelonés entre los siglos
XIII y XVIII), que siempre serían 128, se repartían en cuatro grupos de 32, cada uno formado por
miembros de un estamento (ciudadanos honrados, mercaderes, artistas y menestrals).
Trentari, formado por 32 miembros, dividiéndose en cuatro grupos de ocho, uno para cada esta-
mento.
El poder ejecutivo se distribuía así: el conseller en cap y el conseller segon eran ciudadanos honra-
dos, el conseller tercer era mercader, el conseller quart era artista y el conseller cinquè era menestral.
El programa de cambios promovidos por la Busca no tuvo el éxito debido a la oposición feroz de la
Biga y la preeminencia que se había dado en el reparto de cargos hacia consejeros de la Biga respecto a
consejeros de la Busca. Y en 1462 estalló la Guerra Civil Catalana (1462-1472), al final de la cual la
Biga recuperó el poder. La capitulación de Pedralbes, en 1472, no castigaba a los instigadores, con el fin
declarado de lograr una paz perdurable.
Posteriormente, Fernando II de Aragón, Fernando el Católico (muerto en 1516) reformará el Consejo de
Ciento.
La oligarquía cargó contra los buscaires de la Biga por la decadencia de Barcelona y en 1497 un mag-
nate de la ciudad escribía: “Hace 44 años, que, por soberbia y otros vicios, el pueblo se ha rebelado
contra los prohombres de la ciudad, y los más ricos han tenido que huir. Desde entonces, el comercio ha
emigrado a Valencia, de forma que hoy Barcelona es casi una ciudad muerta si se la compara con lo que
era antes”.
220
Muerto en 1484.
~ 82 ~
bra,221
desistiendo todos ellos. Juan II fue apoyado por valencianos y aragoneses, y bus-
có la alianza con Castilla a través del matrimonio de su hijo Fernando con la infanta
Isabel.222
Sin apoyos exteriores, los catalanes tuvieron que rendirse a la realidad ha-
ciéndose a la evidencia: Barcelona se entregó a los realistas tras un perdón general fir-
mando la Capitulación de Pedralbes (año 1472).
La Guerra Civil Catalana terminó sin vencedores ni vencidos, pero resultando arrui-
nada Cataluña. El rey, no obstante todo lo ocurrido, optó por la clemencia, reconociendo
los Privilegios y Fueros Catalanes. Se permitió seguir en el cargo a diputados que ha-
bían sido opositores, lo que permitió pacificar el país y buscar soluciones eficaces a los
graves problemas económicos que asolaban a Cataluña.
Se estaba en un prolongado período histórico de guerras europeas por doquier, todas
ellas de índole civil, no siendo España una excepción. El siglo XV avanzó bastante beli-
coso. En Francia estaba la Guerra de los Cien Años y en Inglaterra de la las Doce Rosas;
en Castilla hubo guerra civil cuando la coronación de la reina Isabel la Católica. Por lo
que se refiere a la Guerra Civil Catalana, se trató en realidad de la lucha (y pulso) entre
una concepción moderna de la monarquía autoritaria (moderna porque superaba la con-
cepción medieval) y la idea del pactismo catalán, de naturaleza tradicionalmente me-
dieval. En este período, dicha dicotomía implicó respectivamente una alianza de la mo-
narquía, una alianza monárquica que, como todas las de Europa por entonces, buscaba
una mayor autoridad real de la monarquía, junto justamente con aquel campesinado y
aquella pequeña burguesía que se sentían abusados y desprotegidos contra una privile-
giada y ostentosa élite de poder. Lo que estaba en juego era el poder político catalán. El
monarca buscaba una mayor autoridad real, que no podría ser efectiva por más dinero
que obtuviese de las Cortes mientras no recuperase el patrimonio real propio y redujese
los poderes señoriales.
El declive de la Corona de Aragón vino provocado por la falta de cohesión entre los
reinos que la conformaban, falta de cohesión que dificultaba a la monarquía la toma de
decisiones en contra de los intereses particulares de los miembros que componían sus
Cortes. La estructura política de la Corona de Aragón, basada en unas instituciones que
preservaban la descentralización propia de un sistema feudal ya anticuado, no podía
competir con las nuevas monarquías autoritarias que surgían en toda la Europa occi-
dental. Este autoritarismo monárquico permitía una mayor centralización en sus reinos y
ofrecía una mayor capacidad operativa a sus monarcas, centralización y capacidad pro-
pias de los futuros estados-nación del Antiguo Régimen tal como se estaban gestando y
consolidando.
Con determinadas nuevas potencias como Inglaterra y Francia apareciendo en la Euro-
pa occidental, la unión de nuestros reinos peninsulares, más que deseable o previsible se
convirtió en una necesidad ineludible. La boda entre el aragonés Fernando el Católico y
la castellana Isabel la Católica, celebrada en Valladolid en 1469, unió ambas Coronas
con el deseo de mantenerse unidos en la historia, por siempre en adelante. Dicha alian-
221
Muerto en 1449.
222
Isabel y Fernando, los Reyes Católicos.
~ 83 ~
za223
permitió que los castellanos apoyasen la línea expansionista de Aragón en el Me-
diterráneo, al tener una política exterior común. Ambos reinos conservaron en su mayor
parte sus instituciones políticas y se mantuvieron las Cortes, las leyes, las administra-
ciones públicas y la moneda, aunque unificaron la política exterior, la hacienda real y el
ejército. Reservaron para la Corona los temas políticos y actuaron conjuntamente en
política interior. Fernando II (Fernando el Católico) se enfrentó a Francia recuperando
el Rosellón y la Cerdaña. El programa económico era, en parte, el de los buscaris y se
reformaron así los organismos dirigentes de Cataluña, el de la Diputación y el del Con-
sejo, sin dejar de mantener sus privilegios y fueros. Los señores siguieron teniendo de-
rechos sobre los campesinos cultivadores, pero no de manera humillante o por los malos
usos de hasta entonces. El rey Fernando convocaría hasta en once ocasiones las Cortes
de Aragón, mayormente en Monzón (Huesca) o en lugares cercanos a Castilla, siendo
dotadas dichas Cortes de carácter general para todos los reinos o territorios componen-
tes de la Corona aragonesa.
Los privilegios obtenidos por las Cortes catalanas a lo largo de toda la Baja Edad
Media marcarán la política catalana y española a lo largo de lo que sigue en la historia
hacia nuestros días. Cataluña aparecerá siempre dominada por una élite de magnates
burgueses y terratenientes, altamente privilegiada por los sucesivos monarcas españoles,
bajo la excusa del respeto a sus fueros y constituciones. Dicha élite gobernará toda Ca-
taluña, tanto a nivel municipal en las ciudades, como a nivel comarcal en el campo; go-
bernará a una sociedad catalana que siempre presentará una dicotomía entre una pobla-
ción rural de payeses y pequeños agricultores, y otra urbana de pequeños mercaderes y
artesanos. Las élites catalanas aparecerán siempre en competencia contra el poder cen-
tral del Estado español tratando de mantener sus privilegios históricos, y manejando los
afectos de dichas masas sociales, en oposición de ricos y pobres, urbanos y rurales, bus-
cando su apoyo contra el poder central.
La unión efectiva de los reinos de Castilla, Aragón y Navarra se hizo bajo el reinado
de Carlos I,224
que fue el primero en adoptar, junto a su madre Juana, el título abreviado
de Rey de las Españas y de las Indias.
Desde el gobierno de Carlos I, y las monarquías autoritarias, las Cortes se convocarán
cada vez en menos ocasiones (durante todo el tiempo de su vigencia con los Habsburgo
las Cortes catalanas serán sólo convocadas en 12 ocasiones, 7 de ellas en Monzón con-
juntamente con las de los otros reinos de la Corona de Aragón).
Con el descubrimiento de América, el comercio se traslada al Atlántico y coincide con
una merma demográfica importante en Cataluña debido a la afección que la peste negra
tuvo en el levante, con lo que Cataluña sigue sumida en el proceso de decadencia que
arrastraba desde unos siglos atrás. Ello conlleva un mayor interés de la economía y
sociedad catalanas en los intereses castellanos, provocándose así la castellanización de
su sociedad, y que Cataluña se españolice o se haga notar mucho más como lo que es,
una parte de España. La crisis en Cataluña impide una mayor participación suya en el
223
También matrimonial y dinástica.
224
Muerto en 1558.
~ 84 ~
comercio con América, un comercio que se centraliza en el puerto de Sevilla. Del
mismo modo, la participación de la Corona de Aragón en las arcas del Estado es escasa,
llevándose la financiación del Imperio sobre todo por Castilla; por lo cual los Habs-
burgo tampoco prestarían gran atención a los intereses per se de la Corona de Aragón,
cuyas Cortes aún se siguen sometiendo a restricciones importantes.
Con Carlos I, las Cortes castellanas habían sido completamente anuladas y la realidad
fue que los sucesivos monarcas españoles no harían mucho caso a las decisiones parla-
mentarias de las Cortes catalanas, aragonesas, valencianas o navarras. En las Cortes ca-
talanas de 1533, los brazos catalanes propusieron al rey su aprobación, para asegurar
que la Corona de España se sometía debidamente a las constituciones catalanas. Carlos I
negó su aprobación, desestimando por completo la propuesta.
Manteniendo la misma estrategia iniciada con la dinastía Trastámara, el poder político
de los diferentes reinos de la Corona aragonesa se acumulará en el órgano de la Dipu-
tación del General o Generalidad de cada uno de ellos. Los Habsburgo dotaron paula-
tinamente de mayores poderes políticos a este organismo, que aun velando por el cum-
plimiento de sus constituciones sería a priori más susceptible o proclive a la influencia
del monarca, mediante la centralización del poder en una sola institución. En el caso
particular de Cataluña se ejercía el autogobierno a través de tres instituciones princi-
pales, que eran los Tres Excelentísimos Comunes de Cataluña: la Diputación del Gene-
ral o Generalidad de Cataluña, el Consejo de Ciento de Barcelona y el Brazo Militar de
Cataluña.
La Diputación del General de Cataluña era la institución que representaba a Cataluña
con carácter permanente y ordinario, siendo la encargada de hacer respetar sus constitu-
ciones, mientras que el Consejo de Ciento de Barcelona era la institución de autogo-
bierno municipal de la ciudad de Barcelona. Por otro lado, el Brazo Militar era una ins-
titución creada en el Antiguo Régimen con la misión de congregar a toda la aristocracia
militar catalana e influenciar en la política del principado.
Con Felipe IV (1621-1665), estando España inmersa en la Guerra de los Treinta Años
(1618-1648), habiendo casi vaciado la vetas de las minas de oro y plata en América, y
sumida en una profunda crisis, se pidió, a través del Conde-Duque de Olivares,225
que
las Cortes de Aragón tuviesen una mayor participación con una subida de impuestos pa-
ra la hacienda real. El desacuerdo con las Cortes era tal que el mismo Olivares expre-
só: “los políticos extranjeros dicen que la monarquía española es simplemente un
cuerpo fantástico sostenido por la opinión general, pero sin ninguna sustancia”.
La petición de Olivares fue atendida a duras penas y más que a regañadientes por las
Cortes catalanas; y la participación económica que se acordó, junto con el desplaza-
miento de los Tercios españoles a Cataluña, y reclutamiento de soldados catalanes, aca-
baron malamente: provocando un levantamiento entre el campesinado catalán, asesi-
nando a soldados y autoridades reales, así como a nobles catalanes con cargos de autori-
dad en las Diputaciones y a burgueses enriquecidos. A todos ellos les culpaban de su
pobreza, especialmente por el ostentoso nivel de vida que tenían mientras ellos pasaban
225
Gaspar Guzmán de Pimentel, muerto en 1645.
~ 85 ~
hambre. La Diputación del General manejó la revuelta culpando a España y su gobierno
de sus males, tratando de independizar Cataluña, que contrariamente la puso en manos
de Francia coronando como soberano al rey francés, y finalmente provocando de nuevo
una guerra civil, entre los años 1640-1652, algo similar a lo que ya ocurrió a mediados
del siglo XV, durante el reinado de Juan II en la Corona de Aragón. Finalmente, tras 12
años de ocupación francesa acabó la guerra y de nuevo dieron su apoyo a la monarquía
española.
Tras la mencionada Guerra de Cataluña, la Corona española había conseguido el con-
trol de Diputación del General y del Consejo de Ciento mediante las desinsaculaciones,
esto es, la exclusión de todos aquellos que no fueran afectos al rey, de las listas de po-
sibles candidatos en sendas instituciones. La Generalitat había perdido su poder, pero
el Consejo de Ciento de Barcelona, a través de los Usatges y la gran cantidad de privile-
gios recibidos de los reyes de Aragón habían situado a Barcelona en una posición única
dentro de Cataluña y de toda la Corona española: nombramiento de cónsules ultramari-
nos, de embajadores propios, acuñación de moneda propia, guarnición militar propia
mediante la Coronela Gremial de Barcelona, privilegio de cobertura y condición de
sus Consellers de Grandes de España.
En 1704, cuando ya iba estallando del todo la Guerra de Sucesión Española (1701-
1713/1715), el marqués de Mancera226
manifestaba ante el Consejo de Estado que “todo
el Principado de Cataluña consiste en la posesión de Barcelona”.
Más tarde, los crecientes atisbos de absolutismo de Felipe V (1700-1746), acabarán
con el estallido de la rebelión de Cataluña y el inicio de la Guerra de Sucesión en el in-
terior de España, aun cuando el rey fue el único monarca español desde hacía 200 años
en aprobar el Tribunal de Contrafacciones que garantizaba la aplicación de las Consti-
tuciones catalanas y resolvía de manera suprema ante cualquier acción por parte del
rey.227
226
Antonio Sebastián Álvarez de Toledo Molina y Salazar (muerto en 1715).
227
El Tribunal de Contrafacciones era la institución de Cataluña que garantizaba la aplicación de las
Constituciones catalanas y resolvía de manera suprema ante cualquier acción por parte del rey, o de los
oficiales del rey, si fuera contraria al ordenamiento constitucional catalán. Dicho Tribunal fue acordado
en las Cortes catalanas de 1701-1702 por el rey Felipe V de España, el primero que tuvimos de la dinas-
tía o Casa de Borbón. Posteriormente, en plena Guerra de Sucesión Española, fue abolido, en 1714 y ante
la rebelión armada que hubo en Cataluña; dicha abolición marcó entonces un nuevo y decisivo paso im-
poniendo el absolutismo en España, algo tan típico del conocido como Antiguo Régimen en toda Europa,
tan de orden medieval respecto a la monarquía.
Aquel Tribunal había sido deseado con vehemencia por los catalanes desde hacía doscientos años hasta
que lograron crearlo. En las Cortes catalanas de 1533 los brazos sociales catalanes propusieron a Carlos I,
rey de España, su aprobación, queriendo asegurarse de que la Corona Española cumplía con la Constitu-
ción de la Observancia (de las Cortes de Barcelona en 1480-1481), que determinaba el principio de cómo
el rey estaba sometido a las Constituciones catalanas. Los catalanes no lo consiguieron entonces, sino dos
siglos después, como estamos considerando, en las Cortes catalanas de 1701-1702, siendo rey Felipe V.
Como ocasión o coyuntura para conseguirlo, los catalanes aprovecharon el hecho de la entronización de
la nueva dinastía, la de la Casa de Borbón, siendo esta Casa realmente puesta a prueba al respecto de la
“observancia”, teniendo en cuenta que la nueva dinastía necesitaba consolidarse, sustentarse bien; pasaba
que el inicio de aquel reinado era la coyuntura o circunstancia de encontrarse la monarquía española en
cotas de máxima debilidad, deseosa de reconocimiento y aprobación. El Tribunal de Contrafacciones que-
~ 86 ~
Terminada la guerra de manera favorable a Felipe V, éste suprimió las Cortes de la
Corona de Aragón, catalanas incluidas, con los Decretos de Nueva Planta.228
Un número
determinado de procuradores aragoneses se reunían junto a los de los otros reinos de la
Corona de Aragón y los de las ciudades con voto de las Cortes de Castilla, siguiendo
con los usos y costumbres de éstas. Se ha propuesto interpretar la selección de las ciu-
dades aragonesas a las que se concedió el derecho al voto como una correspondencia a
un mayor apoyo al bando borbónico en la Guerra de Sucesión Española. Fueron Zara-
goza, Tarazona, Calatayud, Borja y Fraga. Por su parte, el reino de Valencia sólo tuvo
dos votos: Valencia y Peñíscola. Y Cataluña tuvo los de Barcelona, Tarragona, Lérida,
Gerona, Tortosa y Cervera. En 1773 se amplió la representación en Cortes concediendo
el voto a la ciudad aragonesa de Teruel.
En cualquier caso, las reuniones de Cortes fueron solamente dos durante el siglo
XVIII: en 1713 y en 1789, ambas en Madrid. Las Cortes de Cádiz (en el año 1810) se
efectuaron con un criterio completamente distinto, propio del parlamentarismo de la
Edad Contemporánea y no del Antiguo Régimen a duras penas prolongado en la Edad
Moderna. La última reunión de Cortes propia del Antiguo Régimen se hizo en 1833 pa-
ra jurar como princesa de Asturias a Isabel II.
dó configurado como un tribunal de garantías “constitucionales”, formado de manera paritaria entre los
representantes del rey y los representantes de los Tres Comunes de Cataluña (Diputación General, Con-
sejo de Ciento y Brazo Militar). Permitía así garantizar el ordenamiento jurídico catalán con la co-parti-
cipación de las instituciones del principado y los oficiales reales. Asumió la atribución que hasta entonces
había pertenecido en exclusiva a la Real Audiencia de Cataluña (el órgano de administración de justicia
en Cataluña durante varios siglos, asumiendo también funciones en materia de gobierno), la cual había
fallado casi inexorablemente en favor de la Corona española.
Con la creación del Tribunal de Contrafacciones el rey Felipe V de España permitió que existiera un
tribunal que difícilmente podía él controlar, y que le exigía la observancia de las constituciones aprobadas
en las Cortes catalanas, tanto por su parte como por la de sus oficiales. Era una prueba de que el mismo
rey reconocía las leyes tradicionales catalanas y se mostraba dispuesto a someterse a las mismas, de tal
modo que sus decisiones podían ser revisadas por ese Tribunal (de Contrafacciones). La amenaza abso-
lutista quedaba así neutralizada, pues las pragmáticas y los reales decretos del rey o sus virreyes que-
daban supeditados al cumplimiento del ordenamiento constitucional catalán; además, si cualquier oficial
real vulneraba una ley o constitución catalana, debía ser sometido a un proceso judicial de contrafacción.
El Tribunal de Contrafacciones entró en funcionamiento en 1703, a raíz del decreto de expulsión que
Felipe V ordenó contra el comerciante holandés Arnald Jäger, una expulsión que vulneraba las constitu-
ciones catalanas, lo que supuso que automáticamente la Conferencia de los Tres Comunes de Catalu-
ña solicitara que se cursara causa de contrafacción. El mismo Felipe V reconocía las limitaciones que el
Tribunal de Contrafacciones suponía para su “real voluntad”, y afirmaba que tras la Cortes de 1701-1702
los catalanes “habían quedado más Repúblicos que el parlamento alusivo a ingleses”.
Finalmente, en 1705 estalló la rebelión armada en Cataluña que habría de suponer el inicio de la Guerra
de Sucesión Española en suelo español. A finales de 1705, y tras la proclamación del archiduque Carlos
de Austria como nuevo conde de Barcelona, el Tribunal de Contrafacciones fue ratificado por éste en las
Cortes catalanas de 1705-1706.
Hacia el final de la Guerra de Sucesión, ante la victoria del Borbón Felipe V, se produjo un proceso de
reorganización administrativa del Estado español, lo que se plasmó principalmente en los Decretos de
Nueva Planta que supusieron entre otras cosas la desaparición del Tribunal de Contrafacciones.
228
Como acabamos de exponer en la nota anterior.
~ 87 ~
Tras el asesinato de Prim,229
último gobernante progresista en el gobierno, y durante
la última Guerra Carlista (1872-1875), se proclamó la Primera República Española
(1873-1874), la cual hubo de hacer frente a la revolución cantonal, un conjunto de le-
vantamientos anarquistas protagonizados por la pequeña burguesía que independizaban
en cantones ciudades como Cartagena, Valencia, Murcia, Ávila, Salamanca, Toledo y
Extremadura, que pretendían anexionar a “Lusitania”. En Cataluña se sucedieron diver-
sos intentos separatistas.
Al año de duración del gobierno republicano le sucedió un inestable período de go-
bierno, también con inclusión del reinado de Alfonso XII,230
implicando todo ello que
se restaurase con más solidez la monarquía, de momento, con el reinado de Alfonso
XIII, desde 1886, dando este monarca su beneplácito a la dictadura del general Miguel
Primo de Rivera, desde 1925 hasta 1930. Tras la caída de Primo de Rivera se declaró o
proclamó en Madrid, el 14 de abril de 1931, la Segunda República Española, siguiendo
a ello, por Francesc Macià, desde el balcón de la antigua Generalidad de Cataluña, la
proclamación de la República Catalana, incluida dentro de una federación de pueblos
ibéricos. El escaso apoyo que recibió Macià le hizo declarar la Generalidad de Cataluña,
aprobándose en 1932 un estatuto de autonomía. Francesc Macià muere en 1933.
Tras un siglo de gran inestabilidad política en España, vino la Guerra Civil de entre
los años 1936-1939, instaurándose la dictadura franquista hasta 1975, eliminándose en
España, como bien sabemos, cualquier institución de autogobierno.
Terminada la dictadura de Franco, se inició, como bien podemos recordar, el período
de la transición democrática española. Como dato resaltemos que, en 1978, un 91% del
electorado catalán votaba favorablemente por una Constitución Española que vino desa-
rrollando en nuestro país el modelo autonómico del mismo que ha dado lugar a uno de
los Estados más descentralizados de Europa, y que ha logrado un Estatuto de Autono-
mía Catalán mucho mejor y más generoso que el de la Segunda República.
España es en la actualidad231
uno de los Estados más descentralizados de Europa con
casi veinte parlamentos,232
cuatro lenguas cooficiales y muchas competencias fiscales,
educativas y sanitarias transferidas a las autonomías. Aún así, sobre todo desde 2013 se
vive de nuevo lo que parece ser otro proceso histórico separatista en Cataluña, provo-
cado por élites de poder catalanas. Ofrecemos el relato y nuestros interrogantes con lo
que sigue a continuación.233
229
A finales de 1870.
230
Rey de España entre los años 1874-1885.
231
Hablamos entre los años finales del siglo XX y los que van avanzando, ya varios, del siglo XXI.
232
Concretamente 17.
233
Cf. http://paraindependentistacatalan.blogspot.com/ (martes, 19 de diciembre de 2017). Lo hago mío,
con permiso.
~ 88 ~
Además de a los lectores del mencionado relato que proseguimos, vamos a dirigirnos
ahora también a los independentistas catalanes, recurriendo incluso a un lenguaje colo-
quial, como de conversación y de calle.234
En vuestros foros a rebosar de independentismo e independentistas venís repitiendo
hasta la saciedad las mismas proclamas y argumentos al unísono, casi con las mismas
palabras, como si las llevaseis aprendidas de un manual. El som una nació, el Espanya
ens roba, el derecho a decidir de los pueblos… y todos explicando los mismos soufflés
históricos y los mismos artículos de CatDem (catalanismo democrático) sobre el robo
de España y la viabilidad de la independencia.235
Fue entonces cuando me puse a leer todo lo que pude sobre el tema. Me habéis hecho
saber más de balanzas fiscales, cálculos territoriales, gestión de gastos e impuestos entre
las Comunidades Autónomas e Historia de Cataluña y España que a día de hoy puedo
debatir de esto con cualquier experto, algo que os agradezco. Comencé a escribir toda
esa información en los blogs y para mi sorpresa se convirtieron en manual de consulta y
centro de debate sobre el tema.236
Lo increíble de todos esos argumentos defendiendo la independencia, y creo que mu-
chos independentistas me dejaréis de leer en cuanto lo diga, es que sencillamente no
eran ciertos. Son falsos. Porque la información que dabais –o que os daban– estaba tan
tergiversada o directamente era tan falsa, que resultaba difícil de creer que se pudiese
estar engañando así, y te llevaba a leer aún más, seleccionando sólo artículos de univer-
sidades catalanas por si en España nos estuviesen manipulando. Y lo siento, las conclu-
siones de académicos catalanes serios tampoco avalaban ni las interpretaciones histó-
ricas, ni los datos económicos, ni la lectura de la jurisprudencia internacional que da-
bais. No se equivocarían mucho, porque unos años más tarde los mismos que publica-
ban los millones que ganaríais con la independencia reconocieron que no era cierto y la
realidad es que tras haber proclamado la república no se han cumplido ninguna de las
expectativas que esperabais.
No me voy a entretener mucho en datos económicos, históricos o de cualquier clase,
porque sé que el deseo de independencia poco tiene que ver con ellos. He hablado tanto
con tantos de vosotros, amigos, foreros, comentaristas en mis blogs, las extensas con-
versaciones con Josep Hernández de la ANC,237
que hace mucho me di cuenta que los
datos en estos temas sirven de poco. En cuanto a uno se le contra-argumenta con ellos,
te niega, se marcha o apela a los sentimientos y es cierto que sobre los sentimientos de
cada uno poco tenemos que decir los demás. La independencia va de sentimientos…
Bien, de sentimientos… Os voy a hablar de lo que hemos sentido muchos dentro y
fuera de Cataluña con vuestro dichoso procés separatista.
234
Según el documento blogspot citado.
235
Y venga la burra al trigo…
236
En la fecha señalada (según informa el autor del blog) iban ya más de 700.000 visitas.
237
Lunes, 17 de noviembre de 2014: http://debatemesetarioindependentistaanc.blogspot.com/
~ 89 ~
Desde 2012 he ido a Cataluña todos los años en varias ocasiones, aún más de lo que lo
solía hacer. Cataluña me encanta, en especial Barcelona, y además tengo amigos en
L’Escala, Girona.238
Uno de ellos indepe y molt bona gent, gente que quiero mucho. He
visto cómo los balcones de sus terrazas, sus campanarios, rotondas y carreteras comar-
cales que unen esos pueblos pequeñitos tan bonitos se llenaban de esteladas.239
Hasta
las tiendas de campaña en los campings de Tarragona izaban esteladas. He oído a un
niño en un parque de Barcelona decirle a mis hijas que buscaba alguien con quien jugar
en la seva llengua (no exagero), y a chavales discutiendo en el barrio aledaño al Parque
Güell sobre si Cataluña era una nación milenaria o siempre había sido española. Me he
sentado en un buen restaurante en la Costa Brava y sólo me han podido sacar una carta
en catalán, inglés y francés, aunque la mujer nos atendió muy bien. Me he reído consul-
tando si los callos que me ofrecían en un bar de un pequeño pueblo de Lleida240
eran
madrileños, y el camarero siguiendo la broma me dijo que no se metía en política pero
que él a Madrid no iba ni de boda, como Karra Elejalde en Ocho apellidos Vascos. Y no
me he reído tanto cuando unas señores le decían a un amigo en el estanco de otro pueblo
Leridano que no estaban en España, o cuando acabé discutiendo con el dueño de un ho-
tel del Vall d’Aran sobre el tema de la discriminación fiscal incomodando a un amigo
catalanista que venía conmigo. Y fijándome en los detalles, observaba cómo en antiguos
edificios públicos de Barcelona, especialmente en sus antiguas cámaras de comercio e
instituciones marítimas, se ponían brillantes placas con el nombre en catalán, casi ocul-
tando las antiguas inscripciones en piedra donde el nombre aparecía en español, en cas-
tellano. Eso sí, paseando a lo largo del puerto se veía alguna que otras bandera enorme
de España, colgando de los pocos edificios estatales que ya (todavía)241
quedan. Esas
banderas españolas eran el único acto de presencia del Estado en toda Cataluña. Esto es
lo que sentía cualquiera que viniese de fuera, que España había desaparecido de Cata-
luña.
España había desaparecido de Cataluña y a los españoles nos convertisteis en extran-
jeros y ladrones, o cosas peores. Aquel Espanya ens roba, la Espanya subsidiaria, Ca-
talonia is not Spain… ¿os acordáis?… Yo que vengo de la EGB y me he pasado mi
infancia usando baños Roca, desayunando Cola-Cao, almorzando Foskitos, pintando
con lápices Alpino y estudiando con libros Santillana, todo de empresas catalanas, ahora
resulta que era un ladrón y encima extrañamente extranjero.
Ha sido una de las estrategias de propaganda política más sucias y cochambrosas que
nunca he visto, que jamás se ha podido ver antes, y así es como se ha construido, habéis
querido construir, vuestra República, supremacista y por encima de proporcionalmente
igualitaria...
238
Gerona.
239
No digamos después, cuando la proliferación de lazos amarillos de todos los tamaños y hechuras.
240
Lérida.
241
¡Faltaría más!
~ 90 ~
Resulta que aquellos cálculos del año 2012, de los 16.000 millones de euros anuales
con los que os ibais a forrar, quedándoos con los impuestos que nunca volvían a Cata-
luña, eran un timo. Básicamente en esos cálculos no se contaba con lo que el Estado po-
nía para todos los catalanes y se metían los intereses de la deuda contraída. Aquel déficit
fiscal se decía tan insoportable, que ningún estado federal, como Estados Unidos o Ale-
mania, permitirían algo así, porque además ponían limites al déficit fiscal de sus re-
giones.
Todo era una mentira, reconocida incluso por quienes la publicaron. Las regiones de
los Estados federales no sólo no tenían límites de déficit fiscal sino que además sufrían
déficits fiscales mucho mayores que Cataluña. Y cuando en 2015 aquel respetado con-
seller de economía, el Sr. Andreu Mas-Colell, se decidió a hacer los cálculos de una for-
ma decente, el superávit que le quedaba a una Cataluña independiente era de 2.405 mi-
llones de euros. El beneficio de la independencia pasaba de un 5,5% del PIB catalán a
un 1,2%, y esto aún con cálculos más que optimistas. Su segundo, otro de los que ha-
bían elaborado los informes de CatDem, el Sr. Albert Carreras, haciendo cálculos realis-
tas rebajaba aún más el superávit de la independencia a unos raquíticos 428 millones
anuales. Y aún así defendía que con la independencia Cataluña salía ganando. Claro,
que la separación sería de buen rollo y no habría boicots y además la UE (Unión
Europea) no sería tan antidemocrática como para echar a siete millones de catalanes.
La verdad es que ni siquiera era necesario que los españoles de fuera de Cataluña hi-
ciésemos ninguna clase de boicot, ni que la UE echase a Cataluña. Sólo con que Ca-
taluña se gastase en su ejército el 1% de su PIB que como mínimo gastan todos los paí-
ses para estar en la OTAN, ya había un déficit de 1.500 millones de euros anuales sobre
los cálculos de Albert Carreras.
Muchos de vosotros aún no os habéis enterado de nada de esto y seguís soñando con
lo rica que sería vuestra Cataluña independiente. Tampoco os han contado que como no
tenían un duro, para hacer ese ejército que tan necesario veían para defenderse de Es-
paña os querían poner a hacer la mili de nuevo ¿Quien lo hubiese imaginado, verdad?
Perdiendo libertades en vuestra nueva República Catalana.
Ya sé que todo esto es difícil de creer y más si gente tan lista como el economista de
las chaquetas de colores, Xavier Sala i Martí, y sus profesores del Collectiu Wilson, aún
siguen dando la matraca con lo interesante que sería la independencia.
Pero os aseguro que todos sabían el tema. Los del Collectiu Wilson usaban los mis-
mos datos de la Generalitat, aun a sabiendas de que el cálculo estaba sesgado, además
de no ajustarse a la situación de deuda actual de Cataluña, de bono basura.242
La inde-
pendencia ahora se hacía inviable porque Cataluña no se podía financiar y todos los eco-
nomistas sensatos que trabajaban para la Generalitat, como Josep Oliver o el mismo
Mas-Colell, lo habían advertido. La secesión sólo se podía pensar a medio o largo plazo
y pactada con España.
El mismo que creó el slogan del Espanya ens Roba, Alfons López Tena, exdiputado
de CIU (Convergencia y Unión), reconocía en vísperas del 1-O (2017) que todo era un
242
En finanzas, un bono de alto rendimiento o bono basura es un título de renta fija que tiene un alto ries-
go de impago y que en contraprestación tiene que pagar un tipo de interés más alto.
~ 91 ~
engaño, un farol para conseguir más concesiones del gobierno. Él no esperaba una DUI
(declaración unilateral de independencia), porque sabía que la independencia no era
posible. Explicaba que todo se hacía porque a los de Convergencia y ERC (Izquierda
Republicana de Cataluña) les resultaba rentable electoralmente. Cuando le preguntaban
por cómo explicarían a la gente que todo era una ilusión, textualmente respondió: “Le
dirán „estamos con vosotros, aspiramos a la independencia pero no nos dejan‟. Así que
votadnos, apoyadnos a quienes nos partimos la cara por vosotros, porque cuantos más
votos tengamos más fuertes seremos”.
Ha sido todo un engaño. De hecho los que estabais metidos en esto, dentro de la ANC
o de Omnium Cultural, lo sabíais. Sabíais que estaba todo planeado, que ibais a tratar de
provocar una reacción violenta del Estado para conseguir apoyo internacional, y los que
os hemos seguido lo sabíamos también. Habíamos visualizado los videos de la ANC
donde lo explicabais a vuestro modo y manera.
Lo que han hecho los que han dirigido todo esto con vosotros, con la gente de buena
fe que pusisteis vuestra ilusión en este sueño, ha sido detestable. Quienes lo hemos se-
guido no dábamos crédito a que esto pudiese estar pasando.
Todavía no puedo explicarme cómo se ha podido llegar tan lejos. Supongo que por
dinero unos, por poder otros, porque se acabó yendo de las manos, y sobre todo por des-
precio, sí, por algo tan vil.
Ah, sí, ya sé, los independentistas no despreciáis ni odiáis a los españoles. Primero
porque decir esto queda muy feo y no es bueno para la propaganda democrática y pa-
cifista que han querido o pretenden vender. Y segundo porque la mayoría de vosotros
sois gente normal, que tenéis a vuestros abuelos y a media familia repartida por toda Es-
paña. Pero decidme: Cuando nos acusáis a todos los españoles de robaros, de ser unos
vagos, unos rentistas, unos subsidiarios... Cuando decís que lleváis 300 años (tres si-
glos) oprimidos por España, extendéis en el Camp Nou las enormes pancartas con el
lema “Catalonia is not Spain” y pitáis al himno nacional. Cuando habéis unido a pue-
blos tan dispares como valencianos, andaluces, vascos, castellanos o gallegos bajo el
término españoles, haciendo de todos nosotros un enemigo extranjero, incluso cuando
compartís el mismo idioma con algunos de ellos… ¿qué es esto?, ¿cómo lo llamáis?,
¿no es odio?
Cualquiera que quiera verlo, encontrará cientos de videos en Youtube mostrando es-
tudiantes independentistas aporreando la puerta de un aula de alguna universidad cata-
lana hasta hacer llorar a la gente, o activando la alarma para boicotear las clases que
decidieron no seguir la huelga de país. O los videos de niños catalanes que escenifican
obras teatrales en las que España los conquista, o pintando banderas independentistas o
hablando sobre su opinión de la independencia. O radicales quemando banderas y ha-
ciendo escraches a las sedes de partidos políticos constitucionalistas. O reventando un
tenderete que vendía artículos de la selección (española de fútbol) y pegando a las ten-
deras, o aquel señor que llevaba a hombros a su niña y le pegaron por llevar una bande-
ra española.
Este tema ha estropeado una sociedad que para muchos en toda España nos era ejem-
plo de vanguardismo y europeísmo. Tengo amigos que ya no hablan de este tema en ca-
sa o en el trabajo por o para evitar problemas. Yo mismo he sentido poner en peligro
~ 92 ~
por este tema antiguas relaciones de amistad muy queridas. Me comentaba un amigo de
Madrid, que lleva viviendo en un pequeño pueblo de Gerona desde hace una década,
casado con una catalana y con dos niños, que ya no aguanta más, se marcha. Ni siquiera
puede hablar con los padres del colegio, ni ir a cenas con ellos porque el monotema del
encarcelamiento de los Jordis lo ocupa todo.
No pienso que seáis culpables de ello, más bien diría que sois sus víctimas. Es sor-
prendente la velocidad con que su sistema de propaganda produce nuevos mensajes
manteniendo la ilusión y echando la culpa a España de todo. Su simpleza, la populari-
dad con que se expanden, la forma de construir un enemigo y como se niega lo evidente
son propios de un sistema de propaganda goebbeliano.
Si no fuese por el daño que se ha hecho, todo esto sería motivo de risa. La Cataluña
independiente pasaba de ser un nuevo Estado europeo a ser, tras la negativa de la UE,
un rico Estado a la Suiza dentro del espacio Schengen.243
El nuevo Estado Catalán podía
ser desde un Estado súper-liberalizado al modo USA como otro social-progresista al
modo sueco. Para todos había o cabe una república al gusto, a placer de todos, a la en-
soñación general. Y si se tenía que justificar el derecho de autodeterminación en base a
jurisprudencia internacional, pues Cataluña era una colonia española. ¡Y a quedarse tan
frescos y frescas!
Este sistema de propaganda, además de detestable, ha costado una fortuna. Se han pa-
gado sueldazos a académicos y suculentas subvenciones a centros culturales catalanes
para promocionar la idea de la España opresora. Muchos historiadores catalanes han
instigado el relato incluso dedicando un simposio histórico con el título “España contra
Cataluña”. Para los fastos conmemorativos de la caída de Barcelona en 1714,244
se
abrió el Mercat del Born.245
Todo fue un parque temático de 84 millones de euros que se
destinaron al enaltecimiento de las falacias de esa visión opresora de España que –según
los independentistas– tuvo lugar a raíz de la Guerra de Sucesión Española. Yo mismo lo
visité y acabé increpando a un funcionario por mentir al explicar que los ejércitos de
Felipe V llevaban la bandera de Castilla cuando la realidad es que llevaban la flor de Lis
de los Borbones. Se largó y no le volví a ver. La desfachatez llegó a tal punto que Artur
Mas felicitaba la Navidad en 2013 con un christma rememorando el asedio a Barcelona
de 1705, cambiando las banderas holandesas de los barcos de la pintura original por
banderas españolas.
Es que todo es una mentira. Felipe V no prohibió el catalán, obligó a escribir en caste-
llano en las instituciones de la monarquía donde antes se escribía en latín, lenguaje que
sólo entendían los cultivados al respecto. El mártir Casanova no fue tal, pues murió de
viejo, en 1743, perdonado por el rey, y además luchó “por la libertad de toda España”.
Y Cataluña nunca fue una colonia española, más bien los industriales catalanes se opu-
243
Del Acuerdo de Schengen (una ciudad del sureste de Luxemburgo), que se firmó en 1985 y entró en
vigor en 1995.
244
Cuando Felipe V lo aboliera todo, como ya antes vimos o tratábamos.
245
Mercado del Borne, en la zona de Barcelona que se conoció como La Ribera durante la Edad Media.
~ 93 ~
sieron cuanto pudieron para evitar que se concediese la más mínima autonomía política
a las colonias.
Sí, ya sé que Cataluña tenía sus constituciones y fueros medievales, como los tuvieron
todos los territorios españoles por todas partes y en los diversos reinos. Esos viejos pri-
vilegios no justifican una nación, primero porque en ningún caso los Habsburgo juraron
las constituciones de sus reinos, considerando que su poder y autoridad estaban por en-
cima de ellas. Y en segundo lugar porque en la Europa medieval existían territorios que
sí eran verdaderamente independientes del poder del rey, territorios y ciudades-estado
como Génova, Venecia o Marsella, lugares que en la actualidad están incorporados a los
modernos Estados-Nación del siglo XX y lo que llevamos del XXI.
Y si la lengua y los aspectos identitarios culturales de una región son motivo para ser
una nación, el Ethnologue246
nos informa de la existencia de unas 6.909 lenguas por to-
do el mundo, siendo 194 países los que existen en nuestro planeta, de los que España es
buen ejemplo.
Todo el argumentario nacionalista catalán, desde el expolio hasta los argumentos his-
tóricos y legales se reducen a una mera patraña.
No se ha dejado de instigar en todos estos años sobre la idea de una España opresora,
pero en España no tenemos ningún problema de libertades, y menos aún con Cataluña.
La gente pensamos lo que nos da la gana y hacemos lo que nos da la gana. Criticamos a
los gobiernos lo que nos apetece sin que haya ningún tipo de censura e incluso nos per-
mitimos el lujo de hacer escraches a los políticos hasta impedirles entrar en los parla-
mentos o asediarles en su propia casa. En España están permitidos los partidos indepen-
dentistas, cuando en un buen número de países de la UE los tienen prohibidos o se pro-
híbe cualquier asociación que atente contra la respectiva Constitución. En Cataluña se
permite enseñar íntegramente en catalán y para acceder a puestos públicos se exige el
idioma, algo excepcional en todo el mundo. De hecho, el problema de la política cata-
lana, más que la falta de libertades, ha sido el hacer lo que le ha venido en gana a pesar
de las leyes y resoluciones judiciales, desacatando cuantas no les han convenido. El pro-
blema de Cataluña es que algunos fueron adquiriendo o han adquirido tanto poder que
ya se creen peculiarmente independientes del resto de España.
Sí, ya sé, el Estatut, una gran ofensa de España al pueblo catalán. Un Estatuto de au-
tonomía que sólo se molestó en votar a favor el 35% de la población catalana, y que
además se dejó casi intacto. El TC (Tribunal Constitucional) sólo matizó que el término
nación del preámbulo tenía un significado simbólico y derogó los artículos que trans-
ferían competencias reservadas al Estado o que le obligaban a hacer un número deter-
minado de inversiones en Cataluña.
Cierto es que el PP (Partido Popular) impugnó en el estatuto catalán artículos que ha-
bían votado en otros como el andaluz, pero en ninguno de ellos se hacía una usurpación
de competencias estatales como lo hacía el catalán.
La derogación de algunos artículos del Estatut sólo ha sido la excusa de los nacio-
nalistas para enfrentar a la sociedad catalana contra el resto España, cuando la realidad
246
Una publicación sobre las lenguas del mundo, de organización cristiana evangélica, en pro de las tra-
ducciones bíblicas.
~ 94 ~
es que la mayoría de catalanes ni siquiera saben lo que se ha derogado o cuál era el pro-
blema.
La que llamaron revolución de las sonrisas no ha sido espontánea. Se provocó inten-
cionadamente por el gobierno catalán a base de una propaganda llena de mentiras y de
odio, una propaganda silenciadora de la mitad de los catalanes, una propaganda incenti-
vada por TV3. Y esta estrategia ha costado millones de euros.
Respetando los presupuestos de la Generalitat, sólo hasta 2014, en la promoción de la
consulta del 9N el gobierno catalán ya gastó unos 500 millones de euros. Se cuenta una
partida para consultas populares de más de 5 millones. Otros 65 millones de euros se
gastaron en subvenciones a las entidades del “Pacto por el derecho a decidir”, entre las
que se cuentan agentes sociales y patronales catalanistas, y por supuesto asociaciones
independentistas. Entre 2011 y 2014, sólo Omnium Cultural se llevó 3,2 millones de eu-
ros. Habría que añadir todas las dotaciones presupuestarias a instituciones públicas so-
beranistas. Y por supuesto a las asociaciones de CIU, como CatDem,247
que además de
subvenciones legales, entre las que están las estatales, funcionaron como tapadera de di-
nero negro de la trama del 3%, recibiendo varios millones dedicados a la promoción y
defensa de la viabilidad de la independencia.
Si hubiese existido en todo esto el más mínimo sentido democrático, de manera de-
cente y honesta, el procés habría acabado con la consulta del 9N de 2014.
Muchos abogábamos por permitir aquella consulta legal en Cataluña para que desblo-
quease la situación. Todos sabíamos que, en una consulta abierta con la opción de un
Estado más federal, la independencia no obtendría más de un 35% de los votos. No era
necesario que fuese vinculante, sólo transferir eventualmente la competencia de con-
sultas ciudadanas a la Generalitat. Esta petición se llevó al congreso, y fue Alfredo Pé-
rez Rubalcaba quién abogó por una consulta de este tipo en toda España, con esa opción
federal. Pero los independentistas de CIU y ERC se negaron, no quisieron que el resto
de españoles participasen. Y tampoco el PP la vio con buenos ojos, sabiendo que la
gente se vengaría de ellos en una consulta de este tipo debido a los recortes económicos
efectuados.
Cierto que la consulta del 9N se hizo ilegalmente, pero nadie, ni el gobierno ni los
cuerpos de seguridad del Estado, ni nada por ninguna parte trató de evitarla. Se dejó que
los catalanes votasen alegremente y los resultados se retransmitieron incluso por TVE
con toda la pompa de un proceso electoral. Media España estuvo pendiente de ellos.
Aún con aquella chapuza, en la que incluso uno de los miembros de junta electoral de
la “consulta”, Joaquim Brugué, de ICV (ecologista Iniciativa por Cataluña Verdes),
acabó dimitiendo, porque aquello tenía total falta de garantías y neutralidad, diciendo
que “si un observador internacional lo viera, creería que Cataluña es Guinea”. El in-
dependentismo no logró acumular a favor del SÍ más del 37% del censo habitual de
votantes en Cataluña. Y aún peor, llamando a votar a catalanes en el extranjero y a me-
nores de entre 16 y 18 años, un censo de unos 6.300.000 votantes, los votos al SÍ no
247
Entre 2010 y 2014 recibió 4,3 millones de euros en subvenciones.
~ 95 ~
lograron más de un 29,5% de todo este censo. La mayoría de catalanes no quisieron par-
ticipar en lo que consideraron un butiferrendum.
Pero no os quedasteis contentos. Todavía se tuvieron que convocar para 2015 nuevas
elecciones autonómicas, ahora en clave plebiscitaria, según Artur Mas la “consulta de-
finitiva”, en las que si ganaba el SÍ a las opciones independentistas se produciría la se-
cesión en el plazo máximo de 18 meses. Y volvisteis a perder el plebiscito. Los partidos
independentistas, Junts pel Si (CIU+ERC) y las CUP (Candidatura de Unidad Popular,
un partido enteramente híbrido) ganaron la mayoría absoluta en escaños, 72, pero la per-
dieron en votos, sólo acumulando el 47,7% de ellos. No es que lo diga yo, es que lo dijo
el mismo candidato de la CUP, Antonio Baños: “No hemos ganado el plebiscito, luego
no hay DUI”. Pues ni con éstas cejó la cosa.
Se perdió el plebiscito y ahora por narices se tenía que hacer un referéndum vincu-
lante, dijesen lo que dijesen el Estado, los catalanes y el resto de españoles. La insen-
satez y simpleza con la que el gobierno catalán ha obligado a negociar bilateralmente el
referéndum con el gobierno español responde a tal majadería que sólo se explica por la
intención de hacer explotar a la gente. Sabían de sobra que esto no lo puede hacer un
ejecutivo en el gobierno, y que para que se pueda hacer sería necesaria la aprobación de
dos tercios de ambas cámaras, dos legislaturas y dos referéndums en los que votasen to-
dos los españoles para permitirlo.
¿Por qué se ha continuado con esto, avanzando hacia nuestros días? Porque la crisis248
ha dado al independentismo catalán una oportunidad histórica, y el que es independista
de verdad no parará nunca hasta conseguirlo si puede. Así ocurrió tras las dos votacio-
nes secesionistas de Quebec, que la acabaron arruinando, y ha ocurrido tras el referén-
dum de Escocia. A pesar de los resultados, los independentistas siguen luchando por la
causa y el desafío sólo termina cuando la gente los deja de votar.
A los que han llevado todo este procés les importa un pito la democracia y les impor-
tan un pito quienes les votan o les hacen caso. De hecho les importaría un pito arruinar
Cataluña por mantener el desafío, porque si no lo hacen no les votaría nadie, estarían
perdidos y desaparecían. Es una cuestión de supervivencia. Viven del cuento.
Si los costes para el erario público se les quedaron cortos hasta la consulta del 9N,
desde 2016 el proceso independentista ha costado después alrededor de 800 millones de
euros anuales que se han ido a las estructuras de Estado para la futura República, estruc-
turas como el CESICAT,249
el CTTI250
y otros tantos, yéndose millones en cantidad a
entidades para la externalización del procés como el Diplocat,251
y a los supersueldos de
todos los consellers, presidencia y consejeros que implican el 40% de todo este gasto.
248
La crisis económica y de recesión mundial desatada en 2008.
249
Centro de Seguridad de la Información de Cataluña, que aprobó la Generalitat catalana en fecha 17 de
marzo de 2009.
250
Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información.
251
Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña, creado en noviembre de 2012.
~ 96 ~
Habría que sumar el coste de TV3 y Catalunya radio, que sólo en 2017 ha recibido 311
millones para continuar manteniendo el monotema del procés, más subvenciones y pa-
gos opacos a entidades soberanistas de difícil cuantificación y perfilamiento.
¿Podemos imaginarnos lo que se podría haber hecho con todo ese dinero a favor de la
sociedad catalana, invirtiendo en cosas que fueran realmente necesarias y beneficiosas
para la gente?
Incluso la izquierda radical de las CUP ha permitido sacrificar a la gente por la inde-
pendencia. Dijeron que los presupuestos aprobados en 2017 eran antisociales, pero que
no podían hacer otra cosa si se quería lo más prioritario, romper con el Estado español.
Lo que no dijeron es que habían permitido que las rentas bajas de Cataluña sean –como
así es– las que más impuestos pagan de toda España, también en IRPF. Así mismo, Ca-
taluña es la comunidad que tiene más impuestos propios, catorce tributos; y los Im-
puestos de Actos Jurídicos Documentados y de Transmisiones Patrimoniales son igual-
mente los más altos de España, liderando el proceso de desahucios. También Cataluña
ha liderado los recortes en Sanidad, Educación y Servicios Sociales, un 26,23% de su
PIB, con respecto al 14,53% de la media española, siendo tradicionalmente de las que
menos porcentaje de su presupuesto destinaba a estas partidas. Y en esos presupuestos
nadie se ha preocupado por reducir o eliminar las autopistas de pago o mejorar las in-
fraestructuras gestionadas por la Generalitat de las que los catalanes tanto se quejan.
Y mientras se echaba la culpa a España, el procés absorbía buena parte de sus re-
cursos, los de todos los españoles. Desde 2012 Cataluña ha recibido 63.000 millones de
euros del FLA,252
succionando el 30% de estos recursos de financiación barata que el
Estado proporcionaba a todas las comunidades autónomas. Y la deuda de Cataluña con
el Estado no ha dejado de aumentar, registrando aún en 2017 un nuevo récord de 52.499
millones de euros. La deuda catalana es, por sí sola, más de la cuarta parte de los
286.000 millones del total de la deuda acumulada por todas las comunidades autóno-
mas. Claro que, como Cataluña paga muchos impuestos, pues que se fastidien los espa-
ñoles. Y como encima los catalanes os ibais a ir, la deuda también se la iban a comer
ellos, los españoles.
Dicen los poderes independentistas que lo han intentado todo por negociar un refe-
réndum legal. No es verdad. Ni cuando presentaron la consulta en el congreso quisieron
negociar nada, ni opciones federales ni votación que involucrase a todos los españoles,
ni volvieron a intentarlo después. Mariano Rajoy no dejó de explicar que él no podía
negociar bilateralmente una cosa así, realmente porque no se puede; además, Rajoy no
dejó de invitar a los independentistas a que acudieran al congreso, o a que negociaran
mejoras de financiación. No quisieron. Incluso unos meses antes del 1-O de 1217 la vi-
252
El Fondo de Liquidez Autonómico, una línea de crédito creada por el gobierno español en julio de
2012 en el contexto de la crisis económica. Está concebida para que el Estado preste dinero a las co-
munidades autónomas y que éstas no tengan que financiar su deuda en los mercados. El FLA está dirigido
por el ICO (Instituto de Crédito Oficial, competencia del Ministerio de Economía, Industria y Competiti-
vidad). Hay un requisito común e indispensable, que obliga a las comunidades que recurren al Fondo a
destinar el dinero a pagar la deuda con los bancos o entidades financieras principalmente. Hasta 2017,
entre el FLA y otros fondos, el Estado ha dado ayudas económicas a las comunidades autónomas y a las
administraciones locales por valor de 251.000 millones de euros.
~ 97 ~
cepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría invitó a Puigdemont a debatir y dialogar su
propuesta de referéndum en las Cortes Generales. Todavía –al parecer para siempre– se
les espera.
No lo han hecho porque debatir hubiese implicado sacar a relucir a la opinión pública
todas las mentiras con las que la propaganda de la Generalitat ha engañado a tantos ca-
talanes y el dinero que se han gastado en ello.
Nunca se quiso negociar. De hecho, tras el plebiscito se eliminó a un president que
pensaron podría hacerlo, desconfiando de que llegase hasta el final, para meter a un fa-
nático, Carles Puigdemont, que no se había votado y que, según sus memorias, para vo-
lar de Barcelona a Madrid, en vez de usar el puente aéreo prefería pasar por Bruselas
para desde allí poder enseñar su pasaporte, o hacía el checking en los hoteles a altas ho-
ras de la noche para inscribirse como procedente de un país llamado Cataluña.
Desde 2015 se ha ido preparando todo para declarar la independencia sí o sí. Ni tan
siquiera hacía falta ya hacer un referéndum. Como explicaba Oriol Junqueras y tantos
otros, si el referéndum se prohibía, se declaraba la DUI sin más. El hecho de hacer el re-
feréndum, como explicaba Quim Arrufat, secretario de la CUP, era “como mínimo para
hacer entrar en contradicción antidemocrática al Estado español y que tenga que recu-
rrir a algún tipo de fuerza legal o incluso de fuerza bruta”. Pensaron que era ésta la
única forma de obtener apoyo internacional, sabiendo que el gobierno español no iba a
negociar una secesión declarada unilateralmente.
Se han desacatado resoluciones judiciales, hecho leyes que se saltaban por los aires la
Constitución y el Estatut y se ha faltado el respeto a todos los principios democráticos,
revistiendo todo el proceso de una legalidad imaginaria hasta obligar al Estado a actuar,
para finalmente acusarle de opresor, alimentando el victimismo. Una estrategia que se
sabe ha estado detrás de la aprobación de un buen número de leyes sabiendo que serían
anuladas por el TC.
La Generalitat ha usado todo su poder para implicar a las instituciones catalanas y a
todos sus funcionarios en su estrategia de desacato al Estado español. Se han negado a
facilitar datos de gastos, han robado sus datos censales, han usado a los mossos253
para
espiar a miembros de los partidos de la oposición e incluso a los compañeros sospe-
chosos de no comulgar con el independentismo. Se ha usado al profesorado para invo-
lucrar a padres y alumnos en el procés, se han realizado listados de intelectuales y per-
sonalidades catalanas no afines a la causa y se han deshecho o relegado de cargos públi-
cos por su lealtad al Estado, como el ex-director de los mossos Albert Batlle.
Y el mundo independentista no ha dejado en todos estos años de sabotear actos de la
oposición, de hacer escraches en sus sedes y de señalarles a ellos y a sus familias. Tal ha
sido la impunidad con que se ha funcionado, que una vez iniciadas las investigaciones
judiciales contra la preparación del referéndum el 20 de septiembre, los Jordis y la gente
de Arran llamaron a miles de independentistas a bloquear literalmente las entradas y
salidas de policías de las entidades que estaban investigando bajo orden judicial.
253
Policía autonómica.
~ 98 ~
En la sede de Unipost254
se necesitó una unidad de intermediación para que unos 200
manifestantes permitiesen salir a la comitiva judicial que registraba la empresa. En la
sede de la CUP de Barcelona se concentraron 2.000 manifestantes que impidieron el
paso a la policía obligándoles a hacer tiros al aire para evitar un ataque a un furgón
policial. En la Conselleria de Economía 40.000 manifestantes convocados por los Jordis
pincharon y destruyeron vehículos policiales, impidieron la salida de los detenidos pri-
mero y la comitiva judicial no pudo salir de allí hasta las 4 de la madrugada. Jordi Sán-
chez, de la ANC, gritaba “que nadie se vaya a casa, será una noche larga e intensa”, y
Jordi Cuixart, de Omniúm, aún pedía de madrugada que la movilización no se detuviera
haciendo de interlocutor con la guardia civil. Otros cientos de manifestantes habían im-
pedido desde primera hora de la mañana en Vía Layetana la salida de un número de fur-
gones de las fuerzas de seguridad del Estado preparados para otras operaciones judicia-
les ordenadas bajo la misma causa.255
Y ya seguirá esta historia…,256
de la que hará falta que se sepa toda la verdad. ¿No es
para eso para lo que está la Historia? ¿O no está para la verdad sino para crear y sus-
tentar mitos? Si en vez de inventaros la historia la hubieseis estudiado de verdad, os po-
dríais haber hecho una idea de lo que iba a ocurrir o podría pasar. Las instituciones ca-
talanas han tenido la manía, a lo largo de toda su historia, desde los tiempos de su
pertenencia a la Corona de Aragón, de echar la culpa de todos los males al Estado,
mientras no hacían otra cosa que succionar con impuestos a su población, generando
guerras, ruinas, desafueros y desaciertos…, arrastrándolos también al resto de España…
En fin y a pesar de todo, riámonos y cantemos el “Que viva España” de Manolo Es-
cobar…, pues mientras vosotros, amigos independentistas, retirabais las bandera espa-
ñolas de vuestros ayuntamientos, toda España por doquier se cubría de ellas. Y mientras
vosotros decías que sois el pueblo de Cataluña, el pueblo de Cataluña que no se iden-
tifica con vosotros y os sufre salía a la calle envuelto en banderas rojas-gualdas enar-
bolando la españolidad con la catalanidad que siempre tuvieron.
254
Con sede en Barcelona, Unipost, operador postal privado español, aceptó el encargo de la Generalidad
de Cataluña para distribuir material censal y necesario para la realización del ilegal referéndum de Inde-
pendencia de Cataluña en 2017. En tanto que tal referéndum había sido suspendido por el Tribunal
Constitucional, la empresa se ha enfrentado a acusaciones sociales y judiciales como “colaborador ne-
cesario de un delito de malversación de caudales públicos”.
255
Cuando se oye hablar de presos políticos y se lanzan las proclamas por la liberación de los Jordis, no
puede calificarse este asunto sino de esperpéntico, vergonzoso…
256
Cuando el independentismo estaba por los suelos, el ejecutivo de Rajoy no pudo ser más estúpido. Ya
no sólo eran las imágenes de gente despidiendo a policías y guardia civiles con las proclamas de “a por
ellos” (siempre cabe pensar al menos que se referirían a los independentistas y no a los catalanes), sino
que al Ministerio de Interior no se le ocurrió elegir a otro para dirigir a los mossos y a las fuerzas de
seguridad (en la operación contra el 1-O) que a Diego Pérez de los Cobos, hijo de un miembro de Fuerza
Nueva (extrema derecha franquista) y hermano menor de Francisco Pérez de los Cobos, el expresidente
del TC que derogó el Estatut. Parecían hacerlo aposta. ¡Qué torpes! Cayeron en la trampa. Al final, el
independentismo logró las imágenes que deseaba y buscaba, con las que tantas veces habían soñado para
internacionalizar su procés.
~ 99 ~
Los valientes no habéis sido vosotros, que os habéis alzado cubiertos por unas institu-
ciones corruptas al poder de Cataluña. Los valientes han sido gente como los chicos del
balcón del barrio de Sarriá-Sant Gervasi, que con la única ayuda de un megáfono y de-
cenas de independentistas tratando de callarlos golpeando cacerolas, han hecho oír su
voz por encima del pensamiento único independentista y del circo (en su sentido más
peyorativo) que os habéis montado. O esos chavales que todos los años siguen pidiendo
la retransmisión de un partido de la selección al Ayuntamiento de Barcelona. O el ins-
pector de educación Jordi Cantallops, que se atrevió a denunciar el adoctrinamiento de
los niños en las escuelas y acabó despedido. O artistas como Loquillo y Albert Boade-
lla, que por criticar el nacionalismo exacerbado identitario han sufrido tal persecución
que les han obligado a dejar de actuar en Cataluña.
Los héroes de todo esto no son los Jordis ni los presidentes y consellers que se han
forrado con el soberanismo. Los héroes son otros, como y se tiene en cuenta y como se
podrá ir viendo…
Un último apunte o alusión podemos señalar, referente al posicionamiento pastoral,
eclesiástico, en torno al procés, ante el cual ciertamente anda dividido y ambiguo el cle-
ro, obispos, sacerdotes y religiosos, destacando que no toda la Iglesia en Cataluña anda
rendida o militando en el soberanismo independentista. Hay, eso sí, prudencia, discerni-
miento, cautela, profecía…
~ 100 ~
EPÍLOGO III
PEDRO III DE ARAGÓN Y SU EXPANSIÓN POR EL MEDITERRÁNEO
(Por Enrique F. Sicilia Cardona)257
Las primeras representaciones de la comedia amorosa Mucho ruido y pocas nueces, de
William Shakespeare, tuvieron lugar a principios del siglo XVII. La acción se sitúa en la
ciudad siciliana de Mesina, siendo uno de sus protagonistas un personaje principesco
llamado Don Pedro. En realidad, el autor inglés hacía una reverencia histórica a uno de
los reyes europeos más elogiados hasta ese momento, un hombre que había vivido más
de trescientos años antes. Ese noble y principesco señor no fue otro que el rey Pedro III
de Aragón.
El rey Pedro III de Aragón, de sobrenombre el Grande, durante los nueve años de su
reinado, ante la imposibilidad de ampliar sus dominios en la Península Ibérica, pudo
expandir la Corona de Aragón por el Mediterráneo.
Pedro III de Aragón cuando llegó a Trapani, en Sicilia
257
Cf. Revista Historia y Vida, nº 531, en fecha 15 de julio de 2017.
~ 101 ~
Es cierto que las circunstancias de su ascendencia familiar contribuyeron a encum-
brarle. Su padre fue Jaime I el Conquistador (muerto en 1276), bajo cuyo reinado au-
mentó la Corona aragonesa con nuevos territorios. Sucesivamente había reconquistado a
los musulmanes Mallorca y Valencia, reportándole ambas mucho botín. Su arrojo y
energía de guerrero le llevó por el sur levantino hasta tener que detenerse en Murcia, un
territorio que ya formaba parte de la Corona de Castilla. Por ese flanco, Jaime I no podía
avanzar más en su expansión. Y el afianzarse de Francia le impedía también continuar
por el norte. A su muerte, Jaime I legó a su hijo Pedro un trono con una única dirección
o expansión factible, la de poder incrementarse por el mar Mediterráneo.
La formación de Pedro, educado en el manejo de las armas y en el cultivo de las letras
y las artes, se demostró extraordinariamente conveniente y útil, tanto en el orden de sus
campañas militares como en el de sus tareas políticas.
El infante Pedro había nacido en Valencia en 1240, siendo primer hijo varón del ma-
trimonio entre Jaime I y su segunda esposa la reina Violante de Hungría. No era pro-
piamente el primogénito, y sólo la muerte sin descendencia de su hermanastro Alfonso
en 1260 allanó su camino a la sucesión. Su formación juvenil, impartida en especial por
algunos escogidos nobles, que lo educaron en el manejo de las armas y las letras, fue de
gran provecho. Pedro III, acorde con su formación, fue capaz de arrojo ante el peligro,
resistencia a los contratiempos, juicio rápido y destreza en asuntos de diplomacia. Su
posterior boda con Constanza de Sicilia en 1262, que se preparó con mimo durante dos
años, supuso el acercamiento de la dinastía aragonesa a los Hohenstaufen. A esta línea
alemana habían pertenecido varios soberanos del Sacro Imperio Romano Germánico,
primera espada de la Cristiandad.
Pedro III fue coronado rey en Zaragoza, cuando tenía 36 años de edad. Se aseguraba
los territorios de Aragón, Cataluña y Valencia, como bien podemos recordar. También,
por testamento paterno, su hermano menor, Jaime II, se quedaba con el reino de Ma-
llorca, junto con algunos condados pirenaicos y otras plazas en la Occitania francesa.
Esa división testamentaria nunca fue del agrado de Pedro.
Pedro III era un monarca experto en los asuntos de Estado y en los temas de guerra,
diestro en estrategias militares. Con 17 años de edad había sido nombrado Procurador
General de Cataluña por su padre el rey Jaime I, siendo aquel un cargo de sólo un es-
calón por debajo del monarca. Su desempeño en aquella tarea y su exitosa participación
en los campos de batalla le otorgaron un gran prestigio entre sus contemporáneos. Se
refirieron a Pedro calificándolo de un “segundo Alejandro por caballería y por conquis-
ta”, o como aquel que “verdaderamente es hombre con cumplimiento de todas las gra-
cias”.
Alto en estatura para lo que era normal en su época y animosamente resuelto, el rey
Pedro encarnaba con creces los ideales caballerescos de honor, justicia y heroicidad.
Siendo mujeriego, tuvo varias amantes, a las que cautivó por su refinada cultura trova-
doresca.258
Fue a la vez querido y temido por cercanos y no tan cercanos. Pedro III fue
258
Llegó a componer dos sirventeses, piezas de canciones típicamente trovadorescos de la cultura occita-
na.
~ 102 ~
alguien que reunía muchas de las cualidades necesarias para llevar el timón de un reino
en pleno desarrollo. Se llegó a decir que era “el mejor caballero del mundo”.
Las barreras geopolíticas de sus dominios no eran la única traba a sus aspiraciones
territoriales. Poseedor de una visión propia sobre el modo de reinar y gobernar, más au-
toritaria que la de su progenitor, según las fuentes, también tuvo que enfrentarse a las
luchas de la nobleza que ansiaban acaparar poder y privilegios. Sus objetivos fueron
continuar el entendimiento político que hasta ese momento se había cultivado con Cas-
tilla; atraer a su órbita el trono navarro o hacerse con él, si le era posible; buscar la
unión de todos los reinos de la Corona catalana-aragonesa en su persona; y sobre todo o
con todo ello potenciar su expansión marítima o en ultramar.
Pero para lograr todo eso como metas vitales, debía atender antes, como delicada-
mente o con mucho tacto y acierto, los diversos aspectos de sus territorios en aquellos
momentos. Por un lado, se veía obligado a aliviar las estrecheces de las arcas reales. De
hecho, pese a su fama, se decía que era “uno de los más pobres reyes del mundo, de
tierras y de haber”. Con su padre habían surgido los Fueros de Aragón y de Valencia;
se habían consolidado los Usatges (código feudal de legislación) en todos los condados
catalanes; y se había establecido el río Cinca como frontera entre Cataluña y Aragón,
cuyas Cortes respectivas conferían identidad diferenciada a la Corona. Por otra parte, el
tejido social era muy complejo. Además del clero, la nobleza, el campesinado y los sier-
vos, dicho tejido social estaba formado por colectivos con fuertes intereses de grupo,
como los gremios urbanos y los súbditos de origen judío o musulmán. Esta intrincada
variedad de voluntades podía llegar a dificultar posibles empresas de envergadura en el
exterior.
Sin embargo, a Pedro III le eran favorables algunos factores, por los que mejor podía
optar, como por ejemplo la plenitud demográfica, que le permitía exportar población a
futuros territorios, o como el dinamismo que desde principios de siglo caracterizaba a la
economía, gracias al área comercial y la industria textil. Si Pedro lograba poner todo
ello al servicio de la Corona, la expansión se perfilaba como una prometedora empresa.
En primer lugar hubo de lidiar con los musulmanes rebeldes de Valencia, mudéjares
que ya se habían ido sublevando en tiempos de Jaime I. Pedro III habrá de someterlos
decisivamente en 1277, en el cerco del valenciano castillo de Montesa, cerco que el
mismo Pedro dirigió, prácticamente sin desprenderse en ningún momento de la arma-
dura. Y su alabada figura caballeresca, como vamos señalando, volvería a dar que ha-
blar al enfrentarse con energía a otro problema habitual de aquellos tiempos: la nobleza.
En la revuelta liderada en Cataluña por el conde de Foix y el vizconde de Cardona se
dirimieron asuntos como la confirmación de privilegios y libertades a los nobles por
parte del monarca o la formulación de nuevas demandas reales (por ejemplo, la tasa
del bovatge, un impuesto sobre el ganado). En 1280, en otro cerco victorioso, esta vez
en la villa de Balaguer,259
Pedro III capturó a los líderes rebeldes y reforzó la autoridad
monárquica en los asuntos del reino.
259
Provincia de Lérida.
~ 103 ~
Un año antes, como bien podemos recordar, su díscolo hermano menor, Jaime II de
Mallorca, firmaba en Perpiñán su vasallaje al monarca aragonés, ratificando el control
político y económico de Pedro sobre todo el mapa territorial de Aragón y Cataluña. Es
decir, en apenas cuatro años de reinado Pedro III había logrado atajar los problemas in-
ternos provenientes o todavía vigentes desde la muerte de su padre,260
en gran parte ge-
nerados por testamento paterno, sobre la división-repartición territorial entre los her-
manos. Pedro III se fue afirmando en su poder, aunque no habrían de faltar nuevas difi-
cultades.
Su matrimonio con Constanza, hija de Manfredo I de Sicilia, dio a Pedro motivos para
reclamar el trono de esta isla, arrebatado en 1266 a su suegro por los franceses en la ba-
talla de Benevento con el apoyo de la Santa Sede. Durante varios años, Pedro III engar-
za alianzas defensivas con su hermano Jaime II y con Castilla, y casa a dos de sus hijos
con vástagos de las casas reales de Portugal e Inglaterra. Su estrategia es sencilla a la
par que inteligente: antes de dar el salto a Sicilia, necesita evitarse conflictos en la Pe-
nínsula Ibérica y también aislar a sus futuros y seguros enemigos franceses-pontificios.
Sus deseos de dar el salto a Sicilia se cumplieron gracias a su rival, Carlos de Anjou,
que perdió el trono siciliano por su tiránico y ambicioso despotismo. Los sicilianos aca-
baron ofrecieron el reino al aragonés Pedro III.
En efecto, su gran rival vino a ser Carlos de Anjou, hermano del rey francés Luis IX,
como bien sabemos, vencedor en la batalla de Benevento y coronado rey de Sicilia en
Roma. Tras hacerse también con el sur de la Península de Italia, Carlos planeó incluso
un ataque contra la mismísima Constantinopla bizantina, ambicionando apoderarse de
ella, recuperándola como capital del Imperio Latino de Oriente a restaurar. Sin embar-
go, su gobierno despótico y arrogante, junto con una grave presión fiscal, cimentó un
odio creciente contra él en el pueblo conquistado, que estalló en las denominadas Vís-
peras Sicilianas, como podemos recordar del año 1282. En el fondo –no lo olvidemos–
gravitaba el viejo enfrentamiento europeo por el poder imperial (y pontificio) entre gi-
belinos y güelfos, siendo de estos últimos los francos o franceses.
En la rebelión siciliana, favorecida por el amenazado Imperio Bizantino, acabaron ma-
sacrados, según las fuentes, entre unos 4.000 o unos 8.000 güelfos y franceses, siendo lo
más decisivo que unos meses después se ofreció la Corona de la isla siciliana al rey Pe-
dro III de Aragón, que en esos momentos guerreaba sin mucha oposición en las costas
de Túnez. Ni qué decir tiene que el monarca aragonés tomó posesión de la isla y fue co-
ronado en Palermo el mismo año 1282 de las Vísperas Sicilianas. A sus títulos ante-
riores de rey de Aragón y Valencia y conde de Barcelona unía, por fin, el de rey de
Sicilia.
El beneficio obtenido con esa adquisición era considerable para la casa catalana-ara-
gonesa. Tenía en sus manos algunas de las más importantes líneas de comercio del Me-
diterráneo y ganaba un territorio óptimo como mercado de bienes. Por último, acrecen-
taba su armada con la flota siciliana, al mando de uno de los mejores almirantes que han
surcado jamás las aguas del Mediterráneo o Mare Nostrum: Roger de Lauria (o Llúria).
260
Las sublevaciones de mudéjares y nobles.
~ 104 ~
La revuelta siciliana había triunfado, sin que sólo explique este triunfo el odio popular
hacia Carlos de Anjou. Fue también fundamental el obtuso comportamiento del Papa
Martín IV. Antes y después de las Vísperas Sicilianas, delegados de la isla viajaron has-
ta Roma, en primer lugar para pedir una mejor regulación o rebaja en la fiscalidad; y
posteriormente, ya con la mecha encendida y a punto de explotar, para someter o confiar
la isla siciliana a la protección del Papa. Pero la respuesta del pontífice, mostrando el
más absoluto desprecio, no pudo ser peor. De origen galo, Martín IV debía su cargo al
propio Carlos de Anjou, por lo que estaba plegado por completo a él y a los franceses.
Tras su desembarco, coronación y posterior paseo triunfal hasta Mesina, Pedro plantó
sólidamente sus reales en la isla. Al Papa no le quedó otra salida que excomulgar al mo-
narca aragonés y, sobre todo, financiar las posibles incursiones de Carlos para recuperar
Sicilia. La pinza antiaragonesa no ofreció los resultados esperados, y durante tres años
los franceses sólo cosecharon derrota tras derrota en el mar, principal escenario de la
lucha, frente a la flota siciliana y catalana comandada por Lauria.
Sin sus flotas de galeras, la Corona catalana-aragonesa no habría retenido Sicilia ni
habría podido continuar después su dominio en el Mediterráneo. La superioridad de sus
tácticas, tropa (con sus ballesteros y los temidos almogávares), moral y red de espías fue
absoluta. Ejemplos de su letal eficiencia los encontramos en las batallas de Malta o del
golfo de Nápoles. Esta afirmación naval de la causa aragonesa venía precedida de una
importante medida de Pedro III, la construcción de las Atarazanas Reales de Barcelona,
pero el toque final o guinda fue de Lauria.
Con su frente siciliano en liza, a Pedro le surgieron otras dos dificultades de índole
mayor. La primera era la necesidad de conseguir dinero suficiente para sufragar los altos
costes de su aventura siciliana. Y sólo podía obtener esas rentas si hacía concesiones en
casa. Por eso, en 1283 instauró la medida de convocar anualmente las Cortes catalanas
y, sobre todo, concedió en las Cortes de Tarazona el llamado Privilegio General de
Aragón. Esta “constitución impuesta”, de las más avanzadas de su época, confirmaba
de forma perpetua los fueros, usos y costumbres de Aragón. Es decir, colocaba a los
súbditos bajo el imperio de la ley frente al imperio del monarca. Un año después otorgó
también al Consejo barcelonés el privilegio Recognoverunt proceres, que establecía ma-
yores privilegios civiles y económicos a los más pudientes. Así pues, la autoridad ob-
tenida unos años antes disminuía tras estas concesiones, dictadas por la urgencia de los
acontecimientos.
La segunda dificultad estaba vinculada a la entrada de un nuevo personaje en escena,
un personaje aún más peligroso que los anteriores. El mismísimo rey de Francia, Felipe
III, preparaba, en connivencia con sus aliados en Italia (era sobrino de Carlos de An-
jou), una invasión de Cataluña. Tras la excomunión de Pedro III por el Papa, la empresa
tomaba incluso visos de cruzada. Aquella maniobra oportunista buscaba suplantar en el
trono aragonés a Pedro por un hijo de Felipe y recuperar el dominio de Sicilia. Era una
verdadera prueba de fuego para la Corona de Aragón y su rey. Porque, además, para
cuando comenzó la expedición francesa de conquista, en 1285, la nobleza aragonesa no
estaba interesada en ayudar al rey aragonés en la defensa catalana, resultando también
que su hermano Jaime II le había traicionado por su apoyo a los franceses (quienes le
ofrecieron ser rey de Valencia); y de otra parte, Castilla no intervendría favorable a la
~ 105 ~
Corona de Aragón, mientras la flota catalana-siciliana de Lauria seguía luchando en
Sicilia. Pedro III lo tuvo todo en su contra.
Pero vinieron las soluciones. Sobre la cima de un puerto, en la divisoria de los Piri-
neos Orientales, acababa de pasar, de regreso a Francia y con mucha prisa la sagrada
enseña de guerra real francesa. Habían coronado el paso unos pocos jinetes y caballeros
como escolta del rey Felipe III el Atrevido, moribundo y en total retirada hacia sus tie-
rras francas. Atrás, una muchedumbre nerviosa de siervos, peones y soldadesca inten-
taba hacer lo mismo. Escapaban de la segura embestida de las tropas del rey Pedro III
de Aragón, que, estatuario y tranquilo, contempla la escena desde un collado próximo.
La cruzada antiaragonesa lanzada por el Papa Martín IV había fracasado definitiva-
mente en el Coll de Panissars. Francia no conquistará Cataluña. Corría el mes de octu-
bre de 1285 y, al repeler esta peligrosa invasión, la Corona de Aragón había alcanzado
una mayoría de edad encarnada en la figura real de este grande e inteligente caballero, el
rey Pedro III.
¿Qué había sucedido? Lo contamos, siendo esto ya de 1284 y 1285. Con la victoria de
Roger de Lauria, el prestigioso mando de Pedro y la propagación de la peste en el cam-
po cruzado francés, el rey Felipe III no tuvo otra cosa que hacer que efectuar la retirada.
~ 106 ~
La acometida inicial francesa, formada por unos 20.000 hombres y en torno a 150
galeras,261
tenía dos ejes de avance. El primero y principal era por tierra, y su objetivo lo
constituía Barcelona. El segundo era naval, y servía de abastecimiento y logística al
avance principal. La invasión comenzó con algunas dificultades en las plazas fuertes del
Rosellón. Tras cruzar los Pirineos, la masa atacante se detuvo en la conquista costosa de
Gerona, defendida con valor por el vizconde de Cardona. Los meses que las huestes
francesas perdieron allí resultarían fatales para el eslabón débil de esta cruzada política,
el eslabón de su flota.
A una primera derrota sufrida a manos de una armada catalana, la definitiva respondió
a la llegada de Roger de Lauria, el cual, de noche, sorprendió con enorme éxito al ene-
migo en las cercanías de las islas Formigues (no lejos de Gerona) desbaratando por
completo la flota francesa. Con su experimentado concurso, el prestigioso mando de
Pedro y la inesperada propagación de la peste en el campo cruzado, al rey Felipe III el
Atrevido –como ya dijimos– no le quedó otra medida que efectuar la triste retirada a
Francia por Panissars. Murió poco después, en Perpiñán. Sus otros aliados de “cruza-
da”, Carlos de Anjou y Martín IV, ya habían muerto unos meses antes, en 1285.
Pedro III surgirá de aquello muy poderoso y relevante en Europa, en lo más alto de su
gloria. Quedaban cuentas pendientes que ajustar con Mallorca y su hermano, puede que
con Castilla, y más tarde con la propia Francia...; pero le vino fatídicamente la enfer-
medad, en noviembre del mismo año 1285, año también de su muerte. Ya iremos viendo
y haciendo las correspondientes o precisas consideraciones.
El rey Pedro III de Aragón
261
Variando esta cifra según las fuentes.
~ 107 ~
EPÍLOGO IV
LA POESÍA DE SA’DI
Un joven de corazón y naturaleza de oro,
que ama a un amigo, es deseado en cada circunstancia.
Una vez, cuando sobre el océano se lanzó con su pareja,
ambos peligraron en un feroz remolino.
Un pescador se planteó a quien salvar primero,
una vida joven debe perderse en una muerte por ahogo;
pero el muchacho llorando ante la ola violenta, dijo:
“Déjeme, y coja la mano de mi compañero en vez de a mi”.
Y en cuanto habló, un desmayo mortal le envolvió;
con estas últimas palabras, la vida y el sentido común lo abandonaron.
Aprende que tiene el temperamento del amor superficial
quién en la hora del miedo abandona a su compañero.
Los verdaderos amigos siempre actuarán como el de arriba
(lo dice uno que es experimentado enamorado);
Saadi conoce completamente la parte del amante,
y Bagdad comprende el corazón árabe.
Mas de todo lo demás el ser querido es premiado por serlo,
estando en el escondido mundo prohibido de los cálidos ojos.
~ 108 ~
No pronuncies en secreto
No pronuncies en secreto palabra alguna
que no puedas repetir ante mil personas.
Antes de pronunciar un discurso,
aunque te lo reclamen con insistencia,
pregúntate si lo que vas a decir
es más importante que tu silencio.
Nunca te enorgullezcas del éxito de tu discurso.
Piensa en el número de ignorantes que hay en toda asamblea.
Recuerda que el único recurso definitivo es la espada.
Que sólo se tiran piedras al árbol que está cargado de frutos.
Que cuando mueras, sólo te llevarás aquello que hayas dado.
Que para el desgraciado, el trabajo es el único remedio eficaz.
Que es de locos discutir con una mujer:
porque, ¿quién discute con el agua, el fuego o el viento?
Que si hoy una mujer te dijo no, mañana, sin duda, te dirá sí.
Entre estas dos palabras hay un puede ser, que es lo mejor del amor.
Hiere la cabeza de la víbora con el puño de tu enemigo
y lograrás un bien.
Porque si tu enemigo vence, morirá la víbora.
Y si es picado tendrás un enemigo menos.
No penséis que
Mientras que un hombre no dice una palabra,
su culpa y la virtud están ocultas.
No penséis que todos los desiertos están vacíos.
Posiblemente pueden contener un tigre dormido.
El elixir de amor
Entraste por la puerta, yo salí de mí mismo,
fue como si saliera de este mundo hacia otro.
Atento, por si hubiera noticias de la Amiga.
Vino la Fuente de toda noticia:
Perdí toda noticia de mí mismo.
Yo era como el rocío caído antes del alba,
mi Sol brilló en mi alma y rebasé los astros.
~ 109 ~
Me decía: quizás cuando la vea se calme la tortura del anhelo;
pero la vi, y mi anhelo por Ella fue aún más vivo.
No tuve fuerzas para dirigirme hacia la Amada;
a ratos caminé, a ratos fui arrastrándome para llegar a Ella.
Para ver cómo andaba, para oír cómo hablaba,
me hice todo ojos, todo oídos, desde los pies a la cabeza.
¿Cómo podría apartar de Ella mis ojos,
si al verla, en la primera mirada, empecé a ver?
Yo no deseo tu fidelidad, si por ella, un instante,
un solo día, me siento con ella satisfecho.
No era Ella, no, la que quería cazarme,
fui yo quien cayó preso en su mirada.
Me dicen: “Oh, Sa‟di, ¿qué trocó en pálido tu rostro sonrosado?”
El elixir de amor se fundió con mi cobre, transmutándome en oro.
~ 110 ~
~ 111 ~
ÍNDICE
A modo de prólogo
Los almogávares …………………………………………………………….. pág. 3
Sicilia y Calabria
Interviniendo en guerra catalanes y almogávares …………………………... pág. 6
Reinos de Aragón y de Sicilia
Pedro III se topó con la Iglesia Romana …………………………………….. pág. 7
Reino de Noruega
Murió la reina Margarita ……………………………………………………. pág. 8
Burdeos (Jurisdicción de Inglaterra)
Reto o desafío histórico …………………………………………………….. pág. 9
Islas de Malta y Gozo
Se impone el almirante Roger de Lauria …………………………………… pág. 12
Niebla (reino de Castilla)
Regalo del rey Alfonso X a su querida hija Beatriz ……………………….. pág. 14
Alcañiz (reino de Aragón)
Venida a menos la Orden de Calatrava ……………………………………. pág. 15
Constantinopla (Imperio Bizantino)
Murió el patriarca ortodoxo José I ………………………………………… pág. 22
Tlemecén (emirato norteafricano)
Murió Yaghmurasen ibn Zyan comenzando el reinado de su hijo Abu Said
Uthman …………………………………………………………………….. pág. 24
Del Magreb a la Península
Quinta campaña o expedición de los benimerines ………………………… pág. 25
Reino de Castilla
Se destaca como noticia, entre otras, la muerte del infante Pedro ………… pág. 26
Reino de Aragón
Invasión de franceses ………………………………………………………. pág. 36
~ 112 ~
Valle de Arán (reino de Aragón)
Los araneses son españoles, no franceses ………………………………….. pág. 37
Ducado de Bretaña
Óbito de la duquesa navarra Blanca de Champaña ………………………… pág. 38
Córdoba (reino de Castilla)
Murió Fernán Núñez de Témez …………………………………………….. pág. 41
Cataluña
Aprobación de Constituciones ……………………………………………… pág. 43
Valencia (Corona de Aragón)
Se crea el Consulado del Mar ………………………………………………. pág. 44
Reino de Dinamarca
Murió el célebre maestro dominico Boecio de Dacia ……………………… pág. 47
Ducado de Limburgo
Murió la duquesa Ermengarda ……………………………………………… pág. 49
Maraghe (Ilkanato Mongol de Persia)
Murió Muhyi al-Din, destacado matemático y astrónomo …………………. pág. 50
Shiraz (Ilkanato Mongol de Persia)
Murió el jeque y gran poeta Sa’di o Saadi …………………………………. pág. 52
Señorío de Aguilar de la Frontera en Andalucía (reino de Castilla)
Murió Gonzalo Yáñez de Aguilar, señor de frontera y poeta ……………… pág. 55
Marienthal (condado de Luxemburgo)
Murió la célebre monja dominica Yolanda de Vianden ……………………. pág. 57
Castillo de Peñafiel (reino de Castilla)
Murió el infante Manuel ……………………………………………………. pág. 59
Epílogo I
El desaparecido convento de San Francisco en Valladolid ………………… pág. 64
Epílogo II (extenso)
Constituciones Catalanas …………………………………………………… pág. 68
Epílogo III
Pedro III de Aragón y su expansión por el Mediterráneo ……………………. pág. 100
~ 113 ~
Epílogo IV
La poesía de Sa’di ……………………………………………………………. pág. 107